A) DEMANDA DE HABEAS CORPUS
A) DEMANDA DE HABEAS CORPUS
EXPEDIENTE:
ESPECIALISTA LEGAL:
ESCRITO : 01
Señores:
III. PETITORIO.-
PIDO que
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Como puede verse, uno de los elementos que forman parte del contenido del
derecho a la prueba está constituido por el hecho de que las pruebas actuadas
dentro del proceso penal sean valoradas de manera adecuada y con la
motivación debida. De lo cual se deriva una doble exigencia para el Juez: en
primer lugar, la exigencia del Juez de no omitir la valoración de aquellas
pruebas que son aportadas por las partes al proceso dentro del marco del
respeto a los derechos fundamentales y a lo establecido en las leyes
pertinentes; en segundo lugar, la exigencia de que dichas pruebas sean
valoradas motivadamente con criterios objetivos y razonables (vid. STC
4831-2005-PHC/TC, FJ 8). Por ello, la omisión injustificada de la valoración
de una prueba aportada por las partes, respetando los derechos fundamentales
y las leyes que la regulan, comporta una vulneración del derecho
fundamental a la prueba y, por ende, del debido proceso.
Por ello, la prueba capaz de producir un conocimiento cierto o probable en
la conciencia del juez debe reunir las siguientes características:
Como puede verse, uno de los elementos que forman parte del contenido
del derecho a la prueba está constituido por el hecho de que las pruebas
actuadas dentro del proceso sean valoradas de manera adecuada y con la
motivación debida. De lo cual se deriva una doble exigencia para el Juez:
en primer lugar, la exigencia del Juez de no omitir la valoración de
aquellas pruebas que son aportadas por las partes al proceso dentro del
marco del respeto a los derechos fundamentales y a lo establecido en las
12
VI. ENUNCIACION DE LOS HECHOS MATERIA DEL PROCESO
PENAL
que las firmas que aparecen en dicha acta son falsificadas; para lograr consumar
su actuación dolosa el acusado y conociendo que el libro de actas número 01 se
encontraba en poder de Leonor Caballero Vargas, procede a formular una
denuncia ante la Comisaria de Ayacucho por el libro Nº 1 de la Concesión
Minera Escocia y esto lo hizo con la finalidad de aperturar un segundo libro de
actas donde obraría la falsa acta de la junta de fecha 27 de setiembre del 2013,
posteriormente presentó una segunda denuncia ante la comisaría de Florencia de
Mora de la ciudad de Trujillo, por el hurto del libro de actas Nº 02 de la
Sociedad Minera Escocia, con el fin de desaparecer el original de la supuesta
acta de junta de participacionistas de fecha 27 de setiembre de 2013, quedando
acreditado que la conducta del acusado estuvo dirigida a despojar de la
concesión minera Escocia y venderla con desconocimiento de sus
participacionistas y de los agraviados. Conforme al parte de grafotecnia Nº
021-2014 de fecha 29 de abril del 2014, donde se estable que existe
divergencias graficas entre sí, lo que nos lleva a establecer que las firmas que
obran en dicha acta no provienen del puño de los agraviados, quedando
acreditado la responsabilidad del acusado Caballero Benítez”
“A las preguntas del Ministerio Público: Soy perito desde el año 1997 en
forma ininterrumpida, no tengo denuncias ni quejas sobre mis pericias. Respecto
19
A las preguntas de la defensa del actor civil Caballero Vargas: Refiere que
de acuerdo al nuevo manual de procedimientos periciales de criminalística
efectivamente se puede hacer un dictamen pericial grafotécnico con documentos
en copia fotostática.
FUNDAMENTOS
8. En tal sentido, prima facie, no hay objeción procesal para que pueda
probarse un hecho de falsedad a través de prueba personal siendo que para tal
efecto, debe evaluarse si en el caso concreto, en primer lugar, no hay la
posibilidad de llevar a la prueba de falsificación por otro medio, y en segundo
lugar, si la prueba personal y en conjunto con otros elementos, tienen una
idoneidad y suficiencia tal para poder probar la falsedad de un documento.
(3) Completa esta conducta incoherente, que luego de la realización del acta
de junta cuestionada, obrante en el segundo libro de la sociedad minera, este
libro, también fue reportado esta vez como sustraído por el sentenciado,
habiendo estado en su poder, lo cual terminara, por hacer imposible un peritaje
grafotécnico para establecer por esa vía la falsedad, circunstancias que denotan
que dentro del control del sentenciado, se suscitaron sucesos coincidentemente
favorables a evitar que pudiera llegarse a descubrir la verdad sobre si el acta de
junta cuestionada era falsificada. Al respecto, ha señalado la defensa, que no se
ha probado que esta incidencia de “sustracción” del segundo libro haya sido
falsa, dando a entender, que a esta conclusión se llevaría solo con el hecho de
que este suceso se dio coincidentemente, caso en el cual en efecto no sería
suficiente; empero esto no es lo que ocurre en el presente caso, pues no solo se
tiene probada una coincidencia favorable, sino los otros indicios que se han
referido que refuerzan la prueba de que esta sustracción del segundo libro,
habría sido para favorecer la falsedad que no quería que lleguen a probar.
