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European Journal of Education and

Psychology
ISSN: 1888-8992
[email protected]
Editorial CENFINT
España

Ruiz, José A.; Llor, Laura; Puebla, Tomás; Llor, Bartolomé


Evaluación de las creencias actitudinales hacia la violencia en centros educativos: el CAHV-25
European Journal of Education and Psychology, vol. 2, núm. 1, 2009, pp. 25-35
Editorial CENFINT
Almería, España

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=129318693002

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Página de la revista en redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
European Journal of Education and Psychology © Eur. j. educ. psychol.
2009, Vol. 2, Nº 1 (Págs. 25-35) ISSN 1888-8992 // www.ejep.es

Evaluación de las creencias actitudinales hacia la violencia en


centros educativos: el CAHV-25

José A. Ruiz, Laura Llor, Tomás Puebla y Bartolomé Llor


Universidad de Murcia (España)

El objetivo del presente trabajo es la obtención de un instrumento breve y manejable


para la evaluación de las actitudes hacia la violencia escolar. Un banco inicial de 45
ítems, distribuidos en seis factores teóricos, construidos y revisados siguiendo criterios
precisos, se administró a una muestra de 275 sujetos. Los análisis realizados permitieron
depurar el cuestionario que finalmente constó de 25 ítems con cuatro factores:
“Violencia como forma de diversión” (7 ítems); “Violencia para mejorar la autoestima”
(5 ítems); “Violencia para manejar los problemas y las relaciones sociales” (6 ítems); y
“Violencia percibida como legítima” (7 ítems). Tanto el cuestionario general, como los
cuatro factores, mostraron alta consistencia interna (entre ,68 y ,90). El instrumento
resultante es de fácil uso e interpretación y puede contribuir al desarrollo de modelos
predictivos del comportamiento violento en contextos educativos.

Palabras clave: Actitudes, violencia escolar, adolescentes, construcción, escala.

Assessment of attitudinal beliefs towards violence in educational centres: el CAHV-25.


A new questionnaire has been developed in order to have a brief and manageable
instrument for the assessment of attitudes towards violence in educational centres. The
original pool of 45 items with six theoretical factors, constructed and reviewed using
accurate standards, was filled out by 275 subjects. The analyses concluded with the
selection of 25 items with four factors: “Violence as a form of diversion” (7 items);
“Violence to improve the self-esteem” (5 items); “Violence to manage socials problems
and relationships” (6 items), and “Violence perceived as legitimate” (7 items). Both the
questionnaire and all 4 factors show a high internal consistency (between .68 and .90).
This instrument has got an easy use and interpretation and could be useful to develop
predictive models of the violence behaviour in educational contexts.

Key words: Attitudes, school violence, adolescents, construction, scale.

Correspondencia: José Antonio Ruiz Hernández. Departamento de Psiquiatría y Psicología


Social. Facultad de Psicología. Universidad de Murcia. Campus de Espinardo, C.P. 30100.
Murcia (España). E-mail: [email protected]
RUIZ, LLOR, PUEBLA y LLOR. Actitudes y violencia escolar

