Mi Saudí-.Pdf Versión 1

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Libro 1 < Mi Saudí > :

Capítulo 1
Viajar muchas horas en clase turista no es nada
agradable, pero lo que nunca imaginé es que el
asiento que había comprado estaba reservado por
la policía, debido a que trasladaban a un detenido
y gracias a eso me pasaron a primera clase, lo cual
suponía comodidad y un vuelo de lo más lujoso
cosa que nunca me habría permitido por mis
propios medios. Frente a mí estaba sentado un
hombre que me llamaba mucho la atención, mi
mirada no se desprendía de su elegante y atractivo
rostro.
Un hormigueo recorre mi cuerpo, ocasionando
que mi cara se calentara y un rubor natural se
pintara en mis mejillas cuando me doy cuenta de
que el chico tan guapo que tengo cerca me miraba
con una sonrisa perfecta, desvié mi vista de
manera nerviosa, ya que el bello rostro del
hombre me sigue observando, pero manteniendo
esa sonrisa insuperable.Me gustaría catar esos
labios carnosos que me están sonriendo. Agitó mi
cabeza intentando sacar cualquier pensamiento
sucio y me dispongo hablarle.—¿De qué se ríe? —
solté sin pelos en la lengua.
—De lo hermosa que es usted cuando me mira —
contesta sin romper la sonrisa.Muerdo el labio
inferior por los nervios que causaron sus palabras,
que hicieron sonar con esa notoriedad.— No
deberías morder ese lindo labio con tanta
intensidad, te lo lastimaras — añade él.
Reaccione a lo que me acaba de decir y suelto mi
labio de golpe.— ¿Le importaría?... —pregunté,
pero no me contestó. —Me refiero a lo de
lastimarlo —le vuelvo a decir.— Por supuesto, se
merecen ser mimados, y no lastimados —añade
con mucha seguridad. La conversación que
empezamos a mantener comenzó a subir de tono,
y la verdad hablar con semejante hombre hace que
un delicado fuego se encienda en mi interior.— Es
que no tengo quien los mime — dije restándole
importancia a mis palabras.
Él hombre cuyo nombre aún no sabía se ríe
soltando una linda carcajada.— Si me lo permites
con gusto lo haría — expresa después de terminar
de reír. NO soy una chica fácil, pero tampoco voy a
negar que este tipo me gusta mucho, su atractivo
me impactó tanto que origina en mi aceptar su
propuesta sin duda alguna. — Lo siento, pero no
soy una presa fácil — le informé. Después giré mi
cabeza a la ventanilla del avión. Más tarde escuchó
su excitante voz hablarme de nuevo.— Por cierto,
no nos hemos presentado, me llamo Sahir.—
Encantada Sahir, soy Hadassah, pero me llaman
Hada.— Bonito nombre Hada.— Gracias — baje la
mirada. NO articule ni una palabra más después de
agradecerle su cumplido.
Esté viaje será bastante largo, ya que toco en
vacaciones escolares, así que estaré por dos meses
en este maravilloso y caluroso país. La pregunta es
¿Dónde me quedaré?, fácil. Hace un año conocí a
una chica en el Caribe, de descendencia árabe, ella
vive en Abu Dabi y como mantuvimos contacto me
invitó a pasar estos dos meses en su casa, acepté
de inmediato, ya que los días que pasamos juntas
hicimos muy buenas migas y que mejor pasar este
tiempo con Nabila, ese es su nombre que significa
"nobleza”. Vuelvo a mirar a Sahir, que está
concentrado en su laptop. Mido cada centímetro
de su perfecto rostro. Suspiró por los sentimientos
que brotaban en mí al deleitarlo con la mirada.
Intente distraerme poniéndome los auriculares en
mis oídos y subí el volumen de la música.
Narra Sahir.
La hermosura que desata Hada en la claridad de su
mirada desencadenó en mí un sentimiento difícil
de entender, me di cuenta de que no dejaba de
mirarme y no pude evitar sonreírle. Él rubor que
brotó de sus mejillas al ver mi acción hizo que
deseara más su cercanía, esto no es usual en mí,
pero ella causó un anhelo extraño hacia su
persona. Estuve de vacaciones en España, hoy
regreso a mi hogar donde mis padres y hermanos
me esperan con ansias, el trabajo me reclama y el
descanso llegó a su fin. Me llamo Sahir Al Kamal,
vivo en Abu Dhabi y tengo treinta años, soy
director y dueño de uno de los bancos más
conocidos de los Emiratos Árabes Unidos. Y dirán
¿por qué un multimillonario como yo no tiene su
propio avión privado?, pues la respuesta es simple;
Tengo más de uno, pero soy de esas personas que
le gusta pasar desapercibido, a veces me apetece
viajar con gente que no conozco y compartir un
mismo espacio, gracias a ello hoy puedo decir que
conocí a la mujer más bella que vieron mis ojos
después de mi madre. Hada se instaló en mis
pensamientos sin previo aviso.
Capítulo 2
Sahir y yo no hemos vuelto a cruzar palabra,
prácticamente porque me quede dormida.
Después de unas largas horas de viaje, por fin
llegamos. La emoción invade mi pecho, ya que esto
es un sueño hecho realidad. Cuándo nos
disponemos a salir del avión Sahir me pregunto si
alguien venía a por mí.— Si no viene nadie por ti te
podría llevar con gusto — dijo. — Hmm...Gracias
Sahir, pero viene una amiga — digo agradecida.—
En ese caso, ha sido un placer volar contigo Hada
— añade besando mi mano, acción que eriza mi
piel. — Espero volver a verte.— Eso espero Sahir —
respondí. Tengo ganas de gritar y decirle que me
lleve con él y que me haga lo que quiera conmigo,
pero mi dignidad no me deja. Maldigo en mi
mente y caminé en busca de mi enorme maleta.
Sahir desapareció de mi vista sin darme cuenta.
Encendí mi celular mientras esperaba a que mi
amiga llegara por mí. Recibo un WhatsApp de
ella:— Hada llegaré un poco tarde, pero te
prometo que te lo recompensaré llevándote a
comer los mejores falafels de Abu Dhabi. Procedo
a contestar:— Sin prisa Nabila, cuando llegues me
avisas mientras tanto estaré tomando un delicioso
café.En lo que espero la llegada de Nabila, marco a
mis padres para informarles de que había llegado
bien, para no tenerlos preocupados. Me quede
pensando en Sahir, no podía sacarlo de mi cabeza
por más que lo intentaba, pero esa jodida sonrisa
me tiene cautivada. No creo que nos volvamos a
ver, joder este país es enorme y la suerte nunca ha
estado a mi favor así que mejor bórralo de mi
mente lo antes posible y disfrutar de estas
vacaciones tan deseadas
Mi amiga se retrasó por más de dos horas, cuando
estaba a punto de llamarla, ella me escribió
diciéndome que estaba fuera. Salgo del
aeropuerto y la veo parada, suelto mi pesada
maleta y me echo a sus brazos.— Bienvenida Hada
— susurra a mi oído. —Perdóname por la
demora.— No te preocupes. Caminamos hasta un
Alfa Romeo rojo, muy lujoso diría yo. Metemos mi
maleta entre las dos en el maletero de aquella
increíble máquina cara.— No sabía que tenías un
coche tan costoso — dije riéndome.— Cortesía de
mi hermano —añade ella. Nos reímos a la vez y
arrancamos el motor.— ¿Lista? — pregunta
Nabila.— Lo estoy — sonreí emocionada. cuestión
de minutos me encontraba en un fabuloso
restaurante comiendo unos deleitosos falafels tal
como me lo prometió.— ¿Tus padres saben de mí?
— pregunté.—Por supuesto Hada y están
encantados de recibirte en nuestra casa. Además,
hoy llegó mi hermano de viaje así que hay una
gran cena familiar.
— Nabila, no quiero molestar a nadie en serio,
reservaré un hotel amiga — sueno apenada.—Pero
¿qué dices?, si estoy feliz de tenerte aquí.— Ya,
pero...— Hada te arrastraré del pelo como me
pongas más peros — me advierte.—No pensaba
que eras tan violenta — me burlo de ella.
Terminamos la comida y salimos rumbo a su casa.
No voy a negar que me siento nerviosa por
conocer a su familia, todo esto es nuevo para mí.
Su cultura, sus tradiciones, todo es diferente a los
que estoy acostumbrada.— Ordené que te
preparen una habitación cerca de la mía — me
informa Nabila mientras conduce.— ¿Tan grande
es tu casa? — la interrogué sorprendida.—
Más de lo que te imaginas — contesta con
diversión. Al llegar al lugar donde vivía, me quedé
atónita por el inmenso sitio donde habitaba
Nabila, era como un castillo del siglo veintiuno,
moderno y lujoso. Siento como la mano de ella
presiona mi barbilla para cerrarme la boca que se
había quedado abierta de lo fascinada que
estaba.— Pero... — Indiqué con el dedo, pero ella
no me dejó terminar. — Todavía no has visto el
interior
— me coge del brazo para tirar de mí. Una vez
dentro de aquel palacio, porque así lo veía yo.
Pude notar la voz de una mujer hablando con
alguien y sonrisas de felicidad alrededor.— Ven
mis padres están en el salón.
Nabila se introduce en el salón y yo la sigo, lo
primero que me percato es de la hermosura de la
mujer que se encontraba ahí, un hombre vestido
de túnica típica del país y dos jóvenes chicos de
unos dieciséis y diecinueve años la rodeaban.—
Familia déjenme presentarles a mi amiga Hada —
me presenta Nabila. La señora se levanta y camina
hacia mí con una gran sonrisa, lleva puesto una
túnica negra con bordados dorados.— Bienvenida
hija, siéntete como en tu casa — su madre me
recibe con los brazos abiertos— Muchas gracias,
señora, no sabía que hablaban Español.
— Solo llámame, Samira — dice ella. — El español
es el tercer idioma que hablamos. Después me
saluda su padre, he de decir que me recuerda a
alguien y luego los dos chicos.— ¿Dónde está mi
hermano? — preguntó Nabila a su madre.— Salió,
pero dijo que volvería en breve.
— ¿Tienes otro hermano? — pregunté.— Si, el que
te dije que llegó hoy de viaje. Es el mayor— añade
nuevamente.
— Y dueño de todo esto — esto último lo susurra
en mi oído para no ser escuchada. Evidentemente
la curiosidad de conocer al hermano mayor se hace
más notable en mí, después de una agradable
charla con los padres de mi amiga, subo a la
habitación que me asignaron. El espacio donde iba
a pasar estos dos meses era enorme, podría ser mi
casa entera en una sola habitación, la cama es
inmensa la cual estaba adornada con unas sábanas
de sedas blancas, un gran ventanal dejaba ver las
vistas preciosas de Abu Dhabi.Y qué decir del baño
que acompañaba esa habitación de cinco estrellas,
era todo mármol con una gran bañera que podrían
caber hasta tres personas sin problema, al lado de
esta había sales minerales de muchos aromas.
Después de bañarme, salgo y procedo a vestirme
sin embargo escuchó que llaman a la puerta.—
¿Puedo pasar Hada?, soy Nabila.— Pasa —
contesté.
— ¿Qué tal el baño? — me vacila.— Como estar en
el cielo.— Amiga te vine a buscar porque han
preparado café y dulces, por si te apetece
merendar — dijo ella. — Ah bueno mi hermano
llegó hace rato también— vuelve a decirme.— Me
encantaría pasar la tarde entre dulces y café—
añadí.
— Dame cinco minutos que me terminé de peinar
y vamos — reiteré. Mientras bajamos mis latidos
se aceleran.
Al entrar al suntuoso salón y distinguir aquella
figura alta y esa barba bien acabada, la mirada
profunda en la que admiraba a su madre y sobre
todo esa sonrisa que detiene el aire que respiro,
produce en mi anatomía un temblor misterioso.
Sin quererlo muerdo el labio inferior con fuerzas
mientras estoy paralizada ante ellos. Solo puedo
escuchar como Nabila me presenta ante su
hermano que ahora mismo tiene una sonrisa de
lado y mirándome con determinación. Capté como
su fuerte y alto cuerpo se acercaba a mí.—Te lo
lastimaras—dice y después siento como una
oleada de calor choca en mi rostro haciéndome
enrojecer. —Encantado de conocerte Hada—
vuelve a decir extendiendo su mano. Suelto el
agarre de mis labios y reaccioné a sus palabras.—
Igualmente — le doy la mano la cual quedó
atrapada con la suya por unos largos e intensos
segundos mientras nuestras miradas se sostienen
entre ellas.

Capítulo 3 Narra Sahir.


Un vacío repentino se acomodó en mi ser, siento
como si a mi vida le faltara algo después de haber
visto a aquella mujer de los ojos azules, Hada.
Pero esa sensación amarga desaparece cuando me
la encuentro en mi casa, parada frente a mí
mirándome otra vez de la misma manera que lo
hizo en el avión. Pensar que ella era la amiga de mi
hermana y que estaría pasando una temporada
junto a mi familia y mí, me acarrea un sentimiento
totalmente nuevo. Su mano aún la retengo con la
mía, nuestras miradas se conectan entre sí, como
si no hubiese nadie a nuestro alrededor. Suelta ese
hermoso y apetitoso labio y su voz al decir mi
nombre queda grabado en mi mente haciendo eco.
Escuché a mi hermana hablarnos, lo cual noto
como Hada reacciona a la pregunta que nos acaba
de hacer.— ¿Se conocen?. Hada responde de
manera precipitada.
— No.Si ella no quiere reconocer ante mi familia
que me conoce, está bien lo respetaré. No seré yo
quien la haga quedar como mentirosa ante
todos.— Hermano Si nos permites vamos a
sentarnos— dice Nabila.— Adelante — me hago a
un lado para que pasen. Hada roza mi mano con la
suya al pasar tan cerca de mí, desprendía un
delicioso aroma a vainilla con una mezcla de
aromas cítricos.— Hada ¿descansaste algo? — le
pregunta mi madre.— Si, señora ... — contesta
tímidamente. Parece mentira que detrás de esa
timidez se esconda una mujer tan atrevida.— Ya te
dije que llámame, Samira — añade mi madre con
una sonrisa. Observé cómo se hablan entre ellas y
sentí como mi presencia la pone nerviosa cosa que
me encanta ocasionar en ella. No sé si podré
aguantarlas ganas que tengo de besar esos
perfectos labios rosados, el autocontrol es una de
mis cualidades, pero con ella pierdo todos los
estribos.—
¿Quién vendrá a la cena madre? — pregunté para
olvidarme por un instante de la mujer que tengo a
unos centímetros de distancia y así ocupar mi
mente en otros asuntos, pero se me es difícil.—
Vendrá tu abuelo y tu tía — me informa.— Genial
— digo levantándome del sofá.
— Estaré en mi habitación. — Pero hijo, quédate
un rato más — pide mi madre.— Madre necesito
asearme y descansar un poco — digo con seriedad,
pero realmente lo que quería era escapar de la
tentación que me causaba la presencia de Hada.
Narra Hada.
No podía creer lo que mis ojos estaban viendo, el
hermano de Nabila es el mismo hombre que
conocí hace horas en el avión, el que tenía frente a
mí, que lo miraba con fascinación y atrevimiento y
lo peor es que estuve coqueteando con él. Quien
me iba a decir que compartiremos el mismo techo.
No me quiero imaginar lo que estará pensando de
mí, seguramente pensara que clase de amiga tiene
su hermana. Pensé que nunca más lo volvería a
ver, pero parece que me equivoqué, una vez más
fallé y siendo sincera me alegra volver a verlo.
Porque realmente se instaló en mi mente sin ser
anunciado, su mirada y sonrisa se clavaron en mis
pensamientos. No quiero imaginar cómo acabará
mi pobre corazón los días que estaré viviendo
junto a él porque me quedó claro que es un
hombre prohibido.
Nabila y yo salimos en busca de unos atuendos
para la cena, los ojos me brillan al ver semejante
belleza de telas. Opte por varias túnicas abiertas,
ya que el tiempo que me voy a quedar aquí quiero
usar sus ropas. Cuando llegamos a casa, sin
esperarlo nos cruzamos con Sahir, estaba vestido
con el típico atuendo de un Saudí, joder se veía
sumamente sexy.

—¿Dónde estaban? — cuestiona mirándome,


pero la pregunta fue lanzada para las dos.—
Fuimos de compras — habla Nabila.
— Hmm... vayan a prepararse que pronto llegará el
abuelo — agrega. Caminamos juntas, pero un
impulso me hace voltear para mirarlo, lo cual me
sorprende cuando veo que él también se gira para
repetir la misma acción que la mía y luego me
dedicó una sonrisa provocadora. Entré a mi
habitación, cierro la puerta con mi cuerpo y suelto
un suspiro. Dejé caer las bolsas que cargaba y
empiezo abanicar con la mano, mi rostro ardía por
tal hombre.
Me doy una ducha con agua helada para saciar la
temperatura tan elevada que sentía mi cuerpo por
semejante ser. Me pongo un pantalón negro, junto
a una blusa del mismo color y unos lindos tacones
abiertos, a todo esto, acompañado de la túnica
que me compré negra con decoros de oro. Apenas
me maquillé, solo me apliqué máscara de pestañas
y perfume, complementando mi atuendo con un
reloj dorado que me regalaron mis padres en uno
de mis cumpleaños.
Siento la voz de Nabila llamarme desde el pasillo
que daba a mi habitación, salgo y nos disponemos
a bajar donde están los familiares de Sahir, se
escucha el tono de ellos hablando en árabe y
riéndose. Al llegar a donde están, las miradas se
posan en mí formando un silencio incomodo, la
única mirada que me interesa ver era la de Sahir,
que está midiendo mi cuerpo con sus ojos.
Noto como mi amiga se lanza a los brazos de su
abuelo, el cual la besa en la frente y ella le
devuelve el beso en la mejilla.— Abuelo, debes de
venir más a menudo — le dice y yo espero a que
reaccionen y digan algo para romper el ambiente
tan tenso que se sentía.— Hada estás preciosa —
habla al fin Samira.— Gracias — baje la mirada—
Ven hija déjame presentarte a mi padre — me
señala el hombre que tiene cerca Nabila.
— Padre, ella es Hada la amiga de tu nieta y
nuestra invitada. Observo como se pone de pie, y
se acerca a mi persona, su mirada es intimidante y
como no, tener a un señor de unos setenta y
tantos años con una estatura de metro noventa,
vestido de blanco y turbante pienso que cualquier
persona desconocida se sentiría como yo.—
Bienvenida Hada, es un placer tenerte entre
nosotros — dice amablemente mientras se dibuja
una linda sonrisa la cual me hace recordar a Sahir.
Ahora entiendo de quien heredó esa bella
expresión al sonreír.— El placer es mi Señor —
añadí tímidamente. Después me presenta a la tía.
Ella es hermana de Samira.
Capítulo 4
La cena transcurrió a la perfección, estuvieron
hablando y riendo a cada rato, nunca imaginé que
estaría sentada en medio de unas personas cuya
cultura era diferente a la mía, me refiero que no
pensé que me iban a recibir como a una más. Los
que solemos ver de los Orientes o mejor dicho de
los árabes es súper diferente a lo que son
realmente.
Voy al baño a lavarme las manos, pero al rato
siento como la figura atractiva de Sahir entra.
Cierra la puerta detrás de él y se acerca de manera
cautelosa como cuando un león salvaje mira,
analiza y ataca a su presa. Lo contemplé a través
del espejo, sus labios se acercan a mi oído
dejándome oler su agradable fragancia. Un
escalofriante aire helado envuelve mi cuerpo por
su cercanía.—Eres la mujer más hermosa que han
visto mis ojos Hada — musita haciendo que su
cálido aliento rompa la manda helada que me
cubría.
—Gracias Sahir, pero creo que no deberías estar
aquí — añadí con dificultad.—Hmm, cierto... pero
necesitaba decirte lo que pensaba, además no he
tenido la oportunidad de hablar contigo a solas.
—Sahir no quiero que pienses que soy una
descarada por lo que pasó en el avión — dije
aprovechando el momento.—Lo único que pensé
es que como una mujer como tú no tiene dueño
que le pueda acariciar esos hermosos labios que
tienes — susurra.
Veo como mi rostro empieza a volverse rojo como
un tomate, sus palabras causan en mí una timidez
que hasta ahora no pensaba que tenía.— Créeme
que te ves aún más hermosa cuando tus mejillas se
enrojecen. No consigo decir nada, ya que si
hablaba iba a hacer el ridículo, así que me dejé
perder en su mirada por un instante y sentir como
su aliento roza en mi nuca. Intentamos encontrar
las respuestas y porque nos pasa esto cuando
estamos tan cerca.
En el fondo sé que esto que sentimos no se acaba
aquí, dejará huella en ambos.—Te dejaré terminar
— añade después de un rato en silencio.
Asentí y veo cómo desaparecía por la puerta.
Luego de la cena, preparan té en el jardín, donde
estamos un buen rato.— Hada Me llama la tía de
Sahir. — ¿Tienes novio? — pregunta de manera
directa. Antes de contestar miré como los demás
esperaban mi respuesta, Sahir me mira con la
mandíbula tensa como si temiera a lo que iba a
contestar.— Tía que pregunta es esa — habla
Nabila.— No tranquila amiga, es una pregunta de
lo más normal — dije.— No señora, no tengo
novio.— Pues es una pena Hada, eres hermosa...
aunque yo soy más de pensar que una mujer debe
casarse cuanto antes para evitar tentaciones —
añade ella. —¿No es así Nabila? — vuelve a hablar
mirando a su sobrina.— ¿A qué te refieres tía? —
suena la voz de Sahir. — Me refiero a la manera
que te has dirigido a mi hermana como si quisieras
decir algo más con esas palabras — frunce el
ceño.— Hijo... —habla su madre.— Madre deja
que mi tía conteste — le pide.— Sobrino solo quise
decirle que ya tiene edad para contraer
matrimonio con un buen muchacho — se explica
nerviosa.— ¿En serio tía?, y no debería ser
aplicado lo que estás diciendo a tu hija, mi prima
es más mayor que mi hermana y hasta donde sé
aún sigue siendo una solterona — sigue hablando
enojado.— Sahir cálmate— interfiere esta vez su
padre.— Estoy calmado padre, solo estamos
dialogando.— Tú sabes muy bien que mi hija está
esperando por ti Sahir — la tía alza la voz. Siento
como esas palabras se clavan en mi ser.— Dios es
testigo que nunca le di esperanzas falsas a tu hija
tía, os deje claro que no me iba a casar con ella,
uniré mi vida con la persona que sea capaz de
gobernar mi corazón — dijo y después desapareció
entre nosotros. Esperé unos minutos más, tomé un
sorbo del té con hierbabuena y me disculpé para
retirarme a mi habitación, acabo de vivir una
situación bastante incómoda.— Hada, discúlpanos
por lo que acabas de presenciar — manifestó
Samira.
—No se preocupe, Samira — respondí con una
sonrisa.
Narra Sahir
El comentario de mi tía hizo que perdiera el
control, su forma de expresar las cosas me sacan
de mis casillas y lo que más me molestó es que
sacara el tema de su hija frente a Hada, de hecho,
le prohibí que trajera a su hija a la cena por el
motivo de ser tan descarada. Salgo de mi recamara
con rumbo a la calle a estar un rato con un amigo,
pero me cruce en las escaleras con Hada, agarre su
brazo para detenerla.—Lo siento— me disculpo.—
¿Por qué te disculpas? — pregunta con la mirada
puesta en un punto fijo.

— Por lo que acaba de ocurrir, sé que fue


incómodo.—Por mí no hay problema Sahir —
habla restándole importancia al asunto. Mi cuerpo
se pone rígido por unos segundos, y después hablé
de nuevo sin soltar su brazo en ningún
momento.— Muy bien Hada — digo y la suelto
para continuar mi camino. Conduzco uno de mis
autos deportivos, presioné el acelerador y salgo
disparado con los pensamientos encontrados.
Llamo a mi amigo para confirmarle que al final iré
a verlo. Al tercer tono contesta:— Salam alikom
brother, estaré ahí contigo en diez minutos —
informé.— Te espero bro — añade él y después
cuelgo. Cuando llegué al lugar donde habíamos
quedado, nos saludamos y empezamos a hablar de
mi viaje a España hasta llegar al tema de Hada.—
La verdad que estoy sorprendido por la manera
tan intensa que la describes, Sahir.— A lo mejor es
solo un capricho, pero te aseguro que no sé cuánto
tiempo aguantaré las ganas de tenerla para mí.—
Te aconsejo que evites la tentación, recuerda que
es una invitada — me aconseja mi amigo. Como si
fuera fácil evitar semejante belleza, con tan solo
mirarla me fundo en sus preciosos ojos azules.
Donde solo habitamos ella y yo.
Capítulo 5
Narra Hada.
Despierto por los rayos de luz que se filtraban por
el gran ventanal de la habitación donde dormía, no
recuerdo haber descansado tan bien. Decido
darme un largo baño, hoy quiero salir a conocer
Abu Dhabi, quiero retratar en mis recuerdos el
lugar donde estoy. Me visto con unos jeans, una
blusa de tela fina, ya que el calor aquí era
insoportable, bajo escaleras abajo en busca de mi
amiga, pero su madre me dijo que había salido
hacer algunas gestiones.
— Bien, en ese caso saldré sola — le informé, pero
escucho la voz masculina de Sahir.
— Si me lo permites te puedo llevar a donde
quieras ir.
—No es necesario, de hecho, no tengo rumbo...
Solo quiero conocer el lugar
— lo miré fijamente.— Entonces soy el perfecto
guía —añade guiñándome un ojo.— Está bien —
dije, aunque algo en mi interior gritaba que era un
error haber aceptado. Desayunamos y después
salimos los dos juntos. Note como su madre se nos
quedó mirando cuando nos marchábamos. Me
monté de copiloto en un lujoso auto deportivo, su
delicioso perfume se cuela por mis fosas nasales,
verlo de perfil es aún más bello.— ¿A dónde te
apetece ir? — pregunta Sahir.— Sorpréndeme —
contesté. Él sonríe a mi respuesta.
—Muy bien, así será — dice y nos ponemos en
marcha. Unos minutos más tarde y ya habíamos
llegado, es un lugar apartado de la civilización.
Abren las rejas de aquel sitio dejándonos entrar. Es
como un zoológico, pero diminuto.— ¿Dónde
estamos? — lo interrogué sorprendida.— Te voy a
presentar a mis hijas — añade él como si nada. Sus
hijas?, no entiendo. Su mirada de diversión al ver
mi reacción es notable. Los empleados lo saludan
en árabe, mientras caminamos a no sé dónde. Uno
de los empleados abre una jaula dejándonos
entrar, pero cuando noté que se acerca una leona
de unos dos años hacia nosotros, un grito sale de
mí y doy vuelta atrás para salir corriendo de la
jaula de donde me estaba metiendo. Ese animal
salvaje se lanza por Sahir, mientras yo estoy
escondida detrás del hombre que nos abrió antes.
No puedo creer que él sea un domador de estas
bestias, y tampoco me creo como esa leona lame
con su lengua al saudí.
— Hada, no te hará nada — dice a lo lejos con la
respiración agitada.— No gracias Sahir, desde aquí
tengo unas hermosas vistas— suelto con ironía. Al
rato observo como se acerca otra leona, pero está
es más pequeña que la anterior, la coge en
brazos.— ¿Y con esta tampoco te atreves? Le
indiqué que no con un movimiento de cabeza,
pero al parecer no le importa lo que diga porque
se acerca a mí con ella en su regazo.
El cuidador que tenía al lado abre la puerta
dejando salir a Sahir con la cría.— Ven Hada — me
ofrece su mano. La cual aceptó con temor. —Me
pediste que te sorprendiera — añade él otra vez.—
Si, pero no de esta manera que por poco me da un
infarto.— Déjate llevar — me pide mientras acerca
mi mano a la leona, la toque con temblor, pero
después cuando veo que está no hace nada me
calmé y disfruté. Sonreí por la emoción que sentía
al ver que estaba acariciando a tal animal.
— Ves te dije que no hace nada — expresa Sahir.—
Es cierto — Nunca pensé que tocaría a un animal
salvaje.— Conmigo harás cosas que nunca te las
habías imaginado, siempre y cuando estés
dispuesta. Entre el calor de aquel lugar y esas
palabras junto a la cercanía de Sahir, mi cuerpo no
podía más con la temperatura tan elevada que
sentía. Admiro como disfruta con las leonas, es
como si estuviera jugando con gatitos, pero en
grandes dimensiones.— Llegaron cuando eran
bebés — me explica.— Se nota el cariño que les
tienes. Después de consentir a "sus hijas" como les
llama él, nos fuimos. Pero esta vez sabía dónde me
llevaba. De safari por el desierto, el plan es llamar
a Nabila e ir justos, pasear en camello a la puesta
del sol y disfrutar una excelente barbacoa árabe.
Narra Sahir.
La cara de pánico que se le quedó a Hada al ver a
mis leonas lanzarse sobre mí es algo que nunca
olvidaré. Mis hijas son inofensivas, de hecho, son
más cariñosas que un ser humano. Como aún era
temprano quise llevar a Hada de safari, quiero que
vea la belleza del lugar. Ella aceptó con la
condición de que llevara a mi hermana. Accedí,
pero me hubiera gustado ir solos. Marqué a Nabila
para avisarle que en breve pasaré por ella, al
primer tono contesta.
— Hermanita, ¿estás disponible para
acompañarnos a Hada y a mí? — pregunté.— ¿A
dónde van? — me contesta con otra pregunta.—Al
desierto — dije.— Me encantaría Sahir, pero no
me siento bien.— Vale hermana, mejórate — dije y
cuelgo la llamada sin preguntar que tenía.— ¿Qué
pasó?.— Nabila no se siente bien — le informé.—
Entonces regresemos a casa.
— No es necesario, iremos nosotros dos.— Pero...
— la interrumpo.—Iremos juntos y no quiero oír
más esos peros. — ordené seriamente. Apoya la
espalda en el asiento y dice un "Está bien”. Antes
de ir al desierto hicimos una parada en un
restaurante de un buen amigo mío, almorzamos
unos deliciosos kebabs, ya que Hada me dijo que le
apetecía mucho.— Querido Sahir, bienvenido
hermano — se acerca a nosotros el dueño del
lugar.
— Abdul, cuanto tiempo — dije y luego nos
abrazamos. — Déjame presentarte a mi novia
Hada — vuelvo a decir mirando a Hada, realmente
estaba bromeando. Hada se volvió pálida al oír
como la había presentado ante mi amigo y las
ganas de reírme a carcajada era evidente.—
Hombre con suerte — añade Abdul.— Lo soy —
digo orgulloso por algo que no era mío. Pero en el
fondo sé que esta despiadada mentira me traería
consecuencia con la mujer que tengo delante.
Qué más quisiera ser su novio, y ella ser mi todo.—
Encantada Señorita — dice Abdul.— Igualmente —
añade ella nerviosa.— Bueno, disfruten de su
almuerzo. Sahir espero verte pronto y conversar
un poco amigo.
Cuando Abdul se aleja lo suficientemente de
nosotros, giro mi mirada al rostro de Hada y le
hago una súplica con las manos para que no me
regañe mucho por la pequeña mentira que le dije a
Abdul.
— No te clavo el tenedor Sahir porque estoy en
territorio internacional, y no quiero tener
problemas, pero la próxima vez que digas que soy
tu novia no lo dudare en hacerlo — amenaza, pero
después la miré con los ojos bien abiertos y se deja
llevar por la imagen de mi rostro y suelta una
carcajada.— Está bien Hada, prometo no volver a
poner mi vida en peligro — añadí en tono burlón.
