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a n o

r o a m eric
Bicenten a r i o C e n t d e p e n d e n c i a
o s d e I n
Hacia los 200 añ

Rubén Darío
En Centro América
Dr. Armando Zambrana Fonseca.
No. 3
15 de Septiembre del 2020
Revista de la Alcaldía de Managua,
199 aniversario.
Rubén Darío No. 3
En Centro América

CRÉDITOS

“RUBÉN DARÍO EN CENTRO AMÉRICA”, del autor


Armando Zambrana, es una producción de la Alcaldía
del Poder Ciudadano, correspondiente al No. 3 de
la Colección Bicentenario Centroamericano, bajo
la supervisión editorial de la Dirección de Cultura
y Patrimonio Histórico de Managua, adscrita a la
Dirección General de Desarrollo Humano.

Autor:
Dr. Armando Zambrana Fonseca.
Miembro de número de la Academia de Geografía
e Historia de Nicaragua. AGHN.

Supervisión Editorial:
Lic. Clemente Guido Martínez.
Director de Patrimonio Histórico ALMA.

Arte y diseño:
Octavio Morales Serrano.
Dirección de Patrimonio Histórico.

Fotografías:
Históricas de autores desconocidos.

Biblioteca Digital,
Colección Bicentenario No. 3,
12 diciembre 2020.

Bicentenario  Pág. 1
Centroamericano
No. 3 Rubén Darío
En Centro América

Pág. 2 Bicentenario
Centroamericano
Rubén Darío No. 3
En Centro América

ÍNDICE

PRESENTACIÓN.............................................................................................................................................PÁG.7

INTRODUCCIÓN.............................................................................................................................................PÁG.9

EL NIÑO RUBÉN EN HONDURAS Y


EL POETA NIÑO EN NICARAGUA........................................................................................................ PÁG.11

VIAJA A CHILE Y PUBLICA “ABROJOS,”


“CANTO ÉPICO A LAS GLORIAS DE CHILE” Y
LA MÁXIMA OBRA PARA INICIAR EL MODERNISMO............................................................... PÁG.51

ACTA DE MATRIMONIO DE
RUBÉN DARÍO Y RAFAELA CONTRERAS ..................................................................................... PÁG.104

DARÍO EN GUATEMALA
-PRIMERA ESTANCIA- 1890............................................................................................................... PÁG.106

LA PLUMA DE RUBÉN DARÍO


EN SU ESTANCIA EN COSTA RICA.................................................................................................... PÁG.163

BRONCE AL SOLDADO JUAN.............................................................................................................. PÁG.165

FIESTA DE LA PATRIA........................................................................................................................... PÁG.166

CRÓNICA..................................................................................................................................................... PÁG.170

HEREDIA..................................................................................................................................................... PÁG.173

EL POETA DE COSTA RICA.................................................................................................................. PÁG.174

BIBLIOGRAFÍA ........................................................................................................................................ PÁG.178

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Centroamericano
No. 3 Rubén Darío
En Centro América

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Centroamericano
Rubén Darío No. 3
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Dedicatoria

A Rafaela Contreras Caña y a su señora madre


doña Manuela Cañas Hidalgo.
In memoriam

130 Aniversario del matrimonio


Darío – Contreras
1891- 2021

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No. 3 Rubén Darío
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Crédito:
Fotografías de Rafaela Contreras fueron facilitadas por Martha Eloísa Darío lacayo,
bisnieta de Rubén Darío.

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Centroamericano
Rubén Darío No. 3
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PRESENTACIÓN

“R
UBÉN DARÍO EN CENTRO AMÉRICA”, del autor Armando Zambrana, es una producción
de la Alcaldía del Poder Ciudadano, correspondiente al No. 3 de la Colección Bicentenario
Centroamericano, en ocasión de la Jornada Dariana 2021, que se conmemora del 18 de
enero al 6 de febrero.
La Independencia de Centro América se firmó un 15 de septiembre del año 1821, sin embargo,
el proceso de independencia real no fue algo que surgiera espontáneamente de esa firma, sino un
proceso histórico que todavía estamos desarrollando los centroamericanos.
En el desarrollo de este proceso histórico de independencia, nos encontramos con personalidades
geniales como Rubén Darío, que con su aporte a la lengua castellana, revolucionó no solamente
nuestro idioma, sino también patentizó y confirmó nuestras ansias independentistas. No es vano que
en Nicaragua, el gobierno del Presidente Daniel Ortega y la Cra. Rosario Murillo, le nombren a Rubén
como el prócer y héroe nacional de la Independencia Cultural, y su nombre esté indisolublemente
vinculado a la palabra Independencia.
El trabajo de investigación que elaboró el Dr. Armando Zambrana, es uno de los trabajos más
rigurosos y completos sobre la temática de Rubén Darío en Centro América. No es casualidad que
la Alcaldía del Poder Ciudadano de Managua haya escogido este tema para solicitar al estimado
intelectual Zambrana que le dedicara tiempo y cerebro a articular este ensayo para ponerlo en
manos de nuestros lectores al finalizar el año 2020 y dar inicio con esta publicación a la jornada
Dariana del año 2021.
Sabemos que los lectores de nuestra biblioteca digital sabrán apreciar este esfuerzo e inversión
cultural de la municipalidad de Managua, que con este regalo navideño da por inaugurada la Jornada
Dariana 2021.
Armando ha sido durante el año 2020 uno de los más frecuentes y asiduos colaboradores de la
Biblioteca Digital, por tal razón le damos nuestros agradecimiento y le animamos a seguir en 2021
siendo nuestro amigo y colaborador de la Biblioteca Digital.

¡Feliz navidad 2020 nuestros queridos amigos de la Biblioteca Digital!


Lic. Clemente Guido Martínez.
Director de Cultura y Patrimonio Histórico.
Alcaldía del Poder Ciudadano de Managua.
12 de diciembre del año 2020.
Managua, Nicaragua. Centro América.

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No. 3 Rubén Darío
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INTRODUCCIÓN

Hay miles de estudios sobre la obra poética de Rubén Darío. ¡Miles!


Es incansable el mundo del estudio literario en buscar nuevas facetas de la vida y obra
del Príncipe de la Lengua Castellana. Algo nuevo siempre se encuentra en esa basta obra
que dejó para la perennidad. Se hurga en las estructuras, el modelo de su creatividad: el
Modernismo. Su capacidad maravillosa de relacionar cantidad de hechos, y personajes
para hacer un trabajo periodístico a los lectores de La Nación de Buenos Aires; y cuánto
trabajo no realizó en las investigaciones para que un lector tuviera una visión de conjunto,
con una decena de vínculos que permitían a ese lector exigente, satisfacer su curiosidad o
necesidad de aprender. El apetito de encontrar algo nuevo y novedoso en la lectura de un
medio noticioso tenía que ser satisfecho por el periodista. Es genial la obra que realiza en
“España contemporánea” donde muestra la capacidad intuitiva del periodista culto acucioso
y de pensamiento. ¡Tiempos ido! La premura de la vida cotidiana del lector, le dio pase al
“repórter” y falleció el “chroniqueur”.
¿Dónde estuvo la escuela periodística de Darío? En las páginas y talleres modestos de León
Rivas y Managua; y en la “Época” en Santiago de chile, y “El Mercurio” en Valparaíso. ¿Y eso
fue suficiente? Fue la gran experiencia de ver y darse cuenta de las realidades e intereses
que están detrás de una imprenta, sus cajas y tipos; y muy particular los intereses políticos
que, como fantasmas, se adueñan y habitan en los criterios de los lectores.
Darío llega a ser el Director de un medio político e ideológico; no era ajeno a esos
sentimientos que sirvieron de cuna y biberón en el medio político y social que le vio nacer,
crecer y desarrollar el genio que llevaba escondido y desplegaba a través de sus años. “La
Unión” en San Salvador era eso, un recurso propagandístico de un gobierno que se confesaba,
unionista y liberal. No trabajó en el periódico como una dádiva generosa para el joven poeta
que ya había estado antes, y que llegaba de nuevo con una corona de lauros y las Famas
adelantándose a su paso, tocando las Trompas. ¡No! Era entregarle con confianza ganada
por la fidelidad al espíritu de la unidad, y la fe liberal el medio.
La realidad de esa política de pendencias y golpes de estado le frustró su matrimonio y
lo llevó a un exilio forzado. Llega a Guatemala y encuentra una situación muy difícil; pero
hay amigos y una mano que se extiende generosa para ayudarle y aparecen: “El Correo de
la Tarde” y la segunda edición de “Azul” con un incremento poético que apetitoso para los

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No. 3 Rubén Darío
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amantes de la nueva corriente, sería una lectura fructuosa.
Llegó la boda Eclesiástica y un cortejo de paladines le acompañaron en un tren que se
convirtió en un largo carro de Apolo. Nadie había tenido esa dicha. De Ciudad Guatemala a
Escuintla, leyendo poemas, loando etc.
Llegó la iniquidad y la envidia. Los periódicos se quejaron de los subsidios a algunos
medios. Darío tuvo que pagar, aun cuando no fue señalado. Lo respetaba y querían.
Sale con su esposa a Costa Rica, y las penas serán aún mayores. La pobreza llegó a
vivir a la casa; y las angustias y presiones de la vida real, lo invitan a ser un escritor muy
heterodoxo. Conoce la cárcel en una madrugada. Y vuelve a perder el trabajo un día antes
que nazca su hijo.
Celebrar al Genio, al Príncipe, llenar libro analizando su poesía y olvidad se naturaleza
humana, su capacidad humana, no es celebrar al hombre. Darío en esos años de juventud,
sufrió; y el ajenjo en la Cantina de Luis Aguilar no le resolvían los problemas. Era un
sufrimiento para él, y para su esposa, Rafaela Salvadora, que tuvo que vivir en un barrio
pobre, cerca de un mercado de carretas y soportar, lodo y polvo de acuerdo a las estaciones.
Había un sufrimiento humano en él, su esposa y la madre de Rafaela. Ambas tuvieron que
andar como los gitanos de republica en republica huyendo de las tiranías. Mujeres de dolores,
de las que nadie se ha ocupado. Celebramos a las princesas; pero no a la Princesa que les dio
origen.
Este trabajo, es un reconocimiento a esa realidad de Rafaela, doña Manuelita Cañas
Hidalgo y Rubén Darío. La poesía también se hace con lágrimas.
Armando Zambrana Fonseca

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EL NIÑO RUBÉN EN HONDURAS Y


EL POETA NIÑO EN NICARAGUA.

Rosa Sarmiento decide salir de la ciudad de León para dar a luz a su hijo, en una región
montañosa, llamada Ominalapa, muy cerca de una población pequeña llamada Metapa.
Aprovechó el viaje que desde ese paraje había hecho su tía Josefa Sarmiento hacia León por
asuntos de comercio. La situación apremiante de un viaje largo en una carreta tirada por
bueyes, aceleró de alguna forma, el parto de Rosa Sarmiento; de tal manera que se quedaron
en busca de una partera muy conocida en la región para que asistiera a la parturienta con
apremio. Por tales circunstancias es que Rosa se queda en Metapa, y da a luz a su hijo Félix
Rubén García Sarmiento que nace en esa pequeña población.
Las relaciones de Rosa Sarmiento con su esposo don Manuel García Rojas, conocido como
Manuel Darío, nunca fueron las mejores desde que contrajo nupcias. Una situación de
violencia era la tónica frecuente, pues don Manuel, aparte de ser un don Juan de pueblo, era
muy dado a las cervezas y los vinos, y en muchas ocasiones, flagelaba a Rosa, aun, estando
embarazada. Buscó un sitio que fuera un refugio, donde pudiera tener a su hijo en paz.
Pasados algunos días, y de acuerdo a la cultura de la época, la madre restablecida y el
niño con capacidad de un viaje tortuoso, se aprestaron a salir del pueblo, a instancias de la
llegada del Coronel Félix Ramírez Madregil, para regresar a León. Esta odisea, es la primera
que de manera inconsciente realizaría en niño prodigio.
Estando en León la situación no había cambiado. Se incorporó a las labores que se
realizaban en la casa de huéspedes de su tía Bernarda Sarmiento, que la había criado desde
la más tierna infancia al quedar huérfana, de padre y madre; y aunque don Manuel, fue
requerido por la familia para que buscara cómo restablecer su relación matrimonial con
Rosa, la gestión no dio resultado, aun cuando después de regresar a León, se domicilió
nuevamente en la casa de su esposo.
Con tipo de trabajo que realizaba en la casa de su tía Bernarda Sarmiento tuvo la ocasión de
conocer a un joven estudiante de derecho que se había establecido en la casa de huéspedes,
y recibía los tres tiempos de comida. Ese joven era Benito Soriano.
Lo escrito sobre esa situación, presenta el caso como que sucedió en un santiamén. Llegó
Rosa a León, y después se fue con Soriano. Esa es la impresión. Obviamente los sucesos no

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fueron así. Sin embargo, existe para muy pocos estudiosos de Darío, una hermana menor
que es producto de las relaciones matrimoniales entre Rosa y su esposo. Lo que significa,
que una vez establecidos en León, pasó un tiempo considerable de convivencia entre don
Manuel y Rosa.
¿Cómo se podría explicar la existencia de Cándida Rosa Darío Sarmiento? Hija de Don
Manuel. El Dr. Juan de Dios Vanegas, en su libro, menciona la existencia de Cándida Rosa.
Tal situación permite preguntarse muchos interrogantes. La niña nace entre los meses de
noviembre y diciembre Si Rubén nación el 18 enero, a inicios de ese mes, los rigurosos
cuarentena, pos parto se debía de guardar. Rosa Sarmiento estaba hábil para sostener una
relación amorosa con su esposo, después del 28 de febrero del 67.
Bien, se presume que hubo una reconciliación, a consecuencia del nacimiento de Rubén, y
Rosa regresó a la casa. Si Rosa se va con Soriano cuando Darío tiene tres meses, por lógica se
deduce, que, se fue embarazada. Si Rosa quedó embarazada, debió haber sido entre marzo
y abril, para que la criatura naciera en noviembre o diciembre. ¿Por qué, no se sabe nada
de Cándida Rosa? ¡Estaba Rosa embarazada y esa criatura nació en San Marcos de Colón?
Es posible que se haya ido con Soriano, después de los 40 días de su nueva cuarentena pos-
parto, lo que se deduce que, salió hacia San Marcos de Colón un 20 de febrero de 1968. Era
importante salir para esa época porque era verano. Los caminos estaban secos. Es posible
que por la tierna edad de la criatura la haya dejado. El problema es grave, si no avisó de su
huida, tal como al parecer sucedió de acuerdo a lo que hasta hoy se conoce. Entonces, surge
otra pregunta: ¿Por qué solamente se llevó a Rubén? El niño tenía un año.
¿Cómo se dieron cuenta los leoneses de la existencia de Cándida Rosa? El Dr. Vanegas, era
seis años menos que Darío, vivió en León toda su vida y es considerado el representativo de
la cultura leonesa; era un investigador; y si escribió sobre su existencia, es por alguna razón
indubitable. No la menciona Darío en ningún momento la existencia de esa hermana, salvo
que sea la que, en su autobiografía, a la muerte de su esposa, dice lo siguiente:
“Uno de esos días abrí los ojos y me encontré con dos señoras que me asistían;
eran mi madre y una hermana mía a quien se puede decir que conocía por primera
vez”1 (Autobiografía)

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Benito Soriano2 logró llegar al corazón femenino, entristecido, dolorido y envuelto en una
tormenta de sufrimientos. Encontró en su lecho, la paz completa de cuerpo y alma. Qué hacer,
frente a posibles sospechas, puesto que, en los pueblos, nadie se escapa de ser advertido en
la conducta, lenguaje corporal, que, hay algo oculto, un meta-sentido en que los músculos
faciales adquieren unos nuevos movimientos que no son los usuales y que difieren de los
que comúnmente la gente ha visto en situaciones similares. Se ha dicho en el medio que:
“Ni el dinero, ni la tos, ni el amor, se pueden ocultar.” Creyéndose advertidos, puesto que las
confianzas entre ellos también habían avanzado, se desconoce, pero el lógico suponer que,
doña Bernarda, pudo haber observado con la perspicacia femenina alguna situación que
consideró inadecuada; esto provocó un llamado de atención, lo que aceleró la salida furtiva
de Rosa Sarmiento y de Benito Soriano hacia San Marcos de Colón, un villorrio muy cercano
a las fronteras con Nicaragua.
Cuando se lee que la pareja se fue a San Marcos de Colón, no existe en los mismos exponentes
de esa historia de amor, sugerir al lector lo que significaba viajar hasta ese lugar. Conociendo
la época y la distancia, los recursos de movilidad con los que se disponían, no se puede
concebir que una noche salieron aprisa, así de fácil. La huida de León indudablemente fue
planificada con mucho cuidado.
Llevar maletas para un período de tiempo que se gastaba en el viaje, quizá no era lo más
fácil, o al menos que, estuviera en segundo plano.
2 Nota: Según la entrevista de Thomas Irving, Universidad de Minnesota, con familiares de Soriano en San
Marcos de Colón, Juan Benito Soriano llegó a León acompañado por Ignacio Pinell, y que ambos enfermaron de fiebre
amarilla, y que Rosa, los cuidaba. “Rosa Darío fue algo “zafadita”; los cuidaba durante su enfermedad, y parece que tuvo
relaciones con mi papa, porque e1 fue a vivir con ella en Metapa, donde naci6 Rubencito.” Este señalamiento está escrito
y no es nada novedoso por los que han estudiado a Darío y leído a este investigador estadounidense, sin embargo,
la expresión de la supuesta hija de Soriano en Honduras, que le dio la entrevista, es muy fuerte. Pues se refiere que
Rosa era mujer liviana. Asegurar que se fue Soriano a Metapa, solamente ha sido expuesto por ella en la historia y
estudios sobre la infancia de Darío. Más atrevido aún es el autor cuando dice que: ~ ¿Sería posible que la tía Bernarda
supiera íntimamente que este niño no era hijo de su hermano Manuel, y así le proporcionaron la educación descuidada
que se da a los hijos naturales en aquellos países? Se entiende que, en todo caso, no se hubiese ocupado de llevarlo a
León. Irving expone un criterio mucho más audaz que recogió en León en los años 50. Véase: “Los chismes cuentan
que la tía Bernarda también andaba enamorada de Juan Benito Soriano, y esto explica su prisa en casar a la sobrina.
Doña Bernarda aparentemente no perdonaba a Rosita haberse conquistado al hondureño, y sacaron a Juan Benito
de Nicaragua como un extranjero indeseable. Es probable que en los años 50 hubiera personas contemporáneas de
Darío. Uno de ellos fue Gerónimo Ramírez que murió nonagenario, amigo de Darío y quien le prestara libros en
francés, el mismo Dr. Vanegas y el General Alfonso Valle Candia, que también murió nonagenario. Ninguno de ellos
que escribieron de la niñez de Darío, ha señalado alguna situación de mucha sutileza expresa o tácita, salvo el caso
de la existencia de Cándida Rosa Darío Sarmiento, Obviamente, gente fuera del cuidado ético del escritor, facilitó
información que el mismo investigador, lo consideró “Chisme” sin embargo, le dio cuerpo en su trabajo. Aseguraban
“los chismes” que a Soriano lo sacaron de Nicaragua por “extranjero indeseable “Nada ni posible, ni probable, pues de
acuerdo a la misma fuente que tomó Irving, se graduó de abogado en León.

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¡Llevar al niño en brazos! ¿O en qué condiciones? Actualmente la distancia entre la Ciudad
de León y San Pedro del Norte es de 150 km. No existía ninguna otra ruta alterna. Hoy por
hoy la distancia entre San Pedro del Norte y San Marcos de Colón es de 45 Km. se habla
de 195 km. de travesía. La distancia no cambia, lo que cambia son las condiciones de los
caminos.
Se necesita deducir las posibilidades reales del escape. Evidente curiosidad que motiva
ocuparse con mucho interés para que, a la sombra del siglo y medio de su nacimiento,
se pueda llegar a conclusiones más concretas. La motivación fundamental que existe es
presentar ahora al lector una supuesta toma de decisión más acorde a las realidades de ellos
y de las circunstancias materiales de la época.
La pareja, al tomar una decisión de tal naturaleza en las circunstancias, época y costumbres,
requería de ajustar el carácter tenaz, la valentía y coraje a todas las consecuencias que no
solamente eran morales, sino, enfrentarse a todos los peligros que se tenían en conocimiento.
Además de concebir que podían ser perseguidos. El pequeño Félix Rubén fue sometido a
un viaje riguroso. Hay que considerar que hace unos setenta años atrás llegar a San Pedro
del Norte, era un trabajo excesivo. Un pedregal horroroso, además de muchas subidas. Los
inviernos copiosos no permitían la entrada de vehículos.
El barro era otro de los obstáculos que había que salvar. Por lo tanto, la situación era
mucho más difícil para llegar hasta el pueblo. La salida de Rosa y Benito, tuvo que haber sido
en verano, lo que implicaba una ruta con temperaturas entre los 38 y 40 grados en solana,
o sea en la zona de trópico seco era un tormento. Por supuesto, la cultura había sido creada
expresa, para enfrentar esas dificultades. ¿Cómo fue entonces la salida? Rosa lo más seguro
que recibió información de Soriano sobre las condiciones del viaje.
La experiencia de esa travesía estaba generalmente en los hombres, por muchas razones,
una de ellas eran las guerras producidas por invasiones, comercio o tráfico de semovientes, o
sencillamente, porque muchas familias nicaragüenses tenían lazos consanguíneos con otras
familias en Hondura. Era razón suficiente entender que Benito Soriano, conocía muy bien
la ruta y los lugares; donde los viajeros hacían descansos; por lo general, eran haciendas
o pequeños grupos de familias que se establecían a las orillas de los caminos, y ofrecían
alguna merienda.
Nada extraordinario. Esa ruta exigía a paso de carreta viajando a unos 5Km por hora unas
39 horas, o sea, 3.25 días de camino si fuese seguido sin detenerse. Lo demás se puede
suponer como los tiempos de comida y las necesidades fisiológicas. Y el viaje no podía haber
sido en mula, mucho menos a caballo. Salvo que un montado en mula, sirviera de guía a la
pareja.

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Lo sugestivo de este interés es conocer del carácter de doña Rosa y las motivaciones
que tenía para tener que huir, dejando a su familia atrás. Comprendemos que los dolores y
sufrimientos del alma impulsaron a ese sacrificio del que se necesitaba mucho carácter. ¿De
dónde sacó ese carácter la muchacha que era sumisa y obedeció hasta aceptar un matrimonio
tan fatal? Dice Stendhal que: “Tener el carácter firme es tener una larga y sólida experiencia
de los desengaños y desgracias de la vida.” Ya había cruzado un largo camino para dar a luz
a un viajero, a un navegante, a un soñador que viajaría hacia los pináculos más altos de la
gloria. Sin nacer en palacio, llegó a Príncipe.
Y Ahora, doña Rosa, cruza otro camino esperando un umbral que, al cruzarlo, encuentre,
sino la dicha de los bienes suntuarios, la tranquilidad de su espíritu.
Thomas Irving, de la Universidad de Minnesota, viajó a Honduras buscando información
sobre la estancia de Darío en San Marcos de Colón, hace 65 años. Para entonces la población
la componían dos mil personas.
Cuenta que al entrevistarse con el profesor del pueblo le hizo saber que los Soriano eran
gente muy importante en el pueblo, y habían enviado a estudiar a sus hijos al extranjero,
uno de ellos viajó a Francia, otros hacia El Salvador, donde hicieron vida. En el relato del
maestro, aparece un pasaje de la vida de Félix Rubén, que contradice incluso la autobiografía.
Asegura el entrevistado, que Darío llegaba en vacaciones a San Marcos y se hospedaba en
casa de una señora llamada Petrona Tercero, “pero que la casa ahora pertenece a Petrona
Molina” Otra contradicción es que el joven, Darío, que era un joven poeta llegaba a visitar a
su antigua profesora.
Veamos las posibles realidades. Se supone que la familia de Rosa, se enteró de su ausencia,
sino, también algún conocido de Juan Benito Soriano. Ese suceso no podía quedar como
un enigma indescifrable. Alguna pista quedó o alguien vio la salida; y al menos uno de
los asiduos comensales, quizás compatriota de Soriano, conocía dónde aquel vivía o tuvo
referencias del domicilio en alguna conversación. Esa fue una pista para la familia de Rosa.
¿Le importó esa situación a don Manuel? No se sabe.
Lo cierto es que la familia preocupada por el niño, se empeñó en llevarlo de regreso a
León. Alguien por estos lados, escribió sobre esa situación y señala de “secuestro” la acción
que realizó el Coronel Félix Ramírez Madregil. Se puede deducir que es una aseveración
muy ligera, y con un desconocimiento de las realidades de los grupos familiares y de las
relaciones y costumbres de esa época. Y, además, asegurar la existencia de un delito sin tener
conciencia de su consistencia, es un señalamiento necio, puesto que secuestro en términos
sencillos es privar de su libertad a alguien en forma ilícita, y por supuesto, el acto se hace
buscando un propósito que puede ser económico.

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Así que, el señalamiento antojadizo y atolondrado, de este escritor no pude ser
consentido en conciencia y ser tomado en serio. Califica como delito una acción que estuvo
en el consentimiento de la madre de entregar a su hijo, para que fuera educado, pues las
condiciones reales de su estancia en San Marcos de Colon, no eran la que se imaginó. Ella
entregó a su hijo en conciencia y voluntad, pues no llegó Ramírez Madregil, pistola en mano
a arrebatar a la criatura de los brazos de su madre, pues otro hubiese sido el fin de la acción
y otro el destino del niño.
Es irresponsabilidad hacer culpable a alguien en la historia de una acción que no tenía
la suficiente materia para considerarlo delito. Es desconocer, como se ha dicho, que las
comunidades diseñan antropológicamente modelos que se ajustan a la búsqueda de un
arreglo como primera alternativa antes que unas medidas extremas, que obviamente,
también tienen otra forma de enfrentarlas.
Los modelos sociales tienen algo en común, pero se distingue por otros que han sido
extraídos de la experiencia de su propio medio, obviamente, hay que considerar que el
modelo de la cultura occidental en el seno de la familia era el Pater familias, proveniente del
Derecho Romano, que cristianizado, se ha tenido como “La Sagrada Familia”, de la familia
iure proprio, o familia doméstica con el espíritu evangélico.
Aparte de lo sagrado de ella, vinculados sus miembros por la consanguinidad en el tiempo,
la familia se convirtió en patriarcal, acogiendo más generaciones de consanguíneos bajo el
mismo techo, y por la tradición el Pater tomaba las decisiones, al menos las que debían de
cuidarse ante la vista y juicio de otros, y por consiguiente ejecutarlas.
Si Rosa Sarmiento estuvo bajo la Patria Potestad, (pues las concesiones tácitas de la
comunidad, permitían que la niña estuviera baja la protección del Coronel Ramírez Madregil
y Bernarda Sarmiento) de tal manera que, el Coronel ejerciendo su “derecho” de acuerdo a la
costumbre de la época, se hizo cargo de ir a buscar a Rosa y a su hijo a Metapa, entonces, hace
lo mismo como cabeza de familia y responsable social ante la comunidad de ir en rastreo del
niño hacia Honduras y regresarlo a León. No violenta ninguna norma ni costumbre social.
No se pueden aplicar conceptos actuales, a situaciones, aunque pudieran ser las misma,
pero difieren ante la ley, y la costumbre de los pueblos.
Se entendía que Rosa confiaba en quienes la habían cuidado e hicieron lo mejor que
pudieron por ella con recta intensión; es muy difícil salir al paso con un juico severo
partiendo de una posición cómoda sin tomar en cuenta, las circunstancias. Se alcanza, que
Rosa comprendió con inteligencia natural femenina, que el entorno no le favorecería tanto,
que ella podía enfrentar alguna situación, pues de acuerdo al investigador Irving, la llegado

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de Benito Soriano con una “mujer parida” no fue nada agradable, situación a simple vista
incompresible de parte de otra mujer, pero, no era nada irregular que una madre desistiera,
que un hijo se hiciera cargo de una mujer casada, y con un hijo. La situación era más difícil,
pues el adulterio no era consentido tan fácilmente. A doña Rosa Sarmiento durante convivió
con la familia Soriano, se le trató como Rosa Darío.
El General Máximo Jerez un hombre del liberalismo, cuando no encontraba una explicación
que saliera de la forma estructurada del pensamiento positivista, se obligaba a recurrir a
interpretar lo sucedido a fuerzas inexplicables; “Un secreto impulso nos condujo.” Esa era
la expresión de Jerez. ¿Qué deparaba al niño? La historia nos dio la respuesta. ¿Un secreto
impulso lo trajo de regreso a León?
Cuántos años tenía Félix Rubén cuando salió de un caserío llamado “Las Lajas”, pues no fue
a vivir a San Marcos de Colón, la madre fue llevada a una propiedad mucho más adelante del
pueblo, aseguran que no había cinco viviendas, y el investigador norteamericano, se enteró
por medio de una persona mayor, que el niño jugaba con un perrito que lo ataba, a una soga,
y un gatito que llevaba en el brazo junto a su pecho. Además, que una señora del vecindario
le enseñó a leer. Si se considera este testimonio de una persona que era algunos años mayor
que Darío, no existe explicación para entender cuanto tiempo estuvo en niño en Honduras.
El recuerdo de Darío en San Marcos de Colón es el siguiente:
“Mi primer recuerdo—debo haber sido a la sazón muy niño, pues se me cargaba a horcajadas,
en los cuadriles, como se usa por aquellas tierras—es el de un país montañoso: un villorrio
llamado San Marcos de Colón, en tierras de Honduras, por la frontera nicaragüense; una señora
delgada, de vivos y brillantes ojos negros—¿negros?... no lo puedo afirmar seguramente..., mas
así los veo ahora en mi vago y como ensoñado recuerdo—blanca, de tupidos cabellos obscuros,
alerta, risueña, bella. Esa era mi madre. La acompañaba una criada india, y le enviaba de su
quinta legumbres y frutas, un viejo compadre gordo, que era nombrado «el compadre Guillén».
La casa era primitiva, pobre, sin ladrillos, en pleno campo. Un día yo me perdí. Se me buscó
por todas partes; hasta el compadre Guillén montó en su mula. Se me encontró, por fin, lejos
de la casa, tras unos matorrales, debajo de las ubres de una vaca, entre mucho granado que
mascaba el jugo del yogol, fruto mucilaginoso y pegajoso que da una palmera y del cual se
saca aceite en molinos de piedra como los de España. Dan a las vacas el fruto, cuyo hueso dejan
limpio y seco, y así producen leche que se distingue por su exquisito sabor. Se me sacó de mi
bucólico refugio, se me dio unas cuantas nalgadas y aquí mi recuerdo de esa edad desaparece
como una vista de cinematógrafo.”

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El Rev. Antonio Méndez Plancarte3, en su apreciado libro “Poesías Completas de Rubén
Darío”, en las “Notas de Introducción dice lo siguiente:
“ pasó - infante - unos seis meses en “San Marcos de Colón” en tierras de Honduras,
y volvió a “criarse en su ciudad” de León con sus abuelos maternos”4
No existe explicación racional que pueda en su contenido disgregar tantos elementos
contradictorios entre la salida de Rosa Sarmiento y Benito Soriano con el pequeño en brazos,
el cuento del investigador Norte Americano obtenido de un viejo profesor en “San Marcos
de Colón”, sus primeras letras, pues aseguran que fue en ese pueblo, y Darío, fue doña Jacoba
Tellería. el Presbítero, Méndez Plancarte, asegura que las estadías de Darío fueron tres
meses. Pero Darío se acuerda dónde lo encontraron cuando se perdió. El recuerdo vago de las
facciones de la madre es otro misterio vinculado a esa estancia. ¿Qué pudo haber sucedido?
Se lo llevaron de 13 meses de edad, y seis meses a “Las Lajas”. ¿Es posible tener recuerdos
tan fijos y detallados? Pilar Espinosa, psicóloga de Red Cenit Valencia tiene explicaciones
sobre la memoria infantil dice que: La psicóloga española dice lo siguiente:
“Cuando el bebé nace ya posee una memoria incipiente porque las neuronas
encargadas para este fin inician su desarrollo en el tercer trimestre de gestación. Puede
empezar recordando olores. El olor favorito es el de la madre y el de la leche materna,
a la vez que empieza a recordar y reconocer voces y algunas caras familiares, sin tener
consciencia de que son, es decir, desde una memoria inconsciente.”
Agrega la psicóloga Espinoza5 que en la etapa de cero a tres meses, “la memoria
implícita” registra y almacena de un modo “no consciente” y será la responsable de la
“formación en el niño de modelos mentales” En esta etapa, según Espinoza, el niño, es capaza
de reconocer la voz de la madre. Sin embargo, los recuerdos, no puede ni “catalogarlos,”
ni “ubicarlos en el tiempo”. ¿Esto explica la visión vaga de los recuerdos en San Marcos de
colón”? Según Espinoza, cuando aparece “La memoria a corto plazo”, es la que explica que
el niño “reconoce a las personas”. Y “puede señalar imágenes de un cuento” ¿Qué sucede en
la memoria a los 12 meses? Espinoza dice que: “Recuerda mucho más debido a que ya tiene
cierta expresión lingüística, y aparece la memoria explicita porque ya puede comunicarse.”
Ahora bien, si Darío en su Autobiografía aseguran que había aprendido a leer a los tres años.
Pilas Espinoza, dice lo siguiente sobre la memoria a esa edad:
3 Alfonso Méndez Plancarte (Zamora, Michoacán, México, 2 de septiembre de 1909 - Ciudad de México, 8
de febrero de 1955) fue un humanista e intelectual mexicano, poeta, filólogo, filósofo y sacerdote católico. Sus
investigaciones sobre la cultura y las artes de la Nueva España constituyeron una aportación fundamental,
particularmente las hechas sobre Sor Juana Inés de la Cruz.
4 Méndez Plancarte. – Opus cit. Pág. LXXIII. Segunda Edición. Editorial Aguilar 1967. Adiciones de Oliver Belmás.
5 Espinoza, Pilar. – Centro de Desarrollo Cognitivo – Red Cenit-

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Centroamericano
Rubén Darío No. 3
En Centro América
“A partir de los 3 años su memoria es buena identificando, (pan, coche, casa,
gato, etc.), y cuenta con una memoria consciente que le permite recordar muchas
cosas y situaciones importantes que recordará hasta la edad adulta. No es raro que los
primeros recuerdos que tenemos de nuestra infancia se remonten a cuando teníamos
tres años. En esta edad (..) el desarrollo del lenguaje permite el desarrollo de la memoria
autobiográfica, y recuerda aquello de lo cual tiene una experiencia directa y será el
recuerdo de sus primeras experiencias el que configure muchas de sus actitudes ante
la vida. También en este momento empieza a desarrollar la atención y la capacidad de
observación, factores que tienen mucho que ver con el desarrollo de la memoria y el
aprendizaje.”
Darío tiene los siguientes recuerdos de su infancia:
1. Fuegos artificiales en la Plaza de la Iglesia del Calvario en León.
2. Lo cargaba la Mulata Serapia,
Luego asegura Darío en su mismo testimonio biográfico que con el Coronel Ramírez
Madregil, “aprendí por él anda a caballo, conocí el hielo, los cuentos pintados para niños, las
manzanas de California y el Champaña de Francia.” (R. D.)
***
Darío dice: “Fui un niño prodigioso. A los tres años sabía leer, según se me ha contado.” No
tuvo conciencia de que a esa edad supiera leer. Se aprendió las letras, pero no recordó nunca
las circunstancias en las cual lo hizo:
“Pero quien primeramente me enseñó el alfabeto, mi primer maestro, fue una
mujer, doña Jacoba Tellería6, quien estimulaba mi aplicación con sabrosos pestiños,
bizcotelas y alfajores que ella misma hacía, con muy buen gusto de golosinas y con
manos de monja.”
Cómo podríamos entender todo este laberinto de información sin tener, un hilo conductor
por tantos cruces y rotondas. Es posible que, en el período posterior a los 12 meses, haya
escuchado en la casa de la mamá Bernarda con el algún otro lugar, conversaciones muy
comunes entre las personas que conocían el caso de Rosa, y la presencia del niño en la
6 Nota del A.- en las Notas bibliográficas de Méndez Plancarte, pág. 1155, cita a Darío Pallais, que recopiló
información en su libro, “Homenaje de Nicaragua a Rubén Darío” y en la información está un detalle muy interesante
del periodista liberal, Juan Ramón Avílés, en el artículo, “Mi Crónica” que dice: “En la casa del Dr. Juan de Dios Vanegas,
en la cual la Sra. Jacoba Tellería, enseñó las primeras letras a R. D., allí junto a la casa donde él se crio y el mismo lugar
donde un Domingo de Ramos. Reventó una granada con los primeros versos de D., allí mismo al pasar el cadáver,
reventó otra granada, de la cual volaron palomas y cayeron mil papelitos con estos versos”

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Centroamericano
No. 3 Rubén Darío
En Centro América
casa de los Ramírez- Sarmiento. Era parte de la cultura de aquellos días, indagar de parte
de las amistades sobre alguna situación. Los comentarios llevan siempre imágenes que
pudieron haber quedado en la memoria del niño. Estos comentarios pudieron haber sido: 1.
La situación de Rosa. 2. Presentación física de Rosa. 3. Encontrarle parecidos físicos al niño,
que saliera a colación su travesura en San Marcos de Colón al perderse etc.
Todas estas imágenes repetidas en varias ocasiones por la misma curiosidad de la gente,
se fueron asentando en el inconsciente del niño y posteriormente fueron aflorando como
recuerdos vividos. Así, verse muchas veces muy bien vestido, influyó mucho en su interés
de hacerlo siempre.
Ejemplo: según su biógrafo cuando la estampa del niño quedó fijada en una placa de un
daguerrotipo estaba de “casimir basto, pantalones y saco abotonado, la corbata formando un
muñón blanco, el pelo abundante, las manos en la rodilla, (..) “cabezón de crenchas rubias” (..)
Las facciones se perciben pronunciadas, frente espaciosa, labios gruesos y cejas bien pobladas.”
El detalle está, en sus cabellos rubios. Eso llamaba la atención en el medio social donde
se movía la familia, obviamente, que si el padre era mulato, y la madre blanca de cabellos
negros, no existía explicación sobre el cruce genético desde la visión de Gregor Mendel7.
Por supuesto que, si la madre tenía un % altísimo de la etnia blanca, y don Manuel García
(Darío) era mulato, la probabilidad era grande que Darío heredara muchos genes blancos de
su padre y otros de la madre, así como otros de las etnias indígena y negra. Mixtura que se
fue “descomponiendo” a través de los años por los mismos cambios biológicos. El niño era
rubio, y mayor de “crenchas negras” como lo vio Arturo Capdevila:
“Nació en 1867, andaba Rubén Darío frisando, en sus treinta años férvidos. De
suave estampa, daba una impresión de serenada apolínea. Sus rasgos denunciaban
un hijo de América. Manso, bueno, con aquellos sus grandes ojos, juntamente absortos
e inquisitivo, se entregaba y buscaba la vez. Era elegante; elegante sin el menos
rebuscamiento. Grave, serio. Y no moreno; más bien blanco., de un blanco mate; y las
crenchas broncíneas, (..) Ahí estaba Darío, correctísimo con su frac.”
Este fragmento del libro de Capdevila, nos confirma una observación de la psicóloga
Espinoza, en la Memoria Implícita. Es muy seguro que Darío no se acordó de ese traje, con
exactitud; pero le quedó implícita la “sustancia” del mismo. Sus “accidentes”. Una explicación
aristotélica quizá. La toma de la placa de Daguer, ajustó una forma de sus modelos mentales.
7 Las leyes de Mendel (en conjunto conocidas como genética mendeliana) son el conjunto de reglas básicas
sobre la transmisión por herencia genética de las características de los organismos padres a sus hijos. Constituyen el
fundamento de la genética. Las leyes se derivan del trabajo sobre cruces entre plantas realizado por Gregor Mendel,
un monje agustino austriaco, publicado en 1865 y en 1866, aunque fue ignorado durante mucho tiempo hasta su
redescubrimiento en 1900.

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Centroamericano
Rubén Darío No. 3
En Centro América
Un deseo profundo por el buen vestir que se fue adaptando en el tiempo y espacio donde
le tocó vivir, obviamente, nunca cambió la “sustancia” de lo que quedó grabado en su
inconsciente.
***
En 1930 se publicaba8 en Nicaragua, una revista ilustrada en la que colaboraban, gran
cantidad de escritores, poetas, hombres y mujeres. En uno de sus ejemplares hay un artículo
publicado por un amigo de niñez de Rubén Darío. No quiso poner su nombre, firmó como
“Anónimo” y en su narración nos revela detalles que sumamos al desarrollo de sus modelos
mentales. Narra el autor que solía jugar en la casa de doña Bernarda, y se subían a un arbusto
de Jícaro. De una de sus ramas, saltaban al tejado de la casa para divisar los techos vecinos
y una torre que había en León para entonces. Asegura que Rubén, salía de su casa a bañarse
donde su tía Rita.
Darío en su Autobiografía dice lo siguiente:
“Mi tía Rita era la adinerada de la familia. Mi padre, que como he dicho, pasaba
como un tío, vivía en casa de su hermana, la cual era propietaria de haciendas de
ganado y de ingenios de caña de azúcar.”
Si bien es cierto que esa era la casa de su tía, también era la Residencia del Cónsul de la
República de Costa Rica. Desayunaba y regresaba, feliz, con un buen baño, con las comodidades
que se entiende tenía la casa, al igual que haber disfrutado de un buen desayuno. La relación
familiar con la Familia Alvarado-Darío le era provechosa, y lo entendía desde muy temprano
en su vida.
El Cónsul de Costa Rica era un hombre de letras y de buen gusto amaba la música y en sus
comodidades tenían un piano en la sala. En la residencia del Sr. Cónsul, vivían dos enanos.
“mi tía Rita, bajo cuyo amparo viví, tenía como si fuera una corte medieval, bufones y enanos.
Recuerdo dos. Varón y mujer. Horribles. Él se llamaba el capitán Vílchez. Se pretendía capitán,
sin perjuicio de tenerse también por sacerdote.” (..) “Miedo me daban y sutil inquietud.” Aquí
hay dos aspectos que llaman la atención. Llegaba a la Residencia del Cónsul y se bañaba
y desayunaba. Frente a esos deseos, vencía el miedo, puesto que lo hacía todos los días.
Cuando en la residencia había fiestas, y los enanos hacía reír a la gente, el sentía miedo.
¡Interesante!
El otro aspecto es el del enano capitán Vílchez, que, desde su visión objetiva de la cultura
leonesa, había logrado descifrar la importancia de las profesiones, pues se entera que era
8 N. de A. La Revista se llamaba “Los Domingos” hay algunos ejemplares en la Hemeroteca Nacional. Por
supuesto son los únicos ejemplares que existen.

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Centroamericano
No. 3 Rubén Darío
En Centro América
muy importante ser militar y sacerdote, y mejor obispo. Vílchez podía tener deformaciones,
ser útil para la familia Alvarado-Darío, inteligentemente, sabían que fuera de esa casa, la
vida se terminaba, y que por alguna razón que se desconoce, fueron llevados a esa casa a
convivir con la familia. Las principales familias de León, por riqueza o por estatus tenían,
militares y sacerdotes que se involucraban, permite la costumbre mencionar a los Jerez,
Herdocia, y Gurdián. Los militares tenían el poder de la fuerza, y el sacerdote tenía dominio
sobre la psicología del pueblo. Los abogados, profesores y “maestros” carpinteros, sastres
o ebanistas, eran importante por cuanto eran los que realizaban una labor especializada.
Unos en leyes al servicio de los políticos y militares.
El Derecho se dividía en Civil y Canónigo. Un abogado podía servirle a la Iglesia, como
se ve en muchos casos de la historia. ¿Y qué deseaba ser el niño criado por un Coronel de
mucha importancia y por una mujer de reciedumbre y decisiones? Bien. Quería ser poeta.
Ya bajo la leve ala del coronel, se había iniciado en la lectura. Tuvo por un buen período de
su niñez, la oportunidad de leer, pues encontró un anaquel con libros que menciona en su
autobiografía.
Asusta a la abuela cuando manifiesta su deseo de ser poeta. ¡Dios Santo! Lo que se le
ocurre a este muchacho. La situación se había puesto muy difícil, ya había competencia en
los servicios de habitaciones, y comida. Un hotel bajo la dirección de un inmigrante italiano
hacía una buena competencia.
Para entonces el Coronel Félix Ramírez Madregil, había muerto. La tía Rita apoyaba al
niño. Y desde muy temprana edad, inicia sus ensayos poéticos, “pero ello fue harto temprano”
(..) “yo nunca aprendí hacer verso, fue orgánico en mí, natural, nacido.” ¿Y en esa sociedad,
para qué servían los poetas? ¡Para nada! La visión general, era utilitaria, ocasional, y para
el recreo. El poeta niño se ocupaba de hacer poemas para enrojecer los pómulos de una
niña, recordar un difunto, o para ocupar espacios en las “Veladas,” una suerte de reuniones
de niños y sus madres, para cantar y recitar poemas, de autores castellano, y propios de
“poetas inspirados.”
En alguna ocasión escribió un poema para alguien difunto o para un cumpleaños, y a
partir de ese primer trabajo de inspiración natural y leído en el evento, - hay que entender
que tuvieron que haber sido muy bueno para los cánones del medio, que sorprendieran -,
de tal manera que alguien o algunos preguntaron quién los había hecho, y por supuesto,
la respuesta causó admiración. Las hojas donde estaban escritos los poemas, pasaban de
mano en mano, y dejaban los ojos absortos.

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Centroamericano
Rubén Darío No. 3
En Centro América
Estos poemas dieron inicio a la admiración por el niño que componía poemas admirables.
Obviamente, que los encargos tuvieron el beneficio pecuniario. Por poco que fuera u
ocasional, abonaba a la confianza de escribir y servía el recurso monetario para algo.
Qué hacer con el niño, que ahora es conocido como el “Poeta Niño”. Su biógrafo, don
Edelberto Torres, asegura con datos de los que no se duda fuente, que mamá Bernarda
esperaba que aprendiera un oficio. No era nada ofensivo. Al parecer las ofertas de dónde
y con quién aprender la sastrería era de notables en la confección. Se supone que estos
dos sastres, don Trinidad Méndez y Lino Medrano, eran prestigiosos. Véase en ellos los
confeccionadores de los trajes de etiqueta de la época, sotanas de sacerdotes y la jerarquía
del cabildo eclesiástico; los trajes militares de los rangos principales que exigían de mucha
elaboración. Detalles.
Prendas que se ajustaran a las medidas exactas del cuerpo y se lucieran en las fiestas y en
los desfiles. Doña Bernarda Sarmiento estaba pensando en una visión de futuro, sabía que el
niño era talentoso y quería asegurarle un porvenir respetable. Véase la historia, el General
Paulino Godoy, militar y ferviente liberal que acompañó al General Zelaya, su oficio era la
sastrería. Podía Darío de acuerdo a su mamá Bernarda tener un oficio, y si quería escribir
eso quedaba tácito. Pero, por qué no podía estudiar Derecho o Medicina. La señora era una
mujer mayor y viuda, y no poesía poderes de adivinación sobre la vida del niño. Veía lo
inmediato.
***
En Managua-
El joven poeta, ha disfrutado el espacio político y social que le ha brindado su estadía en
Managua, la capital de la pequeña república centroamericana. Ha conocido a los mejores
hombres de la política y de las letras, a los periodistas de mérito y decoro, combativos y de
enjundia ideológica.
El medio cultural popular de Managua lo asombró, pues los paseos a la orilla del Lago
de Managua, los salones cerveceros, el embarcadero, las correrías de comerciantes y
cargadores en el muelle, el sonido lúgubre de las sirenas de los barcos, el cielo azul y las
manchas de humo saliendo en bocanadas de la chimenea de los vapores, fuera el “Amalia” o
el Hollembeck, con los remolcadores, Cuba o Mira. Lo sombraron.
Las garzas blancas o las morenas, bandadas de piches, y patos pico de bota, somormujos,
y alcaravanes. Las bellas mujeres abordando los vapores rumbo a León, o al otro lado del
Lago, al puerto de San Francisco del Carnicero, para tomar bestias y llegar a las Segovias.

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No. 3 Rubén Darío
En Centro América
Días de “vinos y rosas”. Bandas musicales, festejos. Poemas y canciones. Abanicos y sonrisas.
Poemas y miradas de suspiros. Por supuesto, que todo era color de rosa. Pero el fin o motivo
fundamental de su viaje a Managua, ha sido un fracaso. Regresa abatido. Desconsolado, se
desconoce que reacciones hubo en el medio social y político por la desazón del joven poeta.
No pudo conseguir la beca para viajar a España.
Los bolsillos volteados demuestran, una iliquidez asombrosa. Por una carta enviada a su
amigo, Francisco Castro se conoce su estado de ánimo, pero, la misiva fechada en Chinandega,
el 3 de junio de 1882, nos demuestra que ya era un joven de 15 años, y por su estadía en esa
ciudad no se tiene certeza de los motivos que lo llevaron, o pudiera tener razón el profesor
de San Marcos de Colón que dice que llegó a ese pueblo a los 15 años.
Su llegada a Chinandega podría haber sido tratando de llegar a Honduras. Si esto fuera
una realidad, nos preguntamos. ¿Darío en ese momento de cruda realidad, buscó a su madre
biológica? Si realizó el viaje, éste no le fue provechoso.
Creyó conseguir dinero para solventar sus deudas en León, pero no fue posible. En la carta
le confiesa a Castro que, “vine a buscar dinero.” Si lo dice es porque era una realidad absoluta
en ese momento. Pero, con quién o con quiénes podría conseguir dinero. ¿Acaso con la
familia de la rama materna que desde decenas de años se habían establecido en Chinandega
o regresaba de San Marcos de Colón? Le hace varios ruegos y peticiones a Francisco Castro:
“Chico, te ruego consigas algo para pagar la composición, de un frac” (..) y ve cuanto se reúne
entre ustedes los muchachos para ajustar el pasaje, aunque sea, (..) Mira si me puedes conseguir
una valija también, pues la necesita para irme. No llego yo por allí debo también mucho y no
tengo con qué pagar.
Cuando salí de Managua, llegó a León. (..) Chico. Estoy al darme un tiro. (..) yo
no llego a León ni que me muera… ¡Pobre mamá Bernarda! Que cuando sepa (sic) mi
viaje se lo digan bien dorado, que le consuelen y le den resignación. ¿Ha comenzado
a golpearme el mundo? Pues bien, ¡adelante! Tengo fuerzas o para que me lleve el
demonio, o para que me lleve Dios9.”
Cabe aquí entender que se ha ido toda una época en la vida del joven. Darío por su
experiencia ya no es la del jovencito para las veladas de la Tía Rita, o complacer con sus
poemas anti religiosos, y políticos a los liberales leoneses. Ese recorrido desde su más tierna
infancia, de la que hay testimonio y de sus recuerdos es toda una tragedia.

9 Cartas desconocidas de Rubén Darío. Compilación General, José jirón Terán. Publicación de la Academia
Nicaragüense de la Lengua. Managua, marzo del 2000. Página No. 43.

