Literatura VENEZOLANA
Literatura VENEZOLANA
Literatura VENEZOLANA
Se entiende por literatura peruana a las manifestaciones literarias producidas por autores
de dicha nacionalidad, desde las tradiciones prehispánicas hasta el presente, lo que engloba
la literatura cuzqueña, arequipeña, puneña, amazónica y de otras regiones del territorio
del Perú, y que ha alcanzado mayor brillo en el siglo XX con nombres indispensables para
la literatura universal, como el poeta César Vallejo o el novelista Mario Vargas Llosa. La
pertenencia al canon de los cronistas de Indias es comúnmente más aceptada que otras
manifestaciones paraliterarias, como la literatura infantil peruana o la literatura peruana de
ciencia ficción.
La literatura indígena fue desconocida o relegada hasta el siglo XX. Su inclusión en el canon
oficial fue lenta. Ya en su tesis El carácter de la literatura del Perú Independiente (1905), José
de la Riva Agüero y Osma consideró "insuficiente" la tradición quechua como para
considerarla un factor predominante en la formación de la nueva tradición literaria nacional.
Posteriormente Luis Alberto Sánchez reconoció ciertos elementos de tradición y su influencia
en la tradición posterior (en autores como Melgar) para dar base a su idea de
literatura mestiza o criolla (hija de dos fuentes, una indígena y otra española), para lo que
consulta fuentes en las crónicas coloniales (Pedro Cieza de León, Juan de Betanzos y
Garcilaso).
La apertura real a la tradición prehispánica surge en las primeras décadas del siglo XX gracias
al trabajo de estudiosos literarios y antropólogos que recopilaron y rescataron mitos y
leyendas orales. Entre ellos se destacan Adolfo Vienrich con Tarmap pacha huaray (Azucenas
quechuas, 1905) y Tarmapap pachahuarainin (Fábulas quechuas, 1906); Jorge Basadre en La
literatura inca (1938) y En torno a la literatura quechua (1939); y los estudios antropológicos y
folclóricos de José María Arguedas (en particular, su traducción de Dioses y hombres de
Huarochirí). Los trabajos más contemporáneos incluyen a Martín Lienhard (La voz y su huella.
Escritura y conflicto étnico-cultural en América Latina. 1492-1988, 1992), Antonio Cornejo
Polar (Escribir en el aire. Escribir en el aire: ensayo sobre la heterogeneidad socio-cultural en
las literaturas andinas. 1994), Edmundo Bendezú (Literatura Quechua, 1980 y La otra
literatura, 1986) y Gerard Taylor (Ritos y tradiciones de Huarochirí. Manuscrito quechua del
siglo XVII, 1987; Relatos quechuas de la Jalca, 2003).
Bendezú afirma que la literatura quechua se constituye, desde la conquista, en un sistema
marginal opuesto al dominante (de vena hispánica) y postula la existencia permanente y
cubierta de una tradición de cuatro siglos. Habla de una gran tradición ("enorme masa textual")
marginada y dejada de lado por el sistema escritural occidental, ya que esta "otra" literatura
es, como el quechua, plenamente oral.
Véase también: Letras cusqueñas
Colonia[editar]
Artículo principal: Literatura de la Colonia del Perú
El término literatura colonial (o literatura de la Colonia) hace referencia al estado del territorio
del Perú del siglo XVI al siglo XIX, dependiente de la corona española y políticamente
organizado como un Virreinato.
Con la conquista española llegó al Perú el idioma castellano (mal llamado español) y las
tendencias literarias europeas. Se inicia un proceso que con el tiempo dará origen a una
literatura mestiza o peruana, aunque inicialmente acuse de una preeminencia hispánica.
Francisco Carrillo Espejo ha acuñado el término de literatura del descubrimiento y conquista,
con el que se designa al período que abarca todas las obras escritas durante el proceso de
descubrimiento y conquista del Perú, que se inicia en 1532 en Cajamarca con la captura del
último Inca, Atahualpa, y finaliza con la desarticulación del Imperio Incaico. La literatura de
este período, aunque no necesariamente escrita durante este marco temporal, sí se vincula a
los eventos desarrollados antes o durante este.
Las primeras manifestaciones literarias fueron las coplas recitadas por los conquistadores; un
ejemplo es la célebre copla escrita por un soldado durante el segundo viaje de Pizarro,
quejándose ante el gobernador de Panamá de las penalidades que padecían:
Tres nombres se mencionan especialmente entre los cronistas indígenas, nativos o indios:
• Titu Cusi Yupanqui, uno de los incas de Vilcabamba que en 1570 escribió
una Relación de cómo los españoles entraron en Perú y el subceso que
tuvo Manco Inca en el tiempo que entre ellos vivió.
• Felipe Guaman Poma de Ayala, autor de una original obra ilustrada: El primer
nueva corónica y buen gobierno (sic), escrito entre 1585 y 1615, y publicada
recién en 1936. En ella presenta el proceso de destrucción del mundo andino
(debido a soberbia de los incas o falla en la comunicación con los españoles),
tratando de explicar y presentar una alternativa a la realidad caótica de su tiempo.
• Juan de Santa Cruz Pachacuti Yamqui Salcamaygua, perteneciente al linaje de lo
collaguas, es autor de una Relación de antigüedades de este reino del Piru, escrita
hacia 1620 o 1630, y publicada en 1879. Usa para expresarse un rudimentario
español, fuertemente quechuizado.
Cronistas mestizos[editar]