Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 52

añ imp

o re
20 so
20
COLECCIÓN
MEMORIAS DE MI BARRIO
DIRECCIÓN DE CULTURA Y PATRIMONIO HISTÓRICO - ALCALDÍA DE MANAGUA

Barrio
Julio Buitrago

Se
m
Añ ana
o
4, del
No Lib
. 5 ro
.
COLECCIÓN MEMORIAS DE MI BARRIO

Barrio
Julio Buitrago

Walter Felipe Navarro Martínez

© 2018
Alcaldía de Managua
Colección Memorias de Mi Barrio
BARRIO JULIO BUITRAGO

Una producción de la Alcaldía del Poder Ciudadano de Managua.


Dirección General de Desarrollo Humano.
Dirección Específica de Cultura y Patrimonio Histórico.
Centros de Historia del Poder Ciudadano.
© 2018 Alcaldía de Managua.
Clemente Guido Martínez, Presidente del Jurado Calificador
Concurso Memorias de Mi Barrio.

Autor: Walter Felipe Navarro Martínez.


Revisión de Contenido Histórico y Redacción: Marcia Traña Galeano.
Diseño y diagramación: Octavio Morales Serrano.
Fotos: Responsabilidad del autor.
Tiraje: 1,000 ejemplares.

Nota:
En la presente publicación, la Dirección de Cultura y Patrimonio
Histórico de la Alcaldía de Managua no se responsabiliza por
conceptos, opiniones, afirmaciones, mal apodos, errores u omisiones
vertidas en el texto, siendo única y exclusiva responsabilidad del
Autor o Autores.
Walter Felipe Navarro Martínez

Contenido.-

Presentación.- ...................................................... Pág. 5


Agradecimiento.-.................................................. Pág. 7
Introducción.- ...................................................... Pág. 8
Antecedentes.-..................................................... Pág. 9
Origen del Barrio. ............................................ Pág. 11
Fundadores y Primeros
Pobladores Del Barrio.- .................................. Pág. 20
Los Arboles Del Barrio.- .................................. Pág. 26
Gustos y Costumbres.- ..................................... Pág. 29
Festividades.- ..................................................... Pág. 31
Mitos y Leyendas.- ............................................. Pág. 33
Participación del Barrio
En La Insurrección de 1979. ............................ Pág. 36
Héroes y Mártires del Barrio.- ....................... Pág. 37
Fotografías.-...................................................... Pág. 38
Entrevistas.-....................................................... Pág. 43

-3-
Barrio Julio Buitrago

-4-
Walter Felipe Navarro Martínez

Presentación.-

L
a Alcaldía del Poder Ciudadano de Managua, se complace
en presentar a la población la cuarta edición de la colección
MANAGUA EN LA MEMORIA, producto del IV CONCURSO
DE MEMORIAS DE MI BARRIO, realizado durante el año
2016 y del cual resultaron seleccionados para publicarse con
financiamiento municipal, las obras que recopilamos en esta
cuarta colección.
Todo inició hace cinco años, en 2013, con la convocatoria al
primer concurso de Memorias de Mi Barrio, resultando entonces
nueve trabajos seleccionados que se publicaron en febrero
del 2014; se convocó al segundo concurso, resultando once
trabajos seleccionados, los cuales se publicaron en febrero del
2015; y de inmediato se convocó al tercer concurso, resultando
diez trabajos seleccionados que se publicaron, con algo de
retraso en febrero del 2017.
El cuarto concurso se convocó en el año 2017 y de este
resultaron los ocho trabajos aquí presentados en esta edición
que se presenta el 24 de Julio del año 2018. Ocho trabajos en
total, los cuales sumados a todos los anteriores, hacen una
colección de 39 cuadernos de historia popular de nuestros
barrios, mercados y comarcas, más un par de trabajos generales
sobre la formación urbana de nuestra ciudad y también sobre
sus orígenes prehispánicos.
Son numerosos los autores colectivos de estos trabajos,
mucho más sus fuentes vivas de pobladores que fundaron o
construyeron la identidad de los barrios, comarcas y mercados
que han sido objeto de estos concursos; pero la tarea apenas
está en su etapa inicial. En Managua contamos con un tanto
más o menos 500 barrios, por lo que la cantidad indicada con
anterioridad de 38 trabajos publicados, es realmente menor
del 10% de los barrios existentes, por lo que nuestras metas
siguen vigentes y los esfuerzos que realizamos para avanzar
en la reducción de la falta de memoria de nuestros barrios, es
tan válida hoy como hace cuatro años que iniciamos.

-5-
Barrio Julio Buitrago

Felicitamos muy especialmente a la Dra. Marcia Traña Galeano,


Jefa del Departamento de Patrimonio Cultural; al Cro. Octavio
Morales, Editor; a las compañeras Ana María Zambrana,
Elsa María Cuadra, Dulce María Pastrán, levantadoras de
textos; a las compañeras Martha Ruiz y Michelle Méndez,
administradoras de los fondos de los concursos; a todos los
promotores culturales y bibliotecarios de la Alcaldía de Managua
que han visitado, motivado, seleccionado y presentado para su
concurso los trabajos galardonados, coordinados por las Cras.
Lissette Solórzano, Suzzette Asensio y Miriam Castillo.
De manera especialísima queremos agradecer a DAYSI
TORRES, nuestra Alcaldesa que fue desde 2009 hasta 2017,
y que ha pasado a retiro voluntario al concluir su período
constitucional; y de igual manera felicitamos a REYNA RUEDA,
nuestra nueva Alcaldesa para el período 2018-2022.
Queda abierta la convocatoria para el V CONCURSO DE
MEMORIAS DE MI BARRIO correspondiente al año 2018...
para su publicación en el año 2019, si Dios nos lo permite.
DIRECCIÓN DE CULTURA Y PATRIMONIO HISTÓRICO
ALCALDÍA DEL PODER CIUDADANO DE MANAGUA
24 de JULIO DEL 2018
AÑO 4, No. 5: Barrio Julio Buitrago.

-6-
Walter Felipe Navarro Martínez

Agradecimiento.-

Una parte de las memorias de mi antiguo barrio Frixiones,


después llamado “Barrio o Valle Maldito”, así como “Barrio las
Latas” y a partir de 1979 “Barrio Julio Buitrago ”, ubicado en la
parte occidental de Managua y parte del Distrito II, fueron obras
de doña Lilian Estrada Membreño de sus lejanos y cercanos
recuerdos vertidos en dos sesiones de entrevistas y como
no mencionar en esta autoría a Lidia Ocampo Palacios, hija
de Casimira Palacios fundadora del barrio quien nos recibió
con júbilo y compartió sus recuerdos. Estas dos venerables
damas, nacidas en los años cuarenta y residentes desde niñas
en la parte sur del barrio, me contagiaron de su entusiasmo y
alegría. Mi agradecimiento por revivir parte de la historia de
nuestra barriada.
A Lidia Díaz Montes, que nació y vive actualmente en el barrio
en el sector norte de hablar pausado y de lúcidos pensamientos
y que me supo transmitir el dolor de vivir en la pobreza y a la
vez el orgullo de ser y pertenecer a esta humilde comunidad,
gracias por sus recuerdos que ahora serán preservados y
divulgado por la Comuna Capitalina.
También agradezco al pueblo de Managua porque con el
pago de sus impuestos hace posible esta labor encomiable.
A la Alcaldía de Managua por esta oportunidad y por el Taller
de Investigación sobre Historia Oral que me brindó. A todas
las personas que aportaron datos; a Francisco Mayorga, Julio
Mayorga, Marta Rosales, gracias, muchas gracias.

-7-
Barrio Julio Buitrago

Introducción.-

El rescate de las memorias de mi barrio, en lo personal, no fue


más que un pequeño viaje al pasado, a la niñez y la adolescencia
y desde el tiempo de los que nos precedieron, que conocimos y
que ya se fueron. En esa época pasada, cuando los sueños se
hilvanan, cuando los esfuerzos de niño y de joven parecen que
se truncan por las frustraciones que cargan algunos adultos y las
echan sobre nuestros hombros, o cuando de niño, no queremos
entender lo necesario de la educación, esa que interrumpe los
colores agradables de la naturaleza y la vida, la maravilla de
los juegos para ejercitar nuestros cuerpos y nuestros sentidos
que recién entramos a conocer, para luego corretear por nuestro
entorno aventurándonos día a día a un poco más allá, entorno
que vigilan sigilosos nuestros tutores pero que en un abrir y cerrar
de ojos, no vamos a ese más allá desconocido, inexplorado, ese
cúmulo de pequeñas aventuras, día a día de vivencias se van
quedando en un rincón de nuestra memoria y que nos asalta, en
los sueños, en nuestras soledades, quebrantos y hasta en los
momentos de triunfos alcanzados por el esfuerzo propio y de
nuestros padres. Ellos nos prepararon para el futuro, ese futuro
que es hoy, construido por el tesón de nuestros Padres, que
como un binomio actuaron en nosotros a veces con la coerción
de la tajona, o con el sabio consejo y sincero amor filial.
¿Y los maestros? Ellos, que nos facilitaron los escalones del
conocimiento para construirnos como hombres y mujeres de
la patria, de la familia, de la solidaridad y del amor al prójimo,
que despertaron en nosotros, los niños de ayer, el interés por
el conocimiento de la Historia, de los Números, de las Ciencias
y Letras, acumulados en el misterioso almacén de nuestra
memoria. El pasado, nuestro pasado reciente, las vivencias del
barrio, nuestras vivencias con sus apuros, frustraciones, alegrías,
el recuerdo de los que ya no están aquí, pero que están en
nuestra mente, a ellos, nuestros antepasados mi reconocimiento
por su amor desinteresado.