La violencia escolar se ha convertido en una fuente de investigación,


relativamente reciente, destacando entre los primeros estudios de violencia entre
iguales, los realizados por Heinemman (1972) y Olweus (1973, 1978). Actualmente es
uno de los principales problemas escolares en los países desarrollados. Según García
(2001) en el ranking de problemas a resolver en Estados Unidos, la violencia ocupaba
el segundo lugar, tras el de las drogas, y en el Reino Unido, casi un 33% de los chicos
de 14 y 15 años llevan algún tipo de arma. Según Ortega y Mora-Merchán (2000),
España está por debajo en índices de violencia en comparación con Italia y Alemania,
en la misma línea que otros autores (Gázquez, Cangas, Pérez-Fuentes, Padilla y Cano,
2007), y en una situación similar respecto a Gran Bretaña e Irlanda. En España
encontramos entre un 10% y un 11,4% de agresores y entre un 5% y 5,4% de víctimas
(Cerezo y Esteban, 1994; Ortega, 1994). El Informe Nacional del Defensor del Pueblo
(2007) realizado sobre una muestra de 3.000 alumnos de educación secundaria de todas
las comunidades autónomas señala que un 4,8% de alumnos afirman haber sufrido una
agresión física directa, siendo el insulto la forma de agresión más frecuente (38,5% de
alumnos que se declaran víctimas). Cangas, Gázquez, Pérez-Fuentes, Padilla y Miras
(2007), en un estudio realizado en alumnos de secundaria de cuatro países europeos,
encuentran que casi la mitad del alumnado ha visto o participado en conductas de
intimidación, que tienen que ver con insultos, malas palabras en clase o peleas.
La conducta agresiva entre iguales, parece iniciarse en la escuela infantil e ir
aumentando durante la infancia media, con un punto álgido de incidencia, entre los 9 y
los 14 años, para descender a lo largo de la adolescencia (Del Barrio, Martín, Almeida
y Barrios, 2003). La adolescencia supone un periodo de alto riesgo para las conductas
desviadas, incluyendo la violencia, atribuyéndose este riesgo a los importantes cambios
sociales y físicos de este período (Farrel y Sullivan, 2004; Lowry, Sleet, Duncan,
Powell y Kolbe, 1995).
Aunque tradicionalmente, se ha asociado la agresividad humana con el
género masculino, estudios recientes hablan, de que la diferenciación de género estaría
relacionada con la intensidad del comportamiento agresivo. Generalmente, los chicos
muestran conductas problemáticas más serias (Hawkins, Catalana y Millar, 1992;
Kazdin, 1988; Word, Cowan y Baker, 2002) y mayor agresividad física o “manifiesta”
(incluso desde los 2 ó 3 años de vida), mientras que las chicas, preferirían utilizar
estrategias agresivas “no físicas”, tales como: la “agresión indirecta” o “relacional”
(Andréu, Peña y Graña, 2001; Björkvist, 1994; Eagly, 1987; Farrel y Sullivan, 2004).
Así por ejemplo, Etchebarría, Apodaca, Eceiza, Fuentes y Ortiz, 2003) encontraron que
los chicos se mostraban más agresivos con sus iguales y menos cooperativos con el
profesorado, y sugieren que el control inhibitorio aumenta en chicas y desciende en
chicos, lo que podría relacionarse con las diferencias en la conducta agresiva.

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RUIZ, LLOR, PUEBLA y LLOR. Actitudes y violencia escolar

Las investigaciones realizadas, han permitido identificar una serie de


factores relacionados con la violencia escolar: factores sociales (conductas agresivas en
los medios de comunicación, nivel sociocultural y económico bajo, o estrés social
provocado por el desempleo, aislamiento social y factores interculturales), factores
familiares (desestructuración de la familia, malos tratos y modelado violento, falta de
negociación y diálogo, métodos de crianza excesivamente restrictivos o excesivamente
laxos o falta de afecto entre los cónyuges) y factores personales (baja motivación para
la escuela, conducta antisocial, impulsividad, pertenecer al género masculino o
encontrarse en la etapa evolutiva de la adolescencia) (Ando, 2005; Beyers, Loeber,
Wikström y Stouthamer-Loeber, 2001; Costa y Morales, 1998; Gázquez et al., 2007;
Gázquez, Pérez, Lucas y Palenzuela, 2008; Gómez, Navarro y Ruiz, 2005b; Hoglund,
2007; Parault, 2007; Rodríguez y Paíno, 1994; Rutter, Giller y Hagell, 1998;
Scandroglio et al., 2002; Tolan, 2006).
A nuestro entender, las actitudes hacia la violencia escolar, podrían ser
particularmente relevantes, en relación a la conducta interpersonal agresiva en el
contexto educativo (Gómez, Navarro y Ruiz, 2005a). Se ha propuesto, que mayor parte
de las conductas se producen de forma espontánea y que las actitudes, las guían, en
gran medida procesos psicológicos automáticos (Fazio, 1986; Krauss, 1995; Schuette y
Fazio, 1995). Según esto, la relación entre actitud y conducta es máxima, cuando los
sujetos no utilizan procesos deliberativos a la hora de realizar su comportamiento. Si
tenemos en cuenta que las conductas agresivas de los adolescentes en el contexto
educativo, tienen una vertiente más afectiva o emocional que instrumental, y por tanto
tienden a ser impulsivas y no premeditadas, es posible concluir que la evaluación de las
actitudes hacia la conducta violenta podría contribuir a los modelos predictivos de
dicho comportamiento en el contexto educativo. En anteriores trabajos, habíamos
desarrollado una escala breve de 8 ítems para evaluar las actitudes hacia la violencia
escolar, con buenas propiedades psicométricas (Gómez et al., 2005a). El objetivo del
presente trabajo, es la mejora del CAHV-8 mediante el desarrollo de un cuestionario
más completo, para la evaluación de las actitudes hacia la violencia en adolescentes.