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Rubén Darío No. 3
En Centro América
Sin embargo, no todo es tragedia, pues hubo momentos que no son los más notables, pero
sí, importantes para su formación. Su ego levantado desde niño, de acostarse o levantarse
cuando le diera la gana, que le prodigó una cierta haraganería; adulado como el poeta niño, la
admiración de las niñas, el reproche de sus compañeros, la facilidad de hacer poemas el ser
invitado por cuanto evento hubiera, y ser la figura principal y estimada, que le buscaran para
hacer poemas por alguna ocasión, ganar dinero por escribir, ser defendido en los juzgados,
tener quien le apoyara. Todo vivido, sufrido o gozado. En su casa ser un niño y joven que
le sirvieran, disponer y mandar con los modelos familiares en el carácter del Coronel y de
mamá Bernarda.
Las sofisticadas fiestas del Cónsul de Costa Rica su tío político, la visión del bien vestir y
del bien comer, vinos franceses italianos y españoles cervezas alemanas e inglesas que se
degustaban en las fiesta del medio social en el que participaba; manteles largos, aprender
francés con autores franceses de los que citará después; leer latín y conocer algo o mucho
de inglés como producto de su medio; en las cartas a sus amigos se advierte el modelo de
trato, de un aristócrata de pueblo solicitando favores “por favor” pero con tono de mando,
obviamente, ese tipo de léxico, lo cambiaba cuando se dirigía hacia las personas que
entendían estaban en otro nivel.
El epistolario dariano es un baúl de riquezas, todo ese medio cultural y la antropología de
León frente a las realidades cotidianas, su profundo sufrimiento interior, etc. Ese es Rubén
Darío a los 15 años. Lo conoció muy bien el Dr. Ricardo Contreras que, años después, cuando
Darío estaba en la cúspide de su vuelo, aseguró que, si se hubiese quedado en León, no
hubiese sido nada, tal como lo expuso en su artículo de elogio al Príncipe. Seguía funcionando
el “Secreto impulso”
Pasado un poco tiempo, que le permitió ser la principal atracción en las más suntuosas
fiestas en León, Managua y Granada, de hacer muchas amistades ente los políticos y militares
extranjeros exiliados en Nicaragua, también tuvo la oportunidad de viajar y conocer a gente
de gobierno, diputados y sufrir las consecuencias de las intrigas palaciegas entre los políticos
conservadores y liberales que fue lo que le costó no recibir la beca para viajar a España y
educarse con el patrocinio del gobierno conservador.
El grupo de políticos leoneses y miembros de la masonería criolla lo utilizaban y de eso
da cuenta en sus notas autobiográficas; también ésta relación le permitió que algunos de
ellos, le facilitaran los recursos para que viajara a El Salvador. Esa república estaba muy bien
pagada con la cantidad de intelectuales que viajaban y se establecían en el periodismo, las
letras y la educación. Había muy buenas relaciones entre los migrantes nacionales allá, con
los intelectuales en León, fundamentalmente.

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Los sueños y la pompa, se sumaron al amor que lo hizo sucumbir al querer casarse a muy
temprana edad. Preocupados sus más cercanos amigos y admiradores, se comunicaron con
sus pares en El Salvador y después de las respuestas esperadas, lo embarcaron, donde a juicio
de todos, encontraría una mejor vida con las oportunidades que se les estaban abriendo.
Sin embargo, todas esas buenas intenciones estaban limitadas a que el joven tuviera un
empleo relevante y le permitiera vivir cómodo. Nadie pensó que se enviaba a El Salvador a
un pichón de águila.
Así fueron las circunstancias que lo llevaron a la República de el Salvador.
El Salvador 1882.
Es primera vez que el joven poeta sale de su país. Una situación muy particular se vivía
en la región centroamericana, aún existía o más bien perduraba en las almas y visones de
los más viejos políticos e intelectuales, el sentido de la Patria grande, y en el inconsciente
colectivo el dominio de una región libre de comercio ente las tribus que dominaban la zona.
En ambos casos, una visión sin fronteras. Luego se habían creado artificialmente por políticos
e intereses foráneo, un espíritu divisionista para despedazar la patria grande y tomar cada
uno un segmento y roerlo en función de poder y dominio de grupos fortalecidos por las
leyes creadas por los herederos del repartimiento, que sostenía una visión de dominio cuasi
medieval. Los pobres sufrían de una u otra manera.
Era presidente de El Salvador, Rafael Zaldívar, médico de profesión y político, diplomático;
y había sido nombrado en su oportunidad, vicerrector de la Universidad, y habiendo
convocado a una Asamblea Nacional Constituyente que estableció la Constitución de 1880 y
fue reelecto para un período más.
El Dr. Rafael Zaldívar decretó varias leyes que anuló el sistema de tierras comunales. El
Decreto legislativo del 2 de marzo de 1881, las tierras no fueron confiscadas, pero los que
las poseían tenían que pagar por ellas a las municipalidades, mediante plazos de acuerdo
a la extensión de las tierras, por supuesto hubo en muchos casos que no pudieron pagar
la deuda y perdieron las tierras que habían llegado a sus manos por sus antepasados.
Esto contribuyó a que muchos años después los descendientes en dos oportunidades se
enfrentaran en guerra terriblemente sangrientas y despobladoras. Los liberales ciertamente
eran la expresión burguesa, frente al conservatismo monárquico, pero tenía en común una
geofagia, con diferentes intereses.
Perceptiblemente había un interés de por medio, pues las clases dominantes se apropiaron
de las tierras. También permitió la llegada de europeos que, mediante sus inversiones
fuertes desplazaron a los nacionales debido a que conocían los mecanismos de los mercados

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Rubén Darío No. 3
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internacionales. La siembra del café y su industrialización. Ese año se estableció en cable
submarino que conectaba a la pequeña república con el resto del mundo. También se había
inaugurado el ferrocarril de Acajutla a Sonsonate por el presidente Zaldívar el 4 de junio del 82.
Darío había preparado su viaje con el apoyo económico de sus amigos para viajar al El
Salvador; de acuerdo a don Edelberto Torres llega a tierra cuscatleca en agosto de 1882.
El escritor dariano Carlos Cañas Dinarte, con expresa exactitud dice que Darío llega a El
Salvador en el vapor estadounidense “South Carolina” a las 5.00 horas del día lunes 7 de
agosto. “A sus 15 años de edad, aquel joven de cabellera descuidada, traje humilde y pobre
maleta, tenía ya cierta fama de poeta y de bebedor intensivo.” Cañas Dinarte, en otro escrito,
aseguraba que el joven poeta había sido recibido en el Puerto de La Libertad por el Secretario
del Presidente Zaldívar, el poeta, don Joaquín Méndez Bonet, a quien Darío no conocía más
que por cartas.
En ese mismo lugar le entregó quinientos pesos fuertes; fue llevado a la capital, y hospedado
en “El Gran Hotel”, una casa de huéspedes y restaurante que era propiedad del cantante
Egisto Petrilli. “Gracias a sus contactos, Darío fue presentado ante la sociedad salvadoreña
y logró relacionarse con las familias de más alta alcurnia de aquel tiempo. (Cañas Dinarte).
Obviamente, todo esto no es tan sencillo, su llegada se debió a los lazos de amistad entre el
poeta nicaragüense Mayorga que había hecho de El Salvador su segunda patria, y Méndez
Bonet vinculado al poder. Recomendación se entiende muy buena, y el joven poeta, por otro
lado, llevaba otras cartas de recomendación que se estilaba en ese entonces y que tenían un
valor inestimable, prácticamente eran prendas de valor. Darío nos cuenta su llegada de la
siguiente manera:
“Llegar yo al puerto de La Libertad, y poner un telegrama a su excelencia fue
todo uno. Inmediatamente recibí una contestación halagadora del Presidente, que se
encontraba en una hacienda, en su telegrama era muy gentil conmigo y me anunciaba
una audiencia en la capital.”
Que trabajo más fino realizaría Mayorga y el Secretario Méndez Bonet10, que el Presidente
de la República de El Salvador, se ocupaba de la llegada de un joven de apenas 15 años, y con
una carta de presentación compuesta de su extraordinaria capacidad intelectual y que por
supuesto sería un apoyo erudito para el gobierno. No era una sencilla obra de caridad. Había
un interés político e intelectual pues se comprendía que, el liberalismo era esencialmente
10 Darío Rubén – Poesía Completas – Selección y notas de Álvaro Salvador, colaboración de Concepción
González-Badía Fraga y Erika Martínez. Prólogo de Iván Shulman. Editorial Verbum. Universidad de Granada, España.
2016. La primera visita de Darío se realizó el 8 de agosto de 1882. En el puerto de La Libertad, lo recibió Joaquín
Méndez Bonet, secretario del Presidente Zaldívar, a quién Darío no conocía más que en misivas. Méndez le entrego
una ayudad de 500 pesos plata de parte del mandatario salvadoreño.

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No. 3 Rubén Darío
En Centro América
una filosofía que se expandía mediante ideas desarrolladas, por medio de escritos, sobre
todo por los medios impresos.
Llegué a la Capital. Al cochero que me preguntó a qué hotel iba, le contesté
sencillamente: “Al mejor” Al mejor de cuyo nombre no puedo acordarme, aunque quiero,
lo tenía un barítono italiano de apellido Petrilli y era famoso por su “macarroni” y su
“moscato espumante” y las bellas artistas que llegaban a cantar opera y a recoger el
pañuelo de un galante, generoso y galante sultán presidencial”
“A los pocos días recibí aviso de que el Presidente me esperaba en la Casa de
Gobierno. Mozo flaco y de larga cabellera, pretérita indumentaria y exhaustos bolsillos.”
(..)” pasé entre los guardias y me encontré tímido y apocado delante del jefe de la
República, que recibía, de espaldas a la luz, para poder examinar bien a sus visitantes”
El presidente Zaldívar era relativamente un hombre joven, cuando recibe a
Darío, tenía 48 años. La crítica lo ubica entre los dictadores ilustrados y despóticos.
“El Presidente fue gentilísimo y me hablo de mis versos y me ofreció su protección;
más cuando me preguntó qué era lo que yo deseaba, contesté, ¡Oh, inefable Jeróme
Paturot ¡, con estas y exactas palabras e inolvidables palabras que hicieron sonreír al
varón del poder: “Quiero tener una buena posición social primero” ¿Qué entendería yo
por una buena posición social primero? Lo sospecho. El Dr. Saldívar, siempre sonriendo,
me contestó bondadosamente: “Eso depende de Ud.”
Por qué se refería a Jeróme Paturot, Darío. ¿Acaso había leído a Louis Reybaud, entre
esos libros que decía el Dr. Ricardo Contreras Bobadilla en los que Darío aprendió francés?
¿O simplemente, mucho después llegaron las obras de Reybaud y asoció su personaje a la
situación que vivió ante el Presidente Zaldívar? El personaje Jeróme Paturot es un excéntrico
de las utopías políticas de moda. Un idealista perdido ingenuo en las madejas del positivismo.
El primer título de Reybaud fue “A la búsqueda de la mejor posición social” y el segundo
título: “A la búsqueda de una mejor República”
Darío leyó esos dos libros densos en el lenguaje francés de la época y los modismos de los
personajes que están en otra categoría, y pudo encontrar, y no dudamos, en los personajes de
los que hace mofa y befa el autor francés, las imágenes y motivaciones que lo entusiasmaron.
Y poniendo en medio a Paturot, en sus lecturas encuentra a Honoré de Balzac, Georges Sand,
Víctor Hugo, Alexandre Dumas padre, Jules Janin, y Alfred de Musset. Ninguno, de estos
personajes fueron ajenos a la cultura del joven poeta.

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Rubén Darío No. 3
En Centro América
Darío estuvo en algunas oportunidades en presencia del Presidente Zaldívar. Era muy
joven, y la recomendación estaba para que le apoyara por ser muy inteligente. Por otro lado,
en los círculos políticos salvadoreños y de los vecinos, las cosas no estaban tan bien y no
tenía tiempo para ocuparse de algo que en ese momento no tenía gran importancia. Uno de
sus adversarios era el General Francisco Menéndez de la escuela política de Barrios. Había
asuntos de Estado y atención permanente a los movimientos políticos y armados internos.
Antes había llegado a El Salvador don Álvaro Contreras y su familia, esto supone al menos
un año ante que Darío. Contreras había entrado en choque político ideológico con el Dr.
Zaldívar; éste último, se había reelecto y se vislumbraba una férrea oposición, era enemigo
de la unión de las repúblicas y por consiguiente tenía rivales y refractarios en la línea liberal,
y más aún, el medio conservador.
El 9 de octubre de ese año 82, muere el San Salvador, el político y periodista don Álvaro
Contreras que por sus escritos y posición vehemente es llevado a la cárcel, donde es torturado.
(Cañas Dinarte), salió de la cárcel, sin doblez, pero muere.
Darío se presenta a las honras fúnebres y tal situación (Cañas Dinarte) lo lleva a que el
Presidente tome una distancia con su protegido, y después, no fue invitado a ningún evento
social e incluso los que se realizaron por el cumpleaños de la esposa del mandatario, doña
Sara Guerra de Zaldívar de origen nicaragüense.
Estas fechas fueron 24 y 29 de octubre, “Tampoco fue considerado en la comitiva que
acompañó al mandatario salvadoreño en su visita oficial a su homólogo guatemalteco, el
general Justo Rufino Barrios, del jueves 23 de noviembre hasta el jueves 14 de diciembre. En
esa delegación sí tomaron parte dos poetas y funcionarios: Méndez Bonet y el general Juan
José Cañas Pérez. Pero, aparte de tal situación, aparece un gran misterio que no se aclara en
ninguna biografía. Una carta escrita en Puntarenas, Costa Rica fechada el 2 de octubre de
1882. Si Darío llegó a San Salvador el 7 de junio del 82 cómo aparece el 2 de octubre de ese
mismo año en Costa Rica.
Se conoce que hubo un intento de revolucionario de los tradicionales. Pequeños grupos
de politicantes alzados en armas, blandiendo espadas y consignas de libertad, queriendo
derrocar al Presidente de Nicaragua General Joaquín Zavala. El imaginario popular, señaló al
Dr. Zaldívar como promotor de la cruzada, lo que produjo un enojo muy fuerte, y obviamente
tomó medidas para el caso. Se puede suponer, que el Dr. actuó con mucha prudencia y
por medio de sus agentes diplomáticos en Centro América se indagó de movimientos de
exiliados, sobre todo en Costa Rica, donde históricamente ha sido la ruta de los políticos a
través de los años para escapar de las dictaduras, y para conspirar desde ese territorio.

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Centroamericano
No. 3 Rubén Darío
En Centro América
Nada nuevo ayer, ni hoy. ¿Cuándo salió Darío de El Salvador rumbo a Costa Rica? ¿Qué
motivaciones tenía para arribar a ese puerto? ¿Con los “bolsillos exhaustos” con el dinero
que le había dado para que se sostuviera, habría pagado un pasaje de ida y regreso a El
Salvador? La carta puede ser muy reveladora:
Puntarenas, 2 de octubre de 1882
Señor Licenciado don Vicente Navas
Estimado don Vicente:
Impulsado por el deseo de contribuir en algo al bienestar de mi país, y cumplir
al mismo tiempo la promesa que le tengo hecha, me doy el gusto de decirle esto:
Después de la conferencia de Bagaces de que Usted ya tiene conocimientos,
Colindres, salió para Panamá para dirigirse a New York con el objeto de comprar
armas, contando para el arreglo de estos negocios con la cooperación de un General
Vázquez. Además, se sabe de una manera cierta que don Pedro Balladares tiene fondos
en el interior de esta República para comprar letras sobre mercados extranjeros, y que
éstas letras serán para el pago de dichas armas.
Don Ricardo Contreras, asociado a Rubén Molina y Enrique Turcios, ha tomado en
arriendo una imprenta para fundar un periódico que redactara Contreras, apareciendo
como editor el último; para esta empresa, tiene la protección de don Pedro.
El jesuita Pavón está aquí y visita con mucha frecuencia a don Pedro, y aseguran
que sale en el primer vapor a Panamá. La correspondencia de don Pedro viene bajo la
cubierta de don Gregorio Saravia y bajo la de nuestro cónsul Jirón.
Don Pedro me ha dicho que se va en todo este mes al interior; y aunque no
cuente con el apoyo de este Gobierno se empeña en conseguirlo.
Si a Ud., le parece seguirle la pista, espero oportuno aviso con instrucciones.
…………………………………………………………………………………………
Sin más quedo de Ud., afectísimo
Darío11

11 Jirón Terán, José – Cartas desconocidas de Rubén Darío. Academia Nicaragüense de la Lengua. – Primera
edición. Managua, Nicaragua, marzo de 2000. Pág. 45-46

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Rubén Darío No. 3
En Centro América
No estaban en Nicaragua, ni don Álvaro Contreras Membreño, ni el Dr. Ricardo Contreras
Bobadilla, ambos realizaban labores políticas de confabulaciones y periodísticas. Y don
Vicente Navas, es el conservador que tenía un puesto de gobierno en León y acusó a Darío
por interpósito testigo que era un vago. Y furiosamente deseaba la cárcel para el atrevido
“vago,” que lo había herido con sus improperios, al estilo de Montalvo.
Este funcionario estuvo en la reunión de la Asamblea Nacional cuando don Pedro J.
Chamorro Alfaro, le negó la partida económica para su viaje a España. En la carta Darío le
dice a Navas que va a “cumplir al mismo tiempo la promesa que le tengo hecha,” Se desconoce,
por supuesto de qué promesa se trataba, pero hay suficiente material para poder deducir
que estaría al servicio del o de los gobiernos liberales de Granada, pues es razón suficiente,
para suponer por el resto de la carta, en la que Darío está realizando un trabajo de espionaje,
a favor del Gobierno progresista del General Zavala.
También es posible que haya sabido de su viaje el Dr. Záldivar, pues era una forma de
investigar los movimientos de los conspiradores, y tener suficiente información de alguien
que los conociera y tuvieran confianza en él. Darío en todo caso. Logra facilitar información
a los dos gobiernos, y evitar al menos una querella política regional y peligrosa entre los
dos gobiernos. Esta sería la primera vez que Darío llagara a Puntarenas. Y por supuesto, su
trabajo a lo mejor, evitó mayores males en la región.
Darío menciona la conferencia de Bagaces, y le hace saber a Navas que ya él tiene
conocimientos; pero, no hay más información. La que se ha investigado para encontrar razón
y deducir lo es que Bagaces, se limita saber que, es solamente un catón guanacasteco, donde
el Presidente Tomás Guardia Gutiérrez, había nacido y tenido propiedades, y fue en una
oportunidad, que firmó con los liberales de León, la secesión del territorio nicaragüenses
a cambio de dar armas. Guardia Gutiérrez muere en Alajuela el 6 de julio del 82. Si hubo
otra conferencia en Bagaces, es posible que tuviese sido en la misma zona solamente. O la
indicación que Bagaces, era una señal para indicar a Navas que había otro trato similar al
anterior.
Los exiliados conspiradores tenían amplio conocimiento de la zona. Se puede suponer,
que hubo acercamiento de agentes del gobierno costarricense con los confabulado, pero,
eso no solventa el problema de los rumores en León.
“En octubre hubo rumores populares en León de que el gobernante salvadoreño
había armado y protegido la insurrección que Horacio Aguirre desarrolló desde el cabo
de Gracias a Dios en contra del gobierno nicaragüense presidido por el general Zavala”
(Cañas Dinarte)

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Centroamericano
No. 3 Rubén Darío
En Centro América
¿Por qué era preocupación del Dr. Zaldívar una acción armada que se le atribuían? No estaba
interesado en acciones militares, pues sus intereses eran electorales, y, por consiguiente,
sabía de las acciones reciprocas que se podían desprender de la certeza.
La insurrección que no tiene actualmente ningún registro histórico de importancia, en
vox populi, estaba encabezado por un consagrado político y diplomático nicaragüense el
General Horacio Aguirre Muñoz12, que era muy estimado en los círculos diplomáticos de la
región y de interés político en Washington. No era un cualquiera el que se “alzaba en armas”
en las fronteras entre Honduras y Nicaragua, y sobre todo en la Cauda Mundi, de Cabo
Gracias a Dios, comarca en litigio en ese entonces, y donde históricamente estuvo ubicada la
famosa Audiencia de los Confines.
El Dr. Záldivar no ignoraba de quién se trataba el Jefe de la conspiración, como si bien
estuvo enterado el joven poeta, puesto que se trataba de un personaje importante en la
cultura, familia e historia de León.
Se desconoce oral o por escrito que las familias Baca, Aguirre, Sacasa, Muñoz, Torres, Solís,
Marenco, Arana y Macías, que corresponde a los apellidos principales, con vínculos con los
Aguirre, o con las familias, Darío Mayorga, Sarmiento, Díaz, García, Rivas, Vanegas, Ortiz, y
Rojas. Salvo en las relaciones que forzosamente habrá tenido el coronel Ramírez Madregil
con don Pedro Aguirre Arana13, Intendente de Hacienda en esa zona, y con el General José
Trinidad Muñoz de las huestes liberales de Castellón y Jerez, todos ellos consonantes a la
Guerra Nacional al final de 1856.
El General Horacio Aguirre Torre, es imposible que hubiese sido un desconocido para Darío
en su temprana edad de poeta niño, y poco mencionado en los círculos de gobierno donde
Darío comenzó a perfilarse, tanto con los liberales de León como con los conservadores
de Granada. Una sociedad muy pequeña, todos se conocían, y podían en conversaciones
intercambiar información de quiénes estaba fuera por cualquier razón, fuera de comercio,
vacaciones o al servicio del gobierno. Darío se convirtió en un espacio muy corto de su vida
en un agente de inteligencia.
Sus amigos en San Salvador, le habían recomendado alejarse del gobierno, pero obviamente
pensaba en su trabajo, con perspectiva, y la eficiencia en el mismo, bajó la temperatura
colérica del Presidente. Darío había logrado en poco tiempo y su fama, una buena cantidad
de amigos, por lo que se obligó a convertirse en un pródigo anfitrión, gastando el peculio
12 Fuente: Congressional Record: Proceedings and Debates of Congress. A4944- Gen. Horacio Aguirre Muñoz,
Outstanding Nicaraguan, is Dead.
13 Duque-Estrada, Sacasa, Esteba. Nicaragua, Historia y familias 1821- 1853, Segunda Edición, 2014, Managua,
Nicaragua. Pág. 61.

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Centroamericano
Rubén Darío No. 3
En Centro América
que había recibido del Presidente. “Darío fue presentado con las familias de más alcurnia,
estirpe y abolengo de San Salvador y de algunas cabeceras departamentales, en cuyos álbumes
y abanicos se esparcieron con prodigalidad los productos de su fértil pluma.” (Cañas Dinarte)
Tiene la oportunidad de conocer a uno de los favoritos poetas de ese momento en San
Salvador, a Carlos Imendia Sigüenza, jovencito de apenas 18 años, que, a su temprana
edad, era profesor de francés, e indudablemente encontró en Darío al poeta celebrado
desde niño, y con quién podía comunicarse en el idioma de Hugo. Joaquín Méndez era un
joven guatemalteco residiendo temporalmente en San Salvador; fue una oportunidad para
Darío haberlo conocido, pues cuando estuvo en el cuerpo diplomático de Estrada Cabrera
el dictador de Guatemala abogó con Máximo Soto Hall, para que fuera recibido Darío en
Guatemala; Juan José Bernal que era ya un joven de 33 años, disparado por las alas del
romanticismo y un inquieto. “Juan José Bernal fue hombre de impulsos, de pasiones, de
tormenta, de insatisfacciones. Nació en la ciudad de Santa Ana en el septiembre de 1841. Quiso
vivir absolutamente para el arte. pero no pudo: su temperamento demasiado móvil, inquieto,
investigador. lo llevó hasta vestir hábitos porque no encontraba por otra senda lo que él creyó
que le podría dar satisfacción, que no consiguió. Fue doctor en cánones. y aquel fuego con que
incendió sus estrofas cuando no había llegado al servicio de la iglesia romana, se tornó en
llama votiva. oración lírica en demanda de asistencia a sus facultades de hombre.” 14
Para entonces tenía el mismo influjo que tenía Darío de los autores españoles como
Ramón de Campoamor, Zorrilla y Espronceda. Darío lo menciona en una de sus triadas que
dedica a Rafael Contreras, por lo tanto, es materia pendiente, si Bernal había sido leído en
Nicaragua y Darío tuvo sus poesías en la etapa primera de poeta niño. Si se lee a Bernal, se
siente mucho del estilo, de “Las Doloras.” No es descabellado suponerlo, pues la alusión de
Darío es clara. Cuando Darío llega a tierra salvadoreña, Bernal o era sacerdote o estaba en
el seminario, pero se conocieron. La “Epístola a Ricardo contreras,” como se ha indicado fue
publicada en 1885, lo que muestra que Bernal en ese momento, no hacía poesías al decir
Darío los siguiente:
“un glorioso rumor no se desata?
Pues aquí en nuestra tierra ¿Ya no empieza
a despertar la poesía, innata
en juveniles almas, con grandeza?
Pues ¿no canta Bernal? ¿justos laureles
no ciñen de Gavidia la cabeza?
14 Centenario de un Poeta Salvadoreño. – J. F. T. Revista del Ateneo, No. 152, Año XXX, 1941– Págs. 26 y 27- San
Salvador El Salvador.

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No. 3 Rubén Darío
En Centro América
Vicente Acosta, fue otro de los jóvenes poetas que se acercaron al Rubén. ¿Pero, que tenía
de especial? La fama que cundió entre los jóvenes de la poesía romántica, y desde ese grado
de espontánea curiosidad por conocer al joven, se le aproximaron, Vicente era meses menor
que Darío. Había nacido en Apopa en julio del 67. Luego sería uno de sus más cercanos en
su segunda estadía.
El encuentro más fructífero y feliz, quizá, providencial para la poesía en lengua castellana,
fue con Francisco Antonio Gavidia Guandique, que había nacido en San Miguel en 1863, era
cuatro años mayor que Darío. Fue un encuentro Olímpico en el sentido más noble y poético.
Encuentro de semi dioses. Encuentro de Apolonidas.
Es una entrevista entre un joven de 15 años, y otro de 18. ¿Qué fuerza, o genio impulsaba
a Gavidia Guandique a experimentar con las estructuras sintácticas y acomodarlas en
una comprobación de letras y medidas, entre el castellano y el francés? Dos años antes se
había bachillerado. Abandonó la carrera de derecho y se dedicó a ser un autodidacta y ser
miembro como todos los anteriores poetas y escritores, de una agrupación literaria llamada
“Juventud”.
Todos estos jóvenes estaban bajo la sombra de un maestro español, don Fernando Velarde,
que era como el paradigma de la sonoridad y grandilocuencia. Amado y querido por todos.
Tenía doce años de residir en la capital salvadoreña. Darío no se presentó con las lágrimas
de Campoamor, no estaban en su poesía las palabras dulces que hacía llorar a las niñas y
servían de lazos idílicos para los enamorados. La poesía de Darío estaba hecha de épica
por las circunstancias propias de León y su cultura de pendencias políticas y militares; de
un anticlericalismo, y de muy poco llanto romanticón. La poesía amorosa de Darío, en esos
días, estaba muy lejos del romanticismo y más cerca de su novedosa expresión.
El encuentro con Antonio Gavidia, es uno de esos que, en la historia, se rompen los
paradigmas, grandes o pequeño; de mucha importancia en todo el mundo, o simplemente
reducidos a espacios geográficos; o en determinadas materias de la cultura; pero que
suscitan un cambio.
El joven Gavidia, estaba en un espacio cultural reducido en cuanto ser aceptado como
un investigador laboratorista de los efectos de las sílabas que puedan ser trasplantadas de
un régimen sintáctico y tónico de una lengua que tiene su propia naturaleza glótica y un
proceso natural de transformación, hacia otra cuyo régimen está protegido por la cultura
literaria con mucha fuerza, pero que en su estructura natural se encuentran las bases con
flexibilidad suficiente que, permiten la asimilación de otra estructura. Y sin romperse, ni
una ni la otra, crean un efecto novedoso, singular, armonioso y fónico. Laboratoristas de la

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Centroamericano
Rubén Darío No. 3
En Centro América
lengua creando explosiones musicales. Un Big Bang, cuya luz se entendió en el universo de
la poesía española, en la lengua castellana y cuyos ecos, perduran en el espacio infinito de
la cultura.
Gavidia, busca las tonalidades del Alejandrino antiguo; la forma del francés de ese
momento, y las del castellano, somete a prueba y error por medio de acentos y ritmos las
estructuras del verso, para dividirlo en dos hemistiquios y explora ritmo y sonoridad con
un espacio silábico mayor.
Darío tenía una cultura universalizada. Un léxico amplio y recursos culturales e históricos
para ser expresados; con la ventaja quizás, para muchos, puesto que, a su primera juventud,
- de acuerdo al testimonio de Contreras-, leía y hablaba muy bien en francés. Cuando Gavidia
le presenta sus observaciones, entre el Alejandrino francés y el que, ya tenía ensayado, Darío
no se sorprende por la imposibilidad de lograrlo, sino, por la versatilidad del castellano, y
que, encontrando su punto de inflexión, con un adecuado manejo de sílabas, se lograba lo
que mecánicamente se ejemplificaba con Garcilaso de la Vega y Francesco Petrarca.
Darío se convence a primera vista, al sonar y probar las rítmicas sílabas y concebir el
cambio. Se llegaba a una nueva visión de la poesía castellana, rompiendo los paradigmas
anteriores, engalanando la poética de Berceo, de Garcilaso, Góngora y Quevedo. ¡Eran dos
jóvenes! Si solamente se observa a Darío desde sus descuidos, sus aspiraciones díscolas, y
no se concibe, con la atención en esos detalles que le estaban presentando. En detenerse a
escuchar con sumo interés el “experimento” de Gavidia.
Hubo mucha distracción en las calles, amigos, tragos, fiestas, muchachas bonitas.; pero no
se detuvo. Dio atención, consciente o inconsciente, no se sabe. Los resultados a 140 años,
son la realidad objetiva, que lo llevaron a la cima de la lengua, atendiendo con paciencia e
interés únicos, la explicación de otro joven como Gavidia. Se desconoce al espíritu dariano,
al genio, espíritu sideral que se distraía de momento, pero que pudo contemplar la gloria de
su vida en poco tiempo. Gavidia fue el que descubre la veta, pero no tiene las herramientas
para explotarla. Eso hizo la diferencia en la historia de literatura. Darío tenía la piqueta para
extraer las joyas que estaban en las vetas de las Galias.
***
Comprensiblemente los jóvenes salvadoreños se mantenían entusiasmados por la retórica
y los ciclos largos de las oraciones en la prosa; además de concebir la visión individualista;
otra idealista donde anegan la humanidad, la patria y la mujer. Un sentido filantrópico
los envuelve, así también un sentido místico. Un ejemplo de lo último será Bernal. Era
difícil para Gavidia competir en credibilidad con el viejo maestro español que ilustraba a

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No. 3 Rubén Darío
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los jóvenes poetas, romper ese paradigma no era fácil, puesto que no se sustentaba en la
persona solamente, sino en toda una escuela en boga en El Salvador, aunque en decadencia
en Europa.
Bernal era un laureado, admirado, aclamado, pero sus inclinaciones espirituales no se
contentaban con la poesía, ni con los halagos; decidió tomar los hábitos y fue un escándalo
en el medio de sus amigos escritores y poetas, de tal suerte que el mismo Darío escribió
un soneto, donde en forma expresa define su posición, y era un jovencito, pero demuestra
mucha madurez frente a la decisión de Bernal.
“Bernal ya es Sacerdote, - ¡Desgraciado!
Bernal ya es Sacerdote. - ¡Qué espantoso!
En labrarse su ruina, ¡qué afanoso!
En huir de sus laureles, ¡qué porfiado!

-Un porvenir y gloria ha despreciado.


-Es un loco, no más: ¡es lastimoso!
¡Cómo corre, miradle, presuroso,
a hondo abismo! ¡Detenedle, desastrado!”

Tal grita el mundo en sus delirios vanos,


Al mirar de Bernal el santo anhelo.
El sigue, con fe de los cristianos

por el camino que conduce al cielo;


y mientras tanto, Dios baja a sus manos.15
y le infunde vigor, paz y consuelo.

Darío escribía con una épica nicaragüense e hispanoamericana. Insospechable de definirla,


pero audible en sus ritmos y temas. Los poemas que se leyeron en El Salvador, estaban fuera
de la visión romántica en la que estaban pletóricos los jóvenes salvadoreños. Solamente
la poesía que leyó en el Ateneo de León está colmada de nombres, hombres, y actos de
solemnidad en la América Española. Conoce la situación tanto de Cuba, como la de Polonia.
Conoce de Sucre como de Milton, no le es extraño ni Voltaire no Mirabeau; ni Juvenal con
sus Sátiras, tampoco Galileo Galilei, con sus esferas y la frase “E pur si muove,” Un muchacho

15 R. D. O. C. Págs. 95 y 96- Poemas: Bernal. San Salvador, diciembre de 1882.

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Rubén Darío No. 3
En Centro América
que no se presentó agüitado16 era más bien un cachimbón17 casi todos los que se acercaron
fueron verdaderos cheros18, y lo demostraron cuando cayó en desgracia.
En principio sintió lo que le había dicho en su carta a Francisco Castro, pues estaba en el
Cielo.
El tiempo del cielo se le acortó, se entiende que día y noche pasaba en actividades. ¿Cuáles
fueron los errores que cometió que para dejar de ser favorecido por el Presidente Zaldívar?
Estos errores se inician, con la propia confesión de Darío muchos años después en su
autobiografía.
“¿Qué pícaro Belcebú hizo en las altas horas, que me levántese y fuese a tocar
la puerta de la bella diva que recibía altos favores y que habitaba en el mismo hotel
que yo? Nocturno efecto sensacional, desvarío y locura. Al día siguiente estaba yo todo
mohíno y lleno de remordimientos. La cara del hotelero me indicaba cosas graves,
y aunque yo hablara de mi amistad presidencial, es el caso que mis méritos estaban
en baja. A los pocos días, los quinientos pesos se habían esfumado y recibía la visita
de quien me los había traído. Dijo yo: - “Vienen otros quinientos pesos”- “Joven – me
dijo con un aire muy serio y conminatorio. - “Aliste sus maletas y de órdenes del señor
presidente, sígame. Lo seguí como un corderito.
“Me llevó a un colegio que dirigía cierto escritor, el doctor Rafael Reyes. Oí que
el terrible funcionario decía al director: “Que no lo deje usted salir a este joven, que
lo emplee en el colegio y que sea severo con él.” Dije para mí: “Estoy perdido” Pero
el director era hombre suave, insinuante, con habilidad indígena, culto y malicioso, y
comprendió qué clase de soñador le llevaban” (..) En tal prisión estuve largos meses,
hasta que un día, también por orden presidencial, fui sacado para algo que señaló en
mi vida una fecha inolvidable: el estreno de mi primer frac y mi primera comunicación
en el público.”
“El presidente había resulto que fuese yo – verdad es que ello era honroso y
satisfactorio para mis pocos años- el que abriese oficialmente la velada que se dio en
celebración del Centenario de Bolívar”
Se entiende que, en algún lugar, fuera hotel o casa de familia, fue donde estuvo para
prepararse para escribir la “Oda a Bolívar” si recurrió a libros o sencillamente con todo lo que
sabía de estructuras, de métricas, ritmas, acentos y rimas; además de alguna y significativa
16 Jerga salvadoreña que significa sentirse apenado o tímido.
17 Alguien que sabe hacer bien las cosas.
18 Buenos amigos.

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No. 3 Rubén Darío
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visión sobre el libertador Bolívar, inteligentemente, crear una composición que estuviera al
nivel de la pomposa celebración y tenía que quedar bien, tanto con él mismo como con el
Dr. y Presidente Zaldívar.
Fue llevado de prisa (Cañas. D) a un establecimiento de primera categoría que era
el preferido por la culta, selecta y exigente clase social de poder en San Salvador. Este
establecimiento de la firma “Blanco y Lozano,” pero al no haber de la talla del joven, se
dirigieron a la sastrería que confeccionaba los trajes para el almacén, un viejo sastre que se
había reestablecido en 1870, don Pedro Alfonso Viaud19. El sastre de ministros, diputados,
senadores y Presidentes.
El 24 de Julio de 1883, el joven poeta Rubén Darío, se presenta ante un público selecto,
distinguido y culto, personeros de gobierno, diplomáticos y sectores de la sociedad
salvadoreña y lee: “Al liberador Bolívar” Poema de cincuenta y una estrofas de versos
heptasílabos combinados con endecasílabos, cuyas rimas se entrelazan: 1-3/2-4/4-5,
primero con tercero, segundo con el cuarto y cuarto con quinto. De acuerdo al tono y a la
estructura es una oda pindárica, pues mantiene: Estrofa, Antistrofa y Epodo20, en la primera
se especifica el tema; en la segunda presenta el nudo y al final, presenta el cierre; pero de
acuerdo a la métrica utilizada por Darío, no hay ninguna duda que se trata de una Silva21.
En la Estrofa pindárica presenta Darío las características considerables de la figura
de Bolívar, con una expresión ampulosa buscado inclinar al lector o al escucha sobre las
calidades de Bolívar para muchos olvidadas y que el tono representara la intensión del
Presidente Guzmán Blanco y las sugeridas por el Presidente Zaldívar.
La primera “Estrofa” o parte del poema compuestas de 16 estrofas castellanas, Darío
asegura que Bolívar es:
1. Titán de la Victoria
2. Cóndor Andino
3. Genio divino
4. Gigante que anonada
19 Don Pedro Alfonso Viaud, (¿1820 – 18?) contrajo matrimonio con Asunción Mercedes Guzmán, (¿1820?), y
procrearon dos hijos: Ernesto y Pedro Alfonso ambos Viaud Guzmán. Ernesto se casó el San Salvador con Adalguisa
Cipriana Gasteazoro Bustamante, el matrimonio duró cuatro años, y la viuda se casó con don Pedro A. o sea con su
cuñado. En 1883, cuando en el negocio le diseñan y confeccionas el Frac a Darío, don Pedro tiene 63 años de edad. Se
desconoce la fecha del matrimonio de don Pedro Alfonso Viaud y la edad de su muerte, pues sus hijos nacieron en el
84 y 87 respectivamente. Cuando llega Darío habrá tenido 63 años, y tuvo sus hijos, muy mayor. A los 67 y 70 años.
20 En la poesía griega y latina, combinación métrica compuesta de un verso largo y otro corto.
21 La lira es una estrofa de cinco versos de siete y once sílabas rimados en consonante distribuidos así: a7, B11,
a7, b7, B11. La introdujo a principios del siglo XVI Garcilaso de la Vega, que le dio el nombre.

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Rubén Darío No. 3
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5. Héroe gigante
6. Sol fecundo en la paz.
7. Radiante águila altanera.
8. Semi-dios
9. Jefe probo
10. Héroe invencible
11. Gran Guerrero
12. Paladín sereno
13. Héroe invito

En la segunda parte o anti-estrofa compuesta de 29 estrofas de la métrica castellana, el


joven poeta ve en la América que le ha tocado vivir “un clamor que se dilata desde la Vega
Florida, del Orinoco al Plata, que turbulento su caudal desata” y considera que el clamor del
“Nuevo Mundo lo lanza el Magdalena; El Lempa; y que el pueblo que encendida el alma lleva
siempre, y agitada con fuego.”
Visión muy clara de las realidades de los países que conformaron la América, pos
independentista, y que se han convulsionados en diferentes etapas en procura de una
verdadera independencia, real y legítima; que en otra circunstancia lo dijo Darío con
diferentes palabras, y el mismo sentido: “esa América que tiembla”
Relación histórica, origen y significado de la oda, de huracanes” y que se enfrenta a la lucha
permanente, “Esa América (..)que vive de Amor, hombres de ojos sajones y alma bárbara, vive.
Y sueña. Y ama, y vibra; y es la hija del Sol. Tened cuidado. ¡Vive la América española!
Darío es apenas un niño de acuerdo a las leyes vigentes, y según Charles Dunot Watlan22,
para escribir las poesías cultas a muy temprana edad, tuvo que haber leído a grandes autores

22 CHARLES D. WATLAND, Poet Errant: A Biography of Rubén Dario. (New York: Philosophical Library, 1965).
En 1953 Charles Dunton Watland, terminó su tesis doctoral titulada “The literary Education of Ruben Dario: An
Examination of the Extent and Nature of His Literary Culture to Period of Azul... (1888)”. La traducci6n española de esta
tesis, La formación literaria de Rubén Darío, fue hecha por Fidel Coloma González y la publicó la Comisión Nacional
para la Celebración del Centenario del Nacimiento de Rubén Darío en 1966. Con aquella tesis, el profesor Watland
brindó a los estudiosos de las letras hispanoamericanas una documentaci6n valiosa sobre las primeras lecturas de
Rubén Darío. El autor siguió, paso a paso, el registro de los escritores ledos por Darío hasta la aparición de Azul, en
1888, y nos presentó pruebas detalladas y comprobables de las diversas influencias literarias que se manifestaron en
las primeras obras darianas. Así, la tesis del profesor Watland nos dio una idea muy precisa del amplio conocimiento
del poeta estudiado. Demuestra que Darío no fue un tipo de vate simplemente inspirado e inculto al modo romántico.
Charles D. Watlan, estuvo en Nicaragua para la realización del Centenario en 1967, fue uno de los expositores con “Su
prosa elemento indispensable para comprender al hombre en Rubén Darío” La conferencia fue realizada en el Salón
de Actos del Instituto Nacional de Masaya, el 19 de enero.

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No. 3 Rubén Darío
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clásicos23 y por consiguiente, el poema “Al libertador Bolívar” es el resultado de un cerebro
privilegiado en información y creatividad, fundamentos necesarios para llegar a ser lo que
Darío es hoy.
Díaz Lacayo, indica que hay una posibilidad que Darío se haya inspirado en un Ensayo que
escribió el Célebre maestro y prócer del liberalismo americano, Don Juan Montalvo, “Los
héroes de la Emancipación de la raza hispanoamericana24” Montalvo, a quien Darío exaltará,
pudo haber influido mucho en la realización del poema a Bolívar por la adjetivación que
Montalvo utiliza, comparaciones, y tono de exaltación hacia el reconocimiento; veamos a
Montalvo:
“Llamábase Bolívar ese americano; el cual sabiendo al fin para lo que había
nacido, sintió convertirse en vida inmensa y firme la desesperación que le mataba. (..)
“¿Qué nombre tiene ese ofrecer la vida sin probabilidad ninguna de salir con el intento?
Sacrificio; y los que se sacrifican son mártires; y los mártires se vuelven santos; y los
santos gozan de la veneración del mundo.” (..) “Nuestros santos, los santos de la libertad,
santos de la patria, si no tienen altares en los templos, los tienen en nuestros corazones,
sus nombres están grabados en la frente de nuestras montañas, nuestros fríos respetan
la sangre corrida por sus márgenes y huyen de borrar esas manchas sagradas.” (..)
“En esto es superior el héroe americano a los grandes hombres antiguos y modernos;
ninguno se ha visto en el duro trance de haber de rendir a sus compañeros de armas
al tiempo que el enemigo común cerraba con unos y otros.” (..) “Alejandro no hubiera
llevado adelante sus conquistas, si sus capitanes le hubieran disputado la primacía; César
no hubiera subido en carro triunfal al Capitolio, si entre sus conmilitones se contaran
ambiciosos del mando, envidiosos de su gloria. Napoleón mismo no experimentó la
ingratitud de sus tenientes sino cuando los hubo puesto sobre el trono: en tanto que ese
monstruo se iba tragando el mundo, todos le obedecían y servían de buen grado.” (..)
“Aquiles, a Héctor no se les quiere; se les admira, a Napoleón se le teme: A Washington
se le venera; a Bolívar se le admira y se le teme.” (..) “En ocasión tan grande como la
libertad de un mundo, el protagonista del poema no ha de ser amable; ha de ser alto,
majestuoso, terrible; feroz no, no es necesario; cruel no, no es conveniente; pero firme,
grande, inapeable, como Bolívar.”
Pero Darío es de síntesis y su exaltación tiene que ser escueta por la estructura de la Silva.
23 Charles D. Watlan cree que Darío había leído entre otros a: Cicerón, Virgilio, Horacio, Juvenal, a los clásicos
españoles a la mayoría de los españoles del siglo XVIII a los americanos como Máximo Jerez, Juan Montalvo, Andrés
Bello, Heredia Batres Montufar, y Olmedo. Europeos como René de Chateaubriand, Cormenín, Gerardín, Mirabeau,
Litré, Milton, y Byron.
24 Sociedad Bolivariana del Ecuador- abril 3 de 1936 – Publicación Imprenta Nacional, Quito. Juan Montalvo.
Simón Bolívar.

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Centroamericano
Rubén Darío No. 3
En Centro América
¡Salve Cóndor Andino
que al Chimborazo arrebató su llama!
¡Salve al genio Divino
que calmó el torbellino
en medio del hervor de Torquemada.
(..)
De luz la cien ceñida,
por el sol de la gloria abrillantada
atravesó la vida:
¡Gigante que anonada
con el rayo potente de su espada!

Las naciones lo han visto:


Sol fecundo en la paz, rayo en las lides
Redentor como Cristo
Fue de raza de Cides
Y en su alma inmensa revivió Arístides.
(..)
Brilla lejos en el Norte
El genio audaz de Bunker14 Hill tremendo
Más, moderno Mavorte15,
De Junín16 al estruendo
Bolívar a la altura ascendiendo

Inteligentemente, Darío se ubica en El Salvador y las luchas por la Unión Centroamericana,


y saca a relucir en la oda, la figura de Francisco Morazán y la de José Matías Delgado, además
imprime en la misma, una proyección de su estancia y protección que ha recibido del
Presidente y resalta en la estrofa la hospitalidad salvadoreña y continuando con los tonos
unísonos de Guzmán Blanco y Zaldívar dice:
la nación cariñosa
y hospitalaria, El Salvador se llena
de galas presurosa.
y une su voz serena
al concierto sublime que resuena.

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Centroamericano
No. 3 Rubén Darío
En Centro América

Sí, mil veces maldito


quien, turbando la paz de un pueblo honrado,
y le quite el arado
para darle un puñal ensangrentado

Rubén Darío de 16 años estaba manejando inteligentemente la psicología del Dr. Zaldívar
y todo su protocolo e invitados. Instintivamente supo manejar todo aquello para que le
conviniera, a su inteligente interés, puso en servicio su talento, conocimiento y numen.
Hoy, Rubén Darío es amado, laureado, aclamado, celebrado; de don Juan Montalvo, la
ingratitud del liberalismo americano, lo lanzó a una bodega de iconos ignorados, y Bolívar,
su nombre hoy, no se asociaba, a la Libertad. El valor de su nombre se había devaluado, y
era necesario que, un Presidente como Antonio José Ramón Guzmán Blanco, conocido como
el Ilustre Americano que levantara su imagen, pues para el Centenario, su nombre apenas
sonaba en el sub continente, que liberó. A tono con ese interés estaba el Dr. Gavidia en El
Salvador.
En la tercera parte o Epodo, Rubén Darío supera al biógrafo del que he hecho mención
antes, y del mismo Juan Montalvo Fiallos. Ambos, se limitan a ver la proyección de Bolívar
hacia el futuro, y aunque, Montalvo es generoso y enjundioso en su escrito, fino experto
para llevar hasta nuestros ojos figuras maravillosas de Grecia o Roma, con las virtudes
o indignidades para comprarlas con los políticos, dictadores o militares de su época, no
vislumbra un futuro en América con un Bolívar con un brazo alzado y una mano vigorosa que
sostiene una espada victoriosa “como un rayo” y las insidias de los enemigos de la libertad e
independencia, tanto dentro como fuera de los países de América.
Darío visionario hace una advertencia paulina, lanza un anatema sobre cualquiera que
lleve a un pueblo por una ruta equívoca, a quien lo lleve a peleas y luchas fratricidas; mil
veces anatema los que arrebaten la paz; y, arranque de las manos los instrumentos de trabajo
y entregue un arma.
Así lo expresa:
Pero maldito sea
Quien, al pueblo mostrando falsa egida
lo empuje a la pelea
y lo arranque la vida
en medio de la lucha fratricida.

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Centroamericano
Rubén Darío No. 3
En Centro América
Cuando finalizó el evento, Darío recibió un premio en efectivo por su trabajo que no
solamente sirvió para las honras al Libertador, sino, para las suyas propias, pues deslumbró.
Los aplausos fueron apoteósicos.
Eso fue un gran redito para el futuro que jamás se imaginó después en el mismo país
que le sirvió de escuela y prueba de su talento. La notica de su éxito en El Salvador, muy
comentada en los círculos donde se le estimaba y admiraba. Hoy, eso a lo mejor, no tendría
trascendencia, como lo logra un futbolista por un gol, o un boxeador, por un Knock Out. A
cuantos le importa el premio a un escritor.
Esa es la realidad de la evolución cultural. Qué importancia tiene para un estudiante saber
que Darío estuvo en El Salvador, y que, de rebote, se dé cuenta que escribió una Oda a Simón
Bolívar. La información debe de estar constituida y conducida por la relación objetiva del
caudal de cultura, capacidad, e inteligencia de un joven de 16 años, cuyos poemas en general,
estaban por encima de los más laureados de Centro América. La capacidad de lectura y
retención; la de apropiarse de la belleza y plasmarla en el marco de los metros establecidos
por la Lengua Castellana, debe ser admirada. Darío no solo es piedras preciosas, cisnes y
princesas.
Pero, Darío dice algo muy interesante con relación a sus recuerdos: “Aquí se produce en mi
memoria una bruma que me impide todo recuerdo. Solo sé que perdí el apoyo gubernamental.
Que anduve a la diabla con mis amigos bohemios y que se enamoré ligera y líricamente de una
muchacha que se llamaba Refugio”
Por supuesto, la historia no es tan austera, como él la cuenta, tampoco como ha sido
expuesta por sus mejores biógrafos. El joven y talentoso poeta que había logrado desde
los 15 años rodearse de los recientes entusiastas por las letras, y utilizó el tiempo desde
su llegada al Gran Hotel, y tres meses más con el Dr. Rafael Reyes en el instituto enseñando
gramática y leyendo poemas. También, muy díscolo por el cielo que se había encontrado,
no midió consecuencias en sus acciones, sobre todo, cuando los nepentes hacían estragos.
Se llenó de amigos, indudablemente; como hubo ojos que se interesaron por su talento, y
cometió una imprudencia terrible. Según Carlos Cañas Linarte, sucedió lo siguiente.
“Darío, quizá en estado de embriaguez, manifestó su apoyo al movimiento
revolucionario que estalló en la ciudad de Santa Tecla, a las 02:00 horas del lunes
16 de abril de 1883 y de cuya dirección se culpó al doctor Francisco Dueñas –
exmandatario residente entonces en la ciudad californiana de San Francisco- y al
general ahuachapaneco Francisco Menéndez.