-8-
Walter Felipe Navarro Martínez

Antecedentes.-

Por el año 1960 el antiguo Barrio Frixiones lotificado


inicialmente en 1934 y que por causa del terremoto de 1931,
la Ciudad crecía en población y por lo tanto se necesitaban
nuevas zonas de habitación. La finca propiedad de Don José
Francisco Frixiones, se dispuso a lotificar. La finca abarcaba
la avenida del Estadio en casi toda su extensión; partía del
costado norte del Departamento de Carreteras, donde estaba
ubicado un basurero y que en 1969 se construyera “El Palacio
de Justicia”, pasando por el antiguo y derruido edificio de la
Cruz Roja hasta llegar al tope, ocupado por el “El Centro
Destilatorio Nacional” o fábrica de aguardientes y alcoholes.
De este a oeste corría la calle “El Triunfo”, al costado sur hasta
llegar a la línea férrea del Ferrocarril del Pacífico de Nicaragua
(de F del P de N), ahí iniciaba la propiedad de “La Industria”
de la familia Cabrera y sucesores. Su actividad económica
principal era la ganadería con énfasis en la crianza de caballos,
tenían en sus terrenos establos de madera, además poseían
algunas terrazas de argamasa para el secado, procesamiento
y empaque de granos como el café, maíz y frijoles entre otros
y que hoy día ha desaparecido y el nuevo negocio se vincula a
los automotores y el comercio de frutas; de ahí hasta interceptar
la antigua avenida del ejército, o 15 avenida coronada con un
frondoso árbol de laurel de la india (hoy día lucha por prevalecer
un larguirucho madroño). En ese trayecto, no existían casas de
habitación, solo las instalaciones agroindustriales y comerciales
descritas. Del árbol de laurel de la india, se partía hacia el sur,
en medio de una fecunda arboleda de malinches, sembrados
en el medio de la vía hasta interceptar a la calle quince de
septiembre o del Cementerio, la avenida continuaba hacia el
sur hasta la estatua de José Montoya (Montoyita), justo en la
esquina del negocio “Delicias del Volga” recorría hacia el este
hasta el derruido “Palacio de Justicia” y hoy “Medicina Legal”.
Ese era el perímetro o contornos originales del barrio.

-9-
Barrio Julio Buitrago

Aunque otras fuentes afirman que el barrio Frixiones concluía


hasta la línea férrea, justo en el ramal del Ferrocarril del Pacifico
de Nicaragua, que partía con dirección sur una cuadra al norte
de los Balcanes hasta la terminal en la Pedrera de Batahola,
deslizándose en los kilómetros 2, 3 y 4 de la carretera sur (hoy
paseo Salvador Allende) y que también lleva hacia el occidente
del País (León y Chinandega). A partir de ahí, de este último
cruce, detrás de Julio Martínez o los costados norte y oeste de
este negocio, las pocas casas o ranchos de los primeros colonos
que lo habitaron, daban en dirección norte, hasta desembocar
en la calle “El Triunfo”, luego partía en dirección de oeste a este
hasta la avenida del Estadio. Una cerca de alambres cubría
desde la actual gasolinera de PETRONIC hasta los predios de
la Cruz Roja Nicaragüense (Ver Croquis de la época adjunto).

-10-
Walter Felipe Navarro Martínez

Origen del Barrio.

Los primeros pobladores del barrio conocido inicialmente


como Barrio Frixiones, también como Valle o Barrio Maldito
y como el Barrio “Las Latas”, fue la familia de Julio Zelaya
(1930-1989) hijo de Pedro Pablo Aguilar Salazar, quien no lo
asentó en el registro comunal como hijo legítimo, por lo que fue
registrado con el apellido de su mamá Celina Zelaya. A Julio
Zelaya le sobrevivieron sus hermanos Oscar, Juana, Joaquina
(Quina), Olivia, Irma y Graciela, esta familia fueron de los
primeros pobladores del barrio. Los predios de la antigua casa
de la familia Aguilar Zelaya estaba ubicada en los predios que
ocupa actualmente la metalúrgica Martínez (aunque una parte
fue ocupada por la dupla norte construida en 1983).
Los bisnietos de Celina Zelaya y Pedro Pablo Aguilar, e hijos
de Irma, casada con Miguel Ángel Mayorga (Luis Alberto, José
María y Carmenza Mayorga Zelaya), aún viven en el sector sur
del barrio.
La casa de don Julio Zelaya, ya formada su familia, estaba
ubicada de la Mondonguería “El Rosal” tres casas al oeste y
tres casa al norte, y decimos casas y no cuadras porque la
única calle definida en el sector sur del barrio era “La Calle
Real” o primera calle (ver mapa de 1960), la última casa que
daba acceso a un tremedal y unos barrancos, que era en
donde desembocaban las aguas pluviales del cauce natural
que corría de sur a norte a la orillas del tramo y la línea férrea
del Ferrocarril del Pacífico de Nicaragua, que conducía a la
Pedrera de Batahola y que hoy en día, al desaparecer ese
histórico patrimonio nicaragüense, es una avenida más para
facilitar el tránsito del parque vehicular de la capital. Pues bien,
en ese tremedal, lleno de agua estancada y verdosa por los
rayos solares y la clorofila, anidaban año con año centenares
de batracios, sapos color café verdosos y amarillos, así como
ranas verdes (la mayoría), que con su croar amenizaban, todas
las noches, en su cortejo nupcial y reproductivo entre el 20 de

-11-
Barrio Julio Buitrago

mayo y el 30 de junio de cada año y que servían de refugio


a los millones de guarasapos (renacuajos) productos de ese
cortejo nupcial y natural.
La casa de Julio Zelaya, construida de ripios de madera y restos
de lata no más, que eran los sobrantes de las construcciones
modernas que construían en la Managua de antes de terremoto
de 1972, fue levantada en una suave colina, que lo protegía
de las inundaciones que año con año anegaban ese territorio
inadecuado para los asentamientos humanos. A tal punto que,
hoy día, ese sitio en donde se ubica la Metalúrgica Martínez y
parte de la dupla norte que es la vía que corre de oeste hacia
el este, era anegada año con año de aguas pluviales, hasta el
año 2008, que fue solucionado en parte el problema de drenaje,
aprovechado por los malandrines, quienes acechaban a los
vehículos para robar las pertenencias de los que circulaban
por ese tramo inundado después de cada precipitación pluvial,
obligados a circular con precaución y muy despacio y hasta
camiones cargados de mercancías en dirección al mercado
oriental eran despojados de los objetos de valor que cargaban
en sus automotores, hasta con el riesgo de perder la vida, más
de alguno salió con serias lesiones en sus cuerpos y daños en
sus automotores.
Durante años, esas originales hondonadas fueron
rellenándose con basura y restos de materiales de construcción
y con el aumento de la población en esos espacios, fueron
desapareciendo la fauna y la flora existente. Junto con los
batracios desaparecieron los escarabajos, aquellos que
tenían como dieta el estiércol del ganado caballar y vacuno
que pastaban en los predios sin habitantes llenos de zacates
y que eran propiedad de la familia Cabrera, del Ferrocarril del
Pacífico de Nicaragua y de la familia Frixiones.
Daba gusto ver como esos laboriosos animalitos, color
negro brillante y tornasol, sostenidos sobre sus patas traseras,
empujando con sus patas delanteras las bolitas de estiércol
hasta los hoyuelos que les servía de morada. Otro hecho que
llenaba de color el ambiente natural imperante, era la migración
que año con año llenaba el ambiente de numerosos insectos

-12-
Walter Felipe Navarro Martínez

alados y de mariposas. Con el cultivo de algodón que invadió


terrenos muy cercanos a la Capital y el uso indiscriminado de
DDT y otros insecticidas y defoliantes, estas migraciones fueron
disminuyendo hasta desaparecer, de tal manera que hoy día,
es solo un grato recuerdo en las almas de los “niños “nacidos a
mediados del siglo pasado.

