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EL SECRETO DE

LOS 14
CENTÍMETROS
ÍNDICE
PRÓLOGO - ¿EL TAMAÑO TE
HACE BUEN AMANTE?

ANTES DE LA ACCIÓN

- Convéncete de que puedes ser el


mejor en la cama.

- Deja atrás las expectativas poco


realistas.

- Aseo, aseo, ¡aseo!

- Hombre precavido vale por dos

- En la cita…

- Genera el ambiente propicio

EL JUEGO PREVIO

- Llévalo con calma

- En busca del punto G

- Las tetas

De los costados hacia el centro


Deja los pezones para el final

Y ahora sí, los pezones

- Échales ojo (y mano) a otras zonas


erógenas

USA BIEN LA LENGUA

- El cunnilingus perfecto: una


combinación de ganas y técnica

Manos y lengua trabajando en


simultánea

Cunnilingus con succión

Humedeciendo

Que ella se siente sobre tu cara

Estimulación por partida doble

NO ES UNA CARRERA POR EL QUE


LLEGUE MÁS RÁPIDO

- Descubre la causa de tu
eyaculación precoz

- No seas egoísta
- Ejercicios de Kegel

- El edging

- Busca posiciones que te permitan


retrasar el orgasmo

De pie

Ella encima

Menos fricción para ti

Posiciones de alta estimulación

- También se trata de estar presente

CUESTIÓN DE ACTITUD

VOLVIENDO AL PUNTO G

- Presionar en vez de masajear,


variando el tipo de estimulación

En cuatro

La profunda

La dominante

En cucharita
La amazona

El ventilador

La flor de loto

La dulzura oriental

El sacacorchos

LLEGA VICTORIOSO DESPUÉS DE


VARIOS ROUNDS

- La división entre orgasmo y


eyaculación

Aprende a controlar la
eyaculación

Maneja la tensión sexual

Aprende a respirar

Presión en puntos clave

- Y después de venirte… ¿game


over?

Haz ejercicio

Una dieta balanceada


Mastúrbate menos

EL SECRETO DE LOS 14
CENTÍMETROS

- Para llegar más allá

La profunda

De nuevo, el perrito nunca


falla

La catapulta

Ayúdate de una almohada

La tumbona

El delfín

El águila

Las llaves cruzadas

El héroe

La pierna arriba

La mariposa

Una vez más, el sacacorchos


Nirvana

La esfinge

Cabalgar de forma inversa

El caracol

- La técnica de contar

- Eres más que un pene

EPÍLOGO – LA FÓRMULA PARA


DESCUBRIR EL SECRETO
PRÓLOGO
¿El tamaño te hace
buen amante?
El tamaño del pene siempre ha sido una
de las mayores preocupaciones de los
hombres, siendo motivo de orgullo o
complejo según sea la medida. Pero más
que eso, la gran preocupación de muchos
hombres, más que el tamaño en sí, es no
estar a la altura de las expectativas de su
pareja sexual, no despertar la pasión en
ella y no hacerla tener orgasmos.

Antes que todo, el tener unos centímetros


de más o unos centímetros menos son
algo que la genética y la naturaleza le
asignan a cada hombre y no hay mucho
que hacer al respecto.

Si no tienes más de 15 centímetros, eso es


algo que debes aceptar sin que te lastime
la autoestima y haciendo lo mejor para
que esa falta de centímetros no incida en
tu vida sexual.

Una vez escuché a una mujer madura


que ellas prefieren “chiquito y juguetón
en vez de grande y dormilón”, por lo que
estoy absolutamente seguro de que unos
14 centímetros pueden ser todo un
parque de diversiones para una chica si
tienes la técnica, la percepción y la
sabiduría para ser el mejor polvo.

Bien dice un amigo que las personas


debemos cultivarnos en muchos aspectos
y uno muy importante es en algo que él
llama “cultura sexual”.

A lo que él se refiere es que las personas


tenemos que conocer nuestro cuerpo y
conocer nuestro potencial para provocar
placer en nuestras parejas. Hay que estar
abiertos y ser muy observadores para
saber qué es lo que la mujer que está con
nosotros desea.
Es hora de que dejes atrás todos esos
complejos y no sólo con tu pene. Los
complejos con tu panza, con la falta de
músculo, la cara, la falta o exceso de vello,
las marcas, las cicatrices y todo eso. Tú
siendo quien ya eres tienes todo el
potencial para hacer sentir a una mujer.

Claro, esa cultura no surge de un día para


otro. Es algo que se construye y se cultiva,
por lo que he escrito este libro en el que
te doy consejos muy prácticos en que
incluyo las opiniones textuales de varias
mujeres, para ir mejorando tu propia
sexualidad y dándole a tu vida sexual el
empujón que necesita.

En este libro aprenderás a:

- Conocer tu cuerpo y el de tus


parejas sexuales.

- Comunicarte de manera más


profunda con las mujeres con las
que compartes intimidad.
- Experimentar orgasmos más
intensos.

- Extender el placer retrasando la


eyaculación

- Variar en posturas y en puntos de


estimulación para que tu pareja
disfrute mucho más.

- Dominar técnicas que te satisfarán


a ti y a tu pareja.

- Hacer llegar a tus parejas al


orgasmo.

- Ser un MAESTRO DEL SEXO


sin importar el tamaño de tu
miembro.

Quiero que te liberes de tus temores, de


tus complejos, de tus inseguridades y te
abras a explorar tu sexualidad. Estás
hecho para ser un excelente amante y
provocar la locura en cualquier mujer.
Sólo cree en ti y practica lo que
aprenderás a través de estas páginas.

¡Está en ti descubrir el secreto de los 14


centímetros!

ANTES DE LA
ACCIÓN
Después de unos besos fogosos, ambos
sienten que el calor se les sube a la
cabeza, la respiración se les hace más
profunda y el corazón les bombea a mil.
Tú le propones que vayan a tu casa para
estar a solas y ella responde, con una
sonrisa de complicidad, que sí, ¡que de
una!

Sí. Van a tener sexo.

Pero rebobinemos la película aquí,


porque antes de que pasemos a la acción,
hay unas cuantas recomendaciones que
debes tener en cuenta para que todo salga
a la perfección.

Convéncete de que
puedes ser el mejor en
la cama
Antes de aprender cualquier truco o
mejorar tu rendimiento en la cama, tienes
que dejar esa presión sobre ti mismo y
dejar de pensar que eres un perdedor por
no saber cómo sacarle un orgasmo a una
mujer.

Nadie nace sabiendo y todo ser humano


está en proceso de aprender.

En cambio, si has pensado que no hay


arreglo para la vida sexual poco
s ati s f a c to r i a y a bu r ri d a, n o h ay
posibilidad de que la cosa mejore.
Es importante que seas muy honesto para
reconocer las cosas en las que has fallado
y p u e d e s m e j o r a r a c e rc a d e t u
rendimiento y destreza en la cama.
Asimismo, requiere mucho valor para
cambiar.

Esto puede tomar tiempo, porque el sexo


está lleno de variables y complejidades
que no vas a dominar de un día para otro.

Y no importa qué tan hábil llegues a ser.


Siempre puedes aprender un truco nuevo
y mejorar.

Deja atrás las


expectativas poco
realistas
Sé realista con tus expectativas sobre lo
que será el sexo y lo que descubrirás
cuando compartes intimidad con una
mujer.
El sexo que se ve en el cine y en los videos
por no pueden crearte una visión
trastornada y cero realista del sexo y la
expresión de la sexualidad.

Si bien el porno puede ser muy excitante


y p u e d e n v e rl o e n p a r e j a p a r a
despertarles la imaginación y las ganas,
no son guías sobre lo que se debe hacer
en la cama.

Sí, hay quienes toman estas escenas como


manuales sobre qué conductas son
apropiadas en el sexo y sienten que esa
representación del cuerpo es la forma
apropiada en que una persona
sexualmente exitosa debe lucir.

Penes demasiado grandes que siempre


están erectos, eyaculaciones en gran
cantidad, atractivo físico y cuerpos
musculosos son la representación común
que se hace del hombre en los videos
porno que a algunos los puede hacer
sentir cohibidos y avergonzados de no
tener los centímetros que quisiera o el
torso marcado.

Pero déjame decirte que eso no es ningún


obstáculo para que puedas ser un buen
amante y satisfacer a una mujer.

En el caso de las actrices porno, tetas


grandes, cuerpos depilados por completo,
vaginas operadas que las hacen ver más
pequeñas, cero manchas, mujeres
dispuestas a ser penetradas por mucho
tiempo, que se tragan el semen, que
siempre están excitadas y nunca parecen
quejarse por nada.

En la vida real y en el sexo real, amigo,


las mujeres que conocerás podrán tener
gorditos, estrías, celulitis, vellos, vulvas
con formas diversas, olores y no todas
están dispuestas a tragar semen, a dejarse
hacer creampie, aceptar un trío con otra
mujer o que les des por detrás.

También habrá mujeres que no quieran


que les toques las tetas o que la
penetración vaginal les cause cierto dolor.
Es la vida real, es normal y eso no debe
frustrarte ni desilusionarte.

Entiende que lo natural también es


atractivo y las mujeres pueden ser muy
atractivas sin tener que verse todas
iguales.

Tampoco te desinfles si ella siente dolor o


mucha sensibilidad. Si eso sucede, como
el excelente amante que eres, aprende a
pilotearlo y explora con ella nuevas
formas de placer sexual.

Es cierto que los hombres sentimos la


presión a veces de que tenemos que guiar
la situación, que tenemos que estar
siempre parolos durante la relación, que
siempre estamos con ganas… Y no
necesariamente es así.

Hasta al mismo Nacho Vidal


seguramente se le habrá bajado la
erección en alguno de sus encuentros
sexuales, y eso no te hace menos viril ni
mal polvo.

Un bajón de la erección es una cuestión


que puede darse por estrés, por cansancio
o preocupaciones, y está en ti crear una
nueva experiencia a partir de eso.

En caso de que llegue a sucederte, lo cual


no debe asustarte, avergonzarte ni hacerte
sentir mal, proponle a ella algo distinto a
la penetración y dedícate al placer de ella.
Es una excelente opción en caso de que se
te presente una situación así.

“Mi novio estuvo tomando un tratamiento


un tiempo y los primeros meses, como efecto
secundario, le costó mantener la erección y
su eyaculación se retrasaba demasiado. Él
se frustraba mucho, porque a veces
empezábamos y a los minutos se le bajaba.
Pensarán que eso fue una crisis en la
relación, pero ya no lo vemos así.
Empezamos a buscar otras opciones para
darnos placer y él se dio cuenta de que el
placer no estaba únicamente en su pene.
Nos redescubrimos como pareja y como
que, de alguna manera, reconfiguramos
nuestra sexualidad. Fue muy interesante
eso.”

Pensarás que las mujeres la tienen fácil en


estos asuntos, pero no es así. Ellas tienen
que enfrentarse a los tabúes, al
slutshaming por disfrutar abiertamente de
su sexualidad, a los complejos con
respecto a su cuerpo. Muchas no son
capaces de llegar al orgasmo y eso las
frustra.

Así que si los dos tienen buena química y


se dan la seguridad de que pueden
satisfacerse mutuamente, mejor será el
sexo.

Por lo pronto, empieza a ver la diferencia


entre el sexo real y lo que se ve en el
porno. Lo que ves ahí es entretenimiento,
no material educativo.

Además, ten una visión equilibrada y


racional de las cosas. No porque el sexo
real no se parezca a las cosas interesantes
que presenta el porno, no significa que no
puedas tener sexo emocionante, que no
puedas explorar cosas divertidas o que no
puedas saciar tu curiosidad.

Para esto debes trabajar e ir practicando.


Poco a poco te darás cuenta de que el
sexo te resulta mucho más satisfactorio,
que cada vez te sientes menos cohibido
para decir lo que quieres y lo que te
gustaría hacer. Y no necesariamente tiene
que ver con lo que has visto en el porno.

Lo que es emocionante para unos, tal vez


no llame la atención de otros. Así que
para llegar a un sexo pleno, la opción es
probar con diferentes mujeres y descubrir
eso que funciona para ti y la clase de
pareja con la que quieres experimentar el
sexo más a fondo y por más tiempo.

Si crees que sea necesario, puedes


asesorarte de un terapeuta especialista en
sexología que aclare tus dudas y
confusiones. Pero quien a la final debe
resolver esos asuntos, son tú y la chica con
la que estés. Negociación, comunicación,
honestidad y consentimiento son las
claves.

