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Índice

MHNH, 15 (2015)

I.- Studia
............................5-30
J. L. Calvo Martínez, “Magos y Teúrgos, Mediadores y Privilegiados”
K. Dzwiza, “Insight into the Transmission of Ancient Magical Signs: Three Textual
...........................................................................................31-56
Artefacts from Pergamon”
.......57-84
E. A lbrile, “Il colore del tempo. La memoria dei pianeti in un affresco medievale”
D.
.

G. Greenbaum, “From Love to Desire: The Lot of Eros in Hellenistic Astrology” ........85-116
St. Heilen, “Ἐκτροπή: Ein corrigendum zu den Editionen des Londoner Papyrus

.....................................................117-140
130 und begriffsgeschichtliche Beobachtungen
C. Macías Villalobos & A. Caracuel Barrientos, “Simbolismo Animal, Astro-
logía y Sexualidad en los Textos Antiguos”.............................................................141-182
S. Perea Yébenes, “Diálogo Astrológico entre Platón y el ‘Profeta’ Egipcio Peteesis
acerca de los Símbolos Celestes y sus Tutelas sobre el Cuerpo Humano. Breve
Comentario a P.Ryl. 63”...........................................................................................183-204
J. Tomás García, “Lacunaria Astrologica. Arquitectura y Astrología en el Mundo
Greco-Romano”
.......................................................................................................205-218
M. Tozza, “Divine Epiphany and Stars in Pre-Homeric Greece”.................................219-232
II.- Documenta et Notabilia
A. Mastrocinque & A. Russo, “A Magical Lamella from a Roman Tomb in Cam-
.................................................................................................................235-252
pomarino”
A. C. Domínguez-Alonso, “La Influencia Astrológica sobre la Pasión Amorosa en
el Comentario Anónimo al Tetrabiblos de Tolomeo: Edición Crítica, Traducción
..........................................................................................................253-270
y Comentario”
Rinaldi, “L’inedita Expositio super Centiloquio Ptholomei di Lorenzo Bonincontri”
M. ....271-280
III.- Recensiones
Attilio Mastrocinque, Les intailles magiques du département des Monnaies
Médailles et Antiques. Paris: Bibliothèque nationale de France, 2014, pp. 255
(Giulia Sfameni Gasparro)
......................................................................................283-292
Magali De Haro Sánchez (ed.), Écrire la magie dans l’antiquité. Actes du col-
loque international (Liège, 13-15 octobre 2011). Liège, Presses Universitaires
de Liège, 2015, 384 pp. (Miriam Blanco Cesteros)................................................292-297
Giulio Guidorizzi, La trama segreta del mondo. La magia nell’Antichità, Bologna,
il Mulino, 2015, 242 pp. (Álvaro Ibáñez Chacón).
.................................................297-299
Emilio Suárez, Miriam Blanco, Eleni Chronopoulou (eds.), Los papiros mágicos
griegos: entre lo sublime y lo cotidiano, Madrid, Clásicos Dykinson, 2015, 190
pp. (Mariangela Monaca)
........................................................................................299-304
Received: 9th September 2015 Accepted: 10th December 2015

Diálogo Astrológico entre Platón y el ‘Profeta’ Egipcio Peteesis


acerca de los Símbolos Celestes y sus Tutelas
sobre el Cuerpo Humano.
Breve Comentario a P.Ryl. 63

Sabino Perea Yébenes


Universidad de Murcia
[email protected]

Resumen
Comentamos el P.Ryl. 63, que es un diálogo astrológico entre el filósofo ateniense Platón y el
profeta (mago, astrólogo) egipcio Peteesis, formado en Heliópolis. El papiro es un excepcional
texto melotésico, que relaciona no solo los planetas, sino también los signos zodiacales con
diversas partes del cuerpo humano. En el presente estudio recomponemos dos líneas perdidas
de este papiro; e identificamos al profeta Peteesis con el mago Petese, muy bien conocido por
los papiros demóticos de la colección Calsberg editados y estudiados por K. Ryholt.
Palabras Clave: Papiro astrológico P.Ryl. 63, Platón, Peteesis (profeta, astrólogo,
mago), Melotesia astral, Zodíaco.

Astrological Dialog between Plato and the Egyptian ‘Prophet’ Petese about the Ceelestial
Symbols and their Control of the Human Body. A Brief Commentary on P.Ryl.63

Abstract
We discuss P.Ryl. 63, which consists in an astrological dialogue between the Athenian
philosopher Plato and the Egyptian prophet (magician, astrologer) Peteesis, formed in
Heliopolis. The papyrus is an exceptional “melothesian text”, which relates not only planets but
also the zodiacal signs with various parts of the human body. This study attends to reconstruct
two lost lines at the beginning of the papyrus; and we also suggest the identification of the
prophet Peteesis with the magician Petese, very well known by the demotic papyri from the
collection Calsberg edited and studied by K. Ryholt.
Keywords: Astrological papyrus P.Ryl. 63, Plato, Peteesis (prophet, astrologer,
magus), Astral melothesia, Zodiac.

1. El texto
Hablamos de un pequeño papiro (32,2 x 11,0 cm.), escrito por ambas caras, de la
colección Ryland de Manchester, del que nos interesa ahora la escritura del verso.
El recto, que corresponde a la edición de P.Ryl. 379, es una columna de escritura
que menciona la contabilidad oficial de determinadas tierras, con alusión a diversas

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rentas. La mención a Vero y Antonino Césares y su noveno año de reinado permite


datar este documento, al menos con seguridad el recto, hacia finales de 168-169.
El verso, editado como P.Ryl. 63, es un texto ejecutado por otra mano, que des-
cribe el
diálogo astrológico que mantienen un filósofo ateniense llamado Platón y
el profeta egipcio Peteesis. Se ha datado en el siglo III, supuestamente a.C., aunque
ningún editor lo indica expresamente1. Realmente no tiene sentido que el recto sea
de 168-169 d.C. y el verso del III-II a.C. Lo normal es que el recto, que presenta una
superficie lisa, sea la cara que primero reciba la tinta, y no al revés. La opinión auto-
rizada de Kim Ryholt, que ha estudiado los papiros demóticos en los que interviene
Petese, concluye que el P.Ryl. 63 “dates to the late 2nd or the 3rd century AD and is
therefore more or less contemporary with the Tebtunis temple library”2.
En el diálogo astrológico Platón interroga al profeta Peteesis acerca del significado
de algunos símbolos (εἴδωλα) que está mirando (quizás dibujos con los símbolos plane-
tarios y zodicales pintados sobre un papiro, que son objeto y motivo de esta especie de
“lección socrática”)3, y el egipcio le da una respuesta detallada, relacionando cada parte
del cuerpo humano con un planeta (designado con el nombre de la divinidad homónima)
o un símbolo del zodíaco. El papiro incluye al final un dibujo-esquema astrológico. He
aquí el texto del P.Ryl. 63, en la edición de Johnson - Martin - Hunt, 1915:
[Número indeterminado de líneas perdidas]
[τὸ] υ´̣, Κρόνoυ τὸ ω ́, ἐξ ὧν ἡ oἰκoυμένη
[γε]γ[ένητ]αι. Πλάτων· τίς δὲ ἡ αἰτία τoύτων
[τ]ῶ̣[ν εἰ]δώλων; Πετεῆσις · ἄκoυε· Ἥλιό̣ς
[ἐσ]τ ̣ι ν̣ ̣ δεξιὸς ὀφθαλμός, Σελήνη ὁ εὐώνυμoς,
5 [Ερ]μ̣ọυ̣ γλῶσσα ὄσφρησις ἀκoή, Διὸς
[σπλ]ά̣ν̣χ̣ ν̣α̣, Ἄρεως πλευρών, Ἀφρoδε̣ίτης
[σπ]λήν̣, Κρόνoυ νεφρoί, Κριoῦ̣ κεφαλήν{ν},
[Κα]ρ[κ]ί
̣
ν̣ ọ υ τράχηλoς, Λέoντoς κoιλία,
[Π]αρθένoυ σιαγὼν ὀσφύες, Ζυγoῦ
1
De M. Johnson – V. Martin – A.S. Hunt, 1915, ad locum en la edición de P.Ryl. 63; R.A. Pack,
1952, nº 1596; O. Neugebauer y H. B. Van Hoesen, 1964, p. 64, nº 131. El único estudio específico
es el de M.S. Funghi – F. Decleva Caizzi, 1989.
2
K. Ryholt, Petese II, 2006, p. 14.
3
Del estilo, o acaso son figuras más concretas, del dibujo que aparece al final del texto en este
mismo papiro, que parece corresponder a un esquema didáctico de la posición relativa de las
constelaciones.
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10 [γλ]ọυ̣τ̣οί,̣ Σκoρπείoυ καθέδρα, Τ[o]ξότoυ