METODO

Participantes
Se utilizó una muestra de 275 de adolescentes procedentes de cuatro centros
de educación secundaria de la Región de Murcia. Tras eliminar 6 cuestionarios con
problemas en la respuesta, 269 sujetos formaron la muestra definitiva (63,2% eran
chicas y 36,8% chicos). La edad media fue de 15,75 años y la desviación típica de 1,49,
con un rango entre 12 y 18 años. La participación fue voluntaria, manteniendo una
estricta confidencialidad en el tratamiento y uso de los datos obtenidos.

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RUIZ, LLOR, PUEBLA y LLOR. Actitudes y violencia escolar

Instrumentos y procedimiento
En primer lugar, se generó un conjunto de enunciados relacionados con
creencias actitudinales sobre la violencia escolar, utilizando la técnica de
brainstorming, en seis grupos de discusión, instruidos para la tarea y formados, por
entre cuatro y seis colaboradores cada uno. En este proceso, se tuvo en cuenta la
estructura de tres dimensiones de las actitudes: cognitiva, afectiva y conductual (Eagly
y Chaiken, 1998); y se trató de evitar el sesgo de inercia en las respuestas, redactando
también ítems que implicaban teóricamente puntuaciones inversas.
Se obtuvieron inicialmente 85 ítems, que fueron revisados y discutidos por
expertos, eliminándose aquellos que tenían problemas de formulación y ajustando la
redacción a los criterios de Edward (1957). Así, se obtuvieron un total de 45 ítems
distribuidos según 6 factores teóricos: “Violencia como forma de diversión” (11 ítems);
“Violencia para mejorar la autoestima” (11 ítems); “Violencia como forma de
relacionarse socialmente” (5 ítems); “Violencia para afrontar problemas” (5 ítems);
“Violencia para impartir justicia” (5 ítems); y “Violencia para defenderse” (8 ítems).
Los ítems fueron redactados para su respuesta mediante una escala de tipo
Likert de 5 niveles, que indicaba el grado de acuerdo/desacuerdo con el enunciado del
ítem (desde 1= muy en desacuerdo, a 5= muy de acuerdo).
El cuestionario incluyó, además, preguntas sobre aspectos
sociodemográficos (edad, género, curso y nivel educativo). Los cuestionarios se
aplicaron de forma anónima, por psicopedagogos en formación, en las aulas de los
centros educativos.
Para estudiar la validez de las dimensiones propuestas y depurar la escala, se
estudió la fiabilidad de las distintas dimensiones teóricas, propuestas mediante el alfa
de Cronbach y análisis factoriales de componentes principales con rotación varimax,
siguiendo el criterio descrito por Kaiser (1960). Para la reducción del número de ítems
y depuración de la escala, se combinaron varios criterios: a) el autovalor del factor
resultante debía ser superior a 1; b) cada factor debía explicar al menos el 5% de la
varianza total; c) la carga factorial de los ítems debía ser elevada; y d) los ítems
contenidos en las dimensiones totales debían presentar una consistencia interna
adecuada.

RESULTADOS

Partiendo de los 45 ítems iniciales que tenían una consistencia interna de


0,91, y siguiendo el procedimiento estadístico mencionado, se analizaron los 6 factores
teóricos propuestos, para comprobar si tenían un correlato empírico. Tras los análisis
realizados, la escala se redujo a 25 ítems, con un alfa de 0,90 y cuatro factores con una
consistencia interna adecuada (ver tabla 1 y anexo).

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RUIZ, LLOR, PUEBLA y LLOR. Actitudes y violencia escolar

Tabla 1. Datos descriptivos y análisis de fiabilidad de la escala resultante: coeficiente de