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Centroamericano
No. 3 Rubén Darío
En Centro América
El amago de revolución fue frustrado y aparte de las consecuencias que sufrieron los
alzados, Darío, comenzó a sufrir el abandono del protector. El Dr. Zaldívar se ocupó de su
nueva oportunidad presidencial y no estuvo interesado en el joven nicaragüense. Quedó en
la calle, y ahora comenzó a ver la otra parte que le había dicho a Francisco Castro: El infierno.
Claramente buscó apoyo, había sido muy bienvenido por muy buenas familias entre ellas la
del General Luciano Hernández, que tramitaba una beca hacia Francia, y que el beneficiado
de ella era el joven Poeta Nicaragüense, por supuesto, que esta no había salido de la noche
a la mañana, y que, en esas conversaciones con gente de poder, Darío pudo haber contado
lo acontecido con su ilusión de estudiar en Europa y cómo se vio frustrado su deseo; tenía
esa facilidad de contar muchas de sus intimidades. Sin embargo, quizá por cantos de sirena,
y su interés y de quienes lo necesitaban, como lo hicieron los políticos liberales de León, se
embarcó en una odisea que terminó en un naufragio.
“el doctor Zaldívar en otra de sus reelecciones, dejó desprotegido a Darío, debido
a que éste se unió con el futuro médico Hernández Blanco para atacar al gobierno
mediante el periodiquito El Microscopio, que ambos dirigían en San Salvador y cuyo
título derivaba de su intención de examinar, con visión casi clínica, los más pequeños
detalles de aquella gestión gubernamental marcada por el despilfarro de los caudales
públicos. El único tiraje de ese medio impreso fue requisado por las autoridades
policiales. Eso dio al traste con la beca hacia la capital francesa, tramitada para
Darío por el general Luciano Hernández mediante oficios dirigidos al Ministerio de
Instrucción Pública salvadoreño.
Este pasaje es el que Darío quedó velado por una “bruma” en su autobiografía. ¿Qué
sucedió después? Buscar solo la razón de existir en El Salvador. Una peste de viruela le
tocó vivirla como un vagabundo en las calles, y con fiebres altas, y alcoholizado; fue llevado
a un hospital militar, y al poquísimo tiempo, lo sacaron, sin haberse restablecido. Era un
apestoso.
“pero fue sacado por los galenos de turno, que consideraron que aquel
establecimiento no era un lazareto varioloso y que Darío propagaría aquel morbo
entre la población hospitalizada.”
Darío muy bien recuerda que sucedió al verse abandonado.
“se me aisló en una habitación especial y fui atendido, verdaderamente como si
hubiera sido un miembro de su familia, por unas señoritas de apellido Cáceres Buitrago.
Me cuidaron, como he dicho, con cariño y solicitud y sin temor al contagio de la peste
espantosa. Yo perdí el conocimiento, viví algún tiempo en el delirio de la fiebre, sufrí

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Centroamericano
Rubén Darío No. 3
En Centro América
todo lo cruento de los dolores y de la enfermedad; pero fui tan bien servido que no
quedaron en mí, una vez que se había triunfado del mal, las feas cicatrices que señalan
el paso de la viruela”
La historia es más compleja, puesto que un abogado periodista, Alberto Luna que conoció
del joven poeta que había sido aplaudido por centenares de invitados en el Teatro de San
Salvador, se ocupó de él, pues hubo prensa oficial e independiente que se interesó del evento
del centenario, que fue noticia en una sociedad con un número reducido de interesados, así
como de lectores. Ese periodista lo apoyó.
Las sociedades en el siglo XIX, eran muy bien marcadas en capas sociales, una situación que
comenzaban a definir, sus “déspotas ilustrados,” el tránsito entre los estamentos coloniales,
hacia la estratificación de clases. Los gobiernos salvadoreños, promovieron la cultura, entre
ellas la promoción musical; el teatro.
El periodismo fue abundante, revistas literarias. El periódico “La República” los lectores
podían leer temas históricos y novelas por entregas, ejemplo, “Doña Perfecta” de Benito
Pérez Galdós. El periódico se anunciaba como “político, literario y de anuncios.”
Una particularidad fue conseguir a los mejores maestros del área, y llevarlos a sus
instituciones educativas y universidad. El joven Darío había sido noticia indudablemente.
El Dr. Alberto Luna, era un investigador, historiador, 11 años mayor que Darío; además
contó con el apoyo de otro abogado el Dr. Juan Gomar Rocha, que asistió de su propio peculio
los gastos. Por consiguiente “se le aíslo en una habitación”. Esto fue en Santa Tecla. Fue llevado
de San Salvador hasta, la vecina ciudad. Fue cuidado por la familia Cáceres Buitrago.
“Un día, en momentos en que estaba pasando horas sin apoyo de ninguna clase,
viviendo a veces en casa de amigos y sufriendo lo indecible, me sentí mal en la calle. En
la ciudad había una epidemia de viruela. Yo creí que lo que pasaba sería un malestar
causado por el desvelo; pero resultó que, desgraciadamente, era el temido morbo. Me
condujeron a un hospital con el comienzo dela fiebre. Pero en el hospital protestaron,
puesto que no era aquello lazareto, y entonces me llevaron puesto que no era aquello
un lazareto; y entonces, unos amigos, entre los cuales recuerdo el nombre de Alejandro
Salinas, que fue el más eficaz, me llevaron a una población cercana, de clima benigno,
que se llamaba Santa Tecla. (..) “Me cuidaron como he dicho, con cariño y solicitud y sin
temor al contagio de la peste espantosa. “

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No. 3 Rubén Darío
En Centro América
Debe aclararse algunos aspectos de esos cuidados de la familia Cáceres-Buitrago.
Se había trasladado a Santa Tecla el ex mandatario nicaragüense don Pablo Buitrago y
Benavente, (1808- 1882), casado con una sobrina, María de la Cruz Mayorga Buitrago, hija
de su hermana, Francisca Asunción Buitrago y Benavente.
Al tomar el estado matrimonial doña Francisca Asunción, con Fulgencio Díaz de Mayorga y
Arrieta, se vincula a la familia de los Díaz de Mayorga de donde viene Rubén Darío en dos ramas.
Esa familia era muy importante en San Salvador y mucho más en Santa Tecla, donde de
acuerdo a los textos de historia de la ciudad, se puede leer que el “florecimiento de la ciudad se
debó a la familia formada por Vicente Sol Buitrago y Victoriana Buitrago Valenzuela, de donde
procede la familia Sol25 de El salvador.” Por el lado de la familia Cáceres, eran propietarios de
una Botica de Cáceres, en la pequeña ciudad de Santa Tecla, y se decía, “Sucursal de la muy
acreditada farmacia de los Señores M. Rivera & Hermanos de S. Salvador, frente al costado sur,
de la Iglesia de la Concepción.” Don Manuel Sol había estudiado medicina en Nicaragua y su
hijo Apolonio se casó con Victoriana Buitrago, se radicaron en El Salvador y exactamente en
Santa Tecla, después del terremoto de 1873, e instalaron un negocio llamado: “Farmacia y
Droguería de M. Sol.” Se puede concluir, que los sucesos que el poeta menciona en su libro
autobiográfico, no son inconexos, ni fortuitos.
Esa estadía en Santa Tecla, podría entenderse el porqué, de los cuidados tan esmerados, lo
hicieron sentirse muy amado. Había en él, una necesidad muy profunda de sentirse amado,
y cualquier manifestación de tal naturaleza que sitiera o percibiera, lo trasformaba, y se
manifestaba tal sentimiento en lo que podía hacer: poemas.
Aroma puro y ámbar delicado,
Miel sabrosa que liban las abejas,
Lo blanco del vellón de las ovejas,
Lo fresco de las flores del granado;

El pétalo del lirio perfumado;


Ojos llenos de ardor, bocas bermejas,
Besos de fuego, enamoradas quejas,
Caricias de la amada y del amado,
25 Don Manuel del Sol contrajo matrimonio con Gertrudis Guerrero. Uno de sus hijos fue Apolonio del Sol, quien
desposó a Petrona Buitrago Benavente y se vino a vivir en El Salvador, ciudad de San Miguel. Petrona era hermana de
don Pablo Buitrago Benavente, expresidente de Nicaragua y ambos eran hijos de Nicolás Buitrago Sandoval, fundador
de la Universidad de León.
Los descendientes de Apolonio, todos ellos Sol Buitrago, se quitaron el apellido “del Sol” y lo fijaron “Sol”, a secas.
De los hermanos Sol Buitrago vienen todos los Sol, en El Salvador.

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Centroamericano
Rubén Darío No. 3
En Centro América
Fruición de gozo, manantial de vida,
Reflejos de divinos luminares,
Pasión intensa en lo interior nacida;

El himno celestial de los hogares…


Con ese sueña el alma entristecida,
Al rumor del Cantar de los Cantares26.

Como se ha dicho antes, uno de sus promotores para que llegara a El Salvador fue el poeta,
diplomático, políglota, escritor y periodista, Román Mayorga y Rivas, que había llegado de
12 años a ese país, y se había quedado a vivir e hizo su vida, y se congregó con los jóvenes
que admiraban al español que promovió en romanticismo de “engolado retoricismo, una
hipertrofia sentimental que dura largo tiempo.” Hasta la llegada del Modernismo que abrazó
Mayorga Rivas, en su retorno a El salvador en 1895, pues se había regresado a Nicaragua
por algunos años.
Román reconocida figura en El Salvador y en Nicaragua, su padre fue Cleto o Anacleto
Mayorga, un político de los liberales de León que participó en la contienda a la par de
Walker en contra de los liberales de Granada. Un estudio de la Universidad de Duke27, hace
un comentario muy interesante:
“Y si Cleto Mayorga lloraba a su medio primo, eso no disuadía su continua lealtad
a Walker. Mateo Mayorga descendía del lado legítimo español de la familia Díaz de
Mayorga. Cleto Mayorga, por contraste, representaba el lado negro ilícito de la familia.
Mientras que la familia de Mateo representaba a la élite de León. Cleto provenía del
barrio de san Felipe de su ciudad.”
Pues se trata de las diferencias por el color de la piel, la cuna, los recursos y la toma de
bandos políticos con los cuales se sentía representado. Su primo Mateo Mayorga, político de
los liberales granadinos, conocidos como “Legitimistas” fue fusilado por William Walker, al
hacerlo responsable de un atentado a una embarcación que llevaba pasajeros que cruzaba
del Atlántico al pacífico, usando como vía segura, el Rio San Juan y el Lago de Nicaragua,
utilizando un corto recorridos en diligencias del puerto lacustre “La Virgen” hacia el puerto
26 R. D. O. C. Pág. 141- 1882 – El Salvador. Poema: El Cantar de los Cantares.
27 “And if Cleto mayorga mourned his half-cousin, it did not deter his continuing allegiance to walker.
Mateo Mayorga descended from legitimate Spanish side the Díaz de mayorga family. Cleto Mayorga, by constrast,
representated the illiitimate black side of the familiy. While Mateo´s family representated the elite of Leon. Cleto
hailed from the barrio of san Felipe.”
Patina 189 Blacks and Blackness in Central América -Between Race a Places- Editado por Lowell Gudmundson,
Justin Wolfe. - Duke universyte Press 2010

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No. 3 Rubén Darío
En Centro América
marítimo de “San Juan del Sur”. Por supuesto, que el Ministro Mayorga, no estaba en ningún
plan de tal naturaleza, pero el filibustero tenía que dar una muestra de fuerza a la población,
así como de magnanimidad. En esa muestra de ser generoso, sacó de la cárcel en la ciudad
de Granada a Cleto Mayorga.
La primera parte, ha servido para orientar estas situaciones de la antropología política y
cultural general de León, que indudablemente, no era exclusivo de esa región en Nicaragua,
tampoco en el resto de las Repúblicas que un día fueron parte de la colonia española. Se
puede advertir, por consiguiente, que había esa elasticidad en tiempos de paz, y que permitía
a todos los miembros de la sociedad participar de un estado funcional, sin embargo, no se
puede dejar a un lado que los sentimientos o resentimientos se acumulan en el transcurso
del tiempo y en una oportunidad, escapan por medio de una acción que generalmente es
de orden político. Román Mayorga tenía una ventaja muy importante al llegar a El Salvador,
puesto que se entiende que, si llega a los 12 años, es porque hay conexiones familiares o
políticas que permiten su estadía.
Estaban vivos decenas de hombres que estuvieron involucrados en la Guerra Nacional, y fue
un presidente salvadoreño con la aceptación del Dr. Patricio Rivas que se realizó un acuerdo
que permitió la presencia de las fuerzas militares de centro américa para la expulsión de
Walker. Román Mayorga era nieto del Dr. Patricio Rivas, ex Presidente de Nicaragua un héroe
incomprendido a la fecha, pues por su capacidad y visión permitió la llegada de las fuerzas
centroamericanas, y no se opuso al Pacto del 11 de septiembre de 1856, como tampoco al
gobierno binario aun cuando era el Presidente reconocido por los gobiernos del istmo. Todo
por la verdadera paz y reconciliación.
Las relaciones de grupos familiares en Centro América, se profundizó después de la llamada
Independencia, y más aún, cuando se realizaron todos los movimientos revolucionarios en
cada provincia, promovidos por los grupos hegemónicos, por la separación de los Estados,
o por la unificación de los m ismo en otro. Todo este incide en la niñez y primera juventud
de Darío, porque es una relación irrenunciable del entorno su historia, y antropología social
y política. Esas relaciones de estado, de políticos, escritores, militares y familiares fueron
una realidad en la vida del poeta. Su viaje a Chile y su primer matrimonio, están vinculados
a esa relación histórica, política y social de su medio. Se pude ver con claridad como las
relaciones de familia en el istmo eran una realidad, así como la solidaridad del liberalismo
y la masonería.

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Centroamericano
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En Centro América
Don Pablo Buitrago y Benavente28, había sido invitado a la inauguración del Parque
Morazán, en San Salvador. Ironías de la vida, pues cuando murió fusilado en Costa Rica el
Centro Americanista, don Pablo hasta bailó, y declaró fiesta nacional, pues había una razón
suficiente para al menos, sin celebrar la muerte per se, tener la tranquilidad que ya no se
prestaría a invadir Nicaragua para retener Costa Rica los territorios de Nicoya y Guanacaste,
y terminar el reclamo pendiente de Nicaragua. Don Pablo era para entonces Director de
Estado.
La fiesta cívica ocurrió el 15 de marzo de 83, en honor al patriota y fue comisionado don
Pablo para la representación de Nicaragua, en tal evento, se pronunció admirando las Glorias
del Gran unionista, y fue el último discurso que realizó, para entonces tenía 75 años. A los
pocos días el 22 de junio del mismo año, muere29.
¿Habrá tenido conciencia de todo esto el mismo Darío? Es posible que no. Su trabajo
autobiográfico, visto desde otro ángulo, permite dudar.
Verdaderamente hubo una “bruma” que le impedía recordar muchas situaciones de las que
vivió. Los recuerdos emocionales se modifican con el tiempo. Si avergüenzan o trastornan,
mejor se esconden. Es difícil recordar. Con alguna probabilidad de pensar en las situaciones
que vivió en esos años, era mejor, no revivirlos, pues causaba vergüenza o dolor.

28 Nota del autor: En el Grupo denominado “Foro de la Controversia,” asistía el Sr. Alfonso Llanes, hijo de un
conocido industrial nicaragüense y además compositor: Alfonso Llanes Aguilar. Nos informó en conversación aparte
que la Famil1a Llanes debería ser llamada Buitrago, porque don Pablo Buitrago, conoció a la hermana de un clérigo
que estaba en San Juan del Sur, llamada María Llanes, y que, con ella, don Pablo procreó uno o dos hijos varones, “que
es donde viene mi familia” – Manifestó que la familia Sol de El Salvador era parte de la familia Buitrago. Esto animo a
la investigación, que nos sirve.
29 El Diario oficial de El Salvador, publicó el 25 de julio del 82, un discurso oficial por la muerte del Centro
Americanista, el patriota; y el valioso conductor de la juventud salvadoreña, al polemista y profesor de la Universidad
de El Salvador. Puede encontrarlo en el No, San Salvador. Tomo, No. 13 martes, 25 de Julio de 1882 No. 163

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En Centro América

VIAJA A CHILE Y PUBLICA “ABROJOS,”


“CANTO ÉPICO A LAS GLORIAS DE CHILE” Y
LA MÁXIMA OBRA PARA INICIAR EL MODERNISMO

Azul

1888

REGRESO A El SALVADOR
………………………………………………………………………………
1889
El celebrado y joven poeta, ha tenido muchas dificultades en Santiago de Chile y en
Valparaíso. Su inserción en la sociedad chilena fue relativamente un éxito, pues no dejó de
influir en que fuera relativo. Su carácter muchas veces díscolo, le creó algunas dificultades.
Sin embargo, lo que se puede considerar como victoria, es su estancia en si en ese país
reconstruido por la migración que le permitió el desarrollo de sus más sobresalientes
capacidades. Es Chile donde puede abrir el baúl de conocimientos, juntarlos con las más
variadas estimulaciones, tanto así, como del medio cultural chileno, la lectura de primera
mano de los escritores franceses, un reacomodo de su cultura en los hábitos, la disciplina
europeizada de los chilenos, el salto cualitativo de un periodismo de provincia al de una
metrópoli exigente. Darío se había ganado un premio con el “Canto Épico a las Glorias de
Chile” que le permitió ser exaltado por el espíritu patriótico chileno. Y luego la obra genérica
del Modernismo: Azul. Su triunfo no ha sido social. Es poético y trascendente.
Lleva a su regreso a Nicaragua, en su maletín de fino diseño sus mejores apuntes, la
carta de don Juan Valera, por su libro, “Azul,” y que reproduce en el diario “La Tribuna” de
Santiago, la primera colaboración para “La Nación” de Buenos Aires, un envío con fecha
del 3 de febrero, y que será publicada el 3 de marzo. También, los últimos, y sus mejores
recortes de periódicos. viste un traje tan elegante, como el mejor. Tiene 23 años de edad, y
se ha convertido en el Maestro de la Lengua Castellana.

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No. 3 Rubén Darío
En Centro América
El vapor tiene su proa rumbo norte, hacia el trópico. Queda a sus espaldas la “Cruz del Sur”
y hace un recorrido por aquella mar del Pacífico. Atrás la bahía de Valparaíso, y recordando
que un día el General Cañas le auguró un mejor porvenir. Pudo ver en Santiago el trazado de
las calles y el “Cerro de Santa Lucía” las obras de don Antonio Vicuña Makena. La estatua de
Caupolicán hecha por su amigo don Nicanor Plaza
Dos sueños no pudieron cumplirse: ser un diplomático de Nicaragua en Valparaíso y
graduarse en Derecho en la Universidad de Chile.
El 9 de febrero de 1889, ha estado en Valparaíso, y se embarca en el “Cachapoal.” Sin
antes abrazar al que supo ser su amigo, Eduardo Poirier. El nombre del vapor le recuerda la
provincia que está ubicada al sur de la región metropolitana de Santiago. Es un barco que
simbólicamente en su cubierta lleva al hombre que le cantó a Chile, y agradecido lo lleva
rumbo norte; navega en sus aguas, y se recreará al pasar nuevamente por los lugares donde
se dieron las batallas navales que celebró en el Canto.
Llega a Nicaragua un 6 de marzo de 1889. Elegantísimo, baja del vapor. Es Corinto, el
puerto de Nicaragua por el Pacífico, y encuentra los rubores del trópico en el cielo con un sol
que pronto estará ubicado en el lugar del atardecer; y reflejará su disco dorado en las aguas
como una alfombra al hijo de Nicaragua que regresa.
Alegóricamente, su persona brilla, pues trae un resplandor de triunfos. Sus amigos le
esperan en su amada tierra leonesa, con los esplendores que brotan con sus rayos en las más
endemoniadas tormentas, y con los sonoros ronquidos de los volcanes. El calor de León, se
ha filtrado en su traje.
La calle de su casa está arrebatada por la comunidad que ha escuchado del triunfo del
joven poeta que, muchos conocieron desde su infancia. Su primera juventud. Una banda de
los mejores músicos. (E. Torres), se ha apostado tocando marchas de triunfo. No se queda
en la casa de su abuela Bernarda, le han preparado una habitación en el hotel del italiano,
que es el mejor de la ciudad.
Una fiesta de vinos y rosas, discursos lo más apoteósicos, en los que se disputan con
versos y prosas las mejores creaciones espontáneas en el arte de la improvisación. Darío
responde con elocuencia y magistral capacidad de lucidez para rimar. El contrincante es el
poeta Arguello (E. Torres)
***
Para el mes de marzo del mismo año. Darío el joven es uno más que deambula en las calles,
visitando y buscando alternativas. No esperaba que le fuera tan mal en su propia tierra. Lo

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Centroamericano
Rubén Darío No. 3
En Centro América
obvio, es la realidad de la cultura del país; ya no es un niño que se pudiera contentar con una
invitación a una fiesta y sacarle provecho. Es un personaje, un laureado. La cultura nacional,
no tiene recursos para enfrentar un personaje de esa dimensión, y siente un aparente
desaire. Los periódicos no tienen la capacidad para remunerarlo. Con Darío o sin Darío,
venderán lo mismo.
Lo objetivo, es que no tiene salida. No puede quedarse con una cuota diminuta para un
colaborador de su talla. Los recursos de un diario local, no son los suficiente, para quien
ha logrado una gran transformación de sus hábitos, todos. ¿Pero, cómo sintió su llegada a
Nicaragua?
“Estoy de nuevo en la casa de mis primeros años. Otros devaneos han ocupado
han ocupado mi corazón y mi cabeza. Hay un apasionamiento súbito por una persona
por cierta bella persona que me hace sufrir con la sabida felinidad femenina y hay
una amiga, inteligente, graciosa, aficionada a la literatura; que hace lo posible por
ayudarme en mi amorosa empresa; y lo hace de tal manera, que cuando por fin, he
perdido mi última esperanza con la otra, entregada desdichadamente a un rival
más feliz, me encuentro enloquecido por mi intercesora. Esta inesperada revolución
amorosa se prolonga en la ciudad de Chinandega, en donde ¡desventurado de mí! Iba
a casarse el ídolo de mis recientes anhelos. Y allí nuevas complicaciones sentimentales
me aguardaban con otra joven, casi una niña; y quien sabe en qué hubiera parado todo
eso, si por segunda vez amigos míos entre ellos el coronel Ortiz, que hoy es general y
que ha sido vice –Presidente de la República no me facturan apresuradamente para El
Salvador. Lo que provocó tal medida fue que una fiesta dada por el novio de aquella a
quien yo adoraba y a la cual no sé por qué ni como, fui invitado, con el aguijón de los
excitantes diablos, y a pedido de no sé quién empecé a improvisar versos, pero versos
en los cuales decía horrores del novio, de la familia de la novia. ¡qué sé yo de quién más
¡Y fui sacado de allí más que de prisa!”
El Salvador se vuelve a convertir en el salvador del joven poeta por sus arrebatos y amorío.
Nuevamente con problemas de liquidez; el apoyo de los amigos retorna con pasajes y
dinero, pero esta vez, no es el joven díscolo, y precipitado ante las delicias que el mundo le
presentaba. Ya no está para deslumbrarse por un vino espumoso, y unos macarrones. Ni la
liviandad de una preferida de un presidente. Tiene ropa fina que lucir, equipaje de primera
para abordar un vapor.
***

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No. 3 Rubén Darío
En Centro América
Nuevamente ha sido despedido en Corinto el pequeño puerto que días atrás le vio bajarse
del “Cachapoal”. Vuelva a ver las costas del pacífico de Nicaragua, Punta Cosigüina, y las
nubes como góndolas surgiendo al otro lado del truncado volcán. Entra a las aguas del
Golfo, plácidas como espejo y la quía del vapor arruga el manto azulado de las aguas. la
embarcación gira hacia el oeste, para llegar el puerto de “La Libertad.”
El 13 de mayo llega al puerto. Algunos periódicos han anunciado su llegada. Las trasmisiones
telegráficas con la lista de los pasajeros, llega a manos de los periodistas. Era habitual su
publicación en los medios. Obviamente, fue sorpresa que el joven poeta llegara nuevamente,
y del que ya se conocía su erudición y capacidad creativa, así como sus debilidades; sin
embargo, lo esperan con el nuevo lustre. Es el poeta que irrumpió el mundo de las letras
castellanas, y ha merecido el elogio de un monstruo de la crítica literaria en la península y
en América: Don Juna Valera.
Gobernaba para ese entonces el General Francisco Menéndez Valdivieso, liberal y un
ferviente unionista. Es imposible hablar de Darío en Centro américa, si no se le vincula
ideológicamente con el liberalismo Centro Americanista. Te tal manera que, su llegada
coincide con la política que está desplegando su gobierno, en abundancia de libertades y
ha entusiasmado al pueblo mayoritario salvadoreño que desde la independencia ha sido
ideológico y fiel a los principios unionistas. Sus luchas han sido heroicas. Sin embargo, el
desastre de Chalchuapa tiene una explicación, frente a la voluntad del General Justo Rufino
Barrios, de llegar con una ofensiva militar. No se discutían los ideales, sino el procedimiento.
Menéndez Valdivieso había logrado hacer una nueva constitución que tuviera como base
ideológica el liberalismo militante. Los diputados fueron electos en la que se consideró la
votación más libre de la historia de la república, “la fuerza pública no parece haber presionado
abiertamente a los lectores, para que votaran a favor del gobierno.”. El anteproyecto de
constitución otorgaba muy poco poder al Presidente; pero el artículo más polémico fue aquel
que garantizaba el derecho de sublevación del pueblo. Por consiguiente, el pueblo podía
exigir la renuncia a los gobernantes si desacataban las leyes fundamentales de la República;
en el caso de que no renunciaran al poder, entonces el pueblo podía ejercer legítimamente el
derecho de revolución. Como los constituyentitas desoyeron la sugerencia del mandatario,
fue liquidada la Asamblea. Un año posterior a este suceso, la nueva Asamblea Constituyente,
aprobó la nueva Constitución de El Salvador.
Durante la presidencia de Menéndez se le dio promoción a la educación, estableciendo
numerosas escuelas en pueblos y cantones. Fue una época en que se concedió abundantemente
de libros, mapas, cuadros murales, ábacos, colecciones del sistema métrico decimal, etc. El
ejercicio de la libertad de imprenta y la libertad de expresión del pensamiento se respetó en

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Centroamericano
Rubén Darío No. 3
En Centro América
el país, como se decía en esa época, a la actual Libertad de Prensa y fue una demostración
de las grandes libertades.
El gobierno había impulsado la siembra del café, que durante su gobierno se había
incrementado a 100.00 quintales con relación al gobierno anterior30; había tendido de
vías ferroviarias; tenía en mente la unión de las Repúblicas del Istmo. El Salvador estaba
convirtiéndose en un República de libertades y solvencia democrática y económica.
Darío llega a San Salvador en un periodo de bonanza. Tomó rumbo a Santa Tecla, conoce el
camino hasta llegar donde se encuentra la familia Cáceres Buitrago, los emparentados con
Mayorga. Visitará a don Alejandro Salinas y es atendido por los amigos que había celebrado
y que quizá, le soportaron sus momentos de abundancia en los alcoholes; y que, sin duda
alguna, pensaron que llegaría muy alto.
Estuvo varios días, según don Edelberto Torres en la casa del Doctor Rubén Rivera. En
Sonsonate. Una casa de dos pisos, (Sequeira), “Desde un balcón esquinero del segundo piso,
al amanecer y por las tardes, Rubén contemplaba el paisaje tropical de la ciudad.” La ciudad
era cruzada por el Río Julupe o Jicalapita y podía escuchar le murmullo del rio saltarín sobre
las piedras.
“Envío a Ud. mi primera correspondencia desde Sonsonate, ciudad salvadoreña
la más llena de calor y de palmeras, prodújome en el ánimo esa población una impresión
agradable, con sus casas de estilo colonial, su río, sus puentes, sus cocotales; más luego
que hube sentido este soplo quemante que enciende la sangre y baña en sudor el cuerpo
confieso que tuve que afligirme. (..) “Ver Sonsonate desde el Cementerio es tener a la
vista u cuadro hermoso; las casa agrupadas con sus techos de tejas rojizas, las arboledas
que circundan la población y en el centro de ésta, la cúpula chinesca de la iglesia matriz
en construcción, cúpula que por el laboreo que la distingue es llamada por la gente “la
torre de los platos”
¡Cómo recuerda las subidas a los cerros en Valparaíso! ¡Cerro Alegre! ¡El Barón! ¡Bella
Vista! ¡El Panteón! ¡Miraflores! y ¡La Cruz! Pero es otro modelo y un mismo entusiasmo en
las cumbres.
El médico tenía una excelente biblioteca y se dedicó a leer cuanto pudo. Luego de unos
días, viajó a Sonsonate, donde los amigos de su primera juventud y estancia es ese suelo, lo
invitaron a un homenaje con excepcional banquete, donde abundarán las mejores viandas y
los más finos licores.

30 Historia del el Salvador. Ministerio de Educación. Edición digital. 2009.

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Centroamericano
No. 3 Rubén Darío
En Centro América
Darío tuvo dos grandes obsesiones, quizá mucha más, pero fueron evidentes, la visión
francesa de la vida, lo que implicaba el dominio de la lengua francesa, no solamente
hablarlo, sino, escribir correctamente, en francés. No le bastó la corona de laureles de
“Azul” y los elogios de don Juan Valera, traducir a Catule Mendés. Era un espíritu pertinaz.
Y la otra obsesión, era verse entre alfombras, vinos, champaña, rosas, doncellas y un cargo
diplomático. Los trajes finos, fanfarrias, valses, pianos, salones con lámparas de cristal de
Bohemia. Japonerías y chinerías en jarrones, tapiza, y abanicos.
Eso quería el poeta con manos de Marqués, y que la dicha y el destino tenía para él, el
Principado de la Lengua Castellana. Sus gustos, muy siglo dieciocho. Cosmopolita que no se
impacientaba por los ruidos del mundo y de la carne que leía en los famosos franceses.
Las dos obsesiones, se introdujeron en su mente en la niñez. La casa de su tía Rita y los
libros en francés en la casa del Dr. Jerónimo Ramírez. Huellas profundas en su vida. Las visitas
permanentes a la casa de Gavidia, lo impulsó a escribir en francés, y este es un fragmente de
su “Canción Crepuscular” – “Chanson Crepusculier”

Chanson Crepusculier
(Fragmento)

Le bois vierge éveille, de sa lague sonore


Chante, tout frémissant, la chanson de l´Aurore
Vibrant ls jeunes arbres, éclate la lumiére
Qui décore le fonrt de láube printaniere.
Dans une glorie dór, semblble a un empereur.
Le gran solei carese et lóiseau eet la fluer
¡O selve o volupté! Je vois un noir taureau
Manger de la pature au bord dún frais ruisseau
Tandis que sur des feuille oú l´lumiere tombe
A plain air amaureuse, roucoule une colombe
La-bas, je vois la mer grisatre el l´horizon
Doré par le matin: et la-bas le vallon
Partout la joie de vie comme un soufflé mystique
Partuot lívresse ardeante, l´haleine du tropique
On dirant une fete supréme, un plasir pur
Sous le regard
Profond de l´eternel azur

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Centroamericano
Rubén Darío No. 3
En Centro América
Canción del Crepuscular31
(Fragmento)

La virgen de madera despierta, con su onda sonora


Canta temblando el canto del alba
Vibrando los árboles jóvenes, estalla la luz
Que decora la fuente del amanecer primaveral.
En una gloria dorada, parece un emperador.
El gran sol acaricia al pájaro y la flor
¡Oh selva, o voluptuosidad! Veo un toro negro
Comer pasto junto a un arroyo fresco
Mientas que en las hojas donde cae luz
A plena luz una paloma arrulla
Allí veo el mar gris en el horizonte
Dorado por la mañana: y allá el valle
En todas partes la alegría de la vida como un aliento místico
A través de toda la ardiente borrachera, el aliento del trópico
Parece una fiesta suprema, un puro placer
Bajo la mirada
Profunda en el eterno azul.32

La crítica de su biógrafo don Edelberto Torres es objetiva a considerar que Darío, no tenía
los rudimentos necesarios, para construir un verso, considerando las técnicas de acuerdo
a las letras mudas. Se debe considerar: Elisión, diptongos, “les chevilles” y medidas del
verso. La cesura. Licencias y acentos tónicos o ritmo. Cruces, rechazos y contra-rechazos.
Era todo un laberinto. No le era posible sin un docto que estuviera a su lado. No obstante,
aun cuando no dominaba la “versification française,” se puede observar con suma claridad,
el uso de palabras sencillas, y estructuradas desde la formación semántica del castellano
y suficientemente aceptable para un novicio en la lengua de Ronsard y Mendés. Veamos a
Baudelaire:

31 Traducción libre del autor. A. Zambrana


32 Traducción libre. N. de. A.

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No. 3 Rubén Darío
En Centro América

Le crépuscule du soir
(Fragmento)

“Voici le soir charmant, ami du criminel;


Il vient comme un complice, à pas de loup; le ciel
Se ferme lentement comme une grande alcôve,
Et l’homme impatient se change en bête fauve.

Ô soir, aimable soir, désiré par celui


Dont les bras, sans mentir, peuvent dire: Aujourd’hui
Nous avons travaillé! — C’est le soir qui soulage
Les esprits que dévore une douleur sauvage,
Le savant obstiné dont le front s’alourdit,
Et l’ouvrier courbé qui regagne son lit.
Cependant des démons malsains dans l’atmosphère
S’éveillent lourdement, comme des gens d’affaire,
Et cognent en volant les volets et l’auvent.
À travers les lueurs que tourmente le vent”
Charles Baudelaire

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Centroamericano
Rubén Darío No. 3
En Centro América

Tarde crepuscular
(Fragmento)

“Aquí está la velada encantadora, amiga del criminal;


Viene como cómplice, sigilosamente; el cielo
se cierra lentamente como una gran alcoba,
Y el hombre impaciente se convierte en una fiera.

¡Oh tarde!, hermosa tarde, deseada por él


Cuyos brazos, sin mentir, pueden decir: Hoy
hemos trabajado! - Es la noche la que alivia
Espíritus devorados por el dolor salvaje,
el científico obstinado cuya frente se vuelve pesada,
el trabajador encorvado que vuelve a su cama.
Sin embargo, los demonios malsanos en la atmósfera
Despiertan pesadamente, como hombres de negocios,
Y toca las contraventanas y el toldo mientras vuelas,
A través de las luces que atormentan el viento”

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No. 3 Rubén Darío
En Centro América
¿Se puede preguntar cualquier lector, que sea un novicio en lengua francesa, si existen
graves defectos en la poesía escrita en francés por Darío frente a estos dos poemas de Charles
Baudelaire? No sabemos cuáles eran las verdaderas intenciones de Darío. ¿Estudiar? ¿Reto?
Sonnet.
Ils me disent, tes yeux, clairs comme le cristal:
“ Pour toi, bizarre amant, quel est donc mon mérite? “
- Sois charmante et tais-toi! Mon coeur, que tout irrite,
Excepté la candeur de l’antique animal,

Ne veut pas te montrer son secret infernal,


Berceuse dont la main aux longs sommeils m’invite,
Ni sa noire légende avec la flamme écrite.
Je hais la passion et l’esprit me fait mal!

Aimons-nous doucement. L’Amour dans sa guérite,


Ténébreux, embusqué, bande son arc fatal.
Je connais les engins de son vieil arsenal:

Crime, horreur et folie! - Ô pâle marguerite!


Comme moi n’es-tu pas un soleil automnal,
Ô ma si blanche, ô ma si froide Marguerite?
Charles Baudelaire

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Rubén Darío No. 3
En Centro América
Soneto.
Me dicen, tus ojos, claros como el cristal:
“Para ti, amante raro, ¿cuál es mi mérito?”
- ¡Sé encantador y cállate! Mi corazón que todo me irrita
Excepto el candor del animal antiguo,

No quiero mostrarte su secreto infernal


Canción de cuna cuya mano al largo sueño me invita,
Ni su oscura leyenda con la llama escrita.
¡Odio la pasión y duele el espíritu!

Amémonos con dulzura. Amor en su garita,


oscurecida, emboscado, saca su arco fatal.
Conozco las máquinas de su antiguo arsenal:

¡Crimen, horror y locura! - ¡Oh margarita pálida!


Como yo, no eres un sol de otoño
¡Oh mi tan blanca, oh mi tan fría Margarita!
Charles Baudelaire
***
En ese período, y estando en la finca de Víctor Romero (se hará referencia más adelante),
recibió mucha información de sus amigos de Chile. Publicó poemas de ellos en “La Unión”.
En esos días, recién llegado de Nicaragua, recibió una carta del Presidente de Chile, don
José Manuel Balmaceda Fernández, anunciándole, el deceso de su hijo, su gran amigo, Pedro
Balmaceda Toro. ¡Oh! Desgracia. Fue tan profundo el dolor que le causó la desconsolada
noticia, que su espíritu sensible y expresivo, que surgió con una expresión que se distribuyó
en centenares de oraciones sentidas que mostraban a los lectores, la calidad humana de
Pedro, su vocación de escritor, y el derroche de finezas y atenciones que tenía para con su
amigo nicaragüense.
Surge de esta manera: “A. de Gilbert”, como un desborde de gratitud, dolor y admiración.
Respondió al Presidente Balmaceda Fernández con la siguiente misiva:
Al excelentísimo señor don José Manuel Balmaceda.
Presidente de la República de Chile.
Palacio de la Moneda. …Santiago.

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No. 3 Rubén Darío
En Centro América
Señor:
Acaba de llegar a mis manos el libro de su malogrado hijo, que debo a la
bondad de U.
Como inapreciable es para mí, por ser obra de aquella alma brillante que tanto
amé, y por venir del padre de uno de mis mejores fraternales amigos.
U. sabe cómo se unieron nuestros espíritus por el afecto y por el arte, cómo
íbamos juntos en la labor del diario, como aspirábamos a lograr justos la gloria.
Al saber la terrible noticia de la muerte de Pedro, he sufrido mucho. Me hallaba
en el campo, y lleno de duelo en mi retiro, escribí a su memoria un libro, que se
está acabando de imprimir en la Imprenta Nacional de San Salvador.
Con Pedro ha perdido el mundo literario un gran artista, y la humanidad un
corazón dulce y bueno. Hoy que son tan raros.
Comprendo el profundo dolor de su herida alma paternal.
Mas, debe U. tener el consuelo de que Pedro vivió la vida de la luz y se apagó
como estrella.
Su lírico espíritu soñador que flotó siempre en la aurora, se sentirá feliz en
tanto que cerca de la tumba que guarda el cuerpo que animará, haya flores y
cantos de pájaros, y su recuerdo viva en el corazón de los suyos.
Para mí el querido compañero no ha muerto. Yo no quiero imaginarme aquella
amable cabeza expresiva, pálida sobre la almohada del lecho mortuorio. Yo
alimentaré mi engaño, hasta que, si Dios vuelve a guiar mis pasos a ese gran país
de Chile, pueda ver en su casa el gabinete vacío, el siento de la mesa solitario, y
yo sin aquel que me daba aliento, aplauso, apoyo, consuelo, amor.
Pronto recibirá usted el libro que le anuncio, y que es una obra del corazón.
Entre tanto, soy como siempre agradecido y afectísimo amigo.
Rubén Darío
San Salvador, diciembre II de 1889
Darío con suma inteligencia, buscó al General Juan José Cañas, que estaba en Santa Tecla,
reducido a un encierro, por cuanto estaba pagando la deuda de haber sido amigo del
Presidente Zaldívar. Llega y le solicita el prólogo del A. de Gilbert:

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Centroamericano
Rubén Darío No. 3
En Centro América
“Sin la importancia que tiene para mí el doloroso asunto a que se contraen las
preciosas páginas de este diminuto libro, me consideraría víctima del tenaz capricho
de un niño grande voluntarioso y consentido, al verme obligado a trazar las presentes
líneas a guisa de prólogo. “
“Pero he cedido a las exigencias del autor, no tanto por satisfacer su deseo, si no,
para entregarme, aunque no sea más que por un instante, al irresistible ascetismo con
que en todos los momentos dirijo a Chile las preces y alabanzas de mi cordial cariño.”
“He cedido, no para tributar encomio al libro, que no los necesita, sinó para
hacer llegar a la desolada familia del malogrado joven que ha inspirado, la expresión
en que me hago partícipe de la enormidad de su dolor, y para hacer comprender a su
ilustre padre, el actual Presidente de aquella próspera República, que no he olvidado
ni lo olvidaré mientras me dure la vida, que tuve la honra de estrechar entre las mías
su aristocrática mano y de escuchar complacido las benévolas frases que le dirigía con
aquella voz vibrante. “
“Los libros de Rubén Darío no necesitan de ningún prólogo, porque en sí mismo
llenaron la ejecutoria para que ocupen lugar preferente entre las letras selectas. “ (..)
“Rubén Darío en este librito no es el mismo escritor que todos
conocemos; es el desbordamiento del dolor, de la gratitud y de la admiración; es, en una
palabra, la condensación manifiesta de todas las delicadezas del alma de este poeta
sublime.” (..)
Juan J. Cañas
San Salvador a 4 de octubre de 1889
***
Unos días más en Sonsonate y tuvo la oportunidad de ser invitado el 8 de septiembre del
89, a un banquete que se ofrecía en la casa de Dr. Abraham Rivera y su señora esposa, doña
Mercedes Velásquez de Rivera, que para muchas personas tener de invitado al bardo galante
y expresivo era todo un acontecimiento. Tenía fama que bien supo expresar el periodista
guatemalteco, diciendo que Darío “es ante todo galante con las damas y rendido como un
trovador”33 Fue otra ocasión para escribir bellas dedicatoria en los abanicos de encajes o de
libretas delicadas que las jovencitas llevaban sabiendo que Darío no haría ningún desaire.
Era un atractivo del romanticismo bullente en los corazones de las niñas de la época, y de las
parsimoniosas y elegantes matronas de las élites citadinas.
33 LUCANO. – El Imparcial Año 1- No. 4. Guatemala, domingo 12 de mayo de 1889.

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Centroamericano
No. 3 Rubén Darío
En Centro América
***
En la Costa del Bálsamo, un espacio de la tierra salvadoreña ubicada entre La Libertad hasta
Suhuapilapa, tiene una barrera natural que interactúa entre el océano pacífico y los valles
internos, Una de sus principales características geomorfológicas son las impresionantes
‘lengüetas’ que descienden desde una altura aproximada de 1500 msnm hasta el nivel del
mar, formando crestas con angostas planicies, extraordinarios riscos y angostos valles.
Un paisaje natural del que gozaron las migraciones de aborígenes. Efraín G. Squier, estuvo
visitando la zona por los restos arqueológicos Nahuas-pipiles.
En esta región del cultivo del bálsamo, se inició la siembra de café bourbon, y por supuesto,
la explotación de pequeños hatos de ganado. Don Víctor Romero, era un nicaragüense dueño
de una extensión de tierra productiva en esa bella región tropical. Es probable que por medio
de doña Rosa Sarmiento se enteró de la llegada de aeda, coterráneo suyo, y se desconoce,
como fue posible el encuentro con Rubén Darío. Pudo haber sido una visita de aquel, a la
casa del Dr. Reyes; o. pudo haber sido uno de los invitados del agasajo en Sonsonate. Se
presume lo primero, puesto que Darío le responde a su madre una carta fechada el 10 de
febrero de 1890.
“Mi querida madre:
Recibí su telegrama que le agradecí profundamente, pues fue la primera de las
felicitaciones que recibí.
“Sé que tengo deberes y los procuraré cumplirlos. Mi empresa está medio
afirmándose.
(..)
“Romero llegó. Es un excelente muchacho que ha sido muy buen amigo mío,
pero nunca mi protector. Estos nunca los he tenido.”
Esta carta puede ser la evidencia de la relación de amistas de Romero y de la familia de
Rosa Sarmiento en El Salvador. Al margen de esa realidad, la carta revela una característica
muy particular de Darío, de desconocer las manos que le había permitido llegar desde que
salió de Nicaragua en su primera Juventud, su llegada a Chile y su retorno a El Salvador. El
poeta no era perfecto.
El nicaragüense tenía una propiedad en el municipio de Cacaluta o el de Cuisnahuat, que
estaba más cerca de Sonsonate, en la Cordillera del Bálsamo.

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Rubén Darío No. 3
En Centro América
En Cacaluta, había fincas de café, y también se sembraba algodón, y los hatos producían
un buen queso. Don Víctor vivía en Sonsonate e invitó a Rubén Darío a que temperara en la
propiedad. Ya se había hecho amigos; existe la probabilidad que haya sido un joven exitoso
de unos treinta años. Don Víctor Romero, a quien le contó sus cuitas de amor; (Sequeira) y
llegó a tanto el aprecio y la consideración con en nicaragüense residente en aquella tierra
que le hizo un poema:
“Estrofas a Víctor Romero”
Un sabio en cosas de amor,
Que a más de sabio era viejo,
Me dio una vez un consejo
De inestimable valor.

“No te lances con ardor


De una mujer a los pies,
si antes en su alma no ves
que puedes de corazón
corresponder la pasión
y olvidar el interés”

“Y decía el sabio ducho


que, en este mundo tan loco,
se haya de lo bueno muy poco,
pero de lo malo mucho.”

“Doquier que voy escucho


la queja del que confió
en la mujer que amó,
y la cual, por su decoro,
supo aprovechar el oro
y la pasión olvidó.”34

El joven Darío estaba visitando una de regiones más paradisíacas de El Salvador y fue
tanto el gozo de sentir la paz que siempre buscaba que con la facilidad de apropiarse de
la naturaleza por la vista y el sentido desarrollado por lo estético, que, en esa hacienda
llamada en ese entonces, “La fortuna,” escribe uno de los poemas más expresivo del mundo
34 Sequeira, Diego Manuel. R. Darío Criollo en El Salvador. Págs. 74 y 75.- Cita Sequeira que el poema fue
publicado en “La Bandera Nacional” el No. 191, el sábado 17 de agosto del 89.

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Centroamericano
No. 3 Rubén Darío
En Centro América
rural, muy diferente a “Del campo” que escribirá en Argentina, el poema “Del Trópico” es una
pintura musical con letras.
Es que la situación de una arcadia que lo entretiene, lo apasiona, lo inquieta, lo conduce
a una expresión poética que es una manifestación reveladora de la contradicción de lo que
ha vivido desde 1886.
Dejó la metrópoli chilena y el puerto de Valparaíso, donde se había convertido en un ser
más viviendo entre los palacetes, y las mansiones, los decorados y los tranvías, la prisa y las
personas metidas en abrigos.
“las agitaciones y turbulencias, de las máquinas y de los fardos, del ruido monótono de los
tranvías y el chocar de los caballos con su repiqueteo de caracoles sobre las piedras; de las
carreras de los corredores frente a la Bolsa; del tropel de los comerciantes; del grito de los
vendedores de diarios; del incesante bullicio e inacabable hervor de este puerto;35”
Estaba en el mundo tropical. Eso impacta a Darío. En Nicaragua su tierra natal, no conoció
más allá de los manglares de Corinto y El Realejo, los bosques azulados de los volcanes, pero
muy lejos de ellos; y rumbo a Masaya, en una estación de diligencias en Nindirí, pudo ver los
“bosques de Nindirí”, como se le llamaban en esos días a las actuales “Sierras de Managua”
Darío se impresiona de la selva tropical. Su alma se funde en la lujuria del ecosistema, el
maridaje de palmeras y platanares; el barroco espacio de retorcidas formas que deslumbran
bellezas desde el suelo hasta los cielos.
Es que Darío tenía una proyección de su ánima en la forma de la escritura. Cuando se
sentía entumecido por la melancolía, sus poemas eran cortos y expresivo, tenía por dolor
del alma a ser sintético, obviamente, la melancolía no le hundía en la nada e inanición, pues
podía escribir con colores y hermosura. Tenía la capacidad de síntesis cuando recorría en
espacio de la realidad objetiva. Cuando su espíritu se expandía, era Huracán y Aquilón, un
Niagara, dejando en la expresión poética los más bellos poemas rítmicos, largos y llenos de
una musicalidad impresionante. Así era su alma pletórica de alegría.
La experiencia salvadoreña en la zona de “El Bálsamo” le da la oportunidad de ser
extensivo en la prosa y sintético en la poesía. Puede observarse en estos dos provechos de
la experiencia tropical su capacidad de apropiación estética y el manejo de los recursos de
las formas.
Y lo expresa como solamente él lo podía hacer y publica en “El Imparcial” del 12 de
septiembre del 89, lo siguiente:

35 Azul –Álbum Porteño- En busca de cuadros. Rubén Darío.

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Centroamericano
Rubén Darío No. 3
En Centro América
“Caminábamos silencioso bajo la alegría de la aurora. Mi acompañante, Víctor,
hombre charlador y ocurrente, interrumpía a veces la falta de conversación con algún
alegre pensamiento, mientras los cascos de las bestias o repicaban en los pedregales,
o chapoteaban en los lodazales en el fango negro. En cuanto a mí, soy triste soy
meditabundo. Sobre todo, cuando siento las palpitaciones de la naturaleza, el vaho de
la tierra, el soplo del boque flechado por el sol, el mar, la tempestad.
(..)
¡Soberbia selva del trópico, por vida mía! Se levantas agrupados, solemnes,
altos como para que en sus cumbres se aniden las nubazones, que como enormes
águilas negras llevan sobre ellos las borrascas, gordos árboles, repletas de sabia la
carne henchida de sus troncos; unos jorobados llenos de bifurcaciones en que florecen
orquídeas salvajes y frescas, otros erguidos como como las columnas de un peristilo,
o agobiando el ramaje ancho y grueso por las colgantes y hermosas espesuras de las
lianas semejantes a cabellos sueltos al viento, o a las gigantes charreteras encrespadas.”
(..)
“Aparece al lado del camino una choza rústica y pajiza; por la puerta entreabierta
vemos unos cuantos campesinos a la orilla de un buen fuego, cuyas llamaradas de
oro danzan loca y alegremente. Mazorcas de maíz se asan despidiendo un rico olor
apetitoso. Las perlas de maíz hinchadas por el calor revientan, con un ruido crepitante
y en cada grano dorado resalta un punto negro. ¡A la gracia de Dios! Las buenas gentes
nos ofrecen sus mazorcas, y a poco continuamos nuestro viaje comiendo al paso el
sabroso y primitivo desayuno”
“He aquí el cuadro que apareció a mi vista. Sobre dos colinas que traían a la
imaginación una estupenda horda calipigia, y en las cuales armonizaba en la luz de una
sinfonía verde, la gama decreciente, el cardenillo el verdegay, el verdinegro alimonado,
el verde amarillo que es tierno y jocundo resaltaban como manchas móviles unos
cuantos bueyes blancos y alazanes, con el alazán bayuno y fino, con rayas en metálico
y resplandece en la claridad de las campiñas. La pastura estaba fragante y nueva y
llegaban las agudas puntas de la hoja apiñadas hasta rozar la barriga redondas y
repletas. Un toro joven, de pitones retoñantes, mugía con mugido de triunfo y el eco
resonaba entre los montes, con son de cuerno. El sol ya picaba y subía relumbroso como
en centro celestialmente bruñido como adamantina coraza arcangélica.”

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No. 3 Rubén Darío
En Centro América
El poema ha sido presentado como el resultado de una situación cómoda, quizá en una
hacienda de las que pueden tener imaginación y memoria algunos lectores por experiencia
propia; por consiguiente, está huérfano de la realidad objetiva que inundó de sensaciones el
espíritu sensible del poeta, puesto que no se trata de un acto mecánico. Fue una experiencia
particular.
Del Trópico
¡Qué alegre y fresca la mañanita!
Me agarra el aire por la nariz:
los perros ladran, un chico grita
y una muchacha gorda y bonita,
junto a una piedra, muele maíz.

Un mozo trae por un sendero


sus herramientas y su morral:
otro con caites y sin sombrero
busca una vaca con su ternero
para ordeñarla junto al corral.

Sonriendo a veces a la muchacha,


que de la piedra pasa al fogón,
un sabanero de buena facha,
casi en cuclillas afila el hacha
sobre una orilla del mollejón.

Por las colinas la luz se pierde


bajo el cielo claro y sin fin;
ahí el ganado las hojas muerde,
y hay en los tallos del pasto verde,
escarabajos de oro y carmín.

Sonando un cuerno corvo y sonoro,


pasa un vaquero, y a plena luz
vienen las vacas y un blanco toro,
con unas manchas color de oro
por la barriga y en el testuz.

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Centroamericano
Rubén Darío No. 3
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Y la patrona, bate que bate,


me regocija con la ilusión
de una gran taza de chocolate,
que ha de pasarme por el gaznate
con la tostada y el requesón.