[..].[.]., Α[ἰ]γoκέρω τ̣[o]ς̣ ὄν̣{ν̣}υχ[ες,] ̣
Ὑδρoόῳ
[γ]α̣[στ]ρọ ̣κ̣νημ̣ ί ̣ α, Ἰχθύων ἀ̣κ̣ρα ̣
ῖ ̣α̣
Πλάτωνọς̣ τ[o]ῦ̣ Ἀθηναίων̣
φ ι̣ λ̣ọσ̣[ό]φoυ π̣ρὸ̣ ̣ς̣ τ̣[o]ὺ̣ς πρoφήτας
15 . ε̣ι τ̣ ̣ α̣ . [...]τo .. [ἀ]π̣ά̣ν̣τησ ι ̣ς̣
σύ̣νοδ[o]ς.̣
δι̣ α̣ λ̣ ̣ύσεως


…………………………………….
1 [de] …. la ípsilon, de Crono la omega, con las cuales el universo
2 se forma. Platón: «¿Cuál es el significado
3 de estas representaciones?» Peteesis: «Escucha: el Sol
4 es el ojo derecho, la Luna el izquierdo;
5 la lengua, la nariz y los oídos son (dominio) de Hermes; de Zeus
6 las vísceras; los costados de Ares; de Afrodita
7 el bazo; los riñones de Crono; la cabeza de Aries;
8 el cuello de Cáncer; el abdomen de Leo;
9 de Virgo la mandíbula y las caderas; de Libra
10 los glúteos; de Escorpión el “asiento”4; de Sagitario
11 [...........], de Capricornio las uñas; de Acuario
12 los muslos; de Piscis las extremidades».
13 Encuentro de Platón, filósofo de los atenienses
14 …….. las preguntas de los profetas
asamblea
….. para resolver la discusión.
[crasis]
4
Καθέδρα significa literalmente asiento o silla; metafóricamente puede aludir a la parte del cuerpo
que se posa sobre la silla, es decir, los glúteos. En este texto esta interpretación no tiene sentido por
cuanto los glúteos están regidos por Libra (9-10: Ζυγός [γλ]oυτoί). Posiblemente sea más correcto
traducir por “pies”, o “las plantas de los pies”, ya que éstos son el asiento del cuerpo, su base.
Estrabón (XVII, 1,46) emplea el sustantivo καθέδρα refiriéndose a la base de una columna (τοῦ
δ᾽ ἑτέρου τὰ ἄνω μέρη τὰ ἀπὸ τῆς καθέδρας πέπτωκε σεισμοῦ γενηθέντος), imagen que nos sirve
como paralelo y explicación si imaginamos a un hombre en pie.
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Se trata del final de una relato dialogado, y por tanto, y por suerte, nos da el título, re-
construible con cierta fiabilidad al menos en su primera parte: Πλάτωνoς τoῦ Ἀθηναίων
φιλoσόφoυ πρὸς τoὺς πρoφήτας, “De Platón, filósofo ateniense, a los profetas…”
Como se ha visto en la versión presentada aquí, indudablemente el diálogo trata
de la μελοθεσία (“asignación de las partes del cuerpo”) astrológica, es decir, la re-
lación y regencia que cada signo astrológico tiene o mantiene con cada una de las
partes del cuerpo humano, conocida por otros escritos. Este texto anónimo ofrece
variantes de interés, a saber:
1. El soporte. El fragmento de papiro es una fuente antigua directa.
2. La presentación. No es parte de un tratado astrológico erudito, sino un relato
dialogado y dirigido posiblemente a un público no especializado. La misma pre-
sentación en forma de diálogo es singular, y tiene una clara finalidad didáctica.
3. El público. Producido y redactado en Egipto, va dirigido a un público grecó-
fono de Egipto, no a los atenienses ni a los “platónicos”.
4 Los actores. Para otorgar autoridad al relato, el texto presenta a dos actores o
interlocutores de postín, Platón y Peteesis. Este es el único documento griego
que menciona al mago Peteesis.
5 El contenido. El reparto “melotésico” que se describe o explica en la respuesta
de Peteesis es muy interesante, por cuanto refiere la relación de los símbolos
astrales con el cuerpo en dos grupos: primero, los siete planetas; luego, diez
signos (excepto Tauro y Géminis). Por tanto, y a pesar de la falta de Tauro y de
Géminis –que el escriba omite entre las líneas 7 y 8– esta relatio del P.Ryl.63 es
la más completa que poseemos de la melotesia astral en textos griegos5. Manilio
o Empírico, en los párrafos que hablan de la melotesia solo se refieren a los 12
signos horoscópicos, siguiendo la tesis de la δωδεκατημόρια, como veremos
luego, omitiendo la regencia e influencia de los siete planetas sobre el cuerpo,
como vemos excepcionalmente en el P.Ryl.63.
6. El fondo. Con independencia de su contenido, quizás lo más interesante desde
el punto de vista cultural, y de transmisión de la cultura, o de “los saberes”,
es el hecho de que sea el sabio Peteesis el que “ilustra” al sabio Platón sobre
estos aspectos de la astrología. El sentido último del texto, a la vez inocente y
perverso, es que son los egipcios los que enseñan a los griegos los secretos del
5
Sobre la melotesia astral y las tutelas zodiacales, entre la mucha literatura existente: F.
Böll, 1903, trabajo pionero; A. Olivieri, 1934; Id., 1936, pp. 19-58; O. Neugebauer,
1959, pp. 270-275; Chr. McInstosh, 1969; A. Pérez Jiménez, 1998, pp. 249-292; J.H.
Abry, 2002, pp. 73-91, con la literatura anterior más importante.
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cosmos y, concretamente en ese caso, les muestran la conexión de los planetas


(los siete) y las casas zodiacales (en número de 10) con la anatomía humana.
Sobre este aspecto queda una consolidada tradición en el sentido de que los
griegos, en efecto, aprendieron el arte de la astrología de los caldeos, primero,
y después, y más consistentemente, de los egipcios.
Dicho esto, entremos en otras consideraciones de interés.
Los editores de P.Ryl. 63, que hacen la lectura del texto haciendo la autopsia
directa, indican que las letras épsilon y omega de la línea 1 presentan encima unos
signos gráficos que quizás son representaciones simples de los esquemas5y6, es
decir los símbolos, respectivamente, de Zeus-Júpiter y de Crono-Saturno; y que “at
the end of this and the following lines there are some traces which may be due to
some earlier writing at right angles to the present text”6, o dicho de otro modo, que
puede tratarse de un texto parcialmente reescrito o mejor sobreescrito, o retocado.
Nada tiene de extraño en un papiro reutilizado por la otra faz.
La mutilación del papiro en su parte superior es difícilmente reconstruible, pero
al menos creo que sí se puede proponer el contenido de algunas líneas, ya que se
capta bien el sentido de la primera línea conservada, que es, a su vez, la última de un
relato ordenado y regencias entre cada uno de los siete planetas y las siete vocales7.
En los textos antiguos está muy poco desarrollada o explicada esta relación entre las
vocales y los planetas. Concretamente acerca de la asociación de la letra epsilón con
la Luna disponemos de la noticia de Focio en su Biblioteca, en el capítulo dedicado
al mitógrafo Ptolomeo Hefestión (§190), donde recoge una noticia de este autor re-

