Literatura VENEZOLANA

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Literatura VENEZOLANA

Se entiende por literatura peruana a las manifestaciones literarias producidas por autores
de dicha nacionalidad, desde las tradiciones prehispánicas hasta el presente, lo que engloba
la literatura cuzqueña, arequipeña, puneña, amazónica y de otras regiones del territorio
del Perú, y que ha alcanzado mayor brillo en el siglo XX con nombres indispensables para
la literatura universal, como el poeta César Vallejo o el novelista Mario Vargas Llosa. La
pertenencia al canon de los cronistas de Indias es comúnmente más aceptada que otras
manifestaciones paraliterarias, como la literatura infantil peruana o la literatura peruana de
ciencia ficción.

Tradición andina prehispánica[editar]


Artículo principal: Literatura quechua

La producción literaria del período prehispánico en el territorio centro-andino (que abarca


territorios de las actuales repúblicas de Perú, Ecuador, Bolivia y Chile), está especialmente
vinculada al Imperio de los Incas, siendo su principal vehículo de transmisión el idioma
quechua o runa simi, que los incas impusieron como lengua oficial. Los cronistas de la
conquista y de la colonia han dado fe de la existencia de una literatura quechua, que se
transmitió de manera oral y que se suele dividir en cortesana y popular.

• La literatura cortesana, llamada así por haberse realizado en la corte de los


incas, era la literatura oficial, cuya ejecución estaba encargada a los amautas o
profesores y a los quipucamayos o bibliotecarios, que usaban el sistema
nemotécnico de los quipus o cordones anudados. Tres fueron los géneros
principales que cultivaron: el épico, el didáctico y el dramático.
o El género épico está representada por los poemas que expresaban la
cosmovisión del mundo andino (mitos de la creación, el diluvio, etc.),
así como las que relataban el origen de los incas (leyendas de los
hermanos Ayar, de Manco Cápac y Mama Ocllo, etc.).
o El género didáctico abarcaba fábulas, apólogos, proverbios y cuentos,
ejemplares de los cuales han sido recogidos modernamente por
diversos estudiosos.
o El género dramático, que a decir del Inca Garcilaso, abarcaba
comedias y tragedias (obviamente, buscando sus equivalentes en la
cultura occidental). En realidad eran representaciones teatrales en
donde se mezclaban danza, canto y liturgia. Se afirma que el famoso
drama Ollantay, cuya versión escrita data de la época colonial, tendría
un núcleo fundamental de origen incaico y una serie de interpolaciones
posteriores enderezadas al amoldarla al teatro hispano.

• La literatura popular es la que surgió espontáneamente en el pueblo y en el


campo. Abarca masivamente el género lírico, es decir, composiciones poéticas
que estaban unidas a la música y la danza, y que por lo general eran entonadas
en grandes masas corales, alternándose hombres y mujeres. Estas
manifestaciones formaban parte del que hacer cotidiano. Funerales, fiestas,
nupcias, peleas, guerras, etc. estaban enmarcados en una ritualización expresada
a través del arte. Son dos sus manifestaciones principales:
o El harawi, canción de diversos tipos (de amor, de arrepentimiento, de
alegría, etc.). Tenía un carácter intimista y estaba a cargo de un aeda,
denominado harawec o haravicu. En la época colonial derivó en
el huayno y en el yaraví.
o El haylli, himno de alegría, se entonaba en las fiestas religiosas o en
celebraciones de triunfos.
Muchas de estas creaciones han llegado a nuestros días de forma diferida, plasmadas en los
trabajos de los primeros cronistas (el Inca Garcilaso de la Vega recupera poesía quechua,
mientras que Felipe Guaman Poma de Ayala relata el mito de las cinco edades del mundo).

Adolfo Vienrich, autor de Azucenas quechuas.

La literatura indígena fue desconocida o relegada hasta el siglo XX. Su inclusión en el canon
oficial fue lenta. Ya en su tesis El carácter de la literatura del Perú Independiente (1905), José
de la Riva Agüero y Osma consideró "insuficiente" la tradición quechua como para
considerarla un factor predominante en la formación de la nueva tradición literaria nacional.
Posteriormente Luis Alberto Sánchez reconoció ciertos elementos de tradición y su influencia
en la tradición posterior (en autores como Melgar) para dar base a su idea de
literatura mestiza o criolla (hija de dos fuentes, una indígena y otra española), para lo que
consulta fuentes en las crónicas coloniales (Pedro Cieza de León, Juan de Betanzos y
Garcilaso).
La apertura real a la tradición prehispánica surge en las primeras décadas del siglo XX gracias
al trabajo de estudiosos literarios y antropólogos que recopilaron y rescataron mitos y
leyendas orales. Entre ellos se destacan Adolfo Vienrich con Tarmap pacha huaray (Azucenas
quechuas, 1905) y Tarmapap pachahuarainin (Fábulas quechuas, 1906); Jorge Basadre en La
literatura inca (1938) y En torno a la literatura quechua (1939); y los estudios antropológicos y
folclóricos de José María Arguedas (en particular, su traducción de Dioses y hombres de
Huarochirí). Los trabajos más contemporáneos incluyen a Martín Lienhard (La voz y su huella.
Escritura y conflicto étnico-cultural en América Latina. 1492-1988, 1992), Antonio Cornejo
Polar (Escribir en el aire. Escribir en el aire: ensayo sobre la heterogeneidad socio-cultural en
las literaturas andinas. 1994), Edmundo Bendezú (Literatura Quechua, 1980 y La otra
literatura, 1986) y Gerard Taylor (Ritos y tradiciones de Huarochirí. Manuscrito quechua del
siglo XVII, 1987; Relatos quechuas de la Jalca, 2003).
Bendezú afirma que la literatura quechua se constituye, desde la conquista, en un sistema
marginal opuesto al dominante (de vena hispánica) y postula la existencia permanente y
cubierta de una tradición de cuatro siglos. Habla de una gran tradición ("enorme masa textual")
marginada y dejada de lado por el sistema escritural occidental, ya que esta "otra" literatura
es, como el quechua, plenamente oral.
Véase también: Letras cusqueñas
Colonia[editar]
Artículo principal: Literatura de la Colonia del Perú