Aseo, aseo, ¡aseo!


Parecerá una obviedad, pero ¿sabes
cuántos encuentros sexuales se han
echado a perder por un descuido en el
aseo y la higiene?

“Me había visto con el man en un bar y


nos habíamos tomado unas cervezas.
Había atracción y cuando nos besamos, de
una supe que nos íbamos a acostar.
Tomamos un taxi hasta su apartamento y
estando allá, le pedí el baño para orinar.
Entré y casi me vomito. El piso del baño
estaba negro y me imaginé que no lo había
lavado en una eternidad. También su
cuarto estaba hecho un asco, la cama
estaba sin tender, había ropa sucia tirada
en el piso y olía mal. Me dio tanto asco
que le inventé que había una emergencia en
mi casa y tenía que salir volada. No quise
volver a verme con él.”

Tu espacio indica quién eres y la clase de


vida que llevas. También debes estar
presentable para la ocasión. Así que para
e s t o t e voy a d a r u n a s bu e n a s
recomendaciones que debes hacer antes
de tener una cita, porque uno nunca sabe
si la cita tendrá un remate bajo las
sábanas.
- Buena higiene oral. Cepíllate bien
los dientes, usa enjuague e hilo
dental. También mantén a la
mano unas pastillitas de menta.
En la cita, evita comidas muy
condimentadas con ajo, como la
comida árabe, porque eso podría
ser desagradable cuando lleguen a
besarse.

- Dúchate bien. Usa champú y


jabón, y enjabónate bien el
cuerpo. Frótate jabón en las axilas
y otras partes del cuerpo que
sudan demasiado mínimo unas
tres veces y lávate bien el pene y
atrás.

- Usa desodorante, talco y una


buena fragancia. Procura que tus
pies no huelan, que tus zapatos
estén limpios y que toda tu ropa
huela bien.
- Limpia tu casa antes de salir. Saca
la basura, barre un poco, lava los
platos, cambia el juego de sábanas
de la cama. Que toda tu casa
(especialmente tu habitación y el
baño) esté organizada y limpia.
También ten toallas limpias para
ambos y un ambientador no
estaría de más.

- Usa buena ropa interior. Deshazte


de esos calzoncillos con manchas
amarillas sospechosas y rotos en
alguna parte. Eso puede ser un
completo matapasiones.

- Ten las uñas limpias y bien


cortadas. Las uñas largas no
tienen presentación en un hombre
y puedan causar accidentes en el
sexo, especialmente si introduces
los dedos en la vagina.

- No necesitas estar depilado como


un modelo o un actor porno, pero
sí viene bien que le eches una
podada a tu vello púbico y al de
tus axilas. Ese pelero allí da la
impresión de descuido y puede
crear malos olores. Tener tanto
vello pertenece a otra época, pero
en esta no luce nada bien.

Oler y lucir bien es un mensaje que le


envías a esa chica, en el que le comunicas
que te importa ella, que le vas a transmitir
seguridad y quieres que ella se sienta cien
por ciento cómoda contigo. ¡Así que a
limpiarse bien!

Hombre precavido
vale por dos
Antes de salir a tu cita, cerciórate de que
tienes:
- Condones de una buena marca.
Es esencial la protección. Nadie
quiere terminar una cita con un
embarazo o una ETS. Tenlos en
un lugar donde no haga mucho
calor o estén presionados, es decir,
olvídate de guardarlos en la
billetera. Guárdalos mejor en un
cajón de tu mesa de noche y
procura no guardar condones
vencidos.

- Lubricante íntimo. Muchas


mujeres tienen problemas para
generar lubricación de manera
natural, por lo que es importante
tener a la mano un lubricante a
base de agua. También es esencial
en caso de que haya penetración
anal. Evita usar vaselina, crema
humectante o lubricantes a base
de petróleo que pueden dañar el
condón y generarle irritación y
molestias a ella.
- Un aceite para masajes podría ser
una buena idea si quieres que tu
invitada se sienta como una reina.
Procura mantener este tipo de
productos que hagan sentir a una
mujer mucho más deseada y
puedan ambos experimentar
diferentes formas de placer.

- Algo de beber en tu nevera. “¡Pero


si vamos a tirar solamente!”. Nada
de eso. ¿Eres un patán acaso? Un
caballero es atento con su
invitada. El sexo hace sudar y
puede provocar mucha sed, por lo
que viene bien una pausa para
tomar algo y continuar. Puedes
tener cerveza, agua fría, té helado,
lo que a ella le guste. Algo de
comer para después del sexo no
vendría nada mal tampoco, más
cuando ambos han quedado
exhaustos, con el estómago vacío y
sin energías.
Además de lo imprescindible que es la
protección, el tener detalles como una
bebida para tu chica le despertará la
seguridad de que la valoras, que la
consideras una persona especial y no una
amante de turno a la que despacharás dos
horas después.

En el sexo, las mujeres aman sentirse


valoradas y consideradas, por lo que
cualquier detalle que tengas con ella
cuando la recibas, la hará sentir más
cómoda contigo.

En la cita…
Hay cosas que debes evitar si quieres que
el remate de la cita termine en una
experiencia penosa y desagradable.

- Si van a cenar, evita comidas


demasiado condimentadas y ricas
en ajo, porque como ya te dije,
podría causar mal aliento y eso, al
besar, no es agradable. También
evita las comidas demasiado
grasosas o alimentos que puedan
provocar gases como lácteos,
brócoli, guisantes, coles, cerveza.
Nadie quiere una flatulencia en
mitad de una sesión de sexo.

- Evita tomar mucho alcohol. Una


copa de vino o un coctel está bien,
pero no te excedas. Podría
arruinar tu noche. Ninguna mujer
quiere acostarse con un borracho
y excederte con el alcohol también
podría disminuir la irrigación de
sangre al pene, por lo que se te
hace más difícil lograr una
erección o mantenerla. En algunas
per sonas puede provocar
somnolencia y eso tampoco es
ideal para una noche de sexo.
- Evita sudar mucho. Ir a bailar
puede ser un plan muy divertido,
pero si la fiesta se pone muy loca y
luego hay sexo, el sudor y el mal
olor producto de este podría ser
un poco incómodo en la cama.
Además, podría dejarlo muy
cansados para la faena de remate.

Tener en cuenta estas recomendaciones te


permitirá un remate satisfactorio, con
muy buen sexo y sin incomodidades.

Genera el ambiente
propicio
El sexo debe fluir entre los dos como algo
natural, como algo que ninguno de los
dos planeó pero que se da producto de
una conexión y una atracción que ambos
necesitan canalizar. Ten en cuenta lo
siguiente:

EL SEXO INICIA
MUCHO ANTES
DEL SEXO

Sí. Antes de que el acto sexual inicie, debe


haber una cantidad de elementos que
contribuyan a crear un ambiente de
intimidad entre ambos, que permita que
e s a a t r a c c i ó n fl u y a s i n n i n g u n a
incomodad o precaución. Que los dos
sucumban ante el deseo y las ganas sin
que haya dudas o frenos.

Así que para que esto fluya con mucha


más facilidad, te recomiendo poner en
práctica algunas de estas
recomendaciones:
- Crea un ambiente que llame al
erotismo y la sensualidad. Pon
música suave, velas, luz tenue,
compra una botella de vino y
sírvela con algunas frutas como
uvas o fresas. Puede sonar cursi,
pero ella va a notar que te
esfuerzas en ponerle magia al
momento, que eres galante, que te
empeñas en crear un momento
especial que sea únicamente de los
dos.

- Hazle ver que eres un tipo


sofisticado que siempre tiene esos
elementos a la mano, que no estás
improvisando, sino que estás
acostumbrado a hacer sentir
especial a una mujer que te dé su
compañía.

- Cuando la energía fluye y


empiezan los besos apasionados,
hazle sentir que es un espacio y un
momento de los dos, que tú vas a
hacer lo necesario para que ella se
sienta segura y valorada, que tú
no vas a hacer nada que ella no
quiere y no le produzca placer.

- Muéstrale que no estás urgido,


que no eres un tipo que al
excitarse pierde los estribos, que
no eres un animal en celo
desesperado por meterla. Hazle
saber que ella te atrae mucho, que
te gusta y que quieres compartir
una intimidad profunda con ella.

- No muestres prisa. Dicen que del


afán sólo queda el cansancio. Un
buen amante no se desespera por
acabar, sino que se toma todo el
tiempo que sea necesario para
darle placer a su chica, disfruta
todo el proceso con intensidad y
explora el placer sin limitaciones.

- Cuando ella ya está del todo


cómoda y disfrutando, ve dándole
todo de forma dosificada y la
dejas en el mejor momento con
ganas de más. Te explico: Se están
dando un beso apasionado y en la
mejor parte cuando están a punto
de jugar con las lenguas, paras, te
separas y dejas tu cara a sólo unos
centímetros de la de ella.

- Recuerda que el sexo es algo de


los dos y para que resulte, los dos
deben estar compenetrados, en la
misma sintonía. Si sucede, debe
ser porque los dos están
totalmente convencidos de ello. Si
notas que algo no está bien, si ves
un asomo mínimo de duda o
disgusto en ella, no avances y sé
comunicativo. Habla con ella y no
la presiones en ningún momento.
To d o d e b e p a r t i r d e l
consentimiento y el deseo.
La estimulación no solamente ocurre en
el cuerpo de ella a medida que toques,
beses y lamas. La estimulación también
está en el entorno y en cómo este afecta
los sentidos para una experiencia de
placer completa.

EL JUEGO
PREVIO
Preliminares, foreplay… Llámalo como
quieras. Muchas veces esta parte no tiene
el protagonismo que se merece y es ahí
cuando todo falla desde el principio.

Y es que todo el material visual que


tenemos al alcance se ha encargado de
que el juego previo ni siquiera se
considere parte del sexo en nuestro
imaginario.
En el porno, un par de besos, una
mamada al pene, una ligera lamida a la
chica y de una. En el cine y la televisión
es lo mismo: los personajes entran en
calor, se besan, se quitan la ropa
necesaria, él se baja los pantalones, luego
le baja la tanga a ella por debajo del
vestido, la sube a una mesa y empieza la
penetración, porque ella dilata y lubrica
por arte de magia, ¿verdad?

Sí, los rapiditos son buenos a veces


cuando no hay tiempo y la situación no
está para demasiado juego, como cuando
están en una fiesta, las ganas les entran de
repente y se pierden cinco minutos dizque
a fumar un cigarrillo cuando en realidad
se meten en el baño a echarse un polvo
clandestino.

Sin embargo, la perpetuación del sexo


simplificado de esa forma no es buena si
la gente crece creyendo que el sexo es así
en realidad.
Y entonces el preliminar, ¿qué? Te
sorprenderías de la magia que tiene el
preliminar y es que hasta podría ser
mejor que la penetración en ocasiones.
Para ser el excelente amante en el que te
quieres convertir, domina el juego previo
y habrás dado un paso gigante.

Pregúntale a cualquier mujer con la que


tengas confianza, una amiga, y verás lo
que te dice de la mayoría de sus malas
experiencias en el sexo.

Ella te dirá que a veces los tipos son muy


toscos, que apenas la tienen parada
quieren meterla de una, que no se
preocupan por que ella esté mojada y
excitada, que no quieren tener un solo
rato de besos y roces para poner la cosa
en calor.

Los hombres siempre hemos sido


presionados socialmente para ser los toros
en la cama, los sementales, los que
siempre tenemos que tenerla dura, los
que tenemos el control, los que tenemos
que hacerlas ver estrellas.

Y a veces esa presión genera una


ansiedad que no nos permite disfrutar del
sexo, sino que se nos vuelve una prueba,
un reto que al menos experimentado lo
puede poner a pasar un mal rato y a
actuar de manera torpe.

Igualmente, esa concepción errónea de la


dinámica sexual que se ve en el porno, el
cine y la televisión, muchas veces pone a
los hombres jóvenes a pensar que el sexo
se trata de meter y sacar, que los besos, las
caricias, la pasión y todo lo demás no
hacen parte de la ecuación del sexo en sí,
sino que se dejan para otros planes como
un romance con la chica de la que se está
enamorado y todo lo demás.

Algunos otros tampoco saben manejar su


excitación y eso hace que actúen de
manera precipitada, como caballos
desbocados. Y así tampoco, hermano.
Tienes que tener sabiduría y autocontrol.

Sí, el placer sexual es algo brutal, pero


cuando lo controlas y aprendes a
manejarlo, a distribuirlo, a canalizarlo en
darle placer a ella, te vuelves mejor
amante.