Este poema es una explosión de imagen y colorido, de acciones de trabajo y de las


circunstancias en todo el entorno. Cada verso es sustantivo. Cada uno tiene su expresión
semántica y su realidad. El joven gozó de esa estancia, así como de un viaje de ida y vuelta
en cabalgadura donde encontrará umbría en los parajes boscosos y rías abundantes; así
como la solana, en determinados lugares donde el astro pellizca la piel y las manos de los
montados tiene que sacudir los moscones.
***
El General Manuel Lisandro Barillas es el Presidente de Guatemala, y tiene en común con
Menéndez Valdivieso, una visión liberal de la sociedad y ambos se confiesan unionista. Hay
una delegación guatemalteca en Sonsonate, encabezada para ese evento por el licenciado
Francisco Lainfiesta Torres, político relativamente joven de 52 años. Fiel colaborador de
Justo Rufino Barrios, a quien sirvió como Ministro de Fomento, y un muy buen conocedor de
la producción cafetalera de Guatemala. Lainfiesta es además de ser funcionario del Estado,
productor y hombre de negocios, es una persona dedicada a la literatura, y se le consideraba
un hombre de letras.
Darío se había hecho amigo del Gobernador de Sonsonate, Don Francisco Esteban Galindo,
hombre de muy buena reputación, orador, consumado pedagogo, dramaturgo, ejercía el
periodismo y político liberal, hubo escrito un opúsculo dedicado a explicar la vida y hazañas
del Libertador Simón Bolívar en el centenario de su nacimiento, es de suponerse que había
entre el Dr. Galindo y el joven Darío muchos elementos en común que les permitía tener una
conversación y que surgiera amistad y confianza; y con gran probabilidad que Galindo haya
estado en el Teatro cuando Darío leyó su “Oda al Libertador”, y por consiguiente, desde ese
momento, inició una admiración por el joven poeta nicaragüense.
El Doctor Galindo tenía una hermana, Antonia Galindo; de 31 años y, se había prestigiado
como poetisa y escritora, siendo una de las pioneras de la literatura centroamericana como
Rafaelita Contreras. La casa de los Galindo era visitada por poetas, dramaturgos, artistas de
teatro, y gente del medio social que les admiraba; por consiguiente, eso abonó que, Darío,
tuviera la oportunidad de conocer y tener más amistades; fue fundamental para Rubén,

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Centroamericano
No. 3 Rubén Darío
En Centro América
sin ninguna duda, la fraterna amistad de los hermanos Galindo con Román Mayorga Rivas,
como lo hemos indicado, que pariente de Rubén por los Mayorga, fue fundamental artífice
de la primera llegada de Darío a tierra de cuscatleca.
Por la naturaleza de esa amistad, que tenía vínculos políticos, unionistas, familiares y
literarios; y con la estrella en la mano que Darío portaba, fue invitado a participar en las
actividades a desarrollarse para la llegada de la Delegación de Guatemala. “He tenido el gusto
y la honra de conocer al señor Lainfiesta, representante de Guatemala en la Dieta de Centro-
americana. Fui de los que llegaron al puerto a recibirlo, atendiendo una amable invitación de
mi distinguido amigo el Doctor Galindo” (Sequiera)
Lainfiesta, se reuniría con los demás delegados para celebrar el acuerdo de Unión
firmado por Nicaragua, Costa-Rica, Guatemala, Honduras y el Salvador. Se trataba del “Pacto
Provisional” que se firmaría, el 15 de octubre del 89, y la representación de Nicaragua
estaría representada en la persona de un viejo liberal y conocedor de la Guerra Nacional
don Francisco Baca, un leonés muy apreciado y respetado por su liberalismo ideológico.
Las delegaciones se encontraban en Sonsonate, porque en el Arto, 20, se establecía
libertad de comercio, entre la Repúblicas firmantes, “Desde el 15 de septiembre de 1890 será
completamente libre entre los Estados de Centro-América el tráfico y comercio de los productos
nacionales o manufacturados en su territorio;” El poeta nicaragüense, había sido invitado a
todos los eventos que se realizarían. Siempre la poesía de Darío tendrá una razón objetiva de
su existencia. Y los eventos a los que concurre, también tienen una razón de ser, y permitirá
al joven, continuar adquiriendo experiencia en los modelos culturales y protocolarios.
El Gobernador de Sonsonate un doctor Francisco Esteban Galindo, ofreció al delegado
guatemalteco y demás acompañantes a un banquete, al que asistió Darío y leyó un poema
llamado:
“Brindis al Dr. Francisco Lainfiesta”36
“Por el huésped campeón
Del bien centroamericano;
¡por el que trae a la mano
la bandera de la Unión!
Por el que echa rosas de oro
cuando dice sus palabras:
¡por ti Galindo que labras
tu pensamiento sonoro!
36 Darío, Rubén. Poesías Completas. – Pág. 924 Editorial Aguilar.

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Rubén Darío No. 3
En Centro América

¡Por el soberbio clarín


Que toque la primera diana
de la Unión Centro Americana
del uno al otro confín!
Por los que vamos en pos
De ideales tan bendecidos;
¡por los que estamos unidos
por la voluntad de Dios!”

En el segundo cuarteto, Darío reconoce de una manera sintética, la obra de Galindo.


La oportunidad en Sonsonate, fue de una paleta de colores, se dio a conocer a muchas más
personas tanto locales, como de invitados de otros departamentos que llegaron por la fina
invitación del gobernador. Darío aprendió a manejarse bien en los medios de la diplomacia,
y en los espacios de las aristocracias de pueblo. Era una persona muy fina, un caballero al
mejor estilo de la concepción liberal, promovida en las virtudes ciudadanas del Conde de
Volney. Buenos modales, y sabía tratar con mesura y sin arrebatos a las damas y damitas del
entorno. Caminaba despacio, parco al hablar. Sustantivo en sus opiniones breves. Sonreía
poco, o más bien, dibujaba una sonrisa breve. Con buen ojo, podía advertir cómo acercarse
y sin ningún complejo.
Una vez que fue presentado al Licenciado Lainfiesta, supo abordar los temas que podría
ser del agrado del invitado de honor, tenía información sin lugar a dudas, de quién se trababa
el invitado. Darío fue un gran investigador, siempre tenía alguna información para acercarse
a conseguir más, o conseguir algo.
Había aprendido mucho de los modelos culturales, el comportamiento social de esos
niveles, cuando en varias ocasiones el Presidente de Chile el Sr. Balmaceda, lo invitaba a la
casa de verano en Viña del Mar. Lainfiesta quedó muy bien impresionado con el joven poeta,
cuyos presentadores no olvidaron los ramos de olivo que tenía puestos en su testa el aeda.
Se anima a viajar a la capital, San Salvador, pues ya ha logrado descansar quizá lo suficiente,
y había recibido los recursos de sus colaboraciones en Guatemala y quizás en Buenos Aires.
“Una vez llegado a la capital salvadoreña busqué alguna de mis antiguas
amistades y una de ellas me presentó al General Francisco Menéndez, entonces
Presidente de la República. Era este al par que militar de mérito, conocido agricultor
y hombre probo. Era uno de los fervientes partidarios de la Unión centroamericana, y

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No. 3 Rubén Darío
En Centro América
hubiera hecho seguramente el sacrificio de su alto puesto para ver realizado el ideal
unionista que fuera sostenido por Morazán, Cabañas, Jerez, Barrios y tantos otros.”
¿Quiénes pudieron haber presentado al Presidente al joven poeta?
Tenían que ser hombres de muy buena trayectoria política liberal, y con definición
unionista. Amigos personales del Presidente. Cabe mencionar a dos de ellos, que conocía
a Darío: el Dr. Manuel Rafael Reyes Palacios o el Dr. Santiago Ignacio Barberena Fuentes.
El primero había sido Director General de Educación Secundaria, para luego asumir el
cargo de Ministro Plenipotenciario ante la Conferencia Panamericana, para entonces era un
profesional joven de 42 años y con una gran influencia en el gobierno, sociedad política y
cultural. Barberena Fuentes, era el redactor de la revista “La Unión”
(..) “A los pocos días me mandó llamar y me dijo: - “¿Quiere Ud., hacerse cargo de
la dirección de un diario que sostenga los principios de la unión? - “Desde luego señor
Presidente” le contesté. “Está bien - me dijo – daré orden para que en seguida se arregle
todo lo necesario.”
En efecto, no pasó mucho sin que yo estuviera a la cabeza de un diario, órgano
de los unionistas centroamericanos y que, naturalmente se titulaba La Unión.
Darío cuando dicta su Autobiografía, olvida o sencillamente trata de ser muy escueto por
la prisa de publicar su vida en la búsqueda echarle algo a sus bolsillos escuálidos.
Después de la reunión y fiesta en Sonsonate, las delegaciones de Centro América se
reunieron en San Salvador, y en la fiestas o recepción, en la que participó Darío, hubo la gran
oportunidad de ser presentado al General Presidente, Francisco Menéndez. Las delegaciones
e invitados todos fueron atendidos en la finca de recreo “Guadalupe” (Sequeira), una vez
que los protocolos dejaron su formalidad, tomaron la palabra, el delegado de Costa Rica,
don Marcelino Pacheco, don Calixto Vado, don Vicente Acosta y don Rubén Darío, los tres
últimos en verso.37 Es posible que esta reunión se haya realizado el sábado 12 o domingo
13, pues la firma del protocolo del Pacto se realizó en 15 de octubre. Así está muy claro en el
documento. No se conoce, no hay información, qué actividades realizaron las delegaciones,
hasta el día 20 del mismo mes, puesto que es la fecha del banquete de despedida de las
delegaciones de los plenipotenciarios y es el día que Rubén Darío lee el más vibrante y
sonoro poema a la “Unión Centroamericana” (fragmento)

37 Sequeira cita el Diario Oficial. Hoy es posible leerlo en PDF.

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Rubén Darío No. 3
En Centro América
Cuando de las descargas de los roncos sones
Suenan estremecidos los pabellones;
Cuando con los tambores y los clarines
Sienten sangre de leones los paladines
Cuando avientan las cimas de los peñascos
Como águilas que vuelan sobre los cascos
Entonces, de los altos espíritus en pos
Es cuando baja y truena la voluntad de Dios.

La asistencia de Darío a esos eventos, y las relaciones sociales que había logrado, sumadas
las capacidades demostradas, sirvieron para que, en un momento particular, un grupo de
amigos, conociendo la realidad toda del poeta, se pusieran de acuerdo, para impulsar su
persona a manejar un medio propagandístico de la unión, y aprovechando las emociones,
encomiendan al Lic. Lainfiesta la propuesta de un medio para la unión y como recomendado
para dirigirlo Rubén Darío. Ya había sido aplaudido en los eventos anteriores, y su nombre
ya de un prestigioso periodista en la República de Chile, y sus trabajos de corresponsal en
“El Imparcial” eran con gran probabilidad conocidos por Lainfiesta.
Es ingenuo, sustraer a Darío de los intríngulis políticos, de las oportunidades, del momento
preciso para hacer una petición aprovechando incluso las afectividades y sensaciones
humanas. Intervienen entonces, el Dr. Rafael Reyes y del Dr. Santiago Ignacio Barberena;
y además la voluntad del Secretario privado, del Presidente Menéndez, el militar leonés
Pastor Valle, y, por consiguiente, es de suponer el peso que pudo haber tenido la opinión de
Valle, puesto que conocía de la familia de los Mayorga, y de los Darío, de don Félix Ramírez
Madregil, y su familia era miembro de la comunidad o sector leonés de la Iglesia de San
Francisco, donde se criaron Darío y Alfonso Valle Candia. Pastor se había ido a Guatemala
con el joven José Santos Zelaya, y ambos fueron militares de Barrios, y participaron de la
tragedia en Chalchuapa. Valle llegó al El Salvador con el General Menéndez38. Había un coro
de ángeles custodios intercediendo por Rubén Darío.
El Licenciado Lainfiesta, le propone al Presidente Menéndez la creación de un diario que
propagandee los ideales y beneficios de la Unión en las Repúblicas de Centro América.
¿Cuándo el General Presidente llamó a Darío para ofrecerle la dirección del medio? Darío
no es explícito sobre este tema. Pero de acuerdo a lo investigado y con supuestos lógicos,
se puede creer que, terminados los eventos, muy pocos días después, fue llamado por el
presidente y le hizo la propuesta. Del 20 de octubre a la publicación del primer ejemplar,
38 Sequeira cita al General Alfonso Valle, en su opúsculo “Rectificaciones” que también está en nuestras manos.
(N. del A.)

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En Centro América
hubo 22 días, y en ese tiempo hay que tomar en cuenta, desde la instalación, personal y
primer tiraje. El Presiente Menéndez era un hombre de palabra.
El 7 de noviembre de 1889, sale a luz pública la primera edición de “La Unión” O sea, que
seis meses después de haber llegado de nuevo a tierra salvadoreña, el joven Darío es director
de un diario en la capital de la República. Su genio y su fama y la disposición providencial
del Presidente Menéndez, se suman a la visión centro americanista que había sido inculcada
desde muy temprano por los liberales leones.
Darío era entonces Director y Redactor responsable del diario, y el Dr. Santiago Ignacio
Barberena el Jefe de Redacción. El medio estaba ubicado en la Calle “La Unión.”
Barberena Fuentes 39 para entonces era docente de matemáticas de las Escuelas Normales
y del Politécnico del San Salvador. Hombre apreciado. El trabajo de redactor lo realizaba con
el apoyo del mismo Darío, trabajaban para ese diario don Tranquilino Chacón, encargado de
los Editoriales y otro colaborador el poeta costarricense, Equileo Echeverría.
Por ser su nombramiento directo del Presidente de la República y por las mismas razones
políticas e ideológica por las cuales se había fundado el diario; Darío tenía que estar atento,
responsablemente, de las actividades del gobierno y de las que se realizaban en el marco de
festividades y proclamación permanente de las ventajas de la unidad, del liberalismo y de
los fundamentos básicos de la educación que había sido reforzada para darle espacio a la
mujer salvadoreña.
Tal acercamiento presidencial, del que se tiene poco o ninguna evidencia, se puede suponer
por el encargo mismo y por algunas referencias autobiográficas de Darío en las que se puede
deducir las relaciones, las que se verán posteriormente en este libro.
¿Cuáles fueron los resultados de la empresa encomendada a Rubén Darío por el
Presidente General Francisco Menéndez?
Hay detalles muy particulares de la conducta de Rubén Darío y de algunos hábitos que
tuvo desde muy temprana edad y sostuvo aún después; es posible que haya cambiado
muchos de ellos; y adquirido nuevos. Eduardo Poirier, quejaba su indolencia, y permanente
afectaciones. Le gustaba dormir, posiblemente, atenido a sus capacidades para realizar un
trabajo.

39 Santiago Ignacio Barberena Fuentes (Antigua Guatemala, Guatemala, 30 de julio de 1851-San Salvador,
El Salvador, 26 de noviembre de 1916) fue un abogado, docente, historiador, ingeniero, lingüista, y enciclopedista
salvadoreño, célebre por incursionar en múltiples campos del saber.

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Rubén Darío No. 3
En Centro América
Refiere don Tranquilino Chacón cuando entró a trabajar en “La Unión” “Me abrazó Rubén
llamándome hermano. Dice- ¿Sabe Ud., por qué le llamo hermano?: porque ha sido Ud., el
primero que la América Central, nuestra patria común, ha dado a conocer mi libro “Azul” – Por
ahora, colaborará usted en la redacción de la crónica diaria.
“Al día siguiente dice - el señor Chacón – apareció en “La Unión” una nota editorial muy
elogiosa para mí. La casa donde estaba la oficina de La Unión no carecía de comodidades
para la vida ordinaria. Rubén y yo teníamos una estancia con puerta a la calle. El poeta era
algo perezoso, preciso es confesarlo, pero en cambio, cuando yo lograba que escribiera, era un
omnipotente; que rara facilidad para sus producciones; como corría su lápiz prodigioso, con la
rapidez de su pensamiento, y al concluir no había un renglón que no fuera filigrana literaria.”40
1. Darío definió el objetivo del órgano.
“Lo que será este diario”
“Venimos a ser trabajadores por el bien de la patria, venimos de buena fe a
poner nuestra idea al servicio de la gran causa nuestra, de la unidad de la América
Central.”
(..)
“Pensadores: que en vez de las sombrías nubes que ha amontonado el
separatismo, vuelen vuestras ideas vencedoras a los altos ideales como águila bajo
relámpagos”.
(..)
“El diario La Unión espera el contingente de vosotros; que soplen vuestros
pulmones y él será la trompeta”.
“La Unión persigue y desea que nos inundes de tus claridades ¡Oh Progreso!,
y que sobe nuestras cabezas se extiendan los con ruidos gloriosos tus sagradas alas
sonoras. “
Darío es en El salvador, en el periódico “La Unión” y a sus 23 años que define para sí y para
la profesión, “La Misión de la Prensa” Esta definición que sobrepasa es esquema de una cita
de diccionario, es todo un manifiesto que debería ser la guía del profesional y estandarte de
una escuela de periodismo en las universidades.

40 Alemán Bolaños, Gustavo. La Juventud de Rubén Darío. Citado por D. M. Sequiera pág. 188.

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En Centro América
“La pluma es arma hermosa”
“El escritor debe ser brillante soldado del derecho, el defensor y paladín de la
justicia.”
“son gloriosas esas grandes luchas de la prensa que dan por resultado el triunfo
de una buena causa, la victoria de una alta idea. Por eso los que rebana el pensamiento
y palabra en ataques desleales e injustos; los que convierten la imprenta difundidora
de la luz, en máquina exaltadora de ruines pasiones, los que hacen de ese apóstol: el
periodista; un delincuente, un pasquinero; los que, en vez de ir llevando una antorcha
entre el pueblo, le corrompen, le ocultan la verdad, y le incitan a la discordia; esos
rebajan la noble misión del escritor, truecan el soldado en bandolero.
“Sería absurdo suponer que lo que atacamos es la prensa de oposición; la prensa
de oposición es necesaria en todo país libre. Sostenidos por leyes de libertad los partidos
opositores juzgan y critican, según sus ideas, los actos de los Gobernantes.”
“Lo que lamentamos es en abuso, el encallanamiento del periódico, la prostitución
de la pluma. El contrario leal, convencido y culto, ataca bien, y hay que preparar para
él la defensa prudente y el golpe noble.”
“El enemigo disfrazado, partidario de la mentira, que llega con dolo, pensando
cómo herir traidoramente, escondiendo virtudes y méritos, negando claras verdades y
armando de palo, piedras y cuchillo, debe ser visto con desdén y lástima.
“Así vuelve las espaldas avergonzado.”
“Censuramos el abuso que se hace de la imprenta, el cual, por desgracia en todos
lugares donde reina la libertad, surge para vergüenza de los escritores honrados. “
(..)
“Periódicos en los cuales se enlodan a los Gobernantes y altos personajes, con
calumnias e injurias, son leídos únicamente por ciertas gentes, de “calle atravesada”.
Una persona decente se avergüenza de que se le viese el periódico infame entre sus
manos. “
(..)
“¡Y bien! Que combata la prensa opositora al gobierno, en lo que le
juzgue vulnerable; pero que lo haga con razón, con rectitud y con dignidad.”
R.D. 41

41 La Unión Año 2, No. 85 18 de febrero de 1890 Todos los periódicos de La Unión se encuentra en esta página:
http://repositorio.uca.edu.sv/jspui/simple-search?query=La+Uni%C3%B3n+18+de+Febrero+de+1890+&sort_
by=score&order=desc&rpp=10&etal=0&start=40 REPOSITORIO INSTITUCIONAL UCA. – Universidad Católica de El
Salvador.

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Rubén Darío No. 3
En Centro América
Seguidamente el diario, promocionó los símbolos patrios, la participación a los jóvenes
unionistas, “La Unión tiene a título de honra, ser órgano de la falange nueva”42 espacios
ideológicos al liberalismo. Tuvo la oportunidad de presentar colaboraciones del maestro
don Eduardo De la Barra desde Valparaíso, y otros escritores chilenos y centroamericanos.
Y fue un medio de proyección de las labores del gobierno y en especial de la labor educativa
que era fundamental para el progreso material y espiritual de los salvadoreños. Publicaba
novelas que era un recurso muy importante para la consecución de lectores. Por ejemplo:
“Han de Islandia o, el hombre fiera” escrita por Víctor Hugo, la novela de jules Arsène,
Claretie43: Juan Mornas. Obras que él había leído porque las menciona en otros escritos y
creyó que debería ser leídas por sus lectores en el medio.
Era un periódico versátil, práctico, de utilidad ciudadana. El lector podía encontrar, itinerario
de trenes y de vapores, farmacias de turno, un espacio del observatorio meteorológico, avisos
del Gobierno y temas relacionados a la enseñanza. Noticias de Centro América y de América
del Sur. Poemas, cuentos, exaltaciones, critica partidaria, temas europeos principalmente
de Londres, Madrid y París. Además de análisis de las coyunturas de la Unión, tanto así que
se publicaban acuerdos, formación de grupos pro –Unión y declaraciones y manifiestos del
Ejecutivo y Legislativo.
Imposible continuar manteniendo la imagen de un Darío, simplemente beneficiado por un
gobierno y director de un periódico. Como un acto gracioso o de caridad. Estuvo realizando
un trabajo político e ideológico; e inmensamente cultural que abarcaba a Centro América.
Trabajaba con mucha responsabilidad, aun cuando don Tranquilino no lo dejaba tranquilo
por alguna razón de molicie.
El 25 de noviembre de 1989, el Dr. Barberena como Jefe de Redacción de “La Unión”
asistió con el Director del Diario, Rubén Darío, al acto de Graduación de las nuevas Maestras
Normalistas de la Escuela Normal de Señoritas y de la Escuela Anexa, dirigidas por la
señora, Rafaela S. de Alarcia y de la señorita Salvadora Hernández, Esa actividad se realizó a
partir de las 6.00 pm. El acto oficial estaba precedido por el señor Ministro de, Doctor Julio
Interiano, y el Inspector General de Instrucción Pública, don Marcial Cruz, el profesorado y
la concurrencia en general.
Uno de los participantes de manera oficial, era el Profesor Enrique Drew, de origen alemán
y establecido en El Salvador. Una de las personalidades más queridas en el campo musical
pues era el fundador de la Banda de los Supremos Poderes y que posteriormente será el
42 La Unión No. 25 del sábado 7 de diciembre de 1889.
43 Jules Arsène Arnaud Claretie (3 de diciembre de 1840 - 23 de diciembre de 1913) fue un novelista,
dramaturgo, historiador y cronista de la vida parisina. Posteriormente fue director del Teatro Francés. Entró a la
Academia Francesa, en 1888, año de “Azul”

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profesor de José de la Cruz Mena cuando éste llega a San Salvador a estudiar música, en
agosto de 1890.
Para darnos cuenta de la proyección ideológica del periódico, fue publicado el discurso de
la Graduado Normalista, María Salazar:
“Atravesamos una época de renovación universal para humanidad, y en el
movimiento impulsivo de las modernas sociedades, los elementos se vivifican, renuevan
o cambian la posición que tenían en el organismo de la vieja sociedad.”
“La mujer, señores, ángel del hogar, es sin duda uno de esos elementos que más
han ganado en la dislocación del antiguo edificio social. Ha sido restaurada en los
sagrados derechos que por tanto abogo el divino mártir del calvario. Y esta restauración
solo ha podido hacerse llamándola a participar del pan de la verdad, luz y alimento
del humano espíritu, para completar su personalidad, antes esclava más que de la
debilidad ingénita a su complexión, de los errores y vacíos del sistema de educación al
que se le sometía.”44
El 11 de noviembre, Rubén Darío publica en “La Unión” en un encuadre que llama: Álbum
Poético, que no es exclusivo para sus poemas, publica un pequeño poema a la señorita María
Salazar. “En el Abanico de la Señorita María Salazar”
“Con tus miradas enciendes en las almas
De intenso amor la misteriosa luz,
Cual Dios con ver la inmensidad profunda
Pobló de estrellas el sagrado azul.
¡Oh niña blanca adorable y pura,
Son iguales es esto, Dios y Tú.”
R.D.
Darío estuvo durante toda la graduación de las normalistas y resultado de esa visita fue
el poema: “Tres horas en el Cielo” (Crónica rimada) Título suficientemente sugestivo para
darnos cuenta, el estado de ánimo que sostuvo en el encuentro con tanta belleza salvadoreña.
Pues tanto la música, la ejecución y las bellas señoritas, le exaltaron y arrebataron Calíope,
Erato y Terpsícore.

44 La Unión- Periódico dirigido por Rubén Darío, Año 1, No 16. – martes 26 de noviembre de 1889. Pág. 1-

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Rubén Darío No. 3
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“He pasado unas horas exquisitas
Ayer, con mi colega Barberena
Me ha hecho mirar la más preciosa escena
En la escuela Normal de Señoritas.

Llegamos a las seis. La tarde bella;


en el cielo, profundo e insondable,
comenzaba a entre abrir la flor-estrella
su broche luminoso y adorable…
En el recinto de la escuela había
un loco y femenil mariposeo;
barbas, casi ninguna se veía
(..)
Entró una turba de lirios,
Una insurrección de rosas
Un gran batallón de hermosas
Y un diluvio de delirios
(..)
Joaquina Olmeda, una perla
toca una Polka brillante,
brillantemente, y al verla
no hay alma que no se encante.
(..)
Josefina Orellana,
casta paloma
lirio de la mañana
lleno de aroma,
voz clara y buena,
y con aire apropiado
para la escena.
(..)
Llegó María Zimmerman,
Dio al viento una sonata;
Y era la ejecutante,
Por lo fresca y gallarda,
Como una encantadora
Rosa de la mañana

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(..)
Después de Arpa Eolia, melodía
Que Elisa y concepción dieron al aire,
Con mucha gallardía,
Con mucho, con muchísimo donaire,
Llegó Joaquina Olmedo, y, conmovida,
Pronunció las palabras de clausura,
Quedando en esa noche bendecida
Triunfantes su talento y donosura.

Aunque no tan completa ni tan lacónica


He concluido mi crónica.

El Redactor oficial de “La Unión” en el artículo periodístico que ocupó la primera página
hizo alusión a la “Crónica rimada” que había hecho el Director del medio al asistir al evento.
Estaba haciendo el trabajo encomendado; puesto que, conociendo la capacidad creativa y
las buenas cartas de presentación que tenía como un hombre laureado e ideológicamente
identificado por la causa libera y el centro americanismo, se le podía confiar un trabajo y
que diera muestras de esas capacidades y de identificación ideológica.
“La Unión” era un vehículo promocional de la mujer salvadoreña, en el marco de los ideales
liberales que el gobierno del General Menéndez orientaba. Para dar cabida a la participación
de la mujer como sujeto de participación en el beneficio de la democracia y el progreso,
se publicaban colaboraciones y alguna exaltación como la que escribiera Román Mayorga
Rivas, por la señorita Antonia Navarro que, con excelentes notas, había estudiado, retórica,
filosofía, álgebra, cosmografía, fisiología, geografía e historia. Había quedado huérfana a
los ocho años en un hogar muy pobre. No fue esa situación obstáculo para encontrar la
superación. Después de rigurosos exámenes, “entre doctores y sabios” (..) y después de
realizar “escrupuloso examen que estuvo por ganarse el título de Ingeniero Topógrafo” (La
Unión)

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Rubén Darío No. 3
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He aquí un fragmento de los que escribió Mayorga Rivas:
La Mujer Salvadoreña.
Román Mayorga Rivas
(Fragmento)
“Ensanchando hasta el infinito el campo en que pueda ejercitar, el hombre sus
facultades intelectuales, hánse abierto nuevos caminos a la actividad humana; y a favor
del espíritu de la época, entra la mujer por esos gloriosos caminos al lado del hombre
piensa, siente, lucha y trabaja, y completa con su genio y sus esfuerzos el triunfo de la
humanidad sobre la naturaleza y la historia.”
“Así concibo a la mujer perfecta así deber ser quien deber estar nada
menos a formar el espíritu de las sociedades en el seno del hogar. De otra suerte,
nuestro progreso actual, este estado sorprendente de cultura y civilización, mañana
desaparecerían por completo, si no estuviese la mujer en actitud de trasmitir por medio
de sus hijos a las generaciones venideras el espíritu que ha operado las maravillas de
este siglo.”
“La mujer centro-americana empieza a responder al llamamiento de la
civilización universal. En aquellas sociedades nuevas van desapareciendo las
preocupaciones; los Gobiernos se inspiran en el Credo moderno y abren al bello sexo las
puertas de la universalidad; los padres de familia despiertan nobles ambiciones a sus
hijas y éstas les disputan a los hombres en el campo científicos la palma y la corona.”
“La Unión” Año II No. 104. – miércoles 12 de marzo de 1890

***
Al ser un funcionario del Gobierno del El Salvador, tuvo la oportunidad de participar en
muchos eventos como invitado y también como Director del periódico. En esos eventos tuvo
ocasión tuvo la oportunidad de conocer a el General Carlos Basilio Ezeta, que había ingresado
a la Academia Militar en 1867, que ya había disparado algunos tiros en los enfrentamientos
militares con Honduras; ocupaba el cargo de Inspector General del Ejército.

El joven director del diario “La Unión” había logrado establecerse en un medio social que
le permitía relacionarse con la gente de gobierno y la aristocracia salvadoreña. Se debe

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considerar que la sociedad salvadoreña estaba muy definida en los componentes sociales,
había una aristocracia vinculada con un burguesía cafetalera y ricos comerciantes que como
plutocracia dominaban totalmente las instituciones de poder.
La literatura, poesía, el arte y el teatro eran una necesidad de recreación. Se creaban
espacio desde la misma iniciativa de esta clase poderosa. Darío realizó mucha crítica a las
obras de teatro y zarzuelas. El actor teatral López Ochoa, lo entusiasmó tanto que le escribió
un poema, por supuesto debió haber sido extraordinario puesto que en Santiago hizo crítica
similar y llegaban excelentes artistas en la compañías italianas o españolas.
Al distinguido actor mejicano López Ochoa

La gloria sus puertas le abra,


Pues tiene, aunque modesto,
El relámpago del gesto
Y el trueno de la palabra.

(..)
Pero, artista y caballero,
Tu situación no me extraña
Yo he vito de zarzuelero
Al mismo José Valero
Sol de la escena de España.

Y esto no es cato ni loa;


Ni más quiero amigo mío,
Sino que López Ochoa
No olvide a
Rubén Darío.

Y se podía constatar en los sectores populares el nivel de marginación, sobre todo en el


campo, donde las fincas era una especie de feudos. Era la realidad que se heredó de la colonia;
y por supuesto el cambio hacia un nueva mentalidad y apertura hacia todos los componentes
sociales, no se realizaba por medio de varas mágicas, porque hasta los mismos sectores
oprimidos educados con cadenas mentales, se oponían a su misma liberación. El liberalismo
burgués era una necesidad del proceso indefectible de la historia. Darío contribuía en el
proceso necesario.

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Rubén Darío No. 3
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Darío gozaba de los beneficios de estar resguardado en los niveles de poder. El Presidente
Menéndez le habría abierto las puertas de su casa, y por supuesto, fue una llave para
encontrar espacios más amplios en las relaciones sociales.
Participaba en fiestas galanas que se realizaban con la dirección de Teresa Menéndez,
que se encargaba de darle un acento sutil a los recintos. Participaba de las fiestas, incluso
familiares, y por supuesto su pluma se deslizó procurando escribir poemas para la hija del
sr. Presidente. Teresa Menéndez, que a conocimientos de Darío había sido pretendida por
Carlos Ezeta, el delfín del Menéndez.
En las fiestas oficiales participaban los esposas e hijas de los más destacados miembros
del gabinete, como de los poderes del Estado, así como los jefes militares esposas e hijas. Las
fiestas se engalanaban con las más bellas flores del jardín florido, salvadoreño, “las rosadas
adolescentes que ríen con alegría de pájaro primaveral; bellezas lánguidas, hermosuras
audaces, castos lirios albos y tentaciones ardientes.45” El galanteo muy de moda en el modelo
social del liberalismo le daba la tónica, y lustre, al medio.
Los señores de bigotes entornados, trajes de telas muy finas, corbatines de seda, chalecos,
leontinas, vestidos de encajes, abanicos de seda, matilla, zapatillas de cuero y seda, sombreros,
carrieles. Orquesta como la de Herr Drew, que significaba el atractivo que, bajo los arcos y
lámparas de cristal, una imitación a los salones de Viena o París. Ese era el ambiente de el
Joven Rubén Darío, a quien los biógrafos lo limitan a unos tragos y el ruido de una imprenta.
Lo recuerdos de las bellas niñas de tez blanca, los ojos azules que lo deslumbraron en su
primera etapa del descubrimiento de la belleza de la “divina enemiga” Tampoco, Domitila,
la chilena que le dio su amor en aquellos días de soledad en Santiago. La garza morena, era
para ese momento, viento, aleteo, rumor del agua. Las bellezas salvadoreñas pasaban por
sus ojos. Pero una muchacha menuda, de ojos inmensos; y mucha sencillez, quizá el don más
preciado de su ser. Irradiaba confianza y respeto., le tocó una puerta del corazón, que Darío
no sabía que existía.
Rafaela, había absorbido su medio, la intelectualidad de su padre, y la de sus amigos, había
trascendido no solamente en el medio político de Centro América; también en su casa, ella
había logrado entusiasmarse por la lectura; ensayar narraciones, tenía un pensamiento
creativo. No era prohibido escribir para las mujeres. Lo que se debe es entender el modelo
social que había llegado desde la colonia.
Sin embargo, como se trata de modelos familiares y de la antropología de los pueblos
relacionados a definición de trabajos, modelos sociales, cultura de guerra, etc., todo ello le
45 R. D. Azul – II Álbum Santiagués – Edimat Libros – 50 Aniversario – Madrid, 2015, pág. 70

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Centroamericano
No. 3 Rubén Darío
En Centro América
restaba participación a la mujer, aunque vertiera opiniones, en los círculos de los sectores
dominantes.
En el periodo de las luchas por la Independencia, con el riesgo y la valentía de perder la
vida en un acto de armas, lo hicieron sin mucho preámbulo, dos campesinas, (dos jóvenes
que vivían en el campo, no precisamente, eran trabajadoras agrícolas), se lanzaron a la
lucha en los movimientos independentistas, eran, María Feliciana de los Ángeles Miranda
y su hermana Manuela Miranda, que se encargaron de propagar las ideas libertarias en la
zona de Sensuntepeque y liderando la conocida insurrección de la Piedra Bruja46 del 29 de
diciembre de 1811.
Ellas capitaneaban el movimiento armando seguidas por hombres del entorno. Era una
angélica diana, vestida con grandes faldones, dirigiendo el contingente de hombres que con
éxito se tomaron el cuartel y la plaza d armas. María Feliciana tenía unos ojos inmensos, que
le daban belleza singular, no obstante, por tener conciencia de la realidad fueron capaces de
tomar las armas y querer cambiar el esquema estructural.
Ambas fueron capturadas y condenadas a sufrir 100 latigazos, dando como resultado la
muerte de María Feliciana al año siguiente.
No existía ley positiva alguna que limitara a la mujer en el desarrollo de las artes. No
obstante, las costumbres sociales que tenían sus diferentes tonos de acuerdo al nivel social,
restringían la participación. Eran costumbres elásticas. La poesía, prosa, pintura y teatro, era
parte de la adquisición de una clase social dominante que la había conquistado a partir de
los recursos económicos que les permitía, la adquisición de libros, dominio de otro idioma,
el francés, por ejemplo, como lengua de distinción, viajes, obtención de instrumentos
musicales que dieran gracia, y elegancia.
De tal manera, que no toda la mujer salvadoreña, podía escribir porque había un gran
índice de analfabetismo, y en los círculos donde los niveles económicos y de oportunidad
le permitía llegar a incursionar algunos grados de primaria, no se dedicaban a las artes,
pues era primordial aprender un oficio. O estar preparada para un buen matrimonio. Los
resultados en El Salador de mujeres escritoras es extremadamente bajo, y según algunos
comentaristas47, la calidad, no soportaba una buena crítica.
46 Petroglifos en territorio de Sensuntepeque
47 “Las antologías de la literatura de fin de siglo de tipo Guirnalda y Parnaso parecen indicar que la producción
femenina fue escasa, pues no se mencionan más de dos o tres poemas dignos de ser publicados, según los criterios
de los compiladores.” (Fuente: LAS ESCRITORAS SALVADOREÑAS A PRINCIPIOS DEL SIGLO XX: EXPECTATIVAS Y
PERCEPCIONES SOCIO-CULTURALES Dra. Sonia Priscila Ticas, Profesora de Lengua y Literatura Latinoamericana.
Linfield College, Oregon USA “No es sorprendente observar cómo aparecen las mujeres en esas clásicas historias. En
algunas simplemente son invisibles y, además, su ausencia ni se menciona. Otras reconocen la existencia de mujeres

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Rubén Darío No. 3
En Centro América
Sin embargo, la predisposición se imponía y surgieron muy pocas poetisas; pero ante
las realidades de la vida, más que todo en los varones, que, aunque tuvieran problemas
económicos porque nadie como y muchos menos se enriquece con poesía, se dedicaban a
escribir; y un vehículo para hacerlo con réditos era el periodismo. ¡Se manifestaban!
Periodismo y liberalismo, estuvieron de la mano en todo el proceso de formación de las
repúblicas americanas, y por medio del oficio se lograban mejores oportunidades. Los
periodistas, era gramáticos, filólogos, investigadores, grandes lectores, lo que permitía la
creación de pequeñas bibliotecas. Con las diferencias muy puntuales que Darío definiría en
el oficio, pue no era lo mismo un reportero al estilo americano que un croniqueur franҁais.
Una relación ética-estética. “Porque cualquier principiante, cualquier vago que busca salida
de su farniente (no hacer nada), toca las puertas de periodismo y corrompe lo sagrado.”48
Los periodistas eran hombres de pensamiento. Creadores de opinión pública. Conductores
de pueblos. Rafaela Contreras, tuvo un padre de esa naturaleza. Un liberal ortodoxo Escribir
bien o escribir como lo hacían las señoritas Goyena en León, que hasta tenían y externaban
opinión política, por esa misma elasticidad del modelo, no fue nada dificultoso ni prohibido
para Rafaelita Contreras.
Un día se apareció en las oficinas de “La Unión.” El objetivo de la visita, ser una colaboradora
con sus cuentos. Entró en conversación con don Tranquilino Chacón, a quien le confió sus
inclinaciones por la literatura.
Fue a la “La Unión” Rafaelita Contreras Cañas, convertida en una señorita atractiva,
levemente fornida e interesante. “Es la mujer ideal del ensueño largo tiempo acariciado, la
dama que se yergue como una flor, con su falda de brocatel, cual pintada por el viejo Tintoreto49”
(..)”Su rostro de niña”. Darío no la vio en esa oportunidad.
En uno de esos saraos de León inventados por su tía Rita, el joven poeta, la mira por
primera como una niña en el año de 1876. El poeta niño cifraba 9 años, y, Rafaelita, 7. Un
segundo encuentro fue en 1882, cuando el trueno y el relámpago se habían apagado, con la
muerte de don Álvaro Contreras, en 1882, en la primera visita a El Salvador, Rafaelita tenía
13 años; y, Rubén 15.
que escriben y de musas; sin embargo, son incapaces de integrar esta presencia en una visión abarcadora de lo que es
o lo que hace la literatura en el contexto centroamericano. Como consecuencia de esta miopía histórica y de género, las
mujeres se vuelven apéndices, un capítulo al final de un libro, o un párrafo al final de un capítulo, como si el historiador
de repente recordara al otro sexo y en un gesto magnánimo las juntara al final, tratándolas como creadoras menores de
literatura, que hacen lo mismo que los hombres, aunque con menos maestría, o hacen cosas femeninas…” (Gold 2000: 14
48 Zambrana Fonseca, Armando – Prosa Crítica, Literaria y periodística. Cita de la ¨Prensa y la Libertad. Obras
Completas Afrodísio Aguado -
49 R. D. Los Raros. – Jean Moreas. Pág. 79

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No. 3 Rubén Darío
En Centro América
Él, apuesto poeta, laureado y director de un medio importante, ella, cándida, risueña,
morena, de baja estatura y no tan delgada. Miembro del círculo de personas importantes.
Su madre doña Manuela Cañas Hidalgo, era mujer delicada, de modales refinados pues
pertenecía a un sector de la clase media josefina con muy buena educación en portes; gustos
por el tocado y los trajes, delicadeza y prudencia, características básicas para navegar en los
mejores ambientes, de tal manera que, ante la aristocracia salvadoreña, no podía ser vista
como una mengala, o sea una mujer de pueblo, pero ataviada.
La elegancia al vestir la distinguía. Su hija Rafaelita, ya había participado a los 15 años,
como un personaje de “La Traviata” de Giuseppe Verdi. En el año “Azul” de 1888, ella es
titular de Geografía y Calistenia en la “Escuela Normal de Señoritas”. El gobierno liberal, había
introducido en la Reforma Educativa, la calistenia, y en especial en las escuelas normales,
para que sirvieran de modelo. Su hermana Julia se había casado con Ricardo Trigueros, hijo
de un banquero salvadoreño, don Manuel Trigueros, que en esa época acuñaba y respaldaba
la moneda circulante de El Salvador.
Por naturaleza, Rafaelita, tenía una vocación para las letras, la literatura y en 1890, es
redactora de una revista: “Ramo de Violetas, un medio de comunicación de las señoritas, que
querían expresarse con independencia.
Las colaboraciones en “La Unión” la hizo con varios seudónimos el más conocido fuer
Stella”, nada extraordinario, en esa época, cuando la mayoría de los escritores y periodistas,
lo utilizaban. Darío lo hizo también.
El 1º de febrero de 1890, II Año, No. 78, de “La Unión” Es publicado el cuento: “Mira la
Oriental” o “La mujer de Cristal” con el seudónimo de “Emelina”, y ocupando al menos 2/3 de
la página; tiene una nota introductoria que dice así:
“El cuento que a continuación verán, es obra de una inteligentísima dama de
esta capital, cuyo talento y alma brillante podrán juzgar los que lean este precioso
ensayo que con gusto publicamos, rogando a la amable colaboradora no eche al olvido
a “La Unión”
El cuento tiene una dedicatoria: “A Teresa Méndez de Meléndez”
Rafaela Contreras Cañas, había elegido “el cuento, este género delicado y peligroso”50que
en los últimos tiempos ha tomado todos los rumbos y todos los velos.” Se advierte en la nota,
que había que considerar, admirar, tomar en cuenta, lo que fuera, que la colaboradora era
una dama, lo que permite observar dos aspectos. Uno de ellos es que el periódico estaba

50 R. d. Los Raros – La Leyenda del Águila par Georges D´ Esparbés. Pág. 58

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Rubén Darío No. 3
En Centro América
abierto y enmarcado a las libertades que el liberalismo promulgaba. Segundo, que no existía
impedimento alguno para que una mujer pudiera expresarse en el medio.
Ya ha habido una reforma educativa con participación amplia de la mujer, y el cuento
mismo está escrito para presentar la astucia e inteligencia de una mujer para conquistar
a un hombre. Era tema muy atrevido en su época. Se debe de comprender que no era un
cuento para niños.
No obstante, hay que determinar un aspecto nada inocente de Rafaela Salvadora desde
la cronología. Darío había publicado el poema “Emelina” en “El Repertorio Salvadoreño” 5
de mayo de 188951- y Rafaela publica 1º de febrero de 1890, II Año, No. 78, en “La Unión” su
cuento oriental, como hemos visto antes. Diez meses después, de la publicación de Darío,
ella escribe con el seudónimo de “Emelina”
Emelina
“Amada, espera, espera.
Florecerá52 la luz en los altares,
Y al llegar la amorosa primavera
Te hallará coronada de Azahares.
Eres buena, eres casta;
Y Dios belleza y gracia darte quiso.
Para hacer de un hogar un paraíso
¡Oh, mi gloria y mi luz! con eso basta.

En “La Unión” Ano II, No. 102, del lunes 10 de marzo de 1890, Rafaelita Contreras Cañas,
le han publicado un cuento llamado “Reverie”53
Reverie

Una tarde del mes de mayo, de aquellas tardes que sonríen, que ostentan un
cielo azul, sereno y despejado, cuando los rayos postreros del sol lanzaban sobre la
tierra su reflejo trémulo, hallábame yo triste, sin saber por qué, contemplando tan bello
panorama. Mi solitario jardín, cubierto de perfumadas flores, de palmeras gallardas
51 R. D. Opus Cite. Existe la posibilidad que el poema hay sido escrito en 1885. Méndez Plancarte. Pág. 157.
52 Nota: Méndez Plancarte, señala que hay otra versión y señala a estudiosos como Julio Saavedra Molina, y al
Dr. Riginio E. Boti – Florezca - Florecerá
53 Vocablo de origen inglés que significa “un estado de tener, pensamientos agradables de ensueño” Diccionario
Cambridge. He was lost in reverie until he suddenly heard someone behind him.

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No. 3 Rubén Darío
En Centro América
y de lánguidos sauces y cipreses; poblado por bandadas de aterciopeladas mariposas,
que en loco torbellino volaban en torno a las rosas; viendo de cuando en cuando los
pájaros, que columpiándose en las ramas de los árboles, mecidas por la brisa, daban al
viento su canto, -triste unas veces como un lamento, alegre otras, como la risa perlada
de un ángel, que cruzara volando el espacio- parecía llamarme a su recinto a meditar
junto al perfumado rosal o a confundir mis lágrimas con las perlas que arrojaba el
surtidor en la fuente, que murmuraba tiernas canciones en el centro del jardín.
Entré en él y fui a sentarme al pie de un sauce, al que rodeaban multitud de violetas
y adormideras. Corté algunas de aquellas, símbolo de la modestia, cuyo perfume suave
y dulce al mismo tiempo, penetraba en mi corazón, llenándole de melancólico placer, y
las coloqué sobre mi pecho. Allí, sentada, respirando en la soledad, empecé a meditar en
la paz y dulce tranquilidad de las tumbas, que posan eternamente, escuchando tan sólo
el lúgubre son del cierzo en las ramas del ciprés y el sauce, sus únicos amigos. Pensando
en esto, fuime quedando dormida. Pero rato después, soñé que un ángel agitaba sus
alas, volaba cerca de mí y su aliento, al rozar mi faz, la helaba, y también mi corazón.
Después, posó sus manos en mi frente y cubrióme con sus alas… Depositó luego un
beso en mis labios; y su aliento, -esencia de una violeta-, bañó mi rostro. Aquel beso
perfumado, dulce, sublime, me hizo lanzar un suspiro, y como que se desprendió mi
espíritu de mi cuerpo, se lanzó hacia las regiones del infinito. Y volando y volando con
mis blancas alas, que azotaban el viento, veía la tierra, aquella tierra donde tanto soñé,
como un punto negro, atómico y medio oculto en una vaga penumbra, en medio de
la grandeza infinita que contemplaba. Parecíame, al acercarme a los cielos, escuchar
dulces canciones, que en coro cantaban los ángeles en torno de Dios.
Llegó por fin la noche y al acercarme al solio de la Majestad, vi que aquellos seres
moradores de las altas regiones, cuyas canciones escuchaba, llevaban en la frente un
lucero, que, despidiendo su suave luz, bañaba la tierra, donde tantas veces contemplé
el temblor luminoso, en las mansas aguas de un lago, o en las ondas plateadas del mar.
Al verme entrar, agrupáronse millares de espíritus que me llevaron como en una onda
celeste, a los pies del Altísimo, que colocó su diestra poderosa sobre mi frente, haciendo
brotar en ella un lucero. ¡También yo!… Embriagada con mi felicidad, parecíame
escuchar como un leve murmullo, las voces de la tierra, cuando en ella percibieron mi
aparición en el profundo azul. Los amantes decían: - “Es el lucero que protege nuestro
amor”. Los que sufrían: - “Su luz nos trae la esperanza”. Los felices: - “Nuestra alegría”.
Los poetas: - “¡Nuestra inspiración!”. Acercóseme entonces un espíritu -el de un ser que
mucho amé y veneré en la tierra-, y me dijo con amoroso anhelo: -Has querido tener
alas, has querido que de tu frente emanase luz, me lo has pedido, y Dios, escuchando

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Rubén Darío No. 3
En Centro América
mis ruegos, te lo ha concedido. Ya lo tienes todo; has llegado hasta donde tu deseo
te puede llevar. ¿Eres feliz, hija mía? Yo no pude contestar, agité mis alas, tembló la
estrella de mi frente, lancé un suspiro de placer …y desperté.
Mi sueño había concluido y me encontraba bajo el peso de la realidad. La noche
había ya desplegado su manto; la brisa helaba mis sienes y me traía en sus alas ruido
cadencioso, del agua al caer en la ancha taza y los perfumes de las flores, entre los
que sobresalía el de las violetas. Las estrellas brillaban en el firmamento y con su luz
tranquila hacían más fúnebre aquel recinto, que en mi sueño creí la morada dulce y
serena de la dicha y de la paz de mi corazón. Levantéme, y tomando de mi pecho las
violetas que me había puesto al sentarme -único recuerdo de mi soñada felicidad- las
guardé en un relicario, donde aún las conservo.
Stella
En esa misma edición Rubén Darío escribió:

“UN MARCO HUMILDE”


“PARA UN LIENZO DE ORO”
En el inmenso París – antes de partir y en el mismo five o´clock de la bella
madame de Luҁon – allá donde conocí al pobre Jean de Luҁon, su esposo-, aquella tarde
se advirtió una cosa particular. Estaban de moda las orquídeas para los floreros, y las
azaleas para el pecho. Cerca del sillón donde Stella acostumbraba a sentarse, - ¿Quién
no lo sabía? Se veía una taza se Sévres54 llenas de violetas. Y ella, la adorable princesa
Stella tenía también prendido muy cerca del corazón, un ramillete de violetas.
¿Decís que queréis saber de la princesa Stella? Pues no os diré, sino que la
llamábamos así porque era dulce sideral y brillante como esas blancas y temblorosas
margaritas, que florecen de noche en el azul jardín divino. Oh tenía mucho denominados
en medio d esa ingenuidad maliciosa que a veces se convertía en una cascada argentina
de una charla vibrante.
En casa de madame de Luҁon, ella era la vencedora. Ni la princesa de Sagán, con
sus rarezas; ni la bella madame de Montbleau con sus tiernos ojos azules, que nadaban
en una humedad suavemente radiosa, ni la lira de madeimoselle, Claire tan casquivana
y elegante llamaba tanto la atención, como aquel aire extraño, aquella oscura y
54 Porcelana de Sévres, es una de las principales fábricas de porcelana europea, y se encuentra en la ciudad de
Sèvres, Francia.

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No. 3 Rubén Darío
En Centro América
relampagueante mirada profunda, y aquel gesto triunfador. Por eso la llamábamos as
Stella.
¡Conque las violetas! Cada cual forjó su novela en la cabeza.
En toda la reunión se conversó a sotto voce del asunto. ¡Qué significaban aquellas
violetas ¡
Penamos. Pensamos mucho. Nadie se dio por vencido, y, al retirarme después de
la alegría se hacía frases “Con las violetas de Stella”
Solamente jean de Luҁon no había desplegado sus labios. Con mi curiosidad
mujeril me acerqué a él. ¿Y bien Jean y las violetas?
Entonces me hablo de Stella Es un alma extraña original y radiante.
¿No lo sabéis? Pues después de nuestra pobre difunta gloriosa Jeane Thilda, no
hay quien como ella escriba cosas de “aquí.” Y Jean se tocaba el corazón. Es, como sabes
hija de un hombre ilustre en las letras. Ley del atavismo. En cuanto a tu curiosidad
sobre el ramo de violetas, no te dirá nada, porque poco sé, es su flor ¿Quieres saber
más? Pues a ella.
Pues a ella. Y fui y logré ser su confidente, saciando mis curiosidades. ¿Quieres
saciar la tuya, Oh lectora? Pues he aquí un cuento que entre saco de los que aparecerán
próximamente, en un volumen de Stella que publicara el editor Garnier.
Se titula Reverie
Sé que después de la publicación de ese primer libro en que este cuento que
contiene que dará al público Stella, una novela delineada y artística llena de femenilidad.
Ved enseguida el cuento.
Es muy interesante ver como desde ese inicio hay un interés muy noble por promocionar
a un nivel muy amplio a “Stella”. Hay en la nota-cuento, detalles biográficos, como, “Es, como
sabes hija de un hombre ilustre en las letras. Ley del atavismo” El personaje está rodeado de
exquisiteces, sillones, violetas, y una tasa de porcelana de Sévres. Acomoda con lenguaje
romántico, al gusto de las lectoras potenciales, y al final, la proyecta en una edición de

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Rubén Darío No. 3
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los Hermanos Garnier Editores55. Y por supuesto, un mensaje sublime que Rafaela supo
interpretar. 18 meses después de esta publicación Rafaela Contreras Cañas y Rubén Darío
estaría contrayendo matrimonio civil. Un 22 de junio de 1890.
***
El 18 de enero de 1890, “La Unión,” en el espacio que siempre ha ocupado el Editorial,
aparece:
“Hoy es el día del natalicio de nuestro amigo Rubén Darío, director de este
diario. Con tal motivo lo felicitamos cordialmente, en nuestro nombre y el de los demás
empleados de la Redacción. Deseando que hoy pase un día muy feliz y que goce de larga
y buena salud, consagrado al cultivo de las letras su numen admirable y privilegiada
inteligencia, para honor de las letras americanas.
Santiago I. Barberena
Tranquilino Chacón
Debajo del texto anterior, “La Unión” celebra con mucho entusiasmo una propuesta que se
ha realizado en la Península Ibérica, mediante unos artículos de los republicanos portugueses
entre ellos (Jaime) Magalhães Lima56 en que demuestra la necesidad y conveniencia de
España y Portugal de fundar una sola República Federal.

