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Microsoft Word - Cap - 01dz
Microsoft Word - Cap - 01dz
1
Bases
I.1
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I.2
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En cualquiera de los formatos que se trace una carta astral, se representará casi
siempre el Zodiaco (los anglosajones americanos son la excepción), las casas y los
planetas. La mayoría de las cartas astrales incluyen también los aspectos. Véase la figura
I.1.
Por razones técnicas, que veremos más adelante, se suelen añadir otros datos a la
carta astral: Los grados de los planetas y de las casas; los datos natales de la persona o
del acontecimiento a que corresponde la carta; partes arábicos y otros puntos
geométricos, etc.
Decía, antes, que la carta astral es una representación del cielo. A menos que se
indique explícitamente, la carta astral presenta la visión del cielo desde la superficie de
la Tierra. Para que podamos ver las estrellas y los planetas tiene que ser de noche.
Además, la mitad de la bóveda celeste queda siempre por debajo del horizonte, y no es
visible. En Astrología, prescindimos de esos pequeños inconvenientes; trazamos un
esquema del cielo como si la Tierra fuera transparente, y la luz del Sol no impidiese ver
las estrellas y planetas.
Para comprender lo que, del cielo, representa una carta astral, hay que realizar un
pequeño esfuerzo de esquematización y simplificación progresiva, que ilustran las
figuras I.4a, I.4b y I.4c. Los antiguos eran aún más esquemáticos y pintaban las cartas
cuadradas (figura. I.5).
I.3
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I.4
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I.5
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Fig. I.5: En esta carta cuadrada, que no suele incluir los grados de
las posiciones astronómicas, sólo se conserva lo que es relevante,
desde un punto de vista cualitativo. La correspondencia geométrica,
cuantitativa, con el cielo, es casi inapreciable.
I.6
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I.7
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Sorprenderá a algún lector que los signos del Zodiaco (en la figura) no se
correspondan con las constelaciones del mismo nombre. Esto se debe a que, por el
fenómeno astronómico de la precesión de los equinocios, el punto gamma (o punto
vernal, que es el comienzo del Zodiaco trópico) se desplaza sobre el fondo de estrellas, a
un ritmo de treinta grados cada dos mil y pico años. Del punto gamma y del Zodiaco
trópico voy a tratar en el punto siguiente.
I.8
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I.9
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Este vaivén anual del punto por donde asciende el Sol al amanecer, se corresponde
con las estaciones, y marca además los puntos cardinales. El día en que el Sol sale más
al Sur señala (en el hemisferio Norte) el comienzo del invierno; el día que sale más al
Norte, el comienzo del verano. Poco antes del invierno, el Sol ha estado saliendo cada
día más al Sur y, una vez que empieza el invierno, vuelve a salir cada día menos al Sur
(más al Norte). Por lo tanto, en el comienzo del invierno se puede decir que el Sol se ha
parado en su movimiento de vaivén. Ese momento se llama solsticio (literalmente
“parada del Sol”) de invierno. Y el comienzo del verano, donde ocurre lo propio, se
llama solsticio de verano.
Otro fenómeno astronómico, que sigue rigurosamente las estaciones, es la duración
del día con respecto a la duración de la noche. Las noches son más largas que los días en
invierno; en verano sucede lo contrario. Hay dos momentos en el año en que el día dura
lo mismo que la noche: el comienzo de la primavera y el comienzo del otoño. Estos
momentos se llaman equinocios, para referirse a esa igualdad del día con la noche. El
punto del horizonte por donde sale el Sol en el equinocio de primavera (y en el de
otoño) marca la dirección del Este geográfico. Véase la figura I.8
I.10
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Como se deduce de la tabla, el signo del Zodiaco en que estaba el Sol al nacer una
persona, se puede saber, en la mayoría de los casos, con la fecha de nacimiento. La
excepción la constituyen las personas nacidas en los días que el Sol cambia de signo
que, por las razones expuestas en el párrafo anterior, puede variar ligeramente de un
año a otro.
La facilidad con que se puede calcular el signo en que estaba el Sol al nacer una
persona, explica la popularidad de la astrología de signos del Zodiaco, que tanto abunda
en la prensa y en la literatura astrológica de consumo. El signo que ocupaba el Sol al
nacer una persona (o en una carta astral cualquiera) se llama, técnicamente, signo solar
de esa persona (o carta). La astrología de consumo es astrología del signo solar.
Nota: El Sol no se mueve a la misma velocidad, a lo largo del ciclo anual. Mejor
dicho, la Tierra no tiene una velocidad orbital uniforme. Va más rápida en
Enero/Febrero, y más lenta en Julio/Agosto. No es mucho, pero basta para que el mes
más corto (28 días, o 29 en los años bisiestos) se asignara a Febrero, mientras que los
meses más largos (dos meses seguidos de 31 días) llegaran a ser Julio y Agosto.