Capítulo 6Dar un paseo por las dunas de arena en
camello bajo en atardecer ha sido increíble. Las
risas y miradas de Sahir lo han hecho más mágico.
Para rematar el día, acabamos en una barbacoa al
estilo árabe, lo único que puedo decir es que fue
brutal. Dio la casualidad de que había un
espectáculo organizado para los turistas, pero
como era de esperar Sahir habló con alguien y nos
dejaron colarnos para ver cómo las mujeres
bailaban la danza de vientre. Tomamos asiento en
el suelo, ya que así estaban todos sentados. Una
mesa y con cojines alrededor para sentarse. Me
quede fascinada como se movían, por más quisiera
no podría mover mi cintura como lo hacían ellas.—
¿Te gusta? — pregunta Sahir sacándome de mi
asombro.— Me encanta — dije para después
seguir observando el baile. Percibo por el refilón
del ojo como me mira, intenté actuar como si no
me hubiese dado cuenta, pero al instante me viene
el recuerdo de hace rato en el restaurante. No me
podía creer que me haya presentado ante su
amigo como su novia. No voy a mentir y decir que
no me gusto, al contrario, me sentí diferente.
Causó en mí un revoloteo en mi vientre, como si
unas mariposas dando tumbos intentando salir.
Ser su novia?, eso es algo casi imposible o por lo
menos eso pienso yo.— ¿En qué piensas?
— pregunta, estaba tan sumergida en mis
pensamientos que su voz me asustó.— Cosas mías
— contesté. Su rostro se acerca a mi oído, casi
sintiendo su roce con mi piel.— Suéltalo — ordena.
No digo nada, ya que mis neuronas se estaban
bloqueando por tal cercanía.—¿Qué quiere que
suelte? — habla mi subconsciente.— Me refiero a
tu labio — vuelve a decir. Ahí es donde me percato
que había mordido mi labio otra vez
intencionalmente.
— No sabes lo que provocas en mi Hada — habla
de nuevo pero esta vez apoya su frente en mi
hombro soltando un suspiro.
— ¿Qué quieres de mi Sahir?.Alza sus oscuros, y a
la vez hermosos ojos para contestarme.
— Lo quiero todo Hada. Esas palabras se clavaron
en mí como cuchillas, noto como mi corazón se
acelera, mientras su voz hace eco en mi cabeza.—
Quiero todo contigo y nada sin ti Hada. Me
hechizaste desde aquel día en el avión. Como te
quedaste mirándome, y sobre todo cuando te
sonrojas, es algo que me vuelve loco —sigue
expresando sus sentimientos. Solo me limito a
escucharlo.— Sé que mi cultura es diferente a la
tuya igual que las tradiciones, pero te prometo que
nos adaptamos al momento
— continúa hablando.— No puedo hacer esto
Sahir, tu hermana y tus padres me abrieron las
puertas de su casa, me tratan como a una hija más.
No puedo tener algo contigo... es como si los
traicionara, entiéndeme.— Para empezar, esa casa
es mía, y terminaré en decir que no vas a traicionar
a nadie porque tanto tú como yo somos lo
suficientemente mayorcitos para decidir con quién
estar o no.— ¿Y no piensas que a lo mejor ellos
quieren para su hijo una mujer de vuestra misma
cultura?. Suelta una carcajada, después pasa su
mano por su nuca.— Si no quieres estar conmigo
me lo dices directo, pero deja de poner excusas —
añade para después levantarse y alejarse de la
multitud. Me quedé ahí sentada considerando sus
palabras, y la verdad que no sé qué hacer. Unos
segundos más me levanté y salgo en su busca. Me
acerco hasta él y entrelazo mis dedos con los
suyos.— Quiero estar contigo Sahir, eso no lo
dudes jamás — le dije mirándole directo a los ojos.
— Solo tengo miedo, entiéndeme, vine a conocer
el país y vivir una aventura, pero no imaginé esto.
Al terminar de hablar, siento como unos suaves
labios chocan con los míos, haciendo paso a un
intenso y deseado beso, un beso que nos deja sin
aliento y con ganas de más. Une su frente con la
mía, mientras paso mi mano por su perfecta y
sedosa barba.— Solo intentémoslo — musita. No
contesté, solo me dejé llevar.
Volvimos a fundirnos en otro beso, pero esta vez
fue más duradero, fuerte y apasionado lo cual
provoca en mí ganas de ir más allá de lo prohíbo.
Capítulo 7
Continúa narrando Hada.
Desde que regresé del desierto no puedo dormir,
así que aquí estoy mirando a un punto fijo y
pensando en todas las emociones experimentadas
hasta ahora con él. Sé que será una relación difícil
pero no pierdo nada por intentarlo. Mientras veo
cómo amanece el día, siento como la puerta de mi
habitación se abre, dejando ver a un Sahir vestido
de traje.
— Buenos días hermosa — saluda acercándose a
mi cama.— Buenos días — le devuelvo el saludo.
— ¿A dónde vas tan temprano? — pregunté.— El
deber me llama nena — posa un beso en la
comisura de mis labios.— ¿Entonces no te veré
hoy?.— ¿Quien dice que no?, me verás después en
la noche porque tengo la intención de raptarte.
Mis labios se ensanchan dejando salir una sonrisa.
— Esperare con ansias Sahir — añadí. Después nos
besamos con un dulce beso y a la vez amargo.
Dulce porque sus labios saben a café y amargo
porque será el último beso que le daré en todo el
día. Observó como sale de la puerta, mientras yo
suelto un suspiro. Cerré los ojos y me quedé
dormida, hasta que me percato de que el colchón
se hunde a mi izquierda por alguien.— ¿Nabila? —
giré mi rostro hacia ella.
— Buenos días bella durmiente — dice con una
sonrisa.—Pues está bella durmiente solo durmió
tres horas en toda la noche —bostecé.— Será que
mi hermano te quita el sueño.— Quizás—
chasqueó la lengua.— Hmm... me lo imaginé,
ahora cuéntame ¿qué pasó ayer?. Y no me digas
que nada porque tuve que mentirle diciéndole
"que me sentía mal", para dejaros solos.—
¿Entonces lo hiciste a posta? — pregunté
sorprendida.— Pues claro, no soy tonta y sé que
mi hermano no deja de mirarte cuando estás cerca
de él. Sonreí y después me tapé el rostro con las
sábanas.— Hada, cuéntame ya...—No quiero.
Entonces siento como una gigantesca almohada se
estampa en todo mi cuerpo, después otra vez en
mi rostro, hasta que salgo de mi escondite y me
defiendo con otra almohada. Entre risas y golpes
acabamos en el suelo tiradas.
Nuestras respiraciones se agitaron por aquella
guerra de almohadas que tuvimos.
— Tu hermano y yo vamos a intentar tener una
relación — solté. Un grito eufórico revienta los
tímpanos, mientras el cuerpo de Nabila me abraza
con fuerza.— Amiga, que feliz me hace escuchar
esto.—No quiero que nadie lo sepa de momento
—le dije seriamente.— ¿Por qué?.— Llegue hace
tan solo unos días, no quiero que piensen mal de
mí.— Bueno estoy segura de que nadie pensaría
nada malo de ti, pero si es tu decisión no decirles,
lo respetaré. Después de una interesante charla
con ella, me doy una ducha y me visto. Hoy la
mañana promete, saldré con Nabila de paseo y el
resto del día estaremos en la piscina. Sus padres
tienen una cena en casa de unos amigos, en parte
me alegra porque no sabrán cuando salga con
Sahir.
El mero hecho de que no quiero decirles sobre la
relación que estoy manteniendo con su hijo, es por
miedo. Ese miedo de ser rechazada, una cosa ser
amiga de su hija y otra muy distinta es ser la novia
de su hijo, son dos conceptos muy diferentes.
Luego de desayunar todos juntos excepto Sahir,
salimos Nabila y yo, pero mi amiga me da las llaves
de su auto y conduzco, se siente increíblemente
bien manejar por aquellas carreteras. Nuestro
destino es la gran Mezquita de Sheikh Zayer.
Cuando me paré frente a esta, mis ojos se
iluminaron por tanta belleza. Sus hermosas y
enormes cápsulas son de mármol blancas, pensé
que su belleza era sólo lo exterior, pero me
equivoqué, es más hermosa por dentro, una gran
alfombra persa cubría el suelo, decorada con
grandes candelabros. Mi admiración por aquel
lugar supera cualquier belleza que había visto
antes. El recorrido por la Mezquita duró más de
dos horas, el arte que contenía era inacabable.
Después salimos a comer algo por ahí, y al
terminar nos dirigimos a la casa. Un buen
chapuzón en la piscina nos alivió un poco el calor.
Aún que me lo pasé muy bien el día de hoy, no
deje de extrañar a Sahir. Anhelo su presencia.—
Nabila, subiré a bañarme — digo secándome mi
cuerpo húmedo con la toalla. Cómo sabía que no
había nadie en casa subí con el bañador solo, pero
para mi sorpresa me encuentro con el hombre de
mis sueños, con Mi Saudí.— Oh por Dios Sahir me
asustaste — manifesté poniendo la mano en el
pecho. Una sonrisa seductora se forma en su
rostro, mientras su mirada examina mi cuerpo. No
dice nada solo observa mi anatomía, junto al
bañador blanco que llevaba mojado. Me enrede
las manos a mi cuerpo intentando cubrirme con
ellas, pero era imposible.— Deja de mirarme de
esa manera Sahir.
— ¿Y cómo quieres que te mire?, si lo único que
puedo hacer es admirar tu hermosura Hada. No
respondí, y procedo a caminar hacia las escaleras,
pero su mano enreda mi cintura creando un
choque con su dura figura.— No tengas prisa —
susurra cerca de mí.— Sahir por favor nos va a
haber tu hermana —dije en voz baja sonriendo.—
Hmm...me da igual
— muerde el lóbulo de mi oreja, causando en mí
un exquisito escalofrío. Me giré sobre mis talones
y me paré frente a él, miro si no viene Nabila y le
doy un beso corto en la comisura de sus labios.
Aprovecho que afloja su agarre y salgo corriendo a
mi habitación. Capítulo 8
Narra Sahir
Hada se acaba de escapar de mis garras, pero verla
con ropa de baño y aún húmeda despertó en mí a
la bestia que llevo controlando desde el día que la
conocí. Estoy bastante agotado, hoy ha sido un día
duro de trabajo, subí a mi recámara para darme un
baño y cambiarme de ropa. Tengo pensado llevar a
Hada a uno de mis yates. Quiero pasar la noche en
altamar. Me pongo algo cómodo y bajé en busca
de mi hermana.— Bicho, ¿qué tal estás de tu mal
estar? — pregunté nada más verla.— Mejor
hermano, y ¿tú dónde vas tan guapo? — Alza una
de sus cejas.—Saldré con tu amiga que ahora es mi
novia— esta vez alzó las dos cejas, y me reí
después.— Hmm ya veo... Sabes hermano me
alegro mucho por vosotros, Hada es una buena
chica.
— Lo sé, además si solo quisiera pasar un rato, no
me acercaría a ella — me sincero. Nabila me
abraza, y después deja caer un beso en mi
mejilla.— También le gustas a ella — añade. Una
sonrisa tonta sale de mí.—Iré a ver qué hace tu
novia — se ríe. Mientras esperaba por Hada,
contesté unos mensajes que recibí en la tarde de
mi prima.—¿Qué tal con la española, primo? — la
ignoré completamente, no voy a entrar en su
juego. Al rato siento como unas manos descansan
en mis hombros y un rico aroma llega a mi gusto
olfativo. Automáticamente me di cuenta de quién
se trataba. Hada ya había bajado y yo sin darme
cuenta.— Que guapo estás — dijo sonriendo.— Lo
mismo digo — respondí fijando mi mirada en su
pequeño cuerpo.— ¿Nos vamos? o ¿vas a seguir
comiéndome con la mirada?.—Me gustaría
comerte de otra manera y no solo con la mirada —
contesté en tono seductor. Vuelvo a provocar ese
enrojecimiento en sus mejillas.— Tranquila amor,
tengo toda la noche para comerte lentamente —
añadí acercándome más a ella.— Estoy tranquila
Sahir.— Hmm... ya veo. Después de eso, le cogí de
la mano y caminamos hasta la salida, entramos al
auto y nos dirigimos al puerto. Cada vez que estoy
cerca de Hada es como si naciera de nuevo.
Narra Hada.
Estoy parada frente a una gran máquina lujosa
flotando en el agua, la mano de Sahir y la mía
están entrelazadas y no me suelta ni un solo
instante. Me presenta al capitán, y después nos
alejamos, contemplando las hermosas vistas que
iluminan Abu Dhabi.—Hada — musita Sahir cerca
de mi oído.—No tengo intención de regresar a casa
esta noche— me informa.—¿Y qué piensas
hacerme? — digo dejando salir la granuja que hay
en mi.— Te haré todo lo que te haga gritar mi
nombre — me atrae más a su torso. Eso causó en
mí una explosión de distintas emociones.—
Contigo estoy preparada para todo. Toca mis
labios con los suyos, entretanto nuestro aliento se
mezcla entre sí. Un ahogado y a la vez ansiado
beso comienza en nuestra boca, mis labios están
midiendo al milímetro los de él. Nos detenemos
porque ya nos estábamos quedando sin oxígeno.
Enseguida Sahir da besos cortos en la punta de mi
nariz y termina en mi frente.—Me gustas tanto —
anuncia. Me quedé mirándolo, pero no digo nada
solo sonreí.— Sé que me voy a enamorar de ti con
mucha facilidad Hada — habla nuevamente
mirando mis ojos.— Es difícil de creer — añadí.
—¿El que es difícil de creer?.—De toda esta
coincidencia, no parece ser tan real. Solo me
dedico otra sonrisa y después cenamos una
deliciosa cena en medio del mar bajo la luz de la
luna.— Permíteme hacerte volar entre las
estrellas, déjame consentirte, hacerte mi sultana,
quiero deleitarme en tus brazos. Esas hermosas
palabras de Sahir se clavaron en lo más profundo
de mi ser. Me lancé a sus labios para besarlo
desesperante, siento como su mano recorre mi
columna vertebral, lo cual mi cuerpo responde a su
tacto con un escalofrío que eriza mi piel. Se coloca
detrás de mí, con sus manos agarradas en mi
cintura mientras tanto besa mi cuello con
delicadeza. Caminamos hasta el camarote
principal, en ella hay una cama con el cabecero
negro a juego con la pared, acolchado con papel de
tapiz con flores acorde en tonalidades a las
lámparas, unas butacas de piel negras que se
sitúan junto a la gran ventana de vidrio que dejan
ver la totalidad del océano. Mientras voy
detallando el lugar, Sahir sigue besando mi cuello,
desciende por mis hombros. Siento como poco a
poco baja el cierre del vestido que llevo puesto. Mi
respiración empieza a agitarse por la excitación
que provoca en mí.— Me vuelves loco — dice él sin
despegarse de mi piel. Giré hacia él y comencé a
desabrochar cada uno de los botones de su camisa
blanca. Su enorme erección la puedo apreciar
clavada en mi abdomen. El olor que desprende su
cuerpo recorre por todo mi sistema, como si fuera
una droga a la cual soy adicta.El vestido cae al
suelo, quedándome solo en ropa interior, empieza
primero a hacerme el amor con los ojos.—Hazme
tuya ya — le pido entre jadeo. Suelta una
carcajada en medio de una gran calentura.— Sin
prisa linda. Me coloco encima de él, apretando con
mi trasero su duro empinamiento, juego con sus
labios, mientras él succiona mi labio inferior cada
vez que se aleja de mi boca. Desabrocha mi
sujetador, dejando al descubierto mis pechos. Una
manta de timidez atrapa mi rostro.—Eres perfecta
— suelta Sahir. Después si darme tiempo a nada
más, Sahir me coge de la cintura para cambiar de
postura. Terminamos de desvestirnos, el nivel de
calentura estaba muy elevado. Siento como entra
de mí y un gemido de placer sale de nuestras
gargantas. Las embestidas son lentas y constantes,
hasta llegar al clímax. Mientras recuperamos el
aliento, Sahir se tumba a mi lado, su brazo me
lleva a él. Escuchó su corazón como late con
rapidez.— Te necesito siempre a mi lado Hada —
dice al rato. Una fina línea se dibuja en mi
rostro.— Yo también te necesito siempre a mi
lado, Sahir. Capítulo 9
Narra Sahir
Amanecer y notar todavía el tacto de su piel en mí,
es algo que no quiero dejar de sentir. No solo
hicieron el amor nuestros cuerpos, sino también
nuestras miradas, nuestras almas las cuales se
unieron en sintonía haciendo sonar la misma
melodía. Con tan solo verla me sentía pleno,
satisfecho e inclusive el hombre más feliz por tener
a semejante mujer a mi lado. Hada aún sigue
durmiendo, mientras aproveché y me doy un
baño, salgo en busca del capitán, daré la orden
para volver a la civilización. Después le digo a la
cocinera que es una de las integrantes de la
tribulación junto al capitán y nosotros que
prepararé el desayuno. Vuelvo a bajar al camarote,
con el pensamiento de encontrarme a Hada
dormida, pero su mirada azul me mira con una
linda sonrisa.— Buenos días hermosa — saludo
nada más verla.— No tan buenos Sahir — dijo con
seriedad.— ¿Y eso por qué? — pregunté con el
ceño fruncido.— Pues porque no te vi cuando me
desperté — contesta haciendo un puchero.
Suelto una risa de alivio, pensaba que pasaba algo
malo.
— Tienes razón amor, perdóname. Pero tenía que
dar la orden al capitán de regresar y también para
que preparen el desayuno tenemos que recargar
energía — expliqué sentado al lado de su cuerpo
desnudo.— En ese caso te perdono, pero te aviso
que soy de esas personas que me gusta despertar
al lado del hombre que me hizo el amor la noche
anterior — advierte.— Lo tendré en cuenta la
próxima vez hermosa.— Bien, ahora déjame sola
quiero salir de la cama para ir a darme un baño —
señala a la puerta.— ¿En serio Hada?, si no hay
nada que no haya visto anoche y que no tenga
grabado en mi mente —digo desaprobando su
petición.— No es egoísmo privarte de las vistas de
mi anatomía, pero sabes que contigo la timidez
fluye con tu mirada — se explica tapándose los
ojos con la palma de la mano.— Hmm... — arqueo
mis cejas, pero después sonreí y asentí. — Está
bien amor, me iré... pero no te acostumbres a esto
porque pronto pienso hacerte mi mujer y no voy a
dejar que tu timidez me prohíba verte desnuda
con o sin hacerte el amor. Me retiré, pero no sin
antes besarla.
Narra Hada.
Hermoso es, despertar una mañana y saber que el
amor que estuve buscando hace tiempo en otros
hombres fue en vano, ya que el hombre que habita
mi corazón llegó de la nada, haciendo cambiar
todo en mí, porque a su lado presiento que puedo
con todo. Ahora entiendo a una persona ciega,
¿por qué digo esto?; porque ellos no ven con la
vista sino con el corazón, con el alma, y se
enamoran profundamente de la persona que
tienen al lado. Pues a mí me ocurrió lo mismo con
Sahir.
No sé si es correcto esto que siento o lo que
ocurrió anoche, pero ya que importa si salgo
lastimada y con el corazón hecho pedazos. Que el
tiempo decida. Después de una ducha, me vestí y
salí a cubierta en su busca. Lo veo sentado
mirando al mar, lo abrazo por detrás besando su
nuca.—¿En qué piensas Sahir? — pregunté.— En ti
— contesta. Suspire y lo vuelvo a besar. Suelto
besos por su hombro que cubría su camisa. Luego
se gira a mí y posa un beso en mi frente.— Vamos
a desayunar, en breve llegaremos. Mientras
desayunamos estuvimos hablando, conociéndonos
un poco más, le conté sobre mi familia, el lugar
donde trabajo y bueno él me habló también de sus
actividades, el trabajo y algo de su vida pasada.
Cuando llegamos a casa, nos encontramos con sus
padres en el salón, pero yo subí directo a la
habitación, pero mientras lo hacía escuché al
padre de Sahir, le preguntaba donde habíamos
estado.— Así es padre, estaba con ella, ¿y qué? —
dijo alzando la voz, pero algo dentro de mi
duele.— Hijo esto que haces no está bien — añade
la madre.— ¿Hay algo que esté bien para ustedes?
— sigo escuchando sus gritos.— Sahir solo digo
que la amiga de tu hermana tiene costumbres
diferentes a las nuestras, es complicado — pero
mientras lo hacía escuché al padre de Sahir, le
preguntaba donde habíamos estado.— Así es
padre, estaba con ella, ¿y qué? — dijo alzando la
voz, pero algo dentro de mi duele.— Hijo esto que
haces no está bien — añade la madre.— ¿Hay algo
que esté bien para ustedes? — sigo escuchando
sus gritos.— Sahir solo digo que la amiga de tu
hermana tiene costumbres diferentes a las
nuestras, es complicado — continúa hablando su
madre. Quiero encerrarme en la habitación y no
oír más de lo que hablan, pero no escucho a mi
corazón si no a mi mente que me dice que me
quede.— ¿Y desde cuando le das importancia a eso
madre?.— Suficiente Samira, no más discusiones
sobre este tema —interrumpe el padre antes de
que Samira hablara.—Eres lo suficientemente
mayor para saber lo que está mal y lo que no —
dice esta vez el padre a Sahir.Me siento aliviada al
oír eso de su padre, así que dejo de escuchar lo
que dicen y esta vez sí me dirijo a la habitación.
Me cambié de ropa y me quedé un rato más
tumbada en la cama, pero al rato Nabila entra.—
Hola—la saludé mientras ella cierra la puerta.—
¿Qué tal la noche futura cuñada? — pregunta con
una sonrisa.— Amiga estuvo increíble, pero hay un
detalle que no dejo de pensar —añadí.— ¿Qué
pasa Hada?.
— Es que cuando regresamos nos encontramos con
tus padres, y bueno escuché que estaban
discutiendo con Sahir por mi culpa— dije
apenada.— Hada, no te preocupes por lo que
hayas escuchado, mi hermano es un hombre que
sigue sus sentimientos le pese a quien le pese.
Para mis padres tal vez será un poco difícil
entender lo que sienten ustedes, pero tampoco no
son tan cerrados de mente — dice Nabila lo cual
me tranquiliza un poco.— Pero ¿y ahora qué dirán
de mi Nabila?.— No dirán nada porque Sahir no lo
va a permitir ¿vale?. Asentí. — Pero tampoco
quiero que discuta con tus padres por mí.— Hada
ya, quieres dejar de darle más vuelta al asunto. Un
largo suspiro sale de mí mientras siento como mis
ojos se llenan de lágrimas, nunca me había pasado
esto.— Hada ni se te ocurra dejar salir esa agua
salada de esos lindos ojos — advierte al darse
cuenta de que mis ojos se cristalizaron.
Me eché a sus brazos y la abrazó con fuerza.
Mientras estoy recostada en su hombro, noto
como teclea en su móvil, al cabo de unos dos
minutos Sahir entra a la habitación.—Hada —me
llama.— ¿Sahir que haces aquí? — cuestione
limpiando las lágrimas que habían caído.—No
quiero verte llorar por ningún motivo — habla
cuando se acerca a mí y Nabila se levanta para
dejarle el lugar que ocupaba.
— Él es quien puede calmar tu angustia. Otra vez
las lágrimas se acumulan en mis ojos que miran a
Sahir, pero él las retiene con un beso frente a su
hermana.— No dejaré que nadie interfiera entre
nosotros dos, quiero estar contigo y eso es lo que
importa, lo que digan los demás no me
preocupa.— Lo se Sahir, pero no quiero que
piensen que una occidental llegó a su hogar a
quedarse con su hijo — suelto todo lo que pienso.
— Da igual que piensen lo que quieran, lo
importante es lo que yo pienso y siento por ti,
¿vale? — habla para calmarme. — Además nadie
te va a reprochar nada, porque no lo voy a
permitir. Asentí.— Hagamos algo, prepárate para
salir con Nabila. Compre dos entradas para un
desfile de moda árabe, que tendrá lugar dentro de
hora y media. Escucho el grito de Nabila que
interrumpe a Sahir.—No me digas que estás
hablando del desfile l'art des femmes — dice
Nabila emocionada.—Así es hermana — afirma
Sahir.— Oh amiga es el desfile que todas las
celebridades de Arabia Saudí estaban esperando
desde meses — me explica Nabila. Sonreí por la
conmoción de ella, parece una niña pequeña
abriendo el regalo de navidad.— Será interesante
—me dice Sahir señalando con la cabeza a su
hermana, lo cual me hace reír.— Gracias — digo
acariciando su barba, después dejo caer mi frente
en su barbilla.— Os daré mi tarjeta para que
compréis lo que os guste ¿vale? —nos informa a
las dos. Me da miedo pensar que con el tiempo no
pueda soportar la situación y que desaparezca, no
soy egoísta por eso prefiero sufrir yo, que romper
el lazo que lo une con sus padres.
Capítulo 10
Vaya sorpresa que nos dio Sahir sobre el desfile de
moda, pero la más emocionada en este caso ha
sido Nabila que conoce más del tema. Sahir le dio
la tarjeta a su hermana para comprar todo lo que
nos gustara, pero no estoy dispuesta a comprar
nada con su dinero, por el simple hecho que no soy
materialista, ni tampoco me gusta gastar dinero de
nadie, aunque lo haya pedido él. Me visto de la
manera más formal posible, ya que si asistirán
gente importante al menos quiero estar
presentable, opte por una falda mini
complementada con una camiseta negra ajustada
al cuerpo con mangas largas que después las
remango, el cabello lo dejo suelto, y resalto mis
labios con un labial rojo. Terminé de arreglarme,
pero antes de bajar suena mi celular, es mi
madre.— Hola mami — digo nada más
contestar.— Mi Hada, ¿cómo estás, hija?, desde
que te fuiste de viaje nos olvidaste — me regaña.
— Que exagerada mamá — digo haciendo sonar mi
sonrisa.—No sabes cómo te extrañamos bebé.
Ahora dime ¿algún árabe interesante por ahí? —
pregunta lo cual me hace reír.— Déjame decirte
que si, hay uno muy interesante que ocupa mi
mente mamá — le contesté.— Yes, los sabía
Román te gané la apuesta — la escuché decir a mi
padre.— ¿Habéis apostado por ello? — me
sorprendí.
— Oh si nena, lo hicimos, y acabo de ganar cien
euros.—Vaya padres que tengo... sois únicos —
anuncié y después continuamos durante unos
minutos más hablando. Terminé de hablar con la
mujer que me dio la vida, y bajé. Entre al salón,
saludo a Samira que estaba sentada leyendo o eso
me pareció. Ella me devuelve el saludo, pero el
ambiente se sentía tenso, luego noté como Nabila
baja, y entra. Se ve realmente hermosa, lleva un
vestido negro largo, acompañado de un cinturón
de pedrería que complementa a la perfección con
la tela que llevaba puesta.— Que guapa estas Hada
— dice Nabila.— Gracias, pero tú lo estás aún más
— le devolví el cumplido. Nabila se acerca a su
madre, mientras aún estoy parada en la entrada
del salón, al minuto y sin percatarme de que Sahir
estaba detrás de mí, su voz susurra a mi oído.— Lo
más lindo que he visto habibti — dice, pero lo
último no lo entendí.
Tragué saliva, ya que la mirada de Samira estaba
puesta en mí, y la seriedad con la que lo hace por
ver a su hijo acercarse de esa manera causa que mi
cuerpo esté más rígido.— Mamá no esperes a las
chicas para la cena — añade Sahir sin dejar que su
madre le responda y después agrega un
"Vámonos”. Mientras caminamos hasta el auto, le
pregunté en voz baja que significa "HABIBTI".—
Significa "mi amor"— explica con una sonrisa, la
cual me hace sonrojar de nuevo.
— Me gusta. Cuando estábamos a punto de llegar
al lugar donde se celebraba el desfile, Sahir
habló.— Cuando esté a punto de finalizar el
desfile, me llamáis he iré a buscaros.— ¿Y tú qué
harás? — pregunté.— Tengo unos asuntos
pendientes en el trabajo Habibti.— Am… está bien
que se te sea leve. Nos miramos por un instante,
Sahir articula con la boca un "te amo" silencioso, el
cual causó en mí una descarga eléctrica en todo mi
sistema. Cuando llegamos al lugar, Nabila da
nuestros nombres y apellidos para que verifiquen
en la lista, después nos dejan pasar. La gente que
ocupaba aquel espacio en mayoría eran mujeres
sumamente elegantes, una gran pasarela, se
situaba en el medio de la sala. Mesas repletas de
apetitosos aperitivos y bebidas. Miré a Nabila que
está mirando el lugar con admiración, haciéndose
selfies después sea cerca a unas mujeres que les
pide un autógrafo, las cuales ceden encantadas,
luego me llama para que le haga una foto con
ellas. Sinceramente no sé quiénes son. Al rato
tomamos asiento, y comenzó el desfile,
empezaron a desfilar las modelos con ropa
preciosa, todo al estilo árabes, túnicas que se
pueden complementar con pantalones y faldas
cortas.— Que bonito todo — musité al oído de
Nabila.— Si amiga. Mi mirada se clava en una
túnica que desfila una modelo, es de color blanca
con un bordado de flores, con una mezcla de
colores en plata y negro. Me dejó fascinada.— Oye
amiga, mira qué bonito es ese — le señaló. Ella lo
busca en la lista de los precios.— ¿Cuánto cuesta?
— pregunte.—Dos mil euros, suelta como si
nada.—Joder... — Añadí.— Lo compramos —
dijo.— Ni de coña, no lo voy a comprar.—
—Recuerda que tengo la tarjeta de Sahir.—Menos
aún Nabila, si tú la quieres utilizar para ti me
parece genial, pero yo no la voy a usar. No digo
más y ella tampoco lo hace, seguimos disfrutando
del desfile.
Narra Sahir.
Dejé a las chicas en el desfile y yo me fui atender
pendientes. Mientras tecleo en la computadora,
mi celular vibra por un mensaje que llegó de
Nabila— Hermano Hada vio una túnica que le
encantó, pero se niega a comprarla con tu dinero.
Tecleo en el móvil para contestarle.—Cómpralo y
que no se dé cuenta. Envié el mensaje y dejé caer
el aparato sobre mi escritorio. Entra mi amigo a mi
oficina, se acerca hasta las sillas y se sienta.—
¿Qué plan tienes para esta noche? — pregunta
Ahmed.— Salir con Hada y mi hermana, ¿por?.—
Pensaba en tener una cena entre amigos — añade
él.— Mala suerte, no puedo cambiar mis planes,
pero si quieres apuntarte a nuestras cenas —
sugiero.— Pues si, no estaría mal — dice Ahmed.—
Genial, ahora vete a trabajar, que aún tenemos
mucho por delante — le ordené. Aunque él sea
uno de mis mejores amigos, sigo siendo su jefe.
— Está bien don mandón —suelta y se va. Cuando
me quedé solo, mi mente recuerda las lágrimas de
Hada. Se me quebró el alma al verla de esa
manera. Sé que a mis padres les será difícil
entenderlo y aceptarlo por el simple hecho de ser
de diferentes culturas o tradiciones. Y también sé
que a Hada le costará mucho sobrellevarlo, pero
mientras estemos juntos no hay nada que no tenga
solución. Ella se adaptará a mí y yo lo haré a ella,
lucharé con espada y sin escudo solo por ella,
porque creo que me estoy enamorando. Dentro de
unos días tengo que viajar por temas de negocios,
le pediré que me acompañe. Dos horas más tarde
recibo la llamada de Nabila, estaba a punto de
darse por finalizado el evento.
