El Cuento en Venezuela
El Cuento en Venezuela
4° Año
El Cuento en Venezuela
Profesor: Alumno:
Neyker Gómez
Pocos investigadores dudan que el cuento venezolano haya nacido entre la última década del
siglo XIX y la primera del XX. Al menos en ello coincide la mayoría de quienes se han dedicado
a estudiar el fenómeno. Eso significa que en el caso de la literatura venezolana el cuento
comienza a instaurarse como forma narrativa estética durante el lapso que Gustavo Luis Carrera6
ha denominado «período de fusión y debate», cuyo inicio ha sido delimitado por él mismo, entre
1890 y 1900. Se trata de un momento histórico en el que puede hablarse ya de una literatura
venezolana concebida como «hecho artístico», esto es, una literatura que comienza a distanciarse
de la realidad, pero recreándola, sin llegar a lo fantástico. Es justamente la época de surgimiento
del modemismo-criollismo venezolano en sus distintas vertientes: artístico o esteticista (Manuel
Diaz Rodríguez), cosmopolita (Pedro Emilio Colí) y regionalista (Luis Manuel Urbaneja
Achelpohí, Rufino Blanco Fombona).
Es la época de establecimiento incipiente de la industria petrolera nacional, durante la cual se
hace bien patente la discusión entre una literatura inspirada en lo nacional (lo criollo) y otra con
la mirada en el universo (lo cosmopolita), polémica que no cesará durante todo el siglo. Aunque
revestido en su mayor parte de la retó- rica estilística propia del momento, puede hablarse de un
importante lapso para el cuento nacional, con predominio de lo que la preceptiva denomina
cuento épico. En el caso específico del cuento, puede hablarse de dos sub-períodos. Uno,
destacable por dos importantes revistas locales que sirven de medios de difusión: Cosmópolis
(1894-95) y El Cojo Ilustrado (1892-1915).
Se percibe en la literatura narrativa una notable influencia del naturalismo francés. Otro, cuyo
inicio pudiera ser propuesto después de 1910, influido por el naturalismo español (con una muy
especial mirada en Benito Pérez Galdós) y el realismo psicológico ruso (con Tolstoi,
Dostoievsky, Gorki, como referencias importantes) y caracterizado por el inicio de una variante
que indaga en la psicología de los personajes (Rómulo Gallegos, por ejemplo) y la utilización de
la ideología como recurso para la denuncia social (José Rafael Pocaterra).
Al aludir a esos momentos iniciales del cuento nacional, Domingo Miliani ha dicho, por
ejemplo, que «Julio Calcaño puede considerarse como el primer narrador que independiza el
cuento venezolano de otras expresiones narrativas breves». Calcaño edita su primer libro de
cuentos en 1913, aunque algunos de los cuentos incluidos en ese volumen habían sido publicados
ya entre 1893 y 1894 en el Diario de Caracas. Uslar Pietri ubica los inicios dentro del
movimiento modernista, con Manuel Díaz Rodríguez a la delantera, más otros nombres como los
de Alejandro Fernández García, Pedro Emilio Colí, Rufino Blanco Fombona y Luis Manuel
Urbaneja: «El verdadero período inicial del cuento venezolano lo representa el grupo de
escritores que, entre los años de 1895 y 1910, publica en las páginas de las revistas El Cojo
Ilustrado y Cosmópolis»
En realidad, el origen del cuento venezolano no puede ser atribuido a un solo autor o grupo
particular. Más bien debería verse como parte del proceso de la prosa narrativa de ficción. Para
ello, un buen punto de partida puede encontrarse, por ejemplo, en el auge periodístico del
costumbrismo, en cuanto que período de gestación (desde lo que Picón Salas refiere como su
primera época, 1830-1848), y el modernismo como lapso de consolidación, sin que ese origen
tenga que ver con un solo autor.
Los contextos históricos y estéticos de esos dos momentos habrían dado pie para la gestación
de géneros narrativos breves, entre los cuales estaría el cuento, como variante directa del relato
costumbrista. De allí que consideremos al criollismo venezolano como una tendencia
estrechamente vinculada con lo que se conoce en la historia de la literatura hispanoamericana
bajo el apelativo de modernismo. De manera que es preciso ubicar con Uslar Pietri y Juan
Liscano el origen del cuento y la novela venezolanos dentro del proceso histórico del
costumbrismo, que históricamente se consolida con el advenimiento del criollismo modernista y
marcará para todo el siglo el particular tono realista que ha caracterizado al cuento venezolano y
ha permitido la evolución de diversas variantes de lo que se entiende por regionalismo.
Modernismo
Durante el modernismo hispanoamericano (1882-1916), desde la publicación del Ismaelillo
(1882) de José Julián Martí hasta la muerte de Rubén Darío (1867-1916), Venezuela aportó su
contribución. Y lo hizo más por el camino de la prosa que de la poesía. De ahí que haya que
comenzar citando al gran maestro de la prosa modernista, Manuel Díaz Rodríguez: novelista,
cuentista, orador, ensayista, crítico, gran esteta de la palabra de todo el continente; no se podría
dejar de mencionar a Pedro Emilio Coll, ensayista, pensador, cuentista, o al gran satírico de la
novela: Rufino Blanco Fombona (1874-1944), polígrafo de esa generación.
Durante el proceso del modernismo se hicieron presentes tanto el positivismo como el
criollismo. El primero dio ensayistas de la calidad de José Gil Fortoul o un crítico de la
perspicacia de Luis López Méndez. Siguiendo las estéticas de su época compuso el mismo Gil
Fortoul su novela Julián (1888). El criollismo se desarrolló en paralelo al modernismo. Su figura
mayor es la del cuentista Luis Manuel Urbaneja Alchelpohl, considerado el padre del género en
la literatura venezolana; en poesía la figura central del criollismo fue Francisco Lazo Martí, autor
de la Silva criolla (1901). Los días finiseculares tuvieron en los críticos Julio Calcaño (1840-
1918), Gonzalo Picón Febres (1860-1918) y Jesús Semprum sus mejores exponentes.
Criollismo
El Criollismo es la expresión del mestizo, es palabra de vida para el venezolano. Frente al
estetismo de los modernistas, frente al preciosismo de nuestra prosa y a la manera de plantear
nuestros problemas con los ojos puestos en lo exótico, Urbaneja crea de esa manera lo que
pudiéramos llamar la semilla de la genuina novela venezolana.
Según afirman Sambrano y Miliani (1991) El Criollismo en Venezuela no aparece como un
estilo literario academicista, sino como el resultado de una condición de vida, de una forma de
asumir la realidad y de relacionarse con ella. Luis Manuel Urbaneja Achelpohl, es considerado
el paladín del Criollismo, ya que es el mayor exponente de esa corriente literaria. El Criollismo
literario cobra fuerza en las décadas de 1890 -1900; se desarrolla en obras y doctrinas críticas
entre 1900 y 1920; culmina en el decenio de 1920-1930 con grandes novelas que se proyectan
más allá de las fronteras nacionales e idiomáticas.
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https://core.ac.uk/download/pdf/38824828.pdf
https://www.monografias.com/trabajos35/literatura-venezolana/literatura-
venezolana.shtml
http://mireyavasquez.blogspot.com/2011/03/el-criollismo-en-venezuela.html