Apuntes Lengua y Literatura
Apuntes Lengua y Literatura
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LENGUA Y LITERATURA
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2º BACHILLERATO
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CURSO 2018 - 2019
Elena Galiano
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Contenido
BLOQUE I: EL COMENTARIO CRÍTICO DE UN TEXTO ............................................................... 5
1 – SINTAXIS ....................................................................................................................................... 16
2
4.3.- PERÍFRASIS VERBALES .................................................................................................................... 45
BLOQUE 3: LITERATURA............................................................................................................................. 62
1 – CONTEXTO LITERARIO........................................................................................................................... 62
3. PERSONAJES...................................................................................................................................... 164
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BLOQUE I: EL COMENTARIO CRÍTICO DE UN TEXTO
1.1.- ESQUEMA:
Enunciación de las distintas ideas del texto, que deberán aparecer jerarquizadas. El
esquema debe manifestar de forma explícita la relación de subordinación entre las ideas
principales y secundarias, así como la dependencia de todas ellas de un tema o idea
central.
1.2.- RESUMEN:
Redacción de un breve texto de síntesis que recoja el tema principal y las ideas
secundarias del texto. Debe ocupar un solo párrafo y no incluir expresiones literales del
texto. Debe ser breve, pero sin que resulte vago o incompleto. Se redactará en tercera
persona y no incluirá apreciaciones personales o interpretaciones.
1.3.1.- Tema. Enunciar en una sola frase nominal –sin verbo conjugado- la idea más
importante del texto. En los textos de opinión el tema puede coincidir con la tesis –la
idea defendida por el autor-. El tema debe enunciarse en un máximo de 10 ó 12
palabras. No debe ser demasiado genérico, sino que hay que precisarlo al máximo. Por
ejemplo: ―El tabaco‖ sería demasiado impreciso; mejor, ―Perjuicios del tabaco en la
salud de los adolescentes‖.
Interna: Cómo se organizan las ideas del texto: partes que se pueden distinguir según el
contenido. No siempre se puede dividir en tres partes: el texto puede presentar distintas
estructuras o incluso estar incompleto. Mencionar si falta algún fragmento (…). No es
correcto hablar de Planteamiento – Nudo – Desenlace en los textos de opinión: este tipo
de estructura se da solo en textos narrativos y cuando están completos. Los textos de
opinión suelen presentar estructuras argumentativas; las partes que se podrían distinguir
si el texto está completo podrían ser las siguientes (aunque no siempre aparecen en
todos los textos):
Introducción: Antes de entrar en materia, se pone un ejemplo, que relata una anécdota,
se citan datos concretos o se hace un reflexión inicial que da lugar al tema propiamente
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dicho. La introducción no es todo lo que está al principio de un texto; tampoco tienen
introducción todos los textos: a veces se entra en materia directamente.
Cuerpo argumentativo: todos los argumentos que se dan a favor de la tesis. Si la tesis no
es muy clara o no se ven argumentos concretos, se puede hablar sencillamente de
desarrollo del tema. Esta es la parte más amplia del texto y a veces conviene
subdividirla a su vez, haciendo referencia a los párrafos o las líneas que ocupa (qué se
dice en cada parte). El desarrollo o cuerpo argumentativo es la única parte
imprescindible, la que siempre aparece.
Conclusión. No siempre aparece. Puede ser la tesis –en el caso de las estructuras
inductiva o circular- , una síntesis de lo dicho o bien una enseñanza que se puede
extraer. No todo lo que aparece al final de un texto es la conclusión, como no todo lo del
principio funciona como introducción.
Los rasgos lingüísticos que se detallan a continuación –tanto del género o ámbito de
discurso como del modo de elocución- se han de comentar en el apartado del
comentario crítico relativo al tipo de texto. No se trata de que el alumno realice un
comentario exhaustivo del lenguaje, sino que seleccione los rasgos relevantes que
justifiquen el género y el modo de elocución y lo ilustren con algunos ejemplos
tomados del texto.
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Suele utilizarse un registro formal estándar, aunque también pueden
incluirse coloquialismos.
Normalmente es ideológicamente afín a la línea editorial del periódico.
No solo en periódicos diarios, también los suplementos semanales de los
periódicos también incluyen este tipo de artículos.
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2.1.4.- Ensayos.
Los ensayos son textos de opinión, por tanto subjetivos, firmados por un
experto en alguna materia y que se clasifican según el ámbito a que se
refieran
o Ensayos humanísticos (filología, arte, filosofía, literatura,
historia,
o Ensayos científicos, en los que se tratan de demostrar alguna
teoría nueva en algún campo de la ciencia (física, biología,
medicina…)
Los ensayos humanísticos –que son aquellos en los que nos centraremos-
pueden presentar rasgos propios de los textos literarios al manifestar
cierta voluntad de estilo.
Se diferencian de los textos periodísticos de opinión, en que son más
amplios y profundos y que no se publican en prensa sino en libros o
revistas especializadas.
Van dirigidos por tanto a un público más específico, interesado en una
rama concreta del saber o un tema determinado.
A veces utilizarán por tanto un lenguaje a veces más culto con presencia
de tecnicismo de la rama del saber a tartar.
También hay ensayos divulgativos, dirigidos a un público general, sin
conocimientos previos de la material a tartar, pero sí específicamente .
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A veces el tú se usa de forma impersonal, como identificación
del yo, para generalizar algo que ―todos conocemos‖: te
levantas y escuchas a tu madre echarte la bronca‖
El singular (tú/usted) es más directo. El plural
(vosotros/ustedes) generaliza.
Puede dirigirse a un público amplio o concreto (a todos los
lectores en general o a padres, profesores, niños, jóvenes…)
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La ausencia de 1ªpersona puede implicar apariencia de objetividad; o
bien que se trata de convencer por los hechos, no por las opinions.
Sintaxis compleja, con enunciados oracionales largos, con predominio
de oraciones subordinadas, que presuponen un lector interesado y
medianamente preparado, capaz de mantener la atención y seguir un
razonamiento complejo (la complejidad no suele ser demasiado elevada
en los textos periodísticos, ya que el público al que va dirigido es amplio.
Los textos ensayísiticos podrían ser más difíciles).
Los rasgos lingüísticos propios de los textos expositivos serían los siguientes:
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Uso de construcciones impersonales, para ocultar el sujeto.
Uso del modo indicativo. Fundamentalmente el Tiempo Presente, con valor
universal.
Verbos copulativos y construcciones atributivas.
Predominio de sustantivos abstractos, en función del tema a tratar.
Construcciones enunciativas.
El modo de elocución narrativo es el que se utiliza para relatar hechos que se suceden en
el tiempo, normalmente en tiempo pasado (hechos que ya han sucedido). Las
narraciones en tiempo presente solo serían posibles en crónicas de sucesos en tiempo
real (que están ocurriendo en ese mismo momento) o bien como recurso literario, para
acercar los hechos narrados al lector.
Los textos o fragmentos descriptivos son aquellos en los que se plasman las
características de un ser vivo, un objeto, un lugar o un proceso. Las descripciones se
basan en las percepciones sensoriales (vista, oído, olfato, gusto o tacto) y se refieren a
realidades concretas, a diferencia de los textos expositivos que exponen o explican
realidades de tipo abstracto o ideológico.
Los textos descriptivos suelen darse siempre inscritos en otras modalidades textuales,
dentro de textos nerrativos, expositivos, argumentativos o incluso dialogados, y
aparecen tanto en textos literarios como no literarios.
Descripciones literarias:
o Dentro de un texto de género narrativo (novela o cuento) para presentar
un personaje o un lugar o espacio narrativo.
o En un texto de género lírico, para plasmar imágenes que pueden ser
elaboradas como metáforas o símbolos de los sentimientos a expresar.
o En un texto de género dramático, un personaje puede realizar una
descripción de alguien o algo, dirigida a algún interlocutor o en un
monólogo. También aparecen en las acotaciones del autor.
o Inscritas en un texto ensayístico o en un artículo literario. En este
caso la descripción no pertenecería al ámbito de la ficción, sino de la
realidad, pero se percibiría voluntad de estilo, intención artística.
Descripciones no literarias:
o Como fragmentos ilustrativos en crónicas periodísticas u otro tipo de
textos.
o En los textos argumentativos de opinión, pueden aparecer descripciones
que ilustren algún argumento. Como parte de una introducción o un
ejemplo.
Las descripciones, tanto las literarias como las no literiarias, pueden ser más o menos
subjetivas. Está subjetividad se manifestará fundamentalmente a través del valor
estilístico de los adjetivos: fundamentalmente por el uso de adjetivos valorativos y
explicativos (ver valor estilístico del adjetivo).
Son aquellos que reproducen conversaciones entre dos o más interlocutores. Pueden ser
no literarios (entrevista periodística) o literarios (diálogos insertos en novelas o
cuentos o textos dramáticos o teatrales, donde son el modo de elocución
fundamental). Los textos dialogados presentarán rasgos propios de la lengua oral.
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3- ACTITUD E INTENCIONALIDAD DEL AUTOR
Actitud. Comentar la actitud del autor respecto a su propio texto y la forma en que lo
plantea al lector. En este apartado tenemos que explicar cuál es la postura del autor
sobre el tema que aborda y centrarnos en el punto de vista con el que lo enfoca. La
actitud puede ser muy variada y estará siempre en función de la intención que tiene al
escribir el texto. Ejemplos de posibles actitudes serían las siguientes: objetiva o
subjetiva; crítica, irónica, sarcástica o satírica; optimista o pesimista; intelectual,
afectiva o emotiva; realista o idealista; lógica y racional o imaginativa y fantástica;
formal o informal. Es importante en este apartado comentar la relación que establece
con el receptor: mayor o menor cercanía, grado de complicidad etc. Esto se verá en el
uso de la segunda persona –tuteo, por ejemplo- o en el uso de un léxico más o menos
coloquial. En relación a esto, también habrá que comentar a qué tipo de lectores se
dirige especialmente. Se debe comentar la actitud del autor, no limitarse a ponerle
adjetivos calificativos. Por ejemplo, si su actitud es subjetiva, hay que decir en qué
grado –puede ser más o menos apasionado en la defensa de las propias opiniones, o
incluso fingir objetividad- y en qué te basas para afirmarlo, poniendo ejemplos del
propio texto. Comentar el título elegido: polisemia –dobles sentidos-, cuál es la idea que
resalta…
Rasgos Lingüísticos. Tanto actitud como intención están relacionadas con las funciones
de la comunicación que predominan en el texto: referencial, emotiva, apelativa, poética,
metalingüística y fática. En este apartado del comentario no habrá que extenderse en los
procedimientos lingüísticos que determinan cada función del lenguaje, puesto que esto
corresponde a la cuestión específica de Lengua, pero si habrá que mencionarlo.
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Se deberá organizar la valoración en al menos tres párrafos:
Enjuiciar las ideas expresadas por el autor, así como la forma de plantearlas.
Comentar la manera en que el autor enfoca el tema, sus recursos para captar la
atención del lector, y si estáis de acuerdo o no con los argumentos que utiliza.
Tendréis que exponer vuestra opinión sobre los argumentos utilizados por el autor:
si os parecen o no sólidos, los contra-argumentos que cabría aportar etc. Comentar
también la vigencia del texto, su grado de actualidad: un texto tiene vigencia si es
capaz de aportar algo al lector a pesar del tiempo que haya podido transcurrir desde
que se escribió. En cualquier caso, tendremos que justificar siempre lo que se
decimos, evitando hacer afirmaciones gratuitas, vagas o confusas. Hay que
mostrarse siempre respetuoso con las ideas del texto, aunque no las compartamos,
evitando descalificaciones o expresiones insultantes.
Opinión personal acerca del tema del texto. Redactar de forma ordenada y
coherente vuestra opinión personal acerca del tema del texto. Se pueden poner
ejemplos de circunstancias similares a las que se refiere, bien a partir de
experiencias personales o de personas conocidas, bien de hechos aparecidos en los
medios de comunicación. En los textos literarios es muy interesante relacionar el
tema del texto con otros textos del mismo autor o de otros autores. Siempre se debe
sostener las opiniones razonadamente, es decir, justificando suficientemente aquello
que afirmáis. Por supuesto, como en todo el comentario, tendréis que tener mucho
cuidado con a la corrección ortográfica y gramatical. Se debe usar un registro culto,
evitando coloquialismos o expresiones malsonantes.
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BLOQUE II: CUESTIONES DE LENGUA
1 – SINTAXIS
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Ej.: Venid para acá. Cuídense del calor. Ama a tu prójimo como a ti mismo. No digas tu
verdad ni al más amado.
Algunos actos de habla imperativos se construyen con oraciones de otro tipo.
Ej: ¿Me puede decir la hora?¿Sería tan amable de abrir la ventana? (Interrogativa)
Me gustaría que me respondiera. (Desiderativa)
Esta noche no sales (Enunciativa)
6 - La oración EXCLAMATIVA no es una clase especial de oración. Cualquiera de las
cinco anteriores puede ser exclamativa, siempre que predominen en ellas la emoción, el
sentimiento. Llevan los signos de exclamación (¡!).
Ej.: ¡Qué frío hacía esta mañana! (enunciativa - exclamativa) ¡¿Ustedes han hecho
eso?! (interrogativa directa - exclamativa) ¡Ojalá que venga! (desiderativa -
exclamativa) ¡Vendrá o no vendrá! (dubitativa - exclamativa) ¡Váyanse! (imperativa -
exclamativa)
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La bibliotecaria ordenó los libros
- Oraciones pasivas: El Sujeto no es quien realiza la acción, sino quien la sufre (Sujeto
Paciente). El verbo en pasiva se construye con el verbo ser como auxiliar y el participio
del verbo conjugado. Pueden llevar un Complemente Agente que es quien realiza la
acción. El Complemento Agente es un sintagma con la preposición por.
- Pasiva Refleja: La oración pasiva admite otro tipo de estructura llamada pasiva con se
o pasiva refleja; en estas oraciones, el verbo está en activa, pero existe un Sujeto
Paciente, que sufre la acción. Normalmente no hay ningún Agente (no se precisa quién
realiza la acción). En los siguientes ejemplos una casa es Sujeto Paciente y concuerda
con el verbo.
Se vende una casa en ese edificio. / Una casa es vendida en ese edificio.
- Oraciones impersonales con se: Es fácil confundirlas con las Pasivas Reflejas. Se
diferencian de estas en que no tienen Sujeto, ni Agente ni Paciente. Tienen el Verbo en
Activa y pueden llevar CD. Este se distinguirá del Sujeto Paciente en que no guarda la
concordancia con el verbo.
Se vende una casa / Se venden casas (Pasiva Refleja: el verbo en plural si el sujeto lo
es)
Se vive bien aquí (Impersonal con se) no hay Sujeto, ni siquiera paciente. Se usa esta
forma para generalizar o para ocultar el sujeto. Se dice que fue él.
4. Oraciones pronominales.
Las oraciones pronominales son aquellas en las que el verbo va acompañado por un
pronombre personal átono: Me encontró; ¿Te saludó?; Nos veremos.
La forma pronominal no forma parte del verbo y realiza una función sintáctica. En
este caso el pronombre puede ser CD o CI.
En otros casos, la forma pronominal tiene el mismo referente que el sujeto; son las
oraciones reflexivas y recíprocas. Las comentamos a continuación.
Estas oraciones admiten refuerzos semánticos como a mí mismo, a ti mismo, que repiten
la función del pronombre: Juan se lava a sí mismo.
Puede suceder que la idea reflexiva tome sentido recíproco: hay dos sujetos y cada uno
de ellos realiza la acción del verbo sobre el otro. Estas oraciones se formulan en plural y
las formas pronominales pueden funcionar como CD o CI. Estas oraciones pueden
reforzarse con las expresiones el uno al otro, mutuamente, recíprocamente….
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4.3. Otros usos pronominales.
Existen oraciones que repiten el esquema formal de las reflexivas: se construyen con
me, te, se, nos, os, se, pero, en ellas, los pronombres no cumplen función sintáctica. Por
esta razón, tampoco admiten refuerzos del tipo a mí mismo.
- Oraciones con dativo ético o de interés. La forma pronominal remarca una carga de
interés relacionada con el sujeto de la oración: Me bebí el agua, pero no *Me bebí el
agua a mí mismo.
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EJERCICIOS PRÁCTICOS SOBRE USOS DE ―SE‖
1. Señala en cada oración qué valor tiene el pronombre se e indica también su función
sintáctica.
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1.4.- CLASIFICACIÓN DE LA ORACIÓN COMPUESTA
O comes o hablas.
Unos comen, otros hablan, otros hacen las dos acciones a la vez.
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C) SUBORDINADAS
C. Directo
C. Indirecto
Atributo
C. Nombre
C. del Adjetivo
C. del Adverbio
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ADJETIVAS (C.N.) Especificativas
Explicativas
ADJETIVAS
Sujeto
SUSTANTIVADAS
Aposición
C. Directo
C. Indirecto
Atributo
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C. Nombre
C. del Adjetivo
C. del Adverbio
C. Circunstancial
C. Agente
ADVERBIALES
Lugar
Tiempo
Modo
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Causales
Finales
Concesivas
Condicionales
Consecutivas
Comparativas
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7. La ciudad donde pasaremos las vacaciones está junto al mar.
14. La moto que me compré era de segunda mano y no duró mucho tiempo.
29. Puesto que tanto te gusta, puedes ir a que te tiñan el pelo de verde.
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32. La cosa ocurrió esta vez igual que la semana pasada.
42. No atiende nunca en clase ni hace en casa las tareas que le encargan.
44. Dijo que él ya lo sabía, pero que nunca diría lo que todos esperábamos.
45. No fue directamente a clase, sino que se acercó a secretaría para recoger su título
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2 - FUNCIONES DEL LENGUAJE
Marcadores de subjetividad:
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1) Figuras estilísticas
El fin de la 2) Verso, rima
MENSAJE POÉTICA
comunicación es la
forma del mensaje, más
(Lo que se transmite)
que el contenido.
Textos literarios,
publicitarios, refranes.
1) Aclaración de
Utilizar la lengua para términos.
CÓDIGO METALINGÜÍSTICA
hablar de la propia 2) Precisiones
lengua. ortográficas.
(Conjunto de signos utilizados 3) Oraciones enunciativas
en la transmisión del mensaje. 4) Se combina con la
Códigos verbales y no función referencial.
verbales.)
Diccionarios,
gramáticas, ortografías.
Textos sobre el
lenguaje.
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3 – VALOR ESTILÍSTICO DEL ADJETIVO
3.1.- EL ADJETIVO CALIFICATIVO Y SU ESTILÍSTICA
1 – Definición de adjetivo:
Los adjetivos son palabras que nombran o indican cualidades, rasgos y propiedades de los
nombres o sustantivos a los que acompañan y con los que concuerdan en género y número.
La belleza de la flor natural es insuperable. Esta vistosa flor alegra nuestros sentidos.
Los adjetivos expresan cualidades de los nombres con mayor o menor intensidad. Estas variaciones
reciben el nombre de grados del adjetivo.
Grado positivo
Un adjetivo está en grado positivo cuando expresa una cualidad sin dar idea de intensidad.
Grado comparativo
Un adjetivo está en grado comparativo cuando expresa una cualidad indicando una variación o
comparación en cuanto a la intensidad que relaciona dos términos entre sí.
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Grado superlativo
Un adjetivo está en grado superlativo cuando expresa una cualidad del nombre en su grado máximo.
o Cuando expresamos una cualidad en su grado más elevado estamos utilizando el grado
superlativo absoluto.
3 - Tipos de adjetivos calificativos por su significado. (No consideramos los adjetivos determinativos –
demostrativos, posesivos, numerales, indefinidos- pues estos son en realidad tipos de determinantes)
o Análisis sintáctico
o Debate parlamentario
Descriptivos. Indican una cualidad observable por más de un sujeto. En principio son objetivos
–realidades que pueden percibirse por los sentidos-. Cuando abundan adjetivos de este tipo,
querrá decir que el texto es descriptivo.
o Mesa verde ; árbol robusto; tela suave; coche nuevo; casa grande
o A veces caben gradaciones, por lo que puede haber cierta subjetividad. Noche fría;
música estridente; café dulce .En estos casos, habrá que comentar el uso concreto que
se hace del adjetivo en un texto dado.
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Pobre hombre (la cualidad de pobre es ahora más subjetiva y remite a una
pobreza más moral que económica). La posición del adjetivo, en este caso,
convierte un adjetivo que es descriptivo en prncipio, en valoraivo.
Valorativos. Indican una cualidad opinable, y por tanto subjetiva. Si en el texto abundan
adjetivos de este tipo querrá decir que es un texto subjetivo. Pueden dominar en un texto
argumentativo, aunque también en descripciones subjetivas. En cualquier caso, habrá que
comentar qué grado de subjetividad aportan los adjetivos, qué cualidades se resaltan o qué
actitud manifiesta con ellos el autor. Pueden ir tanto antepuestos como pospuestos; habrá que
comentar en cada caso el valor estilístico concreto.
4 - Función: Todos los adjetivos funcionan como complementos de un nombre, con el que conciertan en
género y número. Pueden calificarlo directamente –como adyacentes- o a través de un verbo:
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o Prefiero las películas norteamericanas (a las demás)
o Son más subjetivos, pues no son imprescindibles desde el punto de vista significativo.
Sin embargo pueden aportar una gran expresividad, pues subrayan una cualidad que
le interesa resaltar al emisor. (Durmió en el frío suelo)
o Cuando se usan como recurso literario se les llama Epítetos. Distinguimos dos tipos de
epítetos:
Etopeya: Se encarga de describir los rasgos psicológicos (o morales) de la persona. Veamos el ejemplo
de Julio Cortázar en La señorita Cora.
"Y todo por esa mocosa de enfermera […] No hay más que mirarla para darse cuenta de quién es, con
esos aires de vampiresa y ese delantal ajustado, una chiquilina de porquería que se cree que es la
directora de la clínica."