Capítulo 11
Continúa narrado Sahir.
Hada y mi hermana, se adentran dentro del auto
mientras un ayudante del lugar mete unas cajas en
el maletero, me imagino que son de Nabila.—
¿Qué tal estuvo? — pregunté mirado a Hada.—
Estuvo espectacular — sonríe.
— ¿Te ayudo a eliminar esos pensamientos de tu
mente? — volví a preguntar.
— Si, hizo que olvidara temporalmente de aquellas
palabras.— Entonces tengo que buscar la manera
de que las borres de tu cerebro de manera
permanentemente — le guiñe un ojo. Asintió y su
vista se dirigió hacia la ventana.— Me imagino que
tendréis hambre — les hable a las dos.—No
mucha, había aperitivos — aclara mi hermana.—
Es cierto, estaban buenísimos — opina Hada.
— Aun así iremos a cenar, en breve llegaremos al
restaurante, por cierto Ahmed se apunta a la
cena.— ¿Quién es Ahmed? — pregunta Hada.— Es
un gran amigo mío, y también trabaja para mí — le
explico. Recibo la llamada de Ahmed, mientras
hablo con él por teléfono para indicarle dónde está
el restaurante, siento como Hada se gira a los
asientos de atrás donde está Nabila, lo único que
percibo son cuchicheos por parte de ellas.
Cuando terminé de hablar con Ahmed les pregunté
por la tensión que se había formado entre ellas.
Pero ninguna contesta solo guardan silencio.—
Nabila... me dices que está pasando— le pido a
ella.—Nada hermano — contesta.— ¿Hada?... — la
llamé para ver si ella dice algo.— No pasa nada
Sahir, hablábamos de cosas de chicas — agrega,
pero no me convencen sus palabras.— Muy bien,
dejémoslo así.
Se hace el silencio entre nosotros.
Narra Hada.
Lo único que pretendo es que Nabila le confiese a
su hermano lo que sucedió en el desfile, un tipo se
nos acercó bueno especialmente a ella. Le dijo que
la pidió a sus padres para contraer matrimonio y
que ellos aceptaron. Un matrimonio arreglado es
algo que aún no me lo creo. Y lo peor es que Nabila
no dice nada, no sé qué pretende al guardar
silencio, pero si ella no está dispuesta hablar yo no
seré la que diga lo contrario.
Llegamos al restaurante, es un lugar bastante
agradable, muy iluminado por muchos candelabros
colgando en el techo. El arte árabe de las paredes
lo hacen ver muy atractivo, es acogedor. Sahir
saluda a Ahmed, después me presenta a su amigo,
pero siento como Ahmed mira disimuladamente a
Nabila. Esa mirada la conozco muy bien, porque las
he vivido y aún las sigo viviendo con Sahir.
Procedemos a sentarnos en la mesa asignada.
Pedimos la cena y mientras esperamos, Sahir me
acaricia la mano, susurra cosas lindas cerca de mi
oído.— Que rico hueles habibti. Un ligero
escalofrío recorre mi espina dorsal. Suerte que
Ahmed y Nabila están hablando entre ellos de
manera muy entretenida.— ¿Te sientes bien? —
sigue susurrándome.— A tu lado siempre me
siento bien Sahir — musite.—
¿Salimos a la terraza mientras nos traen la cena?
— pregunta. Asentí y nos levantamos, dejamos
atrás a los tórtolos y salimos. Sahir me abriga con
su cuerpo mientras disfruto de su calor, mi corazón
late con rapidez por su cercanía.— Pasado mañana
tengo que viajar por negocios Hada — dijo. — Me
gustaría que me acompañaras — vuelve a decir.—
Me encantaría ir contigo.—Lo pasaremos bien —
añade él. Su cuerpo es como una manta que
envuelve el mío, su aroma es como una adicción
que mi sistema necesita, y su piel es electricidad
para mí. Unos minutos más de mimos y cariño
mutuo, nos adentramos. La cena estaba sabrosa, el
tiempo pasó volando mientras disfrutamos en
buena compañía. Al llegar a casa cada uno, a su
recámara, pero pasado un lapso el mango de la
puerta se gira para abrirse, permitiendo la entrada
a Sahir con una caja en la mano.— ¿Qué haces
aquí? — dije sorprendida.—Te traje esto — señala
con los ojos a la caja. Cuando me la da, veo que es
la misma caja donde contenía las cosas que
compró Nabila.— Pero....
— me interrumpe.— Solo ábrela. No sabía como
reaccionar al contenido que había dentro, es la
misma túnica que me fascinó en el desfile.
— Me dijo Nabila que te gusto y, ya que tú no
querías comprarla con mi dinero, pues decidí
regalártela — dice Sahir.— Es demasiada cara, no
puedo aceptar un regalo de tal calibre — le
respondí.— No hay nada que no pueda permitirme
Hada, además me gustaría verte con ella cuando
estemos de viaje, llévatela ¿vale?.— Vale, y
muchas gracias, de verdad que me enamore de ella
al momento de verla en la modelo.— Lo se habibti,
ahora descansa — dice y me da un beso en los
labios. Al día siguiente amanecí con una rosa en mi
cama acompañada de una nota.
Nota:
Habibti, siento no verte hoy al abrir esos lindos
ojos, pero me tuve que ir a trabajar. No regresaré
hasta la noche, espero verte antes de que te vayas
a dormir. Te quiero y eso nadie lo cambiará. Huelo
la rosa roja mientras leo una y otra vez la nota.
Ni me di cuenta cuando entró a dejarla. Me vestí y
luego me dirigí a la habitación de Nabila.Toco y
entro sin más.
— ¿Aún no has bajado? — pregunté.— No querida,
pero lo haré ahora.— Bien, ¿hablarás con tus
padres sobre el tipo de ayer? — digo porque no
estoy tranquila.—No Hada, si es cierto lo que dijo
ese hombre, ellos mismo me lo dirán.— Está bien,
pero espero que no aceptes este matrimonio
arreglado — insisto nuevamente. Solo sonríe, no
contesta a mis palabras. Bajamos a desayunar, en
la mesa está Samira y los chicos que parecen que
no viven en aquella casa, ya que siempre están
ausentes. Saludamos con los buenos días y nos
sentamos. Al cabo de unos minutos Samira me
habla.— Hada ¿que hay entre mi hijo y tú? — casi
me atraganto con el café.— Samira, yo amo mucho
a su hijo — contesté nerviosa.— No es suficiente
— contestó fríamente.— Mamá por favor —
interviene Nabila.
— Para Sahir y para mí nos basta con el amor que
nos tenemos Samira.
Una risa sarcástica sale de su garganta.— No es
nada personal, pero no puedo permitir que mi hijo
comparta su vida con alguien que jamás
entendería nuestras costumbres.— Hada vámonos
— me pide Nabila levantándose de la mesa. Me
trago mis palabras y me levanté de la mesa, cogí
mi bolso y el celular para salir de esa casa lo antes
posible. La furia invadió mi cuerpo, tengo ganas de
decirle unas cuantas verdades a esa mujer. En el
auto le pido a Nabila que no le comenté nada a
Sahir sobre lo que me dijo su madre. No es que
quiera ocultarlo, lo que no quiero es que tenga
conflictos con ella, eso es todo. Realmente no volví
a casa en todo el día, le dije que me dejara en el
centro y que ella regresara. Aunque insistió en
quedarse, le dije que no. Por la noche me pillé un
taxi y me regresé.
Sahir aún no está, pero su familia está reunida los
saludos y subí a dormir, mañana será un día nuevo
en donde estaremos Sahir y yo solos.
Capítulo 12
Mientras estaba recostada en la cama, mi mente
trabajaba para buscar soluciones para la angustia
que sentía. Y ¿si regreso a España y me olvido de
todo esto? Es imposible olvidarme de Sahir, pero al
menos se aliviará la situación que estaba pasando
con Samira. Pero luego pienso, ¿y si Sahir nunca
me perdonara por haberme ido?, realmente lo
estaría abandonando y él no se merece tal acto de
mí. ¿Cuánto tiempo podré soportarlo?, ¿su madre
me aceptará con el paso del tiempo?. El ruido de la
puerta que hace al abrirse me avisa que alguien
está entrando. La luz que se filtra de la ventana
refleja la sombra de la figura de Sahir.
Me siento en la cama, mientras él se acerca con
una enorme sonrisa.— Pensé que te encontraría
durmiendo.— No puedo dormir Sahir — digo
mientras nos miramos.— ¿Por qué habibti?
—Necesitaba verte antes de cerrar los ojos —
añadí, pero en el fondo sé que miento, ya que eso
no es solo el motivo de mi insomnio.—En ese caso
aquí estoy — se recuesta a mi lado. En su rostro se
refleja el cansancio acumulado.— ¿Estás cansado
verdad? — pregunté acariciando su mejilla.— Lo
estoy habibti, ha sido un día muy agitado.—
Trabajas mucho Sahir — exclamé.— Es la única
manera de mantener el imperio que construí con
tanto esfuerzo y sacrificio.— Te admiro —
susurré.— Gracias amor, bueno dime ¿qué hiciste
el día de hoy? — me interroga.— Bueno cuando
desperté me encontré una rosa junto a una nota.—
Aja...continúa.— Después desayune con tu madre
y tus hermanos — sigo hablando, pero me
interrumpe.—¿Y todo bien con mi madre? —
cuestiona.
—Todo bien Sahir —contesté. —Luego tu hermana
me llevó al centro donde pase todo el día visitando
centros comerciales, parques y mucho más.—
¿Estuviste sola?.— Si, porque lo decidí así. No
siempre tengo que llevar a Nabila o a ti como guía
— respondí.— Está bien. Se hizo el silencio por un
instante, luego oigo la respiración de Sahir que se
hace lenta. Levanté mi cabeza que hasta el
momento descansaba por su pecho para verlo y
entonces lo encontré dormido. Sonreí por su bella
fracción, lo cubro con las sábanas y me acurruco en
su cuerpo donde me quedo profundamente
dormida. Siento como una pesada mano rodeó mi
cintura, la toqué y ahí es cuando recuerdo lo de
anoche. Me giré hacia él con cuidado para no
despertarlo. Mientras tanto examino su rostro,
guardando en mi memoria cada lunar que tiene, la
forma de su perfecta nariz, unos labios
inmejorables los cuales me acerco a ellos y suelto
besos cortos y suaves, subiendo hasta sus ojos,
pero noto como su boca besó mi cuello, y su mano
me trae más a él, aferrándose a mi cuerpo con
fuerzas, vuelvo a bajar hasta su mirada que aún
está cerrada, repito los besos en sus labios. Un
gemido sale de él.— Buenos días amado mío.—
Buenos días habibti — su voz suena ronca.
—Te quedaste dormido en mi cama — digo.—
Hmm... ya decía yo que dormí tan bien — contesta
abriendo los ojos.—¿Entonces conmigo descansas?
— pregunté riéndome.—No sabes cuánto amor,
quiero dormir y despertar a tu lado todos los días
de mi vida, porque tú eres paz para mi alma, eres
medicina que cura mis preocupaciones, eres
refugio donde mi corazón reposa,
LO ERES TODO HADA.
Las palabras de Sahir las guardo como tesoro bajo
llave.
— Te amo Sahir—este me mira repentinamente,
después de todo es la primera vez que escucha
eso, te amo de mis labios y quiero repetirlo a cada
rato y que sepa que me enamore de él hasta la
médula y que yo también lo quiero todo. Nos
metemos bajo las sábanas y Sahir da paso a un
profundo beso, mientras nuestras lenguas juegan
entre ellas. Al rato ya estábamos listos para irnos
de viaje, pensaba que nos encontraríamos a sus
padres, pero no fue así en parte lo agradezco. El
viaje será en coche, ya que nos vamos a Dubái que
está a una hora y media. El trayecto con Sahir en
auto ha sido muy entretenido, entre sus chistes
malos y anécdotas no me di cuenta de que
habíamos llegado. Nos quedamos en uno de los
hoteles más lujosos de Dubai, Sahir se da un baño
y se marcha a la reunión de trabajo, aproveché que
me quedé sola para disfrutar de las instalaciones
del hotel. Después descansé un rato en la
habitación, mientras lo esperaba. Pero llaman a la
puerta, procedí a abrirla y un empleado del hotel
carga una enorme caja elegante.— Srta. Hada esto
es para usted lo manda el Sr. Al Kamal —habla el
joven en inglés. Un regalo de Sahir, se me iluminan
los ojos. Antes de abrirla un sobre está pegado en
la tapa de esta. Nota que contiene el sobre:
Construir una vida junto a ti es mi prioridad,
quiero caminar a tu lado siempre, amanecer en tus
brazos cada mañana donde veré tus ojos azules
cada despertar. Te amaré por todos aquellos que
no supieron amarte, por aquellos que te
lastimaron y sobre todo te amaré a mi manera y si
tú aceptas te amaré para siempre, solo yo y para
eso necesito que te convierta en mi esposa, mi
mujer...mi halal (permitido por Dios), ¿te casarías
conmigo esta misma noche?. Si aceptas te veré a
las ocho en la recepción, con el vestido que hay en
la caja acompañado de la túnica del desfile. Mi
corazón empieza a acelerarse de manera excesiva,
presiento que en cualquier momento dejara de
latir, siento como mariposas volando en mi
interior, que decir de la emoción que las cuales se
manifiestan con lágrimas saladas, que se deslizan
por mis mejillas. Tengo miedo de pensar que
dejaré de ser yo por estar con él. No podía creer lo
que estaba leyendo, Sahir quiere casarse conmigo,
pero cuando se le ocurrió todo esto. Abrí la caja
donde se encuentra un vestido de seda blanco
junto a unos zapatos hermosos.
Me siento confundida, ¿debería aceptar y ser su
esposa?. Lo amo con mi vida, pero temo que
después su familia no lo acabe aceptando. Si no
bajo a la hora indicada a recepción, Sahir pensará
que no he aceptado?. Suspiro por no saber qué
hacer. ¿Debería ser egoísta esta vez y no pensar en
los demás?, Sahir me ama y sé que me hará feliz.—
¿Bajo o no bajo?.
Capítulo 13
Narra Sahir.
Sé que es precipitado casarme de esta manera con
Hada, pero no permitiré que mi madre me separe
de la mujer que amo, no correré el riesgo de
perderla a causa de terceras personas y aparte de
eso y no menos importante, una de nuestras
costumbres es no tener un noviazgo largo, un
árabe debe casarse para convivir con su amada en
lo permitido por Dios y con Hada desde el principio
no la quería tener como una paso tiempo y ya, sino
que estaba pensado en que ella sería la definitiva y
así será si ella acepta ser mi esposa. Aquí estoy
esperándola en la recepción ansioso por verla
bajar, eso significa que aceptó mi propuesta, y será
mi compañera de viaje. Los segundos vuelan, y me
da temor pensar que no aceptó. Espero unos
minutos más y percibo como Hada llega a mi
lado.— ¿Viniste? — sonreí aliviado
—Te amo tanto que me casaría contigo las veces
que quieras — contesta emocionada. La felicidad
al saber que aceptó ser mi mujer es incalculable.—
¿Lista para ser solo mía? — le pregunté.— Desde
que te conocí he sido tuya — responde. —Pero
tengo unas condiciones— me volvió a decir.—Te
escuchó —añadí.— Seré la única mujer en tu vida,
no quiero compartirte con ninguna otra, porque leí
en alguna parte que los árabes se casan con más
de una mujer — dijo lo cual me causó gracia.—
Eres y serás la única — sostengo sus manos. —
Además hoy en día eso ya no se hace — vuelvo a
decir.— De acuerdo— sonríe. Hada se ve
realmente hermosa vestida de blanco. Llegamos al
juzgado, el juez que nos va a casar es un cliente y
amigo mío, nos hizo el favor de unirnos ante los
ojos de la ley y de Dios. Cuando el juez pronunció
las palabras "os declaro marido y mujer" sentí la
tranquilidad por saber que ya todo quedó atrás, el
hombre soltero de antes ya no existe. Ahora tengo
una esposa, la cual amo con todo mi ser, la cual
trabajaré aún más duro para formar una familia
junto a ella. Nos besamos como nunca, porque
ahora sé que esos labios me pertenecen, son solo
míos.—Te amo esposa mía.— Te amo esposo mío.
Al llegar al hotel nuestra habitación estaba
iluminada por velas, una cena nos esperaba,
mientras admiramos como decoraron la cama. En
ella había dos cajas que contenían dos perfumes
caros uno para Hada y otro para mí, detalle del
hotel que nos desean un matrimonio feliz. Después
de cenar, bailamos muy pegados sintiendo como
nuestros cuerpos se desean.— Hada, aunque nos
hemos casado, eso no significa que no tendremos
una gran celebración donde tus familiares estarán
presentes — susurré a su oído.
— No es necesario Sahir, me basta con estar
contigo — añade ella.— Lo se habibti, pero sé que
toda mujer sueña con una gran boda, y para ti no
será una excepción. Además, también tendremos
nuestra luna de miel — dije de nuevo.—Gracias.—
No me las des, eres todo lo que deseo en esta vida,
gracias a ti por aceptar ser la esposa de este árabe.
Nos besamos apasionadamente, mientras mis
manos acarician su delicada piel, pegué con fuerza
mi cuerpo al suyo, nuestras respiraciones se
vuelven más agitadas, retiré el vestido blanco que
la cubría y ella me ayuda a quitarme la ropa, la
levantó del suelo haciendo que su cuerpo se aferre
al mío, enredando sus piernas en mí, nuestros
labios no se sueltan. La dejé caer en la cama,
grabando cada centímetro de ella y analizando por
donde debería empezar a besar ese lindo cuerpo,
decido comenzar por el cuello, bajando por sus
pechos, donde me detengo un rato jugando con
sus pezones duros, a continuación baje lentamente
por su abdomen dejando un camino de besos
hasta llegar a su ropa interior la cual se la retiré,
está muy mojada y excitada al igual que yo, así que
la penetre con el dedo haciendo que gima de
placer, observé cómo sus manos se aferran a las
sabanas.— Sahir — grita mi nombre.—Te escucho
amor — le digo.— No pares... — añade entre
jadeos. Entonces saco mi dedo y me pongo encima
de ella para penetrarla, sentirme dentro de ella
causa un gran placer que no quiero que acabe nos
miramos fijamente, mientras nuestros cuerpos
arden, unos minutos más y llegamos al deseado
orgasmo. Caemos rendidos, no sé como pero
después de hacer el amor, nos abrazamos y nos
quedamos dormidos.
Narra Hada.
Oficialmente puedo decir que soy la esposa de
Sahir Al Kamal, el hombre que me gusto desde el
momento que lo vi en el avión, ahora es mi
esposo. No me creo aún que me haya casado, es
posible que me esté ocurriendo todo esto.— Pero
aquí lo tengo, dormido a mi lado — habla mi
subconsciente. Suspiré al verlo dormir junto a mí, y
digo en voz baja.— Realmente soy su esposa.—
Por supuesto que lo eres habibti — añade su voz la
cual me sobresalto.— Pensé que estabas dormido
Sahir.— Oh no amor, me desperté hace rato lo que
pasa que me quede en la cama hasta que
despertaras y me vieras a tu lado, no quiero que
me regañes como la otra vez cuando no me viste
junto a ti.
Mi sonrisa se hace sonar en toda la habitación, al
parecer le quedó claro desde la última vez.—
Gracias por ser tan considerado — le dije.— Estoy
a tus ordenes habibti. ¿Nos bañamos juntos? —
preguntó.— Me parece una buena idea .Sahir
preparó un baño con sales perfumadas y rosas
rojas, nos enjabonamos el uno al otro, pero eso no
quedó ahí, ya que las cosas llegaron a mayores, se
apoderó de mi cuerpo sin previo aviso haciéndome
de nuevo el amor, como él solo sabe hacer.
Después bajamos a desayunar en la cafetería del
hotel, al terminar Sahir me llevó de paseo en
helicóptero, las vistas de Dubái desde arriba son
espectaculares, horas más tarde Sahir me lleva a
una joyería donde todo brilla por el oro y los
diamantes.— ¿Qué hacemos aquí? — pregunte con
curiosidad.
— Una de nuestras tradiciones es comprar oro a
nuestras esposas, y eso es lo que hago habibti,
eres mi mujer y tengo que cumplir con ello.— Pero
no es necesario Sahir, con el anillo de boda es
suficiente.— Lo es Hada, y no te niegues ¿vale? y el
anillo es solo una señal de compromiso.— Está
bien — asentí.— Lo que te guste lo compramos, no
importa el precio, ¿entendido? .— Vale — dije con
una son risa. Los empleados de la tienda
empezaron a enseñarnos el oro, pulseras, cadena,
relojes, anillos Sahir me compro casi todo lo que
toque.— ¿Te gusto lo que compramos? — me
pregunta una vez dentro del coche.— ¿Estás loco?,
pues claro que me gusto todo. Sonríe y procede a
arrancar el motor para irnos.— ¿Qué dirán tus
padres cuando sepan que nos hemos casado? —
hablé mientras nos dirigimos al hotel.— No lo sé,
pero tú no te preocupes por eso.Y el silencio se
hace entre nosotros.
Capítulo 14
Narra Sahir.
Nos dirigimos al hotel para recoger nuestras cosas,
esta misma noche regresamos a casa. Sé que a
Hada le preocupa mucho la reacción de mis
padres, pero si me quieren tendrán que aceptarlo
y alegrarse por mi felicidad. Mande un mensaje a
Nabila pidiéndole que se reúnan todos juntos en la
noche, les daré la noticia sin esperar ni un minuto
más. — Habibti, no quiero que te angusties por
nada.— Lo intento, pero se me es imposible no
estarlo Sahir, me sentiré mejor cuando todos
sepan — habla de nuevo.— Está bien, así será
Cuando lleguemos nos estarán esperando— le
informé.— Genial — suspira. Llegamos a casa, noté
como Hada estaba nerviosa, antes de subir la
tranquilicé.— Hada, por favor mi vida, quieres
calmarte — le pido y después la abracé con
fuerzas.— No puedo.
— Familia, Hada y yo tenemos algo que contaros
—dije haciendo que todos me prestaran
atención.— Hada y yo nos casamos ayer.La cara
que se les quedó a todos era de reírse
literariamente. Nabila es la primera en hablar.—
Muchas felicidades — viene a nosotros dos para
abrazarnos. Luego mis dos hermanos nos
felicitan.— Felicidades — dice mi padre. — Ahora
sí, bienvenida a la familia Hada.
Hada sonríe y después mi padre la abraza, lo cual
me alegra ver que él lo aceptó sin problema.—
¿Madre?... — dije.— ¿Qué esperas Sahir, felicitarte
por tu matrimonio como si nada? —habla ella.— Si
realmente me quieres te alegras por mi, porque
junto a Hada soy feliz — me expreso.— Ya veo hijo
— añade riendo sin gracia.— Madre si vas a decir
algo que haga herir a Hada, ni te molestes porque
sería malo para los dos. Suspira mi madre.—
Cariño por favor, acepta que Sahir eligió su vida a
lado de Hada —habla mi padre.— Tú siempre
dejándome sola cuando se trata de nuestros hijos,
y te pones de su lado. Muy bien si eso es lo que
queréis... — hace una pausa. — Felicidades a
ambos. Dice mi madre y se va.
Narra Hada.
.No fue tan malo como lo había pensado. Mi
suegro se lo tomó muy bien y bueno Nabila y sus
hermanos se alegraron mucho. Y Samira aún que
está dolida con nosotros, sé que con el tiempo se
le pasará. Subo a mi recámara, dejando a Sahir
hablando con su padre. Mientras me descalzo
Nabila entra a verme.—Amiga, no sabes lo feliz
que me siento por vosotros — dice nada más
entrar.— Lo sé amiga, o ¿debería llamarte cuñada?
—le vacilo.— Bueno somos ahora cuñadas, pero
amigas siempre — añade ella riéndose. — Ahora
cuéntame todo, y déjame ver el anillo — agarra mi
mano para ver la sortija.— ¿Es bonita verdad? —
dije mirando el anillo.— Mi hermano sí que sabe
— halaga a Sahir.— Ah, por cierto, cuéntame eso
de que en vuestras costumbres el marido le regala
oro a su mujer al casarse.— Se conoce como DOTE,
es un regalo que el novio hace a la novia y es un
obsequio personal para la mujer. También
depende de la capacidad económica del hombre, si
él no se puede permitir comprar oro, le puede
regalar a su esposa un poema o una flor, que
también se considera como Dote.—Am.…
interesante — dije pensado aún en la explicación
de Nabila.— Ahora dime, ¿mi hermano ya te
compró tu dote? — pregunta intrigada.— Si, me
compro una variedad de joyas preciosas —
informé.— Mañana me dejas verlas eh.— Por
supuesto Nabila.
Sahir entra a la habitación interrumpiendo nuestra
conversación.— Me dejas a mi esposa hermana —
pide y mi piel se eriza al escuchar "mi esposa".—
Claro hermano, toda tuya. Me levanté y me acerco
a él.—¿Nos vamos? — pregunta Sahir.— ¿A
dónde? — contesté con otra pregunta.—A nuestra
habitación habibti.
Asentí con la cabeza y sonreí. Al verla por primera
vez, me quedo sorprendida. Es una suite con doble
altura, en ella hay una cama gigante, con vistas a la
piscina acompañado de un sofá de cuero, a la
izquierda un gran vestidor con puerta que da hacia
el baño de mármol. Bajamos el escalón a doble
altura donde se encuentra un mini salón con un
gran plasma.— Que bonita tu habitación Sahir.
— Nuestra habitación — me corrige.—Pues me
encanta, amor.— Mañana les diré a las chicas del
servicio que suban tus cosas del coche y que te
hagan hueco en el vestidor — dice.— Vale, pero
sin prisa.— A por cierto habrá que contarles a tus
padres de que te has casado. Se me olvidó por
completo informar a mis padres.— Si claro,
mañana les llamaré.
Iba a salir de la habitación para ir en busca de mi
pijama, pero Sahir me detiene.— Tengo que ir a
coger mi pijama — digo señalando a la puerta.—
Tengo otra idea Hada, y si duermes sin él, de todas
maneras, tenía pensado en desnudarte para
hacerte el amor — me aclara mostrando su
perfecta dentadura.— En ese caso, porque
molestarme e ir a buscarlo — le respondí. Duermo
en la que ahora es mi cama, las almohadas y
sábanas huelen a Sahir. Es como si estuviera
flotando en una nube. No hay nada más
placentero que dormir junto a la persona que
amas, es música para mis oídos escuchar su
corazón latir y su respiración.
Capítulo 15
Ha pasado una semana desde que nos casamos
Sahir y yo, realmente fue algo intenso. Mis padres
se alegraron mucho sobre mi matrimonio, aunque
al principio se molestaron por no haber estado
presente, pero les dije que la fiesta se llevaría a
cabo dentro de unos meses. Sahir ha sido un amor
conmigo, y yo lo idolatro. No me arrepiento de
haber aceptado ser su esposa. Si me lo propone de
nuevo le diría que sí sin duda alguna.Samira estuvo
distante conmigo y la verdad poco me importa.
Hace dos días Sahir junto a toda su familia para
hacerles saber de qué se casó y presentarme ante
ellos. He de decir que conocí a su famosa prima, se
llama Yasmin y no voy a negar que es hermosa.
Tuvimos una conversación privada, donde ella me
advirtió que no se quedaría con los brazos
cruzados, que lucharía hasta el final por Sahir que
ingenua es, no se da cuenta de que Sahir ya es
esposo mío, y está fuera de liga.
— Hada —oigo como me llama mi suegra.— Si... —
conteste.— ¿Te apetece salir conmigo de compras?
— me pregunta ella, lo cual me quedé
sorprendida.—Hmm... por supuesto — añadí
después de unos segundos. —Solo déjame ir a por
mí bolso — vuelvo a decir.— No es necesario, si
quieres comprar algo llevo efectivo — añade.El
chofer de la familia nos esperaba en la salida, nos
adentramos en el auto y se puso en marcha. El
silencio se hizo presente en todo momento, ella no
me hablo más y yo tampoco lo hice. Realmente
estaba incómoda. Cuando llegamos al centro
comercial observé que la tía de Sahir junto a su
hija Yasmin estaban ahí.— No sabía que habías
invitado también a tu hermana y tu sobrina — dije
a mi suegra.— ¿Te molesta? —cuestiona con
frialdad.— No, para nada... — no me deja
terminase la frase, simplemente pasó pasa de mí.
Trago saliva, y me paro frente a ellas donde se
saludan con un beso.—Hada, me alegro volver a
verte —dice Yasmin, que patético sonó.— Lo
mismo digo. Empezaron a caminar y yo las seguí.
Hablan entre ellas en árabe, no entendía nada.
Solo observé la situación y pienso "ojalá estuviera
aquí Nabila".Las tres son tan irritantes. Llegamos a
una boutique donde la ropa y los complementos
eran hermosos pero los precios eran altísimos.
Ellas se ponen a comprar todo lo que tocaban, en
cambio yo no compré nada. Mientras voy
cargando las bolsas de Samira, ella ríe y habla con
su hermana. No quiero montar ninguna escena
aquí, pero esta actitud de ella me está cansando.
Tomamos un descanso en una cafetería, ellas se
piden un café y yo hago lo mismo. Me disculpé
ante las tres brujas para ir al baño mientras
camino hasta ahí un joven rubio bastante alto me
detiene y me pregunta algo en árabe, le contesto
con "lo siento, pero no entiendo lo que me
dices".— ¿Hablas español? — me sorprendí al ver
que hablaba el mismo idioma que el mío— Si.—
Qué alegría encontrar a una paisana por estas
tierras — añade y noto como me abraza
repentinamente.— Pero ¿qué hace este tipo? —
habla mi subconsciente. Me separé bruscamente
de él— Oh discúlpame —dice sin más. — Es que
fue la emoción — vuelve a decirme.— Está bien —
respondí. — ¿Necesita algo?.—Si, bueno antes te
dije que tenías unos ojos preciosos.— Am…
Gracias, ahora si me permites me tengo que ir —
anuncié ya que no quería que la familia de Sahir
me viera hablando con este hombre.— ¿Me das tu
número?.—Lo siento, soy una mujer casada — dije
mostrándole el anillo y luego sigo mi camino. Una
vez en el baño me lavo las manos y la cara, estaba
agotada de cargar todo el día con las bolsas de
Samira.Me miré al espejo, veo mi reflejo y unas
lágrimas amenazaban por salir. Pero luego pienso
en Sahir y sonreí porque por él me trago las
palabras que quiero decirle a su maldita madre.
Llegué a ellas y tomé asiento. Al rato su prima me
habla.— Sabes Hada, esta mañana estuve con
Sahir —me informa.—¿Y por qué me lo dice? —
conteste.— Me invitó a desayunar, y como bien
sabes no puedo negarme a mi primo consentido.
Realmente no me creo sus palabras.— Me parece
muy bien Yasmin — hablé restándole importancia
a lo que dijo. Después se acerca a mi oído y dice en
voz baja.—Tengo la corazonada que pronto lo
tendré entre mis brazos, y eso no lo podrás evitar.