Supongo que no soy el primero en redescubrir este truco, de los diseñadores del
Calendario que utilizamos actualmente (el Senado romano, por encargo de Cesar
Augusto, en torno al comienzo de nuestra era), concebido para que el cambio de signo
I.11
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I.12
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Dos planetas, Mercurio y Venus, se mueven más cerca del Sol que la Tierra. Se
llaman planetas interiores. El resto lo hacen por el exterior de la órbita de la Tierra. Son
los planetas exteriores.
Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno son visibles a simple vista, siempre que
la visual desde la Tierra no esté demasiado próxima al Sol. Mercurio es difícil de
observar porque siempre anda cerca del Sol, nunca a más de 28 grados y pico de
separación angular. Urano está en el límite de la visibilidad (se dice que algunos
individuos, de ciertas tribus del continente americano, podían observarlo a simple vista).
Neptuno y Plutón no se ven sino es con telescopio. Estos tres últimos se denominan a
veces planetas transaturnianos.
1.5.- MOVIMIENTO GEOCÉNTRICO. NODOS. ECLIPSES
La Astrología occidental es básicamente geocéntrica. Al astrólogo le interesa la
posición de los astros, como se ve desde la Tierra. Además del Sol y de la Luna, que en
Astrología se acostumbran a llamar también planetas -y, más técnicamente, luminares-,
los planetas propiamente dichos se desplazan, sobre el fondo de estrellas, por las
proximidades de la eclíptica, en el Zodiaco, como hemos visto.
Debido a las distancias enormes a que se encuentran los cuerpos del sistema solar,
desde una perspectiva humana, las distancias relativas en el espacio, de unos con otros,
no se han considerado demasiado relevantes para el astrólogo. Esta afirmación,
infinitamente osada por simplista, e ignorante de la verdadera tradición astrológica, ha
de contemplarse con cierto desapego. Puede que escriba un ensayo sobre este particular,
en algún tiempo futuro ...
I.13
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Por el contrario, nos interesa más la separación angular, y sobre esto no hay
polémica. Siempre que en Astrología se habla de distancias (si no se indica
explícitamente), se hace referencia a distancias angulares; al ángulo que forman las
líneas visuales que unen al observador con los cuerpos celestes de que se trate.
Los nueve planetas del Sistema Solar (y la mayoría de los cuerpos menores) se
mueven en la misma dirección general de avance, recorriendo los signos del Zodiaco a
su velocidad característica. El sistema solar es como un juego de trenes eléctricos que
tuviese muchas vías concéntricas, con el Sol en el centro. La Tierra se mueve por la
tercera vía contando desde el Sol. Y, en ocasiones, adelanta a los planetas que se
mueven por las “vías” exteriores. En estas ocasiones, el planeta que es adelantado
parece que se mueve hacia atrás con respecto al fondo. La figura I.10 muestra esta
situación. Se dice entonces que el planeta retrograda, o que tiene movimiento
retrógrado.
I.14
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Con los planetas interiores, Mercurio y Venus, el proceso inverso (figura I.11),
cuando éstos adelantan a la Tierra en su recorrido, hace que también se vean mover en
sentido contrario. Por lo tanto, todos los planetas parecen moverse hacia atrás en
algunos momentos del tiempo. Menos el Sol y la Luna, el resto de los astros que emplea
la Astrología retrogradan de vez en cuando.
Un dato curioso, que no conviene olvidar, es que los planetas exteriores siempre
retrogradan cuando están a mayor distancia angular del Sol. Con un poco de
imaginación se puede deducir de las figuras anteriores. También se puede deducir de
ellas que Mercurio y Venus están siempre cerca (en distancia angular, insisto) del Sol.
Mercurio a no más de 28 grados y Venus a no más de 59 grados.
Otro dato curioso (y, probablemente, con profundo significado) es que las
retrogradaciones se producen siempre cuando la Tierra está más cerca del planeta en
cuestión: Bien sea porque el planeta, interior (Mercurio o Venus), se interpone entre el
Sol y la Tierra (figura I.11), o porque la Tierra se interpone entre el Sol y el planeta
exterior (Marte, Júpiter, etc. figura I.10).
Vistos desde la Tierra, los planetas describen bonitos bucles sobre el fondo de
estrellas, siempre que retrogradan. Las retrogradaciones de los planetas se muestran en
la figura I.12 (a, b, c y d). En estos gráficos se muestra siempre un trozo de la eclíptica
(la línea que lleva una escala graduada), las estrellas que hay en esa zona del cielo, y la
trayectoria de un planeta. La escala vertical en estas figuras está exagerada para que se
aprecien las variaciones de distancia del planeta a la eclíptica. El bucle que se muestra
I.15
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es uno concreto, de cada uno de los planetas. En otras ocasiones, el mismo planeta
retrogradará sobre otro fondo estelar.
