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Juan de Mena

Laberinto de Fortuna

Edición de
John G. Cummins

CATEDRA
Letras Hispánicas
Juan de Mena ( 1411-1456), clásica y a un profuso
poeta del prcrrcnacimiento empleo de la retórica
español, realizó el inlento antigua. Su poema
más serio de crear una alegórico L a b erin to He
lengua poética diferente de F ortun a o I m s Trescientas es
la vulgar y ha la mejor plasmación de esa
permanecido como lengua literaria buscada.
referencia inexcusable de Esta edición ofrece el texto
un tipo de poesía culta. del ms. 229 de la
Para ello recurre a un Biblioteca Nacional de
metro noble y rítmico —el París, una lectura rítmica
arte mayor—, a creaciones de la obra y un apéndice
léxicas de ascendencia de fuentes.
Juan de Mena

Laberinto de Fortuna
Edición de John G. Cummins

QUINTA EDICIÓN

CATEDRA

LETRAS HISPANICAS
Letras Hispánicas
Ilustración de la cubierta: La rueda de la Fortuna, carta
del Tarot por Fergus Hall.

Reservados todos los derechos. De conform idad con lo dispuesto


en el art. 534-bis del Código Penal vigente, podrán ser castigados
con penas de multa y privación de libertad quienes reprodujeren
o plagiaren, en todo o en parte, una obra literaria, artística
o científica fijada en cualquier tipo de soporte
sin la preceptiva autorización.

© Ediciones Cátedra, S. A., 1996


Juan Ignacio Luca de Tena, 15. 28027 Madrid
Depósito legal: M. 4.902-1996
ISBN: 84-376-0210-6
P rinted in Spain
Impreso en Gráficas Rogar, S. A.
Navalcarnero (Madrid)
índice

I n t r o d u c c ió n ................................................................................... 11

B io g rafía de Ju a n de M e n a ..................................................... 11
L as o b ra s de M e n a ..................................................................... 16
P o esías p o lític a s........................................................................ 16
L írica a m o ro s a .......................................................................... 17
P re g u n ta s y r e s p u e s ta s ......................................................... 17
D ecires m o r a le s ........................................................................ 18
L a C o ro n a c ió n .......................................................................... 19
P r o s a ............................................................................................. 20
L a c rítica a n te el L a b e rin to d e F o r tu n a ............................. 22
E l L a b e rin to d e F o r tu n a ............................................................ 26
O b ra d id ác tic a y p o l ít i c a ..................................................... 26
E l L a b erin to , c u m b re de la te n d e n c ia a lo alegórico
del siglo XV............................................................................ 30
E l verso d e a rte m a y o r ......................................................... 35
L en g u a y e stilo .......................................................................... 38
C riterio seguido e n e sta e d ic ió n ............................................. 44

B ib l io g r a f ía ...................................................................................... 47

A b r e v ia t u r a s ................................................................................... 52

L a b e r in t o de F o r t u n a ................................................................ 55

7
Introducción
Biografía de Juan de Mena
De la vida de Mena se sabe poco. A diferencia
de la mayoría de los poetas de la corte de Juan II,
es esencialmente un hombre de letras: pasa la vida
entre las tinieblas de la cám ara escolástica y la es­
cribanía regia. Su contemporáneo Juan de Lucena re­
sume muy bien este carácter recluso de nuestro poeta,
poniendo en boca del obispo de Burgos: «De grand
ánimo te muestras mi Joan de Mena, que las armas
tanto exaltas. Trahes magrescidas las carnes por las
grandes vigilias tras el libro, mas no durescidas ni
callosas de dormir en el campo; el vulto pálido, gas­
tado del estudio, mas no roto ni recosido por encuen
tros de lança»1. No siendo, pues, uno de aquellos
poetas-guerreros cuyos nombres resuenan tan ubicua­
mente por las crónicas del siglo XV, y cuyas biografías
resultan, por tanto, bastante fáciles de establecer, la
figura pálida de Juan de M ena queda oscurecida por
las telarañas de cinco siglos; estamos confrontados con
un contraste sorprendente entre la celebridad de que
gozó Mena durante su vida y una carencia de detalles
biográficos que nos ayudarían a redondear un poquito
esta silueta imprecisa que trazamos a continuación,
la cual, aparte de sus propias obras, es lo único que
hoy día se puede aducir como biografía del poeta más
célebre de su época.
Nació en 1411, en Córdoba, patria de Séneca y Lu-

1 Juan de Lucena, Vita Beata, pág. 131 (véase la Bibliografía).

11
cano; a estos autores y a la ciudad misma se refiere
siempre con especial afecto. Se han atribuido a Mena
las Memorias de algunos linages antiguos e nobles de
Castilla2, según las cuales los del linaje de Mena
«son mui buenos fijos dalgo; tienen su solar conocido
en el valle de Mena, en tierra que llaman Montaña,
e de allí vinieron a estos Reinos de Castilla; e fueron
de los que ayudaron a sus Reies en muchas conquis­
tas contra moros e sirvieron lealmente al Rei Don
Fernando III». La fuente más fecunda de datos sobre
la familia y la vida del poeta es el Epicedio, que
compuso Valerio Francisco Romero para Hernán Núñez,
comentador del Laberinto, casi cien años después de la
muerte de Mena3. De las coplas de esta obrita se
infiere que nuestro poeta era hijo de un tal Pedrarias,
«de estado mediano, de buena nación», y nieto de Ruy
Fernández de Peñalosa, «señor principal, ... señor de
Almenara, de estima y caudal».
En una recuesta en que Mena va asociado con Iñigo
Ortiz de Estúñiga, parece manifiesta la intención de
éste de motejar de judío a su adversario:
H a n m e dicho, J u a n d e M en a ,
q u 'en coplas m a l m e tratastes;
p u e s y o os ju r o a l q u e m a ta ste s
q u e n o os m e vayáis sin p e n a ,
salvo s i lo d esordena
p o r p u n to d e barahá
a q u é l q u e libró a Joná
d e l vientre d e la b a lle n a 4.

El sentido de esta respuesta está explicado en un ar­


tículo de M aría Rosa Lida: «Juro a Cristo (al que
matastes) que no escaparéis sin castigo a menos que lo

2 A. Carballo Picazo, «Juan de Mena: un documento inédito


y una obra atribuida», Revista de Literatura, I, 1952, págs. 269-
299.
3 Véase Bibliografía, pág.
4 R. Foulché-Delbosc, Cancionero castellano del siglo X V , nú­
mero 52.

12
impida por vía de bendición a los judíos (barahá) el
Dios del Antiguo Testamento (aquél que libró a Joná).»
En vista de la disparidad entre el estado social del abue­
lo y el del padre, la interpretación más verosímil de
estos datos, según M aría Rosa Lida, sería que el os­
curo Pedrarias era de origen judío, y el «señor prin­
cipal», Ruy Fernández, era abuelo materno de Mena5.
Florence Street, sin embargo, afirma que Pedrarias
era hijo de Ruy Fernández, y que la teoría de que
Mena desciende de una familia de conversos no es más
que una hipótesis interesante6. Eugenio Asensio, en su
estudio sobre la literatura de los conversos, ha apoyado
este punto de vista, descartando definitivamente la su­
puesta sangre judía de la familia de M ena7.
Valerio Francisco Romero nos dice que Mena tuvo
una hermana, y que, siendo el futuro poeta de muy
corta edad, los dos niños quedaron huérfanos; es de su­
poner que se criasen con los parientes más cercanos.
Según otra fuente, los dos niños eran varones, y el mayor
era Ruy Fernández de Peñalosa, quien heredó el título
de Veinticuatro de Córdoba, cargo que también des­
empeñaría más tarde el poeta8. El joven no empezó sus
estudios hasta los veintitrés años, primero en Cór­
doba, luego en Salamanca. Hasta hace poco era opi­
nión común que completó sus estudios en Roma, pero
hoy está comprobado que antes de febrero de 1442
estaba en Florencia, en la corte pontificia de entonces,
bajo la protección del cardenal Juan de Torquemada,
ya que por aquella fecha solicitaba beneficios como clé­
rigo cuando ya se había ausentado de la curia. Según
Beltrán de Heredia, «su clericato se reducía a la simple

5 M aría Rosa Lida, «Para la biografía de Juan de Mena», R e­


vista de Filología Hispánica, III, 1941, págs. 150-154.
6 «La vida de Juan de Mena», Bulletin Hispanique, LV, 1953,
págs. 149-173.
7 «La peculiaridad literaria de los conversos», Anuario de Estudios
Medievales, IV, 1967, págs. 327-351.
8 [A. G arcía de Morales], Historia y nobiliario de Córdoba por
un anónimo, Biblioteca Nacional, M adrid, MS. 3269.

13
tonsura o cuanto más a alguna de las órdenes menores,
condición suficiente para alcanzar beneficios»9.
Debió volver a Florencia, pero en agosto de 1443
regresó definitivamente a España. Al volver a Castilla
fue nombrado cronista y secretario de cartas latinas
de Juan II, nombramiento que demuestra que tenía
establecida ya su reputación como latinista. Sin duda le
propuso cierto protector poderoso en la corte. Es pro­
bable que del mismo período date su posesión del cargo
de Veinticuatro de Córdoba. Hay un documento con­
temporáneo que testimonia que a partir de 1453 re­
cibía del rey una renta anual de 13.000 maravedís, to­
mados de las rentas de las tahurerías de Córdoba con­
fiscadas a Alvaro de L una10.
Se casó, pero no tuvo hijos. Según Valerio F ran­
cisco Romero, su esposa era «la hermana de dos ciu­
dadanos, García de Vaca y Lope de Vaca». En un do­
cumento de la Biblioteca Nacional, sin embargo, con
fecha de 24 de mayo de 145611, se afirma varias veces
que la mujer de Juan de Mena es una tal Marina
Méndez: «Sepan quantos esta carta vieren como yo,
M arina Méndez, hija legítima de Fernando de Soto
Mayor y de Costança Fernández de Aguilar, su mujer,
que son finados, vezina que so de la muy noble çibdad
de Córdoba, esposa de Juan de Mena, coronista y se-
gretario de latín de nuestro señor el rey... et yo el dicho
Juan de Mena, esposo de la dicha M arina Méndez...»
No cabe duda, pues, de que nuestro poeta se casó con
M arina Méndez de Sotomayor. ¿Esto significa que Va­
lerio Francisco Romero está equivocado? Otro testi­
monio es el de Pedro Manuel Jiménez de Urrea, que
apoya de manera doble a Romero, designando a Mena

9 V. Beltrán de Heredia, «Nuevos documentos inéditos sobre el


poeta Juan de Mena», Salmaticensis, III, 1956, págs. 1-7.
10 A. Carballo Picazo, art. cit.
11 J. M. Aguado, «Descripción y vicisitudes de unas heredades
y casas que pudieron pertenecer al poeta Juan de Mena», Boletín
de la Real Academia Española, XIX. 1932, págs. 499-508, 554-
565; XXII, 1935, págs. 49-54.

14
con el nombre de su padre, Pedrarias, y diciendo que
su esposa era de la familia de Vaca:
Contigo no valen parias,
que todo por ti se saca.
¿Dó tantas naciones varias?
¿Dó el gran poeta Pedrarias,
casado con los de Vaca?12.
No tenemos más remedio que concluir que el poeta
se casó dos veces. Es im posible. proponer las fechas
precisas, pero lo más probable es que las primeras
bodas, con la herm ana de García y Lope de Vaca, se
celebrasen después de terminados los estudios de Mena
en Salamanca, o sea, hacia el año 1440. Acerca de su
segunda esposa, M arina Méndez, podemos afirm ar que
era mucho más joven que Mena, ya que en el docu­
mento arriba citado prometen los esposos no alegar
que la renuncia que hacen esté invalidada por el tener
M arina menos de veinticinco años. Sabemos que nació
antes de marzo de 1438 por figurar su nombre en otro
documento de la misma serie que lleva dicha fecha13;
así que en 1456, cuando Mena tenía ya unos cuarenta
y cinco años, su joven esposa cordobesa tenía entre
dieciocho y veinticinco. Pero nuestro poeta poco tiempo
había de seguir gozando de las delicias de este segundo
matrimonio. La pobre M arina, casada en su juventud
con un hombre de edad m adura y carácter algo severo
y recogido, quedó pronto viuda: Juan de Mena murió
antes de completarse el año mismo en que firmaron los
dos el documento que atestigua su unión.
Según cuenta Gonzalo Fernández de Oviedo, «de su
muerte hay diversas opiniones, e los más concluyen
que una muía lo arrastró, e cayó della de tal manera
que murió en la villa de Torrelaguna»14. O tra opinión

12 Cancionero de Pedro M anuel Jiménez de Urrea, impreso en


1513.
13 Aguado, art. cit., XIX, pág. 555.
14 Citado en JMB, pág. xii, nota. Para mis abreviaturas, véase
abajo, pág. 52.

15
es la de Romero, quien dice que murió de un «ra­
bioso dolor de costado». Fue enterrado en Torrelaguna,
pagando el marqués de Santillana los gastos del se­
pulcro, como quien apreciaba más que nadie la contri­
bución hecha por M ena a la vida cultural de su época.

Las obras de Mena


D ada la escasa biografía del poeta, es imposible co­
locar sus obras en una cronología fija. El Laberinto
se terminó de escribir el 22 de febrero de 1444, obra
m aestra de un poeta bastante joven. Si se deja a un
lado el Laberinto, hay que confesar que no se destaca
Juan de Mena como muy individual contra el fondo
bullicioso de la corte de Juan II, en que todo el mundo
es poeta. En sus poesías menores, poco numerosas,
vemos la gama típica del poeta palaciego de su época.

Poesía políticas

Son las más fáciles de fechar. D atan todas del pe­


ríodo de madurez del poeta, siendo posteriores a la
composición del Laberinto. En cuanto a su temática,
sirven de apoyo al Laberinto, repitiéndose en sus versos
los elogios de Juan II y Alvaro de Luna y las exhor­
taciones a la unidad nacional. Son breves, inspirán­
dose la mayoría en acontecimientos políticos de aquella
época desdichada. M ena celebra, por ejemplo, la recon­
quista de Córdoba por el conde de Niebla (¿fines de
1444?)i5, ja victoria de Olmedo (1445)16, y las concor­
dias de Astudillo (1446) y Valladolid (1449) entre
Juan II y el príncipe Enrique17. O tra manifestación de

15 Cancionero de A ntón de Montoro, ed. Cotarelo y Mori,


M adrid, 1900, núm. 5.
16 Foulché-Delbosc, Cancionero castellano del siglo X V , núm. 37.
17 Ibid., núms. 40, 32.

16
sus inclinaciones políticas es la composición presentada
a don Alvaro de Luna entre la Navidad de 1452
y año nuevo, a propósito de la herida recibida por el
Condestable en el cerco de Palenzuela18.

Lírica amorosa

Es enteramente típica del siglo XV. El tema del amor


cortés, que de tanta popularidad ha gozado en los dos
siglos anteriores, hace algunos años ya que viene per­
diendo algo de su novedad y vigor iniciales, sustitu­
yéndose éstos por fríos y complicados recursos estilís­
ticos y de versificación. Esta elaboración y falta de sin­
ceridad caracterizan a muchas de las poesías amorosas
de M ena19. En algunas composiciones, sin embargo,
logra rehuir tales frialdades para reproducir algo de la
sencillez y frescura típicas de la lírica amorosa de su
amigo del marqués de Santillana20. Para Amador de los
Ríos, estas composiciones representan el período juvenil
del poeta, antes de dedicarse M ena a los asuntos mo­
rales que le sirven de tema en sus obras más largas.
No hay evidencia alguna que apoye tal afirmación.

Preguntas y respuestas

Otro aspecto de la lírica cortesana presente en Mena


es el interés para el debate poético, convención lite­
raria cuya popularidad está atestiguada por el contenido
del Cancionero de Baena. M ena no se rebaja a las ca­
lumnias juglarescas que intercam bian los poetas menos
cerebrales que escriben para entretener a la corte; sus
preguntas y respuestas tienen más bien el carácter de

18 Crónica de Alvaro de Luna, ed. J. de M ata Carriazo, Madrid,


1940, cap. XCV.
19 Foulché-Delbosc, Cancionero castellano del siglo X V , núms. 17,
20, 23, etc.
20 Ibid., núms. 42, 45.

17
diversión personal para Mena y el marqués de San-
tillana, su colaborador, y no se extienden en recuestas
prolongadas, terminándose después de la primera res­
puesta21. Tampoco faltan las adevinanças triviales, tí­
picas del período de los cancioneros22.

Decires morales

No menos típicas son ciertas obras sobre los conocidos


temas morales del siglo XV. El Razonamiento que face...
con la M uerte23 debe su esquema dialogado a la Danza
de la Muerte, y su contenido y estilo dan a entender
que data de los primeros años de la vida literaria del
poeta. Mena nos conduce por los temas del ¿ Ubi sunt?
y de la muerte niveladora a la conclusión cristiana tra­
dicional. Algo más original es el Dezir que fizo ... sobre
la justiçia e pleytos, e de la grant vanidad deste
m undo24. Como se ve en el título, padece cierta falta
de unidad, vacilando entre una sátira sobre la justicia,
bastante interesante en sí como cuadro de costumbres,
y un sermón convencional sobre la inestabilidad de la
fortuna hum ana. La últim a obra de Mena, interrum ­
pida por la muerte, es el Debate de la Razón contra
la Voluntad25, otra composición entroncada con la tra­
dición del diálogo medieval. Es una alegoría más sen­
cilla, más anticuada que el Laberinto, a pesar de ha­
berse escrito doce años más tarde, en que la Razón
disputa con los pecados mortales. Es una argum enta­
ción en que no se alza la voz, una verdadera dis­
putatio medieval en que los participantes pronuncian
por turno sus discursos justificativos o condenadores.
El poema incompleto fue continuado por dos contem­

21 Ibid., núms. 27-30, 219.


22 Ibid. , núms. 49, 50.
23 Ibid., núm. 35.
24 Ibid., núm . 31.
25 Ibid., núm . 13.

18
poráneos de Mena: Gómez M anrique26 y Pero Guillén
de Segovia27, y hay otra continuación más tardía de
fray Jerónimo de Olivares28.

La Coronación

H a sufrido en general los dicterios de la crítica.


Es una alegoría pretenciosa en que el autor exalta
al marqués de Santillana, coronado en el monte
Parnaso en presencia de los autores preferidos de Mena:
Homero, Lucano, Virgilio, Séneca, Ovidio, Vegecio y
Boecio. Tanto las estrofas del poema como el comen­
tario en prosa que las acompaña emplean los artificios
estilísticos más violentos y fastidiosos: hipérbaton exage­
rado, latinismos léxicos y sintácticos, alusiones incansa­
bles a la mitología clásica. El comentario tiene cierto
valor como documento literario, y da una idea de los
autores preferidos de Mena, de su afición por la eru­
dición filológica y de sus opiniones sobre los estilos
poéticos29.
Donde más claramente se revela el contraste entre
los dos estilos poéticos de M ena es en dos poemas
curiosos, el Claro escuro30 y A l hijo muy claro de H y­
perion31, en que estrofas de arte mayor, adornadas con
todas las galas de la nueva m anera clasicista, alternan
con estrofas de verso corto a la m anera cancioneril.
Son poesías amorosas tradicionales, pues, en un cuadro
decorativo de digresión y comparación mitológicas. M ena
no intenta conciliar los dos estilos: se da cuenta de su
incompatibilidad, y esta yuxtaposición no hace más que

26 Ibid., núm . 13.


27 Biblioteca Nacional, M adrid, MS. 3.742.
28 Im presa en la edición de Amberes, 1552.
29 Véase Inez M acdonald. «The Coronación of Juan de Mena:
poem and commentary», Hispanic Review, VII, 1939, páginas
125-144.
30 Foulché-Delbosc, Cancionero castellano del siglo X V , núm. 16.
31 Ibid., núm . 19.

19
realzar la diferencia; es un pequeño ejercicio estilístico
que no hay que tom ar demasiado en serio.

Prosa

Prescindiendo del comentario de la Coronación, la


única obra en prosa que hace poco se solía adscribir
a Juan de Mena era la Ilíada en romance32, versión
de Homero, traducida no directamente del griego, sino
de una versión latina. Fue condenada por Menéndez y
Pelayo por la violencia de su sintaxis, pero Blecua ha
alabado su «gracioso exotismo y una abundancia ex­
cepcional de vocabulario»33, y el estudio de M aría Rosa
Lida también rechaza el severo juicio de don M ar­
celino34.
En los últimos treinta años varias obras menores han
sido atribuidas a M ena, lo que ha hecho posible un
análisis más completo de las características de su prosa.
Ahora se percibe que Mena tenía a su disposición,
además del estilo ornamental y cargado de latinismos
de la Ilíada en romance, un estilo más llano y didác­
tico, que suele aclarar los neologismos parafraseándolos,
y tam bién un estilo narrativo que prescinde de tales
explicaciones didácticas y tiene un tono algo más ele­
vado, con algunas alusiones clásicas, sin llegar a los ex­
cesos del estilo ornamental propiamente dicho. Con esta
«rebuscada diversidad»35, M ena es capaz de ajustar su
estilo según el tema y según su intención artística, in­
cluso dentro de una misma obra. El comentario a la

32 Biblioteca Nacional, MSS. 6.052, 8.600; La Ylíada en romance,


ed. M. de Riquer, Barcelona, 1948.
33 JMB, pág. xxi.
34 MRL, págs. 127-156.
35 Expresión acertada de Louise Vasvari Fainberg, quien en la In­
troducción de su edición del Tratado sobre el título de Duque,
Londres, 1976, estudia m agistralmente y con numerosos ejemplos la
variación estilística de la prosa de Mena y las relaciones entre
ella y el Laberinto.

20
Coronación, por ejemplo, ejemplifica los tres estilos; en
el Tratado sobre el título de Duque domina la téc­
nica ornamental; en el proemio del Libro de las vir­
tuosas y claras mujeres, de Alvaro de Luna, se ve que
sabía dejar a un lado su latinismo léxico y limitarse
a un dominio seguro y afortunado del latinismo sin­
táctico36. El Tratado de amor, obra auténtica de Mena,
según la señora Florence Street37, y probablemente una
composición tem prana, a pesar de encerrar alusiones a
la literatura clásica, tiene un estilo sencillo y directo,
y su contenido coincide en parte con el del círculo de
Venus en el Laberinto.
Una cuestión muy discutida es la paternidad del
prim er acto de La Celestina: Fernando de Rojas, el
autor del resto de la obra, afirmó haber encontrado
ya escrito el primer acto, que «no tenía su firma del
autor, el qual según algunos dizen fue Juan de Mena,
y según otros Rodrigo de Cota». La crítica moderna
ha rechazado la alusión a nuestro poeta38.
Es imposible saber si Mena, «coronista y segretario
de latín de nuestro señor el rey», participó en la com­
posición de la Crónica de Juan IP 9· La Crónica de A l­
varo de Luna, introduciendo los versos de Mena sobre la
saetada recibida por Luna en el cerco de Palenzuela,
dice que «era coronista del rey e tenía cargo de escre-
bir la Historia de los reynos de Castilla»40, pero Me-
néndez y Pelayo dice que no hay que atribuirle nin­
guna parte de la Crónica de Juan II.

36 Véase la edición de Bibliófilos españoles, M adrid, 1891. Para


la atribución a Mena, véase MRL, pág.147.
37 «La paternidad del Tratado de amor», Bulletin Hispanique,
LIV, 1953, págs. 15-33.
38 M. de Riquer, «Fernando de Rojas y el prim er acto de La
Celestina», Revista de Filología Española, XLI, 1957, págs. 373-
395; F. González-Ollé, «El problem a de la autoría de La Celes­
tina: nuevos datos y revisión del mismo», Revista de Filología
Española, XLIII, 1960, págs. 430-445.
Véase Narciso Alonso Cortés, «Juan de Mena y la ‘Crónica de
don Juan II’», en Anotaciones literarias, M adrid, 1922, págs. 5-13.
40 Ed. cit., pág. 285.

21
La crítica ante el
Laberinto de Fortuna
En el siglo XV, lo que despierta el Laberinto no es
crítica, sino adulación. No se oye ninguna voz disi­
dente: todos convienen en encomiar a M ena como poeta
genial, cuyas obras representan la quintaesencia de las
aspiraciones literarias de aquel período. La estima que
le profesa la sociedad literaria se manifiesta en las hi­
pérboles de los poetas profesionales, en el intercambio
de poesías con aficionados eminentes como don Pedro,
regente de Portugal, y el rey don Juan II de Castilla,
y en una epidemia de alegorías didácticas que deben
su existencia al éxito del Laberinto. Es evidente que
entre los escritores que elogian a Mena hay muchos
que no comprenden muy bien lo que escribe; también en
el Siglo de Oro hay bastantes que le alaban, dando
muestras de no conocer muy bien sus poesías. La verdad
es que a mediados del siglo xv el decir alegórico, la
erudición clásica, el estilo latinizado, están en boga;
no elogiar el Laberinto equivaldría a confesarse reac­
cionario y chapado a la antigua.
También en la valoración algo más reflexiva de An­
tonio de Nebrija y Juan del Encina, de la generación
siguiente, Mena parece representar la culminación de
la poesía castellana. Nebrija, en su Gramática de la
lengua (1492), toma casi todos sus ejemplos de las obras
de Mena, cuyos esfuerzos para ennoblecer la poesía
en lengua vulgar tan perfectamente ejemplifican las
ideas del gran hum anista. En el Arte de poesía cas­
tellana de Encina (1496), Mena vuelve a proveer la
mayor parte de los ejemplos. En 1499 Hernán Núñez,
el Comendador Griego, editó el Laberinto con un co­
m entario que explicaba las dificultades textuales y acla­
raba de una manera a veces definitiva las fuentes más
importantes.
En el Siglo de Oro, entrado ya el poeta en la cul­
tura general como autoridad tradicional sobre la For­

22
tuna, esta reputación brillante empieza a deslustrarse
un poco. Juan de Valciés condena la lengua del La­
berinto por latinizada y grosera a la vez41, y de enton­
ces en adelante se percibe una división entre los que
aprueban y los que censuran las innovaciones de Mena.
No sorprende el hecho de que donde más se alude a
Mena para justificar o condenar las innovaciones es­
tilísticas es en las polémicas entre italianizantes y cas­
ticistas. Tales citas empiezan con la conocida alusión
de Cristóbal de Castillejo, que introduce a Mena en su
sátira sobre la supuesta novedad del endecasílabo de la
nueva escuela42. Fernando de Herrera da muestras de
haber estudiado no sólo el Laberinto, sino también
las obras menores de Mena, y parece reconocer su im­
portancia como antecedente de Garcilaso y de los demás
italianizantes. En sus Anotaciones (1580) explica parti­
cularidades de Garcilaso con ejemplos sacados de Mena,
y en su propia poesía evidencia preocupaciones esti­
lísticas algo parecidas a las del cordobés43.
Una opinión entusiasta es la de Francisco Sánchez
de las Brozas, El Brócense, cuyo comentario a la edi­
ción que publicó en 1582 reprende a los que por su
ignorancia condenan las oscuridades del poema. Gón­
gora y los demás sucesores de Herrera muestran
cierto conocimiento de Mena, aunque menos explícita­
mente. Dámaso Alonso ha señalado varias estrofas de
Góngora que parecen probar que había estudiado el
estilo de M ena y aprendido algo en él44. Sea cual sea
el parentesco entre el hipérbaton de Góngora y el lati­
nismo de Mena, para los antigongoristas hay un eslabón
patente entre los dos. No era de esperar que Lope de
Vega estuviese de acuerdo con los culteranos en su opi­
nión sobre Mena: para él, el latinismo exagerado de

41 Véase abajo, pág. 40.


42 Cristóbal de Castillejo, Obras, ed. J. Domínguez Bordona, en
«Clásicos Castellanos», M adrid, 1927, II, pág. 226.
43 MRL, págs. 360-365.
44 Dámaso Alonso, La lengua poética de Góngora, M adrid, 1950,
págs. 183-185.

23
los gongoristas representa una vuelta al estado rudo
de la poesía de hace ciento cincuenta años, y por eso
lo condena, censurando la lengua de M ena «en el co­
mentario que hizo a su Coronación, donde dice así:
“Y no quiere cesar ni cesa de volar fasta pasar el
cáucaso monte, que es en las sumidades y en los de
Etiopia fines” , etc., cosas que tanto em barazan la frasis
de nuestra lengua, que las sufrió entonces por la imi­
tación latina, cuando era esclava, y que ahora que se
ve señora, tanto las desprecia y aborrece»45.
Algo menos hostil a Mena es la crítica del Pinciano,
quien en su Filosofía antigua poética (1596)46 defiende
al poeta contra el reproche de oscuridad y loa la grande­
za y sonoridad de su estilo. Desde principios del si­
glo XVII, sin embargo, la corriente de la crítica se
hace cada vez más hostil a Mena, y los bibliófilos
del siglo XVIII, primeros investigadores sistemáticos
de la historia literaria, condenan casi unánimemente
el estilo oscuro y el vocabulario latinizante de nuestro
poeta. La opinión de Sánchez es típica: «... fixó nueva
época a la [poesía] castellana y levantó el estilo más
que cuantos le habían precedido; pero la afeó con me­
táforas impropias, con colocaciones violentas, con pala­
bras latinas o inventadas, y, finalmente, con un estilo
hinchado y pomposo»47.
A principios del siglo XIX esta hostilidad empieza a
moderarse un poco. Quintana, Martínez de la Rosa,
Ticknor y P. J. Pidal, aunque suelen censurar ciertos
aspectos de la técnica innovadora de Mena, echan la
culpa de ellos a la etapa primitiva de la lengua y
alaban el objeto general de la empresa48. Es en la obra

45 Respuesta a un papel que escribió un señor destos reinos en


razón de la nueva poesía, en Biblioteca de Autores Españoles,
t. XXXVIII, pág. 140.
46 Ed. P. Muñoz Peña, Valladolid, 1894.
47 Colección de poesías castellanas anteriores al siglo X V , 1779,
t. I, prólogo.
48 Q uintana, Tesoro del Parnaso español, 1808; M artínez de la
Rosa, Anotaciones a la poética, en Obras completas, I, París, 1845;

24
de Ticknor donde se encuentra, en su forma más exa­
gerada, la idea de que el Laberinto sea una imitación
de la Divina Comedia. Esta idea se repite, un poco di­
luida, en la Historia crítica de la literatura española,
de Amador de los Ríos (1865), que reconstruye la bio­
grafía del poeta con la Vida impresa por Hernán
Núñez en su edición de 1499, y el Epicedio, de Valerio
Francisco Romero; pero interpreta de una manera tan
arbitraria los datos aportados por estas obras, que su
reconstrucción parece bastante ficticia. No menos capri­
chosas son sus conclusiones tocante a las innovaciones
latinas de Mena: aprueba la «inusitada nobleza» de al­
gunos de sus latinismos y censura otros porque «co­
municaban a la lengua no poca extravagancia, revis­
tiéndola de pedantescas nieblas».
A diferencia del estudio de Amador, el capítulo de­
dicado a M ena por Menéndez y Pelayo en su A n ­
tología49 constituye un verdadero avance en la litera­
tura crítica sobre el poeta. Interpreta más objetiva­
mente los datos biográficos, y sus opiniones sobre el es­
tilo de M ena evidencian una actitud enteramente libre
de los prejuicios que han caracterizado toda la crítica
anterior, aunque no vacila en censurar el estilo enm ara­
ñado de las obras en prosa. Sus ideas sobre el paren­
tesco entre el Laberinto y la Divina Comedia son mucho
más moderadas y perspicaces que las de Ticknor y de
Amador, y estudia con citas informativas de Virgilio
y Lucano ciertos aspectos de la erudición clásica de
Mena. Su censura de ciertos vocablos latinizantes del
Laberinto no le impide alabar su gran espíritu nacional
y la dignidad robusta de sus exhortaciones patrió­
ticas: «¡Grande y magnífica poesía en verdad, que surge
toda de una pieza, arm ada con el hierro de combate!»
Esta nueva objetividad se reprodujo en los trabajos

Ticknor, Historia de la literatura española, Londres, 1849;


P. J. Pidal, edición del Cancionero de Baena, M adrid, 1851.
49 Antología de los poetas líricos castellanos, en Biblioteca Clásica,
M adrid, 1890-1908, t. V, págs. cxiv-ccvi.

25
que a principios del siglo XX realizó R. Foulché-
Delbosc, cuya edición del Laberinto, sumamente rara50,
se sirvió de las ediciones clásicas y de los manuscritos
más importantes. Más accesibles son la reproducción
de esta edición en su Cancionero castellano del siglo X V 51
y su «Étude sur le Laberinto»52. Juan de Mena, sin
embargo, tuvo que esperar durante cuatro siglos enteros
la obra crítica cuya erudición y alcance correspondiesen
a su posición como el poeta más genial de su época.
En 1950, la Nueva Revista de Filología Hispánica pu­
blicó el estudio magistral de M aría Rosa Lida, Juan
de Mena, poeta del prerrenacimiento español53, obra
imprescindible para cualquier estudiante serio de nues­
tro poeta o de la época de transición y búsqueda en
que escribió.

El Laberinto de Fortuna
Obra didáctica y política

Leyendo las primeras páginas del Laberinto, con el


recuerdo del título de la obra en la cabeza, pudiera
suponer el lector que está ante uno de aquellos decires
morales sobre la inestabilidad de la fortuna humana,
que de tanta popularidad gozaron en el período de los
cancioneros. Mena, como tantos otros, dirige la palabra
a la diosa cuya «más çierta orden es desordenança»:

T u s casos fa lla ç es, F o rtu n a , c a ntam os,


estados d e g e n te s q u e giras e trocas.

Y, en efecto, en las coplas del Laberinto que pre­


ceden a la entrada del poeta en la casa alegórica no

50 Macón, 1904; cien ejemplares.


51 Nueva Biblioteca de Autores Españoles, t. XIX, M adrid, 1912.
52 Revue Hispanique, IX, 1902, págs. 75-138.
53 México, 1950.

