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Descubre la Biblia l: La Biblia es literatura


@ Sociedades Bíblicas Unidas ,2005
1989 NW 88th Court
Miami, Florida 33172
Estados Unidos de América
www.labibliaweb.com

Diseño de portada: Reyner Azofetfa


Diseño interior: Iosé A. Vargas

ISBN: 97 8-l-9332 1 8-83-0

Impreso en Colombta.
Printed in Colombia.
3M-Ir-20A8-03
La Biblia coma Literatura
Armando J. Levoratti

Desde los üempos más remotos existen poemas y escritos en


prosa que hoy calif,camos de «obras literarias». Pero hasta finales de1
si$o )ilX no se contaba con una palabra que abarcara todos esos tex-
tos. Los griegos empleaban términos que designaban géneros litera-
rios específlcos, como «epopeya», «tragedia», «comedia», «historia»
o «biografra». Los anüguos hebreos hablaban de «proverbios», «ala-
banzas>>, «crónicas», «memorias» o «cantos>1, sin deflnir con mucha
precisión el signif,cado de esos términos. La tradición crisüana, por su
parte, llamó «evangelios» a las obras que l1evan 1os nombres de Ma-
teo, Marcos, Lucas y Juan. Todos estos escritos, y muctusimos otros
procedentes de distintas épocas, reuruan ya las caracterísücas que
hoy se atribuyen a 1as obras literarias, pero solo a paftk de 1a fecha an-
tes indicada se introdujo en el lenguaje corriente ia palabra «literatu-
ra» para abarcar la totalidad de esa clase de escritos.
Hoy nos hemos familiarizado con obras literarias pertene-
l
ftr
cientes a disüntos géneros y podemos identilicar 1os textos que
f
t,.

1,.
suelen incluirse bajo el epígafe de «literatura». Pero aún no se ha
t logrado responder de manera plenamente saüsfactoria a la pre-
i: gunta: «¿Oué es literatura?»
;i: En una primera aproximación podría decirse que la literatura
i..1,
es «e1 arte de la palabra». Esta descripción se funda en ia materia qrre
:*

I 155
La Bil¡tia con-ro Uteratura I-a Biblia con-ro Iileratura

constituye las obras literarias. Así como la pintura utiliza los colores y El principal inconveniente de esta última expresión es que
1a música los sonidos, así 1as obras literarias estan hechas de palabras.
resulta demasiado genérica. «Práctica significante», en efecto, no
Bajo este aspecto, un texto literario coincide con cualquier otra forrna
es solamente 1o que habitualmente se caracteriza como «literatu-
de expresión verbal. Pero en las obras literarias las palabras estan dis-
ra», sino toda actividad que recurre al empleo de signos. Por otra
puestas de tal manera que constituyen una obra de arte.
parte,la carga ideológica no radica en las palabras tomadas aisla-
Esta descripción puede valer como una primera aproxima- damente, sino en el uso que se hace de ellas. Las vanguardias esté-
ción, pero deja en suspenso numerosas cuestiones. No dice, por ücas chocan al comienzo con resistencias y crÍticas desfavorables,
ejemplo, en qué ditiere 1a poesía de Ia prosa, ni proporciona un cri. debido a la presencia de hábitos inveterados que se niegan a acep-
terio para disünguir la literatura de1 lenguaje corriente. Es decir, tar cualquier innovación. Pero únayez que logran imponerse, sue-
no responde a Ia pregunta crucial: «¿En virtud de qué factores una le producirse el fenómeno contrario. Las convenciones propias del
construcción verbal llega a ser una obra de arte?» estilo predominante en épocas anteriores o en otras corrientes es-
Otra aproximación al hecho literario cree acercarse más a téücas se consideran artificiales, atcaicas o decadentes, y 1a afir-
su realidad más profunda cuando 1o deline como «un tipo especial mación del nuevo esü10 no implica la eliminación de toda
de comunicación». La palabra clave es aquí e1 adjetivo «especial», ideología, sino ia sustitución de una ideología por otra.
que se refiere concretamente al carácter estético del discurso que En épocas más o menos recientes 1os métodos de análisis 1i-
establece 1a comunicación. A diferencia de otros actos de comuni- terario han tenido un extraordinario desamollo y han surgido nue-
cación, que tienen casi siempre un carácter pragmático o utilita- vas escuelas y corrientes de invesügación. Estos nuevos enfoques
rio, la comunicación estética es desinteresada. Es decir, su han hecho sentir su influencia en el campo de los estudios bfbli-
principal finalidad es causar placer, aunque también puede-cola- cos, y hoy es frecuente encontrar acercamientos a los textos de la
teralmente-producir otros efectos (como el de promover un de- Escritura que se inspiran en ios nuevos métodos.
terminado estilo poético, el de enriquecer la sensibilidad estética Los autores de la Biblia han dejado muestlas claras de su in-
del lector o el de servir a la difusión de ideas y experiencias). terés por la forma en que transmiten su mensaje. Esta conciencia
Otros teóricos pretenden eliminar del lenguaje científico la de 1a importancia de1 cómo expresar y comunicar un mensaje es
palabra literatura, por considerar que expresa un concepto ídeotó- 1o propio de la función literaria.
gtco. Segun ellos, se habla de literatura para designar el conjunto Con estas dos primeras aproximaciones, aunque imperfec-
de textos valorados por una sociedad, y resulta inevitable que esa tas, podemos introducirnos ahora en e1 tema que nos interesa: «La
valoración esté ideológicamente determinada. Incluye arbitraria- Biblia como literatura».
mente las obras que se ajustan a determinados criterios, y excluye
o margina, con la misma arbitrariedad, los escritos que no respon- La competencia lingüístíca
den a los cánones convencionalmente establecidos. De ahÍ que se
haya propuesto sustituir el vocablo «literatura» por la expresión Cuando una persona escucha una frase o una serie de frases,
«práctica signilicante». Así quedaría descartada una palabra que puede captar su significado porque l1eva al acto de 1a comunicación
lleva en sí una pesada carga ideológica y se emplearía en lugar de lingüÍstica un repertorio notable de conocimientos concientes e in-
el1a un término ideológicamente neutro. conscientes. Aunque oiga esas fiases por primera yez, su
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La Biblia conro Iitcratr-rra La Bibtia cotno literatura

