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INFORME SOBRE AVES

y otras cosas que vuelan

POESÍA
Rafael Urretabizkaya

Ediciones De La Grieta

1
Impresión: Ediciones de la Grieta

2
“Compartir este calor, esta fatalidad que quieta no sirve y se
corrompe.” Paco Urondo

“A lo sumo conocerás doscientas cincuenta palabras, mientras que


el patrón conoce unas mil.” Don Milani

“Me pica una palabra.” Felipe (3 años)

—Le vamos a tener que poner un ojo de vidrio.


—No doctora, a mí no me gusta andar engañando a la gente.
Respuesta de mi vecino Manzanita a su doctora,
después de vaciarse un ojo cortando leña.

3
4
Intervenciones y representaciones de autoría estratégica en
Informe sobre aves y otras cosas que vuelan (2011) de Rafael
Urretabizkaya
(Fragmento)

Natalia Vanesa Montes1

La poesía de Urretabizkaya pone en escena la experiencia como


campo de aprendizaje; el humor, como forma sutil de la verdad; la
naturaleza, como extensión y proyección de uno mismo; la memoria
de la infancia y su importancia para la construcción de una
intersubjetividad que nos permita decir 'nosotros', interrogarnos por
quiénes somos, pero también dónde estamos y hacia dónde vamos.
En una entrevista (cfr. Arrieta 2013) a propósito de la novela La
ruina (Urretabizkaya 2013) y a partir de una pregunta referida a la
pertenencia del sujeto a un determinado lugar, Urretabizkaya
responde: "[Y]o creo que la amistad, la infancia, el amor; son patrias.
Uno es de donde está situado y a veces estos territorios no son
físicos. Son espirituales o temporales" (Urretabizkaya, en Arrieta
2013: s.p.). De esta manera, coincidimos con la poeta Graciela Cros
cuando dice que la patria "puede ser también la gente que uno quiere,
los amigos, los afectos, la historia compartida, o, simplemente,
nuestra biblioteca. Esos libros que necesitamos para vivir" (Cros
2015: 17). Esto nos permite pensar que la identidad se teje en ese
contacto con lo cotidiano y con las circunstancias de la vida, en
aquello que mueve, que deja huella, que le pasa a uno mismo y a
otros, en las marcas visibles del mundo y las experiencias vividas, en
lo que leemos y en lo que oímos, porque al igual que Rodolfo Walsh,
Rafael Urretabizkaya cree que escribir es escuchar. En esa identidad,

1
MONTES, Natalia (2015): Intervenciones y representaciones de autoría
estratégica en Informe sobre aves y otras cosas que vuelan (2011) de Rafael
Urretabizkaya. Presentado en el Coloquio Internacional “¿Escribir (d)el
Sur? Funciones, proyecciones e intervenciones de autoría estratégica en
la literatura de la Patagonia. Universidad Friedrich Schiller de Jena,
Alemania. En prensa.-

5
contextual, situada y en permanente construcción, es donde el poeta
va encontrando poesía.
La producción de Urretabizkaya se va resignificando a partir de las
interacciones con otros aspectos del plano social, histórico, político,
simbólico, denotando una posición de sujeto. La identidad se articula
alrededor de estas dimensiones y otras (religiosas, de género, de
clase, etc.), generando modos de actuar y pensar que, a través del
lenguaje, se constituirán como prácticas discursivas. Por lo tanto,
debemos preguntarnos cómo, a través de las estrategias enunciativas,
nos representamos y somos representados. ¿Qué marca la diferencia
entre decir y ser dicho, entre un hablar sobre y un hablar desde? La
respuesta tiene que ver con el lugar de enunciación, aquel desde
donde uno se piensa y desde donde se habla, que no necesariamente
es geográfico. Esto puede verse en el poema "Puntos de vista":

Los pajaritos viejos, jóvenes o niños


son para nosotros: "pajaritos".
Para los pajaritos
las personas ancianas, jóvenes o niños
somos: "ahí vienen esos". (Urretabizkaya 2011: 19)
Urretabizkaya desafía los modelos políticos, económicos y teóricos
que justifican la visión anterior; asume una posición estratégica para
describir el espacio y la pluralidad de los sujetos que lo habitan,
interviene para desmentir los textos fundadores y desmitificar la idea
de Patagonia como un lugar vacío (cfr. Casini 2005), la hoja en
blanco para todas las conquistas. En el poema "La estadística"
(Urretabizkaya 2011: 46), la problematización de una perspectiva
unidireccional es evidente, y la ironía se convierte en un recurso
efectivo que reaparecerá a lo largo del poemario:

Buenas,
yo soy el que aparece en la estadística
y lo agradezco,
me arreglaría con menos, sabe
pero a mis chicos les enseño
a usar la ropa de sus primos,
que no se tira el pan
sin intentar

6
transformarlo en budín o una tostada.
Bueno aquí estoy,
soy el habitante de la Patagonia
vengo
por mi kilómetro cuadrado. (Urretabizkaya 2011: 46)

Al igual que Luciana Mellado, creemos que las representaciones del


espacio se resignifican en cada contexto y que Patagonia no se
reduce a una territorialidad geofísica, sino que nos remite a un
espacio histórico social (cfr. Mellado 2015: 41) que no está libre de
conflictividad y cuya complejidad está dada también por diversos
vínculos sociales, culturales, individuales y productivos. El autor
hace referencia a la política de expropiación y apropiación del Estado
y de las grandes corporaciones para beneficiar a un sector en
detrimento de otros, por ejemplo, en el poema "Ni el loro":

Ahí no vive gente


(el que pone pinos apretados en un sitio
tiene por costumbre armar su patria en otro lado)
[…] No hay allí caminos a ninguna parte,
solo pastos de estepa. […]
Sin embargo, desde mi ventana
veo al fondo y apenitas
un alambrado
que costura la montaña. (Urretabizkaya 2011: 16)

En el fragmento citado se observa una actitud crítica respecto de la


situación que se percibe en la actualidad; sin embargo, también es
posible establecer un paralelismo con los mecanismos de
borramiento y ocultamiento que impulsó el discurso nacional
respecto de la Patagonia durante el siglo XIX, y que constituyeron
violentos procesos de silenciamiento. El poema "Sarmiento"
comienza de esta manera:

Trajo maestras de estados unidos


porque aquí nadie sabía nada,
y gorriones,
porque los brutos pájaros locales

7
tenían harta a la gente
con sus emigradas a destiempo
diciendo pío pío cuando era otra la respuesta
o la pregunta. (Urretabizkaya 2011: 47)

Acordamos con Luciana Mellado en que "cada texto que se refiere a


la Patagonia, directa o indirectamente colabora en la construcción de
una versión de la región" (Mellado 2015: 46). Y creemos que esto
depende, entre otras cosas, de hacer valer nuestras propias versiones.
La literatura, entonces, emerge por esa necesidad de comunicar, de
ser palabra, para dar cuenta de la experiencia histórica, de los
procesos de creación, de las estrategias de auto-representación. Dice
Rafael Urretabizkaya en el poema "Las herramientas":

Las herramientas son muy útiles


yo no piso la calle
sin mi pinza
ni mi pliego de reivindicaciones
[…] sólo funcionan
cuando se juntan
la necesidad con el deseo […]. (Urretabizkaya 2011: 23)

Sabemos que el lenguaje tiene usos ideológicos y performativos. Sus


formulaciones responden a una lógica enunciativa que pone especial
atención en el léxico, en los registros y matices del plano discursivo
que marcan una subjetividad posicionada. Esto se hace visible en
Informe sobre aves y otras cosas que vuelan (2011), cuando los
supuestos se cuestionan y las reglas se transgreden. El autor pone en
marcha estrategias para jugar a su gusto con los nombres propios, en
minúscula escribe: "estados unidos", también "astiz" y "silingo"
(Urretabizkaya 2011: 47, 51, 10). Respecto de estos últimos, Alfredo
Astiz2, ex-marino condenado a prisión perpetua, y Adolfo Scilingo3,