"No me gusta ni mi cara ni mi nombre. Bueno las dos cosas han acabado siendo la misma. Es como si me
encontrara feliz dentro de este nombre pero sospechara que la vida me arrojó a él, me hizo a él y ya no
hay otro que pueda definirme como soy. Y ya no hay escapatoria. Digo Rosario y estoy viendo la imagen
que cada noche se refleja en el espejo, la nariz grande, los ojos también grandes pero tristes, la boca
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bien dibujada pero demasiado fina. Digo Rosario y ahí está toda mi historia contenida, porque la cara no
me ha cambiado desde que era pequeña, desde que era niña con nombre de adulta y con un gesto
grave."
Caricatura: Es el retrato deformado en el que se exageran los rasgos más llamativos del personaje, ya
sean físicos o psicológicos con un fin jocoso / o burlesco. Como la realizada por Mariano José de Larra en
Nochebuena de 1836:
"Mi criado tiene de mesa lo cuadrado y el estar en talla al alcance de la mano. Por tanto es un mueble
cómodo; su color es el que indica la ausencia completa de aquello con qué se piensa, es decir, que es
bueno; las manos se confundirían con los pies, si no fuera por los zapatos y porque anda casualmente
sobre los últimos, a imitación de la mayor parte de los hombres; tiene orejas que están a uno y otro lado
de la cabeza como los floreros en una consola, de adorno, o como los balcones figurados, por donde no
entra ni sale nada; también tiene dos ojos en la cara; él cree ver con ellos, ¡qué asco se lleva!"
"Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río
de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos
prehistóricos. En pocos años Macondo fue la aldea más ordenada y laboriosa que cualquiera de las
conocidas hasta entonces por sus tres cientos habitantes. Era de verdad una aldea feliz, donde nadie era
mayor de treinta años y donde nadie había muerto."
1.- Analiza el valor estilístico de los adjetivos clificativos de los siguientes fragmentos,
comentando su valor expresivo en cuanto a significado, posición y forma de calificar al
sustantivo. Extrae algunas conclusiones en relación con el tipo de texto y la actitud e
intencionalidad del autor.
Un mundo se originaba en la casa paterna; más estrictamente, se reducía a mis padres. Este mundo me
era muy familiar: se llamaba padre y madre, amor, severidad, ejemplo, colegio. Este mundo se
caracterizaba por un tenue esplendor, claridad y limpieza; a él pertenecían las palabras suaves y
amables, las manos lavadas, la ropa limpia y las buenas costumbres. Allí se cantaba el coral por las
mañanas y se celebraba la navidad. En este mundo había líneas rectas y caminos que conducen al
porvenir, estaban el deber, y la culpa, el remordimiento y la confesión, el perdón y los buenos
propósitos, el amor y el respeto, la biblia y la sabiduría. Uno tenía que quedarse dentro de este mundo
para que la vida fuera clara, limpia, bella y ordenada.
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Era aquel recinto la habitación de un horrible gigante, tan espantoso como era difícil imaginar;
su estatura era colosal, su corpulencia como la de una mole de piedra y, en medio de la frente,
tenía un solo ojo, cuya mirada ponía espanto en el ánimo de quien lo veía….
La Odisea, Homero
Es el más alto y fuerte de la clase y el mejor; todo lo que se le pide lo presta. Nunca se ríe ni
habla; permanece quieto en su banco, muy estrecho para él, con la espalda encorvada y la
cabeza metida entre los hombros. Toda su ropa le queda ajustada. Lleva la cabeza rapada y usa
la corbata siempre torcida. Es buenísimo para las matemáticas y lleva sus libros cuidadosamente
forrados y sujetos con una correa roja. No se enoja nunca, pero pobre del que le diga que lo que
él afirma no es verdad. Cuando lo miro me sonríe con los ojos, como diciendo:"Somos amigos".
Yo lo quiero mucho.
En el ataúd había un amuleto de exótico diseño que, al parecer, estuvo colgado del cuello del
durmiente. Representaba a un sabueso alado, o a una esfinge con un rostro semicanino, y que
estaba exquisitamente tallado al antiguo gusto oriental en un pequeño trozo de jade verde. La
expresión de su rostro era sumamente repulsiva, sugeridora de muerte, de bestialidad y de odio.
Alrededor de la base llevaba una inscripción en unos caracteres que ni St. John ni yo pudimos
identificar; y en el fondo, como un sello de fábrica, aparecía grabado un grotesco y formidable
cráneo.
Los cuerpos negros de los grandes árboles formaban dos murallas rectilíneas que se unían en el
horizonte en un solo punto, como un diagrama en una lección de perspectiva. Al alzar los ojos
por encima de su cabeza, a través de aquella brecha en el bosque, Farquhar vio brillar unas
grandes estrellas de oro que eran completamente desconocidas, agrupadas en extrañas
constelaciones. Tuvo la certeza de que estaban dispuestas con arreglo a un orden lleno de un
sentido oculto y nefasto. En el bosque resonaban unos extraños ruidos, entre los cuales, una vez,
dos veces, luego una vez más, distinguió claramente unos murmullos en un idioma desconocido.
"Éste que veis aquí, de rostro aguileño, de cabello castaño, frente lisa y desembarazada, de alegres ojos
y de nariz corva, aunque bien proporcionada; las barbas de plata, que no ha veinte años que fueron de
oro, los bigotes grandes, la boca pequeña, los dientes ni menudos ni crecidos, porque no tiene sino seis,
y ésos mal acondicionados y peor puestos, porque no tienen correspondencia los unos con los otros; el
cuerpo entre dos extremos, ni grande, ni pequeño, la color viva, antes blanca que morena; algo cargado
de espaldas, y no muy ligero de pies; éste digo que es el rostro del autor de La Galatea y de Don Quijote
de la Mancha , y del que hizo el Viaje del Parnaso , a imitación del de César Caporal Perusino, y otras
obras que andan por ahí descarriadas y, quizá, sin el nombre de su dueño. Llámase comúnmente Miguel
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de Cervantes Saavedra. Fue soldado muchos años, y cinco y medio cautivo, donde aprendió a tener
paciencia en las adversidades. Perdió en la batalla naval de Lepanto la mano izquierda de un arcabuzazo,
herida que, aunque parece fea, él la tiene por hermosa, por haberla cobrado en la más memorable y alta
ocasión que vieron los pasados siglos, ni esperan ver los venideros, militando debajo de las vencedoras
banderas del hijo del rayo de la guerra, Carlo Quinto, de felice memoria.
Era don Cayetano un viejecillo de setenta y seis años, vivaracho, alegre, flaco, seco, de color de cuero
viejo, arrugado como un pergamino al fuego, y el conjunto de su personilla recordaba, sin que se supiera
a punto fijo por qué, la silueta de un buitre de tamaño natural; aunque, según otros, más se parecía a
una urraca, o a un tordo encogido y despeluznado. Tenía sin duda mucho de pájaro en figura y gestos, y
más, visto en su sombra. Era anguloso y puntiagudo, usaba sombrero de teja de los antiguos, largo y
estrecho, de alas muy recogidas, a lo don Basilio, y como lo echaba hacia el cogote, parecía que llevaba
en la cabeza un telescopio; era miope y corregía el defecto con gafas de oro montadas en nariz larga y
corva. Detrás de los cristales brillaban unos ojuelos inquietos, muy negros y muy redondos. Terciaba el
manteo a lo estudiante, solía poner los brazos en jarras, y si la conversación era de asunto teológico o
canónico, extendía la mano derecha y formaba un anteojo con el dedo pulgar y el índice.
***
El niño no tiene cara de persona, tiene cara de animal doméstico, de sucia bestia, de pervertida bestia
de corral. Son muy pocos sus años para que el dolor haya marcado aún el n navajazo del cinismo – o de
la resignación- en su cara, y su cara tiene una bella e ingenua expresión estúpida, una expresión de no
entender nada de lo que pasa. Todo lo que pasa es un milagro para el gitanito, que nació de milagro,
que come de milagro, que vive de milagro y que tiene fuerzas para cantar de puro milagro.
***
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inercia de trasnochar: los clientes con dinero de los cabarets, de los cafés de la Gran Vía, llenos de
perfumadas, de provocativas mujeres que llevan el pelo teñido0 y unos impresionantes abrigos de
pieles, de color negro, con alguna canita blanca de cuando en cuando; o los noctívagos de bolsillo más
ruin, que se meten a charlar en una tertulia, o se van de copeo por los tupis. Todo, menos quedarse en
casa. Los otros, los trasnochadores accidentales, los clientes de los cines, que sólo salen alguna que otra
noche, siempre a tiro hecho y jamás a lo que caiga, han pasado hace ya rato, antes de cerrar los
portales.
***
Los bancos callejeros son como una antología de todos los sinsabores y de casi todas las dichas: el viejo
que descansa su asma, el cura que lee su breviario, el mendigo que se despioja, el albañil que almuerza
mano a mano con su mujer, el tísico que se fatiga, el loco de enormes ojos soñadores, el músico
callejero que apoya su cornetín sobre las rodillas, cada uno con su pequeñito o grande afán, van
dejando sobre las tablas del banco ese aroma cansado de las carnes que no llegan a entender del todo el
misterio de la circulación de la sangre. Y la muchacha que reposa las consecuencias de aquel hondo
quejido, y la señora que lee un largo novelón de amor, y la ciega que espera a que pasen la horas, y la
pequeña mecanógrafa que devora su bocadillo de butifarra y pan de tercera, y la cancerosa que aguanta
su dolor, y la tonta de boca entreabierta y dulce babita colgando, y la vendedora de baratijas que apoya
la bandeja sobre el regazo, y la niña que lo que más le gusta es ver cómo mean los hombres…
http://lenguayliteratura.org/proyectoaula/especificativos-o-explicativos-001/
http://www.juntadeandalucia.es/averroes/colegiovirgendetiscar/profes/trabajos/palabras/adjetivos1.ht
ml
http://www.apuntesdelengua.com/blog/?page_id=1486
http://www.apuntesdelengua.com/archivos/morfologia/adjetivo/index.htm
http://www.apuntesdelengua.com/archivos/morfologia/adjetivo/adjetivoliterario/index.htm
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4 - VALOR ESTILÍSTICO DE LAS FORMAS VERBALES
El valor específico de las formas verbales que aparecen en un texto están asociados a
sus morfemas de persona, tiempo, modo y aspecto.
41
La segunda persona aparecerá en textos en donde predomina la función
apelativa de la lengua. La segunda persona del singular (tú/usted)
implica una interpelación directa al receptor –de persona a persona-.
Habrá que observar la fórmula de tratamiento utilizada por el emisor
para dirigirse al receptor (tú/usted) para comprobar el grado de confianza
y cercanía que establece con él. El tuteo (tú) indica una relación directa y
cercana con el receptor y es habitual encontrarla en textos que se dirigen
a jóvenes o a iguales, pero de modo individualizado; usted implica una
interpelación directa, pero con el distanciamiento que impone esta
fórmula de cortesía; el usted puede tener también un sentido irónico o
denostador. La segunda persona del plural (vosotros/ ustedes) se
dirigirá a receptores colectivos a los que se interpela con distinto grado
de confianza. Por ejemplo, vosotros se utilizará para lectores juveniles y
ustedes para adultos.
El predominio de la tercera persona o construcciones impersonales
busca eludir la subjetividad y predominará en textos objetivos en donde
aparece de forma destacada la función referencial, como exposiciones,
descripciones o narraciones objetivas
Las formas no personales de los verbos no tienen morfemas personales
(ni temporales ni modales). Al no tener morfemas de persona no pueden
concertar con ningún sujeto, por lo que sólo pueden ser núcleos verbales
en proposiciones subordinadas. Las formas no personales tienen
significado verbal, pero se pueden comportar como otras categorías
gramaticales:
Infinitivo: sustantivo (el frotar se va a acabar)
Gerundio: adverbio (llorando no arreglarás nada)
Participio: adjetivo (objetos perdidos, persona amada…)
— Tiempo: es una categoría gramatical del verbo por la que un proceso verbal ocurrió
en el pasado, ocurre en el momento actual o acontecerá en el futuro. De ahí que haya
que distinguir tres tiempos; pasado (pretérito) canté / cantaba, presente canto y
futuro cantaré. El punto de referencia desde el que se miden es el presente del
hablante-autor.
— Aspecto: informa sobre el desarrollo interno del proceso verbal. Unas formas
muestran ese proceso como acabado (canté) y otras como no acabado, en su desarrollo
(cantaba). En el primer caso se habla de aspecto perfectivo, y en el segundo de
aspecto imperfectivo. El aspecto opone las formas simples de la conjugación
42
(imperfectivas, con la excepción del perfecto simple cante) a las formas compuestas
(perfectivas, como había cantado).
— Modo: expresa la actitud del hablante ante el proceso verbal. Existen tres modos
verbales en español:
3 – LA CONJUGACIÓN VERBAL
Las oponen entre sí los morfemas o indicaciones de persona, tiempo, modo y aspecto
Cada tiempo y modo del verbo tiene un valor estilístico del que se sirve el hablante para expresar su
estado anímico, independiente del momento temporal real en que pase la acción, aunque siempre
ligado a los significados de los tiempos y modos verbales.
Las formas compuestas de los verbos muestran un paralelismo perfecto respecto a las
formas simples. Se forman con el verbo haber en la forma simple correspondiente más
el participio del verbo conjugado. La única diferencia en cuanto al número de formas en
relación a las formas simples es la ausencia de imperativo y de participio compuestos.
Todas las formas compuestas presentan aspecto perfectivo –acción terminada- por ello
se llaman también formas perfectas.
Todas las formas simples presentan aspecto imperfectivo –acción en curso- por eso se
llaman también imperfectas, salvo el pretérito perfecto simple –que siento simple es
perfecto, como su nombre indica).
43
Formas no personales
Formas personales
Indicativo
Subjuntivo
Imperativo
- No indican la persona gramatical, tiempo ni modo. Como núcleo verbal aparecen solo
en construcciones subordinadas, por tanto su uso puede implicar despersonalización,
universalización y razonamiento abstracto.
Ricardo Molina
El gerundio compuesto añade el aspecto perfectivo a la noción de proceso en desarrollo, con lo que
expresa la finalización de una acción que se desarrolló durante un tiempo más o menos prolongado. Suele
usarse en proposiciones subordinadas temporales para expresar la inmediatez de la acción expresada en la
proposición principal.
Las formas no personales del verbo pueden aparecer formando parte de núcleos verbales
complejos en las llamadas perífrasis verbales. Su estructura es la siguiente:
45
- Verbo en forma personal + Verbo en forma no personal: Yo debo comer
carne.
En ambos casos las formas personales funcionan solo como auxiliares y carecen de
significado léxico: sólo son formas auxiliares que aportan información gramatical de
persona, tiempo, aspecto y modo.
Para saber si una construcción es una perífrasis verbal o una proposición subordinada de
infinitivo, gerundio o participio, tenemos que comprobar si el verbo primero –el que se
conjuga- funciona como auxiliar (y sería perífrasis) o si conserva todo su significado
léxico (no sería perífrasis). Por ejemplo:
Tengo que estudiar: es perífrasis porque tengo aquí no indica posesión, solo es
auxiliar)
Voy a estudiar: Es perífrasis si significa que té vas a poner a estudiar. Si el
contexto indica que te diriges literalmente a estudiar, entonces no sería
perífrasis.
o ¿Qué vas a hacer? / Voy a estudiar (perífrasis en ambos casos)
o ¿Dónde vas? / Voy a estudiar a la biblioteca (si voy significa literalmente
ir, no es perífrasis)
Para comprobar si una agrupación verbal es una perífrasis se utilizan los siguientes
procedimientos:
46
Repetición (Iterativas o Reiterativas): No deja de llover, Volvió a llamar
Fin (Terminativas): Acaba de llegar,
Las formas verbales pueden adquirir diferentes valores dependiendo del significado del
verbo, la situación en que se usan o el contexto lingüístico en el que se incluyen. Así se
habla del uso recto y del uso trasladado de algunas formas.
Uso recto: Indica que la acción expresada por el verbo se da en la época misma en que se
habla: Luís vive en Guadalajara; Sergio trabaja aquí. Se usa sobre todo en textos expositivos o
de opinión y en todos aquellos textos que se construyan sobre el eje del presente. El
presente es siempre un momento cambiante y por tanto su consideración es siempre
subjetiva. Eso explica que tenga tantos usos y valores distintos. Dentro del uso recto
distinguimos:
o PRESENTE ACTUAL. Coincide la forma verbal con el momento de la
enunciación: El delantero marca un gol por la izquierda.
o PRESENTE DURATIVO. Acción que se prolonga en el tiempo presente,
aunque no coincida necesariamente con el momento de la enunciación.
47
o PRESENTE INGRESIVO. Expresa una acción que está a punto de
realizarse: Ahora mismo voy.
Uso recto: Expresa una acción pasada inacabada que ha de ponerse en relación con
otras formas verbales para adquirir sentido.
o Es el tiempo verbal más habitual en las descripciones: La joven vestía de verde y
llevaba el pelo recogido; sus ojos eran azules y tenía un lunar en la mejilla izquierda)
o Se emplea también en las narraciones para expresar acciones que se
prolongan en el tiempo: Los soldados recogían los pertrechos y desfilaban lentamente por la
llanura; mientras, cada uno pensaba lo que haría en el futuro.
o Durativo: No indica ni el comienzo, ni el final de la acción: Cuando llegué,
hablaba por teléfono.
Usos trasladados:
o FÁTICO (o de contacto). Sirve para marcar la enunciación en su inicio o
durante el mantenimiento: ¿Qué decías?
o CONATO. Sirve para expresar una acción que no llega a realizarse: Pues ya me
iba….
o DE CORTESÍA. Evita el presente, que se percibe como más descortés: ¿Qué
deseaba...? / Podías ayudarme… / Yo venía a…
o DE APERTURA. Sirve para iniciar un relato, a veces, con carácter
intemporal:Érase una vez... / Había una vez... / Llegaba el séquito a palacio, cuando de
pronto...
o SUSTITUYE AL CONDICIONAL en registros coloquiales. Si pudiese, me
compraba ese coche. / Con ese no me casaba yo ni a tiros.
o LÚDICO. Es un uso infantil que sirve para designar realidades fingidas que se
proponen como materia de juego: Yo era un pirata y este venía y me atacaba..
El pretérito perfecto simple o pretérito indefinido indica una acción que ha ocurrido en el pasado:
llegué, vi… Se utiliza habitualmente en los textos narrativos, cuando se narran hechos que ya han
pasado. No expresa matices significativos especiales, ya que expresa siempre hechos que han
ocurrido en el pasado, indica una acción pasada sin ninguna conexión con el presente, la acción ha
terminado totalmente: El verano pasado estuve en la playa. Pero en su uso lingüístico alterna y se
confunde con el pretérito perfecto compuesto.
48
Futuro simple o imperfecto
Uso recto: Indica acciones que se van a realizar con aspecto imperfectivo, es decir si
mencionar el final: Iré a tu casa. Expresar certeza sobre hechos que aún no han
ocurrido pero que se sabe que ocurrirán con toda seguridad. Pedro llegará el lunes, Pedro llega
el lunes, Pedro ha de llegar el lunes.
Usos desplazados:
Condicional Simple
Indica una acción futura – hipotética- en relación con una acción situada en el pasado. Se
utiliza para formular hipótesis sobre el futuro: Dijo que lo haría.
Se usa también en la apódosis de las proposiciones condicionales: indica una acción futura e
hipotética respecto a otra acción que expresa posibilidad y que se expresa con el imperfecto de
subjuntivo: Si estudiaras, aprobarías. /Si pudiera, tomaría el sol. /
Los tiempos compuestos tienen todos aspecto perfectivo –acción terminada- y guardan
relación con los tiempos simples de los que se derivan; suelen coincidir con los tiempos simples
correspondientes en los usos especiales.
Expresa una acción pasada pero que dura en el presente del hablante: Hoy me he levantado temprano,
su uso coincide en parte con el pretérito perfecto simple. Los dos se refieren a acciones
pasadas y terminadas, la diferencia está en que en el pretérito perfecto compuesto el hablante
entiende la acción terminada como más cercana en el tiempo, aunque no deja de ser una apreciación
subjetiva.
49
En algunas zonas del Norte de España se han fundido los dos tiempos y se tiende a usar solo el
pretérito perfecto simple: Qué pasó / Que ha pasado /
Expresa tiempo pasado, su acción se presenta como anterior a otra acción también pasada: Cuando
llegaron, ya había hecho la comida. La acción había hecho es anterior a la acción, también pasada, llegaron.
Se usa muy poco en la lengua escrita y ha dejado de usarse en la lengua hablada. Es un tiempo
relativo (antepretérito) y expresa una acción inmediatamente anterior a otra pasada, por lo que su
significación temporal no es apreciada en la conciencia del hablante. Ha sido sustituido por el
pretérito indefinido o por el pretérito pluscuamperfecto en casi todos los usos y sólo quedan
algunas formas en la lengua literaria: Apenas hubo amanecido, se fue.
Expresa acción futura y acabada, anterior a otra acción futura: Cuando vengáis ya habré ordenado todo.
Puede trasladarse al pasado, para indicar una conjetura, la probabilidad de que haya ocurrido la
acción: Supongo que habrá llegado.
Como el condicional simple, expresa una hipótesis cuya realización depende de que se cumpla una
premisa anterior. Sin embargo, en este caso el aspecto perfectivo hace ya imposible la
realización de la hipótesis, pues la otra acción no se ha cumplido.
• También se emplea para indicar una acción futura respecto de un momento del
pasado, pero anterior a otro momento que se señala en la oración: Me dijo que cuando yo
llegara a casa, ya me habría enviado el paquete; la acción habría enviado es futuro con relación a
dijo, pero anterior a llegara. Puede indicar también conjetura o probabilidad en el pasado: En
aquel tiempo, él ya había cumplido treinta años.
MODO SUBJUNTIVO
Se utiliza para expresar la subjetividad –deseos o dudas-. Se relaciona con la función emotiva o
expresiva del lenguaje y es habitual en los textos en donde predomina esta función, como los textos
argumentativos y de opinión.