Anecdotas de el nombre de Barrio “Maldito”

Don Julio Zelaya, nos contaba a todos los niños del barrio, que
alrededor de él, alelados y llenos de miedos le escuchábamos:
“Que el nombre de “Valle Maldito” proviene de la funesta muerte
de un anciano originario de la Costa Caribe de Nicaragua y de
origen africano, de manos de su propio hijo, quien padecía del
“mal de la locura” y que durante las lunas llenas, a eso de las
once de la noche el hombre se portaba como una bestia. De tal
manera que era atado a un árbol de mango ubicado junto a la
letrina y en el fondo del patio de su casa que colindaba con uno
de los basureros de la Managua de entonces, en los días que
la luna alcanzaba su máximo esplendor en el horizonte oriental,
redondita y reluciente como una moneda de plata.
-¡Pero si yo nunca he visto una moneda de plata…! -Le
cuestionaba. – ¿Cómo voy a saber si brilla o no brilla?
-Ah, ¿Pero has visto la luna llena? -Me interrogaba para
añadir. -Lo mismo es, a la lejana luna, nada más que la moneda
de plata lleva una cara de un hombre blanco de cabello largo
como los hippies, ¡De esos, pelos largos, que tampoco se bañan!
Pero dejadme continuar. Pues Bien, Lloyd muy a las cinco de
la tarde y ayudado por tres hombres ataban fuertemente al hijo
y solo lo desataban una vez que la luna llena se ocultaba en el
horizonte occidental.
Un día el negro Lloyd padre, enfermó de una gripe que
conocían como asiática y lo postró en cama. Por esta
enfermedad, olvidó atar a su hijo en plena luna llena de un mes
de abril y a finales de la década del 50; entonces el desgraciado
Philip Lloyd hijo, transformado en una energúmeno bestial, se

-13-
Barrio Julio Buitrago

apoderó de una filosa cutacha y empezó a repartir cutachazos


a diestra y siniestra, hiriendo de muerte a su padre, cortándole
horrendamente una mano a su hermana, mientras a su hermano
menor le causó destrozos en su rostro, pero logró sobrevivir.
Entre ocho personas lograron reducirlo a punta de piedras y
garrotazos, no sin antes haber causado serias heridas en la
humanidad de dos de sus captores. Dos años estuvo en el
hospital psiquiátrico hasta que escapó.
Una vez libre y en la calle, un día que deambulaba por la
fábrica de guaro y alcohol, ubicado enfrente de la esquina
nororiental del barrio, el alienado negro, Philip Lloyd hijo,
amenazó con una piedra a un guardia nacional que le hizo el alto.
Al no detenerse, le hizo dos disparos de su fusil de reglamento
“Garand” que penetraron su abdomen cayendo al instante y
una de las balas se incrustó en una de las desvencijadas casas
de latas y tablas, la cual atravesó y perforó la débil espalda de
una joven quinceañera de nombre Azucena.
Esa noche, hubo dos velas en el barrio. En medio de los
velorios se comenzó a difundir el rumor, de que este barrio
parecía un “valle maldito”. La familia del negro Loyd regresó
a las riveras de su Rio Coco, mientras “el alistado”, guardia
nacional, que cumplía su servicio en la cuarta sección de
policía, ubicabo frente a la esquina noroccidental del barrio, fue
transferido al interior del país, con la justificación de aplacar la
furia popular.
Después de la muerte trágica del negro Philip Lloyd hijo, a la
vivienda se le comenzó a referenciar como “la casa de Felipe el
desgraciado” hasta que la vivienda desapareció producto del
saqueo, el abandono; otros dicen que se la tragó el basurero.
En otras reuniones con todos los chavalos del barrio,
Don Julio Zelaya, nos relataba que para 1960 ocurrió otra
tragedia. Con el dedo índice señalaba: allá por el sector de
“las muchachas alegres” o “de la vida”! , entre el edificio
de la Cruz Roja y El Centro Destilatorio yendo hacia el
oeste, en la acera de la avenida habían bancas de concreto
construidas por el Distrito Nacional (D.N.), por las noches, eran

-14-
Walter Felipe Navarro Martínez

utilizadas por estas “muchachas alegres” en sus actividades


nocturnas. Estas poco a poco se fueron instalando en el
barrio, construyeron sus humildes casitas de ripios y de latas,
aprovechando la disponibilidad de terrenos en ventas, pues
eran pocos los Managua que deseaban vivir lejos del Centro
de la Vieja Managua. Con el paso del tiempo, éstas ya
un poco viejas y gordas decidieron utilizar sus viviendas como
pensiones o moteles para lo cual contaban con el apoyo de la
guardia nacional (G.N.), en servicio en la Cuarta Sección de
Policía, edificio construido de tablas.
Continuando con su relato decía:
“En una apacible tarde se apareció Agapito Rueda, Leonés de
Rota, con algunos traguitos entre pecho y espalda y decidió,
comprar caricias a las agraciadas muchachas. Por andar
buscando una, se le aparecieron dos las que lo jalaban cada
una para su lado, al fin se decidió por una de ellas la que lo
llevó a una de las casuchas de tablas, latas viejas, cartón y
ripios. En lo que iban a entrar, del cuarto contiguo salió con
un cliente una andrajosa jovencita que resulto ser su hija. -¡Ahí
nomás sacó su pistolón acertándole tres tiros a la desgraciada
muchacha! Un guardia custodio del centro destilatorio, ante el
ruido de los tiros y la alarma de los pobladores, corrió al lugar
de los hechos. Al conminarle a entregarse, pistola en mano
éste amagó con disparar y de inmediato el gendarme con su
fúsil garant le disparó muriendo de forma instantánea.
En la misma casucha que funcionaba de burdel se hicieron los
oficios mortuorios de padre e hija. Nuevamente el comentario
general de la concurrencia fue que el barrio Frixiones era igual
al “Valle Maldito”, lo cual se difundió en los barrios aledaños
como el San José; “Los Balcanes”, “Cristo del Rosario”, “Santa
Ana”, “Monseñor Lezcano”, “la Ceibita”, “Acahualinca” y de sus
propios pobladores quienes repetían que “El barrio Frixiones
estaba “maldito”, por tantas desgracia y además por la pobreza
que reinaba en la mayoría de hogares, era rutina en cada
humilde casita enterrar a un niño, pues las enfermedades
como el sarampión, la viruela, la poliomielitis, la topa, la
asiática se ensañaban con la niñez. Cada familia de cinco o

-15-
Barrio Julio Buitrago

más miembros tenía el dolor de la pérdida de un hijo. Una de


las familia originaria del Barrio, el matrimonio compuesto por
Juan Cardoza y Alicia Montes, de los ocho hijos nacidos vivos,
todos fallecieron antes de cumplir cinco años. Igualmente, el
matrimonio Estrada Membreño”, fue otra familia que perdió a
sus cuatro vástagos.
Estas tragedias contribuían a que se le llamara con el
tenebroso nombre de “Valle Maldito”. Y así se le fue conociendo
al barrio, mucha gente de buen vivir y buenas costumbres se
enojaban con el mote, pero entre más se enojaban, más le
decían popularmente “Valle Maldito” y también “Barrio Maldito”,
muchos habitantes preferían que fuese llamado “Barrio Las
Latas”. Sin embargo, los Managua utilizaron el nombre de
barrio maldito para dar direcciones. Comenzó a oírse y utilizarse
las siguientes señas: Esquina sureste del barrio maldito, ahí
queda el Palacio de Justicia. Otro ejemplo de dirección era de
la mondonguería “El Rosal” para abajo en el Valle Maldito; del
club social de obrero 100 varas abajo en el Barrio Maldito y así
sucesivamente.
Para los años 60, vivía en el barrio el hojalatero y herrero
José dolores Hernández, conocidos como Chepe Lolo. Por
su oficio, le dio al Barrio un nombre que lo alejaba del nombre
de “Barrio Maldito” empezaron a llamarle “El Barrio Latas”.
Se creía que el nombre se debía a que las casas estaban
construidas de latas usadas, material que abundaba en esos
años, pues los aceites y mantecas; galletas, carnes, embutidos
y otros alimentos, se empacaban en este material: latas o
latones y que eran reciclados, para la fabricación de candiles,
cucharas, raspadores, canales para viviendas y otros utensilios
del hogar y que se confeccionaban donde “Chepe Lolo” y que
también se utilizaban en las humildes viviendas para tapar las
rendijas en las viviendas, baños y letrinas. Todo ciudadano de
Managua que necesitaba algún artefacto construido de lata, o
láminas de zinc liso, iba donde, donde “Chepe Lolo el señor de
las Latas”, y así la población de Managua empezó a llamarle
barrio “Las Latas”.

-16-
Walter Felipe Navarro Martínez

Después de la caída en combate del militante del FSLN Julio


Buitrago Urroz aquel fatídico 15 de Julio de 1969, para dar
direcciones, la población de Managua se refería “de donde
cayó Julio” al norte, a la montaña o abajo o hacia arriba y el
barrio empezó a ver al barrio con más respeto y en secreto se
le llamaba al Barrio “El Julio Buitrago”, hasta que a partir del 19
de Julio de 1979, ya sin miedo y de manera oficial se grita a
todo pulmón “ Barrio Julio Buitrago” o “El Julio”. Este nombre
nadie lo inventó se fue haciendo popular por el sacrificio de un
abnegado hijo de Nicaragua, así es que a partir del 15 de Julio
de 1969, sale del ostracismo el Barrio Julio Buitrago.
Después de la gesta heroica de Julio Buitrago, los chavalos
del barrio, en los juegos infantiles, jugábamos al guerrillero y la
Guardia Nacional. Allí mismo donde se estacionó la tanqueta
para destruir la casa de dos pisos, jugábamos a la guerra, con
palos y tubos que simulaban fusiles, pero sucedía que nadie
quería ser GN, todos querían ser guerrilleros y de la talla de
Julio Buitrago. Años después, estos cipotes, asumirían la
seria obligación de integrarse a la lucha revolucionaria.