6
J. De M. Johnson – V. Martin – A.S. Hunt, 1915, ad locum en P.Ryl. 63 n.1: “The sign placed above
υ and ω seems merely to have been intended to mark them as single letters”.
7
El número 7 (de las siete vocales y otros motivos) tenía gran importancia en los textos sagrados
egipcios faraónicos, pasando luego al mundo clásico y al copto, como ha estudiado J.-Cl. Goyon,
57-76, esp. 60 ss. Recuerda, por ejemplo, los 7 uraei y las 7 vértebras cervicales; los 7 Bes y los 7
gatos; las 7 jarras de leche o los 7 halcones de Thot en el papiro Boulaq 6; los 7 Khnum de Esna,
las 7 flechas de Sekhmet, de Methyer, las 7 Hathor… etc. El egiptólogo Cox Miller (1986, pp.
481-505) también ha estudiado el mismo tema de las 7 vocales, su sentido y significado, y sus
correspondencias en el mundo egipcio, de donde lo toman los primeros alquímicos greco-romanos,
como sostiene J. Lindsay, 1970, 126-130, donde estudia las 7 vocales y sus relaciones pitagóricas y
astrológicas. En documentos mágicos también se relacionan los siete planetas con las siete vocales.
Así lo vemos en el Papiro mágico de Leiden, en la sección que versa sobre “el octavo libro de
Moisés”, que es un “Himno al Creador del Mundo” (Vid. R. Merkelbach – M. Totti, 1992, pp.
7, 10 ss.). Y la misma serie de correspondencias la encontramos en la liturgia de Pschai-Aion (R.
Merkelbach – M. Totti, 1992, 233 ss.).
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ferida al astrólogo Apolonio de Perga, del siglo III a.C. Este, precisa el texto8, “fue
famoso en tiempos de Filopator por sus conocimientos astronómicos, y era llamado
Épsilon porque la forma (σχῆμα) de esta letra se parece al contorno de la Luna, en
cuyo conocimiento era muy experto” (Ἀπολλώνιος δέ, ὁ ἐν τοῖς τοῦ Φιλοπάτορος
χρόνοις ἐπ᾽ ἀστρονομίᾳ περιβόητος γεγονώς, <ε> ἐκαλεῖτο διότι τὸ σχῆμα τοῦ <ε>
συμπεριφέρεται τῷ τῆς σελήνης περὶ ἣν ἐκεῖνος μάλιστα ἠκρίβωτο). La secuencia
de la cita de los planetas tiene como referencia en la Antigüedad su distancia respec-
to de la Tierra. Un ejemplo lo vemos en Casio Dión, 37, 19, al explicar la relación
de las horas con los planetas, según las teorías egipcias, basadas en las obras de Ne-
chepso-Petosiris, supuestamente asumidas por los pitagóricos. Estas teorías tienen
relación y aplicación con las llamadas “harmonías de las esferas” y la música pla-
netaria, que puede tener reflejo, en torno al número 7, con las notas musicales y los
días de la semana9. La asociación de las vocales con los planetas en Egipto es citada
por Demetrio de Falero10, y en el escolio a la gramática de Dionisio Tracio11. Para
recomponer estas líneas perdidas también nos ayuda el texto de Proclo, In Timaeum,
§86: ὁ Ἥλιος ἐστὶ πηγὴ τῆς ζωϊκῆς δυνάμεως, ἡ δὲ Σελήνη τῆς φυσικῆς, ὁ δὲ Ζεύς,
τῆς αὐξητικῆς, ὁ δὲ Ἑρμῆς τῆς λογικῆς, ὁ δὲ Ἄρης τῆς ἐπιθυμητικῆς.
En nuestro papiro sólo ha quedado escrita la asignación de la ω a Crono/Saturno
(l. 1: Κρόνoυ τὸ ω); pero el regente (perdido en el texto) de la υ debe ser, siguiendo
la secuencia lógica, Zeus/Júpiter. Siguiendo con esta proyección de asignación vo-
cálica a los planetas, se puede proponer esta tabla de tutelas12:

8
Phot., Bibl. 190, 151b.
9
S. Perea Yébenes, 2001.
10
Dem., De elocutione, 71: Ἐν Αἰγύπτῳ δὲ καὶ τοὺς θεοὺς (es decir, los planetas) ὑμνοῦσι διὰ τῶν
ἑπτὰ φωνηέντων οἱ ἱερεῖς, ἐφεξῆς ἠχοῦντες αὐτά, καὶ ἀντὶ αὐλοῦ καὶ ἀντὶ κιθάρας τῶν γραμμάτων
τούτων ὁ ἦχος ἀκούεται ὑπ᾽ εὐφωνίας, ὥστε ὁ ἐξαιρῶν τὴν σύγκρουσιν οὐδὲν ἄλλο ἢ μέλος
ἀτεχνῶς ἐξαιρεῖ τοῦ λόγου καὶ μοῦσαν. ἀλλὰ περὶ τούτων μὲν οὐ καιρὸς μηκύνειν ἴσως. Edición de
L. Radermacher, 1901 (19672).
11
Commentaria In Dionysii Thracis Artem Grammaticam, p. 197 Edic. A. Hildgard, 1901, repr.
1965: Καὶ τί δήποτε ὁ τεχνικὸς τῶν φωνηέντων τὸν ἀριθμὸν μέχρι τοῦ ἑπτὰ ὁρίζεται; Καί φαμεν
ὅτι ἴς<α αὐτὰ τῷ> ἀριθμῷ τῶν χορδῶν τῆς λύρας τοῦ Ἀπόλλωνος ἐποίησεν, ἢ κατὰ μίμησιν τῶν
ἑπτὰ ἀστέρων τῶν πλανήτων τοῦ οὐρανοῦ· πλάνητες γάρ εἰσιν ἑπτά, Κρόνος, Ζεύς, Ἄρης, Ἥλιος,
Ἀφροδίτη, Ἑρμῆς καὶ Σελήνη. Ταῦτα γὰρ τὰ φωνήεντα τοῖς πλάνησιν ἀνάκεινται· καὶ τὸ μὲν <α>
φασὶ τῇ Σελήνῃ ἀνακεῖσθαι, τὸ δὲ <ε> τῷ Ἑρμῇ, τὸ δὲ <η> τῇ Ἀφροδίτῃ, τὸ δὲ <ι> τῷ Ἡλίῳ, τὸ δὲ
<ο> τῷ Ἄρει, τὸ δὲ <υ> τῷ Διί, τὸ δὲ <ω> τῷ Κρόνῳ. Λέγονται δὲ πλάνητες, διότι πάντων τῶν ἐν
τῷ οὐρανῷ ἀστέρων ὄντων ἀκινήτων οὗτοι μόνοι κινοῦνται καὶ περιπλανῶνται καὶ περιφέρονται,
ἐναντίαν πρὸς τὴν τοῦ πόλου ποιούμενοι κίνησιν. Textos citados por Ch. E. Ruelle, 1889, 38-44, y
M. S. Funghi – F. Decleva Caizzi, 1989, 595-596.
12
Completando a O. Neugebauer – H. B. Van Hoesen, 1964, p. 64, nº 131.
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α
Helios / Sol |