Los tiempos verbales del subjuntivo no se usan en relación a pasado – presente – futuro
propiamente dicho, sino más bien en relación con la mayor o menor seguridad por parte del
hablante con relación a lo que está diciendo. Por ejemplo:
El pretérito imperfecto de subjuntivo: puede indicar presente: Aquí estoy porque si no lo hiciera, te
enfadarías; futuro: Me dijeron, que volviera el lunes, y pretérito o pasado: Quedó en llamarme, lo que hizo que
me pasara todo el día esperando.
El pretérito perfecto de subjuntivo expresa una acción perfecta realizada en una unidad de
tiempo que incluye pasado o futuro, pero en la que se siente instalado el hablante: Espero que hayas
escrito esa carta (pasado). Cuando la hayas escrito, dímelo (futuro).
El pretérito pluscuamperfecto indica una acción perfecta y pasada, realizada en una unidad de
tiempo que ya ha concluido para el hablante: Raro sería que tú no hubieras protestado.
Son formas en desuso, presentes solo en textos arcaicos y jurídicos. Ambos expresan la
eventualidad y se utilizan al formular hipótesis de sobre premisas también hipotéticas.
Quien insultare a la reina... (actualmente, «Quien insulte»)/ Si el reo hubiere dañado de alguna
manera el mobiliario…
Quiero ir de excursión
¿Puedes acompañarme?
51
Acaba de volver de Londres
No sabe nadar
I- Todo el día había estado lloviendo y ya debían de ser las cinco. Había quedado
establecido que a las siete comenzarían a actuar. Sin embargo, Marcial seguía dándole
vueltas al asunto y no estaba del todo decidido. Llegó a pensar que había que abandonar el
proyecto, que todo era absurdo, pero de nuevo volvía a considerar que no se podía hacer
otra cosa. "Hay que ser fuerte", se decía a sí mismo, "debo intentarlo". No obstante, quiso
asegurarse y decidió llamar por teléfono a su compañero, que por entonces debía de estar
preparándose para salir, pero cuando fue a descolgar el auricular, vio que había dejado de
llover y una firme decisión volvió a apoderarse de su ánimo.
II.- -Debía de estar borracho cuando empezó a llover, señaló el inspector Gastaminza.
Como tantas otras veces, iba dando tumbos de bar en bar, sin dejar de beber ni un minuto;
llegó a agarrarse tal trompa que se echó a dormir en el primer sitio que le vino bien. Es una
desgracia que ese lugar tuviera que ser la vía del tren.
-¿Para qué? repuso con sorna Gastaminza, nadie va a preguntar por la muerte de un
desgraciado como ése. En el fondo, su muerte puede que haya sido lo mejor para él.
Dos animales anónimos, sin méritos ni heroicidad alguna, dos criaturas, esas que ella vio en el campo al
borde de los caminos. Unos, arrastrándose sobre la tierra, otros intentando volar, golpeándose contra las
paredes, con la cabeza encendida.
Luciérnagas, barcos errantes en la noche. Apenas le conozco, pero cuánto sé ya de nosotros dos, no de él,
de nosotros dos. Las copas de cristal, entre sus dedos, retenían aún el temblor brillante. Parecía —
pensó— contener entre las manos una galaxia distinta.
—Sonríe— decía ahora Cristián—. Si no nos inventamos motivos para sonreír, te aseguro que nadie nos
los regalará... Todo, todo hay que inventarlo de nuevo.
Ella sonrió, débilmente, porque le costaba mucho ese gesto simple, leve como un milagro. Tal vez, hemos
de inventarnos las sonrisas, el olvido, la paz, la tierra, el amor. Tal vez hemos de inventarnos a nosotros
mismos. Se sentaron sobre la alfombra, junto a la chimenea apagada y vacía, como un agujero de frío.
52
Luciérnagas, Ana María Matute
-Mire usted que yo bien sé lo que pasa por el mundo... mucho de hablar, y de hablar, pero después... -
Baltasar cogió una mano que trascendía a fresas.
-Mi honor, don Baltasar, es como el de cualquiera, ¿sabe usted? Soy una hija del pueblo; pero tengo mi
altivez... por lo mismo... Conque... ya puede usted comprenderme. La sociedá se opone a que usted me
dé la mano de esposo.
-No sería yo el primero, ni el segundo, que se casase con... Hoy no hay clases...
-¿Y su familia... su familia... piensa usted que no se desdeñarían de una hija del pueblo?
-¡Bah!... ¿qué nos importa eso? Mi familia es una cosa, yo soy otra -repuso Baltasar impaciente.
PONCIA: (Se lleva las manos al cuello.) ¡Nunca tengamos ese fin!
(Las HERMANAS se echan hacia atrás. La CRIADA se santigua. BERNARDA da un grito y avanza.)
BERNARDA: No. ¡Yo no! Pepe: irás corriendo vivo por lo oscuro de las alamedas, pero otro día caerás.
¡Descolgarla! ¡Mi hija ha muerto virgen! Llevadla a su cuarto y vestirla como si fuera doncella. ¡Nadie dirá
nada! ¡Ella ha muerto virgen! ¡Avisad que al amanecer den dos clamores las campanas!
BERNARDA: Y no quiero llantos. La muerte hay que mirarla cara a cara. ¡Silencio! (A otra hija.) ¡A callar he
dicho! (A otra hija.) ¡Las lágrimas cuando estés sola! ¡Nos hundiremos todas en un mar de luto! Ella, la hija
menor de Bernarda Alba, ha muerto virgen. ¿Me habéis oído? Silencio, silencio he dicho. ¡Silencio!
53
Si nos encontramos en una calle y un niño chiquito se acerca para decirnos: “Caballero, ¿podría
indicarme si llevo bien mi camino hacia la Plaza Nueva y, por consiguiente, no corro el peligro de
extraviarme, con todas la molestias que podría originar a mis progenitores y familiares más allegados?”,
no cabe duda de que nos quedamos estupefactos y llenos de asombro, ya que no es habitual que los
niños hablen así; también nos asombraremos si encontramos a un anciano que habla como un
adolescente: “Tío, a mí me molan los cubatas y el ritmo de las discotecas” o si un soldado se dirige a su
coronel y le dice sin temor. “He decidido quitarme tres botones de la guerrera y poner un clavel en el
fusil porque ya sabes que los jóvenes somos muy nuestros”. En la vida cotidiana, los niños hablan como
los niños, los ancianos como los ancianos y lo soldados procuran tener el máximo respeto con el coronel
en su regimiento. Cada hablante usa la lengua de acuerdo con su sexo, su generación y la situación en
que se encuentra.
El problema de la libertad en relación con el urbanismo está hoy planteado en los términos
siguientes: existe demasiada libertad para gozar de la verdadera libertad. Necesitamos en una palabra
suprimir muchas libertades para que una libertad mayor o la Libertad con mayúsculas resplandezca.
Vengamos a algunos ejemplos: hace años a nadie se le hubiera ocurrido privar al prójimo de construir
una casa tan alta como quisiera, de la misma manera que nadie estaba privado de transitar por la calle a
su albedrío. Por mucho que un propietario quisiera elevar su casa había una ley más fuerte que todas
que se lo impedía: el cansancio de las escaleras. Pero pasó el tiempo y surgieron los ascensores y éstos
se perfeccionaron y ya no hubo trabas para la altura de la edificación que además, gracias a las
estructuras metálicas o de hormigón no necesitaba de grandes muros para sostenerse.
HACÍA UN FRÍO de mil demonios. Me había citado a las siete y cuarto en la esquina de
Venustiano Carranza y San Juan de Letrán. No soy de esos hombres absurdos que adoran el
reloj reverenciándolo como una deidad inalterable. Comprendo que el tiempo es elástico y que
cuando le dicen a uno las siete y cuarto, lo mismo da que sean las siete y medía. Tengo un
criterio amplio para todas las cosas. Siempre he sido un hombre muy tolerante: un liberal de la
buena escuela. Pero hay cosas que no se pueden aguantar por muy liberal que uno sea. Que yo
sea puntual a las citas no obliga a los demás sino hasta cierto punto; pero ustedes reconocerán
conmigo que ese punto existe. Ya dije que hacía un frío espantoso. Y aquella condenada esquina
está abierta a todos los vientos. Las siete y media, las ocho menos veinte, las ocho menos diez.
Las ocho. Es natural que ustedes se pregunten que por qué no lo dejé plantado. La cosa es muy
sencilla: yo soy un hombre respetuoso de mi palabra, un poco chapado a la antigua, si ustedes
quieren, pero cuando digo una cosa, la cumplo. Héctor me había citado a las siete y cuarto y no
me cabe en la cabeza el faltar a una cita. Las ocho y cuarto, las ocho y veinte, las ocho y
veinticinco, las ocho y media, y Héctor sin venir. Yo estaba positivamente helado: me dolían los
pies, me dolían las manos, me dolía el pecho, me dolía el pelo. La verdad es que si hubiese
llevado mi abrigo café, lo más probable es que no hubiera sucedido nada. Pero esas son cosas
del destino y les aseguro que a las tres de la tarde, hora en que salí de casa, nadie podía suponer
que se levantara aquel viento. Las nueve menos veinticinco, las nueve menos veinte, las nueve
menos cuarto. Transido, amoratado. Llegó a las nueve menos diez: tranquilo, sonriente y
satisfecho. Con su grueso abrigo gris y sus guantes forrados:
—¡Hola, mano!
Así, sin más. No lo pude remediar: lo empujé bajo el tren que pasaba. Triste casualidad.
Para que un texto esté cohesionado, las diversas partes que lo integran deben de estar
formalmente conectadas entre sí, a través de distintos mecanismos lingüísticos que
manifiestan su unidad estructural y significativa.
1.2.- La repetición de una misma construcción sintáctica en partes distintas del texto,
aunque no es un mecanismo estrictamente semántico, permite establecer conexiones de
significado entre dichas partes. Como figura retórica recibe el nombre de paralelismo y
a menudo se produce junto a la anáfora o repetición de palabras.
56
Consiste en la sustitución de una palabra o frase por un sinónimo u otro término
semánticamente afín, por lo que ambos términos serían intercambiables en el
discurso.
Función: es un procedimiento contrario al de repetición de palabras: trata de
evitar repeticiones que podrían empobrecer el estilo por términos equivalentes.
57
o La anorexia es una enfermedad que amenaza con ser la más estúpida de
las epidemias del XXI
58
o Recíprocos: uno implica al otro necesariamente ((vender/comprar;
entrega/ recepción).
o Complementarios: la negación de uno implica la afirmación del
otro (positivo/negativo – lo negativo es lo que no es positivo;
ileso/lesionado).
o A los 8:30 horas comenzó la clase. El profesor explicó en la pizarra las oraciones
subordinadas sustantivas; a la mitad del periodo lectivo se quedó sin tiza y le pidió
al delegado de curso que hiciera el favor de bajar a consejería a buscar más.
59
5.4. EJEMPLOS PRÁCTICOS
1. Hay mucho que aprender sobre el VIH y el SIDA. El VIH es el Virus de Inmuno
Deficiencia Humana, es como un microbio que entre en el cuerpo y va destruyendo
poco a poco los glóbulos blancos que son las defensas de nuestro organismo.
Después de varios años, ese virus causa un síndrome o conjunto de enfermedades y
problemas de salud, que conocemos como SIDA. El SIDA es la etapa final de
infección por el VIH. SIDA significa Síndrome de inmunodeficiencia adquirida.
Hasta ahora no hay ninguna vacuna ni cura, tampoco hay ninguna forma de
sacarlo del cuerpo.
2.- A Antonio le gustaba practicar alguna actividad física. Los lunes jugaba al tenis;
los martes corría; los miércoles practicaba boxeo; el jueves jugaba a fútbol con sus
compañeros; el viernes era el único día que descansaba; el sábado esquiaba y el
domingo hacía escalada. Así pasaban los días de la semana.
- Hiperónimo: ―Días de la semana‖ es el hiperónimo de lunes,martes…
- Hipónimo: ―Tenis, correr, boxeo, fútbol, esquí y escalada‖ son los
hipónimos de actividad física‖ y son entre ellos cohipónimos.
3.- Amaos con devoción, pero no hagáis del amor una atadura. Haced del amor un mar
móvil entre las orillas de vuestras almas. Llenaos uno al otro vuestras copas, pero no
bebáis de una misma copa. Compartid vuestro pan, pero no comáis del mismo trozo.
Cantad y bailad juntos y estad alegres, pero que cada uno de vosotros sea
independiente. ( Khailil Gibran, El Profeta)
60
porque lo Invisible se manifestó en ti de manera más excelente: porque eres un éxito del
Artista eterno.
Amado Nervo, Lo inmóvil y otros poemas.
5.- Dos individuos atracaron una sucursal bancaria en pleno centro de la ciudad. Tras
amenazar al director con una pistola, los delincuentes se llevaron cien mil euros de la
caja fuerte y huyeron en un vehículo que los esperaba a la peta. El coche era n
mercedes de color blanco con matrícula extranjera.
6.- Me encanta el cine. Me gustan las películas de terror y las del oeste, pero mi género
preferido es el melodrama. Además, sigo muy de cerca todo lo relacionado con el
séptimo arte, como la ceremonia anuela de a entrega de los óscars o la vida amorosa
de las grandes estrellas de Hollywood.
61
BLOQUE 3: LITERATURA
CAMPOS DE CASTILLA, DE ANTONIO MACHADO
1 – CONTEXTO LITERARIO
El desastre del 98. La pérdida de las últimas colonias españolas se produjo tras la
derrota de España frente a Estados Unidos, que tomó partido a favor de la
independencia de aquellas. Estados Unidos declaró la guerra a España acusándola del
hundimiento del buque ―Maine‖, en el puerto de La Habana, en el que murieron 256
marinos norteamericanos, si bien las causas de la explosión y el hundimiento no están
muy claras. España envió una flota a luchar contra EEUU a Cuba, en un ambiente de
enorme triunfalismo. Los políticos, la prensa y la opinión pública española en general
estaban convencidos de que España seguía siendo una gran potencia que aplastaría y
daría una lección a los norteamericanos. Sin embargo, la derrota fue humillante: los
barcos españoles, inferiores en número y peor dotados que los norteamericanos, no
pudieron hacer nada frente a la Armada estadounidense. La totalidad de la flota
española, los 6 barcos, fueron hundidos uno tras otro, según iban saliendo del puerto. El
almirante Cervera, que estaba al mando de la flota española, al darse cuenta de la
situación, advirtió telefónicamente al Gobierno de España lo que iba a ocurrir, sin
embargo fue insistentemente obligado a presentar batalla: España no podía rendirse y el
argumento fue que ―más vale honra sin barcos que barcos sin honra‖. El balance final en
el bando español fue de 371 muertos, 151 heridos y 1670 prisioneros. Los
norteamericanos solo tuvieron 1 muerto y 2 heridos.
62
Muchos creían en la victoria española, pero en una victoria sin esfuerzo; los
yanquis que eran todos vendedores de tocino, al encontrarse con los primeros
soldados españoles dejarían las armas y echarían a correr. Los periódicos no
decían más que necedades y bravuconadas. Los yanquis no estaban preparados
para la guerra, no tenían ni uniformes para los soldados. En el país de las
máquinas de coser, el hacer unos cuantos uniformes constituía un conflicto
enorme, según se decía en Madrid. A mí me indignó un tanto la actitud de la
gente al saber la noticia; se recibió con una perfecta indiferencia; después de
tantas alharacas, de dar la impresión que todo el mundo estaba exaltado y
frenético resultó que el desastre no hizo el menor efecto. La gente iba al teatro y
a los toros con perfecta tranquilidad. Todas aquellas manifestaciones, gritos y
artículos de los periódicos habían sido humo de paja.
Características literarias:
o Temas comunes: Reflexión sobre las esencias de España, sobre su Cultura, sobre
las causas de su atraso. También a veces problemas sobre la función del Arte y
sobre la propia existencia humana. Es muy frecuente que aparezca el paisaje de
Castilla y el Quijote como símbolos de la propia realidad española y de los valores
del espíritu español: idealista y noble pero siempre derrotado frente al materialismo
y la cruda realidad.
64
Teatro: Azorín, Unamuno y Valle-Inclán.
Datos biográficos
65
Se formó en la Institución Libre de Enseñanza, la institución educativa más
progresista de la España del momento, que le dejó una honda huella y un gran amor por
la auténtica pedagogía.
Desde los ocho a los treinta y dos años he vivido en Madrid con excepción del
año 1899 y del 1902 que los pasé en París. Me eduqué en la Institución Libre de
Enseñanza y conservo gran amor a mis maestros: Giner de los Ríos, el
imponderable Cossío (…) Pasé por el Instituto y la Universidad, pero de estos
centros no conservo más huella que una gran aversión a todo lo académico.
Realiza dos viajes de estudios a París para formarse en la lengua francesa. Allí trabaja
en una editorial y entabla amistad con Rubén Darío. De vuelta a España frecuentó los
ambientes literarios, donde conoció a J. R. Jiménez, R. del Valle-Inclán y M. de
Unamuno.
Obras
67
parte de los cuales fueron recogidos en La guerra (1937). Se trata de escritos
testimoniales, plenamente incardinados en las circunstancias históricas del momento.
68
1.3.- Campos de Castilla
"...cinco años en Soria orientaron mis ojos y mi corazón hacia lo esencial castellano
(…) Ya era, además, muy otra mi ideología".
El poemario –que en un principio pensó titular Tierras de España –el título de uno de
los poemas-, en la primera edición incluía solo 54 poemas, aunque en ediciones
posteriores fue añadiendo otros hasta completar un total de 123, que luego pasarían a
formar parte de sus Poesías completas. Campos de Castilla contiene distintos grupos de
poemas:
"Campos de Soria"
―La tierra de Alvargonzález‖, leyenda en prosa y extenso romance, al estilo de
los de ciego.
"Proverbios y cantares", 53 pequeños poemas de tono sentencioso y reflexivo
Cuatro poemas sueltos (Humorada, Consejos, Profesión de fe y Mi bufón).
Dos elogios: a Unamuno, y a Juan Ramón Jiménez, que se sumaban a las dos
dedicatorias, a Julio Romero de Torres y a Juan Ramón, incluidas
respectivamente en el poema "Amanecer de otoño" y en "La tierra de
Alvargonzález".
Antonio Machado publicará este libro en dos etapas: la primera saldrá a la luz en 1912,
poco antes de la muerte de su esposa, Leonor Izquierdo; la segunda aparecerá con la
primera edición de sus Poesías Completas en 1917. En esta última y definitiva versión
no elimina ningún poema, pero sí añade otros, algunos de ellos de bellísima factura. Así
pues, debe tenerse en cuenta que ambas ediciones tienen como claro hecho
diferenciador la presencia o no de la enfermedad y la muerte de su esposa en ciertos
poemas de la segunda edición.
69
(ESTUDIO DE CAMPOS DE CATILLA, FUENTE: IES AS TELLEIRAS – XUNTA DE GALICIA)
Aunque, claro es, la descripción incluya siempre, más o menos implícitos, más o menos
intensos, pensamiento y emoción.
Los poemas de este libro los podemos agrupar en dos grandes bloques según los
temas:
71
mismo, en íntima comunión con el paisaje que describe y canta. En su paso
por el tiempo, el poeta se relaciona con las cosas, y adquieren un sentido
nuevo, personal, en relación con la experiencia vivida en torno a ellas. Se
transfiguran en espejo que refleja los estados del alma. En este sentido es
singularmente destacado el proceso que ―sufre‖ el olmo. Las primeras
referencias –antes de la muerte de su esposa- a este árbol son meramente
denotativas de su presencia en los parques. En el poema ―A un olmo seco‖
(CXV) –escrito durante la enfermedad de Leonor- se inicia el proceso de
identificación de su alma con dicho árbol, que continuará de forma más o
menos implícita en otros poemas (CXVI, CXXVII) cuando, tras la muerte
de su esposa, se convierte en el recuerdo de una esperanza inútil. - El paisaje
andaluz Por contraste con la aridez y humildad del paisaje castellano, se
destacan los tonos luminosos, verdes, fértiles (ver ―Recuerdos‖); el poeta se
queja de que el paisaje de su tierra, el de su infancia, a pesar de su belleza,
no haya penetrado todavía en su alma. Todos los poemas dedicados a
Leonor los escribe en Baeza, por ello, en algunos poemas de esta serie el
paisaje andaluz, alegre en otras ocasiones, se carga de connotaciones de
tristeza (Ver ―Caminos‖), indicando el cansancio espiritual y la profunda
melancolía del poeta. Frente a esto el paisaje soriano se carga de
connotaciones positivas (ver ―A José María Palacio‖ en el que se recuerda a
la amada muerta)
72
El paso del tiempo.
El agua Este símbolo es quizá el que con mayor insistencia y también con
mayor hondura vivencial reitera a lo largo de su obra. El agua del río, de la
fuente, de la lluvia… su fluir casi imperceptible, constante, se hace símbolo
del fluir temporal y, por ello, de la vida interior; puede representar la muerte,
quieta en la taza de la fuente o, en la inmensidad del mar al que confluyen
todas las aguas. (Ver poema CXXVIII) –
Los elementos del paisaje. En el proceso de identificación del alma con las
cosas del mundo adquieren especial relevancia los elementos de la naturaleza
(los ríos, los atardeceres, los árboles…). En Campos de Castilla entre los
elementos configuradores del paisaje a los que el poeta dota de significación
simbólica en relación con el paso del tiempo están los ríos – en especial el
río Duero- (A orillas del Duero: ―como tus largos ríos, Castilla, hacia la
mar‖)- y los árboles -en especial el olmo, árbol de la infancia en algunas
composiciones y de la madurez, la vejez en otras (―¿Tienen los viejos olmos
73
algunas hojas nuevas?‖). El poeta parece haber escogido el árbol para
sintetizar no sólo su predisposición anímica ante el paisaje, sino también el
correlato con el tiempo. La diversidad arbórea del poemario sirve de
vehículo para expresar tanto la emoción que siente el poeta contemplando
los campos de Castilla como la fugacidad de la vida (los chopos, los
álamos,.., -asociados a la frescura y el resurgir–, representan, además, una
visión idílica de Castilla; incluso en la robustez y fortaleza del roble, se
percibe el paso inevitable del tiempo, que se lleva tras de sí todo lo que
encuentra en el camino…; las encinas, las hayas, los limoneros,…).