La ira se adueñó de mi sistema y sin darme cuenta
le lancé una bofetada. Su madre y mi suegra se
levantan de golpe de donde estaban sentadas y
Yasmin se hace la víctima.— No me miren así, ella
es la que me susurro al oído... — No terminé de
hablar porque Samira me frenó.— No estaba
equivocada contigo, eres una mala persona que le
está chupando la sangre a mi hijo. Me siento
indefensa ante sus palabras, mis ojos se inundan
de agua salada, mientras ella escupe palabras
desagradables.— Ahora si tienes dignidad, aléjate
de mi familia y de mi hijo — dice dejándome sola
en aquella cafetería. Me dejé caer en la silla. Saqué
mi teléfono para marcar a Sahir y que me venga a
buscar, pero se apagó al parecer me quedé sin
batería.— Maldita sea — murmuré.—Y ahora que
hago, como regreso si todas mis cosas las deje en
casa. Limpio las lágrimas y salgo del lugar, caminé
por las calles sin rumbo, perdida totalmente.
Incluso la dirección de la casa estaba escrita en mi
celular. Suspiro y miro a mi alrededor.
Narra Sahir
Me llegó un mensaje de un número desconocido,
abrí la notificación y me sale una imagen donde
aparece Hada junto a un hombre rubio abrazados.
La sangre me hierve por ver la cercanía de ese
hombre con mi esposa.
La llamé, pero sale que está apagado al rato vuelvo
a marcar, pero sigue igual. Decido ir a casa a
buscarla, cuando llegué me encuentro a mi
madre.— ¿Dónde está mi mujer? — pregunté
enojado.—Hijo, ella estaba conmigo en el centro
comercial pero después se quedó con un joven ahí
y no quiso regresar —me explica ella. Saco mi
móvil y le muestro el tipo de la foto.— ¿Es este?.—
Si, Sahir.
— JODER —grité pegado un puñetazo a la pared.—
Hijo cálmate, ya te dije que esa mujer no era de
fiar — escuché la voz de mi madre retumbando en
mis oídos.—Cállate, madre — volví a gritar. Salgo
de casa, rumbo al centro comercial a buscarla.
Capítulo 16
Continúa Narrando Sahir.
La busqué por cada rincón del centro comercial,
pero no la encontré. Tan solo pensar que está con
el rubio ese, muero de celos. Las palabras de mi
madre aún suenan en mi cabeza, no quiero
creerlas, pero la evidencia que tengo no muestra
nada bueno a favor de Hada. Llamé a Nabila para
ver si sabía algo de ella o si regresó a casa, pero
ella me dijo que no.
Después de colgar la llamada, mi móvil suena.—
Diga.—Primo, ¿cómo estás? — Es Yasmin.— ¿Qué
quieres Yasmin ?, no es buen momento así que di
lo que tengas que decir —suelto fríamente.—
Estuve con mi tía cuando tu esposa se fue con el
tipo ese —agrega ella. Mi cuerpo se tensa al
escuchar sus palabras.—¿Sabes qué?, porque no te
mentes en tus asuntos y dejas a mi esposa y a mí
en paz — grité.
— Pero primo —No la dejo terminar cuando cuelgo
la llamada. Estoy desesperado, no sé qué hacer o
qué pensar. Siento como mi corazón se encoge en
un puño y cada vez me cuesta más respirar. Subí a
mi auto, pisé el acelerador y empiezo a barrer
todas las calles de Abu Dhabi.Tengo a hombres
buscando bajo las piedras, pero ni rastro de ellas.
Narra Hada.
No sé dónde estoy, ni a dónde voy. El miedo cada
vez se hace más evidente en mí. A estas alturas
seguro que Sahir me está buscando. A lo lejos
escuché a alguien que me llama, me detengo.—
Ahmed — digo cuando lo veo frente a mí.— Hada
por Dios llevamos buscándote desde hace horas,
Sahir está desesperado.— Está bien llévame a casa
— le pido. Mientras nos encaminamos, siento que
en algún momento voy a desvanecer.
Ha sido el peor día que he tenido desde que llegué
aquí.Al llegar a casa, me encuentro a Samira, junto
a Nabila. Pero Sahir no está con ellas.— Gracias a
Dios Hada, apareciste — me abraza Nabila. —
¿Estás bien?.— Estoy bien amiga, ¿dónde está
Sahir? — pregunté.— En vuestra habitación —
contesta. Antes de subir le dediqué una mirada
malvada a Samira. Cuando llegué a nuestra
recámara, me lanzo a los brazos de Sahir, mientras
sollozo en su pecho.— Sahir, tu madre... — digo
pero me interrumpe.— ¿Mi madre que?, me vas a
decir que te dejó tirada en el centro comercial.—
Así fue — dije entre lágrimas. Veo como suspira, y
después da un golpe en la mesa que me
sobresalte.— Sahir... — le llamo. Pero él
desbloquea la pantalla de su celular y me enseña
una foto donde salgo con el chico de antes en la
cafetería, justamente cuando se abalanzó sobre
mí.— ¿Quién es este hombre Hada? — grita
furioso.— No lo sé Sahir, me detuvo para decirme
no sé qué, pero luego le conteste en español y
resultó que él hablaba también mi idioma y.. —
hago una pausa. —Después me abrazo, yo
tampoco entendí su actitud Sahir, tienes que
créeme — supliqué con la mirada. Sahir respira
profundamente.
— ¿No me crees verdad?.— Ya no sé qué creer.—
¿Son ellas verdad? — digo.— ¿A qué te refieres? —
pregunta con el ceño fruncido.— Que tu madre y
tu prima del alma planearon todo esto, y estoy
segura de que una de ellas hizo esa foto, y claro tú
caíste.— Porque iban a hacer todo esto, ¿Qué
ganarían?. Sonreí irónicamente.— Sabes Sahir, dilo
ya... dime que no me crees — le exijo.
No responde solo me mira fijamente.— Dilo Sahir
— grité esta vez. Pero sigue sin articular palabra.—
Bien, ya veo Tu silencio lo dice todo — añadí y
después busco mi bolso donde están mis tarjetas,
el dinero y mi pasaporte. Hoy mismo regreso a
España, dejando todo atrás, inclusive a Sahir.— ¿A
dónde vas? — me agarra del brazo antes de salir
por la puerta.
— Me regreso a mi país — digo y luego retiré mi
brazo de su agarre. Bajo escaleras abajo, antes de
irme le digo unas cuantas palabras a la bruja de
Samira.— Te felicito, lo conseguiste tú hijo creyó
tus mentiras... es todo tuyo Señora porque está
occidental se regresa de donde nunca debió
haberse ido.— Amiga por favor — escuché la voz
de Nabila.— Nabila gracias por todo amiga, nunca
te olvidare y recuerda que aquí me tienes y si
algún día vienes a España búscame — dije entre
lágrimas. Salí de aquella mansión, y le pido al
chofer que me lleve al aeropuerto. Deje mis cosas
ahí, también abandoné a lo que más amo en mi
vida, pero no puedo continuar ni luchar por esta
relación cuando él no confía en mí.
Narra Sahir.
Hada me abandonó, esta dolida por no creerla
pero que debo hacer, la foto indica claramente que
ese tipo y ella se conocen, además lo que dijo mi
madre más el celular apagado, la busque en el
centro comercial y tampoco la encontré allí, si es
verdad lo que me dijo se hubiera quedado donde
la abandonaron, hasta que alguien la buscara.
Quiero salir corriendo detrás de ella para
detenerla, pero sé que si lo hago sería en vano,
porque aún no estoy seguro de su versión.
Después de una hora maldiciéndome, y destrozado
por la partida de mi habibti, decido bajar hablar
con mi madre y que me cuente otra vez todo lo
que pasó.
Pero cuando me acerco al salón escuché que
estaba hablando por el teléfono.— Sobrina el plan
funcionó a la perfección — se acaba de largar a su
país.—... — Hablan por la otra línea.— ¿Te
asegurarte de pagarle bien al rubio ese para que
no abra la boca? — sigue hablando mi madre.—
Bien Yasmin, pues ahora te toca a ti, Sahir está
destrozado. Es hora de atacar. Doy un golpe en la
puerta y me hago presente ante ella, su rostro se
vuelve pálido, mientras aprieto mis puños, la
mandíbula se tensa y un ataque de rabia,
decepción y tristeza me envuelven. Desconfíe de la
mujer que amo, pensando que ella me había
engañado cuando no fue así. Todo fue un
malicioso plan de la mujer que me dio la vida.
Capítulo 17
— ¿Cómo pudiste hacerme esto madre?, me
separaste de la mujer que amo, la abandonaste en
aquel lugar, dejaste que otro hombre tocara la
esposa de tu hijo — digo con la voz quebrada y
llena de furia.— Hijo... — dice, pero la hago
callar.— No me llames así...— respire hondo. —
¿Dónde está la mujer que me inculcó los valores y
respeto hacia los demás?, esta es la fe que tiene en
Dios, esto es lo que nuestra cultura dice. ¿Qué te
hizo esa joven inocente que lastimaste? — grité a
todo pulmón. Nabila y mi padre se acercan a
nosotros al escuchar mis gritos.— ¿Qué ocurre? —
habla mi padre.— Que te cuente mi madre si es
que se le puede llamar así — contesté.— Mamá...
— le llama Nabila.— Samira habla de una vez —
grita esta vez mi padre, pero ella sigue en
silencio.— Lo contaré yo madre —le digo.
— Resulta que mi querida madre junto a Yasmin
planearon pagar a un hombre para abrazar a Hada
y después tomar una foto de ellos, la cual luego
me enviaron con un número desconocido. Después
tu esposa padre, la abandonó en el centro
comercial sola, sabiendo que mi mujer no conoce
este país.—¿Cómo pudiste hacer tal acto?, ¿qué te
hizo Hada para que la odies a tal punto? — le
pregunta mi padre acercándose a ella.— Me robó a
mi hijo — solloza.
— Ella no te robó nada madre — esta vez dice
Nabila. — Desde que está con Sahir aguanto tus
humillaciones, se las trago como piedras para no
decirle a mi hermano.— ¿Qué dice Nabila? —
reaccioné a sus palabras —Hada siempre me dijo
que todo estaba bien con nuestra madre.— Lo
hacía porque no quería que discutieras con madre
de hecho, a mí siempre me pedía que no te dijera
nada.— Maldita sea Nabila debiste haberme dicho
— grité con el corazón hecho pedazos.— Hijo, ve y
busca a tu esposa —pide mi padre tocando mi
hombro — yo me encargo de esta situación —
vuelve a decir. Paso saliva, y una lágrima se desliza
por mi mejilla. Nunca me perdonaré haber dudado
de ella, por dejarla ir de esa manera sin retenerla.
Llamé a Ahmed le pido que busque los vuelos que
han salido en la última hora, necesito ubicarla y
saber si se fue o todavía está en Abu Dhabi. Salí a
toda prisa al aeropuerto donde espero
encontrarla. La llamé, pero su móvil aún estaba
desconectado. Duele su ausencia, sus lágrimas
queman en mi piel dejando marcas imborrables.
Narra Hada. No me arrepiento por haber amado a
ese hombre incondicionalmente, ni de haber sido
su mujer. El próximo vuelo a Madrid sale en dos
horas, no me queda de otra que esperar. Mi
celular sigue apagado, me hubiera gustado hablar
con mi madre, sus palabras me harían bien.A lo
lejos veo la figura de Sahir, me alejo de donde
estaba sentada y me metí en el baño para que no
me vea. Sollozo de manera desesperada, su
presencia me debilita. Veinte minutos más tarde,
decidí salir con el pensamiento de que se había
marchado, pero cuando salgo del baño él está ahí
esperándome a la salida.— Habibti, escúchame —
dice nada más verme.
—No tengo nada más que escuchar así que vete.—
Perdóname Hada, también fui víctima de mi madre
— me suplica.— Es patético Sahir que me busques
ahora — suelto. — ¿Dónde estabas cuando te
estaba diciendo la verdad y no me creíste?.— La
ira me cegó Hada.— Ahora dime, ¿te contó tu
madre que su única intención en acompañarla de
compras era solo para humillarme y tenerme de
criada para cargar sus bolsas pesadas? — sollozo
mientras le cuento todas las cosas malas que me
hizo mientras yo me las callaba.— Lo siento
Hada.— ¿Qué es lo que sientes?, ¿haber
desconfiado de mí?, o ¿por todo lo que Samira me
hizo por estar contigo? — pregunté furiosa. —
Yo...yo nunca te engañaría Sahir. Entonces noto
como cae al suelo de rodillas y abraza mi vientre,
llorando a mar abierto pidiéndome perdón. La
gente que estaba ahí nos miraban, pero a él eso no
le importó solo quería conseguir mi perdón.
— Levántate — le pido.— No te merezco habibti,
pero mi vida no tiene sentido sin ti... — sigue en
esa posición hablando entre llantos mientras sus
manos se aferran a mi cintura con fuerzas.—
Sahir... — le llamo.— Te amo demasiado para
perderte, Hada solo perdóname y te prometo que
no dejaré que ni siquiera una mosca te toque. Sus
palabras me desarman, su llanto corrompe mi
cuerpo, me pongo a pensar y sé que actuó muy
mal conmigo al desconfiar de mis palabras, pero
tengo la necesidad de perdonarlo.— Está bien
Sahir, te perdono, pero ahora levántate que nos
está mirando todo el mundo. Me abraza con
fuerza, dejando besos en todo mi rostro, después
limpia mis lágrimas con sus dedos.— Te amo
habibti.— Y yo a ti Sahir.— Ahora nos vamos a
casa a recoger algo de ropa y nos iremos a pasar
unos días en un hotel, hasta que encontremos un
nuevo hogar, solo para nosotros dos — me
informa. — No quiero que vivas bajo el mismo
techo que mi madre, no voy a dejar que te lastime
de nuevo habibti. Me alivia saber que no
compartiré casa con esa mujer. Si Samira y su
sobrina piensan que ganaron, pues se equivocan
ahora más que nunca lucharé por el hombre que
amo, no les daré el gusto de vernos separados.
Capítulo 18
Llegamos a casa, Nabila y mi suegro cuando ven
que voy con Sahir, se acercan a mí para
abrazarme.— Perdónanos hija, Samira se dejó
llevar por Yasmin — la justifica mi suegro.— Está
bien, no se preocupe señor.— Amiga no sabes
cómo me alegro de que Sahir llegó a tiempo.— Ya
pasó Nabila. Luego noté como Sahir mira a mis
espaldas, al parecer su madre estaba ahí.— Hijo
nos iremos de casa mañana mismo, es hora de que
vivas tu vida junto a tu esposa sin cargar con tu
familia — informa el padre de Sahir.— No es
necesario padre, nos iremos nosotros. Esta es
también tu casa y por ende no tienen por qué irse.
Seguiré cubriendo los gastos de ella, así que nada
cambiara — contesta Sahir muy decidido.— Pero
hermano — habla Nabila, pero este no la deja
terminar.
— Nabila la decisión está tomada, nos alojaremos
en un hotel hasta que encontremos nuestra casa
ideal. La madre de Sahir no dice nada, solo observa
la situación.— Madre lo único que te voy a pedir es
que te disculpes con mi mujer.— No lo haré — dice
fríamente.— Samira, te disculpas o tendremos
problemas — grita mi suegro. La verdad que estoy
cansada de esta situación.
— No es necesario — hablé. — Sahir quiero irme
ya — vuelvo a decir. Después subí a la habitación
para hacer una pequeña maleta, quiero salir de
esta casa cuanto antes. Al llegar al hotel, me
encierro en el baño a darme una ducha, estoy
agotada con tantas emociones. Apenas hablé con
Sahir, sinceramente no tengo ganas de nada, solo
quiero cerrar los ojos y dormir.— Habibti — musita
a mi oído abrazándome nada más salir del baño. —
¿Tienes hambre?.
— No tengo hambre — añadí y él se suelta de su
agarre. — Solo quiero dormir.— Esta bien amor
descansa — suspira al sentirme fría con él. —
Bajaré un momento a recepción y enseguida
vuelvo. Asentí y él salió de la suite. No es que
continúe enojada con Sahir, solo quiero dormir
para no pensar en lo ocurrido y es la única manera
de no sentir dolor.
Narra Sahir
Hada aún sigue enfadada o molesta y en parte la
comprendo, no voy a presionar más en la herida,
sé que mañana será un nuevo día. Bajé a recepción
para hacerles un encargo, mañana cumpliremos un
mes desde que nos conocimos en aquel avión.
Quiero recordar ese día y de paso hacer que olvide
todo el calvario que pasamos el día de hoy. El plan
es un picnic en el jardín del hotel, reservado solo
para nosotros dos, acompañado de una tarta en
forma de avión para dos personas, unos
tentempiés deliciosos y una decoración acogedora,
para pasar un buen rato y olvidarnos de los
problemas. Al llegar a la habitación, me encuentro
Hada dormida, beso su frente con cuidado para no
despertarla, me recuesto a su lado y el sueño me
vence cierro los ojos mirando su bello e inocente
rostro. Amanecí con dolor en todo el cuerpo,
normal dormir con los zapatos puestos y estar toda
la noche en la misma postura después uno
despierta roto. Noté que Hada aun duerme, me
quedé un rato más admirando su perfecta fracción,
hasta que sus hermosos ojos azules se abren.—
Buenos días habibti — digo con una sonrisa.—
Buenos días Sahir.— ¿Dormiste bien? —
pregunté.— Aja ¿y tú?.— No tan bien como me
hubiera gustado — añadí.— Ya veo, ni siquiera te
has quitado la ropa — dice mirando mi cuerpo.—
Te amo — musité.— Yo también te amo Sahir.—
¿Irás a trabajar? — me pregunta.— No habibti, hoy
es un día especial, estamos de celebración — le
comenté, pero parece no entender nada.— No
entiendo.— Hmm…luego lo entenderás, ahora
déjame sentirme dentro de ti habibti — le pido.
Me apetece hacerle el amor como loco, hundirme
en ella todos los días como si no hubiera un
mañana, amarla con los ojos, con la sonrisa, con el
pensamiento, con cada latido, amarla con el
cuerpo y el alma. Me cuesta creer que en tan solo
un mes Hada se adueñó de mi ser, se convirtió en
mi Sultana. Ella es y será siempre mi prioridad.— A
mí también me apetece mucho — contesta.
Entonces acaricié esos sabrosos labios con los
míos, nuestros alientos se mezclan, en aquel
momento viajamos juntos a un planeta
deshabitado, donde solo estamos nosotros dos
disfrutando de nuestros cuerpos, donde nos
entregamos por completo.
Cuando bajamos al jardín, el lugar estaba increíble,
los empleados del hotel hicieron un buen
trabajo.— ¿Y esto? — pregunta Hada
sorprendida.— Ya te dije que hoy era un día
especial, tan especial que un día como hoy me
hiciste el amor con la mira a más de diez mil
metros de altura, un día como hoy te volví a
encontrar en mi casa, y un día como hoy te quise
solo para mí. Siento como Hada se emociona, sus
ojos están vidriosos.
— Un mes desde que nos conocimos — añade
ella.— Así es habibti.Un joven se acerca con la
tarta que encargue.— Felices un mes amor — le
muestro la tarta. Celebramos nuestro aniversario
con un dulce y tierno beso. Siento que moriré si no
tengo a Hada a mi lado.
Capítulo 19
Narra Hada.
Cada día Sahir me sorprende más, es encantador y
jodidamente romántico, creo que si no fuese por el
amor que le tengo no me hubiera dejado humillar
por su madre. Llevamos tres días en el hotel,
hemos ido a ver varias casas y de momento
ninguna nos ha gustado tanto para decir que esta
era la elegida. Nabila me estuvo visitando cada vez
que podía, sobre todo cuando Sahir se iba a
trabajar y para no estar sola venía a verme. Suena
mi celular, lo cual hace que salga de mis
pensamientos, miro la pantalla y es Sahir.—¿Cómo
está la mujer más bella? — pregunta Sahir.—Aún
metida en la cama —conteste.— ¿Estas bien
habibti?.— Si Sahir, solo es — no terminé la
frase.— ¿Qué es?.— Ya sabes Sahir, es que me da
pena decirte —dije apenada.— Pero habibti, a
estas alturas te da vergüenza, soy tu marido —
añade intentando convencerme para que le
diga.—Lo se amor, pero es que... me llegó el
periodo y los cólicos me están matando —dije al
fin. Siento cómo se ríe, y mis mejillas están a punto
de reventar.— Que te apuesto a que te has
sonrojado —dijo aun riéndose.—Genial, ahora me
arrepiento de haberte dicho— solté molesta.—
Habibti eso es ley de vida, no tienes porqué
avergonzarte en decirme Ahora dime ¿hay algo
que pueda hacer para aliviar el dolor? — su voz
suena tan dulce.—Si, necesito analgésicos.— Está
bien, le diré a Ahmed que se ocupe de la reunión
que tenía prevista dentro de media hora, y voy a ir
a comprar los que pediste en breve estaré ahí
contigo mi vida.— No es necesario que dejes tu
trabajo Sahir, puedo soportarlo hasta que
termines.— Para mí lo importante eres tú habibti,
además la reunión es solo con los empleados,
Ahmed podrá hacerlo solo siguiendo mis
indicaciones — responde. —Hey… nena también
quiero consentirte.— Gracias amor, eres único.
Después de colgar la llamada cierro los ojos para
dormir un poco más, pero al rato llaman a la
puerta de la habitación. Cuando abro no había
nadie excepto una nota que dejaron en el suelo.
Dudo si cogerla o no, pero la curiosidad es más
fuerte. Cierro la puerta y procedí a abrirla.
Nota: Te odio a tal punto que soy capaz de tirarte
a la jaula de las leonas de tu esposo. PD: seré tu
peor enemiga, así que huye.
Un escalofrío terrorífico recorre toda mi piel,
dejando una sensación amarga en mí.
Una amenaza como esta no puede pasarse por
alto, tengo que decirle a Sahir. Lo peor es que
temo que sea mi suegra o Yasmin. Me meto en la
cama, pero el miedo que siento ahora es enorme,
necesito que llegue ya mi esposo. Si han sido capaz
de dejar una nota como está aquí sin más, estoy
segura de que no dudarán en cumplir las palabras
que contiene esta.
Veinte minutos más tarde llega Sahir, con los
analgésicos que le pedí y una bolsa llena de
caramelos y chocolate. Nada más verlo me aferro a
su pecho y lo abracé con fuerzas, inhalando su
delicioso perfume.—Gracias a Dios que llegaste
Sahir —dije.—Estoy aquí nena, ven tomate la
pastilla. Mientras estamos tumbados en la cama,
él acaricia mi vientre, mimando mi abdomen lo
cual causa una exquisita sensación.— Sahir
tenemos que hablar —digo al rato.— Te escucho
— contesta. Saqué la nota de la mesita de noche y
se la doy, él la coge en su mano y me mira sin
comprender nada.—¿Qué es? —pregunta mirando
el sobre.—Después de terminar la llamada contigo,
alguien llamó a la puerta y dejó la carta en el
suelo. Percibo como arruga su frente, y su cuerpo
se tensa junto a su mandíbula. Abre la carta y
empieza a leerla, su mirada se oscurece, no dice
nada su expresión es de rabia tal vez.— Sahir,
¿realmente vale la pena?, me refiero a soportar
estas amenazas por el simple hecho de estar
casada contigo.— ¿Qué?, por supuesto que vale la
pena, ¿o es que no me amas lo suficiente? — dice
molesto.— Te amo con mi vida, pero esto me
supera.— ¿Qué quieres decir con eso?.— Que a lo
mejor sí... no sé, me refiero que ... — no puedo
expresar lo que pienso porque temo luego
arrepentirme.— No termines la frase Hada, no
puedes pensar en lo que creo que estás
pensando.— Sahir— Eres mi vida completa Hada,
si te vas ten por seguro que moriré, porque tú eres
la que le da sentido a mi existencia — dice
desesperado. — Y te prometo que averiguaré
quién ha sido capaz de amenazar a la mujer de
Sahir Al Kamal, y cuando lo sepa haré que arda en
el infierno — añade furioso. Asentí con lágrimas en
los ojos, mientras tanto rodeó su cuerpo con mis
brazos.— Habibti, contratare seguridad en lo que
encuentre al responsable de la nota. — Y no te
preocupes de que mis leonas no te harán nada —
vuelve a decir vacilándome. Me reí dándole un
golpe no tan fuerte en el pecho.— No lo digas ni en
broma Sahir, tus "hijas "me dan miedo — le
respondí entre comillas.— Anda ven aquí amada
mía, si es necesario te protegeré con mi cuerpo. Si
tengo que pagar condena por estar enamorada de
él, pues que así sea.
Capítulo 20
Narra Sahir.
No sé hasta donde llegará mi madre y mi prima, la
carta que recibió Hada me hace pensar que fueron
una de ellas dos, temo que sea mi madre porque si
es ella sería muy difícil para mí tomar acción legal
contra ella, pero tampoco puedo permitir que
amenacen a mi esposa. Contrate seguridad para
ella, no puedo correr el riesgo de que le hagan algo
malo, si es necesario la protegería con mi vida. Al
rato quedé con mi padre, me dijo que tiene un
asunto importante que tratar conmigo. Pero antes
de verme con mi padre, voy a casa de mi tía para
hablar con Yasmin. Al llegar su madre me recibe,
saludo a mi abuelo que vive con ellas, y después
tengo una conversación privada con Yasmin.— ¿A
qué debo tu visita, primo? — pregunta una vez que
estamos solos.— Vengo a avisarte que te alejes de
mi esposa — le advierto seriamente.— No tengo ni
un tipo de contacto con tu amada esposa — dice
con sarcasmo.—¿A no? y esta nota — dije
enseñándole el papel. — Y sabes que esa letra es
tuya — añadí de nuevo.—¿Qué?, no es mía.— Te
aviso que la mandaré a examinar y determinar
quién la escribió, y desde ahora mismo te informo
que si eres tú la que amenazó a Hada haré que
pases muchos años en la cárcel. Salgo de donde
estaba bastante enojado y me dirijo a la puerta de
salida, pero la voz de mi abuelo me detiene.—
¿Todo bien Sahir?.— De momento si abuelo — le
contesté y después me despido. Conduzco hasta la
casa de mis padres.—Salam alikom padre —
digo.— Alikom Salam hijo — me devuelve el
saludo mientras tomo asiento.— Gracias por venir
Sahir, quería hablar contigo sobre Nabila.
— Te escucho.—Hay un joven que quiere pedirla
para el matrimonio, pregunté por él y me dijeron
que es un buen muchacho, tu madre y yo estamos
de acuerdo en que una su vida con él — me
informa.— ¿Y mi hermana que dice? —pregunte
con el ceño fruncido.— Ella también aceptó —
añade.—Bien, pero antes de dar mi aprobación
hablaré con ella primero — dije seriamente. En
nuestra cultura cuando un hombre quiere contraer
matrimonio con una mujer, primero la piden a los
padres y hermanos mayores si tiene la chica, pero
para mí casar a mi hermana con alguien que
seguramente que no ama, no lo puedo aceptar.
Aunque me tenga que poner en contra de todo el
mundo. Nabila ahora mismo está con Hada, le
llame por teléfono y le dije que se quedara a
comer con nosotros, y entonces hablaré con ella
sin que tenga la presión de mis padres encima.
Sobre los planes de la casa, digamos que vi una
muy hermosa y pienso que Hada le va a gustar, así
que decidí comprarla y darle una sorpresa. Pero
mientras que le dan los últimos retoques a nuestro
hogar, mañana mismo viajaremos a España, pero
Hada aun no lo sabe. Al llegar a la suite me
encuentro a mis dos mujeres preferidas riéndose
por no sé qué.— Vaya, cuanta alegría — dije nada
más entrar.— Hola amor — saludó primero Hada
con una sonrisa. Me acerco a ella y poso un
delicado beso en la comisura de sus labios a
continuación, doy otro beso en la frente a mi
hermana.— ¿Me van a decir a qué viene tanta risa
entre vosotras? — pregunte curioso.— Hermano
hablamos de cosas de chicas — dice Nabila.—
Siempre es lo mismo, "hablamos de cosas de
chicas" — dije burlándome de ellas. Hada me mira
con la boca abierta, y los ojos medio cerrados
como diciéndome "no te pases de listillo".— Esta
bien chicas no me miren así, no he dicho nada
malo — digo llevándome las manos arriba. Nos
reiremos al unísono, después salimos al
restaurante a comer.
Narra Hada.
Mientras comemos, Nabila nos cuenta sobre su
madre, nos dijo que apenas come que se pasa casi
todo el día encerrada en su habitación. Sus
palabras me hicieron mal, no sé porqué, pero sentí
pena. — Hablando de eso estuve en casa con
padre, pero a ella no la vi — dice Sahir.— Seguro
que estaba en la cama — añade Nabila.— ¿Por qué
fuiste?.— Nuestro padre me llamó para hablar de
ti — respondió señalando hacia ella con el
tenedor.— Me imagino que sé de qué se trata —
dice mirando a su plato.— ¿No entiendo nada
chicos? — pregunté perdida por su
conversación.— A Nabila la pidieron para el
matrimonio — dice Sahir seriamente.— ¿Nabila?,
no me dijiste.— Se me pasó amiga — sigue sin
mirarnos. No sé porque pero este matrimonio es
en contra de su voluntad, ya que Nabila no parece
muy feliz o emocionada por ello.— Nabila mírame
— le pide Sahir seriamente. Ella hace caso a lo que
le pide, y lo mira con los ojos cristalizados.— Me
dijo padre que tú aceptaste, pero sabes lo que
pienso de estas cosas, ahora dime ¿de verdad te
quieres casar? — le pregunta Sahir serenamente
intentado que su hermana diga lo que realmente
quiere. Espero que diga la verdad, porque sé
perfectamente que ella está enamorada de
Ahmed, al igual que él de ella. Tarda unos
segundos y responde a la petición de su
hermano.— Hermano estoy de acuerdo con
casarme, mis padres lo eligieron y así será Sahir.—
¿Pero lo quieres? —vuelve a preguntar. Miré a
Nabila y ella me miró, niego con la cabeza, pero
ella pasa de mí, y contesta decidida.— Si. Sahir la
miró no muy convencido.— En ese caso no me
opondré.— Nabila no — por impulso hable. Ella
me observa, y su mirada dice "no digas nada
más".— ¿Que pasa habibti? — cuestiona Sahir.
Tragué saliva y miré a mi plato.— Solo... No es
nada — contesté conteniendo la rabia de decirle a
su hermano que realmente su hermana no quiere
casarse con ese individuo. Algo me dice que el
hombre que la pidió es el mismo que nos
encontramos en el desfile. Nabila está engañando
a su corazón y a su hermano para no contradecir a
sus padres.
Capítulo 21
Esta mañana Sahir hizo que amaneciera temprano,
no entendí el motivo ni tampoco me explico, solo
me pidió que hiciéramos las maletas. Estamos en
el auto rumbo al aeropuerto, pero el destino aún
La curiosidad me estaba matando, sinceramente
da igual donde vayamos mientras sea con él.Al
llegar a su jet privado, tomamos asiento, y el
capitán nos saluda, después anuncia el destino del
vuelo.—¿Madrid? — dije emocionada.— Así es
habibti, es hora de conocer a mis suegros —
menciona con su bella sonrisa mostrando sus
perfectos dientes blancos. Se me iluminan los ojos
al saber que veré a mis padres, sobre todo
presentarles a mi esposo.— Gracias por esta
increíble sorpresa Sahir —digo besando su
mejilla.— Nunca dejaré de sorprenderte habibti.El
vuelo fue agradable junto al bombón de hombre
que tengo de marido. Estuvimos hablando de
cómo queríamos celebrar nuestra boda, ¿y saben
qué?, será de la misma forma que nos conocimos.
A más de diez mil metros de altura con destino a
Turquía. Solo falta decidir el día.