ε
Selene / Luna ~

η
Hermes /Mercurio 1

ι
Afrodita /Venus 2

ο
Ares /Marte 4

υ
Zeus / Júpiter 5

ω
Crono / Saturno 6

En consecuencia, estas atribuciones estarían escritas en las líneas anteriores, per-


didas, del papiro, que propongo reconstruir así:
[Ἡλίου τὸ α´, Σελήνη τὸ ε´, Ἑρμοῦ τὸ η´,
Ἀφροδίτης τὸ ι´, Ἄρεως τὸ ο´, Διός]
[τὸ] υ´̣, Κρόνoυ τὸ ω ́, ἐξ ὧν ἡ oἰκoυμένη
[γε]γ[ένητ]αι. Πλάτων· τίς δὲ ἡ αἰτία τoύτων
[τ]ῶ̣[ν εἰ]δώλων; Πετεῆσις · ἄκoυε· Ἥλιό̣ς
[ἐσ]τ ̣ι ν̣ ̣ δεξιὸς ὀφθαλμός, Σελήνη ὁ εὐώνυμoς,
5 [Ερ]μ̣ọυ̣ γλῶσσα ὄσφρησις ἀκoή, Διὸς
[σπλ]ά̣ν̣χ̣ ν̣α̣, Ἄρεως πλευρών, Ἀφρoδε̣ίτης
[σπ]λήν̣, Κρόνoυ νεφρoί, Κριoῦ̣ κεφαλήν{ν},
[Κα]ρ[κ]ί̣
ν̣ ọ υ τράχηλoς, Λέoντoς κoιλία,
[Π]αρθένoυ σιαγὼν ὀσφύες, Ζυγoῦ
10 [γλ]ọυ̣τ̣οί,̣ Σκoρπείoυ καθέδρα, Τ[o]ξότoυ
[..].[.]., Α[ἰ]γoκέρω τ̣[o]ς̣ ὄν̣{ν̣}υχ[ες,] ̣
Ὑδρoόῳ
[γ]α̣[στ]ρ̣ọκ̣νημ̣ ί ̣ α, Ἰχθύων ἀ̣κ̣ρ̣α ῖ ̣α̣
Πλάτωνọς̣ τ[o]ῦ̣ Ἀθηναίων̣
φ ι̣ λ̣ọσ̣[ό]φoυ π̣ρὸ̣ ̣ς̣ τ̣[o]ὺ̣ς πρoφήτας
15 . ε̣ι τ̣ ̣ α̣ . [...]τo .. [ἀ]π̣ά̣ν̣τησ ι ̣ς̣
σύ̣νοδ[o]ς.̣
δι̣ α̣ λ̣ ̣ύσεως

ISSN: 1578-4517 MHNH, 15 (2015) 183-204


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[crasis]13

2. La μελοθεσία de P.Ryl. 63
Si trasladamos directamente a una tabla el texto del papiro, así quedaría la lección
o respuesta dada por Peteesis a Platón; que comparamos con los dos textos melothé-
sicos más completos y conocidos, los de Manilio14, Empírico15 y Materno16.
13
El dibujo o esquema astrológico-didáctico que aparece en el P. Ryl. 63 fue completado por los
editores J. de M. Johnson, V. Martin & A. S. Hunt, 1915 (y que reproducimos más arriba). La
crasis que aparece al final de esta edición nuestra (en esta página) está tomada del estudio de Funghi
& Decleva Caizzi, 1989, p. 608. Como se aprecia es un dibujo incompleto realizado como con
prisa, y apoyaría la hipótesis de que el papiro es un documento didáctico, y no “científico”.
14
Accipe divisas hominis per sidera partes singulaque imperiis propriis parentia membra, in quis
praecipuas toto de corpore vires exercent. Aries caput est ante omnia princeps sortitus censusque sui
pulcherrima colla Taurus, et in Geminis aequali bracchia sorte scribuntur conexa umeris, pectusque
locatum sub Cancro est, laterum regnum scapulaeque Leonis, Virginis in propriam descendunt ilia
sortem, Libra regit clunes, et Scorpios inguine gaudet, Centauro femina accedunt, Capricornus
utrisque imperitat genibus, crurum fun-dentis Aquari arbitrium est, Piscesque pedum sibi iura
reposcunt. (Manilius, Astr. 2.453-465, edición de Goold). Añádase un pasaje posterior de la misma
obra, Manilius, Astr. 4.701-710: ac, velut humana est signis discripta figura, et, quamquam communis
eat tutela per omne corpus, et in proprium divisis artubus exit (namque Aries capiti, Taurus cervicibus
haeret, bracchia sub Geminis censentur, pectora Cancro, te sca-pulae, Nemeaee, vocant teque ilia,
Virgo, Libra colit clunes et Scorpios inguine regnat, et femina Arcitenens, genua et Capricornus
amavit, cruraque defendit Iuvenis, vestigia Pisces), sic alias aliud terras sibi vindicat astrum.
15
ἦσαν δέ τινες τῶν Χαλδαίων οἱ καὶ ἕκαστον μέρος τοῦ ἀνθρωπείου σώματος ἑκάστῳ τῶν ζῳδίων
ἀνατιθέντες ὡς συμπαθοῦν· κριὸν μὲν γὰρ κεφαλὴν ὀνομάζουσι, ταῦρον δὲ τράχηλον, διδύμους
δὲ ὤμους, καρκίνον δὲ στέρνον, λέοντα δὲ πλευράς, παρθένον δὲ γλουτούς, ζυγὸν δὲ λαγόνας,
σκορπίον αἰδοῖον καὶ μήτραν, τοξότην μηρούς, αἰγόκερων γόνατα, ὑδρηχόον κνήμας, ἰχθύας δὲ
πόδας. καὶ ταῦτα πάλιν οὐκ ἀσκόπως, ἀλλ’ ἐπείπερ, ἐὰν ἔν τινι τούτων τῶν ζῳδίων γένηται τῶν
κατὰ τὴν γένεσιν κακοποιῶν ἀστέρων τις, πήρωσιν τοῦ ὁμωνυμοῦντος ἀπεργάζεται μέρους. Sex.
Empir., Πρὸς μαθηματικούς V (Πρὸς Ἀστρολόγους), 21-22, edición de Mutschmann & Mau).
Hemos tenido en cuenta la traducción española de J. Bergua Cavero, 1997, ad locum.
16
Descriptio corporis. Explicare debemus signa XII quas partes humani corporis teneant; hoc enim et
ad apotelesmata vehementissime proficit, praesertim cum locum valetudinis vel vitii volueris invenire.
Caput hominis in signo Arietis est, cervix in Tauro, umeri in Geminis, cor in Cancro, pectus et stomachus
in Leone, venter in Virgine, renes, vertebrae in Libra, natura in Scorpione, femora in Sagittario, genucula
in Capricorno, tibiae in Aquario, pedes in Piscibus. Sic per haec signa tota membra hominis dividuntur.
(Firm. Maternus, Mathesis, 2.24, edición de P. Monat, 1992, con traducción).
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Diálogo Astrológico entre Platón y el ‘Profeta’ Egipcio Peteesis (P.Ryl. 63) 191

Sex. Empiricus,
Manilius,
Πρὸς μαθηματι- Firm. Maternus.
Astr. II, 453-465
εἴδωλον P.Ryl. 63 + IV, 701-710
κούς V, (Πρὸς Math. II, 24
Ἀστρολόγους)
21-22
Sol
Ἥλιος | ojo derecho X X X
Luna
Σελήνη ~ ojo izquierdo X X X
Hermes lengua, na-
Ἑρμῆς 1 riz, oídos X X X
Zeus
Ζεύς 5 vísceras X X X
Ares
Ἄρης 4 costados X X X
Afrodita
Ἀφροδίτη 2 bazo X X X
Crono
Κρόνος 6 riñones X X X
Aries
Κριός ! cabeza cabeza cabeza cabeza
Cáncer
$ cuello pecho pecho corazón
Καρκίνος
Leo costados y pecho y
Λέων % abdomen espalda costados estómago
Virgo mandíbulas, vientre
Παρθένος ^ caderas nalgas vientre
Libra riñones y
Ζυγόν & glúteos glúteos flancos vértebras
Escorpión
ingles, pubis das y la matriz órgano
partes puden-
Σκορπίος * pies? sexual
Sagitario
Τοξότης ( -vacat- muslos muslos muslos
Capricornio
Αἰγόκερως ) uñas rodillas rodillas rodillas
Acuario
Ὑδροχόος _ muslos piernas tobillos tibias
Piscis
Ἰχθύες + extremidades pies pies pies
Tauro
Ταῦρος @ cuello cuello nuca
Géminis brazos/hom- hombros
Δίδυμοι # bros hombros

ISSN: 1578-4517 MHNH, 15 (2015) 183-204


192 Sabino Perea Yébenes

Resultan curiosas las discordancias entre las partes del cuerpo indicadas en el papiro
y las que da Manilio. Este parece establecer las relaciones en función de los parecidos de
las formas y la asociación de ideas. Y así vemos que la descripción, que evoluciona en el
sentido del movimiento de la aguja del reloj partiendo de la cabeza, indica que Aries, ani-
mal de fortísima testa, rige la cabeza; el cangrejo, con su gran caparazón, el pecho; el toro,
animal de formidable cuello, rige esta parte de la anatomía humana; a los gemelos corres-
ponden los miembros “dobles”, brazos y hombros; los costados, al león de lomo fabuloso;
el bajo vientre a la maternal Virgen; los glúteos bien equilibrados, a la balanza; el pubis a
escorpión que exhibe el aguijón; los muslos, al arquero que tensa el arco ayudándose de
la potencia de sus piernas; el carnero genuflexo rige las rodillas; el medio acuático rige las
piernas, que un hombre sumerge y atraviesa caminando los ríos; los peces, por su forma y
su movimiento, rigen los pies. Esta distribución basada en la lógica y los parecidos razo-
nables no coincide en todos los textos. Así, vemos algunas diferencias en las atribuciones
en los textos de Manilio17 y Empírico, y muchas diferencias entre estos y el P.Ryl. 63.