2
Apodado 'Ángel rubio de la muerte', se hizo tristemente célebre en el mundo por
tener entre sus víctimas a varios extranjeros, como las religiosas francesas Alice
Domon y Léonie Duquet, la joven sueca Dagmar Hagelin y varios italianos.
3
Confesó haber participado en dos vuelos de la muerte. Tras haberse probado su
responsabilidad en la muerte de treinta personas y una detención ilegal seguida de

8
ex-militar, condenado a 1084 años de prisión por crímenes de lesa
humanidad, son un símbolo del secuestro, las desapariciones y la
tortura durante la dictadura militar que gobernó de 1976 a 1983.
Ambos personajes nefastos de la historia argentina son mencionados
en el poema "Como la diuca":

No elijo hablar de los vuelos de la muerte


pero qué quiere, mire
si de acá escucho el ruido del motor
a cada rato,
y afino el ojo y se me impone
ese silingo,
haciendo muecas
fumando particulares, así y todo
como si transportara
cajitas más o menos estibadas […]
y hasta los escucho a astiz
haciendo comentarios sobre el río y la marea
y la conveniencia de este sitio o aquel otro, como si él fuera
jac custó. (Urretabizkaya 2011: 51)

Nuevamente en el poema "Informe del tiempo":

En mi pueblo, este invierno


cae agua,
aguanieve,
nieve
escarcha,
ballenas heladas
vidrio molido
heladeras sobrantes del plan blanco,
wales disneys congelados
osos polares
y carnadas y peces,
manuales de 3º enseñando el ciclo del agua

torturas, fue condenado a 640 años de prisión. Ya en julio de 2007, al comprobarse


su complicidad en otras 255 detenciones ilegales, el Tribunal Supremo español elevó
la condena a 1084 años de prisión.

9
[...] cae el cielo en el mundo cae agua otra vez
y más agua
[...] llueven las pesadillas de astiz y de silingo
llueve ese primer mate que escupiste
llueve la única lágrima de Hebe
(madera entre cristales)
sin embargo
no están lloviendo cuerpos
como ayer
sólo ellos
toman sol en este mismo mundo
otro
sólo ellos
entre tanto friolento
en otro idioma
toman sol. (Urretabizkaya 2011: 10)

Hebe de Bonafini, mencionada también en el "Informe del tiempo",


es una activista argentina por los derechos humanos y una de las
fundadoras de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, organización
de madres de detenidos-desaparecidos durante la última dictadura.
Su nombre comienza con mayúscula, un derecho que el poeta otorga
en la grafía y reivindica en la práctica. En el recorrido de la obra,
aparecen otros nombres, que son rescatados de la memoria, puestos
en valor por su singularidad y por la afectividad que mantienen con
el autor, así resuenan "Pilo Lil", "don Arias", "Melón el gato",
"Carlos". Nombres que no andan solos, que vienen con una historia,
entramada con la historia colectiva, vivida, experimentada. Son
marcas que perduran en la memoria y en el cuerpo, que duelen y a la
vez fortalecen, cobran sentido en el presente, y a través de los versos
se activan, hablan las voces desde la Patagonia, como la de Don
Aníbal, o la de Sandra en el poema "Vino Sandra a la cordillera":

[V]ino Sandra y caminamos todos juntos


el rastro
que no usa despedida.
Luego del mate
organizó el aire y el idioma para decir muchas gracias

10
pero la palabra que se le soltó, fue justicia.
Del medio para atrás
sereno
estuvo Carlos
con nosotros
con Sandra [...]. (Urretabizkaya 2011: 26)

Aquí se habla sobre Sandra Rodríguez, la esposa de Carlos


Fuentealba, maestro neuquino, militante comprometido con la
defensa de la educación pública. Fue asesinado el 4 de abril de 2007
por la espalda a quemarropa por un policía de la Provincia del
Neuquén durante un operativo que buscaba impedir un corte de ruta,
en cercanías del pueblo de Senillosa. El hecho causó conmoción y un
repudio generalizado y llevó a una declaración de huelga general
apoyada por las dos centrales sindicales (CTA y CGT).
Simultáneamente los trabajadores de la educación, administrativos y
docentes de todo el país llevaron a cabo huelgas, movilizaciones y
asambleas masivas, bajo consignas como 'Las tizas no se manchan
con sangre'.
Así, la poesía va tendiendo puentes, articulando demandas sociales,
políticas, éticas, con el aprendizaje adquirido y con nuestro lugar
como testigos y protagonistas de los hechos que se cuentan. Permite
que nos interroguemos sobre nuestras acciones y elecciones, sobre
nuestra tarea como críticos, sujetos en el mundo que nos rodea,
resistiendo las múltiples formas de invisibilización. Lo podemos ver
en un fragmento del poema "Cómo evitar las jaulas":

Una opción para evitar las jaulas


es cortarle a los pajaritos parte de sus alas
éste es un método de sujetamiento indoloro.
Lo dicen las personas,
hasta ahora los pájaros no se han manifestado al respecto.
(Urretabizkaya 2011: 18)

Urretabizkaya distribuye en sus poemas dosis de ironía y de


incertidumbre. Astutamente trabaja el lenguaje para dejarle al lector
la posibilidad del intersticio, del ejercicio retro e introspectivo que
implica poner en funcionamiento un mecanismo de interpretación. El

11
humor es un recurso presente en muchos de sus poemas, integrarlo
en el discurso es también asumirlo como parte clave en su existencia.
Por ello, es pertinente la propuesta teórica de Juan Carlos Moisés,
cuando afirma que "lo que está en nosotros, va a estar presente en el
texto" (Moisés 2015a: 68).
En la obra encontramos versos que sugieren una línea de acción, en
términos éticos y afectivos. Dichos versos actúan como consejos,
desde una voz más cercana a la condición humana de imperfección
que al pedestal de una autoridad discursiva. Podemos mencionar en
este caso el poema "Ojo con el alpiste":

Si usted alimenta un pajarito


debe saber que el alpiste es una posibilidad
pero sepa además que el pájaro que come de su mano
en su mano cagará.
Si usted alimenta un hijo
el alpiste también le traerá problemas,
los chicos engordados con semillitas
pierden el envión. (Urretabizkaya 2011: 13)

En el libro aparecen configuradas ciertas voces que constituyen un


proceso de construcción de identidades plurales, producto de la
heterogeneidad (cfr. Artola 2015: 6) misma de la región. También
aparecen las voces que critican el proyecto de nación que fue
moldeando la vida y la conducta de los hombres en manos de la
autoridad atribuida por el voto o ganada por la fuerza. Misma
violencia, con otro olor. Dice el poema "Los dinosaurios":

Los dinosaurios se extinguieron


por una epidemia de odio
o de amor
[…] pero cuando ya nadie retuvo sus anécdotas
se volvieron silencio
[…] ya estuvieron
pero así y todo un día volvieron a nacer.
Con huellas más sutiles
pero pisadas más fuertes
[…]. Volvieron dispuestos a todo,

12
a gobernar por la provincia
a matar al maestro […]. (Urretabizkaya 2011: 49-50)

La poesía de Urretabizkaya se enfrenta con esa visión que desplaza


la historicidad, la complejidad social y cultural de la región,
uniformizando la identidad de quienes habitamos el espacio
Patagonia. Postular una versión implica refutar la que ha sido dada
por otros, partiendo del autoconocimiento y del conocimiento del
lugar en el que 'somos'. En el poema "Los grillos", ambos puntos
están presentes:

[…] ¿hay en mi pieza, una civilización


con monstruo y todo?
[…] ¿pero qué clase de monstruo soy?
¿uno que ni siquiera sabe que lo es?
un desclasado
un maldito desclasado
que cuando dice pan
desconoce al campesino
[…] que cuando dice pan
no dice panadero? (Urretabizkaya 2011: 66)

En el mismo poema se afirma más adelante:

[…] ¿hacen los grillos estatuas de sus héroes?


