Dos amigos jugando encuentran una máquina que encoge accidentalmente a uno de tamaño de una canica. La niña guarda a su amigo encogido en su desordenada mochila para llevarlo a casa, causando un viaje aterrador para el niño. Después de mucho llanto y esfuerzo sacando cada objeto, la niña logra encontrar a su amigo. Ambos aprenden sobre la importancia de mantener el orden.
Dos amigos jugando encuentran una máquina que encoge accidentalmente a uno de tamaño de una canica. La niña guarda a su amigo encogido en su desordenada mochila para llevarlo a casa, causando un viaje aterrador para el niño. Después de mucho llanto y esfuerzo sacando cada objeto, la niña logra encontrar a su amigo. Ambos aprenden sobre la importancia de mantener el orden.
Dos amigos jugando encuentran una máquina que encoge accidentalmente a uno de tamaño de una canica. La niña guarda a su amigo encogido en su desordenada mochila para llevarlo a casa, causando un viaje aterrador para el niño. Después de mucho llanto y esfuerzo sacando cada objeto, la niña logra encontrar a su amigo. Ambos aprenden sobre la importancia de mantener el orden.
Dos amigos jugando llegan a un laboratorio secreto donde
encuentran una máquina que por accidente encoge al niño hasta hacerlo del tamaño de una canica. Después de tratar de arreglarlo y no encontrar a nadie, la niña recoge a su amigo y lo guarda dentro de su propia mochila para llevarlo a casa. El viaje en la mochila, que estaba muy desordenada, es aterrador, y el niño lo pasa fatal y no deja de llorar con todo moviéndose por todas partes. Cuando su amiga trata de sacarlo de la mochila, al estar tan desordenada no lo encuentra, y después de muchos intentos y muchas lágrimas, decide ir sacando las cosas una a una, dejándolas en su sitio. Gracias a eso al final puede encontrar a su amigo. Ambos aprenden la importancia de tener todo ordenado, incluso dentro de la mochila, y al día siguiente vuelven al laboratorio, donde un simpático inventor hace recuperar al niño su tamaño normal.