conocimiento de los sistemas que constituyen la lengua (fonológ- Los grandes creadores-Dante, Cervantes, Shakesp eate,
co, sintáctico, semantico) le permite converür los sonidos en unida-
Góngora, Dostoievski-erosionan con frecuencia 1os cánones lin-
des discretas, reconocer las palabras, interpretar las estructuras güísticos e imprimen de ese modo en sus escritos elsello particula-
oracionales más complejas. La prácüca del lenguaje en una determi-
r de su estilo. Pero, sobre todo, uülizan en el grado más alto 1as
nada comunidad idiomática ha hecho que se deposite y exista ür- posibilidades expresivas del idioma. En ta1 senüdo se puede repe-
tualmente en su cerebro un sistema gamaticd, y esa competencia ür con Humboldt y Croce que en realidad no se aprende una 1en-
lingüísüca 1o habilita para emitir e interpretar un número potencial- pa, sino que se aprende a uear en una lengua; es decir, las
mente ilimitado de nuevas construcciones verbales. palabras y las reglas lingüísticas son los elementos que nos propor-
Este simple hecho de experiencia muestra que e1 uso del ciona e1 lenguaje para decir 1o que nadie habÍa dicho antes.
lenguaje, incluso en ia conversación más trivial, es un proceso de
constante creación, cuya principal caracterÍstica consiste en prg-
ducir e interpretar nuevos enunciados en distintas circunstancias
Ejercicio prácüco
y con los lines más diversos.
Es preciso aclarar, sin embilgo, que Ia creatividad puesta en La lectura de1 siguiente texto le permiürá formarse una
acción por la persona que habla o escucha una lengua no es una idea de su competencia linguística. Cuente las palabras cuyo sig-
creación a partir de 1a nada. Cuando alguien habla o escribe, algo nificado ignoraba y subraye las frases o expresiones que no le re-
nuevo acontece, pero la novedad de ese acontecimiento se inscribe sultaron del todo claras. Luego podrá hacer 1o mismo con aigún
texto bÍblico. Por ejemplo, con el Salmo 1ó, en la versión de la Bi-
en 1a intersección de varias realidades complejas y heterogéneas: 1a
blia que Ud. utiliza habituaimente. El siguiente pasaje está toma-
historia, el lenguaje, la cultura, el «autor». En consecuencia, no tie- do de: Rainer Nbefiz, Hístoria de la religíón de Israel en tíempos
ne sentido concebir al escritor o al hablante como el origen absoluto del Antíguo Testamento-ll (Madrid: Trotta 1999), p.467.
de su propio discurso. Tampoco se puede apelu sin más al acto
creadorde un sujeto plenamente consciente de todas sus intencio- Situacíón de los deportados a Babíblonia
nes y de todos sus medios expresivos, que produce con entera liber- «Si para los que habían quedado en la tierra la desaparición
tad y en todas sus piezas una obra concebida de antemano a1 del reino de judá supuso una oleada de dificultades cada vez más
margen del lenguaje. La mejor prueba de esta imposibilidad es la in- acuciantes, para los deportados a Babilonia e1 desüerro signilica-
satisfacción que suelen experimentar los poetas cuando comparan ba, prácticamente, una pérdida de identidad y e1 más profundo
ia obra realizada con ia que habían soñado producir. desarraigo personai y social. No solo habían perdido su patria,
sino también todas sus posesiones y, eo la mayorÍa de los casos, su
Hablar es expresarse en una lengua, y toda lengua es un he-
influyente posición social. Familias enteras se habían visto desga-
cho social, un código compa.rtido socialmente y una actividad go- rradas, o privadas de sus más sagrados vÍnculos de sangre y de
bernada por las reglas de una gramática. Por 1a misma condición vida. Con inconmensurable amargura tenían que vivir la cruel se-
esencial del lenguaje-que es la comunicación-, cada acto lin- paración de sus hermanos y la incautación de sus bienes (Ez
güístico se estructura sobre la base de modelos preexistentes, de 1 1 .15; 33.24). Solo 1a sensación de haber sido violentamente se-

manera que sin el conocimiento de la lengua resultaría imposibie cuestrados mantenía viva su esperanzaenun inmediato retorno y
en una revisión de 1o que realmente había sucedido».
la comunicación verbal.