55 Los hermanos Garnier se sumaron a la iniciativa empresarial abordada por algunos libreros y editores franceses
a lo largo del siglo XIX, cuando el mercado bibliográfico de las antiguas colonias españolas en América se convirtió en
un suculento objetivo económico. Los trabajos de la editorial se convirtieron, con frecuencia, en el principal sustento
económico y en el vínculo fraterno de los escritores hispanohablantes afincados en Paris. (..) “Como recuerda R. Cansinos-
Assen, conoció a «los dos Machado, Manuel y Antonio)), cuando regresaban de París, «donde habían vivido unos años
haciendo traducciones para la Casa-Garnier, y tenida ocasión de conocer allí a Gómez Carrillo Rubén Darío y compartir
la bohemia literaria de los decadentes franceses. La editorial Garnier de París y la difusión del patrimonio bibliográfico
en castellano en et siglo XIX. Web.
56 Jaime de Magalhães Lima fue un filósofo, poeta, ensayista y crítico literario portugués nacido en Aveiro, el 15
de octubre de 1859 y fallecido en Eixo (Aveiro) el 26 de febrero de 1936. Se graduó en Derecho en la Universidad de
Coímbra en 1888. Discípulo de Tolstói en Portugal, tradujo varios de sus textos

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¡Honor a Magalhães Lima!
(fragmento)
¡Qué hace ese pueblo que duerme!
Decía blandiendo el acero en la oscuridad el 19 de septiembre el capitán Casero,
mientas los soldados le seguían, con los caballos al paso, Gritaban de trecho en trecho
¡Viva la República!
¡Que hace esa opinión que duerme! Repito yo ahora.
¡No ha oído a un insigne periodista portugués gritar en nombre del pueblo
republicano de su nación!
Queremos juntarnos con nuestros hermanos de España; queremos echar a
tierra las fronteras feudales; queremos consolidad la libertad y la integridad de nuestro
territorio bajo una República íbera invencible. (..)
Obviamente, el periódico era consecuente con sus ideales liberales, republicanos y
unionistas. Darío, por consiguiente, como Director, era consecuente de los tres principios:
Liberalismo, República y Unidad. Era bueno para Centro América, pues bien era bueno para
Portugal y España, así como para Francia al unir a su territorio a Lorena y Alsacia, de acuerdo
a Magalhanes Lima en el resto del artículo.

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En Centro América
***
“La Unión” año II No. 60. Lunes 20 de enero de 1890
La Fiesta del Sábado
_________
Cumpleaños de Rubén Darío
Con motivo de la celebración del XXIV aniversario del natalicio del señor Darío
los demás miembros de la Redacción de este Diario, le obsequiaron con un almuerzo en
el salón principal del Hotel Siglo XX.
El viernes por la tarde circuló entre veinticinco personas la siguiente tarjeta de
invitación:
Deseamos obsequiar a nuestro apreciable amigo y Director de nuestro Diario
“La Unión,” don Rubén Darío, mañana día de su cumpleaños, con un almuerzo en el Siglo
XX, nos damos el gusto de invitarlo a Ud., para que se sirva concurrir, anticipándole las
gracias por su deferencia.
Santiago I. Barberena Redactor en Jefe. = Tranquilino Chacón, Cronista. =
Roberto C. Bone 1er. Repórter
El Almuerzo
A las 12del sábado 18 ya estaban reunidos casi todas las personas invitadas, y
pocos minutos después dio principio el almuerzo.
Ocupaban el centro de la mesa el Señor Presidente de la Corte de Justicia,
Doctor Hermógenes Alvarado, y los señores Sub-secretarios de Estado doctorees D.
Francisco Arriola, D. Esteban Castro y Don Santiago Contreras. Seguían los señores
Gobernadores de los Departamentos d. Margarito González; el director del Instituto
Nacional doctor don Darío González, el Redactor de “Los Debates” doctor don pastor
Valle; el sub – Director de la Escuela Normal don Francisco Gamboa; el Redactor de “El
Municipio de El Salvador”, don Belisario Calderón; el Director General de Correos don
Salvador Carazo; el Redactor en jefe de “La Unión”, doctor don Santiago I. Barberena, el
obsequiado don Rubén Darío; el Dr. D. Hernán Prowe; el taquígrafo oficial don Gustavo
Ortega; don Ezequiel Saneho; don Roberto C. Bone y el infrascrito.
El señor General Juan J. Cañas, se excusó por medio atento telegrama de Santa
Tecla, donde tiene su domicilio.

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En Centro América

La Redacción de “La Unión”


A SU DIRECTOR DON RUBÉN DARÍO
Menú

Soupe D´huitre57
Consommeré
Chateau Iquem.
______
Poison

Bacalao a la Vizcaína 58
Pommes de Terre 59a la parisien.
Hochheiner
______

Entrées

Oeufs á la decadente60
Cotelette á la Víctor Hugo
Filete de Beouf a la chilienne61
Vins du Chili

57 Sopa de Ostra
58 Un plato del pueblo vasco, preferencial en la época de la Semana Santa.
59 Papas – o Patatas.
60 Huevos decadentes.
61 Carne de res (Vaca o buey) a la chilena.

Pág. 94 Bicentenario
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Rubén Darío No. 3
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Subercaseaux,62 Urmeneta63, Panquehue.
Deserts
Crëme Française, Fruits, Pätes, - Pudding.
Champagne Veuve Clicquot.64
____
Café

Los Brindis
“El señor Calderón, Redactor de “El Municipio Salvadoreño,” en nombre de los
redactores de “La Unión” ofreció el almuerzo al señor Darío, como una muestra de la
simpatía y del aprecio a que se ha hecho apreciado entre nosotros, y de la admiración
con que los salvadoreños han recibido sus producciones literarias.”
“Don Gustavo Ortega hizo luego una reseña general de los caracteres de la
literatura francesa; disertó sobre deferentes escuelas que se han disputado el predominio
de la filosofía y de las letras, y terminó proponiendo un brindis por el jefe de la escuela
naturalista de Francia.“
“Esto dio lugar a gran animación. Manifestaron sus opiniones sobre el particular
los señores doctores Hernán Prowe, Pastor Valle, Darío González, Hermógenes Alvarado
y Esteban Castro, todos terminaron felicitando al señor Darío por los brillantes triunfos
literarios que ha obtenido.“
“El señor ortega habló por segunda vez, en apoyo de las ideas que acababa de
emitir, y suplicó a la concurrencia se sirviera excusarlo por haber tratado un asunto
por el cual no están unificadas las opiniones.“

62 “El champaña era la bebida de rigor en los banquetes a la hora de los postres y de los brindis, pero también
podía reemplazar al vino a lo largo de la comida, como solían hacerlo algunos gourmets como el propio Julio
Subercaseaux y Agustín Edwards Mac-Clure.” VINOS EN CHILE DESDE LA INDEPENDENCIA HASTA EL FIN DE LA
BELLE ÉPOQUE** JUAN RICARDO COUYOUMDJIAN- Profesor del Instituto de Historia de la Pontificia Universidad
Católica de Chile.
63 Otro vino chileno de las uvas Cabernet y Sauvgnon. Vino Tinto del Valle Central.
64 Champaña de la Viuda de Clicquot.

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“Por último el señor Darío, con frases correctas y elocuentes, trató del movimiento
literario que se efectúa en el mundo moderno, y brindó por la fraternidad universal de
las letras, brindis que fue correspondido por la concurrencia con mucho entusiasmo.”
“Las conversaciones particulares se prolongaron hasta por la tarde. En todas
ellas se hacían honrosos comentarios de las obras de Darío, y gratos recuerdos de
la ilustrada y progresista República de Chile, en donde se dieron tantas muestras de
aprecio a los méritos del poeta centro-americano; lo mismo que por la actual y culta
sociedad salvadoreña. “
“Así terminó aquella cordial y amena fiesta d instrucción celebrada para
demostrar que nunca son estériles los esfuerzos del talento cuando se ponen al servicio
de los intereses de la patria y del progreso humano, como lo ha hecho el distinguido
escritor, señor Darío. “
TRANQUILINO CHACÓN
Indudablemente que el festejo estuvo con un grupo heterogéneo de personas. Funcionarios
de buen rango en el estado, y periodistas. Todos al parecer, tenía una muy buena formación
y conocían de las escuelas francesas en boga. El menú estaba hecho exprofeso. Se puede
deducir que, en el equipo de trabajo, hubo muy buena comunicación de parte de Darío, pues
en las conversaciones sobre sus experiencias en Chile, les dejó una muy buena impresión
de cómo disfrutó de las comidas y de sus vinos. El menú no solamente estaba compuesto de
vinos chilenos muy importantes, sino, en las denominaciones de las comidas, entradas etc.,
con nombres franceses. Al igual, se debe suponer, que habría expresado sobre su deseo de
viajar a Francia. “quería ver la Francia; niño aun, y ya tenía la nostalgia de París.”65
***
Darío está ocupado de muchas de sus responsabilidades, además de lo que tiene que
escribir en el periódico, está atento a las correspondencias del mismo, como las que llegan
de otros escritores. Rafaela Contreras Cañas, continúa publicando en “La Unión.” Es lógico
comprender que el Director lee los escritos antes que el Redactor y el “cajista” inicien el
trabajo de la impresión. Por tales circunstancias, ha estado leyendo los cuentos de una joven
que no conoce su nombre, y sus escritos están envueltos de encantos, castillos, piedras
preciosas, oro, esmeraldas, perlas, las grandes metrópolis, las bellezas del Danubio, París;
sus imaginadas colonias británicas en la India. Los fríos inviernos, nieves, rosas, jazmines,
Alhelíes y marqueses. También están en su péñola, la riqueza y la pobreza, en la contradicción
permanente del que todo lo tiene y el desposeído. El Director se ha interesado en saber
quién es.
65 R. D. Los Raros- Jean Moreas. Pág- 69

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Centroamericano
Rubén Darío No. 3
En Centro América
Al poco tiempo se publican «La turquesa» y «La canción del invierno». Con este último,
la autora permite que se publique su nombre. Así, Darío conoce su identidad e inician el
contacto personal. Don Tranquilino había sido fiel.
Cuando se da la oportunidad de saber quién la ha elaborado esos cuentos, es posible que se
haya sorprendido. Se desconoce a la fecha que situaciones pudieron llevarlos a un noviazgo,
pues ni la familia, ni el mismo Rubén, tampoco sus amigos escritores, hicieron referencias.
Para el encuentro es posible que los recuerdos hayan sido el inicio de una bonita
conversación; pudieron haber sacado a colación los temas de sus cuentos y los de “Azul”,
no se sabe si el ingenio del periodista funcionó en preguntas para llegar a la sensibilidad
poética de Rafaelita, o ella tomó la iniciativa para demostrarle interés.
Preguntas que se hacen necesarias y que permiten suponer unas respuestas que se
ajunten a los hechos reales, o los supuestos. Un noviazgo en a finales del siglo XIX, tenía
dos realidades en una sociedad muy dividida por la naturaleza del sistema económico, la
influencia ideológica del liberalismo; y el sostenimiento de la cultura religiosa con diferentes
grados de profundidad en todos los sectores de la población salvadoreña, obviamente, con
algunos aspectos muy particulares de la cultura; pero en comunión con las tradiciones y
costumbres en toda América Latina.
Un noviazgo o cortejo, era una práctica de las clases medias y de la aristocracia; la ubicación
social de Darío, era muy clara, e igual que la familia de la viuda de Contreras, doña Manuela
Cañas Hidalgo, además para ese entonces, suegra de un hombre de muy buenos recursos,
por ser un banquero.
La costumbre de un noviazgo se iniciaba con la solicitud expresa del pretendiente a la
familia de la joven, para contar con el permiso de visitarla con muy buenas intenciones
para el matrimonio. Las relaciones entre los novios eran muy delicadas. Una sala donde se
sentaban, bajo la mirada, de la madre, quizá no inquisidora, pero preventiva. Podía salir con
una chaperona a un paseo al parque.
La cultura posterior a la independencia y el advenimiento del progreso económico, la
construcción de parque como espacios lúdicos, permitía a las clases pudientes, el paseo
dominical después de misa. El parque permitía, la venta de productos de consumo. Había
glorietas o Kioscos con meriendas y bebidas; diversidad de productos a base de harina.
Se puede observar en las fotografías, las diferencias en los vestidos de las señoritas de las
mejores familias, y las de otra condición social e incluso, las indígenas, sentadas en las
aceras. Las bancas, las utilizaban los ancianos, y algunos novios. Lo más común era, caminar.

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No. 3 Rubén Darío
En Centro América
Las damas lo hacían hacia una dirección, y los caballeros, al contrario, para observar las
bellezas que estaban transitando. Además, tanto damas y caballeros lucían sus mejores
galas. Vestidos con encajes y bordados europeos. El estilo Charvet. Familias que viajaban a
los Estados Unidos, compraban los famosos “figurines” “Dress”, y la revista “Jenness Miller” de
la diseñadora Annie Jenness Miller, que impulsó un tipo de ropa cómoda a las necesidades,
así como un corseé, o un corpiño de cintura más grande. Las cabelleras, rizadas, flequillos
rizados en la frente, así como el cabello recogido en la parte superior de la cabeza. Podemos
observar esos detalles en las dos fotografías iconográficas de Rafaela Salvadora Contreras
Cañas.

Ese noviazgo fue visto en los ambientes donde ambos solían frecuentar; e incluso en los
festejos de la hija del Presidente, Teresa Méndez que, en una oportunidad estuvo viviendo
en León.

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Rubén Darío No. 3
En Centro América
Darío por su parte dice lo siguiente:
“Yo frecuentaba la casa de la viuda, y al amor del recuerdo y por la inteligencia sutil
y superiores dotes, de la otra niña, me vi de pronto envuelto en nueva llama amorosa. Ello
trascendió en aquella sociedad amable: “¿Por qué no se casa?” – Me dijo una vez el Presidente.
“Señor- le contesté-, es que pienso hacerlo enseguida.” Y, con el beneplácito de mi novia y de su
madre, me puede a tomar las disposiciones necesarias para la realización de mi matrimonio.”
Rafaela Salvadora no era una joven ilusa. Su romanticismo estaba ilimitado en los
personajes que creaba en sus cuentos. Su romanticismo personal tenía la reflexión razonada
ante la realidad. Delicada por la cultura de su medio; y, suspicaz ante el mundo, y desde su
naturaleza femenina tenía en sus manos, la rueca de Onfale, y el cinto de Cipria.
Tenía la indubitable capacidad de la creación y de trasmisión de sus ideas al plano de la
escritura y en el género del Cuento, por supuesto que estaba su inclinación fundamental en
la lectura. Un buen escritor, es el mejor lector. No necesita leerse todos los libros. Necesita
leer los mejores. ¿Había leído “Azul”?
Rafaela Salvadora como se ha indicado, publica por primera vez con el seudónimo de
“Emelina”: Mira la Oriental. Se puede ahondar en el cuento, sobre el interés de Rafaela por el
escritor que sin ninguna duda estaba incluido en las conversaciones familiares. El círculo o
medio donde Darío se desenvolvió en Nicaragua y su primera estancia en San Salvador, era
de gente muy bien informada, una realidad sociológica y antropológica del sector de clase.
Imposible que se ignorara el porqué de la presencia de Darío la primera vez en El Salvador.
Se ha visto, cuantos hombres de letras de origen nicaragüense vivían en El Salvador y la
influencia que tenían en los gobiernos liberales. Ninguno de ellos deseaba que se casara con
Rosario Emelina, pues conocían de muchos rumores por los amores furtivos con un político.
Conocían muy bien quién era ella y su hermano Andrés. Cotilleos o no, eran realidades las
consecuencias.
Rafaela Salvadora por su parte, conocía muy bien entonces de esos rumores. En una
sociedad tan pequeña, y en los círculos muchos más estrechos las especies en la boca de las
Famas eran muy eficaces, pues, “Occulta peccata sunt publica domain66”
Ella psicológicamente quería abrir un espacio de curiosidad en el poeta, absorbiendo

66 En Nicaragua, se ha trasmitido la especie de forma oral, del político que sostuvo amoríos furtivos con Rosario
Murillo Rivas, pero a la fecha, se sostiene en silencio en el medio intelectual. Más que por respeto a la señora Murillo,
es la consideración a Darío, pues sufrió en silencio la trampa a la que fue sometido, puesto que Andrés Murillo
conociendo la situación de su hermano y las consideraciones de la cultura y moralidad de la época, el único que podía
ser víctima de una artimaña era Darío. Se conoce que fue un Ex presidente, General ya mayor, y granadino.

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No. 3 Rubén Darío
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el modelo lexical dariano. Logra que se interese con la complicidad generosa de don
Tranquilino Chacón. El 10 de febrero en el No. 78 de “La Unión” le publican por primera
vez un cuento: “Mira la oriental” o, “La Mujer de Cristal” bajo el intencionado seudónimo
de “Emelina,” el cuento la “Reverie” el 10 de marzo en “La Unión” No. 102. El 22 de abril del
90, en el mismo periódico No. 131, publica “La Turquesa.” El 5 de mayo en el No. 142 ha
publicado “Humanzor” que quedó inconcluso. Cada mes publicaba. Pero su astucia femenina
había tenido éxito. En cuatro meses y medio Darío escucha el ruido de la “mujer de cristal,”
y se casa con la que había inventado el cuento.
El Doctor don Margarito González, “Coordinador Público”67, se presenta a las siete de la
noche al domicilio de doña Manuela Cañas Hidalgo, viuda de Contreras. Es la celebración
de la boda civil entre el Señor Don Rubén Darío y la señorita, Rafaela Salvadora Contreras
Cañas. El día 21 de junio de 1890. Sus testigos son los señores Doctor Tranquilino Chacón y
el escritor Francisco Gavidia.
Darío, “su traje es correcto, de intachable tijera” (..) “Cuerpo fuerte, bien erguido, manos
aristocráticas,” (..) “bigote bien cuidados” (..) “En resumen, nuestro poeta tiene un gallardo
tipo de caballero”68
“Ese día debería efectuarse en San Salvador, una gran fiesta militar, para la cual vendría las
tropas acuarteladas en Santa Ana y que comandaba el general Carlos Ezeta, brazo derecho, y
diremos casi hijo mimado del presidente de la República. Se decía que había querido casarse
con Teresa la hija mayor de éste. Si no estoy equivocado había disensiones entre Ezeta y algunos
ministros del general Menéndez como los doctores Delgado e Interiano, pero no podrí precisar
al respecto.
Es el caso que las tropas llegaron para la gran parada del 22. Esa noche debía darse un baile
en la Casa Blanca, eso es el Palacio Presidencial.
Se celebró en casa de mi novia la ceremonia del matrimonio civil y hubo un almuerzo al
cual asistió el General Ezeta. Éste estaba nervioso y por varias veces se levantaba a hablar con
67 “Acta Matrimonial- Margarito González, Coordinador Público, de este Departamento.
CERTIFICO: Que a las siete de la noche de este día, se autorizó por esta gobernación, el matrimonio civil del señor
Don Rubén Darío y Señorita Rafaela Contreras, el primero de veinticuatro años de edad, soltero, periodista, originario
de la Ciudad de León República de Nicaragua y vecino de esta Capital hijo legítima de don Manuel Darío, ya difunto y de
doña Rosa Sarmiento vecina de la misma ciudad de León; y la segunda de veinte años, soltera, de oficios domésticos,
originaria de San José, Costa Rica, y vecina de esta ciudad, hija legítima de don Álvaro Contreras, ya difunto y de Doña
Manuela Cañas, vecina de esta Capital. – Fueron testigos del acto los señores don Tranquilino Chacón, de veintitrés
años de edad, periodista y don Francisco Gavidia de veintiséis años, Profesor en Ciencias y Letras, y ambos de este
vecindario. Para los efectos de ley, extiendo la presente en San Salvador, a las ocho de la noche del día veintiuno de
junio de mil ochocientos noventa. Sello “Gobierno Político del Departamento...” Margarito González.
68 R. D. Los Raros – Jean Moreas – Págs. 68, 69

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Rubén Darío No. 3
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el señor Amaya director de Telégrafo y amigo suyo. Después de la fiesta, yo, fatigado, me fui
a acostar temprano, con la decisión de no asistir al baile de la Casa Blanca. Muy entrada la
noche, así entre dormido y despierto, ruidos de descargas, de cañonero y tiros aislados, y ellos
no me sorprendió, pues supuse vagamente que aquello pertenecía a la función militar. Más
aún, sería ya la madrugada, cuando sentí ruidos de caballos que se detenían a la puerta de mi
habitación, a la cual se llamó, pronunciando mi nombre varias veces. “Levántate” –me decían-,
está tu amigo el general Ezeta” Yo contesté que estaba demasiado cansado y no tenía ganas
de pasear, suponiendo desde luego que se me invitaba para un alegre y báquico desvelo. Sentí
que se alejaron los caballos.
Por la mañana llamaron a la puerta de nuevo; me levanté, abrí y me encontré con una criada
de casa de mi novia o mejor dicho de mi mujer. “Dicen las señoras – expresó- que están muy
inquietas con usted, suponiendo que le hubiese pasado algo en lo de anoche” “Pero, ¿qué ha
ocurrido?” – le pregunté- “Que ya no es Presidente el general Menéndez, que le han matado” “Y
quién es el Presiente entonces?” “El general Ezeta”. Me vestí y partí inmediatamente a casa de
mi esposa. Al pasar por los portales vecinos de la Casa Blanca encontré unos cuantos cadáveres
entre charcos de sangre. Impresionado entré al café del hotel Nuevo Mundo a tomar una copa
y me senté. En una mesa cercana había un hombre con una herida en el cuello, vendada con un
pañuelo ensangrentado. Estaba vestido de militar y bastante ebrio.
Sacó un revólver tranquilamente me apuntó: “Diga, ¡Viva el general Ezeta!” “Sí, señor – le
contesté- “Así se hace” – exclamó. Y guardó su revólver.
Tomé mi copa y partí inmediatamente a buscar a mi mujer. En su casa se me narró lo que
había sucedido. Durante la noche, mientras se estaba en lo mejor del baile presidencial, donde se
hallaba la flor de la sociedad salvadoreña, quedaron todos sorprendidos por ruidos de fusilería
y se notó que el palacio estaba rodeado de tropas. Un general, cuyo nombre no recuerdo, había
penetrado a los salones e intimó con orden de prisión a los ministros que allí se encontraban.
El Presidente general Menéndez se había ido a acostar. La confusión de la gente fue grande,
hubo gritos y desmayos. A todo esto, se le había ya avisado al general Menéndez, que se ciñó
la espada increpo duramente al general que llegaba a comunicarle también orden de prisión.
Entretanto, la guardia presidencia se batía desesperadamente con los sublevados. Teresa la
hija mayor del Presidente gritaba en los salones “Que llamen a Carlos, él tranquilizará todo
esto y dominará la situación” “Señorita – le contestó alguien- es el general Ezeta en que se ha
sublevado”
El Presidente había abierto los balcones de la habitación y arengaba a las tropas. Aún se
oyó un vivo al General Menéndez, pero éste cayó instantáneamente muerto. Fue llevado el
cuerpo, y los médicos certificaron que no tenía ninguna herida. Al darse cuenta que Carlos

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Ezeta, a quien él había querido como un hijo, enriquecido y a quien había hecho toda clase
de beneficios, a quien había enriquecido, a quien había puesto a la cabeza de su ejército, era
quien lo traicionaba de tal modo, el pobre Presidente que era cardiaco, según parece, y sufrió
un ataque mortal. El cadáver fue expuesto y el pueblo desfiló y se dio cuenta de la verdad del
hecho.
“Qué piensas hacer” - me dijo mi esposa. “Partir inmediatamente a Guatemala, puesto que
hay un vapor en el puerto de La Libertad. Salí a dar los pasos necesarios para el arreglo rápido
de mi viaje y en el camino me encontré con alguien que me dijo: “el General Ezeta desea que
vaya dentro de una hora al Cuartel de Artillería” Cruzaban patrullas por las calles. Unos
cuantos soldados iban cargando con cajas de dinero. Una hora después estaba yo en el Cuartel
de Artillería, que estaba lleno de soldado muchos de ellos heridos. Un tropel de jinetes. Llegó el
General Ezeta rodeado de su Estado Mayor. Se nota que ha bebido mucho. Desde el caballo se
dirige a mí que me entienda con no recuerdo ya quien, para asuntos de publicidad sobre el nuevo
estado de las cosas. Yo salgo y prosigo mis preparativos de partido; escribo una carta al nuevo
Presidente manifestándole que un asunto particular de especialísima urgencia, me obliga a
irme inmediatamente a Guatemala; que volveré a los pocos días a ponerme a sus órdenes. Y me
dirigí al puerto de La Libertad. En el Hotel estaba cuando el comandante del puerto se apareció
y me dijo que de orden superior me estaba prohibida la salida del país. Entonces empecé por
telégrafo una campaña activísima.me dirigí a varios amigos se interesasen con Ezeta y recurrí
a la buena voluntad masónica de mi antiguo amigo el doctor Rafael Reyes, íntimo amigo del
improvisado presidente.
El vapor estaba por zarpar, cuando por influencia de Reyes el comandan te recibía órdenes
de dejar que me embarque; pero junto conmigo iba ya persona que observase y procurase
conocer el fondo de mis impresiones y sentimientos sobre los sucesos acontecidos. Era un señor
Mendiola Boza, cubano de origen. Natural que me manifesté ezetista convencido, el hombre lo
creyó o no lo creyó, pero cumplió con su misión.”
Hay un detalle muy significativo de esta unión matrimonial, y un posible significado
ulterior, en el que forma un círculo por las políticas y guerras generadas después de lo que
se llamado independencia. Doña Manuela nació en Nicaragua, hija de don Manuel Antonio
Cañas Avendaño y de Ana Josefa Hidalgo Muñoz de la Trinidad. Emigraron a Costa Rica donde
residía la familia de don Manuel, y se le ha vinculado a los Cañas, “lo cual la emparenta con
destacados personajes históricos y políticos como lo son Juan Manuel de Cañas Cañas-Trujillo
y Sánchez de Madrid quién fue el último gobernador de la provincia de Costa Rica, también
con José María Cañas Escamilla más conocido como el General Cañas, quien es un personaje
histórico importante ya que fue el “capitán en el frente del ejército costarricense, durante la

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Campaña Nacional de 1856-1857, que enfrentó a las naciones centroamericanas contra los
filibusteros de William Walker. Declarado por la Asamblea Legislativa como Defensor de la
Libertad de Costa Rica”.69
Sus hijas nacen en Costa Rica, viajan a Nicaragua, por las mismas razones de la lucha política
e ideológica de su esposo. Su hija se casa en El Salvador en matrimonio Civil y en Ciudad de
Guatemala en boda eclesiástica, su hijo nace en Costa Rica, y ella muere en El Salvador. Es
una cinta que lleva elaborada una historia de las familias involucradas en los temas políticos
y culturales. Ella, Rafaela Salvadora, al igual que las dos heroínas salvadoreñas, ha sido
reivindicada por mujeres que se han dedicado a descubrir en la historia de Centro América,
a las que han hecho patria y que sus memorias han sido veladas por la cultura. Pero, Rafaela
Salvadora Contreras Caña, alumbra la labor del Modernismo en Centro América en su figura
femenina, y se debe hablar del movimiento literario en América y España considerando
su trabajo primigenio en las letras femeninas del continente. Naturalmente que son dos
producciones Darío y Rafaela, que de suyo cada una tiene los méritos y valores muy
particulares.

69 Repertorio Bio-bibliografíco de Rafaela Contreras Cañas. - Valeria Calvo Chaves Sandra Martínez Gómez
Hillary Zúñiga Araya. - noviembre 2017. universidad de Costa Rica Facultad de Educación Escuela de Bibliotecología
y Ciencias de la Información.

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ACTA DE MATRIMONIO DE
RUBÉN DARÍO Y RAFAELA CONTRERAS

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DARÍO EN GUATEMALA
-PRIMERA ESTANCIA- 1890

Guatemala 30 de junio de 1890-


Se conoce que la estancia de Darío fue en tres ocasiones en Guatemala. La
primera estadía duró entre junio de 1890 y agosto de 1891. La segunda estadía duró
poco más de un mes en el año 1892 y la tercera duró aproximadamente siete meses en
1915: “siete meses en 1915, aun cuando en esta última su salud ya estaba gravemente
afectada por la enfermedad que lo llevaría al sepulcro menos de tres meses.
Con mucha serenidad, ha logrado embarcarse en el vapor rumbo al norte. Llegar a Puerto
San José, como viajero, suma millas desde su viaje a Chile de ida y vuelta hasta El Salvador
otros cientos más. Todos sobre la mar Pacífica. El vapor “San Blas” con una buena cantidad
de pasajeros que estuvieron esperando en sus camarotes; otros abordando y, algunos
asustados, comentan los sucesos de la capital y de los controles militares en los demás
departamentos de país. El vapor leva anclas.
Darío no ha podido estar en la cubierta con tranquilidad sin ser abordado por las tardes
o en los almuerzos por un cubano espía al servicio del militar culpable del Coup D’état. Un
veterano militar de las guerras contra los españoles en Cuba.
Vistas las costas de Escuintla, se avisó que pronto estarían llegando al Puerto. El puerto no
era nada cómodo. Frente a su vista estaban una larga playa de arenas calientes, un cortinaje
de palmeras y platanales al fondo, hoteles o posadas, nada recomendables. Una terrible y
escalofriante descenso a tierra. Desde una grúa ubicada en la proa colgaba una especie de
canasto de hierro donde cabían cinco personas. Turnos de cinco hasta bajar todos a tierra.
Felicidad era si la mar estaba calma, pues picada, la angustia de los pasajeros era terrible,
sobre todos para las damas y sus hijas. Darío bajó y luego otra grúa más rústica, bajaba los
baúles. Se viajaba con baúles y cofres. Aglomeración de gente y de reclamos. Luego buscar
la estación del ferrocarril.
La línea férrea recién inaugurada con una pequeña locomotora y sus cuatro vagones de
pasajeros, y unos cuantos más de carga, hacía el recorrido desde el puerto hasta Ciudad
Guatemala. Nada de los elegantes vagones de Santiago – Valparaíso, ni la elegancia
europeizada de los pasajeros.

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Sus únicos contactos son los periodistas de “El Imparcial,” sin embargo, el Licenciado
Francisco Lainfiesta, no se había olvidado de quien era el joven poeta que conoció en
Sonsonate y compartió el almuerzo; y no solamente eso, sino que, lo había recomendado
al Presidente Menéndez para dirigir el periódico unionista. Era una esperanza en tierra
chapina.
El caso de la amistad con Lainfiesta, deber de entenderse que no era por una larguísima
relación familiar e intereses políticos y económicos, características de las familias
guatemaltecas. Una amistad circunstancial, o interesada por los dones de Darío que pudieran
estar al servicio de la causa liberal. Así fue el caso de “la Unión”. Una amistad reducida a la
admiración por el joven poeta con características que fueron advertidas por hombres de
letras que no eran profanos. Lainfiesta, no se comprometía por ello, a ampliarle el circulo
con sus amistades. Darío goza de una amplitud en el medio de sus iguales entre poetas e
intelectual del periodismo, que estaba en el nivel de clase media.
El capital guatemalteco para entonces estaba en las tradicionales familias y los capitalistas
emergentes. Un grupo importante era el de los migrantes que desde mediados del XIX,
iniciaron una carrera de trabajo y acumulación. Francisco Lainfiesta Torres era hijo del
español Francisco de Infiesto y de la salamanteca Eulogia Torres, ambos comerciantes. Se
casó con Luz Marure Saravia, hija del insigne historiador guatemalteco Alejandro Marure;
bien podemos vincularlo que había un fuerte lazo con la cultura e historia; con los aspectos
de la economía y capitales, tuvo un papel importante en el gobierno de Justo Rufino Barrios.
Esto debido a que se le encargó la tarea de hacer grabar los billetes de papel moneda para
el Banco Nacional de Guatemala. Bien se entiende que, no era de abolengo, no pertenecía a
la aristocracia guatemalteca, pero sí a los hombres y familias liberales de poder político y
económico. Cuando Darío se encuentra en Guatemala, Lainfiesta, tiene, 47 años. Un hombre
joven.
Esa realidad social y económica guatemalteca daba como resultado, esa tensión permanente
de los capitales tradicionales vinculados al conservatismo y los capitales emergentes de los
liberales y cuyo reflejo estaba en los procesos electorales y en las leyes.
También se encontraban en Guatemala algunos nicaragüenses intelectuales, y pro hombres
como José Joaquín Palma que ya había estado en Nicaragua, y conocía a Darío en su primera
juventud. Asimismo, el gran maestro masón José Leonard que lo orientó en la masonería.
Conociendo un poco de historia, la Capitanía General de Guatemala había sido constituida
en la capital del resto de las provincias por razones administrativas, pues para la Corona
durante el período colonial, ese territorio, no tenían mucha importancia como lo tenían los

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virreinatos. Por razones de fidelidad y control, las autoridades peninsulares mantuvieron
por siglos el control en manos de familias de ese origen.
Los criollos no tenían acceso a la administración, pero se constituyeron en los amos y
señores de la economía colonial y hubo una diferencia muy clara entre los conquistados y
los descendientes de los conquistadores que bien lo explica en don Francisco Antonio de
Fuentes y Guzmán, heredero de Bernal Díaz del Castillo. Establecía en su libro “La Recordación
Florida”70 que había sido educado mantenido alejados a los indígenas a los que no se les
debía dar confianzas. Esa realidad aún, no ha sido superada, y ahora por razones que se
han incrementado desde la independencia. A esa realidad se sumaba la de los ladinos. A la
fecha el ministerio de educación de Guatemala define al ladino de la siguiente manera: “La
población ladina ha sido caracterizada como una población heterogénea que se expresa en
idioma español como idioma materno, que posee determinadas características culturales de
arraigo hispano matizadas con elementos culturales indígenas y viste a la usanza comúnmente
llamada occidental”. Es definición no la extrajeron de una chistera, por supuesto es una
definición antropológica y sumamente clara de un personaje que surge de la mezcla entre
españoles e indígenas, que no se le quiere por no ser español y por el otro lado, tampoco,
por no ser indígena. Darío por supuesto, visto desde la aristocracia y desde los blancos
guatemaltecos, era un ladino.
Esa realidad se mantenía en 1890. Un dominio de las clases herederas del repartimiento.
Fuentes y Guzmán es el prototipo de Criollo que constituyó su patria y que muy claro está
estudiada y descrita por Severo Martínez Peláez, en “La Patria del Criollo.” Guatemala se ha
mantenido en un permanente contienda que según Héctor Díaz Polanco:71 “una problemática
étnico nacional se presenta históricamente como una relación conflictiva entre el Estado
y agrupaciones humanas que mantienen ciertas lealtades elementales y cierta identidad
propia.” La visión agraria del criollo era muy diferente a la del mestizo. Se quería mantener
una visión agraria colonial de grandes haciendas improductivas, pero con la satisfacción
del dominio y propiedad; obviamente esto tendría que cambiar con la visión de las finca
productivas, pequeñas o medianas, en manos de ladinos e identificados ideológicamente
con el liberalismo.

70 La Recordación Florida es un documento histórico escrito por Francisco Antonio de Fuentes y Guzmán en
1690, basado en investigaciones propias del autor y del libro de Bernal Díaz del Castillo Historia verdadera de la
Conquista de la Nueva España, que se concentra en el desarrollo histórico de Guatemala desde la Conquista hasta el
siglo XVII.
71 “La Construcción social del ladino en el proyecto hegemónico guatemalteco (S.XIX)” Cita hecha por GABRIELA
ARGENTINA GRIJALVA MENÉNDEZ.

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Las Reformas Liberales de 1871, trastocaron el establecimiento conservador que
ideológicamente y económicamente habían heredaron los hijos de los Aycinena. Tanto
militar, político como religioso. La contradicción era permanente, así como la división social.
Miguel García Granados y Justo Rufino Barrios iniciaron una revolución armada que entró
triunfante el 30 de junio de 1871, luego que el mariscal José Víctor Zavala entregara la
capital para evitar la destrucción de la misma. Días posteriores llegó emigrado de Nicaragua
el joven ex alcalde de Managua, José Santos Zelaya, y además de graduarse en la Academia
Militar estuvo de asistente de Barrios en la casa presidencial. Se podría decir que tuvo una
pasantía, pues todas las reformas de Barrios las introdujo en Nicaragua después de 1893.
El 30 de junio de 1899, entra Rubén Darío a Guatemala y la capital está tensionada.
Hay movimiento militar y celebración por la efeméride de la Revolución denominada
“La Reforma”. Hay muchos exiliados salvadoreños al amparo del gobierno del Presidente
que había sido un gran amigo del General Francisco Menéndez. Cuando Darío llega se ha
pronunciado el Presidente:
Manuel Lisandro Barillas, General de División y Presidente Constitucional de la
República de Guatemala,
CONSIDERANDO: que a causa de los últimos sucesos acaecidos en El Salvador, el
Gobierno de Guatemala tuvo que colocar una parte de su ejército en la frontera, con la
única mira de velar por la paz y de guardar el orden público amenazado con motivo de
aquellos sucesos; que a pesar de las protestas de paz de Guatemala y de haber agotado
todos los medios posibles para conseguirla, la fuerza del vecino Estado ha invadido
el territorio nacional y hecho, por diferentes medios, injustas provocaciones contra el
pueblo de Guatemala; y que es el caso de que la Autoridad Suprema haga respetar la
integridad del territorio y los sagrados derechos de la República, siendo obligación del
Poder Ejecutivo defender la independencia y el honor de la Nación y la inviolabilidad
de su suelo:
POR TANTO:
En Consejo de Ministros, decreto:
Artículo 1o.- Guatemala acepta la injusta guerra que se le ha provocado por
el gobierno de hecho establecido en El Salvador, y declina la responsabilidad de las
funestas consecuencias que en las personas y responsabilidades se ocasionen, en los
individuos que han promovido la fratricida lucha que hoy existe entre ambos pueblos.
Artículo 2o.- El Ministro de la Guerra queda encargado del cumplimiento de

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este decreto y de dictar las medidas más enérgicas y convenientes a efecto de proveer a
la defensa y de llevar a término las operaciones militares que el estado de guerra exige.
Dado en el Palacio del Poder Ejecutivo: en Guatemala, a veintidós de julio de mil
ochocientos noventa.
Manuel Lisandro Barillas
El secretario de Estado en el Despacho de la Guerra: C. Mendizábal.
El nicaragüense irresoluble e infidente, don Alejandro Miranda72 al servicio del Presidente
Barillas, escribió en sus memorias los siguiente:
“Por el cuartelazo de los Ezetas en El Salvador, el Gobierno de Barillas les declaró
la guerra, y un ejército como de diez mil hombres marchó sobre El Salvador; pero sin
ningún entusiasmo, dando por resultado que en el primer encuentro en Parajegalán,
fue derrotado completamente. Luego intervino el Ministro yanqui y se firmó la paz.
Aquello fue como una especia de ópera bufa, que daba la medida del desgobierno de
la época. Cuando desfilaban por las calles de la capital las tropas derrotadas, Lola
Montenegro, parada en una esquina, decía: esto es debido a que abundan las gallinas y
faltas los huevos. Pocos días después de esto, ocurrió una manifestación tumultuosa de
las gentes del Mercado contra los billetes del Tesoro Público, a los que designaban con
al nombre de guacamoles, porque eran verdes y nadie quería recibirlos ni por la mitad
de su valor.”
Pero además agrega:
“Don Manuel Lisandro Barillas, en la Presidencia de Guatemala, era una especie
de Felipe IV de España; pero sin la afición de aquel a las letras. Mucho le agradaba
distribuir favores a los poetas y escritores. De los libros de la Centralización de Cuentas,
yo saqué entonces los siguientes datos, de los sueldos que se pagaban en la Tesorería
Nacional a los escritores de aquel tiempo así:” 73

72 Miranda, Alejandro- Una Odisea en Centro América. - 1861-1937 - translated, edited and annotated by Stuart
Witt with a historical essay by Jordana Dym illustrated by John Ashton Golden. 2005.-
73 Se ha agregado al detalle de Miranda, la identificación de los

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Rubén Darío No. 3
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A Valero Pujol: Valerio Pujol (Borja, José Leonard Bertholet: fue un escritor,
Zaragoza; 1837 - Ciudad de Guatemala, periodista y pedagogo polaco-español.
1915) fue un filósofo, historiador, Masón. Dirigió el Instituto Leonés de
periodista, economista, catedrático, y Occidente, una institución de enseñanza
escritor español. laica, nombrado en 1881 por el propio
$440.00 presidente Zavala, como el ilustre poeta
Rubén Darío recuerda en su Autobiografía.
$ 200.00
Federico Proaño Márquez: Federico
Proaño Márquez. Vivió para el periodismo, José Joaquín Palma: José Joaquín Palma
fue periodista de profesión. En los veinte Lasso (Bayamo, 11 de septiembre de
años que fueron desde 1874 hasta 1894 1844-Ciudad de Guatemala, 2 de agosto de
fundó y mantuvo con diversas suertes 1911) fue un poeta, profesor, diplomático
ocho periódicos en cinco países diferentes y periodista cubano,
$ 150.00 $150.00
Joaquín Méndez: Joaquín Méndez.
Poeta, periodista, político y diplomático Rubén Darío
guatemalteco. Fue director de la Tipografía $ 840.00
Nacional de Guatemala
$ 500.00
Demetrio Viana – Escritor colombiano Adolfo Vendrell: A partir del decreto
$100.00 N.º 471, se estableció el Instituto Agrícola
de Indígenas temporalmente en la finca
«Aceituno» el 30 de octubre 1894 bajo la
dirección de Adolfo Vendrell, quien era
también el profesor de agricultura práctica.
$ 200.00
Manuel Coronel Matus: nicaragüense, Lorenzo Montufar: (Ciudad de
Liberal doctrinario. Padre de José Coronel Guatemala, 11 de marzo de 1823-ibídem,
Urtecho. 22 de mayo de 1898) fue un diplomático,
político y abogado guatemalteco.
$100.00 Consumado orador y líder, fue partícipe
importante del gobierno liberal del
general Justo Rufino Barrios.
$600.00

Bicentenario  Pág. 111


Centroamericano
No. 3 Rubén Darío
En Centro América
Agustín Gómez Carrillo: Agustín José Antonio Mandujano
Washington Gómez Carrillo (Guatemala, $100.00
24 de febrero de 1838 - 7 de mayo de
1908) fue un jurisconsulto e historiador
guatemalteco
$100.00
Ramón P. Molina: El Himno Popular de José Ernesto Zelaya
Guatemala  fue una composición escrita 100.00
por Ramón Pereira Molina, en 1879
100.00
Manuel Lemus (Filiu) Parece ser el pintor Carlos J. Valdez
español- $ 160.00
100.00

Carlos Selva (subvención a su Diarito en Enrique Gómez Carrillo: Enrique Gómez


Nicaragua) Tible, más conocido como Enrique Gómez
$ 300.00 Carrillo (ciudad de Guatemala, 27 de
febrero de 1873 - París, 29 de noviembre
de 1927), fue un crítico literario, escritor,
Augusto Mulet de Chambó: Para fundar periodista y diplomático guatemalteco.
y sostener un Periódico en París, después Escribió alrededor de 80 libros
de que suprimió “El Imparcial” $ 1,500.00
(Para que escribiera en Madrid) $125.00

“Total, mensuales $ 5,965.00 salían del Erario para los escritores que sostenían aquel Gobierno inepto,
desde todo punto de vista.” (Miranda)

Darío llega en un estado de guerra. El Presiente General Lisandro Barillas era un hombre
que prodigaba a los intelectuales. Otros lo consideraban un manirroto, y obviamente otros,
un hombre sensible. Lo cierto es que entregaba dinero para buscar, como se diría hoy “buena
prensa. También era uno de esos mandatarios que se rodeaban de talentos.
Durante los gobiernos militares y dictadores en Centro América se llamó a más de uno:
Déspota ilustrado. Estos generales tenían la mayoría de ellos una cultura que se derivaba
de las exigencias de la ideología liberal. Así, hemos visto como el General Menéndez,
ideológicamente su par, era un hombre de letras que amparaba a los intelectuales. Tales
consideraciones fueron razón suficiente para que al enterarse de la llegada de Darío lo
enviase a llamar.
Que dice Rubén en su autobiografía:

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Centroamericano
Rubén Darío No. 3
En Centro América
“No hube bien llegado al Hotel cuando un oficial se presentó a decirme que el
presidente general Barillas, me esperaba inmediatamente. La capital estaba conmovida
y se hablaba de seguridad de la guerra. Me dirigí a la casa presidencial, acompañado
del oficial que había ido a buscarme. Penetré entre los numerosos soldados de la
guardia de honor y se me hizo pasar a un salón. Al llegar vi que el Presidente estaba
rodeado de muchos notables de la ciudad. Se hallaba agitadísimo y cuando yo entré
pronunciaba estas palabras: “Porque señores el que quiera comer pescado que se
moje el.” yo me senté tímidamente en una silla fuera del círculo, pero el Presidente
me miró y me preguntó: “¿Es Usted el señor Rubén Darío? “Sí señor” – le contesté. Me
hizo entonces avanzar y me señaló un asiento cercano a él. “Vamos a ver – me dijo-
¿es que usted también de los que andan diciendo que el general Menéndez no ha sido
asesinado?” “Señor Presidente - le dije- yo acabo de llegar, no he hablado con nadie,
pero puedo asegurarle que el presidente Menéndez no ha sido asesinado” En los ojos de
Brilla, brilló la cólera “¿Y no ve usted que en la penitenciaría a muchos propaladores
de esa falsa noticia?” “Señor – insistí – esa noticia no es falsa. El general Menéndez ha
muerto de un ataque al cardíaco al parecer, pero si no ha sido asesinado por las balas
o con un puñal, le ha dado muerte la ingratitud, la infamia del general Ezeta, que ha
cometido se puede decir un verdadero parricidio.” Y me extendí sobre el particular. El
Presidente me escuchó sin inmutarse. “Está bien” – me dijo – cuando hube concluido –
vaya enseguida y escriba eso. Que aparezca mañana mismo. Y véase con el Ministro de
Relaciones Exteriores y con el Ministro de Hacienda. Me fui rápidamente a mi hotel y
escribí la narración de los sucesos del 22 de junio con el título de Historia Negra.
****
Darío Director y Propietario del periódico: “El Correo de la Tarde”
Lucano en Ciudad Guatemala esperaba desde 1889, a que Rubén Darío llegara a esa ciudad.
Lucano era el seudónimo de Augusto Mulet de Chambó, que estaba al frente como Director
del diario “El Imparcial.” En una de las Gacetillas escribió entusiasmado la esperada llegada
del laureado hombre que todavía andaba en las nubes de “Azul.” En ellas, como un Apolo
también, llevaba en su carro de esplendores a los más brillantes admiradores como era
Lucano en Guatemala.
Conocedor de las apetencias y de sus mejores disposiciones de caballero, Lucano o Mulet
de Chambó, advertía a las damas y señoritas que don Rubén Darío era “un galante con las
damas y rendido como un trovador”. Naturalmente se trababa de un personaje que, con la
medida y el espacio de tiempo y cultura, se podía pasar por un salón de fiesta elegante, como
lo hacía Byron, y embelesar a las jovencitas “dulcemente atormentadas” por la ideología

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Centroamericano
No. 3 Rubén Darío
En Centro América
del romanticismo que cundía en los regímenes liberales, y por supuesto, en los mejores
niveles sociales, que por la capacidad económica y la cultura del nivel podían comprar libros
de Byron o de Becker. Rubén estaba precisamente para satisfacer con galanteo y poses de
poeta, las manifestaciones que se suscitarían ante un escritor de su talla.
Se ha perdido esa imagen del comportamiento social, y la antropología cultual de ese
sector. Realizado sincrónicamente en el espacio romántico del caballero y caballerosidad
proveniente del espíritu liberal frente a la mujer. Darío en el imaginario popular, se le ve en
un escritorio; pero no de pie, elegante, leyendo sus poemas ante un ramillete de doncellas
núbiles entre encajes flores, o “bajo el ala aleve del leve abanico”, escuchando en viva voz al
poeta de “Azul.” Otras imágenes son las que, en su madurez fueron difundidas y con éxito
hasta hoy, ante un auditorio elegantemente vestido, con un pico inconfundible en una ceja.
Los cuentos y poemas ya habían sido leídos por cantidad de lectores de “El Imparcial” y,
por consiguiente, acontece que, el medio competitivo en las letras es muy quisquilloso, o
más bien irritable; y en el mismo, circulan las especies de toda índole hasta con dolo. Por tal
razón el Mulet de Chambó aseguró en la gacetilla:
“Sí, Rubén Darío es el rey de los poetas de la tierra de los lagos, y yo me atrevo a
creer que de la tierra centroamericana. Si hay por allí algún, envidiosos que me lo lleve
a mal, que me tenga por imbécil que yo me tendré por satisfecho.”74
Mulet de Chambó era un “aventurero catalán” “buenote,” y un buen “zampa limones” o sea
era un tipo buena gente, pero metido y oportunista a juicio de su cruel crítico Miranda.
Alguna razón por especies que circularon en el medio que, Mulet decidió curarse en salud,
pues “Al lobo humano parece que el arte le pusiese en el hígado una extraña y áspera bilis.
Hasta hoy no se ha visto sino muy raras veces una amistad profunda, verdadera, desinteresada
y dulcemente franca, entre dos hombres de letras.” Y cabe mencionar que el crítico
nicaragüense el señor Miranda que a toda esa pléyade de intelectuales que no existe duda
de sus capacidades, los llamó en su libro: “sabandija”. Darío llegaba a Ciudad Guatemala
donde había grandes estirones entre el periodismo, como era lo más común en la lucha de
intereses, donde el periodista tiene que ubicarse en un medio para subsistir. Y bien decía el
Dr. José Ingenieros, en su libro “Simulación de la lucha por la vida” que en la sociedad hay
quienes “simulan lo que no son y disimulan lo que son” refiriéndose a que muchas veces en la
selva de la vida, las personas para continuar en una sociedad de competencias, tienen que
ocultar sus pensamientos y aparentar con los que les sirven para vivir. En esto el periodismo
es sensible, y profesiones como el magisterio.
74 Citado por Sequeira. “El Imparcial” Año 1 No. 4 domingo 12 de mayo de 1889 – Pág. 1 y 2

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Rubén Darío No. 3
En Centro América
Le abren las puertas en el periódico oficial “Diario de Centro América”, que le permite
publicar poemas, prosa y comentarios. Publica en “Guatemala Ilustrada” que era un medio
lujoso de la época, bellas ilustraciones y por supuesto, la carta de presentación aristocrática
y pública de los intelectuales guatemaltecos.
El Dr. Domingo Estrada Villacorta 75 se graduó como abogado, sin ejercer, fue diplomático
en París, la crítica lo consideró como el mejor traductor de Poe, algo similar se consideró con
la “El Resucitado” y el poema XXVIII de “Les Orientales” de Víctor Hugo. La amistad con Darío
pudiera considerarse, que le permitió conocer mucho mejor a Poe. Estrada un joven de treinta
y cinco años; más cuando estaba entusiasmado en el agonizante lago del romanticismo,
asumió con mucho entusiasmo “Le nouvel ordre des lettres” que había introducido Darío en
el castellano. Su padre don Arcadio Estrada era producto de la Ilustración, y Domingo había
comprendido el Positivismo como filosofía; postura anticlerical y su predisposición hacia
el avance material y científico era inmóvil. Tenía muchas aristas con las que podía coincidir
con la formación y universalidad de Darío en esos temas.
El Dr. Fernando Cruz su especialidad en Derecho Internacional sirvió para que el gobierno
de Barillas enfrentara un problema por el asesinato del opositor Barrundia en el Puerto de
San José. Todo el trabajo erudito, fue presentado a la Asamblea Legislativa, y ganó mucho
más prestigio. Además, había representado al Gobierno liberal de Guatemala en la firma
del Tratado de Paz, Amistad y Comercio entre las Repúblicas de Guatemala, Honduras, El
Salvador y Costa Rica, en 1887, y también firmado por amigo el Dr. Reyes de El Salvador. Ese
hombre brillante se hizo amigo, y muy amigo de Darío, el joven poeta.
La poetisa guatemalteca María Cruz Arroyo, hija de Domingo, “es tan romántica como
modernista, si se pudieran ambas cosas.” Vivió en Francia la mayor parte de su vida y escribió
prosa en francés y toda su poesía, en castellano, tuvo una gran influencia de Mallarmé,
Verlaine y Baudelaire, José Joaquín Palma dijo: “después de publicarse sus primeros versos:
“Creo que la poetisa que Centroamérica esperaba ha llegado”.76 Que se considerada por la
crítica guatemalteca en los dos estadios de las corrientes literarias del siglo XIX, luego,
se permite deducir que tanto que el Dr. Cruz como Estrada pudieron haberle enseñado la
poesía de Darío en Francia, o al menos hacerle referencia, pues a partir de 1905, es que
da inicio a su etapa Modernista. Se puede concluir que, aunque vivió fuera de Guatemala,
y que no conoció a Rubén Darío, fue influida por el Modernismo dariano que pudo haber
comprendido con mayor intensidad pues tenía un dominio absoluto de la lengua de Ronsard
y Hugo, Mallarmé y Baudelaire.
75 José Domingo Estradas fue un político, poeta y diplomático guatemalteco nacido en 1855, La crítica literaria
considera que la mejor traducción del poema Las Campanas, de Edgar Allan Poe es la que Estrada realizó
76 Tes Nehuén- Web.

