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viuda a los 12 a�os

mi t�o me tomo como su concubina desde los 3-4 a�os.


Hola a todos, mi nombre es Sandra, por mi t�o Federico me apodan la Z�ngana, tengo
35 a�os cumplidos, soy una mujer casada, sin hijos, de contextura delgada, de 1,60
m de estatura, pelo largo y negro, tetas medianas y unas nalgas redonditas y
peque�as tambi�n de esas que llaman la atenci�n a los hombres, me gusta vestir
bien, insinuando un poco, pero nada grotesco, inici� mi carrera de Administraci�n
de empresas en la Universidad Industrial, pero, solamente saqu� una tecnolog�a y no
s� si retome esos estudios ya que me cas� y mi esposo me convenci� de parar ese
proyecto, luego les contar�.

Hoy es mi primer relato en la red y quiero contarles c�mo fueron mis inicios en la
vida sexual, muy precoces, por cierto, pero, no menos fenomenales que de mi
adultez, pido disculpas si faltan detalles ya que es lo que mi memoria recuerda,
tampoco me alcanza para hilvanarlos todos o se me pasan detalles.

Corr�a el a�o 1986 cuando nac�, en un hogar humilde, escaso de recursos de esos que
se forman en una pareja de j�venes arrebatados que se casan queriendo abrirse paso
en la vida, basados en el amor y no en la raz�n ni el bolsillo, gracias a Dios
estaba la mano de mi t�o Federico quien se le llevaba bien con mi madre y �l nos
solventaba en v�veres, algo de dinero y ayuda en cuidados m�os y de mi hermano
peque�o que naci� en 1990, debido a que mi madre se compromet�a a ir a trabajar a
casas de familia a realizar trabajos de lavado, aseo y planchado por d�as, mi t�o
se ofrec�a gentilmente a cuidarme en esos d�as, cosas que mis padres agradec�an
enormemente.

No puedo retroceder hasta la fecha en que recuerdo a mi t�o Federico, realizando


acciones abusivas hacia m�, pero considero 3-4 a�os por fijar alguna fecha, pero
creo que fue desde el primer momento que tuvo la oportunidad de poner sus manos
encima de m� y de mi hermanito Ra�l y les explicar� a continuaci�n.

Mi t�o Federico muri� a los 37 a�os de edad, es decir hace unos 25 a�os, era como
mi madre un tanto bajo de estatura, le dec�an tap�n de alberca, delgado, de
bigotes, moreno, pelo corto, una verga que para mi edad la consideraba gruesa y
larga, dir�a unos 15 o 16 cent�metros, muy cari�oso, atento y sab�a ganarse a todos
con su personalidad, generosidad y buen sentido del humor, irradiando confianza y
un sentido de amistad profundos.

Mi t�o Federico siempre llegaba a la casa con dulces, v�veres y llenaba esa nevera
de cosas para nosotros, era muy educado y hasta parec�a inofensivo, mi madre le
dec�a que mucho cuidado conmigo que me corrigiera, que me fuera ense�ando a coger
el l�piz para que entrara a la escuela sabiendo de todo un poco, as� fue que apenas
mi madre se iba �l se desnudaba totalmente y hac�a lo mismo conmigo, nos �bamos a
la cama a jugar, todo para m� era perfecto, cosquillas, me besaba mi boquita y
dec�a que sab�a a leche, me lam�a por todo mi cuerpecito, inclusive mi ano nunca se
escapaba, met�a su lengua y un dedo cosa que me hac�a sentir sensaciones
diferentes, me hac�a que le cogiera esa vergota bien parada, lo hac�a a dos manos,
torpemente yo intentaba y casi no pod�a rodear esa cabezota, tambi�n me hac�a que
se lo mamara, entender�n que por ni tierna edad e ingenuidad casi no pod�a, solo la
puntica, la cabecita y nada m�s, cuando se ven�a me hac�a chupar esa leche, sin
embargo me daban arcadas de v�mito y optaba por cerrar la boca y escupir, luego me
limpiaba y me hac�a ba�ar junto con �l en la ducha y me llevaba al parque a comer
helados, me compraba juguetes, ropa, zapatos y claro, yo feliz y encantada con mi
t�o, sin entender nada de lo que realmente ocurr�a, pero, cada d�a m�s encari�ada y
experta en esos quehaceres. Otra forma de mi t�o dar rienda suelta a sus instintos
salvajes conmigo era que siempre llevaba paquetes completos de dulces llamados bom
bom bun, que son un palito con una bola en el otro extremo, se los met�a a la boca
y luego me los pasaba por mi rajita para limpiar con su lengua experta en lamerme,
lo iba enterrando lentamente hasta donde pod�a y lo sacaba lentamente para lamerlo
o ponerlo en mi boca para que chupara ese dulce empapado de un sabor extra�o y del
cual me acostumbrar�a a saborear. Como este era el juego predilecto de mi t�o y as�
transcurr�a mi infancia, feliz, de tener esas experiencias sin interrupciones, a
rienda suelta y a todo dar.

