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I.

Cuento:

A veces Nasrudín trasladaba pasajeros en su bote. Un día un pedagogo exigente alquiló


sus servicios para que lo transportara hasta la orilla opuesta de un anchuroso río. Al comenzar
el cruce, el pedagogo preguntó si el viaje sería muy movido.

-No pregúnteme nada sobre esto, le contestó Nasrudín.


-¿Nunca aprendió usted gramática?
-No, dijo Nasrudín.
-En ese caso, ha desperdiciado la mitad de su vida.

El Mulá Nasrudín no respondió. Al rato se levantó una terrible tormenta y el precario


bote empezó a llenarse de agua.
Nasrudín se inclinó hacia su acompañante y le dijo:

-¿Aprendió usted alguna vez a nadar?


-No, contestó el pedante.
-En ese caso ha perdido toda su vida, pues nos estamos hundiendo.

Consigna:

a) ¿Cuál es la idea central que nos transmite el texto?


b) Intentá redactar una historia que tenga un texto diferente pero el mismo significado.

II. Refrán: ¿Cuál es el significado de la siguiente frase?


DIAGNÓSTICO OPERATORIO
Si de noche lloras por el sol, no verás las estrellas.

III. Cuento:

Consigna:

- ¿Cómo describirías sobre qué trata el siguiente cuento?

DIAGNÓSTICO OPERATORIO
III. Cuento:

Continuidad de los parques

Julio Cortázar

Había empezado a leer la novela unos días antes. La abandonó por negocios urgentes,
volvió a abrirla cuando regresaba en tren a la finca; se dejaba interesar lentamente por la trama;
por el dibujo de los personajes. Esa tarde, después de escribir una carta a su apoderado, volvió al
libro en la tranquilidad del estudio que miraba hacia el parque de los robles. Sentado en su sillón
favorito, de espaldas a la puerta que lo hubiera molestado como una irritante posibilidad de
intrusiones, dejó que su mano izquierda acariciara una y otra vez el terciopelo verde y se puso a
leer los últimos capítulos. Su memoria retenía sin esfuerzo los nombres y las imágenes de los
protagonistas; la ilusión novelesca lo ganó casi en seguida. Gozaba del placer casi perverso de
irse desgajando línea a línea de lo que lo rodeaba, y sentir a la vez que su cabeza descansaba
cómodamente en el terciopelo del alto respaldo, que los cigarrillos seguían al alcance de la mano,
que más allá de los ventanales danzaba el aire del atardecer bajo los robles. Palabra a palabra,
absorbido por la sórdida disyuntiva de los personajes, dejándose ir hacia las imágenes que se
concertaban y adquirían color y movimiento, fue testigo del último encuentro en la cabaña del
monte. Primero entraba la mujer, recelosa; ahora llegaba el amante, lastimada la cara por el
chicotazo de una rama. Admirablemente restañaba ella la sangre con sus besos, pero él rechazaba
las caricias, no había venido para repetir las ceremonias de una pasión secreta, protegida por un
mundo de hojas secas y senderos furtivos. El puñal se entibiaba contra su pecho, y debajo latía la
libertad agazapada. Un diálogo anhelante corría por las páginas como un arroyo de serpientes, y
se sentía que todo estaba decidido desde siempre. Nada había sido olvidado: coartadas, azares,
posibles errores. A partir de esa hora cada instante tenía su empleo minuciosamente atribuido.
Empezaba a anochecer.

Sin mirarse ya, atados rígidamente a la tarea que los esperaba, se separaron en la puerta de
la cabaña. Ella debía seguir por la senda que iba al norte. Desde la senda opuesta él se volvió un
instante para verla correr con el pelo suelto. Corrió a su vez, parapetándose en los árboles y los
setos, hasta distinguir en la bruma malva del crepúsculo la alameda que llevaba a la casa. Los
perros no debían ladrar, y no ladraron. El mayordomo no estaría a esa hora, y no estaba. Subió
los tres peldaños del porche y entró. Desde la sangre galopando en sus oídos le llegaban las
palabras de la mujer: primero una sala azul, después una galería, una escalera alfombrada. En lo
alto, dos puertas. Nadie en la primera habitación, nadie en la segunda. La puerta del salón, y
entonces el puñal en la mano, la luz de los ventanales, el alto respaldo de un sillón de terciopelo
verde, la cabeza del hombre en el sillón leyendo una novela.