fiabilidad (α de Cronbach) y correlación ítem-factor
Corr.
Desv. Coef.
Factor Ítem Media Ítem-
Tip. Alfa
Factor
45. Me resulta divertido meterme con algunos 2,11 1,11 0,56
compañeros
09. Me gusta ver peleas en la escuela 2,25 1,22 0,55
I. Violencia
42. Me gusta hablar de peleas con mis amigos 2,18 1,14 0,54
como forma de 0,78
04. Me divierte reírme de algunos compañeros 2,31 1,09 0,53
diversión
16. Me gusta poner motes a mis compañeros 2,65 1,15 0,50
24. Meterse con los profesores es divertido 2,55 1,23 0,49
15. Pelearse puede ser una forma de divertirse 1,71 1,11 0,40
46. Me siento “fuerte” si me meto con mis compañeros 1,55 0,79 0,65
40. Me siento “fuerte” después de insultar a un 1,60 0,83 0,58
compañero
II. Violencia
48. Me siento bien agrediendo a los compañeros de 1,59 0,80 0,58
para mejorar la 0,78
clase que me caen mal
autoestima
43. Me siento importante cuando demuestro mi fuerza a 1,85 1,09 0,57
los compañeros
38. Me gusta que los demás tengan miedo 1,66 0,93 0,45
32. A veces me meto con mis compañeros hasta 1,68 1,00 0,51
conseguir lo que quiero de ellos
III. Violencia 06. En la escuela suelo resolver mis problemas usando 1,65 0,92 0,45
para manejar la fuerza
los problemas y 19. Hay cosas que hay que resolver por la fuerza 2,35 1,24 0,42 0,68
las relaciones 30. Controlo a mis amigos por medio de la amenaza 1,50 0,81 0,41
sociales 36. Me gusta meterme con los demás para que se fijen 1,52 0,86 0,37
en mí
23. Pegando los demás te respetan 2,37 1,28 0,35
21. Me gustaría pegar a los que me insultan 2,92 1,18 0,54
14. Si me pegara un compañero no le devolvería el 3,74 1,19 0,45
golpe (*)
33. Pelearía para ayudar a un amigo 3,90 1,01 0,44
IV. Violencia 41. Si me insultara un compañero me defendería 2,44 1,21 0,43
percibida como atacándole 0,72
legítima 07. Me parece bien meterme con un compañero curando 2,82 1,24 0,42
se lo ha ganado
44. Me sentiría mal conmigo mismo si para defender a 3,06 1,36 0,41
un amigo tengo que pegar a orto chico (*)
34. La violencia es adecuada para defenderse 2,66 1,30 0,36
(*) Ítems inversos ALFA TOTAL 0,90

El primer factor denominado teóricamente, “Violencia como forma de


diversión”, partía de 11 ítems que tenían un α=0,75. Tras realizar un análisis factorial y
estudiar la matriz de componentes rotados, se seleccionaron los seis ítems que cargaban
en el componente principal con pesos factoriales entre 0,55 y 0,71. Estos 6 ítems, eran
relativos a la violencia como medio de diversión o pasatiempo (“Me resulta divertido
meterme con algunos compañeros”; “Me gusta ver peleas en la escuela”,…). La
subescala resultante mostró una consistencia interna de 0,78, oscilando la correlación
ítem-factor entre 0,40 y 0,56.
El segundo factor que se denominó, “Violencia para mejorar la autoestima”,
partía de 11 ítems con un alfa de Cronbach de 0,78. Se seleccionó el primer
componente del análisis factorial con los ítems que cargaban entre 0,55 y 0,77. El

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factor quedó constituido por 5 ítems que se refieren a una sensación de bienestar y
mayor valía personal al utilizar la violencia (“Me siento "fuerte" si me meto con mis
compañeros”; “Me siento "fuerte" después de insultar a un compañero”,…). La
consistencia interna de esta subescala fue de 0,78.
Dos de los factores teóricos (falta de habilidades y resolución de conflictos)
que tenían 5 ítems cada uno, mostraron consistencias internas muy bajas (0,54 y 0,40,
respectivamente). Dado que los contenidos de estos factores suelen ser categorizados
desde la psicología, como déficits en la resolución de problemas, consideramos la
posibilidad de estudiar los ítems como pertenecientes a un único factor que
llamaríamos “Violencia para manejar los problemas y las relaciones sociales”. La
consistencia interna inicial de este factor resultó ser baja (0,59), pero la depuración del
factor permitió elevarla a 0,68. Los seis ítems seleccionados, se refieren al uso de la
violencia en la resolución de problemas y el afrontamiento de situaciones sociales (“A
veces me meto con mis compañeros hasta conseguir lo que quiero de ellos”; “En la
escuela suelo resolver mis problemas usando la fuerza”; “Controlo a mis amigos por
medio de la amenaza”,…). La correlación ítem-factor fue de entre 0,35 y 0,51.
Finalmente, el último factor resultante de los análisis fue denominado
“Violencia percibida como legítima” ya que contiene ítems procedentes de los dos
últimos factores teóricos (la violencia justa y la violencia para defenderse). Ambos
factores no mostraron una consistencia interna satisfactoria de forma separada pero,
tras aplicar un análisis factorial y seleccionar los ítems del principal componente
rotado, el ά de Cronbach obtenido fue de 0,72 con 7 ítems (“Me gustaría pegar a los
que me insultan”; “Pelearía para ayudar a un amigo”; “La violencia es adecuada para
defenderse”,…). Los ítems mostraron una correlación con la escala total que osciló
entre 0,36 y 0,54.