Las mujeres tienen órganos sexuales


distintos, zonas erógenas en partes
distintas a los genitales y los senos. Y
bueno, la sociedad se ha cerrado tanto
acerca del placer sexual femenino, que
muchas mujeres jamás han
experimentado un orgasmo ni siquiera
estando solas.

El placer femenino es todo un universo


del que aprenderás practicando. No hay
de otra forma.

No todas querrán de la misma forma y,


en ese caso, es bueno que le preguntes a
la chica con la que estés cómo se está
sintiendo, si le gusta más lento, más
rápido, dónde le gusta que la toquen,
dónde le gusta que la besen, dónde
presionar, dónde acariciar, qué tan fuerte
hacerlo…

El sexo, así sea casual y no vuelvas a ver a


esa chica, tiene que ser una experiencia
estupenda para los dos. Y aunque esa
chica no vuelva a ver tu cara y te pierda
la pista, pasará años sin olvidar el polvazo
y el orgasmo tan brutal que tuvo contigo.

Esa huella que dejarás en la memoria de


cada mujer en la que estés inicia cuando
te vuelves el amo del foreplay.

Llévalo con calma


En el porno muy pocas veces se ve al
hombre estimulando a la mujer y muchas
veces en que lo hace, lo hace de una
forma tosca, agresiva, rozando el clítoris
como si estuviera amasando plastilina.
Como te dije antes, algunos no saben
controlar su ansiedad o su arrechera y
terminan comportándose de una manera
torpe. No debes permitir que eso te pase.

Aprende a controlarte y verás cómo el


placer sexual se termina convirtiendo en
una sincronía brutal con ella.

Los dedos son importantes en el juego


previo, pero deben ir poco a poco, no
frotar y restregar con brusquedad, pues el
clítoris y toda la piel de la vulva es muy
delicada, por lo que tocar con
brusquedad puede causar dolor y se
acabó el placer, no habrá orgasmo y fin
de la noche de pasión.

No es bueno eso y tienes que calmarte, así


tengas muchas ansias y la chica te guste
demasiado. Respira hondo y lleva las
cosas bien.

No se trata de frotar, restregar e


introducir, y lo dice una chica con la que
hable sobre el tema.
“No falta el man bestia que cree que uno
ahí tiene un pozo sin fondo y empiezan a
meter los dedos de una vez a ver cuántos le
caben. Eso no tiene nada de rico. Puede
doler mucho si no hay lubricación. El
clítoris tampoco es un botoncito que hundes
y de una nos excitamos, como si uno fuera
un juguete que prende y apaga. De verdad,
es una parte muy sensible. Hay días en que
yo, por ejemplo, estoy tan sensible ahí que
no aguanto el contacto directo porque se
siente un dolorcito extraño, entonces tengo
que buscar unas formas de estimulación
distintas.”

Pilas con la brusquedad porque te tiras la


noche en un instante y ahí sí te tocará
saciar las ganas tú con tú como todo un
perdedor.

La mejor manera de encender el fuego en


el sexo es con el tacto, provocándole
placer a ella. Recorre su cuerpo, bésala,
acaríciala y poco a poco te vas acercando
a sus partes íntimas. Este juego de
encenderla debe ir progresivamente.

Tienes que mostrarle que no sólo estás


interesado en meterla, sino que quieres
hacerla sentir como una diosa en la cama.
Ella agradecerá esa generosidad tuya y se
irá mojando más rápido de lo que
imaginas.

Además, si la haces esperar un poco antes


de tocarla en sus partes íntimas, al hacerlo
ella sentirá el placer mucho más intenso.

Al tocar sus partes íntimas, no dejes que


las hormonas te hagan perder los estribos.
Sé maduro y contrólate. Sé que la sangre
acumulada en tu entrepierna puede ser
una bomba en acción, pero bájale.

Busca su clítoris, verás que no es tan


difícil y estimúlalo cambiando el ritmo
con el que lo haces. Ve rápido, luego
despacio, luego rápido de nuevo y así vas
cambiando, pero nunca lo hagas de
forma agresiva como si estuvieras
golpeando la masa de una pizza.

Estimula su clítoris con los dedos o la


lengua cambiando de ritmo y siempre ten
la confianza de preguntarle. Dile que te
indique cómo lo siente y ella será más
comunicativa. Te dirá “ahí”, “así”, “eso”,
“más rápido”, “más lento”, “más fuerte”,
y así.

En busca del punto


G
Cuando lo ves indicado y ella quiera,
puedes ir introduciendo un dedo, pero ya
sabes, con firmeza sin ser brusco ni
violento.

Nada de sólo meter y sacar los dedos.


Puedes ir probando, como acariciar las
paredes de la vagina, hacer un poco de
presión, palpar, rozar y buscar el punto G.
Y no, no es un mito como la búsqueda de
la Atlántida.

Y para que tengas más clara su ubicación


aquí te va un gráfico para que sepas dar
con él sin inconvenientes.

¿Ves que no era tan complicado?


El punto G es parte del área clitoral, por
lo que estás estimulando también el
clítoris desde otro lugar. Toda esa zona se
torna firme cuando la mujer está excitada
y entonces logra una erección en esa área,
por lo que sentirás que tocas el punto G
cuando logras palpar algo duro como una
nuez y algo rugoso.

El punto G se encuentra entre 6 y 12


centímetros en la parte alta del interior de
la vagina. Es decir, si está se acuesta boca
arriba e introduces un dedo, puedes
imaginar que es un reloj e intentas palpar
las 12 en punto.

Muchas mujeres se sorprenderán de que


sepas llegar a su punto G porque seguro
habrán dado con perdedores que no
tienen idea de la anatomía femenina y de
todos esos puntos de placer que puedes
llegar a estimular.

A muchas les gusta que estimules primero


la parte externa del clítoris antes que el
punto G, así cuando llegues a este último
la sensación para ella será más intensa.

Además, la estimulación externa puede


generar una erección de esa zona, por lo
que cuando introduzcas los dedos para
dar con el punto G se te hará más fácil
encontrarlo.

“Yo no que todos los días me hagan llegar


en un squirt. Bueno, eso sería rico, pero ni
modo. Lo que yo pido es que, como
mínimo, sepan hacer algo rico con las
manos, que tengan delicadeza y arte para
eso. A veces son torpes, bruscos, lastiman y
no tienen nada de cuidado con una. Una
vez estuve con uno que no se había cortado
bien las uñas y sentí como que me cortó por
dentro. Imagínate. El dolor me duró varios
días.”
Muchas mujeres te dirán que prefieren
tener al menos un orgasmo antes de ser
penetradas, porque se sienten más
relajadas y placenteras para recibirte
dentro. Lo bueno es que las mujeres
pueden venirse muchas veces en una sola
faena y eso no les bajará mucho la
energía, a diferencia de nosotros.

Pero bueno, ¿qué más podemos hacer con


esa zona erógena tan interesante como es
el punto G?

Por supuesto, este punto G puede ser


estimulado no sólo con los dedos, sino
también con el pene, y hay posiciones
para la penetración que pueden ayudar a
que lo logres. Pero esto te lo contaré más
adelante, así que pendiente a esto.

Por ahora, iremos a otro punto


interesante del cuerpo femenino que
puedes estimular para excitar a tu chica
durante el juego previo.
Las tetas
“Cuanto están jugando con mis tetas y
empiezan a morder y chupar muy fuerte, no
me gusta, se me va todo. Hay tipos que
piensan que apretando y estrujando las
tetas te vas a volver como loca, como
sucede en el porno. Y así no es. A veces las
tenemos demasiado sensibles también. A
mí se me ponen muy sensibles cuando se
me acerca la regla y muchos no entienden
eso.”

Las tetas son también una parte muy


sensible del cuerpo de la mujer, pero eso
no significa que a todas les excite el
contacto ahí en el sexo. Algunas lo
encontrarán muy estimulante y otras
sentirán incomodidad, por lo que es
importante la comunicación y que le
preguntes dónde le gusta que la toquen.
En caso de que la chica te diga que le
encanta que le toquen y laman sus
pezones, ¡perfecto! Puedes hacer magia
ahí, pero ten cuidado. Tampoco se trata
de apretar como si fueran masas.

“El último tipo con el que estuve, no sé si


porque siempre es tan brusco o por falta de
experiencia, me chupó las tetas, me las
mordió y me las agarró tan fuerte, que me
salieron unos moretones que me duraron
días. Además, me dolían hasta para
ponerme el brasier. No hagan eso, chicos,
no es rico.”

Acariciar las tetas tiene su ciencia, que si


bien, no es exacta, tiene un proceso que si
sigues, no correrás el riesgo de cagarla.
¿Quieres saber cómo?
De los costados hacia el centro
No las aplastes, no las hagas girar como si
fueran la chapa de una puerta, no las
hales ni las aprietes. Nada de esto es
excitante para la mayoría de las mujeres y
no provocan la excitación sexual.

Empieza con un masaje suave desde la


mitad del pecho y desliza las manos
suavemente hasta los costados y de ahí
hacia arriba. De esa manera repite
haciendo movimientos circulares.

Deja los pezones para el final


Es importante dejar las sensaciones más
intensas para el final. Después de ese
masaje, puedes pasar a lamer y besar los
senos antes de aproximarte a las areolas y
los pezones que son la parte más sensible.

Puede que ella sí se excite si empiezas de


una con los pezones, pero eso no
generaría el efecto crescendo en la
excitación, que es mucho más interesante
y divertido.

Y ahora sí, los pezones


Dale tiempo al asunto y estimula hasta
que notes los cambios. Si con los masajes,
los besos y las caricias ves que los pezones
han cambiado ligeramente de tamaño,
que se han endurecido y subido un poco,
es el momento de que lleves la excitación
a un nivel superior.

Puedes agarrar uno de los pechos


suavemente como acunándolo entre tus
manos y empieza a lamer la areola con
m ov i m i e n t o s c i rc u l a re s, t a m b i é n
apretando los labios en torno al pezón y
pasando la lengua de arriba hacia abajo
para acaricia la punta del pezón. Luego
haz lo mismo con el otro pecho y ve
cambiando de ritmo e intensidad.
Con estos trucos, prepárate para muchos
gemidos de ella que seguro sabrá cómo
recompensártelos durante la faena.

Échales ojo (y mano) a


otras zonas erógenas
Cada cuerpo es diferente y cada mujer es
diferente, por lo que cada una tendrá
diferentes zonas de su cuerpo que al
estimularlas las excitará de una manera
brutal.

Habrá mujeres que se exciten cuando sus


tetas y genitales sean estimulados. Otras
encontrarán excitación cuando les tocan
los pies o el dorso de las manos.

Lo bueno del sexo es que siempre es


diferente y cada experiencia es un
universo de posibilidades de lograr placer.
Así que no olvides hablarlo y que ella te
diga dónde y cómo le gusta.
Por eso, no te centres en las tetas y la zona
genital. Sé creativo y busca estimular
partes distintas de su cuerpo.

Además de la vagina, el clítoris y las tetas,


puede haber otras zonas de gran
sensibilidad que te sorprenderían y que
pueden ser una gratificante fuente de
excitación, como:

- Los labios.

- El cuello.

- Las orejas.

- La nuca.

- La espalda.

- El vientre.

- La parte interna de los muslos.

- Las nalgas.

- El ano.
Una vez estuve con una chica a la que le
volvía loca que la besara en las corvas, es
decir la parte detrás de las rodillas y
también que le besara los tobillos. Esa
zona erógena puede parecer un poco
atípica. También di con una nena a la
que le encantaba que le pasaran la lengua
por las axilas y le hicieran sentir
cosquillas.

Como te he dicho, todas las mujeres son


distintas y el placer es también una
construcción psicológica, por lo que no
todas querrán estimulación en las mismas
partes.

También es importante que no consideres


las diferentes zonas erógenas únicamente
durante el juego previo, sino que se
vuelvan parte de la ecuación durante todo
el acto sexual. Recuerda que en la
penetración tienes libres tu boca y dos
manos, así que a usarlas, amigo.
USA BIEN LA
LENGUA
Una vez un conocido me dijo que jamás
le había hecho sexo oral a una mujer,
pero que le encantaba que las mujeres se
lo mamaran. Yo le pregunté cómo era eso
posible sabiendo que él había tenido ya
dos matrimonios y varias relaciones
largas, a lo que me respondió que le daba
asco lamer una vagina.

Yo sólo pude sentir lástima de esas


mujeres malcomidas con las que él vivió
por años y que se conformaron con ese
sexo a medias.