12. Por ende, los argumentos de la apelación son infundados, puesto que se
ha probado debidamente la responsabilidad penal del sentenciado, no cabiendo
más que confirmar la condena en su contra.
Dentro de ese escenario, debemos traer a colación el artículo 394 del CPP
-Requisitos de la sentencia.- en tanto señala que la sentencia contendrá:
3. La motivación clara, lógica y completa de cada uno de los hechos y
circunstancias que se dan por probadas o improbadas, y la valoración de
la prueba que la sustenta, con indicación del razonamiento que la
justifique.
Siguiendo su misma postura el juez Sergio García Ramírez vuelve a incidir
sobre el control de convencionalidad en otros casos resueltos por la Corte
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“En cierto sentido, la tarea de la Corte se asemeja a la que realizan los tribunales
constitucionales. Estos examinan los actos impugnados --disposiciones de
alcance general-- a la luz de las normas, los principios y los valores de las leyes
fundamentales. La Corte Interamericana, por su parte, analiza los actos que
llegan a su conocimiento en relación con normas, principios y valores de los
tratados en los que funda su competencia contenciosa. Dicho de otra manera, si
los tribunales constitucionales controlan la “constitucionalidad”, el tribunal
internacional de derechos humanos resuelve acerca de la “convencionalidad” de
esos actos. A través del control de constitucionalidad, los órganos internos
procuran conformar la actividad del poder público --y, eventualmente, de otros
agentes sociales—al orden que entraña el Estado de Derecho en una sociedad
democrática. El tribunal interamericano, por su parte, pretende conformar esa
actividad al orden internacional acogido en la convención fundadora de la
jurisdicción interamericana y aceptado por los Estados partes en ejercicio de su
soberanía.
7.2. El Control Difuso de Convencionalidad:
“La Corte es consciente que los jueces y tribunales internos están sujetos al
imperio de la ley y, por ello, están obligados a aplicar las disposiciones vigentes
en el ordenamiento jurídico. Pero cuando un Estado ha ratificado un tratado
internacional como la Convención Americana, sus jueces, como parte del
aparato del Estado, también están sometidos a ella, lo que les obliga a velar
porque los efectos de las disposiciones de la Convención no se vean mermadas
por la aplicación de leyes contrarias a su objeto y fin, y que desde un inicio
carecen de efectos jurídicos. En otras palabras, el Poder Judicial debe ejercer
una especie de “control de convencionalidad” entre las normas jurídicas internas
que aplican en los casos concretos y la Convención Americana sobre Derechos
Humanos. En esta tarea, el Poder Judicial debe tener en cuenta no solamente el
tratado, sino también la interpretación que del mismo ha hecho la Corte
Interamericana, intérprete última de la Convención Americana”.
Sin restarle importancia a la sentencia anterior, es en el caso
Trabajadores Cesados del Congreso (Aguado Alfaro y otros) Vs. Perú, del
24 de noviembre del 2006, donde todos los jueces de la Corte IDH
hicieron un análisis más sesudo de la temática del control de
convencionalidad expresando, por ejemplo, en su párrafo 128 que:
Posteriormente, la Corte IDH habría de ocuparse nuevamente del control
de convencionalidad. Así, en la sentencia del caso Boyce y otros Vs.
Barbados, del 20 de noviembre de 2007, expresó que en la jurisdicción
interna se había hecho un análisis puramente constitucional de la cuestión
litigiosa en la cual no se tuvieron en cuenta las obligaciones que tiene el
Estado conforme al Pacto de San José. De acuerdo con la Convención de
Viena sobre los Tratados (art. 26), el Estado debió cumplir de buena fe
con sus obligaciones convencionales, “(…) y no podrá invocar
disposiciones de su derecho interno como justificación para el
incumplimiento de dichas obligaciones convencionales (…)”. La
jurisdicción interna no se debió limitar a evaluar si la norma local era
constitucional o no, ya que la Corte de Justicia del Caribe, debió también
decidir si la ley de Barbados, esgrimida en las sentencias locales, violó o
no la Convención. (Véase párrafos 77 y 78).