Al llegar a España, en la entrada del aeropuerto, un


Ferrari lujoso nos estaba esperando.— ¿No me
digas que lo compraste? — pregunté
adentrándome en esa máquina.— Por supuesto,
privilegios de tener al dueño como cliente — ríe.—
Interesante — añadí poniendo los ojos en
blanco.— La próxima vez que pongas los ojos en
blancos te daré unos azotes — dice bromeando.—
Como si fueras Christian Grey — respondí en plan
broma.— No lo soy, a mí me gusta darles amor a
las mujeres, no castigarlas —añade riéndose.—
¿A las mujeres? — recalqué esa palabra. —Que yo
sepa solo tienes una mujer — vuelvo a decir. Él
suelta una carcajada, al parecer se divierte al
verme celosa.— Eres la única, y siempre serás la
única.—Más te vale Sahir — le advierto.
— Ni lo dudes, habibti, ahora llama a tu madre y
diles que vamos de camino. Llamé a mi madre y al
segundo tono contestó.— Hola mami —saludo
nada más escucharla.—Hada, hija ¿cómo estás?.—
Bien mamá, adivina ¿dónde estamos Sahir y yo? —
dije con una gran sonrisa mirando a Sahir que está
conduciendo.— No me digas que están en la
puerta de nuestra casa Hada, porque si es así me
da un infarto.
— No mamá, pero llegamos en quince minutos.—
Que felicidad hija, entonces adiós que me tengo
que preparar para recibir a mi yerno, no puedo
dejar que el Saudí me vea con estas pintas que
llevo —habla tan rápido que después cuelga sin
despedirse.— ¿Qué dice tu madre? — pregunta
Sahir cuando aparté el celular de mi oreja.— Está
muy emocionada —conteste. Miro por la ventana,
una paz se instala en mi al ver a mi querida
España, mi país donde nací y crecí. No voy a decir
que no me gusta Abu Dhabi, pero el país natal de
alguien siempre será el lugar favorito de uno.—
¿Cuánto tiempo nos quedaremos? — pregunté.—
Tres días habibti —responde apenado.— Ah Está
bien, entonces mañana mismo tengo que ir a mi
lugar de trabajo para presentar mi renuncia.— Me
parece genial, te acompañare —añade. Cada vez
estamos más cerca de la casa de mis padres, mi
corazón se acelera es como si han pasado años
cuando realmente solo llevo un mes lejos de ellos.
Al llamar a la puerta, mi madre se deja ver con un
vestido precioso, su pelo bien recogido e inclusive
se maquilló, cosa que nunca hace.— Bienvenidos
—nos dice mientras corro a sus brazos.— Mamá
como te extrañe — dije.—No exageres nena que tu
esposo nos está mirando —murmura a mi oído
para no ser escuchada.
— Señora Luisa, es un placer conocerla —dice Sahir
abrazándola.— El placer es mío muchacho.
Veo como mi madre lo achucha con fuerza, Sahir
me pide auxilio señalando con los ojos, lo estaba
asfixiando literalmente.— Mamá ya, que me vas a
dejar viuda — bromee para que lo suelte. A lo lejos
siento como unos pasos se acercan a nosotros, me
giro sobre mis talones y veo esa figura alta, con su
mirada azul que brilla ante mi presencia.— Papá...
no sabes cómo te anhele — me abalanzo en su
regazo, donde soy recibida con mucho amor.—Y
nosotros a ti hija mía — después me suelta y
extiende su mano a Sahir, la recibí con una sonrisa
y se presenta. Mi padre le da la bienvenida a
nuestra familia. La tarde transcurrió entre
interrogatorios, mis padres le contaron cosas de
cuando era niña. Me avergonzaron ante él, le
dijeron que siempre decía que me casaría con mi
primo. Realmente me encapriché de él a los diez
años y no se me pasó hasta los dieciocho, llevo sin
verlo más de cinco años. Sahir sonrió por ello pero
noté que estaba incómodo.
Narra Sahir.
Los padres de Hada son increíbles, la forma que me
tratan con tan solo unas horas de que me
conocieron me hace sentirme uno más de ellos.
Me lo pasé muy bien cuando me hablaron de la
infancia de mi esposa, pero lo que me fastidió es
escuchar que Hada estaba enamorada de su primo.
Decidí invitarlos a cenar fuera de casa, ellos Me
vuelve loca cuando veo como sonríe en la mitad de
cada beso.aceptaron así que nos encaminamos al
mejor restaurante de la zona, mis suegros se
fueron en su coche, Hada y yo en el nuestro.— No
me dijiste que amabas a tu primo querida — digo
rompiendo el silencio.—No le di importancia Sahir,
además era una niña.
— ¿Aún mantenéis contacto? —pregunta.— ¿Estas
celoso?.— ¿Debería? —me mira fijamente.—Por
supuesto que no amor, y para tu tranquilidad
llevamos sin vernos más de cinco años.—Está bien
habibti —dice cogiendo mi mano para besarla.—
Te amo nene — expresé sintiendo sus labios
cálidos en el dorso de mi mano. Sonríe sin
despegar sus labios de mi piel. Me vuelve loca
cuando veo como sonríe en la mitad de cada beso.
Capítulo 22 Nara
Hada.
Hoy amanecí llena de energía, y eso que ayer tuve
una noche muy ajetreada en los brazos de Sahir. Él
aún está dormido, así que decido darme una
ducha. Cuando salgo de esta, encuentro que está
sentado en la cama mirando a la puerta del baño,
me sobresalte porque no pensé en encontrarlo en
esa posición.—Me asustaste Sahir.
— Y yo me asusté al no verte a mi lado —contestó
seriamente — menos mal que escuché el agua de
la ducha si no hubiera salido a buscarte por todo el
hotel en pelotas— habla seriamente.— ¿A tal
extremo hubieras llegado? —me rio acercándome
a él.—No te rías Hada — sigue serio. Suelto besos
cortos en toda su cara, para que se le pase el mal
humor.—A ducharse campeón, que hoy nos espera
un día muy largo —le informé. Mientras él se
baña, decido llamar a Nabila.— Hola amiga —
salude.— Te necesito Hada — su voz sonaba
triste.— ¿Qué te pasa? — pregunté preocupada.—
¿Estás sola? — me responde con otra pregunta.—
Si, tu hermano se está bañando.— Amiga, los
padres del novio hablaron con mi padre y
quedaron que en dos semanas se celebraría la
boda.
— ¿Pero están locos o qué? —dije molesta. —
Nabila habla con Sahir, no aceptes algo que no
quieres hacer. Además, un matrimonio es algo
muy serio.— No, ni se te ocurra decirle nada a mi
hermano.—Escúchame nena, no puedes arruinar
tu vida de esta manera, así que hablas tú o lo haré
yo — le advierto. Escuché que suspira por la otra
línea.— Ya me las apañaré, pero ¿promete que no
abrirás la boca?.
— Si eso es lo que quieres — conteste, y después la
llamada llega a su fin. Sahir y yo desayunamos
hace rato y ahora nos dirigimos al instituto donde
trabajo, él se quedó esperando en la salida, llamé a
la puerta del despacho del director.— Hada, qué
sorpresa — dice el director al verme. Le devuelvo
el saludo, mientras tomo asiento, procedo a darle
la carta de renuncia mientras tanto le expliqué los
motivos, él comprendió a la perfección que
debería estar al lado de mi esposo.
— Ha sido un placer tenerte trabajando en este
instituto Hada — añade despidiéndose. Echaré de
menos este lugar, a mis compañeros de trabajo e
incluso a este increíble director. Mientras camino
donde está Sahir, me topo con una amiga y
compañera, nos abrazamos y al instante ve mi
anillo de casada.— ¿Te casaste perra? y no me
invitaste — dice disgustada.— Así es amiga, fue
algo íntimo... por cierto ahí está mi esposo —le
señalé con el dedo al coche.—Dios mío Hada, yo
quiero uno igual. Me reí por su comentario, nos
acercamos para presentarlo.— Amor, déjame
presentarte a mi amiga Ana.— Ana, él es Sahir mi
marido.— Encantado de conocerla señorita — dice
Sahir, pero Ana lo mira embobada sin articular
palabra. Aclaré la garganta para que
reaccionara.— La creación de Dios es magnífica—
empieza hablar tonterías. — ¿Dime que tienes un
hermano para mí? — le pregunta a Sahir. Él
niega.—¿Un primo? — vuelve a decir Ana. Sigue
negado Sahir con una sonrisa.— ¿Y un amigo? —
Ana sigue insistiendo. Sahir moja sus labios y sigue
negando.— Está bien me conformo con tu padre —
suelta de esa boca.— Ana contrólate — grité, pero
a Sahir parece divertirse porque se ríe.— Perdón....
En serio Sahir es un placer conocerte — esta vez
habla seriamente.— Bueno amiga nosotros nos
vamos — me despido de ella. Ana se marcha,
dejándonos solos.— Tu amiga es muy divertida.—
Es descarada pero muy buena chica —contesté.
— Oye habibti ¿quieres conducir? — pregunta.— Si
claro — digo emocionada.— Pero no me hagas
arrepentirme de mi ofrecimiento.— Hmm... ahora
verás cómo conduce una mujer en tierras europeas
— le guiño un ojo, pero su rostro se descompone
al oír mi comentario. Conducir un motor como el
que tiene esta máquina es alucinante. Aprieto el
acelerado por la autopista, disfrutando como el
viento choca en mi cara, pero lo más divertido es
ver cómo Sahir se aferra al cinturón de seguridad,
mientras aprieta los dientes. Al llegar a nuestro
destino, Sahir se baja del auto, se pone recto y me
mira fijamente pero su rostro se ve tan pálido que
me río descaradamente.— Tu ríete Hada... no te
dejare ponerte nunca más al volante sobre todo
cuando estoy contigo — añade, pero la gracia que
provoca en mí es incontrolable.— Que exagerado
amor.— Has rebasado los límites de velocidad
permitidos.—Un poco de adrenalina Sahir —
conteste.— ¿Adrenalina? — se acerca a mí, pero
me alejo. —Adrenalina es lo que vas a sentir esta
noche en la cama cuando empieces a gemir mi
nombre — dice aun corriendo detrás de mí, hasta
que siento su brazo rodear mi cintura. Después
deja caer un beso lento en mis labios, mientras
inhalo su esencia.— ¿Te apetece un chapuzón en la
piscina del hotel? — pregunté después de
besarnos.— Me encantaría — responde él. Nos
dirigimos a la habitación a colocarlos la ropa de
baño y después bajamos juntos. Mientras Sahir
está en la piscina, le escribo un mensaje a mi
madre.— Mami, ¿qué tal si preparas paella para
comer? Al rato me contesta.— Cuenta con ella,
hija.— Bien mamá, eres la mejor... te amo. Nos
vemos en un rato. Envié el mensaje y observé la
figura de mi esposo, es realmente guapo, me
pierdo en su mirada y muero en sus labios.—
Habibti te lastimaras — escuché decir. No contesté
solo lo miré.— El dueño de ese labio tuyo te exige
que lo sueltes de inmediato — ordena desde la
piscina. Entonces ahí es cuando me doy cuenta de
que lo hice de nuevo, al estar tan concentrada
admirando su anatomía mordí mi labio sin querer.
Capítulo 23
La paella de mi madre estuvo deliciosa, los días
pasaron y el regreso Abu Dhabi estaba muy cerca,
me sentía triste porque esta vez sabía que no eran
unas vacaciones, sino que ahora es mi hogar junto
a Sahir.En el vuelo Sahir y yo vimos unas cuantas
películas, para matar el tiempo, al llegar al hotel
donde nos hospedamos en la recepción estaba
Ahmed, Sahir se extrañó al verlo ahí, no se lo
esperaba.— ¿Qué haces aquí brother? — pregunta
Sahir.— Necesitamos hablar — añade él.— Bueno
os dejo solos — dije y me retiré a la habitación. Sé
que Ahmed tiene sentimientos por Nabila, al igual
que ella, pero al ser amigo íntimo de Sahir no tuvo
valor en estar con ella, espero que lo que tenga
que hablar con mi esposo esta noche sea porque
se haya armado de valor y le cuente sobre sus
sentimientos.
Mientras tanto, decidí darme un baño relajante,
después me pongo un camisón blanco con encaje
en la parte de arriba de los pechos, bastante corto
por abajo, es muy sexy. Sahir tarda en subir,
espero que todo esté bien con Ahmed, revisé mi
celular y avisé a mis padres de que ya habíamos
llegado al instante escuché como la puerta se abre
y me hago la dormida, pero dejando descubierto
mi cuerpo con aquella tela fina tan provocativa.
Escuché su suspiro, y se detiene en seco, me
imagino que me está examinando, me contengo la
risa y no me hago notar de que realmente estaba
consciente. Vuelve a reanudar sus pasos, hasta que
siento las yemas de sus dedos caminando por mi
muslo, mi piel se eriza por su tacto, el rostro de
Sahir está a unos centímetros del mío, puedo notar
su aliento a menta chocar en mis labios, no sé
cuánto tiempo podré seguir fingiendo de que estoy
dormida.—Si estuvieras dormida habibti tu piel no
se erizaría — musitó en mi oído.Mi corazón se
acelera, pero sigo sin abrir los ojos.— ¿No
pensarás que al provocarme de tal manera dejaré
que duermas tan tranquila? —pregunta aún con la
misma postura.
Siento como sus labios viajan por mi cuerpo,
dejando huella en ella. Mi respiración empieza a
agitarse y me empiezo a mover, sus manos se
posicionan en mis pechos acariciándome por
encima del encaje. No puedo más y decido abrir
los ojos, miré al hombre que me estaba tocando.—
¿No estabas dormida?.—Estaba, pero me
despertaste.— La próxima vez que no quieras que
te despierte, no te vistas con esta vestimenta.
Chasqueo la lengua, y contesté.— ¿Qué tiene de
malo vestirse así?.— Simple, no puedo controlar el
lobo que llevo dentro — añade y después procede
a hacerme el amor.
En la mañana percibo el roce de los labios de Sahir
transitar por toda mi columna vertebral, una
excitante sensación se fija en mí.— Que manera
más agradable de despertarse — dije media
dormida.—Buenos días hermosa, ¿Cómo
dormiste? —pregunta.—Maravillosamente bien
Sahir —añadí cambiando de postura para poder
tenerlo de frente. — ¿y tú?.—A tu lado es como
estar durmiendo en la gloria. Mientras nos
miramos, me viene a la mente preguntarle sobre
qué hablaron ayer Ahmed y él, pero tampoco
quiero que piense que soy una metiche. Así que
opto por callarme, si es algo importante seguro
que me lo dirá él.— ¿Vas a ir a trabajar? —
pregunte.—Aja Tengo unas cuantas conferencias
con unos clientes muy importantes —me
informa.— Bien, pues que te sea leve amor —
acaricié su mejilla. —Yo saldré a dar un paseo por
el centro — vuelvo a decir.
—Me parece bien, los de seguridad irán donde
vayas— me comenta. Asentí y después se va a
bañarse.
Narra Sahir.
Ayer Ahmed vino a verme sobre la casa que
compré, lo dejé a cargo estos tres días que estuve
en España, pero no solo me habló de eso, sino que
tenía intención de saber sobre el matrimonio de
Nabila. La forma que me pregunto sobre mi
hermana me dejó pensativo, no entiendo a qué
vino ese interrogatorio sobre ella, pero no me
gusta nada.
Antes de salir e ir a trabajar, saco de mi bolsillo
unas llaves, me acerco a mi mujer la cual aún sigue
desnuda en la cama.— Habibti, toma esto es para
ti — dije dándole la llave.— ¿Y esto? —preguntó
sorprendida.— Tu nuevo coche. Se quedó perpleja
al oír lo que le dije, fue algo que no se esperaba y
en parte entiendo su reacción.— Sahir, ¿por
qué?.— Eres mi esposa, y como tal todo lo que
tengo te pertenece, además no puedo permitir que
la mujer de Sahir Al Kamal no tenga su propio auto
— añadí. —Eso sí, cuando no te apetezca conducir
el chofer estará a tu disposición cuando lo
necesites — vuelvo a hablar. Me rodea con sus
brazos, y me besa.—Gracias amor — dijo.— El de
seguridad te mostrará donde está estacionado,
espero que te guste, pero amor conduce con
cuidado — le advertí al final. Me despido de ella
con un gran beso, y salgo con rumbo al trabajo.El
inspector que contrate para averiguar sobre el
dueño de la nota que le mandaron a Hada hace
unos días se puso en contacto conmigo para
informarme que no puedo encontrar nada sobre
quien la escribió, ya que quien lo hizo tuvo mucho
cuidado con no contaminar el papel con sus
huellas y no dejar rastro de quien pertenece. Me
molesta tanto saber que sigue suelto o suelta la
persona que amenazó a mi esposa, me siento
impotente al no poder hacer nada más para
protegerla. Llevo días sin saber nada de mi madre,
ni tampoco hablé con ella. Mi enojo por lo que me
hizo y por lo que le hizo a Hada será difícil de
olvidar, lo poco que sé de ella es por lo que me
cuenta mi hermana.
Capítulo 24
Narra Hada.
Sahir me sorprendió mucho regalándome un
Mercedes, sus sorpresas son inacabables. Estoy de
camino a la casa de mis suegros, al parecer el tipo
ese tiene autoridad sobre ella y no le permite salir
de casa y lo malo que sus padres lo permiten. Al
llegar la empleada me deja pasar, me dijo que
Nabila estaba en su recámara y me encaminé hacia
allí.
Al verla ahí tirada en la cama se me partió el alma,
la abracé con fuerzas mientras ella sollozaba.—
Dale fin a esto amiga — digo.— Es difícil Hada.—
Lo será aún más si continuas con esto, joder Nabila
que estamos en el siglo veintiuno, estas cosas ya
no se toleran.— La decisión ya está tomada —
añade ella.— ¿Y qué pasa con el amor que le
tienes a Ahmed? — pregunté, pero no recibo
respuesta alguna. — Ayer él estuvo con tu
hermano, pero no sé de qué hablaron — dije
nuevamente.—Ya Hada, llevo enamorada de ese
hombre desde hace años, pero él con temor a mi
hermano nunca lo intento.— Bueno también hay
que entenderlo es su amigo y jefe Nabila.— En la
vida hay que arriesgarse por lo que uno ama y él
no lo hizo, ahora es tarde para ello— dice y luego
se recuesta en la cama nuevamente. Me quedé un
rato más y luego me marché, en la salida me cruzo
con Samira, me quede sorprendida cuando vi que
pasó de mí, no me dijo ni una sola palabra. Decido
ir a visitar a Sahir al banco, cuando llegué a la
oficina veo que la secretaria no estaba en su
puesto, así que tomé la iniciativa y entré donde
está él sin llamar a la puerta, para mi sorpresa su
empleada estaba ahí. Ella estaba frente a él
coqueteando, y lo que más me molestó es que se
lo permitió.— ¿Interrumpo? — mi voz hace eco.
— Habibti — Sahir se acerca a mí.—Vaya cuánta
confianza hay entre vosotros dos —dije
fríamente.—Hada no te imagines cosas donde no
las hay —suelta Sahir.— Hmm ya veo, el problema
está en mi imaginación. La mujer se retira a su
puesto y nos deja a solas.— Debiste haberme
avisado que venías para acá —dice él.— Quise
darte una sorpresa, pero al final me la llevé yo —
añadí.—Hada, sácate esas ideas de tu cabeza.Joder
me sentí tan mal al ver como esa tipa sentirse con
derecho hacia Sahir. Me abraza por detrás, pero
estoy tan molesta y lo último que quiero es tenerlo
cerca.— ¿Sabes qué?, mejor me voy.—Pero, Hada
— dice, pero cerré la puerta en sus narices. A parte
que quería darle una sorpresa con mi presencia,
también estaba dispuesta hablar con él sobre
Nabila contarle lo que estaba sucediendo, pero al
ver esa escena se me fueron las ganas incluso de
estar donde él estaba. En la salida me encuentro
Ahmed, me preguntó que qué tal estaba y después
le pedí que me acompañara a tomar un café para
hablar sobre mi amiga, él aceptó y nos fuimos en
su auto.— Veras Ahmed sé que amas a Nabila —
dije nada más sentarnos en la cafetería, él se
quedó sorprendido.— ¿Cómo lo supiste?.— En
cómo la miras cuando estás cerca de ella.—No lo
voy a negar, la amo demasiado, llevo sintiendo
esto desde años pero ya sabes no quiero estropear
la amistad que me une con Sahir.— No lo entiendo
Ahmed, estoy segura de que Sahir no se
interpondría entre ustedes.— No lo se Hada, pero
preferí no arriesgar, además ella aceptó casarse
con otro, eso significa que no tiene interés en
mí.— Ella también te ama, ahora está en casa
encerrada porque el maldito ese no la deja salir—
alce la voz para hacerle entender.— ¿Qué? — dice
con el ceño fruncido.— ¿Así es?, y ella no quiere
entrar en razón. — Deberías hacer algo.— Pero
¿cómo?, aunque hablé con ella no aceptara nada
de lo que le proponga, lo sé porque es muy
cabezota. Suspiro y contesté.— Fui hablar con
Sahir a su oficina, pero lo vi muy acaramelado con
su empleada, y me salí sin decirle nada — añadí
mirando a un punto fijo.
— ¿Con Fátima?, no Hada Sahir te idolatra. —No
pienses mal de Sahir —vuelve a decir. Nos
tomamos el café y después me llevó de vuelta a mi
auto que lo deje estacionado enfrente donde
trabaja Sahir.— Muchas gracias por todo — dice
Ahmed abrazándome.— No me las des, lo que sea
me llamas a mi móvil, recuerda que te puedo
ayudar a ver a Nabila... y no se a lo mejor si habláis
cambia de idea — agregue y luego me marché.
Narra Sahir.
Hada vio fantasmas donde no los hay, nunca tuve
ni tengo nada con Fátima, ella es así pero no solo
conmigo sino con todo el mundo. Sus celos no la
dejaron ver más allá de la verdad, salí detrás de
ella a ver si la alcanzaba pero no la encontré al salir
fuera del edificio veo su auto estacionado
pregunté a los chicos de seguridad y me dijeron
que se fue con Ahmed en su coche. Espere a fuera
para comprobar por mi mismo si era verdad lo que
me dijeron, pero cuando observé que Hada baja
con Ahmed y luego hablan cariñosamente y él la
abraza, se desata en mí una furia que era difícil de
controlar, ¿con qué derecho él actúa de esa
manera con mi mujer?, aunque fuera mi hermano,
no se lo permitiría. Me oculto detrás de una
columna para no ser visto. Esto es una venganza
por parte de Hada por ver antes lo que no era. No
quiero llenarme la cabeza con cosas sin sentido,
¿Hada y mi mejor amigo juntos?... no, imposible.
Seguro que después Hada me contará donde
estuvo con Ahmed.
Capítulo 25 Sigue narrando Sahir.
Al llegar al hotel, Hada está viendo la televisión, la
saludo y después me tumbo a su lado.— Habibti,
tienes que confiar en mi... entre Fátima y yo no
hay nada —le explico, pero ella no me mira.— Aja
Ya veo —añade.— Mírame a los ojos joder Hada —
le pido pero no lo hace. Apague el aparato.
— Mírame — ordené. Esta vez sí lo hace.—Te amo
con locura nena, como puedes pensar que tengo
algo con otra mujer si tú me das todo lo que
necesito —le hago saber.— Pues en ese caso pon
distancia —dice al fin.— Habibti, Fátima es así con
todo el mundo, inclusive con mujeres — le
informé. — Y te adelanto que ella está casada y
con hijos.— ¿Me estás diciendo que es como un tic
de esos coquetear con las personas que la rodean?
— pregunta sorprendida.— Si se podría decir que
si — muevo los hombros.— Bien — dice ella.—
Ahora que está todo claro, me besas como solo tú
sabes — le pedí lo cual ella sin pensarlo mucho lo
hace. Nos besamos apasionadamente mientras
nuestras lenguas juegan entre sí, nos separamos
cuando ya nos estamos quedando sin aliento.— Te
amo a ti, métetelo en la cabeza.—Y yo a ti —
contesta.
Espero que me cuente que estuvo con Ahmed,
pero no lo hace. No me cuenta nada, ni que lo vio y
tampoco que fue con él a no sé dónde.—Me daré
una ducha y después bajamos a comer— dije y me
retiré porque si me quedaba un poco más la rabia
que estoy guardando por dentro la dejaría salir y
no quiero eso hasta que esté seguro de mis
sospechas.
Narra Hada.
Ahmed me llamó antes de que llegara Sahir, me
pidió que lo ayudara a ver a Nabila, y por supuesto
que le dije que si, quedamos mañana en la
mañana. No le dije nada a Sahir porque me
preguntará sobre qué hablamos, y como aún no
sabe nada de los sentimientos de su amigo hacia
su hermana pues preferí guardar silencio. Por otro
lado, Sahir me explicó el malentendido de esta
mañana en la oficina, nunca en mi vida había visto
alguien con semejante defecto. El día pasó tan
rápido como pestañear, en la noche me llevó a un
local muy conocido, bailamos toda la noche al son
de la música muy pegados. Mientras bailábamos
sus besos tenía un recorrido que empezaba desde
mi cuello seguía por mi barbilla, frenaba en mis
labios, respiraba en mis mejillas y terminaba en mi
frente, después daba marcha atrás siguiendo el
rastro que dejaban sus labios en mi piel. La noche
estuvo alucinante, baile tanto que me dolían los
pies, llegamos a la habitación y como de
costumbre me hizo suya. En la mañana Sahir se fue
temprano, tenía una reunión muy importante.
En cambio, yo me preparé y una hora más tarde
Ahmed pasó por mi al hotel, el plan era quedar
temprano para que mis suegros no se dieran
cuenta de que Nabila salió de casa, ya que ellos
estarían dormidos aún. Les pedí a los chicos de
seguridad que me esperaran aquí, ellos acataron
mis órdenes y me fui. Decir que lo que viví en
primera persona con el encuentro de Ahmed y
Nabila era de película, era tan bonito como su
mirada y sus cuerpos se comunican sin decir ni una
sola palabra entre ellos, me emocioné mucho, y
eso que los observaba desde el auto. Estuvieron
como hora y media hablando, cogidos de la mano.
Recibí una llamada de Sahir, conteste y me
pregunto que donde estaba, le dije que en el hotel
y después colgó.— No creo que sospeche — habla
mi subconsciente. No quiero mentirle, pero no
tenía otra opción en estos momentos, todo sea por
Nabila y Ahmed.
Narra Sahir:
Ahmed no vino a la reunión que teníamos a
primera hora de la mañana, por otra parte, los de
seguridad me llamaron para informarme que mi
esposa salió sola sin ser custodiada por ellos,
decidí llamarla para saber dónde estaba, pero no
me imaginé que me mentiría. Aun así llamé a
Ahmed pero este no contesta. Salgo a toda prisa al
hotel, donde mis empleados me confirman que
Hada se fue con él. Ahora sí que el diablo se
acomodó en mi cabeza, porque no para de
susurrarme de que ellos dos están juntos.Dios mío
lo mató a golpes, ella como fue capaz de
engañarme de esta forma y con mi mejor
amigo.Los espero fuera del hotel para pillarlos
infraganti, camino de un lado a otro, desesperado,
celoso, furioso y sobre todo jodido.Veo como se
acerca el auto de Ahmed a la entrada del hotel, al
parecer ellos no se dieron cuenta de mi presencia.
Hada se despide y él le sonríe. Pegué un golpe en
la ven tana del coche, después abrí la puerta.— Sal
de coche, ahora.... —grité.— Sahir te quieres
tranquilizar — me pide ella.— Eres una mentirosa,
me engañaste... — sigo gritando.— Brother, te lo
puedo explicar —habla Ahmed saliendo de auto.
Pero no lo dejo terminar cuando ya lo tenía en el
suelo encima de él y matándolo a golpes, solo
puedo escuchar la voz de Hada como si me
estuviera hablando desde el fondo del agua. Los
empleados del hotel me separan del cuerpo
ensangrentado de Ahmed. Hada está de rodillas
llorando al lado de él. La ira aún no me abandona,
me acerco a ella y tiré de su brazo llevándola hasta
nuestra habitación.— ¿Qué hiciste Sahir? — dijo
sollozando.— Me traicionaste con mi amigo, me
mentiste... y encima eres tan descarozada de
preguntar que hice— grité a todo pulmón.
— No Sahir... —la interrumpo con otro grito.—
Nunca te perdonaré lo que hiciste Hada, ME DAS
ASCO — suelte de mi boca — Acto seguido doy un
puñetazo a un espejo que tenía detrás y me salí de
la suite con la mano sangrando.No sé qué es lo que
me dolió más, el engaño de Hada o su mentira. Mi
corazón ha sido engañado, apuñalado, golpeado,
roto y quemado. Qué sentido tiene la vida sin ella.
Porque razón respiraría más si al fin y al cabo ella
hirió el corazón que latía solo porque ella existía.
Capítulo 26
Narra Hada
Es triste saber que la persona que amas desconfió
de ti sin razón alguna, saber que el hombre con el
que despiertas todas las mañanas y que te hacia
volar mientras pisaban el suelo, te abandoné por
algo que nunca hiciste que, al día de hoy, piense
que lo engañe, y lo más sorprendente que mi
corazón sobrevivo a su desaparición. No voy a
mentir y decir que lo odio o que sus palabras no
me dolieron, al contrario, se clavaron en mi pecho
de manera tan profunda que todas las noches
cuando me acuesto y miro que no está a mi lado y
mis ojos lloran por él. Aquí sigo luchando cada día,
esperando que regrese, que en cualquier momento
suena el timbre de mi casa. Ocho malditos meses
desde que no se nada se Sahir, en todo este
tiempo me hice una promesa; que no regresaría a
España sin antes hablar con él y decirle lo que
realmente sucedió con su amigo. No voy a
renunciar a mi inocencia, porque si lo hago es
como aceptar ante todos que realmente lo estaba
engañado con su amigo. Estoy trabajando en Abu
Dhabi como profesora de idioma, alquilé una
pequeña casa y continué con mi vida a la espera de
saber de mi esposo. No tengo la necesidad de
trabajar, ya que como sigo casada con Sahir y por
ende toda su fortuna me pertenece, pero como
dije desde un principio yo lo amo a él y no su
dinero, por ese motivo decidí no tocar ni un
centavo suyo.
Desde aquel día nadie volvió a saber nada de Sahir,
no sé si está vivo o muerto, o simplemente se fue
del país pero no pierdo la fe en volver a verlo, y
bueno sobre Ahmed y Nabila pues decir que al
menos algo bueno salió de todo esto Nabila huyó
con él y se casaron, ahora están viviendo su amor
sin tener que ocultarle al mundo, pero la que pagó
un precio elevado por su felicidad fui yo. Yasmin
me busco después de quedar sola, su interés en
verme era para reírse de mi desgracia, le hace feliz
saber que su primo me dejo, para mi suerte mi
suegro escucho sus amenazas y le advirtió que se
alejara de mi o hablaría con su abuelo y desde
entonces no he vuelto a saber más de ella. Aún
mantengo contacto con mi suegro, hablamos de
vez en cuando, he de decir que él sí creyó en mi
inocencia. Y sobre Samira, sé que ha estado mal de
salud, pero nuestras distancias siguen siendo las
mismas. Sobre mis padres, ellos no saben nada de
lo sucedido, tampoco quise tenerlos preocupados.