¡Amigo, si una mujer te gusta, te gusta


entera! El sexo es generosidad, es
complacencia, es compartir y, sobre todo,
dar.
Además, estamos en la época de la
igualdad entre géneros, por lo que lo ideal
es que ambos disfruten teniendo los
genitales del otro en su boca porque se
gustan y porque todo lo que le dé placer
al otro, ¡bienvenido sea!

¿No te gusta hacer sexo oral? Okay, dile a


tu compañera a ver si ella está dispuesta a
mamártelo sin recibir nada a cambio. Eso
ya será decisión de ella. Pero no permitas
que ella ponga todos sus dotes en hacerte
un fellatio alucinante si tú no te vas a
dignar a pasar tu lengua por su
entrepierna para retribuirle.

Y si te gusta practicarlo, ¡felicidades! Es


importante que te guste para que
aprendas a hacerlo bien y con ganas. Para
que te animes más, te contaré que el 80%
de las mujeres puede llegar al orgasmo
con sexo oral, mientras que sólo el 25%
logra venirse con la penetración.
“No todos saben hacerlo bien, pero bueno,
entiendo que nadie nace sabiendo. Si no
sabe, yo valoro que sepa escuchar y se deje
guiar de mí. Pero que tenga la voluntad y
que me lo haga con ganas, no como
algunos que lo hacen como si les diera
asco. Y no, eso no huele a pescado como
dicen en sus chistes pendejos.”

El cunnilingus perfecto:
una combinación de
ganas y técnica
Quizá tu problema con dar sexo oral no
es que no te guste, sino que no sabes
cómo hacerlo bien. No te preocupes.
Como en la cita anterior dice, nadie nace
sabiendo y todo en esta vida se puede
aprender si practicas y le pones amor y
empeño.
Puede que en tu primera vez con una
chica el cunnilingus que le hiciste no le
despertó ni bostezos, y que por esa
frustración hayas cerrado la puerta a la
posibilidad de dar ese placer. Te aconsejo
desbloquear ese miedo y aventurarte. No
llegarás a la perfección si no corres el
riesgo de equivocarte.

Si tantas ganas tienes de complacer a esa


chica, ten en cuenta que nadie conoce su
cuerpo tanto como ella, así que escúchala
y pregúntale cómo le gusta.

Evita aspirar, es decir, chupar como si


trataras de sacar petróleo de ahí. Es decir,
no ganas nada succionando un clítoris
con fuerza ni nada de eso, no es
placentero en absoluto y puede hacer
daño.

Absorber y succionar ligeramente sí tiene


un efecto placentero, pero opta más por
la lengua y dale protagonismo al clítoris.
Si ella es muy sensible allí, entonces no
toques el clítoris directamente, puedes
lamer el pliegue de piel que lo cubre.

Por supuesto que el clítoris es el


protagonista, pero no lo único de toda la
función. Dedícales tiempo a otras partes
como el perineo (la zona entre la vagina y
el ano), los labios mayores y menores, el
pubis, la apertura vaginal… Hay
diferentes atracciones, pero claro, para
cerrar con broche de oro está el clítoris.

Para el cunnilingus hay varios niveles y


eso ya depende de qué tan excitada se
encuentre ella, por lo que te voy a dar
cinco trucos que puedes ir
perfeccionando a medida que practicas y
ejercitas esa lengua.

Manos y lengua trabajando


en simultánea
Si la chica con la que estás tiene
demasiada sensibilidad en sus zonas
erógenas, ve con suavidad y usa tus
manos y boca al mismo tiempo para
lograr una reacción de placer en cadena.

Acaricia con delicadeza sus pezones en


movimientos circulares mientras juegas
con tu lengua de abajo hacia arriba,
desde los labios vaginales hasta el clítoris.

Cunnilingus con succión


Y no, no me refiero a que chupes como si
quisieras extraer petróleo de allí dentro o
robarle su alma, porque eso es chupar
mal. Se trata de chupar bien y ya te diré
cómo hacerlo.

Hay mujeres que se excitan con un poco


de presión y movimientos rápidos
alrededor de la vulva y también sobre su
clítoris. Si la chica con la que estás
disfruta con esto, puedes alternar
succiones (tus labios sobre los labios
vaginales) con el deslizamiento de tu
lengua de manera lenta e intensa.

Esto hará que la excitación se mantenga y


tus movimientos no sean monótonos.
Para esto, también puedes introducir un
dedo, puede ser la mitad de tu dedo
índice usando el lubricante natural de
ella, saliva o un lubricante íntimo a base
de agua.

Si no es el dedo, puedes recurrir también


a un juguete como un vibrador pequeño
o introducir dos bolas chinas. Aquí la
creatividad y la complicidad es lo que
decide.

Esto lo haces mientras tu boca juega con


su clítoris. Con esto, puedes lograr un
orgasmo de ella en pocos minutos.

Humedeciendo
Si tu chica es estándar en cuanto a
sensibilidad, es decir, ni muy sensible pero
tampoco indolente, el cunnilingus
indicado para ella es estimulando
suavemente sus labios vaginales con tu
boca para luego pasar a humedecer el
clítoris con tu saliva, aumentando poco a
poco la presión y velocidad de tu lengua.

Varía el sentido. El simple hecho de pasar


la lengua en sentido vertical y luego un
movimiento en sentido horizontal puede
aumentar la excitación de ella a un nivel
inimaginable.

Que ella se siente en tu cara


Una manera interesante de hacer el
cunnilingus y que tal vez no hayas
probado es acostándote boca arriba y
hacer que ella se acomode para poner su
vulva justo sobre tu boca. Así ella va a
tener el control y va a guiar la intensidad
y el ritmo del cunnilingus.
En esta posición tus manos van a estar
libres para jugar con otras partes de su
cuerpo como sus nalgas o poner tus dedos
donde ella quiera.

Estimulación por partida


doble
Esta estimulación oral es perfecta para
parejas que se conocen bien y en las que
e x i s t e m u c h a m á s c o n fi a n z a y
compenetración, pues debes saber bien
qué tanta presión usar, el ritmo con el que
ella se excita e introducir en el momento
indicado.

¿Y por qué le llamo estimulación por


partida doble? Porque se trata de
compaginar el cunnilingus con la
estimulación anal.

Ya depende también del gusto de ella,


pero si se deciden puedes hacerle sentir
una excitación electrizante. Esto consiste
en que cuando ella esté lo suficientemente
excitada con la estimulación oral en el
clítoris, puedes introducir tus dedos o un
juguete sexual (un dildo o un butt plug) en
el ano de ella.

Por supuesto, esto lo harás cuidando que


su ano esté bien dilatado. Tampoco
olvides que el ano no tiene lubricación
natural, por lo que procura usar un
lubricante a base de agua.
NO ES UN
CARRERA POR
EL QUE
LLEGUE MÁS
RÁPIDO
A estas alturas de la vida ya debes saber
muy bien que la excitación sexual y todo
el proceso hasta el orgasmo funciona de
manera diferente en los hombres y las
mujeres. Los hombres estamos diseñados
para tener un solo orgasmo que casi
siempre se da junto con la eyaculación.

Al eyacular hay una descarga de


diferentes hormonas, entre ellas la
prolactina que reprime la dopamina, por
lo que aumentan los niveles de saciedad y
somnolencia. Esto es lo que se conoce
como período refractario, en el que
después de eyacular bajan los niveles de
excitación, la erección se baja, el pene se
pone hipersensible y hay una relajación
que muchas veces hace que nos
quedemos dormidos.

En el caso de las mujeres, ellas no


experimentan el período refractario de
esta manera, por lo que es más fácil para
ellas tener varios orgasmos durante una
sola sesión sin perder significativamente
las ganas.

Es por eso que, si no te contienes y llegas


a la eyaculación antes de hacerla venir a
ella, es posible que no puedas regresar al
mismo nivel de excitación que al
principio, tu amigo no quiera ponerse
muy duro, te duermas y tu chica va a
quedar iniciada. ¿Cómo evitar esto?
Descubre la causa de tu
eyaculación precoz
En caso de que en la mayoría de tus
relaciones sexuales te vengas demasiado
rápido, es posible que te sientas frustrado
y avergonzado. No niego que en algunos
casos puede haber una condición de salud
que provoque esto y, en ese caso, tendrías
que ver a un médico que te ayude. Pero la
mayoría de casos tiene una causa
psicológica y es:

NO TENER CONTROL
DEL PROPIO PLACER

¿Qué es eso que te hace llegar y no


controlas o no estás dosificando? El
problema aquí es que te sueltas
demasiado y experimentas el placer con
demasiada intensidad, tanta que no
puedes medirte y terminas teniendo el
orgasmo más rápido de lo esperado,
dejando a tu chica con la pregunta “¿y
esto era todo?”.

Eso te obliga a plantearte cómo puedes


hacer para durar más tiempo en la cama,
el suficiente para que tu chica también
quede satisfecha.

La respuesta no es tan difícil. Tienes que


tomar el control de tu estimulación, de tu
propio placer y dosificarlo para que la
experiencia sea duradera. Si reduces la
intensidad del placer, tardarás más tiempo
en venirte.

Y créeme que esa espera valdrá la pena,


porque además de ser satisfactorio para
los dos, el orgasmo será mucho más
explosivo y placentero.

Es curioso que la mayoría de hombres


que experimentan eyaculación nunca
buscan cambiar y simplemente lo
asumen. De malas para ellos, de malas
para sus parejas. Es lo que hay. Y ni
siquiera se disculpan por dejar a sus
parejas iniciadas sin siquiera despertarles
un ápice de placer.

Cuando te das cuenta de lo que estás


haciendo, de lo que te da placer y de
cuánto estás pasándote con eso, es
cuando reconoces que puedes cambiar el
ritmo y dosificar eso que tanto te
enciende para así mejorar tu rendimiento.

Las cosas que haces en el sexo tienen un


impacto sobre el tiempo que duras, así
que revisa bien.

No seas egoísta
Esto no es algo que aprendes, sino una
actitud que tienes ante el sexo y el placer
de tu pareja. Concéntrate más en la chica
y deja de pensar en tu propia excitación.
Hay quienes sólo parecen como animales
afanados por venirse y no son capaces de
explorar el cuerpo de la chica con la que
comparten intimidad, no hacen sexo oral,
no se preocupan por darle satisfacción. Y
así no es.

Puede que la chica que tengas enfrente


sea despampanante, una modelo, puede
que esté tan buena que temas perder el
control… Pero para ahí y concéntrate
más en lo que le haces sentir a ella que en
tu propia estimulación.

Es una gran satisfacción dar placer y ver


eso reflejado en la cara de la mujer con la
que estás, en sus gemidos y los cambios en
su cuerpo. Darle ese placer a tu chica
hará que ella quiera devolvértelo
multiplicado. Entonces relájate y enfócate
en dar más que en recibir.

Como añadidura a esta parte, hay una


recomendación muy importante: no te
vengas sin avisarle a ella primera. Y eso
no es algo que debes pensar si tener en
cuenta o no, eso es esencial y hace parte
del respeto que debes tener hacia esa
persona que está confiando en ti.

Nunca, nunca te vayas a venir mientras


ella te la está mamando. Avisa primero y
si ella de manera voluntaria quiere
recibirlo en su boca, perfecto, pero que
sea una decisión de ella sin que tú la
presiones. Lo mismo cuando estás en
medio de la penetración. Avísale y que
ella decida si quiere continuar hasta que
acabes o quiere que te vengas afuera.
¡Pero avisa!

A continuación, te daré un par de


técnicas que puedes poner en práctica
para conocer más tu cuerpo y retrasar la
eyaculación sin que eso incida en pérdida
de excitación.
Ejercicios de Kegel
Son ejercicios muy sencillos que no
requieren de mucho esfuerzo y que
puedes practicar a cualquier momento
del día en el lugar que sea.

¿De qué se tratan? Pues los ejercicios de


Kegel sirven para fortalecer los músculos
del piso pélvico que sostienen los
intestinos, la vejiga y la próstata. Se
ubican en la zona del perineo, ese espacio
entre los testículos y el ano.

Para que identifiques con precisión estos


músculos, haz lo siguiente: más tarde
cuando vayas a orinar, empieza a hacerlo
y de un momento a otro trata de cortar el
paso de la orina por unos segundos. Al
hacer esto vas a sentir que unos músculos
en la zona del perineo se te contraen, los
músculos del piso pélvico.