El término literatura colonial (o literatura de la Colonia) hace referencia al estado del territorio
del Perú del siglo XVI al siglo XIX, dependiente de la corona española y políticamente
organizado como un Virreinato.

Literatura del Descubrimiento y la Conquista[editar]


Artículo principal: Literatura del descubrimiento y conquista del Perú

Con la conquista española llegó al Perú el idioma castellano (mal llamado español) y las
tendencias literarias europeas. Se inicia un proceso que con el tiempo dará origen a una
literatura mestiza o peruana, aunque inicialmente acuse de una preeminencia hispánica.
Francisco Carrillo Espejo ha acuñado el término de literatura del descubrimiento y conquista,
con el que se designa al período que abarca todas las obras escritas durante el proceso de
descubrimiento y conquista del Perú, que se inicia en 1532 en Cajamarca con la captura del
último Inca, Atahualpa, y finaliza con la desarticulación del Imperio Incaico. La literatura de
este período, aunque no necesariamente escrita durante este marco temporal, sí se vincula a
los eventos desarrollados antes o durante este.
Las primeras manifestaciones literarias fueron las coplas recitadas por los conquistadores; un
ejemplo es la célebre copla escrita por un soldado durante el segundo viaje de Pizarro,
quejándose ante el gobernador de Panamá de las penalidades que padecían:
Tres nombres se mencionan especialmente entre los cronistas indígenas, nativos o indios:

• Titu Cusi Yupanqui, uno de los incas de Vilcabamba que en 1570 escribió
una Relación de cómo los españoles entraron en Perú y el subceso que
tuvo Manco Inca en el tiempo que entre ellos vivió.
• Felipe Guaman Poma de Ayala, autor de una original obra ilustrada: El primer
nueva corónica y buen gobierno (sic), escrito entre 1585 y 1615, y publicada
recién en 1936. En ella presenta el proceso de destrucción del mundo andino
(debido a soberbia de los incas o falla en la comunicación con los españoles),
tratando de explicar y presentar una alternativa a la realidad caótica de su tiempo.
• Juan de Santa Cruz Pachacuti Yamqui Salcamaygua, perteneciente al linaje de lo
collaguas, es autor de una Relación de antigüedades de este reino del Piru, escrita
hacia 1620 o 1630, y publicada en 1879. Usa para expresarse un rudimentario
español, fuertemente quechuizado.
Cronistas mestizos[editar]

• Blas Valera (1545-1597), religioso jesuita natural de Chachapoyas, cuya Historia


de los incas la usaron muchos cronistas españoles e incluso el mismo Inca
Garcilaso y que aparentemente se perdió en un incendio en Cádiz, durante una
guerra entre españoles e ingleses.
• Cristóbal de Molina “el cuzqueño” (1529-1585) clérigo y cronista que durante
mucho tiempo se creyó que era mestizo, pero en realidad fue un español natural
de Andalucía,2 Sin embargo, se compenetró tanto con la cultura andina que se le
puede considerar como un mestizo cultural. Su obra principal es una Relación de
las fábulas y ritos de los Incas.
Pero indudablemente el más importante cronista mestizo es el Inca Garcilaso de la
Vega (1539-1616), considerado como el "primer mestizo biológico y espiritual de América", o
en otras palabras, el primer mestizo racial y cultural de América, pues supo asumir y conciliar
sus dos herencias culturales: la indígena americana (inca o quechua) y la europea (española),
alcanzando al mismo tiempo gran renombre intelectual.3 Se le conoce también como
el "príncipe de los escritores del Nuevo Mundo", pues su obra literaria se destaca por un gran
dominio y manejo del idioma castellano. En su obra cumbre, los Comentarios reales de los
incas, publicada en Lisboa, en 1609, Garcilaso expuso la historia, cultura y costumbres de los
Incas y otros pueblos del antiguo Perú. Para muchos críticos se trata del cantar de gesta de la
nacionalidad peruana, que se forja precisamente con la fusión de dos herencias, la nativa y la
española. Garcilaso es autor también de La Florida del Inca (Lisboa, 1605), que es un relato
de la conquista española de Florida; y de la Segunda parte de los Comentarios reales, más
conocida como Historia General del Perú (Córdoba, 1617), publicada póstumamente, donde el
autor trata sobre la conquista y el inicio de la colonia. Con justicia se considera al Inca
Garcilaso como el primer literato del Perú.
Cronistas criollos

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