17
Manilio, que escribió a comienzos del siglo I d. C., entre los últimos años de Augusto y los primeros
de Tiberio, ve en el universo la obra de un creador omnipotente, mundi conditor ille (Astr. II, 701),
que ordena el espacio de tal forma que los cuerpos se mueven ejerciendo su influjo sobre otros con
precisión admirable según un esquema ordenado. Es el mismo Manilio quien expone las relaciones
de las casas zodiacales con cada una de las partes del cuerpo humano, sentando de hecho las bases
de la medicina astrológica posterior, en Astr. 2.453-465. En un libro reciente, Katherine Volk ha
relacionado con acierto este fragmento “melotésico” de Manilio con la sección previa, Astr. 2.433-
452, donde el erudito menciona a los guardianes divinos de los signos: cada imagen o εἴδωλον,
situado en su sitio, recibe la tutela de un dios en particular. Y, por otra parte, el fragmento Astr.
2.453-465 se explica por la sección posterior, más extensa, Astr. 2.693-749, donde Manilio expone
su teoría de la δωδεκατημόρια (“de las doce partes”), según la cual cada signo está dividido en doce
secciones de 2,5º cada uno, gobernados, según su posición, por un signo zodiacal, comenzando por
el de su casa. Por ejemplo, el primer dodecatemorium de Aries corresponde a Aries, el segundo a
Tauro, y así sucesivamente. Aunque, como indica K. Volk, 2009, p. 88, “To make matters more
complicated still, each dodecatemorium can be subdivided into five parts of 0,5º, each under the
tutelage of one of the five ‘proper’ planets, that is, those aside from the Sun and the Moon. The point
of this system is to allow for greater complexity in casting a horoscope and thus to account for the
variety of human fates and dispositions: even people born under the same sign can be quite different
from one another, owing to the fact that they are born under different dodecatemoria”. Para Manilio
(Astr. 2.707-714), “Los nacidos en la tierra son engendrados bajo esta ley (in terris geniti tali sub
lege creantur); por eso, aunque nazcan en los mismos signos, muestran costumbres distintas y
deseos opuestos; y con frecuencia la naturaleza se desvía hacia lo peor, y a un macho sigue una
hembra: en un signo se mezclan los nacimientos, ya que cada uno de los signos varía según las
partes en que está dividido, y distribuye sus propias influencias de acuerdo con las dodecatemorias”
(idcirco, quamquam signis nascantur eisdem, diversos referunt mores inimicaque vota; et saepe in
peius derrat natura, maremque femina subsequitur: miscentur sidere partus, singula divisis variant
quod partibus astra, dodecatemoriis proprias mutantia vires).
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Diálogo Astrológico entre Platón y el ‘Profeta’ Egipcio Peteesis (P.Ryl. 63) 193

3. Los interlocutores
En este diálogo mantenido entre dos sabios en medio de una asamblea de gente,
como se deduce de las últimas líneas fragmentadas del papiro, vemos confrontadas
dos culturas o tradiciones, la filosofía “académica” griega y la sabiduría religiosa
egipcia18, que confluyen en el estudio de una materia común, la astrología: la repre-
sentaciones astrales, sus significados, y su influencia sobre el cuerpo humano.
No hemos de olvidar que el texto procede de Egipto, que va dirigido a egipcios
grecohablantes –y las clases cultas griegas residentes en Egipto, pero no egipcias de
nacimiento– que debían conocer indudablemente a Platón, y no solamente por los li-
bros, sino por la tradición del país, según la cual Platón visitó personalmente el país
del Nilo, y se entrevistó con los sacerdotes de Heliopolis, que no sólo atendían al oficio
divino, sino que eran expertos en astrología y magia, por tanto astrólogos y magos.
a) Platón en Egipto.
Diodoro de Sicilia indica (Bibl. I, 106 ss.) que fueron varios los sabios griegos,
unos legendarios, otros históricos que visitaron Egipto para aprender de los sacerdo-
tes egipcios19. Estrabón habla de dos muy importantes, e históricos, Eudoxo de Cnido (390-

18
La melothesia, tal como la entendemos hoy a partir de los escritos de autores griegos y romanos,
no se limitaba, entre los egipcios, a la relación entre las partes del cuerpo y planetas o signos
zodiacales, sino también con deidades y decanos. Mil años antes de Manilio, los egipcios del Reino
Nuevo ya tenían estas ideas y las representaron en paredes y papiros. Por ejemplo, en el naos de Saft
el-Henna o las clasificaciones del papiro Smith o p British Museum EA 10309, líneas 11-18 (citado
en la voz “Melothesia”, Lexikon der Ägyptologie II, 624-627). Una de las máximas autoridades en
estudios de astrología, J. F. Qack (1995, 97-122), ya puso de relieve hace algunos años estos insignes
precedentes egipcios de la ciencia melotésica griega a propósito de los “Decanos y las diversas
partes del cuerpo humano (“Dekane und Gliedervergottung”). Vid. También O. Neugebauer, 1955,
47-51; L. Kákosy, 1982, 163-191; C. Leitz, 1995, 39-43. Siguiendo el prolijo y exhaustivo estudio
de Terence Duquesne (2002), el ideario religioso egipcio dio un paso paradigmático –en relación
con los avances astrológicos de su época– al trasladar la “deificación” de diversas partes del cuerpo
que llevaban a cabo los egipcios (posiblemente primero como rito funerario), a espacios elevados
suprahumanos, celestes, como encontramos en otras culturas. Recordemos que los decanos pasan a
ser “dioses del tiempo” y rigen el “destino” de los hombres, con lo que la adaptación a la astrología
posterior de época helenística y romana es fácilmente deducible. Las listas de dioses asignadas a
las diferentes partes del cuerpo (y también a las partes del templo, que es el “cuerpo divino” en
la tierra), se expresaban como letanías, como ha estudiado el propio Duquesne, con un catálogo
exhaustivo de las fuentes egipcias que tratan este tema, organizadas de modo que puede seguirse el
desarrollo de este ideario melotésico hasta la época clásica. Vid. Duquesne, 2002, 237-271.
19
Str., XVII 1.29: “Esta ciudad (Heliópolis) en tiempos antiguos era precisamente la residencia de
los sacerdotes, científicos y astrónomos, pero los estudiosos y las escuelas han desaparecido. Se
cree que cualquier persona no podía ser maestro, sino únicamente los hombres que realizaban los
ISSN: 1578-4517 MHNH, 15 (2015) 183-204
194 Sabino Perea Yébenes

