La Idea Europajulien Benda

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e n s ayo

la idea de europa
de Julien Benda
Jan-Werner Müller

E
n 1933 Julien Benda pu- Benda, no obstante su ostensi- cundos, según parece–han de ser tribuido más a la reputación
blicó un escrito, hoy poco ble claridad cartesiana, acabó salvados de sus múltiples, quizá póstuma de Benda que cualquier
recordado, titulado Dis- fundiendo ambas visiones. Y demasiados, escritos. frialdad congénita.
curso a la nación europea. Benda eso es precisamente lo que mu- Sin embargo, el hombre co- Pero, ante todo, el polemista
se había hecho famoso a fines chos defensores de la unidad nocido en su día como “princi- profesional pasó a ser víctima de
de la década de 1920 por la po- europea siguen haciendo actual- pal teórico de la vida clerical de su propio éxito. Su frase “la
lémica en torno a La traición de mente. nuestro tiempo” ha sido también trahison des clercs” eclipsó toda su
los intelectuales, un libro dirigi- acusado de “frialdad congénita” obra restante. Escrito en 1927,
do tanto contra la derecha na- 1. Julien Benda tuvo la desgra- e incluso de ser un consumado este ensayo postula una estricta
cionalista como contra los co- cia de atraer biógrafos y comen- misántropo: se ha dicho que no división entre lo temporal, lo
munistas por haber traicionado taristas desfavorables, por decir- sólo impuso a sus contemporá- materialista, lo terrenal y lo emo-
los ideales universalistas a favor lo suavemente. Así, ha sido cen- neos criterios imposibles de rec- cional, por una parte; y, por la
de intereses particulares de na- surado por su falta de originali- titud moral, sino que también otra, lo universal, lo unitario y,
ción o clase. Con menos de 120 dad, aunque cabría decir que no carecía de la más elemental com- sobre todo, lo racional. Estos úl-
páginas, el Discurso de Benda hizo sino permanecer fiel a su prensión de la complejidad hu- timos valores “clericales” eran
representaba un manual com- propia idea, según la cual un mana y de las sutilezas de la vida también, según él, “estáticos” y
pleto para la construcción de un auténtico universalista nunca moral. Algunas opiniones de “desinteresados”, y eran los que
sistema político supranacional; diría nada original. Los críticos Benda encajan, en efecto, con la había que defender frente a la
pero también presentaba una de de Benda señalan también el caricatura del racionalista en po- pasión por la raza, la clase o la
las visiones más rigurosas e in- hecho, un tanto incómodo, de lítica; o en el mundo como tal. nación.
transigentes de los prerrequisi- que cada uno de los libros de Por ejemplo, este presunto hom- Benda inició su discurso a los
tos morales y psicológicos para este hombre que invitaba a sus me sans coeur fue uno de los po- europeos con el argumento de
la unidad europea. En realidad, compañeros intelectuales a si- cos intelectuales franceses de la que había que considerar Euro-
estas razones no han perdido ni tuarse por encima de las emo- primera mitad del siglo xx que pa, antes que nada, como una
un ápice de su fuerza funda- ciones humanas, desembocara mostró entusiasmo hacia los Es- idea moral y, aún más, como un
mental; y las duras alternativas en una polémica intensamente tados Unidos. Pero ¿cuál era el problema moral. La unificación
que planteaba Benda, tanto personal. Como lo expresó su motivo de este entusiasmo, que europea no podía ser simple-
como las confusiones con las primer gran biógrafo, “su odio Benda expresó en sus diarios mente tratada como un proyec-
que se debatía, siguen entre no- gestó sus libros”. cuando viajó por Estados Uni- to económico o siquiera políti-
sotros, ya sea en el reciente lla- Pero también parece que ese dos pronunciando conferencias co; las realidades económicas
mamiento de Jürgen Habermas mismo odio impidió al “idéolo- a fines de la década de 1930? La debían insertarse siempre en un
para una “Europa romántica”, gue passioné” dejar un legado co- aparente estandarización de la gran marco moral y espiritual.
