Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 5

UNIVERSIDAD MAYOR DE SAN

ANDRÉS
FACULTAD DE CIENCIAS ECONOMICAS Y
FINANCIERAS
CARRERA DE ECONOMIA

Ensayo
“EL FUTURO DE LA
ECONOMIA BOLIVIANA
POST CORONAVIRUS ”

Nombre: Saraha Daniela Rodriguez


Rios

INTRODUCCION
Estudiar EL FUTURO DE LA ECONOMIA BOLIVIANA POST CORONAVIRUS
atravesó de lo sucedido en la gestión 2020 es un hecho que nos ayudara
atravesar como nos encontraremos en la economía futura.

El trabajo nos ayudara analizar varios puntos específicos para poder ver cómo
nos encontraremos a la economía en el futuro.

Bolivia en estos últimos meses atraviesa una situación muy delicada, no sólo
por la trágica emergencia sanitaria, sino también porque prácticamente paralizó
su economía, cerró sus fronteras, priorizando la salud y la vida de sus
ciudadanos.

Es importante, sin embargo, antes de pensar en cómo enfrentar este mal


momento económico, conocer cómo se encontraba la economía antes de la
crisis sanitaria, saber cuáles eran sus debilidades y si sus fortalezas, y cómo
podrían reactivarse rápidamente algunos sectores ante una eminente salida de
la cuarentena, esperemos lo más pronto posible.

DESARROLLO

la mayoría de los bolivianos conoce que en los últimos años hemos estado
experimentando una desaceleración de la economía, tal es así que el
crecimiento del PIB vino descendiendo desde hace varios años

Esta situación provocó que la deuda externa e interna se incrementen de


manera sostenida, y que las Reservas internacionales disminuyan. Está claro,
que esta disminución de los ingresos del país estaba ocasionada
especialmente por un shock externo que redujo los precios de las principales
materias primas de exportación de nuestro país.

Por otro lado, también podemos afirmar que esta disminución de ingresos
estaba muy relacionada por la forma en cómo el anterior gobierno había
pensado el país y su economía. Se había provocado una gran dependencia a
los hidrocarburos y a la supe especialización de nuestras exportaciones en muy
pocos productos, que básicamente eran materias primas y que dependían
riesgosamente de los precios internacionales, los cuales empezaron su caída
ya desde el 2014. Nuestro país priorizó el incentivo a la demanda
(consumismo), no solo a través del mayor gasto público, sino también por un
sistema financiero que contribuyó con una acelerada creación de dinero que
inyectaba recursos a los bolsillos de los ciudadanos, creando una falsa
sensación de desarrollo y un crecimiento económico ilusorio. El resultado fue el
descuido de la oferta o el sector productivo, promoviendo una alta dependencia
de nuestra economía al sector externo, deteriorando la productividad y la
sostenibilidad de la economía, incentivando las importaciones, creando
competencia desleal al sector productivo privado por parte del Estado,
desincentivando la inversión privada y extranjera, convirtiendo a Bolivia en un
infierno fiscal, y limitando la libertad económica de los agentes.
A esto debemos sumar, además, la ineficiencia de la inversión pública y los
altísimos niveles de corrupción que provocaron desaprovechar la mejor etapa
de bonanza económica vivida en Bolivia.

Destacamos en el mismo, el elevado porcentaje del consumo de hogares, que


resume la aplicación del supuesto modelo “basado en la demanda”. Hasta
antes del 2015 este consumo de hogares alcanzaba en promedio un 60% del
total del Producto Interno Bruto, pero cuando empezaron a bajar los precios de
las materias primas y, por lo tanto, caer los ingresos, el gobierno inyectó más
dinero a la economía y empezamos a consumir más, llegando a un 68%
en promedio los últimos 5 años. Esta política –como ya habíamos mencionado-
fue incentivada por un mayor gasto público (gastos corrientes), e incluso
transferencias directas de dinero a las familias y otros, tal que la cuenta
de administración pública (ver el gráfico), de tener un consumo promedio de
13% sobre el total del PIB años anteriores al 2015, llegó hasta un 18.14% del
2019 (5 puntos porcentuales más respecto a 2010).

Continuando con el análisis, resulta que la administración pública tiene nexos y


relaciones con varios sectores de la economía, y por supuesto con la formación
bruta de capital fijo, o lo que es prácticamente lo mismo, la inversión. Este es
un indicador que también subió, dado que el 2010 llegaba a un 16.5% del PIB,
alcanzó un pico el 2015 (21.37%) y fue creciendo hasta un 19.98% como
porcentaje del PIB, el 2019.  Hacíamos esta afirmación porque resulta que la
FBCF está compuesta o fue generada en un 66% por la inversión pública y el
restante, por la economía privada.

Por otra parte, resulta que la FBCF está compuesta por varios tipos de
inversión, tal es así que, del total de este indicador, un 51% fue gastado en
bienes de capital (el 2019) y el restante en construcciones. Debe quedar claro
entonces, que un elevado porcentaje de construcciones y el performance de
este sector, dependen en gran medida de la inversión pública.