¿quiénes son sus héroes?
escribanos, abogados, soldados
¿o los buenos cantores?
¿tienen su estatua los grillos asesinos
de grillos originarios?
[…] ¿Hay en mi pieza grillos historiadores?
¿capaces de instalar un relato
y hacerlo atravesar generaciones? (Urretabizkaya 2011: 71)

La realidad (en constante cambio) lo atraviesa en su hábitat, que


también es el texto, el mundo cabe allí y en la Patagonia también
cabe el mundo. En esa Patagonia que va de océano a océano, que
puede lanzar ceniza a cientos de kilómetros usando la cordillera

13
como puente, que un día tiembla y nos convierte en más hermanos de
nuestros hermanos, en sensación mezclada de miedo y maravilla. En
ocasión de un diálogo mantenido hace unos meses a través del correo
electrónico y a pocos días del último temblor ocurrido en Chile este
año, dice Rafael Urretabizkaya:

[E]l agua sube o baja para todos siempre; y los versos, la


ceniza, las olas, todo afecta a todos y es imprescindible que a
la poesía estos cimbronazos de tierra, siempre nueva,
acomodándose las pilchas, le den de soñar y de correr y de
abrigar lo que haga falta. (Urretabizkaya, en Montes 2015:
s.p.)

Emerge entonces algo que lo trasciende, una "voz extraña" que se


mete sin permiso a crear y habitar un nuevo paradigma de
significados:

Esa que realmente no estoy piloteando con claridad cuando


escribo. A mí esto no me preocupa, cuando anda escribiendo
la voz extraña (que es la que se enfrenta a la voz del oficio, la
voz domesticada) le largo el piolín lo más que puedo. Que
diga lo que quiera. (Urretabizkaya, en Montes 2015: s.p.)

La propuesta del autor en Informe de aves y otras cosas que vuelan


da cuenta de ese 'habitar' en una región múltiple y abarcadora; y
también de la construcción emergente de una subjetividad que
reclama un nuevo paradigma de significados. Y esto, como sostiene
Urretabizkaya, algunas veces tiene que ver con la escritura y casi
siempre tiene que ver con la poesía.

14
Bibliografía

Arfuch, Leonor (comp.) (2005): Identidades Sujetos y subjetividades.


Buenos Aires: Prometeo.
Arrieta, Soledad (2013): "En la ruina hay un tesoro. Lo encuentra el
que lo quiere encontrar". En:
http://www.8300.com.ar/2013/08/27/en-la-ruina-hay-un-tesoro-lo-
encuentra-el-que-lo-quiere-encontrar/> (18 de septiembre de 2015).
Arrué, Wille/Urretabizkaya, Rafael (2004) [2000]: Aimé. San Martín
de los Andes: De la Grieta.
Artola, Raúl (2015): "La Patagonia, más acá el mito y de postales
exóticas". En: Mellado, Luciana (comp.): Patagonia se dice en
plural. Comodoro Rivadavia: Edición de autor, pp. 5-7. E-book.
Casini, Silvia E. (2005): "Ficciones de Patagonia. La construcción
del sur en la narrativa argentina y chilena". Tesis doctoral.
<http://uknowledge.uky.edu/gradschool_diss/377> (20 de septiembre
de 2015).
Cros, Graciela (2015): "Identidad y territorio". En: Mellado, Luciana
(comp.): Patagonia se dice en plural. Comodoro Rivadavia: Edición
de autor, pp. 15-17. E-book.
Gerbaudo, Analía (2013): "Funciones y sentidos de la Teoría
literaria. Una conversación entre Josefina Ludmer y Walter
Mignolo". En: Badebec 3.5, pp.155-183.
Hall, Stuart/Du Gay, Paul (coords.) (2003): Cuestiones de identidad
cultural. Buenos Aires: Amorrortu.
Mellado, Luciana (comp.) (2015): Patagonia se dice en plural.
Comodoro Rivadavia: Edición de autor. E-book.
Moisés, Juan Carlos (2015a): "Contra la totalidad". En: Mellado,
Luciana (comp.): Patagonia se dice en plural. Comodoro Rivadavia:
Edición de autor, pp. 67-69. E-book.
Moisés, Juan Carlos (2015b): "Escribir en la Patagonia". En:
Mellado, Luciana (comp.): Patagonia se dice en plural. Comodoro
Rivadavia: Edición de autor, pp. 70-74. E-book.

15
Montes, Natalia (2015): Comunicación personal con Rafael
Urretabizkaya por correo electrónico el 19 de Septiembre de 2015,
s.p. Inédito.
Roig, Arturo Andrés (2004) [1981]: Teoría y crítica del pensamiento
latinoamericano. Edición a cargo de Muñoz, Marisa. Con la
colaboración de Boggia, Pablo E. En:
http://www.ensayistas.org/filosofos/argentina/roig/teoria/indice.htm>
(28 de octubre de 2015).
Said, Edward (2004): El mundo, el texto y el crítico. Buenos Aires:
Debate.
Urretabizkaya, Rafael (1997): Te agarro a la salida. Buenos Aires:
Corregidor.
Urretabizkaya, Rafael (2004): Carlito el carnicero. San Martín de los
Andes: De la Grieta. Urretabizkaya, Rafael (2011): Informe sobre
aves y otras cosas que vuelan. San Martín de los Andes: De la
Grieta.
Urretabizkaya, Rafael (2013): La ruina. Neuquén: Educo.
Urruty, Emilio/Iparraguirre, Silvia/Urretabizkaya, Rafael (2004):
Tierras de aventuras. Relatos australes para jóvenes. Buenos Aires:
Desde la Gente.
Venturini, María Cristina/Urretabizkaya, Rafael/Saavedra,
Ailén/Gobbo, Marcelo (2014): Olvido la marcha que tiene música.
Cuatro poetas de San Martín de los Andes. San Martín de los Andes:
De la Grieta.

16
El porfiado

Desde hace tiempo


un pajarito choca mi ventana.
No sé por qué lo hace.
Adentro de mi casa ya no hay árboles
y justo en estos días estoy yo nomás,
entre papeles.
Hoy insiste de manera especial y me parece
que ocurre que se ve reflejado.
Que el pajarito quiere ir con él mismo,
lucha por eso
tengo la cabeza abollada
de mirarlo.
Él intenta, insiste, de una manera tan porfiada
que mis papeles se largan a nombrarlo
y me sangra la boca.

Gallinas
Pensar que alguna vez volaron
que fueron ellas las novias del cielo
quién las viera ahora
meta y meta todo el día rebuscando comida
esclavas de su dieta
apenas si recuerdan donde dormir.

Está muy claro,


se han impuesto no descansar nunca
tienen terror de recobrar la memoria.

17
El gaviotín

El gaviotín viaja de un extremo a otro del mundo,


toca tres continentes, surca dos océanos,
recorre 40.000 kilómetros,
leí que algunos mueren y que cuando esto pasa
otro lo reemplaza en la formación.
Sin embargo
llevo siglos rastreando un gaviotín muerto
y no lo encuentro.
Conclusión primera: sólo muere lo que se pudre.
Conclusión segunda: el único lugar que queda lejos
es donde no va nadie.

Los patos de las seis

manchas en el cielo
agujeritos
ropa vieja para vestir una esperanza

El canario de la tía

Hay que ver lo bonito que canta el enjaulado canario


de tía Esther.
Ella le da alpiste y le cambia el agüita
mientras se pone un poco azul de las puteadas
que justo suelta alguien.

18
Nidos

El pájaro hizo nido en la antena del televisor


y dijo, “es un buen lugar”
y la pájara que “no”
él que si
ella que no
élquesi
ellaqueno.
Se mataron a picotazos justo cuando empezaba hola susana.