Teniendo identificados los músculos del


piso pélvico, lo que vas a hacer es que, en
cualquier momento del día, estés sentado,
acostado o de pie, tratarás de contraer
esos músculos durante unos tres segundos,
sin dejar de respirar ni tensando otros
músculos como los del abdomen. Luego
los relajas por otros tres segundos y
repites.

Intenta hacer unas diez repeticiones y


unas tres veces al día.

Esto lo irás manejando mucho mejor a


medida que vayas practicando y lo mejor,
es que puedes hacerlo en el momento en
que te acuerdes. Mientras estás en la
oficina, mientras estás haciendo la fila en
el banco, mientras estás en la cama
viendo una película, mientras estás en tu
carro esperando que el semáforo se ponga
en verde… en fin, es práctico, fácil y no
requiere mucho esfuerzo.

¿Y esto cómo funciona? Pues que al


fortalecer estos músculos podrás tener
más potencia y cantidad de la
eyaculación, un mejor control de los
músculos de esa zona que retrasen la
eyaculación e incluso, pueden ayudarte a
evitar la incontinencia urinaria y la
disfunción eréctil cuando te hagas mayor.

El edging
Como su nombre en inglés lo indica, esto
es llegar al borde, al límite y detenerse
allí. ¿Al límite de qué? Pues de la
eyaculación, por supuesto. Esto hará que
la experiencia al final sea mucho más
explosiva e intensa. Te lo voy a explicar
mejor.

Posiblemente, mientras te masturbabas


alguna vez, quisiste parar poco antes de
que te vinieras y alargar más el placer.
Pues es así. Has experimentado esa
sensación de que tu deseo está a punto de
estallar y justo al último segundo te has
detenido y dado un paso hacia atrás.
Esta técnica de control del orgasmo es lo
que se conoce como “edging”. Te ayuda a
mantener un alto nivel de excitación
sexual por tiempo prolongado sin acabar.

Para mayor concentración, es importante


que aprendas a dominar esta técnica a
solas y no durante tus encuentros
sexuales. Concéntrate en las sensaciones
que experimenta tu cuerpo, conócete y,
poco a poco, te irás convirtiendo en un
experto.

Es posible que al extender mucho esto, la


erección baje un poco. Esto no debe
preocuparte, porque al no haber
eyaculado puedes concentrarte, retomar y
volver a ponerla dura y aún así, te
garantizo que el orgasmo que
experimentarás será mucho más intenso,
más placentero y la cantidad y potencia
de tu semen serán mayores.

Esta contención te permitirá más tiempo


para que dediques a tu chica y a provocar
orgasmos en ella. Más tiempo, más placer
para los dos.

¿Y por qué es tan satisfactorio? Porque es


como negarte a tu dulce favorito por un
buen tiempo y cuando por fin lo pruebas,
sientes que es una recompensa mucho
más agradable.

Además, no es únicamente un efecto


psicológico sino también físico, pues hay
un aumento en la irrigación de sangre
hacia el área pélvica cuando se detiene el
orgasmo y se continúa la estimulación.

Para que tu técnica sea mucho más


eficiente, te recomiendo pensar en un
semáforo. ¿Y qué diablos tiene el placer
sexual con un semáforo?

Pues cuando te acerques al orgasmo y


sientas esas cosquillitas en tu pene, deja
de hacerlo por completo (luz roja) y deja
que tu energía sexual se calme un poco y
luego comienza de nuevo (luz verde).
Otra opción es que no tienes que parar
por completo. Puedes dejar de estimular
tu pene, pero puedes pedirle a tu chica
que estimule lenta y suavemente otras
zonas erógenas de tu cuerpo.

Tú y tu chica pueden besarse, tocarse,


acariciarse, lo que mantiene la energía
sexual ahí latente pero no tan fuerte, lista
para volver con toda a la acción.

Busca posiciones que te


permitan retrasar el
orgasmo
Las posiciones que usas con tu chica
pueden influir en que duras más o dures
menos para venirte. Usar unas posiciones
que te estimulen menos a ti y más a ella,
pueden hacer que el sexo sea más
extendido, tardes más en venirte y mejore
la química entre los dos.
De pie
Una posición de baja estimulación que
puede ser bastante efectiva es hacerlo de
pie. Esto implica que la cargues a ella o
que se acomoden para que la penetración
ocurra estando de pie.

¿Por qué funciona? Porque al estar


levantado, la tensión y la presión se
dirigen a tus piernas y pies, no a tu pene.

Estando de pie, hay energía que se gasta


en tus piernas. Y si estás cargando a tu
chica, entonces la energía se va a tus
brazos y a otros músculos. Al distribuirse
esa energía a diferentes partes del cuerpo
y no solo a tu pene, se te hará más fácil
durar.
Ella encima
Otra posición de baja estimulación es
tener a tu chica encima mientras que tú te
acuestas.

A algunos hombres no les tiende a gustar


mucho esta posición porque sienten como
si no tuvieran ningún control, pero eso no
es así. Lo que sucede es que no le han
sacado provecho a la posición y no la
usan de forma correcta.

Al estar en esta posición, tómala de las


caderas y controlas un poco la velocidad
de la penetración.

¿Y cómo funciona? Pues que, a diferencia


de muchas posiciones, en esta no tienes
que hacer demasiado movimiento y
puedes relajar tu cuerpo.

Al encontrarte relajado, puedes tomar


algunas respiraciones lentas y profundas.
Luego, de forma consciente, relaja todos
tus músculos. Y de esta manera, vas a
reducir la tensión en todo tu cuerpo.

Con tu cuerpo relajado, distendido,


reduces tu estimulación y por esto va a ser
un poco más difícil que te vengas.

Menos fricción para ti


Más que una posición, esta es una técnica
bastante simple que te voy a enseñar y
que te va a ayudar a extender tu
duración. No es algo que necesites
desarrollar, aprender ni perfeccionar, sino
que te sorprenderá de lo sencilla y
efectiva que es.

Al tener sexo, la mayoría de hombres


buscan meterla toda al empujar y luego
retraen sacándola casi toda, van tan
profundo como puedan y salen casi por
completo.

¿Por qué? ¡Sencillo! Porque de esa


manera la penetración hace que la
estimulación se maximice. Y ahí radica el
p ro bl e m a . S i n e m b a rg o, e s t o e s
igualmente estimulante para ella, así que
la pregunta es: ¿cómo reducir tu
estimulación durante la penetración sin
que eso baje el nivel de estimulación para
ella?

Tranquilo, amigo, que no te quiero


romper la cabeza con adivinanzas. Sólo
piensa en tu glande, la parte más sensible
de tu pene. Tocando esta parte (o más
bien rozándola) es como vas a recibir más
placer. Y sí, puedes reducir la fricción en
tu glande perfectamente sin que eso
disminuya el goce de ella. Te diré cómo.

Primero, penetra a tu chica tan profundo


como puedas cuidando de no lastimarla,
por supuesto.

Tan pronto como sientas que es lo más


profundo, retira tu pene unos cuatro o
cinco centímetros y vuelve a introducir
tan profundo como lo tenías al principio.
Y continúa haciéndolo.

Esto acorta la fricción para ti, pero la


estarás estimulando a ella porque todo el
tiempo estarás profundo dentro de ella y
seguirá sintiendo la fricción en su interior.

De esta manera, tu glande no se va a


acercar a la entrada de su vagina que es la
parte más estrecha y, por ende, la más
estimulante.

Posiciones de alta
estimulación
Esto puede cambiar y lo que más te
enciende a ti tal vez no sea lo que más
encienda a otro, por lo que, estimado
lector, descubrir tus puntos de máximo
placer es tarea de ti mismo.

Eso sí. La posición que más excita a la


mayoría de los hombres es el misionero
(la mujer acostada boca arriba y el
hombre arriba mirando hacia abajo).

En el misionero no hay tensión desviada a


otras partes del cuerpo como si se
estuviera de pie o cargando, también es
mucho más difícil relajarse a diferencia de
estar acostado boca arriba.

En esta posición la tensión y la energía


del cuerpo se van hacia la zona pélvica,
por lo que, para muchos hombres o la
mayoría, les es más fácil llegar a la
eyaculación practicando esta pose.

Practiquen diferentes
posiciones
Entre un cambio de posición y otro, se
tiene una pequeña pausa en la
penetración y eso cuenta, aunque dure
diez segundos.
Este “mini break” de al menos diez
segundos puede ser muy necesario para
retrasar tu eyaculación, especialmente si
estás cerca, porque hacer una pequeña
pausa puede reiniciar tu estimulación,
dándote unos minutos más antes de que
eyacules.

A medida que vayas descubriendo qué


posiciones te encienden más y cuáles
menos, podrás controlar más tu
eyaculación.

Si, por ejemplo, el misionero es la


posición que más te facilita llegar al
orgasmo, realízala por un corto período
de tiempo y cuando sientas que estás
cerca, puedes cambiar a otra posición que
no te estimule tanto, pero en la que
puedas mantener un grado moderado de
excitación.

Esto no sólo será una ventaja para ti en


cuanto al retraso de tu eyaculación, sino
que va a variar la estimulación que
provoques en ella.

Baja las revoluciones


Esto requiere un poco de conocimiento
del deseo femenino y la forma en que
ellas se sienten más excitadas.

¿De qué manera nos gusta a los hombres


el sexo? Basta con ver el porno para darse
cuenta de que a los hombres nos gusta ser
rudos, nos atrae el sexo fuerte y rápido. Y
es por eso que en el porno nos alimentan
esa fantasía.

No hay que ser un genio para saber que


el sexo rápido y duro causa muchísima
estimulación, y practicándolo así vas a
venirte en par patadas.

Piensa entonces en lo que a tu chica le


gusta e intenta ir al ritmo de ella. Y sí, por
más que las actrices porno giman como
gatas y muestren placer cuando les están
dando como si no hubiera un mañana, la
realidad es que ellas están contratadas
para saciar la fantasía masculina.

Además, nosotros los hombres somos muy


visuales, nos excitamos a través de la vista
y nos atrae el look del sexo duro, mientras
que a muchas mujeres les excitará más el
sentirse valoradas.

En la vida real y en el sexo real, una gran


cantidad de mujeres preferirán tener sexo
de una manera mucho más compasiva e
incluso amorosa, aunque el polvo se trate
de un one night stand. También porque
su vulva es mucho más delicada que el
pene y pueden sufrir desgarres si el sexo
es muy brusco o no hay la lubricación
suficiente.

Claro que habrá mujeres a las que les


guste la rudeza, pero eso es cuestión de
gustos y no va con todas. Así que cuando
te tomas el tiempo necesario, no te afanas
y vas más lento en tu ritmo de
penetración, lo más seguro es que estés en
sincronía con lo que ella espera.

Por supuesto, a medida que la excitación


de los dos vaya aumentando, puedes
agilizar el ritmo sin sobrepasarte.

Además de las razones que ya sabemos,


este ritmo le va a dar más tiempo a tu
pene para que se “acostumbre” a la
vagina de ella. ¿Qué quiero decir con
esto?

Si vas más despacio, al introducir tu pene,


este tendrá más tiempo de acostumbrarse
a la sensación de la vagina, por lo que la
sensación potente que puede llevarte a la
eyaculación desaparece o se retrasa.

Es decir, cuanto más tiempo estés dentro


de la vagina de ella, menos estimulación
vas a estar recibiendo.

Si has estado frotando muy lento durante


un minuto o dos, puedes ir frotando un
poco más rápido y eso no va a ser un
problema, porque si hubieras frotado muy
rápido desde el primer segundo, tu
cuer po se hubiera recarg ado de
excitación y te habrías botado en un abrir
y cerrar de ojos.

La masturbación, arma
de doble filo
La masturbación no es en sí algo malo.
Pero puede tener consecuencias negativas
para tu vida sexual si no sabes cómo
manejarla. Y te lo explicaré con más
claridad.

MASTURBARTE ENTRENARÁ
A TU CUERPO PARA SABER
CUÁNTO TIEMPO DURARÁS
EN LA CAMA
Si lo tuyo es masturbarte bajo presión en
el baño acelerando para acabar rápido y
no te pillen, por ejemplo, en el baño de la
oficina, entonces es muy probable que en
el sexo tampoco dures nada. Y esto les
pasa a muchas personas que se masturban
compulsivamente para lidiar con el estrés
o para sacarse las ganas sin que eso les
quite mucho tiempo.

Te explico. Si te masturbas por uno o dos


minutos antes de venirte, no puedes
esperar a durar una hora en el sexo,
porque al masturbarte tan rápido, tu
cuerpo asumirá que el proceso de
estimulación y consiguiente eyaculación
es así.