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No. 3 Rubén Darío
En Centro América
***
Estaba de director del “El Guatemalteco,” Manuel Coronel Matus. Era un joven. Obviamente
de ideas liberales, a la sazón tenía 26 años, contemporáneo de Rubén. Había nacido en
Masaya. Luego será ministro de Zelaya en el periodo revolucionario. Hombre de fe absoluta
en la ilustración y el liberalismo francés.
Otro de los medios era “La Estrella” que a la llegada de Darío había sido suprimido, pues
un ciudadano de origen norte americano, apellidado Hollander, era el propietario; y había
sido Director el doctor José Leonard, lo que se supone que era un medio de orientación
masónica y liberal. Luego de la renuncia de Leonard, asumió la dirección del periódico don
Joaquín Méndez. Tal medio atacaba la administración del Presidente Barillas, (A. Miranda),
y la medida del gobierno fue expulsar a Hollander y confinar en Jutiapa a Méndez.
Martín Barrundia enemigo acérrimo del Presidente Barrilla, había escrito en México un
artículo fuerte pues aquel “azota, quema, raja, empala y decapita; tiene el knut y el cuchillo,
el aceite invierno y el hacha”77 “Méndez aprovechó la oportunidad para poner su pluma al
servicio de Barillas, escribiendo varios artículos en el Diario de Centroamérica, refutando al
celebérrimo Barrundia.”
Por la defensa cerrada que realizó Méndez, el Presidente le apoyó para la publicación de
un Diario: “La Opinión Nacional”. García Salas en 1891, a mediados del mes de julio. había
creado un periódico: “La República.” Y el gran éxito del medio fue la publicación de una novela
por estregas del autor colombiano, José María Vargas Vila, quien era acérrimo enemigo de la
iglesia, misógino y potencial a esa fecha, enemigo de Darío.
El mensaje de Vargas Vila entusiasmaba el mundo liberal y masónico, y entraba en
contradicción con la cultura religiosas guatemalteco y con la jerarquía católica. Además,
se vendía en la ciudad de Guatemala un folleto llamado “El Motín” cuyo agente era el
nicaragüense Miranda. Es folletito lo editaba un sevillano republicano y anticlerical llamado,
José Nakens Pérez, el folletín era satírico y propugnaba por “«¡Guerra a los conservadores!”
Este era el mensaje de Vargas Vila:
Y pasaron los tiempos.
El inmenso atentado era siempre ley.
El Derecho, que es eterno, permanecía oculto en la sombra, y el hecho pasajero
como todo lo humano, reinaba.
77 R. D. Los Raros - León Bloy- pág. 159

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Rubén Darío No. 3
En Centro América
Y la humanidad estaba envilecida, porque el reinado del hecho es degradante y
sólo el reinado del derecho es digno.
Y he aquí que hubo en el espíritu humano como claridades de aurora, y la ciencia
todavía oculta en la tiniebla dijo:
La legendaria maldición” no es cierta.
Dios no ha podido establecer la desigualdad entre los hombres.
Dios, que es el amor, no impone el odio.
Dios, que es el bien, no ordena el mal.
Dios, que es la virtud, no manda el crimen.
Dios, que es la caridad, no ordena lo cruel.
Dios, que es el padre de los hombres, no quiere que sus hijos sean siervos de sus
hijos.
Dios, que es la paz, no quiere la guerra entre hermanos.
Dios, que es el padre del Derecho, no ha ordenado jamás el atentado....
Dios no ha establecido distinción de razas ni colores entre los hombres.
Dios no ha hecho siervos ni señores.
Dios no ha coronado reyes.
Dios, que es el padre de la libertad, no ha sancionado jamás la esclavitud.
Todos los hombres son libres é iguales ante Dios.
Y hubo un como dulce estremecimiento en la conciencia humana.
Como en todos los tiempos, se explota la contradicción de las sociedades civiles y liberales
contra la visión religiosa la venta del folletín deba muy buenos dividendos a Miranda.
Esa era la realidad de Guatemala cuando Darío llega.
Fundamentalmente Darío tenía en Guatemala al cubano, José Joaquín Palma y también al
catalán Mulet de Chambó, que siempre fue víctima de la crítica espantosa de Gómez Carrillo.
Darío una vez que recibió la orden de trabajar el informe de la situación de El Salvador con
los Ezeta, y finalizado el trabajo fue publicado en el “Diario de Centro América” por la misma
solicitud del Presidente Barillas, titulando el trabajo como “Leyenda Negra”. Firma con el
seudónimo de “Tácito,” considerando la presencia de su esposa y suegra en San Salador y
evitar una represalia.
El relato causa un gran impacto en Guatemala en los medios políticos y periodísticos.
Naturalmente, la consecuencia fue que cuando llegó la información a los hermanos Ezeta, lo
maldijeron y le pusieron “precio a su cabeza” si llegaba a El Salvador.
Darío:

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Centroamericano
No. 3 Rubén Darío
En Centro América
“Mi escrito causó gran impresión. Y supe después que Carlos Ezeta, así como su
hermano Antoni, aseguraban que si yo alguna vez caía en sus manos no saldría vivo
de ellas y pensar – decía algún tiempo más tarde el presidente Ezeta al ministro de
España, don Julio de Arellano y Arróspide – después Marqués de Casa Arellano y cuya
esposa fuera madrina de mi hijo, en San José de Costa Rica –“¡y pensar que yo hubiera
hecho rico a Rubén si no comete el disparate de ponerse en contra mía!” La verdad es
que yo estaba satisfecho con mi conducta, pues Menéndez había sido mi benefactor,
y sentía repugnancia de adherirme al círculo de los traidores. ¡Será ello un poco de
romanticismo y poco práctico, pero qué le vamos hacer!
Darío definió la naturaleza del Presidente Barillas, como un presidente “voluntarioso y
tiránico” (..) “pero tenía cierta cultura y excelentes rasgos de generosidad y de rectitud. Quizá
le cupo lo que decía Montalvo: “para ser un gran tirano es menester inteligencia superior,
brazo fuerte, corazón capaz del cielo y de la tierra; los opresores vulgares no llaman la atención
del mundo” 78
Las conversaciones con quiénes había indicado el Presidente Barillas, se realizaron y
sin preámbulos se tomaron medidas y recursos para que el joven poeta nicaragüense, y
valorado por la decisión de huir de la tiranía de los Ezeta, aun cuando había dejado a su
esposa y aplazado como consecuencia del problema el matrimonio eclesiástico, pues debía
ser correspondido. El Señor Presidente lo hizo dueño de un periódico. ¿Pero cómo fue la
decisión y quiénes estuvieron en la estructura del medio?
Gómez Carrillo nos lo cuenta:
. .. lo más difícil, cuando se trata de un “órgano”, es bautizarlo. Para el
bautismo del nuestro, que fue hecho con Champaña, nos reunimos cuatro personas, en
una sala de restaurante y trabajamos toda la noche.
-El Fígaro -dijo uno.
-El Gil Blas -dijo otro.
-El Liberal -exclam6 un tercero.
Sólo Rubén callaba y bebía engolfado en hondas cavilaciones. Cuando creyó
llegado el instante de opinar, expres6se de esta manera:
-Gil Blas y Fígaro son dos títulos que me gustan y que tienen la ventaja de
encarnar un tipo periodístico que corresponde a lo que yo me propongo hacer. Pero, por
desgracia, lo que más se censura en mi es el afrancesamiento, de modo que, adoptando
palabras que sirven en Paris de rótulo a dos grandes publicaciones, daría motivo a que
se dijera que hasta el nombre de mi diario es parisiense. Escojamos, pues, algo nuevo,
78 Montalvo, Juan. – La Catilinarias. Pág 7- Garnier Editores. Francia. 1925

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Centroamericano
Rubén Darío No. 3
En Centro América
original, expresivo y fácil de popularizarse...
La letanía continua durante muchas horas y muchas botellas. Cada uno defendía
su idea con calor, declarando 6ste que La Victoria era una palabra simbólica y de buen
agüero; el otro, que nada convenía mejor a una hoja dirigida por un poeta como El
Ideal; jurando el tercero que lo mis sencillo era La Vida.
Rubén meditaba, callaba, bebía... Al fin, trocando su cara preocupada por una
mueca risueña que solía tener cuando estaba satisfecho de sí mismo, exclamó:
-iEureka! ... He encontrado... Esto es tan sencillo como el huevo de Colón ... Estoy
seguro de que ustedes ni siquiera han pensado en la palabra...
-- Qué palabra?
-- Qué palabra?
-Pues ... La Palabra.
-No puede ser -contestó mi tío-, porque ya existe una revistilla que se llama así.
-Pues tengo otro mejor -dijo Rubén. Y este de seguro no existe.
¡Qué les parece a ustedes! ¿El Correo de la Tarde?
-Como corto y original... -- murmuré.
José echóse a reír. El otro compañero calló. Y Rubén, acostumbrado a creer que
todo lo que e1 imaginaba era perfecto, tomó nuestras ironías por marcas de aprcbaci6n
y decretó que ya no había necesidad de buscar mis, que El Correo de la Tarde resultaba
inmejorable.79
Darío nos dice en su autobiografía:
“En cuanto a mí, hice del diario semi oficial una especie de cotidiana revista
literaria. Frecuentaba a don Valerio Pujol, uno de los españoles d mayor valor
intelectual que haya venido a América y cuyo nombre, no sé por qué, quizás por el rincón
centroamericano en que se metiera, no ha brillado como merece. Viejo republicano
amigo de Salmerón y de Pi y Margall, creo que fue durante la república, gobernador de
Zaragoza. En Guatemala era y es todavía el maestro.”
(..)
“Tenía varios colaboradores literarios para mi periódico, entre los cuales
un jovencito de ojos brillantes y cara sensual, dorada de sol de trópico que hizo sus
primeras armas. Se llamaba Enrique Gómez Carrillo, otro joven José Tible Machado
que escribía páginas a lo Bourget, el Bourget bueno de entonces y que después sería
conocido diplomático y actualmente redactor de “Le Gaulois” de París y otros.”

***
79 El Correo de la Tarde (1890-1891) de Rubén Darío - OTTO OLIVERA -Tulane University. Pág. 260 – Revista
latinoamericana.

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No. 3 Rubén Darío
En Centro América
Darío se inicia con un medio semi-oficial, significaba que parte de sus gastos serían
subvencionados por el gobierno; y entró en competencia con los otros medios, liberales y
de la oposición.
El formato del periódico era el más usual en esa época. Un editorial, noticas las más en
promoción del estado, un folletín, o sea, una novelita, que atrajera a determinado grupo
de lectores; además un rincón poético para poemas y cuentos; temas como industria,
comercio. Debía de informar a los lectores de las novedades de occidente; y procuró la mayor
colaboración de intelectuales del mundo artístico y literario; del extranjero y de reconocida
fama:
“Ricardo Palma, Clorinda Matto de Turner, José Joaquín Palma, Juan Montalvo,
Julián del Casal, José Martí, José María Vargas Vila, Pedro Balmaceda Toro, Manuel
Gutiérrez Nájera, Raúl Cay, Juan de Dios Peza, Salvador Díaz Mir6n y Carlos Arturo
Torres.”
“Entre los narradores estuvieron: “Enrique Fouquier, Camilo Flammarión, Juan
Richepin, Pablo Bourget, Francisco Coppee, Catulo Mendés, Octavio Feuillet, Alfonso
Daudet y Julio Claretie.”
“De España hay menos nombres, incluyéndose trabajos de Eusebio Blasco,
José Selgas, Juan Valera, Manuel Reina, Emilia Pardo Bazán y Gaspar Núñez de Arce.
Otros europeos y anglosajones representados en el peri6dico son: Edmundo de Amicis,
León XIII, Enrique Heine, Iván Turgenev, León Tolstoi, Edward A. Gibbon y Mark
Twain. Es evidente que en la selecci6n de autores extranjeros predomina el espíritu de
contemporaneidad literaria que podía esperarse de un peri6dico dirigido por Rubén
Darío.”
“La participación centroamericana en El Coreo de la Tarde está constituida,
principalmente, por la producci6n de Rubén Darío, Vicente Acosta, José Tible Machado,
Máximo Soto Hall y, en los primeros números, Enrique G6mez Carrillo. Otros autores se
mencionarán en páginas posteriores pero su colaboraci6n es individualmente escasa,
limitándose a muy pocos trabajos.”
***
Guatemala, el país de la eterna primavera. Sus selvas profundas cobijan las huellas de
un pasado glorioso. No solamente es la belleza del Quetzal, sino que, entre las columnas
vegetales, que datan de centenares de años, se esconden de la destrucción del hombre
blanco, las pirámides y las escrituras de los Mayas y las huellas de las invasiones mejicas y de
los españoles. El león americano y el leopardo más sigilosos que nunca, todavía se escurrían

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Centroamericano
Rubén Darío No. 3
En Centro América
entre las ruinas y la selva tropical. Darío aprendió del leopardo; caminaba sigiloso en la selva
de libros, en la Biblioteca Nacional de Guatemala. Devoraba las presas más jóvenes llegadas
de Francia y la más viejas en los Cronistas de Indias. ¡Oh! Maravilloso descubrimiento.
Es Guatemala, donde Darío escribe el primer gran poema de raíces precolombina. Habrá
que imaginarse, en la capacidad cerebral y creativa de Darío, como llegaron las sugerentes
figuras de las descripciones de la cultura, el comportamiento y creencias que están en los
libros de los Cronistas. Siendo un leopardo sigiloso, también por el otro lado, rompe con una
piqueta un velo cultural.
El velo mestizo de su cultura leonesa, donde los indios están relegados a la servidumbre
y no hay un espacio cultural que no esté invadido por la cultura española. Además de sufrir
espacialmente un reducto donde su manifestación cultural ya es indefinida por el atropello
de los siglos. Su contemporáneo el General y antropólogo Alfonso Valle Candia, conoció en
1875, a unos de los cuatro indígenas que todavía se comunicaban reducidamente con el léxico
de los Siuxtiava. Mientras que el Guatemala, aun cuando existía la cultura del conquistador
que la describió Fuentes y Guzmán, las naciones indígenas, existían guardando sus tesoros
culturales, y en especial sus lenguas. La realidad histórica de Guatemala fue como decía
Pablo Neruda, “aquí los amos, allá la servidumbre”, pero en Nicaragua fue el aniquilamiento
de los aborígenes.
Darío no fue indigenista, hay algunos estudiosos que lo quieren llevar a un espacio donde
solamente incursionó por investigación. Nunca se sintió en pertenencia a nagrandanos o
chorotegas; y si bien mencionará en “Palabras Liminares” de “Prosas Profanas” que: ¿Hay en
mi alguna gota de sangre de África, o de indio chorotega o nagrandano? Pudiera ser. (..) “Si
hay poesía en nuestra América, ella está en las cosas viejas de palenque y Utatlán, en el indio
legendario y el inca, lo demás es tuyo demócrata Walt Whitman.”
No confirma su origen, duda; pero es una duda aparente. La duda del mestizo. La del ladino.
Confirma que la poesía en América está en toda la cultura. Lo abarca toda su expresión. Esa
es la impresión que tiene desde que a partir de las lecturas se entera con Alonso de Ercilla,
en “La Araucana” la figura del “Toqui” de los mapuches, el gran Caupolicán, y las lecturas de
los Cronista del siglo XVI, y pudo haber leído a Antonio de Remesal80 indudablemente.
No le llegó leyenda de Nicarao o Diriangén, como para impresionarlo; y si se ha referido a
algún cacique en su primera juventud, es referencia nominal solamente.

80 Antonio de Remesal (Allariz, Orense, 1570 - Madrid, 1619)1​ fue un eclesiástico, dominico e historiador
español, cronista en Centroamérica. Es una fuente confiable para los investigadores.

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Centroamericano
No. 3 Rubén Darío
En Centro América
En Guatemala escribe “Tutecotzimi”
Al cavar en el suelo de la ciudad antigua,
la metálica punta de la piqueta choca
con una joya de oro, una labrada, roca,
una flecha, un fetiche, un dios de forma ambigua,
o los muros enormes de un templo. Mi piqueta 5
trabaja en el terreno de la América ignota.
- ¡Suene armoniosa mi piqueta de poeta!
¡Y descubra oro y ópalos y rica piedra fina,
templo, o estatua rota!
Y el misterioso jeroglífico adivina
la Musa.
De la temporal bruma surge la vida extraña
de pueblos abolidos; la leyenda confusa
se ilumina; revela secretos la montaña
en que se alza la ruina.
Los centenarios árboles saben de procesiones,
de luchas y de ritos inmemoriales. Canta
un cenzontle. ¿Qué canta? ¿Un canto nunca oído?
El pájaro en un ídolo ha fabricado el nido.
(Ese canto escucharon las mujeres toltecas
y deleitó al soberbio príncipe Moctezuma).
Mientras el puma hace crujir las hojas secas
el quetzal muestra al iris la gloria de su pluma
y los dioses animan de la fuente el acento.
Al caer de la tarde un poniente sangriento
tiende su palio bárbaro; y de una rara lira
lleva la lengua musical el vago viento.

Y Netzahualcóyotl, el poeta, suspira.


Cuaucmichin, el cacique sacerdotal y noble,
viene de caza. Síguele fila apretada y doble
de sus flecheros ágiles. Su aire es bravo y triunfal.
Sobre su frente lleva bruñido cerco de oro;
y vese, al sol que se alza del florestal sonoro,
que en la diadema tiembla la pluma de un quetzal.

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Centroamericano
Rubén Darío No. 3
En Centro América
(..)
- «¡Flecheros, al combate!», clama el fuerte cacique,
y cual si no existiese quien el ataque indique,
Se quedan los flecheros inmóviles, sin voz.
- «¡Flecheros, muerte al tigre!» responde un indio fiero. 170

Tekij alza los brazos y quédase el flechero


deteniendo el empuje de la flecha veloz.

Y Tekij: - «¡Es indigno de la flecha o la lanza!


¡La tierra se estremece para clamar venganza!
¡A las piedras, pipiles!

Cuando el grito feroz


de los castigadores calló y el jefe odiado
en sanguinoso fango quedó despedazado,
viose pasar un hombre cantando en alta voz
un canto mexicano. Cantaba cielo y tierra,
alababa a los dioses, maldecía la guerra.
Llamáronle: «¿tú cantas paz y trabajo?» - «Sí».
el palacio, el campo, carcajes y huipiles;
Celebra a nuestros dioses, dirige a los pipiles.

Y así empezó el reinado de Tutecotzimí.

Es que la piqueta de Rubén Darío, no solamente descubre la majestuosa obra de los pueblos
en Guatemala, sino que encuentra la oportunidad de presentar la condición humana ante las
dictaduras, las invasiones y la actitud de los pueblos frente a las tiranías. Tutecotzimi es una
“obra de teatro,”. Una obra que representa la misma conducta del ser humano cualquiera sea
el grado de desarrollo y civilización, latitud y armas. En el hombre está un lobo y un cordero.
El poema fue una oportunidad para Darío después de la experiencia en El Salvador,
la historia de Guatemala con los regímenes dictatoriales, y la propia historia de su patria,
para exponer la presencia de un tirano; la sublevación de un pueblo harto de la tiranía, y la
aparición de un líder que logra derribar al opresor.
La enseñanza del poema desde el espíritu de valores democráticos que Darío ha aprendido
desde Nicaragua, Chile y El Salvador, presenta al libertador que, se satisface sencillamente

Bicentenario  Pág. 123


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No. 3 Rubén Darío
En Centro América
por ver al pueblo redimido. No es el aprovechado que, en su lucha para liberar al pueblo
de las cadenas, lleva las suyas. Darío finaliza cuando al héroe el pueblo Pipil lo aclama y le
preguntan:
“Llamáronle: «¿tú cantas paz y trabajo?» - «Sí». Darío sabía cómo lo sabe el hombre probo,
el demócrata, que los pueblos son felices con el binomio: Paz y Trabajo.

****
Darío frecuentaba casas de intelectuales como la del cubano Palma, donde aprendió a
comer los deliciosos platillos de la comida caribeña. En los ambientes de mayor pluralidad
de intelectuales, conocerá al joven poeta Máximo Soto Hall, a la sazón de veinte años que
pertenecía a una familia de mucha influencia económica y política en Guatemala y Honduras,
gente de prosapia liberal, sobre todo en Hondura; era hermano de padre de Marco Aurelio
Soto Martínez. Un reformador liberal que estuvo en la presidencia en Hondura cuando Darío
estaba en El Salvador por primera vez. Soto recién acababa de graduarse; y comenzado una
vida política. Fue de reciprocas consideraciones la amistad de Máximo con Darío, de tal
manera, que, en la primera instancia de éste en Guatemala, le dedicó un soneto.
No se apagaba la creatividad ni la búsqueda de mayor cantidad de in formación por
conocer a los mejores, por supuesto, J.J. Palma le apoya y Soto Hall, le invita a conocer a
Walt Whitman. Darío se quedará sorprendido de la poesía cuando lee “Hojas de Hierba” Se
impresiona.
Le llama la atención no solamente su poesía, que representa la vida permanente de un
imperio que se levanta con audacia, él es un trascendentalita y un filósofo del realismo. Su
figura de profeta ente los hieros y espigas de concreto en Nueva York. Lo sobresalta tanto
su nombre que ahora es eterno en la “Oda a Roosevelt”. Quizá no lo hayan leído, pero oído su
nombre millones de latinoamericanos en más de 100 años, solamente por leer a Darío.
Surge de su espíritu que es dúctil a las impresiones de imágenes, el soneto a Whitman:
“En su país de hierro vive el gran viejo,
Bello como un patriarca, sereno y santo.
Tiene en la arruga olímpica de su entrecejo
Algo que impera y vence con noble encanto.”
(..)Fragmento
***

Pág. 124 Bicentenario


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Rubén Darío No. 3
En Centro América
Ya en El Salvador había publicado en “La Unión” con fecha del 16 de mayo, del II Año
No. 152, “Caupolicán,” “Venus” e “Invernal.” Lo mismo que “La Emperatriz de la China. Otros
fueron publicados en “El Diario de Centro América”
El 20 de octubre de 1890, Rubén Darío publica una nueva edición de “Azul”. Se debe
considerar que este proceso de edición comenzó con la recopilación de material y es muy
importante conocer lo siguiente: el Licenciado Francisco Lainfiesta, que además de ser un
hombre con poder político, económico y un considerable intelectual, admiraba la obra de
Darío. Un mecenas providencial que sabía que el joven poeta estaba pasando dificultades
económicas y según hasta la fecha que se conoce, invita a Darío a publicar una segunda
edición de “Azul”. Lainfiesta es dueño de la imprenta La Unión” y le obsequió toda la edición
para que, con el producto de la venta, obtuviera un beneficio.
A la segunda edición, hace desaparecer la dedicatoria a Federico Varela, y la sustituye por
un sencillo agradecimiento al Licenciado Francisco Lainfiesta:

Al Sr. Dr. D. Francisco Lainfiesta, afecto y gratitud.


Reproduce las dos cartas de don Juan Valera en gran crítico español y suprime el de don
Eduardo de la Barra, que, dicho sea, es el gran descubridor y Varela el confirmador; no
obstante, se advierten en la actitud de Darío al desechar el primer prólogo, un sentido de
cálculo para darle a la nueva edición la tarjeta de presentación de Varela; y por consiguiente,
- y hay que decirlo -, un acto de ingratitud para aquel que con toda la mejor voluntad, sin
mezquindad alguna, viendo y creyendo en él, auguró su éxito como poeta; pero Darío. aparta
sus palabras. Su prólogo. Aparta al amigo que le prodigó desde su llegada a Valparaíso, su
amistad y su consuelo. Bien, era un buen poeta, no un buen santo.
Darío, además, cambia el orden anterior de los cuentos e inserta el cuento de “El Sátiro
Sordo” entre “El Rey Burgués” y “La Ninfa”, e incorpora “La Muerte de la Emperatriz de la
China”, una Romanza en prosa antes de la sección en verso que comienza con “Año Lírico”
Incluye los “Sonetos Áureos”, “Medallones,” Echos, (Ecos) ésta última es la sección en
francés. Méndez Plancarte, en sus notas, hace un comentario que coincide con lo se ha puesto
en consideración al poema “Chanson Crepusculaire,” o “Canción Crepuscular”. Se ha dejado
el cometario para esta sesión para presentar los poemas en francés de Darío en el libro, y
asegurar los criterios del “profano” y los del experto. Estos son poemas de Echos:

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No. 3 Rubén Darío
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A MADEMOISELLE...

J’aime la belle fleur d’or


Pour tes cheveux, mon trésor,
Et un lys pour ton corset.
Veux-tu d’autre fleur alors?
Mes lèvres pour ton baiser.

A MADEMOISELLE...

Amo la hermosa flor dorada


Por tu cabello, mi tesoro,
Y un lirio para tu corsé.
¿Quieres otra flor entonces?
Mis labios por tu beso.
Poemas de versos sencillos. El problema que se presentó en “Chanson Crepusculaire”
estaba vinculado a la métrica y los acentos de los hemistiquios, así como el uso de la “e”
muda. El alejandrino francés desde el siglo XV, cada hemistiquio, debe terminar con palabra
aguda. Darío confiesa que “por mal de mis pecados, incluí unos versos franceses, entre los
cuales los hay que no son versos, pues yo ignoraba muchas nociones de poética francesa.”
PENSÉE

Les yeux à l’horizon sublime de l’Histoire,


J’étais sous un grand souffle peuplé d’illusion.
Et J’ai vu, fremissant, ta palme d’or, ô Gloire,
Et j’ecouté,81 ô Fame, la voix de ton clairon!

Pensamiento

Ojos en el horizonte sublime de la historia,


Estaba bajo un gran aliento de ilusión.
Y vi temblando tu palma dorada, oh Gloria,
¡Y escuché, oh fama, la voz de tu clarín!

81 Sawa critica a Darío con el uso del tiempo verbal un jécouté por J´eoutai (Escuché)

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Rubén Darío No. 3
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Por este poema, el estudioso dariano Méndez Plancarte, dice: que los versos No 2 y el 4,
“satisfacen, sin duda, nuestro oído castellano (puesto que en nuestra métrica se equivale 6
sílabas con final agudo y 7 con grave”82
Esa edición de “Azul” llevó a los lectores muchas sorpresas. Era producto de extremos muy
sentidos. Un extremo de sus viajes a la fecha, Chile y Guatemala. Un trabajo de adiciones en
función de la experiencia, los estímulos sensoriales, las sugerencias del inconsciente frente
a las persuasiones particulares de las lecturas, cuadros o gráficos de colores planos de la
época.
El conocimiento sobre personajes como Whitman y la cercanía con J. J. Palma. En Darío,
por cada lectura que hacía, surgía de su capacidad genial, una trasformación novedosa
por los estímulos que había percibido. O sea, le daba existencia a un producto literario.
O sencillamente en un grado de excitación de su mundo interior por formas físicas que
estaban cerca de sus sentidos, lograba una creación sublime que a la fecha no han podido
ser superadas. Es capacidad es la del genio. Versificar lo hacía cualquiera.
Ha sido un descuido histórico, en la voluntad de los estudiosos de Darío, en velar las
relaciones entre Gavidia y Darío, como un crisol desde donde se fundió el primer lingote
del oro del Modernismo. Hay mucho que entresacar de la experiencia de estos dos jóvenes.
Darío era un genio que no tenía una fijación por la filosofía o partiendo de ella, analizar
la realidad, su mundo era otro; sin embargo, Gavidia era lo contrario con una capacidad
de desmenuzar a Zola y a Pardo Bazán desde sus planteamientos naturalistas; pero Darío
atendía las formas, o sea, cómo se expresaban a partir de sus ideas. Los unía, fondo y forma;
y como anfitriona la lengua de Ronsard y Verlaine. Gavidia nos presenta desde esa relación
estrecha al hombre, al ser humano que tenía esas grandes capacidades, pero que no era
diferentes a los otros en sus deseos y ansiedades.
“Él es atolondrado. Quiere hacer juicios críticos, correspondencias, revistas
teatrales, novelas, dramas, poemas, planes; quiere ser naturalista; hasta presume da
haber sorprendido la clave de no sé qué procedimiento que encarna trascendencias
sociales y filosófica. (..) a mí me ha hecho por la prensa unos elogios que me han asustado,
exageradísimos, digo 83espléndidos; porque este poeta niño, tiene mucho de apático en
la superficie, esconde una fibra tan generosa que con un solo querer y escribir hace
unos grandes hombres de todos sus buenos amigos. En todo esto no hay juicio; pero
todo es como suyo, fascinador.

82 Poesías completas de Rubén Darío – Méndez Plancarte- Oliver Belmás- O. Cit. Pág. 1180
83 Sequeira. opus Cite. Pág. 25

Bicentenario  Pág. 127


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No. 3 Rubén Darío
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Cabe notar que, su presencia en Guatemala no cautivó a la aristocracia guatemalteca, ni al
gran capital de burgueses. Los primeros estaban seguros de ser poseedora de la autoridad
divina, los Arce, Aycinena, Ligorría, Berger, Arzú Irigoyen, García Granados, Valladares, Ayau,
Rímola, Urruela, Zelaya, y Sinibaldi. Solamente uno de la burguesía, alzó su mirada y estiró
su brazo generoso al poeta. No compartieron con el liróforo celeste los salones, ni pudo
solazarse en medio de las damas bajos las mágicas ondas y arpegios de los músicos de corte.
Fue diferente; y fue uno más que escribía en un periódico, salvo para los que entendieron
quién era para la obra del castellano en América. No vio blasones ni panoplias en los salones
ni tampoco pudo mirar el linaje, la blancura de la tez y belleza de los rostros, como pudo
silencioso y trémulo en Chile, alzar la vista y ver la belleza chilena de algunas, bajo la sombra
de los Balmaceda, aunque en Chile, la distancia era mucho mayor.
Pero, se puede observar como la cultura, para el caso la poesía, literatura, se convierte en
un vínculo o puente. Los Balmaceda por la inclinación de Pedro, “A. de Gilbert”, logra Darío
la publicación de “Abrojos” En la imprenta Cervantes, 1886. con la complicidad de Manuel
Rodríguez Mendoza y con dinero del “erario público”. Y en esta oportunidad, bajo el amparo
entusiasta de Lainfiesta, repica el “Azul”.
El Salvador, fue en su segunda llegada la estancia de donde pudo cortar las uvas, y sentirse
además de aplaudido como un excelente panida, un ser humano.
Lejos de sus sueños y esperanzas, en otra lejanía física y geográfica, estaba la esposa,
Rafaela Salvadora Contreras Cañas; y muy cerca de su corazón el amor que batía el redoble
armonioso, cuando las sensaciones del recuerdo le llegaban a su mente y hacía eco en el
órgano. Rendido a la mujer que amaba. Mujer delicada y sublime, capaz de producir en el
amado la tibieza y los colores de la pureza. ¿Este poema es un reflejo de su estado?
A un poeta

“Nada más triste que un titán que llora,


Hombre-montaña encadenado a un lirio,
Que gime, fuerte, que pujante, implora:
Víctima propia en su fatal martirio.”

“Hércules loco que a los pies de Onfalia


La clava deja y el luchar rehúsa,
Héroe que calza femenil sandalia,
Vate que olvida la vibrante musa.”
(..)

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Rubén Darío No. 3
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Solamente un lirio existió en su mundo interior. Stella.
El 12 de enero del 90, en el vapor “Clyde” un hermoso barco de 5.500 toneladas, estructura
de acero. Llegan al puerto “San José”, en Escuintla, Rafaela Salvadora Contreras de Darío con
su señora madre, doña Manuela Cañas viuda de Contreras.
Llegó el día del encuentro. Darío viaja al Puerto San José, y ese día, se da el feliz y esperado
encuentro de los esposos que, con una alegría indescriptible, abordan el vagón del ferrocarril
hacia Ciudad Guatemala y realizar la anhelada boda eclesiástica.
Muy poca información existe del acontecimiento. No cabe duda que, para la crónica y la
historia, no tenía mucha importancia el viaje de ella; así como los agasajos que se pudieron
haber realizado y quienes estuvieron en el banquete de boda, muy importante para la cultura
de las clases media y en especial, en el status que ocupaba Darío como periodista y poeta. No
estaba el Presidente Barillas atento como lo estuvo el General Menéndez.
Consta en documentos eclesiásticos que se casaron canónicamente en la capilla del
Sagrario de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de Guatemala el 11 de febrero de 1891.
El Certificado de la boda dice así:
Palacio Arzobispal de Guatemala: Semana de febrero de 1890.
Vistas estas diligencias: Resultado de ellas comprobada la cristiandad, libertad de estado
y de todo impedimento para el matrimonio que entre sí pretenden contraer: Don Rubén
Darío, hijo legítimo de don Manuel Darío y de D. Rosa Sarmiento y la Sita. Rafaela
Contreras hija legítima de Don Álvaro Contreras y de D. Manuela Cañas, originario el
pretendiente de León de Nicaragua, y la pretendida de San José de Costa Rica y ambos vecinos
y feligreses en la (..) de la parroquia del Sagrario de esta capital.
Las aprobamos cuanto ha lugar por derecho, y en atención y a la causa que se expresa
y otras justas consideraciones les dispensamos la proclamas que debían preceder. – En
consecuencia, el Párroco sin este requisito y no resultando impedimento canónico podrá

proceder al desposorio y relación.Conforme al rito de la Santa iglesia, previa confesión


sacramental de dichos contrayentes y líbrese despacho.
En la misma fecha se libró el despacho.
Lic. José M. Ramírez Colom - HBóvel

Bicentenario  Pág. 129


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No. 3 Rubén Darío
En Centro América
Fueron los padrinos el doctor Fernando Cruz, el licenciado Francisco Lainfiesta, y el poeta
cubano José Joaquín Palma. Podrá suponerse sin temor a un error de apreciación, que la
sola presencia del Licenciado Lainfiesta, de las familias más prestigiosas y adineradas de
Guatemala toda, tuvo mucho que ver en la realización de la boda.
Ciertamente, casarse en la Capilla del Santísimo Sacramento de la Catedral, era muy
importante y sin los requisitos que se exigían requería de la asistencia de amistades que
intercedieran. Tuvo que ser una boda mucho más que modesta puesto que las familias
más tradicionales de la ciudad pertenecían a esa parroquia; en sus libros parroquiales se
pueden encontrar las partidas de bautismo de los personajes más ilustres de la historia.
Los libros de actas matrimoniales tienen la historia de las familias y sus vínculos. Corpus
en Guatemala y Semana Santa en León. Se casa en la Catedral de Santiago de la Capitanía
General de Guatemala como Capitán de la Gloria como le decía Juan Ramón Jiménez, y ya
había sido bautizado en la Catedral de León Santiago de los Caballeros.
Los novios se alejaron del ajetreo de la ciudad; y de las interrupciones del trabajo que
se aglomeraban en la oficina del “El Correo de la Tarde”. Había que buscar el lugar para
formular el amor: Escuintla.
Allá estarán, ese paraje lleno de modestia humana y de un lujo esplendoroso en su naturaleza,
en una población rodeada de volcanes celosos con bramidos y violentos escupitajos del
dragón interior, lanzados desde sus cráteres; además de piedras y cenizas: Fuego. Modesta
ciudad. Una plaza, una iglesia sencilla y otra, antigua de paredes anchas y torre truncada por
la violencia de un terremoto. El amado y admirado poeta será acompañado por sus amigos
a la fiesta de luna de miel en Escuintla.
“Los esposos hicieron viaje a Escuintle, acompañados toda la plana mayor
de poetas jóvenes y ya maduros de ese tiempo. En Escuintle hubo vino, cantos,
improvisaciones, Palma, Conto, Proaño, Esaú Delgado, Vicente Acosta, salvadoreño,
Joaquín Méndez y Palma, y en cuenta la suegra de Darío Doña Manuelita Cañas Está
también el joven poeta costarricense Aquilea Echeverría”84
Se puede decir que muy pocos matrimonios en la historia. han tenido ese cortejo, de poetas,
periodistas, de nacionalidades diversas, cubanos, colombianos, ecuatorianos, salvadoreños,
costarricenses. Es de imaginarse ese vagón lleno de una algarabía inusitada, versos oportunos
e improvisados. La producción que pudo haber habido. César Conto Ferrer, liberal radical, y
poeta caleño, colombiano; Federico Proaño, de 42 años, secretario particular del Presidente
Barillas, liberar y periodista, siguió los pasos de don Juan Montalvo, por la corrección de su
84 Bran Azmitia, Rigoberto. La Huella de Rubén Darío en Guatemala. Revista Conservadora, diciembre de 1967
No. 87

Pág. 130 Bicentenario


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Rubén Darío No. 3
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estilo, en todas las formas del discurso por la elegancia de la frase y la profunda filosofía de
sus conceptos. Verbos encendidos en un vagón ferroviario. Darío le escribió un prólogo y era
a su juicio: “un rabelesiano” (..) “Este ingenio ama y busca el colorido” (..) “Proaño es culto y
tiene el chiste fino” (..) “Sabe hacer sonar las carcajadas”
Vicente Acosta, se había criado bajos los arpegios de los románticos españoles, y sufrió
una transformación hacia el Modernismo, tenía la misma edad de Darío. Todos eran jóvenes
llenos de energía y alimentados por las musas. Este fue el cortejo que se llenaron de felicidad
cuando fueron recibidos por bellas chapinas en una fiesta inolvidable, que la historia la
escondió en un rincón del olvido.
Darío, desde hacía días, por medio del telégrafo, había logrado comunicarse con una familia.
Una casa en los límites de la ciudad con amplios corredores, fe engalanada con palmeras
y rosas; guirnaldas y papelillos de colores. Fiesta maravillosa. No pudo Madame Carolina
Lamb, tener en sus brazos a Lord Byron. Rafaela Salvadora Contreras, entregó todo su amor,
ternura y genio, al genio, al tierno y sensible romántico que la amó y logró transformar todo
en un amor sublime, para la historia de la poesía. “Amor en fin que todo diga y cante”
El momento del encuentro íntimo, hizo surgir esas elaboraciones, consecuencias de su
sensibilidad y capacidad. Poemas y prosas únicas.
Y solamente un alma delicada, con las más bellas estructuras poéticas que pudiera
esconder el erotismo más angelical para una doncella de alma lilial, pudo haber escrito una
luna de miel con tanta delicadeza. Un ambiente de paraíso y un corazón encendido frente a
un lirio.
“Señoras: la miel de esa luna la elaboran las abejas del jardín azul, que liban
entre los pétalos luminosos de las estrellas. Ellas van, en enjambres irisados, de los
florecimientos de Aldebarán a las margaritas de la Osa, al clavel trémulo y cambiante
de sirio. ¡Pero las más ligeras, las más amables, las más bellas y paradisiacas van a
posarse en el cáliz atrayente, sagrado y misterioso de la rosa de oro de Venus!”
“Señora: el pintor Spiridón ha pintado el venturoso país de la felicidad: un lago
manso, una barca, ella, él y el amor como remero. ¡Buena brisa, buen tiempo, señora!”
“Hay un lirio divino y delicado, que tiene toda la orgullosa candidez de los
azahares del desposorio, las palideces del cirio que alumbra el altar, la transparencia
del velo de la novia, los perfumes y el supremo encanto de los ensueños de la desposada.
Ese lirio es la ilusión. Mil veces feliz la que puede llegar al fin de la vida llevando consigo
la celeste flor intacta y fresca. ¡Es tan áspero a veces el viento! ¡Cae tanta escarcha! Y

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No. 3 Rubén Darío
En Centro América
así es como de pronto las pobres almas desoladas alzan la mirada al gran Dios: cuando
ven el sacro lirio ideal marchito, muerto. ¡Oh! Que el poderoso, invencible amor os guíe.
¡Buena brisa, buen tiempo, señora!”85
***

José Joaquín Palma, se ganó la cualificación de Darío diciendo era un Benvenuto Cellini, lo
consideraba un orfebre de la palabra, un fabuloso escultor de poemas; un labrador de joyas
y flores en las imágenes poéticas; había música en su universo interior y lo volcaba en notas
en el pentagrama. El símil era de justicia.
Cuando en Benvenuto de Bayamo, se enteró que Rafaela era una de las hijas de su gran
amigo Álvaro Contreras, le dedicó un poema que es una mini biografía. Desde el inicio
del poema se advierte que conocía la vida azarosa de sus padres, y las dificultades que se
advertían en las criaturas. Recuerda la estancia en Nicaragua; es espíritu de temple de su
padre, su palabra certera; la grácil actitud de la niña en las veladas con su cantos y cuentos; la
trasformación que ha habido en su cuerpo; y va haciendo alusiones del mundo maravilloso
de la Grecia antigua, de las obras de arte y pinturas bella; y espera que la musa inspire al
poeta; que ofrezca la septicorde lira y la flauta de cristal.

A RAFAELA

Hija de Álvaro Contreras.


Hoy que de otoño al aura gemidora
Se deshoja la flor de la ilusión,
Al recordar tu infancia encantadora
Me duele el corazón.

¡Cómo ha cambiado el
tiempo! A sus estragos
Y llorando las dichas que perdí.
Pienso en la tierra de los grandes lagos
Y te recuerdo a ti.

85 Carmen González-Huguet- Poeta y escritora - Rafaela Salvadora Contreras Cañas: la dulce Stella. Diario Co
Latino – El Salvador. web

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Centroamericano
Rubén Darío No. 3
En Centro América
Pienso en tu padre, espíritu brillante,
Alma fundida al fuego tropical;
Su palabra terrible y fulminante
¡Era luz y puñal!

Y en aquellas dulcísimas veladas


En que tú, niña, con gentil candor.
Nos recitabas cuentos y baladas
De algún encantador.

Ya eres mujer; en tus pupilas bellas


Temblar los sueños mágicos se ven;
Han crecido tus formas, y con ellas
Tu hermosura también.

En antes, la viola que se pierde


Entre las frescas hojas del gramal.
Mientras hoy eres la palmada
verde del suelo tropical.

Al mirar la radiante primavera


Que te corona, exclamó sin querer:
Más la quisiera viola que palmera,
Más niña que mujer.

***
Guatemala no solamente es la estancia del que huye de los desafueros de los hermanos
Carlos y Fernando Ezeta, es un punto desde donde Darío iniciará una nueva etapa en su
vida; la que por supuesto, desconoce. Darío al llegar a Guatemala, la Antigua ciudad de la
Capitanía General, y su salida hacia Costa Rica, simbólicamente se puede consentir que es
el unionista centroamericano que lo logra hacer con el arte poético y el periodismo, lo que
no se podía realizar desde las buenas intenciones políticas de gobierno, las ideologías y
las guerras; lo ha logrado uniendo a las repúblicas de Centro América con una cinta azul:
Modernismo; y si no existe otra forma mejor de unir a los pueblos que la cultura, la voz de
un profeta, de un capitán, de un Príncipe, que, les depara entonces a los pueblos.

Bicentenario  Pág. 133


Centroamericano
No. 3 Rubén Darío
En Centro América
Darío es un cordón indiscutible, sin ninguna contradicción para los pueblos y gobiernos.
Rafaela Salvadora, hija de una nicaragüense emigrada en Costa Rica y de un hondureño
político y asilado en la misma Republica; viven en Nicaragua, y Darío la encuentra señorita
en San Salvador y se casan civil, para luego realizar las nupcias eclesiásticas en Guatemala.
***
El periódico es todo un éxito, Enrique Gómez Carrillo, publica sus Ripios Literarios Tibie
Machado escribe su Conversación Literaria, se publica la primera parte, en folletín, Darío
escribe con el seudónimo de John Truth “Viaje al país de la Esterlina” La competencia se
queja por la subvención al diario, y el Presiente lo considera. Al menos tenía una excusa
política para suspender el diario, aunque ninguno de los quejosos se refirió al “Correo de la
Tarde.”
La situación del Estado de Guerra, convulsiona al gobierno del General Barillas, obviamente
todo repercute en las cuentas nacionales. Se le comunica que el aporte para el sostenimiento
del diario no será posible y el último “Correo de la Tarde” sale el 5 de junio de 1891. Darío
había publicado 142 números.
Entre sus decenas de cartas enviadas y recibidas, está una desde Guatemala el 21 de junio
del 91, a don Ricardo Palma:
“Acabo de tener el gran placer de recibir su Ropa Apolillada que me ha
entregado nuestro amigo J.J. Palma. Me he leído todo el volumen. (..) “La guerra y otras
politiquerías, aventaron a Gavidia a Costa Rica. Acosta y yo, estamos aquí. De mí sé
decirle que no sé a dónde iré. Yo en Guatemala n o pienso permanecer. Posiblemente iré
a Nueva York. Y si no, seguiré el rumbo de los vientos, como los gitanos.”86
La situación es insostenible desde el punto de visto de los gastos del hogar. Doña Manuela,
sugiere a los esposos, trasladarse a Costa Rica procurando el apoyo de familiares establecidos
en San José.
Alistar las maletas, despedirse de Pujol, Palma, Lainfiesta, y de todo los que trabajaban en
el periódico. Cuando dirigía “La Unión” días antes del cuartelazo de los Ezeta, el Presidente
Menéndez, había informado que no había recursos disponibles para mantener el diario; pero
buscarían presupuesto, o sea, había una esperanza de continuar en el trabajo periodístico. En
Guatemala sucede igual en tanto no había más presupuesto para continuar en la publicación
del medio.

86 Jirón Terán, José. Cartas desconocidas de Rubén Darío. – Academia de la Lengua, Nicaragua, 2000. Pág. No. 110

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Centroamericano
Rubén Darío No. 3
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La familia Darío – Contreras sale de Ciudad Guatemala el 17 de agosto que es un día
lunes. Llegan ese mismo día al “Puerto de San José, en Escuintla. “El Diario de Centro
América,” anuncio la salida de poeta rumbo al sur. Igual actitud tuvo el diario “La República”.
La despedida del periodismo y escritores fueron los días 17, 18 y el 20. De acuerdo al
Movimiento Marítimo, dice: “Ayer a las 3.00 partió el vapor “Colima” con dirección a Panamá
e intermedios, llevando a los pasajeros…Rubén Darío y señora para Puntarenas, Costa Rica.” O
sea, que el vapor salió el día 19 de agosto.
Generalmente los pasajeros llegaban con tiempo al puerto, con lo boletos en manos,
podían quedarse en un hotel o abordar el buque. Eso permitía que los periodistas saludaran y
pudieran los aludidos, ver en los diarios las notas, puesto que los medios llegaban cumplidos
por ferrocarril.
Si los Darío-Contreras estaban en el puerto el 18 o 19, perfectamente pudieron leer lo que
se decía de su partida.
“La precipitación del viaje hizo que le fuera imposible despedirse de sus amigos,
pero nos encargó lo hiciéramos en las columnas de ese “Diario”, encomienda que hemos
cumplido gustosamente. Sentimos muy de veras la ausencia del amigo y hacemos votos
por que la dicha lo acompañe por dondequiera que vaya.” (Sequeira)
La familia Darío – Contreras pasan por Nicaragua y en Corinto abordan unos célebres
políticos que van rumbo al exilio; y por supuesto, nada mejor que Costa Rica. Entre ellos se
encuentran personalidades que conoce muy bien quien es Darío y las honras que ha logrado
desde El Salvador, Chile y Guatemala. Estos profesionales de la política eran: el General Joaquín
Zavala Solís, Presidente de Nicaragua, cuando Darío era el poeta niño, 12 años, espada de la
Guerra Nacional, buen hombre, Y político brillante de acuerdo a una carta que don Antonio
Zambrana enviara a José Martí; tenía cincuenta y seis años en ese momento. Hay que notar
que, a los veintiún años, se enfrentó en combates, como patriota a los filibusteros.
Otro era de los pasajeros era don Anselmo H. Rivas, historiador, periodista y político, un
hombre valioso y fundador del diarismo en Nicaragua, había vivido en San José muchos
años, pero en 1867, fecha del nacimiento de Darío, regresa a Nicaragua, a solicitud del
civilista Presidente y héroe de la Guerra Nacional, don Fernando Guzmán; pero, abordó con
el grupo un célebre “amigo” de Darío, el hijo de don Fernando: don Enrique Guzmán, hombre
polémico, iconoclasta, erudito, contestatario; además se preciaba de ser el verdugo de los
escritores con sus criticas ácidas; vertía gustoso el vitriolo sobre las páginas de los escritos
que consideraba ingenuos, insustanciales, mal escritos; aplicaba las tenazas y pinzas en la
búsqueda de defectos; era un gramático por lo que no dejaba que un mosquito se colara por
el mosquitero de sus críticas.

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Centroamericano
No. 3 Rubén Darío
En Centro América
Cuando Darío estuvo en Granada, según su apreciación, no encontró nada para que se le
considerara un niño prodigio. Criticó a Darío por una expresión poética, y Darío escribió casi
un libro demostrándole que era un ingenuo que no había leído lo suficiente. Por supuesto
eso no quedó para final.
Darío tampoco se queda a un lado por las críticas y las burlas de don Enrique; pero no lo
somete “al escalpelo de (Nicolai) Gogol, ni a la tijera finísima de(León) Toltois, ni al cuchillo del
carnicero de (Eduardo) López Bago siquiera…”87 Pues en un artículo que le dedicó a su amigo
Federico Proaño analizando su trabajo literario Darío hace mención del señor Guzmán:
“Proaño es culto y tiene el chiste fino.”
“Sabe hacer sonar la carcajada.”
“Calza el jovial zapato de punta aguda, que es mirado con débil envidia por
las pantuflas chacoteras y usada con que chapotea en el pantano de bufonería el
nicaraguano Enrique Guzmán.” (..) “Hago la comparación porque en Centro América,
tiene Persius, fama y autoridad como escritor jocoso” (Sequiera)
Darío jamás se dejó intimidar por las críticas de don Enrique.
“¡Oh! cómo verán, llenos de horror, los adoradores de ese espantajo literario, al
ver cómo trato, atrevido iconoclasta, al ídolo de su templo”.88
“..... Malaventurados los delincuentes literarios que caigan en manos del Fígaro
nicaragüense, porque sufrirán vapuleo y fisga”89
“Pocos, muy pocos son en Centroamérica los que pueden aparejarse con D.
Enrique Guzmán en materias de conocimiento de la lengua española; y pocos, muy
pocos hay que como él manejen tan felizmente las armas de la crítica.” (..) “Por supuesto
que hay en Nicaragua un bravo grupo de inteligencias —sobre todo entre la juventud—
que saben: que la venerable culebrina del Cardón no sirve para maldita la cosa; que
la catedral de León es un grande desgarbado y antiestético templo; que Granada no es
París, ni Nicaragua Suiza; que las liebres no son gorras y que Enrique Guzmán es un
escritor gracioso, mediano para la América Central y de los que se consiguen a cuatro
por perro chico90 en Madrid o Barcelona. (..) “Don Enrique Guzmán, en sus pedacitos
87 Ferraz, Juan, Director de “La Prensa Libre”- San José de Costa Rica- Mis Impresiones- Ensayo dedicado a
Rubén Darío, por la publicación de “A de Gilbert” – Sequeira-
88 R. D. obras completas Afrodísio Aguado – Viaje a Tarascón. Madrid 1950
89 R. D. ídem - Réplica de Darío a Guzmán
90 Cuatro por “perro chico” Se refería a una moneda del sistema monetario español. Moneda de baja
denominación. O sea, que Darío fuer hiriente y burlesco.