Informe del tiempo

En mi pueblo, este invierno


cae agua,
aguanieve,
nieve
escarcha,
ballenas heladas
vidrio molido
heladeras sobrantes del plan blanco,
wales disneys congelados
osos polares
y carnadas y peces,
manuales de 3º enseñando el ciclo del agua
cae el cielo en el mundo
cae agua otra vez
y más agua
bombitas que nos olvidamos en un balde
(carnaval del ´74)
meadas de la sed de un viernes
con quincena,
caen icberg con restos de titanic
y de la teoría de hemingwey,
cae agua de sequías futuras
19
con reflejos del chivito preguntando ¿dónde?
y la nena ¿por qué?
Y más agua
y agua
y agua
y agua
y agua

llueven las pesadillas de astiz y de silingo


llueve ese primer mate que escupiste
llueve la única lágrima de Hebe
(madera entre cristales)

sin embargo
no están lloviendo cuerpos
como ayer

sólo ellos
toman sol en este mismo mundo
otro
sólo ellos
entre tanto friolento
en otro idioma
toman sol.

Ojo con el alpiste

Si usted alimenta un pajarito


debe saber que el alpiste es una posibilidad
pero sepa además que el pájaro que come de su mano
en su mano cagará.

Si usted alimenta un hijo


el alpiste también le traerá problemas,
los chicos engordados con semillitas
pierden el envión.
20
Deja su base

Deja su base
el zorzal kamikaze
repitiendo un haiku toma vuelo,
sabe que no vuelve
sabe que no,
bañado en sudor y gloria
cruza el cielo
que fondea del hornito de barro a mi ventana.
Es terrible el estampido,
apenas si logra achichonarse
y seguir vivo
seguir vivo
seguir vivo a veces no da mucho prestigio.

El cansancio es un fenómeno de clase


El deportista hace todo su esfuerzo
todo y más que todo
derriba su límite
cruza la meta y se entreveran
bombazos de su corazón con los aplausos.

Cansado de guerra
el soldado vuelve a casa
sucio y lastimado

así,
como el obrero lo hace a diario
come una cosa, duerme, toma mate
se viste de desierto
lo cruza
y vuelve a la batalla.

21
Ni el loro

Mi casa está a mediana altura.


Frente a la ventana
lo primero que veo
cuando me asomo a tomar mate,
es la parte de arriba de un bosque de pinos.
Ahí no vive gente
(el que pone pinos apretados en un sitio
tiene por costumbre armar su patria en otro lado).

Más al fondo hay una loma


en la que se desparraman
una aguada, parece
la huerta, las gallinas y la casa
los errores,
la vida entre el chiflete de una puerta.

De ahí y hacia arriba está la última piola del cordón del Chapelco,
piedra entre las piedras.
Ahí es tan allá, que todavía carga nieve
en tiempo que los chicos reclaman armar la pelopincho.
De ahí vienen los pájaros
que nos presagian los arranques del clima
y nos reclaman cosas que no comprendemos.
Ahí no vive nadie.
No hay allí caminos a ninguna parte,
solo pastos de estepa.
Ahí no hay lugares planos donde aprender a andar en bici
o donde armar una canchita de un solo arco.

Sin embargo desde mi ventana


veo al fondo y apenitas
un alambrado
que costura la montaña en línea recta de la base a la punta.
¿qué de qué, separa ese alambrado?
¿qué origen tiene esa lastimadura?

22
Me grita su presencia
su obstinación
su patética manera de anunciar entre los cóndores
la propiedad privada de alguien
que va a morir con poco

de todo lo que quiere.

Cómo evitar las jaulas

Una opción para evitar las jaulas


es cortarle a los pajaritos parte de sus alas
éste es un método de sujetamiento indoloro.
Lo dicen las personas,
hasta ahora los pájaros no se han manifestado al respecto.

A los hijos también se les puede recortar las alas.


Si se hace esto quedan revoloteando cerca de los padres.
Sólo al principio dan aletazos torpes
de gallina triste,
después
se sientan a vivir equivocados.

La naturaleza es sabia

A los pajaritos
huesos huecos para poder volar,
a los coltros
sueños chisposos para poder volar.

23
Punto de vista

Los pajaritos viejos, jóvenes o niños


son para nosotros: “pajaritos”.
Paro los pajaritos
las personas ancianas, jóvenes o niños
somos: “ahí vienen ésos”.

Dos números de circo

Una vez, en el circo


vimos con mis hijos palomas amaestradas
(pintadas de colores),
que hacían torpemente cosas difíciles.
Sin embargo
y desperdiciando el esfuerzo
nos entretuvimos observando una
que no sabía hacer nada;
sólo volaba en círculos por la parte superior de la carpa
esquivando columpios, redes, reflectores,
desconociendo premios y castigos.

Después vino el número de “destreza capilar”.


Una señora se ató de los cabellos
la levantaron por el cielo aserrinado de la carpa
y la balancearon con la gracia de un container.
Ella sonreía al público como si no doliera
ser ridículo.
Las palomas pintadas lloraban.

24
Las mariposas

Cuando toman conciencia


de su pichín de vida
tiemblan.
Tiemblan
y salen por el aire.

Esa fuente

Los pájaros toma agüita


de la fuente
con más risa que sed,
hacen lo suyo:
(comer cositas, amarse a plumerazos).

Al fondo de la calle
los obreros
se acercan multiplicando su tamaño.
Cuando los ven,
los pajaritos emigran dos
tres cuadras.
De esas tripas criollas
templadas
en el tren de las 4
germina una canción.
Llegan hasta la fuente
remojan su esperanza
y su cansancio,
humectan su salario de charqui
se lavan las heridas
son hermanos y hermosos
¡son invencibles todo un rato!

25
hasta que suena la voz general allá en lo alto
como suena mandona la sirena de la fábrica
entonces
recobran su estatura
los micros
los siembran por los barrios
otra vez,
con más risa que sed
vuelven los pájaros.

Las herramientas

Las herramientas son muy útiles.


Yo no piso la calle
sin mi pinza
ni mi pliego de reivindicaciones

si salgo con mis hijos


agarramos serruchos, martillo, la terraja,
pancartas, pasacalles y dos
o tres cubiertas viejas

motosierra no tengo
ni fusiles
ni violines
si no, los llevaría,
es que las herramientas son muy útiles
pero sólo funcionan
cuando se juntan
la necesidad con el deseo

si esto no pasa
son apenas

26
cachitos de cosas,
naderías
materiales diversos
vacíos de toda circunstancia,
pura retórica
pajaritos (con alas y todo)
pero de esos
que prefieren manguear sobras
en lugar de hacerle gol
al arco iris.

Vino Sandra a la cordillera

Ayer vino Sandra


el viento de abajo tiraba promesas
con su nombre.

En la mirada cargaba una advertencia


tan firme
como dulce

Disparos y chismes la perseguían como cuzcos


ella ni se mosqueaba.

A la hora justa estuvo preocupada,


por la comida de las chicas
por cambiar este mundo.

Se llama Sandra y es una multitud.


Hasta cuando le di un abrazo
me costó distinguirla.

Al paso de la marcha,
desde la cámara de comercio arrojaron misiles

27
y fotos de esquiadores,
las dos cosas se chamuscaron en el aire

vino Sandra y caminamos todos juntos


el rastro
que no usa despedida.

Luego del mate


organizó el aire y el idioma para decir muchas gracias
pero la palabra que se le soltó, fue justicia.

Del medio para atrás


sereno,
estuvo Carlos

con nosotros
con Sandra
la que vino
la que se va
la que se va quedando en cada parte.

Todavía

Los chorizos no vuelan


la aerodinámica los desfavorece
tampoco crían alas

no vuelan
pero quieren.

No vuelan
todavía.

28
Inés

Inés tiene un bebé chiquitito


como es ella,
el bebe nació un poco extrañado
como ella,
trabajó desde antes de salir de la panza
como ella,
un varón lo engendró sin permiso
como a ella,
se confunde entre dos pajaritos y bien muerto se vuela
como ella,
quisiera.

Palomas

Se cagan en la iglesia.
Desconocen con su meca a esos funcionarios del altísimo
y su morada platinada.
Pero se cagan en esa iglesia.
A la capillita del barrio suelen honrarla
con atléticas pasadas de largo.

29
Cra, cre 4

Si me querés creer
creéme
y si no,
cra,
cre,
cri,
cro,
cru.