26
se presenta ninguna teoría muy original acerca de la
Fortuna. En esta sección prelim inar se encuentra como
un esbozo no desarrollado de un esquema tripartito
que ha de elaborar Jorge M anrique en sus Coplas por
la muerte de su padre: el hombre no tiene que con­
siderar sólo la esfera inm ediata de la vida terrena,
la fortuna buena o mala, la muerte inevitable; hay dos
cosas que le permiten romper los límites de su existen­
cia transitoria: la Fam a y la Divina Providencia.
En las Coplas de M anrique, estas ideas han de siste­
matizarse en una visión de la vida terrena, la vida
de la Fam a y la vida eterna. Mena insiste en el L a­
berinto en la relación entre la vida terrena, gobernada
al parecer por la Fortuna, y el poder dominador de la
Providencia. También manifiesta, aunque menos explí­
citamente, su convicción de que los confines de la vida
terrena pueden ser traspasados por la Fama; que una
reputación ganada por los actos honrados permite que
un hombre supere la barrera que le opone la muerte.
Pero la verdad es que Mena no se interesa mucho por
el problema abstracto de la Fortuna. Esta obra es una
joya que no puede apreciarse si se saca de su engaste;
para comprender el significado del Laberinto es preciso
saber algo de la época laberíntica en que se escribió.
Como testigo contemporáneo, tanto de las m aquina­
ciones de la Corte como de la anarquía militar de aquel
período, citamos a continuación a Fernán Pérez de
Guzmán, que pinta con pincel desilusionado los tras­
tornos políticos y la carencia de conciencia nacional
que caracterizan el reinado de Juan II de Castilla:
«No callaré aquí nin pasaré so silençio esta razón,
que cuanto quier que la prinçipal e la original cabsa
de los daños de España fuese la remisa e nigligente
condiçiôn del rey e la cobdiçia e ambiçiôn exçesiva del
condestable, pero en este caso non es de perdonar la
cobdiçia de los grandes caballeros que por creçer e
avançar sus estados e rentas, posponiendo la conciencia
e el amor de la patria por ganar ellos, dieron lugar
a ello; e non dubdo que les plazía tener tal rey porque

27
en el tiempo turbado e desordenado, en el río vuelto
fuesen ellos ricos pescadores; ... e de aquí cuantos
daños, insultos, movimientos, prisiones, destierros, con­
fiscaciones de bienes, usurpaçiones de dignidades, tur-
baçiôn de paz, injusticias, robos, guerras de moros, se
siguieron e vinieron, ¿quién bastará a lo relatar nin
escribir, cómo era notorio que en treinta años, non
digo por intervalo o interposiçiôn de tiempo, mas con­
tinuam ente, nunca çesaron males e daños?»54.
Para Fernán Pérez, pues, una época llena de desdi­
chas: un rey, Juan II, sin mérito ni influencia; un Con­
destable, Alvaro de Luna, cuya ambición inagotable
le hace dueño de Castilla y quien maneja al rey como
a un títere; una aristocracia motivada en su oposición
al Condestable no por amor de su patria, sino por un
deseo de asirse de las cuerdas del mismo títere, de
m anera que se multiplican las guerras civiles, mientras
la cruzada nacional contra los moros, llevada casi a
su término por las campañas reales de hace dos siglos,
queda olvidada.
No es de esperar que Juan de Mena dé muestras de
la antipatía hacia Alvaro de Luna ni del desprecio para
con Juan II que evidencia Pérez de Guzmán. Éste,
aristócrata poderoso, enemigo político de Luna, escribe
su diatriba cuando el Condestable, muerto en el patí­
bulo, se ha convertido en el exemplum clásico de lo
caduco de la prosperidad hum ana, y cuando el pobre
rey que le sirvió de escabel ha rendido el alma a Dios
y el trono a un hijo que va uniendo la viciosidad per­
sonal a la debilidad política. Juan de M ena escribe en
pleno reino de Juan II, y en calidad de funcionario
real no puede prescindir de la buena voluntad del Rey
y de su Condestable. No queremos decir que la actitud
de M ena hacia sus protectores en nada se parezca a
la adulación servil de un Baena o un Villasandino, pero
hay que recordar que si nuestro poeta quería gozar

54 Generaciones y semblanzas, ed. R. Tate, Londres, 1965, pá­


ginas 47-48.

28
de los beneficios de un empleo real no tenía más re­
medio que conformarse con las ideas del Condestable.
Lo que sí tiene de común con Fernán Pérez es una
repulsión ante la política egoísta de los nobles y la in­
moralidad dominante. Pero mientras el autor de las Ge­
neraciones ve en el ascendiente de Luna y la debilidad
de Juan II síntomas de la decadencia general de la na­
ción y las causas principales de las luchas civiles, en el
Laberinto se alzan el Rey y el Condestable como ejem­
plos perfectos de las virtudes que faltan a sus compa­
triotas y como focos del esfuerzo nacional que el autor
del poema quiere despertar. Los más de los historia­
dores han coincidido hasta cierto punto con Mena,
aprobando su elogio de los esfuerzos unificadores de
Luna, pero condenando con Fernán Pérez la incom­
petencia de Juan II.
Ténganse en cuenta estos tres niveles de exhortación:
primero, en el campo moral, una condenación de los
vicios que vienen debilitando a Castilla y un elogio de
las virtudes contrarias, ejemplificadas por Juan II,
Luna, el conde de Niebla y las demás figuras contem­
poráneas, o muertas hace poco, a quienes se refiere
el poeta en la rueda de los presentes; en segundo
lugar, en la esfera política, un deseo de que las varias
facciones olviden sus diferencias y se unan para dedi­
carse a la expulsión de los moros; en conclusión, una
intimación a Juan II de que se ponga al frente de
este movimiento nacional y lleve a cabo la cruzada en
que se distinguieron sus antecesores. Claro es que no se
separan las vetas con tanta claridad en el poema; estos
temas, estrechamente relacionados entre sí, corren en­
tremezclados por las varias secciones del Laberinto.
No se engañe el lector, pues, ni por el título de la obra
ni por el aparato de las ruedas; no se trata aquí de
un decir contra la Fortuna. Juan de Mena apunta más
alto: se propone nada menos que reformar el ambiente
moral de la nación y desviar el espíritu guerrero de
sus compatriotas, que se consume en luchas fratricidas,
dirigiéndolo por los cauces patrióticos de la guerra

29
contra los moros, bajo el cetro sereno e inspirador de
Juan II y la espada justa y poderosa de Alvaro de Luna.

E l «Laberinto», cumbre de la tendencia a lo alegórico


del siglo X V

«Si Juan de Mena tuvo intención de im itar al Dante


en su Coronación, no cabe duda de que en ... el La­
berinto no sólo se propuso tom ar a aquel célebre poeta
por modelo, sino que le imitó completamente»55.
«The determinative personalities who im part the tone
to the literature of the period, the marqués de San-
tillana and Juan de Mena, do not model themselves
on Dante»56.
Dos conclusiones opuestas sobre el mismo autor.
¿Cuál de las dos hay que aceptar? Es imposible ne­
gar por completo la importancia de la poesía alegórica
de los italianos en cualquier discusión sobre la cultura
castellana del siglo XV. Sin embargo, el hecho de que
la influencia de Dante se manifieste de diversas maneras
en las obras de los predecesores, contemporáneos y su­
cesores de Juan de Mena no debe dar lugar a una
conclusión automática —la de Ticknor, Amador de los
Ríos, etc.— de que el Laberinto está totalmente
empapado de dicha influencia. Tampoco son verosí­
miles las teorías de Post, determinado, al parecer, de
antem ano a rechazar toda posibilidad de imitación
dantesca en una época en que la Divina Comedia se
traduce al castellano y el marqués de Santillana elogia
a Dante como el poeta moderno que más merece ci­
tarse en compañía de Virgilio y Homero.
Hay que distinguir tres etapas dentro del movimiento
italianizante del siglo XV: una etapa entusiasta, perso­
nificada por Francisco Imperial, en que se acogen sin
gran discernimiento varios aspectos temáticos y estilís­

55 Ticknor, t. I, pág. 350.


56 C. R. Post, Medieval Spanish Allegory, Harvard, 1915, pág. 30.

30
ticos de la alegoría dantesca57; una etapa de madurez
cuyo representante casi único es Juan de Mena, y una
etapa en que varios poetas de calidad inferior, tales
como Pero Guillén de Segovia58, escriben decires ale­
góricos en que imitan, más bien que a Dante, al mismo
Juan de Mena. Comparemos, pues, el Laberinto con
obras de Imperial y Pero Guillén para comprender lo
que hereda nuestro poeta de la escuela anterior y lo que
lega a sus discípulos.
Cuando Imperial, nacido en Génova, se trasladó a
Sevilla a fines del siglo XIV, el panoram a cultural de
España debió de parecerle la selva selvaggia de los pri­
meros versos de la Divina Comedia. Una epopeya de­
cadente y pasada de moda; una lírica cortesana en
que toda emoción iba envuelta en conceptos trillados y
artificios estilísticos; una obra maestra, el Libro de Buen
Amor, que por su tono popular debían gozar de un
éxito algo limitado en los círculos refinados de la litera­
tura culta; nada, en efecto, capaz de entusiasmar a un
hombre recién venido de Italia, cuyo gusto literario
había sido modelado en la patria de Dante y Petrarca.
La reacción de Imperial no sorprende: se propone in­
troducir en la poesía española los temas y motivos de
las obras de los grandes italianos, tomando a Dante
como modelo principal. Su obra más célebre, el Decir
a las siete virtudes59, puede considerarse como un ma­
nifiesto. Adopta el expediente del guía que conduce al
poeta por un paisaje alegórico. En la Divina Comedia
es Virgilio quien conduce a Dante; en el decir de
Imperial, el guía es el mismo Dante. Los dos poetas,
maestro y discípulo, proceden juntos por un rosal a un
prado, donde ven siete dueñas en forma de estrellas:

57 R. Lapesa, «Notas sobre Francisco Imperial», en De la E dad


Media a nuestros días, M adrid, 1967, págs. 76-94; A. Woodford,
«More about the identity of Micer Francisco Imperial», Modern
Language Notes, LXVIII, 1953, págs. 386-388.
5 Véase J. G. Cummins, «Pero Guillén de Segovia y el MS. 4.114»,
Hispanic Review, XLI, 1973, págs. 6-32.
Cancionero de Baena, núm . 250.

31
son las siete virtudes. Explicada su identidad por el
guía, el poeta despierta de su visión y halla en sus
manos la Divina Comedia, afirmando así de nuevo la
importancia de Dante en la formación de sus ideas.
Por si no bastase todo esto, da muestras adicionales de
su devoción al gran italiano traduciendo versos de la
Comedia e intercalándolos en su propia poesía.
Dado el carácter repentino y arbitrario de las inno­
vaciones de Imperial, no sorprende el hecho de que su
obrita se haya ganado los dicterios de la crítica. Sin
embargo, aunque ya no se suele leer este poema sino
como curiosidad literaria, su autor tuvo en su propia
época un éxito muy grande. El marqués de Santillana
levanta a los cuernos de la luna a Imperial, y la verdad
es que se cumplió muy bien la profecía modesta pro­
nunciada por éste; reconoce su propia insuficiencia y
no intenta más que romper un camino para sus su­
cesores:
... q u e u n a ç entella ...
p u e d a m o s tr a r a l p u e b lo p re se n te,
e quiçâ d e sp u é s a lg u n t g ra n p r u d e n te
la en çe n d erà en m á s alta estoria.

El gran prudente que lleva a cabo el trabajo ini­


ciado por Imperial es Juan de Mena. Por muy grande
que sea la disparidad entre los dos, no se puede negar
que Mena debe algo a su predecesor, por cuyos esfuer­
zos la poesía española se encuentra alzada ya un poco
fuera del abismo en que se había hundido. Mena acepta
el uso de una estructura alegórica como vehículo para
la exhortación moral; da muestras, lo mismo que Im ­
perial, de una afición a las literaturas clásica e italiana,
y recurre a la técnica de intercalar en sus propias
poesías materias traducidas o adaptadas de obras aje­
nas. Pero en M ena todo esto se hace más natural­
mente, más hábilmente que en Imperial. Las alusiones
a autores clásicos son más diversas, evidencian una
familiaridad más extensa con las obras de que se trata;
cuando Mena intercala una idea empleada ya por otro

32
autor, no la introduce en la forma arbitraria y peno­
samente traducida que encontramos en Imperial, sino
como quien la saca sin dificultad de una memoria
bien aprovisionada por muchos años de estudio rigu­
roso. Es muy difícil encontrar un eslabón preciso entre
el Laberinto y la Divina Comedia, y mientras el Decir
a las siete virtudes no es más que una exhortación
didáctica sin carácter nacional, el Laberinto, a pesar
de ciertos aspectos de índole indudablemente dantesca,
es una obra profundamente em papada de la conciencia
de lo nacional. El Decir de Imperial es una poesía
escrita en español; el Laberinto de Fortuna es una poe­
sía española.
El Decir está dominado por su estructura alegórica;
el autor es prisionero del aparato simbólico que inventa.
En el Laberinto, las ruedas y los cercos de la Fortuna
no gobiernan de la misma m anera rigurosa el desarrollo
de las ideas del poeta. Una vez esbozado el aparato
mecánico, Mena se siente libre para emplearlo de una
m anera mucho más flexible que Imperial, rehuyendo
el sistema de divisiones iguales implicado por los cercos
geométricos, para desarrollar ciertas secciones más que
otras, deteniéndose en los cercos más a propósito para
su intención, mostrándose no prisionero, sino dueño
de su esquema.
Pero Guillén de Segovia, en su continuación al D e­
bate de la Razón contra la Voluntad60, evidencia su
veneración para con Mena, afirmando no ser más que
«discípulo suyo». Su obra más larga61, escrita entre 1469
y 1474, tiene todas las características de las alego­
rías que suscitó el éxito del Laberinto. Empieza con una
invocación sonora y una descripción de los agüeros que
se le aparecen a Pero Guillén en una visión. No cabe
duda de que imita aquí un pasaje de Lucano, donde
anuncia éste la ruina inminente de Roma. Explicada
la visión, que presagia la caída moral y política de Cas­

60 Véase la nota 27.


61 Biblioteca Nacional, M adrid, MS. 4.114, fols. 24-116.

33
tilla, el poeta se siente trasladado al pie de la mon­
taña Sabiduría. En el camino hacia la cumbre, su En­
tendimiento, en forma de niño, pasa por una serie de
siete casas; cada una está ocupada por una doncella
y contiene un cerco astrológico: la casa de la G ram á­
tica contiene el cerco de la Luna, la de la Lógica
contiene el cerco de Mercurio, etc. Cada doncella ins­
truye al niño, y en cada cerco se ven representantes
virtuosos y viciosos de la influencia del planeta de que
se trata. Entre los virtuosos de cada cerco figuran los
Reyes Católicos y el arzobispo Carrillo, y en el cerco
de Mares. Pero Guillén se detiene para dar un resumen
de las hazañas más brillantes de éste. Salido de la úl­
tima casa, el niño penetra en el paraíso terrenal, donde
se encuentra con una nueva serie de doncellas: las siete
virtudes, personificadas hace años ya en el Decir de
Imperial. La alegoría de Guillén no aporta nada nuevo
ni a la fisionomía ni a los consejos de estas damiselas.
El poeta term ina su obra dirigiéndose a la reina Isabel
y a Carrillo y pidiéndole a éste que destierre la discordia
para dar a Castilla una vida de paz y sosiego.
Este poema, pues, es un Laberinto de Fortuna es­
crito una generación más tarde. Guillén tiene las mis­
mas intenciones temáticas: reforzar el ambiente moral y
unificar las facciones; reproduce el mismo esquema ale­
górico: una serie de siete cercos astrológicos poblados
por personajes representativos de atributos morales; pa­
rafrasea, lo mismo que Mena, un pasaje de Lucano62;
reitera el elogio de una m onarquía idealizada y un pri­
vado ambicioso, pidiéndoles que se pongan al frente
del despertar nacional que el poema intenta propiciar.
Leyendo esta y otras obras de Pero Guillén, se percibe
que el poeta apenas hace más que repetir los elementos
trillados de sus predecesores, bajo la influencia domi­
nante de Mena; la alegoría a la manera italiana, in­
troducida con tanto entusiasmo por Imperial y amol­
dada de una manera tan personal por Mena, se ha con­

62 Véase el Apeñdice II, págs. 197 y ss.

34
vertido en una acumulación· de lugares comunes, una
camisa de fuerza estilística de la cual no sabe librarse
un poeta de segunda clase como Pero Guillén.

E l verso de arte mayor

El verso casi por antonomasia de los largos poemas


narrativos y didácticos del siglo XV es el de arte mayor.
En esta forma, aparecida a finales del siglo XIV, el prin­
cipio silábico cede el paso a un concepto métrico algo
más flexible, basado en la uniformidad rítmica. El verso
tiene dos hemistiquios, con una fuerte cesura que no
impide, sin embargo, una relación compensatoria entre
los dos. El número de sílabas del hemistiquio puede
variar entre cuatro y siete, dentro de los cuales existe
siempre un núcleo invariable de dos sílabas acentuadas
separadas por dos inacentuadas: r---'. Este núcleo suele
ir precedido y/o seguido por una o dos sílabas ina­
centuadas, lo que da al verso bastante riqueza rítmica,
a pesar de la invariabilidad del núcleo:

435 el mundo me vido

392 que de casas e fierro

216 han la salida

458 te quiero dezir

240 non governándome


, etc.

Estas posibilidades no se pueden combinar en el mis­


mo verso de manera indistinta: si el primer hemisti­
quio termina en vocal acentuada, el segundo no puede
recibir el ictus en su prim era sílaba, y suele recibirlo
en la tercera; si el prim er hemistiquio termina en es­

35
drújulo, el segundo tiene que empezar con sílaba
acentuada:

848 sabed al amor / / desamar, amadores

2 aquél con quien Júpiter / / tuvo tal zelo

Nótese que en estos dos ejemplos la distribución


acentual del verso es idéntica; la diferencia está en la
posición de la cesura, y lo importante es que el poeta
mantenga el modelo rítmico separando los ictus con
las dos sílabas átonas. En la zona de la cesura, estas
dos sílabas átonas se reducen a una en ciertos versos;
parece que la cesura misma puede compensar esta au­
sencia:

198 a ti, cuyo santo I I nombre convoco

245 es a saber, 11 de priesa tan brava

596 muy virtüosa I I doña María

Algunos críticos, notablemente Foulché-Delbosc y


Dorothy Clotelle Clarke63, opinan que existe un pequeño
número de versos que tienen un solo ictus en uno de
los hemistiquios, o incluso en los dos:

76 tu temperamento I I es distemperança
------ : . / / ------- : .
1518 el adelantado I I Diego de Ribera
------ : . / / ------- : .

63 R. Foulché-Delbosc, «Étude sur le Laberinto de Juan de Mena»,


Revue Hispanique, IX, 1902, págs. 75-138; Dorothy Clotelle Clarke,
Morphology o f Fifteenth Century Verse. Pittsburg, 1964, capítulos
II, XVI.

36
Sin embargo, la crítica más reciente, particularmente
un artículo sumamente im portante de F. Lázaro Carre-
ter64, ha aprobado la teoría de Pierre Le Gentil65 de
que siempre hay dos ictus, y que uno puede ser se­
cundario y de menor intensidad, recayendo a veces en
una sílaba normalmente átona. Esto implica el libre
empleo de desplazamientos acentuales para m antener
el esquema rítmico. Como veremos, esta teoría acarrea
consecuencias de importancia trascendental para nues­
tra interpretación de la lengua y del estilo del poema.
Me ha parecido conveniente indicar en el texto, por pri­
mera vez que yo sepa, estos desplazamientos acentuales.
Según Lázaro Carreter, «se trata de un artificio efi­
cacísimo para cualquier poética que se base en un pro­
fundo distanciamiento entre la lengua del verso y el
idioma común».
Tales desplazamientos, sin embargo, no extrañarán
a nadie que sepa algo de la poética de la lírica po­
pular y tradicional, que tiene una libertad acentual
muy parecida, tanto a principios del Siglo de Oro como
en la poesía oral moderna:
En la huerta nasce la rosa:
quiérome ir allá
por mirar al ruiseñor
cómo cantabá.
G i l V i c e n t e , Auto dos Quatro Tempos66.

No quiero que me quieran,


ni ser queridá;
quiero ser de los hombres
áborrecídá.
Tradición oral de Asturias67.

64 «La poética del arte mayor castellano», Studia Hispanica in


Honorem Rafael Lapesa, t. I, M adrid, 1972, págs. 343-378.
65 La poésie lyrique espagnole et portugaise à la fin du moyen
âge, 2 tomos, Rennes, 1953.
66 Obras completas, ed. M arques Braga, 6 tomos, Lisboa, 1942-
1944, t. I, pág. 105.
67 E. M artínez Torner, Cancionero musical de la lírica popular
de Asturias, M adrid, 1920, núm. 194.

37
También se ha aprovechado de esta libertad Rafael
Alberti:
R e m a , n iñ o , m i rem ero ,
n o te c an ses, no.
M ira ya el p u e rto lu n ero
m ira , m iraló.
Nana del niño muerto
Hay casos de un desplazamiento muy parecido en
la poesía latina medieval, con acentuaciones como pa-
rádisus, Iordaném, théatra, etc.69. En el Laberinto,
por regla general, los desplazamientos acentuales afec­
tan al prim er ictus del hemistiquio; el segundo coin­
cide con la sílaba tónica normal de la últim a palabra
del hemistiquio.

Lengua y estilo

Señalamos arriba la determinación de nuestro poeta


de inspirar en sus contemporáneos el ideal de una Cas­
tilla fuerte y unida. Este proyecto literario de evocar
los sentimientos patrióticos no es un tema nuevo; en
efecto, es menos característico de la cultura relativa­
mente desarrollada del siglo XV que de los tiempos más
bárbaros. Lo más interesante de la obra de Mena es
que este ideal de grandeza nacional no se limita a una
preocupación por la unidad política, sino que va acom­
pañado por una concepción más original de la grandeza
lingüística.
A principios del siglo XV, la lengua castellana se con­
sideraba incluso en Castilla como una hija bastarda
del latín. A pesar de haber ganado preeminencia en
la literatura a las demás lenguas del reino, a pesar de
los esfuerzos fomentadores de Alfonso el Sabio y la
brillantez de ciertas obras individuales, el castellano
seguía careciendo de la distinción académica de que go­

68 Marinero en tierra, ed. R. M arrast, M adrid, 1972, pág. 102.


69 Lázaro Carreter, art. cit., págs. 349-350.

38
zaban el latín y el griego. Los ojos intelectuales de la
nación miraban hacia atrás, hacia los siglos dorados de
la literatura clásica, hacia un nivel lingüístico y li­
terario al cual las lenguas vernáculas de Europa no
osaban aspirar. Este abismo entre los idiomas antiguos
y modernos parece que lo aceptaron con resignación
la mayoría de los escritores de la Edad Media. La li­
teratura vernácula tenía distintos grados en sí, pero
ninguno de éstos se aproximaba a la sublimidad de
Homero y Virgilio. En el siglo XV ciertos autores se
ponen a salvar este obstáculo, tanto psicológico como
verdadero; en vez de resignarse a las deficiencias de
su lengua, deciden alzar la reputación del castellano,
convirtiéndolo en un instrumento más digno de respeto.
De cuando en cuando, en la historia literaria surge
un hombre para quien la lengua que hereda no basta:
un Góngora, un James Joyce, que ensancha los límites
del idioma, creando de golpe un vehículo lingüístico
más rico, explorando tierras incógnitas que han de ex­
plotar sus sucesores. Este es el papel que en el siglo XV
desempeña Juan de M ena respecto a las letras castella­
nas. Desafortunadamente, no se limita a revelar las po­
sibilidades inherentes de su lengua: latinista profesional,
cree que la salvación del castellano se logrará apro­
ximándolo tanto como sea posible al latín. La hija bas­
tarda no va a legitimarse por su propio mérito, sino
emparentándose arbitrariam ente con sus antepasados.
Hasta cierto punto, este parentesco forzado es un paren­
tesco de contenido, pero en el caso de Mena, la simi­
litud temática se realza con ciertos recursos lingüís­
ticos cuya meta es dotar al castellano de la dignidad
grandiosa del latín. Algunos de los latinismos de
Mena han entrado en la lengua común y nos parecen
menos sorprendentes de lo qu% debieron de parecer a
sus contemporáneos. Otros, exclusivamente poéticos
ya en latín, o inventados bajo la influencia domina­
dora del arte mayor (véase abajo), no se arraigaron.
El procedimiento léxico de Mena, en efecto, es bastan­
te complicado y muy personal: al lado de esta pre­

39
ocupación con el latín sorprende cierta tendencia, re­
velada por M aría Rosa Lida70, hacia el empleo de ar­
caísmos y vocablos populares, de modo que se encuen­
tran en el Laberinto yuxtaposiciones curiosas. Juan de
Valdés resume perfectamente esta dualidad: «... escrivió
tan escuro que no es entendido, y puso ciertos vo­
cablos, unos que por groseros se devrían desechar y
otros que por muy latinos no se dexan entender de
todos, ... lo qual a mi ver es más scrivir mal latín
que buen castellano»71.
Como latinismos se pueden citar:
Vocablos latinos incorporados de golpe al castellano
(muchos de éstos son de carácter poético ya en latín,
pigro, cárbasos, inopia, infacundo, corruscos, superna,
prepotente, belígero, nubíferas, penatigero, vaniloquo;
(nótese en éstos la predilección por el esdrújulo).
Vocablos de origen latino, pero corrientes ya en cas­
tellano, restituidos por Mena a su forma etimológica:
plano, planura, flamas, pluvia, etc.72.
Vocablos restituidos a una acepción latina que ya no
tenían en castellano: suceder (acercarse), enorme (fuera
de norma), inhumano (sobrehumano), proceder (avan­
zar), etc.
Vocablos creados analógicamente a base de sufijos
latinos: cilénico (propio de Mercurio, nacido en el
monte Cilene; en latín sólo existe cilenius); omerio
(propio de Homero; el latín sólo registra homericus);
etcétera.
Ablativo absoluto: la qual, mis plegarias oídas,
implora; el miedo pospuesto, prosigue adelante; vista

70 MRL, págs. 238-240.


71 Diálogo de la lengua, ed. J. P. Montesinos, en «Clásicos
Castellanos», M adrid, 1928, págs. 158-159.
72 En el MS. 229 de París, cuyo texto reproducimos en esta
edición, el tono latinizado está realzado por un sinfín de latinis­
mos ortográficos: tempo, choro, tractas, flagello, objectos, tempto,
subjecta, regnos, escripias, retractado, auctor, catholico, tempestates,
ânchoras, triumpho, cupdiçia, vostra, subcedo, teniebras, spera,
stilo, dignitates, etc.

40
la cara de nuestro grand rey, / / le fu e todo llano,
etcétera.
Participio presente usado como adjetivo: fueron las
causas a m í latitantes; en lugar de un gerundio: mas
fúyenles ellos, su tacto negantes; o con valor de una
oración de relativo: Pentapolín conoçimos siguiente;
etcétera.
Oración de infinitivo: desque sentida la su propor-
çiôn / / de humana form a non ser discrepante; e desde
los Alpes vi ser levantada / / ... Italia; muchas se­
ñales que los marineros / / han por hauspicios e malos
agüeros / / fueron mostradas negar su venida; etc.
Separación de sustantivo y adjetivo: ¡O matador de mi
fijo cruel!; a la moderna bolviéndome rueda; etc.
Palabras intercaladas en expresiones hechas: vayan
de gente sabidos en gente, etc.
También se realza el tono latinizado por la susti­
tución de un nombre personal o geográfico por una alu­
sión perifrástica: los muros que Febo ha trovado
(Troya); la madre de Nino (Semiramis); pues vimos
al fijo de aquél que sobró / / por arte mañosa más
que por estinto / / los muchos reveses del grand La­
berinto (Hipólito, hijo de Teseo); etc.
Los aspectos «grosseros» y arcaizantes incluyen:
Vocabulario: bateados, bullada, çedo, aína, mesnada,
engorra, Calis (por Cádiz), etc. (Más ejemplos en el
valioso estudio de M aría Rosa Lida, págs. 239-240.)
Sintaxis: uso del adjetivo con función adverbial:
una grand gente de la que peresçe I I muere secreto
por arte malvada; respóndeme breve como sabidora;
etcétera; de partitivo: fallamos muy pocos de tales;
aunque d ’él tenga tan muchas d é prendas; etc.; pose­
sivo arcaico con artículo: la su barca; jam ás la tu
fam a, jamás la tu gloria; etc.; pronombres enclíticos:
hanvos enbidia; danles partido; etc.
En su capítulo sobre la lengua de Mena, M aría
Rosa Lida justifica las anomalías léxicas y acentuales
mediante un método filológico, como si todos fuesen
el producto de influencias extra-textuales. La contri­

41
bución más influyente a los estudios sobre el Laberinto
en el último decenio ha sido el artículo de F. Lá­
zaro Carreter sobre la poética del arte mayor73, que
procede «desde dentro del texto» e interpreta no sólo
las anomalías acentuales, sino también la mayor parte
de las peculiaridades sintácticas y léxicas como pro­
ductos de la influencia dom inadora del modelo rítmico
del arte mayor. Así explica la frecuencia de los neo­
logismos cultos («el m aterial más dócil para aco­
m odar su silabismo al yugo del acento y de la
rima»):

2153 O grand profetisa (cfr. 964 llamarse profeta)


672 novel vestimento (cfr. 5 al Çésar novelo)
2366 nos profetizan (cfr. 2329 ansí proffetando);

los adjetivos «fraguados para que desempeñen una con­


creta y momentánea función»:

38 argólica fuerça pudo subverter


144 ovo lugar el engaño ulixeo
265 de allí se veía el espérico çentro
730 fondón del çilénico çerco segundo;

los nombres exóticos de lugar o de persona, que por


ser desconocidos también se prestan a esta variación
métrica:

505 del gran Mauseolo (cfr. el gran M ausol74)


622 nueva Penélope (cf. 510 tú, Penélope)
336 porque vezinos de Gótiga fueron
cfr. 338 qu es dicha Gothia segund nuestro uso
355-356 Cahonia, Molosia, Eladia, Boeçia [por Beoda),
Epiro e su fuente muy singular;

73 Véase la nota 64.


74 Claro escuro (Foulché-Delbosc, Cancionero castellano, pag. 183

42
las alteraciones de forma (que M aría Rosa Lida inter­
preta como un conflicto entre formas arcaicas y moder­
nas en una época transicional):
190 aqueste grand m undo (cfr. 196 en esta grand casa)
344 atún gloriosa (cfr. 1332 nom tan asîago)
226 p o r do confluía (cfr. 218 por donde me avises)
1524 q uel’ diera Cortino (cfr. 1974 que le fuere puesta);
el empleo del tú enfático:
481 mas esto dexado, ven, ven tú comigo
546 llámale çirculo tú de la Luna
202 sigue m i vía, tú, ven e subçede;
la anarquía en el uso de artículos y preposiciones:
311los sármatos, coicos, e los masajetas
293do nasçe el Jordano (cfr. 281 E çerca de
[Ofrates)
2265-2266 Ganó Almodovar e a Moratilla,
ganó a Züeros e más Alvendín;
y la frecuencia del hipérbaton:

184 Divina me puedes llamar Providençia


1161 Escultas las Navas están de Tolosa.

El artículo citado ha tenido un gran eco, aportando


una explicación convincente de la mayoría de las carac­
terísticas estilísticas del Laberinto. Hay que tener en
cuenta, sin embargo, que varias de dichas peculiari­
dades (por ejemplo, los neologismos y el hipérbaton)
se encuentran también en las obras en prosa. Sería
mejor, pues, concluir que esta tendencia a lo ornamen­
tal y exótico desempeña un papel muy im portante en
todo el proceso creador de Mena, uniéndose en el Labe­
rinto de Fortuna a un modelo rítmico que se encuentra
perfectamente servido por tales innovaciones y que pro­
porciona al poeta un vehículo ideal en donde encua­
drarlas.

43
CRITERIO SEGUIDO EN ESTA EDICION
Los más de los editores del Laberinto han basado
su texto en la edición clásica de Hernán Núñez. Hemos
preferido emplear como fuente principal el manus­
crito 229 de la Bibliothèque Nationale de París, cuyo
aspecto más interesante es el de incluir un comentario
incompleto sobre el Laberinto, cuyo autor, en ciertas
partes por lo menos, es Juan de Mena75. Es posible
que este códice sea una copia directa de un manus­
crito original, preparado bajo la dirección del poeta;
no cabe duda de que le presta gran valor el estar
escritas en primera persona ciertas partes del comen­
tario76. Hemos basado nuestra edición en este manus­
crito; en los casos en que el comentario corrige el
texto, aceptamos la versión corregida. En todos los
demás casos en que la versión del manuscrito es cla­
ramente errónea, la corregimos según las otras edi­
ciones o las versiones manuscritas, explicando tales al­
teraciones en una nota. Separamos las palabras con
criterio moderno, señalando con apóstrofo todos los
casos de apócope.

Acentuación

Entramos ahora en lo que parece un campo de minas.


He tenido que escoger una entre tres posibilidades:

1) Reproducir el texto del manuscrito P, que, como


todos los manuscritos medievales, no indica la acentua­
ción de las palabras ni siquiera cuando ésta se con­
forma con las normas modernas.

75 Véase Florence Street, «The text of M ena’s Laberinto in the


Cancionero de Ixar and its relationship to some other Fifteenth
Century Manuscripts», Bulletin o f Hispanic Studies, XXXV, 1958,
págs. 63-71.
76 Cfr. v. 978 (nota) y 1.734 (nota).

44
2) Transcribir el texto con acentuación moderna
‘normal’, quizás mostrando los casos más espectacula­
res de desplazamiento del acento; es el procedimiento
adoptado en las ediciones anteriores, incluyendo la mía
en Clásicos Anaya.
3) Transcribir el texto de una manera que refleje
los importantes estudios recientes sobre el arte mayor,
o sea, marcando la acentuación que corresponda a las
exigencias rítmicas de los versos.

Los procedimientos 1) y 2) tienen el inconveniente


de dificultar, ya por omisión, ya por inclusión, nuestra
percepción del esquema rítmico verdadero del arte
mayor; percepción que es fundamental para cualquier
tentativa de comprender la entidad literaria que es el
Laberinto de Fortuna. Por eso he preferido internarm e
en el terreno peligroso del procedimiento 3); terreno
accidentado y que carece todavía de m apa fehaciente,
a pesar de las indicaciones valiosas, pero incompletas,
de algunos viajeros que me han precedido. Con este
propósito, pues, he adoptado las normas siguientes:

1) Cuando una palabra que contiene el ictus viene


acentuada normalmente, la transcribo según las reglas
modernas.
2) En las palabras en que el acento está desplazado
por las exigencias del arte mayor, indico la acentuación
exigida por el ritmo, imprimiendo en cursiva la vocal
tónica. Estos casos incluyen:
a) Palabras de dos o tres sílabas en que la sílaba
tónica no es la acentuada en el habla normal.
b) Palabras (por ejemplo, pronombres, artículos,
preposiciones y conjunciones) normalmente átonas, que
tienen que leerse como tónicas para no destruir el
ritmo del verso.
c) Palabras polisílabas que contienen ambos ictus
del hemistiquio. En éstas, las dos vocales acentuadas
van impresas en cursiva.

45
Mi intento ha sido acentuar el texto de manera que
el lector perciba con mayor facilidad el ritmo que
Mena llevaba en la cabeza al escribir cada verso.
Hay que tener en cuenta que en muchos casos el
ictus secundario de un hemistiquio «ne sonne pas
toujours avec une grande intensité» (Foulché-Delbosc).
Huelga decir lo lejos que estoy de creer que las solu­
ciones que propongo sean las únicas posibles. En
muchos casos, dado el carácter variable del verso de
arte mayor, habrá quien interprete las posibilidades
rítmicas de manera distinta.

46
Bibliografía
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Herberay; sólo contiene seis coplas).
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de Gallardo o de San Román).
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nández de Ixar).
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pleto).
Biblioteca Colombina, Sevilla, MS. 83-6-10 (Cancionero de la
Colombina).
Monasterio de Montserrat, MS. 992 (Cancionero de la Man-
resana).
Monasterio de Montserrat, MS. 1134 (incompleto).
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Cancionero del Conde de Haro (biblioteca privada).
Cancionero de Oñate-Castañeda (biblioteca privada; vendido
en Londres en diciembre de 1964).

B. E d ic io n e s

1481 Salamanca77.
1489 Zaragoza.

77 Véase M. Bataillon, «La edición princeps del Laberinto de For­


tuna de Juan de Mena», Estudios dedicados a M enéndez Pidal,
M adrid, 1951, t. II, págs. 325-335.