-17-
Barrio Julio Buitrago

Después del terremoto de 1972

Frente a la esquina noroccidental de los talleres Willy,


propiedad de Julio Martínez quedaba la esquina de “Chepe
Lolo”, lugar donde creció un enorme árbol de Papaturro.
Caminando hacia arriba y hacia el norte, empezaban las casas
de ripios de madera, latas, latones, cartón, caña brava y tejas,
alguna que otra de tablas buenas y pintadas de blanco, pero
invariablemente pobres. Buscando hacia abajo, solamente dos
casas sobrevivieron al terremoto del 23 de Diciembre de 1972,
la casa de dos pisos, que hoy día es la Casa Museo “Julio
Buitrago” y la contigua. Todas las viviendas estaban construidas
de taquezal y techos de tejas de barro cocido, algunas con
mejor acabado y otras construidas rústicamente. En ambas
aceras de esa cuadra, todas las viviendas, fueron destruidas
por causa del terremoto. Algunas se desplomaron de inmediato,
otras quedaron dañadas y sus habitantes por seguridad las
reemplazaron, de manera que todas desaparecieron por el
movimiento telúrico. Fotografía de las viviendas de esa cuadra,
que cayeron durante el Sismo.
Actualmente, exceptuando la casa de tablas de Juan
Cardoza y su esposa Alicia, la casa de dos pisos donde cayó
Julio Buitrago y la contigua, todas las viviendas del Barrio son
construcciones levantadas después del Terremoto de 1972.
En el sector norte del barrio, en las dos calles y dos
avenidas principales y algunos recovecos, las viviendas se
caracterizaban, por ser de ripios, latas y cartones, al igual que
el sector sur, con el agravante que eran aledaños a basureros
y que el viento en remolinos esparcía la basura por las cuatro
calles, incluso se introducían a las viviendas. El espectáculo
desde lejos era desolador bajo el torrente sol, los desperdicios e
inmundicias a lo largo de las calles que esparcían los diferentes
vehículos y carretones de madera. Algunos habitantes le dieron
gracias al terremoto, porque alejó los basureros y entraban
menos desperdicios, de otros barrios, a la comunidad. Hoy
día, en el sector norte como en el sur la vida es diferente, no

-18-
Walter Felipe Navarro Martínez

existen vertederos de basura y el servicio domiciliar de basura


que ejecuta la Alcaldía de Managua es bastante bueno.
La nueva fisonomía del barrio, nada tiene que ver con el
pasado pre-terremoto, existen numerosas viviendas muy bien
construidas y de dos plantas. Algunas con sus nuevas fachadas
ocultan su reconstrucción después de terremoto, y el programa
“casas dignas”, construidas por el Gobierno Sandinista, ha
reemplazado a todas aquellas viviendas, que por uno u otro
motivo ya no eran habitables.

Las casas de Taquezal en 1969, calle de la casa de dos pisos que


defendió hasta la muerte el comandante Julio Buitrago Urroz.

-19-
Barrio Julio Buitrago

Fundadores y Primeros
Pobladores Del Barrio.-

Chepe Lolo o José Dolores Hernández q.e.p.d., fue uno


de los primeros pobladores, fundadores del barrio. Por su
oficio de hoja latero y herrero, le dio al Barrio un nombre que
lo alejaba del nombre de “Barrio Maldito. Otra de las familias
fundadoras del barrio es la familia “Mendoza” quienes residían
a tres casas de donde cayó Julio Buitrago Urroz.
En la época que se fundó el barrio, los patios de las viviendas
se conectaban entre sí, aún no existían los cercos y crecían
abundantes zacatales, por donde pastaban yuntas de bueyes,
propiedad de los dueños de carretas, que en esos años era el
medio de transporte de carga semipesado, que predominaba.
Aunque ya existían camiones de combustión, éstos cobraban
altas tarifas y no entraban a muchos lugares por falta de
caminos de penetración, por eso, las carretas haladas por
yuntas de bueyes, era lo más fácil y económico y cuando la
carga era mayor o tenían que atravesar cuestas muy empinadas
o atolladeros insalvables para los automotores, se utilizaban
hasta cuatro bueyes, es decir dos yuntas de bueyes.
Otro antiguo poblador, vecino de la familia Mendoza, era el
Señor Justo Castellón, de oficio carpintero y ebanista, por
la calidad de sus trabajos era muy cotizado dentro del barrio,
también se destacaba por su activa participación y colaboración
en las actividades del barrio y de la revolución.
Recordamos a Julio Zelaya, conocido como “el garrobo”,
por su afición a cazar garrobos que abundaban en la Managua
de las décadas del 30, 40 y 50 del siglo XX. Tuve el gusto de
conocer a Don Julio Zelaya y compartir con él tortilla con sal,
un sabroso almíbar con pinol simple en “Semana Santa” época
en que era pecado y ofensa a Dios y a Jesucristo el correr tras
una pelota, o jugar al trompo y mucho menos tomarse un trago
de aguardiente. Conversábamos sobre el “Judío errante”; que

-20-
Walter Felipe Navarro Martínez

deambulando por el mundo, como un castigo divino, andaba


Samuel Delibeth, “el Judío Errante”, que hizo escarnio y mofa
de la muerte de nuestro señor Jesucristo en la Cruz del Calvario,
eso era lo que narraba la radio Mundial en el programa de la
“Pasión y Muerte de Jesús”.
Doña Casimira Palacios, quien construyó su ranchito en
los predios del ferrocarril, amiga de la madre de Julio Buitrago
y testigo presencial del ataque perpetrado por la G.N, con el
descubrimiento de la “Casa de Seguridad” que ocupaba la
célula clandestina del F.S.L.N., bajo la responsabilidad del
Comandante Julio Buitrago Urroz. Actualmente, en la antigua
vivienda de doña Casimira Palacios, aún viven una de sus
hijas de nombre Lidia Ocampo Palacios, sus nietos Bernabé
Martínez Ocampo y algunos bisnietos.
Doña Lilian Estrada Membreño, nacida en 1942, hija de
una las fundadoras del Barrio, doña María Membreño de
Estrada q.e.p.d. Doña Lilian Estrada quien perdió a sus
cuatro hijos, aún niños, por causa natural, fue una de las
fuentes principales que me permitió reconstruir la memoria del
Barrio. Mi agradecimiento a ella y a su sobrina e hija de crianza
María Esther Estrada, hija de su hermano José Dolores Estrada
Membreño, quien hacía de ayuda memoria de los recuerdos de
su madre y tía, que en algún momento de su vida le contó.
Juan Cardoza y su esposa Alicia Montes con la cual
procrearon ocho hijos todos fallecidos, ni uno cumplió cinco
años, así que adoptaron a sobrinos conocidos como “los tubos”.
El hogar de don Juan Cardoza y de doña Alicia Montes, es la
única casa antigua que queda en el barrio, de pura tabla su
patio antiguamente colindaba con el basurero y en la entrada
de su vivienda se erguía un frondoso árbol de Espino Negro,
que durante años les proporcionó sombras.
Durante años, esta familia abasteció de carbón vegetal a miles
de hogares capitalinos y le generaba trabajos a carretoneros
que halaban la carga y sobre todo a los carboneros que
vendían el carbón en su domicilio. De ellos, no podemos olvidar
al “gigante de tamaño” don Mincho”, que vivía en los Callejones

-21-
Barrio Julio Buitrago

de Santa Ana y quien a pesar de su oficio, siempre vistió de


blanco impecable, caminó toda su vida descalzo y nunca usó
un par de zapatos. Don Mincho era capaz de apagar colillas de
cigarrillos y de “puros” con sus propios pies desnudos.
También recordamos al legendario “pata de chicle” (nunca
supe su nombre) a pesar de que vivía en el barrio, era flaquito,
enjuto, tirando la canilla como un pase de bola de futbol,
caminaba de lado, por las secuelas de la terrible “poliomielitis”,
pregonando por los barrios de Managua, mientras halaba su
carretón “Carbón, carbón”, “carbón”.
El carbón como material combustible, era el preferido de los
hogares capitalinos, para cocinar o para las que aplanchaban
ropa ajena y propia, ya que aún no existía el gas, ni las planchas
eléctricas.

Casa antigua del matrimonio de Juan Cardoza y Alicia


Montes al frente de la casa el centenario “árbol Espino
Negro” de robusto tronco.