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La Biblia como titeratura La Biblia colr'lo litcr¿rturra

competencia líteraría La posesión del código lingüístico es solo el primer requisito


por una
para la lectura, porque el texto literario está constituido
entonces el conoci-
Algo semejante es 1o que sucede cuando leemos una obra li- intersección de códigos distintos. Leer implica
teraria. La obra tiene su existencia propia, pero revela su sentido *i.nto de estos códigos: pautas y Convenciones culturales, cáno-
nes estéticos, recursos retóricos y estilísticos,
únicamente al lector que la 1ee desde una cierta perspectiva y que procedimientos de
producto
es capaz de actuaLizat, mediante la lectura, las virtualidades del composición. El texto, a Su VeZ, eS un «intertexto», un
objeto literario. Nadie llegará jamás a comprender y gustar un poe- de oiros textos con 1os que puede formar sistema
o establecer una
ma, ni siquiera el más senciilo, si desconoce por completo las con- ruptura. Así toda escritura, POf innovadola que parczca, supone 1a
venciones de1 lenguaje poético. El conocimiento de la lengua mámoria y la huella de otras, anteriores o contemporáneas.
capacitará al lector para comprender palabras y frases, pero la mis- Una obra literaria no es un objeto sobre el cual bastaría fijar
teriosa concatenación de sonidos y significados que configuran e1 1a vista. La lectura comporta la exigencia
de una entrega, Y hasta
poema será para él poco menos que letra muerta. Para convertir 1a una especie de complicidad: prometemos entregarnos a 1a acciÓn
secuencia lingüística en esiructuras y signilicados literarios es in- del teito. La lectula comporta la exigencia de una entrega. Leer,
dispensable haber internalizado previamente una «gramática» de en sentido estricto, es sumergirse en un mundo aieno, a condición
Ia literatura, de manera que sin esa competencia literaria resulta de haber abandonado el ProPio.
imposible leer una obra coml líteratura. Esta analogía puede pare-
cer dudosa, porque si es obvio que e1 uso del lenguaje corriente
presupone el conocimiento (al menos implÍcito) del sistema iin- Ejercicio práctico
güistico, aún no se ha logrado elaborar algo así como una «giamá-
Lea con atención el siguiente pasaie. En é1, la escritola ar-
tica de la literatura». Sin embargo, es un hecho indudable que
gentina Victoria Ocampo señala un hecho que se impone sin más
resulta imposible acercarse a Ia obra poéüca sin una cierta pre- á1 observador atento. Examine en qué medida también Ud.
po-
comprensión, es decir, sin un conocimiento previo de los factores dría incluirse en la clase de lectores que aquí se describe.
que intervienen en 1a constitución del discurso literario. «Cuando yo veo los libros que se venden en las estaciones
E1 poema no existe para quien no ve en é1 más que un con- de los pueblos suburbanos y miro, en el tren que me lleva de San
junio de palabras. El gusto por la literatura requiere un verdadero Isidro á Retiro y viceversa, la clase de lectura en que se engolfan
Ios pasajeros... pienso que de velas quien ha aprendido a leer tie-
aprendizaje,y es bien sabido cuánto tiempo y esfuerzo hacen falta
ne mucho camino que recorrer antes de saber 1eer. Y que ese sa-
para aprender a leer textos poéticos. Dado que la literatura es un
ber hay que enseñarlo, pues es tan importante como e1 otro.
sistema semiótico de segundo orden, que tiene a 1a lengua como Tengo ántendido que la lucha contra el analfabetismo üene priori-
base, no basta con hablar un idioma para apreciar 1os textos litera- dadén la Unesco . Sur [la revista fundada porV.O.] ha dado priori-
rios esoitos en ese Ídioma. Sin ctuda, nuestra lectura no hace sur- dad a la lucha contra el otro analfabeüsmo, el de los que pueden
gir la obra de Ia nada. Pero la materialidad inertg del libro la leer y no saben leer.»
("La misión dei intelectual", Conferencia dada en 1957 en la Aso-
mantiene como un «puro posible», en espera del lector que la
ciación Pro Naciones Unidas Ana M. Berry).
haga revivir. De hecho, la obra no existe más que en el acto de un
lector que es capaz de recrearla.
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La Biblia conlo literaturra La Biblia como [iteratur.r