Mis padres, los recuerdo que ten�an una vida sexual aceptable, cada rato ve�a a mi
pap� desnudo, a veces la ten�a bien parada otras no, yo me hac�a la que no era
conmigo, a veces cuando se lo ve�a bien parado y se daba cuenta que lo miraba,
trataba de taparse para disimular, a veces cuando mi padre me alzaba entre sus
piernas sent�a que se le pon�a duro, yo para molestarlo se lo aplastaba mientras
hac�a que me acomodaba, �l no hallaba qu� hacer, con mi t�o Federico pasaba igual
pero �l s� se dejaba apretar esa cosa, ya saben el por qu�, a veces entraba a la
habitaci�n de mis padres, unas veces mi padre estaba encima y algunas mi madre, se
arropaban y se volteaban r�pidamente, cierta vez vi a mi madre estaba dando una
mamada a mi padre, ella no supo qu� decir, solo se ech� una cobija por la cara y
tap� la verga de mi padre, yo me sal� al tiempo que me dec�an que me saliera, luego
mi madre dec�a usted qu� vio? Le dije: nada mam�, �seguro?, me pregunt� ella, Si
se�ora, nada, mi padre no dijo nada al respecto. Por mi parte era costumbre salir
corriendo dentro de la casa desnuda totalmente, mis padres me gritaban y se
rasgaban sus vestiduras para hacerme cambiar ese gusto, china %&# eso o china x$#&%
lo otro eran sus gritos para disciplinarme y les era imposible, acto que termin�
por solicitud expresa de mi t�o Federico, dijo que eso m�o y de nadie m�s, yo con
�l era muy obediente, pero no me importaba que me vieran desnuda. Con mis padres en
esta �poca no hubo nada de contacto que pudiera ser considerado abusivo o de
maltrato, aunque m�s adelante y ya en mi edad juvenil observ� algunas cosas de
infidelidad de ambos dos y se las contar� en otra oportunidad. Esta fue mi
experiencia sexual con mis padres, quer�a dejar ese comentario.

Pasaron los a�os y lleg� mi hermanito, mi t�o Federico segu�a con sus trabajos
abusivos hacia m�, yo encantada y calladita con mis padres, quienes no sospechaban
nada; igualmente se ofreci� a cuidar a mi hermanito para que mi mam� pudiera
trabajar y conseguir para la cuota inicial de una casa propia para nosotros, ella,
mi madre encantada y agradecida con mi t�o, ella dejaba todo listo, biberones,
leche, agua en termos y le facilitaba las cosas a mi t�o, �l hac�a las esas labores
y un d�a lo volvi� a ba�ar, cosa que mi madre ya hab�a hecho, me llev� a darme una
clase nueva, dijo mira mi z�ngana, as� me dec�a, esto lo debes aprender a hacer muy
bien, es la base de tu felicidad futura, lo vi meterse el peque�o miembro de mi
hermano Ra�l en su boca y mam�rselo con bolas y todo, luego me acerc� y dijo que lo
hiciera yo, sin renegar y encantada lo hice, mi hermano apenas daba patadas,
seguramente del placer que sent�a.

