Apelacion Ley 600 de 2000
Apelacion Ley 600 de 2000
Apelacion Ley 600 de 2000
Doctor
ROBERTO MORA CASALLAS
JUEZ PRIMERO PENAL DEL CIRCUITO DE DESCONGESTIÓN DE
BOGOTÁ, D.C.
E. S. D.
Distinguido Juez:
Pues bien:
orientan el proceso penal y que por ende garantiza una recta y equitativa
administración de justicia, como lo es el Derecho Constitucional de la defensa y
el debido proceso, siendo por tal modo evidente la necesidad ineludible de
aplicar la extrema solución de NULIDAD, a partir del auto que decretó el cierre
de la investigación y en consecuencia ampliar la indagatoria a mi defendido,
como quiera que nunca le fue endilgado el delito de Cohecho por dar u ofrecer.
Es así como la instrucción debe calificar el sumario, por mandato del artículo
395 de la Ley 600 de 2000, dictando resolución de acusación o resolución de
preclusión de la investigación. Indaguemos por sus fundamentos probatorios:
Según el artículo 397 de la misma obra jurídica, nos dice que el fiscal dictará
Resolución de Acusación cuando:
1
Cfr., Jaime Bernal Cuellar y Eduardo Montealegre Lynnett, El Proceso Penal, Universidad Externado de
Colombia, Bogotá, 1995, p. 477 y ss.
4
No es posible sostener, seriamente hablando, que por estar Marlon Javier Rojas
Arciniegas vinculado a un proceso de extorsión junto con otras dos personas,
debe responder por todos los delitos y faltas de los otros sindicados y de
terceros que tuvieron algo que ver en forma indirecta, o cosa así, y lo que es
más grave aún, si cabe, que tiene que asumir una responsabilidad penal por los
hechos delictuosos que otras personas cometan. Hablando en abstracto, nadie
entiende ni entenderá jamás, que el individuo que estuvo vinculado en un
proceso penal, tenga que enrostrársele un delito que no ha cometido, tan solo
por las “irregularidades” que agoten otras personas que directa o indirectamente
tuvieron que ver con el proceso. No; la responsabilidad disciplinaria o la
penal pertenecen a cada cual por la conducta que le corresponde y que le
ha sido jurídicamente precisada. El hecho, es el hecho del sujeto, que el
ordenamiento ha valorado como un injusto personal, esto es, como un
comportamiento típico, antijurídico y culpable, que es el principio garantista de
la culpabilidad por el hecho. Ni más faltaba que a un sindicado, que, se
repite, responde por su propia responsabilidad, desligado de otras
realidades, se le sumen conductas ajenas en otro proceso penal,
afrontando las acciones de otros, o contestando por lo ejecutado por los
demás, máxime cuando es extraño al quehacer punible que se achaca a
terceros. Me resisto a creer que el curso causal de un comportamiento penal y
socialmente nocivo, y su resultado, o mejor, la vinculación personal del autor
con el hecho, tengan que cargársele a un sujeto que no ha participado en él y
del cual es ajeno en absoluto, hecho respecto del cual -como enseña la doctrina
universal-, no se le puede vincular ni dolosa, ni preterintencional, ni
culposamente, a la manera del bárbaro principio de versari in re illícita etiam.
Según es dicho, el argumento de la responsabilidad objetiva está totalmente
fuera de propósito. Añado, para el mismo efecto, que a estas fechas, ninguna
mente jurista suscribiría la extraña teoría que aquí ha tomado forma y cuerpo,
por atentar y lesionar la dignidad de mi defendido, y en consecuencia, la del
derecho penal.
¿Que indicios se tienen para deducir que Rojas Arciniegas cohechó a la Fiscal
328?, sólo porque a su favor se decretó una preclusión de investigación, ¿se
deduce infaliblemente que Rojas es un cohechador?; la respuesta es no como
expliqué ex-ante.
Es que para muchos el indicio es cualquier cosa; más aún una presunción, una
ocurrencia o un simple parecer lo tornan indicio y a éste lo vuelven grave.
No hay nada más contingente e incierto ni nada menos grave que la presencia
de una persona en el sitio de los acontecimientos. Sin embargo, cuando no hay
prueba ni indicio con el cual “pegar” una detención preventiva, se inventa el
“indicio de presencia” en el lugar de los hechos para motivar por ejemplo una
medida de aseguramiento.
No existe el indicio por ejemplo de mala justificación, porque no hay prueba que
así lo demuestre; NO EXISTEN INDICIOS de que Rojas Arciniegas sea
cohechador.
Aquí hay una simple y pura IMPUTACION OBJETIVA, esto es, enrostrar a una
persona la comisión de un delito con fundamento en la simple relación de
causalidad material. Si el legislador y la Constitución Nacional posibilitaran la
práctica cuestionada, perfectamente se podría prescindir del Código de
Procedimiento Penal y de contera de la Fiscalía y de los Juzgados y sus varias
categorías, para que sea solo la Policía la que proceda a capturar y sancionar a
los delincuentes una vez establecida materialmente la correspondencia entre la
norma penal y la conducta asumida por el agente, posibilidad erradicada de
nuestro ordenamiento penal en el artículo 12, norma rectora que es de
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Hoy se considera que los derechos humanos deben funcionar como una fuerza
legitimadora del sistema político, de un país, por más atrasado que éste se
encuentre en esta materia; por eso los derechos humanos ocupan un lugar
central en cualquier concepción democrática del derecho penal, ya que
aparecen como el fundamento y el límite del derecho penal, o, si se quiere,
como barrera de contención y criterio autorregulador del poder punitivo del
Estado.3
Como dijera el profesor Rodríguez “Que debe existir la prueba dentro del
proceso significa, en sentido contrario, que no basta el simple conocimiento
personal que del hecho tenga el juez. Ese conocimiento privado, de otra parte,
3
Juan Fernández Casrrasquilla. “Los derechos humanos como barrera de contención y criterio
autorregulador del poder punitivo” en el nuevo foro penal, No.39, 1988.
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PETICIÓN ESPECIAL
4
Rodríguez, Gustavo Humberto, Derecho Probatorio Colombiano, Bogotá, Ed. Ediculco, 1976, p.13.
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DERECHO
NOTIFICACIONES