-22-
Walter Felipe Navarro Martínez

Don Zenón Díaz y Nicolasa Rivera, vecinos de don Juan


Cardoza y Alicia Montes, son antiguos pobladores del barrio.
También recordamos a las únicas tres casitas que antes del
terremoto de 1972, se construyeron junto a la línea férrea y
colindante con el arbusto de jícaro y que para 1983 fecha de
construcción de la dupla norte ya no existían:
La casita de Celina Zelaya; la de la familia García, quienes
salieron de Managua huyendo del terremoto de 1972, se
borraron del barrio y no se supo más de ellos. Doña Yolanda
Díaz Montes, nacida en 1942 procreó cinco hijos, de los cuales,
cuatro de ellos, aún son habitantes del barrio, viviendo en el
mismo terreno de su Mamá y que fue legalizado por el gobierno
sandinista. Doña Yolanda Díaz Montes, emigró a la costa del
lago de Managua en 1972 y antes de 1980 retornaron a su
lugar de origen “El Barrio Frixiones” hoy Julio Buitrago”, ya que
el lago inundó su casa, por lo que fueron ubicados en el sector
norte del barrio, en terrenos que antes eran basureros y que
habían sido rellenados de basura y de desechos de materiales
de construcción.
Se recuerda al Dr. Apolonio Berrios, quien atendió por
cuarenta años en su consultorio y casa de habitación en los
terrenos que actualmente ocupa el Maxi Pali, que a su vez este
último compró a Auto Mantica.
La familia Membreño, se dedicaba a la elaboración y venta
de “Tiste”, conocida como el “tiste de las Membreños”, además
ofrecían las deliciosas bebidas de origen indígena como el
“pozol con leche”; “semilla de jícaro”, entre otras. También
eran famosas en la elaboración de “pinol seco” y “pinolillo”
aromático con su clavo de olor y pimienta de Chiapas, etc.
que luego comercializaban en el cercano mercadito “Virgen de
Candelaria”.

-23-
Barrio Julio Buitrago

-24-
Walter Felipe Navarro Martínez

-25-
Barrio Julio Buitrago

Los Arboles Del Barrio.-

Los árboles de Tigüilote, eran los que más destacaban en el


barrio en esa época, ya que servía de cercas a las viviendas,
así como de muro perimetral entre las propiedades de la
familia Cabrera; de los Frixiones; al aserrío; Julio Martínez y
sus talleres Willy. Por las cercas desfilamos niños y algunos
adultos degustando la prodigiosa y pequeña fruta perlada
de líquido pegajoso y lechoso, su sabroso sabor, ayudaba a
calmar el hambre de los pequeños estómagos. ¡Que delicia!
¡Qué gratos recuerdos!
Igualmente existían árboles y que también consumíamos como
el de capulín y el papaturro, diminutos frutos jugosos, dulces,
riquísimos. El papaturro en gajos de múltiples colores morados,
rosados, rojos, blancos y verdes se comían hasta dejar limpio
el chirrión. El capulín pequeñas esferas rojas y verdes, una a
una con paciencia las comíamos. Estos árboles se esparcían
por los terrenos vacíos, que abundaban, por la acción de los
pájaros y murciélagos que eran parte de su dieta, con su acción
diseminaban las semillas y siempre estaban ahí, los árboles y
sus frutos, hasta que la necesidad de construir viviendas, fueron
derribados y así despareció la campiña del barrio.
En 1934, período en el cual se inicia el poblamiento del barrio,
ya existían tres enormes árboles que estaban adultos: el
de caucho o de hule, el Chilamate y el Papaturro, estaban
sembrados en los terrenos de la casa de la familia Membreño,
detrás de los talleres Willy de Julio Martínez, proporcionando
frescor, especialmente en los días calurosos y cobijaba en su
sombra a la población que frecuentaba “el camino real o calle
primera”, como se le conocía a la más antigua e importante
calle del barrio. Con el paso de los años, los árboles de Hule y
Chilamate, crecieron y murieron, en cambio el árbol de papaturro
aún está en la esquina contigua, en donde permanece y aún
está frondoso para deleite de la familia y los transeúntes.

-26-
Walter Felipe Navarro Martínez

Otro de los más frondosos árboles del barrio es el que se


ubicaba junto a la casa de dos pisos, en donde en ocasiones y
bajo su sombra se celebraban algunas reuniones vespertinas
y una de ellas fue a las cuatro de la tarde de aquel 15 de julio
de 1969, fecha de la caída heroica del padre de la resistencia
urbana Julio Buitrago. Este árbol de mango, era exuberante,
frondoso, de verdes hojas y deliciosos frutos, con su rollizo tallo
que le se daba un toque majestuoso y fulgurante a la luz del
radiante sol matutino.
El legendario jícaro, sobreviviente al asentamiento humano
del área. Allí estaba cuando en 1934, la familia García; Zelaya
y Díaz construyeron sus casitas. Actualmente el pequeño
arbusto de jícaro, se le puede ver y admirar en el extremo
noroccidental del parque “Julio Buitrago” en la dupla norte,
viejito, bonito, lozano, chaparrito, sobreviviente con casi cien
años de historia.

El Jicaro centenario, situado al noreste del parque Julio


Buitrago y parte de la “Dupla Norte”

-27-
Barrio Julio Buitrago

Otro de los árboles “leyenda del barrio”, es el Ceibón,


ubicado en el centro del actual parque “Julio Buitrago Urroz”
y el bulevar entre la dupla norte. Poca gente lo recuerda,
porque en ese entonces, estaba en el borde de barrancos y
hondonadas propiedad de don Francisco Frixiones, nivelado
en los años 80 con el trabajo de ingeniería para la construcción
de las calles que unirían la carretera norte con la cuesta del
plomo y hoy día es conocida como “dupla norte”. Niños,
jóvenes y adultos gozan de su sombra y frescor, especialmente
en los días calurosos, ignorando sus años e historia.
Antes del terremoto del 23 de Diciembre de 1972, en la
aledaña calle 15 de septiembre y que cobijaba el costado sur
del barrio, se erguía una de las alamedas más frondosas de
la capital, con enormes árboles de malinches alternados con
Laurel de la India que durante dos meses la vestían con el
intenso color cienfuegos de sus flores y durante todo el año
lleno de vainas y el verdor de sus diminutas hojas, sobre los
cuales a las cinco de tarde, se escuchaba el trinar de píjules
y clarineros que iban a pernoctar y de madrugada, al clarear
el sol se desparramaban por los campos y solares baldíos que
abundaban en los años sesenta por toda la Ciudad Capital.
Para julio del año 2017, sólo han quedado dos ejemplares, un
poco maltratados por el tiempo, al costado noreste y sureste del
Instituto de Medicina Legal. En la mera esquina sur del barrio y
del Instituto de Medicina Legal, se encuentra otro desvencijado
coloso de antaño, un árbol de Laurel de la India, aun fulguran
su flores y ahí sigue sempiterno en su belleza.

-28-
Walter Felipe Navarro Martínez

Gustos y Costumbres.-

El barrio, en general, desde sus inicios fue poblado por


gente de escasos recursos económicos, muchos de ellos, no
ajustaban ni para el pago de la cuota mensual del terreno.
Así que construirse una casita no era cuestión de gusto, sino
de necesidad. En medio de las limitaciones económicas los
gustos y costumbre de la población del barrio lo constituían la
gastronomía y otras ceremonias sumamente sencillas.
En gastronomía se destacaba en las mañanas, “el arroz y los
frijoles” de desayuno. Al medio día los frijoles y el arroz como
almuerzo y de cena gallo pinto. Algunas familias, acompañaban
el desayuno con bollitos de “Pan Francés” y el infaltable “tiste”,
a veces se añadía un huevito frito. Cuando en los hogares
habían problemas económicos, a los chavalos se les mandaba
a comer hojas de jocote con sal; frutas como guayabas,
mangos, bananos, guineos cuadrados, naranjas, etc. También
se recolectaba la flor de avispa para hacer fresco, y todo lo
comestible que se encontrase en los patios vecinos y predios
baldíos. Como merienda, a las diez de la mañana, se tomaba
semilla de jícaro o pozol con leche o un buen pinolillo, también
jugos de fruta, con hielo de la hielera “Polar”, pues en el barrio
solamente una o dos familias tenían refrigerador.
En el almuerzo, el alimento base que casi nunca faltaba,
eran los frijoles, arroz, tortilla y se le acompañaba con carne
desmenuzada, o enchorizada que eran las más económicas.
A veces, se descuidaban los vecinos y desaparecía el gallo
madrugador o la gallina pone huevos, o el pollo vago.
En la cena, le tocaba el turno al “gallo pinto”, que salía del arroz
sobrante del almuerzo y los frijoles comprados en la pulpería,
o de la olla que se cocía cada dos o tres días y puesto a hervir
después de cada uso. En la cena no faltaba un trozo de queso
o crema y el famoso “tibio” que era pinol seco puesto a cocer.