en el anhelo de Pierre Bordieu herente. A primera vista carica- vida americana, la “falta de his- En este punto, Benda hacía una
de una “Europa más universa- tura del filósofo cartesiano fran- toria” y la “ausencia de ruinas”, alusión explícita al filósofo
lista”, o en las ideas que han cés, Benda tenía una claro “gusto alegaba el escritor francés, per- nacionalista alemán Johann
sido postuladas en relación al por lo rectangular, lo homogé- mitían perfectamente al pensa- Gottlieb Fichte, en cuyo Discur-
tratado constitucional europeo. neo, lo cierto”, como él mismo dor el seguir pensando sin ser sos a la nación alemana se había
En su exhortación a los euro- dijo. Pero fue, de hecho, incapaz “perturbado por lo pintoresco”. inspirado claramente su libro.
peos, Benda detectaba una fun- de construir un sistema; aunque Alojado en moteles que parecían En su opinión, habían sido las
damental contradicción entre la hacía constantemente fe de “ra- todos iguales, el maître-penseur lecciones de Fichte durante la
visiones estrictamente raciona- cionalista”, su aproximación a la podía mantener su atención fir- ocupación napoleónica de Pru-
listas de Europa, por una parte, política era en realidad psicológi- memente enfocada en las verda- sia, y no la pedestre integración
y las románticas, por otra. En ca (y emocional) hasta la médu- des eternas. Estados Unidos era mediante la unión aduanera ale-
las primeras, la unidad europea la. Ensayista y moraliste por na- “detestable” para los artistas mana, las que habían hecho una
se veía como paso inicial hacia turaleza, parecía casi una figura (que, lógicamente, dependían de Alemania unida.
un mundo totalmente carente desplazada hasta el siglo xx des- lo “pintoresco”), pero, según A juicio de Benda, los Discur-
de nacionalidades emotivas; las de la época de Montaigne y los Benda, era un “sueño para el in- sos de Fichte eran nada menos
segundas querían una “nación moralistas franceses. Unos cuan- telectual”. Es probable que este que el “catecismo del naciona-
europea” inspirada en el Estado- tos brillantes fragmentos mora- tipo de dualismos –digamos que lismo”; por consiguiente, reve-
nación europeo del siglo xix. listas –a menudo desahogos ira- un tanto simplistas– hayan con- laban también la inmoralidad

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esencial y, por ello, irremedia- nismo–y la labor moral de des-
ble del nacionalismo. Según él, prenderse de lo particular? ¿O
Fichte había logrado la perver- podía esa labor moral –cuyo re-
sa hazaña de unir nacionalidad sultado principal era una espe-
e inmortalidad sosteniendo que cia de auto-remodelación uni-
los individuos con conciencia versalista– ser desempeñada con
nacional podían lograr la eter- otro objeto que no fuera Euro-
nidad a través de su integración pa misma? Benda nunca ofreció
en la nación. Para Benda, esta una respuesta clara.