Es decir, habrás entrenado a tu cuerpo a


que la eyaculación no se tarde nada.

Si no quieres ser un polvo de gallo, tienes


que optar por una masturbación
placentera que dure el tiempo que quieres
durar en la cama. Por eso, hazlo en
condiciones serenas, donde no sientas
presión y no lo hagas sólo porque estás
teniendo un mal día en el trabajo y
necesitas sacar estrés. Practica el edging,
el cual te expliqué páginas atrás, para que
también sepas controlar más tu cuerpo.

Si no tienes ganas realmente, lo mejor es


que no te masturbes. Aprende también a
aguantar varios días sin eyacular y verás
cómo el placer es mucho mayor cuando
tienes sexo.

También se trata de
estar presente
“Las mujeres sentimos cuando el chico no
está conectado con nosotras, están pasando
en otra cosa o no les importa lo que
sintamos. Eso se les nota en la cara. Y
cuando nos damos cuenta de eso, nos
desconectamos también. A veces lo dejamos
pasar, pero para nosotras se muere todo ahí
mismo.”

Para no venirte como caballo desbocado


y sin que ella haya tenido un orgasmo, te
hago otra importante recomendación: la
inmersión. Significa estar ahí presente,
con la mente enfocada en el momento,
estar conectado con ella y con lo que
están viviendo.

No es justo que una mujer se abra contigo


sexualmente, te comparta su intimidad,
para que en pleno acto tú estés pensando
en el video porno tan brutal que viste el
otro día o que solamente estés pendiente
de la cavidad donde lo estás metiendo.

Si te atrae ella, pues aprovecha, enfócate


en su placer y la energía sexual que están
compartiendo. Están en un momento de
intimidad y eso requiere de mucha
generosidad. Tienes que estar ahí con
ella, respondiendo a sus reacciones,
compenetrándote con ella.

Si no llegas a despertar esos placeres


intensos en ella y te limitas a satisfacer tus
ganas, será un momento incómodo y
aburrido que ella no querrá repetir jamás.

Y como en el sexo la comunicación es


vital, ten en cuenta de que, si las cosas
entre tú y ella funcionan, van a venir más
polvos, más experimentación, más
conocimiento mutuo y más diversión.

CUESTIÓN DE
ACTITUD
Más que la técnica, hay algo que no te
puede faltar en la cama y eso es LA
ACTITUD. Sí, la actitud, porque podrías
no ser el más experimentado ni tener una
técnica perfecta, pero tu actitud positiva,
esas ganas de hacer las cosas puede darte
muchos puntos.

¿Te acuerdas de cuando eras niño y la


profesora te daba una carita feliz al final
de la clase por esforzarte y mostrar
interés? Pues bueno, esa actitud es la que
hará que tu chica te dé carita feliz, que
tenga le dejes a ella una sonrisa de
satisfacción pintada en la cara y te
conceda el título de excelente amante.

¿Qué características tiene un hombre con


buena actitud en el sexo?

- Ser proactivo, es decir, no


q u e d a r t e q u i e t o , m ov e r t e,
experimentar, intentar distintas
cosas.

- Estar pendiente de tu pareja,


leerla, escucharla, observar sus
reacciones e interpretar las señales
que te envía su cuerpo con cada
cosa que haces, preocuparte por
que ella sienta mucho placer.
- Mostrar interés por mejorar,
porque puede que tu experiencia
no sea mucha y no domines a la
perfección ciertas técnicas. Pero
eso no es un problema si muestras
ganas, si le expresas a ella tu deseo
de generarle sensaciones
increíbles.

- Expresar gusto. No hay nada más


matapasiones que hacer todo
como si fueras un robot o no
mostrar gusto, como cuando, por
ejemplo, bajas tu cara hasta su
entrepierna. Ninguna persona se
sentirá cómoda si el otro no se ve
emocionado, entusiasmado y
mirándola como si fuera lo más
sexy que ha visto en su vida.

“No me gusta que me hagan sexo oral con


asco, como si tuvieran que cumplir por
hacer una tarea, que se demoren apenas un
minuto y ya quieran meterlo. Si no te gusta
mi vagina, entonces no te gusto yo. Y si
siento que no te gusta mi vagina, jamás me
voy a entender en la cama contigo. Punto.”

Hay hombres que piensan que su pene es


su centro de operaciones y que el sexo es
meterlo, moverlo y usarlo bien. Y no,
hermano, el falocentrismo está mandado
a recoger y puedes hacer muchas otras
cosas como ya te he explicado

“Una vez llevé a mi casa a un chico que


me encantaba y de la emoción, pasé a la
decepción. Me estaba dando en posición
misionero mirando al frente, a la cabecera
de la cama, no a mí. Nunca me miró a los
ojos en todo el rato. Yo intentaba moverme,
gemir, para ver si me ponía cuidado a mí,
pero él estaba como en su propio mundo.
Tampoco hablaba casi nada y ni siquiera
un gemidito para yo saber si de verdad lo
estaba disfrutando. Quedé tan aburrida
que cuando me volvió a escribir para
repitis, me hice la loca.”

Hay a quienes les pasa que, por estar


pensando en hacer las cosas
perfectamente, se concentran demasiado
y olvidan lo que es tener una buena
actitud, sonreír, mostrar comodidad,
relajarse.

¡Ten cuidado con las caras que haces!


Como dice el caso anterior, esa
inexpresividad de algunos hombres puede
llevar las ganas de una mujer a niveles
bajo cero en un instante. Porque, aunque
puedan estar concentrados en su tarea,
nerviosos o su personalidad sea un tanto
parca, ellas lo interpretarán de una sola
manera: que no están interesados en ellas
ni un poquito.

No puedes ser que estés en pleno acto con


una chica y estés con cara de jugador de
póker con todos tus músculos faciales
tensos.

No estás con una muñeca inflable, estás


con una persona que también necesita
excitarse visualmente y sentir que estás
involucrado cien por ciento en lo que
están haciendo.

“Por favor, no sean insípidos. Rujan,


giman, jadeen, digan algo, porque nosotras
no somos adivinas. No puede ser que
después de estar ya entrados en gastos, no
se conecten, no se motiven, no digan nada.
El sexo es una cosa de dos y si no te metes
en la situación, ¿para qué gastas tiempo en
conseguirlo?”

Estar, se trata de estar, en cuerpo y mente.


Y esto está relacionado con todo lo que
hemos tocado hasta ahora y lo que
trataremos en las siguientes páginas.
Muestra buena disposición para el juego
previo y el sexo oral, mira más allá de tu
propio placer y expresa el deseo que estás
sintiendo para darle seguridad a tu chica
cuando ella te esté haciendo oral a ti o
estén en la penetración. Así como las
mujeres usan los gemidos para demostrar
placer y motivar al hombre para que siga
en competencia sin bajar el ritmo, así tú
debes mostrarle a ella que te gusta lo que
te está haciendo.

“Si hay algo que me arreche es escuchar


gemir a un man como si fuera un animal,
un toro. Háganle saber a la nena que lo
están disfrutando, hagan caras, pero nunca
se queden ahí en blanco porque nos
bajoneamos enseguida.”
VOLVIENDO AL
PUNTO G
Esta parte tan pequeña pero importante
de la anatomía femenina merece mucho
más espacio dentro de este libro, por lo
que vamos a extendernos un poco a
explorar este foco de placer.

Ya sabemos que la mayoría de mujeres


que llegan al orgasmo lo consiguen
gracias a la estimulación de la parte
externa del clítoris. Pero ¿es posible
hacerlo por vía vaginal a través de la
penetración? Por supuesto que sí, y esto se
logra con la estimulación del punto G.

Si lo haces bien, ten por seguro que hasta


un buen squirt le vas a sacar a tu chica y
ella nunca lo olvidará.
Presionar en vez de
masajear, variando el
tipo de estimulación
Muchas mujeres sienten más placer
cuando les presionas el punto G en vez de
masajearlo. Claro que no todas lo sienten
así, pero esto lo puedes hablar con tu
chica para probar cómo se siente ante
diferentes tipos de sensaciones.

En caso de que la presión sobre el punto


G sea más efectiva que el masaje a la hora
de excitar, puedes recurrir a dos opciones:
la primera es presionando el punto G con
la punta del dedo como si estuvieras
tecleando en clave morse, de manera
espaciada, cambiando el ritmo, la
velocidad y la fuerza con la que presiones,
obviamente sin pasarse.

La segunda opción es la que vamos a


tratar aquí más extensamente y es que
con tu pene vas a ejercer esa presión
sobre su punto G. Por eso te voy a
enseñar varias posiciones que te ayudarán
a estimular con más precisión esa zona.

En cuatro

En cuatro, por detrás o de perrito, como


lo quieras llamar. Se trata de una posición
sexual cómoda y fácil de ejecutar que
tiene como ventaja que logra una
penetración profunda que permite
alcanzar el punto G.

Es una posición que funciona bien para


hombres que no tengan un pene muy
grande.

Más que profundidad, esta postura


permite un ángulo indicado para que el
pene toque la pared frontal de la vagina,
que es donde se encuentra ubicado el
punto G.

Lo ideal para lograr esto es que ella se


ponga sobre sus rodillas y pies y levante la
espalda un poco por encima de la altura
de sus nalgas. Esto con el fin de lograr el
ángulo indicado y que tu glande pueda
ejercer esa presión sobre el punto G.
La profunda

Como su nombre lo dice, esta posición


tiene el objetivo de alcanzar la máxima
profundidad vaginal.

En esta posición tú te encargas de


controlar toda la acción introduciendo el
pene y empujando, mientras que ella se
tumba boca arriba con las piernas hacia
arriba.

Además, sostienes las piernas de ella


arriba y echándolas un poco hacia
adelante para lograr la inclinación y el
ángulo adecuado de penetración.

La dominante
A diferencia de las dos posiciones
anteriores, esta le permite a la mujer
tener todo el control de la situación, por
lo que para una mujer no muy
experimentada o con la que no tengas la
suficiente confianza, esta posición vendría
muy cómoda para ella.

Tú te acostarás boca arriba con la


espalda apoyada en una superficie
horizontal, como puede ser la cama. Y
ella se sentará encima de ti.

El ritmo y la profundidad de la
penetración irán por cuenta de ella, que
controlará los movimientos con sus
caderas y la fuerza de sus piernas.

Si ella está sentada de frente hacia ti,


puede arquear un poco su espalda hacia
atrás, para que tu glande (en caso de que
tu erección apunte hacia arriba) pueda
tocar la pared frontal de su vagina.
En cucharita

Una postura sexual clásica y muy cómoda


para ambos.

Tú serás la cuchara grande. Y para que


esta posición sea efectiva para estimular el
punto G, ella debe inclinar sus rodillas
hacia adelante para que tú puedas
penetrarla correctamente desde atrás.

Así también en esta posición podrás besar


su nuca, sus orejas, su espalda y acariciar
sus pechos e incluso masturbarla tocando
su clítoris para una doble estimulación.

La posición ofrece un ángulo perfecto


para que la punta de tu glande toque la
pared frontal de su vagina.

La amazona
Esta postura requiere de cierta habilidad
y de que ambos tengan la suficiente
fuerza, tú en tu cuello y tus hombros para
cargar su peso y ella para sostenerse.

En esta posición te mantendrás de pie y


ella se subirá a horcajadas sobre ti.

Ella es quien se encargará de hacer los


movimientos pélvicos que harán que tu
pene alcance el punto G, mientras que
puedes usar tus manos para acariciar su
ano, sus pechos o lo que quieras.

También podrán besarse mientras tanto,


pues sus caras estarán muy cerca. Es una
posición que, como te menciono requiere
fuerza y habilidad, porque una caída de
ella podría lastimar severamente tu pene.

En caso de que a los dos les quede muy


difícil esta posición de pie, pueden optar
por practicarla sentados.
El ventilador

Esta también es una posición para parejas


arriesgadas que practiquen nuevas
habilidades.

Esta postura también per mite la


penetración profunda y una buena
estimulación. Aquí tú tendrás que atraerla
a ella hacia tu cuerpo, metiendo las
manos entre las piernas de ella, quien
tiene las piernas separadas.

Mientras la penetras, puedes acariciar su


clítoris y sus pechos, generando una
variedad de sensaciones en ella.

La flor de loto

Permite la penetración cara a cara y eso


resultará muy placentero para ambos. Es
una postura muy erótica que facilita la
estimulación del punto G.

Para hacer esto, debes sentarte con las


piernas rectas o también cruzadas con los
tobillos cruzados entre los muslos.