74
figurado; esta identificación de los elementos del paisaje con el pasado da pie a
reflexiones en las que se contrasta el pasado glorioso con el mezquino presente. Ante el
paisaje castellano Machado realiza una selección que apuntará a destacar también el
―alma‖ de Castilla vista desde su peculiar sensibilidad. Así, recoge, sobre todo, lo que
va en dos direcciones: de una parte, lo pobre, lo adusto, lo austero (―yermos‖,
―páramos‖, ―pegujales‖, etc.); de otra, lo recio, lo duro, lo fuerte (―alcores‖,
―roquedas‖, ―arnés de guerra‖, ―yelmo‖). En suma, lo ascético y lo épico. Es, en
palabras suyas, la ―Soria, mística y guerrera‖.
También son características de este movimiento las dos formas de mirarla: desde un
punto de vista lírico y desde un punto de vista crítico. Llamamos visión lírica a una
emocionada captación de la belleza o la majestad del paisaje castellano, fruto de aquel
―amor a la Naturaleza‖ o de esa fusión de paisaje y alma (Ver Campos de Soria CXIII
―Hoy siento por vosotros, en el fondo / del corazón, tristeza, / tristeza que es amor...‖).
Y esa tristeza, esa melancolía nos lleva a lo que hemos llamado visión crítica, que nace
además de aquella ―preocupación patriótica‖ de que hablaba Machado (Ver la segunda
mitad del poema ―A orillas del Duero‖ XCVIII, ―Por tierras de España‖ XCIX: En ellos
aparece un poeta que da testimonio de la miseria y la decadencia de Castilla: frente a
esplendores pasados, alude al despoblamiento, la desertización, la dureza de la vida, la
necesidad de emigrar, las ruinas de los pueblos...; y habla de la apatía de las gentes o de
sus miserias morales. No aborda Machado, en estos poemas, las causas históricas y
sociales de tal estado de cosas, ni toma posturas ante ellas. De momento, es sólo una
―amarga toma de conciencia sobre una situación de marasmo nacional‖). De esta visión
crítica será también buen ejemplo el poema ―El Dios ibero‖ CI: en él se insiste sobre el
marasmo y la miseria del campo castellano y se añade una meditación sobre cierta
religiosidad tradicional. Por lo demás, su penúltima estrofa contiene una apretada
meditación sobre el pasado, el presente y el futuro de España y parece anunciar la
necesidad de comprometerse para ―reescribir‖ el pasado y construir una España mejor.
Se trata de aspectos que alcanzarán mayor desarrollo en los poemas escritos en Baeza.
75
Del pasado, Machado denuncia aquellos aspectos negativos que son un peso muerto
sobre el presente o incluso sobre un futuro próximo. Y parece como si no tuviera
grandes esperanzas en el mañana inmediato, sino en un ―pasado mañana‖, en una
generación posterior.
Siendo el tiempo el tema vertebrador de su obra, las palabras que pueden funcionar
como deícticos temporales (adverbios —hoy, mañana, ayer, todavía, nunca, ya, aún…,
demostrativos —estos, aquellos…—) aparecen de continuo en sus poemas. Estos
deícticos no suelen aparecer solos, sino que se combinan en antítesis temporales para
expresar vivencialmente la relación pasado-presente-futuro (ver El dios ibero CI). Los
adverbios de lugar (aquí, allá…) y los demostrativos (estos, aquellos…) tienen
también este valor deíctico; y sus antítesis espacio-temporales señalan también
antítesis correspondientes a estados de ánimo (CXXI) En oposición a estos signos del
tiempo, el poeta utiliza un vocabulario abstracto para referirse a lo que define como
―revelaciones del ser en la conciencia humana‖ relacionados con los universales del
sentimiento: sueño, mágico, alma, ilusión, encanto, armonía… Una de las características
más señaladas entre los escritores de la llamada generación del ‘98 es el uso —incluso
76
la recuperación— del léxico arcaico y/o rural: tahúr, albur, sayal, juglar…arcadores,
perailes, chicarreros… En Campos de Castilla es frecuente el uso de sustantivos y
adjetivos que evocan la rudeza o la pobreza de esas tierras, junto con nombres seguidos
de complementos nominales formados con la preposición sin, indicando dicha pobreza.
(A orillas del Duero XCVIII)
77
relacionar también el uso frecuentísimo de la interrogación, que da a sus
versos un tono personal.
4.3. La métrica.
En cuanto a las estrofas, encontramos gran variedad: - estrofas con versos de arte
menor: romances {- a – a – a – a – a – a…}: el más significativo es la larga
composición ―La tierra de Alvargonzález‖; cuartetas {abab}: CXXXVI-XIX, XXI,
XXVII; redondillas {abba}: CXXXVI-XIII; coplas {—a—a}: CXXXVI-II, IV, VI,
VIII…; décimas {aabccbdeed}: CIII, CXXVII, CXXVIII, CXXXII, CXXXIII,
CXXXVI-XXXV, XXXIX y CXXXVII-VII, VIII) –
78
5.- POEMAS DE CAMPOS DE CASTILLA PARA
ANALIZAR
CUESTIONES PARA LOS COMENTARIOS DE LOS POEMAS
a) Análisis del estilo del poema en relación con la obra a la que pertenece.
b) Tema o temas del poema en relación con los temas de la obra.
c) Comentario del simbolismo en el poema con relación a la obra
d) Contextualización del poema en el movimiento literario al que pertenece el autor
y su obra.
83
Huye de la ciudad... Pobres maldades,
misérrimas virtudes y quehaceres
de chulos aburridos, y ruindades
de ociosos mercaderes.
Por los campos de Dios el loco avanza.
Tras la tierra esquelética y sequiza
?rojo de herrumbre y pardo de ceniza?
hay un sueño de lirio en lontananza.
Huye de la ciudad. ¡El tedio urbano!
?¡carne triste y espíritu villano!?.
No fue por una trágica amargura
esta alma errante desgajada y rota;
purga un pecado ajeno: la cordura,
la terrible cordura del idiota.
¡Colinas plateadas,
grises alcores, cárdenas roquedas
por donde traza el Duero
su curva de ballesta
en torno a Soria, obscuros encinares,
ariscos pedregales, calvas sierras,
caminos blancos y álamos del río,
tardes de Soria, mística y guerrera,
hoy siento por vosotros, en el fondo
del corazón, tristeza,
tristeza que es amor! ¡Campos de Soria
donde parece que las rocas sueñan,
conmigo vais! ¡Colinas plateadas,
grises alcores, cárdenas roquedas!...
VIII
84
de Soria -barbacana
hacia Aragón, en castellana tierra-.
IX
85
CXV – “A UN OLMO SECO”
86
CXXI: “ALLÁ EN LAS TIERRAS ALTAS”
Saeta popular
90
El vano ayer engendrará un mañana
vacío y ¡por ventura! pasajero,
la sombra de un lechuzo tarambana,
de un sayón con hechuras de bolero;
el vacuo ayer dará un mañana huero.
Como la náusea de un borracho ahíto
de vino malo, un rojo sol corona
de heces turbias las cumbres de granito;
hay un mañana estomagante escrito
en la tarde pragmática y dulzona.
Mas otra España nace,
la España del cincel y de la maza,
con esa eterna juventud que se hace
del pasado macizo de la raza.
Una España implacable y redentora,
España que alborea
con un hacha en la mano vengadora,
España de la rabia y de la idea.
XXIX
91
Al andar se hace camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante, no hay camino,
sino estelas en la mar.
XLV
92
LA CASA DE BERNARDA ALBA
Y COMENTARIOS MODELO
Como criterio general es conveniente señalar que el desarrollo del comentario crítico y de las
cuestiones de Literatura no debe convertirse en una mera exposición de contenidos teóricos, sino que,
convenientemente elaborada y contextualizada, deberá servir para que el alumno demuestre su
conocimiento de la lectura obligatoria, su madurez lectora y su capacidad para enjuiciar y valorar
críticamente la obra en cuestión. Asimismo, se valorará positivamente la creatividad y la exposición de
ideas propias con acierto.
93
1. TEMAS DE LA OBRA
1.1.- Tema principal: conflictos Autoridad /Libertad, Realidad / Deseo, lo Social / lo
Natural. El enfrentamiento entre la moral autoritaria y rígida que impone Bernarda y
que procede de las convenciones sociales vigentes, y el deseo de Libertad que lleva a
Adela –y a Josefa, en cierta medida- a rebelarse contra esa autoridad y esas normas
sociales que van en contra de los impulsos naturales.
Este tema aparece en todo el teatro de Lorca, así como en su poesía. El desenlace
trágico está motivado por la consciencia pesimista de que los impulsos naturales
siempre se verán frustrados por las convenciones y los prejuicios sociales. El deseo
sucumbirá necesariamente ante una realidad que los hace imposibles. Así los personajes
están condenados a un destino trágico: la muerte, la soledad, la esterilidad.
El hecho de que sean mujeres las protagonistas de la obra –lo que ocurre también en
todo el teatro de García Lorca- se debe a que la mujer, por su papel social en la época,
encarna el mayor sometimiento, la mayor falta de libertad.
94
La declaración de Evaristo a Poncia (ven que te tiente)
La mujer vestida de lentejuelas, la prostituta que llegó al pueblo;
Poncia da dinero a sus hijos para que la visiten porque los hombres
necesitan esas cosas.
Los segadores que visitan el pueblo, que simbolizan la virilidad y el
ardor sexual
La hija de la Librada, que tuvo un hijo soltera y lo mató (Carbón
ardiendo en el sitio de su pecado).
95
La injusticia social. A lo largo de la obra, especialmente durante el primer acto,
se ponen de manifiesto las tensiones de la sociedad de la época: la injusticia y
las diferencias sociales. Esto puede apreciarse en la conciencia y orgullo de clase
de Bernarda (que no casa a sus hijas porque no hay en el pueblo nadie de su
categoría), el resentimiento de Poncia y la criada hacia las clases más altas y la
crueldad que preside la relaciones de una sociedad muy jerarquizada: Bernanda
critica a los pobres (los pobres son como animales), Poncia odia a Bernarda y la
criada maltrata de palabra a la mendiga.
Si analizamos en título La casa de Bernarda Alba, comprobamos como Lorca quiso que
el propio espacio cerrado la casa centrase todo el protagonismo de la obra, por encima
de la figura de Bernarda. La casa, además de un espacio físico, es en realidad también
una expresión metonímica que se refiere a toda la familia de Bernarda, que son las
víctimas de su tiranía.
El subtítulo Drama de mujeres, nos indica que las mujeres son las protagonistas, aunque
no todas. El hecho de que no aparezca el artículo determinado por delante significa que
sólo afecta a un grupo. La obra plantea una situación límite que sólo afecta a las hijas de
Bernarda, aunque la falta de libertad y la marginación de la mujer fuera un problema
generalizado en la España de esa época.
En los pueblos de España, con este complemento el autor quiso probablemente extender
la anécdota del texto, al considerar que los males que denuncia son característicos de la
España rural de su tiempo, no sólo de Andalucía. Sin embargo, el argumento de la obra
está basado en la situación real de unas mujeres del pueblo de García Lorca, que
siempre estaban de luto y nunca salían de casa.
96
2. ESTRUCTURA DE LA OBRA
2.1.- La obra presenta la estructura clásica en tres actos, que se corresponden con el
esquema tradicional de presentación, nudo y desenlace. Cada acto tiene lugar en una
habitación diferente de la casa y en un tiempo distinto. Es rasgo más característico de la
estructura es su carácter cíclico, su estructura repetitiva, con abundantes paralelismos
semánticos y de situaciones. Dentro de cada acto, se suceden distintas escenas que
alternan situaciones de clama y tensión que va intensificándose, de forma que la
escena final de cada acto es de una gran violencia. A su vez la tensión final de cada acto
se va intensificando, de forma que la escena final del segundo acto es más violenta que
la del primero, y al escena final del tercero (el suicidio de Adela) es también la de
mayor violencia de toda la obra.
97
2.3.- Elementos recurrentes y paralelísticos:
3.1.- Espacio.
Toda la obra se representa dentro de la casa de Bernarda alba, no obstante, habría que
distinguir dos espacios, un espacio visible –que es el de la escena, el lugar del encierro
de las hijas de Bernarda-, y un espacio no visible, solo aludido, que es el exterior, el
mundo que les está vedado y que representa la libertad frente a ese encierro. Son dos
mundos enfrentados simbólicamente: la realidad asfixiante en que viven las hijas de
Bernardo y el deseo de libertad y amor.
3.2.- Tiempo.
Se precisa con exactitud la hora del día en que se suceden los acontecimientos.
Cada acto de desarrolla en un momento del día diferente, como sugiriendo el paso del
tiempo y como si toda la obra se desarrollara en una sola jornada, sin embargo la acción
transcurre durante un periodo de tiempo mas largo que no queda del todo definido, pero
que podría ser de un mes aproximadamente, pues transcurre durante un verano (el calor
es un elemento constante e intensificador de la acción). El paso del tiempo viene
marcado por la situación y el conflicto inicial (encierro a causa del luto – intención de
Pepe de casarse con Angustias).
Acto I. Por la mañana. Funeral del padre. Bernarda impone ocho años de luto.
Se nos informa de que Pepe quiere casarse con Angustias.
Acto II. Hora de la siesta. Angustias prepara su ajuar ayudada por sus hermanas.
Pepe y Angustias son ya novios formales y se hablan por la ventana. Angustias
prepara su ajuar. Poncia se da cuenta de que Adela se está viendo con el novio
de su hermana y la reprende. Intenta advertir a Bernarda, sin denunciar a Adela.
Acto III. Por la noche, después de cenar. Angustias ya tiene el anillo y los
muebles y la boda es inminente. En el pueblo ya se comenta que Adela y Pepe
son amantes, pero Poncia ya ha renunciado a intervenir. Por la noche se levanta
Adela para encontrarse con Pepe y Martirio, que la envidia intenta disuadirla y
finalmente la delata, lo que propicia el desenlace trágico.
El paso del tiempo se deduce de la propia acción y del diálogo de los personajes.
Además, Lorca se sirve de un procedimiento lingüístico para dar cuenta del paso del
tiempo, pues cada acto comienza con el adverbio temporal ―ya‖. La época en que se
99
desarrollan los hechos sería más o menos contemporánea a la escritura (primeros años
30).
3.4.- El Lenguaje teatral. A través de las palabras de los personajes, deducimos todos
los elementos de la acción que en un relato nos aportaría el narrador.
Los diálogos: dominan los diálogos rápidos, incisivos y breves. Lorca declara
explícitamente su intención de hacer un documental fotográfico, por tanto cuida
el lenguaje de los personajes, de forma que hablen con realismo y de forma
adecuada a la condición, carácter y estado de ánimo. Aparecen localismos y
andalucismos, los elementos poéticos aparecen siempre justificadas, es decir, las
metáforas y los símiles que se utilizan –por ejemplo- pertenecen al ámbito de lo
rural, de forma que no se aparten de lo verosímil.
100
para ―hacerle hablar‖. Es un recurso para evitar el monólogo, que no
resultaría verosímil, (por ejemplo, Poncia, hablando con la Criada).
Los monólogos. Un personaje que habla solo. Sirve también para expresar sus
pensamientos. Como en el caso anterior, resulta un recurso poco verosímil, de
modo que Lorca lo utiliza muy poco en esta obra. Sólo hay un monólogo: el de
la Criada en el primer acto, cuando está halando sola y dice lo que piensa del
muerto (Fastídiate Antonio María Benavides…); también sirve para manifestar
la hipocresía de la criada, pues cuando entre Bernanrda con las hijas y las
vecinas, cambia el discurso y finge estar muy dolida por su muerte.
4. ESTILO DE LA OBRA
Sin embargo, la obra tiene también elementos propios del drama, un subgénero más
moderno, que se da en el teatro o el cine en que prevalecen acciones y situaciones tensas
y pasiones conflictivas, pero con personajes y ambientes más cotidianos y sin que el
desenlace tenga que ser necesariamente trágico. El drama rural es un subgénero
especial de drama, que se da en el teatro español coetáneo a García Lorca y se
caracteriza por desarrollarse en ambientes rurales y opresivos.
102
La ―letanía‖ que reza Bernarda junto a las hijas y las vecinas en el primer
acto; que no es una letanía auténtica, sino que está llena de imágenes
lorquianas. En este caso lo justifica el que se trate de una oración.
Las dos intervenciones de María Josefa. El hecho de que esté loca,
justifica un lenguaje lírico, surrealista, con una función visionaria y profética
(sabe lo que va a ocurrir)
El canto de los segadores, que suena en la calle y las hijas repiten desde
dentro: expresan el ansia de libertad de las hijas encerradas y la vida que
sigue su curso en el exterior. La poesía está justificada porque se trata de un
cantar (Abrid puertas y ventanas las que vivís en el pueblo, / el segador pide
rosas para adornar su sombrero).
Uno de los mayores logros de Lorca es integrar el lenguaje poético y el popular sin que
resulte forzado.
b) Relación entre los personajes principales de la obra y del papel que juegan en ella.
103
Comentarios de otros personajes. Es una forma de caracterizción indirecta,
que se basa en las opiniones sobre ellos de otros personajes. Por ejemplo, antes
de aparecer en escena Bernarda, Poncia y la criada hablan de ella, la describen,
la critica. Es una forma de que el espectador esté ―sobre aviso‖ cuando ella
aparezca.
Los personajes se definen a sí mismos. Hablan de ellos mismos, dicen como
son. Esto suele ocurrir en las primeras intervenciones de los personajes. Por
ejemplo, Martirio habla de sí misma con Amelia en la primera escena en que las
dos están juntas (tengo miedo a los hombre, Dios me hijo fea, sé que no me voy
a casar)
Caracterización por los actos y las palabras de cada personaje: Bernarda
golpea a sus hijas, utiliza un lenguaje prescriptivo, lleno de imperativos, seco,
cortante. Adela utiliza un lenguaje lleno de imágenes apasionadas y eróticas al
hablar de su relación con Pepe; rompe el bastón de mando de su madre para
escenificar su rebeldía. Maria Josefa actúa como una loca y su lenguaje resulta
poético por las imágenes surrealistas y líricas que expresa.
Objetos simbólicos que caracterizan a los personajes: el bastón de mando y la
escopeta, simbolizan el autoritarismo y la masculinidad de Bernarda; el abanico
de flores de rojas y verdes de Adela, simbolizan la alegría de la juventud, frente
al abanico negro de Martirio, también su vestido verde (color de la esperanza).
El retrato de Pepe de Angustias la caracteriza (ella no posee al verdadero Pepe,
sólo a su retrato); los collares y encajes del vestido de Maria Josefa, simbolizan
las ropas de una boda ya imposible; la ovejita, la maternidad frustrada de las
hijas.
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Adela. Su nombre –y el de Amelia- es el más femenino. Es la más joven y bella de las
hijas de Bernarda. Tiene 20 años y no se resigna al encierro. Busca el amor y lo
consigue, sin importarle entregarse al novio de su hermana. Representa la moral natural
frente a la moral social que defiende Bernarda, la pasión, el deseo de libertad y la
rebeldía. Por ser la más joven aún no está sometida y se niega a resignarse como el resto
de sus hermanas. También se muestra cruel con ellas, especialmente con Martirio, pues
sabe que ésta la envidia su relación con Pepe. Es la que rompe el bastón de mando de
Bernarda y la única que se le enfrenta abiertamente y está dispuesta a enfrentarse a las
críticas de todo el pueblo. Se siente poderosa por la fuerza que le da el amor, pero sin
esa fuerza no es capaz de soportar la situación y se acaba suicidando. Su suicidio es
también una forma de huida, de escapar de la autoridad de su madre.
Poncia: su nombre sugiere el de Poncio Pilatos (el que se lava las manos). Poncia ve
venir la tragedia e intenta evitarla advirtiendo a Bernarda pero, ante la intransigencia de
ésta, renuncia a hacerlo. Representa el sentido común del pueblo llano. Es quien trae las
noticias de fuera, la conexión con el mundo exterior. Asume también los valores
morales vigentes, pero con cierto distanciamiento. Mantiene una relación de cierta
confianza con Bernarda –lleva treinta años con ella-, es la única que se atreve a hablar
con ella. Bernarda la utiliza de confidente, sin embargo marca distancias y le impone
silencio cuando le interesa. Conoce a todas las hijas desde pequeñas y habla con ellas en
ocasiones casi asumiendo el papel de madre. Al final se mantiene al margen, en parte
por un resentimiento de clase hacia sus señoras.
106
Adelaida: la amiga que tiene novio. Representa la sumisión de la mujer al hombre. Es
el destino de las mujeres ―decentes‖.
Antonio María Benavides, el padre muerto. Su muerte deja ―sin hombre‖ la casa, pero
propicia el autoritarismo aún más férreo de Bernarda. Se le supone más blando que esta
(ya no podrás ir con el cuento a tu padre, le dice Bernarda a Magdalena), y entregado a
un erotismo que ahora se destierra de la casa (ya no volverás a levantarme las enaguas
detrás de la puerta de tu corral, dice de él la Criada)
Los hombres que esperan fuera de la casa durante el velatorio. Los hombres son el
elemento voluntariamente ausente y permanentemente deseado en esa Casa.
6 – CONTEXTO LITERARIO
Federico García Lorca nació en 1898 y fue asesinado en 1936, por lo que vivió
durante el primer tercio del s. XX. Literariamente se le encuadra dentro de la generación
del 27.