47
1496 Sevilla (publicada en facsímile por A. Pérez Gómez,
Valencia, 1955).
1499 Sevilla (edición de Hernán Núñez).
1505 Granada (edición de Hernán Núñez, corregida).
El texto de Hernán Núñez se reproduce en las ediciones
de 1506, 1509 y 1515 (Zaragoza), 1512, 1517, 1520, 1528
y 1534 (Sevilla), 1548 (Toledo), 1536 y 1540 (Valladolid),
1552 (Amberes) y 1566 (Alcalá de Henares).
1582 Salamanca (edición de Francisco Sánchez, El Brócense;
se reimprime en Alcalá en 1586).
1766 Ginebra (texto del Brócense, en Francisci Sanctii Bro-
censis, ...Opera Omnia, ...Tomus quartus ...apud Fratres
de Tournes).
1804 Madrid (texto del Brócense).
1904 Mâcon (edición crítica de Foulché-Delbosc; 100 ejem­
plares).
1912 Madrid (edición de Foulché-Delbosc, sin aparato crítico,
en su Cancionero castellano del siglo XV).
1943 Madrid (edición de José Manuel Blecua, en Clásicos
Castellanos, t. 119).
1951 Burdeos (en la edición de C. V. Aubrun del Can­
cionero de Herberay).
1956 Madrid (en la edición de José María Azáceta del Can­
cionero de Ixar).
1968 Salamanca (edición de John G. Cummins en Clásicos
Anaya).
1976 Madrid (edición de Louise Vasvari Fainberg en Clá­
sicos Alhambra).
1976 Madrid (edición de Miguel Angel Pérez, Editora Na­
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C. O b ra s c r ític a s , e tc .

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51
ABREVIATURAS

canc. cancionero.
Cov. Covarrubias, Tesoro de la Lengua Castellana.
Dic. Aut. Diccionario de Autoridades.
F edición de L. Vasvari Fainberg.
FD edición de R. Foulché-Delbosc.
HN edición de Hernán Núñez.
JMB edición de J. M. Blecua.
MRL María Rosa Lida, Juan de Mena, poeta del prerre-
nacimiento español.
Pérez edición de M. A. Pérez,
v. verso.

52
Las tresçientas de Juan de Mena,
llamadas el «Laberinto de Fortuna»
Suprascripçiôn
I
AI muy prepotente don Juan el segundo,
aquél con quien Júpiter tuvo tal zelo
que tanta de parte le fizo del mundo
quanta a sí mesmo se fizo del çielo;
al gran rey d’España, al Çésar novelo,
al que con Fortuna es bien fortunado,
aquél en quien caben virtud e reinado;
a él, la rodilla fincada por suelo,

Argumenta contra la Fortuna


II
tus casos fallaçes, Fortuna, cantamos,
10 estados de gentes que giras e trocas;
tus grandes discordias, tus f/rmezas pocas,
y los qu’en tu rueda quexosos fallamos.
Fasta que al tempo de agora vengamos
de fechos pasados cobdicia mi pluma
15 y de los presentes fazer breve suma,
y dé fin Apolo, pues nos començamos.

5 novelo: ‘nuevo’ (lat., novellus)·, cfr. nove!, v. 672.


16 A polo: el Apolo clásico, dios del sol y de la luz, se fue convir­
tiendo con el tiem po en dios de la pureza espiritual y m oral, del orden
y de la legalidad, cuyo objeto era anunciar a los hom bres la voluntad
de su padre Zeus. Llegó, pues, a presidir toda clase de profecías.

55
Invocación
III

Tú, Calïope, me sey favorable,


dándome alas de don virtuoso,
y por que discurra por donde non oso,
20 conbida mi lengua con algo que fable.
Levante la Fam a su boz inefable,
por que los fechos que son al presente
vayan de gente sabidos en gente;
olvido non prive lo que es memorable.

Ennarra
IV

25 Como no creo que fuessen menores


que los d’Afrricano los fechos del Çid,
nzn que feroçes menos en la lid
entrasen los nuestros que los agenores,
las grandes façaflas de nuestros señores,
30 la m ucha constançia de quien los más ama,
yaze en teniebras, dormida su fama,
dañada d’olvido por falta de auctores.

17 Calïope: la musa de la elocuencia y de la poesía épica.


21 inefable: ‘de naturaleza tan grande que no se puede expresar’
(lat., inefabilis).
26 A ffricano: Escipión.
28 agenores: para HN equivale a ajenos; Mena añade una sílaba pa­
ra ajustar la rim a y el ritm o. Juan del Encina dice que alude a los
Agenórides, hijos de Agenor. Tam bién es posible que se trate de una
traslación del latín alienores, ‘ajenos’.
32 dañada: ‘condenada’ (lat., damnare).

56
Pone en exemplo
V

La gran Babilonia, que uvo cercado


la m adre de Niño de tierra cozida,
35 si ya por el suelo nos es destruida,
¡Quánto más presto lo mal fabricado!
E si los muros que Febo a travado
argólica fuerça pudo subverter,
¿qué fábrica pueden mis manos fazer
40 que no faga curso segund lo passado?

Otra vez invoca


VI

E ya, pues, desrama de tus nuevas fuentes


en mí tu subçidio, inmortal Apolo;
aspira en mi boca por que pueda sólo
virtudes e viçios narrar de potentes.
45 A estos mis dichos mostradvos presentes,
o fijas de Tespis, con vuestro thesoro,
y con armonía de aquel dulçe choro
suplid cobijando mis inconvenientes.

34 la madre de N iño: la reina Semiramis, que rodeó la ciudad de


Babilonia con un gran m uro de ladrillos, no pudiendo evitar, sin em ­
bargo, que la ciudad fuera destruida por los persas.
37 Alude a la ciudad de Troya.
38 argólica: ‘de los griegos’; subverter: ‘destruir’ (lat., subvertere).
39 fábrica: ’estructura'.
42 H N , FD, JM B, F, otros MSS: pierio subsidio, ‘la ayuda de las
M usas’.
46 Tespis: ciudad de Beocia donde, según H N , «fueron mucho
honradas las musas»; P: Tetis.
48 cobijando: ‘ocultando’; H N , FD, JMB: cobdiçiando.

57
Disputa con la Fortuna
VII

Pues dame liçençia, mudable Fortuna,


50 por tal que blasme de ti como devo.
Lo que a los sabios non deve ser nuevo
inoto a persona podrá ser alguna;
e pues que tu fecho así contrapuna,
fas a tus casos como se concorden,
55 ca todas las cosas regidas por orden
son amigables de forma más una.

Exemplifica
VIII

La orden del cielo exemplo te sea:


guarda la m ucha costancia del Norte;
mira el Trión, que ha por deporte
60 ser inconstante, que siempre rodea;
e las siete Pleyas que Atlas otea,
que juntas parescen en muy chica suma,
siempre s’esconden venida la bruma;
cada qual guarde qualquier ley que sea.

50 blasme: ¿síncopa de blasfeme, ‘maldiga’? M RL, pág. 248, lo


explica como derivado del antiguo francés blasmer. F: por que
blasme.
52 inoto: ‘no conocido’ (lat., ignotus).
53 contrapuna: ‘es contrario’.
56 más una: ‘más unida’.
58 guarda: ‘m ira’; Norte: la estrella del Norte, que nunca se mueve.
59 Trión: el Carro.
61 las siete Pleyas: Las Pléyades.
63 bruma: «la estación más rigurosa y más fría del invierno».
(Dic. A u t.)

58
Concluye contra la Fortuna
IX

65 ¿Pues cómo, Fortuna, regir todas cosas


con ley absoluta sin orden te plaze?
!Tú non farias lo qu’el cielo faze,
e fazen los tiempos, las plantas e rosas?
O m uestra tus hobras ser siempre dañosas,
70 o prósperas, buenas, durables, eternas;
non nos fatigues con vezes alternas,
alegres agora e agora enojosas.

Propiedades de la Fortuna
X

Mas bien acatada tu varia mudança,


por ley te goviernas, maguer discrepante,
75 ca tu firmeza es non ser constante,
tu temperamento es dzstemperança,
tu más cierta orden es desordenança,
es la tu regla seer muy enorme,
tu conformidat es non ser coniforme,
80 tú desesperas a toda sperança.

73 F: acatando.
74 maguer: ‘aunque’.
76 distemperança: ‘destem planza’.
78 P: ser; seer (dos sílabas) parece ajustarse m ejor al ritm o del arte
mayor.
enorme: ‘irregular’ (lat., enormis).

59
Comparación
XI

Como las nautas que van en poniente


fallan en Calis la m ar sin repunta,
Europa por pocas con Libia que junta,
quando Boreas se muestra valiente;
85 pero si el Austro comueve al tridente,
corren en contra de como vinieron
las aguas, que nunca ternán nin tuvieron
allí donde digo reposo patente;

Aplicaçiôn
XII

assí. fluctüosa Fortuna aborrida,


90 tus casos inçiertos semejan atales,
que corren por ondas de bienes e males,
faziendo non çierta ninguna corrida.
Pues ya por que vea la tu sinmedida,
la casa me muestra do anda tu rueda,
95 por que de vista dezir çierto pueda
el modo en que tractas allá nuestra vida.

81 nautas: «N auta. El M arinero. Es voz puram ente latina, y tiene


ya poco uso». (Dic. A u t.) Otros MSS: naves.
82 Calis: Cádiz.
repunta: «Lo mismo que punta o cabo de tierra... R epuntar. Empe­
zar la m ar a moverse para la creciente. Es voz usada entre los m arine­
ros.» (Dic. A u t.)
83 JM B: do quasi Europa con Libia se junta.
84 Boreas: el viento del Norte.
85 el A ustro: el viento del Sur.
tridente: el m ar («porque según las fábulas... es el sceptro de Nep­
tuno» [HN]).
88 F: reposo paçiente.
89 FD, JM B, F: assíflutuosos.
aborrida: ‘aborrecida’.

60
Ficción
XIII

Non bien formadas mis bozes serían


quando robada sentí mi persona,
e llena de furia la m adre Belona
100 me tomó en su carro que dragos traían,
e quando las alas non bien remeçian
feríalos ésta con duro flagello,
tanto que fizo fazerles tal buelo
que presto me dexan adonde querían.

Comparación
XIV
105 Así me soltaron en medio d’un plano,
desque o vieron dado comigo una buelta,
como a las vezes el águila suelta
la presa que bien nol’ finche la mano.
Yo de tal caso mirable, inhumano,
110 falléme spantado en un grand desierto,
do vi m ultitud, non número çierto,
en son religioso e modo profano.

99 Belona: la diosa rom ana de la guerra.


100 dragos: ‘dragones’; traían: ‘arrastraban’ (lat. trahere).
101 remeçian: «Remecer. Mover alguna cosa de un lado a otro, con
continuación.» (Dic. A u t.)
102 flagello: ‘látigo’ ([ai., flagellum ).
105 plano, ‘llanura’ (lat., planum).
109 mirable, ‘m aravilloso’ (lat. mirabilis).
112 en son: «vale de tal m odo, u a m anera de». (Dic. A u t.)

61
Enarra el número de la casa de la Fortuna
XV

E toda la otra vezina planura


estava çercada de nítido muro,
115 assi trasparente, claríffico, puro,
que mármol de Paro paresçe en alvura,
tanto que el viso de la criatura,
por la diafana claror de los cantos,
pudiera traher objectos atantos
120 quantos çelava so sí la clausura.

Engaño que faze la vista, veyendo


por medio diáfano o specular
XVI

Mas ya porque en otros algunos lugares


mi vista, bien antes que yo lo demande,
me faze grand cuerpo de cuerpo non grande
quando los medios son especulares,
125 dixe: «Si formas tan mucho dispares
bien non reguardo, jam ás seré ledo
si' de más çerca m irar ya non puedo
sus grandes misterios e muy singulares.»

113 planura: ‘llanura’ (cfr. v. 105).


114 nítido: ‘resplandeciente’ (lat., nitidus).
115 claríffico: ‘claro’ (lat., claríficus).
116 Paro: Paros, isla del m ar Egeo, muy célebre por su m ármol
blanco.
117 el viso: ‘la vista’.
120 çelava: ‘ocultaba’ (lat., celare).
124 m edios... especulares: ‘medios de aum ento’ (M RL, pág. 261).
«Especular. T ransparente y que se trasluce. Es voz antigua y de poco
uso, y tom ada del latín specularis.» (Dic. A u t.).
126 reguardo: ‘m iro’; ledo: ‘contento’ (lat., laetus).

62
Comparación
XVII

Como el que tiene el spejo delante,


130 maguer que se mire de drecho en drecho,
se parte pagado, mas non satisfecho
como si viese su mesmo semblante,
tal me sentí ya por el semejante,
que nunca así pude fallarme contento
135 que non desease m irar más atento,
mi vista culpando por no ser bastante.

Prosigue e compara con ficción


XVIII

Estando yo allí con aqueste deseo,


abaxa una nuve muy grande, oscura;
el aire foseando con m ucha spesura,
140 me çiega e me ciñe que nada no veo;
e ya me temía, fallándome reo,
non me acontessçiese como a Polifemo,
que desque çiego en la gruta de Leño
ovo lugar el engaño ulixeo.

131 pagado: ‘contento’.


136 JM B, FD: p o r non abastante.
139 foseando: «Fuscar. Ennegrecer y obscurecer alguna cosa. Es
voz antiquada. L at., fuscare.» (Dic. A u t.)
JM B, FD, D: con mucha pressura.
142 El gigante Polifem o devoró a seis de los amigos de Ulises, quien
consiguió librarse embriagándole y sacándole el único ojo que tenía.
143 Leño: ¿Lemnos, isla del m ar Egeo?
FD, F: que desque ciego venido en estremo.
144 ulixeo: ‘de Ulises’.

63
XIX

145 Mas como tenga miseria liçençia


de dar más aguda la contemplaçion,
y más e más a aquellos que son
privados de toda visiva potençia,
comienço ya quanto con más eloquençia
150 en este mi cuita de poder mirar,
al pro e a la contra, e a cada lugar
siempre divina llamando clemencia.

Prosigue cómo le aparesçiô la Providençia


XX

Luego resurgen tamaños clarores


que fieren la nuve, dexándola enxuta,
155 en partes pequeñas así resoluta
que toda la fazen bolar en vapores;
e resta en el medio, cubierta de flores,
una donzella tan mucho fermosa
que ante su gesto es loco quien osa
160 otras beldades loar de mayores.

148 visiva potençia: ‘capacidad de ver’.


149 P: començe. La lectura de FD, JM B (comienço) se conform a
m ejor con el ritm o.
150 JM B, FD, otros MSS: de dialogar.
152 H N , JM B, F: clamando.
153 tamaños: ‘tan grandes’.
155 resoluta: ‘disipada’, ‘descom puesta’.
157 resta: ‘queda’.

64
Del remedio que le trahe
XXI
Luego del todo ya restitüida
ovieron mis ojos su v/rtud primera,
ca por la venida de tal mensajera
se cobró la parte qu’estava perdida;
165 e puesto que fuesse así descogida,
más provocava a bueno e honesto
la gravedad del su claro gesto
que non por amores a ser requerida.

Proposiçiôn del actor, e cómo pregunta a


la Providençia de Dios que le aparesçe
XXII
Desque sentida la su proporción
170 de hum ana forma non ser discrepante,
el miedo pospuesto, prosigo adelante
en hwmil stilo tal breve oraçiôn:
«O más que seráfica clara visión,
suplico me digas de cómo veniste,
175 e quál es el arte que tú más seguiste,
e cómo se llam a la tu discriçiôn.»

Respuesta
XXIII
Respuso: «Non vengo a la tu presençia
de nuevo, mas antes soy en todas partes.
162 virtud: ‘fuerza’ (lat., virtus).
165 descogida: «Descoger. Desplegar, extender, o soltar lo que está
plegado, arrollado u recogido.» (Dic. A u t.)
174 JM B, FD: de dónde veniste.
177 R espuso: ‘respondió’.

65
Segundo te digo que sigo tres artes
180 de donde depende muy grande exçelençia:
las cosas presentes ordeno en essencia,
e las por venir dispongo a mi guisa:
las fechas revelo; si esto te avisa,
Divina me puedes llam ar Providencia.»

Admiraçiôn del auctor


XXIV
185 «O prinçipessa e disponedora
de gerarchías e todos estados,
de pazes e guerras, e suertes e fados,
sobre senyores muy grande señora,
así que tú eres la govemadora
190 e la m edianera de aqueste grand mundo,
¿y cómo bastó mi seso infacundo
fruir de colloquio tan alto a desora?

Suplícale el actor que lo guíe


XXV
Ya que tam año plazer se le offresce
a esta mi vida non meresçedora,
195 suplico t ú s eas la mt guiadora
en ésta gran casa que aquí nos paresçe,
la cual toda creo que más obedesce
á-ti, cuyo santo nombre convoco,
que non a Fortuna, que tiene allí poco,
200 usando de nombre que nol’ pertenesçe.»

185 prinçipessa: ‘princesa’ (italianism o, según M RL, pág. 249).


191 infacundo: ‘poco hábil en el hablar’ (lat., infacundus).
192 fru ir: «gozar el bien que se ha deseado. Viene del latino fruor.
Ya no tiene uso». (Dic. A ut.).
198 convoco: ‘invoco’.

66
Respuesta
XXVI
Respuso: «Mançebo, por trám ite recto
sigue mi vía, tú, ven, e subçede;
mostrarte [he] yo algo d’aquello que puede
ser apalpado de hum ano intellecto.
205 Sabrás a lo menos qual es el deffecto,
viçio e estado de qualquier persona,
e con lo que vieres contento perdona,
e más non demandes al más que perffecto.»

Prosigue la istoria
XXVII
E contra do vido mostrarse la puerta
210 se iva, levándome ya de la mano.
Notar el entrada me m anda temprano,
de cómo era grande e a todos abierta.
«Mas una captela yaze encubierta»,
dixo, «que quema muy más que la brasa;
215 que todos los que entran en esta grand casa
han la salida duptosa e non cierta».

201 trámite: «Lo mismo que senda, o passo de una parte a o tra... es
del latino tramestis.» (Dic. A u t.)
202 subçede: ‘acércate’ (lat., succedere).
205 JM B, FD: es el efecto.
209 contra: ‘hacia’.
213 captela: «el engaño que uno haze a otro ingeniosamente».
(C om.)
215-216 Es probable que M ena escribiera estos versos pensando en la
inscripción de la puerta del infierno en la Divina Comm edia de Dante:
«Lasciate ogni speranza, voi ch’entrate» (Inferno, III, 9). En efecto,
este pasaje es casi el único en el que se puede señalar una influencia
concreta de Dante.

67
Petiçiôn del auctor
XXVIII
«Angélica imagen, pues tienes poder,
dame tal ramo por donde me avises
qual dio la Cumea al fijo d’Anchises
220 quando al Erebo tem ptó desçender»,
le dixe yo luego, e le oí responder:
«Quien fuere constante al tempo adversario
y más non buscare de lo neçesario
ramo ninguno no avrá menester.»

Prosigue su estoria
XXIX
225 Así razonando, la puerta passamos,
por do confluía tam año gentío
que allí do el ingresso más era vazío
unos a otros estorvo nos damos;
ca por la cosa que mucho andamos
230 quanto deseo común más se esfuerça,
más nuestra priessa nos daña e nos fuerça,
e lo que queremos menos acabamos.

219-220 C uando Eneas quería b ajar al Hades para ver a su padre


Anquises, la Sibila Cumea le ayudó aconsejándole que cortase un ra ­
mo dorado del árbol consagrado a Proserpina.
224 P: non avrá. Om ito la n por imperativos del ritm o.
227 ingresso: ‘entrada’ (lat., ingressus).
230 JM B, FD: quando deseo.

68
Comparaçiôn

XXX

Como el ferido de aquella saeta


que trae consigo la cruel engorra,
235 mientras más tira, por bien que l’acorra,
más el retorno lo fiere e apriete,
así mi persona estava subjecta:
quando pugnava por descabol/rme
mi priessa e la de otros me tiene más firme,
240 non governándome de arte discreta.

De cómo la Providencia metió el auctor


en la casa de la Fortuna

XXXI
Mas 1a sabia mano de quien me guiava,
veyéndome triste e tanto perplexo,
ovo por bueno de dar a mi quexo
un tal reparo qual yo desseava,
245 es a saber, de priesa tan brava
me toma, e de dentro me pone tan libre,
qual el Penatigero entrando en el Tibre
fue de los griegos de quien reçelava.

234 engorra: «Asimiento, detención y agarro. Es voz antigua» (Die.


A u t.); «...las [saetas] que tienen gancho que cuando hieren no pueden
salir sin cortar la carne,... éstas tales se llaman saetas de engorra»
(HN).
239 P: m e tenia. La lectura de JM B, FD (me tiene) se conform a me­
jo r con las exigencias del ritm o.
243 quexo: ‘queja’.
247-248 e¡ penatigero: ‘el que llevaba los Penates, o sea los dioses
dom ésticos’. Eneas los sacó de las ruinas de Troya, y fue bien recibido
en Italia por el griego Evandro.

69
Escrive el altura de la casa
XXXII

Mas preguntadm e ya de quan aína


250 estó en lo más alto de aquella posada,
donde podía ser bien devisada
toda la parte terrestre e marina.
Aspira ya, Phebo, pues, de tu doctrina
módulo tanto que cante mi verso
255 lo que allí vimos del orbe universo
con toda la otra m undana machina.

Protestaçiôn
XXXIII

Si coplas, o partes, o largas dicciones


non bien sonaren d’aquello que fablo,
miremos al seso, mas non al vocablo,
260 si sobran los dichos segund las razones,
las quales inclino so las correcçiones
de los entendidos, a quien sólo teman,
mas no de grosseros que siempre blasfeman
segund la rudeza de sus opiniones.

249 aína: ‘aprisa’.


253 F: Febo, y a espira.
254 m ódulo: «...el m odo de variar la voz, para cantar con suavidad
y harm onía.» (Dic. A u t.).
260 P : si salran ¡os.

70
Muestra el actor cinco zonas en que la
tierra es partida
XXXIV

265 De allí se veía el espérico çentro,


e les çinco zonas, con todo el austral,
brumal, aquilón, e la equinoçial
con la que solstiçia contiene de dentro.
Vi más contra mí venir al encuentro
270 bestias e gentes d’estraflas maneras,
mostraos e formas fengidas e veras,
quando delante la casa más entro.

Asia la mayor
XXXV

La mayor Asia en la zona terçera


e tierra de Partía vi entre los ríos
275 Tigris e Indo, de regnos vazíos,
mucho espaçiosa cada qual ribera.
Allí la provinçia d ’Acurçia vi que era
ju n ta con Persia e más con Asiría,
e tierra de Media, do yo creería
280 la mágica haverse fallado primera.

265 el espérico çentro: ‘el centro de las esferas, o sea la tierra’.


266-268 Los astrólogos dividían el m undo en cinco zonas: sep­
tentrional, solsticial, equinocial, brum al y austral. En toda la descrip­
ción que aquí comienza, el poeta imita el libro De Imagine M undi,
atribuido por algunos a San Anselmo y por otros a H onorio de
Autun (véase el Apéndice I, págs. 189 y ss.; MRL. págs. 30-47).
271 veras: ‘verdaderas’.
277 JM B, FD, F: de Susia; Canc. Ixar: de Arcusia.
279-280 La idea de que los medos inventaron la m agia se encuentra
ya en la Historia natural de Plinio.

71
XXXVI

E çerca de Ofrates vi los moabitas,


e Mesopotanea como se tendía,
Arabia e Caldea, do el astronomía
primero fallaron gentes amonitas,
285 y los idumeos e mediam'tas,
e otras provincias de gentes maiores,
las quales passando concedan lectores
perdón a mi mano si non son escriptas.

XXXVII

Vi, de Ufrates al mediterrano,


290 a Palastina e Feniçia la bella,
dicha de Fénix, que se cría en ella,
o quiçà de Fem's, de Cadino ermano;
el Líbano monte, do nasçe el Jordano,
do fue bateiado el fi de M aría,
295 e vi Comagena con toda Siria,
e los nabateos que agora no splano.

281 F: Cerca de.


282 F: M esopotamia.
289 F, MRL (pág. 281): Eufratés.
291 Fénix: ave legendaria que renacía de sus propias cenizas.
Para cumplir las exigencias del arte m ayor habría que om itir se, o
leer q ues' cría.
292 Cadino en todos los MSS. Los hijos de Agenor eran Cadmus y
Fénix, de m odo que la lectura de H N , Cadmo, parece preferible. N ó­
tese sin em bargo el pasaje del Speculum Naturale de Vicente de
Béauvais, citado por Pérez: «Fénix Cathini fra te r... eamque provin­
ciam ex suo nom ine Feniciam appellavit».
293 P: el libiano monte.
294 P: el f ij o de María.
296 non splano: para m antener el ritm o, hay que leer splano como
dos sílabas, a menos que se om ita la n de non (cfr. v. 304).

72
Egipto
XXXVIII
De parte del austro vi como se llega
la terra de Egipto al Rubro Nereo,
de Egisto así dicha, padre de Linçeo,
300 la qual çerca Nilo que toda la riega,
do el cielo sereno jam ás non sé çiega,
nin el aire padesce nubíferas glebas,
do vi a M auriçia, el antiga Thebas,
más desolada que Estaçio no allega.

XXXIX
305 Vi, de la parte que el noto se ençiende,
el Cáucaso monte como se levanta
con altitud e grandesa tanta
que fasta cerca de Europa se tiende,

297 del austro: ‘del viento del m ediodía’.


298 al R ubro Nereo: ‘al m ar ro jo ’; lat., ruber, ‘ro jo ’, y nereus (poé­
tico), ‘el m ar’.
299 HN: «... el río Nilo se enam oró de ...M enfis, y convertido en fi­
gura de toro durm ió con ella, y ovo de ella un hijo llam ado Egypto.
Este rey Egypto ovo un hijo que se llamó Linceo m arido de H yper­
m estra, el cual m ató a su suegro y tío D anao ...y reinó después de él».
302 glebas: ‘tierras, terrones’; nubíferas: ‘nubladas’.
303 Mauriçia: topónim o creado por M ena, y que alude a San
M auricio, caudillo de la legión tebana (M RL, págs. 236-237).
F: e el antiga Thebas.
303-304 Según H N , Encirat y F, M ena confunde la Tebas de Egipto
con la Tebas de Beocia descrita por Estacio en su Tebaida. Es posible
(y hasta probable, visto que el De Imagine M undi alude a las dos) que
tenga plena conciencia de la diferencia, y que la emplee para dar énfa­
sis a su com paración: «Vi a la Tebas antigua, aun más desolada que la
Tebas de Beocia cuya ruina describe Estacio.» El com entario de P in­
siste en subrayar la diferencia entre las dos ciudades.
304 P: non allega.
305 el noto: ‘el viento del m ediodía’ (lat., notus). JM B, FD, F: el
Euro, ‘el viento del Este, o del Sureste’.

73
de cuyas faldas combate e ofende
310 la gente amazona, menguada de tetas,
los sármatos, coicos, e los masaje'tas,
e aun los ircanos que son más allende.
XL
Vi luego los montes iperboreos,
Armenia e Sitia con toda Albania;
315 aunque, por quanto prolixo sería,
dexo más otros rincones de ebreos,
de los capadoçes e los amorreos,
e de Niçea, do juntada fue
la sínodo santa que libró la fe
320 de otros peores que los manicheos.

Asia la menor
XLI
En la menor Asia mis ojos tornados
vieron aquella Galacia do fueron
las gentes que al rey Bitinio vinieron,
dando socorros bien galardonados;
325 los campos de Frigia tanto llorados,
Caria e Isauria vimos en pronto,
Lidia, Panfilia e tierra de Ponto,
do Naso e Clemente fueron relegados.
309 ofende: ‘precipitarse, correr al encuentro, herir’ (lat., offen­
dere).
310 menguada de tetas: las am azonas, tribu de m ujeres guerreras, se
cortaban el pecho derecho para m ejor m anejar el arco.
318-320 ¡a sínodo santa: alusión al Concilio de Nicea, antigua ciudad
de Asia M enor (año 325), en el que fueron condenados los arríanos.
325 los campos de Frigia: los cam pos de Troya, sitiada durante diez
años por los griegos.
326 JMB: Caria, Cilicia; F: Caria, Isauria; P: A y caria e sauria.
327 JMB: Liçia, Panfilia. ,
328 Naso e Clemente: el poeta Ovidio y el Papa San Clemente. Ovi­
dio fue desterrado al Ponto en Asia; San Clemente a una isla cerca de
Roma que se llam aba P onda, P onto. La confusión de Mena fue seña­
lada va por el Brócense.

74
Europa
XLII

E vi más aquélla que Europa dixeron,


330 de la que robada en la taurina fusta
lançô los hermanos por causa tan justa
en la dem anda que fin non pusieron;
e contra Trión luego parescieron
los montes Rífeos e lagos Metroes,
335 los quales te ruego, lector, que tú loes,
porque vezinos de Gótiga fueron.

Alamaña alta e baxa


XLIII

E vi la provincia muy generosa


qu’es dicha Gothia segund nuestro uso,
d ’allí donde Júpiter alto dispuso,
340 quando al principio formó cada cosa,
saliese de tierra tan mucho famosa
la gótica gente que el mundo vastase,
por que la nuestra Spaña gosase
de stirpe de reyes atan gloriosa.

3 29 -33 2 Europa: en la mitología griega Zeus, en form a de toro, se


llevó a E uropa, hija del rey fenicio Agenor; éste m andó a sus tres hi­
jos que salieran en busca de E uropa y que no regresaran sin haberla
encontrado. La búsqueda resultó inútil, y se establecieron en diferen­
tes países.
33° fu sta : ‘barco’.
334 Metroes: «Juan de M ena por dar lugar al consonante corrom pió
el vocablo, y por decir lagos Meotes dixo Metoes» (HN). Véase tam ­
bién MRL, pág. 272.
33« FD, F: Gotia.
342 vastase: ‘devastase’ (lat., vastare). JMB: bastasse.

75
XLIV

345Del agua del Tanais contra mediodía


fasta Danubio vi Sitia la baxa,
e toda Alamaña, que es «na grand caxa,
con los pueblos dacos en terra muy fría;
e fasta los Alpes se ya paresçia
350 Reçia, Germania la superior,
Mesia, Panonia, e para mejor,
todas las partes del reino d ’Ongría.

Greçia
XLV
Del M editerrano fasta la grand mar,
de parte del austro vimos toda Greçia:
355 Cahonia, Molosia, Eladia, Boeçia,
Epiro e su fuente muy singular,
en la qual si fachas queriendo quemar
muertas metieren, se ençienden de fuego;
si bivas las meten, amátanse luego,
360 ca puede dar fuegos e fuegos robar.

Tesalia e Italia
XLVI
La grand Tesalia nos fue demostrada,
y el Olinpo monte que en ella resede,

347 F: que es la grand caxa.


348 JM B, F: que es tierra m uy fría.
350 P: Germania e roçia la superior.
355 Boeçia: Beocia; M ena altera el nom bre por exigencias de la rima.
357-360 La fuente de Epiro era fam osa en la mitología clásica por sus
propiedades mágicas.
362 Olinpo: en la mitología, la m orada de los dioses.

76
el qual en altura las nuves exçede,
Arcadia, Corintio teniendo abraçada;
365 e desde los Alpes vi ser levantada
fasta las lindes del grand Oçeano
Italia, la qual del pueblo romano
Saturnia fue dicha en la era dorada.

Francia
XLVII
E vi las tres Galias, conviene a saber,
370 Ludunia, e Equitania, e la de Narbona,
que del prim er franco que tovo corona
en Françia su nombre les quiso bolver;
aquésta comiença de proceder
del monte de Jovis, e tanto resalta
375 que tiende sus fines fasta la m ar alta,
que con los britanos tienen que fazer.

España
XLVIII
Vi las provincias de España e Poniente:
la de Tarragona e la de Celtiberia,
la menor Cartago que fue la de Esperia,

364 Corintio: com o nota Pérez, parece que lo sacó M ena del Specu­
lum Naturale («Huius caput est urbs C orinthus»), ya que no figura en
el De Imagine.
368 Saturnia: uno de los nom bres poéticos que se daban a Italia.
C uando Saturno fue desterrado del cielo estableció en Italia un reina­
do que correspondió a la Edad de O ro celebrada por los poetas.
374 m onte de Jovis: «... este m onte de Jovis es el que está cabe la
ciudad de Barcelona, que agora com unm ente los catalanes, como
suelen abreviar las palabras ...le llam an M onjui» (HN).
379 la m enor Cartago: C artagena, así descrita para distinguirla de la
C artago africana.

77
380 con los rincones de todo oçidente;
mostróse Vandalia la bien paresçiente,
e toda la tierra de la Lusitania,
la brava Galiçia con la Tinguitania,
donde se cría ferosçe la gente.

Africa
XLIX

385 Vimos allende lo más de Etiopia,


e las provincias de Africa todas;
las Sirtes de Amón, do son los tripodas,
con los que confina la tierra de Lopia;
M arm árida toda, do es la grand copia
390 de gente velóse de los trogloditas,
las áfforas gentes, atan imperitas
que de casas e fierro padesçen inopia.
L
El Catabatm ón fue luego patente;
la Çirenaica, regio ή de paganos,
395 e toda la tierra de los numidanos,
allí do Jugurta se fizo valiente.

383 P : ginguitania.
387 Sirtes de A m ó n : «Sirtes. Los bagios de Berveria, a donde por
la inconstancia y movimiento de las arenas van los navios a peligro de
encallar. Es nom bre griego» (Cov.). El Brócense: « ... ju n to dellas
...está el tem plo de Júpiter A m ón, ... dize que allí eran las tripodas,
porque trípodes se llamava la cáthedra donde m etían a la sacerdotista
de Apolo». P: las suertes de.
388 Lopia: por Leptia.
391 áfforas: ‘africanas’ (lat., afer).
392 padesçen inopia: ‘carecen’ (lat. inopia, ‘falta’).
393 P: E l Caucaso monte, error evidente, por confusión con el
v. 306. La edición princeps del Laberinto deja una laguna. Véase Ba-
taillón, «La edición princeps...».
394 P: la servanesca region.
396 Jugurta: rey de Num idia, que luchó contra los rom anos.

78
Pentapolin conosçimos siguiente;
Getulia e Bisante, con más de otra tanta
tierra que pueblan los de G aram anta,
400 desde que Juba les fue prepotente.

Islas particulares
LI
El m ar asimesmo se nos representa
con todas las islas en él descubiertas,
tanbién de las aguas bivas como muertas,
e donde bonança non teme tormenta.
405 Las Estegadas vi nueve por cuenta;
Rodas, e Creta la centipolea;
Çicladas, las quales qualquier que las vea
seis verá menos para ver sesenta.
LII
Naxón la redonda se quiso mostrar;
410 Coicos, Ortigia, llam ada Délos,

398 Bisante: probablem ente Tunicia (Byzacium), por confusión con


Bizancio, el nom bre antiguo de C onstantinopla.
399 JM B, FD: que fuellan.
400 Juba: otro detalle que no se encuentra en el De Imagine. MRL
(pág. 37) señala que la alusión a Juba está basada en la Farsalia.
Cfr. HN: « ... el rey Juba que fue en tiem po de las guerras civiles, y si­
guió a Pom peyo, y m ató a Curión con todo su exército, el cual había
pasado en Á frica con gente de César a hazer guerra».
prepotente: ‘muy fuerte’ (lat., praepotens).
401 En su lista de las islas, M ena refunde la descripción del D e Im a­
gine, alterando libremente el orden y seleccionando los topónim os
más apropiados para m antener el ritm o y la rim a del arte mayor.
403 «Aguas vivas se llaman a las del m ar O céano... y aguas m uertas
se llaman las del m ar M editerráneo, donde el agua ni crece ni men­
gua» (HN).
404 bonança: ‘buen tiem po’.
405 P: Estrofadas; Cane. Ixar.: Estegades; Canc. Coim bra: Estrega­
das; HN: Stechadas; JMB, FD: Estegadas.
406 centipolea: ‘que tiene cien ciudades’.
410 Coicos: ¿Chius? (otra isla del m ar Egeo); ¿Coos? (isla m en­
cionada en otro pasaje del De Imagine).

79
de la qual Delio se dixo aquel dios
que los poetas suelen invocar;
e vimos las islas Heolias estar,
Icaria, a la qual el náufrago dio
415 de Icaro nombre, que nunca perdió,
el mal governado de sabio bolar.