La prímordial importancía de la lectura producido en nosotros y no del que debería producir según las re-
glas del juego retórico o críüco.
Antes de hablar de un poema o de una obra literaria es nece- AquÍ es preciso señalar un principio inamovible de toda teo-
sario leerlos, no como profesor o estudiante, sino como lector.Un ría iiteraria: resulta imposible aislar el «sentido» de una obra de su
hermoso libro no está desünado a terminar en el estante de una bi- expresión verbal. En ia medida en que un tex',-o es realmente litera-
blioteca, ni tampoco en una clase de lingüística, de filología o de rio, y no meramente informativo, puede decirse que es su propio
teoría literaria. El paso primero e indispensable es la lectura, el sígnrficado. EI texto no tiene un sentido separable de su expresión
contacto directo con el texto y 1a consiguiente reacción subjetiva literaria, ei cual pueda ser enunciado de cualquier otra manera; ia
de placer, sorpresa, disgusto o indiferencia fiente a1 texto leÍdo. forma en que ha sido expresado en la obra es de hecho el «mensaje»
Tan esencial es esta prirnera etapa que sería un error no de- o el «signilicado» de esa obra. Como ese significado no puede en-
tenerse en elia, o considerarla apresuradamente como un mero capsularse en cualquier otra serie de palabras, todo comentario
paso preliminar, que nos haga saltar enseguida a 1o que importa debe apuntar a iluminar 1a obra para que e1 lector vuelva a ei1a.
realmente: el comentario, la interpretación o la explicacién. La La fusión de forma y sentido es más evidente aún en el caso
obra literaria, en efecto, no es antes que nada un objeto de indaga- de la poesÍa. De hecho, 1a poesÍa es portadora de signilicaciones
ción, de análisis o de explicación, sea de carácter genético, psico- que el discurso en prosa no logra expresar. El senüdo de 1a obra
1ógico, histórico, sociológico, estético o estructural. Más poétlca está de tal manera unido a su estructura verbal, que cual-
importante que cualquier explicación, y que cualquier técnica de quier intento de captarlo al margen o fuera de esa estructura está
explicación, es el contacto con el texto mismo: un contacto inme- condenado al fracaso. E1 equívoco se encuentra tal yez enla pala-
diato y vital, que se da, por ejemplo, cuando abordamos un texto bra «sentido». Sin duda están en 1o cierto los que pretenden que
poético no como un hecho que requiere explicación, sino como todo poema üene un sentido y esperan apropiarse de é1 mediante
poema. una lectura atenta. Pero el error comienza cuand.o se identifica la
Aunque una aclaración nos ayuda muchas veces a compren- significación del poema con una idea o pensamiento desprendido
der por qué una serie de palabras se ha constituido en una verda- de la estructura verbal que 1es sirve de soporte.
dera obra de arte, la poesía no se puede imponer con En el lenguaje no poético, la cefiezade haber comprendido
explicaciones. Más aún, las explicaciones sirven de muy poco si la idea coincide con la posibilidad de expresarla de distintas for-
no hemos experimentado previamente, en la lectura y relectura mas, hasta el punto de poder liberarla de toda formulación deter-
de1 texto, QUe é1 nos agrada o emociona, es decir, que nos afecta minada. E1 primer carácter de la significación poética, en cambio,
personalmente. Si un poema no nos dice nada queda excluida de es por completo disünto. E1 senüdo se encuentra indisociablemen-
raízla posibilidad de establecer una auténüca relación con é1. te unido a1 lenguaje que 1o manifiesta, de manera que la poesÍa,
El análisis de1 texto viene después, como una actividad per- para ser comprendida, reclama una afirmación total de la forma en
fectamente legítima. Pero esa acüvidad fallará en su objeüvo si no que se expresa. E1 sentido del poema es inseparable de las pala-
se basa en una iectura atenta, receptiva, y si no llega a comprender bras, acentos y ritmos; solo existe en ese conjunto y desapaÍece
el porqué del piacer, del desagrado o de la indiferencia que la lec- apenas se intenta separarlo de 1a forma que le ha dado el poeta. No
tura ha producido en nosotros; es decir, del efecto que ha es posible una distinción entre forma y contenido: 1o que e1 poema

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La Bibtia con.ro Iiteratr-rra La Biblia como Literatura

significa coincide con io que es, y el lector que quiera compren- üene existencia por sí mismo como conjunto de sonidos, caden-
derlo de veras debe asumirlo por entero, asimilarlo materialmente cias, imágenes poéticas y valores semánticos. El lenguaje revela en
y percibir su poder gracias a la docilidad con que se entrega a Ia ex- la poesÍa su auténtica esencia.
presividad de1 lenguaje.
La significación poéüca se revela en el poema y solamente
Ejercicio práctico
en él; pertenece a 1a categorÍa de 1o único, y no hay palabras, acci-
dentes o detalles que puedan cambiarse sin empobrecerla o alte- Lea el capítulo 5 de Mateo en distintas versiones de la Bi-
rarla. De ahí Ia necesidad de reprimir el primer impulso de la blia y compare 1as diversas formas de traducir los textos, según los
ruzón discursiva, la cual pretende traducir los versos a una forma desünatarios a 1os que está dirigida cada traducción.
en apariencia más inteligible. El mensaje poéüco no puede comu- Preste atención, por ejemplo, a las distintas formas de len-
guaje:
nicarse por un medio distinto del poema mismo. Por eso el poe- -lenguaje literario y castellano antiguo en Ia versión de Rei-
ffia, cuando es realmente tal, se impone de una manera que na-Valera;
impide toda metamorfosis. -lenguaje literario, preocupado por reproducir palabra por palabra
Si lo signilicado poéticamente se identifica con su expresión los textos hebreos y griegos, en la Biblia de Jerusalén;
y forma con e11a, a1 menos en condiciones ideales, un conjunto in- -lenguaje claro y simple de la versión popular «Dios habla hoy»,
divisible, eIlo se debe a que el lenguaje literario o poéüco no de- que busca ser fiel al sentido de los textos, sin atarse a una traduc-
ción literal que sería poco comprensible para el lector;
sempeña e1 mismo papel que el del discurso ordinario. En la vida -lenguaje de ia «Traducción en Lenguaje Actual», que trata de co-
cotidiana, e1 lenguaje es esencialmente un medio de comunica- municar el mensaje de la Escritura en una forma que sea accesible
ción. Su modo natural es la prosa, que no se somete a medidas ni a incluso a los niños.
cadencias lijas. El verso, en cambio, tiene una forma de expresión
artificiosa, exclusivamente literaria. Sus elementos están rigurosa-
mente organizados según pautas de medida o extensión (el mefto) La «precomprensión» del lector
y de ritmo o sonoridad. El ritmo poéüco es de naturaleza sonora y
consiste principalmente en la organización regular de 1os acentos Lejos de ser un mero recibir pasivamente el contenido de un
y las pausas en un determinado número de sílabas. De ahí que texto, la lectura presupone una interacción dinámica entre el lec-
para apreciar 1a sonoridad de algunos versos particularmente rít- tor y la obra leída. El lector se acerca al texto con expectativas más
micos sea necesario recitarlos en voz alta. 0 menos precisas y aporta ciertamente un mundo personal de ex-
Con frecuencia se confunde eI verso con Ia poesía. Esta periencias y de actitudes concretas, que condicionan la iectura y
confusión se debe a que el verso es la forma más frecuente de ex- desempeñan un papel determinante en ia comprensión del senti-
presión de ia poesía. Pero el verso es solo una forma de expresión do.
literaria. La poesía, en cambio, implica la perfecta fusión de forma La referencia a esta «precomprensión»-que es el presupues-
y contenido. Su significación no radica en una noción más o me- to de toda lectura-no sobredimensiona el papel del lector ni 1o
nos separable de las palabras, la cual posee al margen de ellas su condena a quedar encerrado en su propia subjetividad. 41 contra-
propia inteligibilidad. El lenguaje deja de ser un puro medio y rio: el grado de competencia adquirida en la práctica de la lectura