Ella, por su parte, se sentará sobre ti y


envolviendo las piernas alrededor de tu
cintura, facilitando una penetración muy
cercana y con una gran cantidad de
contacto físico. Podrán besarse, tocarse,
acariciarse y mirarse muy de cerca a los
ojos.

La dulzura oriental
Esta posición consiste en que ella se
acueste boca arriba con las piernas
ligeramente abiertas y las rodillas
dobladas.

Tú lo que tendrás que hacer es deslizar


tus muslos encima de ella, elevando su
pelvis para que esté a la altura necesaria y
así poder penetrarla.

Ella probará a permanecer en una


posición pasiva y dejarse llevar, poniendo
toda tu atención en los movimientos que
haces y cómo logras presionar su punto
G.

El sacacorchos
En esta posición se requiere más trabajo
de parte de tu chica.

Tú lo que debes hacer es acostarte boca


arriba con las piernas ligeramente
abiertas y la cabeza elevada con una
almohada.

Entonces ella se va a sentar sobre ti de


manera perpendicular a tu cuerpo, en
cuclillas y manteniendo las piernas juntas.
Sosteniéndose con los brazos, empieza la
penetración, la cual ella manejará a su
propio ritmo para encontrar su punto de
placer.

LLEGA
VICTORIOSO
DESPUÉS DE
VARIOS
ROUNDS
Como te dije anteriormente, los hombres
estamos genéticamente diseñados para
dejar nuestro preciado esperma y luego
caer rendidos en un período refractario
que puede ser el fin de la faena, mientras
que las mujeres no se tienen que
preocupar por eso.

Pues al carajo los dictámenes de la


naturaleza, porque después del primer
round siempre puede haber un segundo,
un tercero, un cuarto… y bueno, tantos
como la energía y el tiempo te permitan.

Y es que es posible preparar tu cuerpo


para más de una venida sin que eso se te
convierta en una tarea titánica. ¿Cómo?

La división entre
orgasmo y eyaculación
Es posible que, sin proponértelo, hayas
experimentado en algún momento de tu
vida un orgasmo sin haber expulsado una
gota de semen.

Es como si al final, al momento de


estallar, la eyaculación retrocediera, pero
las contracciones espasmódicas suceden y
el placer es casi similar al de un orgasmo
con eyaculación.

La realidad es que es posible tenerlos,


pero casi ningún hombre se ha dado la
tarea de entenderlo y de hacerlo de forma
consciente. Esto es lo que se conocería
como multiorgasmo, porque puedes
experimentar eso varias veces de manera
controlada antes de que tengas por fin
una eyaculación y eso es una técnica que
puedes dominar si te lo propones y le
pones disciplina a la cosa.

Lo primero que tienes que saber, amigo,


es que el orgasmo y la eyaculación son
dos procesos diferentes. Casi siempre van
en simultáneo, pero es posible que
sucedan de manera separada.

Así como es posible tener una eyaculación


sin el placentero orgasmo, se puede tener
un orgasmo sin eyaculación.

Pero ¿cómo hacerlo?


Te daré unas claves, pero eso sí, te
advierto que esto no es algo que
perfeccionarás de un día para otro, que es
cuestión de mucho autoconocimiento,
práctica y paciencia, pero que por
supuesto es posible de lograr.

Aprende a controlar la
eyaculación
Como ya te había dicho en anteriores
apartados, hay manes de controlar la
eyaculación como el edging y los
ejercicios de Kegel. Estos últimos
ejercicios tienes que practicarlos por
semanas para experimentar los
resultados.

A medida que vayas ejercitando tus


músculos del piso pélvico, te darás cuenta
de que puedes controlar con más firmeza
tu propia excitación.
Prueba a hacer esos mismos ejercicios de
contracción de los músculos del piso
pélvico durante el sexo y cuando sientas
que estás muy cerca de venirte.

Ahí es que te darás cuenta de que puedes


retrasar la salida del semen sin dejar de
experimentar el placer del orgasmo. Eso
es lo que se conoce como multiorgasmos.

Maneja la tensión sexual


Aprende a dirigir esa tensión a otras
partes de tu cuerpo y no sólo a tu área
pélvica o a tu pene para retrasar la
estimulación que lleva a la eyaculación.

En el sexo, prueba posiciones que creen


tensión en tus brazos y piernas para
distribuir la energía a esas áreas.

También anima a tu chica a que estimule


zonas erógenas de tu cuerpo, como los
pezones, la boca, las orejas, el cuello, el
perineo y demás, para que la excitación se
enfoque en esas áreas y la concentración
en tu pene disminuya y consigas dominar
tu propia excitación.

Aprende a respirar
Aunque no lo creas, la mayoría de
personas no sabe respirar, sólo se limitan
a hacerlo de manera inconsciente. Pero
una respiración correcta no sólo te va a
ayudar a oxigenar mejor tu cuerpo, sino
que te ayudará a lograr la multiplicidad
orgásmica.

Cuando estés muy excitado en el sexo y


acercándote a esa sensación de cosquilleo
en tu ingle que precede al orgasmo,
intenta respirar profundamente para así
relajarte y bajar tu ritmo cardíaco.

Respirar profundo consiste en inspirar


por la nariz lo que más puedas y
concentrar el aire en tu diafragma, es
decir, llevándolo como si quisieras inflar
tu estómago. Luego exhala hasta que
sientas que tu pene y tus testículos se
elevan un poquito. Repítelo varias veces
hasta sentir que tu eyaculación se ha
retrasado.

Presión en puntos clave


Existen tres puntos clave en tu pene:

- El primero: Se encuentra justo


debajo del glande, que se conoce
como frenillo y es donde se
encuentra el pliegue que se une
con el prepucio.

- El segundo: Se halla alrededor de


la base del pene.

- El tercero: Lo encontrarás en
algún punto del perineo (la línea
entre los testículos y el ano).
En diferentes etapas del proceso previo al
orgasmo, prueba a presionar en alguno
de estos puntos con la yema del dedo para
controlar la eyaculación. Esta técnica se
usa en el tratamiento de eyaculadores
precoces, pero es muy eficiente si quieres
perfeccionar el multiorgasmo.

Y después de venirte…
¿game over?
¿La pasión tiene que acabar con la
eyaculación? La respuesta es no.

Sé que los hombres experimentos


diferentes sensaciones justo después de
eyacular, como sueño, agotamiento,
letargo e hipersensibilidad especialmente
en el pene y los testículos, todos en
d i f e r e n t e i n t e n s i d a d . Pe ro e s t a s
sensaciones pueden impedir que el sexo
continúe.
Sin embargo, esto es perfectamente
llevadero y claro, puedes lograr períodos
refractarios mucho más cortos para que la
diversión se prolongue por un rato más.

Haz ejercicio
Estar en buena forma y hacer ejercicio
con regularidad, puede hacer que te
canses mucho menos durante el sexo, tu
sangre permanezca más oxigenada,
tengas un mayor nivel de energía y tu
nivel de testosterona se mantenga en unos
niveles altos.

Con que vayas al gym, hagas ejercicios en


casa y hagas sesiones de cardio varias
veces a la semana, lograrás períodos de
refracción más cortos y menos intensos.
Una dieta balanceada
Los alimentos ricos en grasa, azúcares y
carbohidratos, así como el alcohol,
pueden contribuir a que tus niveles de
testosterona sean menores. Esto incide en
períodos refractarios mucho más largos y
a que te canses con mucha más facilidad.

Para que tengas un mejor rendimiento en


el sexo, te aconsejo consumir con
regularidad los siguientes alimentos:

- Fresas y frambuesas: Son ricas en


zinc, mineral que puede ayudarte
a que tu nivel de libido
permanezca óptimo.

- Frutos secos: Almendras, maní y


nueces te ayudarán a mejorar tu
rendimiento sexual y el
funcionamiento de los músculos
por su rica cantidad de zinc y
magnesio.
- Aguacate: Rico, no sólo en grasa
saludable, sino en vitamina E,
conocida como la vitamina del
sexo, pues favorece el flujo
sanguíneo y el aporte de oxígeno a
tu pene y también ayuda a la
producción de hormonas sexuales.

- Sandía: Aunque no lo creas, esta


deliciosa fruta tiene propiedades
casi afrodisíacas debido a la
sustancia que se encuentra en su
corteza conocida como citrulina,
que cuando es ingerida por el
organismo se convierte en un
aminoácido llamado arginina. La
arginina estimula producción de
óxido nítrico y relaja los vasos
sanguíneos para permitir el paso
de más sangre, tal y como lo
hacen medicamentos como el
viagra.

- Ginseng: Un té de ginseng una


vez al día puede mejorar la
calidad de la erección, pues
produce aumento del flujo
sanguíneo y cambios hormonales
positivos para la libido.

- A t ú n , p o l l o y p avo : E s t o s
alimentos tienen una alta cantidad
de vitamina B3 que ayuda a
aumentar el apetito sexual.

- Mariscos: Los mariscos, en


especial las ostras, son conocidos
por sus propiedades afrodisíacas y
esto no es un mito. Estos tienen
alto contenido en zinc y vitamina
B12, la cual ayuda a la
producción de glóbulos rojos en la
sangre y un mejoramiento del
flujo sanguíneo.

Mastúrbate menos
No, no y no estoy satanizando la
masturbación de ninguna manera, pues
considero que la masturbación es muy
sana en su justa medida, te ayuda a
conocer tu propio cuerpo y descubrir lo
que te gusta. Además, con ella puedes
practicar ejercicios como el edging que
ayudarán a mejorar tu vida sexual.

Entonces sí, la masturbación puede ser


muy positiva si no la practicas tan seguido
ni como forma de quitarte la rabia, el
estrés o la frustración.

He conocido casos de personas que se


masturban varias veces al día en el baño
de la oficina para poder gestionar
emociones negativas como el estrés, lo
cual los lleva a crear una noción negativa
del deseo sexual y lo hacen sin sentir
verdadero placer.

La idea es que tú seas dueño de tu cuerpo


y sepas controlar tus deseos y emociones.
Y eso también incluye el deseo de
masturbarse.
En el caso de que quieras tener relaciones
sexuales de varios rounds y poder venirte
varias veces en una sesión, te recomiendo
reducir la frecuencia con la que te
masturbas.

De esa manera, tendrás una producción


mayor de semen y mantendrás tu energía
sexual a niveles más elevados para
cuando se dé la oportunidad de tirar.

EL SECRETO
DE LOS 14
CENTÍMETROS
A todas estas, ¿sigues acomplejado por tu
tamaño?

En la sociedad se suelen venerar los penes


grandes, porque supuestamente inspiran
más masculinidad y un montón de cosas
que no tienen nada que ver con la
realidad. Eso es basura que nos han
metido en la cabeza.

Te puedo asegurar que no hay ninguna


evidencia científica de que el tamaño sea
impedimento para darle placer sexual a
tu pareja ni para disfrutar de una vida
sexual sana y satisfactoria.

Ya has visto que el juego previo, el sexo


oral y otros trucos pueden conseguir que
tu chica acabe varias veces sin necesidad
de que tengas que introducir tu pene en
su vagina.

Para llegar más allá


Pero si en cuanto a la penetración,
todavía tienes dudas sobre qué tan
profundo puedes penetrar a tu chica y
estimularla, hay que saber elegir
posiciones sexuales que favorezcan la
fricción y que sean más profundas. Ideal
si tu pene es pequeño.

¿Quieres conocer qué posiciones te


pueden ayudar? Es posible que te rías,
pues algunas pueden tener unos nombres
bastante exóticos. ¡Aquí van!

La profunda
Si tu pene no es muy grande, hay que
hacer que la penetración se sienta.

Y sí, insisto en que ella no necesita un


pene de 20 centímetros para terminar
gimiendo como loca y despertar a los
vecinos. La profunda es una excelente
opción.

Esta posición consiste en que ella se


tumbe boca arriba y levante las piernas. A
continuación, tú de rodillas frente a ella
como si fueran a hacer el misionero hagas
que ella doble las rodillas y ponga los pies
en tus hombros.

Con tu cuerpo flexionarás más las piernas


de ella y tu cara quedará sobre la de ella,
con una penetración profunda y que tú
podrás controlar.

De nuevo, el perrito
nunca falla
Es una posición que gusta a la mayoría de
los hombres y es muy placentera para
ambos, pues permite una penetración
profunda y la estimulación del punto G.

Que tu pareja tenga la espalda recta, un


poco levantada con respecto a su cadera o
tenga el pecho sobre la cama, creará en
ella distintas sensaciones placenteras con
las que pueden variar.
La catapulta
Lo interesante de una posición como la
catapulta, es que conseguirás que tu pene
entre a profundidad en ella.