-29-
Barrio Julio Buitrago

En las fiestas de cumpleaños, onomásticos, celebraciones


de matrimonio, bautizos, primera comunión, acción de gracias
por milagros recibidos, se ofrecía a los invitados “arroz a la
valenciana”, que es la comida más sencilla de elaborar y de
menor costo. Las infaltables “boquitas” de tostones de plátano
verde clavado con un palillo a un trozo de queso ya sea frito o al
natural o encima del tostón frijoles molidos bien fritos y picantes.
Las tajadas fritas de plátano verde o maduro con crema. En
cuanto a las bebidas, se repartía el cacao con leche o semilla
de jícaro también acompañada con leche y nunca faltaban en
las celebraciones de cualquier índole, “La Chicha” color chicha.
Muchas de estas costumbres, pertenecen al pasado, hoy día
las celebraciones se hacen a base de bebidas embotelladas
o gaseosas, los meneítos” y otras de consumo masivo que
causan mucho daño a la salud humana. Se han reemplazado
los ancestrales alimentos autóctonos. Algunos, están por
desaparecer como el tiste, ya que numerosos niños y
adolescentes no saben de qué se habla y preguntan ¿Qué
cosa es?, pues desayunan, almuerzan y cenan con gaseosas
y jugos con azúcar, colorantes, polvos preservantes y sabores
artificiales con poco o ningún valor nutritivo.

-30-
Walter Felipe Navarro Martínez

Festividades.-

Una de las festividades centrales del barrio es la


conmemoración de la heroica caída del Padre de la Resistencia
Urbana, Comandante “Julio Buitrago Urroz”, los 15 de Julio
de cada año, festividades iniciadas a partir de 1979, fecha en
que el barrio asume el nombre de “Julio Buitrago”. Después
del Triunfo de la Revolución, se inician las gestiones ante
el Gobierno Revolucionario, para que la casa de dos pisos,
habitada por diferentes familias en calidad de alquiler, se
reconozca como “Casa Museo Julio Buitrago”. El 15 de julio de
1980 se efectúa la primer celebración que fue Presidida por el
Comandante Tomás Borge Martínez, la Mamá del comandante
Julio Buitrago, madres de héroes y mártires e invitados
especiales. Enormes tarimas se construyeron, frente a la casa
de dos pisos, en el centro de la calle asfaltada, (en 1969 era de
macadam o sea de tierra aplanada), se turnaron oradores que
recordaron y enaltecieron la memoria del héroe, se deleitó con
bailes folklóricos, danzas contemporánea, cantos épicos de
la revolución, entre otras actividades, como las premiaciones
a los primeros lugares en las competencias y concursos
deportivos, carreras de bicicletas, concursos de danza popular.
A partir de entonces estas celebraciones se realizan año con
año, con el mismo fervor y entusiasmo del primer año. La Casa
Museo “Julio Buitrago”, se inauguró oficialmente el 15 de Julio
de 1989 y forma parte de los Bienes Culturales de la Alcaldía
de Managua. El museo permanece abierto de lunes a viernes
desde las nueve de la mañana hasta las cinco de la tarde.
Después de la Celebración en honor a Julio Buitrago, en el
Barrio, se continúa con los preparativos para conmemorar el día
en que el Dictador Anastasio Somoza Debayle huyó del País el
17 de Julio de 1979 y que se festeja como el “Día de la Alegría”.
Estas festividades concluyen el 19 de julio con la participación
de la población, especialmente de los jóvenes y la dirigencia del
barrio, quienes se suman a la Celebración Nacional.

-31-
Barrio Julio Buitrago

La población del barrio “Julio Buitrago”, también participa


en las festividades religiosas, expresiones del fervor católico
nicaragüense. Numerosos pobladores de una u otra manera,
participan en las festividades en honor a “Santo Domingo de
Abajo”, con sede en San Andrés de la Palanca y que se traslada
al inicio del mes de agosto de cada año a la vecina Iglesia
“Cristo del Rosario”. De igual manera, una buena parte, también
participan en la bajada de “Santo Domingo de Guzmán” de
las Sierritas hacia la Iglesia de Santo Domingo en Managua,
donde permanece diez días. Los promesantes del barrio, salen
a pagar sus promesas, por favores recibidos durante el año,
a “Santo Domingo de Guzmán” y “Santo Domingo de Abajo”.
Así cada año podemos apreciar, a hombres, mujeres y niños
vestidos de inditos, untados de aceite negro u hollín de los
tizones y algunos de diablitos rojos con el colorante que da el
achiote y los hombres por lo general asisten en taparrabos.
Otra de las festividades católicas que se celebran con mucho
fervor es la “Purísima Concepción de María”, todos los 7
de Diciembre de cada año. Las festividades inician el 28
de noviembre con la Novena y culminan el 7 y hasta el
8 de diciembre con rezos y cantos Marianos, se reparten las
tradicionales “gorras”, como golosinas, gofios, ayotes en miel
entre otros.
Ante la falta de una Iglesia católica en el Barrio, los feligreses
se congregan en Iglesias de los barrios aledaños. Desde antes
del terremoto de 1972, se congregaban en la Iglesia “San José”
(desaparecida por el terremoto); en la Iglesia “Santa Ana”, en
“Cristo del Rosario” y hasta en las más lejanas como la Iglesia
“El Carmen” y la de “San Sebastián”.

-32-
Walter Felipe Navarro Martínez

Mitos y Leyendas.-

En el barrio también existieron historias contadas por los


ancianos y que se trasmitían de boca en boca hasta llegar a
nuestros tiempos. Se comentaba acerca del cadejo blanco y el
cadejo negro; de la Carreta Nahualt; del hombre sin cabezas
cabalgando en un caballo blanco; acerca de la llorona; la mujer
que se convierte en mona; del “Pacto con el diablo” que ayuda
a ser más bonitos a los feos y ricos a los pobres, etcétera y que
todos sin excepción salían a la media noche. Sin embargo, en
estos tiempos, entre los adultos entrevistados, consideran que
solo eran “cuentos”, para pasar la noche antes de ir a dormir
y fundamentalmente para asustar a los niños y jóvenes mal
portados y respondones, además que esos cuentos surgieron
cuando no había luz eléctrica; aun no existía la Televisión, y en
muy pocos hogares poseían “radios receptores” de baterías, por
lo que la distracción más común eran las reuniones familiares
para contar, a la luz de candiles o de la luna, los cuentos de
miedo, mitos y leyendas, la mayoría de ellos, de terror. También
se contaba las aventuras del famoso Tío Coyote y Tío Conejo
que causaba risa entre los niños, jóvenes y adultos.

La Flor del Chilamate


Cuenta doña Lilian Estrada Membreño que desde los tiempos
de la Colonia hasta la década de los años 50 del siglo pasado,
“la flor del chilamate”, si existe y existió, pues muchas
personas cambiaron su suerte, ya que éstas sin miedo, con
paciencia y mucha ambición, esperaron a que cayera la media
noche para ir a tomar la flor del árbol de Chilamate. El sortilegio
para lograr atraparla consiste en que la persona, sea mujer u
hombre, que desee cambiar su suerte y obtener mucho dinero
y fortuna en la vida, tiene que seguir los siguientes pasos y
cumplirlos a cabalidad sin olvidar ningún detalle:
Primero: En una noche sin luna y desde que el sol se oculta,
se tiene que acostar a dormir al pie de un árbol de chilamate.
Escoger el más hermoso, entre más alto y frondoso mejor.

-33-
Barrio Julio Buitrago

Segundo: Acostarse desnudo o desnuda o en paños menores


de color blanco sin ninguna mancha.
Tercero: Cobijarse con una sábana blanca, que no hubiese
utilizado ninguna mujer embarazada. De preferencia recién
adquirida y antes de usarse para el sortilegio, se tiene que
lavar, luego hervirla con agua amanecida, después secarla con
el sol y sin retorcerla.
Cuarto: Acostarse en posición fetal y de un lado único sobre
el brazo derecho, sin un punto de apoyo o almohada para la
cabeza, la cabeza debe ubicarse con dirección hacia el sur,
permanecer así las primeras seis horas.
Quinto: A las doce de la noche, que tocan las campanas para
las ánimas del purgatorio, en la primera campanada voltearse
al lado izquierdo, cuidando de no perder la posición fetal, si es
posible, chupándose el dedo gordo de la mano que quede libre
o sea el dedo gordo derecho.
Sexto: A la campanada número doce y final, sentirán que le
quitan la sábana, es la flor que le cayó cerca de sus rodillas.
Si no la sienten, deben permanecer ahí mismo, en su misma
posición, hasta que aclare el día pues se brinda la oportunidad
de continuar otro día, pues la persona no está lista todavía para
recibir la fortuna.
Séptimo: Si la flor cae y ha retirado la sábana, se tiene que
tomar con la mano izquierda, solo la izquierda, si se hace
con la derecha se desaparece y se pierde la oportunidad de
obtener riquezas y buena fortuna.
Octavo: Una vez que la Flor esté en el puño izquierdo, se
debe de apretar fuertemente, pues empezará a escuchar
muchas voces acusándole quien sabe de cuantas cosas.
Noveno: No se debe poner atención a las insolentes voces
y gritos que se escuchen y se debe empezar a correr hacia la
Iglesia que sonó las campanas de las ánimas del purgatorio. Se
debe recordar que se anda desnudo o semidesnudo corriendo
por las calles a media noche, una cuadra antes de llegar

-34-
Walter Felipe Navarro Martínez

a la Iglesia se debe de vestir con la mejor ropa, que desde


temprano se haya dejado en un escondrijo.
Decimo: Hincarse en el atrio mayor de la Iglesia, se debe
rezar y orar hasta el amanecer. Cuando salga el sol y solo
hasta ese momento, se debe ver lo que se tiene en la mano. El
mensaje indicara el tesoro y la fortuna a recibir”.