La década los 20 fue en toda Europa una época de prosperidad económica y optimismo,
en la que surgieron nuevas formas de expresión artística que pretendían romper con
todos los estilos anteriores. Entre estos movimientos, denominados vanguardias,
encontramos el futurismo (que proponía la civilización mecánica y los avances
tecnológicos como temas de la poesía y rechazaban el uso de nexos, incumplían la
sintaxis y empelaban nuevas tipografías), el cubismo (que defendía la independencia del
arte respecto a la realidad y a la lógica), el dadaísmo (uso del lenguaje incoherente,
rechazo de las convenciones y la lógica) o el surrealismo (que se muestra no como una
representación de la realidad, sino como una comunicación entre el artista y el resto del
mundo). En España aparecerán el creacionismo (que buscaba la independencia total
entre arte y realidad) y el ultraísmo (similar al creacionismo).
La llamada generación del 27 está formada por un grupo de poetas que mantenían una
estrecha relación y se conocían personalmente, no únicamente un estilo artístico.
Además, de Lorca, destacaban Pedro Salinas, Gerardo Diego, Miguel Hernández o
Rafael Alberti. También existían otros artistas de otros campos vinculados al grupo,
como el pintor salvador Dalí o el músico Manuel de la Falla. Tomaron su nombre por
107
ser 1927 el tercer centenario de la muerte del poeta barroco Luis de Góngora, al que
consideraban como un adelantado a su tiempo que había practicado la poesía pura,
independiente de la realidad, por lo que había sido olvidado. Además, de las influencias
vanguardistas (aunque a diferencia de estas, no rechazaban la poesía anterior),
recibieron otras de la Generación del 98, cuyos autores ya contaban con un gran
prestigio. Cada poeta tenía un estilo propio, pero compartían la rebeldía frente a las
convenciones y el cultivo del verso libre. En la década de los 30 muchos autores
adoptarían posiciones políticas revolucionarios, por lo que tras la victoria sublevada en
la Guerra Civil muchos intelectuales tuvieron que exiliarse. Otros, como Lorca, fueron
víctimas de la represión y murieron durante la guerra.
García Lorca nació en Granada en 1898 en el seno de una familia acomodada. Durante
su juventud vivió en laResidencia de Estudiantes en Madrid, relacionándose con otros
artistas e intelectuales de su época. Viajó también por América, estando presente en
Nueva York durante el Crack del 29. Durante la Segunda República participó en las
Misiones Pedagógicas, un proyecto del Gobierno para llevar el Teatro Clásico a las
zonas rurales. Sus tendencias políticas y su homosexualidad, unidas a su posición de
triunfador lo convirtieron en víctima de la represión del bando nacional al comienzo de
la Guerra Civil.
Lorca tiene grandes influencias tanto de las vanguardias europeas como de los
movimientos artísticos previos (Renacimiento, Barroco, Romanticismo...) y escribió
tanto poemas (Romancero Gitano, Poeta en Nueva York, Poema del Cante Jondo...)
como obras de teatro como Bodas de Sangre, Yerma, La Casa de Bernarda Alba (que
sería su última obra y que nunca llegó a ver representada)... La Casa de Bernarda Alba
se relaciona con Yerma y Bodas de Sangre, que forman la llamada Trilogía de tragedias
andaluzas, pues las tres comparten una serie de rasgos como el tono poético, el hecho de
ser tragedias y el marco geográfico común, el campo andaluz.
La casa de Bernarda Alba fue la última obra dramática escrita por Federico García
Lorca. El autor la terminó de escribir en junio de 1936, dos meses antes de morir
asesinado. Se estrenó en Buenos Aires en 1945; en España se representó por primera
vez en 1950, en un montaje muy marginal. La primera representación importante fue en
1964, a causa de que García Lorca fue un poeta proscrito por el franquismo.
Se trata de la obra culminante de Lorca. En ella perviven los mejores hallazgos de sus
obras anteriores y junto con Bodas de sangre y Yerma, conforma en cierto sentido una
trilogía de tragedias andaluzas, pues las tres tienen muchos elementos en común:
108
universalidad dentro del ámbito geográfico andaluz, concepción trágica del conflicto y
tono poético.
Sin embargo, esta obra presenta algunas diferencias respecto a las anteriores, como
son un mayor realismo en los diálogos y las situaciones, la eliminación del verso:
aunque se trata de una obra muy poética, Lorca quiere que su obra se considere drama
y no tragedia, es decir, que trata de que sea lo más realista posible, de modo que la
poesía surge de las situaciones y los diálogos, y siempre está justificada por la propia
trama.
COMENTARIO MODELO 1
María Josefa: Bernarda, ¿dónde está mi mantilla? Nada de lo que tengo quiero que sea
para vosotras. Ni mis anillos ni mi traje negro de moaré. Porque ninguna de vosotras se
va a casar. ¡Ninguna! Bernarda, dame mi gargantilla de perlas.
María Josefa: Me escapé porque me quiero casar, porque quiero casarme con un varón
hermoso de la orilla del mar, ya que aquí los hombres huyen de las mujeres.
María Josefa: No me callo. No quiero ver a estas mujeres solteras rabiando por la
boda, haciéndose polvo el corazón, y yo me quiero ir a mi pueblo. Bernarda, yo quiero
un varón para casarme y para tener alegría.
Bernarda: ¡Encerradla!
María Josefa: ¡Quiero irme de aquí! ¡Bernarda! ¡A casarme a la orilla del mar, a la
orilla del mar!
109
Técnica dramática de la obra (tratamiento del espacio y del tiempo; indicaciones
de las acotaciones; empleo del diálogo, los apartes y el monólogo. Comentar
ejemplos concretos cuando aparezcan en el fragmento.) (1,5 puntos)
Las técnicas dramáticas son recursos empleados por el escritor para contar la historia
pese a los condicionamientos del texto teatral. La ausencia de narrador, así como las
limitaciones en el tiempo y el espacio imponen una serie de técnicas que el autor debe
utilizar para que la historia se cuente por sí misma.
En cuanto al tiempo, podemos precisar con exactitud la hora del día en la que se
suceden los acontecimientos. Cada acto se desarrolla en momento del día diferente. El
paso del tiempo viene marcado por la situación y el conflicto inicial. El primer acto
transcurre por la mañana tras el funeral del padre y Bernarda impone ocho años de luto
y se nos informa de que Pepe quiere casarse con Angustias. El segundo acto ocurre a la
hora de la siesta y finalmente el último acto sucede por la noche. La escena del
fragmento a comentar sucede durante la mañana, tras la misa por la muerte del marido
de Bernarda, pues pertenece al primer acto. Generalmente los personajes nos informas
con sus intervenciones de sus vivencias del tiempo (que para todos suele pasar
despacio), aunque en este caso no aparece.
110
Mediante los diálogos conocemos toda la historia, el presente, el pasado y lo que los
personajes esperan del futuro. Hay distintos tipos de diálogos: unos relatan lo que
ocurre fuera, otros exponen ideas o sentimientos de los personajes, otros expresan los
enfrentamientos entre los personajes o desarrollan la propia acción. Los dos tipos de
diálogos que aparecen en el fragmento son el expositivo (las intervenciones de María
Josefa que expresa sus planes de matrimonio y al criada al explicar que esta se le ha
escapado) y los de acción (el enfrentamiento, tanto dialéctico como físico entre
Bernarda y María Josefa).
En la obra Lorca, también utiliza apartes y monólogos para que el espectador conozca
los verdaderos sentimientos u opiniones de los personajes. Sin embargo, no es un
recurso que utilice mucho pues resta verosimilitud al discurso de los personajes y Lorca
se preocupó por que su obra fuera tan realista como ―un documental fotográfico‖.
5- Análisis sintáctico global: Nada de lo que tengo quiero que sea para vosotras
porque ninguna se va a casar. (1,5 puntos)
111
COMENTARIO MODELO 2
Martirio: ¡Calla!
Adela: Sí, sí. (En voz baja.) Vamos a dormir, vamos a dejar que se case con Angustias.
Ya no me importa. Pero yo me iré a una casita sola donde él me verá cuando quiera,
cuando le venga en gana.
Adela: No a ti, que eres débil: a un caballo encabritado soy capaz de poner de rodillas
con la fuerza de mi dedo meñique.
Martirio: No levantes esa voz que me irrita. Tengo el corazón lleno de una fuerza tan
mala, que sin quererlo yo, a mí misma me ahoga.
Adela: Nos enseñan a querer a las hermanas. Dios me ha debido dejar sola, en medio de
la oscuridad, porque te veo como si no te hubiera visto nunca.
(Se oye un silbido y Adela corre a la puerta, pero Martirio se le pone delante.)
En cuanto a las formas no personales solo pueden indicar aspecto. Suelen funcionar
como núcleo verbal en oraciones subordinadas.
En este texto predomina el indicativo dentro de las formas personales, se usa el futuro
en acciones que Adela tiene planeadas de antemano y el presente cuando habla de sus
sentimientos y de lo que el pueblo realizará. Encontramos formas no personales pero en
menor medida.
113
P6: cuando quiera
Oración compuesta por una proposición principal (P1) coordinada a otra (P4) por el
nexo adversativo ‗pero‘.
El núcleo verbal de P4 es ―iré‖ e incluye una oración subordinada adjetiva (P5), cuyo
antecedente es ―casita‖ y cuyo nexo, el adverbio relativo ―donde‖ functional como CCL
en su propia proposición; su núcleo verbal es ‗verá‘. P5 incluye a su vez otra
subordinada (P6) adverbial de tiempo, su nexo es ‗cuando‘ , sin function sintáctiva, y su
núcleo verbal es ‗quiera‘.
Técnica dramática:
Espacio.
Toda la obra se representa dentro de la casa de Bernarda alba, pero se distinguen dos
espacios, un espacio visible, el lugar del encierro de las hijas de Bernarda, y un espacio
no visible, que es el exterior, el mundo que les está vedado y que representa la libertad
frente a ese encierro. Son dos mundos enfrentados simbólicamente: la realidad
asfixiante en que viven las hijas de Bernardo y el deseo de libertad y amor.
La casa, el mundo interior. Se precisa mediante las acotaciones. Cada acto se desarrolla
en una habitación diferente. Las paredes, simbólicamente, son cada acto menos blancas,
de forma que se sugiere la propia intensificación del conflicto.
El mundo exterior. Espacio aludido, no visible. Simboliza lo que les está vedado: la
libertad, el amor, el sexo. De allí provienen los ecos, los ruidos etc.
-En cuanto a este fragmento, está representado en la casa de Bernarda Alba pero
también se alude al mundo exterior a través de un silbido producido por Pepe desde la
calle para que Adela saliese a su encuentro.
114
Tiempo.
Cada acto de desarrolla en un momento del día diferente, como si toda la obra se
desarrollara en una sola jornada, sin embargo la acción transcurre durante un periodo de
tiempo más largo de alrededor de un mes.
Acto I. Por la mañana. Funeral del padre. Bernarda impone ocho años de luto. Se nos
informa de que Pepe quiere casarse con Angustias.
Acto II. Hora de la siesta. Angustias prepara su ajuar. Pepe y Angustias son ya novios
formales. Poncia se da cuenta de que Adela se está viendo con el novio de su hermana y
la reprende. Intenta advertir a Bernarda, sin denunciar a Adela.
Acto III. Por la noche. Angustias se prepara para la boda con Pepe. En el pueblo se
comenta que Adela y Pepe son amantes, Martirio, envidiosa, intenta disuadir a su
hermana y finalmente la delata, lo que propicia el desenlace trágico.
El paso del tiempo se deduce de la propia acción y del diálogo de los personajes.
Además, cada acto comienza con el adverbio temporal ―ya‖. La época en que se
desarrollan los hechos sería más o menos contemporánea a la escritura (primeros años
30).
-En cuanto a este fragmento podríamos destacar que es de noche, ya que pertenece al
tercer acto y es del final de la obra, como ya sabemos los celos y la envidia de Martirio
hacia su hermana hace que la historia tenga un final muy trágico. Es un fragmento un
poco anterior al desenlace de la historia.
Acotaciones.
A través de las palabras de los personajes, deducimos todos los elementos de la acción
que en un relato nos aportaría el narrador.
Diálogos de acción: son habituales las discusiones con diálogos rápidos, propias de
enfrentamientos entre los personajes. Muy habituales de dos en dos personajes.
- Los apartes: Es un recurso dramático para que el espectador conozca los verdaderos
sentimientos u opiniones de un personaje. Lorca lo utiliza muy poco porque es un
recurso poco verosímil. Manifiesta la hipocresía de las relaciones sociales.
- Los monólogos. Un personaje que habla solo. Sirve también para expresar sus
pensamientos. Como en el caso anterior, resulta un recurso poco verosímil, de modo
que Lorca lo utiliza muy poco en esta obra.
-En cuanto a este fragmento aparecen los diálogos expositivos donde se exponen
sentimientos como la libertad (en el caso de Adela), también los diálogos de acción
(utilizados sobre todos en los enfrentamientos entre las dos hermanas) y quizá uno
último de acotación, al decir Adela ―¡Quítate de la puerta!‖ a su hermana, ya que está
indicando dónde está su hermana y funciona como acotación.
Tema principal
El hecho de que sean mujeres las protagonistas de la obra se debe a que la mujer, por su
papel social en la época, encarna el mayor sometimiento, la mayor falta de libertad.
Temas secundarios
El amor sensual, la búsqueda del varón. El drama de las hijas es la ausencia de amor en
sus vidas y el temor a permanecer solteras y quedar estériles. El dominio tiránico de
Bernarda impide cualquier posibilidad de entablar una relación amorosa. Sólo Angustias
podrá casarse y con Pepe el Romano, pero Adela es la verdadera novia de Pepe y
Martirio, también enamorada, sufre ante la imposibilidad de vivir el amor y
desencadena la tragedia al denunciar a su hermana Adela.
Erotismo reprimido. La imposibilidad de amar hace que todas las hijas de Bernarda -
salvo Adela, que es la única que se rebela- vean reprimidos sus impulsos sexuales. Sin
embargo, el sexo es una realidad latente en toda la obra.
La honra Ligado al tema de las apariencias y vinculado al tema del amor. Es la dignidad
y se vincula a la decencia de la mujer, es decir su pudor y recato sexual. La mujer se
consideraba además depositaria de la honra de toda la familia, de forma que una falta a
la decencia afecta a toda la familia. De ahí la insistencia final de Bernarda en repetir que
Adela ha muerto virgen.
La injusticia social. Hay grandes diferencias entre las distintas clases sociales, se aprecia
en la conciencia y el orgullo de Bernarda, quien trata a los miembros de menor clase
con mucha crueldad. Además no considera a los hombres del pueblo merecedores de sus
hijas por esa misma razón.
El odio y la envidia. Las relaciones humanas están dominadas por estos sentimientos.
Bernarda es odiada por criadas y vecinos; Angustias es odiada y envidiada por sus
hermanas y ella también las odia; Martirio, por odio y envidia denuncia a Adela y
117
propicia el desenlace trágico. En resumen Pepe es el causante de todos estos
sentimientos entre las hermanas.
-En cuanto a este fragmento aparece el tema principal porque Adela está dispuesta a
revelarse ante su madre y ante todas las convenciones sociales por el amor que siente
hacia Pepe. También aparece el sentimiento de odio y envidia en el personaje de
Martirio hacia su hermana, porque ella está enamorada del mismo hombre, pero este no
le corresponde a ella y sí a su hermana Adela. Aparece el tema de la honra y de la
marginación de la mujer, sobretodo en la primera intervención de Adela cuando
menciona que todo el pueblo la señalará por sus actos etc…
118
REQUIEM POR UN CAMPESINO ESPAÑOL
Ramón J. Sender
2 – TEMAS DE LA OBRA
4 – TÉCNICAS NARRATIVAS
5 – ESTRUCTURA DE LA OBRA
6 - ESTILO
119
1.- CONTEXTO LITERARIO DE LA OBRA
Réquiem por un campesino español es una novela breve de Ramón J. Sender, uno de
los novelistas españoles más importantes de la posguerra en el exilio. Aparecida
originalmente bajo el título de Mosén Millán en México (1953), adquirió su nombre
actual en 1960. El motivo de su publicación en México fue, entre otros, la censura del
franquismo, pues la novela se posiciona junto al bando republicano. Hasta 1974, una
año antes de la muerte del general Franco, la novela no se pudo publicar en España.
A la hora de analizar el contexto literario de la obra tendremos que tener en cuenta que
la obra se publicó en Méjico en 1953, pero que se centra en hechos que sucedieron
mucho antes, durante los primeros momentos de la Guerra Civil española, en 1936.
El final de la Guerra Civil con la victoria del general Franco dio paso al largo periodo
que conocemos como franquismo (1939-1975). Con el tiempo, las restricciones y
limitaciones impuestas por el régimen de Franco en la primera posguerra darían paso a
una mayor apertura, hasta llegar, en los últimos años del franquismo, a un periodo en
el que, sin libertades políticas todavía, el arte y la literatura pudieron desarrollarse con
cierta normalidad, si exceptuamos lo tocante al sexo y a la ideología política, dos
aspectos especialmente vigilados y perseguidos por el régimen hasta el último
momento.
La férrea censura, que se muestra encarnizada no solo con los escritores españoles, sino
también con los extranjeros, especialmente con los que han procedido en los últimos
decenios a la renovación de la novela en todo el mundo (Joyce, Proust, Kafka…), que
120
serán prohibidos igualmente, por la cerrazón mostrada ante cualquier novedad, vista
siempre como sospechosa. La censura, especialmente en los años 40, es implacable no
solo con la prensa, sino también con toda manifestación artística y, desde luego, con el
género literario más popular, como es la novela. Todo pasa antes de darse a conocer al
público por un censor gubernativo y otro eclesiástico que expurgan o prohíben
determinadas obras. Además se puede hablar también de una censura interna, que lleva
a los escritores a autocensurar sus propias obras por el miedo a las posibles represalias
del régimen. El conjunto de la situación dificultó enormemente el desarrollo de la vida
intelectual y, más en concreto, de la literaria, pues se impulsa oficialmente la
publicación y traducción de novelas insulsas e irrelevantes, que triunfan en España
mientras se ignoran las novelas más importantes.
Para empezar es inevitable distinguir la novela que se desarrolla dentro del país de la
que, en el exilio, escriben los numerosos autores que salieron de España tras el conflicto
─ a los que J. Bergamín, uno de los exiliados, denominó "la España peregrina"─. Esto
afectó, por supuesto, a todas las artes y manifestaciones de la cultura nacional pero, en
el caso de la novela alcanza una dimensión notable.
Dentro del país, la novela de los años 40 volvía a moverse en los terrenos del realismo.
Sus autores principales pertenecen, por edad, a lo que podríamos llamar generación del
36. Rota la relación con las tendencias novelísticas anteriores a la Guerra y aislados de
121
la evolución que sigue la novela occidental, los escritores del interior buscan un punto
de arranque en la tradición realista española. Una novela formalmente conservadora,
que sigue los moldes del realismo del XIX, e ideológicamente afín al régimen
franquista. Los autores de esta tendencia, aunque fueron de éxito en su época no han
pasado a la historia de la literatura. El más relevante sería José María Gironella, con su
trilogía sobre la Guerra Civil desde el punto de vista de los vencedores. Defienden los
valores de Dios, y Patria y muestran una realidad ficticia y triunfalista, que no se
corresponde con las penurias de la posguerra.
Nosotros nos centraremos en las tendencias más innovadoras, que son las de mayor
calidad literaria y que empiezan a aparecer desde los años cuarenta adoptando un punto
de vista crítico con la realidad española del momento, que se manifiesta en una visión
pesimista y desesperanzada, aunque no en una crítica directa al sistema, que hubiera
sido imposible a causa de la censura. Se pueden distinguir dos tendencias:
En los años 50, la novela se va empezando a denunciar más abiertamente los problemas
sociales que aquejan a la sociedad española. La censura empieza a ser algo menos rígida
122
y se permite la publicación de obras de contenido más crítico y formalmente más
renovadoras (Ernest Hemningway, S. fitzgerald, W. Faulkner). Las obras españolas más
destacadas serían las siguientes:
En los años 60 es cuando se produce una mayor renovación narrativa. España sale de su
aislamiento y comienza el desarrollo económico, el auge del turismo extranjero favorece
la renovación de las costumbres, la censura se flexibiliza con la Ley de Prensa de 1966,
etc.). Los escritores proceden a experimentar con todos los elementos de la narración
(fragmentación del relato, ruptura de la secuencia cronológica, investigación sobre las
posibilidades del narrador, novedosa presentación del diálogo, uso del monólogo
interior…), impulsados por las traducciones de los grandes renovadores de la novela en
123
el mundo y con la influencia creciente de los escritores hispanoamericanos que darán
lugar a lo que se conoció como el Boom hispanoamericano: M. Vargas Llosa, Mújica
Laínez, J. Cortázar, j. Rulfo, G. García Márquez, J. L. Borges, etc.
Las principales novelas de este periodo son: Tiempo de silencio de L. Martín Santos,
una novela excelente y novedosa que supone el revulsivo que la novela española
necesitaba; su ejemplo es seguido por veteranos que se ponen al día (G. Torrente
Ballester con La saga / fuga de JB, M. Delibes con Cinco horas con Mario, C. J. Cela
con Oficio de tinieblas 5) y autores de la generación anterior que también renuevan su
estilo (J. Goytisolo con Señas de identidad, Juan Benet con Volverás a Región, J.
Marsé con Últimas tardes con Teresa, etc.).
El drama de los escritores del exilio es que tuvieron que renunciar a sus lectores
naturales, pues sus obras no fueron conocidas en el interior del país hasta muchos años
después, y solo en el caso de los escritores más famosos. Además, su situación los
condenó al permanente recuerdo de la patria perdida y a la evocación constante de la
Guerra Civil. Entre los casi cien novelistas de la España del exilio hay una docena de
autores de importancia, y a ellos pertenecen varios de los títulos más importantes del
periodo. Sin embargo, entre ellos no hay uniformidad debido a la diferencia de edades,
planteamientos narrativos, evoluciones personales de cada uno, etc.