Así que siempre les llamo y les digo que estoy bien
y feliz junto a mi esposo. Ahmed, Nabila y mi
suegro están haciendo todo lo posible por
encontrarlo o por lo menos saber si está bien, el
trabajo lo reclama, aunque sus empleados
trabajan duro todos los días, pero no es
suficiente.—Amiga tienes que comer, mírate te
estás quedando en los huesos —dice Nabila,
mientras almorzamos juntas.— No es la comida la
que hace que pierda peso — añadí jugando con el
tenedor en el plato.— Te admiro sabes — añade
ella.— ¿Por qué? — pregunté.— Eres tan fuerte
que no tirarte todo por la borda después de cómo
te trato mi hermano. Una leve sonrisa se instala en
mi rostro al recordar todo lo vivido con él.— ¿Qué
hubieras hecho en mi lugar? — volví a
preguntar.— No lo se, pero no hubiera aguantado
tanto... hasta mi padre se quedó sorprendido por
tu paciencia— contestó mirándome fijamente.—
Sahir y yo nos amamos con locura, pero el defecto
de tu hermano es actuar según lo que ve, sin dejar
que la otra persona se explique — dije
serenamente. — Se que tarde o temprano volverá,
y cuando lo haga le mostraré que me perdió por su
falta de comunicación —sigo hablando.— Me
parece justo.— ¿Qué harás después? — pregunté
para cambiar de tema.— Nada, Ahmed está
ocupado trabajando duramente para que el
imperio de Sahir no se venga abajo, ¿por qué?.—
Llevo unos días con ganas de ir donde están las
leonas de tu hermano — expresé.— Pues vamos
juntas — responde Nabila. Asentí y seguimos
comiendo. Ni siquiera sé lo que voy a hacer allí,
pero necesito ir porque es el único lugar donde no
hemos buscado a Sahir. Quizás es solo porque
quiero estar cerca de esas fieras porque me
recuerdan a él. Al llegar aquel lugar, un escalofrío
envuelve mi cuerpo, el empleado de la otra vez me
reconoce y me deja pasar con Nabila.— ¿Estas bien
Hada? — pregunta ella tocando mi brazo.— Siento
una sensación extraña — le informé.— ¿Quieres
que nos marchemos? — vuelve a preguntar. Niego
con la cabeza y sigo caminando. Me pongo frente a
la jaula de las leonas, mis pensamientos viajan al
día que él me trajo aquí, no puedo evitar sonreír
por los recuerdos que me acechan.— Siendo
honesta Nabila, tu hermano nunca me perderá,
porque jamás le perteneceré a nadie excepto a él,
aunque estemos distanciados o simplemente ya no
volvamos a estar juntos — dije sincerándome con
ella mientras mi mirada estaba puesta en las
leonas. Ella solo escucha lo que le digo. Me limpié
una lágrima que se deslizó por mi mejilla, y procedí
a hablar.— Le puedes preguntar en árabe al
empleado de Sahir sobre si lo vio por aquí o si sabe
algo. Nabila procede a preguntar, mientras estudié
su expresión, se ve nervioso algo inquieto, lo que
más me llama la atención es que tarda en
contestar. No sé cuánto tiempo podré soportar
estar lejos de él, ¿acaso me está torturando con su
ausencia?.
Capítulo 27
El hombre que cuida a las leonas de Sahir, nos dijo
que no sabía nada pero se que miente. Nabila se
fue a su casa, y yo hago lo mismo me doy un baño
y cierro los ojos pensando él como de costumbre.
Hada soñando...La oscuridad de la noche me
asusta, mi respiración está agitada por correr por
aquel lugar donde siento que voy a ser devorada
por esos enormes colmillos, la voz de Sahir suena
como eco en el aire.—Huye habibti, no te
detengas. Una llamada telefónica me despierta,
respiro con dificultad, mi cuerpo está empapado
de sudor, acabo de tener una pesadilla la cual sentí
tan real. Miré la hora eran las siete, el móvil vuelve
a sonar.—Diga — dije.— Hada, perdona por
despertarte tan temprano, pero te necesitamos —
escucho la voz de Ahmed.— ¿Qué pasa Ahmed? —
pregunté media dormida.
— Necesitamos la presencia de Sahir en el trabajo
de manera urgente, pero como eso es imposible a
no ser qué aparezca en menos de media hora pero
lo dudo, entonces como tú eres la esposa tienes
que estar en una reunión importante para dar tu
autorización a una transferencia millonaria a uno
de los clientes de Sahir — me explica Ahmed pero
no entendí nada.— ¿No hay otra manera?.— No
Hada.— Está bien — iré enseguida.
Tiré el celular en la cama y me levanté para
prepararme, opté por una falda negra que llega
hasta las rodillas acompañado con un jersey
blanco de cuello alto. Salgo en dirección al banco,
al llegar me dirijo a la oficina de él donde tomé
asiento en su enorme silla de cuero. Me lo imagino
aquí frente a mi sonriéndome con su perfecta
dentadura, y sus ojos mirándome lo cual yo
respondería con el rubor de mis mejillas— Hada
¿lista? — dijo Ahmed entrando a la oficina.
— Aja Tampoco es para tanto — añadí. — Es solo
una firma — digo de nuevo restándole
importancia.—Si tu lo dices — agrega él cerrando
la puerta al salir. Al entrar a la sala de reuniones,
observé a los que estaban presentes, todos con
trajes carísimos al parecer no son árabes. Ahmed
me presenta ante ellos, pero uno de ellos se pone
de pie, me mira fijamente sin parpadear. Su
mirada azul se penetra con la mía después siento
como se acerca a mí a pasos lentos, mi corazón se
acelera, pero una sonrisa empieza a salir de mi
boca al reconocerlo.— Hada —dice el hombre que
tengo ahora frente a mí.— Alejandro.—Mi Hada
que coincidencia— suelta mi primo abrazándome
con fuerzas. Si, es el mismo primo del que estaba
enamorada cuando era niña.— ¿No me digas que
el préstamo es para ti? — pregunté después de
separarnos.— Así es querida prima — contesta
Alejandro, pero de spués miro a mi alrededor y me
doy cuenta de que todos nos miran. — ¿Y eres tú
la que me lo concede? — añade de nuevo.— Si, yo
misma... bueno miento, soy la esposa de tu
prestamista — le informé. — Pero él no está ahora
mismo porque se encuentra de viaje — digo
nuevamente.— Entiendo.—Déjame presentarte a
Ahmed, es un buen amigo y el esposo de mi
cuñada. — Ahmed, él es Alejandro, mi primo — los
presento aunque ya se conocían pero no de esta
manera.Después tomamos asiento y la reunión
comenzó, Ahmed me informa de las condiciones
del contrato y todos los detalles.— Bien —
después de ser informada, procedo a firmar para la
autorización de la transferencia. Después todos
salen y me dejan con mi primo a solas.— Que
guapas esta prima, en serio.— Gracias
Alejandro.— ¿Tienes algo que hacer? — preguntó,
pero sabía a dónde quería llegar.—Si primo, tengo
una cita médica — le mentí.—Oh... ¿y qué tal esta
noche? — sigue insistiendo.—Está bien cuenta con
ello.—Pasó por ti ¿vale? —añade.— No es
necesario, solo dime donde cenaremos e iré.No
acepté que mi primo me recogiera por el simple
hecho de que no quiero que sepa que la mujer de
un banquero vive en una casa de cuarenta y dos
metros cuadrados.
Después del encuentro con mi primo y la reunión
me dirigí a mi trabajo. Prácticamente el día paso a
la velocidad del rayo, aunque no me pude sacar de
la cabeza el sueño que tuve. Terminé de vestirme y
salí al restaurante donde quedé con Alejandro.—
Buenas noches primo — lo saludé con un abrazo y
después procedo a tomar asiento.— Estas
bellísimas — me halaga.— Deja de decirme esas
cosas que soy una mujer casada — le pido, pero en
el fondo es una excusa porque los halagos de él me
incomodan.— Eso no significa que no pueda decir
a mi prima lo hermosa que es — añade restándole
importancia a lo que le dije.— No es eso Alejandro,
es solo que... — me interrumpe.— Está bien Hada
será como tú digas. La cena estuvo agradable, me
sentí cómoda al estar con él, al menos sentir que
alguien de mí misma sangre está cerca de mí.—
¿Por cierto que harás con el préstamo? —
pregunté curiosa.— Tengo pensado en la
compraventa de vehículos de lujo — me explica.—
Am.... interesante te deseo mucho éxito. Después
de un buen rato de charla, Alejandro se despide de
mí con un gran abrazo y una sonrisa cautivadora.
Realmente estoy agotada, un día bastante
estresante. Al llegar a mi casa, me pongo un
chándal y me recuesto en el sofá, distraigo mi
mente viendo series, pero sin terminar el primer
episodio ya me había quedado dormida. Me
desperté temblando a causa de la misma pesadilla
de antes, el sudor moja mi piel, mi garganta se
siente seca y la sensación de ahogo estruja mi
pecho.— ¿Qué sentido tiene este sueño? — hablo
sola. Camino al baño a lavarme la cara, y después
iré a beber agua mientras tomo del vaso un
pensamiento que ocupa mi mente.
— ¿Por qué el cuidador de las mascotas de Sahir se
puso tan nervioso al vernos a Nabila y a mí? —me
pregunté a mí misma. Entonces me viene la
respuesta a la mente, si Sahir no ha salido del país
o por lo menos eso nos dijeron porque no compró
ningún boleto y sus jets privados no salieron,
aparte de eso lo buscamos incluso por debajo de
las piedras y tampoco no lo encontramos, no usó
las tarjetas y su celular está apagado desde que
ocurrió ese mal entendido. El único escondite
donde podría ocultarse es en el pequeño zoológico
que tiene, donde están a las que él llama "hijas". Y
la visita de ayer donde el hombre que nos dejó
pasar estaba inquieto por nuestra presencia ... Eso
solo significa que Sahir está viviendo en ese lugar.
Me pongo unos tenis y salgo corriendo al lugar,
son las dos de la madrugada, pero poco me
importa si es tarde. Sé que está ahí, lo siento.Al
llegar no había nadie en la entrada y por ende tuve
que saltar la puerta de la entrada para
introducirme dentro del lugar.
No veo ni un alma vagar por aquel lugar, empiezo
a llamar su nombre a gritos.— Sahir, sé que estás
aquí — grité con todas mis fuerzas para que me
escuche. Segundo intento, vuelvo a gritar su
nombre, pero nada.— Te siento Sahir, mi corazón
dice que estás aquí, por favor sal... — continué el
mismo tono, pero no recibo respuesta. Llegué
hasta la jaula de las leonas, miro a los lados por si
aparece, pero no lo hace. Estoy cansada de todo
esto, han sido ocho meses de dolor, calvario,
lágrimas ya es hora de poner fin a mi tormento.
Limpio las lágrimas y procedo a abrir la jaula,
vuelvo a pensar si es correcto o no, pero a estas
alturas si muero será por él. Así que me armo de
valor, respire hondo y entré donde estaba lo que
yo más temía, me acerco a pasos flotantes hasta
que veo a una de ellas empieza acechar como su
presa, estoy a punto de ser atacada y convertirme
en su cena. Ahí sentí que mi vida llegó a su fin.
Capítulo 28
Narra Sahir.
He contado los días que he estado lejos de Hada,
consumiéndome en mi tristeza, mientras los
recuerdos me torturaban, no solo abandone a la
mujer que amo, incluso deje atrás al Sahir que
amaba a esa mujer de los ojos azules. Muchas
veces pensé en regresar, pero mi orgullo no me
dejaba, había días que quería estar solo y a la vez
quería sus abrazos, miraba todas las noches al
cielo pidiendo a Dios que me de fuerzas para
continuar. La traición de mi mujer y de mi mejor
amigo hizo que mi corazón se congelara, el hielo
solo lo envolvía porque por dentro se quemaba
por ella. Llevo escondido todo este tiempo en el
lugar donde habitan mis hijas, mis fieles leonas. A
los empleados del lugar les prohibí decir nada
sobre mí, lo que más me sorprendió es que estos
ocho meses nadie me busco aquí, hasta hace un
día, mis latidos se detuvieron al ver Hada entrar
por aquella puerta junto a mi hermana. No voy a
negar que quise hacerme presente ante ellas, pero
las imágenes reviven en mi mente continuamente.
Estaba en el tejado de la caseta donde duermen
mis leonas, mirando al cielo como de costumbre,
pero empiezo a escuchar la voz de Hada llamarme,
mi cuerpo se estremeció al oír su voz gritando mi
nombre con tanta desesperación. No soy capaz de
articular palabra alguna solo escucho su grito entre
llantos, cada vez se escuchaba más cerca de mí,
hasta que observé su anatomía frente a la jaula de
las leonas.—¿Qué pretendes Hada? — pienso.
Pero ella se adentra dentro, espero que se
arrepienta y salga de ahí antes de que se
despierten las fierecillas. No lo hace, YINA (la leona
más grande) se hace presente frente a ella, está en
posición de ataque, pero antes de que se eche
encima de Hada, salté desde el tejado cubriendo
con mi cuerpo a la mujer que aun amo con locura.
— YINA...LA —grité en árabe un NO. Empujé a la
leona con mi brazo, lo cual consigue que sus garras
se claven en mi.— Sal de aquí, le digo a Hada —
ella obedece y sale cerrando las puertas.— YINA LA
—grité más fuerte hasta que conseguí que se
calmara. Cuando todo estaba controlado, salgo
donde está Hada mientras limpio la herida que me
hizo en el brazo con el que empuje YINA.— Lo
siento — dice Hada asustada mirando mi brazo.—
No es nada, hubiera sido peor si no hubiera
interferido Ahora mismo estarías —no puedo
terminar la oración. Suspire y baje la mirada.—
¿Por qué viniste? —pregunté.—Por ti Sahir.—Han
pasado meses Hada y nunca apareciste por esa
puerta — dije señalando a la entrada del lugar.
Sentirla tan cerca de mi hace que pierda la cordura
de mí mismo, las ganas de besarla son inmensas,
estudio su cuerpo el cual está cambiado, bajó de
peso y su mirada refleja tristeza.—Llevamos todo
este tiempo buscándote Sahir, pero nunca se me
ocurrió buscarte aquí, no me imagine que te
esconderías de mi en este lugar — Suelto una
sonrisa sarcástica.— ¿Qué quieres? — dije
fríamente.— Quiero que sepas que yo nunca te
engañe con Ahmed— le interrumpo.—¿A no? y
que me vas a decir que solo estaban hablando, me
mentiste Hada.— Te mentí para proteger a tu
hermana y a él, que por cierto están casados —
añade pero esas palabras son como balas en mi
cuerpo.— ¿Qué? — es lo único que pude decir
mientras presioné mi mano en el pecho.— No me
dejaste explicarte las cosas Sahir, me acusaste de
engaño, de mentirosa, me dijiste que te daba asco,
y casi matas a tu amigo a golpes — hace una
pausa. — Me abandonaste, me lastimaste y sobre
todo volviste a desconfiar de mí.
— No, esto no es cierto — añado mientras camino
de un lado a otro.—Esta es la realidad, y no la que
tu te inventaste Sahir, siempre te dije que nunca te
engañaría con nadie, que tú eras el único, pero al
parecer se te olvidaron mis palabras.—Hada no me
atormentes más, no puede ser — me repito una y
otra vez.— No voy a negar que todavía te amo,
pero hoy puedo decir que ha llegado el tiempo, el
que llevo esperando todos estos meses, hoy puedo
decir que vuelvo a respirar en paz, ¿y sabes por
qué?, lo nuestro no murió aquel día, si no acaba de
morir, lo mataste tú.— Hada Yo... — me acerco a
ella posando mis manos en su rostro, pero ella se
echa para atrás.— No me toques. Se hace el
silencio por un instante.— Bien, ahora que sabes la
verdad, puedes volver a tu vida, pero tranquilo
que yo saldré de ella esta misma noche.—
Entiéndeme habibti, te llame y te pregunte donde
estabas, pero tú me mentiste, que querías que
pensara, tienes que ponerte en mis zapatos. ¿Qué
hubieras hecho tú en mi lugar?.—Escucharte Sahir,
porque ante todo está nuestro amor, pero tú lo
pasaste por alto y abandonaste todo.—
Perdóname nena —le pido con los ojos llenos de
lágrimas. — Solo dime que tengo que hacer para
que perdones a este desgraciado.— Nada, no
tienes que hacer nada, vive tu vida y yo haré lo
mismo con la mía.— No — niego con la cabeza.—
Quiero el divorcio — me informa ella. — Y no me
detengas como la última vez porque esta vez no
voy a ceder.Me maldigo por ser un idiota, por no
haberla escuchado, siento la tristeza circular por
mis venas, sus palabras duelen tanto que me
asfixian. La veo alejarse de mí, dejándome en
shock por todo lo que escupió de su boca. Esta
sensación que siento es peor que la que sentía
cuando pensaba que fui engañado. Tanto daño le
cause, que me merezco su desprecio. Voy
corriendo hacia ella que se están metiendo en el
auto, golpeó la ventana de este para que detenga
el vehículo, pero no lo hace, aprieta el acelerador
dejándome ahí gritando su nombre.
Capítulo 29 Narra Hada
— No llores Hada, ni se te ocurra se merecía esas
palabras — me digo a mí misma intentando
contener las lágrimas. — Pronto acabará todo, te
hiciste fuerte, no sufrirás más por él — me
consuelo mientras conduzco y unas cuantas
lágrimas caen solas, las limpio con mi mano y sigo
adelante. Hoy mismo me iré de este país, regreso a
mi hogar junto a mis padres. Hoy le di fin a este
calvario que llevo viviendo todos estos meses,
termina un matrimonio el cual nunca debió haber
empezado. Recojo mis cosas mientras las lágrimas
siguen saliendo solas. No es que llore porque me
marché, sino que su cercanía hizo que mi corazón
temblara como la misma Tierra cuando es sacudida
por un terremoto, todos sus habitantes temen,
pues a mi cuerpo le paso lo mismo, mis ojos
temieron porque esta vez no lo volvería a ver más,
mis labios porque no lo besaran más, mis manos al
no tocarlo y todo el resto al no sentir su
esencia.Antes de abordar el avión, llamé a Nabila.
Suena, pero no contesta salta el contestador y le
dejó un mensaje de voz.— Amiga sé que estás
dormida a esta hora, pero no quería irme sin antes
hablar contigo... Si Nabila oíste bien, hoy regreso a
mi casa, encontré a tu hermano, hablé con él le
dije toda la verdad, ¿recuerdas cuando comimos
juntas y me dijiste que me admiras porque no
había abandonado a Sahir?, pues hoy te puedo
decir claramente que me arme de paciencia todo
este tiempo solo para mostrarle a tu hermano que
realmente era inocente... ahora que ya lo sabe,
nuestro matrimonio terminó... — hable
seguidamente y después tomé aire para
continuar... —Nabila te quiero mucho, realmente
te siento como una hermana... quiero que seas
feliz junto a tu esposo, que sepas que me tienes
para lo que necesites. Despídeme de Ahmed.
Después de hablar con el contestador de Nabila,
apago el celular y abordé el avión, sin mirar atrás.

Narra Sahir.
No hay dolor más doloroso que saber que durante
tanto tiempo estuve creyendo algo que no era
cierto, querer volver, pero ese resentimiento que
hoy en día sé que era falso no me dejaba avanzar
hacia la persona que amaba. Hada no se merece
alguien como yo y no me merezco su perdón ni
tampoco su amor así que mejor dejarla volar,
aunque me parta el alma en pedazos, pero ese
será mi castigo el cual estaré pagando cada día de
mi vida.
Entré al banco, me dirijo a mi oficina y la mirada de
mis empleados es de asombro. Saludo a mi
secretaria.— Buenos días, Fátima — dije
parándome frente a ella.— Sr. Al Kamal, buenos
días — responde a mi saludo impresionada.—
Pásame todos los contratos nuevos de estos
últimos meses —ordené. Ocupo mi mente en el
trabajo, pero después decido ir hablar con Ahmed.
Al entrar me mira fijamente pero no se sorprende
de mi presencia.—Bienvenido Sahir — dijo. Me
acerco a su mesa, y me siento en una de las sillas
que había junto a su escritorio. Suelto un suspiro y
bajé la mirada.—No hay palabra que diga que
pueda justificar mi comportamiento, pero créeme
que todo lo que pasó ese día lo estoy pagando con
creces Ahmed.—Brother, no tienes que decir nada
más, por mi esta todo olvídalo... lo importante es
que regresaste y sabes la verdad — añade él.— No
sabes lo desgraciado que soy hermano — añadí
con el corazón en la mano.— Sahir ya verás que
todo se solucionará, solo dale tiempo — habla
Ahmed.—Hada no me perdonará nunca, lo vi ayer
en su mirada.— Tu esposa sufrió mucho. Le pido a
Ahmed que me cuente todo sobre lo que pasó con
ella cuando no estaba, entonces mis ojos se llenan
de lágrimas, siento un vació por dentro que me
corrompe los huesos. Noto como la mano de
Ahmed se posa en mi hombro. Después de todo lo
que le hice, aún continúa a mi lado apoyándome
como siempre.— ¿Por qué sigues aquí a mi lado?
— pregunte secándome las lágrimas que habían
rotado por mis mejillas.— Te conozco brother, y sé
que cuando te enojas no ves más allá de tu enfado,
pero también sé que tienes el alma noble, y bueno
para eso están los hermanos en las buenas y en las
malas.
— Gracias Ahmed — me levanté y nos abrazamos.
— Por cierto, ahora somos también cuñados,
felicidades y espero que mi hermana sea feliz a tu
lado — vuelvo a decir.— Gracias, y perdóname por
no contarte sobre mis sentimientos hacia ella —
añade. — Si lo hubiera hecho a lo mejor no hubiera
pasado todo este malentendido y tu estarías con
Hada.— Así es Ahmed, pero bueno no se puede
dar marcha atrás.—Sabes Sahir, ahora tú tienes
una bonita misión por delante —dice él, pero no
entiendo a lo que se refiere.— ¿Qué quieres decir
con eso?.— Esa hermosa misión es recuperar a tu
esposa — me explica con una sonrisa. Me quede
pensando en las palabras de Ahmed, realmente
tengo que luchar por ella, no puedo resignarme
con lo que me dijo y consumirme en mi pena.—
Cuando un hombre llora por una mujer es porque
nunca podrá amar a otra mujer que no sea ella, así
que lucha hasta tu último aliento — vuelve a
decirme él. Empiezo a ver una pequeña luz al final
del túnel, una brisa cargada de esperanza choca en
mi ser, causando que vuelva a tener fe en mí.
Capítulo 30
Narra Hada.
Desde que llegué a casa no salí de mi habitación, la
cual nunca pensé regresar. Mis padres están al
tanto de todo lo que me sucedió con Sahir.— Hija
quieres dejar de llorar por ese sinvergüenza — dice
mi madre entrando a mi recámara.— Llevo
llorando durante tanto tiempo que se me hizo una
costumbre — conteste. Me abraza con fuerzas y
besa mi frente, su calor me hace bien.— Solo
necesito tiempo para sanar mis heridas mamá.—
Créeme que se sanarán esas heridas y volverás a
ser la chica de siempre... la misma que sonreía por
cualquier cosa.— Te amo mamá.— Yo también te
amo tesoro, ahora descansa — dijo y se fue. Dormí
todo el día, cuando me desperté ya era de noche
me di un baño y bajé a donde estaban mis
padres.— ¿Cómo te sientes Hada? — pregunta mi
padre.—Mejor papá — contesté tomando asiento
a su lado. Descanso mi cabeza por su muslo
mientras él acaricia mi cabello.— Vi al primo
Alejandro en Abu Dhabi — les cuento sobre su
sobrino.— ¿Qué hacía ahí? — cuestiona mi madre
curiosa por saber más.—Solicitó un préstamo de
una elevada cifra en el banco de Sahir, y como ya
saben cómo él no estaba pues tuve que autorizar
esa cantidad para ser transferida — les dije.— Algo
me contó mi hermana, que tenía planes de montar
un negocio que le traería muchos beneficios —
añade mi madre.— Si, la compraventa de vehículos
de lujo — les informé. — Es que fuimos a cenar
juntos y me contó un poco sobre sus planes.—Ya
veo, ¿y qué te pareció al verlo hija? — dice mi
madre riéndose lo cual ya sabía a qué se refería.
— Pues siento desilusionarte mamá, pero se me
hizo indiferente, de hecho, cualquier hombre se
me hace indiferente.— Hija sabes que siempre te
hemos apoyado en todo, así que decidas lo que
decidas cuenta con nuestro apoyo — suelta mi
padre. Después de una charla con las personas que
me dieron la vida, cenamos una deliciosa cena y
después salgo a caminar un rato bajo la luz de la
luna. Ordeno mis pensamientos, mientras el aire
frío colisiona en mi cara. Me tomaré unos días más
y después me pondré a buscar trabajo, y retomaré
mi vida donde la había dejado antes del viaje a
Abu Dhabi.
Narra Sahir.— Nunca pensé que el hijo que había
criado con tanto sacrificio me iba a decepcionar de
esta manera— me reclama mi padre.— Actué
según lo que vi padre, pensé que mi esposa me
engañaba con mi amigo tú crees que quiero esto
para mí, no ves lo arrepentido que estoy.
— Ya veo — dice restándole importancia a mis
palabras.— Bien al menos me alegra saber que
estás del lado de Hada — añadí y después me
retiro. Estuve llamando a Hada, pero no me
contesta, le deje cincuenta mensajes, pero no
recibo respuesta de ninguna. Se que regresó a su
país, me lo dijo mi hermana. Así que viajaré lo
antes posible dónde está ella. He vuelto a hablar
con mi madre, pero eso no significa que olvide lo
que me hizo. Aún que la veo diferente, su salud se
ha deteriorado y eso me preocupa mucho, sigue
sin salir de su habitación.— ¿Por qué no sales
madre de estas cuatro paredes? — le pregunté
mientras estaba sentado a su lado.—Me siento
bien aquí hijo, eso es todo.—Está bien, como
quieras. Después de marcharme, conduzco con
dirección a ver por primera vez la casa que había
comprado a Hada, lo cual no se si algún día le
podré mostrar y crear una familia en ella. Al día
siguiente estoy volando con rumbo a Madrid, a
buscar a la dueña de mi corazón. Se que me lo hará
difícil pero no me rendiré jamás. Al llegar a mi
destino conduzco hasta la casa de sus padres, son
las once de la mañana y me imagino que estarán
en casa.
Narra Hada.
Me encuentro recogiendo la mesa donde había
desayunado, el timbre de la casa suena , camino
hasta la puerta y miré por la mirilla. La sorpresa
que me llevé al ver a Sahir causó en mí una parada
cardiaca. Caminé rápidamente a donde están mis
padres y les pido que no hagan ruido. Después
escribo una nota dirigida a ellos. Llamad a la vecina
de al lado, decidle que salga al pasillo y que le diga
a Sahir que no hay nadie en casa que nos fuimos
de viaje por una larga temporada. Mis padres leen
lo que escribí y mi madre procede a llamar en su
habitación para no ser escuchada. Mientras tanto
el timbre sigue sonando. Al rato escuchó la puerta
de la vecina abrirse y se puso a hablar con Sahir.—
¿Y no sabe cuándo volverán? — dice él.— No
joven, se fueron ayer en la mañana — dice la
vecina, pero Sahir no añade nada más. Observé
cómo se va y las lágrimas se presentan otra vez en
mis ojos. Subo a mi habitación y me encierro por
unas horas ahogando mis llantos en la almohada.
No puedo permitirme que mi vida dependa de él,
sé que soy fuerte y podré seguir de pie sola.— ¿No
volvió? — pregunté a mis padres nada más
bajar.— No hija — contesta papá.— Bien — añadí.
— Papá me llevo tu auto — anuncié de nuevo.—
¿Dónde vas Hada? — me interroga mi madre, sé
que lo hace porque está preocupada — Iré al
mirador — añadí y salí de la casa.Meto las llaves
en la cerradura de la puerta del auto de mi padre,
ya que el mando no funciona, pero el reflejo del
rostro de Sahir se ve en el cristal, giré sobre mis
talones y su enorme cuerpo está a unos
centímetros del mío. Lo miro con desprecio y me
vuelvo a girar para abrir la puerta, pero este la
cierra con su mano.— Déjame —grité.— ¿Con qué
os habéis ido de viaje? — dice. — Vaya Habibti
parece mentira que no me conozcas. Tu vecina no
sabe mentir — añade en tono burlón.— Muy bien,
ahora déjame entrar — le exigí.— No sin antes
hablar Hada.— Pensé que te quedó todo claro la
última vez.—Por supuesto, pero eso no significa
que te voy a dejar ir — añade seriamente. —
Mírate habibti, sé que sufres por mi como lo hago
yo por ti.— Idiota — añadí en voz baja junto a una
sonrisa sarcástica.—Tu idiota.— Ya no eres nada
mío, eres libre de estar con quien quieras o incluso
te puedes casar con alguien de tu misma cultura,
seguro que tu madre se pondrá muy feliz — suelto
sin pensar lo que digo.—No quiero a nadie en mi
vida, excepto a ti... y si tengo que humillarme,
arrodillarme o inclusive caerme al suelo y llorar de
rodilla lo haré sin ningún pudor porque te quiero a
ti métetelo en la cabeza — dijo señalando con el
debo. Para no escucharlo más me acerco a su
rostro, después él se sorprende por tal acto, me
aproximó hasta su oído haciendo que mi aliento
choque en su piel, dos segundos más tarde muerdo
con los dientes el lóbulo de esta. Se centra en el
dolor que le acabo de causar y se aleja unos
centímetros de mí, y aprovecho para adentrarme
en el auto, cierro con seguro y arranco el motor.
Pero él actúa más rápido que yo y se pone frente al
auto.— Si vas a pasar que sea encima de mi
porque no pienso moverme de aquí — grita. Nos
miramos fijamente, mi pie aprieta el acelerador
haciendo el motor rugir. No me importaría
romperle las piernas, es lo mínimo que se merece.
Capítulo 31
Continúa narrando Hada.
Él es mi debilidad, aún que quisiera no podría
dañarlo físicamente. Toco el claxon, pero él no se
aparta de mi camino.—Vamos Hada, acelera.—
Maldición — dije pegando en el volante. Salgo del
vehículo.— Nunca te perdonaré — grité mientras
lo empujaba. — Así que no pierdas tu tiempo —
vuelvo a decir.— Y yo te repito que no me daré por
vencido. Lucharé para que vuelvas a mí.— Que
irónico ¿no?, debiste haber luchado cuando
pensaste que te había engañado, pero tú elegiste
el camino más fácil, desaparecer.— Tienes razón
Hada, pero no ves que estoy arrepentido.— Muy
bien Sahir quédate con tu arrepentimiento y
apártate de mi camino — solté y me di la vuelta
para irme. Se hace a un lado y me voy dejándolo
atrás.
Narra Sahir.
Noté como el padre de Hada sale de la casa junto a
mi suegra.— Vuélvete a tu país, y deja a mi hija en
paz ya bastante la has dañado — exige él.—No
señor...ella es mi esposa y por ende tengo todos
los desechos sobre ella... sé que la lastime, pero
créame que no fue intencional, a su hija la amo
con mi vida y si tengo que vender mi alma al
mismo demonio por ella lo haré sin dudarlo... así
que no me vuelva a pedir que la deje tranquila,
porque no lo haré — le contesté bastante serio.—
Está bien Hijo, pero dale tiempo ella está muy
dolida — añade la madre de Hada.— Lo se señora,
esperaré el tiempo que sea necesario, pero no con
los brazos cruzados, sino que estaré insistiendo
hasta que obtenga su perdón. Después de hablar
con mis suegros, me dirijo al hotel, necesito un
baño urgente y cambiarme de ropa. Tengo una
idea y es la siguiente. Busco una tienda de juguetes
y comprar una leona de peluche, donde dejó una
nota escrita. Nota: YINA no es tan mala como te
hizo pensar la última vez, al contrario, es muy
cariñosa con los humanos... pero esa noche se
sintió amenazada y por eso atacó. Pues a mí me
pasó lo mismo habibti, me sentí amenazado
cuando vi que otro hombre te tenía a su lado.
