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TEXTO

Juan Boscán, soneto VIII «Nunca de amor...».

COMENTARIO:

Primer poema del «Libro II» (XXIX - CXXX)

para introducir su producción «al itálico modo» elige un poema como exordio en el que
destacan elementos que enmarcan la lírica de nuestro autor dentro de un proyecto unitario
al estilo petrarquista.

desde un punto de vista temático y autoanalítico, se reproduce la postura retrospectiva del


soneto prólogo petrarquesco, y, por lo que atañe al léxico, el apóstrofe al lector alude
abiertamente al íncipit del poeta italiano:

!O vosostros que andáis tras mis escritos


Voi ch’ascoltate in rime sparse il suono

Junto al vocabulario petrarquesco clásico, resulta fundamental la presencia de elementos


‘banales’ pero emblemáticos —como, por ejemplo, los pronombres personales «voi» e «io»
con sus derivados—, que colocan de inmediato los versos boscanianos en la órbita del
Canzoniere.

el segundo cuarteto imita el soneto proemial de las Rime de Bembo, otro texto de referencia
para el escritor catalán en los años de su decisivo acercamiento a la poesía «a la manera
italiana», y a través de él acude al dramatismo y la vergüenza de sus episodios, como
ocurría en Bembo y Garcilaso, para amaestrar al lector.

En el Libro II concentra las poesías amorosas compuestas en los metros y estrofas italianas
de nuevo cuño en la poesía española. Pero enseguida ve que no puede trazarse una línea
divisoria clara en la personalidad de Boscán, donde lo viejo y lo nuevo se acaban
entremezclando.

En este soneto inicial vemos la condensación de los mismos versos erótico-corteses del
Canzionere de Petrarca, supone por tanto el punto de inicio de este recorrido: es la antesala
de lo que podrá leerse en los sonetos siguientes, donde proclama que el sufrimiento es la
vergüenza: vergogna è il frutto. Boscán publica sus escritos para que sirvan de
“escarmiento”.

Palinodia anticipada
Retractación pública que una persona hace de algo que había dicho o escrito.

Representa por tanto, un modelo petrarquesco en el ámbito de las posibilidades estilísticas


junto al austero intelectualismo que hereda de Ausiàs March y la tradición castellana.

TEXTO:
Garcilaso «En tanto que de rosa...»

COMENTARIO:
Versos iniciales
del soneto XXIII proponen dos temas principales del poema, temas que atraviesan toda la
composición, vertebrándola:

1. la rosa roja de la pasión y de la juventud


2. la azucena blanca de la castidad y de la contención
Los dos conceptos están fundidos en este momento: en el rostro de la dama y en la sinalefa
rosa-y azucena o bien rosa y-azucena.

v. 3:
los adjetivos que corresponden a la rosa (ardiente) y a la azucena (honesto) aparecen
emparejados en posición final del verso, también con sinalefa (aun con la H): ardiente-
honesto.

v. 4:
vuelve a juntar los dos temas con dos verbos cuidadosamente equilibrados: enciende (rosa,
ardiente) y refrena (azucena, honesto): nótese, además, la rima. Reforzándose el
EQUILIBRIO por medio de las vocales tónicas que aparecen en este verso: e o e: enciÉnde
corazÓn refrÉna

1r cuarteto:
sienta las bases estructurales del poema. Se cierra con un punto y coma, la primera pausa
fuerte hasta ahora, pero el sentido queda en suspenso > tenemos que apresurarnos a leer el
segundo cuarteto.
2º cuarteto:
en tanto de nuevo inicia este segundo cuarteto, se repite como un eco del primero, de hecho
los dos cuartetos son dos cláusulas adverbiales paralelas.
Aquí se describen otros dos rasgos de la JUVENTUD y de la HERMOSURA DE LA
DAMA, una vez más con imágenes sensoriales.
- su cabello es dorado, pero no solamente, sino que es oro extraído de la veta de la
tierra
- La adjetivación vuelve a ser precisa a excepción de hermoso
- Concluye con una bella progresión de verbos, cada uno con una ligeramente mayor:
el viente mueve, luego esparce y por fin desordena el cabello de la dama.

v-7:
Repárese en la sinalefa, en la fluidez del verso y en la tensión existente entre la puntuación
y la métrica en el verso 7.

El segundo cuarteto termina en punto y coma, hay que esperar a continuación para
completar la larga oración poética iniciada en el primer verso del soneto > Finalmente
llegamos al verbo principal: COGED… el dulce fruto, carpe diem.

Es un tópico literario, un tema recurrente en la literatura universal como una exhortación a


no dejar pasar el tiempo que se nos ha brindado; o bien, para disfrutar los placeres de la
vida dejando a un lado el futuro, que es incierto.

En estos versos encontramos una descriptio puellae, tópico en el cual se describe a la


mujer idealizadamente, según los criterios renacentistas.

1r terceto:
cuenta con una notable unidad, con muchas sinalefas, dos encabalgamientos y solo una
pausa, en medio del verso 10. > el rápido movimiento rítmico de estos versos corresponde a
la HUIDA del tiempo.

v.11:
es el único del terceto que no presenta sinalefas, y esto, combinado con el armonioso
equilibrio de sus sonidos vocálicos (u e o u) obliga al lector a cierta LENTITUD, dando a
esas palabras el énfasis requerido por la importancia temática que presentan.