idea debía ser moralmente En todos sus escritos pro eu-
repugnante, dado que particu- ropeos, Benda afirmó categóri-
laridad y eternidad eran, por camente que “Europa tendrá
naturaleza, contradictorias. que ser seria o no será”. De esta
Así, intentó situar a la nación máxima se seguían conclusiones
en el lugar que le correspondía de gran alcance: así, sostenía
como asunto puramente tem- que los europeos debían nada
poral y despojarla de los eleva- Julien Benda. menos que desprenderse de
dos y eternos ideales de univer- toda pasión; y afirmaba que,
salismo. proponía una conexión entre tión no radicaba en si las diver- casi por definición, no podría
De hecho, Benda era parti- un universalismo abstracto y sas comunidades existían real- haber poetas de la unificación
dario de la total destrucción del algo llamado Europa. Según él, mente o no, si eran “imagina- europea, dado que los poetas,
siglo xix, en que, según este an- no existía aún un “ser europeo”; das” o reales; la particularidad en su opinión, estaban siempre
tinacionalista declarado, se ha- en palabras suyas: “Europa será en sí misma era moralmente sos- ligados a lo emocional y lo con-
bía producido una completa producto de vuestro espíritu, de pechosa, y era preciso un esfuer- creto. En efecto, tenía una larga
“inversión de valores”. Dicha la voluntad de vuestro espíritu, zo moral colectivo para trascen- lista de lo que él denominaba
inversión había ocurrido, en su no producto de vuestro ser”. Así derla. Por consiguiente, “Euro- los “enemigos naturales” de Eu-
mayoría, bajo auspicios alema- pues, la tarea de “construir Eu- pa” equivalía automáticamente ropa: en lo más alto figuraban
nes: idealismo y espiritualidad ropa” era primordialmente inte- a progreso moral. los dotados de lo que Benda lla-
habían sido sustituidos por ro- lectual, moral y, sobre todo, es- No estaba claro del todo, sin maba “le pittoresque” (pero tam-
manticismo y materialismo; so- piritual. embargo, si había algo espiritual bién simple “diversión”), así
bre todo, el universalismo había Benda alegaba una justifica- en esa Europa como tal; o si era como los amantes de la idea ro-
sido corroído por el nacionalis- ción para la integración del simplemente el esfuerzo moral mántica de “heroísmo” (o lo
mo. Según Benda, había que continente: Europa sería más consciente en pro de que los eu- que él llamada “moralistas del
volver desde Marx a Platón, moral en virtud de ser menos ropeos trascendieran las parti- heroísmo”).
desde una modernidad esencial- particular. Por ello, imploró a cularidades nacionales lo que En suma, la unificación eu-
mente alemana con sus conco- sus colegas: “intelectuales de to- gestaría una Europa espiritual- ropea se concebía como una
mitantes mitos materialista y dos los países, debéis ser voso- mente purificada. En otras pala- victoria de lo abstracto sobre lo
nacionalista a un pasado hele- tros quienes digan a sus nacio- bras, ¿existía una conexión in- concreto; aunque tampoco aquí
nista. La cordura moral exigía nes que se equivocan siempre terna entre Europa y sus pre- se aclaraba si ello era causa o
como mínimo el “desarme inte- por el simple hecho de ser na- suntos atributos, por una parte, consecuencia de una amplia re-
lectual” como respuesta a las fi- ciones.” Y llegó incluso a amo- y el universalismo racionalista à ordenación de valores. Pero sin
losofías chovinistas y beligeran- nestarlos: “Plotino se sonrojaba la Benda, por la otra?; ¿o era la duda requería como mínimo lo
tes que habían difundido por por tener un cuerpo. Vosotros unificación europea meramente que Benda denominó una de-
Europa Fichte y los de su cuer- debéis sonrojaros por tener na- un primer paso en la senda ha- preciación del “monde sensible”
da. ciones”. En otras palabras, Ben- cia el abandono de todas las pa- y de “l’esprit pratique”. Las obras
Esto planteaba la pregunta da quiso imponer a los intelec- siones y particularismos? O, por intelectuales –es decir, raciona-
de por qué “Europa” en particu- tuales europeos el mandato de decirlo de otra manera, ¿existía les– debían primar sobre las
lar debía ser el marco adecuado hacer comprender que la nacio- en algún sentido una “coinci- “obras de sensibilidad”, la cien-
para una vuelta al universalismo nalidad era en sí misma moral- dencia” singular entre Europa– cia sobre la poesía. Según Ben-