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La iliblia conlo Iiteratr-u-a La BibLia colllo Iiterat_ura

no obstruye el acceso a1 texto, sino que lo hace posible,lo facilita y La específicidad det hecho literario
enriquece, como e1 dominio del idioma común posibilita la comuni-
cación entre las personas que participan en un mismo diálogo. La obra literaria utiliza e1 lenguaje como medio material de
Es preciso reconocer, asimismo, que hay buenos y malos expresión. El lenguaje poéüco coincide con el funcional o coüdia-
lectores. Esta cualificación no depende exclusivamente de la com- n0 en que ambos constituyen un sistema único (no dos dialectos o
petencia adquirida en 1a práctica de 1a lectura, sino también, y ffiu- sistemas distintos, en relaciones de coordinación, o un dialecto
cho más, de otros factores: el talento personal, 1as experiencias dentro de una lengua general, en relaciones de subordinación).
vividas, ia educación recibida, y todo aquello que üene que ver sin embargo, un texto literario-y, de un modo especial, el texto
con el cultivo y la formación de la personalidad. poético-no es un texto como los demás. E1 lenguaje, en efecto,
Esta presencia ineludible de una cierta «precomprensión» adopta formas distintas cuando se uüliza como medio de comuni-
plantea varias preguntas que no tienen una respuesta fáci1. ¿Cuál cación social (ienguaje funcional) o cuando sirve de medio para 1a
es e1 1ímite entre 1a subjetividad del lector y la objetividad de 1o leí- creación estética (lenguaje poético).
do? ¿Existe tal objeüvidad o la lectura supone siempre un acto de De ahÍ surge e1 problema: si 1a lengua de la literatura no es
invención? De todas maneras, io cierto es que cada lecr.ura cons- distinta de la que se emplea en la comunicación social,
¿qué es 1o
truye el texto de un modo disünto y que cada lector suele deposi- que hace de una estructura verbal una obra de arte?
¿ouZ rasgos
tar en él casi tanto como io que recibe. son los que dan a un texto la categorÍa de literario, mientras que
otros escritos no alcanzan ese nivel?
La diferencia entre un texto literario y el lenguaje usado con
Ejercicio prácüco
fines prácticos se advierte intuitivamente. pero cuándo se pasa de
En el caso específico de 1a lectura se verifica una vez más la apreciación más o menos espontánea a una determinación pre-
esa peculiaridad que pertenece a la esencia misma de la vida hu- cisa de los elementos diferenciales, se está muy lejos de haber
mana y que Julián Marías caracteriza de la manera siguiente: «La dado con una explicación que satisfaga a todas las escuelas de cri
vida humana se organiza siempre desde un supuesto determina- tica literaria. En manos del poeta o escritor, las paiabras que están
do, desde una expectaüva, y esto significa en una dirección que en boca de todo el mundo han sido objeto de una torsión secreta,
le da "argumento". Las cosas de la vida van viniendo, nos salen
de la que ha surgido el poema. La cuestión está en determinar
al encuentro y son acogidas y recibidas por nosotros dentro de
una orientación vital sumamente precisa. Por eso 1as cosas üe- cómo ha podido producirse un salto tan misterioso.
nen un sesgo» (Antropología metafÍsica, Madrid: Revista de La críüca literaria contemporánea aventura respuestas di-
Occidente, 197 0, p. 1 1 3). versas: una peculiar utilización de1 lenguaje, un desvÍo de ia nor-
Sin duda Ud. ama especialmente determinados textos de ma cotidiana, una insistencia sobre determÍnados temas, una
la Biblia. Recuerde algunos de esos textos y explique el porqué construcción particular del texto, un efecto sobre e1 lector.
de ese amor o predilección.
Ninguna de estas respuestas es incorrecta. Todas contribu-
Cada vez que lea la Biblia pregúntese con qué actitud se
acerca a los textos y qué expectativas, deseos o preocupaciones
yen a delimitar el campo de invesügación. pero ninguna da cuenta
determinan o motivan la lectura. del hecho literario en su totalidad, porque siempre que e1 lenguaje
se pone en acción se producen desvÍos y 1a palabra coüdiana