La Procesión de las Calaveras.


Se cuenta entre la población del “Barrio Julio Buitrago”, que por
el año 1984 durante la vigilancia revolucionaria, tres personas,
en el turno de las diez de la noche a la una de la madrugada,
dijeron que a media noche se efectuó un apagón dejando las
calles y casas en la oscurana, en medio de la oscuridad surgió
un resplandor que emanaba de la calle del cementerio o calle
15 de septiembre. Los comentarios de los que hacían la labor
de vigilancia revolucionaria, un poco extrañados fue:
-¡Vé parece que viene un entierro, y que el muerto es alguien
importante!
-Mirá que cosas, ese gran resplandor, parece que lo traen
muy iluminado y nosotros aquí sin luz.
-Al parecer trae mucha gente, pues se oyen las pisadas y el
murmullo de la muchedumbre que lo acompañan.
-¡Ve… pero… ya tardó bastante y no pasa del mismo lugar!
¿Nos vamos a asomar…? ¿Qué deciden…?
-¡Bueno… vamos a ver!
Esto último lo decidió una de las mujeres que hacían la
vigilancia. Al desembocar a la calle del cementerio, cual fue el
gran susto, pues no había ni una sola alma en la calle oscura
y vacía. Inmediatamente la piel se les erizó como la piel de
una gallina y hasta se sintieron como con calentura de pollo.

-35-
Barrio Julio Buitrago

Y corrieron hacia sus casas despavoridas llenas de miedo, ahí


los ancianos de esos años ochenta y que habían sido niños a
inicios del siglo XX les explicaron que esa era la “Procesión de
las Calaveras”, que los cirios encendidos que divisaron eran de
huesos de muertos y que las personas que acompañaban el
cortejo eran puras calaveras, que por lo general nunca pasan
del mismo punto y así como aparecen desaparecen como
relámpagos.

Participación del Barrio


En La Insurrección de 1979.

A pesar de que en el Barrio vivían numerosos “soldados rasos


de la guardia somocista (G.N.) y algunos oficiales, destacamos
el sacrificio del joven combatiente “Manuel Castro” que en plena
insurrección en 1979 en los barrios occidentales, en una de
las “operaciones limpiezas” que la GN, efectuaba en los barrios
lo apresó. De acuerdo a las versiones de los vecinos que se
asomaron por entre las rendijas de sus humildes casas de
habitación, contaron que pasadas las cinco de la tarde, vieron
que la guardia somocista andaba en calidad de detenido al
joven Manuel Castro, que lo “pasearon” a lo largo de la primera
calle o la calle real y en otros callejones del barrio, que con
lujo de saña le señalaban a cada una de las humildes casitas,
formulando la pregunta ¿Dónde viven los chapuceros que
andan con vos, allí?, sin embargo, ¡El pobre Manuel Castro!
sin un brazo y con un ojo brotado por las golpizas y las torturas
de la G.N., no denunció a sus compañeros. Su cuerpo nunca
fue encontrado a pesar de la constante búsqueda de sus
familiares y amigos. No denunció a ninguna de los compañeros
de las escuadras formada por combatientes populares del
barrio, quienes de manera improvisada pero decididamente, se
organizaron para combatir al régimen somocista y a su guardia
nacional. Cada uno de los héroes y mártires del barrio cayeron
heroicamente en diferentes acciones y misiones combativas.

-36-
Walter Felipe Navarro Martínez

Héroes y Mártires del Barrio.-

Los héroes y mártires del barrio, quienes se integran a la


insurrección final en Managua como miembros de escuadras
de combatientes populares, recordamos a los compañeros
“Manuel Castro”; “Santiago Valverde”; “Martha Argeñal
Fuertes”; “Julio Marenco”; “Juan del Camino”, quien cae durante
un operativo que intentó ajusticiar al Teniente G.N., Ramón
Gonzáles, habitante del barrio quien logró huir junto con su
familia hacia Miami.
Después del triunfo de la Revolución el joven Neil Fuertes,
caído cumpliendo su servicio militar Patriótico (SMP).
El joven Javier Arcia que comandaba una escuadra en
la insurrección y luego organizó el Batallón de Infantería de
Reserva (BIR).

-37-
Barrio Julio Buitrago

Fotografías.-

Comandante Julio Buitrago Urroz.

Escenas del ataque a la casa de dos pisos.

-38-
Walter Felipe Navarro Martínez

Tanqueta contra el Héroe Sandinista

-39-
Barrio Julio Buitrago

-40-
Walter Felipe Navarro Martínez

-41-
Barrio Julio Buitrago

Casa Museo “Julio Buitrago Urroz”.

Sabado 15 de Julio del 2017, celebrando el 48 aniversario de


la caida heroica de Julio Buitrago Urroz.

-42-
Walter Felipe Navarro Martínez

Entrevistas.-

Resumen de la entrevista a LIDIA OCAMPO PALACIOS,


HIJA DE CASIMIRA PALACIO FUNDADORA DEL BARRIO. Y
de su hija.
Doña Lidia nació 1932 y se crio en el Barrio Frixiones en
los terrenos del Ferrocarril del Pacifico de Nicaragua y su
casa se ubica actualmente en la esquina opuesta a la casa
museo Julio Buitrago Urroz, hermana de Adolfo Ocampo (Wan
Yu). Originalmente al Barrio se le conocía con el nombre de
Frixiones, que deriva del dueño de la finca el Sr. José Francisco
Frixiones, pero además algunos capitalinos le llamaban barrio
Las Latas por el taller de hojalatería y herrería que administraba
su dueño José Dolores Hernández, y que se ubicaba contiguo
a la casa museo Julio Buitrago en la propia esquina. Otras
personas y habitantes del barrio lo llamaban montoyita por la
cercanía del Centro Escolar de primaria José Montoya.
A mi familia le tocó compartir el horror que significó el ataque
a la casa de dos pisos que era habitada por un elegante y de
muy buenos modales y educado jovencito universitario. Una
o dos veces que vino a buscar a mi hermano Adolfo Ocampo
en nuestra antigua casa de tablas, como casi la totalidad de
las casas del barrio de esa época. En casa nunca imaginamos
o sospechamos que mi hermano, Adolfo Ocampos Palacios,
le hacía los mandados o que servía de correo y transporte a
los miembros del FSLN en ese entonces. Pero en el barrio, se
notaba la presencia de muchos silenciosos personajes que se
reunían en la casa de dos pisos en la privacidad y el silencio
que el inmueble les brindaba, a todos los atendía mi hermano.
Fue hasta tres días después de la caída de Julio Buitrago
y dos personas más, un transeúnte y un habitante de una
cuartería vecina a la “casa de seguridad” de Julio Buitrago, que
resultó ser el joven de oficio panadero Bernabé Martínez, el
cual trabajaba de noche y madrugada elaborando pan y dormía
de día. Al ordenar la GN el desalojo de las casas a él, lo

-43-
Barrio Julio Buitrago

encuentran desnudo y lo acusan de guerrillero y lo matan


en la calle frente a la cuartería que habitaba. Lo mismo que
a un desconocido transeúnte que circulaba, desdichadamente
para él, en los instantes que la guardia somocista inician los
disparos hacia la casa allanada.
A doña Lidia le tocó vivir esas horas de horror, el 15 de Julio
de 1969, agazapada en el fondo del cauce ubicado entre las
líneas férreas y la entrada de su casa de habitación, mientras
su hijo un niño de cinco años de edad, de nombre Telémaco
Guerrero Ocampo observaba desde el techo de la casa la
enorme balacera que se desató con fusiles, ametralladoras,
tanquetas y hasta aviones y centenares de hombres armados
dispuestos a matar al que se le pusiere en su camino. Así
actuaba la desaparecida G.N.
Tres días después, la guardia nacional, allana la casa
de la señora Casimira Palacios, madre de Adolfo Ocampo y
hermana de la relatora de esta entrevista. Todos los habitantes
de la casa, incluida doña Casimira y su hija Lidia son víctimas
de fuertes golpizas con las culatas de los fusiles, puntapié y
puñetazos, terminando postradas en el piso de la casa. Un
silencio invadió el barrio con olor a muerte, mientras eran
acuchillados los colchones, una alcancía metálica con algunos
ahorros que desaparecieron y muebles destruidos. Al final del
allanamiento se llevan detenido a Adolfo hacia las cárceles de
“La Aviación”, donde sufre una cruel tortura e inicia el calvario de
la familia Ocampo Palacios por recuperar la libertad de Adolfo
Ocampo conocido como “Wan Yu”. Junto con él también se
llevaron presa a doña Lidia Ocampo embarazada, y a pesar
de su estado fue sometida a crueles torturas psicológicas, la
amenazaban con violarla. Las torturas sufridas hacen que se le
adelante el parto, sacándola de urgencia al hospital, solo de esa
manera pudo recuperar su libertad y dar a luz a su hija. Quiso
emigrar a Costa Rica y una vez que su hermano recuperó
su libertad, le pidió que se fueran a Costa Rica, a lo que él se
negó con estas palabras. “me quedo en mi país si me van a
matar, que sea con los pantalones puestos”. Doña Lidia, no
logró pasar la frontera de Costa Rica va a dar con sus hijos a
San Juan del Sur en donde encuentra refugio con el Sacerdote