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Centroamericano
Rubén Darío No. 3
En Centro América
de papel, entre chistes y chiste, asegura que ni yo he de hacerle tragar que se puede
derramar la simpatía.”91
También el Príncipe sabía usar el estilete, fuera para escritura, o para una punción crítica
mordaz.
El Sagitario granadino, lanzó todas sus granadas contra Darío mientras estuvo en Costa
Rica, obviamente, ya no era contendiente para la monumental figura del autor de “Azul”. Don
Enrique Guzmán se contentaba con los aplausos de familiares y alguno otro que por evitar
la confrontación podría felicitarlo. No poseía ni el azor, tampoco la alabarda, mucho menos
el hacha de verdugo que pudiera hacerle daño a Darío.
Otro de los que buscaban el exilio era Pedro Ortiz, su compañero y protector en la oficina
de la Presidencia del Dr. Cárdenas.

***
Rubén Darío y Rafaela Contreras en Costa Rica-
Puntarenas, el puerto principal de Costa Rica en el Pacífico, había sido elevada a ciudad
hacía treinta y tres años. Era el puerto fundamental para las exportaciones del café hacia
Inglaterra. Territorio del antiguo domino de la Gran Nicoya. Todavía estaba la vieja iglesia
construida de madera y el zinc comprado en Inglaterra. Algunos chinos empobrecidos
deambulaban en las calles. Otros trabajaban en las líneas ferroviarias. Los gobiernos ticos
habían considerado a los chinos como raza degenerada; y habían sido traído en condiciones
de esclavitud; se encargaban de explosivos, carpintería, cocina y las empresas ferroviarias,
los vendían a las cafetaleros para los trabajos agrícolas.92
De tal manera la migración de los centroamericanos, estaba en los niveles de correspondencia
con la cultura mesoamericana, colonial y pos independentista. Las barreras migratorias, de
las repúblicas creaban las divisiones más profundas de los pueblos y Estados. Los políticos,
e intelectuales de gran trayectoria, y profesores, artesanos o agricultores con capacidad
de comprar tierras, se podían movilizar por todas las provincias de la Antigua Capitanía
General de Guatemala. Sin embargo, el nacionalismo cada día más profundo, contribuía
a desarraigarse de la Patria Grande, sostenida por los políticos y militares heredero del
pensamiento morazánico y el liberalismo. Darío después de su llegada a Costa Rica, perderá
el ideario que absorbió desde niño entre los viejos masones liberales y su trabajo en El
Salvador y Guatemala.
91 Ídem -De cómo Enrique Guzmán se va a tragar la simpatía derramada.
92 Chen Mok, Susana. Radiografía de una inmigración China en Puntarenas, Costa Rica. Web.

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No. 3 Rubén Darío
En Centro América
El puerto, uno más del mismo estilo, a diferencia de Nicaragua. Una muelle, internado en
el mar, y encima una estructura de hierro y zinc, que hace las veces de aduana. Un tendido de
rieles, para llevar vagonetas con equipajes o mercancía. Cerca de muelle, en la playa, frente
a una casona montada en pilastras, pequeñas embarcaciones de un palo para vela; después
decenas de chozas pajizas y artesanos tejiendo palma; algunas casas de los importantes,
construidas con maderas finas, y detalles de molduras labradas finamente. Los rieles
antiguos, era del Burrocarril, que todavía lo recordaban los lugareños con melancolía con
mezcla de chistes; pues desde 1858, hubo un tendido o camino de “fierrro” con el principio
de adherencia y distribución de pesos sobre los ejes, hacía que el artefacto tirado por mulas
funcionara; pero con una lentitud.
Cuando Darío llega a Puntarenas, el ferrocarril recién había llegado, un ramal93. Había que
viajar desde el nivel del mar, hasta la Meseta Central, y uno de los grandes problemas era
cruzar los “Montes del Aguacate” un complejo de alturas de origen volcánico, ente Esparza,
San Mateo y Atenas, para llegar hasta San José. El diseño creaba una serie de puente de acero
entre la cordillera del “Aguacate” como ejemplo el puente sobre el Río Grande en Atenas. Ya
Darío había viajado en unos de las vías más asombrosas entre Santiago y Valparaíso.
Los caminos eran las antiguas calzadas indígenas; y las rutas adicionales de los
encomenderos y la época colonial, por supuesto había rutas que podía llevar a un viajero
hasta el Puerto de San Juan de Sur, en Nicaragua, y fue una de las rutas del Coronel Félix
Ramírez Madregil cuando se desprendió de la tropa de Walker y tomó rumbo a Costa Rica;
y además eran los caminos de los exiliados pobres, en la mitad del XIX, como el caso del
General José Dolores Estrada. Darío y sus acompañantes tenían otros estatus y podía viajar
en los vapores, que por supuesto, era una muestra de posición social. Miles de personas en los
pueblos alejados, jamás, ni conocieron el mar, ni salieron de sus pueblos. Ese estancamiento,
permitió por décadas mantener muchos aspectos de las culturas ancestrales, e incluso,
palabras que en las capitales nadie las conocía, porque era parte del español arcaico.
Doña Manuela Cañas y su hija han llegado a San José, la Capital de la Republica que le
dio la nacionalidad a sus hijas, donde está la base familiar de los Cañas. Es una ciudad que
está siendo impulsada por las ideas modernas de sus gobernantes y alcaldes; considerando
para el diseño de la belleza de la capital, un sueño victoriano. Una ciudad convertida en
capital tardía, después de la independencia. Sus diseñadores buscaban un modelo urbano,
europeizado, que le diera la belleza de los sueños de los migrantes alemanes y, sobre todo,
los ingleses. Todos quería contemplar una ciudad burguesa.
93 En los documentos y fuentes consultadas, no existe verdadera claridad que, a la llegada de Darío a Puntarenas,
existiese una vía férrea hacia San José. Encontramos que Rafael Iglesias en 1895, firmó contrato para las vías en el
pacífico. Lo que había era un ramal dese Esparza a Puntarenas.

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En Centro América
La burguesía josefina se empeñó en hacer realidad las ideas de esplendor en sus
monumentos, calles, edificios; que se convirtiera su capital, en un modelo espacio-social
cómodo que permitiera transferir la visión ideológica del sentimiento común de esa
burguesía. Cuando Darío llega, esa visión europeizada apenas comienza, pero se advierte en
el centro de la ciudad. La plaza se convertido en un bello parque, limitado por bellas verjas
de hierro forjado al mejor estilo inglés.
Para entonces, y desde la llegada del primer “palito de café” con el Padre Velarde en
1812, el café fue el primer producto de exportación hacia los mercados ingleses. Surgieron
Barones del café que lograron establecer desde un inicio un modelo político social, alejados
de las pendencias del resto de los países del Istmo. Pronto se sumaron nuevos nombres a
la estirpe caficultora tradicional, entre los cuales no faltaron extranjeros: Hipolite Tournon,
Emilio Challe, los hermanos Lindo, Jorge Seevers, MaxKoberg, los hermanos Rohrmoser,
familia von Schroter, hermanos Castro, Wilhelm Peters, etc. Tampoco hay que olvidar a los
cafetaleros criollos: Florentino Castro, los Montealegre, Ortuño, Bonilla y González Flores,
Luisvon Schroter, Juan y Adolfo Knöhr, Hipolite Tournon, Juan Dent, los hermanos Lindo,
Florentino Castro y Julio Sánchez Lépiz.
Una fortaleza de valores que se fue inculcando como modelo de vida, sin la pasión ideológica
partidaria. Si, fundada en una ideología de interés por el desarrollo del país, higiene y
educación y manteniendo el control de la economía y de las exportaciones e importaciones.
Cuando doña Manuela Cañas Hidalgo, salió la última vez con su esposo, a seguir la vida
del exiliado, San José todavía conservaba el modelo de pueblo de aires de colonia española.
Adobe y tejas. Plaza vacía para cruces de peatones de un lugar a otro.
“El eje de la transformación moderna en San José a finales del siglo XIX, fue el
conjunto de parques que se construyeron al noreste, que se iniciaba en el Morazán y
terminaba en el Nacional, los cuales estaban unidos por una calle-bulevar, la Avenida
de las Damas, puerta de entrada a la ciudad. Este nuevo eje de comunicación tuvo
repercusiones trascendentales en la ciudad, ya que comenzó a desplazar la importancia
simbólica del espacio público del Parque Central (antiguo centro de poder) a esta
zona durante el período liberal. El noreste fue el escaparate de la modernidad, una de
las zonas de asentamiento de las clases altas y medias, un espacio público en donde
las elites pretendían asegurar su identidad cultural y económica lejos de las zonas
pobres y sectores populares al sur de la ciudad. En la década de 1890 la mayoría de los
recursos para la construcción y mantenimiento de los parques en San José se destinaron

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No. 3 Rubén Darío
En Centro América
exclusivamente a construir el eje mencionado. O sea, para la construcción del Parque
Nacional y dar mantenimiento a los ya existentes, Morazán y Central. Y en menor grado
para las plazuelas del Carmen y la Merced.”94
Muy cerca de la Catedral, segunda Avenida, y frente a la Plaza estaba un predio, donde
estuvo ubicado el “Cuartel Central” en 1842, donde permaneció en Capilla el General
Francisco Morazán, entre el 14 y 15 de septiembre. En ese lugar fue fusilado el unionista
Centro Americano. ¿Se habrá enterado Darío de la ubicación en su estancia por la capital
josefina? Dentro de lo posible y probable, lo primero.
La situación política era caldeada. Caldera del modelo político tico, no era para matanzas.
Berridos, bufidos, cólera seca. Nomás.
El partido “Unión Nacional” de corte liberal, se había aliado con el partido del gobierno
del Dr. José Rodríguez Zeledón, que era la cabeza del partido “Constitucional Democrático”,
con el objetivo de derrocar al partido “Unión Católica del Clero de Costa Rica”, inspirado en
la “Doctrina Social de la Iglesia.” Tal situación le dio la victoria a Rodríguez Zeledón. Cuando
llega Darío y su familia, era Presidente de la República cafetalera.
La realidad social y política no le favorecería mucho, al laureado poeta Modernista. El
Liberalismo de los costarricenses, era una pálida bandera ideológica, y la Unión Católica se
había fundado como el primer partido ideológico de Costa Rica. Era un partido conservador,
confesional y logró muchas diputaciones. De tal manera que ni por liberal ni por católico
encontraría el auxilio para un trabajo que le permitiera vivir con modestia y realizarse como
escritor y periodista.
Por supuesto que no estaban cerradas todas las puertas. Lo que era posible era una mano
generosa como las que le extendieron en El Salvador y Guatemala
No había en Costa Rica, Generales entusiastas por la cultura y un liberalismo ideológico
y Centro Americanista. Podía escribir 300 páginas sobre esos temas, y no habría lectores
entusiastas. Era otro mundo. Una cultura civilista apaciguada, entendida en la frialdad del
clima. Poco pasional, solamente para los procesos eleccionarios.
“El año de 1889 es particularmente importante en el desarrollo político nacional
porque se inicia una participación significativa de las masas en una campaña electoral,
los partidos políticos adquieren ciertas características que, permiten calificarlos como
tales y porque se determina el retiro de los militares de su intervención directa en
la vida política del país. La efervescencia es evidenciada en la cuantía de periódicos
94 Patricia Vega Jiménez* PERIODISMO Y LITERATURA EN COSTA RICA (1833-1950)- Revista de Historia N.º 73
• ISSN: 1012-9790 - enero - junio 2016 • pp. 15-33

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Rubén Darío No. 3
En Centro América
que circulan ese año. Escribir escondiendo la presencia física tras la palabra impresa,
y dirigirse a un grupo de personas desconocidas, anónimas, afirmando y refutando
tesis parece funcionar como una forma de liberar sentimientos, de catarsis individual
y colectiva. En todo caso, los periódicos que surgen en esos momentos de exaltación,
tienen un interés político coyuntural, no pretenden convertirse en órganos de expresión
por tiempo indefinido ni en hojas informativas similares a las que circulan entrado el
siglo XX”95
La oligarquía cafetalera, dese 1870, se había propuesto un Estado Nacional, con aparatos
ideológicos uniformados en el liberalismo como lo entendía; y en todo ese proceso va
creando Museos Nacionales al igual que una Biblioteca, himnos y hasta la creación de mitos
de guerra y héroes, en una cultura que se había sostenido en una tradición pacífica como
modelo de vida y requisito de progreso.
De esa situación con interés de expansión urbana, cultura y crecimiento económico surge
lo que se denominó la “Generación del Olimpo” compuesta por intelectuales, historiadores,
políticos, maestros, escritores. Era una elite ilustrada. No había déspotas ilustrados, sino
explotadores ilustrados.
“Ellos se encargan de crear la mitología oficial mientras los políticos generan
las bases legales e institucionales del nuevo Estado. Estos hombres fueron los primeros
en publicar sus creaciones a través de libros o de revistas literarias, “elaboran modelos
sistemáticos de representación literaria de la realidad nacional, partiendo de criterios
de exclusión o distribución jerárquica de los discursos y los grupos sociales según los
géneros y las funciones literarias”.96
Un país de contradicciones que supieron manejar, ubicándose geográficamente las diversas
culturas, como la afro descendiente en la costa caribeña, la de influencia nicaragüense en el
norte, los indígenas como Borucas, Bribris, Cabecáres al sur del territorio. La meseta central,
está definida para los descendientes, de los migrantes del siglo XIX y los propios habitantes.
Los costarricenses crearon una cultura alejada de las pasiones extremas, más bien con miras
hacia el expansionismo y una introspección que los llevara a sostenerse como los mejores
frente a la barbarie de los vecinos. Esta última posición antropológica, fue de autodisciplina
y enseñanza generacional.

95 De Periodista a literato los escritores de periódicos costarricenses (1870-1890 – Patricia Vega Jiménez.
Anuario de Estudios Centroamericanos, Universidad de Costa Rica, 22(1): 149-163, 1996. Pág. 151
96 Patricia Vega Jiménez O. Cite. Pág. 19

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Cada quién ubicado en su lugar, las contradicciones se disminuían a nivel nacional y
territorial, y las que surgían en la meseta central, se podían negociar o contra restar por el
modelo civilista que se venía forjando y profundizando más entre la misma clase dominante.
Eso influía indudablemente en la cultura de los otros sectores sociales.
Ese es el ambiente de Costa Rica a la llegada de Rubén Darío.
¿Cómo se sitió Darío en Costa Rica? ¡Pero, esa habrá sido la realidad de su vida, como
escritor, periodista y esposo? O se trata de una visión muy subjetiva. Veamos lo que dijo en
su autobiografía:
“No puedo rememorar por cuál motivo dejó de publicarse mi diario, y tuve que
partir a establecerme en Costa Rica. En San José pasé una vida grata, aunque de lucha.
La madre de mi esposa era de origen costarriqueño y tenía allí alguna familia. San José
es una ciudad encantadora entre las de la América Central. Sus mujeres son las más
lindas de todas las de las cinco repúblicas. Su sociedad una de las más europeizadas y
norteamericanizadas. Colaboré en varios periódicos, uno de ellos dirigido por el poeta
Pío Víquez, otro por el cojo Quirós, hombre temible en política, chispeante y popular;
intimé allí con el ministro español Arellano, y cuando nació mi primogénito, como he
referido, su esposa, Margarita Foxá, fue la madrina.
“Un día vi salir de un hotel, acompañado de una mujer muy blanca y de cuerpo
fino, española, a un gran negro elegante. Era Antonio Maceo. Iba con él otro negro
llamado Bembeta, famoso también en la guerra cubana.”
“Tuve amigos buenos como el hoy general Lesmes Jiménez, cuya familia era uno
de los más fuertes sostenes de la política católica.”
“Conocí en el Club principal de San José a personas como Rafael Iglesias, verboso,
vibrante, decidido; Ricardo Jiménez y Cleto González Víquez, pertenecientes a lo que
llamaremos nobleza costarriqueña, letrados doctos, hombres gentiles, intachables
caballeros, ambos verdaderos intelectuales. Todos después han sido presidentes de la
República. Conocí allí también a Tomás Regalado, manco como don Ramón del Valle
Inclán, pero maravilloso tirador de revólver con el brazo que le quedaba; hombre
generoso, aunque desorbitado cuando le poseía el demonio de las botellas, y que fue
años más tarde”
Por supuesto que Darío había conocido a dos grandes amigos costarricense, uno de ellos,
su compañero de trabajo el “La Unión” don Tranquilino Chacón, político fogoso, periodista
dedicado, amigo maravilloso, un liberal de carne, huesos y alma, las palabras de Darío cuando

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el Dr. Chacón se despidió del diario fueron. “unionista de corazón” su constante labor de
propaganda ha sido ha sido dedicada al ideal del patriotismo centroamericano” (..) “Trabajo
copioso y digno” (..) “caballerosidad y nobleza de colega.
La relación con don Tranquilino fue muy próxima, Darío se sentía muy agradecido porque,
estando en Costa Rica el señor Chacón, leyó “Azul” y lo dio a conocer en el medio. Además,
Rubén lo llevó a conocer a sus amistades en San Salvador y como diría después es sus escritos
el periodista tico, “Darío se convirtió en mi Cicerone” (..) “Presentóme a todas las personas
de valer conque él cultivaba relaciones”. (..) “Me llevó a la casa de don Santiago I. Barberena,
doctor en ciencias y letra y redactor en jefe de ese diario” (..) “llegamos a su casa. Tenía un
estudio materialmente cuajado de libros y revistas en el extremo de un largo corredor. No se
puso de pie, nos recibió sentado, inspirando absoluta confianza, como si de antaño fuéramos
conocidos. Rubén se retiró en seguida de la estancia y el doctor le dijo. – Espero que vuelva
inmediatamente. Rubén salió y el doctor se expresó así:
“Este muchacho es un genio. Lo quiero como a un hijo ya verá cuanto lo va a querer a usted.
En tono de la voz de mi interlocutor era tierna como del padre que adora a su hijo” (Sequeira)
Don Tranquilino se enteró por don Santiago, lo que era y cómo se le apreciaba a Darío que
siempre le demostró un afecto y grande consideración. Pues tenía razón el Dr. al asegurar lo
que llegaría a ser.
El josefino, Aquileo Echeverría, fue otro de los amigos que conoció fuera del terruño
costarricense, periodista y político, era un año menor que Darío. Se enroló en la campaña
militar contar Rufino Barrios, y resuelto a todo lo concerniente al intento de la unión por
las armas, así que, Adolfo Dolores Aquileo de la Trinidad Echeverría Zeledón, se estableció
en Nicaragua, con el gobierno del Dr. Adán Cárdenas, fue entonces que conoció a Darío. Por
estas vinculaciones extra territoriales que incluía a don Tranquilino chacón, que tuvo Rubén,
es de suponerse que, también, en el ambiente de Rita Darío y su esposo el Cónsul, hubo
alguna o muchas oportunidades, se conversara sobre Costa Rica, y tener algún conocimiento
o referencia de la realidad cultural de ese pueblo.
En un artículo publicado externó su visión considerada del pueblo que le tendió su mano;
así mismo, la admiración por el poeta errante y sufrido:
“Costa Rica tiene el espíritu más ordenado y pacífico de todas las cinco
repúblicas de la América Central; Costa Rica tiene sangre gallega; Costa Rica tiene un
notable diplomático en Europa que se llama el Marqués de Peralta; Costa Rica tiene
el mejor teatro de aquellas regiones; Costa Rica tiene la Corte Suprema de Justicia
Centroamericana en la ciudad de Cartago, y un edificio que le regala Carnegie; Costa

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No. 3 Rubén Darío
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Rica tiene un tranquilo pueblo de agricultores; y Costa Rica tiene un poeta, el poeta
nacional, el poeta regional, el poeta familiar se llama Aquileo J. Echeverría. Este poeta
ha sido empleado público, militar, diplomático, periodista. Yo le he conocido hace ya
muchos años, cuando era ayudante del presidente Cárdenas, de Nicaragua.”
(..)
“Su carácter, siempre jovial, siempre alegre, se opuso a los persistentes golpes
de la mala suerte. Sus dones intelectuales se fueron aquilatando con los años, pero
el hada Carabosse que, como es su costumbre, había aparecido ante su cuna en los
instantes en que otras hadas le dotaban con muchas cosas buenas, le hizo el poco grato
obsequio de la mala salud. Y he aquí por qué, cuando escrito estas líneas, se encentra el
Poeta de Costa Rica en un sanatorio de Barcelona.”97
Aquileo Echevarría, estuvo muy cercano a Darío en Guatemala, tanto así, que cuando
Rafaela Salvadora tuvo un flujo hemorrágico, el esposo, no tuvo el templo suficiente para
soportar ver las sábanas ensangrentadas, y abrumado por la hematofobia, dejó a la esposa
en manos del médico y fue a buscar a Aquileo para que apoyara al facultativo, el Doctor
Arthoon. (E. Torres)
Esas fueron las relaciones amistosas con dos costarricenses maravillosos en el tránsito
por Centro América. En la capital josefina tendría otras sorpresas con otro estilo.
Pío Víquez Chinchilla, era un político y periodista nacido en Cartago, un hombre de
cuarenta y cuatro años, joven prosista, poeta y educador de gran influencia en la sociedad
culta costarricense. Salido de una familia de pocos recursos, pero con interés de conocer
y proyectarse en la vida. Logró escalar con esfuerzo propio y llegó hasta convertirse en
un funcionario de Estado, siendo Presidente el General Bernardo Soto Alfaro que procuró
solventar temas limítrofes con Nicaragua en 1887, y fue incluido en la comitiva. Al regreso
de las actividades correspondientes, escribió un libro, “Relación del viaje del señor presidente
de Costa Rica general don Bernardo Soto a la República de Nicaragua.”
Tenía don Pío, suficiente información sobre Nicaragua para conversar amenamente por
horas con Rubén, tenía claridad meridiana sobre el comportamiento de hombres y mujeres;
un estudio antropológico del que hacer de ambos en los niveles diversos de la composición
social. Vemos:

97 “Rubén Darío, «El poeta de Costa Rica», prólogo a Aquileo J. Echeverría, Concherías (Barcelona: Imprenta
Elzeviriana de Borras y Mestres, 1909): 7-12.

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“Las dos joyas de Nicaragua (León y Granada) cuentan no pocos hombres de
cerebro abundante que han cultivado y cultivan con esmero su inteligencia; que son
activos, que producen y crean y que podrían darnos luz. (..) “Aquí se acostumbra a tener
mala opinión de la niña que se instruye para no ser mera esponja; allá sucede todo
lo contrario, y mientras una señorita costarricense gana pronto el epíteto burlesco y
despectivo de bachillera, si se atreve a escribir o a conversar sobre lo que no es necio,
una de Nicaragua cuando hace otro tanto, es objeto de simpatía, admiración y respeto.
La nicaraguana es dulce sencilla y modesta, pero tiene por instinto, cuando no
por reflexión, clara conciencia de su alto destino, de su derecho, de su porvenir, y de
que, mitad de ser humano, en nada puede ser inferior a la otra una vez que para la vida
ella reúne tantas condiciones como el hombre.”
(..) El roto, en Nicaragua es ignorante pero discutidor y politiquero. Gasta la
mayor parte de su tiempo en comentar los artículos de periódicos, cuando sabe leerlos.
Habla de sus derechos con aplomo de diputado mañoso, en tanto que no se preocupa de
conocer y cumplir sus obligaciones. No tiene que vestir, ni qué comer, pero en cambio
guerrearía por los fueros del ciudadano libre.”98
Don Pío recién había fundado en 1889, el “Heraldo de Costa Rica” y Darío hizo algunas
publicaciones.
Darío visitó varias veces el “Club Internacional de Costa Rica”, en San José, era toda una
institución del esfuerzo burgués, y del espíritu masónico de la época. Había sido creado
para el recreo de la élite más ilustrada compuesta por hombre cuyas rentas procedían del
comercio y de la producción cafetalera.
Desde el mes de mayo de 1876, facilitaban el local a la Sociedad Científico-Literaria,
“una suerte de club literario donde se reunía la élite intelectual costarricense; allí, jóvenes
como Francisco Chávez Castro (1850-1889) y Pío J. Víquez Chinchilla (1848-1899) departían
con maestros de la talla del doctor Castro Madriz, el presbítero doctor Carlos María Ulloa
(1833-1903), el licenciado Juan Fernández Ferraz (1849-1904) y el doctor Lorenzo Montufar
y Rivera (1823-1898)22. De modo que el Club Nacional parece haber tenido un interés similar
por incorporar a representantes de la juventud costarricense.”99 El Club tenía una biblioteca
de tres mil volúmenes que reflejaban el interés de los intelectuales de la burguesía por la
lectura; sin embargo, Darío no tuvo acceso; tenía que ir a la Biblioteca de la Universidad de
Costa Rica, que poseía por donación, todos los libros de la Universidad de Santo Tomás.
98 Vïquez, Chinchilla, Pío <Obra Citada: pág. 115
99 Santamaría Montero, Bernardo. - El Club Internacional de San José y la cultura ilustrada finisecular. Revista
de Estudios Históricos de la Masonería Latinoamericana y caribeña On-line versión ISSN 1659-4223.-

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No. 3 Rubén Darío
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El ideal de la masonería, era crear clubes y profundizar en la cultura con “espacios de
difusión de los valores propios de la ideología del progreso, de la civilización, de la democracia
y de las libertades de expresión, de asociación”100 El Dr. Antonio Zambrana Vázquez, recién
llegado a Costa Rica en 1876, formó parte del club, era un excelente cronista, jurista, masón,
político y filósofo cubano que se ganó el aplauso de la élite josefina y pronto fundaría
Academia de Ciencias Sociales. Su estancia en Nicaragua permitió que Rubén Darío lograra
tener una excelente amistad con él. Zambrana fue otro que le dijo que se fuera a Chile.
Darío tuvo la circunstancia de conocer a varios políticos jóvenes que llegaría a ser
presientes de Costa Rica, todos ellos participaban de las tertulias en el Club y uno de ellos
fue Ricardo Jiménez Oreamuno, de quien Darío tuvo amables consideraciones sobre la
condición de caballero. Era un jurista que publicaba ensayos sobre derecho y política, y,
durante la primera Administración de Bernardo Soto Alfaro fue Ministro Plenipotenciario
de Costa Rica, El Salvador y Nicaragua en México, (1885), durante la emergencia bélica
provocada por la campaña unionista del Presidente de Guatemala Rufino Barrio. Tenía
conocimientos de la política y diplomacia de Nicaragua. Tenían mucho de que conversar
aparte de los temas culturales.
El Dr. Cleto González Víquez fue un político, abogado e historiador costarricense, y fue
Presidente de Costa Rica como Rafael Iglesias Castro, que a los diecinueve años ya estaba
metido en política con energía y decisión. Nieto del ex Presidente José María Castro Madriz.
Comerciante con excelentes recursos y extraordinaria influencia en la sociedad josefina; y
cuando Darío compartía las tertulias literarias, Iglesias tenía treinta y un años. Hombre de
éxito empresaria a una edad relativamente de juventud.
Compartió esas tertulias con Justo A. Facio nacido en Veraguas, donde había nacido uno de
sus ancestros. Justo desde muy niño se trasladó a Costa Rica, era un gramático y versado en
Literatura Española, poeta y ensayista; colaboraba con muchas revistas y periódicos incluso
el de don Pío Víquez, “El Heraldo de Costa Rica”.
Su otro amigo fue Ricardo Fernández Guardia para entonces recién había llegado a San
José de cumplir su trabajo diplomático en España, “Ad ínterin”, Encargado de Negocios.
Fernández era un apasionado de la literatura francesa, y por consiguiente había una razón
suficiente para intercambiar ideas y conocimientos; un apasionado de la historia y escribió
muchos libros.
Darío mantuvo muy buenas relaciones con este sector con el beneficio cultural,
posiblemente participar en los eventos sociales lo que le condescendió al ojo dariano, seguir

100 Santamaría Montero, Bernardo O. cit.

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con prudente mesura, las bellas señoras y señoritas, desbordadas de belleza natural, además
de las Niágara de encajes, brocados entretejidos de oro y plata, los sombreros femeninos
compitiendo con sus plumas y flores con los campanarios de la Catedral: “La belleza de la
costarricense no es la belleza real de la chilena, ni la belleza marmórea de la guatemalteca; es
una belleza dulce y misteriosa que arrastra las almas. Es como de marfil, bañada la faz con una
suave disolución de rosas. Y las hay de distinto encanto. Guardo en mi memoria una colección
de rostros y de cuerpos que ni si fuese un museo de femeninas beldades. La señora de G. a la
cabeza como una emperatriz Tienen la hermosura dominadora y al mismo tiempo dulce como
una pastora ideal. Cuando sonríe, su sonrisa es la de las enigmáticas y eternas giocondas. La
señorita A, una parisiencita que hace vibrar a través de los espejuelos la apasionada luz de las
estrellas. (..) La señorita A. E., que no habla sin que le rubor llene su faz, un lirio, una perla que
a cada instante recibe el beso de la luz de una aurora.” (E. Torres)
Bellas unos, otras “corrongas” Darío encontraba la belleza pura y la hermosura fonética
con el arrullo, “palabra rara que parece el arrullo de paloma” (E. Torres)
***
Rubén Darío vivió con su esposa en la calle No. 8, una casita pequeña con el No. 265, en
esa oportunidad se llamaba “Calzada del Paso de la Vaca”. A unas tres cuadras de la Plaza y
Catedral.
El “Paso de la Vaca” era el mote que tomó la calle por una historieta surgida por una familia
originaria de Nicaragua de apellido Zambrano, llegaron muy pobres y en pocos años lograron
tener mejores recursos que les permitió tener un mejor nivel de vida y por consiguiente, se
amueblaron y decidieron llamar al imaginero que había llegado de Guatemala a servir al
Obispo en la Catedral, y dieron encargarle las figuras sagradas de un “Paso” o sea lo que en
Nicaragua se llama “Un Nacimiento” El famoso “Belén” atribuido a San Francisco de Asís.
La familia que tenía por apodo los “bueyes” y le pidieron al tallador de esculturas que, en
vez de un buey, hiciera una vaca. La calle donde vivió Darío con su esposa y el lugar donde
nace su primer hijo fue en la actual Calle ocho, antes “Calzada del Paso de la Vaca.” Cerca
estaba el “Mercado de Carretas”, donde las familias de la zona se proveían de los productos
agrícolas a un buen precio.
La calle ocho, tenía hondonadas en invierno, porque era paso de carretas, había mucho
lodo, y en verano, era un problema mayor por los vientos que alzaban en las calles cantidad
de polvo. La casa era de acera alta.

Bicentenario  Pág. 147


Centroamericano
No. 3 Rubén Darío
En Centro América
San José entraba a un período de modernización como lo hemos señalado, “era un pueblo
de casas de adobe y teja. Los únicos edificios grandes eran la Catedral, la Fábrica de Licores,
el Hospital San Juan de Dios, el Seminario y el Hospicio de Huérfanos. El comercio constaba de
ocho almacenes, dieciséis tiendas, tres cervecerías, siete ventas de materiales de construcción,
unas cien pulperías y cuatro librerías.”101 En la Librería Montero, Darío puso a la venta su
libro “Azul”, con un anuncio en “La Prensa Libre”:

“AZUL. POR RUBÉN DARÍO. ¡EL LIBRO DE MODA!


SE VENDE EN LA LIBRERÍA DE MONTERO.
HAY POCOS EJEMPLARES.”
Una de las características de la mayoría de las pulperías de San José, es que tenían un espacio
para que los parroquianos tomaran unos tragos. También las cantinas eran abundantes y las
más connotadas eran “El Gran Vicio” y “El Ballestero” que todavía existen; cabe notar que en
Buenos Aires existe todavía el local donde Darío llegaba con los compañeros de “La Nación”
a discurrir sobre temas literarios o políticos.
Es interesante conocer del joven escritor contribuyendo con sus escritos escritor en las
revistas y periódicos en Costa Rica. Francisco Gavidia estaba en el periódico “La Prensa
Libre” como Director, pero días después, exactamente el 3 de septiembre de 1891, Darío
fue nombrado Director del mismo periódico sin remover a Gavidia. Por supuesto era una
situación que no dependía de él, sino de la voluntad del dueño, sin conocerse las intenciones,
salvo la más inocente y limpia, querer tener dos Directores de reconocidas plumas. Por
supuesto, que Darío tenía a la fecha una corona que no podía ser arrebatada en ese momento,
ni por el resto de su vida; ni después de su paso por esta tierra. Pero obviamente, nadie
podía saberlo. Gavidia lo había llamado a su llegada y le había dado trabajo. Había obrado
con nobleza.
Con el trabajo de periodista en “La prensa Libre” el salario no era suficiente para mantener
el hogar, había suplir los gastos de la llegada de un hijo, medicinas circunstanciales y otras
eventuales, pago de alquiler, viajes, alimentación de los miembros de la familia; por tanto,
tenía que publicar en otros medios como “El Heraldo de Costa Rica,” “El Comercio” hacerse
cargo de conferencias fuera de San José; viajar a Cartago, Alajuela, y Heredia donde habían
escritores, periodistas, círculos literarios; y gente gustosa de la literatura.

101 Rubén Darío en Costa Rica. - Carlos Porras. Web

Pág. 148 Bicentenario


Centroamericano
Rubén Darío No. 3
En Centro América
Esa situación afectaba a su esposa, de la que no se han ocupado los biógrafos, que se
limitan a reseñas literarias y no ven a los autores desde otro prisma, pues es necesario
verlos desde hechos que muestran matices de su personalidad, la angustia humana, el trajín
del día a día en la búsqueda incesante de vivir decentemente y envueltos en la agonía entre
el impulso natural del genio y la realidad material de la vida.
Rafaela Salvadora Contreras y su señora madre, doña Manuela, tenían que vivir esa
realidad; no era nueva la angustia para ellas, pero una angustia que se prolonga, se convierte
en agonía. Doña Manuela tuvo durante toda su vida el calvario de vivir maleta en mano, y sus
hijas, pasar el mismo calvario de pueblo en pueblo, de república en república.
Rafaela Salvadora era tenaz y esforzada, de carácter fuerte y decidido, pues se puede
deducir desde las publicaciones como “Emelina” y después como “Stella”, muy romántica
y seductora, además tenía virtudes como inquebrantable ante las dificultades e incapaz de
rendirse, todo ello fue capaz de soportar, a partir de su decisión de amar y casarse con Rubén
Darío, que poco tiempo estaba en la casa, que llegaba traspirando alcoholes; y que había que
recuperarlo para que asistiera algún evento o al trabajo; la madre ya mayor, atendiendo a la
hija en el embarazo. “los besos han partido como pájaros en fuga; las rosas están marchitas y
los brazos deseosos,” 102
Esto es realidad en la vida de Darío como esposo. Las urgencias de la vida cotidiana y los
compromisos. El genio tiene la desdicha que las necesidades objetivas de la vida, tropiezan
con el impulso natural y misterioso que tiene trazada la ruta hacia la majestad. Los genios o
raros, aparecen siempre como descuidados de lo que el hombre natural con responsabilidad,
asume todos los días, sin más premio que la satisfacción de la existencia misma. El genio
traza un camino que solo él puede cruzar; y es un niño permanente, pues solamente así,
puede ver donde el hombre corriente no ve; puede tener el descuido inocente y crear las
más hermosas fantasías que pinta, esculpe o escribe. Darío fue siempre un niño. Un Raro.
Un barrio pobre, pero no desgraciado. Con las dificultades de la época. Hubo que comprar
mobiliario todo para instalarse. A no ser que la familia que tenía doña Manuela hubiese
contribuido con algunos. Solidaridad entre familiares en esa época era real y desinteresada.
Se ha visto en todo este trabajo a Darío, en permanente contacto desde niño, con políticos,
periodistas y escritores errabundos unos como Ulises, otro como gitanos.
Toda esta vida plagada de angustias, frustraciones, y destierros, se resumen en los libros
en frases vacías, las observaciones se limitan señalar los traslados y publicaciones; queda
desprovisto el biógrafo de un humanismo, obviando la dimensión del espíritu sufrido,

102 R. D. Los Raros. – La Leyenda del Águila – D´ Esparbés, -. O. Cit. Pág. 81

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No. 3 Rubén Darío
En Centro América
el dolor por las embestidas políticas, cárcel y destierros producidas por las dictaduras o
las satisfacciones y oportunidades que ofrecían los gobiernos liberales a las contrapartes
ideológicas en el reto del istmo.
Rafaela Salvadora aun cuando tenía talento para escribir, la veta si no se agotó, fue
interrumpida por la realidad biología; la social y económica. El Príncipe de la lengua
castellana, no era un príncipe azul de los sueños, tampoco ella fue la mujer de cristal con
toda la dicha que tuvo el personaje de su cuento oriental¸ pues estaba, “ella solitaria como
la tristeza103”.
Darío fue muy prolífero en su producción que le permitía conseguir el sustento familiar, de
tal modo que, publicaba editoriales, obituarios, reseñas de libros, reportajes, sus impresiones
sobre los pueblos de Costa Rica que visitaba y, por supuesto, numerosos poemas y relatos.
¿Conoce el lector la cara que se debe tener para esas ocupaciones y andar de oficina en
oficina buscando el “Sí” o sentir la frustración de un “No”? Darío deja ir toda su frustración,
su observación objetiva y subjetiva en “¿Por qué?
“. ¿El pez grande se come al chico? Sea; pero pronto tendremos el desquite. El pauperismo
reina, y el trabajador lleva sobre sus hombros la montaña de una maldición. Nada vale ya
sino el oro miserable. La gente desheredada es el rebaño eterno para el eterno matadero. ¿No
ve usted tanto ricachón con la camisa como si fuese de porcelana, y tanta señorita estirada
envuelta en seda y encaje?”
***
El 15 de setiembre de 1891 asistió a la inauguración del Monumento a Juan Santamaría
y escribió un artículo titulado “Bronce al soldado Juan,” en que se refirió a la discusión,
acalorada por aquel entonces, sobre si Juan Santamaría había nacido en Alajuela o en Barba
de Heredia.
“¡Bronce al soldado Juan! ¡Música, himnos al Mestizo! ¡Pompa y gloria al
«gallego»! ¡Costa Rica celebra al pueblo en el soldado, y al heroísmo en el ciudadano
humilde, que murió valiente en trance raro y épico, digno del canto de un Homero
indígena, con su antorcha en la mano! ¡Bronce al soldado Juan! Para que vea el
costarricense de mañana en su civilización creciente y brilladora cómo eran los que
iban arma al hombro, al son del clarín de las viejas campañas, mandados por capitanes
que hoy tienen la cabeza, fogueada antaño, llena de canas. ¡Buenos tiempos viejos,
caros a nuestros padres! Entonces fue cuando se echó al bucanero de rifle y bota, como
a una fiera invasora; entonces era cuando cantaban en los campamentos los soldados
103 R. D. Los Raros- La Leyenda del Águila – Georges D´ Esparbés - O. Cit. Pág. 63

Pág. 150 Bicentenario


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Rubén Darío No. 3
En Centro América
bravos, canciones patrióticas al son de la guitarra que iba sobre el morral del sargento
o la chamarra del cabo, para alentar y alegrar con sus cuerdas, en las noches del vivac,
a los que luchaban por la patria y la libertad.”
“Eran los atrevidos combatientes de la guerra nacional; era el momento histórico
en que Costa Rica fue el país salvador de sus hermanas de Centro América. Y en una
noche, en un instante, de entre los hijos del pueblo, brota una hermosa encarnación
del heroísmo, admirablemente a propósito para ser eternizada en una estatua por un
escultor fogoso y fuerte, por un artista magistral.”
“¿Juan Santamaría…? He oído discutir su acción…; que no es de Alajuela sino de
Barba…; que era feo, con el pelo erizado, que era un hombre vulgar…; ¡truenos de Dios!
¡Si no hubiera existido sería un sagrado símbolo para la noble patria costarricense!
Del estúpido Eróstrato se sabe que existiese, incendiario brutal y desatentado, después
de tantos siglos que han pasado sobre su memoria. ¿Ayer no más realizó su triunfo
Santamaría y ya habría que discutir su existencia?
Nazca en Barba o en Alajuela, o en San José, lo que brilla es su frente de héroe,
ya resplandeciente en una lírica y espléndida apoteosis.
La pobre madrecita hija del pueblo como él, y a quien se le dio pensión escasa,
aunque aliviadora, diría cómo era su hijo Juan Santamaría, «el gallego», «el erizo»,
el pobrecillo que tiene ahora pedestal de granito para su estatua y una gloria de luz
inmortal para su nombre.”104
Mientras estuvo en el diario con Gavidia, ambos viajaron para entrevistar al Cacique o Rey
de los Talamanca, Antonio Saldaña que había asumido la jefatura de las tribus a los 20 años,
y que para el encuentro con los periodistas tenía 33 años. Nariz achatada, pómulos grandes
y salientes; moreno, de tamaño regular. Vestía de blanco con una cotona bordada en el pecho
con los colores y rasgos del simbolismo tribal. Se puso el penacho de plumas blancas de
águila. Era el jefe reconocido en la región de las tribus de los Bribris y Cabécare, además,
de los Chanbinolas y Borucas, que estaban ubicados en la parte sur del territorio. Fueron
días de travesía de mucho cansancio. Gavidia y Darío sabían que tenían que ser creativos
para que diario estuviera en manos de la mayor cantidad de lectores en San José y las otras
provincias.

104 Publicado en El Heraldo de Costa Rica, el 15 de setiembre de 1891.

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No. 3 Rubén Darío
En Centro América
El 12 de noviembre de 1891, “ha visto el feliz anuncio de un vuelo de cigüeñas”. Nace su
primogénito. No se conoce de ninguna manifestación escrita por la alegría de ser padre.
“La Prensa Libre”, El Heraldo, La República, La Revista de Costa Rica, y Diario del Comercio de
Costa Rica, anunciaron dicho nacimiento.
Se desconocen las manifestaciones que pudo haber en su entorno para felicitarlo; pero, el
día anterior Gavidia y Darío habían sido despedidos del Diario. Tres ocasiones fundamentales
en su vida estuvieron vinculadas a quedarse sin trabajo.
Las deudas eran muy grandes. Casi nunca se pudo escapar del persecutor implacable
llamado acreedor. Deudas grandes que eran casi imposible pagarlas con los salarios ni con
lo que recaudaba por las colaboraciones en las revistas; mientras tanto, Rafaela Salvadora
había quedado muy frágil después del parto y Darío, desempleado; había firmado algunos
pagarés a los médicos y por las medicinas.
Aunque la situación de Darío empezaba a tornarse desesperada, mantenía buenas
relaciones con las altas esferas sociales. Tenía carácter para poderse mantener en medio de
las aflicciones y las obligaciones sociales que le permitían enlaces y recursos en ello.
Días de angustias para todos en casa, pero se decía: “He sufrido; pero no me he dejado
abatir y he mantenido alta la cabeza”105 Y regresó el viejo pensamiento cuando su tío político
lo desdeñó: “Sentirse poseedor del sagrado fuego y no poder acercarse al ara; luchas con
la pobreza, estar lleno de bellas ambiciones y encontrarse solo, abandonado a sus propias
fuerzas en un campo donde la fortuna es la que decide es cosa áspera y dura.” La Providencia
no olvida.
El General e Ingeniero Lesmes Jiménez Bonnefil, se había convertido en un gran amigo
del joven poeta; Lesmes, era un católico como León Bloy, “apostólico, romano intransigente,
- acerado y diamantino- indomable e inrayable” 106 y se enteró de las angustias de su amigo;
cuando llegó la hora del bautismo, Jiménez Bonnefil que, había sido escogido para ser el
padrino del primogénito, sus vínculos, hicieron posible que el Obispo de San José, Monseñor
Bernardo Augusto Thiel, bautizara el primogénito de los esposos Darío – Contreras.
La familia y los invitados llegaron a la Catedral y entraron por el “Propileo Sacro”, hacia
la puerta principal, hacia la nave principal, bajo un largo cañón corrido hasta llegar al
Baptisterio donde los esperaba el señor obispo. Asistieron a la boda en la misma calidad de
padrinos el Marqués de Casa, don Luis Arellano y Arróspide y su esposa la señora Foxá.

105 R. D. Los Raros – Jean Morea. - O. Cit. Pág. 71


106 R. D. Los Raros – León Bloy. O. Cit. Pág. 163-

Pág. 152 Bicentenario


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Rubén Darío No. 3
En Centro América
El Obispo Metropolitano era sacerdote paulino de origen alemán, para entonces de
cuarenta y un años de edad, había sido expulsado en 1884 por el gobierno de Próspero
Fernández Oreamuno, y regresó en el 86, y publicó la carta pastoral “Sobre el justo salario de
los obreros y artesanos” que fue base fundamental para el Partido Católico.
Darío frente a los problemas ideológicos, trató siempre de no tocar temas controversiales
y políticos, donde los aspectos religiosos eran más evidentes, y conocía muy bien las
consecuencias.
Se desconoce otros aspectos humanos de la familia, cómo pudieron haber pasado las
navidades y año nuevo en el hogar plagado de deudas; o quizás aliviado por las pródigas
manos de sus amistades y familiares de doña Manuela Cañas. Es de suponerse que no
estuvieron abandonados, por las mismas relaciones sociales y aceptar como una realidad
cultural, el apoyo de la familia Cañas.
Para el cumpleaños número 25, el 18 de enero, Jiménez Bonnefil le entregó dinero para el
viaje a Guatemala y los pagarés de las deudas que ascendían a unos dos mil pesos duros de la
época, debidamente cancelados. Se puede observar que alrededor de la vida de Darío, desde
su más temprana edad, estuvo rodeado de militares, masones, todos ellos hicieron posible
sus viajes, sus trabajos más importantes en los periódicos de El Salvador y Guatemala; en
esta oportunidad, un general profundamente católico que, siguiendo al Pastor josefino en
sus prédicas evangélicas, y de la Doctrina Social de la Iglesia, se volcó en caridad cristiana
para el prójimo: Rubén Darío. ¡Oh! Alivio. Un poco de paz para él, y también angustia para
Rafaela Salvadora, que quedaría sola de nuevo.
***
Juan Fernández Ferraz era un republicano español, nacido en una de las Islas Canarias, un
hombre versado en Literatura y lenguas clásicas, llegó a Costa Rica, con buen pie, pues sus
hermanos Valerio y Víctor trabajaban en Cartago; fundó los medios escritos, “Diario de Costa
Rica” y “La Prensa Libre” pedagógicamente en un krausista, enamorado de la denominada
“Libre Enseñanza”. Darío estando en El Salvador, le envió un ejemplar de “A. de Gilbert.” El
erudito español se sorprendió de todo lo escrito. Rubén publicó en “La Unión” en el No. 139
del 1 de mayo de 1890, el artículo que Fernández Ferraz publicara en su diario, sorprendido
y elogiando, no solamente la obra literaria de Darío, sino también su persona.
“De todo lo que Rubén ha escrito no he tenido la fortuna de leer, en lo que al
libro hace, más que éste presente tomito (A. de Gilbert) y si conozco su “Azul” es por lo
que de él escribió en su valiosa carta crítica Juan Valera, y de los demás sé lo que ha
dicho Gavidia, que lo de la Barra no lo he visto, y tal cual referencia en periódicos más
o menos superficiales.”

Bicentenario  Pág. 153


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No. 3 Rubén Darío
En Centro América
(..)
“Lo cierto es que el libro de Rubén Darío que acabo de leer, más me ha hecho
conocer a Chile que a Centroamérica.”
(..)
“De suerte que Darío posee uno de esos espíritus profundamente religiosos,
alma de asceta que se repujan sobre el yunque al incesante martillar de los desengaños
y de las desilusiones. Por analogía me agrada mucho me alegra haber descubierto esta
veta en Rubén, y ojalá que la cultivara con toda la parquedad y modestia del sabio”
(..)
“Sea de ello lo que quiera, y antes que tenga el placer de conocerle personalmente,
si como dice viniere a este país y tuviere yo la ocasión para oírlo y platicar con él, me creo
obligado a decir que Rubén Darío será más feliz en las letras que en la política, y que
su ejemplo servirá grandemente a la pujante y hábil inteligencia de sus compatriotas
centroamericanos.”
“Y ya que llegue aquí, y después de aconsejar a mis amigos de Costa Rica que
lean el librito de Rubén voy a expresar una idea que de tiempo me bulle en el cansado
cerebro.” (Sequeira)
No hay algo escrito que informe cuáles fueron las razones de Fernández Ferraz para
cancelar en trabajo de Darío y Gavidia en “La Prensa Libre”. Ni anécdotas ni nada escrito.
El otro sector de escritores y poetas que vivían en algunas provincias, recibieron muy bien
al poeta nicaragüense, de tal manera que uno lo acogió en su casa, o en otro caso se acomodó
en un pequeño hotel con la comodidad de un pueblo y la época.
Roberto Brenes Masén, fue uno de los más jóvenes que se acercaron a Darío en San José;
abrazó la carrera del periodismo y luego, la política. Fue a estudiar a Santiago de Chile, y
tuvo la maravillosa oportunidad de conocer a aquellos poetas y periodistas que estuvieron
en los medios de prensa por compañero a Darío.
Brenes Masén, a la sazón era un joven de diecisiete años y estudiante del liceo, sufriría un
examen, y la institución tenía, se puede observar, la fortaleza, criterio y prestigio de llamar
a constituir un jurado a personalidades de renombre y gran talento. Los jueces fueron Dr.
Antonio Zambrana Vázquez, el periodista, don Rubén Darío y el Prof. Francisco Gavidia.

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Rubén Darío No. 3
En Centro América
Se puede observar en este caso muy particular,
como Darío está en la misma mesa y circunstancias
que su maestro en Nicaragua. Y, por otro lado, como
la institución pudiendo haber cumplido con el deber
llamando a otro de mucho prestigio en su medio, llama
a Darío, por consiguiente, los tres jueces le daban un
gran prestigio a la institución educativa, porque en esa
época importaba la academia, no el lucro. Los directores
de las instituciones educativas no eran comerciantes.
La primera vez que Brenes Masén conoce a Darío,
se fija en los detalles de la personalidad del poeta que
él admiraba. ¿El joven estudiante había leído “Azul”?
¿Era motivo de estudio en alguna clase de literatura,
donde él, como otros, se enteraron de la existencia del
poeta y su libro? Se podría considerar que Darío caló
profundamente con su poesía en los estudiantes, y
obviamente, uno de tantos sobresalió por la naturaleza
o inclinación hacia la composición literaria.
El retrato que hace de Darío muchos años después, es indudable el reflejo material de una
huella que le quedó impresa toda su vida. Darío tuvo es particularidad, su personalidad no
pasaba desapercibida, pues lo mismo sucedió con el argentino cordobés, Arturo Capdevila
que tenía unos ocho años cuando lo vio.
Esta es la impresión de Brenes Masén:
“Por los corredores y los patios del Liceo, los estudiantes reían para disimular sus
temores. Una mañana, para su asombro, los mayores escucharon un rumor: nuestros
examinadores estaban ahí, un gran orador cubano, Antonio Zambrana, un escritor de
El Salvador, Francisco Gavidia, y el nicaragüense Rubén Darío, a quien los periódicos
habían recibido con un generoso aplauso.”
“Todos conocíamos la elocuencia maravillosa de Zambrana puesto que había
convivido con nosotros por varios años. El nombre de Rubén Darío tenía para nosotros
un inusitado encanto.”

Bicentenario  Pág. 155


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No. 3 Rubén Darío
En Centro América
“El examen fue oral y, mientras aguardaba mi turno, observé la apariencia
del poeta que tanto ya admiraba. Llevaba él una levita parda y pantalones de rayas.
Una nítida corbata de lazo hacía resaltar el color marfileño de su rostro. Tenía una
perilla cuidadosamente recortada y un fino bigote. Su nariz sensitiva, sus mejillas y su
frente le daban un aire de peculiar distinción. Su pelo era negro y ondeado. Ni su tez
ni su fisonomía revelaban el indio chorotega que había en él. Sus manos, así como sus
maneras le comunicaban un aspecto aristocrático. Sentóse él ahí, frente a nosotros,
quieto, y aunque no recuerdo sus preguntas, sí recuerdo que no eran demasiado difíciles
ni traídas de los cabellos. No hubo discusión entre examinadores. Terminada la prueba,
me di cuenta de que la imagen del poeta había quedado grabada en mi memoria.”
Luis Rafael Flores Zamora, poeta herediano, de treinta y un años, amigo de Darío en su
juventud, un día llamó al poeta Luis Dobles Segreda para contarle y quedara constancia
histórica de la presencia de Rubén Darío en Heredia. Y exactamente en su casa, donde estuvo
por unos días. Esto escribió Segreda:
«Tenía Rubén un raro prodigio para verlo todo de golpe.
» Al dejar el estribo del coche ferroviario, sus grandes ojos abarcaron
el conjunto.
»—Tu Heredia es una ciudad amable, Luis Flores. Tiene lindas mujeres
y un poeta.
»—Gracias, Rubén.
»—Ese vocablo nacional corrongo debe haber nacido aquí, nada habrá más corrongo
que esta aldea.
» Después escribió un lindo boceto y lo iniciaba con esas mismas ideas:
Desde la llegada comprende el viajero que Heredia es una ciudad amable. Empleando
un vocablo nacional y gráfico se la podría llamar corronga. He visto de pronto sus
casas, sus parques, sus iglesias, tiene mucho árbol, muchas mujeres bonitas, mucha
gente religiosa…
» Después, otro día de revolver calles.
» Entonces la ciudad era distinta. ¡Ni la sombra de hoy! Yo me sentía
apenado.
»—Pues ya ves, Rubén, es una aldea apenas, como tú dices; ni luz
eléctrica tenemos.
»—No mientas, Luis. ¿Y esos ojos?
» Lo decía deteniendo del brazo a una guapa muchacha para mirarle los ojos de cerca.
» La muchacha se incomodaba.
»—Más lindos así, cuando se incendian.