La Corte IDH no se ocupa de las cuestiones internas sino que su función
es la de inspeccionar si los países han vulnerado o no las convenciones
sujetas a su competencia. No se trata en verdad de revisar las sentencias
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Conforme lo expresado en el caso Almonacid Arellano y otros Vs. Chile
(Véase fundamento 8 de la presente sentencia), no sólo la Corte IDH
ejerce el control de convencionalidad, sino que dicha facultad debe ser
ejercida por los jueces locales para evitar que la controversia llegue a la
instancia supranacional, cuya intervención es subsidiaria, es decir, que
para llegar a esta instancia, previamente se debe agotar “los recursos de
jurisdicción interna” (artículo 46.1.a de la Convención Americana de
Derechos Humanos).
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2
Artículo 25. Protección Judicial.
1. Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso efectivo ante los
jueces o tribunales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales
reconocidos por la Constitución, la ley o la presente Convención, aun cuando tal violación sea
cometida por personas que actúen en ejercicio de sus funciones oficiales.
2. Los Estados Partes se comprometen:
a) a garantizar que la autoridad competente prevista por el sistema legal del Estado decidirá sobre los
derechos de toda persona que interponga tal recurso;
b) a desarrollar las posibilidades de recurso judicial, y
c) a garantizar el cumplimiento, por las autoridades competentes, de toda decisión en que se haya
estimado procedente el recurso.
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4
Cfr. Caso J. Vs. Perú. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 27 de
noviembre de 2013. Serie C No. 275., párr. 157, y Caso Ruano Torres Vs. El Salvador, supra, párr. 126.
5
Cfr. Caso Cantoral Benavides Vs. Perú. Fondo. Sentencia de 18 de agosto de 2000. Serie C No.
69., párr. 120, y Caso Ruano Torres Vs. El Salvador, supra, párr. 127.
6
Cfr. Caso Ruano Torres Vs. El Salvador, supra, párr. 126, y Caso Maldonado Ordóñez Vs. Guatemala,
supra, párr. 85.
7
Caso Cantoral Benavides Vs. Perú. Fondo, supra, párr. 120, y Caso Ruano Torres Vs. El Salvador,
supra, párr. 127.
8
Caso Cantoral Benavides Vs. Perú. Fondo, supra, párr. 121, y Caso Ruano Torres Vs. El Salvador,
supra, párr. 127.
9
Cfr. Caso Ruano Torres Vs. El Salvador, supra, párr. 127, y Cfr. TEDH, Caso de Barberá, Messengué y
Jabardo Vs. España, Aplicación No. 10590/83. Sentencia de 6 diciembre de 1988, párr. 77.
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que las autoridades judiciales deban fallar [con un criterio] más allá de
toda duda razonable para declarar la responsabilidad penal individual del
imputado, incluyendo determinados aspectos fácticos relativos a la
culpabilidad del imputado10.
10
Caso Ruano Torres Vs. El Salvador, supra, párr. 128.
39
Respecto de su valoración el artículo 158.3 CPP exige que “La prueba por
indicios requiere: a) que el indicio esté probado; b) que la inferencia esté
basada en las reglas de la lógica, la ciencia o la experiencia; c) que
cuando se trate de indicios contingentes, éstos sean plurales,
concordantes y convergentes; y, d) que no se presenten contraindicios
consistentes”. Éste dispositivo no es un concepto legal de prueba por
indicios – que es un complejo constituido por varios elementos ( STSE de 11-
3-1991) –, sino un enunciado de sus diversos requisitos: prueba del indicio y
su pluralidad, un determinado razonamiento –de carácter deductivo– y la
plasmación de tal proceso deductivo en la sentencia.
11
https://www.pj.gob.pe/wps/wcm/connect/7381930042e946a29f8bbfd49215945d/Articulo+-
Cesar+San+Martin.pdf?MOD=AJPERES&CACHEID=7381930042e946a29f8bbfd49215945d
Texto de la VII Conferencia Anticorrupción organizada por la Coordinación Nacional del Sistema
Especializado en Delitos de Corrupción de Funcionarios. Ponencia dictada el 27 de septiembre de 2017
por el Doctor Cesar E. San Martín Castro en el auditorio Carlos Zavala Loayza, Lima.
41
13
Caso Apitz Barbera y otros (“Corte Primera de lo Contencioso Administrativo”) Vs. Venezuela,
supra, párr. 77 y Caso Flor Freire Vs. Ecuador, supra, párr.182. Ver también, TEDH, Caso de García
Ruiz Vs España [GC], Aplicación No. 30544/96, Sentencia de 21 de enero de 1999, párr.26.
42
“Las decisiones que adopten los órganos internos que puedan afectar
derechos humanos deben estar debidamente fundamentadas, pues de lo
contrario serían decisiones arbitrarias” 14.