Respecto a las Variaciones en Existencias, vemos que no tiene mayor


incidencia en la estructura del PIB. Aunque en realidad, en algunas economías
suele ser un indicador de importancia dado que muestra el aumento o
disminución de inventarios de las empresas, y, por lo tanto, de alguna forma,
de las expectativas de crecimiento de la demanda.

Es importante analizar el papel de las importaciones y las exportaciones. Si nos


fijamos los primeros años (2010 y 2012), la participación de estos dos
indicadores sobre el PIB alcanzaba a por lo menos 75% del PIB (una gran
dependencia del PIB al sector externo). El 2015 la incidencia disminuyó a 67%,
y los dos últimos años (2017 y 2019) siguió ese proceso para llegar alrededor
de un 55%.

Por otro lado, la disminución en el tiempo de las exportaciones fue más veloz
que la disminución de las importaciones, por lo que, en los 3 últimos años del
gráfico, la incidencia de las importaciones sobre el PIB fue mayor a la
incidencia de las exportaciones. Es claro que eso demuestra el déficit comercial
vivido durante los últimos 5 años.
LOS PRINCIPALES COMPONENTES DEL GASTO EN EL PIB  A PRECIOS
CORRIENTES

EFECTOS CAUSADOS

Descenso constante del crecimiento económico, o del PIB. Los organismos


internacionales señalan que el crecimiento para este año será negativo,
situándolo hasta un máximo   de -3.4%; El problema es que ese crecimiento
negativo refleja el comportamiento de la economía formal, y en general de los
grandes productores en nuestra economía.

El INESAD en una de sus últimas publicaciones afirma que en las zonas


urbanas el 81% de los hogares trabajan por ingresos diarios, y por supuesto,
estos ni siquiera son registrados por las cifras macro. Es claro que la pandemia
azotará la economía de este mayor porcentaje de personas con mayor fuerza.

Mayor gasto público, y como consecuencia, un déficit fiscal continuo y en


aumento por varios años. El 2019, ya se sabía que el 33% del Presupuesto
General de la Nación iba a ser financiado con recursos externos, y más o
menos el mismo porcentaje se repitió para la programación de este 2020.

Por otra parte, más o menos el 24% de nuestros ingresos proviene de


impuestos en general, recaudación que se desmoronará en un gran porcentaje.
El porcentaje restante se financia con los recursos generados por las empresas
estatales más importantes del país. Disminución de las importaciones y de las
exportaciones.
Por el análisis presentado, podemos deducir que en un futuro próximo los
recursos del Estado seguirán bajando, por lo tanto, la inversión pública
también.

la deuda externa acelerará su crecimiento y las RIN caerán con mayor


velocidad, anunciando un riesgo de depreciación cambiaría por escases de
divisas, que podría provocar en un futuro próximo un proceso inflacionario.

El gobierno propuso; además de los bonos, el alivio en el pago de servicios,


reprogramaciones de créditos y el acceso a nuevos, postergación en el pago
de impuestos, un plan de reactivación de la economía basado en la inversión
pública dirigida a la construcción, a la agroindustria y al empleo. 

Sin duda una medida quizás necesaria, pero en realidad poco creativa y fácil, al
ser una manera directa de contratar a un gran número de personas.
Recordemos, que el motor de la economía todos estos años fue precisamente
el sector público y su gran participación en la economía, por lo que hacer más
de lo mismo, no parece la mejor opción.

Hay quienes afirman, que cambiar el enfoque de la economía sería el camino


más adecuado. Sin embargo. Por lo que, que la diversificación de la economía,
la mayor productividad, las reducciones de impuestos y aranceles, la mayor
liberalización de la economía interna, la atracción de inversión extranjera, el
incentivo a la producción en manos de la inversión privada nacional, la
priorización de las inversiones estatales y su mayor eficiencia, la reducción del
Estado, y la eliminación de la corrupción, son tareas todavía pendientes que
deben enfrentarse

CONCLICIONES

podemos concluir que el crecimiento económico será negativo, el desempleo


aumentará y la pobreza también; y especialmente, las pequeñas empresas, sin
mayores posibilidades de reactivarse porque no serán alcanzadas por las
medidas del gobierno.

La nueva economía en Bolivia, deberá pensar en la difusión de mayor


información de los mercados y oportunidades de negocio, completar las
cadenas de producción de acuerdo a nuestras potencialidades regionales con
el objetivo de cerrar la gran rendija entre departamentos y la orientación de
nuestra producción, basada en ventajas comparativas. Sin duda, es difícil
pensar en este nuevo futuro mientras no superemos, aunque de manera
parcial, esta crisis sanitaria que pone en riesgo al participante y al agente más
importante para nuestra economía los bolivianos

También podría gustarte