I.16
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Cabeza del Dragón. El punto opuesto se llama Nodo Descendente, Nodo Sur, o Cola
del Dragón. Ambos nodos determinan un diámetro en el círculo zodiacal, que se llama
eje de los nodos (de la Luna).
Cuando la Luna y el Sol coinciden en el tiempo en una posición del Zodiaco, se
produce la Luna Nueva (cada 29 días y medio). Por lo general, la Luna pasa a cierta
distancia de la eclíptica, que no olvidemos que es el camino anual del Sol. Si, además, la
Luna está cambiando de latitud Norte a Sur, o viceversa, es decir, si está pasando por
uno de sus nodos, puede ocultar al Sol, produciendo un eclipse (de ahí la palabra
“eclíptica”).
Los antiguos decían (no sabemos si literal o metafóricamente) que, en los eclipses,
un dragón se comía al Sol. La proximidad de una Luna Nueva al eje de los nodos,
anuncia la posibilidad de un eclipse. Por eso, al eje de los nodos se le llama el Dragón,
al Nodo Norte la Cabeza, y al Sur la Cola del Dragón.
I.17
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I.18
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Las correspondencias de los planetas, con los sistemas y las funciones corporales, se
sale por completo del alcance de este libro. Por esta razón me limitaré a las
correspondencias corporales más sencillas, y universalmente aceptadas.
Nota 2: En la relación de correspondencias planetarias que sigue, hay un apartado
encabezado como “necesita”. Dicho apartado es una lista de las necesidades de cada
planeta, no de las cualidades que le faltan. Es, como si dijésemos, la moneda con que la
hay que pagarle.
EL SOL
Regencias: El Sol rige la luz, el calor, la vida, lo dorado, lo brillante, lo hermoso,
lo claro, el día, la consciencia, el ego, la autoridad, la voluntad, la creatividad, el fruto,
el éxito, la fuerza generadora, la autointegración, la autosuficiencia, la autorrealización,
el principio masculino, el padre arquetípico, lo espiritual, el espíritu. Es el motor. El
corazón y la parte media y superior de la espalda, la espina dorsal, el ojo derecho en los
hombres, y el izquierdo en las mujeres. El signo de Leo. El oro.
Necesita: liderazgo, ambición, brillo, celebridad, poder, organización,
administración, autoestima, creatividad, constructividad, masculinidad, individualidad.
Virtudes: Generosidad, dignidad, orgullo, independencia, lealtad, galantería, fuerza
de voluntad, propósito, fiabilidad, creatividad, vitalidad, capacidad de organización.
Defectos: Egocentrismo, egoísmo, ostentación, incompetencia, pomposidad,
autoritarismo, fanfarronería, destructividad.
LA LUNA
Regencias: La Luna rige la humedad, la fertilidad, la nutrición, la gestación, la
maternidad, la familia y el hogar, lo femenino, lo blando, lo pálido, la respuesta
emocional, las respuestas espontáneas, los caprichos, las emociones, la receptividad, la
impresionabilidad, la noche, la poesía, los sueños, los recuerdos, las imágenes, los
reflejos, el agua, las mareas, lo variable, lo cambiante, la fluctuación, lo común, lo
cotidiano, la gente, las masas, las modas, la memoria, lo psíquico, el alma. Es el
proveedor. El estómago y el sistema digestivo, el sistema linfático, el pecho y los senos,
los líquidos corporales, los humores, el ojo izquierdo en los hombres, y el derecho en las
mujeres. El signo de Cáncer. La plata.
Necesita: Protección, nutrición, productividad, tenacidad, animación, popularidad,
espontaneidad, adaptabilidad, creatividad.
Virtudes: Sensibilidad, imaginación, sensitividad, reflexión, introspección,
intuición, humildad, sentido común, atención, amabilidad, simpatía, sociabilidad,
animación, productividad, adaptabilidad, buena memoria, receptividad, capacidad de
asimilación, tenacidad, creatividad.
Defectos: Inestabilidad, indecisión, inquietud, morbosidad, frivolidad,
influenciabilidad, susceptibilidad, superstición, timidez, caprichos, cambios de humor,
fantasías, debilidad de carácter, prejuicios.
MERCURIO
Regencias: la comunicación, el análisis, el intercambio, el discernimiento, los
datos, los detalles, la dialéctica, la crítica, el habla, la escritura, los papeles, los
hermanos, los vecinos, los parientes, los sirvientes, los animales domésticos y de
pequeño tamaño, el aire, el viento, la arena, la coordinación, el transporte, los
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JÚPITER
Regencias: la expansión, el aumento, la mejora, el desarrollo, la fe, la suerte, el
gozo, la carcajada, la filosofía, la religión, el optimismo, la confianza en el futuro, la
mente superior, la aspiración, los predicadores, los profetas, los visionarios, el
extranjero, los viajes largos, la liberación, el sentido de la justicia, la generosidad, la
permisividad, lo amplio, lo diáfano, lo que se ensancha, lo fluido, lo que rebosa, lo que
desborda, lo excesivo, lo que se eleva, la madurez. Es el protector. El hígado, el tejido
adiposo, la grasa, las caderas, los muslos, las piernas. Los signos de Sagitario y Piscis.