LUI

Mostróse Samos e las Baleares,


Corçega e Bozis e las Ulcaneas,
las Gorgonas, islas de las Meduseas,
420 e otras partidas que son por las mares.
Vimos a Trinaclia con sus tres altares:
Peloro, Pachino e más Lelibeo,
donde los fuegos insufla Tifeo,
formando gemidos e bozes dispares.

410-412 En la isla de Délos se encontraba el tem plo de Apolo (Delio);


cfr. v. 16.
414-416 jcaro, prisionero con su padre Dédalo del rey Minos, intentó
huir de Creta empleando alas unidas por medio de cera; se acercó de­
masiado al sol, la cera se derritió, y cayó en el m ar Egeo cerca de la
isla de Icaria.
418 Bozis: quizás por Ebosus (De Imagine), o, como propone F, por
Bosa, ciudad de Cerdefla.
las Ulcaneas: en el D e Imagine es un sinónimo de las Eolias (v. 413).
419 las Meduseas: las tres G orgonas (sólo la m ayor se llam aba Me­
dusa; otro ejemplo de la libertad con la que Mena altera la ortografía
y hasta el sentido de los nom bres mitológicos).
421 Trinaclia: ‘Sicilia’.
422 Tres montes de Sicilia. M RL (págs. 36-37) analiza el sentido y la
elaboración de los vs. 421-424.
JM B, FD, F, otros MSS: e más el Etneo.
423 Tifeo era un gigante que habitaba en el monte E tna, y personifi­
caba la violencia de los volcanes.

80
Comparaçiôn
LIV
425 Segund fazen muchos en regno estrangero
si alguno vïesse lo que nunca vido,
si non lo desdeña e está detenido
los otros retratan de tal compañero,
ca es reputado por mucho grossero
430 quien faze tal fiesta de lo nuevo a él,
que entiendan los otros que son çerca dél
que no ovo dello notiçia primero;

LV
assí retractado e redargüido
de mi guiadora sería yo, quando
435 el mundo me vido que andava mirando
con ojos y seso allí enbeveçj'do;
ca vi que me dixo en son afligido:
«Déxate desto, que non faze al fecho;
mas mira: veremos al lado derecho
440 algo de aquello porque eres venido.»

De las tres ruedas que vido en la casa


de la Fortuna

LVI
Bolviendo los ojos a do me mandava,
vi más adentro muy grandes tres ruedas:
las dos eran firmes, inmotas e quedas.

428 retratan de: ‘denigran’, ‘m enosprecian’ (F: ‘se ap artan ’): lat.,
retractare.
433 retractado: véase v. 428.
redargüido: ‘reprendido’ (lat. redarguere).
436 embeveçido: «... embelesado y pasm ado... sin echar de ver lo
que se le pone y ofrece delante de los ojos». (Dic. A u t.)
443 inmotas: ‘inmóviles’.

81
mas la de en medio boltar non cesava:
445 e vi que debaxo de todas estava
caída por tierra giente infinita,
que avía en la fruente cada quai escripta
el nombre e la suerte por donde passava,

Pregunta el auctor a la Providencia


LVII

aunque la una que no se movía,


450 la gente que en ella havía de ser
e la que debaxo esperava caer
con túrbido velo su mote cobría.
Yo que de aquesto muy poco sentía
fiz de mi dubda complida palabra,
455 a mt guiadora rogando que abra
esta figura que non entendía.

Respuesta
LVIII

La qual me respuso: «Saber te conviene


que de tres edades te quiero dezir:
passadas. presentes e de porvenir:
460 ocupa su rueda cada quai e tiene.
Las dos que son quedas, la una contiene
la gente passada y la otra futura;
la que se buelve en el medio procura
la que en el siglo presente detiene.

444 bollar: ‘girar’, ‘dar vueltas’.


446 JMB: caída p o r tierra gran gente infinita.
449 JMB: E vi que la una.
458 JM B, FD, F: edades que quiero dezir.
463 procura: ‘rige, gobierna’ (lat., procurare).
464 JM B, FD: los que.

82
Prosigue la Providencia
LIX

465 »Así que conosce tú que la terçera


contiene las formas e las simulacras
de muchas personas profanas e sacras
de gente que al mundo será venidera,
e por ende cubierta de tal velo era
470 su faç, aunque formas tú viesses de hombres,
porque sus vidas aun nin sus nombres
saberse por seso m ortal non podiera.

Razón de la Providencia porque los


ombres no pueden saber lo porvenir
LX
»El «m ano seso se çiega e oprime
en las baxas artes que le da Minerva;
475 pues vee que faría en las que reserva
aquél que los fuegos corruscos esgrime.
Por eso ninguno non piense ni estime
prestigiando poder ser sçiente
de lo conçebido en la divina mente,
480 por mucho que en ello trasçenda ni rime.

466 simulacros: ‘efigies’ (lat., simulacra, n. plu.).


470 HN , JM B: fo rm a s tuviesen de hombres.
471 F : p o r que sus vidas nin.
476 Alude a Júpiter, que lanza los relámpagos.
478 prestigiando: ‘engañando’, ‘haciendo tram pas’ (lat., praesti-
gare).
ser sçiente: ‘saber’.
480 trasçenda: «Trascender. M etaphóricam ente vale penetrar o
com prehender alguna cosa, que está oculta, o secreta.» (Dic. A u t.)
rime: «Rim ar. Inquirir o buscar. Lat. rim ari.» (Dic. A u t.)

83
Amonestación de la Providencia
LXI
»Mas esto dexado, ven, ven tú comigo,
e faste a la rueda propinco ya quanto
de los passados, si quieres ver espanto,
mas sey bien atento en lo que te digo:
485 que por amigo nin por enemigo,
nin por buen amor de tierra nin gloria,
nin finjas lo falso nin furtes istoria,
mas di lo que oviere cada qual consigo.»

De siete órdenes cjue avía en cada rueda


LXII
A la rueda fechos ya quanto çercanos,
490 de orbes setenos vi toda texida
la su redondesa por orden devida,
mas non por industria de mortales manos;
e vi que tenía de cuerpos umanos
cada qual círculo de aquestos siete
495 tantos e tales que non podría Lete
dar en olvido sus nombres ufanos.

482 propinco: «Allegado, cercano, inmediato y próxim o. Es del lati­


no propinquus. Algunos escribían propinco.» (Dic. A u t.)
483 J M B , FD: si de los passados quieres ver espanto. Es posible que
el original dijese spanto, y que la palabra tuviese que leerse como bisi­
lábica, lo que cumpliría m ejor las exigencias del arte mayor.
490 Por los siete círculos que com ponen la rueda, «se ha de enten­
der alegóricamente siete diferencias y suertes de hom bres, en los
cuales los siete planetas del cielo, Luna, M ercurio, Venus, Febo,
M ars, Júpiter, Saturno influyen sus operaciones y cualidades diver­
sas» (HN).
^ 9S Lete: un río del infierno. Las almas que volvían del infierno
bebían sus aguas para olvidarse de su anterior existencia.
FD: podrá Lete.

84
De los que eran en la primera rueda
e orden de Diana:(~câstos~è caçadore^
LXIII

Pues vimos al fijo de aquél que sobró,


por arte mañosa más que por estinto,
los muchos reveses del grand Laberinto
500 y al Minotauro a la fin acabó.
La buena Ipermestra nos aparesció
con vulto más puro que toda la Greçia,
e sobre todas la casta Lucreçia
con esse cuchillo que se desculpó.

Cómo vido Artemisa, muger de Mauseolo,


e Penelope, muger de Ulixes
LXIV

505 A ti muger vimos del grand Mauseolo,


tú que con lágrimas nos profetizas,
las maritales regando cenizas,
viçio ser biuda de más de uno solo;

497-500 Se refiere a Hipólito, cuyo padre, Teseo, m ató al M inotauro


y logró salir de su Laberinto guiado por un hilo que le había dado
Ariadna.
sobró: ‘venció’ (lat., superare).
501 H iperm estra, contra las órdenes de su padre, que le había m an­
dado m atar a su esposo Linceo, le liberó.
502 vulto: «Se tom a alguna vez por el rostro, y en este sentido es del
latino vultus. » (Dic. A u t.)
JM B, FD, F: más pío.
5°3 Lucrecia se suicidó después de haber sido forzada por Sexto
Tarqufnó".
505-508 Al m orir el rey Mausoleo, su esposa Artemisa hizo construir
para él un sepulcro m aravilloso, y bebió en un vaso de agua las ceni­
zas del rey.
507 JMB: tragando cenizas.

85
e la compañera del lleno de dolo,
510 tú, Penelope, la qual en la tela
tardaste demientre resçib’en la vela
los vientos negados a él por Eolo.

Cómo vido a Argia e Alcides, que es


Ercoles

LXV

También en la rueda vimos sublevada,


llena de méritos muchos, a Argía.
515 e vi que la parte derecha tenía
Æ cides quasi del todo occupada,
a flier de montero, con maça clavada,
bien como quando librava en el siglo
los calidones del bravo vestiglo
520 e la real mesa de ser ensuziada.

509-512 D urante la ausencia de su esposo Ulises, Penélope recurrió a


varias estratagem as para no faltar a la fidelidad conyugal, entre ellas
la de declarar que no podría casarse con otro hasta haber term inado
una tela que estaba tejiendo.
510 Penelope: cfr. la acentuación en el v. 622.
511 demientre: ‘m ientras’.
JM B, FD, F: detardas demientra reçibe la vela.
512 Eolo: dios de los vientos.
513 sublevada: ’levantada’ (lat., sublevare).
F y algunos MSS: sublimada.
514 JM B, FD: llena de muertos.
516 Alcides: Hércules.
517 a fu e r de: ‘a m odo de’. M ena confunde aquí con los trabajos de
Hércules dos hazañas de Meleagro y de los argonautas, como advierte
HN; la confusión se debe a la fuente que sigue en este pasaje. Véase
D. C arr, «Los doze trabajos de Hércules: fuente posible del Laberinto
de Juan de M ena», Hispanic Review, 41, 1973, págs. 417-420.
519 vestiglo: ‘m onstruo, bestia’.

86
LXVI

Yo que veía ser officiosos


los ya memorados en v/rtud diverssa,
veyendo la rueda que en uno los verssa
los m/s pensamientos non eran ociosos.
525 Miró Providencia mis actos dubdosos:
«Non te maravilles atanto», respuso,
«sabida la orden que Dios les inpuso,
nin se te fagan tan maravillosos.

LXVII

»Dispuso ab inicio la mente superna


530 que círculo d’éstos aquí no paresca
sin que la gente de aquél obedesca
las costelaciones de quien lo govierna.
Pues tu jüizio, si sabe, descerna
que cada qual de los siete planetas
535 sus operaciones influye perfectas
a cada qual orbe por gloria eterna.

LXVIII

»Así que la Luna, que es la primera,


en el prim er cerco inprime su acto;
segunda en segundo conserva tal pacto;
540 terçero non menos, pues, con la terçera;

521 officiosos: ‘atentos’ (lat., officiosus).


526 respuso: ‘respondió’.
529 P: la m i mente.
superna: ‘suprem a, elevada’ ( l a t supernus).
531 JM B, FD: sin que la rueda de.
535 JM B, FD: influyen.
536 JMB: gloria in eterna; FD: gloria yneterna; F: gloria
aeterna.
e todos de todas por esta manera
son inclinados a disposición
de las virtudes e costelación
de la m ateria de cada una spera.

LXIX

545 »El çerco por ende que tienes ya visto,


llámale círculo tú de la Luna,
e faz así nombre, pues, de cada una
por que non buelvas el caso tan misto.
Agora ya donde dubdavas insisto:
550 si viste las castas con los caçadores,
es porque asignan aquí los auctores
d’esta planeta tal grado bien quisto.

LXX

»Faste a la rueda, pues, de los presentes,


por que las veas entram as a dos,
555 e de las dubdas requieras a nos;
solvértelas hemos en versos patentes;
e visto el un cerco de passadas gentes,
verás el otro d’esta condiçiôn
de las personas modernas que son;
560 pues abre los ojos e para tú mientes».

544 spera: ‘esfera’.


548 misto: ‘mezclado’ (lat., mixtus).
556 solvértelas: «Solver. Desatar o resolver. Es voz tom ada del lat.
solvere, que vale lo mismo, pero ya no tiene uso.» (Dic. A u t.)
558 F: de la condiçion.

88
Cómo los tres Fados traían la Rueda
LXXI

Atento segund me mandava mirando,


vi los tres fados, e Cloto el primero,
Lachesis segundo, Atropos el terçero,
en vezes alternas la rueda girando;
565 e vi sobre todas estar imperando
en el primero cerco de Diana
«na tal reina que toda la um ana
virtud paresçia tener a su mando.

La reina defunta de Castilla


LXXII

De cándida púrpura su vestidura


570 bien denotava su grand señorío.
Non le ponía su fausto más brío,
nin le privava virtud fermosura.
Vençiase d’ella su ropa en alvura,
e ramo de palm a su mano sostiene,
575 don que Diana por más rico tiene,
más m esurada que toda mesura.

562-564 Las tres Parcas: la primera hilaba, la segunda devanaba y la


tercera cortaba el hilo de la vida del hom bre.
567 La reina doña M aría, esposa del rey don Juan II de Castilla.
569 cándida: ‘blanca’.
púrpura: «Pescado de concha retorcida... se llama también la ropa
teñida por el licor de la púrpura, y por esso se da este nom bre tam bién
al m anto real.» (Dic. A u t.)
571 fausto: «O rnato y pom pa excesiva de criados, galas, y otras co­
sas. Es tom ado del latino fa stu s.» (Dic. A u t.)

89
LXXIII

Vi de la parte del siniestro lado


el serenísimo rey su marido,
la mesma librea de blanco vestido,
580 non descontento de tal baxo grado;
e vi de la parte del diestro costado
«na tal reina muy esclaresç/da
que de virtudes de muy clara vida
tenía lo blanco del manto broslado.

Comparación
LXXIV

585 Volvíme con aire de dubdosa cara


a la ensolvedora de m/s ignorancias
como de niño que de sus infancias
la m adre benigna non triste separa;
tal Providencia se me demostrara,
590 diziéndome tanto: «Conosco ya bien
que tu desseo será saber quien
pueda ser esta tal gente así clara.

La reina de Castilla defunta


LXXV

»La que la silla más alta tenía


non la devieras aver por estraña;

577 El rey don Juan II.


582 La reina doña M aría de Aragón.
584 broslado: ‘bordado’. JM B, F: bordado.
592 clara: ‘ilustre’.

90
595 era la ínclita reina d’España,
muy virtuosa doña María,
la qual allende de su grand valía,
allende de reina de los castellanos,
gosa de fama tan rica de ermanos,
600 Césares otros en la monarchia.

LXXVI

»Goza de mucha prudencia e verdat;


gosa de don inmortal de justiçia;
ha de virtudes aquella noticia
que en fembra demanda la honestidat.
605 Si fuesse trocada su um anidat,
segund que se lee de la de Ceneo,
a muchos faría, segund que yo creo,
dom ar los sus vicios con su justedat.

Recomienda a la reina de Aragón reinante


LXXVII

»La otra que vimos a la mano diestra


610 era la reina de aragoneses,
la qual, m ientra sigue su rey los arneses,
rige su reino la reina maestra.
Así con la mucha justicia que muestra,
mientras más reinos conquiere el marido,

595 indita: ‘célebre’ (lat., inclitus).


599 hermanos: los Infantes de Aragón, quienes desarrollaron un pa­
pel muy im portante en la guerra y la política del reinado de
Juan II.
JM B, FD, F: goza de cama.
606 Ceneo: Ceñís, hija de Elatos, rey de los lapitas, fue convertida
en hom bre por Neptuno, llamándose desde entonces Ceneo.
6 10 -6 16 Alfonso V de Aragón, esposo de la reina doña M aría, pasó
mucho tiempo guerreando en Italia, donde conquistó el reino de
Nápoles.

91
615 más ella zela el ya conquerido.
¡Guarda qué gloria de España la nuestra!

Encaresce más su virtut


LXXVIII

»Muy pocas reinas de Grecia se falla


que limpios oviessen guardados los lechos
a sus maridos dem ientra los fechos
620 de Troya non ivan en fin por batalla;
mas una Esiona es ésta sin falla,
nueva Penélope aquesta por suerte.
¡Pues piensa qué fam a le deve la muerte,
quando su gloria la vida non calla!»

Recomienda a una dueña de Coroneles

LXXIX

625 Poco más baxas vi otras enteras:


la muy casta dueña de manos crueles,
digna corona de los Coroneles,
que quiso con fuego vencer sus fogueras.
¡O quirita Roma, si d’ésta supieras

615 zela: «Zelar. ... cuidar absolutam ente de qualquier cosa con
puntualidad, y diligencia de que no se falte en ella. L at., Zelare.»
(Dic. A u t.)
616 guarda: ‘m ira’. JM B, FD: la vuestra.
618 JM B, FD, F: guardado.
621 Esiona: Hesione era hija de Laom edón, rey de Troya, quien la
ofreció como víctima expiatoria a un m onstruo m arino enviado por
Poseidon; la salvó Hércules.
622 Penélope: cfr. v. 510.
626 A Doña M aría Coronel, según El Brócense, «estando el marido
ausente vínole tan grande tentación de la carne que determinó de m o­
rir por guardar la lealtad m atrim onial, y metióse un tizón ardiendo
por su natura, de que vino a m orir».
629 quírita: ‘de los ciudadanos rom anos’ (lat., quirites).

92
630 quando mandavas el grand universo,
qué gloria, qué fama, qué prosa, qué verso,
qué templo vestal a la tal le fizieras!

Recomienda a las baxas gentes


LXXX

De otras non fablo, mas fago argumento,


cuya virtud maguer que reclama,
635 sus nombres escuros esconde la Fam a
por la baxa sangre de su nascimiento;
mas non dexaré desir lo que siento,
es a saber, que las baxas presonas
roban las claras e santas coronas
640 e han de los vicios menor pensamiento.

Endreça la istoria al rey


LXXXI

A vos pertenece tal orden de dar,


rey excellente, muy grande señor,
así como príncipe legislator
la vida política siempre zelar,
645 por que pudicicia se pueda guardar
e tomen las gentes seguros los sueños;
punir a los grandes como a los pequeños;
a quien non perdona non le perdonar.

634 maguer: ‘aunque’; reclama: «Reclam ar. En lo forense vale opo­


nerse y pedir en contra, rehusando el consentim iento en la sentencia o
juicio.» (Dic. A u t.)
644 zelar: ‘cuidar’.
645 pudicicia: ‘vergüenza, castidad’ (lat., pudicitia).
647 punir: «Lo mismo que castigar. Es del latino puniré.»
(Dic. A u t.)

93
Comparación
LXXXII

Como las telas que dan las arañas


650 las leyes presentes non sean atales;
que prenden los flacos viles animales
e muestran en ellos sus lánguidas sañas;
las bestias mayores que son más strañas
passan por ellas, rompiendo la tela,
655 así que non obra vigor la cautela
sinon contra flacos e pobres compañas.

Da consejo
LXXXIII

Aprendan los grandes bevir castamente;


non vençan en viçios los brutos salvajes.
E n vilipendio de muchos linatges
660 viles deleites non viençen la gente,
mas los que presumen del mundo presente
fuigan de donde los dapnos renascen;
si lindos cobdiçian ser fechos, abraçen
la vida más casta con la continente.

Difinición de castidat
LXXXIV

665 Es abstinencia de vil negamiento


la tal castedat, después ya de quando
651 P: prendan.
652 lánguidas: ‘débiles’, ‘sin energía’.
659 vilipendio: ‘menosprecio’ (lat., vilipendiumj.
660 P: Viençen, viçien en otros MSS, JM B, FD, F.
662 fuigan: ‘huyan’.
665 negamiento: ‘ajuntam iento’.

94
se va la noticia del vicio dexando,
remoto por obras e mal pensamiento;
e non solamente por casto yo cuento
670 quien contra las flechas de Venus se escucha,
mas el que de vicio qualquier se desnuda
e ha de virtudes novel vestimento.

Comiença la segunda orden, de Mercurio


LXXXV

Vi los que sano consejo tovieron


e los que componen en guerra las pazes,
675 e vimos a muchos fuera d ’estas hazes
que justas ganancias mercando quisieron,
e otros que libres sus tierras fizieron,
e los que por causa de evitar más daños
han relevado los grandes engaños,
680 a muchos librando que non se perdieron.

Alega con antigos


LXXXVI

Nestor el antigo se nos demostró,


e los oradores mejor rescebidos
del fijo de Fauno que non despedidos,
el rey que su fijo ya muerto mercó,
672 novel: cfr. novelo (v. 5).
679 JM B, FD, F: revelado.
681 Néstor: el nom bre de Néstor, aplicado a un hom bre anciano y
sabio, es sinónimo de consejero. En la guerra de Troya se distinguió
por sus consejos y su elocuencia, al mismo tiem po que por su valor.
682-683 e i ß j 0 ¡¡g fa u n o es el rey Latino, que recibió a los em baja­
dores de Eneas cuando éste llegó a Italia.
oradores: ‘em bajadores’.
684 Priam o, rey de Troya, com pró a los griegos el cadáver de
Héctor.
F : y el rey.

95
685 e Capis, aquél que siempre temió
los daños ocultos de Paladión,
con el sacro vate de Lacahón,
aquél que los dragos de Palas ciñió.

Fasta aquí dixo los virtuosos, e agora


los viciosos
LXXXVII

Debaxo de aquéstos yo vi derribados


690 los que las pazes firm adas ya rompen,
e los que por precio virtudes corrompen,
metiendo alimentos a los renegados.
Allí vi grand clero de falsos prelados
que fazen las cosas sagradas venales.
695 ¡O religión religada de males,
que das tal doctrina a los mal doctrinados!

LXXXVIII

Pues vimos a Pándaro el dardo sangriento,


ermano de aquel buen Eriçeon de Roma,
que por Menesteo la libre paloma
700 ferió donde iva bolando en el viento,

685-686 Capis: príncipe troyano que no quiso aceptar el caballo (lla­


m ado Paladión porque los griegos dijeron haberlo construido en ho­
nor de Palas, diosa de la guerra).
687-688 Lacahón: Laocoonte, otro troyano que sospechó del caballo.
Con sus dos hijos, fue m atado por dos serpientes salidas del m ar.
695 religada: «Religar. Volver a atar o ceñir, con m ayor vínculo, o
más estrecham ente. Viene del Latino Religare.» (Dic. A u t.)
697-704 pándaro violó una tregua en la guerra contra los griegos,
lanzando una flecha contra Menelao.
698 JM B, FD, otros MSS: aquel buen archero de Roma.
698-700 Eurición m ató con una flecha una palom a que volaba por el
aire, después de que M nesteo la había librado con una flecha que dio
en la cuerda con que estaba atada.

96
el qual a los nervios así del amiento
contra las dóricas gentes ensaña
que toda la tregua firm ada los daña,
dándoles campo de pazes essento.

Fabla de los que por cobdicia succorieron


en vicios
LXXXIX

705 Allí te fallamos, o Polinestor,


cómo traíste al buen Polidoro
con fambre maldita del su grand thesoro,
non te membrando de fe nin d’amor;
Ya se t ’açerca aquel vil Anthenor,
710 triste comienço de los padüanos;
allí tú le davas, Eneas, las manos,
aunque Virgilio te dé más honor.

701 amiento: «Am ento. Es la correa que se rebuelve en la m itad de


la lança para arrojarla con más furia. Algunos, en castellano, le llaman
am iento» (Cov.); lat., amentum.
701-702 JMB: aquél que los nervios assió del amiento / e contra las
dóricas gentes se ensaña.
705-708 polidoro, hijo de Príam o, rey de Troya, m andado con un
tesoro a Tracia por su padre para que se salvase de los griegos, fue
asesinado por Polimnéstor, rey de Tracia, quien codiciaba sus
riquezas.
706 JM B, FD, F, otros MSS: com o truçidas. Pérez acepta traiste,
con el sentido de traicionaste.
709-712 La tradición tachó de traidores a A ntenor, Eneas y otros tro-
yanos que no m urieron en la derrota de la ciudad. Antenor fundó la
ciudad de Padua.
7,0 O tra acentuación posible: de los paduanos.

97
xc
Estavas, Erífile, allí vergoñosa,
vendiendo la vida de tu buen marido;
715 de ricos collares tu seso vencido
quisiste ser biuda, más non deseosa.
¡O siglo nuestro, edat trabajosa,
sí ' fallarían los que te buscasen
otras Erífiles que desseassen
720 dar sus maridos por tan poca cosa!

XCI

Non buenamente te puedo callar,


Opas maldito, e a tí, Julián,
pues sois en el valle más fondo de afán
que non se redime jam ás por llorar.
725 ¿Quál ya crueza vos pudo indignar
a vender un día las tierras e leyes
d’España, las quales puxança de reyes
en años atantos non pudo cobrar?

XCII

A la m oderna volviéndome rueda,


730 fondón del cilénico çerco segundo

713-716 Erifile, dejándose persuadir por Polinices, que le ofreció un


rico collar, traicionó a su esposo A nfiarao, que se había ocultado pa­
ra no ir a la guerra de Tebas.
713 JM B, FD, otros MSS: Estavas, Isifle.
719 JM B, FD: otras Isifles.
722 Julián, gobernador de C euta, y Opas, arzobispo de Sevilla,
conspiraron contra el rey Rodrigo para entregar el reino de los visigo­
dos a los moros.
725 crueza: ‘crueldad’.
730 fo n d ó n de: ‘en la parte más baja de’.
cilénico: de Mercurio, que nació en el m onte Cilenio.

98
de viçios semblantes estava el profundo
tan lleno que non sé fablar quien lo pueda.
Vet si queredes la gente que queda
darme liçencia que vos la señale,
735 mas al presente fablar non me cale:
verdat lo permite, temor lo devieda.

Muestra el auctor que por miedo de los


presentes dexa de dezir sus vicios
XCIII
¡O miedo mundano! que tú nos compeles
grandes plazeres fingir por pesares,
que muchos Enteles fagamos ya Dares,
740 e muchos de Dares fagamos Enteles.
Fazemos de pocos muy grandes tropeles.
Buenos nos fazes llam ar los viciosos;
notar los crueles por muy p'iadosos
e los piadosos por mucho crueles.

Comparación
XCIV
745 Bien como siervo, que por la fe nueva
del su patrono se m uestra más bivo,
por que le pueda fuir de cativo
dize por boca lo qu’él non aprueva,
semblantes temores la lengua nos lieva

731 semblantes: «Semblante. Usado como adjetivo, vale lo mismo


que semejante. Es voz antiquada.» (Dic. A u t.)
735 non m e cale: ‘no me im porta’.
736 devieda: ‘prohibe’.
739-740 Alude a un episodio de la Eneida: Entelo, que era viejo, ven­
ció a Dares, que era mucho más joven, cuando todos creían que iba a
perder.
744 O tra acentuación posible: e los piadosos.

99
750 a la mendacia de la adulación
así que qualquiera fará conclusión
que diga lo falso, mas non lo que deva.

De los vicios de los religiosos


XCV
¿Quién assí mesmo dezir non podría
de cómo las cosas sagradas se venden,
755 e los viles usos en que se despienden
los diesmos ofertos a Santa María?
Con buenas colores de la clerescía
dissipan los malos los justos sudores
de simples e pobres e de labradores,
760 cegando la santa católica vía.

Pone en exemplo
XCVI

Cesárea se lee que con terremoto


fuesse su muro por tierra caído,
las gentes y pueblo todo destroído,
que non quedó lienço que non fuese roto;
765 mas sólo su templo fallamos inmoto,
e la clerezía con el su prelado;

750 mendacia: ‘m entira’ (lat., mendacitas).


155 despienden: ‘gastan’.
756 ofertos: «Oferto. Lo mismo que ofrecido. Es voz antiquada.
L at., offertus.» (Dic. A u t.)
761-768 Com o señala Pérez, Mena tom a el contenido de estos versos
de las Crónicas de Eusebio (véase el Apéndice IV, pág. 203).
763 JM B, FD sus casas y pueblo.
764 lienço: «Lienzo... el espacio de m uralla que corre en línea recta
de baluarte a baluarte... pared que corre de un ángulo a otro en cual­
quier aposento.» (Dic. A u t.)
765 inm oto: ‘inmóvil’.

100
salvo, seguro fue d’esto librado
por su honesto bivir e devoto.

Aplicación
XCVII

Si tal terremoto nos acaesciese,


770 lo que la divina clemencia non quiera,
por lo contrario presumo que fuera
de qualquiera villa donde se fiziese,
e antes presumo que oy se fundiese
la clerezía con todo su templo,
775 e que la villa quedase en exemplo
libre, sin daño ninguno que fuese.

Endresça el auctor la fabla al rey


XCVIIÍ

La vuestra sacra e real magestad


faga en los súbditos tal beneficio
que cada qual use assí del ofiçio
780 que queden las leyes en /ntegridat,
así que cobdicia nin rapacidat,
non nos ofenda lo bien ordenado,
por que departa de qualquier estado
la vil avaricia su sagacidat.

767 JM B, FD: fu e dentro librado.


769 JM B, FD: nos sobreviniesse.

101
Difinición d’avaricia
XCIX

785 E s la avaricia, doquiera que mora,


vicio que todos los bienes confonde,
de la ganancia, doquier que se asconde,
u na solícita inquisidora.
Sirve metales, metales adora,
790 de robos notorios golosa garganta,
que de lo ganado sufre mengua tanta
como d ’aquello que espera aun agora.

Comiença la tercera orden, de Venus,


do se fabla del amor bueno e malo e de
las especies d’él
C

Venidos a Venus, vi en grado espicial


los que en el fuego de su joventud
795 fazen el vicio ser tanta virtud
por el sacramento matrimonial.
Abaxo de aquéstos vi grand general
de muchos linatges caídos en mengua,
que non sabe como se diga mi lengua
800 tantas especies e formas de mal.

785 F ·. Es avaricia.
790 JM B, FD: de bienes ágenos golosa garganta.
795 FD, otros MSS: ser santa virtud.
797 JM B, FD, F: fo n d ó n destos çercos, vi grand general.

102
Argumento d’esta orden
CI

Eran adúlteros e fornicarios,


e otros notados de incestuosos,
e muchos que juntan tales criminosos
e llevan por ello los viles salarios,
805 e los que en efectos así voluntarios
su vida deleitan en vano pecando,
e los maculados del crimen nefando,
de justa razón e de toda contrarios.

Allega antigos dados a mal amor


CII

Vimos en uno vilmente abraçados


810 la com pañera de aquel grand Atrides,
duque de todas las grecianas lides,
tom ar con Egisto solazes furtados;
e vimos a M irra, con los derribados,
erm ana ya fecha de quien era madre,
815 e m adre del fijo de su mesmo padre
en contra de leyes um anas e grados.

807 los m aculados..., ‘los hom osexuales’.


nefando: «Indigno, torpe, de que no se puede hablar sin empacho.
Viene del L atino nefandus. Pecado nefando. Se llama el de Sodom a,
por su torpeza y obscenidad.» (Dic. A u t.)
809-812 M ientras Agamemnón (Atrides) estaba sitiando a T roya, su
esposa Clitemnestra vivía en adulterio en Egisto.
813-816 De ia unión incestuosa entre M irra y su padre Ciniras nació
Adonis.

103
cm
Allí era aquél que la casta cuñada
fizo por fuerça non ser más donzella,
comiendo su fijo en pago de aquélla
820 que por dos maneras d’él fue desflorada;
e vimos en forma muy mal abiltada
ser con Macareo la triste Canasce,
de los quales amos un fijo tal nasçe
que la «m ana vida dexó injuriada.

CIV

825 De los Centauros el padre gigante


allí lo fallamos con muy poca gracia,
al que fizo Juno con la su falacia
en forma monstruosa cumplir su talante;
e vimos, movidos un poco delante,
830 plañir a Phasife sus actos indignos,
la qual antepuso el toro a tí, Minos;
non fizo Sila troque semejante.

817-820 Filomena fue violada por su cuñado Tereo, rey de Tracia,


cuya esposa Progne se vengó m atando a su hijo Itis y dándoselo a co­
mer a Tereo.
821-824 Macareo y Canace eran hermanos.
821 abiltada: ‘vil’.
825-828 L 0S cen tau ro s n acieron de la u n ió n de Ixión y u n a nube en la
fo rm a de J u n o , fab rica d a p o r Jú p ite r p a ra engañarle.
828 JM B, FD: fo rm a mintrosa.
829-831 L a esposa del rey Minos, Pasifae, se enam oró de un toro, y de
esta unión nació el M inotauro.
832 Escila, hija del rey de M egara, se enam oró de Minos mientras
los cretenses sitiaban la ciudad, y traicionó a su padre.

104
Cómo falló Macias
CV
Tanto anduvimos el cerco mirando,
que nos fallamos con nuestro Maclas,
835 e vimos que estava llorando los días
con que su vida tomó fin amando.
Lleguéme más çerca, turbado ya quando
vi ser un tal ombre de nuestra nación,
e vi que dezía tal triste canción,
840 en elegiaco verso cantando:

Cantar de Maclas
CVI
«Amores me dieron corona de amores
por que mi nombre por más bocas ande.
Entonces non era mi mal menos grande
quando me davan plazer sus dolores.
845 Vencen el seso los dulces errores,
mas no duran siempre segund luego plazen;
pues me fizieron de mal que vos fazen,
sabed al amor desamar, amadores.

CVII
»Fuit un peligro tan apassionado;
850 sabed ser alegres; dexat de ser tristes.
Sabed desservir quien tanto servistes,
a otros que amores dat vuestro cuidado;
los quales si diesen por un igual grado
sus pocos plazeres segund su dolor,

834 La leyenda de Maclas el E nam orado era muy conocida en el si­


glo XV. Poeta medio legendario, enloqueció de am or y fue encarcelado
y m uerto por el m arido de la dam a.
851 JM B, FD, F: deservir a quien.
852 F : a otro que amor.

105
855 no se quexara ningund amador,
nin desesperara ningund desamado.

Comparación
CVIII
»E bien como quando algund malfechor,
al tempo que fazen de otro justicia,
temor de la pena le pone cobdicia
860 de allí adelante bivir ya mejor,
mas desque passado por él el temor,
vuelve a sus vicios como de primero,
así me bolvieron a do desespero
desseos que quieren que m uera amador.»

Pregunta el autor a la Providencia


CIX
865 Tan grand m ultitud turbada veyendo
por fuego viçioso de illicito amor,
fablé: «Providencia, tú dime mejor
aquesta mi dubda, que yo non entiendo:
éstos atanto discretos seyendo,
870 ¿por qué assí quisieron am ar ciegamente?
Bullada devieran tener en la fruente
la pena que andan aquí padesciendo.»

864 JMB: amores que.


871 Bullada: «Bullar. Sellar, y m arcar.» (Dic. A u t.)

106
Responde la Providencia, mostrando
algunas cosas que provocan amor por
artificio
CX
Respuso riendo la mi compañera:
«Nin causan amores nin guardan su tregua
875 las telas del fijo que pare la yegua,
nin menos agujas fincadas en çera,
nin filos de alambre nin agua prim era
del mayo bevida con vaso de yedra,
nin fuerça de yervas, nin virtud de piedra,
880 nin vanas palabras de la encantadera;

Otras razones que cabsan amor


naturalmente
CXI

»mas otras razones más justas convocan


los coraçones a los amistades:
virtudes e vidas en conformidades,
e sobre todo beldades provocan,
885 e delectaciones a muchos advocan,
e quando los dones son bien rescebidos,
o por linage nascer escogidos,
o dulces palabras allí donde tocan.