Las gaviotas

Las gaviotas permanecen en los puertos


gritando chanchadas al viajero.
Son marineros fracasados
que se conforman con envidiar al que se va
y comer sobras.
No obstante
cada tanto alguna
se va en un barco mexicano o turco
a gritar atrás del mundo
cosas bonitas.
Las pocas que se van no extrañan
se extrañan
de saber que gaviotas hay en todas partes.

4
Con bastante plagio a Mauricio
30
Pato zambullidor

Había una vez un pato zambullidor


amigo de los peces.
Los amaba y no podía comérselos.
Una corte de truchas y percas lo acompañó
en mágico cortejo
sus últimos minutos de vida.
No alcanzó a morir de hambre
los peces se lo comieron vivo.

Los días felices

La intifada ataca cañones,


con gomeras de matar pajaritos.
Los pajaritos
están tristes.
El ruido de las bombas
les acalambra el canto,
sólo el zumbido de las gomeras
les recuerdan los días felices.

El chorlito patiamarillo

Viaja del sur de Argentina


hasta el círculo polar ártico.
Enfrenta al rayo
la rabia del hielo
a si mismo y a las furias del mundo.

31
Al llegar (si lo logra)
la patrona lo recibe a preguntazos:
¿Dónde te metiste chorlito?
¡Dónde, dónde, dónde, dónde!

Patio con pajaritos y abuela más atrás

Un pajarito
otro
tres
tres tres
tres
un pajarito
otro

Cómo nos moríamos de risa


La lloica y el gato juegan
hasta parecer felices

las plumas rojas del pecho de la lloica


dos veces rojas
abandonan el juego

32
Envases

se volvió a separar
y otra vez
no tiene envases.

Y vio que casi ya no quedan almacenes de barrio


donde pedir prestado dos,
apenas la indiferencia del supermercado
que te cobra un peso o ¡qué sé yo lo que dice ese ticket!

Pero llegaron los amigos


y en tres o seis veces de esas
recuperaron su rincón
(como Melón el gato que se fue y volvió un día)
sobrando y necesarios,
y a esa hora justa el dolor dejó su convicción metalúrgica
y se hizo pajarito
de ésos que joden de a ratos sí, de a ratos no.

Vuela, sí

Volar vuela
ligero, pero... bué

su poca gracia lo margina


de tomar agüita de la fuente
hacer nido de barro o de pajitas
o en el hueco del árbol.

Volar vuela
¡y ligero como un pedo!
pero no canta ni danza
y así, claro,

33
no es capaz de enamorar la pajarita
que parece lo quiere, pero no.

Vuela el falluto,
pero los pájaros pájaros
comentan en bandadas
¡qué pajarón!

Vuela te digo; pero solo,


es que no logra parecerse más que a él.

Superman
el de la capa distinta que plumas
con la gracia de un cascote
deja a su paso una canción fulera
como si se hubiera pinchado alguna cosa.

Pajarito enamorado
Ella le dice que no
¡basta!
le dice que no y que basta.
Pero él no puede entender
tiene el corazón en otro idioma.

34
Variaciones sobre la verdad

Cuando sonó que al pueblo venían los titanes


fuimos bañados por la luz de un cometa,
salimos a mirarnos por la calle
hasta quedar convencidos que se trataba de nosotros.

El aire fue distinto


no quedó ni un reflejo de esos que éramos antes
las mamás, las vecinas, todo se hizo extranjero
una nueva manera de estar
nos tomó el cuerpo

sin embargo,
alguien que caminaba por Dorrego y hacia abajo
(alguien que iba para el Industrial o capaz, para el lado de Lázaro)
soltó que estos titanes, los que venían a nosotros,
no eran los auténticos
argumentó que a la misma hora que actuaban en el pueblo
también lo hacían por la tele,
y en el pueblo de un primo.

Ahí nomás,
los creyentes retrucamos
que el colectivo de ellos
rajaba por el aire, como loco
no esperaba por nada, no tenía miedo ni le faltaba nafta
que la tele es toda una mentira y ese primo,
un huevón confundido

igual quedó flotando


un calor que nos conocía por el nombre
un aire rezongón
un pensamiento que luchaba desde atrás de la nuca
por tomarnos los ojos de repente
es decir:
donde había brillado una certeza
ahora camorreaba una pregunta.
35
Aunque la cosa era a las ocho
a las dos ya estuvimos,
sin bajarnos de las bicis esperamos así,
de la manera que lo hace el que va a crecer de golpe

a las cuatro llegó el colectivo


(uno de línea, de Morón,
feo pero fileteado
raspado contra todo)
de ahí fumando se bajaron tres tipos
charlaron con Elpidio, el cantinero,
ni miraron a los cuatro paisanos
que jugaban al tute,
después bajó otro más, con tres valijas,
Karadagián no era ninguno

al rato en un torino
llegaron otros cuatro,
tenían anteojos negros de turismo carretera
y unas gorras cancheras
aireadas por los bordes,
fumaban y aunque pasaron rápido
Karadagián no eran tampoco

uno rengueaba un poco, pero no tanto como para ser la momia


que como todos saben
renguea parejo para atormentar a su enemigo

ni el cole ni el torino eran medio ligeros


parecían cascajos que pedían disculpas

con Methol y Galeano entramos primero


y nos sentamos adelante,
se acercó el que había bajado tres valijas
y nos mandó hasta la tercera fila
detrás de una piola

36
arrancaron Tufí Memé contra Pepino
se trabaron y enseguida volaron por el aire,
no aguantaba verlos azotarse contra el piso
tampoco podía cerrar los ojos,
apagaba mi cabeza, la dejaba
como un caldo que se olvida en la olla.

Cuando el Caballero Rojo se trepó a las sogas de la esquina


para reventar por fin a Mercenario Jou, (por quien yo sufría aunque a
él no lo quisieran ni su padre ni su madre)
pensé que ser,
es algo bien difícil
y ellos a un tiempo eran dos cosas,
que luchar disfrazado es regar bajo la lluvia,
y que así y todo estos tipos, se parecían a algo cierto.

La última pelea de la noche


encontró a dos de los buenos:
Karadagián contra la momia.

De golpe supe cosas que me nacieron solas


como nacen el hambre o los granitos,
que Karadagián era el mismo que temprano
me había mandado para atrás
que la momia era el piloto del torino

cuando Willian Bú arrancó el combate


me saltó al cuello con una doble nelson
¡enfurecida! la pregunta:
¿qué cosa es la verdad?

Los luchadores
pelearon algo más
escondidos de ellos,

seguían dándose tortazos


cuando los otros ya cargaban las valijas

37
Tufí Memé recién duchado se arrimó a la cantina,
Elpidio sin mirarlo le sirvió un cinzano,
los cuatro gauchos que jugaban al tute
se tiraron a menos,
con Methol y Galeano agarramos las bicis.

¿la verdad se hace a golpes?


¿son de verdad los gritos de los chicos?
¿la verdad tiene máscaras?
¿es la verdad lo que da cuerda al mundo?
¿es verdad que los buenos siempre ganan?
¿es la verdad lo que hago o lo que digo?
¿lo callado es mentira o es silencio?
¿la verdad viaja en cole, en torino?

No se rescató

entró como soga


había cabida
y durmió
durmió
no se rescató,
hizo, hizo, hizo
dejó ahí;
al borde
la próxima
¡pum!

38
Melón

Mi gato Melón
es un flojo,
no como yo

que desde hoy


lo miro
y me pregunto
por su poca manera de estar

sin perder tiempo


lo miro y me pregunto
¿cómo hace?

lo miro sin descanso


su tenaz abandono de toda circunstancia
de la vida

lo miro (incluso ahora) en que me encuentro algo


perturbado
por los gritos de mis hijos que claman
una cosa

lo miro ¡científicamente! (entiéndase)


indagando
que pasará por su mente felina.

Melón
¡qué gato flojo!
mal ejemplo para la sociedad,
duerme placentero como un inocente
gato de mierda,
duerme sereno como un muerto
en la opaca y exacta
tibieza de la ventana,
parece que sueña en portugués
melodías sin nombre
39
y no despierta
ni siquiera ahora
que mi mujer
a todo ritmo
me abandona

y no hace nada, el podrido


mientras yo
lo miro
y pienso
miro pienso miro pienso miro pienso miro pienso, etc.

Después

La primavera ya dejó su lugar


a la rutina
hay pájaros que emigran a tiempo
y hay pájaros que se cagan de frío

Seco

tiene sueño
tiene frío
tiene calor
está muerta
lo que hizo
los recuerdos de lo que hizo
40
de lo que va a hacer
a ser
lo mal que hicieron otros, por su culpa

el taxidermista nunca tuvo


un trabajo más fácil.
Casi ni le cobra.
Apenas por las bolitas de los ojos
un poquito la molestia
qué sé yo.

El cantri

Hicieron nido en el mosquetal más cerrado y espinoso


para que los demás pájaros y bichos
se pincharan todos si quisieran llegar hasta ellos.
Lo lograron
nadie los molesta
se lastiman solos todo el día.

Lo que saben los maestros

Me dicen
que tengo hormigas en el culo
pajaritos en la cabeza
mariposas en la panza,
que la escuela no es para mí
(¿qué? ¿no es mi hábitat?)

41
La estadística

Buenas,
yo soy el que aparece en la estadística
y lo agradezco,
me arreglaría con menos, sabe
pero a mis chicos les enseño
a usar la ropa de sus primos,
que no se tira el pan
sin intentar
transformarlo en budín o una tostada.

Bueno aquí estoy,


soy el habitante de la patagonia
vengo
por mi kilómetro cuadrado.

Sarmiento

Trajo maestras de estados unidos


porque aquí nadie sabía nada,
y gorriones,
porque los brutos pájaros locales
tenían harta a la gente
con sus emigradas a destiempo
diciendo pío pío cuando era otra la respuesta
o la pregunta.

Vivimos equivocados
hasta que cambiamos lo aprendido a través de los siglos
por la sanata de estas maestras pajaronas
reprimidas
que envejecieron misMeriando
soñando con jinetear un gaucho

42
mientras blindaban su chucha extranjera
bajo doce capas de polleras
y de enaguas.
¡Ay mi tierra! Polinizada por
maestras pajaronas y pajaritos destemplados
hasta que la costumbre,
la vergüenza,
o la patria nos demande.

Gorriones
Los gorriones vinieron en barco,
desde que llegaron
pusieron huevo para hacerse de acá
propios
como de antes,
hasta venirse peronistas
radicales, de Fangio,
hasta hacerse de river y de boca
hasta agarrar color a calzón roto
hasta cantar en medio de los tiros
hasta volar de piquete en piquete
hasta decir pio pio en nuestro idioma
es decir
como lo dice Don Aníbal
cuando sale a buscar sus cinco chivas
o prende el tacho para tomarse un mate amargo
o una sopa clarita.

43
Los dinosaurios

se extinguieron
por una epidemia de odio
o de amor
se terminaron para siempre,
tomando la precaución de dejar sus pisadas a lo Holiwood
ahí por el Chocón, por Cerro Colorado
cosa que los pibes puedan ir con las escuelas
a admirar su desmesura

se llamaban Juan, Marcelo,


se llamaban Tito, Marianela;
pero cuando ya nadie retuvo sus anécdotas
se volvieron silencio,
hasta que algún Carolín se tropezó con su osamenta
y con un ego al tono de ese puchero,
los rebautizó con su apellido como si fuesen hijitos.

Los dinosaurios se extinguieron,


ya estuvieron,
pero así y todo un día volvieron a nacer.
Con huellas más sutiles
pero pisadas más fuertes
con costumbres domésticas
como decir perdón,
traeme,
gracias,
como mentir.
Volvieron dispuestos a todo,
a gobernar por la provincia
a matar al maestro,
no respetaron ni su propia leyenda
defraudaron todos los dibujos
de todos los billiken
que los daban por muertos
por grandotes
rastrudos,
44
apenas por temibles habitantes de un tiempo
en que la fuerza y la astucia
tenían el premio de la supervivencia.

Como la diuca

No elijo hablar de los vuelos de la muerte


pero qué quiere, mire,
si de acá escucho el ruido del motor
a cada rato,
y afino el ojo y se me impone
ese silingo,
haciendo muecas
fumando particulares, así y todo
como si transportara
cajitas más o menos estibadas,
le digo más, lleva un anillo
que le encarcela el dedo
con el que señala un horizonte que niega
y adonde sin embargo se dirige.

No elijo hablar de esto


pero qué quiere que haga
si ese avión revolotea mi ventana
como la diuca,
y hasta lo escucho a astiz
haciendo comentarios sobre el río y la marea
y la conveniencia de este sitio o aquel otro,
como si él fuera jac custó.

No lo elijo,
pero se me impone esa cabina botonuda
donde no faltan perillas

45
ni virgencitas imantadas que atiendan a pedido
las culpas de los sobrios.

No lo elijo
pero me llega la respiración apretada de los compañeros
atrás
cuando en un corito dulce
le hacen noni noni
al sueño que viene de ellos mismos.

Ese sueño
que no sabe caer.

Esos violentos

los pawer reingers,


tormenta ninja
a veces los pawer reingers dino trueno
los pawer reingers fuerza salvaje
pawer super patrulla delta (o sea spd)
los díjimon
pawer rengers fuerza del tiempo
liga de la justicia ilimitada (ahí están la mujer maravilla, superman,
linterna verde, superchica, batman)

no sé qué pensar de estos violentos


que están con los chicos
mientras los grandes nos distraemos en la vida

antes la cosa era distinta,


nos pasábamos la siesta
con la gomera al cuello
bajando pajaritos
palomas, mistos, chingolitos,

46
cachañas, venteveos, cardenales

entre gomerazo y gomerazo


jugábamos con saltamontes,
los poníamos agarrados cabeza con cabeza
y esperábamos a ver cuál era el primero
en arrancársela al otro

los tata dios también servían,


pero no nos metíamos con ellos
porque andaban muy pesados de apellido,
de todas formas a escondidas unos de otros
cuando teníamos uno a tiro
nos gustaba reventarles un pisotazo

a los toritos (esos parientes de los cascarudos)


los ensartábamos de a dos con un palito
y armábamos catangos para que lleven piedritas
de un lugar a otro,
duraban dos tres viajes

los propiamente cascarudos en verano llovían,


apurados pedíamos escobas, los barríamos
y hacíamos en la vereda una fogata cascaruda,
¡era buenísimo!
porque los papás dejaban de retarnos
y nos agradecían,
los bichos explotaban de uno en uno
como un cuete de poca potencia
(como un cuete de esos pedo e´vieja)

después de las lluvias salían los sapos


y atrás salíamos nosotros
a correrlos a boleos

con yilé operábamos escuerzos,


pero porque eran muy raros

47
con bolsas de cebolla armábamos un medio mundo
y salíamos por los zanjones a pescar renacuajos,
a la vuelta los clasificábamos en tres frascos
etiquetados a saber:
renacuajos grandes
renacuajos medianos
renacuajos chicos
les tirábamos comidas y cosas, pero lo mismo
a los dos días se morían. Panzeaba el primero
y atrás iban los copiones.
Los medianos siempre
aguantaban un cachito más
y eso era, de verdad, un asunto interesante

muy de vez en cuando, asesinábamos un gato


decíamos: “para que no sufra”
o alguna otra cosa de ese estilo

perro, que me acuerde, una vez sola


pero fue por una venganza lo más justa,
el dueño de ese animal nos había pinchado una pelota
o ganado muchas figuritas
o una carrera
o algo

caíamos de los árboles como frutas


esperábamos el tren
del lado de adentro del puente de hierro,
nos tirábamos al canal desde lo alto
¡ese canal tenía como un metro de hondo! o quien sabe,
ahí fue que el Pollo Sosa salió pelado en carne viva
y otro amiguito quedó hemipléjico

entre nosotros jugábamos a la lucha:


piquete de ojo, la doble nelson,
a veces nos heríamos
pero nunca llegamos a matarnos

48
Rodolfito
fue el único que murió por esa época.
Ocurrió que una siesta
en lugar de estar jugando
tranquilo
con nosotros
se quedó con su mamá mirando la novela
y cuando salió a hacer pis pasó junto al lavarropa
que perdía agua, mesturada entre el cable pelado

la muerte de un humano
nos parecía algo misterioso
y se nos presentó como una estafa

por la mañana vino la ambulancia


y al otro día nomás, el coche fúnebre.
Rodeamos ese coche, dolidos y asombrados
y lo encontramos sospechosamente parecido
con el coche de batman,
ese violento.