Este ejercicio se repet�a todos los d�as, desnudos todos, pero mi chochita segu�a
intacta al menos virgen de penetraci�n, por fuera era una experta ya.
Cuando mi hermanito cumpli� dos a�os y se celebr� con un pastel, galletas, globos,
vino y m�sica, que llev� mi t�o Federico, todo lo compraba �l, me dijo mi t�o,
z�ngana, te tengo un regalito muy especial, gracias t�o le dije, mu�streme, ahora
que su mam� se vaya a trabajar, es as� que mi madre sal�a a trabajar, mi t�o se
desnud� y me hizo desnudar, comenzaron nuestros besos apasionados, yo ya hab�a
aprendido a besar rico, seg�n �l y hasta mi lengua utilizaba como una maestra, eso
me dec�a, estando en esos juego acostados en la cama me hizo sentar encima de su
vergota bien templada que ten�a, como mi peque�a chochita estaba empapada por la
emoci�n de los besos, cosquillas y lengua que me daba por todo mi cuerpo, se me
enterr� esa cosota descomunal entre mis entra�as, un grito de dolor sali� de mi
garganta, ayyyy, creo que por lo menos � partes se me enterraron en mi humanidad,
sangre, l�grimas y llanto era mi regalo de ese d�a, mi t�o se apresur� a sentarse
sin permitir que yo me desenganchara de su verga y me consent�a con palabras de
cari�o, caricias, abrazos, besos y me fui tranquilizando un poco, me meti� un dulce
de chocolate en la boca y las cosas se fueron calmando aunque segu�a con esa
incomodidad entre mi cuerpo, comenz� a hacerme subir y bajar, yo segu�a llorando,
gritaba, s�queme eso que mata, �l parec�a no inmutarse ante mis reclamos y segu�a
bombeando su verga entre mi cuerpecito, cuando la sac� por fin pude verla llena de
sangre, le dije con voz tierna y dulce, me voy a morir?, nooo me dijo, no seas
bobita mi z�ngana hermosa, es tu primera culiada de muchas que te esperan en la
vida, nos ba�amos y segu�a saliendo sangre cada vez con menos intensidad, �l me
colocaba papel higi�nico y al rato pas� y volvimos a jugar y atender a mi hermanito
que lloraba, como siempre su mamada se la ten�a que hacer por instrucciones de mi
t�o, el premio de siempre, helados, dulces, juguetes, besos, caricias y ahora
verga. Ese mismo d�a me esperaba la otra sorpresa, aunque menos traum�tica para m�
y por qu� no, igual de deliciosa, mi hermanito se volvi� a dormir y volvimos a la
cama a besarnos apasionadamente, como siempre, me hizo poner en cuatro patas y su
lengua cay� sobre mi peque�a chochita y mi ano, sent�a su lengua taladrar mi culito
y no sab�a qu� hacer ni qu� decir de las hermosas sensaciones que sent�a en ese
momento, cuando con sus propias babas fue abriendo paso entre los esf�nteres de mi
culo y un dedo se fue deslizando m�s lentamente que lo ocurrido con mi chochita,
eso lo hac�a siempre, muy delicado, yo feliz disfrutaba esa penetraci�n hasta que
el dedo se clav� totalmente, luego empez� otro dedo a buscar el mismo camino,
siempre sent�a que escup�a o echaba algo fr�o, era lubricante pero, no lo sab�a yo,
�l no paraba de trabajar, yo no paraba de gozar, cuando pudo meter los dos dedos
empez� el frenes� para adentro y para afuera, yo sent�a que algo se me sal�a y se
volv�a a acomodar nuevamente, hasta que par� de hacerlo y volvimos a acostarnos,
me hizo acomodar sobre su verga pero esta vez se abri� paso por mi culito, que ya
estaba lubricado, caliente y abierto, dispuesto para recibir esa tranca, cosa que
hizo sin protestar, se me fue todo y empez� el sube y baja, yo sudaba, me retorc�a,
sent�a que estaba defecando y no pod�a parar, apretaba mi barriguita, mi est�mago,
sent�a un nudo en la garganta, cuantas emociones sent�a en ese momento; mi garganta
siempre estaba con sed de las emociones tan ricas y deliciosas que sent�a; me hizo
abrir de piernas y se arrodillo frente a m� y se inclin� para met�rmela en mi
chochita, me dol�a much�simo, pero no pod�a hacer nada, creo que tampoco quer�a
hacerlo, me la volvi� a meter a su antojo, sent�a ese vaiv�n entrando y saliendo de
mi humanidad, dolor, placer, sudor, jadeos, el dolor parec�a desaparecer por
completo a ratos, la sangre tambi�n dej� de salir, solo sent�a cierta resequedad
por dentro, que algo me quemaba, hasta que empez� a agitarse y quejarse, sent� algo
caliente dentro de m� y sus quejidos y resoplidos, no sab�a ni entend�a nada de lo
que pasaba en ese momento, pero asum� que era su leche saliendo, se volte� y dijo
ah� est� su premio, te gust�? le dije y por eso me hizo llorar?? Me bes�
apasionadamente como a manera de disculpa y fuimos al ba�o, la sangre dej� de salir
totalmente, ese d�a me la meti� por mi chochita no menos de unas cuatro veces,
aunque solo se vino una sola vez, yo le dec�a que hab�a sentido y �l feliz me
abrasaba y besaba apasionadamente, como siempre nuestro secreto segu�a seguro por
nuestras bocas, nadie sab�a ni sospechaba nada, mi pobre chochita dur� dolorida e
inflamada por varios d�as, al igual que mi culito sent�a incomodidad para ir al
ba�o, todo pas� con los cuidados de mi t�o y sus caricias.