CXII

»Val así mesmo para ser amado


890 anticiparse primero en amar:
874-875 Esta alusión, y de hecho todos los consejos de la Providencia
sobre el am or, tienen evidente parentesco con el Tratado de amor
(véase el Apéndice III, pág. 200).
877 P: nin el agua. Om ito la -n para conservar el ritm o.
888 p d ) pérez: o dulçes; JMB: e dulçes.

107
non es ninguno tan duro en el dar
que algo non diese si mucho ha tomado.
Pues mucho deviera ser más que culpado
aquel coraçôn que si no querer
895 quiere, que quiera querido non ser,
o por ser querido biva despagado.

Aquí responde la Providencia a la otra


dubda que dixo: «...discretos seyendo.»
CXIII
»Entonces se puede obrar discriçiôn
quando am or es ficto, vaniloquo, pigro,
mas el verdadero non teme peligro,
900 nin quiere castigos de buena razón,
m'n los jüizios de quantos ya son
le estorvan la vía de como la entiende;
ante sus flamas mayores enciende
quando le ponen mayor defención.»

Endresça el auctor la fabla al rey


CXIV

905 Por ende, m onarcha, señor valeroso,


el regio setro de vuestra potencia
fiera, mesclando rigor con clemencia,
por que vos tema qualquier criminoso,
e los viles actos del libidinoso
910 fuego de Venus del todo se maten,

896 despagado: ‘descontento’.


898 fle to : ‘fingido’ ( l a t fictus); vaniloquo: ‘de habla vana y jactan ­
ciosa’ (lat., vaniloquus);pigro: ‘perezoso’ (lat., piger).
903 flam as: ‘llam as’ ( l a t flam m a).
904 defención: ‘prohibición’.

108
e los humanos sobre todo caten
el limpio cathólico amor virtüoso.

Diffinición qué cosa sea buen amor


ho malo
CXV

El qual es tal medio de dos coraçones


que la voluntad que estava non junta
915 la su dulcedumbre concorda e ayunta,
faziéndoles una sus dos opiniones,
e dando tal parte de sus afecciones
a los amadores sin gozo cadena,
e a los amados deleite sin pena,
920 a los menos méritos más gualardones.

Fenesce la orden tercera, de Venus;


comiença la quarta, de Phebo
CXVI

Aquí vi grand turba de santos doctores


e contemplativos de aquel buen saber
que para siempre nos puede valer,
faziéndonos libres de nuestros errores;
925 philósofos grandes e flor d’oradores,
aquí citaristas, aquí profetas,

9Π FD: todos caten; JMB: todo acaten; Canc. Ixar: todos


se caten.
921 M ena tom a de las Crónicas de Eusebio los nom bres de la
m ayoría de los filósofos que figuran en el pasaje que aquí comienza
(véase el Apéndice IV, pág. 202).

109
astrólogos grandes, aquí los poetas,
aquí quadruvistas, aquí sabidores.

CXVII

Está sobre todos grand turba compuesta


930 de claros maestros, doctores muy santos:
estava Gerónimo alçando los cantos,
Gregorio, Agustino velando respuesta;
e vimos el santo doctor cuya fiesta
nuestro buen César jam ás solemniza,
935 e otros dotores a quien canoniza
la silla rom ana por vida modesta.

Philósofos
CXVIII

Vi los filósofos Crato e Polemo,


el buen Enpedocles y doto Senón,
Aristótiles cerca del padre Platón,
940 guiando a los otros con su dulce remo.
Vi más a Sócrates, tal que lo temo,
con la poçofla mortal que bevía,
e vi a Pitágoras que defendía
las carnes al mundo comer por estremo.

928 quadruvistas: ‘los versados en las artes del quadrivium (aritm é­


tica, geometría, astronom ía y m úsica)’.
JM B, F: quadrivistas.
931 alçando los cantos: ‘defendiendo la poesía’. Véase M RL.,
páginas 49-50.
933-934 p (comentario): «Esta fiesta es la de santo Thomas de
Aquino la qual el Rey solempniza por que en tal día nasçio.»
934 jam ás: ‘siempre’.
937 JMB: Crotón.
938 doto: ‘docto’.
943 defendía: ‘prohibía’. Pitágoras prohibía a sus discípulos comer
carne.

110
Eloquentes

CXIX

945 Vi a Demóstenes e a Gabiano,


e vi más a Tulio con su rica lengua,
Casio Severo, sofriendo grand mengua,
dado en exilio del pueblo romano.
Mostróse Domicio, rector africano,
950 e vimos a Pluçio con Apollodoro,
e vimos la lumbre del claro thesoro
del nuestro rectórico Qumtil'iano.

Músicos
CXX

Demostróse Tubal, primero inventor


de cónsonas bozes e dulce armonía;
955 mostróse la farpa que Orpheo tañía
quando al infierno lo truxo el amor;
mostrósenos Fíliris el tañedor,
maestro d’Archiles en citarizar,
aquél que por arte ferir e domar
960 pudo a un Archiles, tan grand domador.

947 P: Casio e señero.


950 El com entario de P. corrige a Planeo: Plutio, sin embargo, figura
en Eusebio (véase el Apéndice IV, pág. 203).
952 nuestro...: Q uintiliano nació en España.
953 Mena confunde los nom bres de los herm anos bíblicos Túbal,
prototipo de los herreros, y Yúbal, padre de los músicos (Géne­
sis, IV).
957-960 Q ujrón, hijo de Fílira, enseñó a tañer a Aquiles.
957 JMB, H N , F: mostróse Philírides el buen tañedor.

111
Profetas; pone las dies Sibilas
CXXI

La compañía virgen e perfecta


vimos en alto, de vidas tranquilas,
el décimo número de las Sibilas,
que cada qual pudo llamarse profeta:
965 estava la Pérsica con la Dimeta,
e la Babilónica, grand Erithrea,
e la Frigiana, llam ada Albunea,
vimos estar con la Phrigineta.

CXXII

Femonoé por orden la sesta


970 estava, la qual en versos sotiles
tanto pregona las guerras civiles,
de quien ovo Apio la triste respuesta;
e vymos a Lívisa, virgen honesta;
estava Vetona con el Amatea;
975 era la décima aquella Cumea
de quien los romanos fazen oy fiesta.

961 JM B, FD, F: virgíneaperfeta.


962 JM B, FD: vim os en acto de.
963 La lista de Sibilas de Mena difiere de la de Lactancio. Siguen sin
ser identificadas la Dimeta y la Vetona (véase Lactancio, Divinarum
institutionum liber I: De falsa religione, ed. Migne, Patrología Latina,
VI, cap. VI; M RL, pág. 60).
965 P: Persiaca.
967 JMB, FD y F aceptan la correción de HN la Tiburtina.
P, o tros MSS., Pérez: Frigiana.
969-912 M ena tom a de Lucano (Farsalia, V) la alusión a Fem onoe y
su predicción de la muerte de Apio en las guerras entre César y
Pompeyo.
971 JM B, FD: cantó pregonando las.

112
Poetas
CXXIII
Vimos a Omero tener en las manos
la dulce Iliada con el Odisía.
El alto Virgilio vi que lo seguía;
980 Eneo, con otro montón de romanos:
trágicos, líricos, elegíanos,
cómicos, sátiros, con eroístas,
e los escriptores de tantas conquistas
quantas nascieron entre los umanos.

Razón por que no loa los poetas


de Córdova
CXXIV
985 O flor de saber e de cavallería,
Córdova madre, tu fijo perdona
si en los cantares que agora pregona
non divulgare tu sabiduría.
De sabios valientes loarte podría
990 que fueron espejo muy maravilloso;
por ser de ti mesma, seré sospechoso;
dirán que los pinto mejor que devía.

978 P (comentario): «Esta yliada de O m ero ove tradificado e rom an-


çado par al Señor Rey donde larga m ente fable de su vida por ende
pues que ala fable aqui non fago mas m incion.»
980 JM B, FD: en uno con otro m ontón.
981 Com o acierta Pérez, M ena em plea elegíanos para ajustar el ver­
so a las exigencias del arte m ayor (cfr. elegiaco, v. 840), no «para
adaptar los esdrújulos al sistema acentual de la lengua», com o afir­
m a MRL (pág. 267).
982 JM B, FD, F: satíricos.

113
Viene a los presentes
cxxv
Venimos al cerco de nuestros presentes,
donde fallamos muy pocos de tales.
995 Oy la doctrina mayor es de m ales
que non de virtudes açerca las gentes;
mas entre otros allí prefulgentes
vimos a uno lleno de prudençia,
del qual preguntada la mi Providencia,
1000 respuso dictando los versos seguientes:

CXXVI

«Aquél que tú vees estar contemplando


el movimiento de tantas estrellas,
la obra, la fuerça, la orden de aquéllas,
que mide los cursos de como e de quando,
1005 e ovo noticia filosofando
del movedor e de los comovidos,
de lumbres e rayos e son de tronidos,
e supo las cabsas del mundo velando,

CXXVII

»aquel claro padre, aquel dulce fuente,


1010 aquél que en el Cástalo monte resuena,
es don Enrique, señor de Villena,

993 JMB: venidos al.


995 FD: mayores de. JMB: vi la doctrina m ayor de los males.
997 prefulgentes: ‘resplandecientes’ (lat., praefulgens).
1007 JMB: de fu eg o de rayos, de son de tronidos.
1010 el Cástalo m onte: ‘el m onte P arnaso’.
10U-1024 El escritor Enrique de Villena (1386-1434) tenía una repu­
tación muy grande como científico y «supo mucho, no sólo en la
poesía, filosofía, astrologia, mas aun en el arte de la m ágica... y dexó

114
onrra d’España e del siglo presente.»
O ínclito sabio, autor muy cíente,
otra e otra vegada yo lloro
1015 porque Castilla perdió tal thesoro
non conoscido delante la gente.

CXXVIII

Perdió los tus libros sin ser conoscidos,


e cómo en esequias te fueron ya luego
unos metidos al ávido fuego,
1020 otros sin orden non bien repartidos.
Cierto en Atenas los libros fingidos
que de Pitágoras se reprovaron
con cirimonia mayor se quemaron
quando al senado le fueron leídos.

Artes dañadas
CXXIX

1025 Fondón d’estos cercos vi ser derribados


los que escodriñavan las dañadas artes,
e la su culpa vi fecha dos partes,
de los que demuestran y de los demostrados.

muchos libros compuestos llenos de m ucha doctrina y erudicción»


(HN). Algunos de estos libros los m andó quem ar el rey don Juan II a
la m uerte de Villena.
lois P: en exceda.
10 2 2 p (comentario): «Este Pitagoras non es aquell de que arriba
fabla que este se llamo pitagoras el sofista este fizo ciertos tratados los
quales en Atenas con grandes deliberaciones fueron dañadas por el
studio de Atenas por aprocrafos e quem ados por m andado del
senado.»
H N , JM B, FD: Protágoras.
1025 p; v¡ derribados.
10 2 6 JMB: escudriñan.
1028 Asi en P. H ay que om itir una sílaba para que el verso se aco­
m ode al ritm o del arte m ayor; quizás: ... y los demostrados.
Cfr. JMB: de los que las muestran y de los mostrados.

115
Magos, sortílegos mucho dañados,
1030 prestigiantes vi luego seguiente,
e los matemáticos que malamente
tientan ojetos a nos devedados.

cxxx
Los ojos dolientes al cerco baxando,
vimos la forma del mago Tereo,
1035 con la d’Erito que a Sesto Ponpeo
dio la respuesta, su vida fadando.
Estava sus fijos despedaçando.
Medea, la inútil nt'gromantessa,
ferida de flecha mortal de deessa,
1040 que non supo darse reparos amando.

CXXXI
Estavan las fembras Licinia e Publicia,
dando, en obprobio de los sus linages,
a sus maridos mortales potages,
mesclados con yervas llenas de malicia;
1045 ca desque se pierde la grand pudiçiçia,

1029 p ·. maguer sortílegos.


1030 prestigiantes: «prestigiadores, ... embaydores de Estige, que es
una laguna... en el infierno, porque assi como aquella es tenebrosa,
assi los embaydores ponen en los ojos de los ombres como una escuri-
dad y tinieblas» (HN).
1032 devedados: ‘prohibidos’.
1034 Tereo «fue el primero que enseñó a los de Thuscia el arte de la
haruspicina y de profetizar las cosas venideras, al cual Ovidio en el
XV de las M etam orfoses llama Tyrreno, como aquí Juan de Mena
quitó la -n- por el consonante» (HN). Cfr. M RL, pág. 63.
P: del magno Tereo.
1035 O tra alusión a la Farsalia: la encantadora Ericto presagia la
muerte de Sexto Pompeyo y de su padre en la guerra civil.
1038 Medea m ató a sus hijos para vengarse de Jasón, que la había
abandonado.
1041-1048 U cinia e Publicia: dos mujeres rom anas que m ataron a sus
maridos con bebidas ponzoñosas.
'043 potages: ‘bebidas’.
1045 pudiçiçia: ‘castidad’.

116
virtud nesçessaria de ser en la fembra,
tal furia cresçe, tal odio se siembra,
que an los maridos en inimiçiçia.

CXXXII
Por ende vosotros, algunos maridos,
1050 si sois trabajados de aquella sospecha,
nunca vos sienta la vuestra derecha,
nin menos entiendan que sois entendidos.
Sean remedios enante venidos
que nescesidades vos trayan dolores;
1055 a grandes cabtelas, cabtelas mayores,
más val prevenir que ser prevenidos.

Comparaçiôn
CXXXIII

Para quien teme la furia del mar


e las tempestates reçela de aquélla,
el mejor reparo es no entrar en ella,
1060 perder la cubdiçia del buen navegar;
mas el que de dentro presume de andar
sin que padesca miseria ninguna,
a la prim era señal de fortuna
deve los puertos seguros tomar.

1048 inimiçiçia: ‘enem istad’ (lat., inimicitia).


1053 enante: ‘antes’.
1056 JM B, FD, F: que non ser.
1059 reparo: ‘rem edio’.
1063 fortuna: «Significa tam bién borrasca, tem pestad en m ar o
tierra.» (Die. A u t.) Cfr. la versión sefardí del romance del Conde A r-
naldos: G alera, la mi galera, Dios te me guarde de mal, / de los pe­
ligros del m undo, de fo rtu n a s de la m ar, / de los golfos de León y
estrecho de G ibraltar.

117
Endresça el auctor la materia al rey
CXXXIV

1065 A vos, poderoso grand rey, pertenesçe


fazer destroir los falsos saberes
por donde los ombres e malas mugeres
asayan un dapño mayor que paresçe.
í/n a grand gente de 1a que peresçe
1070 muere secreto por arte malvada,
e fingen que fuesse su muerte cabsada
de mal que a los malos pensar no fallesçe.

cxxxv
Magnífico príncipe, non lo demanda
la grand honestad de los vuestros siglos
1075 sufrir que se crían mortales vestiglos
que m atan la gente con poca vianda.
La m ucha clemencia, la ley mucho blanda
del vuestro tiempo non cause maliçias
de nuevas Medeas e nuevas Publiçias;
1080 baste la otra miseria que anda.

CXXXVI

Las lícitas artes con vuestra clemencia


crescan a bueltas los rectos oficios.
Caigan los dapños; fenescan los viçios;
non disimule más mal la paçiençia,
1085 por que contemplen en vuestra presençia

1068 asayan: «Assayar. Intentar, atreverse a hacer alguna cosa.»


(Dic. A u t.)
‘075 JM B, FD, F: críen,
vestiglos: ‘m onstruos’.
1082 a vueltas: «Vale tam bién con o tra cosa, u con inclusión en ella.»
(Dic. A u t.)

118
los años quinientos de vuestra grand vida,
el arte malvada por vos destroída,
e más restaurada la santa prudençia.

Difiniçiôn de prudençia
CXXXVII

Es la prudençia çiençia que m ata


1090 los torpes desseos de la voluntad,
sabia en lo bueno, sabida en maldad,
mas siempre las vías mejores acata.
Destroça los viçios, el mal desbarata,
a los que la quieren ella se combida;
1095 da buenos fines, seyendo infinida,
e para el ingenio más neto que plata.

Fenesçe la quarta orden, de Phebo;


comiença la quinta, de Mares
CXXXVIII
Ya reguardamos al çerco de Mares,
do vimos los reyes en la justa guerra,
e los que quisieron morir por su tierra,
1100 e los enemigos sobraron a pares;
e vimos debaxo, sufriendo pesares,
los bellicosos en cabsas indignas,
e los que morieron en ondas marinas,
e d’otros sobervios muy muchos millares.

i°86 JMB, FD, F: los años quietos.


10 % para: ‘dispone’; neto: ‘limpio, nitido’ (lat., nitidus).
1097 reguardamos: ‘m iram os, contem plam os’.
1103 JM B, FD, F; en guerras marinas.

119
Alega con antigos
CXXXIX

1105 Los fuertes Meteles allí se mostravan,


sepulcro ravioso de cartagineses;
allí relumbravan los claros arneses
de aquellos Camilos que a Françia vastavan.
Los dos compañeros acordes estavan,
1110 Petreo e Feneo, vedando con saña
la gente de Çéssar entrar en Spaña,
segund que de Lérida lo porfiavan.

CXL

Vimos a Craso, sangrienta el espada


de las batallas que fizo en Oriente,
1115 aquél de quien vido la rom ana gente
su muerte plañida, mas nunca vengada;
e vimos la mano de Mucio quemada,
al qual la salud del fuerte guerrero
más triste lo dexa que no plasentero
1120 le faze la vida por él otorgada.
1105 El más célebre de los Metelos, L u id o Cecilio, venció en Sicilia
al ejército cartaginés de Asdrúbal.
JMB, FD, F: Metelos.
1108 Camilo fue dictador rom ano; con su hijo venció a los galos y
los expulsó de Roma.
vastavan: véase v. 342.
h i o Petreo y A franio (Feneo) eran generales de Pompeyo y lucha­
ron contra César.
JMB, FD: Afraneo.
1112 segund cabe Lérida.
1113 Craso: triu n v iro rom an o ; m urió en la guerra c o n tra
los partos.
1116 plañida: ‘llorada’ (lat., plangere).
1117 Mucio: Cayo Mucio Escévola, prendido por los etruscos cuan­
do trataba de m atar al rey Porsena, quien sitiaba a Rom a, puso la
mano en el fuego para m ostrar que no temía a la muerte. Porsena le
libró y levantó el sitio.

120
Invocación
CXLI

Belígero Mares, tú sufre que cante


las guerras que vimos de nuestra Castilla,
los muertos en ellas, la m ucha manzilla
que el tempo presente nos muestra delante.
1125 Dame tú, Palas, favor ministrante;
a lo que se sigue depara tal orden
que los mis metros al fecho concorden
y goze verdat de memoria durante.

Cómo estava el rey


CXLII

Allí sobre todos Fortuna pusiera


1130 al muy prepotente don Juan el segunda:
d’España no sola, mas de todo el mundo
rey se mostrava, segund su manera:
de armas flagrantes la su delantera,
guarnida la diestra de fúlmina espada,
1135 y él de una silla tan rica labrada
como si Dédalo bien la fiziera.

CXLIII

El qual reguardava con ojos de amores,


como faría en espejo notorio,
1121 Belígero: ‘guerrero’: Mares, ‘M arte’ (dios de la guerra).
1125 Palas: Atenea, diosa de la sabiduría y la prudencia.
1127 F : los míos.
1128 durante: ‘eterna’.
1133 flagrantes: ‘brillantes’.
1134 fulm ina: ‘resplandeciente’.
1135 JMB: y él [en] una silla.
1136 Dédalo: escultor de Atenas, cuyas estatuas parecían vivas.

121
los títulos todos del grand abolorio
1140 de los sus ínclitos progenitores,
los quales tenían en ricas lavores
ceñida la silla de imagenería,
tal que semblava su masonería
Iris con todas sus bivas colores.

Comparación

CXLIV

1145 Nunca el escudo que fizo Vulcano


en los etneos ardientes fornasçes,
con que fazía temor a las hazes
Archibs delante del campo troyano,
se falla tuviesse pintadas de mano
1150 nin menos escultas entretaladuras
de obras mayores en tales figuras
como en la silla yo vi que desplano.

Pinturas de la silla
CXLV
Allí vi pintadas por orden los fechos
dé los Alfonsos, con todos sus mandos,
1155 e lo que ganaron los reyes Fernandos,
faziendo más largos sus regnos estrechos;

1142 imagenería: ‘imágenes, mediorrelieves’.


1143 semblava: ‘parecía’.
masonería: «M azonería. Fábrica de piedra y cal.» (Dic. A u t.)
Π45-Π48 El escudo de Aquiles fue forjado por Vulcano, dios del
fuego, en su fragua dentro del m onte Etna.
1146 fornaçes: ‘hornos’ (lat., fornax).
1150 escultas: ‘esculpidas’ (lat., sculptas).
1151 F: nin tales figuras.
1152 desplano: ‘describo, explico’.

122
allí la justiçia, los rectos derechos,
la m ucha prudençia de nuestros Enriques,
por que los tales tú, Fam a, publiques,
1160 e fagas en otros semblantes provechos.

CXLVI
Escultas las Navas están de Tolosa,
trium pho de grande misterio divino,
con la morisma que de Africa vino,
pidiendo por armas la muerte sañosa.
1165 Están por memoria tam bién gloriosa
pintadas en uno las dos Algeziras;
están por espada domadas las iras
de Almofaçén, que nos fue mayor cosa.

Dixo de los reyes passados; agora dize


del rey presente
CXLVII
Cresçian los títulos frescos a bueltas
1170 de aqueste rey nuestro muy esclaresç/do,
los quales abrían allende cresçido
si non recresçieran algunas rebueltas,
las quales por pazes eternas disueltas
presto nos vengan a puerto tranquilo,

1160 semblantes: ‘sem ejantes’.


1161 En la batalla de las Navas de Tolosa (1212) los cristianos ven­
cieron al ejército de los alm ohades, abriendo el cam ino para las im­
portantes conquistas del siglo XII.
1166 La plaza de Algeciras fue conquistada por Alfonso XI
en 1344; « ... cuando la tuvo cercada, fundó cabe ella un lugar que se
llamó tam bién Algezira» (HN).
1168 A lm ofaçen; sultán de M arruecos A lbohacén, JM B, FD: que
non fu e m enor cosa.
1169 frescos: ‘recientes’; a bueltas: véase v. 1082.
1173 P -.porfazes.

123
1175 por que Castilla m antenga en estilo
toga y oliva, non armas con peltas.

De la vega de Granada ^
CXLVIII

Con dos quarentenas e más de millares


le vimos de gentes arm adas a punto,
sin otro más pueblo inherme allí junto,
1180 entrar por la vega talando olivares,
tomando castillos, ganando lugares,
faziendo por miedo de tanta mesnada
con toda su tierra tem blar a Granada,
tem blar las arenas fondón de los mares.

CXLIX

1185 M ucha morisma vi descabeçada


que más que reclusa detrás de su muro
ntn que gososa de tiempo seguro
quiso la muerte por saña d’espada;
e m ucha más otra por pieças tajada
1190 quiere su muerte tom arla más tarde;
fuyendo non fuye la muerte covarde,
que más a los viles es siempre llegada.

1176 peltas, ‘escudos’. FD: non armas nin peltas; Pérez: non armas
y peltas.
1177 En estas copias Mena describe la batalla de la Higueruela
(1431), en la que Juan II obtuvo una gran victoria contra el rey de
Granada.
1 1 8 2 m esnada.·‘ejército’.
1186 JM B empieza más que.
1,87 JMB: y aunque gozava de.
1189 JMB: y mucha otra más.
1190 JMB: que quiere ¡a muerte.

124
Comparaçiôn
CL

Como en Çeçilia resuena Tifeo,


o las terrerías de los milaneses,
1195 o como guardavan los sus entremeses
las sacerdoüças del tiemplo lïeo,
tal vi la buelta d’aqueste torneo;
en tantas de bozes prorrompe la gente
que non entendía sinon solamente
1200 el nombre del fijo del buen Zebedeo.

CLI

E vimos la sombra d ’aquella figuera


donde a desoras se vido criado
de muertos e pieças un nuevo collado,
tan grande que sobra razón su manera;
1205 e como en arena do momia se espera,
súbito viento levanta grand cumbre,
así del otero de tal muchedumbre
se espanta quien antes ninguno non viera.

Π93 Tifeo: véase v. 423.


1195 JM B, FD, F, Canc. Ixar., M ontserrat (Abadía): gridavan.
entremeses: ‘fiestas’.
1196 lieo: ‘de Baco’ (Lyaeus).
1200 Alude a Santiago.
1202 a desoras: ‘intem pestivam ente’.
1205 m om ia: « ... en africa, cuando ay vientos, levantan muy gran­
des montones de arena, los cuales tom an debaxo y ahogan muchas ve-
zes a los cam inantes, ... Los cuerpos m uertos de los que assi mueren
se llaman carne mom ia, y el arena que los cubre arena de mom ia»
(HN). JM B, FD , F: de momia.

125
Recomienda la guerra con moros
CLII
¡O virtüosa, magnífica guerra!
1210 En ti las querellas bolverse devían,
en ti do los nuestros muriendo bivían,
por gloria en los çielos y fama en la tierra,
en ti do la lança cruel nunca yerra
nin teme la sangre verter de parientes;
1215 revoca concordes a ti nuestras gentes
de tales quistiones y tanta desterra.

CLIII
Non convenía por obra tan luenga
fazer esta guerra, mas ser ella fecha,
aunque quien viene a la vía derecha
1220 non viene tarde, por tarde que venga.
Pues non se dilate ya más nin detenga,
mas ayan enbidia de nuestra victoria
los reynos vezinos, e non tomen gloria
de nuestra discordia mayor que convenga.

Real de Arisa
CLIV
1225 Otros entalles non tanto broñidos
con epitafios de títulos çiertos
vi como eran deletos e muertos,
unos testados e otros raídos;

12,6 desferra: «D iscordia, dissension... Es voz a n tiq u a d a.»


(Die. A u l.)
1225 P: Otros en tales.
1227 deletos: ‘quitados, borrados’ (lat., deletus).
1228 testados: «Testar. Vale también borrar, o tachar las letras, o
caracteres escritos.» (Dic. A u t.)

126
en los que pudieron por mí ser leídos
1230 las guerras que ovo Aragón fallarán;
real de Arisa e Venalmaçân,
do non vençedores fallé nin vençidos.

Del real de Medina del Campo


CLV

Vi más la furia cevil de Medina,


e vi los sus murös non bien foradados;
1235 vi despojadores e vi despojados
fechos acordes en paz muy aína;
vi que a su rey cada qual enclina
yelmo, cabeza, con el estandarte,
e vi dos estrenos fechos una parte,
1240 temiendo la justa real disçiplina.

Comparación
CLVI

Bien como quando respuso en el huerto


el Sumo Maestro de nuestras merçedes
aquell mote santo de «¿A quién queredes?»

1229 P :e los que.


1231 Dos episodios de la guerra entre Castilla y Aragón (1429-1430):
los cercos de Ariza y Belamazán fueron levantados por Juan II sin ba­
talla, por intervención de su herm ana, la reina doña M aría de A ra­
gón.
1233 En 1441 los Infantes de Aragón sitiaron a Juan II en Medina
del C am po, y derribados los m uros entraron en la ciudad. El Condes­
table don Alvaro de Luna se escapó, y cuando los Infantes vieron a
Juan II le besaron la m ano e hicieron la paz.
cevil: es posible que tenga el sentido de ‘cruel’ (véase M aría Rosa
Lida, «Cevil, ‘cruel’», N R F H , I, 1947, págs. 80-85).
1240 JMB: debaxo Ia justa.
1243 mote: «sentencia breve, que incluye algún secreto u mysterio.»
(Dic. A ut.).

127
a fijos de los que libró del desierto,
1245 e como aquel pueblo cayó casi muerto,
ansí en Medina, siguiendo tal ley,
vista la cara de nuestro grand rey,
le fue todo llano e allí descubierto.

Otra comparaçiôn
CLVII

Segund que fazen el viso más fiero


1250 los qu’entran en juego llamado palestra,
en quanto son dentro su saña se muestra,
mas fuera serían como de primero,
ansí fazen muchos en lo postrimero;
los ínclitos reyes e grandes señores
1255 buelven en gozo sus muchos rigores,
e nunca el enojo les es duradero.

CLVIII

M irad a los fines vosotros, por ende,


si sois de diversas questiones secaçes,
non vos engañen los vultos minaçes,
1260 ca uno a las vezes por otro se entiende.
Yerra quien fabla do se reprehende;
en dichos e fechos bevid mesurados,
ca buelven acordes los desacordados,
e queda ofendido quien antes ofende.

1250 palestra: ‘lucha’.


1252 JMB, FD, F: más fu era se ríen.
1253 JM B, FD: assi fa ze n todos.
1258 secaçes: ‘seguidores’ (lat., sequax).
1259 vultos: ‘rostros’ (lat., vultus); minaçes: ‘am enazadores’ (lat.,
minax).

128
La muerte del conde de Niebla
CLIX

1265 Baxé más mis ojos, mirando las gentes


que vi sublimadas del trono mavorçio,
dignas del mucho famoso consorçio
donde fallamos los muy prepotentes.
Yo que mirava los tan inoçentes,
1270 en un cavallero tardança más fiz,
del qual preguntada por mí la dutriz
respuso dictando los metros seguientes:

CLX

«Aquél que en la barca paresce asentado,


vestido de engaño de las bravas ondas,
1275 en aguas crueles ya más que non fondas
con «na grand gente en el m ar anegado,
es el valiente, non bien fortunado,
muy virtüoso, perínclito conde
de Niebla, que todos sabéis bien adonde
1280 dio fin, el día del curso fadado.

1266 sublimadas: ‘elevadas, ensalzadas’.


JMB: sublimadas al trono.
1271-1272 cfr. los versos 999-1000.
1271 dutriz: ‘guiador’ (lat., ductrix).
1273 El pasaje que aquí empieza describe la m uerte de don Enrique
de Guzm án, Conde de Niebla, en el cerco de G ibraltar (1436). HN re­
sume el episodio así: «... quiso él ir por la m ar y enviar a su hijo por
la tierra, porque, de todas partes la ciudad com batida, viniesse presta­
mente en rendición. Y llegado el Conde a la ciudad con toda su gente,
estándola com batiendo por la parte que está hazia el m ar océano, vi­
no la creciente del m ar y fueron todos anegados. El Conde aunque se
pudiera salvar en una barca que apenas le pudo recibir, desseando
como noble cavallero salvar los suyos, acogió tantos en ella que la
barca, no pudiendo sostener el gran peso, se anegó con el Conde y to ­
dos los otros».

129
CLXI

»E los que lo çercan por el deredor,


puesto que fuesen magníficos ombres,
los títulos todos de todos sus nombres,
el nombre los cubre de aquel su señor,
1285 ca todos los fechos que son de valor
para mostrarse por sí cada uno,
quando se juntan e van de consuno
pierden su nombre delante el mayor.

Comparaçiôn

CLXII

»Arlança, Pisuerga e aun Carrión


1290 gosan de nombres de ríos; empero
desque juntados llamárnoslos Duero,
fazemos de muchos una relaçiôn.
Oye por ende, pues, la perdiçiôn
de sólo el buen conde sobre Gibraltar;
1295 su muerte, llorada de digno llorar,
provoque tus ojos a lamentaçion.

CLXIII

»En la su triste fadada partida


muchas señales que los marineros

1281 JMB: p o r alrededor; FD, F: p o r al derredor.


1287 de consuno: «Consuno. En com pañía, unida y juntam ente, de
común acuerdo y conform idad. Es voz antiquada. Usase regularmente
pospuesto a la partícula De, diciendo De consuno.» (Dic. A u t.)
1291 JMB, FD: después que juntados.
1297 En esta descripción del examen de los agüeros de tem pestad, a
la partida de un caudillo, Mena imita libremente el canto V de la Far-
salia, en que el barquero A m idas intenta disuadir a César de em bar­
car (véase el Apéndice II, pág. 198).

130
han por hauspicios e malos agüeros
1300 fueron mostradas negar su venida,
las quales veyendo, con bos dolorida
el cauto maestro de toda su flota
al conde amonesta del mal que denota,
por que la vía fuesse resistida.

Señales que denunçian tempestad, segund


los agüeros
CLXIV

1305 »‘Ca he visto’, dize, ‘señor, nuevos yerros


la noche passada fazer las planetas;
con crines tendidas arder las cometas,
e dar nueva lumbre las armas e fierros;
gridar sin ferida los canes e perros;
1310 triste presagio fazer de peleas
las aves noturnas e las funereas
por los collados, alturas e çerros.

Dixo de los agüeros de las aves; dize


de la ñau
CLXV

»‘Vi que las gúminas gruesas crebavan


quando las ánchoras quis’ levantar;
1315 vi las entenas por medio quebrar,

i3°9 gridar: ‘gritar’; JM B, FD: cridar.


1313 P (comentario): «guminas llam an los m areantes a unas m aro­
mas con que levantan las anclas».
crebavan: ‘quebraban’.
1315 entenas: «Entena. Verga, o pértiga de m adera... en quien pren­
de la vela. Ya com unm ente se dice E ntena, pero es más conform e a su
origen llamarse Antena. Es voz puram ente Latina antenna.» (Dic.
A ut.).

131
aunque los cárbasos no desplegavan;
los másteles fuertes en calma temblavan;
los flacos trinquetes con le su mezana
vi levantarse de non buena gana
1320 quando los vientos se no conbidavan.

Alega el istoria a su propósito


CLXVI

» Έ η la partida del resto troyano


de aquella Cartago del bírseo muro,
el voto prudente del buen Palinuro
toda la flota loó de más sano,
1325 tanto que quiso el rey muy humano,
quando lo vido pasado Acheronte
con Leocaspis açerca Oronte,
en el Averno tocarle la mano.

CLXVII

»‘Ya pues, si deve en este grand lago


1330 guiarse la flota por dicho del sage,
vos dexaredes aqueste viage
1316 p (comentario): «carbaso se llama en latín el velo de la nave».
1317 feblavan: ‘se hacían flacos o quebradizos’; otros MSS, JMB,
FD, F: temblavan.
1318 p (comentario): «mesaría es otra pequeña vela que meten a la
proa de la nave por que tome más viento e los triquetes son unos m a­
deros en que la ponen».
1320 f D , F: se nos.
1321-1328 palinuro era capitán del barco de Eneas, que se detuvo por
su consejo en Sicilia para evitar torm entas. Eneas, en su viaje al in­
fierno, habló con la som bra de Palinuro.
1322 el bírseo muro: Byrsa, la fortaleza de Cártago.
1326 Acheronte: en la mitología clásica, un rio del infierno.
1327 Leocaspis, Oronte: m arineros de Eneas, m uertos en el m ar.
1328 el A verno: ‘el infierno’.
1330 sage: «Lo mismo que sabio, o mui avisado y astuto.» (Die.
A u t.)

132
fasta ver día non tan asïago.
Las deidades levar por falago
devedes, veyendo señal de tal plaga;
1335 non dedes causa a G ibraltar que faga
en sangre de reyes dos vezes estrago’.

CLXVIII

»El conde, que nunca de las abusiones


creyera, nin menos de tales señales,
dixo: ‘Non pruevo por muy naturales,
1340 maestro, ninguna d’aquestas razones;
las que me dizes nin bien perfeçiones
nin veras prenósticas son de verdad,
nzn los indicios de la tempestad
non veemos fuera de sus opiniones.

Señales de tempestad segund los naturales


CLXIX
1345 »‘Aun si yo viera la m estrua luna
con cuernos escuros mostrarse fuscada,
muy rubicunda o muy colorada,
creyera que vientos nos diera Fortuna.
Si Phebo, dexada la delia cuna,

1332 asïago: ‘peligroso’, ‘de mal agüero’.