tó7
La Biblia como literaturra La Bibtia comc) liter-atura

transgrede con frecuencia las normas. En cuanto a los temas, no grados, pero no bastan para caracterizarlanaturale za «poélica» de
hay ninguno que pueda considerarse privativo de la literatura. Por un discurso. Esta singular especificidad exige prestar atención no
otra parte, 1o que hoy se considera como literatura no 1o fue en solo a la materia verbal de que está constituido el mensaje, sino
otro tiempo, y formas que antes eran reconocidas como tales hoy también a ciertas estructuras más profundas.
han perdido ese carácter. El poeta y crÍtico francés Paul valéry dice que ei estudio de
En última instancia, la literatura no se define en sí misma este proceso debería investigar «Ios efectos propiamente literarios
sino en un contexto socio-cultural. Son las convenciones de cier- de1 lenguaje», «las invenciones expresivas y sugestivas que se han
tas clases o grupos sociales, a través de sus instituciones, 1as que hecho para aumentar e1 poder y la penetración de la palabra». por
establecen en cada cultura, y aun en cada perÍodo histórico, 1o que tanto, el estudio de 1a «poeticidad» o «literariedad» de un texto re-
cuenta como texto literario. quiere, en primer lugar, establecer, clasificar y evaluar sus ele-
mentos expresivos.
Casi todos los actos lingüÍsticos acontecen en una determi-
Ejercicio práctico nada situación afectiva y manifiestan una emoción más o menos
intensa. Los elementos afectivos se reflejan de algún modo en e1
Ud. ha leÍdo poemas de dislintos autores y sin duda ha me- lenguaje, Y ladesmipción de tales elementos invita especialmente
morizado algunos de e11os. En estos poemas, hay versos o estro- a buscar eI valor expresivo de ciertos sonidos y de sus combinacio-
fas que le resultan particularmente significativos y que acuden a
nes. De hecho, ia materia fónica ofrece un notable caudal de posi-
su memoria de manera espontánea o en determinadas circuns-
tancias.
bilidades expresivas, y todas 1as lenguas poseen palabras
Recuerde alguno de esos poemas y exponga en pocas pala- pintorescas, que presentan una forma curiosa y hasta grotesca.
bras qué caracterÍsticas de forma o de contenido han hecho que Los dialectos, los refranes y las jergas populares son en este senti-
algunos vercos o estrofas quedaran grabados en su memoria. do una mina inagotable de enseñanzas.
Hay también obras literarias en prosa -novelas, cuentos, Particularmente notables en este campo de investigación
ensayos cientÍficos o filosóficos- que le han abierto nuevas pers-
son 1os procedimientos rÍtmicos, ya que el ritmo se aplica a la sus-
pecüvas y que Ud. considera dignas de ser releídas. ¿Oué ha en-
contrado en esas obras para considerarlas especialmente tancia lingüÍstica y agrupa varios acentos y articulaciones dei dis-
valiosas? curso, asociándolos en una síntesis calculada para e1 oído.
Igualmente expresivas son las liguras retóricas que combinan con
arte consonantes y vocales, como las aliteraciones o repeticiones
La expresívídad del mismo fonema en 1a misma palabra o en el mismo enunciado
(el silbo de los aires amorosos), 1as paronomasiasque enfientan
Las diferencias que existen entre los textos poéticos y los en una misma frase vocablos fonéticamente parecidos (compañía
textos en prosa no son únicamente diferencias formales. La poesÍa de dos, compañía de Díos) y las paradojas del trpo que muero
es algo más que discurso organizado con base en cierta cantidad porque n0 muero.
de criterios morfológicos, como 1a versilicación, la rima, las figuras Es preciso tener presente, sin embargo, QUe 1a expresivi-
literarias y los ritmos. Tales criterios intervienen en dis[intos dad del discurso no es un fenómeno de la lengua como sistema

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I-a Biblia conro Iit-eratura La Biblia corlro iiteraturra

abstracto de signos y de 1as reglas que gobiernan la combinación priede ampliar la signilicación del signo o difuminar sus lÍmites
de ios signos. La lengua en sí ofiece de un rico arsenal de ele- para hacerlo ambiguo. Pero 1a libertad de1 poeta nunca llega hasta
mentos fónicos y significantes; pero el caudal expresivo de ese el extremo de alterar por completo el valor que tienen 1as palabras
acervo lingüístico es puramente potencial y debe ser actualizado en el sistema funcional del que 1as ha tomado. /
en ei discurso.
Tomados aisiadamente, los signos lingüÍsticos (las palabras)
Ejercicio práctico
tienen un significado virtual y no se refieren a una realidad deter-
minada. Si buscamos en ei diccionario el significado de una pala- Los Salmos, como la poesía lírica en general, expresan una
bra, puede sorprendernos la pluralidad de sus significados. La notable variedad de senümientos.
palabra «persona», por elemplo, designa a un individuo de la espe-
cie humana y un accidente del verbo y del pronombre. En este ú1- Busque en el Salterio textos que expresan:
-goza
timo sentido determina quién es e1 sujeto de 1a oración: 1a persona
-gratitud
que habia (primera persona: yo), su interloculor (segunda perso- -confianza
na: tú) o alguien de quien se habla {tercera persona: él o ella). -dolor
Unida a un adjeüvo, esa misma palabra pasa a designar una «per- -arrepentimiento
sona física» (cualquiet individuo con derechos y obligaciones) o -indignación
«una persona jurídica» (entidad personificada, que puede ser un -humildad
-esperanza
individuo o un $upo colegiado). -ternura
La actualtzación de un significado con exclusión de 1os de- -admiración
más la realiza el hablante en un enunciado concreto. Si alguien -amargua...
dice, por ejemplo, «¡Qué alegrÍa!», su exclamación puede expresar Trate de identificar las formas literarias uülizadas por los salmistas
alegría o asumir, según e1 contexto, un tono sarcástico o irónico. para expresar tales sentimientos. Fíjese, por ejemplo, en las angus-
Cabe notar asimismo, que si un poeta intenta explorar los tiosas preguntas de Sal 13.2-3 y 22.2.