-44-
Walter Felipe Navarro Martínez

español Gaspar García Laviana, quien presidió la misa de


Primera Comunión de sus dos hijas y por haberse trasladado
al Municipio de Tola, el Padre Gaspar no pudo Bautizar a su
hijo Telémaco Guerrero Ocampo.
La obtención de su libertad, fue por ayuda del Dr. Pedro
Joaquín Chamorro Cardenal.
Veinte días de detención bastaron para tornarle la vida
imposible a Adolfo Ocampo, pues los hostigamientos, las
famosas multas, las detenciones injustificadas quebraron su
estabilidad laboral. Pero, él continuó con su actividad de correo
y transporte clandestino para el FSLN de entonces, hasta que
un amargo día del año 1971 lo atraparon conduciendo su
carro rojo cargado de armas. Seis meses pasó detenido, más
de un mes incomunicado, durante el cual fue sometido a las
más crueles y duras torturas, causándole desprendimiento en
uno de sus riñones y múltiples golpes en sus cabezas, de tal
manera que una vez que logra su libertad, empezó a manifestar
problemas psiquiátricos y enajenamiento, que lo condujeron a
la vida alcohólica, hasta su deceso a una temprana edad.
Resumen de la entrevista a Lilian Estrada Membreño y su
sobrina e hija de crianza María Esther Estrada.
En nuestra conversación la compañera Lilian, nos narra lo
que su mamá le contó acerca de la fundación del barrio, cuyo
dueño de los terrenos fue Francisco Frixiones y que éste tenía
una oficina en el barrio San Antonio de la Managua de 1934.
De los linderos del barrio y que asistían a misa a la Iglesia
San José y que en 1970 el templo antiguo fue sustituido y en
su lugar construido un edificio moderno, pero que el terremoto
de diciembre de 1972 lo daño, y los vándalos y saqueadores
terminaron de derruirlo, aunque quedaba dentro del cerco de
alambre que el Régimen somocista instaló.
Nos rememora de los antiguos edificios como el Asilo de
Ancianos, los terrenos del Ferrocarril que le fueron facilitados
a sus trabajadores y que en ellos levantaron sus viviendas. La
llegada de Julio Martínez en la década de 1950 y que levantó

-45-
Barrio Julio Buitrago

sus edificaciones en 8 manzanas de terreno hasta llegar


a demoler más de 100 casas en los terrenos que ocupa la
bodega de la SIBOIF, Esta demolición la hizo una empresa de
nombre RFSA, y que sirvieron de parqueo de los centenares
de automóviles importados por Julio Martínez y la REASA,
Reacondicionadora de Automóviles SA.
De los Cabrera, su Industria y caballeriza recuerda los desfiles
hípicos, pues de ahí partían los caballos con sus elegantes
trotes, relucientes crines, con la piel gelatinosa blanquizca, sus
belfos espumosos por el sudor de los trotes, las carreras y el
cansancio, a traer a los Santo Domingos sea de arriba (Las
Sierritas de Managua) o el de abajo (San Andrés de la Palanca).
También charlamos de la finca de los Frixiones, los datos son
más ambiguos por ser de más de ochenta años de antigüedad.
Pero en esos terrenos se levantaron La Concretera, el aserrío,
también se establecieron la familia Rojas con su venta de madera
aserrada, detrás de ellos se estableció “El Padre Fabretto” con
sus niños huérfanos. De los tiempos que en el barrio no había
ni luz, ni agua, y todos se alumbraban a la llama de los candiles
y ahí se narraban las historias de miedos y aparecidos, del
cadejo bueno y del malo, la carreta nahualt, la llorona, de la
procesión de las calaveras, de la flor de chilamate, del jinete
sin cabeza, entre otras.
Del origen del nombre “barrio maldito”, de las mujeres de
la vida alegre” que eran administradas por los guardias, y se
concentraban en los bailongos que se organizaban en el Club
de Obreros, o a la salida de los aficionados a los circos que
desfilaban con sus maromas y animales salvajes años a año.
Todo el barrio corría a esconder y a atar a los perros pues, el
circo los compraba para dar de comer a las fieras salvajes.
El más caro de todos los circos era el “Royal Dumbar” treinta
córdobas la entrada. Lilian recuerda que en ese circo los
celadores le permitían entrar a galería, solamente levantaban
la carpa y por esa abertura entraban ella y sus hermanos. De
esa manera lograban el ingreso, ya que entrar pagando no lo
lograría por el alto costo.

-46-
Walter Felipe Navarro Martínez

Juan Cardoza que vivía junto al gigante y centenario árbol


espino negro y que los leñeros se encargaron de hacerlo leña. Del
abastecimiento de carbón a todos los carretoneros carboneros,
que se desparramaban por toda Managua a ofertar la lata de
carbón en cincuenta centavos. En los tiempos que la tropigas
ni siquiera soñaba en ser empresa distribuidora del gas licuado.
De la cantina de Macario Palestina, enfrente de las Delicias
del Volga, en la misma esquina de la Delicias funcionaba la
chalupa de Tobías Escorcia.
De la participación de los muchachos en la guerra contra
Somoza y la GN empieza a recordar y al mismo tiempo a
derramar sus lágrimas por el sacrificio de los muchachos del
barrio, de los caídos, de los que andaban huyendo, de lo que
andaban clandestinos por ser perseguidos de la GN y la OSN,
de los enterrados en fosas sin nombre y sin familia o sea
desaparecidos. Me tocó lo más íntimo de mis sentimientos,
cuando en la entrevista relató que les llegaron a avisar que
en el Barrio Monseñor Lezcano estaban siete cadáveres de
jóvenes y que estos eran sus hermanos y otros muchachos del
barrio Frixiones hoy día Julio Buitrago. Salió con su hermana
y madre a reconocerlos, ninguno de ellos eran familiares
pero los cadáveres se habían vuelto lívidos, al voltearlos, se
encontraron con sus miradas perdidas en el infinito, con sus
ojos apagados de vida, todos cubiertos totalmente de moscas
y moscones verdes. ¡Qué alivio no eran sus familiares, había
esperanza! lo que no fue motivo de regocijo, pues estaban ante
su vista la síntesis del mayor sacrificio que hacía una juventud
que no merecía se le estropeara la vida, en la misma flor de la
vida, su adolescencia, recién salidos de la niñez.
Nos contó que la música que sonaban eran las gurachas,
de las fiestas que se hacían en el barrio, del respeto entre los
jóvenes que eran cuidados por sus padres. La música salía de
victrolas o Radio Consolas, que usaban discos de acetato de
color negro y de 45 revoluciones por minutos, con una o dos
canciones y los de Larga Duración (LP) con 33 revoluciones por
minutos y unas diez o quince canciones. El que más sonaba y
se oía era a Bienvenido Granda.

-47-
Barrio Julio Buitrago

Una de las calles lleva el nombre de Santiago Valverde,


joven caído en la insurrección. Otra con el nombre de Manuel
Castro y la de Nil Fuertes, caído cumpliendo su servicio militar
Patriótico (SMP).
Javier Arcia que comandaba una escuadra en la insurrección
y luego organizó el Batallón de Infantería de Reserva (BIR).
En la escuadra insurreccionada lucharon los compañeros
caídos Manuel Castro, Santiago Valverde, Martha Argeñal
Fuertes, Julio Marenco, Juan del Camino.
Ramón (Moncho) Ordeñana, Rodolfo Hernández Herrera
(Piolin), Sebastian Ordeñana, Julio Navarro Villalta (El Zorrón),
Yasmina Fuertes (Hermana de Nil), Denis Saballo Cano, Jimmy
José Estrada Herrera (Gallinazo) Mauricio Espinoza.
De la intrepidez de colaboradores como don Salomón Selva
incondicional colaborador de “los muchachos”, a más de uno
les salvó la vida dándoles refugio en las persecuciones y
pesquisas que efectuaba la GN.
El finado de muerte natural don Miguel Ángel Avilés que se
desempeñó como correo, chofer y además facilitaba su medio
de transporte para cualquier actividad clandestina.
Entrevista a José Ángel Moreira nacido el 7 de julio de
1939, residente de barrio Julio Buitrago desde 1987. Algunos
de sus aportes son integrados en las memorias y generalidades
del barrio.
También se recopilaron los testimonios de Telémaco
Guerrero nacido en 1964, quien contaba con apenas cinco
años y vivía enfrente de la casa de dos pisos cuando en 1969,
la guardia nacional (G.N.) la asalto militarmente que culminó
con la muerte de Julio Buitrago Urroz y la de dos personas.
Otros entrevistados, Rafael Ampie, Zeledón, actual
coordinador del museo Julio Buitrago Urroz, Marta Rosales
dirigente del FSLN en el barrio y Telémaco Guerrero Ocampo.

-48-

También podría gustarte