1336 P (comentario): «dos vezes por que m urió sobre ella el Rey don
Alfonso e por eso dize dos vezes por denotar la Real sangre del
conde».
1337 abusiones: «Abusión. Vulgarmente se suele tam bién tom ar por
superstición o mal agüero.» (Dic. A u t.)
1344 Omitiendo la prim era -e- de veemos, sería posible acentuar
el verso: non vemos fuera...
1345 menstrua: ‘m ensual’ (lat., menstrualis).
1346 fuscada, véase v. 139.
JM B, FD, F: cuernos obtusos.
1348 JMB: temiera que.
1349 Apolo, dios del sol, nació en la isla de Délos.

133
1350 ígneo viéramos o turbulento,
temiera yo pluvia con fuerça de viento;
en otra m anera non sé que repuna.

CLXX
»‘Nin veo tampoco que vientos delgados
muevan los ramos de nuestra montaña,
1355 nin fieren las ondas con su nueva saña
la playa con golpes más demasiados;
nin veo dalfines de fuera mostrados,
n/n los merinos volar a lo seco,
nin los caístros fazer nuevo trueco,
1360 dexar las lagunas por ir a los prados.

CLXXI
»‘Nin baten las alas ya los alçïones,
nin tientan jugando de se roçïar,
los quales amançan la furia del mar
con sus cantares e lánguidos sones,
1365 e dan a sus fijos contrarias sasones,
nido en invierno con grande pruína,
do puestos açerca la costa m arina
en un semilunio les dan perfecciones.

135° F; ígneo.
1351 JMB: pluvias mezcladas con viento.
1355 JM B, FD, F: nin fieran.
1358-1359 p (comentario): «Los cuervos merinos se solían llamar
merginos e por luengo uso corrom piose el vocablo e llaman les meri­
nos e dezian les merginos por que en latin les llaman Mergus, estas
aves e las caystrios que son aves de m ar sintiendo que viene el tiempo
tempestuoso salen de la m ar a lo seco.»
1359 caístros: ‘cisnes’; el Caístro es un río de la provincia de Lidia,
donde se criaban muchos cisnes.
1361-1362 O tra posibilidad: ...ya los alçiones/...de se roçiar.
1366 pruína: «Lo mismo que helada, o escarcha. Es voz latina y de
poco uso.» (Dic. A u t.)
1368 semilunio: ‘catorce días’.

134
CLXXII
»‘N/n la corneja non anda señera
1370 por el arena seca paseando,
con su cabeça su cuerpo bañando
por ocupar el agua venidera;
nin buela la garça por alta manera,
nin sale la fúlica de la m arina
1375 contra los prados, nin va nin declina
como en los tiempos adversos fiziera.

Concluye el conde, aconsejando la partida

CLXXIII

»‘Desplega las velas, pues, ¿ya qué tardamos?


e los de los bancos levanten los remos,
a bueltas del viento mejor que perdemos,
1380 non los agüeros, los fechos sigamos;
pues «na empresa tan santa levamos
que más non podría ser otra ninguna,
presum a de vos e de mí la Fortuna,
non que nos fuerça, mas que la forçamos’.

CLXXIV

1385 »Tales palabras el conde dezía


que obedesçieron el su m andamiento

1369 señera: «Señero. Particular, especial, o separado. Lat. singula­


ris. Se tom a por el que hace señas, o les da de una cosa.» (Die. A u l.)
1372 JM B, FD: p o r ocupar la pluvia que espera.
1374 fúlica: ‘cerceta’ (El Brócense). Cfr. Virgilio, Geór. I: «cumque
m arinae in sicco ludunt fulicae».
1377 P o m íte lo .
1378 P: levantan.
1379 a bueltas del: véase v. 1082.

135
e dieron las velas infladas al viento,
non padesçiendo tardança la vía.
Segund la Fortuna lo ya desponía,
1390 llegaron açerca de la fuerte villa
el conde con toda la rica quadrilla,
e por el agua su flota seguía.

CLXXV

»Con la bandera del conde tendida


ya por la tierra su fijo viniera
1395 con mucha más gente qu’el padre le diera,
bien a cavallo e a punto guarnida,
por que a la ora que fuese la grida,
súbitamente, en el mesmo deslate,
por çiertos lugares oviese combate
1400 la villa que estava desaperçebida.

CLXXVI

»El conde y los suyos tomaron la terra


que era entre el agua y el bordo del muro,
logar con menguante seco e seguro,
mas con la cresçiente del todo se cierra;
1405 quien llega más tarde presume que yerra,
la pavesada ya junta sus alas,

JM B, FD: que por.


1397 grida: «Lo mismo que grita. Es voz antigua, que se tom aba
freqüentem ente por la señal que se hacía, para que los soldados to-
massen las arm as.» (Dic. A u t.)
1398 deslate: «La acción de disparar o arrojar alguna cosa.» (Die.
A u t.)
1402 O tra posibilidad acentual: que era entre el agua.
1404 p p . mas ¡a creciente del todo lo fierra.
1406 pavesada: «Pavés. Especie de escudo largo. Empavesada. La
defensa de paveses que pone la galera quando ha de pelear.» (Cov.)
«Empavesada. Reparo y defensa hecho con redes espesas... lo que se
executa freqüentem ente en la Náutica en los abordos de las naves y
galeras.» (Dic. A u t.)

136
levantan los trosços, cresçen las escalas,
cresçen las artes mañosas de guerra.

CLXXVII

»Los moros, sintiendo cresçer los engaños,


1410 veyéndose todos çercados por artes
y combatidos por tantas de partes,
allí socorrieron do ivan más dapños,
e con nesçesarios dolores estraños
resisten con saña las fuerças agenas;
1415 botan los cantos desde las almenas,
y lançan los otros que non son tamaños.

Comparaçiôn

CLXXVIII

»Bien como médico mucho famoso


que tiene el stilo por manos seguido,
en cuerpo de golpes diversos ferido
1420 luego socorre a lo más peligroso,
así aquel pueblo maldito, sañoso,
sentiendo más dapños de parte del conde,
a grandes cadrillas juntado, responde
allí do el peligro más era dapñoso.

1407 trosços: MRL (pág. 245) lo interpreta como ‘tróceos’. (Die.


A u t.: «Trozeo. Es un cabo que atraca y sujeta la verga de la mesana a
su palo.») C fr.: «Trozo. En la Milicia antigua se llam aba el cuerpo de
Tropas de Caballería, que oy se llama Regimiento.» (Dic. A u t.)
1414 P: con su saña; JM B, FD: resiste su saña.
1418 JMB: que trae el estilo p o r m ano seguido.

137
CLXXIX

1425 »Allí desparavan lonbardas e truenos,


e los trebucos tiravan ya luego
piedras e dardos, con flechas de fuego,
con que fazían los nuestros ser menos.
Algunos de moros tenidos por buenos
1430 lançan temblando las sus azagayas;
passavan los lindes, palenques e rayas,
doblando su fuerça con miedos ágenos.

CLXXX

»Mientra morían e mientra matavan,


de parte del agua ya cresçen las ondas,
1435 y cubren las mares sobernas e fondas
los campos que ante los muros stavan,
tanto que los que de allí peleavan
a los navios si se retraían,
las aguas cresçidas les ya deffendían
1440 llegar a las fustas que dentro dexavan.

1425 lonbardas: «Lom barda. Un género de escopeta, cuya invención


se truxo de L om bardia.» (Cov.)
truenos: «Trueno. El ruido, o estam pido, que causa el tiro de qual-
quier arm a, o artificio de fuego.» (Dic. A u t.)
1426 trebucos: máquinas para lanzar piedras.
1427 JMB, FD, F: piedras e dardos e fachas de fuego.
1430 azagayas: ‘dardos’.
1431 palenques: «Palenque. La valla o estacada que se hace para
cerrar algún terreno en que ha de haber lid. Díxose así por hacerse de
palos hincados en tierra.» (Dic. A u t.)
JMB: passan las lindes.
1432 F :susfuerças.
1439 deffendían: ‘im pedían’.
1440 fustas: ‘barcos’.
P: dejaron.

138
CLXXXI

»Con peligrosa e vana fadiga


pudo una barca tom ar a su conde,
la qual lo levava seguro, si donde
estava nol’ fuera bondat enemiga:
1445 padesçe tardança, si quieres lo diga;
quando quedavan e ir lo veían,
de muchos que ir con él non podían
¡presume qué boz dolorosa se siga!

Palabras de los del conde

CLXXXII

»Entrando tras él por el agua, dezían:


1450 ‘M agnánimo conde, ¿y cómo nos dexas?
nuestras finales y últimas quexas
en tu presençia favor nos serían;
las aguas la vida nos ya desafían:
si tú non nos puedes prestar el bevir,
1455 danos linaje mejor de morir;
daremos las manos a más que devían,

CLXXXIII

»‘e bolveremos a ser sometidos


a aquellos adarves, maguer non devamos,

l443 JM B, FD, F: levara.


1445 P: si quieres que lo diga. El ritm o exige que se om ita una
sílaba, que puede ser que o lo.
1446-1447 JMB: de ¡os que quedaban y irlo veían / e otros que ir con
él non podían.
1450 JM B, F: ya cómo.
1458 adarves: El Dic. A u t. lo interpreta como ‘alarbes’ (‘árabes’),
citando esta copla como único ejemplo; Pérez acepta este sentido. Me
parece preferible otra explicación del Dic. A u t.: «Adarve. El espacio

139
por que los tuyos moriendo podamos
1460 ser dichos muertos, mas nunca vençidos;
sólo podremos ser redargüidos
de tem eraria, inmensa osadía,
mas tal infamia mejor nos sería
que non en las aguas morir sepelidos’.

De cómo el conde, bolviendo por los que


dexava, se anegó con ellos

CLXXXIV

1465 »Fizieron las bozes al conde a desora


bolver la su barca contra las saetas
e contra las armas de los mahometas,
ca fue de temor pïadat vençedora.
Avía Fortuna dispuesto la ora,
1470 e como los suyos comiençan a entrar,
la barca con todos se ovo anegar,
de peso tam año non sostenedora.

La manera que tienen los que se afogan


en la egonía que fazen
CLXXXV
»Los míseros cuerpos ya non respiravan,
mas so las aguas andavan occultos,
1475 dando y trayendo mortales singultos
de aguas, la ora que más anelavan;

o camino que hai en lo alto de la m uralla, sobre el cual se levantan las


almenas.» Hay que interpretar som etidos (v. 1457) con su sentido eti­
mológico de ‘meter b a jo ’ (lat., sub-mittere).
1464 sepelidos: ‘sepultados’ (lat., sepelire).
1465 a desora: ‘intem pestivam ente’.
1475 singultos: ‘sollozos’ (lat., singultus).
1476 anelavan: «Anhelar. Faltar el aliento, respirar con dificultad.

140
las vidas de todos ansí litigavan
que aguas entravan do almas salían;
la pérfida entrada las aguas querían,
1480 la dura salida las almas negavan.»

Recomienda e alaba el auctor la muerte


del conde
CLXXXVI
¡O pïadat fuera de medida!
¡O ínclito conde! quisiste tan fuerte
tom ar con los tuyos enantes la muerte
que no con tu fijo gozar de la vida.
1485 Si fe a mis versos es atribuida,
jam ás la tu fama, jam ás la tu gloria
darán a los siglos eterna memoria;
será muchas vezes tu muerte plañida.

Fenesçe la estoria del conde e prosigue


adelante
CLXXXVII
Después que yo vi que mí guiadora
1490 avía ya dado su fin a la istoria,
yo le suplico me faga notoria
la vida de otros que allí son agora;
la qual, mis plegarias oídas, implora
el d/vino nombre con más sumo grado,

Es voz puram ente L atina anhelare... M etaphóricam ente vale tanto co­
mo desear, apetecer y solicitar alguna cosa con vehemencia.» (Die.
A u t.)
1486 jam ás: ‘siempre’.
1488 plañida: ‘llorada’.
1494 F: con m u y sum o.

141
1495 el quai humilmente por ella invocado,
respóndeme breve como sabidora:

La muerte del conde de Mayorga


CLX XXVIII
«Las claras virtudes, los fechos stremos,
la biva victoria que Mares atorga
al conde bendito don Juan de Mayorga,
1500 razón non lo sufre que nos lo callemos.
Alçe Fortuna sus pérfidos remos,
la Fam a sus alas doradas levante,
por que la vida de aquéste se cante
jam ás por el modo que nos cantaremos.

CLXXXIX
1505 »Primero su vida muy leda cantamos,
su mano ferosçe, potente, famosa;
segundo la sm joventud virtiiosa;
terçero su muerte tan presta lloramos;
mas con los que tanto sus fechos amamos
1510 usó de clemençia la d/vina mano:
dexónos en prendas a un tal ermano
con cuya vida su muerte olvidamos.

1499 e i Conde de M ayorga, don Juan Pim entel, «aprendiendo a ju ­


gar la hacha con un criado suyo, ...m andóle que jugase a todo herir, y
recibió una herida en el rostro, de que vino a m orir» (El Brócense).
1501 remos: ‘alas’.
1504 jam ás: ‘siempre’.
1505 leda: ‘alegre’.
15,1 un tal hermano: Alonso Pimentel.

142
La muerte, del adelantado
Diego de Ribera, que murió sobre Alora
CXC
»Aquél que tú vees con la saetada,
que nunca más faze m udança del gesto,
1515 mas por virtud de morir tan onesto
dexa su sangre tan bien derram ada
sobre la villa no poco cantada,
el adelantado Diego de Ribera
es, el que fizo la vuestra frontera
1520 tender las sus faldas más contra Granada.

Compáralo a Esteva, otro valiente


que murió ansí
CXCI
»Dentro en Em atía más Esteva no pudo
mostrarse animoso, allí donde quiso
sacarse aquel asta de medio del viso
quel’ diera Cortino con fierro atan crudo;

1513-1520 El adelantado de A ndalucía, Diego de Ribera, m urió en el


cerco de Alora (1434) de una saeta de ballesta disparada desde las al­
menas.
1517 Alude al romance Alora la bien cercada (Dámaso Alonso,
Poesía de la E dad Media y poesía de tipo tradicional, M adrid, 1935,
núm. 246).
1521 Esteva: soldado de César. Lucano (Farsalia, VI) cuenta que
luchó heroicam ente en la defensa de una plaza fuerte; casi m uerto de
sus heridas, logró m atar a Aulo, que, pensando que estaba m uerto,
quería quitarle sus armas.
JM B, FD: Çeva.
1522 F omite allí.
1524 Cortino: G ortino, ciudad de Creta célebre por crecer allí cañas
muy buenas para hacer saetas.
JMB, FD: fierro m uy crudo.

143
1525 nin tanto constante aquél no estudo
donde aquel triste de Aulo, creyendo
que la virtud le faltase muriendo,
más lo fallava ferosçe, sañudo.
CXCII
»Tú adelantaste virtud con estado,
1530 muriendo muy firme por la santa ley;
tú adelantaste los reinos al rey,
seyéndole firme, leal e criado;
tú adelantaste tu fama, finado,
en justa batalla muriendo como ombre;
1535 pues quien de tal guisa adelanta su nombre,
¡Ved si devía ser adelantado!

La muerte de Rodrigo de Perea, adelantado


de CaçorlaTcomparândolo a Curio
CXCIII
»El que de días paresçe mayor,
por ira tan justa su gesto sañudo,
que preso e ferido demuestra que pudo
1540 enantes matarlo pesar que dolor,
aquél que tú vees con tan grand honor
el adelantado es aquél de Perea,
que ovo victoria de tanta pelea
que bien lo podemos llam ar vençedor.

1527 virtud: ‘fuerza, valor’ (lat., virtus).


1532 JM B, FD, F: seyéndole siervo leal.
1541 p ■tal grañd.
1542 Rodrigo de Perea, adelantado de Cazorla «teniendo cercada
una fortaleza de moros que se llama C rastil... vinieron sobre él mucha
gente de m oros... y fue allí m uerta toda su gente, y él herido y
preso... y los m oros con tem or que tenían dél... echáronle yervas en
las heridas y m urió dello» (HN).

144
Comparaçiôn que faze d’éste a Curio,
que murió de pesar çerca de Cartago
CXCIV
1545 »Ansí como Curio perdió la cudiçia
de toda su vida, veyendo el strago
çerca los rotos muros de Cartago
que fizo en su gente Juba con malicia,
porque con falso color de justicia
1550 Curio, queriendo a Juba grand mal,
quisiera tirarle la silla real
quando mandava la ley tribuniçia,
CXCV
»pues bien como Curio non pudo sofrir
el ánim a contra la falsa fortuna,
1555 así el de Perea, veyendo la puna,
muertos los suyos, non quiso bivir;
antes comiença, moriendo, a dezir:
‘Sobro a quien fizo sobrar mi virtud;
pues la vergoñosa no es buena salud,
1560 purgue la falta el honesto morir’.

1545-1552 Curio: general de César. H abiendo intentado destronar a


Juba, rey de Numidia y partidario de Pom peyo, fue m andado con un
ejército a Á frica, donde m urió vencido por el mismo Juba.
1551 tirar: «En lo antiguo valía lo mismo que quitar.» (Dic. A u t.)
1555 puna: ‘batalla’ (lat., pugna).
1560 JMB: purgue la culpa.

145
La muerte de Pedro de Narbáes,
comparándolo a Palan te, e a su padre
Rodrigo a Evandro
CXCVI
»El otro mançebo de sangre ferviente,
que m uestra su cuerpo sin forma ninguna,
par en el ánimo, no en la fortuna,
con las virtudes del padre valiente,
1565 Narbáes aquél es, el qual agramente
muriendo, deprende vengar la su muerte,
la qual, infortunio de non buena suerte,
saltea con manos de pagana gente.

CXCVII
»Segund lo que fizo su padre Rodrigo,
1570 bien lo podemos fazer semejante,
Evandro a su padre, su fijo a Palante,
al qual el comienço fue fin enemigo;
mas es otorgada, sin esto que digo,
a él la corona del cielo e la tierra
1575 que ganan los tales en la santa guerra,
do fin semejante les es más amigo.»

1563 P: non, que estropea el ritm o.


1565 Pedro de Narváez m urió rehusando huir en una batalla contra
los moros.
1567 JM B ·. al qual infortunio.
1569 Rodrigo de Narváez, padre de Pedro y alcalde de A ntequera.
1571 Palas, hijo de Evandro, combatiendo con Eneas en la guerra
contra los italianos, m urió en la primera batalla.

146
La muerte de Juan de Merlo
CXCVIII
Allí, Johan de Merlo, te vi con dolor;
mayor vi tu fin que non vi tu miedo,
mayor vi tu daño que non el remiedo
1580 que dio la tu muerte al tu matador.
¡O porfioso, pestífero error!
¡O fados crueles, sobervios, raviosos,
que siempre robades los más vertuosos,
e perdonades la gente peor!

Comiença las armas que fizo en Bala


e en Ras
CXCIX
1585 Bien te creemos que tú non pensaste
semblante finida de todo tu bien,
quando al Enrique ya de Remestién
por armas e trances en Bala sobraste;
pues non menos feziste quando te fallaste
1590 en Ras con aquel señor de Carní,
1577 Juan de Merlo, guarda m ayor del rey don Juan II, figura en la
Crónica de aquel reinado como «gran justador e luchador», un
cie de caballero andante cuyos combates contra campeones extranje­
ros tienen un aspecto algo literario y pintoresco entre el panoram a lú­
gubre de las guerras civiles del siglo XV, en las que también desempe­
ña un papel distinguido.
1578 JMB, FD, F: m enor vi tu fin que non vi tu medio.
1579 JM B, FD, F: el remedio.
'586 semblante: ‘sem ejante’.
1587-1588 Enrique de Remestién: caballero alemán con quien Merlo
luchó en Basilea (Bala).
F omite ya.
1588 sobraste: ‘venciste’.
1589 JM B, FD: pues menos farias quando.
1590 Ras: Arras, en Francia.
aquel señor de Carní: Pierre de Brecemonte, vencido por Merlo en
un torneo en Picardía en presencia del Duque de Borgoña.

147
donde con tantos honores ansí
tu rey e tus regnos e manos onrraste.

CC
Ya de más gentes diversas que viera
tanto fallava sus letras de fuertes
1595 que fiz que me diese sus nombres e suertes
puestos por istoria la rru compañera;
la qual, inclinada como plazentera
a las plegarias del mi simple voto,
con armonía de estilo devoto
1600 respuso cantando por esta manera:

La muerte de Lorenço d’Avalos


CCI
»Aquél que tú vees al çerco tornado,
que quiere subir e se falla en el aire,
mostrando su rostro robado donaire
por dos desonestas feridas llagado,
1605 aquél es el d’Avalos mal fortunado,
aquél es el limpio mançebo Lorenço,
que fizo en un día su fin e comienço,
aquél es el que era de todos amado;

CCII
»el mucho querido del señor infante,
1610 que siempre le fuera señor como padre;
el mucho llorado de la triste madre,
que muerto ver pudo tal fijo delante.

1601 JM B, FD: al çerco travado.


1605 Lorenzo Dávalos, cam arero del Infante don Enrique, m urió de
heridas recibidas en una batalla contra los partidarios de Alvaro de
Luna.
1609 infante: el Infante don Enrique.

148
¡O dura Fortuna, cruel tribuíante!
Por ti se le pierden al mundo dos cosas:
1615 la vida, e las lágrimas tan piadosas
que ponen dolores de espada tajante.

Las endechas que faze su madre por él


CCIII

»Bien se mostrava ser madre en el duelo


que fizo la triste, después ya que vido
el cuerpo en las andas sangriento tendido
1620 de aquél que criara con tanto reçelo:
ofende con dichos crueles al çielo
con nuevos dolores su flaca salud,
e tantas angustias roban su virtud
que caye por fuerça la triste por suelo,

CCIV
1625 »e rasga con uñas crueles su cara,
e fiere sus pechos con mesura poca;
besando a su fijo la su fría boca,
maldize las manos de quien lo m atara,
maldize la guerra do se començara,
1630 busca con ira crueles querellas,
niega a sí mesma reparo de aquéllas
e tal como m uerta biviendo se para.

ccv
»Dezía, llorando, con lengua raviosa:
‘0 m atador de mi fijo cruel,
1635 m ataras a mí e dexaras a él,
que fuera enemiga non tan porfiosa;
fuera la madre muy más digna cosa

1613 tribuíante: ‘que da tribulaciones’ (lat., tribulare).


1623 su virtud: ‘sus fuerzas’.

149
para quien m ata llevar menor cargo;
non te mostraras a él tan amargo,
1640 nin triste dexaras a mí querellosa.

CCVI
»‘Si antes la muerte me fuera ya dada,
cerrara mis ojos con estas sus manos
mi fijo, delante de los sus hermanos,
e yo non moriera más de «na vegada;
1645 ansí morré muchas, desaventurada,
que sola padesco lavar sus feridas
con lágrimas tristes, más non gradesçidas,
aunque lloradas por madre cuitada’.

Comparaçiôn
CCVII
»Ansí lamentava la pía matrona
1650 al fijo querido que muerto tú viste,
faziéndole ençima semblante de triste,
segund al que pare faze la leona;
¿pues dónde podría pensar la persona
los dapños que causa la triste demanda
1655 de la discordia del reino que anda,
donde non gana ninguno corona?»

1648 JM B, FD, F: maguer que.


1652 p (comentario): «Dize al que pare e non dize al fijo por que de
la leona dizen parir pedaços de carne e non los miembros del fijo o r­
ganizados en la proporcion que han de haver e que esta bram ando
sobre ellos tres dias fasta que les viene form a.»

150
La muerte del clavero que murió
en el Convento
CCVIII
E vi por lo alto venir ya volando
el ánima fresca del santo clavero,
partida del cuerpo del buen cavallero
1660 que por su justiçia murió batallando;
si fe merescieren mis versos trabando,
jam ás en los siglos será muy perfecto
el nombre famoso de aquel buen electo,
que bien yo non puedo loar alabando:

CCIX
1665 electo de todos por noble guerrero,
electo maestro por muy valeroso,
electo de todos por muy virtüoso,
por mucho constante, fiel, verdadero,
al qual un desastre mató postrimero
1670 con piedra que fizo de fonda reveses;
por que maldigo a vos, Malorqueses,
vos que las fondas fallastes primero.

CCX
Veyendo yo gentes allí tan apuestas,
dixe: «Entre tanto valiente barón,

1658 fresca: ‘nueva, reciente’.


clavero: cargo de las Órdenes militares. Fernando de Padilla, clave­
ro de C alatrava, cercado en la fortaleza del Convento de la Orden,
cerca de Almagro, fue muerto por una piedra tirada por una hon­
da (1443).
1666 p. maestre.
1671-1672 «Bien sé que algunos reprehenden en este lugar a Juan
de Mena, porque... dize que hallaron los mallorqueses la honda;... si
Juan de Mena erró, non erró él sino Vegecio, y Isidoro y Anselmo y
otros a quien siguió.»

151
1675 ¿cómo no veemos al fuerte Milón
que al templo levava un grand toro a cuestas?»
La m/ guiadora con dulces respuestas
respuso: «La rueda de Mares presenta
los que por fuertes virtud representa;
1680 de fuerça desnuda non faze ella fiestas.

Qué cosa sea fuerça e fortalesa, e pone


las diferencias
CCXI

»Fuerça se llama, mas non fortalesa,


la de los miembros o grand valentía;
la grand fortaleza en el alma se cría
que viste los cuerpos de rica noblesa,
1685 de cuerda osadía, de gran gentileza,
de mucha costancia, de fe y lealdat;
a tales esfuerça su abtoridad
que débiles fizo la naturaleza.»

Endresça el sermo al señor rey


CCXII

Muy claro príncipe, rey escogido


1690 de los que son fuertes por esta manera,
la vuestra corona magnífica quiera
tener con los tales el reino regido;
ca éstos más aman con justo sentido
la recta justicia quéTíoñTFgañáñcia,
1695 e rigen y sirven conm ucR âcôïïstançia
e con fortalesa en el tiempo devido.

1675 M ilón: el atleta Milo solía correr con un toro a cuestas, incluso
en los juegos olímpicos.

152
Qué cosa sea fortalesa virtuosa
CCXIII
Es fortalesa un grande denuedo
que sufre las prósperas y las molestas;
salva las cosas que son desonestas,
1700 otras ningunas non le fazen miedo;
fuye, desdeña, depártese çedo
de las que diformes por vicio se fazen;
las grandes virtudes inmenso le plazen:
fazen el ánimo firme ser quedo.

Fenesçe la quinta orden, de Mares;


comiença la sesta, de Júpiter

CCXIV
1705 E vi los que reinan en pas gloriosa,
e los muy humanos a sus naturales,
e muchos de aquéllos que seyendo mortales
viven çelando la pública cosa;
e vi baxo d’éstos grand turba llorosa
1710 de los invasores e grandes tiranos,
que por exçeso mortal de sus manos
dexan la fama cruel, mostrüosa.

1697 JMB, FD: Es fortaleza, pues, un grand denuedo.


1701 çedo: «Lo mismo que luego, presto, al instante. Es voz mui an­
tigua. Viene con poca corrupción del adverbio latino cito. » (Die.
A u t.)
1704 JM B, FD, F: plázele el ánimo.
17(16 naturales: ‘ciudadanos’.
1707 Así en P. El ritm o parece exigir la lectura siendo. Cfr. FD: e
muchos de aquellos, seyendo mortales, / que biven...
nos çelando: véase v. 615.
¡a pública cosa: calco del la t. res publica.
I70V JM B, FD: turba sañosa.

153
Alega antigos
CCXV
Vimos sin armas a Octaviano,
que ovo los tiempos ansí triumphales
1715 e tanto paçiffico el mundo de males
que tuvo cerradas las puertas de Jano;
e vimos la gloria del bravo romano,
guarda fiel de la torpea torre,
aquél que con todas sus fuerças acorre
1720 contra la fambre del nuevo tirano.

CCXVI

E vimos a Codro gozar de la gloria,


con los costantes e muy claros Deçios,
los quales tovieron en menores preçios
sus vidas delante la noble victoria;
1725 estava Torquato, con digna memoria,

1713 Octaviano: Augusto, primer em perador rom ano.


1715 paçiffico: «Quieto, sossegado y amigo de paz. Es del latino pa ­
cificus:.» (Dic. A u t.) JM B, F y Pérez leen paçificô, estropeando el
ritm o.
1716 Las puertas del templo de Jano, situado en el Foro de Roma,
solían cerrarse en tiempo de paz y abrirse en tiem po de guerra.
1717-1718 bravo romano: M anlio, que defendió el Capitolio (la tar­
pea torre, porque estaba en el m onte Tarpeo) contra los galos.
1721 Codro: rey de Atenas. Se disfrazó y se dejó m atar por un sol­
dado enemigo, porque el oráculo había profetizado que la guerra no
term inaría hasta que C odro muriese a m anos de un enemigo.
1722 Deçios: Mesio Q uinto T rajano Decio fue derrotado en la ba­
talla de Abricium , en la que dio pruebas de gran valor: al ver perecer
a su hijo, exclamó, «Sólo nos falta un hom bre; que tan pequeña pér­
dida no nos desanime», y lanzándose en lo más recio de la pelea fue
pronto m uerto.
1725 Torquato: Manlio T orcuato, uno de los cónsules rom anos que
habían prohibido el combate individual, m andó m atar a su propio
hijo, Tito M anlio, que había vencido y m atado a un soldado del ejér­
cito enemigo.

154
seyendo del fijo cruel matador,
maguer que lo vido venir vençedor,
porque passara la ley ya notoria.

CCXVII

Dos vengadores de le servidumbre


1730 muy animosos estavan los Brutos,
de sangre tirana sus gestos polutos
non permitiendo m udar su costumbre;
están los Catones ençima la cumbre,
el buen Utissense con el Çensorino,
1735 los quales se dieron m artirio condigno
por non ver la cuita de tal muchedumbre.

CCXVIII

Estava la imagen del pobre Fabriçio,


aquél que non quiso que los senadores
oro nin plata de los oradores
1740 tomassen, nin otro ningund benefiçio,
provando que fuese más ábil offiçio

1729 JMB: D os vençedores.


1730 los Brutos: Marco Junio Bruto, que asesinó a César, y Lucio
Junio Bruto, que echó de Roma a T arquino, que había violado a
Lucrecia.
1731 polutos: ‘contam inados, m anchados’ (lat., pollutus).
1733-1734 ¡os Catones: M arco Porcio C atón, ‘el C ensor’, y su bis­
nieto M arco Porcio Catón ‘de Utica’. P (comentario): «...es verdat
que un libro que entitulo Originis e fallado allegado en otros libros
por Catón el grande e otro libro que se intitula de m usta agnara pares-
ceda e fallado intitulada por de Catón el sensurino pero por que este
libro que los mossos leyen oviesse mas actoridat por ventura el que lo
fizo lo intitulo a catón».
1734 P: con el su sobrino.
1735 JMB: martirio tan digno.
1737 Fabriçio rehusó aceptar la gran cantidad de oro con que el rey
de Epiro trató de corrom perle.
1739 oradores: ‘em bajadores’.
1741 JM B, FD: teniendo que.

155
al pueblo romano querer poseer
los que poseían el oro que aver
todo su oro con cargo de viçio.

CCXIX

1745 O siglo perverso, cruel, engañoso,


pues das a señores tan grandes ofiçios,
danos entre ellos algunos Fabriçios
que fagan al pueblo bien provechoso;
e los que presumen con acto glorioso
1750 de más animosos que nuestros mayores
fiziéssense dignos o meresçedores
del nombre de alguno que fue virtüoso.

Fablado de los passados,


viene a los presentes

CCXX

Alçamos los ojos ya contra la gloria


del çerco costante de nuestros presentes,
1755 donde fallamos las msignas gentes
de los que non muere jam ás su memoria;
e vimos la fama vulgar e notoria
o loor de los reyes d ’España la clara,
con la trabea real e tiara
1760 que son los insignos de noble victoria.

1775 FO: ynsines; F: insignes.


1759 trabea: «Ropa talar, de que se vestían los Reyes, Senadores, y
Sacerdotes de los templos de la Gentilidad. Es voz puram ente latina.»
(Dic. A u t.) P: turbea; F: trábea.
1760 FD: lasynsinias; F: tas insignias.

156
CCXXI

Al nuestro rey magno bienaventurado


vi sobre todos en muy firme silla,
digno de reino mayor que Castilla,
velloso león a sus pies por estrado;
1765 vestido de múriste ropa de estado,
ebúrneo çeptro mandava su diestra
e rica corona la mano siniestra,
más prepolente que el çielo estrellado.

CCXXII

Atal lo fallaron ya los oradores


1770 en la su villa de fuego çercada,
quando le vino la gran embaxada
de bárbaros reyes e grandes señores;
e tal lo dexaron los que con honores
buelven alegres de dones honustos,
1775 don Juan alabando sobre los Agustos
por sus facundos interpretadores.

1763 JM B, FD: m ayor de Castilla.


1764 «El rey don Juan, según dizen, tenía consigo un león manso y
familiar, en el cual, según dizen, estando él assentado en silla real,
ponía los pies» (HN).
1765 P (comentario): «M uriste algunas vezes se tom a por roquedo
escondido en la m ar e otras por un linatge de purpura que se sollia fa-
zer del vello de una serpiente e con la sangre le davan aquella color la
qual no la podían traer sino los enperadores e los Reyes.»
1766 ebúrneo: ‘de m arfil’ (lat., eburneus).
1768 prepolente: ‘excelente, poderoso’ (lat., praepollens); JM B, FD,
F: prefulgente; Canc. Ixar.: prepotente.
1770 ¡a su villa: «Esta villa es Madrid donde el rescibio una alta em­
baxada de Francia e de G ranada e otros a los quales el Rey dio a la
partida grandes dadivas» (P [comentario]).
de fu e g o cercada: « ... porque mucha parte de las piedras de que es
hecho el m uro de la villa prestan el mesmo uso que los pedernales»
(HN).
1774 honustos: «Onusto. C argado, pesado. Es voz tom ada de la la­
tina onustus, y ya sin uso alguno.» (Dic. A u t.)

157
Sigue un razonamiento que el auctor faze
consolatorio contra las pobres gentes que
desde la sua baxeza acatan el estado de
los reyes en el su triumpho

CCXXIII

Perdet la cudiçia, vos, pobres mortales,


de aqueste trium pho e de todas sus leyes;
do veredes los grandes señores e reyes
1780 enbidia no os fagan sus grandes caudales,
los quales son una simiente de males
que deve fuir qualquier entendido,
ya mayormente que bien discutido
las vuestras riquezas son más naturales.

CCXXIV

1785 Enbidia más triste padescen aquéllos


de bienes diversos a vosotros dados
que non la cupdiçia que por sus reinados
todos vosotros podéis aver d’ellos;
ca todos vosotros queredes ser ellos
1790 por uso sólo de la su riquesa,
y ellos vosotros, do naturalesa
vos fizo conplidos de dones más bellos.

ccxxv
Hanvos enbidia de la fermosura
quando la suya non bien se conforma;

1779 JMB, FD: do vedes.


1780 P: non vos; JM B, FD: non os.
1789 P: ca solo vosotros.
1790 JMB, FD: sólo p o r uso.
1791 JM B, FD: vosotros que naturaleza.

158
1795 hanvos enbidia la fermosa forma,
e muchas vegadas la desemboltura;
hanvos enbidia prudençia e mesura,
fuerça, coratge, e más la salud;
pues vet ser en ellos non tanta virtud,
1800 nin toda en riquesas la buena ventura.

Comparaçiôn

CCXXVI

De más que Fortuna con grandes señores


estando tranquilo los menos escucha,
e más a menudo los tienta de lucha,
e anda jugando con los sus honores;
1805 e como los rayos las torres mayores
fieren enante que no en las baxuras,
así dan los fados sus desaventuras
más a los grandes que a los menores.