Perdóname Hada Te prometo que controlaré mi
ira, y escucharé siempre tus explicaciones. Te amo.
Dejo el peluche junto a la nota en la entrada de la
casa, cuando regrese se lo encuentre. Pasó una
hora y nada ella aún no aparece, hace mucho
tiempo que se fue, empieza a anochecer. Entonces
noto como el auto de su padre se estaciona frente
a la puerta, es ella. Baja de este, se acerca al
peluche, abre la nota y lee el contenido. Minutos
más tarde observé que se gira y camina hacia el
cubo de la basura que había fuera. Abre la tapa y
lo tira.—Esto es solo el comienzo — hablo conmigo
mismo. Regresé al hotel a descansar, mañana será
un nuevo día y una nueva oportunidad para
recuperarla
Narra Hada
Si se cree Sahir que con una simple nota y un
peluche de su animal favorito voy a perdonarlo
pues está equivocado — Hola mamá — saludé
nada más entrar a casa.— Hada, me tenías
preocupada — contesta mi madre.— Estoy bien,
solo necesitaba estar sola — añadí cogiendo una
manzana.— Bueno ¿tienes hambre? —
pregunta.— No, de hecho me voy a dormir ya —
dije y después le doy un beso en la mejilla. Me
recuesto en mi cama y decido encender el celular,
desde que lo apague antes de abordar el avión en
Abu Dhabi no he vuelto a encenderlo. Los
mensajes y las llamadas perdidas empiezan a
colapsar, la mayor parte de ellos son de Sahir. Ni
siquiera tengo el interés de leerlos, los elimino
directamente. Había un par de mensajes de Nabila,
pero no los abrí, bloquee la pantalla del móvil y
apague las luces para dormir. Escuché como mi
madre llama a la puerta de mi habitación.— ¿Qué
hora es mamá? — pregunté. — Las diez de la
mañana Hada, dormiste demasiado—añade ella.—
¿Eso que es? — volví a preguntar señalando lo que
tenía en las manos.— Oh Esto es para ti, lo dejaron
en la puerta de la casa. Miré la caja que me acaba
de dar mi madre, abrí la tapa de esta y un olor
delicioso inunda mis fosas nasales.— Que rico
hija.— Son falafels — le dije. En ella había otra
nota como la de ayer.
Nota: Sé que son tus favoritos, espero que tengas
un buen despertar habibti. PD: Si los vas a tirar
como lo hiciste con el peluche de ayer al menos
dáselos a tu madre que se los coma. ¿Me
perdonarás?. Una sonrisa sale sola de mis labios, el
muy maldito sabe cómo hacerme reír.— ¿Son de
Sahir verdad? — me interroga mi madre con una
sonrisa.— Así es... ¿quieres probarlos?.
Sería una pena tirarlos, de todas maneras, él no ve
si los cómo o no, así que a mi boca van.— Están
exquisitos — dice mi madre jadeando. Dejé la caja
de falafels en la cama y me asomé por la ventana,
un revoloteo sentí en mi vientre al ver la figura de
Sahir ahí parado alzando su mano para saludarme
con una hermosa sonrisa.— Está ahí mamá — dije
dejando caer la cortina que cubría la ventana.—
Ese hombre te ama de verdad hija — añade ella.—
Hmm... que sufra un poco más — solté y me fui a
la ducha.Al bajar mi padre me pidió que lo
acompañara a comprar unas cosas que necesitaba,
asentí y salimos juntos. Sahir aún sigue ahí frente a
mi casa esperando, se acerca a nosotros y nos da
los Buenos días el cual solo mi padre responde.—
¿Te gustaron los falafels? — pregunto mirándome
fijamente.— Los tiré— añadí. Sonríe de lado
mientras aún sostiene mi mirada.— Bien — añade
él sin dejar de mostrar los dientes.— Sahir hijo, ya
que estás ¿nos podías acerca a una tienda de
neumáticos que está a diez minutos? — le
pregunta mi padre a Sahir, miré con el ceño
fruncido a mi padre, pero él muy idiota de Sahir
sonríe felizmente.— Pero papá.— Hada cariño,
solo serán unos minutos — agrega mi padre.— En
ese caso vayan ustedes dos, yo me quedo en casa.
Me iba a dar la vuelta, pero la mano de Sahir me
detiene.—Vamos habibti, no te voy a comer —
dice con la mirada suplicante. — Además, aunque
lo quisiera hacer tu padre está con nosotros —
susurra lo último en mi oído para no ser
escuchado.— Al parecer os habéis puesto de
acuerdo, genial andando— dijo mi padre
adelantándose. Suspiré molesta, acto seguido
retiro mi brazo de su agarre.
Capítulo 32
Narra Sahir
Volver a tener a Hada de copiloto a mi lado es un
gran avance, aunque sea gracias a mi suegro. Al
llegar al lugar donde nos dirigimos, el padre de
Hada me dijo que bajara con él a aconsejarle sobre
lo que quería comprar, mientras Hada nos
esperaba en el auto.— Sahir, ayer me mostraste
que amas de verdad a mi hija, sé que no hay
matrimonio donde no haya problemas por ese
motivo te ayudaré —habla mi suegro dentro de la
tienda. He de decir que me quedé sorprendido por
lo que me dijo.— Se lo agradezco Sr.— Tenemos
una cabaña en Villaviciosa de Odon, estas son las
llaves y en el papel está la dirección.— ¿Por qué
hace esto? — pregunté sorprendido.— Porque he
visto a mi hija llorar por ti, y sé que te ama con
locura.— Gracias... —es lo único que pude
articular.
— Ahora márchate y cuídamela — añade mi
suegro lo cual asiento y me voy. Llegué hasta el
auto donde Hada aún está esperando, me
introduzco en él y empiezo a conducir.— ¿Qué
haces? — pregunta, pero no contesté.— Sahir para
el coche — empieza a gritar. — Contéstame joder,
¿Qué haces?.— Secuestro exprés — dije mirando a
la carretera.— Detén el coche — me ordena.
— No lo haré, por cierto, aunque intentes abrir la
puerta está no se abrirá así que no hagas ninguna
tontería — le informé.— Maldito sea Sahir — me
maldice y luego guarda silencio. Llegamos al lugar
admiro el sitio, es único y agradable es perfecto
para estar encerrados dentro de la cabaña junto
ella.— ¿Cómo sabes de la existencia de este lugar?
— pregunta con el ceño fruncido.— Digamos que
tu padre cooperó conmigo — agregue con una
sonrisa, pero ella me fulminó con la mirada.
Entramos dentro donde cierro con llave y las
guardé en el bolsillo de mi pantalón, mientras ella
recorre el lugar con su mirada yo la sigo por detrás
poso mis manos en su cintura causando que su piel
reaccione a mi tacto y se eriza.— No puedo más
Hada, no podemos seguir así— susurre en su
oído.— Aléjate de mí, olvídame como lo hiciste
todo este tiempo.— No, no y no...no me puedes
pedir eso, sería lo último que haría.— ¿Qué
pretendes tenerme encerrada aquí? — pregunta
enojada.— Ese es el plan. Después pone distancia
entre nosotros, lo cual lo respeto. Miro las
reservas que había en el lugar, pero no hay ni agua
así que hay que ir a comprar alimentos.—
Vámonos —ordené. — Hay que comprar comida.—
Ve tú, te espero aquí — dice ella.— Iremos juntos
Hada, no me hagas repetirlo — le vuelvo a decir
seriamente. Entramos a un pequeño comercio,
donde la dependienta es una señora de avanzada
edad.— Hacen ustedes una bonita pareja —
menciona la mujer mientras nos cobra.— Oh no
señora Él y yo no somos nada— le dijo Hada.— ¿En
serio hija?, porque sus anillos de casados dicen
otra cosa — añade la noble mujer con una delicada
sonrisa.— Tienes usted razón, estamos casados —
conteste.— Sabes una cosa hija, a mí también me
pasó lo mismo que usted con mi esposo, decía que
no éramos pareja, pero no entendía por qué lo
hacía.— ¿Y entonces qué ocurrió? —pregunta
Hada interesada en oír la respuesta.—Pues días
después descubrí que estaba embarazada y las
hormonas estaban revolucionadas. Al escuchar la
palabra embarazo, una sensación inexplicable se
acomoda en mi pecho. Un hijo con Hada es mi gran
deseo, sería el hombre más feliz, me sentiría
completo.— Ese no será nuestro caso señora —
dice ella sacándome de mis pensamientos. La miré
fijamente, la seriedad que lo hago es extraña.—
Hija, permanece con el hombre que te bese el
alma — escuchamos la mujer decir. Ella asintió y
agradeció.— Deberías escuchar las palabras tan
sabias que te dijo la señora — hablé nada más
entrar al auto. El silencio se hace entre nosotros,
por impulso poso mi mano en su muslo para mi
sorpresa ella no dice nada.— No hay nada más
difícil que tenerte que sacar de mi mente Hada.—
Y no hay nada más doloroso que ser
abandonada— añade ella haciendo que mi corazón
se marchite y la sonrisa que por momento tenía
desaparezca.— Para eso estoy aquí, voy a corregir
mi error.— Hmm...suerte con ello.
Se hace de noche, la luz de las velas ilumina el
lugar donde estábamos. El deseo de estar con ella
es inmenso. Hada está mirando por la ventana al
gran paisaje que la naturaleza nos brinda, me
arrimo a ella donde rodeo con mis manos su
pequeño cuerpo, deje caer un beso en su nuca,
después sigo bajando por su cuello, hasta llegar a
sus mejillas.— No sigas Sahir.— ¿Dime que no me
deseas?. Pero no dice nada y eso me hace
entender que tiene tantas ganas como yo.
Nuestras respiraciones se agitan, mis manos viajan
por su cuerpo, pero al instante se aleja de mí.— No
Tus manos queman mi piel — dijo con lágrimas en
los ojos.— Habibti mi pecho duele por tu ausencia,
por favor, amor solo un intento más — le suplico
limpiando sus lágrimas. Aquel momento nuestros
labios se unen, se besan desesperadamente donde
arden por la pasión. Retire su ropa, mientras ella
hace lo mismo con la mía, la llevo a mi cuerpo
donde su cuerpo se une con el mío, su cercanía es
mi delirio, su aroma me enloquece. La posé con
cuidado en la cama, donde recorro cada
centímetro de su cuerpo, cubriendo su piel a
besos. Mi mirada se conecta con la suya, mientras
tanto mi miembro se posiciona es su entrada, me
mira en espera que me hunda en su interior, lo
hago con una embestida dura, donde los dos
gemimos, continué rítmicamente, y cuando siento
que ya estamos a punto de llegar al clímax subo de
velocidad.— Nunca dejaré de quererte — dije
tumbado cerca de ella recuperando el aliento.—
Llegará el día en el que dejaras de insistir —
contestó girándose para darme de espaldas. Esas
palabras fueron balas directas a mi corazón. ¿Qué
quiso decirme con ello?
Capítulo 33Narra Hada. Despierto en los brazos de
Sahir, no voy a decir que no me guste, pero esto
estuvo mal no debí haberme acostado con él, ya
que pensara que lo perdone y eso no es así. Me
levanté con cuidado para no despertarlo, me visto
y salgo de la cabaña de mis padres, aunque me
duela el alma por lo que estoy haciendo, pero no
tengo otra opción, no quiero volver a intentarlo
por el temor a que no funcione.
El temor que tengo puede más que el amor que
siento por él. Al llegar a casa, me encuentro con
mis padres los cuales se sorprenden al verme.—
Gracias papá — le agradezco por la encerrona.—
¿No deberías estar con tu esposo? — dice él.—
Debería, pero lo abandoné en la cabaña — anuncié
y me fui a mi recamara. Envuelvo mi cuerpo con
mis manos, mientras huelo mi piel la cual aún
tenía su aroma, lloro desconsoladamente solo
quiero morirme para dejar de sufrirMe doy una
ducha frotando con la esponja hasta que siento
dolor en mi piel. Me visto, preparé una pequeña
maleta y decidí irme lejos de la casa de mis padres,
esta vez la que huirá seré yo.— Hada, ¿Y esa
maleta? — pregunta mi madre.— Necesito irme
mamá, no me siento bien con todo esto... en serio
necesito alejarme de Sahir.— No me parece bien
cómo estás tomándote las cosas hija, tú no eres así
habla mi padre enojado.—Exacto papá no era así
pero el amor que siento por ese hombre me
cambió — solté entre lágrimas. El timbre suena, mi
madre se acerca a mirar quien es.— Es Sahir — nos
dice.—No abras — pido.— Abre la puerta —
ordenó mi padre. Mi madre obedece sus órdenes,
y él entra mirándome con el ceño fruncido.— ¿A
dónde vas? —pregunta al verme con la maleta en
mi mano.— Donde no me encuentres.— Ya veo
que estás decidida a no perdonarme, bien te
aplaudo Hada Ganaste, me rindo.— Me parece
bien — expresé limpiando mis ojos.— Te puedes
quedar en tu casa, porque no te molestare más,
pero que te quede claro que no te daré el divorcio,
porque si no vas a ser mía no serás de nadie — dijo
seriamente.— Te odio — le grité cuando veo que
sale de la puerta. Sollozo mientras mi cuerpo
estaba en el suelo, mis padres me miran con pena
mientras me hundo en mi propio sufrimiento.
Pensé que cuando encontrara a Sahir, daría fin a
mi dolor, pero me equivoque otra vez.— Duele,
duele — grité llorando mientras mi madre me
abrazaba con fuerza.— Sanaras hija, ya verás.
Nunca me arrepentí de haber sido su esposa, su
mujer, su amada a la que le hacía el amor todos los
días, donde le decía que lo amaba y que él sería el
único, no me arrepiento de nada si la vida diera
marcha atrás haría lo mismo, me enamoraría de
nuevo y aceptaría casarme con él. Esto llegó a su
fin, un final triste pero tenía que llegar aunque
sufra en silencio el resto de mis días.
Narra Sahir.
Pensé que estaba todo solucionado cuando
hicimos el amor en la cabaña, tenerla en mis
brazos de nuevo después de tanto tiempo reviví
los días que éramos felices juntos, pero al
despertar y no verla a mi lado entendí que esto no
tenía solución, ella no quería estar conmigo y en
parte es culpa mía, estuvo criando este rencor
durante ocho meses. Ahora tiene derecho de no
querer regresar conmigo, las palabras que me dijo
después de hacerle el amor ahora las entiendo. Ya
me cansé de insistir por algo que ella no tiene
interés en solucionar. La decisión está tomada,
dejare de molestar, me iré a mi hogar, y que el
tiempo decida. Llegué a casa la que compré para
nosotros dos, viviré en ella y voy pensar que algún
día ella volverá. Ese será mi consuelo para calmar
mi pobre corazón.— Hermano — dice Nabila al
verme. La abrace mientras dejo salir unas
lágrimas.— Se acabó Nabila, Hada y yo... — no
termino la frase porque me rompo en llanto.—
Tienes que ser fuerte Sahir —añade ella. Las
palabras de Hada retumban en mi mente como un
látigo lastimado. En las noches sueño con lo que
no fue, por el tiempo perdido, por el silencio que
se hizo entre ella y yo, y por las tantas veces que
desee abrir los ojos y encontrarla a mi lado. Ahora
puedo decir que después de tres meses sin estar
con ella, sin sentir su olor, sin ver sus bonitos ojos
azules, mi corazón dejó de sangrar, pero la herida
aún sigue abierta. Estos meses no he hablado con
ella, no he vuelto a saber si está bien o que es de
su vida, si se olvidó de mí o dejo de recordarme.
Muchas veces quise llamarla, pero no llegaba a
pulsar el botón de la llama da. He tenido el apoyo
de mis seres queridos, pero el vacío que siento por
dentro nadie lo puede llenar. Otro golpe más fue
azotado en mi vida, mi madre. Le detectaron
leucemia aguda, lleva combatiendo con la
enfermedad durante dos meses, pero la
quimioterapia poco hace por ella, necesita un
trasplante de médula ósea pero lamentablemente
ni yo ni mis hermanos somos compatibles,
inclusive mi padre y el resto de la familia se
hicieron la prueba de compatibilidad, pero
ninguno de ellos lo son. Así que ahora estamos en
la lista de espera, rezando todos los días para que
aparezca alguien que le salve la vida. Estoy siendo
castigado duramente, perdí a Hada y ahora estoy
perdiendo a mi madre.
Narra Hada.
Han pasado tres meses desde que vi por última vez
a Sahir, a veces pienso que mi problema es no
admitir lo que mi alma siente y quiere. No voy a
mentir y decir que lo olvide, porque eso nunca
sucederá y menos ahora que llevo en mi vientre un
pedacito de él, pienso en Sahir a cada hora, sueño
con que algún día regresemos a estar juntos, pero
cuando despierto me doy cuenta de que solo fue
un sueño que habita solo en mis pensamientos.
Después de aquella noche en la cabaña de mis
padres, Sahir me dejó embarazada, siendo sincera
al enterarme de que un hijo de él crecía dentro de
mí, las ganas de seguir adelante fueron inmensas
podría decir que fue mi medicina que necesitaba
para sanar mis heridas.
Capítulo 34Nunca pensé en ocultarle a Sahir sobre
nuestro bebé, pero también soy consciente que
pasó suficiente tiempo y él debería saber porque
es cruel y doloroso esconder a un padre sobre la
vida que creo en el vientre de una mujer. Pero
cada vez que marco su número para llamarle me
arrepiento y lo borro. Mientras estoy pensando
como siempre en Sahir, escuché una voz muy
familiar hablando con mis padres.
Bajo con cuidado encontrándome al dueño de esa
voz, mi primo.— ¿Alejandro? — dije
sorprendida.— El mismo, prima — contesta y me
abraza posando un beso en mi cuello.— No sabes
la sorpresa que nos acabas de dar sobrino — habla
mi madre.— Esa era mi intención tía — responde
mirándola con una sonrisa y después se dirige a
mí. — No imagine encontrarte aquí Hada, pensé
que estarías con tu esposo en estos momentos
difíciles — añade él, pero sus palabras me
desconciertan. Un silencio se hace en el salón, mis
padres nos miran sin entender nada al igual que
yo, Alejandro se pone nervioso.— ¿Dije algo malo?
— pregunta. Mi madre iba a hablar, pero la
interrumpo.— ¿Cuáles son los momentos difíciles
que está pasado mi esposo? — pregunté con una
sensación desagradable en mi pecho.— Bueno me
enteré de que su madre estaba muy enferma —
dice apenado e incómodo. Me dejo caer en el sofá,
posando mi mano en mi vientre mientras mis ojos
escuecen por las lágrimas que estoy
conteniendo.— ¿Qué es lo que tiene? — pregunté
con dificultad.— No sé decirte prima, yo solo lo
escuche porque tenía que hacer algunas gestiones
en el banco de tu marido y sus empleados lo
comentaron entre ellos.— Hija recuerda que no te
hace bien en tu estado ...— dice mi madre al
verme llorar. Sé que Samira no se ha portado bien
conmigo, pero eso no significa que no me duela, ya
que su salud no solo le afecta a ella sino también a
terceras personas que son sus hijos, mi amiga, el
hombre que amo. Saber qué está pasando por una
situación tan difícil y yo estando aquí es algo que
me duele.— Lo siento si metí la pata Hada, pero
pensé que no te encontraría aquí — añade mi
primo. — ¿En qué estado te encuentras? — vuelve
a hablar.
— Estoy embarazada — le informé. — Y Sahir y yo
no estamos pasando por un buen
momento.Después salgo de donde estaba y voy a
buscar mi celular, tengo que llamar a uno de ellos
y preguntar qué está pasando.Lo primero que se
me ocurre por la mente es llamar a Sahir, pero no
tengo la valentía de escuchar su voz y no llorar.
Busco el número de Nabila y marco, suena, pero
no contestan, empiezo a desesperarme.
Escuché un toc toc en mi puerta, es Alejandro.—
Hada, ¿te sientes bien? — pregunta preocupado.—
No lo estoy Alejandro, estoy llamando a mi
cuñada, pero no me contesta.— Llama a tu esposo
— sugiere. Suspiro, y mientras unas lágrimas se
deslizan por mi mejilla, Alejandro me mira
fijamente.— ¿Aceptarías un consejo mío? —
pregunta mientras coloca un mechón de mi pelo
detrás de la oreja.
Asentí.— Es parte de la vida cometer errores, y no
significa pagar por ellos el resto de nuestros días, si
lo amas corre a sus brazos y perdónalo — dice
Alejandro causando que mi piel se erice por sus
palabras.— Tienes razón, primo, es hora de olvidar
y dejar todo atrás...y ahora más que nunca — dije
señalando a mi vientre. Nos abrazamos y él posa
un beso dulce en mi mejilla.— Dentro de tres días
regreso a Abu Dhabi, si quieres puedes ir conmigo
— vuelve hablar después de estrujarme contra
él.— No puedo esperar tanto, pero gracias de
todas formas.Tecleo en mi computadora y busco el
próximo vuelo a los Emiratos, sale esta misma
noche. Me dispongo hacer la maleta mientras me
imagino la reacción de Sahir al verme. Espero que
no note mi vientre, aunque apenas se percibe,
pero se siente la forma que está cogiendo. Me
despido de mis padres y entré en el taxi, mientras
me dirijo al aeropuerto mi móvil suena, Nabila me
está llamando.— Amiga — dije nada más
contestar.— Pensé que nunca más volvería a oír tu
voz — me regaña.— Que exagerada —respondí a
su reclamo. — Ahora dime ¿cómo estás?.— He
tenido días mejores Hada— habla y siento su voz
triste.— ¿Es cierto que Samira está enferma? —
pregunté apenada.
—¿Cómo supiste? — responde con otra
pregunta.— Es una historia larga, ahora
escúchame bien Nabila, estoy saliendo al
aeropuerto llegó a Abu Dhabi en la madrugada, no
voy a dejar que paséis por este momento difícil
solos — le informe. Escuché por la otra línea un
"Oh Dios mío" eso me dice que se alegra al saber
de mi regreso.— Eres la mejor Hada, a Sahir le dará
un infarto al saber que vienes para acá — añade
ella emocionada. — No le digas nada de momento,
solo ven a recogerme ¿vale? — le pedí.— Está
bien, será como tú digas. Entonces le indicó la hora
de mi llegada y después cuelgo. No voy a decir que
no estoy nerviosa por regresar a ese país, pero
también siento que es tiempo de comenzar de
Capítulo 35
Narra Sahir.
Apenas dormir en toda la noche, los pensamientos
me atormentan a tal punto que no me dejan
descansar. Estoy rumbo al hospital, para estar con
mi madre y así mi hermano menor podrá
marcharse para descansar, ya que él pasó la noche
con ella. Cada día estoy perdiendo las esperanzas
de que aparezca algún donante, siento que la
estoy perdiendo como perdí a Hada.
Hoy es uno de esos días que uno no tiene ganas de
levantarse ni seguir luchando, realmente hoy me
siento débil, con pocas esperanzas. Observé como
la puerta de la habitación del hospital se abre y
deja ver el rostro de mi hermana con una gran
sonrisa.—¿Dime a qué viene tu felicidad hermana,
a lo mejor me contagias con ella? — le pregunté
mientras seguía riéndose.— Hermano, deberías
salir al pasillo — añade ella.— Nabila no tengo
ánimo para nada en serio — suelto.— Créeme que
lo que te vas a encontrar ahí fuera cambiará todo
— vuelve a decir y empiezo a tener curiosidad. Me
levanté y salgo de la habitación, subo mi mirada y
me encuentro con ese cuerpo hermoso que me
deja sin aliento, esa mirada que acelera mis
latidos, esos labios que aún siento en mi piel.—
Hada — susurre. Siento como me voy a desplomar
a sus pies en cualquier momento, y suplicarle que
no se aleje de mí. La he anhelado tanto que no
creo poder soportar que se aleje otra vez. Observé
como se acerca a mí, sus delicadas manos acarician
mi rostro, dejando fuego en ella.—Estás aquí —
añadí mirándola con los ojos cristalizados.— Estoy
aquí, y no me iré Sahir — responde juntando su
frente con la mía. Y llegó el milagro que esperaba,
la luz se vuelve a encender después de meses a
oscuras.
— Perdóname habibti... por favor — le suplico
mientras la apriete a mi cuerpo y hundo mi rostro
en su cuello.— Sahir estoy aquí para estar con
vosotros y no dejaros solos en estos momentos,
eso es todo.— Pero ... ¿eso quieres decir que no
habrá un nosotros? — pregunté temiendo a la
respuesta. No responde a mi pregunta, solo guarda
silencio mirando a otro lado.— Contesta Hada,
¿después de estos meses aún me guardas rencor?
¿Aún ese corazón tuyo no se ha blando para
perdonar un error al cual he pagado con creces?,
¿Estás segura Hada?... — suelto preguntas de mi
boca sin recibir respuestas de ninguna.— Está bien
no digas nada, pero recuerda que tú también eres
humana y cometerás algún error el cual nunca
perdonaré — vuelvo a decir fríamente.
Narra Hada
Estaba dispuesta a perdonarlo y dejar todo en el
pasado, pero cuando lo tuve frente a mí, los
recuerdos me sacudieron y no dije lo que tenía
pensado decirle. Sus palabras fueron duras, pero
me las tragué junto a las lágrimas que amenazaban
por salir.— Pasa — dice después de guardar
silencio. Entré a la habitación de Samira, la cual su
imagen me azota, no es la misma mujer que había
conocido, no quedaba nada de esa mujer hermosa.
Ella me mira seriamente, mientras poso mi mano
por la suya. Sus ojos se inundan de lágrimas las
cuales se deslizan por su rostro, no pude evitar
emocionarme al ver cómo me miraba. Limpié su
agua salada con mi mano y le dediqué una sonrisa.
Creo que con las miradas nos habíamos dicho
muchas cosas, donde incluía el perdón de ella y el
arrepentimiento. Escuché como Nabila le pregunta
a su hermano como nos fue, él niega con la cabeza.
Después de unas horas con ellos en la habitación,
mi cuerpo necesita dormir, al parecer mi bebé me
exigía descansar.— Buenos yo me retiro a
descansar un poco pero luego en la tarde regresaré
— les informé.— Te llevaré — dice Sahir.— No es
necesario, iré en un taxi al hotel.—¿Hotel? —
pregunta con el ceño fruncido. Asentí mirando sus
ojos.— No te vas a quedar en un hotel Hada, tienes
una casa — responde Sahir seriamente. ¿Una casa?
no entendía a qué se refiere.
— ¿Te refieres a la casa de tus padres?.— No,
nuestra casa, la que compre para nosotros dos
antes de separarnos.Un escalofriante sentimiento
se adhiere a mi ser.— No tengo ninguna casa —
añadí en voz baja para que Samira no nos
escuchara.—Es tu casa porque cuando la compré la
puse a tu nombre y al mío — añade él
señalándome con el dedo y la verdad que su tono
de voz se escuchaba muy molesto. — Sigues siendo
mi mujer y no permitiré que te vayas a ningún
hotel, así que por una vez en tu vida has lo que te
pido — vuelve a decir enojado.No voy a discutir
con él por esto, no vine hasta acá para pelear
como niños, así que acepté y nos fuimos a
"nuestra casa".— Nabila te quedas con nuestra
madre, llevaré a Hada a casa y regresaré enseguida
— le pidió Sahir a su hermana.— No te preocupes
Sahir.Salimos del hospital, uno cerca del otro, pero
sin llegar a rozar nuestros hombros.
La tensión se hace evidente entre ambos, pero él
no rompe el silencio ni yo tampoco.Al llegar a
según él mi casa también, me quedé atónita, era
preciosa con una gran jardín donde me imagino a
nuestro bebé jugar y montar comidas familiares en
ella.— Presiento que te ha gustado el jardín —
musita Sahir.— Así es.Entramos dentro, si antes
me había quedado sorprendida por el jardín por
dentro me quedé sin palabras sin expresión
alguna.— Ves aquel sofá, mi intención era pasar
las tardes ahí viendo películas acurrucados — dice
señalando al enorme sofá de terciopelo.Coge mi
mano y me lleva hasta la cocina.— Aquí imaginé
verte cocinar mientras rodeo mis manos en tu
cintura y beso tu cuello mientras tú pidiéndome
que pare porque te pone nerviosa el tacto y temes
a cortarte un dedo — sigue hablando.—Sahir es
suficiente —le pido.
— No espera — me detiene. — El jardín que viste
antes... soñaba por ver a nuestros hijos correr por
la hierba, mientras tu les llamabas a comer.Sigue
torturándome con sus palabras.Me sube escaleras
arriba donde se encontraban las habitaciones.—
En esa cama pensé hacerte el amor todas las
noches, dormir junto a ti, respirar tu esencia y
despertar en tus brazos — termina de decir con los
ojos vidriosos y se va dejándome sola en aquel
lugar llorando por todo lo que no sucedió. Siento
mi alma quemarse por todo lo que había oído de
su boca. Realmente hubiéramos sido muy felices
en esta casa.Me dejo caer en la cama y me aferro a
la almohada que olían a él, hasta quedarme
dormida. Al despertar me doy un baño y me dirigí
al hospital, donde me encuentro al doctor
hablando con Sahir, Nabila y mi suegro.— Samira
no está respondiendo a la quimioterapia — les
informa el médico. Veo como Sahir pone su mano
en el pecho, se me cae el alma al verlo afectado de
esa manera.— No perdamos la fe — añade el
médico.— Existe un milagro — dije metiéndome
en la conversación. Todos me miran con
determinación a la espera que vaya a decir. — Hay
alguien que puede salvar a Samira — vuelvo a
decir emocionada.— Le escucho señora — agrega
el médico. Miro a todos los presentes, sobre todo
me detengo en la mirada de Sahir que está
inundada de lágrimas.—Su nieto — dije. —La
sangre del cordón umbilical de su nieto la podréis
salvar — vuelvo a decir. Escuchó como Nabila cae
en llanto por lo que acabo de decir, mi suegro se
cubre con la mano su rostro y llora agradeciendo a
Dios por esta oportunidad, pero la mirada de Sahir
era indescifrable, no sé si estaba feliz porque se
acaba de enterar de que será padre o por
habérselo ocultado todo este tiempo.
Capítulo 36
Narra Sahir.
— Me...Me lo ocultaste—dije con dificultad.— Lo
siento Sahir — se disculpa y después siento sus
manos frías tocar mi rostro. — Tenía miedo —
vuelve a decir.—¿Miedo de mi Hada?, cuando lo
único que he hecho todo este tiempo es
recuperarte. Observé como los presentes nos
dejan a solas, ella comienza a llorar y lo único que
puedo hacer es mirarla, mi cuerpo estaba aún en
shock.— Sahir, te juro que quería decirte, en
serio.— ¿Recuerdas lo que te dije esta mañana? —
pregunte esperando su respuesta pero ella no
responde. — Te dije que llegara el día que
comentas algún error el cual yo no perdonaré.—
Sahir, por favor.— Shuu…. No digas nada más
Hada — dije y después nos miramos fijamente
mientras mis ojos dejan caer lágrimas calientes
que quemaban mi ser. Me desplome a sus pies,
donde mis manos rodean su cintura hundiendo mi
rostro en su vientre, donde sollozo como niño
pequeño, mientras beso su abdomen abultado.—
Te amo bebé, te amo bebé — dije mientras lloro
desenfrenadamente. — Por ti perdonaré el error
de tu madre, solo por ti bebé. Hada se posiciona a
mi altura.— Lo siento, mi vida me duele verte de
esta manera— habla juntando su frente a la mía.
