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4 CAMINOS EN LA VIDA DEL CRISTIANO

Cuando leemos la Biblia descubrimos que una persona puede llegar a conocer Cristo en cualquier lugar, a cualquier hora.
Lidia conoció a Cristo junto a un río cerca de la ciudad de Filipos en la tarde, El etíope eunuco oró al Señor en pleno
camino entre Jerusalén y Gaza y fue bautizada allí mismo por Felipe, Cornelio, el centurión romano conoció a Cristo en
una reunión en su casa y luego fue bautizado con todos los de su casa, y el carcelero de la ciudad de Filipos abrió su
corazón al Señor Jesús acerca de medianoche y luego fue bautizado por el apóstol Pablo aquella misma hora.
1.    EL CAMINO PARA DAMASCO – SALVACIÓN
Hechos Capítulo 9Para entrar en el cielo, el primer paso es pasar por el camino de la Salvación. Pablo encontró al Señor
en el camino entre Jerusalén  y Damasco.
Pablo tuvo un encuentro con el Señor que transformó su vida por completo.  Hechos 9:1-6
El único camino que va al cielo es Jesús, y para ser salvo es necesario pasar por este camino.
«Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí».  Juan 14:6
«Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios».  
Juan 3:3
2.    EL CAMINO A EMAÚS – COMPAÑERISMO  Lucas 24:13-35
Después de conocer al Señor como nuestro Salvador personal, debemos buscar su presencia continuamente.  Cuando
leemos la Biblia descubrimos que Cristo está en cada capitulo y por su palabra Dios nos habla.   Debemos hablar con el
Señor por la oración, y mantener comunión constante con él.
En este capítulo los dos discípulos tuvieron un encuentro maravilloso con el Señor todo el día y un compañerismo
incomparable que llenó sus corazones de grande gozo.
La Biblia enseña que es muy importante que cada cristiano tome tiempo cada día para leer la Biblia y meditar en sus
palabras.  Porque es comida para el alma, como el pan es necesario para el cuerpo.
«El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios».  
Mateo 4:4
El compañerismo con el Señor y su pueblo es indispensable para el cristiano que quiere mantener su vida espiritual
saludable.
Debemos desear la Palabra del Señor como un niño recién nacido desea la leche maternal para su crecimiento.
3.    EL CAMINO A JERICÓ – El camino de ganar almas  Lucas 10:30-37
En esta parábola de Jesús conocemos la compasión divina por la humanidad de este mundo, caído en pecado y rechazado
por la sociedad y las religiones humanas.
En esta historia podemos ver cada individuo de este mundo.
«Cierto  hombre descendía» Vs. 30. (la raza humana, todos nosotros)
Aquí vemos Adán y cada uno de nosotros que solo descendía de Jerusalén (el lugar de bendición) para Jericó (la ciudad de
destrucción).
«Y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto». Vs. 30
La raza humana cayó en las manos de Satanás y sus ángeles, y quedó medio muerto, (vivo físicamente pero muerto
espiritualmente).
«Aconteció que descendió un sacerdote…Asimismo un levita y viéndole pasó de largo».  Vs. 31-32 (relatar la parábola)
4.    EL CAMINO A JERUSALÉN – DEDICACIÓN Y COMPROMISO  Lucas      9:51-62
Jesús sabía que su misión a este mundo era para dar su vida en rescate por muchos, entregando su cuerpo a ser
crucificado.  Cuando Jesús nació sabía que este era el hecho culminante de su trabajo aquí en el mundo.  Jesucristo no
rehusó a cumplir su compromiso con la humanidad, siendo fiel hasta a la muerte, a la muerte de la cruz.
Lo que está faltando en el trabajo del Señor son personas dedicadas, dispuestas a asumir un compromiso con el Señor, y se
quede fiel hasta el último momento de su vida aquí en la tierra.
«Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacía atrás, es apto para el reino de Dios».  Lucas 9:62
«Y llamando a la gente y a sus discípulos les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz,
y sígame.  Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del
evangelio, la salvará.  Porque ¿qué aprovechará al hombre se ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué
recompensa dará el hombre por su alma?  Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación
adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los
santos ángeles».  Marcos 8:34-38

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