Alaba la pobreza con paçiençia rescebida

CCXXVII

¡O vida segura la m ansa pobreza,


1810 dádiva santa desagradesç/da!
Rica se llama, non pobre, la vida
del que se contenta bevir sin riqueza;
la trém ula casa, humil en baxeza,
de Am idas el pobre muy poco temía

1799 JM B, FD, F: non toda virtud.


1806 f d , F: fieren enantes que non las baxuras.
1808 FD, F: que no a los.
1814 A m id a s: barquero de César en su viaje de Macedonia a Italia
(Farsalia, V).

159
1815 la mano del Çésar qu’el mundo regía,
maguer que llamase con grand fortaleza.

Fasta aquí dixo de los que bivían o regían


justamente; agora comiença a tractar de
los que por tiranía ocupan lo non suyo
CCXXVIII

La grand avideza de la tiranía


vimos, venidos al ínfimo çentro,
do muchos señores están tan adentro
1820 que non sé qué lengua los explicaría;
vimos entre ellos, sin veer alegría,
los tres Dionisios siracusanos,
con otro linatge cruel de tiranos
que Dios en el mundo por plagas embía.

CCXXIX
1825 Yonus primero falló la moneda,
e finó de cuño los mistos metales,
al qual yo maldigo, pues tantos de males
causa la semiente que nunca va queda;
por ésta justicia se nos desereda,
1830 los reinos por ésta nos escandalizan,
por ésta los grandes ansí tiranizan
que non sé quien viva seguro nin pueda.

1817 JM B : La grande conde[n]sa de.


1822 HN señala que sólo hubo dos Dionisios, tiranos de Siracusa.
1825 Yonus: rey de Tesalia, inventor de la moneda; cfr. Farsalia, VI,
versos 402-405.
1828 JM B, FD, F: causó en la simiente.

160
Endresça la fabla al rey
CCXXX

Sanad vos los reinos de aqueste reçelo,


o principe bueno, o novel Augusto,
1835 o lumbre d’España, o Rey mucho justo,
pues rey de la tierra vos fizo el del çielo;
e los que vos sirven con malvado zelo,
con fambre tirana, con non buena ley,
fazed que deprendan temer a su rey,
1840 por que justiçia non ande por suelo.

Diffiniçiôn de justiçia
CCXXXI

Justicia es un çeptro que el cielo crió,


que el grand universo nos faze seguro,
ábito rico del ánimo puro,
mtroduzido por público pro;
1845 e por igual peso jam ás conservó
todos estados en los sus ofiçios;
es más açote que pugne los viçios,
non corruptible por sí nin por no.

Fenesçe la sexta orden, de Júpiter;


comiença la última, de Saturno
CCXXXII

E vimos, al último çerco venidos,


1850 las grandes personas en sus monarchias,

1839 deprendan: ‘a p re n d a n ’.
1844 JM B, FD: pública.
1847 pugne: ‘castig u e’.

161
e los que rigen las sus señorías
con moderada justicia temidos;
e vimos debaxo los que non punidos
sufren que passen males e viçios
1855 e los que pigros en los sus ofiçios
dexan los crímenes mal corregidos.

Pregunta del condestable


CCXXXIII

«O tú, Providencia, declara de nuevo


quién es aquel cavallero que veo,
que mucho en el cuerpo paresçe a Tideo,
1860 e en el consejo Nestor el longevo;
por que yo fable d’aquél lo que devo,
si libre pudiere salir d ’este valle,
no sufras tal ignorancia que calle
lo que notorio por ojos apruevo.»

Comparaçiôn

CCXXXIV
1865 Así como fazen los enamorados
quando les fablan de lo que bien quieren,
alegran los ojos, doquier que estovieren,
e cobran semblantes muy más alterados,
non fizo menos alegres estados

1853 punidos: ‘castigados’.


1855 pigros: ‘p erezo so s’ (la t., piger).
1859 Tideo: capitán griego en la guerra de Tebas, pequeño de cuer­
po pero muy valiente.
1860 Nestor: véase v. 681.
iü64 apruevo: ‘percibo’.
1868 JM B, FD: m uy mal alterados.

162
1870 la Providencia a la qual preguntara,
e luego respuso con alegre cara,
pospuestos los otros divinos cuidados:

CCXXXV
«Este cavalga sobre la Fortuna
e doma su cuello con ásperas riendas;
1875 aunque d’él tenga tan muchas de prendas,
ella no le osa tocar a ninguna;
míralo, míralo en plática alguna,
con ojos umildes, non tanto ferosçes;
¿cómo, indiscreto, y tú no conosçes
1880 al condestable Alvaro de Luna?»

CCXXXVI
«Agora», respuse, «conosco mejor
aquél cuyo ánimo, v/rtud e nombre
tantas de partes le fazen de ombre
quantas estado le da de Señor,
1885 las quales le fazen ser meresçedor
ser fecho de mano de nuestro grand rey,
e clara esperiençia de su firme ley,
e de la Fortuna jam ás vençedor».

CCXXXVII

Aunque la contra creo que sentían


1890 los que quisieron aver conffança
más en el tiempo que en buena esperança,
quando los mundos se nos rebolvían;

1870 JM B, FD, F: a lo que!.


1877 plática: «La conversación u discurso que una persona tiene con
o tra... el razonam iento u discurso que tienen los Predicadores, Supe­
riores o Prelados para exhortar a los actos de virtud.» (Dic. A u t.)
1880 Á tvaro de Luna: véase la Introducción, pág. 28.
1886 o tro s MSS, FD, JM B, F: e fru to de mano.
1888 jam ás: ‘siempre’.

163
digo de algunos que así lo fazían
en el comienço de aquellas quistiones,
1895 que so color de ciertas razones
al condestable se le despedían.

CCXXXVIII

Fueron movidos a esto fazer,


segund argumento de lo que presumo,
los que çegaron del túrbido fumo
1900 e fama que entonçes se pudo entender
de algunos que mucho quisieron saber,
por unas palabras de fembra mostrada
en çercos e suertes de arte vedada,
la parte que havía de prevalesçer.

CCXXXIX

1905 Segund la respuesta, paresçe, que ovieron,


jusgaron por menos allí favorable
el fecho y la vida del su condestable,
e quj’çà por esto se le despedieron;
mas si los fechos segund los fizieron
1910 vos plaze, lectores, que vos lo relate,
suffrid que mis versos un poco dilate,
por que no vengamos a lo que vinieron.

1899 çegaron: ‘se cegaron’.


1900 JM B, FD: se p u d o tener.
1902 Pérez: vanas palabras.
mostrada: ‘entendida’.
El episodio que aquí comienza, en que los enemigos de Luna con­
sultan con la maga de Valladolid, está basado libremente en una
hechicería descrita por Lucano (Farsalia, VI; véase el Apéndice II, pá­
gina 198).
1912 JM B, FD, F: porque vengamos.

164
CCXL

Por mucho qu’el sabio prudente, discreto,


encubre por cabo sus fechos e çela,
1915 más son las cosas que Fam a revela
que non las que sabe callar el secreto.
Estos, aviendo medroso respecto,
con «na persona muy encantadora
tovieron secreto lugar e manera
1920 donde sus suertes ovieron effecto.

CCXLI

Pulmón de linçeo allí non falesçe,


de yena non menos el nodo más tuerto,
después que formada d’espina de muerto,
e ojos de loba después que encanesçe,
1925 medula de çiervo que tanto envegesçe
que traga culuebra por rejuven/r,
e de aquella piedra que sabe adquerir
el águila quando su nido fornesçe.

CCXLI I

Allí es mesclada gran parte de echino,


1930 el qual, aunque sea muy pequeño pes,

1921 linçeo: ‘lince’ (véase M RL, pág. 265); falesçe: ‘falta’.


1922 yena: ‘hiena’.
1923 Así en P y los otros MSS. JMB, F, HN: de sierpe form ada.
Cfr. M RL, pág. 81.
1924 F: encarnesçe.
1926 rejuvenir: ‘rejuvenecer’.
1928 P (comentario): «El aguila quando faze los huevos por criar los
fijos halla y pone en el nido ciertas piedras m arm oreas por tem perar
su calor el qual es tanto que sin aquellas piedras cozería los huevos y
m a c ta ria los fijo s estas p ied ra s dize lu c a n o c ab e r en el
encantam iento.»
1929 echino: ‘rém ora’.

165
muchas vegadas e non una ves
retiene las fustas que van de camino;
pues non menos falta la que chimerino
se engendra por yerro de naturaleza,
1935 e pieças de aras que por grand alteza
son dedicadas al culto divino.

CCXLIII

Espum a de canes que el agua reçelan,


m embranas de líbica sierpe çerrasta,
ceniza de fénix, aquélla que basta,
1940 huesos de alas de dragos que buelan,
de otras vipéreas sierpes que velan
dando custodia a las piedras preciosas,
e otros diversos millares de cosas
qu’el nombre non saben aun los que las zelan.

CCXLIV

1945 Non fue tal m ixtura con fuego mesclada,


segund presumciones de lo que yo arguyo,
mas en las aguas que fierven de suyo,
por venas sulfúreas faziendo pasada,
la tal decoçion fue conglutinada;
1950 así que cualquiera cuerpo ya muerto
ungido con ella podiera despierto
dar a los bivos respuesta fadada.

CCXLV

E busca la maga ya fasta que falla


un cuerpo tan malo que por aventura

'»33 JM B, FD: lo que.


1938 líbica: ‘de L ibia’; çerrasta: «Serpiente... semejante a la ví­
bora.» (Dic. A u t.)
1941 JM B, FD: serpientes.
1,45 JM B, FD: tenplada.

166
1955 le fuera negado de haver sepoltura,
por haver muerto en non justa batalla;
e quando de noche la gente más calla,
pónelo ésta en medio de un cerco,
e desde allí dentro conjura en el uerco,
1960 e todas las sonbras ultriçes sin falla.

CCXLVI

Ya començava la mvocaçion
con triste murmuro y díssono canto,
fingiendo las bozes con aquel espanto
que meten las fieras con muy triste son,
1965 ora silvando como dragón,
e como tigre faziendo stridores,
ora ladridos formando mayores
que forman los canes que sm dueño son.

CCXLVII

Con ronca garganta ya dize: «Conjuro,


1970 Plutón, a ti, triste, e a ti, Proserpina,
que me enbiedes entranbos aína
un tal espíritu, sotil e puro,
que en este mal cuerpo me fable seguro,
e de la pregunta que le fuere puesta
1975 me satisfaga de cierta respuesta,
segund es el caso que tanto procuro.

1959 uerco: «Huerco. Este vocablo responde al nom bre latino orcus.
Este nom bre dieron los antiguos al dios de los infiernos... en castella­
no tómase por el mesmo infierno.» (C ov.)
JMB: al huerco.
1960 ultriçes: ‘vengadoras’ (lat., ultrix).
1962 JMB: con triste murm ullo su díssono canto.
i%6 p : o como.
1967 P: otros ladridos.
1970 P lutón, Proserpina: rey y reina de los infiernos.
1971 aína: ‘rápidam ente’.

167
CCXLVIII

»Dale salida, velloso Cervero,


por la tu triste trifauce garganta,
pues su tardança non ha de ser tanta,
1980 e dale pasada, tú, vil marinero.
¿Pues ya qué fazedes? ¿A quándo os espero?
G uardad non me ensañe, sino otra vez
faré desçendervos allá por jüez
a aquél que vos truxo ligado primero.»

CCXLIX

1985 Tom ándose contra el cuerpo mesquino,


quando su forma vido Seer inmota,
con biva culuebra lo fiere y açota
por que el espíritu traiga maligno;
el quai quiçà teme d’entrar, aunque vino,
1990 en las entrañas eladas sin vida,
o si viene el alma que d’él fue partida,
qu/çà se tarda más en el camino.

CCL

La maga, veyendo cresçer la tardança,


por una. abertura que fizo en la tierra:
1995 «Ecate», dixo, «¿non te fasen guerra

1977 Cervero: perro de tres cabezas, portero y guardián de los in­


fiernos.
1978 JMB: tu vasta trifauçe.
1980 marinero: Caronte, barquero del río Estix.
1981 P: vos espero.
1984 aquél...: Uno de los trabajos de Hércules fue dom esticar y sa­
car del infierno a Cerbero.
1992 FD: se detarda.
1995 Ecate: Hécate, diosa de la magia y de la noche.

168
más las palabras que mi boca lança?
Si non obedesces la mi ordenança,
la cara que muestras a los del infierno
faré que demuestres al cielo superno
2000 tábida, lúrida, sin alabança.

CCLI

»¿E sabes tú, triste Plutón, que faré?


Abriré las bocas por do te goviernas,
e con mis palabras tus fondas cavernas
de lus subitánea te las feriré.
2005 Obedeçedme, sinon llamaré
a Demogorgón, el qual invocado
treme la tierra, ca tiene tal fado
que a las Estigias non mantiene fe.»

CCLII

Los miembros ya tiemblan del cuerpo muy fríos,


2010 medrosos de oír el canto segundo;
ya forma sus bozes el pecho iracundo,
temiendo la maga e sus poderíos;
la qual se le llega con besos impíos,
e faze preguntas por modo callado
2015 al cuerpo ya vivo, después de finado,
por que sus actos non salgan vazíos.

CCLIII

Con «na m anera de bozes estraña


el cuerpo comiença palabras atales:
«Irados e mucho son los infernales

1998 P: demuestras.
2 °°° tábida: ‘podrida’ (lat., tabidus); lúrida, ‘pálida, am arillenta’
(lat., luridus).
2006 Demogorgón: el padre de todos los dioses.

169
2020 contra los grandes del reino d’España,
porque les fazen injuria tam aña,
dando las treguas a los infieles,
ca m ientra les fueron mortales crueles
nunca tovieron con ninguno saña.

CCLIV

2025 »Animas muchas fazen que non ayan


en fazer pazes con aquella seta,
mas ellos ya buelven con arte secreta
otros lugares por donde les vayan;
e porque fizieron las pazes, asayan
2030 sembrar tal discordia entre castellanos
que fe non se guarden hermanos a hermanos,
por donde los tristes fenescan e cayan.

CCLV

»E quedarán d’ellos tales dignitades,


e sobre partir tales discordanças,
2035 que por los puños romper muchas lanças
veréis, e rebuelta de muchas cibdades.
Por ende, vosotros, esos que mandades,
la ira, la ira bolved en los moros;
non se consuman ansí los thesoros
2040 en causas non justas como las hedades.

CCLVI

»E del condestable jusgando su fecho,


ansí determino su fado e pregono:
será detraído del sublime trono

2022 JMB: dándoles treguas.


2029 asayan: ‘tra ta n d e ’.
2042 p ; ans¡ ¡o termino.
2043 detraído: ‘e ch ad o , b a ja d o ’.

170
e aun a la fin del todo desfecho.
2045 Pues ya venir en un tal estrecho,
segund lo que fallo, forçado conviene,
finja color el que la non tiene,
e cada qual busque tem prano provecho.»

CCLVII

¡Quántas licencias e despedimentos


2050 al buen condestable fueron demandadas!
¡Quántos fizieron palabras osadas,
con vana sobervia de los mudamentos!
Fortuna, que nunca nos tovo contentos,
fazía a muchos partirse, dexando
2055 al su señor propio, non bien acatando
qué fin avrían sus merescimientos.

CCLVIII

Los que se parten por tal novedad


liçençia por muchas razones pretenden:
unas alegan, mas otras entienden,
2060 e cubren con falsa color de verdad.
Pues ya detenedvos, siquier’ esperad,
porque entre buenos razón non admite
causas que ponga ninguno nin quite,
quando el señor es en nesçesidad.

2054 JMB: fa z e y a muchos.


2060 j \i B :
color la verdad.

171
Comparaçiôn
CCLIX

2065 Al gamaleón que en el aire se cria


son semejantes los tales effectos,
que tantos y quantos tocare de ojectos
de tantas colores se buelv’en el día.
O rica nobleza, o gran fidalguía,
2070 o ínclita sangre, tú, ¿cómo sostienes
por vana cudiçia de m undanos bienes
tocar los umanos tal vil villanía?

CCLX

Fam a vos mueva de justo deseo:


pues tanto que a César siguió Labïeno
2075 siempre le dieron el nombre de bueno,
fasta que tovo señor a Pompeo;
así los señores, segund lo que veo,
los que a dos partes ansí prevarican
menos los precian si más los platican;
2080 danles partido, mas non buen arreo.

Comparaçiôn
CCLXI
Como los árboles presto se secan
que muy a menudo las gentes remudan,

2065 gamaleón: ‘cam aleó n ’.


2072 JM B : um anos en vil.
2074 Labieno, cap itán de Ju lio C ésar, d ejó a éste y se pasó al p a rti­
do de P o m p ey o cu an d o com enzó la g u erra civil.
2979 platican: « P laticar. C o n v e rsar, h a b la r u n o con o tro , co n ferir o
tra ta r de algún negocio o m ateria. Se to m a tam bién p o r lo m ism o que
p ra cticar.» (Dic. A u t.)

172
así los que a muchos señores ayudan
en vicio semblante presumo que pecan;
2085 e como las peñas que de alto derruecan
fasta lo fondo no son detenidas,
así acaesçe a los que sus vidas
con muchos señores descojen e truecan.

CCLXII
¡O vil cudiçia, de todos errores
2090 madre, e carrera de todos los males,
que çiegas los ojos así de mortales
en las condiçiones de los servidores;
tú que enduresçes así los señores,
y que los méritos tanto fatigas
2095 de vana esperança, que muchos obligas
a tales miserias fazer e mayores!

CCLXIII
Después ya del caso del todo pasado,
fechos los ya nuevamente adversarios,
veyendo los fines del todo contrarios
2100 al triste juizio que estava fadado,
buelven [a] aquélla que les havía dado
las esecrables e duras respuestas,
disiéndole cómo non fueran aquéstas
las grandes fortunas que havía memorado.

CCLXIV
2105 «Sí las palabras», responde, «al vero
sobre el condestable vos bien acatastes,
e las fortunas venidas mirastes,

2084 semblante: ‘se m ejan te’.


2094 p . tl¡ q Ue
2098 jm b , FD, F: ¡os ya nuevamente fechos adversarios.
2105 JM B, FD: responde ella fiero.

173
verés que ha salido todo verdadero:
ca así le fuera fadado primero
2110 que presto desfecho sería del todo;
m irad en Toledo, que por este modo
lo ya desfizieron con armas de azero.

CCLXV

»Ca Μη condestable armado, que sobre


un gran vulto de oro estava asentado,
2115 con manos sañosas vimos derribado,
e todo desfecho fue tornado cobre.
¿Pues cómo queredes que otra vez obre
Fortuna, tentando lo que es importuno?
Basta que pudo derribar el uno,
2120 que al otro más duro lo falla que robre.»

Comparaçiôn

CCLXVI
Ansí como fazen los bravos leones
quando el ayuno les da grandes fambres,
comen las carnes hieladas, fianbres,
porque las bivas les dan evasiones,
2125 bien así fazen las costelaçiones
quando a sus fados fallan un obstante:
fartan sus irás en forma semblante
donde exsecutan las sus inpresiones.

210* JM B , FD : casi.
2113 Los p artid ario s del In fan te don E n riq u e destru y ero n u n a esta­
tu a en co b re del C o n d estab le, c o n stru id a p a ra su sepulcro en T oledo.
2123 fianbres: ‘fría s’.
2,26 obstante: ‘im p ed im en to ’.
JM B : quando sus fados.

174
CCLXVII

Por ende, magnífico grand condestable,


2130 la ciega Fortuna, que havía de vos fambre,
farta la dexa la forma de alanbre;
de aquí en adelante vos es favorable.
Pues todos notemos un caso mirable,
e nótenlo quantos vinieren de nos,
2135 que de vos y d ’ella, y délia y de vos
nunca se parte ya pas amigable.

Descripçiôn del tiempo


CCLXVIII

El lúcido Phebo ya nos demostrava


el don que non pudo negar a Phetonte:
subiendo la falda del nuestro orizonte,
2140 del todo la fosca tiniebla privada;
sus crines doradas ansí dilatava
que todas las selvas con sus arboredas,
cumbres e montes e altas roquedas,
de más nueva lumbre los tluminava.

CCLXIX

2145 Yo, que las señas vi del claro día,


pensé si los fechos de lo relatado
oviesse dormiendo ya fantastodo,
o fuesse veraçe la tal compañía;

2133 mirable: véase v. 109.


2>37 lúcido: ‘claro, resplandeciente’ (lat., lucidus); Phebo: el dios del
sol.
2138 Phetonte: el hijo de Phebo; su padre le dejó conducir el carro
del sol durante un día.
2140 fosca: ‘oscura’ (lat. fu sc u s);privava: ‘quitaba, ahuyentaba’.
2147 JM B, FD: fantasticado.

175
dispuse conmigo que dem andaría,
2150 por ver más abierta la mformaçiôn,
quier fuesse vera, quier ficta visión,
a 1a Providencia que siempre me guía.

CCLXX

Ansí que propuse por esta manera:


«O grand profetisa, quienquier que tú seas,
2155 con ojos iguales suplico que veas
mi dubda, y le prestes razón verdadera:
yo te demando, gentil compañera,
me digas del nuestro grand rey e fiel
qué se dispone en el çielo d ’aquél.»
2160 E luego con boca fabló plasentera:

CCLXXI

«Será rey de reyes y rey de señores,


sobrando, vençiendo los títulos todos,
e las façaflas de reyes de godos,
e rica memoria de los sus mayores;
2165 e tal e tan alto favor de loores
sus fechos ilustres al tu rey darán
qu’en su claro tiempo del todo serán
con él olvidados sus anteçessores.

CCLXXII

»Será Girión con los olvidados;


2170 será como m uerta la fama de Cindo,

2151 vera: ‘verdadera’; ficta : véase v. 898.


2155 iguales: ‘ju sto s , b en év o lo s’.
F: señor de señores.
2 16 1
2163 JM B, FD: de los reyes godos.
2169 En la lista de reyes que aquí comienza, M ena sigue muy de cer­
ca el Liber Regum (circa 1200). Véase el Apéndice V, págs. 204 y ss. y
L. Felipe Lindley C intra, «O Liber Regum , fonte comum do Poem a

176
rey de los godos magnífico, lindo,
uno prim ero de los bateados;
serán adormidos e non relatados
los fechos de Bamba con el nuevo uso,
2175 rey de Castilla que prim ero puso
términos justos a los obispados.

CCLXXIII

»Será olvidado lo más de lo antigo,


veyendo su fam a cresçer atan rica;
serán olvidados los fechos d’Egica,
2180 visneto de Sindo e fijo de Erivigo;
será Vatiz[a] antes, segund lo que digo,
m orrá la memoria segund que su dueño;
e ante los suyos serán como sueño
los fechos mayores del godo Rodrigo.

CCLXXIV

2185 »A éste los fechos del pobre Pelayo


reconoscerán, maguer que feroçe,
tanta ventaja quanta reconosçe
el triste dezienbre al fermoso mayo;
en éste non miedo pornán ni desmayo
2190 los enemigos a él capitales,

de Fernáo Gonçalves e do Laberinto de Juan de M ena», B oletim de


Fitología, X III, 1952, págs. 289-312.
Giríón figura en la leyenda de Hércules com o rey de España. H ér­
cules le venció para luego construir las colum nas que hoy se asocian
con el Estrecho de G ibraltar.
2172 P: D ono primero.
2174-2176 £1 rey B am ba estableció los obispados españoles.
2' 8° JM B, FD: Eurigo.
2181 P: serán batizätes; JM B, FD, F: Vitisauris; Canc. Ixar: Bauti-
sanus; Pérez: Vatizanus (cfr. Liber Regum , Apéndice V, pág. 204.
2185 Pelayo fue elegido prim er rey de Asturias después de la derrota
de 711.
2189 pornán: ‘pondrán’.

177
antes más rezio verná por los tales
que viene la flama d’ençima de rayo.

CCLXXV

»Fabila olvidado será en aquel ora,


e los claros fechos de Alfonso el primero,
2195 aquél que a Segovia ganó de guerrero,
Bragança, Flavia, Ledezma, Çamora,
e Salamanca nos dio fasta agora,
Astorga, Saldaña, León e Simancas,
Amaya e Viseo, faziéndolas francas
2200 de moros con mano jam ás vencedora.

CCLXXVI

»Conquiso Sepúlvega con lo ganado,


Orenés, Portugal, e poblólas luego
de gente de Asturias e mucho gallego,
gentío que vino de buelta mesclado,
2205 e de viscaínos fue parte poblado;
mas quanto tú oyes que fizo aquel rey
mediante de todo la d/vina ley
será con lo d’éste jam ás olvidado.

CCLXXVII

»Entonces Früela por los sus errores


2210 callará los casos de su triste muerte,

2192 P: de rayo dençima.


2193 P: Fabula.
2196 JM B, FD: Braga, la Flavia.
2199 francas: ‘libres’.
P: A yanya vizeo faziendo nos francas.
2200 jam ás: ‘siempre’.
2202 JM B, FD, F. Pérez: Ernés; Canc. Ixar: Erub.
2204 p . gente que.
22)0 p : callaran.

178
el qual a su ermano fue tanto de fuerte
que su omicida lo fazen auctores;
si los fechos buenos ante los mejores
se olvidan, e callan por grandes los chicos,
2215 ¡quánto más presto deven los inicos
callar ante fechos de grandes valores!

CCLXXVIII

»Ante los suyos serán adormidos


los fechos del casto Alfonso el segundo,
que fizo en Oviedo por quien fizo el mundo
2220 templo do sean sus santos servidos;
ni menos los fechos serán repetidos
de Calvo Lain e de Ñuño Rasuera,
antes darán más abierta carrera
a los que sser deven por éste complidos.

CCLXXIX

2225 »Callarse han los fechos del magno Fernando,


de Sancho su fijo, e Alfonso el tercero,
que al fuerte Toledo ganó de primero,
e trán do fueren, ante éste callando;
la fama que fuere aquéste cobrando,
2230 el quarto Alfonso que fue emperador
la i'rá perdiendo, e por su valor
al segundo Sancho irán olvidando.
2215 P: quanto mas deven callar los inicos.
2225 Para una explicación de la num eración de los reyes de Castilla,
que no corresponde a la num eración actual, véase Joaquín Gimeno
Casalduero, «Sobre las numeraciones de los reyes de Castilla»,
NR F H , XIV, 1960, págs. 271-294. Mena traza la línea de antecesores
de Juan II, incluyendo sólo a los reyes de Asturias y Castilla, como
herederos legítimos del reino de los visigodos.
2225 Fernando I.
2226 Sancho II, Alfonso VI.
2228 P \ e y a d o .
2230 Alfonso VII.
2232 Sancho III.

179
CCLXXX

»Del quinto Alfonso non será membrança,


que la de las Navas venció de Tolosa,
2235 «na batalla tan mucho famosa,
do fue más el fecho que non la esperança;
nin será memoria de la m alandança
del prim er Enrique que en adolocençia
la teja, o Fortuna, mató en Palencia,
2240 e sobre todo divina ordenança.

CCLXXXI

»E non tan nombrado será don Fernando,


en quien se fizieron los reinos más juntos,
rey e corona de reyes deffuntos,
que tanto su mano ganó batallando;
2245 éste conquiso por fuerça ganando
el reino de M urçia con toda su tierra;
éste conquiso por fuerça de guerra
allende de quanto diré relatando.

CCLXXXII

»Ubeda, Andújar, e más a Muntiel,


2250 Vilches e Baños ganó con Baeça,
cortando de moros muy mucha cabeza,
assí como bravo señor e fiel;
/4snotoraf e a Martos con él,

2233 A lfon so V III.


membrança: ‘re c u e rd o ’.
2238 Enrique I m urió de niño, herido en la cabeza por una teja,
caída o tirada por alguien desde una torre.
2241 Fernando III.
2245 conquiso: ‘conquistó’.
2249 F omite a.
2253 JMB: a Castrotorafe e a M artos.

180
e con Salvatierra ganó Medellin,
2255 sufriendo muy poco criar el orín
en la su espada tajante, cruel.

CCLXXXIII

»Conquiso las villas de Castro e Vaena,


Córdova e Esija, Palma y Estepa,
tanto que non me miembre do quepa
2260 la su fortaleza con gran dicha buena;
ganónos Spejo, Trogillo e M archena,
ganó Fornachuelos, a Luque, Montoro;
por tales lugares senbró su thesoro,
non cobardando fatiga nin pena.

CCLXXXIV

2265 »Ganó Almodóvar e a Moratilla,


ganó a Züeros e más Alvendín,
ganó los Ganzules, después a la fin
ganó sobre todos la grande Sevilla;
ganó a Xerés con la su quadrilla,
2270 Cales e Arcos, Béiar e Lebrixa;
e por que non sea mi fabla prolixa,
callo façaflas de grand maravilla.

CCLXXXV

»Mas segund aquello que está ya dispuesto


del tu claro rey e de su magestad,
2275 ante sus fechos e prosperidad

2259 JM B, FD, F: non se menbrava do quepa.


2261 JM B, FD, F: ganó más Ovejo.
2268 F: grand.
2270 JM B, FD, F: Bejer.
2271 Canc. Ixar: m i fa m a .
2272 Canc. Ixar, F: de más maravilla.

181
en poco ternedes lo mucho d’aquesto;
ternedes en poco los fechos del sesto
Alfonso, persona de tanto misterio,
que fue de Alemaña llamado al imperio,
2280 segund que leyendo nos es manifiesto;

CCLXXXVI

»maguer que conquiso Ellín e Chinchilla,


las Peñas e Cuenca por fuerça d’espada,
Montanches e Mérida 1a despoblada,
Badaxós e Niebla junto con Castilla,
2285 e fizo rescate de grand maravilla:
al em perador de Constantinopla
libró de los Turcos, mejor que mi copla
lo dize trabando por fabla senzilla.

CCLXXXVII

»Iredes a Sancho terçero callando,


2290 aquél que la fuerte Tarifa conquiso;
irá ya dexando de veer nuestro viso
todos los fechos del terçer Fernando,
aquél que Alcaudete ganó batallando,
del que se dize morir emplazado
2295 de los que de Martos ovo despeñado,
segund dizen rústicos d’esto cantando.

2276 ternedes: ‘tendréis’.


2278-2280 Alfonso X fue elegido em perador del Sacro Imperio Rom a­
no en 1257.
2289 Sancho IV. JM B, FD, F: Veredes.
2291 viso: ‘vista’.
2292 Fernando IV. Cane. Ixar: terçio.
2296 Alude al romance de los Carvajales (Dámaso Alonso, Poesía
de la E dad Media, núm. 239). Fernando IV, según cuenta HN, «m u­
rió en la ciudad de Jaén, emplazado por dos escuderos llamados C ar­
vajales, que m andó sin razón despeñar de la peña de M artos, y falle­
ció el postrimero día del plazo».

182
CCLXXXVIII

»El séptimo Alfonso, su revisabuelo,


querrá ser vencido de su revisnieto,
e por que más sea famoso, perfeto,
2300 avrá mayor gloria do goza en el cielo;
non em bargante que puso por suelo
todos los reyes de Benamerín,
ganó más las Cuebas e a Locovín
con muy animoso, magnífico zelo.

CCLXXXIX

2305 »A Teba y Cañete ganó conqueriendo,


a Rute e Priego e a Carcabuey,
faziendo façaftas conformes a rey,
a todos peligros remedio poniendo;
prolixa fatiga por gloria suffriendo,
2310 conquiso de moros la grand Algezira;
conquiso Bencaide, tom ada por ira,
e Benemext más a punto seyendo.

CCXC

»Entonces veredes escura la fama


del bravo don Pedro, segund la clemençia
2315 que d’éste se m uestra por fe d ’espiriencia,
seyendo constante jam ás a quien ama;
veredes cessada la muy clara fama
de aquel don Enrrique, su buen visabuelo;

2297 Alfonso XI.


2300 JM B, FD: gloria de gozo.
2303 P: eA lo co n in ; Cane. Ixar: e a Lorquin.
2309 prolixa: ‘larga’.
2314 p e(jro I, el Cruel.
2318 Enrique II de T rastám ara. JM B, FD: su bisabuelo.

183
veredes con éste callar el abuelo,
2320 aunque por nombre semblante se llama.

CCXCI

»Tú, don Enrique, querrás ser callado,


tú que concordia de toda tu tierra
pudiste ser dicho sin punto de guerra,
teniendo tu reino tan bien sosegado;
2325 aunque tu fijo más aventurado
reinar en la tierra desd’el cielo veas,
assás es a ti que por padre tú seas
de aqueste muy alto don Juan pregonado.»

CCXCII
Ansí proffetando la mt guiadora,
2330 rey soberano, las vostras andanças,
dándovos alto favor d’esperanças
con lengua fatídica e boca sonora,
e más abaxando su boç sabidora,
representava ya, como callando,
2335 los tiempos futuros de cómo e de quándo
será vostra mano jam ás vençedora.
CCXCIII
Yo que quisiera ser sertifficado
d’estas andanças y quándo serian,
e quándo los tiempos se nos mudarían,
2340 o quándo veríamos el reino apacado,

2119 el abuelo: Juan I.


2321 Enrique III, padre de Juan II.
2127 assás: ‘bastante’.
2329 proffetando: ‘profetizando’. JM B, FD: profetava.
2330 JM B, F: vuestras.
2332 fatidica: «Fatidico, —ca. Cosa perteneciente al agüero, que
anuncia lo por venir.» (Dic. A u t.)
23411 apacado: ‘apaciguado’.

184
iten quisiera ser más informado
de toda la rueda que dixe futura,
e de los fechos que son de ventura
o que se rigen por curso fadado.
CCXCIV
2345 Mas el imagen de la Providencia
fallé de mis ojos ser evanesc/da,
e vi por lo alto su clara subida
fazer affectando la dina excellenda;
yo desseando con grand reverencia
2350 tener abraçados sus miembros garridos,
fallé con mis braços mis onbros ceñidos,
e todo lo visto fuyó a mi presencia.

Comparación
CCXCV
Como los niños o los ignorantes,
veyendo los átomos ir por la lumbre,
2355 tienden sus manos por su muchedumbre,
mas fúyenles ellos, su tacto negantes,
por modos atales o por semejantes
la rru guiadora fuyó de mis manos;
fuyeron las ruedas e cuerpos humanos,
2360 e fueron las causas a mi latitantes.

CCXCVI

Pues si los dichos de grandes proffetas


e los que demuestran las veras señales,

2341 iten: ‘ta m b ié n ’.


2350 P : abrogado.
2356 negantes: ‘re h u sa n d o ’.
2360 latitantes: ‘o cu ltas, esco n d id as’ (lat. latitare).
2362 F ·. e lo que.

185
e las entrañas de los animales,
e todo misterio sotil de planetas,
2365 e vatiçinio de artes secretas
nos profetizan triumfos de vos,
fazed verdaderas, señor rey, por Dios,
las proffecías que non son perfetas.

CCXCVII

Fazed verdadera la grand Providencia,


2370 mj guiadora en aqueste camino,
la qual vos m inistra por mando divino
fuerça, coratge, valor e prudencia,
por que la vostra real excellenda
aya de moros puxante victoria,
2375 e de los vostros ansí dulçe gloria
que todos vos fagan, señor, reverencia.

CCXCVIII

La flaca barquilla de mts pensamientos,


veyendo m udança de tiempos escuros,
cansada ya toma los puertos seguros,
2380 temiendo discordia de los elementos.
Tremen las ondas e luchan los vientos;
cansa mi mano con el governalle;
las nueve Musas me m andan que calle;
fyn me dem andan mis largos tormentos.

2377 Las tres estrofas que siguen, posiblemente apócrifas, figuran


en P y en varios otros MSS. Se suponía a fines del siglo XV que Juan II
había m andado al poeta que continuase la obra hasta darle 365 estro­
fas, y que estas tres constituían el principio de la continuación. Varias
ediciones del siglo XVI añaden 24 coplas más. Las coplas adicionales,
sin em bargo (24 ó 27) figuran como composición independiente en
ciertos cancioneros.