15
El Tribunal Constitucional peruano ha señalado que “tanto la presunción de inocencia como el
indubio pro reo inciden sobre la valoración probatoria del juez ordinario. En el primer caso, que es algo
objetivo, supone que a falta de pruebas aquella no ha quedado desvirtuada, manteniéndose incólume, y en
el segundo caso, que es algo subjetivo, supone que ha habido prueba, pero esta no ha sido suficiente para
despejar la duda (la suficiencia no se refiere a la cantidad de pruebas incriminatorias, sino a la entidad y
cualidad que deben reunir estas). La sentencia, en ambos casos, será absolutoria”. Sentencia del Tribunal
Constitucional del Perú de 13 de octubre de 2008, expediente No. 00728-2008-PHC/TC, párr.37.
43
De igual forma, la Corte hace notar que el Nuevo Código Procesal Penal
amplía los requisitos de la motivación de las sentencias 17, así como el
Acuerdo Plenario No. 2-2005/CJ-116, exige que las pruebas sean
determinadas desde parámetros objetivos o de la sana crítica,
razonándola debidamente (supra párr. 134).
16
Caso Norín Catrimán y otros (Dirigentes, miembros y activista del Pueblo Indígena Mapuche)
Vs. Chile. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 29 de mayo de 2014. Serie C No. 279., párr. 288.
17
A su vez, el artículo 394 del Código de Procedimientos Penales señala que una sentencia deberá
contener i) la motivación clara, lógica y completa de cada uno de los hechos y circunstancias que se dan
por probadas o improbadas, y la valoración de la prueba que la sustenta, con indicación del razonamiento
que la justifique; ii) los fundamentos de derecho, con precisión de las razones legales, jurisprudenciales o
doctrinales que sirvan para calificar jurídicamente los hechos y sus circunstancias, y para fundar el fallo;
y iii) la parte resolutiva, con mención expresa y clara de la condena o absolución de cada uno de los
acusados por cada uno de los delitos que la acusación les haya atribuido.
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18
Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez vs. Ecuador. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 21 de noviembre de 2007, Serie C, No.170, párr. 118.
19
Cfr. Caso Apitz Barbera y otros (“Corte Primera de lo Contencioso Administrativo”) Vs.
Venezuela, supra, párr 78, y Caso J. Vs. Perú. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 27 de noviembre de 2013. Serie C No. 275, párr. 270.
20
Cfr. TEDH, Caso Boldea Vs. Rumania, Aplicación No. 1997/02. Sentencia de 15 de febrero de
2007, párr. 28.
21
Cfr. TEDH, Caso de Hadjianastassiou Vs Grecia, supra, párr. 33.
22
Cfr. ONU. Comité de Derechos Humanos, Caso Hamilton Vs. Jamaica, Comunicación No.
333/1988, CCPR/C/50/D/333/1988, 23 de marzo de 1994, párr. 8.3 y 9.1.
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para esclarecer los hechos Corte IDH: Sentencia del 8 de julio de 2004
(caso Gómez Paquiyauri contra Perú)
Los defectos del análisis probatorio, la ausencia total del mismo y la falta
de relación entre lo probado y lo decidido, vulneran de manera ostensible
el debido proceso y constituyen irregularidades de tal magnitud que
representan vías de hecho.
En este sentido, las anomalías que desconozcan de manera grave e
ilegítima el derecho a la prueba, constituyen un defecto fáctico que, al
vulnerar derechos fundamentales, pueden contrarrestarse a través de la
acción de habeas corpus. Al respecto dice el TC
Los defectos que dan lugar a una vía de hecho, como lo es el defecto
fáctico, habilita la procedencia de la acción de habeas corpus contra
resoluciones judiciales de naturaleza penal, se configura cuando existen
fallas sustanciales en la decisión de la autoridad competente, atribuibles a
la actividad probatoria, que comprende el decretarlas, practicarlas y
valorarlas. Dichas deficiencias, en efecto, pueden producirse como
consecuencia de: (i) la falta de decreto y práctica de pruebas conducentes
a la solución del caso, (ii) la errada valoración de las pruebas allegadas al
proceso, esto es, una interpretación errónea de las mismas y (iii) la
valoración de pruebas que son nulas de pleno derecho o totalmente
inconducentes, es decir, ineptitud o ilegalidad de la prueba. En todo caso,
para que la acción proceda por defecto fáctico, el error en el juicio
valorativo de las pruebas debe ser ostensible, flagrante y manifiesto, con
incidencia directa en la decisión que se cuestiona.
entre otros).
VIII. DOCUMENTALES: