Gueorgui Plejánov
Gueorgui Plejánov
Gueorgui Plejánov
Nacido en una familia de la baja nobleza con tradición militar en la provincia de Tambov,
Plejánov abandonó en 1875 sus estudios militares y de ingeniería para dedicarse a la tarea
revolucionaria.
En su largo exilio, que duraría treinta y siete años, Plejánov fue abandonando paulatinamente
su bakuninismo inicial y convirtiéndose al marxismo. Aprovechó su alejamiento de Rusia para
completar su formación teórica y leer las obras marxistas que, junto con el fracaso de la
agitación y los nuevos análisis sobre la decadencia de la comuna rusa, le fueron conduciendo
poco a poco a la socialdemocracia. Hasta 1896, la familia pasó gran penuria por la falta de
ingresos y Plejánov hubo de cambiar de residencia en varias ocasiones por problemas políticos;
vivió en Suiza, Francia y Gran Bretaña. Las privaciones lo llevaron a enfermar de tuberculosis,
enfermedad que décadas más tarde acabó con su vida. En 1882 comenzó la publicación de
obras marxistas, en defensa de la actividad política y socioeconómica. Fracasados los intentos
de reunificarse con los terroristas rusos, fundó junto con otros exiliados el Grupo para la
Emancipación del Trabajo, una organización para redactar publicaciones marxistas, la primera
organización marxista rusa. En las obras para el Grupo, Plejánov sentó los fundamentos del
marxismo ruso, con su convicción sobre el parecido de la evolución en Rusia y la de Europa
occidental, las dos etapas para alcanzar el socialismo, la importancia de la conciencia de clase,
la del proletariado urbano, así como la relevancia de la intelectualidad radical. Sus tesis
influyeron a toda una generación de revolucionarios.
Poco después del congreso, empero, Plejánov rompió con Lenin y se acercó relativamente a los
mencheviques. Sus intentos de reunificar a las fracciones fracasaron y su influencia en el
partido fue decayendo. En la Revolución rusa de 1905 promovió, con escaso éxito, la
cooperación con la burguesía contra la autocracia. Favorable a la inclusión de los trabajadores
en las organizaciones laborales legales para fomentar el desarrollo de su conciencia de clase,
se opuso, no obstante, a los liquidacionistas, que deseaban acabar con las organizaciones
clandestinas del partido y limitarse a las primeras.
Durante la Primera Guerra Mundial abandonó su primer internacionalismo para defender una
postura nacionalista e intensamente defensista, favorable a la Entente en la guerra, que no
gozó de popularidad en Rusia. Tras la Revolución de Febrero de 1917, regresó a Rusia, donde
su actitud favorable a la cooperación con los partidos burgueses y la continuación del conflicto
bélico lo aislaron del grueso de los socialistas. Opuesto a reformas radicales, rechazó de plano
las posiciones radicales de los bolcheviques. Contrario a su toma del poder, auguró el
advenimiento de la guerra civil antes de exiliarse en Finlandia, donde murió en la primavera de
1918.