Tabla 2. Estudio de las relaciones entre variables y sus factores


CAHV-25 FI FII FIII FIV
Media Prob. Media Prob. Media Prob. Media Prob. Media Prob.
(DT) (DT) (DT) (DT) (DT)
Género Chico 2,54 2,53 1,87 2,15 3,37
n=99 (0,57) (0,76) (0,67) (0,65) (0,71)
(***) (***) (***) (***) (***)
Chica 2,10 2,09 1,52 1,66 2,91
n=170 (0,54) (0,72) (0,61) (0,57) (0,72)
Ciclo ESO 2,29 2,22 1,67 1,94 3,12
n=130 (0,60) (0,76) (0,61) (0,66) (0,78)
n.s. n.s. n.s. (*) n.s.
Bachill. 2,25 2,28 1,64 1,75 3,05
n=139 (0,58) (0,79) (0,69) (0,62) (0,72)
(***)=p<0,001; (*)=p<0,05; n.s.=p>0,05

Estudiando las puntuaciones medias, comprobamos que la media más


elevada (M=3,08) se corresponde con el factor IV (“Violencia percibida como

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legítima”) y la más baja (M=1,65) pertenece al factor II (“Violencia para aumentar la


autoestima”).
Al comparar las puntuaciones según el género, se observa, la presencia de
puntuaciones estadísticamente mayores en chicos que en chicas, tanto en la escala
general como en los factores de la escala (ver tabla 2). En cuanto al ciclo de estudio,
únicamente aparecieron diferencias significativas en el caso del factor III, donde los
alumnos pertenecientes a ESO puntuaban de forma significativamente mayor que los
alumnos de Bachillerato (M= 1,94 vs. M=1,75, t=2,42, p<0,05).

DISCUSION

En el presente estudio, hemos desarrollado un instrumento para evaluar las


creencias actitudinales hacia la violencia escolar, en una muestra no clínica de
adolescentes. Después de diversos análisis, el cuestionario resultante consta de 25 ítems
y presenta una elevada consistencia interna. El estudio estadístico de los factores
teóricos propuestos ha permitido confirmar la consistencia interna de cuatro factores: a)
diversión; b) autoestima o aumento del bienestar; c) resolución de problemas sociales;
y d) defensa.
Como principales ventajas de este instrumento destacan: 1) La alta
consistencia interna, tanto del cuestionario completo, como de sus factores; 2) Debido a
su formato, el fácil manejo y escaso tiempo que requiere su aplicación; 3) Fácil
interpretación general y de los factores del cuestionario; 4) Gracias a las subescalas,
nos permite estudiar con mayor detalle, la complejidad de las actitudes hacia la
violencia. Estas características hacen que el CAHV-25 suponga una mejora
considerable sobre el CAHV-8.
Consideramos, que los factores propuestos se relacionan con diversas líneas
de investigación sobre el comportamiento violento. Por ejemplo, los factores de
diversión y de defensa pueden relacionarse con el trabajo clásico de Beynon (1989) que
sugería, que la violencia en los centros escolares está sometida a reglas sociales que
regulan su uso y valoración, denominando “violencia divertida” a un tipo de violencia
que gozaba del favor de los alumnos, formando parte de sus anécdotas preferidas, y
“violencia justa” a aquella que era utilizada de forma adecuada o correcta.
Por otro lado, la “violencia para mejorar la autoestima”, daría cuenta de las
actitudes hacia el uso instrumental de la violencia, destinada a sentirse mejor con uno
mismo. Diversos trabajos han mostrado, que el uso de la violencia, desprecio o
prejuicios hacia los otros tiene efectos sobre el mantenimiento de la propia imagen, del
bienestar o de la autoestima (Fein y Spencer, 1997; Taylor, Davis-Kean y Malanchuk,
2007). El recurso a la violencia para sentirse mejor consigo mismo sería mayor cuando
no se dispone de otros medios para superar las amenazas a la autoimagen.