El estaño.
Necesita: Espacio, oportunidades, crecimiento, progreso, justicia, filosofar, dar
consejos, sentirse generoso, ser protector.
Virtudes: Jovialidad, sentido de la oportunidad, idealismo, sociabilidad,
consideración con los demás, benevolencia, caridad, hospitalidad, imparcialidad,
amplitud de mente, justicia, fiabilidad, sinceridad, optimismo. Es la fortuna mayor.
Defectos: Extravagancia, ilegalidad, exageración, esnobismo, hipocresía,
exhibicionismo, presunción, poco juicio, disipación, deshonestidad, fanatismo,
arribismo.
SATURNO
Regencias: la contracción, la reducción, la disminución, la responsabilidad, la
prudencia, la cautela, la parsimonia, lo espeso, la oscuridad, lo negro, el temor, la
timidez, el miedo, la angustia, lo estrecho, los límites, los umbrales, los cercos, las
paredes, los muros, las desgracias, las contrariedades, las calamidades, las caídas, los
sufrimientos, las penas, la dureza, las cargas, lo pesado, lo aplastante, lo que cae, lo
inexorable, el tiempo, la vejez, la ancianidad, el pesimismo, los retrasos, los obstáculos,
las estructuras, las jerarquías, las clases, lo cristalizado. Es el censor. Los huesos, el
esqueleto, las articulaciones, los cartílagos, los ligamentos, la piel, las orejas, el bazo.
Los signos de Capricornio y Acuario. El plomo, el carbón, el azabache.
Necesita: Autocontrol, disciplina, cautela, moderación, pragmatismo, conservarse,
protegerse, sentir que pisa terreno firme.
Virtudes: Seriedad, paciencia, prudencia, reserva, capacidad de organización,
resolución, puntualidad, perseverancia, sobriedad, austeridad, método, sentido del deber,
introspección, consciencia de las propias debilidades y limitaciones.
Defectos: Pesimismo, melancolía, depresión, fatalismo, censura, frigidez,
testarudez, estrechez de miras, represión, frialdad, malicia, desconfianza, sospecha,
desalmado, taimado, materialista. Es el infortunio mayor.
Los tres últimos planetas conocidos del Sistema Solar, Urano, Neptuno y Plutón,
son muy populares en los círculos astrológicos actuales. En mi opinión, son planetas que
actúan siempre a través del entorno cultural y social. Por esta razón no considero que se
pueda hablar con seguridad de necesidades, virtudes y defectos. Los tratados
astrológicos modernos, por lo general, se limitan a repartir, por parejas, las cualidades
que la tradición asignaba a Saturno con Urano, a Júpiter con Neptuno y a Marte con
Plutón. El resultado se condimenta con un poco de Mercurio y Júpiter para Urano, Luna
y Venus para Neptuno y a Plutón se le puede añadir una pizca de Saturno (a gusto del
cheff). Y se sirve a la carta (es broma). Entiéndase, pues, que hablaremos sólo de
regencias.
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I.23
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Combinando estas dos divisiones del espacio que rodea al observador, se obtienen
cuatro sectores, que se denominan cuadrantes (figura I.13a). Cada cuadrante se divide a
su vez en tres partes. Y cada una de ellas constituye una casa. Por lo tanto, hay doce
casas, agrupadas de tres en tres, en cuatro cuadrantes. En la figura I.13a, las cúspides de
las casas dividirían cada cuadrante de Norte a Sur a modo de gajos de una naranja. Hay
varias maneras de trazar esos gajos. El sistema más utilizado es el debido a Placidus,
que da lugar a las casas del mismo nombre. En la figura sólo he reflejado la mitad
(occidental) de estas divisiones, para no aumentar la complejidad de la misma.
El primer cuadrante representa la personalidad, en y por sí misma. El segundo
cuadrante representa lo que la persona tiene que ofrecer; lo que de sí misma, y por ella,
puede aportar a otros. El tercer cuadrante representa lo que la persona tiene de
cooperativa, y lo que espera recibir de los demás. El cuarto cuadrante representa lo que
la persona desea imponer en el mundo, y lo que desea que el mundo le reconozca. Esta
distribución se desarrolla y especifica más, se concreta, en las doce casas.
Las líneas que separan unas casas de otras se llaman cúspides y se consideran las
zonas más activas o más sensibles del espacio astrológico local. De las doce cúspides,
las cuatro que separan unos cuadrantes de otros se denominan ángulos y son
especialmente importantes. Los cuatro ángulos tienen nombres propios: El horizonte del
Este es el Ascendente; el horizonte del Oeste es el Descendente; la vertical por arriba es
el Medio Cielo; y la vertical por debajo de la tierra el Fondo de Cielo (también llamado
Imum Coeli).