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Rubén Darío No. 3
En Centro América
» La moza se iba extrañada y el poeta seguía su elogio.
»—¡Qué lindos ojos los de estas mujeres, Luis! Hay mucho sol en el
país, pero estas heredianas tienen mucho sol prisionero. Yo no podría
vivir en Heredia.
»—¿Por qué?
»—Viviría como un sátiro, persiguiendo mujeres para besarles los ojos.
»— Es muy lindo tu país, pero yo necesito vivir y tu país no tiene
trabajo para mí. Mi machete es la pluma, hay que buscar dónde hacer
la siega. Aunque quisieran estos periódicos pagarme, no podrían; es
todo tan chico acá.
» Luego volvía a mirarme con ojos llenos de franqueza.
»—Y tu país huele a Fenicia, es un país de mercachifles.
» Cuando notó que la verdad era cruda, me puso la mano sobre el
hombro para consolarme.
»—¿Pero Heredia? ¡Ah! Heredia es suave, cortés, coqueta y rezadora»
El joven poeta publicó la conversación en 1920 con la consideración del Rafael Flores
Zamora: “Escríbales todo eso a los nicas que quieren tomar mis impresiones al través de tantos
años”. Da fe el poeta flores que tuvo en sus manos unas cuartillas de lo que llamaría “El
Coloquio de los Centauros”
Mario Flores, 43 años después publicaría en el Repertorio americano del Dr. Joaquín
García Monje, un artículo muy humano y anecdótico de Darío en Cartago y San José. Se
trata de la realidad humana de Darío y de sus casi insuperables flaquezas con los alcoholes;
“encontrareis la obsesión por las carnes”107 “sin más amor que el de la belleza108” de la mujer
y sus formas. Darío encontró el rigor de los barrotes, la angustia; y la pena histórica de que
jamás había estado entre cerrojos y que fuera Costa Rica el lugar donde al apego a la ley, y
sin atender explicación alguna de parte del gendarme, fuese llevado a la cárcel.
Así lo contó Mario Flores, a los lectores del “Repertorio Americano”:
“Acerquémonos a su mesa de labor. ¿Dónde estaba esa mesa? Desde luego en
algún lugar que no sea una seria redacción de periódico, porque la originalidad riñe
con la rutina y es así como nos encontramos con el poeta la mayor parte de las veces
conversando con su cantinero en San José, y tomando ajenjo frente a su mesa clásica.
Este cantinero a quien quiso Darío se llamó José Aguilar; lo conocí personalmente y él
me contó algo que luego relataré.
107 R. D. Los Raros – Jean Richepin. – Opus cit. Pág. 186-
108 R. D. Los Raros – Laurent Tailhade. O. Cit. Pág. 220

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No. 3 Rubén Darío
En Centro América
En amable plática solía pasarse con Aguilar, y muy corrientemente, ya entrada
la noche, llegaban sus compañeros de labores a recordarle el editorial o el verso y
entonces Darío pedía a su proveedor de ajenjo un papel que era de la peor calidad y allí
escribía el poema o la prosa inmortales, los daba al interesado y mientras la imprenta
ejecutaba su labor mecánica, el cerebro de Rubén seguía alimentando un sueño azul.
En uno de esos atardeceres cantineros, y probablemente en un intervalo
silencioso, vio pasar el bardo a una chica semi campesina, aspecto en apariencia sin
interés, pero que logró poner en vibración esas cuerdas dormidas que cuando menos se
piensa se exaltan y producen la pasión amorosa, y entonces contemplamos al poeta de
los lagos conturbado en sus más recónditos sentimientos, formar un idilio casi infantil
con una flor de nuestros campos, en cuya covacha pernoctó repetidas veces, quizás
pensando en aquello de «hombre montaña encadenado a un lirio».
(..) “En su temporada «tica» también ocurrió a Rubén un suceso que podría
llamarse tragicómico y que recuerda a Cervantes. Fue en la ciudad de Cartago. Asistía
Darío a una de esas tertulias corrientes en las sociedades.” (..) “fue a recogerse en un
modesto hotelito de aquellos tiempos. Tocó la puerta una, dos y tres veces, pero nadie
atendió a su llamado; apeló a un guijarro para producir mayor ruido, pero cuál no
sería su sorpresa al ver acercarse algo así como un fantasma medioeval, un capote en
marcha,” (..) “reconoció Rubén a un policial. (..) “En vano trató de justificar nuestro
huésped su actitud y aquel «velador del orden», sin mayor miramiento, lo condujo a la
reclusión, hasta nuevo aviso. Y sí, al clarear del nuevo día, Rubén Darío miraba tras la
reja un amanecer costarricense, tal como mirara también el Manco de Lepanto desfilar
el Quijote a través de una celda”.109

Mario Flores
***
El 10 de mayo de 1892, Rubén Darío, llega en ferrocarril de nuevo a Puntarenas para
abordar el barco “Barracouta” que lo lleve de regreso al Puerto de San José, Escuintla,
Guatemala. Se recordó las palabras que había vertido sobre Costa Rica a Luis Florea Zamora:
Es muy lindo tu país, pero yo necesito vivir y tu país no tiene trabajo para mí. Mi machete es la
pluma, hay que buscar dónde hacer la siega. Aunque quisieran estos periódicos pagarme, no
podrían; es todo tan chico acá.”

109 Algo más sobre Rubén Darío en Costa Rica - Mario Flores - Repertorio Americano, XV, 16 (1934): 255-256.

Pág. 158 Bicentenario


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Rubén Darío No. 3
En Centro América
Llegó la hora de la despedida.
Una despedida que sus pañuelos quedaron en la cuna del primogénito, y en los brazos de
la madre. La mujer que no volvería a ver nunca, jamás. La esposa que, desde el matrimonio
civil y su llegada a Costa Rica, muy pocas horas compartió con su Príncipe.
La casa reducida, con los pocos muebles necesarios para una vida decorosa y sencilla,
testigo fiel de las tristezas, lagrimas, desconsuelos, esperas, vio partir al poeta elegantemente
vestido con su sombrero y corbata de lazo fina de seda ajustada al cuello, y su elegante
bastón muy a la moda en la época, como lo vio caminar una vez Brenes Masén, en una calla
de San José. Qué estampas más bellas las que se pierden en el tiempo o por la incapacidad
de una abstracción imaginativa.
Stella, estrella con pocos brillos en sus ojos, que, si antes tenía la penumbra de la tristeza,
esta vez, no advirtió que el beso y el adiós fuera para siempre. Doña Manuela, si presintió.
Sabía que vendería algo.
Darío sencillamente se refirió a su salida de Costa Rica:
“Después del nacimiento de mi hijo la vida se me hizo bastante difícil en Costa Rica y partí
solo, de retorno a Guatemala, para ver si encontraba allí manera de arreglarme una situación.
En ello estaba, cuando recibí por telégrafo la noticia de que el gobierno de Nicaragua, a la
sazón presidido por el doctor Roberto Sacasa, me había nombrado miembro de la delegación
que enviaba Nicaragua a España con motivo de las fiestas del centenario de Colón. No había
tiempo para nada; era preciso partir inmediatamente.”
El Poeta Mario Flores señaló lo siguiente:
“Después de una temporada casi inadvertida para la mayoría de las gentes,
partió Darío para Guatemala en mayo de 1892, dejando un reguero de luz en Costa
Rica, donde cultivó relaciones con los intelectuales de otrora. La prensa y los hombres
de cultura lo despidieron con el dolor de comprender que nuestro ilustre huésped se
alejaba porque el medio le era adverso… Y se leen artículos en el Diario del Comercio,
Heraldo de Costa Rica, también del doctor Zambrana, Pío Víquez, don Ricardo Fernández
Guardia, dando el adiós al hombre que dejó a su paso por el mundo una obra inmortal”
Costa Rica no fue para Rubén Darío, ¡Pura Vida! Obviamente fueron problemas
circunstanciales. El Pueblo costarricense vinculado al arte, la literatura y el periodismo lo
supo apreciar. Obtuvo apoyo, pero valía mucho para un mercado reducido
***

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Centroamericano
No. 3 Rubén Darío
En Centro América
Rafaela, tuvo nuevamente que salir de Costa Rica. De nuevo alistar las maletas, dejar
abandonadas las sombras en un espacio vivido, las huellas que se disiparan con los vientos
y los inviernos. Tuvo que comprender, “pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
/ ni mayor pesadumbre que la vida consciente.”
Llegar a Puntarenas, y enrumbarse a El Salvador donde la familia Trigueros. Esa familia
si tiene la capacidad de sostener a la cuñada y suegra, madre y hermana respectivamente.
La situación de Rafaelita es muy delicada, tanto su cuerpo como su alma se han debilitado.
Recurren al médico. ¿Qué médico? Los Triguero, familia de grandes recursos como banqueros,
tenía amistad con el Dr. Máximo Tomás de Jesús Palomo García un joven cirujano político y
banquero, considerado un genio, y “Hombre de Ciencia”, equivalente al “Sabio Debayle” en
León de Nicaragua.
Rafaelita Salvadora, fue llevada al centro hospitalario donde sería sometida a una
especialísima cirugía en su cabeza; pero, el médico era un crédulo de los avances de la ciencia
de la época, y el uso de anestesia en la base del cloroformo era lo más cimero en la cirugía;
lo mismo que estaba en la credulidad, ciencia y espíritu del Sabio Debayle con el Trocar y las
punciones en el hígado a Darío en 1916.
Rafaelita, fue sometida a unas inhalaciones de cloroformo y hoy se sabe muy bien y con
comprobación científica más exacta y eficaz, que las dosis del anestésico, causan daño al
sistema nervioso y al cerebro. Muchísimas personas, quedaron con problemas psíquicos
después de una operación de índole gástrico o del tracto intestinal. Rafaela Salvadora muere
a causa de una excesiva dosis de cloroformo que accidentalmente le suministró el doctor al
intervenirla quirúrgicamente.
Antes de entrar al quirófano: “Ella le dejó una nota que decía: “Rubén, en caso que me muera
quiero que a nuestro hijo lo críe mi hermana que ya tiene un hijo pequeño” y, además, “que te
cases con Rosario ya que tú no puedes estar solo”.
Una vez que Rubén Darío atendiera la invitación del Presidente de Nicaragua para
representar al Gobierno en las fiestas del Cuarto Centenario del descubrimiento de América,
acompañado de su pariente don Fulgencio Mayorga, regresó a León y recibió un telegrama
cuando leía un poema dedicado a don Vicente Navas que había fallecido. Se le notificaba que
su esposa estaba muy enferma. “El telegrama en vagos términos la enfermedad de mi mujer,
pero yo comprendí por intimo presentimiento que había muerto; sin acabar de leer los versos
me fui precipitadamente al hotel en que me hospedaba, seguido de varios amigos, y allí me
encerré en mi habitación a llorar la pérdida de quien era para mí consolación y apoyo moral”

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Rubén Darío No. 3
En Centro América
Rafaela Salvadora. Llevaba el nombre del Arcángel, “Dios ha sanado” y Salvadora. ¡Que
misterio! “Es de notarse que casi todos los grandes poetas han sufrido el mismo dolor: de aquí
la bella constelación de divinas difuntas que brillan milagrosamente en el cielo del arte y se
llaman Beatrice, Lady Rowena de Tramain y la dama sublime que hizo vibrar con melodiosas
melodías el laúd de Dante Gabriel Rossetti.”110
“Porqué vino tu imagen a memoria, Stella, Alma dulce reina mía, tan presto ida para siempre,
(..) y he visto desfilar la procesión de las castas enamoradas a través del polvo de plata de un
místico ensueño. Es porque tú eres hermana de las liliales vírgenes cantadas, (..) Tu como ellas
eres llama del infinito amor. Frente al balcón vestido de rosas blancas, por donde el paraíso
asoma su faz de generosos y profundos ojos, pasan tus hermanas y te saludan con una sonrisa,
en la maravilla de tu virtud, ¡Oh mi ángel consolador! ¡Oh mi esposa! 111
Rafaela muere el San Salvador donde murió su padre. Ella encarnaba el Centro
Americanismo más completo; su pluma el modernismo en la voz femenina que solamente
se ha escuchado su eco en estos últimos años. Tiene en su diadema cinco brillantes estrellas
fulgurantes de los países que la vieron nacer, amar y morir.

110 R. D. Los Raros - El Conde Matías Felipe Augusto De Villier de L´Isle Adam. Opus. Cit. Pág. 200.
111 R. D. Los Raros. Edgar Allan Poe. – Opus Cit. Págs. 112 y 113.-

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LA PLUMA DE RUBÉN DARÍO


EN SU ESTANCIA EN COSTA RICA.

¿Por qué?
(fragmento)
“¡Oh, señor! el mundo anda muy mal. La sociedad se desquicia.”
“El siglo que viene verá la mayor de las revoluciones que han ensangrentado la tierra. ¿El
pez grande se come al chico? Sea; pero pronto tendremos el desquite. El pauperismo reina, y
el trabajador lleva sobre sus hombros la montaña de una maldición. Nada vale ya sino el oro
miserable. La gente desheredada es el rebaño eterno para el eterno matadero. ¿No ve usted
tanto ricachón con la camisa como si fuese de porcelana, y tanta señorita estirada envuelta en
seda y encaje?”
“Entre tanto, las hijas de los pobres, desde los catorce años, tienen que ser prostitutas. Son
del primero que las compra. Los bandidos están posesionados de los bancos y de los almacenes.
Los talleres son el martirio de la honradez; no se pagan sino los salarios que se les antoja a
los magnates, y mientras el infeliz logra comer su pan duro, en los palacios y casas ricas de los
dichosos se atracan de trufas y faisanes. Cada carruaje que pasa por las calles va apretando bajo
sus ruedas el corazón del pobre. Esos señoritos que parecen grullas, esos rentistas cacoquimios
y esos cosecheros ventrudos son los ruines martirizadores. Yo quisiera una tempestad de
sangre; yo quisiera que sonara ya la hora de la rehabilitación, de la justicia social. ¿No se llama
democracia a esa quisicosa política que cantan los poetas y alaban los oradores? Pues maldita
sea esa democracia. Eso no es democracia, sino baldón y ruina. La prensa, siempre venal y
corrompida, no canta sino el invariable salmo del oro. Los escritores son los violines que tocan
los grandes potentados.”

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BRONCE AL SOLDADO JUAN112

Se ha comparado a Juan Santamaría con Ricaurte. Ambos son de sangre heroica, y en la


sublime democracia de la gloria, pasan juntos bajo el mismo arco de palmas, ceñidos con los
mismos laureles, el capitán gallardo que voló el polvorín y el soldadito atrevido que prendió
fuego al mesón.
Cuando llegaron a Rivas los militares de Costa Rica, el 8 de abril del año 56, iba en las filas
el hijo de Alajuela, camino de la muerte, con su fusil de chispa, sin advertir que sobre su
cabeza desplegaba las grandes alas la diosa soberbia que haría resonar el nombre humilde,
el eco augusto de su bocina de oro. Íbase a arrojar del suelo de Centro América al bizarro
aventurero y sus cazadores yanquees; íbase a combatir con ellos y con los nicaragüenses que
se unían a los invasores de Guillermo Walker. ¡Así era la campaña nobilísima! Así caminaban
los batallones costarricenses, a ayudar al hermano a echar de su casa al filibustero.
La bandera de Costa Rica flamea en una luz de triunfo, en el día que se inaugura la estatua
del héroe popular. Quiera Dios que en determinados tiempos y en distintos lugares surjan del
pueblo figuras grandiosas, dignas del canto de los bardos y de los monumentos inmortales.
Salen de entre los proletarios, del campo o de la montaña.
Ya es Tell, el cazador de la suiza, cuyo enorme perfil se pierde entre las vagas nieblas de
la leyenda; ya es Aldea, el sargento de Chile, que, como Santamaría en Alajuela, tiene en
Valparaíso su simulacro de bronce, que saludarán con respeto y admiración profundísima
las generaciones venideras. Estos son los buenos, los grandes, los que no mueren en la
memoria de las naciones; estos son los que se cantan en los romanceros y en las epopeyas,
los que lucen con mayor aureola en las historias y en los anales, los que sirven de eterno
ejemplo y de eterna enseñanza, y forman en el cielo de la patria resplandecientes y supremas
constelaciones.
¡Bronce al soldado Juan! ¡Músicas e himnos al Mestizo! ¡Gloria al que se sacrificó por la
libertad bajo el triunfante pabellón de su tierra!
Apoteosis al hombre mínimo, cantado la primera vez por la palabra hímnica y fogosa de
Álvaro Contreras, celebrado por los versos de los poetas nacionales, eternizado en el metal
de la inmortalidad por el cincel de artífice europeo, y cuyo nombre y recuerdo vivirá por
siempre en el corazón de todos los costarricenses.
112 Publicado en El Heraldo, 15 de setiembre de 1891.

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No. 3 Rubén Darío
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FIESTA DE LA PATRIA113

Fueron a la ciudad de Alajuela, que tiene verdes colinas y bellos montes a su alrededor, los
ciudadanos de distintas partes del país, con gozo patriótico a fiesta fraternal y plausible, a
ver cómo se descubría la figura de bronce del tambor Santamaría, aquel que le dio fuego al
Mesón, allá en Rivas, cuando los yanquees, cuando fuimos librados del extranjero invasor. La
alegría nacional, la pompa oficial, las marciales músicas, dominaron la hermosa población
vecina donde hay agraciadas mujeres, agua saludable y cristalina, sol ardiente y áureo, flores,
clima propicio a la salud.”
Así se repobló la ciudad, se rellenó de gente; casas faltaban casi donde contener tanta ola
humana. Desde la víspera, hoteles y posadas y habitaciones particulares estaban colmadas.
Ventura Cordero en su casa de dos pisos, apenas pudo alojar unas cuantas familias.
El español Martínez, en su nuevo hotel, hizo prodigios de aglomeración; lo que es decir
bastante. Logró atender y servir de la llenura de su fonda.
Todos los que iban a la celebración nacional, arriesgaban en el tren sus personas…; y cada
cual temía un descalabramiento. En esos trenes con sus locomotoras repletas de negros, va
siendo cosa de riesgo el viajar, porque casi no hay día en que no se tenga noticia de un mal
incidente.
Por fin, he allí que se llega el día en que la estatua se muestra al sol de Dios y a la vista del
pueblo costarricense, que va a ver la glorificación y apoteosis del «gallego», del pobre hijo de
Alajuela, cuyo nombre es hoy símbolo heroico en los anales de la nación.
Allá fueron juntos el botón rojo y la escarapela tricolor, los hombres de uno y otro partido; los
de Rodríguez y los de Esquivel114, todos en un corazón, porque iban a un concurso de patriotas,
a una celebración de casa, de hogar, de terruño, de familia; a ver el vencimiento de la idea de
la patria, sobre todas las ideas parciales y de cuerpos políticos; a ver a la madre Costa Rica
poner bajo solio de inmortalidad al «Erizo» humilde, hijo de la tierra propia, hermano sublime
de los héroes legendarios, miembro de la raza común, ser épico y cantado por los poetas, cuya
encarnación de bronce, pierde su grandioso perfil en las más luminosas y triunfales auroras de
nuestra historia.
113 La Prensa Libre, 22, 23 y 25 de setiembre de 1891, p. 2.
114 Se refiere a José Joaquín Rodríguez (1838-1917) y a Ascensión Esquivel Ibarra (1844-1923), ambos políticos
costarricenses, que ejercieron la presidencia de la República

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Centroamericano
Rubén Darío No. 3
En Centro América
El día catorce, de las dos a las seis de la tarde, entraron a la población los militares josefinos,
cartagineses y heredianos; entraron con su clarín a la cabeza, llenos de entusiasmo. Y a las ocho
de la noche, cuando un enorme florecimiento de luz se extendía por toda la ciudad, cuando de
los edificios públicos y particulares brotaba un pintoresco diluvio de claridades distintas, ya
de los jarros rosados o verdosos de los faroles chinescos, pintados de grandes rosas rojas, o de
grullas pálidas o azulejas, ya de las lámparas de cristal alineadas sobre los frisos, en lo alto de
las puertas, o en los marcos de las ventanas por donde se asomaban las niñas; estallaron las
músicas marciales, se oyeron las alegres fanfarrias, la explosión sonante y vibradora de cuatro
bandas, que bajo el cielo de la noche, comenzaron las tocatas de una magnífica retreta.
Esto era en el parque donde la estatua del héroe estaba aún cubierta por el velo que debía
rasgarse en el siguiente día.
Gente, había mucha; hombres, mujeres, niños. Grupos de hombres pasaban conversando; las
mujeres sonreían; los niños lanzaban sus carcajadas o compraban dulces; hasta los pobrecitos
muchachos de las casas modestas, los compraban riendo a carcajadas, joviales, amables y
sencillos, con vestido nuevo.
Los que no se desvelaron tuvieron un súbito y alegre despertamiento, cuando a las cuatro de
la madrugada, con la luz del alba, fueron las bandas por la población —mientras sonaban
entusiasmando las salvas de los cañones— tocando dianas. La ciudad se despertó con su traje de
fiesta, las gentes se echaron a la calle; las damas lindas estaban en las puertas, rosadas al fulgor del
sol; y el cielo estaba claro; el tiempo benigno, porque así quiere Dios que la naturaleza contribuya
con su tranquilidad, esplendor y galas mejores, a la magnificencia de un santo día de la patria.
Fue a las diez cuando sonó la locomotora, anunciando la llegada de la comitiva oficial. El
Presidente de la República, los Supremos Poderes, fueron recibidos con honores correspondientes,
en medio de una enorme concurrencia. El general entusiasmo se demostraba. Luego fue el
banquete; ¡espléndido y fraternal ágape! La comitiva oficial estaba allí. Componíanla los
Supremos Poderes; el distinguidísimo señor de Arellano, Ministro de S. M. Católica; los altos
dignatarios de la Iglesia; Camilo Mora, el simpático y caballeroso amigo, en representación de
su ilustre padre115, de inextinguible memoria, y del general don José Joaquín, uno de los mejores
hijos de Costa Rica; y junto con Camino, el descendiente del preclaro general Cañas116; después
los gobernadores y los munícipes; los cónsules extranjeros; los periodistas; los miembros del
Estado Mayor, y el comité municipal de las fiestas de Alajuela.
115 Se refiere a Juan Rafael Mora Porras (1814-1860), presidente de Costa Rica, durante la campaña de 1856.
116 José María Cañas Escamilla (1809-1860), militar salvadoreño, afincado en Costa Rica, quien también
participó, junto con Mora, en la campaña de 1856. Estuvo en Rivas, y derrotado por William Walker, le entregó la
Plaza. Luego Estuvo en las conversaciones entre los dos partidos en Nicaragua y regresó con una invasión, tomándose
el Castillo y le río hasta la salida al mar.

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Centroamericano
No. 3 Rubén Darío
En Centro América
Las tropas llegaron a la plaza principal. El oro de los galones y el acero de las armas
espejeaban a la luz. Después, la comitiva toda se dirigió al parque de la estatua, para que se
diese principio a la solemne ceremonia del descubrimiento.
A un son de clarín quedó la plaza en silencio. El señor ministro don Rafael Iglesias comenzó
su discurso. Discurso elocuente y magnífico fue el suyo. Su palabra vibró oportuna y en una
lengua de patriotismo y de nobleza, conmovió feliz y ardientemente el ánimo de todos los
circunstantes.
Bello fue aquel final, cuando se dirigió a los inválidos, cuando habló a los compañeros del
Erizo, cuando hizo descubrir el monumento y apareció el Erizo con su tea empuñada. Fue un
formidable grito universal. Las bandas hicieron estallar en trueno nacional y armónico, el
himno patrio, vivo y sonoro; las mujeres en los balcones agitaban los pañuelos y buscaban las
flores del corpiño; lloraban con ardiente y súbito júbilo, los caballeros de sombrero de pelo
y los trabajadores de chaqueta y sombrero de pita; se mezclaban los aplausos y los gritos, al
canto militar de los cobres, al ruido de los tambores del ejército, al clamor agudo y vibrante
de las cornetas. ¡Y temblando de emoción, los inválidos de los viejos batallones y los soldados
nuevos, presentaban las armas!
Los más altos honores se le hicieron al «gallego», en tanto que sonaban con estruendo
poderoso, las salvas que daban al viento, los infantes y los caballeros. Tocábale al presidente
del Congreso hablar en seguida, pero el honorable señor Iglesias no pudo concurrir a la
magnífica ceremonia por quebrantos de salud. Quien subió a la tribuna fue Ricardo Jiménez,
esa encarnación de todo lo que de vigoroso tiene en su espíritu y en su corazón, la generosa y
noble juventud costarricense. Habló como Presidente de la Corte Suprema de Justicia. Fue su
discurso magnífica sucesión de períodos marmóreos, incrustados de los más finos metales de
su tesoro de pensador; tuvo frases flamantes como banderas de seda; frases hímnicas para la
patria común, frases lisonjeras para la provincia del héroe.
A nombre de la municipalidad de esa provincia, pronunció después Marcelino Pacheco un
discurso fogoso y patriótico de las mejores producciones literarias suyas. Y luego el aire se
pobló de armonía; cantóse por crecidísimo coro, un himno, cuya música fue escuchada como
si fuese un cántico de la patria, un peán al vencedor del tiempo y de la gloria, una salutación
al coronado por la fama, y colocado en el pedestal de la epopeya, por la fuerza sacratísima de
la eterna y divina Poesía.
Pero antes de que sonase ese himno, un poeta nacional, Luis R. Flores, leyó unos versos
extensos y viriles, que fueron acogidos con extraordinarias muestras del más vivo entusiasmo.

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Rubén Darío No. 3
En Centro América
Después de la obra musical a que me he referido, y que fue compuesta expresamente para
ser estrenada ese día, por el maestro Chaves T.117, cuyo talento de artista según se me informa,
no solamente ha logrado los aplausos de sus compatriotas, sino también los de competentes
apreciadores europeos, siguieron dos himnos más, que fueron asimismo escuchados y
aplaudidos, ambas obras de mérito, debidas a la inspiración de los conocidos y celebrados
artistas Pedro R. Calderón y Gordiano Morales. En seguida rompieron las bandas en un paso
doble, de Octavio Morales, y comenzó el desfile del ejército delante de la estatua. Grandemente
fue aclamado el cuerpo de inválidos, cuando pasaron estos en marcha frente a la efigie del
antiguo compañero alajuelense; gozosa iba la tropa de viejos, cuyas canas se veían blanquear
bajo los quepis.
Entre los veteranos iba un ciego, que quiso concurrir él también a la fiesta del triunfo de
su camarada Juan, y que para marchar se apoyaba en el brazo del inválido que tenía más
cercano.
Ya la comitiva oficial estaba en el Palacio de la Municipalidad, cuando los veteranos
llegaron; les recibió el Presidente de la República, y hubo honores y vítores. Y he aquí algo
profundamente conmovedor, gentes de valía tuvieron en sus manos los rifles de los antiguos
defensores del común hogar, cuando éstos se sentaron a la mese que se les tenía preparada.
Los viejos y buenos combatientes, tuvieron allí un rato de la más franca alegría. ¡Reían y
conversaban entre ellos, con sus modos expansivos y campechanos, y bebían a la memoria
del bravo «Erizo»!
A las ocho de la noche el parque Juan Santamaría iluminado con profusión de luz, se veía
lleno de gente, que oía la música de las cuatro bandas; y en la plaza principal, poblaban el
espacio con sus colores luminosos y sus súbitos incendios los fueros artificiales. Luego fue
el baile.
De San José, de Cartago, de Heredia, habían llegado damas para concurrir a él. Asistió el
Presidente de la República. Túvose el mejor tino en el adorno del salón, que es, sin disputa,
uno de os más extensos de Centro América. La orquesta, hábilmente dirigida, no dejó de
desear. Se bailó hasta la aurora. Con sol nuevo se concluyó el último vals. Los trenes partieron
atestados de concurrentes. Y así acabaron las fiestas de la apoteosis del tambor sublime.

117 Rafael Chávez Torres nació en la Puebla, hoy llamada la Dolorosa, en San José, un 8 de febrero de 1843.
Empezó sus estudios musicales, desde niño, con la banda Militar de San José; luego, emprendió su carrera artística
en el Cuartel Principal y, posteriormente, se inició como instrumentista de clarín y, más tarde, de clarinete, bajo
la dirección del compositor Manuel María Gutiérrez, autor del Himno Nacional de Costa Rica y del Himno a Juan
Santamaría.

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No. 3 Rubén Darío
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CRÓNICA

De los pueblos risueños, del campo bondadoso, del puerto lleno de bullicio y vida, de dar
aire y fuerza a los pulmones, de buscar salud y alegría volvieron las familias emigrantes. San
José había quedado triste, sin la mayor parte de sus josefinas. Hervía el Limón, repoblado,
henchido; el dinero se gastaba allá con furia. Era la cana al aire del año. En las mansiones
campestres se organizaron jiras y fiestas. Los pájaros joviales, formaban su bullicio sobre
las risas de las damas que se divertían. El baño era en los ríos claros a la luz del sol de la
mañana. Las niñas van a la orilla del río, unas a pie, otras a caballo.
La que va adelante sonríe a su primo; la que va, por último, es rubia, tiene los ojos azules;
se detiene de cuando en cuando para hacer un ramillete de flores campestres. El almuerzo en
pleno aire es delicioso, cuando en los rizos de las niñas tiembla el agua en diamantes. Todo
el mundo es gracioso. Todo el mundo está contento. Se ríe y se come; se dicen ocurrencias
chispeantes. Los hombres que llegaron de bañarse de más lejos, dan vuelo a la broma. El
que tiene camisa de lana gris, corbata pintoresca y sombrerín de paño, está mirando a la
novia, que lleva el ala de pollo fiambre a la boca roja y pequeña. Tras el aperitivo número 8,
resuena una salva de apollinaris. Después, cuando el sol pica, a la casa. Pero lo fino es cuando
hay baile, y vienen los vecinos de las quintas cercanas. Entre los adornos de ramas verdes,
resaltan los buques, hechos por manos blancas, en el jardín. Los jóvenes charlan y ríen con
las animadas señoritas, y cuando el piano echa a volar el vals, ya están las parejas listas.
En el puerto, frente al Atlántico, todo era andar de aquí a allá, siempre llevando la mano al
bolsillo o a la boca. La Uvita tuvo su jubileo; y la uva el suyo. Por las calles danzaba el negro,
al son de marimba.
Los hoteles vaciaban las bodegas en las mesas. Las despensas pletóricas quedaron tísicas.
Todo era caro. Los trenes volvieron jadeantes, cargados con los viajeros. Por las calles de San
José vuelven a dejarse ver las preciosas ausentes.
La Semana Santa estuvo… ¡pero Dios mío, si aquí no hay Semana Santa! Se sabe que se está
en ella, por la lánguida mirada que da el pescado sobre la fuente, porque no se come carne
en la casa, y porque oye uno campanas y no sabe dónde. Es decir, porque no oye las de las
iglesias desde el día en que el Cristo muere, hasta aquel en que resucita. Un Nicaragua —mi
paisano— me dijo entre nostálgico y afligido: «—Hombré, ¿te acordás de la Semana Santa
de León?» ¡Vaya si me acuerdo! Va el domingo de Ramos el Jesús triunfal, bajo palio lujoso,

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Rubén Darío No. 3
En Centro América
montado en su asno; el prefecto lleva las bridas. San Benito es el del lunes; todo el día para
él, y por la noche todo un pueblo le acompaña en su procesión; sobre diez mil luces de cera
negra van la estatua del santo negro. El martes San Pedro llora alrededor de la plaza mayor,
frente a la vieja, fuerte y chata catedral. El miércoles San Sebastián recorre las calles, cubierto
de flechas, amarrado al árbol del martirio. El jueves, a media noche, al eco de las trompetas,
va el Cristo prisionero; después que ha visto la población la urna de oro en donde va el
lignum-crucis. El viernes pasa el entierro del Justo; tras él las caudas sacerdotales, soldados
y cañones del Gobierno; en tanto, toca que toca, en la torre de las grandes campanas, se
desgonza la matraca. El sábado se canta gloria, se oye en el campanario el bronce, frente al
cuartel el cañón, y por todas partes, cohetes, bombas y balazos. El domingo, Jesús resucita, y
el lunes ¡todavía otra procesión! Se va a los cielos, camino de la iglesia del Calvario. «Hombré,
¿te acordás de la Semana Santa de León?» Amigo mío, ¿ya ve usted que no se me ha olvidado
aún?
Resumen de la que acabamos de ver aquí: unas cuantas tristes procesiones; poco fervor;
y la fama de los beefteacks y aves fritas de los hoteles, en los días en que manda riguroso
ayuno la Madre Iglesia Católica.
Y a propósito de… cañonazo, ¡qué lástima nos da de los que se han quedado ayunos de
armonía, de los que no han asistido a los conciertos O’Leary o Mollenhauer! Las graciosas
artistas lo son por complexión, por temperamento. Las hadas aquellas de la cuna que te
dan citadas ya no quieren salir de mi tintero, les ofrendaron el precioso don con que hoy
encantan y entusiasman. Al oírlas, no pude menos que recordar los versos de un poeta,
íntimo amigo mío, a quien no he citado nunca: Va la manita en el teclado, como si fuese un
lirio alado lanzando al aire la canción…
Hacen cantar el piano. Ese instrumento burgués y amenazador, se convierte por la maravilla
de la ejecución, por el talento de esas niñas, en una caja de música divina.
Lo que hay mejor en esas gemelas del arte, es el gusto, un gusto exquisito. Ambas lucen
una corona de perlas en la aristocracia de la música. Los grandes maestros de Alemania son
sus preferidos. ¡Sus dos almitas adolescentes van arriba, muy arriba! Las habría querido el
padre Wagner. De Beyruth viene el viento armonioso que agita la cabellera oscura y espesa
de estas costarriqueñas. La una tiene catorce años. La otra tiene quince años.
Y este mes ha sido para los amantes de lo bello. Hemos tenido la dicha de ser visitados por
dos maestros, por dos artistas de fama crecida y justa: los violinistas Mollenhauer. Eduardo
es un veterano. En la batalla se ha emblanquecido la cabellera. Guillermo es el hijo, un joven
de largos cabellos negros, nervioso, delgado, en el cual se ve la posesión del «deus». Ambos

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Centroamericano
No. 3 Rubén Darío
En Centro América
se adueñan de un auditorio; ambos tienen arcos mágicos; sus violines avasalladores tienen
el prestigio de lo maravilloso. Sus conciertos fueron triunfos. El público ¡no todos gustan del
vino del Rhin! no fue tan numeroso como era de esperarse.
La prensa sí cumplió con su deber, les colmó de aplausos, les ofreció su homenaje. Pedro
Ortiz, el severo e impecable, se decadentizó al flujo armónico: me dedicó en el Diario del
Comercio, una lámina de plata, incrustada en finos mosaicos. Le doy de paso las gracias.
En conclusión, los Mollenhauer han sabido dejar en Costa Rica bien plantado el árbol de
su recuerdo. Cuando queramos gozar con el eco de sus armonías cortaremos de ese árbol
una flor.
Una flor no, dos coronas de ciprés quedarán en el fin de esta crónica, a la memoria de dos
varones ilustres que acaba de perder Costa Rica.
Por el uno se enlutó la Patria; por el otro la sociedad. El doctor José María Castro, es el
uno: patricio, padre de la República. El otro es don Ernesto Rohrmoser, caballero entre los
caballeros, noble y generoso corazón, hombre de alma límpida, joya social. Ambos fueron
llorados y lamentados. Si Costa Rica tuviera su Pantheón, estarían hoy bajo el glorioso techo,
entre fúnebres guirnaldas, silenciosas, benditas, las dos tumbas.

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Rubén Darío No. 3
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HEREDIA

Desde la llegada comprende el viajero que Heredia es una ciudad amable. Empleando el
vocablo nacional y gráfico, se le podría llamar corronga. He visto de pronto sus casas, sus
parques, sus iglesias; tiene mucho árbol, muchas mujeres bonitas, mucha gente religiosa.
La religión y la belleza reinan en Heredia, junto con la hospitalidad.
Acabo de ver un torreón que parece arrancado de un castillo medioeval. He estado en la nave
de una iglesia, donde los ángeles de bronce ofrecen en sus manos hieráticas el agua bendita.
La basílica del Carmen, con su graciosa elegancia, no puede menos que agradar al artista.
Heredia es suave, cortés, coqueta y rezadora. Con su ambiente sano y su población tupida,
y su café. Heredia es la señorita rica, que desde su provincia reina y vence. No tiene luz
eléctrica, ¡pero los ojos de las estrellas la favorecen tanto! Y luego los de estas encantadoras
heredianas que poseen las más adorables pupilas que es posible encontrar en el mundo.
El trabajador tiene aquí su morada. Es de aquí en donde cantidad harto considerable se
exporta el grano de oro del «arbusto sabeo».
En el pueblo herediano se encuentran los robustos y sanos mozos, las muchachas
campesinas de caras rosadas, los viejos labradores, honrados como patriarcas y ricos como
pachaes de los cuales se hallan ejemplares pasmosos en el pueblo santodomingueño.
De noche, en el parque, se encuentran parejas envidiables, en los bancos, cerca de la fuente
en donde canta el agua. Una banda se oye a lo lejos fanfarreando alegremente. Las torres se
destacan sobre un hermoso cielo apizarradamente opaco. No hay casi una ráfaga de viento
que mueva los ramajes de los grandes árboles.
A través de los vidrios de los balcones, en las casas cercanas, brota
en anchas y pálidas franjas, la luz. El poeta Luis Flores me hablaba de una divina esperanza
ideal, en tanto que oigo reír cerca de mí, a una locuela de quince años.
Este boceto instantáneo será después un cuadro.
Lo que es hoy, noto una quietud monacal y somnoliento que empieza a invadir la ciudad.
Son las diez. ¡Buenas noches!
6 de marzo de 1892

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No. 3 Rubén Darío
En Centro América

EL POETA DE COSTA RICA

Costa Rica tiene el espíritu más ordenado y pacífico de todas las cinco repúblicas de la América
Central; Costa Rica tiene sangre gallega; Costa Rica tiene un notable diplomático en Europa
que se llama el Marqués de Peralta; Costa Rica tiene el mejor teatro de aquellas regiones; Costa
Rica tiene la Corte Suprema de Justicia Centroamericana en la ciudad de Cartago, y un edificio
que le regala Carnegie; Costa Rica tiene un tranquilo pueblo de agricultores; y Costa Rica tiene
un poeta, el poeta nacional, el poeta regional, el poeta familiar se llama Aquileo J. Echeverría.
Este poeta ha sido empleado público, militar, diplomático, periodista. Yo le he conocido hace ya
muchos años, cuando era ayudante del presidente Cárdenas, de Nicaragua.
En Washington, donde perteneció a la legación de su país, fue íntimo amigo de un distinguido
argentino, el señor Atwell. Ha gustado siempre de la vida social y no ha andado muchas
veces lejos de la vida del país de Bohemia. Su indestructible pasión fueron las amables musas.
Después de errar en varias repúblicas centroamericanas, retornó a su país y se casó y, como en
los cuentos, tuvo muchos hijos.
Su carácter, siempre jovial, siempre alegre, se opuso a los persistentes golpes de la mala
suerte. Sus dones intelectuales se fueron aquilatando con los años, pero el hada Carabosse
que, como es su costumbre, había aparecido ante su cuna en los instantes en que otras hadas
le dotaban con muchas cosas buenas, le hizo el poco grato obsequio de la mala salud. Y he
aquí por qué, cuando escrito estas líneas, se encentra el Poeta de Costa Rica en un sanatorio
de Barcelona. Ha venido a Europa, por una disposición especial del Congreso de su país, en
la cual, como sucede siempre en esos casos, se hace saber oficialmente y sin eufemismos, que
es poeta y que es pobre. Desde su lecho de enfermo, prepara en la Ciudad Condal una nueva
edición de sus versos el sentimental e ingenioso autor de Concherías. ¿Qué significa la palabra
conchería? El distinguido escritor costarriqueño señor Brenes Mesén nos lo explicará. «Aunque
la palabra conchería es bien inteligible para los nacionales, no estará de más indicar que en
Costa Rica, de unos ocho años para acá, se llama concho al campesino, al aldeano. Por lo
tanto, una conchería es una acción, o una expresión propia de un campesino». Habla el poeta
la lengua de los hombres rurales de su país. Una ráfaga del aire que acarició las melenas de
Martín Fierro o de Santos Vega ha pasado por allá. El canto brota del terruño como las flores
y los frutos autóctonos.

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Centroamericano
Rubén Darío No. 3
En Centro América
De más decir que Echeverría no ha tenido nada que ver con princesas propias o ajenas; no
ha contribuido a hacer odioso el alejandrino, no ha demostrado jamás ningún rastacuerismo
lírico ni se cree un pistonudo genio. Tiene —¡ah, tener eso todavía, ¡Dios mío! —, tiene un
corazón. Un corazón armonioso, sensible y lleno de alegría y ternura. Ha sufrido las terriblezas
de la escasez y está padeciendo las amarguras de la enfermedad y, sin embargo, no hay en él
un solo instante de pesimismo, y como buen pájaro natural dice su decir rítmico celebrando
las cosas lindas de la vida y despertando la sonrisa en los labios de los que escuchan su música
risueña.
En pocas palabras sintetiza su valer uno de sus amigos, Antonio Zambrana: «No padeciendo
o afectando enfermedades forasteras, no enclenque y canija, no vistiendo trapos de París
manchados de vino, sino fresca y coloradota, la musa de Aquileo nació en Cot, o en Barba;
sobre eso puede haber disputa, y es muchacha alegre, honrada, si ligera de lengua, de muchas
libras de peso. Aquí tienes, amigo lector, algo no solo de la raza, sino de la tierra, algo genuino,
espontáneo y sin careta; hombre que a otros no les empresta la lira, contentándose a veces,
para su música, con una flauta de caña hueca; pero hecha por el material de nuestros bosques.
Imaginación traviesa, pero que sabe ponerse seria si conviene; ingenio peregrino, verba sonora
y abundante; hay uvas de lo mejor de Andalucía y naranjas de aquí, con semilla de Valencia, en
el plato que te presento; regala tu paladar y sé agradecido». Sí, puro, espontáneo; ciertamente,
conténtase a veces para su música con una flauta de caña hueca hecha por él del material de
nuestros bosques. Pan hacía lo mismo, dirá él. Su verso es bien modulado, y aunque diga cosas
de la patria nativa, demuestra su descendencia clásica, la fuente original de donde ha fluido el
admirable y bien sonante romancero castellano.
Echeverría habla bien su lengua patriota. Para Rafael Obligado sería el numen de Aquileo
simpático como su apellido. Y yo aprovecho la ocasión para decir cuánto me encantan los
poetas que como el árbol de su floresta dan la flor propia. Mi vida errante explicaría mi
cosmopolitismo de antaño; y mi exotismo el ansia de lo deseado.
Otro escritor, compatriota de Echeverría, dice: «Quien conozca nuestro pueblo y su lenguaje
expresivo y sencillo; quien haya vivido nuestra vida y fortalecido el cuerpo enfermo con las
emanaciones suaves de esta tierra, quien haya puesto su alma en contacto con esta naturaleza
soberbiamente prolífica, tranquila y bella, no dejará de leer con amor los versos de este libro,
porque de todos ellos se desprende el valor fortificante de nuestro suelo». Así ha sucedido, pues,
ningún otro poeta en Costa Rica tiene como él tantos lectores, ni tantos afectos conquistados. Yo
conozco la tierra de Echeverría. Los campos son fecundos y risueños. Si en las costas quema la
furia solar del trópico, en el interior el clima es fresco y la vida apacible. Los campesinos tienen
casi todos tipos europeos. En montes y campañas podréis hallar incultas bellezas, de hermosos

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No. 3 Rubén Darío
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rostros y voluptuosos cuerpos. Si he visto en San José, la capital, damas incomparables y mozas
de la cofradía del diablo que en París hubieran sido unas bellas Oteros, pude admirar en mis
excursiones, mujeres e hijas de agricultores y carreteros, el rosado pie descalzo y la cabellera
al aire, y para galantear a las cuales habría yo solicitado de mi amigo Aquileo algunas de
sus gratas concherías. Fijaos en la primera parte de su libro. Desde luego, no estamos aun
escuchando la parla de los conchos.
Ese romance revela su origen castizo y suena a España. Lo propio que cuando dice sentires
de hogar y casa paterna, o cuando planta un tipo netamente popular costarriqueño al modo
con que los maestros españoles nos han dejado la figura de los jaques andaluces o de los chulos
madrileños. ¿Qué deciros si hasta de pronto aparece el recuerdo del sencillo helenismo de aquel
honesto don Juan Meléndez Valdés? «Es Clori, la esposa / del Céfiro amante…».
Ni las anacreónticas ni los romancillos son del poeta que he querido hoy celebrar, sino las
gallardas, las nativas, las valerosas concherías, en las que se encuentran, según las palabras
del ya citado señor Brenes Mesén, «aliento fresco de los montes, respiración sana de ternezas
al levantarse la aurora, risas del campo cortando la tranquilidad de las horas…». Los usos y
costumbres del buen pueblo de Costa Rica, sus preocupaciones y sus supersticiones, algunas
heredadas de los tiempos coloniales, sus maneras de divertirse, de pelear, sus duelos y sus
negocios, todo dicho con sus provincialismos, con sus giros antigramaticales pero semejantes
a los de algunas regiones de España, todo ello se encuentra en
los versos de Echeverría. El señor Brenes Mesén considera eso de importancia para los
filólogos extranjeros.
«No se le dan bien disecado en un diccionario, sino viviente, tibio, como si se tomase de
los labios mismos del pueblo. La transcripción se ajusta, tanto como es posible para no chocar
demasiado con los hábitos existentes, a la verdadera pronunciación popular.
Allí está justamente la importancia. Las palabras que los gramáticos han condenado como
impropias, son con frecuencia arcaísmos, y en todo caso se nos ofrece la oportunidad de ver que
las leyes fonéticas que precedieron a la formación de la lengua castellana, siguen ejercitando
su influencia a través de la distancia y los siglos. Si desde la época anteclásica vemos que
la r final de los infinitivos se asimila a la l de los sufijos, y así lo observamos en Concherías,
necesario será concluir que la vida de nuestra lengua posee pujanza extraordinaria, y que allí
donde se encuentra la libertad de hacerlo, se desarrolla tan fuerte como en los primeros años
de su aparición en la península ibérica. Entre vocales la síncopa de la d fue ley constante, y
así subsiste en nuestro lenguaje popular, que la suprime indefectiblemente de los participios
de la primera conjugación. La elisión de la o y de la e delante de palabras que principian por

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Rubén Darío No. 3
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vocal, también la observaron los castellanos, y es ley dominante en la lengua tica y americana
en general». Ticos se llama en Centroamérica a los habitantes de Costa Rica. Desde luego,
demás está decir que para comprender algunas de las poesías de Echeverría se necesita un
vocabulario especial como sucede en casos semejantes, así sea un soneto de Pascarella, un
poema de Jehan Rictus, una página de Bill Nay o de Fray Mocho.
Leed los romances campesinos o criollos.
Decidme si en lo que comprendéis de esa relación y de sus diálogos, al lado de algo baturro,
gallego o andaluz, no recibís la taimadez y la picardía gauchesca, que el argentino Álvarez y
otros han hecho perdurar aún después de la casi desaparición del gaucho. Hay otras poesías de
Aquileo Echeverría en que eso se demuestra más claramente, y ello podrá comprobarlo quien
lea su ameno libro.
Yo debo declarar que si en sus poesías de sentimiento me conmueve tanto como el murciano
Vicente Medina —a quien tan admirablemente ha seguido una poetisa también de Costa Rica,
cuyo nombre no recuerdo en estos momentos 118—, en los cuentos y descripciones criollas, aun
en las que casi se dirían trabajos de folclorista, me perfuma y melifica el humor, me brinda el
impregnable regalo de la risa, de la honradez literaria.
Y queda agradecido el paladar después de saborear la miel aromada de los frutos de la tierra.

118 Darío quiso indicar, casi sin duda alguna, el nombre de Rosa de Chavarría, quien había pasado por autora
de Nómadas (1904) y de Orquídeas (1904). Es verdad ya bien demostrada que su verdadero autor fue el poeta
costarricense Lisímaco Chavarría (1878-1913). (N. del Editor de la Academia de Costa Rica)

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En Centro América

BIBLIOGRAFÍA

1. Academia de la Lengua – Boletín Academia de Costa Rica, Dosier Rubén Darío en Costa
Rica. Tercera época. 2017.
2. Darío, Rubén. Autobiografía. Biblioteca Universal. 2003
3. Darío, Rubén. Los Raros. Edición Crítica y notas de Gunter Schmigalle.
4. Darío, Rubén. Obras Selectas – Editorial Edimat – 50 aniversario – Madrid, 20015.
5. Jirón Terán, José. Cartas desconocidas de Rubén Darío.
6. Academia de la Lengua, Managua, 2000.
7. Sequeira, Diego Manuel. – Rubén Darío Criollo en el Salvador. Editorial Hospicio, León,
Nicaragua, 1964.
8. Torres, Edelberto – La Dramática Vida de Rubén Darío Editorial Nueva Nicaragua, 1983.
9. Universidad Católica de El Salvador. Repositorio Institucional. Todos los textos del
Diario La Unión.
10. Zambrana Fonseca, Luis Armando – Prosa Crítica, Literaria y Periodística de Rubén
Darío. Managua, 2017 – Edición del Centenario.

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ARMANDO ZAMBRANA FONSECA
(1950 MANAGUA)

Es un estudioso dariano, que ha escrito seis libros sobre la vida y obra del Príncipe de
la Lengua Castellana, Rubén Darío. Zambrana escribió en primer Diccionario Dariano que
fue una recomendación que ser realizó en el Centenario de 1867-1967, luego un catálogo
del Pensamientos de Darío extraídos de todas sus obras. El resto de libros son trabajos
críticos y presentan las fuentes de los patrones estructurales que sirvieron de modelo al
poeta para crear un estilo propio y del que surgió el Modernismo. Llegó a esas fuentes de
libros de escritores franceses como Paúl de Saint Víctor, Catule Mendés, el franco-bonarense
Paul Groussac, J. F. de Chateaubriand, Auguste Villemont, etc. Trata nuestro autor en sus
libros de ser original, y hurga en la vida del poeta, presentando sus fortalezas y debilidades,
mostrando al sentido humano del trabajo.
En este libro “Rubén Darío en Centro América” aborda la presencia del poeta en toda la
región del istmo, la misión política e ideológica liberal y unionista que bordó sus sueños
desde la provincia de León como resultado de las pasiones de liberales, generales y masones.
Su periodismo no está fuera de esa realidad que lo acompañó hasta Costa Rica, pues fuera
de la Patria Grande, su pensamiento se transformó, por las realidades de Argentina, España
y Francia.
El libro es novedoso porque incluye el análisis dramático y humanista, de su vida
matrimonial. La vida rigurosa y triste de Rafaela Salvadora Contreras, junto a su madre
doña Manuela como consecuencias de vivir errabundas por la lucha ideológica de Álvaro
Contreras, periodista y liberal.

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