1. Los novelistas que ya habían empezado su obra narrativa antes de la guerra, cuyo
principal representante será Ramón J. Sender, del que hablaremos más en
profundidad a continuación, y otros como Rosa Chacel, Max Aub y Francisco
Ayala, muy relacionados antes de 1936 con la estética de la deshumanización del
arte impulsada por Ortega y Gasset. Los tres desarrollan la mejor parte de su obra
después de la guerra y son autores, además de una amplia obra en otros géneros, de
algunas novelas importantes: Muertes de perro y El fondo del vaso, de Ayala; la
serie El laberinto mágico, formada por seis novelas, de Max Aub y Memorias de
Leticia Valle y Barrio de Maravillas, de R. Chacel.
2. Aquellos que la inician después de 1939. De los muchos novelistas que iniciaron su
obra novelesca ya en el exilio, una vez terminada la Guerra Civil, se pueden destacar
124
Arturo Barea, autor de la trilogía La forja de un rebelde, escrita en español pero
publicada antes en inglés.
A partir de los años 60 carece ya de sentido seguir hablando de narrativa del exilio,
porque a partir de esa fecha algunos autores vuelven al país, otros dejan de escribir o
publicar y otros, finalmente, empiezan a ser integrados en la vida cultural española aun
manteniendo su residencia en el extranjero, como es el caso de Ramón J. Sender.
1.3.1 Vida:
La producción literaria de R.J. Sender es enorme, tanto que resulta difícil de clasificar
por su cantidad y su variedad. Se pueden destacar una serie de líneas maestras que
siguen sus novelas. Una de ellas sería la línea autobiográfica, presente en momentos
puntuales en muchas de sus novelas, pero que en la que sin duda destaca su gran serie
Crónicas del alba, formada por nueve novelas en las que mezcla autobiografía y
ficción. Otra línea estaría relacionada con su interés por la novela histórica, tanto la
basada en acontecimientos del pasado reciente (Mr. Witt en el cantón) como las que se
desarrollan en el pasado más lejano (La aventura equinoccial de Lope de Aguirre).
Sender mostró también durante toda su carrera una gran predilección por una narrativa
de tipo alegórico, con diversa intención (satírica, filosófica, poética…). A esta tercera
corriente de su novelística pertenecen títulos como El rey y la reina. La última línea
importante en su producción narrativa es la que se desarrolla dentro de un realismo con
implicaciones sociales. A esta línea pertenecen Imán, su primera novela, y su obra hoy
más recordada, Réquiem por un campesino español.
Esta novelita fue publicada en primer lugar en 1952 con el título de Mosén Millán, que
fue convertido en el actual Réquiem por un campesino español en la edición bilingüe
para EE. UU. de 1960 porque el original carecía de sentido para el público
norteamericano. Obtuvo un gran éxito desde el principio, convirtiéndose en el libro
español más traducido en el mundo después de El Quijote. En España no pudo ser
publicada, sin embargo, hasta 1974.
Es una novela muy breve y, aparentemente, sencilla. Su primer título se relaciona con el
hecho indudable de que Mosén Millán es el eje sobre el que se construye la narración.
Se trata de un cura que espera en la sacristía a que llegue la gente a la misa de réquiem
que va a celebrar por un vecino del pueblo muerto un año antes. Durante la espera, el
cura recuerda la vida del fallecido, Paco el del molino, con quien estuvo muy unido y al
que, sin embargo, traicionó y llevó a la muerte, fusilado sin juicio en los años de la
Guerra Civil. Los recuerdos se mezclan con el remordimiento del sacerdote, llevando la
novela hacia un final amargo: nadie acude al funeral de Paco, a quien en vida todos los
126
vecinos apreciaban, salvo los tres ricos del pueblo que fueron los que instigaron su
captura y asesinato.
2. TEMAS DE LA OBRA
La novela admite diversos niveles de lectura, y en cada uno de ellos el tema es uno
distinto.
La vida campesina se nos presenta mediante una especie de cuadro costumbrista del
―territorio mítico aragonés‖ creado por el autor. Esta representación de la vida rural
española reproduce la realidad social del caciquismo y el atraso de la vida en el campo y
responde a una característica común a varios escritores del exilio: una visión idealizada
de la patria perdida. Se opone la cultura popular ancestral (espontánea, alegre y
primitiva) a la estructura social que imponen las clases dominantes y represoras (los
127
terratenientes, la Iglesia); de hecho, la aparente convivencia del principio de la novela se
ve truncada en el momento en que los humildes se liberan y tratan de salir de su estado
de sumisión.
La actitud social de Sender es, en todas sus obras, de compromiso con los de abajo, con
las víctimas de la injusticia. Pero, como las cuestiones sociales se hallan mediatizadas
necesariamente por la política, el autor no puede dejar de rozarse con ella en varias de
sus obras. La inicial narrativa de "combate" del autor deja paso en Réquiem… a otra
menos politizada, en la que podemos percibir una cierta visión del mundo pero no una
ideología doctrinaria concreta.
2.3.- La Guerra Civil Española. Tenemos entonces una tercera lectura, de claro
contenido político. El tema central es, en esta última lectura, la Guerra Civil Española.
La recurrencia de este tema es algo común a todos los escritores del exilio. La misa de
réquiem se sitúa en el año 1937, uno después del comienzo de la guerra. No obstante, la
referencia histórica a ella es oblicua y elusiva pues el conflicto en sí está prácticamente
ausente del relato (solo se hacen dos menciones explícitas a él). Sin embargo, cualquier
lector mínimamente avezado es capaz de percibir esta lectura "política" de la novela, de
carácter alegórico, en la que no es difícil ver en la vida y la muerte de Paco una
representación simbólica de la Guerra Civil Española, de sus causas, de los elementos
principales del conflicto y de sus consecuencias: cuando el pueblo español (Paco)
empieza a ser consciente de las injusticias en España (la aldea), decide tomar parte en la
128
política para conseguir un reparto más justo de la riqueza (el advenimiento de la II
República). Este hecho asusta a los ricos de toda la vida (D. Gumersindo y D.
Valeriano) así como a la burguesía adinerada (el señor Cástulo) y a la Iglesia española
(Mosén Millán), que temen perder sus privilegios. El conflicto estalla cuando el pueblo
(Paco) decide llevar a cabo la reforma agraria (dejar de pagar las rentas por las tierras al
Duque). Es entones cuando estalla la Guerra Civil (lo señoritos de la ciudad toman el
pueblo) y la instauración de Franco (D. Valeriano) como dictador (alcalde). Bajo el
gobierno de Franco comienza un reinado de terror: el librepensamiento (el zapatero) es
asesinado, la ciencia y la cultura (el médico), encarcelados; la libertad de expresión (el
carasol), acallada; el pueblo (Paco) asesinado con la connivencia de la Iglesia (Mosén
Millán) que ampara la barbarie, traicionando al pueblo (Paco).
129
3. ANÁLISIS DE LOS PERSONAJES
En general, se puede afirmar que la técnica con la que se nos presenta a los personajes
es impresionista: no hay una descripción precisa y completa de ellos, sino más bien una
visión fragmentaria, formada por diversas escenas. Las breves dimensiones de la novela
no permiten, ciertamente, una caracterización minuciosa de los personajes.
3.1.- Mosén Millán: Al ser el personaje a través del cual el narrador nos traslada los
acontecimientos, Mosén Millán es el único personaje que aparece interiorizado:
conocemos sus pensamientos y sentimientos frente al resto de personajes, de los que
sólo recibimos información por sus actos. De hecho la novela es prácticamente un
examen de conciencia de este hombre. Su relación con Paco se define por un vaivén que
va de la cercanía (bautizo, niñez, boda y muerte) a la distancia (mocedad y cambio
político). En cuanto a su personalidad, se nos presenta como un hombre pasivo,
cobarde, débil y superado por las circunstancias, que se debate en un conflicto moral
entre sus deberes sacerdotales y sus deberes humanos, lo que le provocará un fuerte
sentimiento de culpabilidad que sólo es consolado mediante la apelación a sus
obligaciones religiosas. No se cuestiona nada de lo aceptado o tradicional. Todo esto le
lleva a la soledad y el abandono cuando el pueblo le da la espalda al verlo convertido en
un instrumento del poder. La inasistencia a la misa es la declaración de condena
unánime del pueblo, pues para él, la misa era la ocasión de recibir la redención por su
pecado. Su único alivio final es negarse a que le paguen la misa de réquiem. Es un
personaje de espacios cerrados, siempre recluido en su iglesia.
3.2.- Paco: No se hace una descripción física de él, sino que se atiende preferentemente
a su personalidad osada y vehemente. Tiene una psicología sencilla, es sincero, valiente,
independiente y es la antítesis de Mosén Millán: mientras el cura cree que no se puede
hacer nada para cambiar las cosas, Paco cree que las cosas se pueden y se deben
cambiar. Su actividad política se ve alentada más por un impulso elemental de búsqueda
de justicia y defensa de la dignidad del prójimo, que por unas convicciones ideológicas
o doctrinales profundas. Representa también las figuras de héroe y de víctima. Héroe
porque se convierte en leyenda a través del romance, y víctima porque su muerte tiene
130
la función simbólica de representar el destino desesperado de todo el pueblo. Como con
los héroes clásicos, ya desde un principio conocemos su destino trágico, y los recuerdos
del cura nos irán mostrando una vida cargada de fatalismo mediante varias
premoniciones o señales de su fin trágico, siempre relacionadas con el cura: el episodio
del amuleto, el de la extremaunción o el de la boda. Se aprecia fácilmente cierto
paralelismo entre su muerte y la de Cristo, pues los dos son víctimas de una delación,
mueren en compañía de otras dos personas y son ejecutados por un centurión. Sin
embargo, la gran diferencia es que la muerte de Paco no redime a su pueblo. El
paralelismo es evidente con las palabras del cura justo antes del asesinato de Paco: "A
veces, hijo mío, Dios permite que muera un inocente. Lo permitió con su propio Hijo,
que era más inocente que vosotros tres."
Los ricos son los agentes de la represalia: Don Cástulo es un oportunista que se limita
a estar a bien con el poder y que basa su fuerza en la tenencia de un coche, símbolo de
riqueza (y que significativamente, lo mismo cede para el viaje de novios de Paco que
para su ejecución). Don Valeriano es el principal responsable de la barbarie que se
produce en el pueblo y muestra su hipocresía al principio de la obra, mientras que Don
Gumersindo se limita a ser un comparsa del anterior. El Duque, más que un personaje
es una referencia social.
131
3.5.- Finalmente, podemos hablar de un personaje simbólico, el potro de Paco, que al
principio desencadena los recuerdos de Mosén Millán y al final se muestra como
recuerdo vivo de su amo, como símbolo de la supervivencia de esa España que Paco
representaba.
4.1.- El narrador. Uno de los grandes aciertos de la obra estriba en la forma de contar
la historia. La voz narrativa se corresponde con la tercera persona del singular. La
historia es relatada por un narrador omnisciente, que posee un conocimiento total de los
personajes (nos descubre sus pensamientos y sentimientos). Predomina una actitud
impersonal. La razón de este cambio puede ser evitar la caída en un exceso de
sentimentalismo e intentar mantener contenida la tensión.
Aún podemos hablar de una tercera línea narrativa que es el romance anónimo que,
sobre la muerte de Paco, va recitando fragmentariamente el monaguillo. El romance
cumple la doble función de dar entrada a una nueva voz narrativa, distinta de la del cura
y de la del propio narrador, que representa la voz de la aldea, la voz del pueblo y,
132
además, adelantar algunos hechos al lector antes de que la memoria culpable del
sacerdote llegue a ellos.
4.3.- En cuanto al tiempo del relato existe un tiempo externo, referido al tiempo
histórico en el que se desarrollan los acontecimientos narrados y un tiempo de la
narración. El tiempo externo no se menciona explícitamente, sino que queda fijado por
la alusión a un hecho único (la caída de la monarquía y el advenimiento de la República,
tampoco nombrada explícitamente sino mediante un símbolo ─la bandera tricolor─). A
partir de él podemos establecer la muerte de Paco en 1936 y la misa un año después, en
1937.
Ambos tiempos se unen a través del romance recordado de forma fragmentaria por el
monaguillo. Este romance constituye la primera fuente de información para el lector
puesto que se nos notifica la muerte de Paco incluso antes de que haya comenzado la
retrospección.
4.5.- El espacio. En relación al espacio, los hechos se desarrollan en una aldea sin
nombre en el Alto Aragón, "cerca de la raya de Lérida". Es habitual identificarlo con el
pueblo de Alcolea de Cinca, donde transcurrió la infancia del escritor. Pero la
localización espacial de la historia no es exactamente realista, sino que el relato se
desarrolla en una "geografía imaginaria", una síntesis ficticia de diversos lugares donde
transcurrió la infancia del escritor, a la que el propio autor denominó ―el territorio‖ en el
prólogo a otra de sus obras. Este concepto del espacio, más propio de un relato épico o
trágico que la representación realista o histórica habitual en una novela, remite a la
Galicia mítica de las comedias bárbaras de Valle-Inclán, y más modernamente, al
Macondo de García Márquez o la Comala de J. Rulfo.
La obra comienza y termina en una secuencia del presente, con Mosén Millán en la
sacristía de la iglesia, por lo que podemos decir que Réquiem por un campesino español
tiene una estructura circular. La novela no está dividida en capítulos. La materia
narrativa se organiza secuenciando las distintas etapas de la vida de Paco por medio de
134
los recuerdos de Mosén Millán. Esta organización en forma de intercalación de casi una
veintena de secuencias que van del presente al pasado y viceversa constituye la
estructura interna de la novela.
En las secuencias que se desarrollan en el pasado la narración es más ágil que en las
anteriores. Entre estas secuencias del pasado podemos observar dos partes bien
diferenciadas. Las correspondientes a la infancia y adolescencia de Paco son más
parsimoniosas porque el narrador aprovecha para ofrecer un panorama del pueblo y sus
habitantes. En esta parte el fondo histórico que subyace a los hechos narrados apenas
aparece y se da una visión idealizada de una comunidad rural y feliz.
La segunda parte, formada por las secuencias que recogen la vida de Paco a partir de su
boda, presenta un ritmo narrativo progresivamente acelerado. Los acontecimientos
históricos que provocan los hechos narrados van adquiriendo mayor relieve y el mundo
feliz anterior se llena de miedo, violencia y muerte.
135
naturalidad, lo que explica que la obra fuera escrita por el autor en una semana. Con
frecuencia se relaciona este estilo con el de P. Baroja, escritor al que Sender admiraba
como novelista y con el que tenía ciertas afinidades personales (sobre todo su marcado
individualismo). Tal vez la dedicación temprana al periodismo haya contribuido a la
eficacia y agilidad del estilo senderiano. En este sentido, destaca en esta novela la
serenidad ante los hechos narrados, expresados con total sencillez y falta de adornos
verbales.
6.2.2.- Las partes narrativas presentan algunas diferencias de estilo entre sí: en las
secuencias del presente, la casi ausencia de acción se contrarresta con las reflexiones de
Mosén Millán, la sucesión de preguntas y respuestas con el monaguillo y los diálogos
con los tres personajes que van llegando. Hay un predominio de elementos dramáticos.
Hay un cambio radical en las últimas escenas: las atrocidades que se cometen están
narradas con absoluta sobriedad, con un distanciamiento que sorprende al lector.
6.2.3.- En cuanto al diálogo, en las escenas del presente, el cura apenas hace más que
preguntar al monaguillo y escuchar sin responder a los ricos del pueblo. En las escenas
del pasado los diálogos sirven para acercar al lector los hechos narrados y dar una
impresión mayor de realismo y de inmediatez. Otras veces, el diálogo intensifica el
dramatismo de la acción. En todas las ocasiones, el diálogo sigue la técnica tradicional:
estilo directo introducido por un verbo ―dicendi‖. En cuanto a la caracterización
136
lingüística de los personajes, nos encontramos con que los campesinos, al igual que
Paco, utilizan un habla popular cargada de frases hechas, coloquialismos y refranes, con
el añadido de algún vulgarismo. Por el contrario, los ricos muestran mayor afectación
lingüística.
6.3.- El léxico empleado en la novela se corresponde con la historia que se narra y sirve
para recrear el ambiente en que se desarrolla. En consecuencia, abunda el vocabulario
relacionado con lo religioso (vestidos y ropas litúrgicas, objetos de culto, lugares
sagrados…) y con la vida campesina (faenas del campo, árboles y frutos, sonidos de
animales…). Encontramos también abundantes ejemplos de aragonesismos (carasol,
dijenda, mosén, pardina, diminutivos en -ico y -eta…) y catalanismos.
6.4.- En cuanto a los recursos literarios, Sender sólo los utiliza para intensificar el
dramatismo de la historia. De ahí que en la novela escaseen.
6.5.- Hay algunas peculiaridades del estilo del autor que pueden deberse al influjo de
la lengua inglesa. Así ocurre con una cierta tendencia a colocar el verbo al final de la
frase ("Nadie más que el padre de Paco sabía dónde su hijo estaba") o la abundancia de
uso del gerundio.
137
7 – PREGUNTAS SOBRE EL RÉQUIEM POR UN CAMPESINO ESPAÑOL
-Diga la verdad, mosén Millán. Desde aquel día que fuimos a la cueva a llevar el
santolio sabe usted que yo y otros cavilamos para remediar esa vergüenza. Y más ahora
que se ha presentado la ocasión.
-¿Qué ocasión? Eso se hace con dinero. ¿De dónde vais a sacarlo?
-Del duque. Parece que a los duques les ha llegado su San Martín.
-Cállate, Paco. Yo no digo que el duque tenga siempre razón. Es un ser humano tan
falible como los demás, pero hay que andar en esas cosas con pies de plomo, y no
alborotar a la gente ni remover las bajas pasiones.
Las palabras del joven fueron comentadas en el carasol. Decían que Paco había dicho
al cura: «A los reyes, a los duques y a los curas los vamos a pasar a cuchillo, como a
los cerdos por San Martín». En el carasol siempre se exageraba.
Se supo de pronto que el rey había huido de España. La noticia fue tremenda para don
Valeriano y para el cura. Don Gumersindo no quería creerla, y decía que eran cosas
del zapatero. Mosén Millán estuvo dos semanas sin salir de la abadía, yendo a la
iglesia por la puerta del huerto y evitando hablar con nadie. El primer domingo fue
mucha gente a misa esperando la reacción de mosén Millán, pero el cura no hizo la
menor alusión. En vista de esto el domingo siguiente estuvo el templo vacío.
Hubo que repetir la elección en la aldea porque había habido incidentes que, a juicio
de don Valeriano, la hicieron ilegal. En la segunda elección el padre de Paco cedió el
puesto a su hijo. El muchacho fue elegido.
138
En Madrid suprimieron los bienes de señorío, de origen medioeval y los incorporaron a
los municipios. Aunque el duque alegaba que sus montes no entraban en aquella
clasificación, las cinco aldeas acordaron, por iniciativa de Paco, no pagar mientras los
tribunales decidían. Cuando Paco fue a decírselo a don Valeriano, éste se quedó un
rato mirando al techo y jugando con el guardapelo de la difunta. Por fin se negó a
darse por enterado, y pidió que el municipio se lo comunicara por escrito. La noticia
circuló por el pueblo. En el carasol se decía que Paco había amenazado a don
Valeriano.
Las ideas políticas del autor son expuestas en la novela, caracterizando claramente al
bando republicano como el bueno y al nacional como el malo. Sin embargo intenta
justificar su ideología política no a través de profundas convicciones políticas ni
teóricas, sino a través de los argumentos simples y sentimientos puros de Paco, basando
sus ideas en la búsqueda de justicia, la defensa de la dignidad humana y de los más
desfavorecidos. De este modo despoja a la política de todo lo innecesario, dejando fuera
partidos e ideologías, y reduciéndola a los más inocentes deseos de progreso humano,
algo contra lo que nadie que se considere íntegro podría estar, y cuya lucha,
casualmente, estaba representada en ese momento por el bando republicano. Y es que
estos ideales románticos de lucha por la igualdad, el progreso y el bien común y la
defensa de los desfavorecidos son los que la gente realmente busca en la política, el
sentimiento de protección bajo el amparo de un líder magnánimo y no el miedo o el
desamparo ante un sistema dominado por la ambición y la búsqueda del poder y el
beneficio personal.
Análisis sintáctico global: Aunque el duque alegaba que sus montes no entraban en
aquella clasificación, las cinco aldeas acordaron, por iniciativa de Paco, no pagar
mientras los tribunales decidían. (2 p.)
PREGUNTAS DE LITERATURA
La técnica narrativa de una obra comprende los siguientes aspectos: narrador, punto de
vista, tiempo y espacio.
Esta obra hace uso del narrador en 3º persona omnisciente, es decir, que conoce
absolutamente todo acerca de la historia y sus personajes. Como rasgo muy
característico de esta obra es el uso de una actitud impersonal para evitar dar un
dramatismo y sentimentalismo excesivos.
140
narrativo se limita a la persona de Mosén Millán, el narrador solo se centra en lo que
este piensa o percibe, mientras que otros fragmentos, el narrador se refiere a escenas que
el sacerdote no había presenciado.
En este fragmento concreto, todo lo que se refiere pudo ser visto u oído por Mosén
Millán, pues se parte de una conversación que tuvo con Paco. Salvo la referencia a que
―Paco buscaba al zapatero‖ el resto podría responder al punto de vista del sacerdote.
Expresiones como ―en el carasol siempre se exageraba‖ podrían atribuirse a la
percepción de Mosén Millán y no a un enfoque omnisciente.
El punto de vista del narrador en la novela es así variado y complejo. Como hemos
dicho, se trata de dos historias intercaladas: el momento en el que Mosén Millán espera
en la sacristía para comenzar la misa y la narración sobre la vida y muerte de Paco. Esta
última es narrada desde el punto de vista del cura ya que es él quien recuerda las
escenas de forma salteada, no obstante aunque esto es lo que parece el narrador es
conocedor de ciertos aspectos que el cura no podía saber. Un tercer punto de vista sería
el que ofrece el romance que va recitando el monaguillo y que reconstruye también los
sucesos de forma fragmentaria y con un punto de vista legendario, pues Paco es
recordado por el pueblo, creador colectivo del romance, como héroe y víctima que
murió luchando por sus ideales.