186
CCXCIX
2385 E ya fin les dava con gesto plaziente,
en oçio trocando mi dulce fatiga,
non porque mengua ni falta que diga,
mas yerra quien dize, si dize e non siente;
el largo trabajo secresta la mente,
2390 assí que fablando non siento que digo,
por ende dispuso mi seso comigo
dar fin al libro, callando al presente.

ccc
Mas boç de muy sublime actoridad
súbito luego me fue presentada:
2395 «Escrive, tú», dixo, «non desafinada
cresca tu obra, diziendo verdad,
ca viçio non faze la prolixidad
do trahe buen modo de satisfazer;
si pueden favores prestarte plazer,
2400 favor es el mando de nu magestad.»

Explicit deo gracias

2387 JMB: mengüe ni falte.


2389 F: se resta; JMB: se cresce a.
2392 JMB: dar fin callando al libro presente.
2395 JMB: escrive tu dicho, no des fin a nada; F: escriba tu lengua,
no dés fin a nada.
2399 F -.saber.
2400 F: fa v o r es al mundo.

187
APENDICES

Se incluyen aquí algunos pasajes de las fuentes más


importantes del Laberinto. Esta pequeña colección no
pretende ser exhaustiva, pero esperamos que sirva no
sólo para ejemplificar en parte la variedad de los
conocimientos literarios del poeta, que influyeron
sobre la composición del Laberinto, sino también,
cotejada con las estrofas correspondientes del poema,
para revelar la m anera tan personal en que Mena
maneja y altera la m ateria que saca de sus fuentes,
unas veces siguiéndola muy de cerca, otras selec­
cionándola y modificándola con fines poéticos, a
menudo bajo la influencia de las exigencias del ritmo
del arte mayor. Se citan a la izquierda los números de
los versos correspondientes del poema, y las partes
más relevantes de cada fuente van impresas en
cursiva.

1. EL DE IM AGINE MUNDI1

Versos del
Laberinto

Cap. VI. De quinque zonis.


266 Quinque autem zonis, id est circulis terra distin­
guitur. Quorum duo extremi sunt inhabitabilis

1 A tribuido en la Edad Media a San Anselmo, y por Migne a H o ­


norio de A utun (véase J. P. Migne, Patrología, t. CLX X II, París,
1854, págs. 115-187).

189
algore; medius inhabitabilis calore, a quo sol nun­
quam recedit, ad illos nunquam accedit. Medii
duo habitabiles, hinc ardore, inde rigore tempe­
rati... Ex his circulis, primus septentrionalis, se-
266-268 eundus solstitialis, tertius aequinoctialis, quartus
brumalis, quintus australis nominatur; sed solus
solstitialis a nobis inhabitari dinoscitur...

Cap. VIII. De Asia.


273 Asia, a regina eiusdem nominis appellata. Huius
prima regio in oriente e paradiso;...

Cap. XIV. De Parthia.


274-275 Ab Indo flumine usque ad Tigrim, est Parthia
triginta tribus regionibus distincta. Dicitur autem
Parthia a Parthis, venientibus e Scythia. Est in ea
277 regio Aracusia, ab oppido Aracusa dicta. Est
278 etiam in ea Assyria, ab Assur, filio Sem, qui eam
279 primus incoluit nominata. Est in ea quoque M e­
dia, a Medo rege dicta, qui civitatem construens
Mediam nominavit, de qua et regio nomen muta-
278 vit. In ea etiam Persida, a Perseo rege dicta, qui
civitatem Persepolim aedificavit, de qua et regio
279-280 nomen accepit. In hac primum orta est ars magi­
ca. Persida lapidem pyrrhitem mittit, qui manum
prementis urit, et synelitem, cuius candor cum
luna crescit, et deficit.

Cap. XV. De Mesopotamia.


281-282 A Tigri flumine usque ad Euphratem est Meso­
potamia, a duobus fluviis Graece ita dicta, quod
in medio duorum fluminum sit constituta. In hac
est civitas Ninive itinere trium dierum, a Nino
rege constructa et nominata...
283-284 In ea quoque est Chaldea, in qua primum in­
venta est astronomia. In ea et Arabia, quae etiam
Saba dicitur, a Saba filio Chus. In hac thus colli­
gitur; in hac est mons Sina, qui et Oreb, in quo
lex a Moyse scribitur accepta; juxta quem urbs
Madian fuit, in qua Jethro sacerdos praefuit. In

190
281, 284 ea sunt gentes multae, Moabitae, Ammonitae,
286 Idumaei, Sarraceni Madianitae, et aliae multae.

Cap. XVI. De Syria.


289, 295 A b Euphrate u sq u e ad mare mediterraneum est
Syria, a quodam Syro rege dicta, in qua est Da­
mascus, a Damasco Abraae liberto constructa et
295 dicta, olim Reblata vocata. Est in ea Comagena
provincia. Est et Phoenicia, a Phoenice ave, quae
290-292 sola in hac terra In ven tu r, pasive a Phoenice rege,
filio Agenoris, dicta. In hac sunt Tyrus quae et
Sortyx, et Sidon civitates sitae. In hac etiam mons
293 est Libanus, ad cuius radicem oritur Iordanis
290 fluvius. Est in ea quoque Palaestina, a civitate
Palaestin, quae nunc Ascalon vocatur, dicta. Est in
ea Judaea, a Juda filio Jacob, de cuius tribu reges
erant, nuncupata. In hac etiam Chananea... In
hac etiam Sarraceni, a Sara dicti, qui et Agareni,
296 ab Agar. In hac et Nabathei, a Nabaioth filio
Ismael dicti, quorum gentes sunt duodecim.

Cap. XVIII. De Aegypto. Euxia postea Aegyp­


tus dicta. Thebaida. Thebae. Monachi. Babel.
Aegypt. Alexandria.
Hae superius dictae regiones, ab oriente inci­
pientes, recta linea ad Mediterraneum mare exten­
297 duntur. Quibus usque ad Austrum Aegyptus con-
nectitur, in qua viginti quatuor gentes esse ferun­
298 tur. Haec in oriente a Rubro mari surgit, termi­
num suum versus occidentem in Lybia figit. Haec
prius et Bona copia, Euxia dicta, postea ab Aegyp­
299-300 to rege, fratre Danai, Aegyptus est vocata. Haec
fluvio Nilo undique cincta, in modum Deltae
litterae est formata, centum millibus villarum
301-302 inclyta. Hanc nubes nom obscurant, pluviae non
300, 303 irrigant, sed Nilus inundans eam fecundat. In hac
est provincia Thebaida, a civitate Thebe cognomi­
nata, quam Cadmus Agenoris filius in Aegyptum
303-304 veniens aedificavit, Thebas secundum illam quam
in Boeotia construxit, nominans: in hac Mauritius
principabatur, et ab hac Thebaei dicuntur. Huic

191
304? maxima adjacet solitudo, in qua olim conversaba­
tur monachorum multitudo...

Cap. XIX. De Caucaso et regionibus Orientis.


305-308 Suprascriptis regionibus, usque ad Aquilonem
annectuntur hae regiones. Mons Caucasus a Cas­
pio mari orientis attollitur, et per Aquilonem ver­
gens pene usque ad Europam porrigitur. Hunc
310 inhabitant Amazones feminae videlicet ut viri
311 proeliantes. His cohabitant Massagetae, et Colchi,
et Sarmatae. Seres et oppidum Orientis, quo Seri­
ca regio, et vestis, et gens est dicta. Post hanc est
Bactra, a Bactro amne vocata. Huic coniungitur
312 Hyrcania, ab Hyrcana silva nominata, in qua sunt
aves quarum pennae splendent per noctes. Huic
jungitur Scythia et Hirnia, quarum gentes sunt
313, quadraginta quatuor. Ibi sunt Hyperborei montes.
314 Hanc sequitur Albania, a candore populi dicta, eo
314 quod albo crine ibi nascantur. Cui connectitur A r­
menia, in qua est mons Arath, super quem arca
Noe post diluvium requievit, cuius usque hodie lig­
na ibi videntur. Huic copulatur Iberia. Illi vero Cap-
317 padocia, a civitate eiusdem nominis dicta, in hac
equae a vento concipiunt, sed foetus non amplius
triennio vivunt.

Cap. XX. De Asia Minore.


321 Asia minor post hanc constituitur, quae pene
undique mari cingitur. In hac est Ephesus civitas,
ab Amazonibus constructa, in qua requiescit cor-
318-320 pus Joannis Evangelistae; in hac etiam civitas
Nicaea, in qua magna synodus est facta...

Cap. XXI. De regionibus Asiae.


Bythinia quoque dicitur Major Phrygia, in qua
est civitas Smyrna, a Theseo rege constructa. Huic
322-324 jungitur Galatia, a Gallis dicta, quos Bithynus rex
in auxilium evocavit et post victoriam eis terram
325 divisit. Hanc sequitur Phrygia, a filia Europae
Phrygia sic nominata. Haec et Dardania a Dar-

192
dano, Jovis filio dicta. Et in ea civitatis eiusdem
nominis, ab eodem constructa. In hac est etiam
civitas Troja, a Troo rege constructa et nominata.
Haec quoque Ilium ab Ilo rege est dicta; huius
moenia dicuntur Pergama. Huic adjacent Lycao-
326 nia, et Caria, ubi fluit Hirnus fluvius, aureis are-
327 nis famosus. Inde est Lydia a Lydo rege, fratre
Tyrrheni appellata. In hac etiam Thyatira. Deinde
326 est Isauria, ab aura qua undique perflatur, dicta.
Post hanc est Cilicia, a civitate eiusdem nominis
327 nuncupata... Deinde est Lycia et Pisidia et Pam-
327-328 phylia. Euxinus Pontus regio multarum gentium,
a qua et Ponticum mare appellatur. In quo Ovi­
dius, et postea Clemens exsilio relegantur.

Cap. XXII. De Europa.


329-332 Europa ab Europe rege, et ab Europa filia Age-
333-334 noris est nominata. In qua imprimis versus septen­
trionem sunt Ryphaei montes, et Tanais fluvius, a
334 Tanao rege dictus, et Moeotides paludes, Magno
mari juxta Theodosiam urbem, sejungentes.

Cap. XXIII. De Sythia.


345-346 A Thanai fluvio est Scythia inferior, quae versus
meridiem usque ad Danubium porrigitur. In hac
348, 338 sunt istae provinciae, Alania, Dacia, Gothia.

Cap. XXIV. De Germania superiore.


349-350 A Danubio usque ad Alpes est Germania supe­
rior, quae a germinando populos dicitur. Versus
occasum Rheno, versus aquilonem Albia fluvio
terminatur. In hac est regio Suevia, a monte Suevo
347, dicta. Haec et Alemania, a Lemano lacu appella-
350 ta. Haec et Rethia dicta. In hac Danubius nas­
citur. ..

Cap. XXV. De Germania inferiore.


Ab Albia fluvio est Germania inferior, quae ver­
sus Aquilonem Oceano excipitur. In hac est Dania
et Norwegia. A Danubio, imo circa Danubium

193
versus orientem, usque ad mare Mediterraneum
351 est Messias, a Messium proventu dicta, deinde
351 Pannonia inferior et Bulgaria...
Cap. XXVII. De Graecia.
353-354 A Mediterraneo mari est Graecia, a Graeco rege
dicta, terra Cethim olim vocata, et versus austrum
mari terminatur. Quae etiam Illyricus nominata,
et in ea provincia Dalmatia a Dalmi civitate
vocata. Est et Epirus a filio Achillis Pyrrho sic
356-360 dicta. In Epiro est fons in quo faces accensae ex-
tinguuntur, et iterum exstinctae, accenduntur. Est
355 et Chaonia, a civitate eiusdem nominis appellata,
quam Helenus frater Hectoris aedificavit, et ob
amorem fratris sui Chaonis Chaoniam appellavit.
355 Haec et Molosia a civitate Molosia dicta, quam
Molossus filius Pyrrhi construxit, et a nomine suo
355 Molosiam vocavit. Est ibi est Elladia, ab Eliade
rege, filio Deucalionis et Pyrrhae dicta. Ipsa est et
Attica, ab Atti rege. In hac est civitas Athenae a
355 Cecrope rege constructa. Ibi est et Beotia a bove
dicta, quia Cadmus filius Agenoris illo veniens,
bovem reperit quem diis immolans Thebas cons-
361 truxit... Ibi et Thessalia, a rege Thessalo dicta. Ibi
et Macedonia, a Macedone rege appellata. Haec
et Aemathia, ab Aematho rege vocata; in hac est
362-363 mons Olympus, qui excedit nubes... Ibi et Arca-
364 dia, quae et Sicyonia a Sicyone rege nuncupata.
Arcadia Arbaston lapidem mittit, qui semel accen­
sus exstingui non potest...
Cap. XXVIII. De Italia.
367-368 Italia olim magna Graeca est dicta, postea a
Saturno, est Saturnia appellata. Mox Latium, eo
quod Saturnus pulsus a Jove ibi latuit, dicta. Dein­
de Ausonia ab Ausone rege. Tandem ab Italo
365-366 rege Siculorum Italia vocata. Haex ab Alpibus
surgit, et in Magno mari terminum figit. In hac
est urbs Roma...
Cap. XIX. De Gallia.
A flumine Rheno est Gallia Belgia, a civitate
373-376 Belgis dicta, Haec a monte lovis surgit, et versus

194
aquilonem Britannicum oceanum incidit. Haec et
Francia a Franco rege est dicta, qui de Troja cum
Aenea veniens, Trojam juxta Rhenum condidit,
terram Franciam cognominavit.
370 Hanc versus occidentem excipit Lugdunensis
Gallia quae et Comaga, ob longas comas est dicta,
et Togata a longis vestibus quae versus austrum
370 habet Narbonensem Galliam a civitate Narbona
370 dictam, versus occidentem Aquitaniam ab aquis
dictam Rodano et Ligere.

Cap. XXX. De Hispania.


377 Inde est Hispania ab Hispano rege dicta, prius
379 Iberia, ab Ibero flumine, et Hesperia, ab Hespero
rege nominata. Haec versus occasum Oceano ter­
minatur. Sunt in ea sex provinciae: Tarracona,
377-384 Carthago, Lusitania, Galatia, Betica, Tinguitania
a praecipuis civitatibus dictae...

Cap. XXXII. De Africa.


Africa ab Apher uno ex posteris Abrahae est
388? dicta... Huius prima provincia est Libya, a regina
eiusdem nominis dicta. Haec a Paratonio civitate
393 et montibus Carabachmóniis initium sumit, et in
aris Philenorum finitur. De hac Libycum mare
394 dicitur. Inde est Cyrenaica a civitate Cyrene nomi­
nata; sed a regina eiusdem nominis constructa,
397 et dicta. Haec et Pentapolis a quinque civitatibus
398 est dicta... Post hanc Bisace, a duabus urbibus
dicta, id est Andromeus et Bizantium. Deinde est
Heusis, in qua est magna Cartago... Post hanc
395-396- est Getulia. Inde Numidia, in qua regnavit
398 Jugurtha. In hac est civitas Hippone...

Cap. XXXIII. De Aethiopia.


385 Versus meridiem vero est Aethiopia, ab Ethan
dicta, una in Oriente, in qua est Saba urbs, de
399 qua fuit illa regina quae ad Salomonem venit,
altera in occidente. Inter quas sunt Garamantes,
a Garama civitate dicti...

195
Cap. XXXIV. De insulis, et novo, ut dicunt,
orbe.
Insulae sunt dictae, quasi in salo sitae. In Me­
diterraneo mari est Cyprus insula contra Syriam,
a Cypro civitate dicta. Haec et Paphus, a civitate
406 eiusdem nominis. Creta a Creto rege dicitur, haec
et Centapolis, a centum urbibus nuncupata... Aby­
dos est insui in Hellesponto, in Europa. Helles-
410? pontus ab Helle civitate dicitur. Coos insula
407 Atricae. Cyclades dicuntur, quod in rotundo sint
407-408 positae. Cyclus enim dicitur orbis. Sunt autem
quinquaginta quatuor contra Asiam positae. Ha-
406 rum prima Rhodus a civitate eiusdem nominis
dicta ad orientem est posita. In hac fuit olim
Aereus colossus septuaginta cubitorum altus... De-
410 los in medio Cycladum sita, a civitate eiusdem no­
minis dicta. Haec tempore diluvii sub Ogygio facto
primum apparuit, unde et Delos nomine accepit,
410 quia delos manifestum sonat. Haec et Ortyga
ab Ortygometis, id est corturnucibus, quae pri-
414-416 mum ibi vise sunt. Icaria insula a puero Cretensi
naufrago est dicta, a qua Icarium mare dicitur...
Paron a civitate eiusdem nominis dicta, a Paro
116 Jasonis nepote constructa. Haec gignit marmor
candidissimum, quod Parium dicitur, et Sardium
417 lapidem. Cidon est insula; in hac mastix nascitur.
Samos insula a civitate Samo dicta, in Aegaeo
est mari sita. De hac fuit Sibylla, et Pythagoras.
In hac fictilia vasa sunt reperta.

Cap. XXXV. De Sicilia.


Sicilia a Siculo rege dicitur. Italia dicta. Prius
Sycania, a Sycano rege cognominata, contra Ita-
421-424 liam sita. Haec et Trinacria, a tribus montibus
dicitur. In hac est mons Aethna cuius sulfurea
exaestuant incendia. In huius freto est Scylla et
Charybdis. In hac erant olim cyclopes. In hac
413 inventa est comoedia. Eoliae insulae ab Eolo rege
dicta juxta Siciliam positae. Hae et Vulcaniae,
405 quia incendio sunt plenae. Sunt vero novem Stae-
chades insulae contra Massiliam sitae.

196
Cap. XXXVI. De Sardinia.
...Ebosus insula contra Hispaniam. Hanc fu­
giunt serpentes. Ibi est et Colubria plena serpenti-
417, 1672 bus. Ibi et Baleares insulae. In his inventae sunt
419 fundae. Gorgodes insulae in Oceano juxta Atlan­
tem. In his olim habitaverunt Gorgones. Juxta has
Hesperides, ab Hesperia civitate dictae. In his oves
albis velleribus abundabant, quae ad purpure
optime valebant...

II. LA FARS ALIA DE LUCANO2

Versos dei
Laberinto

A. Los agüeros

...Tum ne qua futuri


Spes saltem trepidas mentes levet, addita fati
Peiores manifesta fides, superique minaces
Prodigiis terras implerunt, aethera, pontum.
1305-1307 Ignota obscurae viderunt sidera noctes
Ardentemque polum flammis, caeloque volantes
Obliquas per inane faces, crinemque timendi
Sideris et terris mutantem regna cometen.

Ora ferox Siculae laxavit Mulciber Aetnae;


Nec tulit in caelum flammas, sed vertice prono
Ignis in Hesperium cecidit latus. Atra Charybdis
1309 Sanguineum fundo torsit mare. Flebile saevi
Latravere canes. Vestali raptus ab ara
Ignis...
Indigetes flevisse deos urbisque laborem
Testatos sudore lares delapsaque templis
1310-1312 Dona suis dirasque diem foedasse volucres
Accipimus.
Farsalia, I, versos 522-559.

2 Reproduzco el texto de la edición de Sir Edw ard Ridley, dos to ­


m os, Londres, 1919.

197
1302 ... Tum pauper Amyclas:
«Multa quidem prohibent nocturno credere ponto;
1349-1352 Nam sol non rutilas deduxit in aequora nubes
Concordesque tulit radios; noton altera Phoebi
Altera pars borean diducta luce vocabat.
Orbe quoque exhaustus medio languensque recessit
Spectantis oculos infirmo lumine passus;
1345-1348 Lunaque non gracili surrexit lucida cornu
A ut orbis medii puros exesa recessus;
Nec duxit recto tenuata cacumina cornu
Ventorumque nota rubuit; tum lurida pallens
Ora tulit voltu sub nubem tristis ituro.
1353-1356 Sed mihi nec motus nemorum nec litoris ictus
1357 Nec placet incertus qui provocat aequora delphin;
1358 Aut siccum quod mergus amat, quodque ausa
[volare
1373 Ardea sublimis pinnae confisa natanti;
1369-1372 Quodque caput spargens undis, velut occupet
[imbrem.
Instabili gressu metitur litora cornix.
Sed si magnarum poscunt discrimina rerum,
Haud dubitem praebere manus: vel litora tangam
Iussa, vel hoc potius pelagus flatusque negabunt.»
Farsalia, V, versos 539-5593.

B. La maga de Valladolid.

Dixerat; et noctis geminatis arte tenebris


1953-1956 Maestum tecta caput squalenti nube, pererrat
Corpora caesorum tumulis protecta negatis.
Continuo fugere lupi, fugere revolsis
Unguibus impastae volucres, dum Thessala vatem
Eligit et gelidas leto scrutata medullas
Pulmonis rigidi stantis sine volnere fibras
Invenit et vocem defuncto in corpore quaerit.
Electum tandem traeicto gutture corpus
Ducit, et inserto laqueis feralibus unco
Per scopulos miserum trahitur, per saxa cadaver
3 Sobre la influencia secundaria de Virgilio en el pasaje de los
agüeros, véase M RL, págs. 65-68.

198
Victurum; montisque cavi, quem tristis Erichtho
Damnarat sacris, alta sub rupe locatur.
Pectora tunc primum ferventi sanguine supplet
Volneribus laxata novis, taboque medullas
Abluit: et virus large lunare ministrat.
Huc quidquid fetu genuit natura sinistro,
1937 Miscetur. Non spuma canum, quibus unda timori
[est,
1921-1922 Viscera non lyncis, non dirae nodus hyaenae
1925-1926 Defuit et cervi pasti serpente medulla;
1929-1932 Non puppim retinens euro tendente rudentis
1924, 1940? In mediis echeneis aquis, oculique draconum,
1927-1928 Quaeque sonant feta tepefacta sub alite saxa:
1940-1942 Non Arabum volucer serpens innataque rubris
Aequoribus custos pretiosae vipera conchae:
1938 A ut viventis adhuc Libyci membrana cerastae,
1935-1936 A ut cinis eoa positi phoenicis in ara.
1943-1944 Quo postquam viles nec habentis nomina pestis
Contulit; infando saturatas carmine frondes,
Et quibus os dirum nascentibus inspuit herbas
Addidit, et quidquid mundo dedit ipsa veneni.
Tum vox Lethaeos cunctis pollentior herbis
Excantare deos confundit murmura primum
1962 Dissona et humanae multum discordia linguae.
1967-1968 Latratus habet illa canum gemitusque luporum;
Quod trepidus bubo, quod strix nocturna
[queruntur,
1963-1966 Quod stridunt ululantque ferae, quod sibilat
anguis,
Exprimit, et planctus illisae cautibus undae
Silvarumque sonum fractaeque tonitrua nubis.
Tot rerum vox una fuit. Mox cetera cantu
Explicat Haemonio penetratque in Tartara lingua:
«Eumenides, Stygiumque nefas, Poenaque
[nocentum
Et Chaos innumeros avidum confundere mundos;
1970 Et rector terrae, quem longa in saecula torquet
Mors dilata deum; Styx et, quos nulla meretur
Thessalis Elysios; caelum matremque perosa
1970 Persephone, nostraeque Hecates pars ultima...»

Haec ubi fata caput spumantiaque ora levavit,

199
Adspicit adstantem proiecti corporis umbram,
Exanimes artus invisaque claustra timentem
1989-1990 Carceris antiqui. Pavet ire in pectus apertum
Visceraque et ruptas letali volnere fibras.
A miser, extremum cui mortis munus inique
Eripitur, non posse mori. Miratur Erichtho,
Has fatis licuisse moras, irataque Morti
1987 Verberat immotum vivo serpente cadaver;

1995-2000 Teque deis, ad quos alio proceder voltu


Ficta soles, Hecate, pallenti tabida forma,
ostendam, faciemque Erebi mutare vetabo.
Eloquar immenso terrae sub pondere quae te
Contineant, Ennaea, dapes, que foedere maestum
Regem noctis ames, quae te contagia passam
Noluerit revocare parens. Tibi, pessime mundi
2001-2008 Arbiter, immittam ruptis Titana cavernis,
Et subito ferire die. Paretis? an ille
Compellandus erit, quo numquam terra vocato
Non concussa tremit, qui Gorgona cernit apertam
Verberibusque suis trepidam castigat Erinyn,
Indespecta tenet vobis qui Tartara; cuius
Vos estis superi; Stygias qui peierat undas ?
2009-2012 Protinus adstrictus caluit eruor atraque fovit
Volnera et in venas extremaque membra cucurrit.
Percussae gelido trepidant sub pectore fibrae;
Et nova desuetis subrepens vita medullis
Miscetur morti.
Farsalia, VI, versos 624-754.

III. EL TR A TADO D E AM O R*
Versos dei
Laberinto

913-916 Porque se puede desir que amor es un medio de


passion agradable que pugna por faser unas por
concordia e dulçedunbre las voluntades que son
diversas por mengua de comunicaçion delectable.
E de aqueste son tres maneras: amistad, dilection,

4 Atribuido a Juan de Mena. Reproduzco el texto de C. V.


A ubrun, «Un traite de l’am our attribué a Juan de M ena», Bulletin
Hispanique, L (1948), págs. 333-344.

200
que es amorío, e amor de amistad, que es la
primera...
793-800? E amor otra vez se subdivide en dos partes; la
una es en amor liçito e sano, la otra en no liçito e
insano. Amor sano e liçito e honesto es aquel que
viene por intervenimiento de matrimonio conjugal.
881-888 ...Pues digo que entre las cosas que despiertan e
atrahen los coraçones a bien querer, las prinçipa-
les virtudes [son] fermosura, vida conforme, dadi­
vas e grandesa de linaje, e fabla dulçe, antiçipa-
cion enel querer, oçio, familiaridad, ...
889-896 Lo septimo es antiçipaçion enel querer. E muy
grande rrason tiene de amar aquel que cognosçe
ser antes e antes amado. Ca le da jactançia e
presumpcion que de si presuma ser tan virtuoso
que meresçe ser amado e del amante cognosçe aver
avido virtuoso conosçimiento, pues supo amar allí
do era la virtud. E notar se puede aqui que jamas
desplugo a persona por que otra le quisiese bien,
puesto que no fuese de aquel grado que meresçia
para la amar. E commo dise un sabio de mucha
auctoridad: «Quis enim tam dur(o) corde quam si
amore non velit impendere velit enim et rreprehen-
dere?» Quiere desir: quien sera aquel de tan duro
coraçon que si amar non quisiere le desplega por
que lo amen?
873-880 ...Aquestas atales son naturales cabsas para
olvidar e aborresçer e querer que non aquellas que
por artefiçio de magicos abiectos se tientan faser;
asi commo aguardar ala yegua quando pare el
potrico e arrebatarle aquella tela o carnosidad que
saca enla fruente antes que la madre lo coma, e
fecha polvos, darle a bever a aquel de quien
quieren ser amados. E desta tela del potrico disen
los naturales una cosa que por ser de muchos
notada e de maravillar la rrepito aqui: Que como
naturalmente las cosas criadas amen alo que
paren, que la yegua fase por lo contrario, que
tanto desama a su fijo en pariéndolo, que luego lo
querría matar. E la sabia naturalesa, queriendo
rremediar a este defecto desta bestia, ponelo que
pare una tela en la fruente, que ha tal virtud, que
quien della come, luego cobra amorío de quien la

201
rresçibe; e la yegua que va ala cabeça ala morder e
matar, topa en aquella tela amorosa que le fase
luego poner amor conel fijo que antes aborresçia.
Non fue escondida a Virgilio la virtud desta tela.
Enel quarto délas Eneydas fase délia mençion ansi
disiendo: «Queritur et nascent(i)s de fronte rre-
vulssus et matri preeruptus amor.»
...E despues que el mal amor esta ya apoderado
del coraçon, muchos males e peligros fuerça e
832 apremia que fagan los que lo poseen. ...El mal
amor apremio a Sçilla que descabeçase a su padre.
809-812 El mal amor apremio a Egrea con su adulterador
Egisto que matase a su marido Agamenón. El mal
amor fiso a Dido meterse por la espada.
...Ya pues asi es que tantos peligros e verguen-
ças e desonores se causan e siguen del mal amor,
mucho se deve la noble gente apartar del, mayor-
905-912? mente los grandes, ca es cosa que mucho deroga e
amengua el estado déla su magestad, como dise
Ovidio enel segundo Methamorfoseos çerca la fin:
«Non bene conveniunt nec in una sede morantur
maiestas et amor.» Quiere desir: nin convienen
bien nin moran bien en un(a) si(lla) la maiestad y
el amor.
Y lo de fasta aqui baste de amor.

IV. LAS CRONICAS DE EUSEBIO5

Versos del
Laberinto

329-330 Europa a Cretensibus rapta est navi, cuius fu it


insigne taurus (Abrahamus 694).
Euripides tragoediarum scriptor clarus habetur,
1021-1024 et Protagoras sophista, cuius libros decreto publi­
co Athenienses combusserunt (Abrahamus 1573).
1822 Dionysius in Sicilia tyrranidem exercet (Abraha­
mus 1610). ...Dionysius rex Siciliae octavo decimo

5 Mígne, Patrología Graeca, t. XIX , Paris, 1857, págs. 99-598.

202
anno moritur: post quem Dionysius junior regnum
invadit (Abrahamus 1654)6.
941-942 Socrates venenum bebit. Templum rursum
Ephesi incensum. Diogenes Cynicus philosophus
agnoscitur (Abrahamus 1621).
Una virginum Romanorum in corruptione de-
937-938 prehensa percutitur. Zeno Stoicus philosophus ag­
noscitur. Polemo philosophus moritur: post quem
Arcesilas et Crates clari habentur (Abrahamus
1742).
950 Apollodorus Pergamenus Graecus orator prae­
ceptor Calidii et Augusti clarus habetur. Pompeius
captis Hierosolymis Judaeos tributarios facit
(Abrahamus 1954).
950 Nicetes et Hybreas et Theodorus, et Plutio nobi­
lissimi artis rhetoricae Graeci praeceptores haben­
tur. Antonius Cleopatrae tradit Arabiam
(Abrahamus 1896).
947-948 Cassius Severus, orator egregius, qui Quintia-
(y 952?) num [al. Quintilianum ] illud proverbium luserat,
X X V exsilii sui anno in summa inopia moritur, vix
panno verenda contectus (Christus 34).
945 Gabinius [al. Gabianus, vel Gabinianus], cele­
berrimi nominis rhetor, in Galliis docuit. Lues
ingens Romae facta: ita ut per multos dies in
ephemeridem decem millia ferme mortuorum ho­
minum efferrentur (Christus 77).
952 Quintilianus ex Hispania Calagurritanus primus
Romae publicam scholam habuit, et salarium e
fisco accepit, et claruit (Christus 89).
761-768 Neocaesarea in Ponto subversa, excepta eccles-
sia, et episcopo, caeterisque qui ibi reperti sunt
(Christus 349).

6 ¿Esta mención múltiple de Dionysius seria el origen del error de


M ena en el v. 1822, donde alude a tres Dionisios?

203
V. EL LIBER REGUM1
Versos del
Laberinto

Quando foron los godos entrados en España


2170-2172 levantaron rei de lor lignage, et est rei ovo nomne
el rei Cindus, e fo xiano, e quando murie el rei
Cindus non lexo filio nenguno e rremaso la tierra
sines rei, e non s’acordoron las hientes de la tierra
por aver rei e guerrioron se todos unos con otros
grandes tiempos, e pues accordoronse e fizieron
2173-2176 rei por elección al rei Bamba, e fo muit buen rei.
Era DCC.X.
Est rei Bamba establie los arcebispados e los
bispados de España dond ad ond fossen. Regno el
rei Bamba XII annos, e pues empozonolo Euri-
gius, el nieto del rei Cindus, qui era godo, e murie
assi e soterroronlo en Bragana.
2179-2180 Quando fo muerto el rei Bamba regno Egica, so
filio de Eurígius, daquest qui avia empozonado al
rei Bamba, et no regno mas de dos annos.
2181 Murie Egica, e rregno el rei Vatizanus, qui fo
del lignage de los godos.
2184 Murie Vatizanus, e rregno el rei Rodrigo en
toda España, e fo buen rei e conquirie muito. E
pues, por el consello de los fillos de Vatizanus e de
so nieto del rei Rodrigo el comte don Iulian,
entroron los moros en España. Era DCC.LIL...
Quando fo perdido el rei Rodrigo conquerieron
moros toda la tierra troa en Portogal e en Gallicia
fueras de las montañas d’Asturias. En aquellas
montañas s’acuellieron todas las hientes de la
2185 tierra los qui escaporon de la batalla. E fizieron rei
por election al rei don Pelaio, qui estava en una
cueva en Asseva.
Est rei don Pelaio fo muit buen rei e leial. E

7 Ed. M. Serrano y Sanz, Boletín de la R eal A cadem ia Española,


VI (1919), págs. 192-220.

204
todos los xianos qui eran en las montañas acullie-
ron se todos ad el e guerreioron a moros e fizieron
muitas batallas e venciéronlas.
Murie el rei don Pelaio. Deus aia so alma, e
2193 rregno so filio el rei don Fafila, e fo avol omne, e
matolo un onso.
El rei don Pelaio ovo una filia e dieronla por
muller a don Alfonso, al filio del sennor don Pedro
de Cantabria, e levantáronlo rei e guerrioren a
moros e fizieron muitas batallas e vençieronlos.
2194-2205 Est rei don Alfonso conquirie Jougo de moros, e
Tub e Portugal e Bragana e Viseu, Flavia, e
Delesma e Salamancha, e Çamora e Astorga e
Leiion e Siethmancas e Saldanna e Sogovia e Se-
pulbega e Maia. Todas estas priso de moros e
poblo las de xianos.
2202-2205? Gallicia et Asturias et Alava e Bizcaia et Urdou-
na e Dearri e Berueça, tot siempre foron de xpia-
nos que nunqua no las perdieron. Murie el rei don
2209-2212 Alfonso e rregno so filio el rei don Fruella, e fo
avol omne e mato a so ermano, e por la avileza
que fizo matoronlo sos omnes, que muitos dellos
avia feitos cornudos.
2217-2220 Quando fo muerto el rei don Fruella regno el rei
don Alfonso el Casto, el qui poblo Oviedo, e fizo la
eglesia en honor de Sant Salvador e fizo hi X II
altares en honor de los X II apóstales. E quando
murie el rei don Alfonso allí lo soterroron sos
omnes, e allí iaze.
Est rei don Alfonso non lexo filio ninguno, ni
non remaso omne de so lignage qui mantoviesse el
reismo (sic), e estido la tierra assi luengos tiempos.
E pues acordoronse e eslieron dos iudices porqués
2222 cabdellassen destos dos iudices: el uno ovo nomne
Nunno Rasuera e el otro ovo nomne Lain Calbo.
De el lignage de Nunno Rasuera vino’l emperador
de Castiella. E del lignage de Lain Calbo vino mió
Cith el campiador.
2225-2226 Est rei don [Femando] ovo tres fillos. El rei don
Alfonso et el rei don Sancho et el rei don Garcia,

Quando fo muerto el rei don Sancho en Zamora


2226-2227 torno en la tierra el rei don Alfonso, qui era en

205
Toledo, e fo rei de Castiella, e pues conquerie
Toledo de moros__
Esta reina dona Urracha casoronla con el comte
2230 Ramon, e ovieron filio al emperador de Castiella.
...El Emperador priso muller la ermana del comte
2232 de Barcelona, et ovo en ella dos fillos: al rei don
Sancho de Castiella et al rei don Fernando de
Gallicia.
El rei don Sancho de Castiella, el filio del
Emperador, priso muller la reina dona Blanca, la
filia del rei don Garcia de Navarra, e ovo en ella
2233 filio al rei don Alfonso de Castiella. . . .

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