2º terceto:
es una especie de coda, una reiteración de los mensajes de los vv. 9-11 que ahora reaparece
en un terreno IMPERSONAL, el verso más enérgico de todo el poema.
rosa v.12 remite a la del verso inicial
viento helado se relaciona con la blancura del semblante de la dama y la gelidez de su
porte.
Metáfora implícita > el viento invernal (o el tiempo) destruirá la belleza de la primaveral
juventud de la dama.

v. 10:
dulce fruto: doble sentido español y latino, con la connotación de goce, provecho y deleite,
armonizando con las restantes imágenes botánicas del poema. Así, alegre (primavera) v. 9
está en aposición con (tiempo) airado v. 10.

Cuartetos > adjetivación objetiva y sensorial


Tercetos > subjetiva y conceptual, de acuerdo con la función temático-didáctica de los
tercetos: alegre, dulce, airado, hermosa.

Encontramos un hipérbaton cuyo orden lógico sería: “el tiempo helado marchitará la rosa,
la edad ligera lo mudará todo…” Se trata de un hipérbaton suave propio de la sencillez y
naturalidad del estilo renacentista.

El tono elevado que ha mantenido hasta ahora Garcilaso desciende en los dos últimos
versos a un nivel pedestre (llano, vulgar, bajo): la paradoja y el juego de palabras entre
mudará y hacer mudanza son incongruentes con el resto del poema, el lenguaje es
abstracto y considerablemente vacío de valores plásticos, y las imágenes concretas de hasta
ahora, la poesía se ha convertido en prosa.

Su función: la abstracción y el desplazamiento a un plano IMPERSONAL, UNIVERSAL,


esto permite al poeta eludir una afirmación tan tajante de lo que se sobreentiende: la belleza
de la dama se convertirá en algo que no será bello.

FUENTES:

la fuente más directa para este poema es el soneto de Bernardo Tasso:


«Mentre che l'aureo crin v'ondeggia intorno / a l'amplia fronte con leggiadro errore; /
mentre che di vermiglio e bel colore / vi fa la primavera il volto adorno; / mentre che
v'apre il ciel più chiaro il giorno, / cogliete ô giovenette il vago fiore / de vostri più dolci
anni; e con amore / state sovente in lieto e bel soggiorno. / Verra poi'l verno, che di
bianca neve / suol i poggi vestir, coprir la rosa, / e le piagge tornar aride e meste. /
Cogliete ah stolte il fior; ah siate preste, / ché fugaci son l'hore, e'l tempo lieve, I e veloce
a la fin corre ogni cosa.»

Garcilaso imitó la belleza formal del soneto italiano, pero también vertebró su estructura
floja y amorfa, dinamizó e hizo más concreto el lenguaje y las imágenes, suprimió el
relleno sentimental, suavizó los aspectos más destructivos del tema y omitió hacer una clara
referencia a la falta de belleza.

Está escrito en el último período de la vida de Garcilaso, el napolitano. Es el período de


la inspiración clásica: estos catorce versos están empapados del gusto pagano y
renacentista por la belleza y la vitalidad.

La dama a la que se dirige el poema es a la vez un arquetipo y un ejemplo de ese


arquetipo, una mujer concreta que se ha convertido en un ideal, como Laura. Sólo
se nos habla de tres de sus rasgos: semblante rojo y blanco,
largos cabellos rubios, cuello blanco y enhiesto: convenciones del Renacimiento.

Góngora trata el mismo tema en un soneto posterior.


Los últimos seis versos de su soneto «Mientras por competir con tu cabello»
contienen ecos garcilasistas evidentes: dicen:

goza cuello, cabello, labio y frente,


antes que lo que fue en tu edad dorada
oro, lilio, clavel, cristal luciente,
no sólo en plata o viola troncada
se vuelva, mas tú y ello juntamente
en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.

El contraste entre estos versos y los finales del soneto XXIII de Garcilaso no puede ser más
llamativo. En su mundo poético no hay lugar para la tierra, el humo, el polvo, la sombra, la
nada. En él no puede darse una comunicación entre la belleza y la fealdad.

Ahora, la función que desempeñan los últimos versos del soneto de Garcilaso puede
parecernos más clara. Aunque en apariencia son vacíos y morales, dispensan al poeta de
la obligación de describir los estragos del tiempo, y mantienen inmaculada e intacta la
belleza de su mundo poético
cautiva la inteligencia al mismo tiempo que los sentidos
Su acierto estriba en la rigurosa estructura intelectual que se ha vestido con un bello
lenguaje. Los dos principios, el intelecto y la retórica, aparecen así reunidos.

Armonía, equilibrio y proporcionalidad de distribución de temas, elementos compositivos y


recursos oratorios conforman un todo: el poema, que ha de ser, en fin, auténtico; es decir,
creíble y compartible por el lector. No se trata de levantar la admiración del lector, sino una
secreta corriente de empatía.

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