En cuanto al tiempo, el tiempo externo –la época concreta en que se sitúan los hechos-
no se define explícitamente, aunque podemos inferir que se sitúa en 1937, pues se trata
de la misa del primer aniversario de la muerte de Paco , que se supone que murió
asesinado en los primeros momentos de la guerra civil. Los hechos que reconstruyen la
vida de Paco se remontarían a veintiséis años antes, pues Paco muere con 25 años. El
momento concreto a que se refiere el fragmento, la abdicación del rey y proclamación
de la República, sería 1931.
El tiempo interno se divide en dos partes, tiempo presente, que se corresponde con
Mosén Millán rezando en la sacristía a la espera de los feligreses para dar una misa por
el alma de Paco, esto transcurre en poco más de media hora. La segunda parte que se
corresponde con la narración de la vida y muerte de Paco, parte desde su nacimiento
hasta su muerte, pasando por su niñez, matrimonio… en teoría esto transcurre en
141
veinticinco años, sin embargo hay ciertas contradicciones que afirman ser veintinueve
años los pasados en la narración.
El autor pretende darle un carácter universal a la obra. En este plano encontramos una
representación algo esquemática y maniquea de la vida social, pues los desheredados
son inocentes y buenos y los terratenientes son injustos y violentos.
La representación de la vida rural española reproduce la realidad social del caciquismo
y el atraso de la vida en el campo y responde a una característica común a muchos
142
escritores del exilio.
El carasol desempeña, además, una función de periódico oral, en una sociedad en la que
mucha gente era analfabeta. Hasta cierto punto, ese refugio de mujeres representa la
supervivencia del poder matriarcal de tantas comunidades antiguas.
En el fragmento, Sende está mostrando como las habladurías tergiversan las ideas de
Paco. Así, cuando habla de que ha llegado la hora de ―su San Martín‖ a los poderosos y
los curas, se refiere, aunque de forma apasionada, al fin de unos privilegios, aunque hay
quien interpreta esta comentario como una amenaza directa de muere, lo que a juicio del
propio Mosén Millán resulta exagerado. También queda claro en el fragmento como las
medidas de Paco como representante de la República son cautas y respetan la legalidad,
pues suprime los impuestos a los ricos mientras se dirimen las cuestiones legales en
Madrid.
143
señoritos de la ciudad toman el pueblo- y la instauración de Franco -Don Valeriano-
como dictador –alcalde-.
En general, se puede afirmar que la técnica con la que se nos presenta a los personajes
es impresionista: no hay una descripción precisa y completa de ellos, sino más bien una
visión fragmentaria, formada por diversas escenas. Las breves dimensiones de la novela
no permiten, ciertamente, una caracterización minuciosa de los personajes.
―El primer domingo fue mucha gente a misa esperando la reacción de mosén Millán,
pero el cura no hizo la menor alusión. En vista de esto el domingo siguiente estuvo el
templo vacío.‖
Esta ausencia de los fieles a misa es un preludio de cómo, al final de la novela, las
gentes del pueblo darán la espalda a Mosén Millán, quien se debate en un conflicto
moral entre sus deberes sacerdotales y sus deberes humanos, lo que le provocará un
fuerte sentimiento de culpabilidad que sólo es consolado mediante la apelación a sus
obligaciones religiosas. La inasistencia a la misa es la declaración de condena unánime
del pueblo, pues para él, la misa era la ocasión de recibir la redención por su pecado. Su
único alivio final es negarse a que le paguen la misa de réquiem. Es un personaje de
espacios cerrados, siempre recluido en su iglesia.
145
de héroe y de víctima. Como con los héroes clásicos, ya desde un principio conocemos
su destino trágico, y los recuerdos del cura nos irán mostrando una vida cargada de
fatalismo mediante varias premoniciones o señales de su fin trágico, siempre
relacionadas con el cura: el episodio del amuleto, el de la extremaunción o el de la boda.
Se aprecia fácilmente cierto paralelismo entre su muerte y la de Cristo, pues los dos son
víctimas de una delación, mueren en compañía de otras dos personas y son ejecutados
por un centurión. En el fragmento se aprecia su carácter apasionado, cuando usa la
expresión de ―que le ha llegado su San Martín‖ a los poderosos, expresión que luego es
tomada por las gentes como una amenaza real de muerte. Sin embargo, el propio Mosén
Millán, que le conocía bien, no da crédito a esas habladurías ―en el carasol siempre se
exageraba‖ y no lo toma en serio. Prueba de su talante moderado es su actitud como
alcalde electo: suprimir los privilegios pero respetando la legalidad vigente: ―Aunque el
duque alegaba que sus montes no entraban en aquella clasificación, las cinco aldeas
acordaron, por iniciativa de Paco, no pagar mientras los tribunales decidían‖.
Paco aparece, especialmente a través del Romance, como símbolo de todo el pueblo
español llano –campesino- deseoso de un cambio político que mejorase sus condiciones
de vida y que ve en la proclamación de la República la oportunidad de llevar a la
práctica sus aspiraciones. La guerra civil y la dictadura –la muerte del propio Paco en la
novela- simbolizan la frustración de esas aspiraciones y el fin de las esperanzas de
justicia social. Paco aparece en el romance como héroe que luchó por sus ideales, y
víctima de la injusticia y la sinrazón. En la visión de héroe y víctima de Paco hay
también ciertas resonancias evangélicas y ciertos paralelismos con la vida y muerte de
Jesucristo, que también pertenecía a la clase baja y también murió injustamente
asesinado. La alusión a os centuriones que lo mataron es un claro ejemplo de ese
paralelismo.
Resto de personajes que se mencionan, los ricos son los agentes de la represalia: Don
Cástulo es un oportunista que se limita a estar a bien con el poder y que basa su fuerza
en la tenencia de un coche, símbolo de riqueza (y que significativamente, lo mismo cede
para el viaje de novios de Paco que para su ejecución). En el fragmento se percibe ese
oportunismo, ese juego a dos bandas cuando se deja ver con Paco, que representa el
nuevo orden político, y al mismo tiempo, a escondidas, comenta al cura su miedo por la
146
nueva situación: ―Cástulo buscaba a Paco, y se exhibía con él, pero jugaba con dos
barajas, y cuando veía al cura le decía en voz baja:
147
4.- Estructura de la obra y contextualización del fragmento en la obra.
En las secuencias que se desarrollan en el pasado la narración es más ágil que en las
anteriores. Entre estas secuencias del pasado podemos observar dos partes bien
diferenciadas. Las correspondientes a la infancia y adolescencia de Paco son más
parsimoniosas porque el narrador aprovecha para ofrecer un panorama del pueblo y sus
habitantes. En esta parte el fondo histórico que subyace a los hechos narrados apenas
aparece y se da una visión idealizada de una comunidad rural y feliz. La segunda parte,
formada por las secuencias que recogen la vida de Paco a partir de su boda, presenta un
ritmo narrativo progresivamente acelerado. Los acontecimientos históricos que
provocan los hechos narrados van adquiriendo mayor relieve y el mundo feliz anterior
se llena de miedo, violencia y muerte.
148
Este fragmento concretamente sitúa los recuerdos de mosén Millán en la época de
juventud de Paco, cuando ha sido elegido alcalde al proclamarse la República y,
viendo que tiene el apoyo de su pueblo, decide llevar a la práctica sus ideas de cambiar
las cosas, de quitar al Duque y su dinero y usarlo para beneficiar a los menos
favorecidos. Cronológicamente esta escena correspondería por tanto cinco años antes
de su muerte, que se supone ocurrió en el verano de 1936, al principio de la guerra, es
decir cuando Paco tiene veinte años. El cura intenta calmarlo y evitar que cometa
alguna estupidez, pero Paco lo tiene muy claro. Mientras, en España se van sucediendo
numerosos acontecimientos que hacen estremecerse al cura; ni más ni menos, el Rey
huye del país al exilio. La mención a la ―vergüenza de las cuevas‖ se refiere al
episodio de la infancia de Paco, cuando hacía de monaguillo para Mosén Millán, en
que queda impactado al ver la miseria en que viven algunos de los vecinos del pueblo
y que suponen el despertar de su conciencia social y de sus deseos de cambiar ese
estado de cosas. El descontento y las ganas por cambiar la situación del momento van
creciendo. Dentro de poco se enfrentarán al duro régimen militar impuesto a la fuerza
que acabará con cualquier ideal revolucionario.
Este fragmento y toda la obra en general se caracteriza por la sencillez expresiva ya que
el propio autor criticaba el estilo recargado de retórica. Según su opinión el mejor estilo
era aquel que no se percibía. Esto se refleja en el modo en que el fragmento está escrito:
sencillo, conciso y natural, lo que a su vez justifica que la obra fuera escrita en sólo una
semana.
Las partes narrativas se diferencian con claridad en secuencias del presente - escasa
acción que contrasta con las reflexiones de Mosén Millán: sucesión de preguntas y
respuestas con el monaguillo y diálogos con los personajes que van llegando-,
149
secuencias del pasado -el narrador adopta un ritmo pausado al narrar los
acontecimientos-. Sin embargo, existe un cambio radical en las últimas escenas en las
cuales los hechos están narrados con absoluta sobriedad. En este fragmento, se relata
una escena del pasado: la elección como alcalde de Paco y sus primeras medidas
sociales, de acuerdo con la legalidad de la República. Vemos como la narración,
especialmente la que se centra en relatar los sucesos políticos que estaban ocurriendo en
España en ese momento –abdicación del rey, proclamación de la República y elecciones
democráticas- es muy rápida y condensada, pues con muy pocas palabras, apenas unas
pinceladas narrativas, se da cuenta de distintos sucesos graves y trascendentales. En el
fragmento vemos cómo el narrador se centra, más que en los hechos mismos, en la
reacción de los vecinos del pueblo –los caciques, el zapatero, las gentes del ―carasol‖,
Mosén Millán y el propio Paco.
En cuanto al diálogo, en las escenas del presente se reduce a preguntas que el cura hace
al monaguillo. En las del pasado los diálogos sirven para acercar al lector los hechos
narrados y dar una impresión mayor de realismo e inmediatez.
Los diálogos suelen reproducirse en estilo directo, como se aprecia en el fragmento que
comentamos. En esta ocasión incluso el se prescinde de las intervenciones del narrador
introduciendo las palabras de los personajes con versos de habla, pues los propios
vocativos y el discurso de cada uno de los interlocutores –Paco y Mosén Millán.- deja
claro qué es lo que dice cada uno. Vemos así un ejemplo de cómo Sender prescinde de
todo lo que no se absolutamente necesario. Las intervenciones de los personajes son
breves, muy concisas, especialmente las de Paco. Más adelante aparece también una
breve intervención de D.Cástulo, que utiliza también una expresión muy breve, una
frase hecha, para expresar el miedo a lo que está ocurriendo ―¿A dónde vamos a parar,
Mosén MIllán?‖ Una vez más, en el vocativo queda implícito el interlocutor. Con el
―decía‖ se deja también claro que aquella pregunta no era un comentario puntual, sino
una idea recurrente, algo que acostumbraba a expresar D. Cástulo.
150
El léxico es utilizado para recrear el ambiente en que se desarrolla la acción, por lo que
abunda el relacionado con lo religioso y con la vida campesina. Encontramos también
abundantes ejemplos de aragonesismos -carasol, mosén, pardina, diminutivos en -ico y -
eta…- y catalanismos.
Los recursos literarios utilizados son escasos. Sender sólo los utiliza para intensificar el
dramatismo de la historia, de ahí que en la novela escaseen. En este fragmento no
encontramos ninguno, salvo la metáfora popular del ―San Martín‖ que alude al
momento de la matanza de los cerdos. Existen ciertas peculiaridades atribuidas al
influjo de la lengua inglesa en el autor, como son el uso del verbo al final. En lo directo
y escueto de su estilo se ve también cierta influencia del estilo periodístico, que practicó
a menudo Sender.
Réquiem por un campesino español es una novela de Ramón J. Sender, uno de los
novelistas españoles más importantes de la posguerra en el exilio. Se publicó en México
con el título de Mosén Millán en 1953 debido a la censura del franquismo, ya que la
novela se posiciones a favor del bando republicano. En 1960 adquirió su actual nombre,
y en España fue publicada en 1974.
A pesar de estar publicada en México en 1953, los hechos narrados se sitúan mucho
antes –en los años diez, veinte y treinta del siglo XX- pues la novela trata de analizar las
causas de la guerra civil española a través de la vida de un personaje, Paco el del
molino, que simbolizaría al pueblo llano español a los campesinos que lucharon en el
bando republicano y fueron asesinados en los primeros momentos de la guerra. Así, los
hechos se sitúan en torno a la vida de Paco y abarcarían un periodo de 26 años, desde su
nacimiento, que se podría situar en el año 1911 –pues se dice que Paco tenía 25 años
cuando fue asesinado,- hasta 1937 cuando se celebra la misa del primer aniversario de
su muerte. A través de la vida de Paco, se describe de forma indirecta y fragmentaria
toda una época anterior a la de la fecha de publicación: la de la España rural e ignorante,
sumida en el caciquismo, la de los primeros movimientos revolucionarios que tratan de
terminar con las situaciones de injusticia social y se da cuenta de acontecimientos
políticos como la abdicación de Alfonso XIII y la proclamación de la República, en
151
1931, y el ―alzamiento nacional‖, golpe de estado con el que se inició la guerra civil
española en 1936, que duraría tres años y que dio lugar a la dictadura franquista que
terminó solo con la muerte del dictador, en 1975.
El final de la Guerra Civil con el triunfo del general Franco dio paso al periodo
denominado franquismo que duró hasta 1975. Durante los últimos años de este periodo
las limitaciones y restricciones impuestas por el régimen dieron paso a una mayor
apertura, donde el arte y la literatura pudieron desarrollarse con una cierta normalidad.
Por todo ello, la novela española de la posguerra debía comenzar de nuevo. Los
novelistas de estos primeros años tuvieron que buscar un nuevo camino, y esta nueva
búsqueda llevó, en la década de los 40, a la coexistencia de múltiples tendencias
novelísticas, como por ejemplo el tremendismo o la novela existencial (dada en el
interior del país), o la novela del exilio.
152
existencial.
El Tremendismo, iniciado por Camilo José Cela con La familia de Pascual
Duarte (1942). Retratan un mundo y personajes dominados por la violencia y la miseria.
La violencia de la guerra y la miseria de la posguerra quedan implícitas en el relato aun
sin nombrarse.
En los años 50, la censura se suaviza un tanto, de modo que aparecen novelas
que, sin criticar la política franquista, pueden denunciar más abiertamente los problemas
sociales. Las obras más destacadas de este periodo son La colmena de Camilo José Cela
quien hace gala de una gran perfección formal y uso de técnicas narrativas innovadoras
y, a través de multitud de historias que se entrecruzan, elabora un mosaico de la
sociedad española de la época, plasmando la amarga existencia cotidiana de la mayor
parte de los habitantes de Madrid. Aunque no hay una denuncia explícita, la primera
versión (publicada en Sudamérica en 1946) fue prohibida en España y solo se publicó
una versión censurada en 1951. Otro autor fundamental de este periodo en Miguel
Delibes quien en novelas como El Camino (1950). Entre visillos (1957) de Carmen
Martín Gaite, denuncia la falta de expectativas de futuro de las mujeres de esa década,
que no encontraban otro futuro que ser esposas y madres.
Requiem por un campesino español fue escrita y publicada fuera de España, por lo que
hay que circunscribirla dentro de la ―Novela del exilio‖. Los novelistas que habían
empezado su obra antes de la Guerra Civil, como Ramón J. Sender, estaban muy
relacionados con la estética de la deshumanizacion del arte, es decir eran partidarios de
una novela formalmente renovadora, como la que se estaba desarrollando en esa época
fuera de España. Al final de la guerra civil muchos novelistas, como gran parte de la
población española, tuvo que partir hacia el exilio para evitar ser represaliados por el
régimen franquista, por haber militado activa o ideológicamente en el bando
republicano. El tema de la guerra civil, que les traumatizó y marcó sus vidas, será un
153
tema constante en estos escritores quien a menudo, como ocurre con la novela que nos
ocupa, renuncia a la experimentación formal en aras de hacer llegar un mensaje
ideológico directo: su visión de los acontecimientos de la guerra civil española, desde el
bando de los perdedores. Lógicamente eta novelas no pudieron publicarse en España a
causa de la censura, de modo que los españoles tuvieron que esperar muchos años para
poder leerlas.
Ramón J. Sender nació en 1901, y con tan solo 14 o 15 años comenzó a buscarse la vida
en el mundo del periodismo. A los 17 huyó a Madrid, pero reclamado por su familia
volvió a su tierra natal, Aragón, donde compaginó el periodismo con la actividad
política dentro de grupos revolucionarios, lo cual le llevaría a la cárcel durante la
dictadura de Primo de Rivera.
En estos años comenzó su obra literaria, marcada al principio por la temática política y
revolucionaria. Cuando Barcelona cayó en el poder de Franco, Sender emprendió el
exilio con sus hijos estableciéndose primero en México y seguidamente en EEUU,
donde se dedicó a la enseñanza de la literatura en universidades.
En los años 70, últimos años del franquismo, alternó su residencia en EEUU con largas
estancias en España, donde comenzaban a publicarse sus novelas con gran éxito, hasta
que finalmente regresó definitivamente a España en 1982, poco antes de su
fallecimiento.
Aunque Sender pudo publicar sus obras fuera de España, tuvo que resignarse, como
otros, a que sus lectores naturales, aquellos a los que más podían interesar sus novela y
que mejor las comprenderían, –los españoles de su época- se vieran privados por la
censura de la posibilidad de leerlas, de modo que tendrían que pasar muchos años antes
de que sus obras pudieran ser leídas en España.
Sender escribió y publicó muchísimos libros. Su obra es tan ingente que resulta difícil
de clasificar por su cantidad y su variedad. Se pueden destacar una serie de líneas que
siguen sus novelas. Una de ellas sería la línea autobiográfica, presente en muchas de sus
novelas, como Crónica del Alba. Otra línea estaría relacionada con su interés por la
novela histórica, tanto la basada en hechos del pasado reciente como las que se
154
desarrollan en el pasado más lejano, como La aventura equinoccial de Lope de Aguirre,
que se centra en la época de los primeros conquistadores españoles en América. Sender
mostró también durante toda su carrera un interés por la narrativa de tipo alegórico, con
diversas intenciones. Finalmente, puede destacarse una última línea en su producción
narrativa, y es la que se desarrolla dentro de un realismo con implicaciones sociales;
perteneciendo a esta última su obra hoy más recordada, Réquiem por un campesino
español. Sender fue un escritor de éxito y sus novelas fueron muy leídas en España,
Especialmente desde la década de lso 70, títulos destacados son La tesis de Nancy o El
bandido adolescente.
155
CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA
4 - ESTRUCTURA....................................................................................................... 168
156
1. CONTEXTO LITERARIO DEL AUTOR Y LA OBRA.
La situación política, social y cultural de cada uno de los países de América latina en el
Relevancia internacional.
Pero las obras de los nuevos narradores hispanoamericanos no fueron solo leídas y
reconocidas en España. Desde los años 60, la narrativa hispanoamericana en lengua
española experimentó un enorme auge en todo el mundo, con la publicación de gran
cantidad de novelas y relatos cortos de gran calidad literaria que se tradujeron
rápidamente a todas las lenguas y que obtuvieron un reconocimiento universal. De
hecho muchos de los autores de este periodo han sido galardonados con el Premio
Nobel de Literatura. Es lo que se conoce como el ―boom de la literatura
hispanoamericana‖.
158
Técnicas narrativas innovadoras y experimentales: Mientras la narrativa
española del momento se encontraba restringida por la censura y por la
imposibilidad de conocer las novedades literarias del extranjero, estos autores
hispanoamericanos, leyeron y absorbieron las novedades literarias especialmente a
partir de autores norteamericanos e incorporaron estas técnicas novedosas a sus
propias obras, buscando un balance entre lo local y lo universal.
159
los muertos. La muerte es vista con mayor cercanía y naturalidad que en la
tradición occidental.
1.3.1.- El autor.
160
Posteriormente continuó publicando obras geniales como El otoño del patriarca (1975),
Crónica de una muerte anunciada (1981), El amor en los tiempos del cólera (1985)
En 1982 fue galardonado con el premio Nobel de Literatura. Y en los últimos años se ha
dado en escribir sus memorias: Vivir para contarla (2002) e Historias de mis putas
tristes (2004).
Esta genial obra de García Márquez es una novela corta en que se mezclan con acierto
elementos de la crónica periodística y de la novela policíaca. Se basa en unos sucesos
reales que son alterados literariamente. Los hechos narrados centrales abarcan una sola
hora, pero remiten a la infancia de los protagonistas y a su incipiente vejez. Se
caracteriza por el realismo mágico (integración de lo fantástico y lo real), la renovación
de las técnicas narrativas (ruptura de la linealidad temporal), el subjetivismo (el
narrador participa de los acontecimientos como espectador y personaje secundario) y el
multiperspectivismo (distintos puntos de vista narrativos).
2 – TEMAS DE LA OBRA.
Crónica de una muerte anunciada se publicó en 1981, y representa según el autor una
unión entre periodismo y literatura evidenciado por el propio título y la forma de la
novela, que adopta el enfoque de una crónica periodística. La acción parece tener una
base real, pues en Sucre (Colombia) tuvo lugar un asesinato con mucha repercusión en
la prensa con unas características similares, si bien la ficción no pretende ser fiel a los
hechos reales y se alteran muchas circunstancias, como el hecho de que en el caso real
el asesino fuera uno solo y no dos.
El lector siempre se queda con la duda -porque así lo quiere García Márquez- de si fue
realmente Santiago Nasar quien desvirgó a Ángela. Poco importa en realidad si fue él o
no, pues lo que la novela pretende precisamente es subrayar lo absurdo de ese código
social que es capaz de traer la desgracia a tres familias por algo que podría parecer
intrascendente, al menos en las sociedades occidentales y que se centra en lo que
puedan pensar gentes a las que en realidad poco debería importar la vida íntima de los
demás.