337), matemático, astrónomo y geógrafo que habría visitado la región de Heliópolis hacia
370, y también Platón20, según este importante texto de Estrabón (XVII, 1, 29, 13-28)21:
Como quiera que sea, se muestran en Heliópolis las residencias de los sa-
cerdotes, así como las escuelas de Platón y de Eudoxo. Este, en efecto, había
venido a la ciudad con Platón, y vivieron trece años en la compañía de los
sacerdotes, según algunos autores. Estos sacerdotes tenían un conocimiento
muy profundo de los fenómenos celestes y secretos, y eran muy reacios a
compartir sus conocimientos, y solo a fuerza de tiempo y con tacto es como
Platón y Eudoxo lograron que aquellos les dejasen estudiar los fundamentos
de su doctrina, que mantienen ocultos por lo general. Son estos hombres los
que nos han enseñado las fracciones del día y de la noche que vienen a aña-
dirse a los 365 días para completar el ciclo completo de un año; porque el año
verdadero fue ignorado por los griegos, así como muchas otras cosas, hasta
que los astrólogos modernos las aprenden de las traducciones que se hacen
al griego de las obras escritas por los sacerdotes; y todavía hoy siguen apren-
diendo de estas fuentes, del mismo modo que de las de los caldeos.
Se ha sugerido la posibilidad de que Platón, antes, siendo joven, hacia 395-393,
hubiera realizado otro viaje a Egipto22. Al viaje de Platón a Egipto y su relación con los
sabios sacerdotes (profetas) egipcios, se refieren Cicerón, asegurando que allí aprendió

sacrificios y explicaban a los extranjeros los ritos sagrados” (μάλιστα γὰρ δὴ ταύτην κατοικίαν
ἱερέων γεγονέναι φασὶ τὸ παλαιὸν φιλοσόφων ἀνδρῶν καὶ ἀστρονομικῶν· ἐκλέλοιπε δὲ καὶ τοῦτο
νυνὶ τὸ σύστημα καὶ ἡ ἄσκησις). Es decir, que cualquier diletante no podía ir a aprender cuatro
tonterías sobre astrología, tal como critica Estrabón precisamente a propósito del prefecto romano
Aelio Galo (en 27-25 a.C.), que visitó a Queremón de Alejandría “pretendiendo aprender esa
ciencia” y que fue despedido e insultado por Queremón, que le tildó de “fanfarrón e ignorante”,
γελώμενος δὲ τὸ πλέον ὡς ἀλαζὼν καὶ ἰδιώτης (Str., XVII 1.29).
20
Sobre Platón en Egipto, B. Mathieu, 1987, 153-167 (aunque no comenta el P.Ryl. 63, lo que sí hace,
aunque de pasada, L. Kákosy, 1993, p. 27). Son interesantes las reflexiones de J. F. Quack, 2002,
pp. 79-80, y K. Ryholt, Petese II, 2006, p. 14.
21
ἐκεῖ δ᾽ οὖν ἐδείκνυντο οἵ τε τῶν ἱερέων οἶκοι καὶ Πλάτωνος καὶ Εὐδόξου διατριβαί. Συνανέβη γὰρ δὴ
τῷ Πλάτωνι ὁ Εὔδοξος δεῦρο, καὶ συνδιέτριψαν τοῖς ἱερεῦσιν ἐνταῦθα ἐκεῖνοι τρισκαίδεκα ἔτη, ὡς
εἴρηταί τισι· περιττοὺς γὰρ ὄντας κατὰ τὴν ἐπιστήμην τῶν οὐρανίων, μυστικοὺς δὲ καὶ δυσμεταδότους,
τῷ χρόνῳ καὶ ταῖς θεραπείαις ἐξελιπάρησαν ὥστε τινὰ τῶν θεωρημάτων ἱστορῆσαι· τὰ πολλὰ δὲ
ἀπεκρύψαντο οἱ βάρβαροι. οὗτοι δὲ τὰ ἐπιτρέχοντα τῆς ἡμέρας καὶ τῆς νυκτὸς μόρια ταῖς τριακοσίαις
ἑξήκοντα πέντε ἡμέραις εἰς τὴν ἐκπλήρωσιν τοῦ ἐνιαυσίου χρόνου παρέδοσαν· ἀλλ᾽ ἠγνοεῖτο τέως ὁ
ἐνιαυτὸς παρὰ τοῖς Ἕλλησιν ὡς καὶ ἄλλα πλείω, ἕως οἱ νεώτεροι ἀστρολόγοι παρέλαβον παρὰ τῶν
μεθερμηνευσάντων εἰς τὸ Ἑλληνικὸν τὰ τῶν ἱερέων ὑπομνήματα· καὶ ἔτι νῦν παραλαμβάνουσι τὰ
ἀπ ἐκείνων, ὁμοίως καὶ τὰ τῶν Χαλδαίων. El texto griego es el establecido por H.L. Jones, 1949. La
traducción se basa en la de J. Yoyotte – P. Charvet – St. Gompertz, 1997, p. 131.
22
J. Yoyotte, J. – P. Charvet – St. Gompertz, 1997, p. 130 n. 304.
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Diálogo Astrológico entre Platón y el ‘Profeta’ Egipcio Peteesis (P.Ryl. 63) 195

matemáticas y astrología23, Quintiliano24, que insiste en el aprendizaje del ateniense de


conocimientos arcanos, y en el mismo sentido se expresa Apuleyo25. Diógenes Laercio
(III, 6) indica que Platón viajó a Egipto para hablar con los profetas, εἰς Αἴγυπτoν παρὰ
τοὺς προφήτας, idea que reproduce Filóstrato en la Vita Apolonii, I, 2, presentando a
un Platón imitador de Empédocles, Pitágoras y Demócrito, que buscaban en Egipto
alcanzar la ciencia de los magos26; el ateniense, en el país del Nilo, “entremezcló
muchas cosas de los profetas y sacerdotes de allí con sus propias teorías y que, como
un pintor, dio colores a lo que ya había perfilado, jamás ha sido tomado por un mago,
aun cuando se le haya envidiado más que a ningún hombre por su sabiduría” (Πλάτων
τε βαδίσας ἐς Αἴγυπτον καὶ πολλὰ τῶν ἐκεῖ προφητῶν τε καὶ ἱερέων ἐγκαταμίξας τοῖς
ἑαυτοῦ λόγοις καὶ καθάπερ ζωγράφος ἐσκιαγραφημένοις ἐπιβαλὼν χρώματα οὔπω
μαγεύειν ἔδοξε καίτοι πλεῖστα ἀνθρώπων φθονηθεὶς ἐπὶ σοφίᾳ).
Por su parte, Clemente de Alejandría (ca. 150-215), que dedica todo el capítulo
XV del libro I de Stromata a mostrar cuánto deben la filosofía y la ciencia griegas
a la sabiduría oriental, indica expresamente: “Tampoco Platón niega haber impor-
tado de los bárbaros lo mejor de la filosofía, y confiesa públicamente haber ido a
Egipto” (Πλάτων δὲ οὐκ ἀρνεῖται τὰ κάλλιστα εἰς φιλοσοφίαν παρὰ τῶν βαρβάρων
ἐμπορεύεσθαι εἴς τε Αἴγυπτον ἀφικέσθαι ὁμολογεῖ, Clem., Strom. I, XVI, 66,1-3).
Poco más adelante Clemente indica cómo algunos sabios griegos son discípulos de
los no menos sabios egipcios: “Se dice que Pitágoras fue discípulo de Sonchidis, el
primero de los profetas27, Platón de Sechnufis de Heliopolis28, y Eudoxo de Cnido
de Konufis igualmente egipcio”, Ἱστορεῖται δὲ Πυθαγόρας μὲν Σώγχιδι τῷ Αἰγυπτίῳ
ἀρχιπροφήτῃ μαθητεῦσαι (Πλάτων δὲ Σεχνούφιδι τῷ Ἡλιοπολίτῃ, Εὔδοξος δὲ ὁ
Κνίδιος Κονούφιδι τῷ καὶ αὐτῷ Αἰγυπτίῳ, Clem., Strom. I, XVI, 69,1), añadiendo
que Platón “conoce y admite la profecía” (πάλιν προφητείαν γνωρίζων φαίνεται,
προφήτην εἰσάγων…, Clem., Strom., I, XVI, 69,2).