resortes secretos de la lengua y lievar hasta el extremo el ámbito


de su libertad creadora, se encuentra siempre con un iímite: e1
La Biblia como literatura
lenguaje que uüiiza no debe perder su valor comunicativo. Las
convenciones del discurso poético pueden ampliar e incluso mo- «Los que conocen los tropos», san Agustín-, «los
dificar parcialmente 1as normas válidas para generar sentencias en -dice
reencuentran en las sagradas Letras y este conocimiento 1es ayuda
el lengr-iaje funcional. Pero si el poeta quiere alcanzar para su obra
a comprender mejor esas Letras. Pero no me corresponde ense-
una validez social, si quiere ser entendido-aunque más no sea ñarlas aquí a los ignorantes, para no darme el aire de hacerles un
por una minoría-debe crear su propio modo de expresión dentro curso de gamática. Yo les aconsejo una vez más que las aprendan
de las posibiiidades que le ofrece la lengua. Razones de eufonía
pueden llevario a ordenar 1os signos de manera inusitada o a ensa- / Cf. A. J. Levoratti, «Los géneros literarios (Primera parte)», en Traducción
yar nuevas distribuciones; la búsqueda de un determinado efecto de la Biblia7 / I li 997): 14ss.

t70 t71
La Biblia como Iiteratura La ]libtia como Uteratura

en oúa parte, aunque ya les había dado este consejo. ..» (De doctri- auténtico sentÍdo y a la verdad de 1o alirmado en el texto.iEl libro
na christiana, III, XXX , 40). de Jonás puede servir de ejemplo. Al abrir el libro, e1 lector
se en-
Con estas palabras, Agustín recomendaba a ios lectores de cuentra con un texto narrativo. Esta forma literaria puede hacerle
las Escrituras el estudio de ias ciencias del lenguaje, Qüe los gramá- pensar que en é1 se relatan hechos realmente acaecidos; pero
a
ücos y maestros de retórica griegos y 1a[inos habían desamollado medida que avanzalalectuta, uno advierte que el relato contiene
hasta el punto de producir 1os primeros rudimentos de una teoría numerosos detalles sorprendentes e incluso inverosÍmiles. Alte
analÍtica de 1a iengua y de 1as formas del discurso. Pero no bastaba, todo, no es nada frecuente que un profeta sea tragado por un gran
según el obispo de Hipona, conocer Ia retórica de 1a ornamenta- pez, qúe pase tres días y tres noches en el vientre del cetácéo y
ción y de la persuasión (un arte en que é1 se había formado desde que al fin sea vomitado vivo a la orilla del mar. No menos
inusita-
su juventud y que nunca dejó de practicar con verdadera maes- da es la conducta unánime de los ninivitas, que se convierten y
ha-
tría). Para comprender realmente ios libros santos era necesario cen penitencia con solo oÍr a un profeta extraniero, e insólita
avanzal un paso más; es decir, superar el mero conocimiento de resulta 1a planta de ricino que crece y se seca en un instante.
los artificios oratorios y elaborar una doctrina de| signo, como la Por estos y otros detalles de carácter histórico, arqueológico
que é1 mismo expuso y desarrolló, sobre todo, en el segundo libro y literario, 1a gran mayorÍa de los exegetas contemporáñeos
se in-
de su De doctrína chrÍstiana.Td, preocupación hizo de san Agus- clina a pensar que el libro de Jonás no es úna narración histórica
tín uno de los primeros verdaderos teóricos de esta ciencia, que sino una fícción didáctica o una especie de parábota. Elautor
sin-
mucho más tarde intentaron reelaborar lingüistas y filósofos como tió 1a necesidad de comunicar a su pueblo una ense franzade vital
F. de Saussure y Charles S. Pierce.2 importanc:ia,y consideró que er medio más efic azparulograrlo era
El consejo que Agustrn daba en su tiempo se impone a los construir un relato lleno de ironía y humor. El relato sJp,opone
lectores de 1a Escritura todavÍa hoy. Como la Escritura se da a sí instruir y agradar. su enseñan za rcmpe con el particularismo es-
misma en forma textual, es importante que ei lector tenga en trecho en que se encerraba cada vez más 1a comunidad israelita
cuenta, por 1o menos en iíneas generales, la naturaleza de la co- posexílica y trata de promover un universalismo extraordinaria-
municación lingüÍstica y 1as caracterÍsücas literarias de los distin- mente abierto. Como Jesús se valió más tarde de ias paráboias
tos textos. Desde e1 punto de vista literario, en efecto, Ia Biblia (que son también relatos ficticios) para revelar los misierios
presenta una notable variedad de lenguajes. Hay textos narrati- del
Reino de Dios, asÍ también, enel caso de Jonás, 1a ficción
narrativa
vos, códigos legislaüvos, dichos sapienciales, parábolas, profecÍas, sirvió de vehÍcuio para transmitir un mensaie muy cercano
al del
cartas y esuitos apocalípticos. Muchos de esos textos están esui- evangelio.4
tos en prosa; otros numerosos- son textos poéücos. Los diferentes tipos de literatura cumplen disüntas funcio-
-bastante
En algunos casos, es absolutamente indispensable conocer nes. En e1 mundo contemporáneo hay una inm.nsa cantidad
de
el «género literario» de un determinado esuito para acceder a su
sAJ.Levoratti: 9.
a Las introducciones y comentarios cientrficos al libro de
2 Cf.. Charles S. Pierce, Collected Papers (ed. C. Hartshorney y C. datos arqueológicos e históricos que fundamentan
Jonás exponen los
esta afirmación. Sobre la ense-
Weiss)(Cambridge: Harvard University Press, 2t960);id., Semiotic and Sígnifi ñanza que el libro trata de comunicar puede consultarse
cance (ed. C. S. Hardwick), (Bloomington: Indiana University Press, 1977). la Introducción al libro
de Jonás en La.Bibtia de Estudio Dios habta
hoy.
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|
- T
i