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RUIZ, LLOR, PUEBLA y LLOR. Actitudes y violencia escolar

Respecto a la subescala relacionada con el uso de la violencia para


compensar los déficits en resolución de problemas y en habilidades sociales,
consideramos que requiere de un mayor desarrollo, ya que el ά obtenido, está
ligeramente por debajo de 0,70, considerado el nivel adecuado (Nunnally y Berstein,
1994), por lo que podría mostrar problemas de consistencia interna en otras muestras.
En cualquier caso, sería necesario aplicar el CAHV-25 a muestras más
amplias, con el fin de comprobar si mantiene las propiedades psicométricas obtenidas
en este estudio, así como, incluirlo junto a otras variables psicosociales relacionadas
con la violencia escolar, con el fin de estudiar sus posibles aportaciones a los modelos
predictivos.

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Anexo
CAHV-25
(Cuestionario de Actitudes Hacia la Violencia)

A continuación, encontrarás una serie de enunciados sobre lo que los chicos y chicas piensan,
sienten o hacen en el centro escolar.
Ten en cuenta que no hay enunciados buenos, ni malos, ni correctos o incorrectos, sólo nos
interesa tu opinión sincera.
Trata de responder indicando tu grado de acuerdo con el enunciado utilizando la siguiente
escala:

1= Muy en desacuerdo; 2= En desacuerdo; 3= Indiferente; 4= De acuerdo; 5= Muy de acuerdo


01. Me divierte reírme de algunos compañeros 1 2 3 4 5
02. En la escuela suelo resolver mis problemas usando la fuerza 1 2 3 4 5
03. Me parece bien meterme con un compañero cuando se lo ha ganado 1 2 3 4 5
04. Me gusta ver peleas en la escuela 1 2 3 4 5
05. Me gusta que los demás tengan miedo 1 2 3 4 5
06. Si me pegara un compañero no le devolvería el golpe (*) 1 2 3 4 5
07. Pelearse puede ser una forma de divertirse 1 2 3 4 5
08. Me siento “fuerte” después de insultar a un compañero 1 2 3 4 5
09. Me gustaría pegar a los que me insultan 1 2 3 4 5
10. Me gusta poner motes a mis compañeros 1 2 3 4 5
11. Me siento importante cuando demuestro mi fuerza a los compañeros 1 2 3 4 5
12. Hay cosas que hay que resolver por la fuerza 1 2 3 4 5
13. Pelearía para ayudar a un amigo 1 2 3 4 5
14. Meterse con los profesores es divertido 1 2 3 4 5
15. Me siento “fuerte” si me meto con mis compañeros 1 2 3 4 5
16. Pegando los demás te respetan 1 2 3 4 5
17. La violencia es adecuada para defenderse 1 2 3 4 5
18. Me gusta hablar de peleas con mis amigos 1 2 3 4 5
19. Me siento bien agrediendo a los compañeros de clase que me caen mal 1 2 3 4 5
20. Controlo a mis amigos por medio de la amenaza 1 2 3 4 5
21. Si me insultara un compañero me defendería atacándole 1 2 3 4 5
22. Me resulta divertido meterme con algunos compañeros 1 2 3 4 5
23. A veces me meto con mis compañeros hasta conseguir lo que quiero de ellos 1 2 3 4 5
24. Me sentiría mal conmigo mismo si para defender a un amigo tengo que pegar a otro chico (*) 1 2 3 4 5
25. Me gusta meterme con los demás para que se fijen en mí 1 2 3 4 5
Los ítems 6 y 24 puntúan de forma inversa (1= 5; 2= 4; 4= 2; 5= 1).
Consistencia interna: 0,90. Media: 2,27. Desviación típica: 0,59
Factor I: Violencia como forma de diversión (ítems 1, 4, 7, 10, 14, 18, 22). Consistencia interna: 0,78. Media: 2,25. Desviación típica: 0,77
Factor II: Violencia para mejorar la autoestima (ítems 5, 8, 11, 15, 19) Consistencia interna: 0,78. Media: 1,65. Desviación típica: 0,66
Factor III: Violencia para manejar los problemas y las relaciones sociales (ítems 2, 12, 16, 20, 23, 25) Consistencia interna: 0,68. Media: 1,84.
Desviación típica: 0,64
Factor IV: Violencia percibida como legítima (ítems 3, 6, 9, 13, 17, 21, 24) Consistencia interna: 0,72. Media: 3,08. Desviación típica: 0,75

Recibido: 28 de agosto de 2008


Recepción Modificaciones: 12 de enero de 2009
Aceptado: 16 de enero de 2009

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