Ese seguir�a siendo por mucho tiempo, mi trabajo con mi t�o, mamada a mi hermano,
aunque �l ya iba creciendo y sal�a corriendo a jugar con sus juguetes, parec�a no
gustarle y nos evad�a, en oportunidades se iba con mi madre y yo iba a la escuela,
mi t�o me recog�a voluntariamente y me llevaba a mi rinc�n de amor, que era la cama
matrimonial de mis pap�s, la misma en la que yo los encontraba haciendo sus cosas.

Mi promesa de siempre, no le cuentes a nadie esto que estamos haciendo, es nuestro


secreto, mi lonchera iba llena de manjares que yo compart�a con mis amigas y
compa�eros de clase, todo, cual ni�a rica, yo ni me imaginaba que era para
mantenerme calladita, pero estaba tan amaestrada que seguramente ni por presi�n
hubiera confesado esa delicia que estaba teniendo.

Sobrar�a decir que mi t�o me preguntaba siempre y como a manera de celos si me


gustaba alg�n chico de la escuela, yo le dec�a que todos, y parec�a enfurecer, le
dec�a que ninguno y se tranquilizaba, y siempre sentaba en sus piernas en frente de
mis padres, ayud�ndome a hacer mis tareas escolares y presto a sacar dinero si
faltaba algo en casa, mi padre era muy callado y casi no se met�a en nada, mi madre
pensaba en su trabajo o sus cosas y mi t�o me manejaba a su antojo, yo siempre
sent�a esa verga de mi t�o bien parada, por eso no se me hac�a extra�o de sentir
eso duro en mis nalgas o piernas; desde aquella vez y hasta que ya ten�a 8-9 a�os
segu�amos en la misma jugada, chocha y culo al antojo de mi t�o, leche por donde
quer�a, mi cara, mi culo o mi chochita y dinero no me faltaba, ni a mis padres,
nada de carencias tuve en esa �poca, que por cierto recuerdo con placer, tristeza y
a�oranza, a partir de los 8-9 a�os se lo empez� a meter dentro de una bolsa
pl�stica y all� quedaba toda la leche, leche que yo a veces tomaba pero el sabor a
caucho no me gustaba, era el uso de condones, � otra experiencia y otra ense�anza
para mi vida, el aprender a exigir cond�n, � otras veces la sacaba y la beb�a
directamente de su verga y as� la disfrutaba mucho mejor, me la echaba en mi carita
o mi cuerpo y con la mano la extend�a hasta que se secaba y comenzaba a atirantar
mi delicada piel.

Mis bellos p�bicos empezaron a salir y �l me ense�� a quitarlos con una cuchilla de
afeitar de pap� y echar luego una crema para evitar la rasqui�a, � otra ense�anza
de vida que ni mi pap�, ni mi madre hicieron, � termin� mi escuela primaria a los
12 a�os y mi t�o todo orgulloso al lado m�o, yo feliz y dichosa, pues entender�n
que estaba enamorada hasta m�s no poder, sumisa, lista y presta cual puta de
profesi�n insaciable, a los pocos d�as mi felicidad se rompi� abruptamente al
enterarme de la muerte violenta de mi t�o, lo hab�an matado de varios tiros, un
pap� dolorido y ofuscado se enter� que mi t�o hab�a violado a su hijo y opt� por
quitarle la vida y dejarme viuda a los 12 a�os, mi dolor ha sido tan tremendo que
a�n no supero la ausencia de mi violador amoroso y responsable que tuve desde
tierna edad, el mismo responsable de que mi vida amorosa sea un tanto insaciable,
ni con mi esposo siento el mismo placer y obviamente desde aquella fecha de mi
viudez, mi vida sexual se desorden�, he conocido muchas vergas y de todos los
calibres, me he besado con chicas y nada de eso supera ese vac�o dejado por mi t�o,
el lado positivo es que tengo muchas historias para contar a los lectores pajuelos
que rondan por aqu�, encantada de echarles una manita en sus lujuriosas mentes,
historias reales y verdaderas, la historia de hoy es para que aquellos que tienen
hijos sepan cuidarlos o ense�arlos como hizo mi t�o, cada quien tomar� sus
decisiones, yo agradezco lo que me ense��.

Cualquier comentario lo leer� y tratar� de responder si lo considero necesario. Un


abrazo y un beso de Sandra la Z�ngana, aunque nadie o muy pocos lo saben o me
volvieron a decir as�, pero en mi interior a�n resuena ese apodo.

Espero que les guste este relato y desde ya empiezo a recordar y acomodar otros
relatos de mis vivencias escolares, de familia y personales, pues creo que nac�
para esto y del cielo me llueven oportunidades, experiencias er�ticas y sexuales
que merecen ser contadas, espero y no te las pierdas.

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