La Bibtia cotr-lo [i{-eratur.r La Bit:Iia corrlo Iiteratura

iibros, folletos y revistas que proporcionan toda clase de informa- que ha empezado a ejercer su influencia en 1os estudios bíb1icos.
ción. En una escala menor, también 1a Biblia presenta una notable En el momento de determinar el signilicado e importancia de un
variedad de formas literarias. La persona religiosa busca en 1os tex- texto, e1 centro de interés se ha desplazado, de 1a intención de1 au-
tos de 1a Esuitura un mensaje personal, e1 cua1le enseñe qué debe tor y de1 contexto original del escrito, a Ia respuesta del lector(the
creer y cÓmo tiene que actuar. Pero hay en 1os textos sagrados 1o- reader's response critictsm). La atención ya n0 queda centrada
gros estéticos de no escaso valot, y 1as ciencias de la literatura tie- en la época de origen del texto, sino en ia lectura y en 1as señales
nen derecho a investigar cómo contribuye el arte literario a que en deterririnados momentos un enunciado o una frase dirigen
expresar con más vigor y belleza un tema, una enseñanza o una al lector. Este método de investigación es complejo, y no todos los
idea. crílicos literarios 1o practican de ia misma manera. Hay muchos y
El poeta Thomas s. Eliot itemía que la Biblia se leyera como variados enfoques posibles, pero todos coinciden en prestar la má-
mera iiteratura, porque es mucho más que eso. OUo $an poeta, xima atención al individuo o a la «comunidad interpretativa» en el
Coleridge ,ó también estaba convencido de que la Biblia era, de al- acto de leer 1a Biblia aquí y ahora.
gún modo, diferente de toda otra literatura, «porque procede de1
EspÍritu Santo». Pero afirmaba al mismo tiempo que esa diferencia
Ejercicio prácüco
se revela a 1os lectores capaces de reconocer su belleza poética y
de reaccionar ante ella. De ahí su enojo contra los «bibliólatras», Busque.en a1gún diccionario o introducción a la literatura el signi-
que estudian interminablemente 1a Biblia como texto sagrado, ficado de los siguientes términos:
pero que rara vezla leen con 1a atención que se dispensa a otras Tropo
grandes obras iiterarias, concretamente (dice Coleridge) a 1os dra- Metáfora
mas de Shakespeare. Metonimia
Sinécdoque
Como todos 1os grandes textos, 1a Escritura conüene nume-
Ouiasmo
rosos pasajes de ia más elevada calidad iiteraria. Una buena parte Onomatopeya
de el1a fue escrita por poetas y escritores de notable sensibilidad e Etimologra
imaginación, que sin dejar de estar involucrados en sus propias
culturas siguen hablando todavía hoy con una voz universal. A1
prestar la debida atención a las cualidades literarias de los textos Nueyos enfoques y perspectíyas
bíblicos, el lector experimenta con una nueva inmediatez e inten-
sidad el poder de la Palabra de Dios. La lectura de 1a Biblia se ha enriquecido en 1os últimos tiem-
Por ú1timo, conviene tener presenie un cambio importante pos con perspecüvas traÍdas a la 1uz del día por 1os «nuevos sujetos
que se ha producido en la teorÍa literaria de estos ú1ümos años y teológicos». La lectura popular de la Biblia y los estudios realiza-
dos desde la perspectiva de la mujer han llevado a descubrir en 1a
5 Thomas Stearns Eliot ( l BBB
- 19ó5), poeta nacido en EE. UU. y nacionali- Escritura líneas de pensamiento y conflictos los cuales pasaban de-
zado inglés, premio Nobel de literatura en 1948.
sapercibidos y no eran tenidos en cuenta por 1a erudición acadé-
ó Samuei Taylor Coleridge (1772
- 1834), poeta inglés, precrrrsor del roman- mica. Las teologías surgidas en África, Asia y en las comunidades
ücismo moderno.

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La Biblia conlo Iiteratura ;'d
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negras de los Estados Unidos han aportado profundos cuesüona- 4t
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mientos, que obligan a releer los textos con nuevos ojos mÍticos. T
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Las teologías latinoamericanas de la liberación han estado casi .1

siempre acompañadas de enfoques hermenéuticos que contribu- ,*


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yeron a profundizar e1 mensaje bÍblico, sus condicionamientos y x
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posibiiidades. De ahí la especial atención prestada a la situación &
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contextual, tanto de los textos como de 1os lectores. g


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El interés por ia situación contextual lleva a plantear pre- T
ii
guntas como las siguientes: ái
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E
].1

¿Ouién lee la Escritura ?


¿En qué situación se encuentran 1as personas o los grupos
que leen la Biblia?
¿Oué presupuestos llevan a su lectura de 1os textos biblicos?
¿Oué esperan encontrar en ellos?
¿Oué pautas de acción extraen de sus lecturas?

Al mismo üempo se ha ido elaborando un nuevo instru-


mental metodológico, surgido especialmente de la aplicación de
las ciencias lingüísticas y sociales a1 estudio de Ia Escritura. Gra-
cias a esta aplicación, 1a verdad revelada en los textos bíblicos apa-
rece ahora mucho más enraizada en el suelo humano, y este
sue1o, con los elementos que de é1 nutren a los textos de la Escri-
tura, son estudiados y expuestos con todo eI rigor que autorizan
1as fuentes disponibles. Por tanto, hoy puede hablarse de una nue-
va primavera en 1a interpretación de la Escritura, 1a cual hace bro-
tar ramas nuevas de la vieja savia de 1as ciencias bíblicas.

Ejercicio práctico

Responda desde su propia perspecüva a las preguntas arri-


ba planteadas.

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