El Ascendente y el Descendente forman el eje horizontal del espacio local o
terrestre. El Medio Cielo y el Fondo de Cielo forman el eje vertical. El eje
Ascendente/Descendente se dibuja horizontal siempre que es posible, con el Ascendente
a la izquierda y el Descendente a la derecha.
I.24
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cuadrante y las casas que los componen. La segunda casa de cada cuadrante se dice que
es una casa sucedente, o casa fija, y la tercera es una casa cadente, o casa mutable.
I.26
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Casa V (juego, creo, compito): Sucedente. La creatividad, las obras, los frutos, el
amor que se da, los hijos, la educación de los hijos, los placeres y las vacaciones. Los
juegos de azar y los deportes, las especulaciones, el dinero obtenido de juegos de azar,
los premios, el talento dramático y artístico (en general), los hobbys, los affaires
amorosos y los ligues.
Casa VI (analizo, sirvo, trabajo, padezco): Cadente. El trabajo (pero no la
profesión), las servidumbres, empleo, empleados e inquilinos. Los subordinados y
nuestra actitud hacia ellos, o cuando actuamos como tales, los objetos útiles, cuya
función no requiere llevarlos en las manos (como los electrodomésticos). Las crisis de
salud, los hábitos, la ropa como necesidad, la higiene, las enfermedades agudas, y todo
tipo de pruebas y obligaciones cotidianas. Los esclavos. Los animales domésticos.
Casa VII (no yo, lo otro, lo que está enfrente): Angular. Las personas
estrechamente ligadas a nosotros mediante lazos contractuales. El matrimonio, el
cónyuge y los socios. Contratos, pactos, divorcios. Consultores y profesionales a los que
se recurre, en general. También nuestras necesidades y actitudes hacia ellos. Los logros
artísticos inusuales. Los enemigos declarados y los contrincantes. Peleas, luchas y
conflictos (pero no las competiciones, que pertenecen a la Casa V). La cúspide es el
Descendente.
Casa VIII (no tengo, quiero, deseo): Sucedente. La concepción que tenemos de la
muerte, la regeneración, la recuperación, lo oculto, el interés por lo transcendental, el
sexo y el dinero de otros, el dinero obtenido por herencia o negocios, las finanzas, los
impuestos, los seguros, los testamentos. Las circunstancias de la muerte. Los
sentimientos y los recursos compartidos. El apoyo que se recibe de otros, las deudas
emocionales.
Casa IX (allí, lejos, pienso, comprendo): Cadente. La comprensión como
generalización, el conocimiento. Los estudios superiores. Los viajes largos. Nuestra
relación con el extranjero. La filosofía, las leyes, la religión, la fé, las aspiraciones, lo
que nos mantiene vivos, los ideales morales, la concepción del mundo, la opinión
pública, la fama. Los grandes animales.
Casa X (me llamo, me dedico): Angular. La imagen pública, la reputación, el
honor. La profesión, los negocios. La identidad social y los objetivos y ambiciones
sociales. También refleja todo aquello sobre lo que no tenemos control, el destino, los
jefes. Uno de los progenitores (generalmente el padre, o el que hace de figura paterna).
La cúspide es el Medio Cielo.
Casa XI (espero, me gustaría): Sucedente. Amigos, círculos sociales, clubes y
circunstancias que nos permiten desarrollar la creatividad desinteresada, o las
originalidades, excentricidades, y transgresiones particulares. Las relaciones sin vínculo
emocional. Esperanzas e ilusiones (lo que nos gustaría que ...). Los mecenas, padrinos,
etc.. Los comportamientos y pensamientos que no son imparciales. El amor recibido.
Los premios que representan un reconocimiento de la sociedad (no los que se obtienen
en los juegos de azar y las competiciones).
Casa XII (renuncio, me retiro): Cadente. La necesidad de aislamiento. Los
servicios al prójimo, las deudas espirituales. La abnegación. Las enfermedades crónicas
o de larga duración. Las enfermedades mentales. Los hospitales y asilos. Los
monasterios, los retiros, los exilios, los encierros, la frustración, el sufrimiento. El ataúd.
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LOS ELEMENTOS
Los elementos o triplicidades son cuatro: Fuego, Tierra, Aire y Agua. Cada
elemento incluye tres signos del Zodiaco. Los elementos rigen, tienen que ver con, las
funciones de la consciencia. Cuando, en un zodiaco, se unen con líneas los signos del
mismo elemento, aparecen cuatro triángulos equiláteros imbricados, figura I.15a. Por
ello, se habla con frecuencia del triángulo de Fuego, del triángulo de Tierra, etc. Los
signos del mismo elemento están a 120 grados de distancia unos de otros.
Nota : En este apartado la Tierra, con mayúscula, es el elemento, no el planeta.