Chau pichón
Salí de viaje y descubrí
que hay en la terminal un perro rengo.
En toda terminal, un perro rengo
espera el ómnibus
justo a la hora que una mamá
despide su pichón.
Los dos fuman pero no
la hermanita
que un poco lo admira,
aunque más que toda cosa
está feliz,
porque le va a quitar la pieza.

49
Tiene el pichón una bufanda de tres metros
que tejieron a dos agujas
entre mamá y abuela,
y también
un cagazo que disimula poniendo cara fiera.

Es que no es fácil irse.

El mundo allá es distinto,


se pierde la pieza

y el único que entiende y espera


es el perro rengo de la terminal
del otro lado.

De flores

Tenía un vestidito nuevo


los demás no lo supieron
pero yo sí

a ella la vestía
a mí me desnudaba

era nuevo el vestido


lo supe
en su mirada
su manera de andar,
pececito por tierra
con su vaivén ordeñaba mi asombro.
Pañomas

Palomas en la plaza

50
pañuelos en la plaza
palomas y pañuelos
vuelan lejos lejos
donde afloja la pena
y un abuelito chifla un tango.

Consejos para un viaje

Hay que estar preparado


para poder ser
el hombre del viaje
el amigo del colectivero,
sentarse en el estribo y que permita
que vos
le cebes mate.

En principio hablarle del motor


si es lento decirle
pero firme
si apenas marcha elogiarle la estabilidad
si no anda fuerte ni es estable
hablarle
de mujeres, lo buenas
que están
en el verano
cuando suben lentas e inestables

si dice que lo miran con indiferencia


largarle
¡epa, epa...!
si no lo miran
que está claro
que se hacen las estrechas,
si lo miran como miran los neneos del paisaje

51
hablarle del tiempo
el tiempo indiferente
esquivo
inestable

si hace frío ponderar


los beneficios del invierno,
si no lo soporta
elogiarle el aguante y la doble alegría
cuando llega el verano
si dice ¡qué verano
si me la paso arriba de este micro podrido!
decirle que las mujeres
los inviernos
los micros
que todo es como él dice y como él quiera
y ahí nomás, solicitarle una bolsita
para cambiar la yerba

tal vez precise tiempo para recuperarse


tres a cinco minutos
pero después hay que soltarle
así es la cosa...
esa palabra debe ir liviana y tramposa
como anzuelo en el río,
que largue un ronroneo
aunque sea un toscazo,
si pica pica
si no se prueba otra
pero contesta
ajhá
y ahí ya es nuestro,
aunque el termo esté medio ordeñado
queda el camino abierto
para chisme o política

del colectivero del otro turno


se estuvo murmurando

52
que la mujer lo engaña

parece, dijo uno que lo vio con un tipo


bien de atrás
era ella, un calco
¿abrazados?
¡peor! disimulaban
caminaban separados
¡ni se hablaban!

ahí es oportuno preguntar


¿vos sos casado?
es probable que el chofer meta un rebaje
para armar su defensa
de sobrepique
hablarle de los viáticos

(las preguntas de este instante deben cargar alta precisión


estamos sin agua y ya no hay mate
que nos justifique en el estribo,
y este lugar es un trono
que un argentino defiende en carne viva)

si dice que no se los pagan


no bajar la reflexión de los alcances de la explotación
del hombre por el hombre,
si le pagan
buscar con la mirada un punto de fuga
entre el velocímetro y los cambios
y tirar
vale la pena tanto sacrificio
lejos de tu mujer, tus hijos, esos amigos
zorros que a lo mejor van cuando no estás
si se larga a llorar
decirle bueno, bueno

que otros ni se calientan


que es mentira que los hombre no lloran

53
ser sensible está bién
¡te felicito!
si comienza con leves convulsiones
respiración agitada (así, como un ronquido)
movimientos espasmódicos
mocos que le nublan la vista
decirle
mirá, mirá
estamos llegando...
¿te dejo el mate acá
o lo guardás en el cajoncito?

Los grillos
a Nano Balvo

¿Qué comen los grillos?


los que viven en mi pieza,
los escucho satisfechos,
no parecen quejarse
yo diría que están bien
felices, gordos,
cantan como borrachos los grillos de mi pieza
desconocen horarios, vencimientos,

¿qué comen?
¿dónde toman agua?
¿cantan, o me piden auxilio?

están hace ya un tiempo


conversan, tienen hijos,
tienen sus líos (me parece)
¿cantan o me putean porque apagué la estufa?

54
¿son siempre el mismo?
¿los mismos?
¿cuántos son estos grillos?
¿dónde están los que mueren?
¿hay en mi pieza un cementerio?
una plaza, un baldío,
un árbol donde dar atrás de él, el primer beso
¿es mi pieza un lugar ecológicamente sustentable?

¿Hay en mi pieza, una civilización


con monstruo y todo?
¿soy, un monstruo ruidoso
bestial
que ni cantar sabe?

que asesina grillos cada tanto


cuando el reloj mete presión de madrugada

¿pero qué clase de monstruo soy?


¿uno que ni siquiera sabe que lo es?
un desclasado
un maldito desclasado
que cuando dice pan
desconoce al campesino, la tierra
la asada, el tractor, la madrugada
la espiga, la alpargata bigotuda
el molino, la refinería,
con todos sus trabajadores
sus esposas, sus hijos,
sus programas de radio, sus horarios
sus planes del domingo
¿un podrido desclasado que cuando dice pan
no dice panadero?

¿dónde duermen los grillos?


¿en qué parte de la pieza?
¿a qué hora?

55
¿hacen el amor o simplemente conectan sus órganos respondiendo a
cambios en el p.h. de su sistema reproductor?

¿y el monstruo?
¿hace el amor el monstruo de la pieza?
¿canta?
¿muere?
¿o el monstruo desclasado sólo se dedica a asustar grillos?
¿por qué no se las agarra con alguien de su peso?
una monstrua ... no sé
un patrón
una banda de terribles asesinos a sueldo,
a ellos que los pise
y les pida perdón de rodillas
si al huir de la cama
aplasta uno

pero
¿es mi pieza entonces un aguantadero?
frecuentado por vagos, asesinos,
gente de esa que en las películas no se les puede oler
el cagazo que traen
y se ven en la pantalla como si no doliera
estar cansado,
como si sufrir
apenas despeinara

entonces
¿es olor a perseguido?
ese extraño olor que hay en mi pieza,
¿es tufo de malandra
que suda,
por no poder juntar lo que desea
con la palabra que lo nombra?

¿qué desean los grillos?


¿cantar, comida, que apague la luz y que me vaya?
¿por qué están escondidos?

56
¿o serán invisibles?
¿existirán los grillos?
¿existirán
mi pieza
las canciones
el monstruo
el deseo
jugar,
ella?
¿existirán los grillos?
¿estarán jugando a las escondidas?
¿mi pieza es el arenero de un jardín de infantes “grillitos”?
¿quién cuenta?
¿acaso soy yo quien cuenta y no lo sabe?
¿soy el que espera que empiece
lo que ya sucede?
¿soy el tan incapaz de reposar
aún publicada la derrota?
¿el que espera el tren
en el océano?
¿quién es la maestra jardinera de estos grillos?
¿dónde está la grilla María Elena
con sus antenitas de goma eva?
¿le tendré que pedir permiso para ir al baño?
¿ayuda?
manzana podrida, ocho, nueve y ¿salida?