García Márquez recrea una sociedad dominada por una moral conservadora, en la que
priman los tabúes, la religiosidad y el apego a las tradiciones típicas del ambiente rural
en el que se desarrolla la novela. En Crónica de una muerte anunciada se muestran las
diferencias de educación entre hombres y mujeres. Las mujeres son criadas para casarse,
atender a los enfermos y a la familia. Las ―buenas mujeres‖ son las madres, hermanas,
hijas o monjas, y su función es preservar el orden. Están además abocadas a
matrimonios de conveniencia, o a ser acosadas por los hombres. Frente a ellas se sitúan
las prostitutas o las amantes, cuya honra no se lava con sangre.
2.3.- Otros temas de la obra serían los contrastes, rasgo esencial del realismo mágico.
Así, en ella conviven las convenciones morales y religiosas con la sexualidad y el
vitalismo desaforado. Por ejemplo, existen numerosas situaciones y símbolos que
parecen referencias evangélicas: el color blanco de la vestimenta de Santiago, su muerte
como víctima inocente, los nombres de los personajes, de resonancias bíblicas (Pedro,
Pablo, Santiago, Poncio…). La visita del obispo, esperada con gran expectación por el
pueblo, contrasta con las supersticiones –espiritismo, interpretación de los sueños, y
cierto anticlericalismo, evidenciado sobre todo en la forma en que se presenta la figura
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del obispo, representante de la jerarquía católica: sus estrambóticas aficiones culinarias,
la forma en que pasa de largo en su barco impartiendo una bendición, el hecho de que e
desprecie a todo el pueblo que lo esperaba de forma entusiasta. Toda la visita del
Obispo se ha interpretado como una parodia de la Conquista del continente por los
españoles, con la cruz en la mano y el cinismo de quien dice proteger a quien en
realidad está explotando.
Por otro lado, en la novela se destacan las pasiones amorosas, otro motivo que recorre
la producción de García Márquez. La sexualidad está presente en el personaje de Mª
Alejandra Cervantes y en las referencias a las ―presas‖ de Nasar. Asimismo, Ángela con
el tiempo se enamora de Bayardo, y le escribe cartas durante diecisiete años hasta que él
vuelve. Escribe el autor: ―descubrió entonces que el odio y el amor son pasiones
recíprocas‖.
3. PERSONAJES
Existen en la novela gran cantidad de personajes. Son descritos desde distintos puntos
de vista: a través del narrador, de otros caracteres o bien mediante su actuación. Destaca
la riqueza de matices que el autor aporta al describirlos.
En primer lugar destaca Santiago Nasar, la víctima, asesinado por los hermanos
Vicario al ser acusado por Ángela de ser el causante de su deshonra. De ascendencia
árabe, veintiún años, guapo y rico, el mejor partido del pueblo. Hijo único de un
matrimonio de conveniencia, es idolatrado por su madre, ya viuda. Es descrito como
alegre, pacífico, aficionado a los caballos y las armas de fuego. Es, simbólicamente,
cazador de dos tipos de presas: animales y mujeres (recordemos la cita que encabeza el
libro, ―La caza de amor es de altanería‖, es decir, de aves de alto vuelo), aunque al final
será él quien resulte sacrificado. Aunque es muy mujeriego, respeta escrupulosamente la
honra de su novia formal, Flora Miguel, con la que está comprometido desde la
adolescencia. Frecuenta sin embargo el burdel de Mª Alejandra Cervantes y acosa a las
mujeres que desea (por ejemplo Divina Flor, la adolescente que sirve en su casa), si bien
nunca se le había conocido ningún tipo de relación con Ángela Vicario, que es quien
causa su muerte al denunciarlo como el autor de su deshonra. En la novela se destaca su
belleza y el hecho de que esté destinado a morir desde el principio, le confiere cierto
carácter sobrenatural, que se resalta por cualidades simbólicas: un vigor poco habitual,
el que vaya vestido enteramente de blanco el día en que es asesinado, como Jesucristo, o
que no derrame sangre cuando le acuchillas y sea capaz de entrar en la casa sosteniendo
sus vísceras.
164
Frente a él se sitúa Bayardo San Román, el marido burlado. Es todavía un mejor
partido que Santiago. Un hombre guapo e inmensamente rico, que viene de fuera, no se
sabe muy bien a qué, pero cuyo único cometido parece ser venir a casarse con Ángela.
Dado que la situación económica de la familia Vicario no era muy boyante, se convierte
así en toda una suerte para la familia, una especie de lotería que hace que la desgracia
que supone el hecho de que devuelva a la novia la noche de bodas adquiera unas
dimensiones trágicas, especialmente para la madre, que era quién más orgullosa se
sentía de la boda que había logrado para su hija. Bayardo tiene treinta años y está en la
plenitud de su físico y su fortuna. Representa al extranjero envuelto en el misterio (los
habitantes comentan de él que es raro y se inventan historias sobre su pasado). Es
conservador, culto, rico, atlético y de buen corazón. Su vida gira en torno a lo material,
pretende ganarse a las personas (incluida a su novia) mediante el dinero y las
apariencias. Orgulloso y caprichoso (se enamora de Ángela cuando ésta cruza la calle, y
en ese mismo instante decide que será suya). Sin embargo, tras el asesinato de Nasar fue
el que peor parado quedó de todos los personajes: la burla de que se siente objeto, el
hecho de que la boda quede anulada después de haber gastado en ella una inmensa
fortuna, la depresión alcohólica en que cae después y la humillación que supone para él
su situación ante todo el pueblo, funcionan como una suerte de ―justicia poética‖ para
este personaje demasiado engreído al que las circunstancias bajaron los humos.
Paradójicamente, consigue despertar el amor de Ángela cuando ya la ha abandonado,
como si, despojado de su riqueza, pudiera ser amado por ella solo como hombre, no ya
como marido impuesto por su madre. Muchos años después de la tragedia, como tras
cumplir una condena, decide escuchar las súplicas de Ángela, que no deja de rogarle
que vuelva con ella, por medio de miles de cartas que él nunca abrió pero que conservó
guardadas.
Ángela Vicario es la hija menor de una familia modesta. Tiene veinte años. Su padre,
Poncio Vicario, era orfebre de pobres que había perdido la vista y muere poco después
deque la familia entera abandone el pueblo tras el asesinato de Santiago. Su madre,
Purísima del Carmen (ambos nombres tienen referencias bíblicas) había sido maestra
(―parecía una monja‖; ―su aspecto manso y un tanto afligido disimulaba muy bien el
rigor de su carácter‖. La madre y las dos hermanas casadas de Ángela son quienes le
imponen a Ángela el matrimonio con Bayardo. Ella no quiere casarse porque apenas lo
conoce, pero cede a la presión de sus familia. Los Vicario tienen cierta relación de
parentesco con el narrador de la historia, ―tu prima la boba‖ le había dicho una vez
Santiago al narrador refiriéndose a Ángela. Ángela es bella, pero ―con cierto aire de
desamparo‖ y, al menos al principio, poco carácter. No se le conocía ninguna relación
amorosa anterior a su noviazgo, ni a Santiago Nasar ningún interés por ella, sin
embargo, Ángela acusa a Santiago de su deshonra y, aunque esta acusación resulte
inverosímil para la mayoría, nadie la pone en duda, pues alguien debe morir y es el
único nombre que sale a la luz. Su imagen sufre una transformación a lo largo de la
historia y va perfilándose como una mujer fuerte, valiente y de gran carácter. Ángela no
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es lo que parece: ni llega virgen al matrimonio, ni se presta a fingir delante de su
marido, sencillamente porque le parece humillante. Se muestra digna ante el castigo de
su madre y luego apasionadamente enamorada de Bayardo, pero cuando ella quiere, no
cuando se le impone como una obligación. Ángela descubre el amor por primera vez al
ser devuelta a casa, alimenta ese amor durante años y finalmente consigue lo que quiere.
Los hermanos Vicario, Pedro y Pablo, los hermanos gemelos de Ángela, son quienes
tienen que vengar la honra de su hermana y asesinar al que ella acusa como culpable.
Son una especie de personaje dual y complementario. Sus caracteres aparecen
entremezclados: Pablo es mayor, pero actúa como el hermano menor; es más ―resulto y
decidido‖ pero quien toma primero la decisión del crimen; Pablo es ―más sentimental y
por tanto más autoritario‖, tiene novia formal y hereda el oficio de su padre, en tanto
que Pedro ha ido al servicio militar y ha vuelto enseñando la cicatriz de una herida de
bala y una ―blenorragia‖ –enfermedad venérea- que lo mortifica cruelmente. Cuando a
causa de los dolores que padece, Pedro pretende desistir de sus intenciones de matar a
Santiago, ―no estoy para matar a nadie‖ es Pablo quien le obliga a hacerlo. El hecho de
que sean dos tiene el sentido literario de que uno empuja al otro a asesinar a Santiago,
aunque en realidad ninguno de los dos quiera hacerlo. Su oficio de matarifes de cerdos
los define ya como asesinos y justifica la tenencia y el uso de los cuchillos. ―Lo
matamos a conciencia, pero somos inocentes‖ dicen tras el crimen. No tienen nada
contra Santiago, pero lo matan porque no les queda otro remedio. La propia novia de
Pablo así lo afirma ―no me habría casado con él si no hubiera cumplido como un
hombre‖. Su afán por proclamar sus intenciones asesinas es en realidad un grito
silencioso para que alguien les impida hacerlo. Sin embargo, antes al contrario, todo el
pueblo parece empujarlos a que comentan el crimen. De alguna forma se les presenta
así también como víctimas del código moral que impone la muerte de Santiago.
En la cárcel, Pablo sufre también grandes padecimientos por una ―colerina‖ (diarrea)
hiperbolizada que se llega a atribuir a un envenenamiento. En realidad los sufrimientos
físicos de Pedro y Pablo son una especie de ―justicia poética‖, una forma literaria de
expiar su crimen. Del mismo modo, otros personajes del pueblo que no hicieron nada
por evitarlo, sufren después grandes desgracias. Después de ser absueltos, Pablo se casa
con su novia y Pedro regresa al ejército y no se vuelve a saber de él.
- El narrador (un trasunto del propio García Márquez), tiene relación con la familia de
Santiago Nasar (su madre, Luisa Santiaga, había sido madrina de este y quien le había
puesto el nombre) y también es primo de los Vicario. Del narrador no sabemos el
nombre, pero sí el de los miembros de su familia, que coinciden por cierto con los
verdaderos nombres de la madre, los hermanos y la futura esposa del autor. Tiene dos
hermanos (Luis Enrique y Jaime y dos hermanas, Margot y ―la monja‖. El narrador
adopta el punto de vista de cronista que quiere reconstruir una historia de la que fue
testigo parcial hace más de veinte años y que reconstruye con ayuda de testimonios de
otros personajes, del juicio y la autopsia, además de sus propios recuerdos. Es un
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recurso literario que pretende dar verosimilitud a un relato por otra parte lleno de
elementos mágicos e increíbles.
-Plácida Linero: Madre de Santiago Nasar. Es una mujer tranquila pero con una fuerte
personalidad. Es la única que desprecia al obispo y no acude a recibirlo. Profesa un
amor incondicional a su hijo y tiene el don de interpretar sueños ajenos, si bien no fue
capaz de ver lo que realmente significaba el sueño que tuvo Santiago el día en que lo
asesinaron. Ella fue la que, sin saberlo, cerró la puerta a su hijo cuando quiso entrar a
casa para escapar de sus asesinos, creyendo que ya estaba dentro y confundiéndole con
quienes lo querían matar.
-Divina Flor: Hija de Victoria Guzmán. Es una adolescente tímida y callada, que ayuda
a su madre en la casa de Santiago. Siente atracción por Santiago, pero le tiene miedo y,
aunque le hubiera gustado evitar su muerte, no se atreve a advertirle por temor a su
madre.
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4 - ESTRUCTURA
La obra consta de cinco capítulos –o partes- sin numeración y sin título en los que el
narrador-cronista-testigo realiza una investigación detallada de los sucesos del crimen,
veintisiete años después de cometido. En su tarea de reconstrucción de los hechos, el
narrador juega con diversos planos temporales, despliega una amplísima panorámica de
puntos de vista y alterna su voz con breves intervenciones de personajes entrevistados, a
modo de una crónica periodística. Todo ello supone un complejo montaje en el que cada
capítulo gira sobre un eje argumental de la historia, que se va completando poco a poco
en los siguientes capítulos, de modo que, aunque desde el principio sabemos que el lo
que ocurre, no conoceremos todos los datos hasta el final. Incluso, como ocurre en la
realidad, habrá aspectos de la historia que nunca llegan a ser aclarados. Las referencias
temporales de cada capítulo son muy claras y cumplen una importante función, pues
sitúan de forma muy precisa en el tiempo todos y cada uno de los acontecimientos.
Temas puntuales de este primer capítulo son las premoniciones oníricas, la fuerza del
adverso destino y la mezcla de religión y superstición.
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Motivos puntuales de este capítulo serían los temas del forastero rico y voluntarioso,
que conquista a todos con su encanto personal y consigue todo lo que se propone; el
culto a la virginidad y la relación con la honra.
El tercer capítulo se centra en los asesinos, los hermanos Pedro y Pablo Vicario,
cuya descripción nos llega desde el punto de vista del narrador. Parte de las
declaraciones de los asesinos en el sumario judicial y reconstruye las horas previas al
crimen, con los hermanos Vicario que después de dos días sin dormir a causa de los
festejos de la boda, vagabundean por el pueblo contando a todos aquellos con quienes se
encuentran sus intenciones asesinas. Culmina con el anuncio de la consumación del
crimen. Los motivos centrales de esta parte son las referencias al honor, los cuchillos de
matarife que utilizarán y la complicidad del pueblo que no disuade a los hermanos de
sus intenciones ni les detiene.
En cada uno de los capítulos se mezclan tres momentos diferentes para aportar
distintas perspectivas: el día del crimen (capítulos 1, 3 y 5), el noviazgo y la boda
(desde seis meses antes, capítulo 2); lo que ocurrió después (capítulo 4); así como
distintas fuentes de información para reconstruir los hechos (recuerdos de los testigos y
del propio narrador, años después y datos del sumario y la autopsia).
La novela posee por tanto una estructura en forma de mosaico o puzzle, pues presenta
varias voces o visiones diferentes de los hechos (entrevistas, sumario del juez, recuerdos
personales del narrador) que poco a poco van reconstruyendo una historia en principio
fragmentaria. Además, guarda similitudes con la estructura de una crónica
periodística (desde el propio título), pues el narrador parte de los datos fundamentales
(qué, quién, cuándo y dónde) y va tratando de explicar los secundarios el por qué y el
cómo entremezclando para ello distintos testimonios que a veces no son coincidentes.
Hemos de tener en cuenta que García Márquez ejerce la crítica periodística y él mismo
señaló la importancia de este género en la construcción de la novela. Existe en este
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sentido una ambigüedad, pues la novela se presenta como una ―crónica‖, como el
trabajo de un periodista y no como la voz ficticia de un narrador. Como ocurre con las
crónicas reales, quedarán aspectos de la historia que quedarán sin aclarar del todo.
Por otra parte, la novela presenta una estructura circular, pues comienza y termina con
el momento del asesinato de Santiago Nasar. El inicio revela el final, y la trama no
avanza en el tiempo, puesto que cada capítulo añade información nueva al mismo
periodo temporal que se relata. A pesar de que el lector conoce desde el principio cuál
es el desenlace, se mantiene el suspense a lo largo de la obra, por lo que se la puede
relacionar con el género policíaco. Sin embargo, al final no se aclara el misterio acerca
de la culpabilidad de Santiago Nasar, aunque parece que toda la sociedad actúa
inconscientemente en contra de él, quizá por resentimiento social, xenofobia o rencor.
5 - TÉCNICAS NARRATIVAS
La novela simula una crónica periodística, pero la persona narrativa que se utiliza es la
primera, pues se trata de unos hechos en los que participó como testigo y actor
secundario el propio cronista, que García Márquez identifica conscientemente con su
propia persona, como hemos visto al hablar de los nombres de sus familiares, que
coinciden con los de los familiares del narrador-cronista.
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El narrador en la reconstrucción de los hechos juega con diversos planos
temporales y despliega un panorama amplio de puntos de vista: alterna su voz con
breves entradas de las de la de los personajes entrevistados. A pesar de que no se sigue
un orden cronológico en la narración, aparecen numerosas referencias temporales,
algunas muy precisas (en consonancia con su carácter de crónica.) En el relato, se
entremezclan varios planos:
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5.3.- Espacio y Tiempo:
Se trata por tanto de un lugar con pretensiones de realidad, pero cuyo nombre se quiere
ocultar, probablemente para darle una dimensión mítica, irreal. Este hecho contribuiría
al carácter de crónica periodística, pero preservando la dimensión literaria del relato. El
pueblo concreto, que no se llega a nombrar, guardaría muchas similitudes con el espacio
mítico caribeño habitual en las novelas de García Márquez, como Macondo en Cien
años de soledad. Se trata de un entorno provinciano, un pueblo pequeño en el que todos
los habitantes se conocen y están más o menos emparentados y que justifica que la
presión por la reparación de la honra sea tan importante.
En el tratamiento del tiempo destacan además las elipsis narrativas (hechos que
no se cuentan o que se resumen de forma muy sumaria), sobre todo en la cuarta parte se
produce un gran vacío temporal: los veintisiete años posteriores se sintetizan muy
brevemente. Como hemos señalado anteriormente, el tiempo no avanza, puesto que se
reconstruyen los hechos mediante diversos testimonios y crónicas que amplían los datos
del crimen, mientras que la acción permanece detenida. Además, son numerosos los
fragmentos en los que se describe a los personajes, lo que supone una disminución de la
narración a favor de la descripción y por tanto confiere un ritmo más lento al relato.
En cuanto a la duración de los hechos narrados, hay que tener en cuenta dos
tiempos narrativos:
o El del asesinato propiamente dicho (que dura una sola hora: desde las 5:30 a
las 6:30 del lunes en que Santiago es asesinado cabe señalar que la fijación
cronológica de los hechos es minuciosa, se detallan los minutos: ―El día en
que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30…‖ ―Santiago
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Nasar entró en su casa a las 4,20…‖ ―Faustino Santos, un carnicero amigo,
los vio entrar a las 3.20…‖ ―Cristo Bedoya miró el reloj: eran las 6.56.‖
―En la mesa de noche el reloj de pulsera de Santiago Nasar marcaba las
6.58‖ ―las muchas personas que encontró desde que salió de su casa a las
6.05 hasta que fue destazado como un cerdo una hora después…‖
o Los hechos que constituirían las causas (desde seis meses antes, cuando llega
Bayardo al pueblo) y las consecuencias (lapso muy largo de veintisiete años
después). Las alusiones temporales son también continuas y confieren a
algunos pasajes un carácter metanarrativo (reflexiones sombre la propia
narración) como:
- ―Cuando volví a este pueblo olvidado tratando de recomponer con
tantas astillas dispersas…‖
6 - ESTILO
Crónica periodística real, que el domina por sus inicios como periodista, ya
utilizados en el Relato de un naúfrago: narrador cronista que recoge testimonios de
distintas fuentes; Reconstrucción de los hechos a partir de los datos principales
(Qué, quién, cuándo y dónde) que luego se van ampliando hasta alcanzar el por qué
y el cómo. Profusión de detalles y minuciosidad (horarios, nombres y apellidos de
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personajes marginales, hechos intrascendentes que se recogen) que inciden en el
deseo de verosimilitud de los hechos.
Novela policíaca. Aunque desde el principio sabemos que Santiago Nasar es
asesinado, el autor retarda los detalles del crimen, que no se relata hasta la última
página, creando sensación de intriga y desasosiego en el lector.
Uso de técnicas narrativas novedosas (ruptura con la linealidad temporal y
multiperspectivismo)
Realismo mágico: integración de elementos maravillosos en lo cotidiano. En este
pueblo se unen los hechos cotidianos con lo fantástico, lo exagerado o lo
maravilloso, técnica conocida como ―realismo mágico‖. Esta característica y la
anterior son comunes con la mayor parte de la narrativa del ―boom‖
hispanoamericano.
6.2.- Uso del lenguaje. En la novela el lenguaje es sencillo y directo, aunque cargado de
cierto simbolismo y fuerte dramatismo. En cada línea, el autor transmite al lector un
sinfín de sensaciones. Incluye además muchos americanismos y coloquialismos propios
de Colombia.
El humor es otro de sus rasgos característicos, que la otra dimensión a la línea trágica
de la obra, y en ocasiones aparece mezclado con la ironía. Por ejemplo, cuando le
practican la autopsia a Santiago Nasar, se descubre que la masa encefálica pesaba más
de lo normal, y fue catalogado como inteligente y de ―porvenir brillante‖.
Además, se le ve una lesión en el hígado, con lo cual, ―de todos modos le quedaban
muy pocos años de vida‖. En ese episodio de la autopsia se dice que fue llevada a cabo
por un cura, obligado a hacerla en ―ausencia del doctor‖. Otros momentos humorísticos
son cuando encuentran una medalla que Santiago Nasar se había tragado a la edad de
cuatro años o los fragmentos en que se ridiculiza a los gemelos Vicario en el calabozo
(―hasta entonces había desbordado dos veces la letrina portátil)…
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6.4.- Modos narrativos. Narración y descripción son los modos narrativos o formas
de presentación del universo de ficción de la novela. La conversación, el diálogo (que
traslada el nivel de expresión oral entre personajes) no tienes tanta importancia y
aparecen de modo fragmentario. En cuanto a la descripción, destaca la descripción
visual con mezcla de elementos estáticos y dinámicos (―desde que asomó por la ventana
del automóvil…‖: llegada de los padres de San Román); descripción paisajística,
cromático-poética (―La luna estaba en el centro del cielo…‖: cuando Santiago señala el
alma en pena de un barco negrero);pasaje narrativo descriptivo con diálogo y acotación
del narrador (―..le asestó un segundo golpe casi en el mismo lugar. «Lo raro es que el
cuchillo volvía a salir limpio», declaró Pedro Vicario al instructor‖:)
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