Después nuestros labios se unen en un deseado
beso.— Estamos en paz ahora — suelto después de
separar nuestros labios.— No quise vengarme de
ti, créeme Sahir.— Te creo habibti — añadí
volviendo a fundirme en su boca. Nadie en la
humanidad ha muerto por tragarse su orgullo,
para qué echar más leña al fuego entre nosotros
dos, cometí un error el cual Hada me hizo pagar
con su ausencia, pero cuando hay amor de por
medio la mejor manera de seguir adelante y sanar
nuestras heridas es perdonar, aunque a veces
cueste. Ahora que voy a ser padre de un hijo de
Hada la felicidad abruma mi pecho, y gracias a la
presencia de este ser que ya amo sin conocer,
Hada y yo volvimos a ser lo que nunca debimos
dejar de ser, un matrimonio feliz. Después de
calmarnos, nos dirigimos a la habitación de mi
madre para darle la noticia, mi padre junto a
Nabila se encontraba ahí, nos miran y sonríen al
vernos entrar cogidos de la mano.Abrace a mi
padre, y Hada a Nabila.— Felicidades hijo mío —
susurra en mi oído. — Serás un buen padre —
vuelve a decir.Me acerco a la cama de mi madre, le
cogí de la mano.— Madre, pronto acabará esta
pesadilla —le dije con los ojos vidriosos y una
sonrisa.— Ven Hada — la llamó para que se
acerque a nosotros.— Tu nieto te salvará la vida
madre — le doy la noticia tocando el vientre de
Hada.Unas lágrimas se deslizan por sus mejillas.—
No me lo merezco —dijo en voz baja.— Todo se
quedó en el paso Samira —habla Hada.
Narra Hada.
Ya lo entendí, la vida sin Sahir es como una mente
sin recuerdos. Pensé que al enterarse de mi
embarazo me odiaría por habérselo ocultado, pero
no fue así, y sinceramente me sorprendió, su amor
hacia mí es tan grande que no puedo odiarme.
— Habibti, ¿sabes el sexo de nuestro milagro? —
pregunta mientras estamos en la cafetería del
hospital.— No aun no lo sé — conteste.— Quiero
verlo — añade él.—Por supuesto amor, cuando
quieras —le dije.—Ahora. La impaciencia de Sahir
me causa gracia, bueno en parte lo entiendo, sería
la primera vez que viera a su hijo en una ecografía.
Asentí con una sonrisa. Al rato nos encontramos
en la sala esperando a que nos llamen, estoy
ansiosa y bastante nerviosa pero no tanto como lo
está él. Nos llaman y nos adentramos me pongo en
la camilla y el médico procede hacer su trabajo,
mientras la mirada de Sahir no se despega de la
pantalla.— Ahí está, amor —le dije nada más
verlo.— Dios mío, esto es un sueño —suelta Sahir
emocionado.—Es real —confirma el médico.—¿Se
ve el sexo doctor? —preguntó.—Deme unos
minutos y les diré —añade el médico.Unos
minutos de tensión a la espera de saber.—Bien, lo
tenemos —dice el médico. Sahir y yo nos miramos
fijamente, mientras sonreímos.—Es un niño. Y
cuando piensas que todo acabó, llega la magia a tu
vida que te hace revivir, haciendo que salga de
nuevo el sol, que cada mañana estén llenas de luz.
No hay nadas más hermoso que ver el rostro se
Sahir al saber que tendrá un hijo, pienso que se
parecerá su padre, con la misma mirada, la sonrisa
e inclusive los gusto, ¿le gustara los animales
salvajes?, muchas preguntas se hacen en mi mente
y las ansias de tenerlo en mis brazos se hacen más
fuertes.—Te amo —musita a mi oído.—Yo también
te amo, siempre te ame Sahir —le conteste.
—No te quiero volver a perder Hada —añade él.—
No me perderás nunca más —dije negando con la
cabeza.Nos despedimos de Samira y del hermano
de Sahir que suele dormir con ella en el hospital.
Llegamos a casa y mientras me bañaba Sahir
preparo la cena.—Ahora puedes cumplir con cada
uno de tus sueños— le indico mirando al sofá.—Ni
lo dudes, y sabes una cosa se me ocurre el primer
lugar donde voy a hacer realidad lo que muchas
noches imagine— suelta con una mirada pícara.
Sonreí, y salgo corriendo a nuestra habitación,
donde hacemos el amor como nunca, haciendo
sonar nuestros gemidos por toda la casa.
Capítulo 37Despertar en los brazos de Sahir, es
algo que no pensé que sucedería de nuevo, pero
aquí estoy mirando su fracción mientras él aún
duerme, recuerdo la última vez cuando huía de su
calor, el cual me estuve arrepintiendo todos los
días. Después de una gran tormenta vino la calma
en este caso la trajo mi hijo.—¿Qué será lo que tú
tienes que me atrapa? — pregunta aun con los
ojos cerrados — No sé, dime tú —conteste.—Tu
esencia, tu piel, tus ojos, tu sonrisa... quieres que
continúe — dice haciéndome cosquillas.— Basta
Sahir — le pido mientras me reía. Logré escapar de
su agarre, y me encierro en el baño.— Vamos
habibti abre la puerta que tengo hambre de ti —
me pide desde el otro lado. Abrí la puerta despacio
dejando ver sólo mi rostro.— Del uno al diez
¿cuánta hambre tienes? — pregunté mordiendo el
labio.—Hmm... un diez — responde y se adentra al
baño, donde pega mi cuerpo a la puerta mientras
su anatomía me retiene contra de esta.— Suéltalo
—ordena él. Obedezco a su orden y suelto mi
labio, pero Sahir se apodera de él, lo mete en su
boca dándole pequeños mordiscos, después su
lengua busca la mía con desesperación. Me levanta
del suelo y me lleva hasta la regadera, dejando
caer el agua por nuestros cuerpos desnudos y
calientes. Hunde su miembro en mi haciéndome
gritar su nombre una y otra vez, hasta llegar al
orgasmo. Luego de una mañana agitada, nos
fuimos al hospital, pero para mi sorpresa me
encontré con mi primo Alejandro.— ¿Qué hace
aquí? — habla mi subconsciente. Detengo mis
pasos frente a él, mientras Sahir nos mira sin
comprender nada.— Alejandro ¿Qué haces aquí?
— pregunté de la manera más amable que pude.—
Llegué un día antes de lo previsto, y bueno me
dejaste preocupado —me responde.— Am Sahir es
Alejandro, mi primo— se lo presento.— Encantado
Alejandro, imagino que tú eres... —no lo dejo
terminar porque lo interrumpo.— Si, Sahir es el
mismo.— Iba a decir mi cliente, pero ya que te
adelantaste me imagino a que te refieres —añade
él con una media sonrisa.Mierda había metido la
pata, porque siempre me pasa lo mismo que me
adelanto a todo.—Gracias por preocuparte por mi
esposa Alejandro—vuelve a decir Sahir. — Estaré
en la habitación con mi madre habibti—esta vez
me habla a mí. ¿Dónde están los celos que tiene
cuando algún hombre está cerca de mí?, y más
sabiendo que estoy con mi primo del que me había
enamorado de pequeña. Asentí, después me besó
y nos dejó a solas.
Narra Sahir.
No voy a decir que no esté celoso por la presencia
de su primo, pero pensando bien a estas alturas
hacer una escena de esas no tiene sentido, además
todo lo que hemos pasado todo este tiempo me ha
demostrado que solo me pertenece a mí.— Buenos
días, madre —salude al entrar a la habitación
encontrándome a mi hermana.— ¿Qué haces
aquí? —pregunté a Nabila.—No tenía nada que
hacer en la mañana y por eso vine, por cierto ¿y
Hada dónde está?.— Está hablando con su primo
—le conteste.—Vaya hermano, ¿Dónde quedó el
Sahir que conocía que no permitía que ningún
hombre se le acerque a su amada?.—Ese Sahir ya
no existe —añadí.— Hmm Ya veo, al parecer Hada
cambió ese temperamento que te habitaba desde
hace años —dice riéndose.—Eso parece —dije
restándole importancia. El amor que siento por
Hada es dulce, sincera, hermosa, loca y algo
complicada, realmente no la amo con palabras si
no la amo con el alma y si tengo que cambiar por
ella para que esté amor que siento sea lo más
cómodo para Hada lo haré. Soy egoísta y la quiero
solo para mi, pero de vez en cuando dejar que
otros vean la belleza que el mundo ha perdido
porque está conmigo.— Hijo, acércate —dice mi
madre sacándome de mis pensamientos.—Dime
madre.—No sé si podré aguantar mucho tiempo,
me siento muy débil —me informó lo cual me
parte en dos.—Madre, serán solo unos meses,
tienes que ser fuerte, por nosotros y por tu primer
nieto —le suplico mientras acaricio su rostro
pálido. Ella asiente y cierra los ojos. Salgo del lugar
donde estaba, necesito aire porque las palabras
que escuche me estaban dejando sin aliento.—
Sahir... amor —escuchó la voz de Hada a lo lejos,
pero ella está cerca de mí tocando mi hombro.
Me aferro a su cuerpo y la abracé con fuerzas.—Mi
madre me dijo que no puedo aguantar más —le
cuento.— Tranquilo Sahir, ya verás que todo saldrá
bien— dice intentando consolarme besando mi
mejilla.— Nabila está dentro con ella, si quieres
quédate con ellas, yo iré a dar una vuelta necesito
calmarme—le dije.—¿No quieres que te
acompañe? —me pregunto.— Prefiero que te
quedes —agregue tocando su abdomen. Asintió y
me dio un beso en los labios.— Te amo Habibti —
digo antes de que entrara. No es que no quiera
que me acompañe, es solo que no quiero que se
entristezca en su estado. Aprovecho que estoy solo
para organizar un encuentro romántico junto a
Hada, nos lo merecemos después de tanto
sufrimiento y bueno en parte me distraerá un poco
y no pensar en la condición de mi madre.
El plan es mirar el atardecer desde lo alto mientras
la brisa choca en nuestros rostros, después
terminaremos en medio de la arena rodeados de
candelabros.
Narra Hada.
Me siento mal al ver a Sahir en tal estado, lo único
que deseo que Samira sea fuerte hasta el
nacimiento de nuestro hijo.—¿Dónde me llevas
amor? —pregunté a Sahir mientras me tenía en el
coche con los ojos vendados.— Paciencia habibti,
estamos a punto de llegar. Siento que el auto se
detiene, me abre la puerta mientras me coge de la
mano y me ayuda bajar despacio, guía cada paso
que doy, hasta que siento que nos detenemos, su
cuerpo se posiciona detrás de mí, mientras tanto
sus manos desatan el nudo de la tela que cubrían
mis ojos. Lo primero que capta mi vista es un
enorme globo aerostático, mi boca forma una
perfecta "o".— ¿Lista para contemplar el atardecer
desde arriba? — pregunta con una sonrisa.
— Si, pero estoy nerviosa amor, nunca había
volado en un globo aerostático —respondí
emocionada.— Solo déjate llevar, y lo disfrutarás
mucho —añade él. Una vez dentro de este, la
emoción del ascenso, la percepción del
espectáculo, el aire fresco que dirige nuestro
rumbo y las nubes al alcance de las manos es una
sensación increíble. Disfrutar de estas maravillosas
vistas junto al cuerpo de Sahir pegando al mío es
para morirse de amor.
—Nuestro lugar favorito siempre será el cielo
porque ahí es donde te conocí—susurra a mi oído
lo cual causa que mi piel se erice.— Así es amor —
musité. Después de esta emocionante experiencia,
Sahir me dijo que había otra sorpresa, la verdad
que las echaba de menos. En el medio del desierto,
una velada a la luz de la luna rodeada de
candelabros iluminaba esta gran cena que nos
esperaba. Mientras bailamos con los pies descalzos
sintiendo la arena del desierto, Sahir me habla al
oído.— Sabías que el último encuentro que
tuvimos en la cabaña de tus padres mi intención
era dejarte embarazada—suelta sin anestesia
haciendo que su cálido aliento choque en el lóbulo
de mi oreja. Me detengo en seco y lo miré
seriamente.— ¿Qué? —es lo único que puede
decir.
Capítulo 38
Continúa Narrada Hada.
—Así es habibti, tenía intención de que me
llamarás al cabo de un mes y me dieras la noticia
de que íbamos a ser padres, pero esperé los días
como años, pero nunca llegó tu llamada—me
explica.— Te quise llamar en serio Sahir.— Ya
Hada no te preocupes, solo quería que lo supieras
nena — añade él. Después nos fundimos en un
agradable beso, el cual nos llevó hacer el amor en
medio de la arena. Al día siguiente nos
despertamos en nuestra cama, abrazados.—
¿Dormiste bien mi sultana? —pregunta.—Aja
Como un bebé —dije. Nos dimos un baño y nos
alistamos para ir al hospital. Caminamos por largos
pasillos en dirección a la habitación de Samira,
pero mi suegro estaba sentado en las sillas que
había ahí con las manos tapando su rostro.
Un mal presentimiento se instala en mi cuerpo.—
Padre —dice Sahir al verlo. Este levanta su rostro y
nos mira con la cara sumergida en lágrimas.—¿Qué
te ocurre padre? —la voz de Sahir se quiebra.—Tu
madre ha pasado a mejor vida, lo siento hijo—nos
informa mi suegro. Veo como aparecen los
hermanos de Sahir, los cuales abrazan a su
hermano mayor sollozando. Siento que se va a
derrumbar en cualquier momento. La manera en
que lloran los chicos por su madre es algo que
nunca había visto, la sensación de perder a una
madre es la peor experiencia que puede sentir un
ser humano. Las lágrimas salen de mis ojos sin
control alguno, me duele tanto que al final no
pude hacer nada por ella. Sahir entra a la
habitación de Samira mientras yo lo sigo, observé
cómo le quita la sábana blanca que cubría su
cuerpo y rostro, se recuesta a su lado posando su
cabeza en su pecho. Sentí tanta pena por tal acto
de él. Abrace a Nabila que está junto a ellos de
pie.—La perdí Hada, y ahora qué haré sin ella. Sus
palabras se clavan en mi cabeza, no sé cómo
consolarla.—Madre, ¿y ahora?... te dije que fueras
fuerte. Mi hijo nunca conocerá a su abuela—
escuché como Sahir habla con el cuerpo sin vida de
su madre mientras llora. Realmente es muy duro,
demasiado diría yo.—Mi vida, tienes que ser
fuerte... —le digo a Sahir. —Mira a tus hermanos
están abatidos, tienes que ponerte de pie y darles
fuerza, recuerda que tu madre ahora descansa en
paz — sigo diciendo y entonces miro como se
incorpora y me mira con los ojos rojos.—Mi madre
dejó de existir Hada —añade él.—Nunca digas eso
amor, ella existirá en nuestros corazones —
contesté tocando su pecho. Después me abraza
tan fuerte que apenas puedo respirar. El entierro
fue muy duro, ver como Sahir y sus hermanos
menores echaban tierra en la tumba de su madre
ha sido difícil Nabila está a mi lado junto a las
mujeres de la familia, con velos en la cabeza.
Mientras los hombres están delante de nosotras.
Todos se acercan para darnos el pésame. Poco a
poco el cementerio se fue vaciando, pero Sahir aún
está frente a la tumba.—Amor deberíamos irnos —
le dije acercándome a él.—Hada, ella se arrepintió
mucho de todo lo que te hizo—dice Sahir.—Lo se
amor, y yo la perdoné de corazón —añadí.—
Gracias —agradece. —Ahora vámonos —vuelve a
decir limpiando sus lágrimas.

Narra Sahir.
Hay dolores que serán eternos, siempre la
recordaré y se que cada vez que lo haga me dolerá
el corazón. Me gustaría que bajara por un rato del
cielo y me abrazara como solo ella sabe, y sentir el
olor de mi madre que es mejor aroma el cual
reconforta el alma. Se que será duro superar este
duelo, tanto yo como mis hermanos una mitad de
nuestro corazón murió con ella.—Mi vida,
necesitas descansar—escuché la voz de Hada.—
Estoy bien habibti, con todo esto apenas te
pregunté si te sientes bien y si nuestro bebé está
bien —le dije. — Tu hijo y yo estamos bien, pero
preocupados por ti Sahir, apenas dormiste estos
días.—No te preocupes Hada, mi madre ya está
bajo tierra y ahora que su alma descansa en paz
poco a poco iré siendo el mismo.—Donde esté ella
seguro que no quiere ver a sus hijos de esta
manera —añade acariciando el dorso de mi
mano.—Lo se Habibti —le conteste y dejo un beso
en sus labios.
Los días pasaron, y nosotros nos estamos
resignando a su pérdida. Estábamos en el salón
junto a mi padre, entonces Nabila me da una carta
junto a una caja de metal.—Sahir, Hada, esto es
para ustedes mi madre lo dejó encargado antes de
morir. Abro la nota y procedo a leerla en voz alta.
Carta:
Sahir, Hada, lamentó mucho por haberles causado
tanto mal, me arrepentí tanto aquel día que te
fuiste de casa Sahir, me di cuenta en ese momento
que ustedes estaban hechos para estar juntos. No
he muerto, solo me fui antes del recorrido de la
vida, pero seguro que nos encontramos de nuevo.
No vayan a pensar que no conoceré a mi nieto,
porque lo estaré observando desde ahí arriba,
aunque no me vean siempre estaré con ustedes,
con cada uno de mis hijos, y contigo Hada, te
acompañare también porque eres una hija más. En
la caja hay una cadenita con nombre Ali, si aceptan
me gustaría que le llamaran de esta manera. Os
quiero hijos míos. No sé de dónde salió tanta
fuerza que termine de leer esa carta sin que mi voz
se quebrara. Mi esposa junto a mi hermana están
llorando a mar abierto, sonreí mirando a mi padre.
Abro la cajita de metal donde guarda una preciosa
cadena de plata con el nombre de Ali.—Hada —le
llame mostrando la cadena.—A nuestro Ali le
encantará el regalo de su abuela—añade
mirándonos a todos los presentes con los ojos
llenos de lágrimas.
Capítulo 39
Habían pasado seis largos meses, y ahora aquí
estoy en el paritario empujando para dejar salir a
mi bebé, Sahir está a mi lado apoyándome como
hizo todo este tiempo, estuve mimándome todos
los días.—Habibti tú puedes— me anima él
mientras empujo con todas mis fuerzas.—No
puedo en serio— dije, ya que estuve más de
quince horas de parto. — Estoy agotada.
Realmente no puedo más —agregue mirando a
Sahir que me observaba preocupado.—Que
preparen el quirófano de urgencia— escuchamos
decir a la matrona.—¿Qué ocurre? —cuestiona
Sahir.— Las pulsaciones del bebé están bajando, al
parecer tiene el cordón enredado al cuello y hay
sufrimiento fetal. En ese momento la angustia se
adueña de nosotros, noto como el rostro de Sahir
se vuelve pálido.— Está bien— digo mientras
intento calmarlo. Posa un beso en mis labios y me
dice.— Eres una mujer guerrera, sé que saldrás de
esta y me darás a un hijo bello y sano, te amo
habibti— añade él saliendo del paritario, me
tenían que preparar para la cesárea. La epidural no
hacía efecto, así que el anestesiólogo decidió
administrar anestesia general, estar dormida por
completo en el nacimiento de mi hijo eso
supondría no oírlo llorar por primera vez, y me
partía el alma. Empiezo a contar hasta diez, mis
ojos empiezan a pesar y sin llegar al número cinco
ya estaba inconsciente.
Narra Sahir.
Me siento tan impotente al no poder estar al lado
de Hada, el miedo y la preocupación que siento en
este momento me superan, temo a que le pase
algo a la mujer que amo y ni decir de mi hijo.—
Tranquilo cuñado ya verás que todo saldrá bien—
dice Ahmed.—Ya te veré a ti cuando mi hermana
esté dando a luz a un hijo tuyo —conteste
nervioso. Él sonrió.—Déjame decirte que eso será
pronto —añade él emocionado. Espera eso quiere
decir que seré tío.—¿Qué?, ¿en serio?.—
Totalmente Brother. Entonces la figura de mi
hermana se hace presente en ese preciso
momento, le dirijo la mira y la abrazo
fuertemente.— Felicidades —dije abrazándolos a
los dos.— ¿Se lo dijiste Ahmed? —cuestiona
Nabila.— Así es hermana —respondí. — Nuestra
madre estaría feliz por todas estas bendiciones
que estamos viviendo. Ella asintió y después me
abrazó de nuevo. Caminé de un lado a otro, en
espera a que me digan que todo está bien, pero la
espera se hacía interminable. Una hora más tarde
escuchó llamar a los familiares de Hada.—
Felicidades Sr. Al kamal, todo salió bien, su hijo y
esposa está muy bien —añade el médico.
—Gracias al cielo, muchísimas gracias doctor.— No
hay nada que agradecer, en breve podrá estar con
su esposa y el bebé. Nos abrazamos, mi hermana y
Ahmed, felicitándome. Unas lágrimas salen de mis
ojos por la felicidad. Al rato instalan a Hada y a mi
hijo en la habitación.—Habibti — dije
acercándome mientras me enamoré de la imagen
que tenía delante, Hada tiene a nuestro bebé en
brazos. — Soy el hombre más feliz del mundo—
solté besando sus labios.— Y yo la mujer con más
suerte del universo —añade ella. —¿Quieres
cargarlo? — preguntó.— Me da miedo que se me
vaya a caer, sultana mía, está tan pequeño —dije
mirándolo embobado. Hada me ayuda a poner a
mi chiquito en mi regazo.— Bienvenido al mundo
hijo mío, Ali Al Kamal —beso su frente. Ahora sí
puedo decir que mi vida está completa, tengo el
amor de la mujer más maravillosa que he conocido
y un hijo adorable con la mirada de su madre.
Pasaron las semanas y Hada se recuperó, mis
suegros vinieron a visitarnos, y bueno también
para estar presente en la celebración de nuestra
boda que se celebrará en breve. Llegó a casa y
escuché los gritos de Hada, abrí la puerta lo más
rápido que puedo y la veo sollozar
desesperadamente.—Sahir, Ali no está en su
habitación —dice ella.— ¿Como que no está
Hada?, no es posible. Voy a la habitación de mi
hijo y no estaba. Mi celular empieza a sonar y es
Ahmed.—Brother tienes que ir a la terraza del
cuarto de invitado, Yasmin tiene al pequeño Ali y
no sé qué intenciones tienes, pero no parecen
buenas.—Joder... —grité. — Llama a la policía
Ahmed —digo y corro piso arriba. No podía creer
lo que estaban viendo mis ojos.— Yasmin, no lo
hagas... Se gira hacia mí al oír mi voz, mientras
Hada grita por la vida de nuestro hijo, ya que
estaba a punto de lanzarse al vacío con él en
brazos. Nabila sube, me imagino que estaba con
Ahmed fuera cuando vieron a Yasmin en la
terraza.— Hoy moriré con mi hijo, porque este es
hijo tuyo y mío Sahir.— Nooo... estás loca —grita
Hada mientras Nabila la retiene.— Está bien
Yasmin, es nuestro hijo, por eso no le vas a hacer
daño ¿verdad? —le sigo el juego.— Tú sabes muy
bien Sahir que te he amado desde que tengo uso
de razón, te esperé hasta que estuvieras listo, pero
tú te enamoraste de una occidental, te casaste y
ahora aquí estoy dándole fin a mi tormento, a mi
dolor.—Yasmin, por favor no hagas nada de lo que
te puedas arrepentir. Escuchamos las sirenas de las
patrullas de los policías que estaban llegando,
siento como algunos entran a la casa, el resto se
quedan fuera.
— Hay francotiradores alrededor, no hagan ningún
movimiento—me informa el oficial de la policía en
mi oído y después intenté acercarme
lentamente.— Yasmin, vamos hacer algo... Nos
iremos lejos juntos con nuestro hijo, pero para
ellos tienes que bajar de esa silla y aléjate de ahí —
dije según las instrucciones del policía. Ella sonríe
al oír eso de mí, procede a bajar, pero al instante
cambia de parecer y coge impulso para saltar, en
ese momento todo transcurrió a cámara lenta, los
gritos de Hada se escuchan como eco, me apresuro
en saltar por ella para retenerla y no dejarla caer
con mi hijo, un disparo se hace presente y
entonces todo se vuelve negro, todo a mi
alrededor se oscurece.
EPÍLOGO
Nuestras almas están atadas a un hilo tan frágil
que tan solo un movimiento brusco podría ser el
definitivo de nuestra existencia, a veces nos
sacrificamos por nuestros seres queridos, pero es
mejor cerrar los ojos para siempre y salvar la vida
de las personas que amamos.
En mi caso hubiera muerto por mi hijo sin duda
alguna, cualquier padre lo haría. El disparo fue
directo al hombro de Yasmin, por el impacto soltó
a mi hijo el cual atrape con mis manos antes de
que su cuerpecito cayera al suelo, cerré los ojos
suplicando que no saliera lastimado de todo esto.
Lo atraigo a mi pecho cubriéndolo con mis brazos,
mientras la anatomía de Yasmin caía a mi lado
desangrando.— Estas bien mi amor, lo estas, digo
una y otra vez temblando mientras beso su
diminuto rostro. Hada se tira al suelo cerca de
nosotros y coge a Ali, llorando.— Todo paso
habibti —limpie sus lágrimas mientras ella mira a
nuestro hijo. Yasmin sobrevivió al tiroteo, pero
está encerrada en un hospital psiquiátrico, ya que
su mente necesita ayuda.
Un mes después...
Narra Hada.
Tal vez este final feliz no incluya a muchas
personas que he ido conociendo desde que he
pisado las tierras de Oriente, pero lo que sí estoy
segura de que me basta con mi esposo y mi hijo a
mi lado, que todo lo doloroso se quede en un mal
recuerdo y que no influya en nuestro presente ni
mucho menos en el futuro. Amo a mi árabe con
locura y no lo cambiaría ni por todo el oro del
mundo, siempre seré suya y él siempre será mío.
Aquí me encuentro a más de doce mil metros de
altura celebrando mi boda, tal y como me había
prometido Sahir. Un jet privado está decorado con
hermosas flores blancas acompañadas de rosas,
donde nuestros seres más cercanos son testigos de
nuestro amor y felicidad.— Recuerdo aquel día
que regrese a Abu Dhabi me miraste
descaradamente mordiéndote el labio, en ese
preciso instante supe que eras para mi Hada, y hoy
puedo decir que no me arrepiento de nada, ni de
haberte sonreído en ese momento, ni tampoco de
mirarla e incluso no me arrepiento de haberte
hablado mientras tú me provocabas con tus
palabras... el tiempo que lleva mos juntos me has
demostrado lo importante que eres para mi, te
prometo habibti que haré todas tu mañanas
cálidas, tus días llenos de ternura y las noches
largas, te amo Hadassah, mi Hada —dice Sahir
frente a todos mientras estaba parada junto a él
sujetándome las manos. No pude evitar las
lágrimas, me sentía plena con sus palabras, feliz de
cómo me miraba, y orgullosa de ser su esposa.—
Contigo aprendí que el amor puede ser difícil en
ocasión, pero también bondadoso. Me enseñaste
que la cultura y las creencias de uno mismo no
interfiere en la hora de amar a otro ser humano,
me enseñaste que la vida es hermosa, también
aprendí de ti que el amor no le gusta la maldad, y
también puede entender que no hay amores
imposibles que todo es posible si uno lucha por
ello, hoy a más de diez mil metros de altura quiero
agradecerte por el hermoso hijo que me diste,
también quiero que sepas que te amare por
siempre, siempre seré tu habibti y tú serás mi
habibi —respondí a sus palabras donde después
acaba en un beso lento. Los invitados aplauden,
haciendo que en el jet se inundara de las risas y la
felicidad de todos.—El Capitán Fernández, junto a
la tripulación les deseamos a los Señores Al Kamal
un matrimonio feliz —escuchamos cómo habla el
piloto. El avión aterrizó en Turquía, donde la fiesta
seguía. Después los invitados que asistieron
regresaron, Nabila y Ahmed se quedaron con Ali y
así poder disfrutar una luna de miel increíble en
Grecia. No duró más de dos semanas porque
echamos de menos a nuestro bebé, pero esos
catorce días fueron pura magia junto a Sahir.—
Habibiti ya estoy en casa —escuché la voz de Sahir
mientras observo como Ali gatea hacia su padre.
Nuestro bebé ya tenía ocho meses los cuales
pasaron muy rápido.—¿Qué es eso que tienes en
las manos? —dije nada más verlo.— Una nueva
compañera para mis leonas — responde con una
amplia sonrisa.—Sácalo de aquí Sahir —grité
aterrada pero la verdad que exageré solo era una
cría de unos días de nacida. Él suelta una carcajada
y corre detrás de mí por toda la casa para
ponérmela encima.— Vamos sultana no te va a
hacer nada —habla mientras me sigue y el
pequeño Ali sonríe por el espectáculo que estaba
viendo de sus padres.— Dije que no Sahir, sácalo
de aquí, que en breve llegará tu hermana con el
nuevo bebé —le pido con la respiración agitada.
Entonces me doy cuenta de que deja de
perseguirme y se dirige a nuestro hijo donde Ali
juega con la leona como si estuviera jugando con
un juguete.— Sahir, aléjalo de Ali —le pido desde
lejos.— Nuestro hijo tiene los genes de su padre —
añade con orgullo.— Ya veo... —dije con sarcasmo.
Entonces el timbre suena, anunciando la llegada
de mi cuñada. — Bienvenidos —añadí nada más
abrir la puerta a mis invitados.—¿Qué ocurre
Hada?, estás pálida —cuestiona Nabila.—Tu
hermano y sus mascotas —conteste señalando con
la cabeza en dirección a ellos.— Hmm...ya veo —
dice ella con una sonrisa.— Brother, no me digas
que te compraste otra fierecilla —habla Ahmed al
verlo dirigiéndose donde esta Sahir y Ali. Nabila y
yo suspiramos.— Dame a mi sobrino favorito —
cogí en brazos al pequeño Ismael.Al rato me metí a
la cocina para terminar de cocinar con ayuda de
Nabila, después escucho como entra Sahir
diciéndole a su hermana que Ismael estaba
llorando, seguramente tenía hambre.Nos
quedamos solos, Sahir enreda sus brazos por mi
cintura pegando su cuerpo al mío, dejando besos
en mi cuello.— Hada te deseo —habla en mi
oído.— ¿Ahora? —pregunté sorprendida porque
su miembro lo sentía clavado en mi espalda, eso
significaba que me deseaba, pero en nuestra
cama.— Aja Ahora mismo quiero hundirme en ti —
musita haciendo que mi piel se erice.— Amor, pero
tenemos invitados —añadí intentando borrar esa
idea de la cabeza. Él suspira y me suelta, pero yo
actuó más rápido y lo agarro de su torso luego me
paro frente a él.— Esta noche dejaré que me hagas
otro hijo —dije con una sonrisa, lo cual Sahir se lo
iluminaron los ojos al oír eso de mí ya que lleva
pidiéndome otro bebé desde la luna de miel.
— TE AMO HADA.
—TE AMO SAHIR.

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