I.28
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I.29
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diferencia del Fuego, el Agua siente, se impregna, se empapa, atraviesa por ósmosis las
barreras entre los seres vivos y entre las cosas. La intuición del Fuego es como un flash,
el Fuego ve con el ojo de la mente. La intuición del Agua es como un escalofrío, el
Agua siente por los poros.
La Tierra y el Aire son superficiales de distinta manera. La Tierra se interesa por lo
sensorial. Y los sentidos acaban en la superficie de las cosas. El interés de la Tierra por
lo pesable y lo medible tampoco va a la esencia de las cosas, si no a sus magnitudes
externas. La Tierra es concreta. El Aire se ocupa de las conexiones lógicas, de las
relaciones formales, de los nombres, de las etiquetas, de lo que se habla, se transmite y
se comunica. El Aire es lógico, abstracto.
Veamos, en un ejemplo de Hamaker-Zondag (Elements and Crosses, 1984), que
procede de Jung, lo que perciben conscientemente los distintos elementos, ante una copa
de vino: el Fuego teoriza que es un Vega-Sicilia del 74, que seguramente acaba de
servirle su anfitrión. La Tierra ve (utiliza los sentidos) algo rojo, con cierta
transparencia, forma, olor, temperatura y sabor. El Aire concluye que es “una copa de
vino tinto” (la especialidad del Aire es poner etiquetas). El Agua percibe y evalúa la
totalidad, y lo encuentra agradable (¡qué detalle!, pensará para sí); claro que para un
abstemio podría ser algo repelente, o la tentación a evitar (¡Qué poca atención me
presta, mira que olvidarse de que no bebo ...!).
Nota: Hay que entender el término “evalúa”, asociado con el Agua en el párrafo
anterior, en el sentido de que “asigna contenido emocional”. La evaluación, en sentido
físico (de pesar, medir, o dar valor monetario) sería algo propio de la Tierra. El
simbolismo astrológico es infinitamente sutil, e inagotable su repertorio de matices.
Sólo haciendo un análisis crítico del párrafo anterior, podría escribirse un libro. Preste
más atención a las (imaginadas) reacciones de estos personajes, que a las
conceptualizaciones que hizo Jung al respecto.
LOS IMPULSOS
Los impulsos o cuadruplicidades son tres: Cardinal, Fijo y Mutable. Cada impulso
incluye cuatro signos del Zodiaco. Los impulsos tienen que ver con el modo de
manifestarse de las energías de la carta astral. Los signos que pertenecen al mismo
impulso forman estructuras de cuatro lados o cruces. Hablamos de la cruz cardinal, la
cruz fija, o la cruz mutable. La figura I.15b presenta las cuadruplicidades. Los signos del
mismo impulso están a 90 grados de distancia unos de otros, o en extremos opuestos del
Zodiaco.
I.30
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LAS POLARIDADES
Las polaridades son dos, e incluyen seis signos cada una (figura I.15c). La polaridad
de los signos es positiva o negativa. Hay que prescindir de valoraciones aquí, positivo
no es análogo a bueno, como negativo no quiere decir malo. Positivo quiere decir
I.32
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centrífugo, del centro hacia afuera. Negativo quiere decir centrípeto, de afuera hacia el
centro. Todos los signos de Fuego y Aire son positivos. Todos los signos de Tierra y
Agua son negativos (tabla I.2). Las polaridades de los signos se van alternando en el
Zodiaco. A un signo positivo sigue uno negativo, y viceversa.
I.33
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CÁNCER (el cangrejo): Agua (-) cardinal, regido por la Luna, análogo a la
casa IV. Emotivo e inestable, tenaz y pelmazo, intuitivo y susceptible, maternal y
manipulador, doméstico y perezoso, sensible y quisquilloso, impresionable y rencoroso,
patriota y xenófobo, buena memoria, egoísta. El pecho y el estómago. El agua clara de
los manantiales, las fuentes, los ríos, la leche materna.
LEO (el león): Fuego (+) fijo, regido por el Sol, análogo a la casa V. Digno y
arrogante, idealista e infantil, dramático y vano, orgulloso y teatral, creativo y
autocrático, ambicioso y cruel, generoso y jactancioso, seguro de sí mismo y
pretencioso, romántico, optimista. El corazón, la espalda y la espina dorsal. La hoguera,
el calor del Sol, el fuego solar.
VIRGO (la doncella): Tierra (-) mutable, regido por Mercurio, análogo a la
casa VI. Exigente y mezquino, estudioso y pedante, trabajador y melancólico,
perfeccionista y criticón, discriminante y egoísta, metódico y quisquilloso, limpio y
escrupuloso, modesto y descuidado, científico y escéptico. Los intestinos, la vesícula
biliar. La arena, la tierra del desierto, la grava, los guijarros, el polvo.
LIBRA (la balanza): Aire (+) cardinal, regido por Venus, análogo a la casa VII.
Afable y quejumbroso, persuasivo e intrigante, cooperativo y apoyaticio, diplomático e
indeciso, prudente y apático, sociable y adulador, pacífico hasta el punto de no afrontar
las cosas, sociable e inconstante, refinado, artístico. Los riñones (los órganos y la zona
corporal). El viento.
ESCORPIO (el escorpión): Agua (-) fijo, regido por Marte y Plutón, análogo a
la casa VIII. Apasionado y vengativo, alerta y reservado, ingenioso y sarcástico,
determinado y arrogante, penetrante y violento, inquisitivo e intolerante, ejecutivo que
se deja llevar por el celo de su causa, indagador, investigador, morboso. Genitales,
vejiga, recto. Las encimas, los jugos gástricos y el semen. El agua estancada o
putrefacta, el agua ardiente (el alcohol, los venenos), la lava, las pócimas, los elixires
(especialmente los mágicos).
SAGITARIO (el centauro arquero): Fuego (+) mutable, regido por Júpiter,
análogo a la casa IX. Franco y poco oportuno, comprensivo y permisivo, filosófico y
charlatán, erudito y discutidor, liberal y desenfrenado, atlético y brusco, optimista e
iluso, entusiasta y exagerado, religioso y fanático, justo e impaciente, generoso,
impetuoso. Las caderas y los muslos. El fuego de las brasas (fuego sin llama), el fuego
desbocado (los incendios).
CAPRICORNIO (la cabra marina): Tierra (-) cardinal, regido por Saturno,
análogo a la casa X. Cauto y reprimido, tradicional y fatalista, práctico y egoísta, serio y
melancólico, eficiente y trepador, responsable y exigente, perfeccionista y tirano,
convencional y tópico, trabajador y rutinario, escrupuloso y mezquino, ambicioso y
cruel, perseverante y obstinado, maquiavélico. Las rodillas. Las piedras, las montañas,
las paredes, los muros.
ACUARIO (el aguador): Aire (+) fijo, regido por Saturno y Urano, análogo a
la casa XI. Independiente y obstinado, altruista e impersonal, ingenioso y excéntrico,
progresivo y radical, individualista y rebelde, intelectual y soberbio, artístico y
temperamental, lógico y frío, humanista e inhumano. Las pantorrillas, los tobillos, la
circulación sanguínea de retorno. El cielo estrellado. El viento frío de Enero y Febrero,
el aire polar.
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PISCIS (los peces): Agua (-) mutable, regido por Júpiter y Neptuno, análogo a
la casa XII. Humanitario y sensiblero, imaginativo e inquieto, sensitivo e impresionable,
adaptable y amorfo, inspirado y fantasioso, místico y sugestionable, mediúmnico y
crédulo, generoso y disipado, sacrificado y morboso, discreto y disimulado, sentimental
y embaucador. Los pies. Las nieblas y las brumas. El océano, el mar.
Nota: El lector atento se habrá percatado de que la grasa se asigna a Júpiter, en la
lista de correspondencias planetarias, y a Tauro, regido por Venus, en la lista de
asociaciones zodiacales. Obviamente, yo no he inventado estas correspondencias. Como
decía en la Introducción, la nuestra es una disciplina; todos somos, en mayor o menor
medida, discípulos de la Tradición Astrológica. La asociación de la grasa con Venus, es
la que a mí me parece más consistente. Por ejemplo, se dice en Castellano “no
confundir la velocidad (Marte) con el tocino (que, por lo tanto, debe pertenecer a su
“enemigo” planetario, Venus)”. También se utiliza la expresión “untar (de grasa) a
alguien” para expresar que se le entrega dinero (Tauro, Venus). Sospecho que la
asociación con Júpiter fue un lapsus del autor, del texto donde yo me la encontré cuando
estudiaba.
Hay una estrecha conexión analógica entre los signos del Zodiaco y las casas, que
se refleja en la relación anterior. Unos y otros, representan fases sucesivas dentro de los
dos ciclos más importantes que interesan a la Astrología, el anual y el diurno. Tanto es
así que, a veces, se emplea la expresión casas zodiacales, para referirse a los signos.
El papel que juegan los signos y las casas en una carta astral es muy diferente, no lo
olvidemos, desde el punto de vista analítico. Los signos son modos de expresión de las
energías planetarias. Las casas son áreas de la experiencia por donde se exteriorizan
estas energías.
Sin embargo, cuando se va a proceder a la síntesis de los distintos factores de una
carta astral, la diferencia (que era esencial durante la fase analítica) se difumina en gran
medida. Aries tiene fuertes connotaciones de la Casa primera y viceversa. Tauro es
análogo a la Casa segunda. Etc.
1.3.5.- ASTROLOGÍA DE LA CARTA ASTRAL
Hemos visto los elementos o factores que interpreta la Astrología. En una carta
astral nos encontraremos los planetas en ciertas posiciones del cielo, anotadas en el
gráfico de la carta. El Zodiaco es el sistema de referencia que empleamos en Astrología,
y se compone de doce signos, de treinta grados cada uno. Las posiciones de los planetas
se indican por el signo (y los grados y fracción) que ocupan en la carta.
Los planetas se desplazan poco, de un día para otro (la Luna va más deprisa, recorre
casi medio signo cada día), pero el cielo gira (desde el punto de vista terrestre) a razón
de una vuelta diaria. Los signos del Zodiaco (y los planetas con ellos) pasan, en 24
horas, por todas las posiciones del sistema de referencia local (el horizonte, y otros
planos de referencia basados en el horizonte).
Las casas astrológicas son divisiones establecidas a partir del horizonte (y no se
mueven al girar el cielo). Por lo tanto, el Zodiaco, y los planetas con él, recorren todas
las casas en 24 horas. En Astrología es fundamental situar el cielo en relación con el
horizonte (y el sistema de referencia local). Utilizando el Zodiaco como regla de medir,
interesará especificar los signos y los grados Zodiacales que correspondan a cada ángulo
(Ascendente, Descendente, Medio Cielo y Fondo de Cielo), y a las cúspides de las otras
casas.
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paso hacia (y un buen ejercicio preparatorio para) la síntesis de toda la carta. Si somos
capaces de hacer recetas de dos factores, sabremos hacerlas de tres o más.
Nota: Hay un límite al número de factores distintos que se pueden combinar
simultáneamente, impuesto por la propia naturaleza del cerebro humano. Por eso, las
técnicas de síntesis de la carta astral, que veremos en el capítulo siguiente, recurren a
veces a otros procedimientos.
Las recetas son fáciles de confeccionar, basta con jugar al juego de ¿Qué cosa es?.
Puede darnos una idea, de en qué consiste este juego, el siguiente cuento sufí, que suele
contar un buen amigo mío a sus alumnos:
Un rey envió a su hijo a estudiar (Astrología). Pasado un tiempo, el hijo regresó habiendo
completado sus estudios. El rey, cogiendo un anillo de oro en la mano cerrada, le dijo: Mira hijo,
ahora que lo sabes todo, te voy a poner a prueba: ¿Qué tengo aquí?. El hijo hizo sus cálculos y
levantó la carta astral del momento. Una vez la hubo leído, respondió: Es algo redondo, amarillo
y con un agujero. Por lo que el rey insistió: Si, pero ¿Qué es?. Y el hijo respondió: No sé ... ¿Un
colador?
Nota: Este cuento tiene mucho más contenido del que aquí empleo. También es
una reflexión sutil sobre determinismo y predestinación, y sobre la dificultad intrínseca
de concretar, con que se encuentra el astrólogo habitualmente. El simbolismo siempre
presenta alternativas; el arte del astrólogo consiste en elegir las más probables.
Para hacer una receta combinaremos los significados básicos de cada uno de los
factores que nos interesan, teniendo presente, siempre, que: planeta es energía; signo es
modo de expresión; y casa representa circunstancias. Concretando:
Planeta en signo: El planeta representa un tipo de energía (vital, emocional,
mental, estética-valorativa, ejecutiva, expansiva, contractiva, excéntrica, disolutiva, o
regenerativa). El signo, un modo de expresión (Fuego-cardinal, Tierra-fija, Aire-
mutable, etc.), o, si se prefiere, un filtro que tiene que atravesar la energía del planeta,
antes de manifestarse.
Planeta en casa: Aquí la casa representa las circunstancias de la experiencia que,
por una parte, condicionan la expresión del planeta y, por otra, contribuyen a formar la
apreciación que tiene la persona de esa energía. En este sentido, las casas son como de
ida y vuelta. El individuo tiene las primeras experiencias con las energías planetarias a
través de la casa que ocupa cada planeta en su carta. Más adelante, encontrará que la
mejor manera de expresar dicha energía es en las cosas y circunstancias de la casa natal
donde esté el planeta.
Cúspide en signo: Indica la actitud del individuo hacia las cosas de esa casa. La
casa condiciona la expresión del signo a circunstancias concretas de la casa. El signo
indica la mejor manera de abordar las circunstancias de la casa.
Siempre conviene, además, añadir algún consejo apropiado para cada posición que
se interprete, especialmente cuando la combinación resultante indique peligro por
exceso o por debilidad. En cualquier caso, en la sección de técnica veremos cómo se
puede saber la cualidad más o menos favorable de las distintas combinaciones. En este
punto del curso es un poco pronto para intentarlo (aunque no imposible).
1.5.- OTROS RECURSOS ANALÍTICOS
Acabamos de exponer la manera más frecuente de abordar el análisis de una carta
astral: las recetas. Hay al menos otras dos maneras útiles de hacerlo: por palabras clave
y por imágenes.
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