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CIENCIAS SOCIALES 4º/5º AÑO

PUEBLOS DIAGUITAS. HISTORIAS DE CONQUISTA Y DE RESISTENCIA


Los pueblos diaguitas
Para contar la historia de los diaguitas vamos a ubicarnos en el año 1200 – hace más de 800
años -. Aunque se los llama con un mismo nombre, los diaguitas eran en realidad un conjunto
de pueblos diferentes que eran independientes entre sí: los quilmes, los tolombones, los
pulares, los abaucanes, los famatinas, y muchos otros.
Cada pueblo respondía a su propio jefe, vivía en su propia aldea y cultivaba sus propias tierras,
pero todos tenían mucho en común. Para todos los diaguitas era muy importante cultivar la
tierra así como defender su independencia. Sus aldeas estaban ubicabas en los cerros, valles y
quebradas del noroeste del actual territorio argentino, en tierras que hoy corresponden a las
provincias de Jujuy, Salta, La Rioja, parte de Tucumán y Catamarca.
Entre ellos eran muy frecuentes los conflictos por los recursos. Por eso, se instalaban en lugares
altos de las montañas para vigilar los accesos a sus aldeas y para que a los enemigos les fuera
más difícil llegar. En lo más alto de los cerros construían su pucará, que era una especie de
fuerte para refugiarse en caso de guerra. Bajando por la montaña, cerca de las zonas de
cultivos, se encontraban las casas de la mayoría de la población. Todos se preparaban para
pelear en las guerras. Aunque guerreaban frecuentemente, ninguno de estos pueblos podía
descuidar la producción de alimentos, por eso nunca luchaban en tiempo de siembra o de
cosecha.
Ilustración tomada de “Los diaguitas”, Miguel Ángel Palermo y Roxana Boixadós. A-Z editora. Colección La otra
Historia. Los pueblos originarios (2008)

¿Qué hacían los jefes? Los jefes o curacas se encargaban de organizar las tareas agrícolas, la
construcción de murallas y el trabajo de los artesanos especializados – alfareros, tejedoras,
metalúrgicos-. Además cada cacique estaba al mando de sus guerreros en las campañas
militares y era el responsable de organizar los rituales y fiestas religiosas. El cacique podía ser
hijo o sobrino del cacique anterior pero no alcanzaba con eso: para ser elegido, debía ser un
muy buen guerrero y también tener capacidad para la negociación.

¿Qué producían? Con el correr del tiempo los pueblos diaguitas llegaron a organizar sistemas
de cultivo con tanta precisión e ingenio que lograron producir alimentos en cantidad y
mantener a una población que crecía. Producían en abundancia distintas variedades de maíz y
de papas, porotos, zapallos, quínoa. También recolectaban algunos comestibles silvestres como
las vainas de algarrobo porque utilizaban las semillas machacadas para hacer una harina muy
nutritiva. Con la harina preparaban una especie de pan y la aloja, una bebida alcohólica fuerte
para alegrar los festejos comunitarios y ofrendar a los dioses. Criaban llamas que usaban como
animales de carga y cazaban ñandúes y guanacos.

¿En qué creían? Estos pueblos rendían culto a la tierra, a fenómenos naturales como el rayo y
el trueno, a los astros y a sus antepasados. Hacían sus ceremonias en espacios abiertos, no
tenían grandes templos ni tenían sacerdotes. Muchos aspectos de su religión y su cultura no se
conocen, porque hay muy poca información en fuentes escritas. Aun así es posible afirmar que
rendían un culto muy especial a la tierra.

Para los pueblos andinos, la Pachamama es la Madre Tierra y mucho más, porque tiene sentimientos y
voluntades. Los suelos y sus minerales, el aire, la lluvia, el agua de los arroyos, la vida de las plantas, de
los animales y de las personas como así también el cuidado de todos son parte de la Pachamama.
Cuando las comunidades cultivan el suelo y cosechan la producción, cuando aprovechan cualquiera de
los recursos, están tomando lo que la Pachamama les provee con generosidad para que puedan cubrir
las necesidades de todos mientras “caminan” por este mundo. Porque para estos pueblos nada de eso
es propiedad de las personas. Estos recursos están allí disponibles pero es necesario cuidarlos y no
tomar más de lo que se necesita. Para aprovecharlos, hay que pedírselos respetuosamente a la
Pachamama y después agradecérselos. Para agradecer se organizan ceremonias en las que las
comunidades tocan la mejor música, cantan y bailan; comen y beben los frutos de la tierra que más
aprecian. A la vez hacen ofrendas para devolverle a la Pachamama lo que recibieron de ella. Esta es la
base de la forma de ver el mundo -lo que se llama la cosmovisión- de los pueblos andinos del pasado y
de gran parte de sus descendientes en el presente.
Los ambientes y la producción de los pueblos diaguitas
Para que imagines la zona en que vivían los diaguitas, te presentaremos a continuación un
mapa del noroeste del actual territorio argentino.
Las referencias te van a ayudar a localizar las provincias de Jujuy, Salta, La Rioja, parte de
Tucumán y Catamarca y sus ciudades capitales. Estos límites y ciudades no existían en los
tiempos que estamos estudiando. Pero las alturas, los relieves, las salinas y los ríos dibujados
representan algunas características naturales de la región que hace 800 años ya estaban
poblados por los diaguitas y otros grupos originarios.

Fuente: Ciencias Sociales 4, Serie


Cuadernos para el Aula, NAP.
Ministerio de Educación de la Nación
(2007).

En el mapa podés observar que el territorio diaguita estaba por encima de los 1000 metros de
altura. Están indicados especialmente los Valles Calchaquíes porque sobre ellos y sus pobladores
vas a leer más adelante.

* Si buscás en el mapa vas a encontrar el nombre de las sierras altas que rodean a los Valles
Calchaquíes (Aconquija, Pastos Grandes, Nevado de Acay) y el de los ríos que los recorren.
* Anotá tus observaciones sobre las características del espacio representado.

El territorio de los diaguitas es una de las zonas con relieves más altos, empinados y difíciles de
atravesar de América del Sur. A continuación podés ver un esquema que te ayudará a imaginar
esos relieves. Los Valles Calchaquíes son angostos y están entre montañas muy empinadas. En
los valles los pobladores viven protegidos del frío y de los vientos fuertes que soplan en la
altura de los cerros. Vivir en los valles tiene dos dificultades importantes:
- Una dificultad para construir viviendas y cultivar es que el espacio es escaso en estos valles.
Para resolver este problema, los diaguitas aplanaban la ladera de las montañas y construían
terrazas o andenes de cultivo.

LADERA DE MONTAÑA (NATURAL) LADERA CON ANDENES DE CULTIVO (CONTRUIDO)

La construcción de andenes de cultivo: Los diaguitas usaban piedras apiladas para construir muros
bajos en la ladera de los cerros y rellenaban el espacio entre ellos con tierra fértil. De este modo,
lograban contener el deslizamiento de la tierra por la pendiente y así multiplicar sus terrenos
agrícolas.

- La otra dificultad es que en las tierras de los diaguitas llueve muy poco, es una zona árida. Solo
entre diciembre y marzo puede haber nubes y algunos chaparrones. El agua de esas lluvias del
verano escurre hacia los arroyos y los arroyos la llevan a los ríos. El resto del tiempo la tierra
está seca, los arroyos están secos, las plantas se ponen más amarillentas… Los diaguitas
retenían el agua del verano en grandes reservorios y luego la iban distribuyendo a lo largo del
año: para consumir ellos, para dar de beber a sus animales y para regar los cultivos.

El sistema de riego. Elaborado en base a Roxana Boixadós y M. Palermo (1992)


El sistema de riego fue una obra de ingeniería de los pueblos de los Valles Calchaquíes y
también de otros pueblos aborígenes. Desde los reservorios, que estaban en zonas altas de la
montaña, hicieron canales que permitían que el agua corriera hacia los andenes de cultivo. Para
distribuir el agua y no desperdiciarla, cuando los cultivos necesitaban riego, los aldeanos
sacaban algunas piedras de los muros y dejaban que el agua de los canales pasara a las acequias
y regara los andenes. Cuando el riego había sido ya suficiente, volvían a colocar las piedras en
su lugar, cerraban la entrada de agua y derivaban el riego hacia otros andenes.
* En el dibujo podés observar los andenes de cultivo y el sistema de riego. Ubicá el reservorio, el
lugar por donde sale el agua, su recorrido por el canal distribuidor y los andenes que los
campesinos están regando en ese momento.
Estos pueblos conocían muy bien su territorio y encontraron muchos recursos para aprovechar
en las diferentes alturas y los distintos lugares.
 Vieron que la papa y la quínoa aguantaban el frío de los vallecitos y quebradas de las
“tierras altas”, y que allí las llamas y las alpacas estaban a su gusto porque su lana las
protegía.
 En los vallecitos de las “tierras medias” notaron que–con el riego de las acequias-
crecían muy bien el maíz, los zapallos, los porotos, los ajíes y muchas otras plantas.
 Comprobaron que los tallos y ramas secas de las plantas de los cerros (el churqui, la
tola, los cardones) servían como leña para cocinar y calentarse.
Con todos estos recursos, los distintos pueblos diaguitas se fueron organizando para
aprovecharlos mejor. Si bien cada pueblo tenía su aldea, no todos los parientes vivían allí todo
el tiempo. Unos se iban a las tierras más altas y se ocupaban de cultivar las papas, la quínoa y
de criar las llamas y las alpacas. Otros se instalaban cerca de las salinas de la Puna en invierno y
cosechaban sal. Y así, por grupos o familias, iban y venían por senderos polvorientos,
pedregosos, arenosos, siempre con pendiente: hacia arriba, hacia abajo, acompañados por un
cielo sin nubes -al calor del sol radiante durante el día y al frío de las temperaturas bajo cero y
las heladas durante la noche. Transportaban la carga ellos mismos o la colocaban en el lomo de
las llamas. Así llevaban lo que producían a los parientes y recibían de ellos lo que les faltaba.

Los investigadores dicen que el territorio de los diaguitas estaba organizado en diferentes “pisos” de las
montañas: más altos o más bajos, sobre la ladera lluviosa o sobre la ladera seca de las sierras. No era un
territorio continuo y por eso lo comparan con un “archipiélago”, es decir, con un conjunto de islas.
Sabemos que las islas reales están separadas por agua del mar o de los ríos. Los asentamientos diaguitas
serían como islas que estaban separadas en diferentes vallecitos y quebradas de los cerros, unidas solo
por los senderos y las caminatas de los campesinos que iban de una “isla” a otra. Seguramente había
momentos del año en que cada grupo estaba muy ocupado en sus propias tareas, otros momentos de
movimiento para la distribución de productos entre los parientes, y otros –quizá los más lindos- de
reencuentro y festejo para agradecer a los dioses por todo lo que habían podido tomar de la tierra.

* Explicá qué quieren decir las autoras del texto “Los pueblos diaguitas” cuando señalan que
“con el correr del tiempo los pueblos diaguitas llegaron a organizar sistemas de cultivo con gran
precisión e ingenio”.
* ¿Podés imaginar los territorios de un pueblo diaguita, las “islas” de producción y los caminos
que las unen? Debajo tenés lugar para dibujarlas.

Agricultores de montaña
Para conocer más acerca de la agricultura de montaña, te proponemos consultar un
calendario agrícola realizado por Guamán Poma de Ayala.
Guamán Poma de Ayala fue un descendiente de los incas que vivió durante la época colonial
y trabajó como intérprete al servicio de distintos funcionarios españoles. También escribió
crónicas en las que denunciaba los malos tratos y la explotación que padecían los pueblos
originarios.
La más conocida es una crónica muy
extensa y detallada que le escribió al rey
de España en el año 1615. Esta crónica
es muy útil para conocer la historia de
los pueblos originarios porque, además
de denunciar los abusos, describe sus
costumbres y narra su historia desde
mucho antes de conquista. Está escrita
en español, pero contiene también
muchas palabras en quechua. Incluye casi 400 ilustraciones que representan en forma
detallada las costumbres de los incas. Como los diaguitas y todos los pueblos andinos tenían
muchas costumbres parecidas a las de los incas, la crónica permite también conocer algunas
características de los diaguitas. Por ejemplo, su agricultura.
El calendario agrícola
En el calendario agrícola de los incas Guamán Poma de Ayala representó el paisaje de los Andes.
Como fondo de escena dibujó a los cerros y montañas de la zona y ubicó a las personas en los
vallecitos y quebradas donde estos pueblos cultivaban.
La cosecha y la siembra son los momentos de mayor trabajo para los agricultores. Pero mientras las plantas
crecen, también hay que realizar tareas: las mujeres quitan las malezas que crecen junto a los cultivos con
la ayuda de herramientas (como podés ver en el mes de febrero) en tanto que los hombres ahuyentan a los
animales: aves pequeñas (como se ve en el grabado del mes de octubre), papagayos (en marzo) o zorrillas
de la noche (en febrero). Además, vigilan los cultivos por las noches para evitar que alguien robe las
mazorcas maduras, como se observa en la ilustración del mes de abril.

Otra tarea muy importante es el riego. En el recuadro del mes de noviembre, podés ver un reservorio de
agua construido con piedras. Los campesinos realizaban estas construcciones en las zonas más elevadas
para almacenar agua durante los meses de verano (estación húmeda). El resto del año, mientras duraba la
estación seca, regaban sus cultivos con el agua almacenada. Si mirás con atención podrás ver cómo
Guamán Poma representó las nubes y la lluvia en los meses de enero, febrero y marzo. En diciembre
también llovía, pero sólo en la parte alta de los cerros. Por eso, en el grabado de diciembre, podés ver unas
líneas onduladas en las montañas que representan los arroyos que se cargaron de agua de lluvia y bajan
por sus laderas. La estación seca duraba muchos meses, como ya leíste, por eso era muy importante
almacenar el agua para su uso durante el resto del año.

El cultivo de la papa aparece representado en el mes de diciembre, cuando se siembra, y en el mes de


junio, cuando se cosecha. Durante la siembra los hombres hacen orificios con el palo cavador y las mujeres
colocan los tubérculos de papa. En junio se realiza la cosecha: hombres y mujeres desentierran las papas y
las recogen en las bolsas que tienen a su lado. Una mujer transporta una bolsa que ya está llena y cerrada.
Termina el ciclo de la papa y el maíz. Pasó un año… todo vuelve a empezar.

* Para observar, releer y pensar:


Releé el texto: ¿cuáles eran las tareas agrícolas que demandaban mayor trabajo de las y los
campesinos? Mirá las imágenes del calendario y fíjate a qué meses del año corresponden
esas tareas.
- ¿Cuántos trabajadores hay en esas imágenes?
- ¿En qué tareas agrícolas participa un solo trabajador? Fijate en cada caso si es un
varón o una mujer.
- Escribí tus conclusiones sobre estas observaciones

Hacé un listado de las tareas agrícolas que realizan los varones y las que realizan las mujeres
para cultivar el maíz y para cultivar la papa. Para eso, mirá el conjunto de imágenes y releé el
texto. ¿Qué conclusiones podés sacar de este modo de organizar las tareas?

Buscá las ilustraciones de septiembre y de diciembre que corresponden a la siembra del maíz
y a la de la papa. ¿Cómo te das cuenta de qué es lo que siembran en cada uno de esos
meses? ¿En qué te fijaste para saber?
Observá las diferentes herramientas utilizadas por las y los campesinos para cultivar el maíz
y para cultivar la papa. Se trata de herramientas de madera, principalmente, y de piedra.
Dibujalas y escribí para qué las usan.

Elegí tres imágenes que representen aspectos de la agricultura de los pueblos andinos que te
parezcan importantes. Anotá los meses a los que corresponden o la tarea que representan.
Escribí un epígrafe para cada una y/o para el conjunto de las tres imágenes a partir de lo que
aprendiste.

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