¿qué hacen los grillos cuando terminan el jardín?


¿ni siquiera hay primaria
para los grillos de mi pieza?
no servirá para tanto
pero están con otros grillos,
hacen amiguitos y juegan
a
escaparse del monstruo

¿soy la unidad cuatro


del plan de estudios de los grillos de mi pieza?

57
¿hay réplicas en papel mashé
de mis zonas vulnerables?
¿estoy en la página impar del simulcop de los grillos
entre el ciclo del agua y un escudo?
¿tienen los escolares que ocuparse de este tema
o está en manos del ejército?
¡Por favor! a los grillitos que les lean cuentos
y siembren preguntas
pero entonces

¿hay un ejército en mi pieza?


¿el grande es el malo de toda cultura?
¿soy culpable de estar en esta cama?
¿puede el malo ser también el que ignora?
¿hay en mi pieza un sistema educativo en crisis?

Ese único grillo que encontré


duro, intacto, en posición
¿es un grillo vacío
o una estatua?
¿hacen los grillos estatuas de sus héroes?
¿quiénes son sus héroes?
escribanos, abogados, soldados
¿o los buenos cantores?
¿tienen su estatua los grillos asesinos
de grillos originarios?
¿Cantan los grillos de mi pieza?
¿bailan sayas cachafaces
a cococho de Painé?
¿ Chapinean hasta desencastrar pasteras,
o conversan sobre el tiempo que falta
para que me vacíe?
para que desaloje de una vez mi cáscara
su mundo
y deje de monstruar
de entrar/salir,
de manejar el velador de manera
tan arbitraria, que les impide diseñar

58
una costumbre,
un canon del estilo día/noche

¿se desilusionarán cuando vacío,


no sea capaz de hacerme estatua
y me desarme
como todo lo humano?

¿Hay en mi pieza grillos historiadores?


¿capaces de instalar un relato
y hacerlo atravesar generaciones?
¿qué dirá ese relato?
¿dónde pondrá su acento?
¿habrá varias versiones?
¿Unas se referirán al monstruo
como el prendedor de la luz
otras como el que la apagaba, y recordarán
el hecho del olor a podrido
que largó al vaciarse,
como prueba científica de su condición opresora?

Pero entonces,
¿hay entre los grillos debates, opiniones diversas?
¿son los grillos rosqueros como sindicalistas?
¿charletas como tanos atropellando fideos domingueros?
¿Tienen los grillos día domingo?
¿o su descanso esta maneado
al capricho del velador?
¿se respetan entonces
sus derechos?
¿hay grillos organizando aunque sea
un reclamo básico?
como las ocho horas y la ropa de trabajo,
¿opinan abiertamente en la asamblea?
¿se reúnen en el local, la plaza?

¿cantan los grillos?


¿o lo que escucho son las arengas de los convencidos

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sobre la paciencia de los perezosos?
¿o lo que escucho es el silencio de los cómodos
contra el rumor de los visionarios?
¿no sería justo que exijan también
obra social y vacaciones?
salario mínimo igual a la canasta básica
educación y salud
pazpantrabajo,
soberanía sobre un plato de puchero
soberanía sobre un rato de alegría.

¿Son felices los grillos de mi pieza?


¿Son felices en la lucha o
creen que la felicidad
es un premio al fondo de la huella?
¿cantan?
¿o ríen por estar luchando?
¿cantan?
¿o lloran por estar luchando?
¿o cantan, ríen y lloran?
por hallarse vivos.

¿Pueden irse cuando quieren?


¿saben que tras la puerta hay otra pieza
una cocina,
el galponcito
la casita de mis viejos?
¿no se van por miedo o por costumbre?
¿no es acaso la comodidad
una forma del miedo?
¿no es estar verde de sueños
una mala noticia?
¿no es decir “no sé, no sé”
un pedo e´vieja?
¿El tiro que erramos en el blanco
no pega acaso en algún lado?
¿no es ese otro lado, un blanco
desde el momento en que le dimos?

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lo que después llamamos “mis razones”
¿no es azar en exceso?
¿no estaremos confundiendo ideología
con esa esquina donde siempre chocan las palabras?
¿hay para los grillos partidos políticos?
donde los adultos no escuchan los ancianos
para ocuparse de la tercera edad
sin que nadie les rompa los quinotos,
y gobiernan para los jóvenes
a quienes no comprenden,
y para los niños a quienes no temen
todavía.

¿Cantan los grillos canciones melódicas, o


se va acabar se va acabar?
¿el problema de los grillos
es el monstruo de la pieza?
¿o el problema de los grillos es, “los grillos”?
¿ y el problema del monstruo?
es ideológico, político, musical, de clase, de sustento, con los
malandras, la monstrua, él mismo
¿o con los grillos?
¿qué problema tenés vos con los grillos?

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Pilo lil

Eran los días de ensillar al alba


caminar mojando la alpargata hasta encontrar a Luci
desnuda la memoria frescos los dedos,
seguro iba
de cada traspié y de cada paso
invencible.

Por ese tiempo tuve un pájaro en mi panza


no era el mas bello ni el mejor
pero era pájaro. Me habitaba sereno,
me daba de volar.

En esos buenos días


Luci tenía el único reloj de Pilo Lil,
tal vez por eso
escupí semillas y junté frutas
resbalé en el río y salí con peces sesteando en mis bolsillos.

Ese pájaro también me daba de soñar


lo ensillé con abrazos de vecinos y fui por cada casa,
a tiempo estuve para el mate, el asado, la chichoca y la sopa clarita.

En esos buenos días


ocupé el tiempo necesario
en pensar si llovería
si arrancarían con buena luna las pariciones
si don Faco habría atrapado el león que mete daño
si Doña Irene haría el amor o quedaría saltando sola,
si Don Arias escupiría el daño que le habitaciona entre cuero y carne
si el río devolvería algún balsero
si ganaríamos o ganaríamos.
Yo estaba en la casa sola que se ve desde un avión
y lo sabía.

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Autorretrato

Cuando nació mi quinto hijo


empecé a desapegarme
de todo aquello que no perdure

(casi todo es chiquito


comparado con tanto)

luego llegó el sexto


(el presidente no fue mi compadre
porque la tradición en Argentina
tiene líos de género y número)

en lo práctico:
cuando más necesito parar la olla
más me gusta la poesía.

No es un asunto espiritual
se trata de escuchar la rutina
en otro idioma,
si me dicen jabón, colador o los mandados
no habrá manera de mover mis pensamientos de la silla

esto no está bien


no intento justificarme
me pasa
como a otros los problemas de vista
fiebre o cáncer.

Sé que con seis hijos ya no podré jamás


tener miedo a la muerte
(y no se confunda con coraje
¡por favor!)
esto es algo que nace regalado
como un día empezar a disfrutar de los boleros
comer cosas amargas
o la sed de vino tinto
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es decir me vuelvo cada vez más irresponsable
sólo capaz de tener preocupación
por lo que siento necesario
pero claro
¿quién necesita un huevón así?

A las seis y cuarto de la vida


me ha ocurrido un milagro,
pero el podrido
llegó entreverado con las cuentas de fin de mes
y justo a la hora en que me siento con mis pibes
a tomar la leche y hacer los deberes.

Pájaro

¿Cuál de todos
es el que apaga la palabra que los nombra?
¿El que grita en la helada,
el desesperado por la nieve tardía
en medio de pichones que ya nunca?

Basta hoy con mirar por la ventana


para saber que están jodidos,
pero dale con creerlos felices
la mueca de todo lo soñado.

Los pajaritos de nuestra imaginación


hacen rondas y cantan como niños bien alimentados
escapados de la siesta,
pero el que pone la oreja
escucha historias hechas otra vez
de azules y de grises

colores que suelen irse para arriba


pero nunca se vuelan.

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