23
Cic., De fin. V, 87: Plato Aegypti peragravit, ut a sacerdotibus barbaris numeros et caelestia accipere.
24
Quint., Inst. I, 12, 15: Aegypti quoque sacerdotes adiit atque eorum arcana perdidicit.
25
Apul., De Platone, 1, 2, 7-10: ad Theodorum Cyrenas, ut geometriam disceret, est pro­fec­tus et
astrologiam adusque Aegyptum iuit petitum, ut inde prophetarum etiam ritus ad­disceret. (Edición
de J. Beaujeu, 1973).
26
Filost., Vita Apol. I, 2: Ἐμπεδοκλῆς τε γὰρ καὶ Πυθαγόρας αὐτὸς καὶ Δημόκριτος ὁμιλήσαντες μά­
γοις καὶ πολλὰ δαιμόνια εἰπόντες οὔπω ὑπήχθησαν τῇ τέχνῃ.
27
Cf. Plut., Moralia, 354 D-E.
28
Cf. Plut., Moralia, 578 F.
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196 Sabino Perea Yébenes

Si Platón estuvo o no en Egipto realmente, carece de importancia. Interesa que tanto


egipcios como griegos creen que tal visita tuvo lugar, si es que damos valor a las fuentes.
Y que la tradición popular, como el texto del papiro P.Ryl. 63, los relaciona con toda natu-
ralidad sabiendo que el público al que se destina acepta y da por segura esa reunión entre
Platón y lo sacerdotes egipcios. Ambos personajes son paradigmáticos de la sabiduría
griega y egipcia, puesta a debate en Egipto al modo platónico, es decir, como un diálogo.
Se trata de un “diálogo personalizado”. Esto le confiere más autoridad y aunque a veces
se pliegue a fórmulas retóricas, el hecho de que el lector encuentre nombres conocidos,
ayuda a darles credibilidad. Este recurso literario se utiliza frecuentemente en textos má-
gicos dirigidos a gentes poco o medianamente instruidas29.
b) Petese (Peteesis) en Egipto
El interlocutor de este Platón filósofo de los atenienses (Πλάτων ὁ Ἀθηναίων
φιλόσοφος) es el profeta Peetesis (Πετεῆσις προφήτης). El nombre Peteesis es fre-
cuente en los papiros30 y ostraca31 del Egipto greco-romano. Pero se trata induda-
blemente del sabio Heliοpolitano que conocemos en lengua demótica como Petese.
Para los egipcios este nombre –como otros, por ejemplo Petosiris– no solo está a la
altura intelectual de Platón, su interlocutor pariter, sino que le supera.
M.S. Funghi y F. Decleva Caizzi, 1989, en su estudio específico de este papiro,
siguiendo a Kroll32, indicaban que “in questo nome, non citato altrove nelle fon-
ti greche litterarie, si è pensato que possa celarsi Petosiris, il sacerdote/astrologo
egiziano associato al re Nechepso nella paternità di un celebre trattato astrologico
databile al II sec. a.C., e al quale viene attribuita la melotesia zodiacale”33. Que el
nombre no aparezca en textos griegos, literarios o papiráceos, de Egipto no significa
que el profeta (astrólogo) Peteesis sea desconocido. Al contrario.

29
Cf. H. Versnel, 1995.
30
BGU III, 998 rp. 10; IV, 1196, 15; VII, 1196, 13-15; CPR, XIII, 29, fr.A, 3, 46 y fr.B, 6, 82; PAchm.
7; PAmh. II, 51, 2 y 3; PBacch. 1 rp. 23, 25, 26 y 2 rp. 21; PBad, IV, 104, 5; PCair, Mich. 359, r.42;
PCollYoutie, I 1, 26, 15; PMich, IV/1, 223-225; PPetaus, 102, 3; PPhil. 18, 3, 42; PPrinc. I, 10, 2,
9; P.Ryl. 220 (de época de Adriano); PTebt. I, 61, A, 3, 56; 63r rp. 6, 139; 85, fr.A, 3, 58, 61, 62, 63
y 73; PTebt. II, 401, 6, 9 y 6, 18; PTebt. III/2, 851, fr.2, 102; 881, 3, 9; 1060, 20; P.Tebt. IV, 1060,
20; 1107 rp. fr.C, 14, 201; 1110 rp dupl, 5, 145; 1117 rp. fr.B, 14, 17 y 24; 1126, 15; 1128 rp. 18 y
23; 1130 rp. 8, 117; 1135 rp. 14; 1135 rp. 14; rp. 4, 7; rp. 4, 7; 1142 rp. 11; PWisc, II, 46, 2, 7; SB
III, 6953 (del siglo II d.C.); SB VI, 9545, 27 (del año 135); etc.
31
OAmst. 83, 7; OAmst. 83, 7; OAmst. 83, 7; ODouch. II, 139, 8; OElkab. 15, 3 y 50, 3;
OLeid. 687, 6; OMich. II, 820, 3 y 840 (del s. III); etc.
32
W. Kroll, 1937, col. 1125.
33
M. S. Funghi – F. Decleva Caizzi, 1989, p. 592.
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Diálogo Astrológico entre Platón y el ‘Profeta’ Egipcio Peteesis (P.Ryl. 63) 197

