Actividad 4 La Fragilidad de Nuestro Cuerpo
Actividad 4 La Fragilidad de Nuestro Cuerpo
Actividad 4 La Fragilidad de Nuestro Cuerpo
1. Lee atenta y comprensivamente el siguiente texto, buscando el significado de las palabras subrayadas:
LA PASIÓN POR MI CUERPO: El yo natural están corporeizado, el cuerpo no es una simple identidad, sino
que se experimenta la omnipresencia del cuerpo; afecta especialmente a los adolescentes por su inmadurez y
vulnerabilidad a las presiones de los medios de comunicación para conseguir gratificaciones que se vuelven
inaplazables en razón de la primariedad y egocentrismo de su comportamiento.
La pasión por el cuerpo se hace patente en la práctica y contemplación del deporte, en el cuidado de la figura
corporal y la salud, en el arrollador interés por el sexo.
2. Descubre la frase leyendo las sílabas siguientes. ¿Estás de acuerdo con esta afirmación?
¿Por qué?
INSTITUCIÓN EDUCATIVA INEM JULIÁN MOTTA SALAS
SEDE MAURICIO SÁNCHEZ GARCÍA
ÁREA: ÉTICA
Sección: 606 - 1 Periodo
3. Completa las siguientes palabras teniendo en cuenta los signos vocálicos. Busca el significado de
cada expresión y escríbelo en tu cuaderno.
4. Teniendo en cuenta como modelo la analogía que indica la flecha y el ejemplo, relacionada con el tema
visto, desarrolla las demás teniendo en cuenta las columnas A y B.
Ejemplo: Billete es a deterioro como persona es a enfermedad.
5. Escribe Tu compromiso: De hoy en adelante, asumiré acciones para mejorar mi aspecto físico
y mi personalidad.
Narciso antes de ser un personaje de la mitología griega era simplemente un tipo guapo, no hay que negarlo; tenía
carita de príncipe de cuento, usaba el cabello largo o corto según la ocasión, vestía con arte y se maquillaba sólo
con artificios naturales, absolutamente naturales.
Un martes (o un jueves, me da igual) terminaba de disponerse para salir, quizás iba al teatro (porque aún no
se inventaba el cine) o quizás a una fiesta. Había revitalizado sus labios con roja cereza, blanqueado su rostro y
acomodado su cabello. Se asomó al espejo (el reflejo del agua en un lago, pues todo era natural) y se contempló
con satisfacción ¡Qué pieza! Pensó.
Entonces Zeus, el dios griego, mirando con cuánto deleite Narciso contemplaba su propia figura, le infundió un
amor desmedido por su propio yo. Narciso se enamoró perdidamente de sí mismo. Quiso alcanzar su imagen y se
tiró hacia ella en el estanque, donde murió infeliz de no poseerse.
Esta historia de la mitología griega, se me antoja la historia de los chicos que gastan tardes enteras en el
gimnasio contemplando sus bíceps o de las chicas con jornadas agotadoras de gimnasia rítmica. ¡Que pieza!, los
oyes pensar cuando se ponen en los salones de espejos después de haber entrenado; miran por delante, miran por
detrás, el abdomen dividido en cuatro o seis rectángulos, los músculos dorados, hacen fuerza para perfilar mejor
los tríceps, el pectoral, etc.
Si tú vas a un gimnasio puedes ver que siempre hay un salón con espejo, donde seguramente habrá teens y no tan
teens evaluando la musculatura de sus cuerpos. <<Con el sudor cutáneo la silueta de los músculos queda más
definida>>, eso te dirán.
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SEDE MAURICIO SÁNCHEZ GARCÍA
ÁREA: ÉTICA
Sección: 606 - 1 Periodo
Pero Narciso no es sólo el chico, la chica que viven para la figura de su cuerpo, los hay más refinados, desde
aquellos que transmutan su rostro con los cosméticos, hasta aquellos que además de dieta, ropa y moda,
confeccionan sus peinados con métodos sofisticadísimos.
A Narciso la muerte le alcanzó en un estanque. Y yo me pregunto: ¿Dónde le llega la muerte a los Narciso de
hoy, esos chicos que consumen su vida en el culto idólatra de su figura; la sobredosis, exceso de hormonas, los
que quedan tiesos en las cirugías plásticas, etc…? <<No, yo sólo hago ejercicio>>, dice algún chico del
gimnasio… Al dar una atención desmesurada a mi cuerpo, en cierto sentido lo estoy tratando como un objeto que
poseo. Y no es que no deba atender a mi cuerpo; o mejor dicho, debo cuidarme y atenderme a mí mismo, como
parte inseparable de mi ser, aplicarme al cuidado de mi cuerpo. El gimnasio y los aeróbicos son buenos; son salud,
pero no son un fin en sí mismos. Sabina Codarín.
¡BENDICIONES!!!