Consigna:

“Te voy a presentar algunas historias. Al final de cada una de ellas te presentaré algunas
preguntas que tendrás que responder. También te voy a pedir que justifiques tus respuestas, por
DIAGNÓSTICO OPERATORIO
ello te preguntaré ¿por qué? al final de cada situación planteada. Tratá de ser lo más explicito
posible, me interesa conocer cómo resolviste, qué pensaste ante cada historia”

Ítem 1. En una ruta circulan tres autos, uno de los autos es de color rojo, otro es azul y el tercero
gris. El auto azul anda más rápido que el auto gris; el auto gris anda más rápido que el auto rojo.

a) ¿Cuál de los tres autos es más rápido? ¿Por qué?


b) ¿Cuál de los tres autos anda más lento? ¿Por qué?

Ítem 2. De los tres autos que mencionamos, el auto rojo es más grande que el auto gris; el rojo es
más pequeño que el auto azul.

a) ¿Cuál de los tres autos es el más grande? ¿Por qué?


b) ¿Cuál de los tres autos es el más pequeño? ¿Por qué?

Ítem 3. Yo conozco dos hermanos, uno se llama Juan y el otro Pedro. Juan y Pedro tenían cada uno
10 lápices de colores. Juan le regaló a Pedro tres de sus lápices.
Ahora, ¿cuántos lápices más tiene Pedro que los que le quedaron a Juan?

Ítem 4. Estoy en un parque, al lado de un pino. Desde allí camino 100 metros para delante, luego
camino 30 metros más en la misma dirección. Después me doy vuelta y camino 100 metros hacia el
pino y me encuentro con un manzano. ¿A cuántos metros del pino se encuentra el manzano? ¿Por
qué?

Ítem 5. Mi padre me dio cierta cantidad de dinero para dividir con mi hermano. Repartí entonces el
dinero en dos partes iguales. Pero antes de darle a mi hermano su parte quité 12 pesos de la mía y
agregué esos 12 pesos a la suya. ¿Cuántos pesos más tendrá mi hermano que yo? ¿Por qué?

Ítem 6. Tengo un gran ramo de flores de diferentes especies y de distintos colores. La mitad de las
flores las junté de mi jardín y la otra mitad las compré en la florería.
Las rosas de mi jardín no son rojas. En la florería compré muchas flores, entre las que había dos
rosas, una de esas rosas era de color amarillo.
Saco de mi ramo una rosa roja.

a) ¿De dónde proviene esa rosa roja, de mi jardín o de la florería? ¿Por qué?

Ahora saco de mi ramo una rosa blanca.

b) ¿Es de mi jardín o la compré en la florería? ¿Por qué?

En mi ramo hay también margaritas.

c) ¿Vienen de mi jardín o las compré en la florería? ¿Por qué?

Consigna:

Dados los siguientes dígitos:

2–6–1–9–3–5
DIAGNÓSTICO OPERATORIO
¿Cuántos números de dos cifras podés formar combinando
de a dos estos seis números?

Prueba de Razonamiento Verbal: (Clasificación)

1. En las cinco palabras siguientes ¿hay más animales o más aves? ¿Por qué?

Perro – Pato – Murciélago – Cigüeña – Gorrión

DIAGNÓSTICO OPERATORIO
2. En las cinco palabras siguientes ¿hay más flores o más vegetales? ¿Por qué?

Rosa – Tomate – Margarita – Árbol – Clavel

3. Entre los pájaros, los animales y los pájaros de montaña ¿dónde te parecen que hay
más animales diferentes y dónde menos animales diferentes? ¿Por qué?

4. Nombra algo que no sea animal.

5. ¿Qué grupo podemos formar si reunimos los animales y todo lo que no es animal?

6. Si sacamos dentro de lo que existe a los animales ¿qué queda?

7. ¿Qué grupo es el que no está formado por lo que no es animal?

8. ¿Qué grupo forman los vegetales que no son vegetales?

9. Piensa con detenimiento y justifica cada una de tus respuestas:

o ¿hay más pájaros o más animales?


o ¿hay más animales o seres vivos?
o ¿hay más seres vivos o más seres que existen?

10. ¿Hay más cosas que no son animales o más cosas que no son pájaros?

DIAGNÓSTICO OPERATORIO

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