En esta posición tú deberás estar de


rodillas y con el torso recto. Ella se
acostará boca arriba con las piernas
levantadas al igual que su pelvis a la
altura necesaria para que puedas
penetrarla. Sus piernas podrán reposar en
tus hombros.

Además, el ángulo de penetración


consigue estimular la pared frontal de su
vagina.

También les permitirá contacto visual


durante el sexo y tú podrás controlar el
ritmo y la velocidad de la penetración.
Ayúdate de una almohada
Otra postura que también permitirá una
penetración profunda y la estimulación
del clítoris de ella es la siguiente: que ella
se acueste boca abajo y ponga una
almohada bajo su vientre para elevar las
nalgas unos centímetros por encima de su
torso.

Luego la penetras vaginalmente por


detrás, haciendo que tu pene entre por
completo y garantizando una satisfacción
plena para los dos.

La tumbona
Es una posición en que el contacto de
manos y bocas se limita y el protagonismo
radica en la penetración.

Aunque se van a poder estar mirando, tú


vas a tener que apoyarte con tus manos
hacia atrás por lo que no podrás
acariciarla a ella mientras ocurre la
penetración.

Ella tendrá que estar acostada boca


arriba apoyada en una almohada y poner
sus pies sobre tus hombros.

Si ambos desean una experiencia más


intensa, pueden probar a que ella ponga
un cojín debajo de su zona lumbar.

En esta posición ella es quien va a poder


controlar la profundidad y la velocidad de
l a p e n e t r a c i ó n , p u e s va a e s t a r
moviéndose de arriba hacia abajo.

El delfín
Esta posición va muy bien para parejas
que ya llevan un tiempo conociéndose y
probando cosas en el sexo, porque se trata
de establecer mucha confianza.

Se trata de que ella haga una especie de


puente con su cuerpo, mientras que tú vas
a sostener sus muslos con tus brazos y la
tomarás de la parte final de la espalda o
de sus nalgas.

Ella va a estar en una posición inversa,


apoyada sobre sus hombros y la parte
trasera de su cabeza y tú vas a tener que
sostenerla de la parte inferior de su
cuerpo para que no se vaya a hacer daño.

Tú serás quien vaya de rodillas y lleve el


ritmo. Este tipo de penetración es un
poco fuera de lo común, requiere un poco
de resistencia, pero valdrá la pena, pues
estimula el punto G y las paredes
vaginales.

El águila
Esta posición puede no ser del todo
cómoda para ella si no está
acostumbrada, pero garantiza un máximo
placer.
Ella se acostará boca arriba con las
piernas hacia arriba y muy abiertas. A lo
que tú vas a acomodar tu cuerpo sobre el
de ella, sosteniendo sus piernas para que
no se canse.

Esta posición permite un contacto


amplio, tanto físico como visual. Podrán
besarse y acariciarse.

Aquí tú tendrás que hacer todo el trabajo


y ella se podrá relajar mientras tú
controlas los movimientos y el ritmo. Al
estar relajada y contigo en acción, es
posible que llegue a un orgasmo
fulminante.

Las llaves cruzadas


Es una ligera variación del águila. Ella va
a estar acostada boca arriba con las
piernas levantadas pero cruzadas.
La diferencia también es que tú vas a
estar de pie frente a ella penetrándola y
usando tus manos para cruzar y
descruzar sus piernas, provocando
diferentes intensidades en la sensación, y
usando sus piernas para contraer sus
músculos y así lograr una penetración
más estrecha.

El héroe
Es una posición que parte de algunas de
las posturas mencionadas anteriormente.
Ella levantando un poco su pelvis, tú vas a
poder penetrar con más profundidad y así
estimular su punto G hasta el orgasmo.

Aquí ella se tendrá que acostar boca


arriba mientras que tú le sujetas las
piernas y haces que su pelvis se levante un
poco.
Ella tiene que doblar un poco las piernas
y relajar su cuerpo para que tú puedas
entrar con más facilidad.

Dile a ella que, con sus manos, puede


tomarte de las piernas para ir marcando
el ritmo que más le gusta.

La pierna arriba
Para esta posición, dile a ella que se
acueste boca arriba y que levante una
pierna. Entonces tú vas a sentarte en
medio de sus piernas poniendo la que está
levantada sobre tu hombro.

El hecho de que ella suba la pierna, te va


a permitir introducir tu pene más
profundo y conseguir placer extra para
los dos.

Es una postura de contacto visual muy


brutal y tendrás una mano libre para
acariciarla en zonas como el clítoris y las
tetas. Ella también podrá acariciarte con
sus dos manos. ¡Placer en simultánea!

La mariposa
Si tu pene no es muy grande, lo ideal en
la penetración es encontrar el ángulo
indicado para estimular las paredes del
canal vaginal.

Para esto, te digo de una vez que muchas


veces no van a ser poses sencillas, pero
explorar nuevas sensaciones y novedades
siempre es divertido y vale la pena.

En la postura de la mariposa, ella debe


acostarse sobre una superficie plana (la
cama o una mesa) y levantar la pelvis a la
altura de tu pene, de forma que tú puedas
entrar en ella.

El truco aquí es que ella tenga sus nalgas


en el borde de la superficie e ir probando
el ángulo y el ritmo que los haga sentir
más cómodos.

Una vez más, el sacacorchos


No es una posición muy imaginativa y es
más bien sencilla, pero lo que sí te
aseguro es que es bastante efectiva e
intensa.

Tú vas a acostarte boca arriba, mientras


que ella se tiene que sentar sobre ti con
las piernas juntas.

Mientras tú la penetras, ella deberá


deslizarse sobre ti en movimientos de
ar riba hacia abajo, movimientos
circulares o como mejor se sienta.
Nirvana
Es una variación del ya conocido
misionero, pero en el Nirvana descubrirás
una que otra vuelta interesante.

En esta posición ella va a estar acostada


boca arriba con las piernas estiradas y los
brazos sobre la cabeza, mientras que tú te
vas a poner encima de ella mientras te
mueves de atrás hacia adelante.

Para crear una sensación más intensa y


maximizar el efecto de esta postura, dile a
tu chica que cierre las piernas durante la
penetración. Eso va a crear más estrechez
debido a la tensión de los músculos de su
piso pélvico.

Como ventaja adicional, es una posición


que permite las caricias y los besos
durante el coito.
La esfinge
Para esta posición, dile a tu pareja que se
acueste apoyando su estómago boca
abajo mientras sostiene su propio peso
con sus antebrazos. Una de sus piernas
debe estar estirada hacia atrás y la otra
doblada hacia un lado.

Tú, por tu parte, tienes que estar


ligeramente encima de ella, apoyándote
sobre tus brazos y penetrando desde atrás.

La presión de tu cuerpo sobre la pelvis de


ella va a generarle una dosis extra de
placer, mientras que tú sobre ella vas a
poder tener la sensación de que están
fundidos en uno solo. Así vas besarla y
acariciarla tanto como puedas.
Cabalgar de for ma
inversa
Es una posición muy beneficiosa,
especialmente para ella, pues será ella
quien tenga que hacer movimientos
pélvicos firmes hacia adelante y hacia
atrás.

Aquí tú tendrás que estar acostado boca


arriba, mientras ella dirige la penetración
sentada sobre ti dándote la espalda.

Ella va a lograr una potente estimulación


de la zona del clítoris y le será más fácil
alcanzar el orgasmo, mientras que para ti
esta posición estimula bastante los
testículos.
El caracol
Dejamos para el final una de las más
efectivas y que no dudarás en probar
apenas puedas.

Aquí ella tendrá que acostarse en el suelo,


apoyada en una almohada, doblando las
piernas para dejar las rodillas lo más
cerca que pueda de sus pechos y luego
pone las piernas sobre tus hombros.

Tú la penetrarás de rodillas e inclinando


tu torso hacia ella, mientras se miran a los
ojos, lo cual te estimulará muchísimo
visualmente.

La técnica de contar
Podría parecerte loco, pero los números
pueden ayudarte a crear una especie de
coreografía a la hora de una buena faena.
Al principio, contar podría distraerte un
poco del disfrute en el que estás, pero con
el tiempo se puede volver un proceso
mecánico, como cuando aprendes a
conducir un carro o te memorizas unos
pasos de baile.

Se trata de contar, sí, de contar. Estás en


medio del coito y empieza a contar:

- Ocho penetraciones superficiales


(sólo el glande) y una profunda.

- Siete penetraciones superficiales y


dos profundas.

- Seis penetraciones superficiales y


tres profundas.

- Cinco penetraciones superficiales


y cuatro profundas.

Va s a u m e n t a n d o e l n ú m e r o d e
penetraciones profundas hasta que todas
las nueve sean profundas. Y antes de que
pienses que sólo vas a seguir con
penetraciones profundas, vuelves a
empezar el ciclo.
Está en ti aprender a controlar tus
impulsos en beneficio de unas relaciones
sexuales satisfactorias para los dos.

Eres más que un pene

“El mejor sexo que he tenido fue con un


man que no tenía sino como 12
centímetros. Era impresionante lo varonil
que era, la forma en que me cogía porque
lo que más disfrutaba de estar con él eran
sus manos. Si hay una palabra que pueda
definir eso, yo creo que estaba encoñada con
él. Estuvimos andando dos años y nunca
se me olvida lo rico que la pasé con él.”

El acomplejarte con un pene que no llene


tus propias expectativas puede inhibir las
destrezas que has desarrollado a lo largo
de tu vida sexual. ¿Y sabes? Esas destrezas
hablarán más de ti que unos centímetros
de menos.

Como hombres sometidos a la presión de


llenar esa imagen falsa de virilidad,
queremos siempre tener el pene más
grande que nos ayude a reafirmarnos.
Pero el tener un pene como si fueras un
sátiro de la Antigua Grecia no va a
aumentar tus capacidades sexuales.

Acomplejarte solo va a lograr que no te


abras a tu pareja sexual, que te sientas
todo el tiempo temeroso y avergonzado
de lo que tienes. Nadie es culpable del
tamaño de pene que le asignó la
naturaleza y lo que tienes está bien, no
hay nada de malo en tener un pene
promedio o menor al promedio.

Tampoco te predispongas a la hora de


conocer a una mujer y más bien, saca
todo ese talento que tienes, lo que has
aprendido en estas páginas y pon a esa
chica a gozar como una loca. Te aseguro
que ella querrá seguir viéndote si logras
sacarle más de un orgasmo.

¡Ve con toda, amigo! ¡A gozar y a hacer


gozar! De eso se trata el sexo.
EPÍLOGO
La fórmula para
descubrir el
secreto
¿Cuál es la formula para descubrir el
secreto de los 14 centímetros?

HABLAR + ESCUCHAR +
ENTENDER
Entre todos los trucos, las técnicas y los
secretos que te he contado a lo largo de
este libro, estos tres son los mejores
consejos que te puedo dar para que
tengas una vida sexual satisfactoria tanto
para ti como para las mujeres con las que
te involucres.
Agreguemos también la creatividad que
se necesita para proponer cosas nuevas,
que doten al sexo de la novedad y la
diversión que debe tener.

Quizá ninguna mujer con la que has


estado te ha dicho lo que pensaba de tu
rendimiento, lo que quería o lo que
podías mejorar en tus técnicas. Eso
sucede más de lo que crees y es
lamentable.

Muchas veces los seres humanos no


somos lo suficientemente comunicativos y
perdemos grandes oportunidades de
educar al otro, de enriquecerlo y de
ayudarlo, por no expresar lo que sentimos
o lo que pensamos.

Por ende, tú debes animarla a que ella te


hable abiertamente, haciéndola sentir
cómoda y segura. Tú también, amigo, sé
claro con lo que te gusta, lo que quieres,
lo que piensas y lo que esperas con
respeto, con calma, con complicidad.
Ya te habrás dado cuenta de que el
r e s p e t o, e l c o n s e n t i m i e n t o y l a
generosidad también son atractivos y se
sincronizan perfectamente con la pasión,
el morbo, el deseo, la picardía y los juegos
sexuales.

Tener virtudes y empatía también son


parte de ser un excelente amante.

No se puede ser buen amante si no eres


buena persona, y te recomiendo seguir
cultivando todo tipo de cualidades que
aumenten tu valor como amante, como
compañero sexual y como ser humano.

El sexo es diversión para las partes


involucradas. ¡Diviértete y divierte!

¡Éxitos!

ACADEMIA PARA CABALLEROS

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