La identidad del astrólogo y mago Petese, el Peteesis del papiro, tiene un antes y
un después a partir de los trabajos de Kim Ryholt, que ha reeditado, ordenado, tradu-
cido y comentado magistralmente los disiecta membra de las historietas en la que in-
terviene este personaje. Se trata de un conjunto de papiros demóticos –de la colección
Calsberg de Copenhage, y de otras– que nos aportan 70 relatos literarios, reunidos por
Ryholt primero en su libro The Story of Petese son of Petetum and Seventy Other Good
and Bad Stories (1999), revisados y completados por él mismo en la publicación de
2006, The Petese Stories II34. Es posible que este Petese (Peteesis) sea el mago egip-
cio a quien Ostanes escribe una carta apócrifa (Ὀστάνου φιλοσόφου πρὸς Πετάσιον)
acerca de todo lo sagrado y la ciencia divina (περὶ τῆς ἱερᾶς ταύτης καὶ θείας τἐχνης)35.
Los personajes principales de la historia marco son Petese, profeta de Atum en el
templo de Heliópolis, y su esposa Sakhminofret. Las escenas de situación del comien-
zo ya nos dan idea del contenido: Petese invoca a un fantasma, y le interroga acerca
de cuánto tiempo le queda de vida. La impavidez del fantasma hace que Petese tenga
que recurrir a la magia para arrancarle la respuesta al singular interlocutor. El fantasma
le responde que ha consultado el libro “de los que están a punto de entrar en el reino
de los muertos” y que le quedan cuarenta días de vida. Apesadumbrado, Petese vuelve
a casa, y le dice a su esposa que ha tomado la decisión de dejar sus preocupaciones
a un lado y pasar los días que le quedan “haciendo fiesta” con su cónyuge. Las cosas
cambian en otro escenario: el templo de Heliópolis. Allí conversa con sus compa-
ñeros sacerdotes a propósito de los “libros que están guardados en el templo” y que
contienen arcanos; en ellos se basa el prestigio del templo; y propone que algunos de
estos libros puedan ser revelados. Algunos sacerdotes se niegan a esta posibilidad, y de
nuevo Petese recurre a la magia para intimidar a un tal Hareus, realizando una práctica
que conocemos por los papiros griegos de magia: modela un gato y un halcón de cera,
y realiza una invocación por la cual Hareus “se somete” a estas criaturas. Más adelante
34
Ver la reseña de J. Dieleman, 2009. De la edición de K. Ryholt, además de los textos, lógicamente,
interesa la jugosa introducción del autor, donde podemos encontrar una breve descripción de las
Historias de Petese (K. Ryholt, 2006, pp. 1-4), el engarce de las historias (pp. 4-6), la naturaleza
de la historias de Petese (pp. 6-8) y su relación con la literatura narrativa egipcia antigua (pp. 8-10),
sobre los babuinos que hacen literatura y los babuinos de entretenimiento (pp. 10-11), posibles
alusiones a las Historias de Petese en otros escritos contemporáneos (pp.11-12); el tema de la “mujer
buena” y la “mujer mala”, omnipresente en el ciclo (pp. 12-13); Petese el sabio heliopolitano en la
tradición literaria egipcia y griega (pp. 13-16), la fecha más probable de los textos de las Historias
de Petese (pp. 16-17), “que no pueden ser anteriores al siglo III a.C.” (p.16); tamaño y sentido de
las Historias (pp. 17-19). Una muy positiva valoración científica del trabajo de Ryholt lo podemos
leer en R. Jasnow, 2002, pp. 208-213. Vid. también la reseña de C. J. Martin, 2004, pp. 61-63.
35
Texto griego y comentario filológico en J. Bidez – F. Cumont, 1938, pp. 334-336. Ibid., p. 335, n.1,
indican varios manuscritos donde se lee πρὸς Πετήσιον.
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volverá a recurrir a la técnica de las figuras de cera. Previendo su muerte, trata de or-
ganizar su propio funeral. Acabados los preparativos, el texto nos informa de algo muy
interesante: nos dice cómo Petese concibió sus historias y las dejó escritas en papiros:
crea dos babuinos de cera y los convierte en seres vivos; y les ordena que día a día
deben esmerarse en recopilar y escribir un libro que contenga 35 historietas virtuosas
y 35 viciosas –recordemos que el libro de Petese tiene exactamente 70 relatos– que de-
ben redactar a modo de los libros antiguos. Como indica con razón Ryholt, el número
total de historias, setenta, se relaciona con el ámbito funerario, pues setenta es el perio-
do ideal de tiempo que se tarda en realizar un embalsamamiento. Interesa también la
importancia que se da a la biblioteca heliopolitana, y a la custodia y descubrimiento de
libros antiguos en los templos, que es “a topos in the introduction to religious, scientific
and didactic texts. It is in this respect noteworthy that Petese himself is also attested in
relation to this topos. In another text from the temple library, he is said to be the inter-
preter of an ancient, scientific treatise written by Imhotep that had been discovered in
the temple of Heliopolis”36. Petese muere el día cuadragésimo, como le había dicho
el fantasma. Pero todo estaba arreglado, pues dejó preparado su testamento literario, y
también –aunque esto no se ha conservado– quedó abierta la puerta de los libros secre-
tos de Heliópolis. En recuerdo del difunto, y siguiendo igualmente sus instrucciones,
Sakhminofret, la esposa, va a la despensa de la casa y hace una ofrenda al dios Sol,
quemando mirra, incienso y kyphi en un brasero, haciendo una plegaria por él, hasta
que el dios Sol mismo se manifiesta y le habla, como un fantasma, con la voz de Petese.
Se habrá advertido en este resumen apresurado de la “historia” central de Petese,
que se habla de necromancia, de magia37, de sabiduría sacerdotal, de los libros de
los templos egipcios, pero no de astrología, salvo esa metamorfosis, ya en el mundo
de ultratumba, que acontece a Petese metamorfoseado en el dios-Sol en el Más Allá.
Este Peteesis (=el Petese egipcio de los papiros demóticos) viene a conversar en
el papiro con Platón por mor de su heliopolitana auctoritas. El mago Petese de los
papiros demóticos es, indudablemente el Peteesis del P.Ryl. 63, como indican los
mejores estudiosos, como el propio K. Ryholt38, en la edición de los papiros de la
colección Calsberg (1999 y 2006), y J. F. Quack en su importante trabajo en el que
sigue “La pista del mago Petese” (2002)39.

36
K. Ryholt, Petese II, 2006, 3.
37
El nombre Peteesis, “dado por Isis”, guarda una relación de herencia con la diosa maga egipcia.
38
K. Ryholt, Petese II, 2006, 14-15.
39
Sobre los intercambios greco-egipcios, o viceversa, y en especial a propósito de la magia o/y astrología,
Fr. Cumont, 1937. Sensu contrario, F. Hartog, 1986, pp. 953-967. A propósito de la influencias
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Como resumen de este breve estudio basado en el P.Ryl. 63, concluimos:


a) Que el documento es excepcional para el estudio de la melotesia zodiacal,
puesto que presenta variantes (en la atribución de cuerpos celestes y órganos huma-
nos) con respecto a los textos canónicos de Manilio, Empírico y Materno.
b) Es el único texto melotésico antiguo que indica las tutelas de los 12 signos
zodiacales40 más los 7 planetas. Por tanto 19 regencias de los cuerpos celestes sobre
órganos humanos.
c) Basándonos en estos autores y en otros menos conocidos, como Demetrio de
Falero, y el escolio a la gramática de Dionisio Tracio, hemos propuesto, por primera
vez, completar al menos dos líneas perdidas del texto en su parte superior (¿inicial
del documento?, que completa y da sentido a la parte escrita conservada.
d) El texto tenía posiblemente una finalidad didáctica. Puede datarse a finales del
s. II o en el siglo III d.C., siguiendo la propuesta de Ryholt.
e) El documento presenta la particularidad de presentarse en forma dialógica, pla-
tónica; y en el mismo interviene el mismo Platón en diálogo o discusión “científica”
con el mago Petese (Peteesis en el papiro), mago afamado en la literatura popular,
demótica, posiblemente desde el siglo IV. Que Petese (Peteesis) fuese un mago-astró-
logo formado o salido de Heliópolis no es algo banal; pues este centro es, secularmente,
milenariamente, rector de las “ciencias” egipcias superiores (deberíamos de hablar de
“conocimientos superiores, arcanos, guardados celosamente y muy especializados”), tal
como ellos las entendían y entre las que estaba indudablemente la astrología.

astrológicas, resultan imprescindibles los trabajos de Neugebauer, en particular la impresionante obra,


en dos volúmenes, O. Neugebauer – R.A. Parker, 1969, y no menos extraordinario trabajo de tesis de
Joachim Quack, de casi 800 páginas de pura erudición, aún no publicado, y al que hemos tenido acceso,
Quack, 2002. Los préstamos, intercambios de argumentos e “intertextualidad” entre los textos literarios
egipcios y la literatura griega, en los periodos helenístico y romano (que se perciben claramente en las
novelas de tema y escenario egipcios, escritas en griego) han sido estudiados recientemente con gran
solvencia por Salim, 2013, especialmente pp. 47-49 sobre la Historia de Petese y la tradición literaria.
Las fuentes indican que el famoso Petese de Heliópolis, mago-astrólogo había “evolucionado” para
convertirse en un famoso alquimista en las fuentes griegas y árabes posteriores, por ejemplo el Kitab
el-Fihrist. Trata el tema de la vida de Petese más adelante (ibid., pp. 151-153, y 176-177), concluyendo
que, en efecto, el Petese de los textos demóticos es el Peteesis del P.Ryl. 63, el cual “reflects special
recognition for this particular magician, who was in the Greek papyrus Rylands 63 described as the
teacher of none other than Plato himself, one of the most celebrated Hellenic philosophers” (ibid., p.
177). Sobre la alquímica egipcia, J. Lindsay, 1970.
40
Con excepción de Tauro y Géminis, que estaban en el texto original, que ha llegado corrompido en
estas líneas, como se ha indicado más arriba.
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f) El documento no tiene grandes pretensiones culturales, por ejemplo confrontar la


cultura griega y la egipcia a propósito de la astrología –y en particular de la melotesia
astral–, sino ilustrar cómo ambas tradiciones se nutren mutuamente. Los autores astroló-
gicos griegos reconocían la importancia de Egipto en la ciencia astrológica –al menos en
el desarrollo que éstos hicieron de los decanos–, y este texto papiráceo viene, en cierto
modo, a corroborar esa opinión. Desde el otro punto de vista, el de los egipcios, el he-
cho de incluir a Platón, paradigma del sabio heleno, en sus disquisiciones astrológicas
escolares era también un homenaje al prestigio de la sabiduría astrológica griega. Todo el
fragmento es una clara expresión de síntesis doctrinal cosmológica, y más concretamente
desde un punto de vista particular como es el de las correspondencias melotésicas; un
trasvase de conocimiento, si se quiere, desde una cultura emisora en su declinar, como es
la egipcia, y otra cultura receptora, la grecorromana, que aprehende y sintetiza a su modo
–y en la medida de sus posibilidades– la información recibida, todo ello en un contexto
claramente sincrético, que no sintético.

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