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Este documento presenta 30 poemas de diferentes autores en español. Los poemas abarcan temas como el amor, la soledad, la naturaleza y la vida y muerte. Los poemas varían en longitud, desde solo unos versos hasta estrofas más largas, y utilizan diferentes formas métricas y figuras literarias como la rima y la metáfora. En general, el documento ofrece una selección variada de poemas cortos en español de distintos periodos y corrientes poéticas.
Este documento presenta 30 poemas de diferentes autores en español. Los poemas abarcan temas como el amor, la soledad, la naturaleza y la vida y muerte. Los poemas varían en longitud, desde solo unos versos hasta estrofas más largas, y utilizan diferentes formas métricas y figuras literarias como la rima y la metáfora. En general, el documento ofrece una selección variada de poemas cortos en español de distintos periodos y corrientes poéticas.
Este documento presenta 30 poemas de diferentes autores en español. Los poemas abarcan temas como el amor, la soledad, la naturaleza y la vida y muerte. Los poemas varían en longitud, desde solo unos versos hasta estrofas más largas, y utilizan diferentes formas métricas y figuras literarias como la rima y la metáfora. En general, el documento ofrece una selección variada de poemas cortos en español de distintos periodos y corrientes poéticas.
Mis pasos en esta calle Resuenan En otra calle Donde Oigo mis pasos Pasar en esta calle Donde Sólo es real la niebla.
2. A un general (Julio Cortázar)
Región de manos sucias de pinceles sin pelo de niños boca abajo de cepillos de dientes Zona donde la rata se ennoblece y hay banderas innúmeras y cantan himnos y alguien te prende, hijo de puta, una medalla sobre el pecho Y te pudres lo mismo.
3. Cada vez que pienso en ti (Anónimo)
Cada vez que pienso en ti, mis ojos rompen en llanto; y muy triste me pregunto, ¿por qué te quiero tanto?
4. Síndrome (Mario Benedetti)
Todavía tengo casi todos mis dientes casi todos mis cabellos y poquísimas canas puedo hacer y deshacer el amor trepar una escalera de dos en dos y correr cuarenta metros detrás del ómnibus o sea que no debería sentirme viejo pero el grave problema es que antes no me fijaba en estos detalles.
5. En las noches claras (Gloria Fuentes)
En las noches claras, resuelvo el problema de la soledad del ser. Invito a la luna y con mi sombra somos tres.
6. Deletreos de armonía (Antonio Machado)
Deletreos de armonía que ensaya inexperta mano. Hastío. Cacofonía del sempiterno piano que yo de niño escuchaba soñando... no sé con qué, con algo que no llegaba, todo lo que ya se fue. 7. Despedida (Alejandra Pizarnik) Mata su luz un fuego abandonado. Sube su canto un pájaro enamorado. Tantas criaturas ávidas en mi silencio y esta pequeña lluvia que me acompaña.
8. Desvelada (Gabriela Mistral)
Como soy reina y fui mendiga, ahora vivo en puro temblor de que me dejes, y te pregunto, pálida, a cada hora: «¿Estás conmigo aún? ¡Ay, no te alejes!» Quisiera hacer las marchas sonriendo y confiando ahora que has venido; pero hasta en el dormir estoy temiendo y pregunto entre sueños: «¿No te has ido?»
9. Rima LX (Gustavo Adolfo Bécquer)
Mi vida es un erial, flor que toco se deshoja; que en mi camino fatal alguien va sembrando el mal para que yo lo recoja.
10. Recuerdo que dejo (Nezahualcoyotl)
¿Con qué he de irme? ¿Nada dejaré en pos de mi sobre la tierra? ¿Cómo ha de actuar mi corazón? ¿Acaso en vano venimos a vivir, a brotar sobre la tierra? Dejemos al menos flores Dejemos al menos cantos
11. Tus ojos son lucero (Anónimo)
Tus ojos son luceros, tus labios, de terciopelo, y un amor como el que siento, es imposible esconderlo.
12. La montaña rusa (Nicanor Parra)
Durante medio siglo La poesía fue El paraíso del tonto solemne. Hasta que vine yo Y me instalé con mi montaña rusa. Suban, si les parece. Claro que yo no respondo si bajan Echando sangre por boca y narices.
13. Cuando el mar sea redondo (Anónimo)
Cuando el mar sea redondo y el sol deje de brillar, ese será el día en que te pueda olvidar.
14. América, no invoco tu nombre en vano (Pablo Neruda)
AMÉRICA, no invoco tu nombre en vano. Cuando sujeto al corazón la espada, cuando aguanto en el alma la gotera, cuando por las ventanas un nuevo día tuyo me penetra, soy y estoy en la luz que me produce, vivo en la sombra que me determina, duermo y despierto en tu esencial aurora: dulce como las uvas, y terrible, conductor del azúcar y el castigo, empapado en esperma de tu especie, amamantado en sangre de tu herencia. Quizás te interese: "23 poemas de Pablo Neruda que te fascinarán"
15. Las seis cuerdas (Federico García Lorca)
La guitarra hace llorar a los sueños. El sollozo de las almas perdidas se escapa por su boca redonda. Y como la tarántula, teje una gran estrella para cazar suspiros, que flotan en su negro aljibe de madera.
16. Mi árbol pequeño (Antonio García Teijeiro)
Mi árbol tenía sus ramas de oro. Un viento envidioso robó mi tesoro. Hoy no tiene ramas Hoy no tiene sueños mi árbol callado mi árbol pequeño.
17. Crisis (Francisco Gálvez)
Tu voz parece de otro tiempo, ya no tiene aquel tono cálido de antes, ni la complicidad de siempre, sólo son palabras y su afecto es ahora discreto: en tus mensajes ya no hay mensaje.
18. Yo no soy yo (Juan Ramón Jiménez)
Yo no soy yo. Soy este que va a mi lado sin yo verlo, que, a veces, voy a ver, y que, a veces olvido. El que calla, sereno, cuando hablo, el que perdona, dulce, cuando odio, el que pasea por donde no estoy, el que quedará en pie cuando yo muera…
19. Menos tu vientre (Miguel Hernández)
Menos tu vientre, todo es confuso. Menos tu vientre, todo es futuro fugaz, pasado baldío, turbio. Menos tu vientre, todo es oculto. Menos tu vientre, todo inseguro, todo postrero, polvo sin mundo. Menos tu vientre, todo es oscuro. Menos tu vientre claro y profundo.
20. Fe mía (Pedro Salinas)
No me fío de la rosa de papel, tantas veces que la hice yo con mis manos. Ni me fío de la otra rosa verdadera, hija del sol y sazón, la prometida del viento. De ti que nunca te hice, de ti que nunca te hicieron, de ti me fío, redondo seguro azar.
21. El poeta es un fingidor (Fernando Pessoa)
El poeta es un fingidor. Finge tan completamente que hasta finge que es dolor el dolor que en verdad siente, Y, en el dolor que han leído, a leer sus lectores vienen, no los dos que él ha tenido, sino sólo el que no tienen. Y así en la vida se mete, distrayendo a la razón, y gira, el tren de juguete que se llama corazón.
22. Al oído de una muchacha (Federico García Lorca)
No quise. No quise decirte nada. Vi en tus ojos dos arbolitos locos. De brisa, de risa y de oro. Se meneaban. No quise. No quise decirte nada.
23. Amo, amas… (Rubén Darío)
Amar, amar, amar, amar siempre, con todo el ser y con la tierra y con el cielo, con lo claro del sol y lo oscuro del lodo: amar por toda ciencia y amar por todo anhelo. Y cuando la montaña de la vida nos sea dura y larga y alta y llena de abismos, amar la inmensidad que es de amor encendida ¡y arder en la fusión de nuestros pechos mismos!
24. Mademoiselle Isabel (Blas de Otero)
Mademoiselle Isabel, rubia y francesa, con un mirlo debajo de la piel, no sé si aquél o ésta, oh mademoiselle Isabel, canta en él o si él en ésa. Princesa de mi infancia; tú, princesa promesa, con dos senos de clavel; yo, le livre, le crayon, le...le..., oh Isabel, Isabel..., tu jardín tiembla en la mesa. De noche, te alisabas los cabellos, yo me dormía, meditando en ellos y en tu cuerpo de rosa: mariposa rosa y blanca, velada con un velo. Volada para siempre de mi rosa -mademoiselle Isabel- y de mi cielo.
25. Cuchillos en abril (Pere Gimferrer)
Odio a los adolescentes. Es fácil tenerles piedad. Hay un clavel que se hiela en sus dientes y cómo nos miran al llorar. Pero yo voy mucho más lejos. En su mirada un jardín distingo. La luz escupe en los azulejos el arpa rota del instinto. Violentamente me acorrala esta pasión de soledad que los cuerpos jóvenes tala y quema luego en un solo haz. ¿Habré de ser, pues, como éstos? (La vida se detiene aquí) Llamea un sauce en el silencio. Valía la pena ser feliz.
26. Amor (Salvador Novo)
Amar es este tímido silencio cerca de ti, sin que lo sepas, y recordar tu voz cuando te marchas y sentir el calor de tu saludo. Amar es aguardarte como si fueras parte del ocaso, ni antes ni después, para que estemos solos entre los juegos y los cuentos sobre la tierra seca. Amar es percibir, cuando te ausentas, tu perfume en el aire que respiro, y contemplar la estrella en que te alejas cuando cierro la puerta de la noche.
27. Pasa y olvida (Rubén Darío)
Peregrino que vas buscando en vano un camino mejor que tu camino, ¿cómo quieres que yo te dé la mano, si mi signo es tu signo, Peregrino? No llegarás jamás a tu destino; llevas la muerte en ti como el gusano que te roe lo que tienes de humano... ¡lo que tienes de humano y de divino! Sigue tranquilamente, ¡oh, caminante! Todavía te queda muy distante ese país incógnito que sueñas... Y soñar es un mal. Pasa y olvida, pues si te empeñas en soñar, te empeñas en aventar la llama de tu vida.
28. Contigo (Luis Cernuda)
¿Mi tierra? Mi tierra eres tú. ¿Mi gente? Mi gente eres tú. El destierro y la muerte para mi están adonde no estés tú. ¿Y mi vida? Dime, mi vida, ¿qué es, si no eres tú?
29. En el árbol de mi pecho (Gloria Fuertes)
En el árbol de mi pecho hay un pájaro encarnado. Cuando te veo se asusta, aletea, lanza saltos. En el árbol de mi pecho hay un pájaro encarnado. Cuando te veo se asusta, ¡eres un espantapájaros!
30. Deseo (Luis Cernuda)
Por el campo tranquilo de septiembre, del álamo amarillo alguna hoja, como una estrella rota, girando al suelo viene. Si así el alma inconsciente, Señor de las estrellas y las hojas, fuese, encendida sombra, de la vida a la muerte.