prístino. Benda simplemente mente comprometida. La cues- quizá como heredera del hele- da, la ciencia consistía en en-

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contrar la uniformidad dentro ría “la lengua supranacional” no tan importantes como la volun- bría decir, tenían que trabajar
de la diversidad, mientras que la había duda sobre la respuesta: tad cotidiana de formar parte con el material humano existen-
literatura pretendía encontrar la como exponente de lo que se ha de un colectivo político en par- te y hacer a los europeos más
diversidad en lo que parecía llamado “el universalismo lin- ticular. Así pues, lo que venía a receptivos a los ideales correc-
idéntico. Una vez y otra, Benda güístico francés”, era evidente pedir era nada menos que una tos; o, si fuera necesario, mani-
insistió en que la categoría de para él que su Europa racional reescritura general de la historia pular a sus pueblos para que
“Igualdad” debía prevalecer so- elegiría la lengua más racional. de Europa. Las nuevas narracio- acabaran refrendándolos. Como
bre la de “Diversidad”. De hecho, Francia en general nes incluirían a los “buenos eu- lo expresó Benda en una oca-
Simultáneamente, nunca era sin duda “la nation qui rai- ropeos”, y se extenderían desde sión, “es cuestión de oponer al
negó que la reorganización de sonne”. Por ello, los “clérigos” Carlomagno a Napoleón (sien- pragmatismo nacionalista otro
valores que él quería se cobraría franceses estaban también en do éste, según Benda, en reali- pragmatismo, a los ídolos otros
su propio precio. Según él, “Eu- situación óptima para enfren- dad, más europeo que francés). ídolos, a los mitos otros mitos,
ropa será muchos menos ‘diver- tarse y, en última instancia, des- Ahora bien, lo más impor- a una mística otra mística”. Y
tida’ que las naciones, que lo truir las ideologías decimonóni- tante para convencer a los euro- después definía la verdadera la-
eran ya menos que las provin- cas de “originalidad”, “esponta- peos de las virtudes de la inte- bor de los intelectuales con estas
cias. Hay que elegir: hacer Eu- neidad”, “acción” e “invención”: gración era hacer desfilar a los palabras: “hacer dioses”. Incluso
ropa o ser eternamente niños”. los valores románticos mismos “héroes de la idea europea” ante admitía que “sólo venceréis la
Era lógico, pues, que los inte- que Benda situaba en el corazón su mirada mental, con Erasmo pasión nacionalista con otra pa-
lectuales tuvieran el cometido del nacionalismo de inspiración a la cabeza. Europa, como Ben- sión. Ésta podría ser la pasión
de presentar como ridículo y germánica. En virtud de una da no cesó de apuntar, era una de la razón. Pero la pasión de la
moralmente censurable todo lo coincidencia fortuita, sin em- idea; pero, como admitió oca- razón es una pasión, y total-
que Benda condenaba como bargo, esta clase de servicios in- sionalmente, había que amar mente distinta de la razón”.
“divertimento”. Para Benda, las telectuales para una Europa ra- esa idea. De ahí la incesante Esta índole de aparente de-
propias pasiones eran una for- cional y unida también “restau- búsqueda de “héroes de la ra- rrotismo moral (y, más aún, ra-
ma de “divertimento” y por ello rarían entre los europeos la su- zón” como Erasmo; pero tam- cionalista) se avenía mal con el
debían ser ridiculizadas, siem- prema estima hacia la patria ra- bién de ahí la ambigüedad entre ambicioso proyecto de reconfi-
pre, por supuesto, mediante un cional del hombre, el espíritu un universalismo racionalista, gurar la moral europea, un pro-
pensamiento riguroso. socrático y el genio francés.” racionalmente refrendado; y un yecto que, al menos intelectual-
Cabría señalar, en un sentido universalismo racionalista con- mente, parecía coherente y al
2. No sería difícil demostrar más sutil, que la propuesta de cretado, e incluso amado, me- que Benda se dedicó de manera
que el universalismo de Julien Benda venía a ser una proyec- diante historias particulares. generalmente rigurosa. No tenía
Benda se presentaba de forma ción sobre Europa de la famosa fe en el turismo y el comercio
un tanto peculiar, por no decir definición de nación formulada 3. En todos sus llamamiento como métodos indirectos de in-
particular. De hecho, su visión por Ernest Renan. Benda tenía pro europeos, Benda oscilaba tegración política; ésta sólo sería
del mundo no estaba precisa- una concepción enteramente entre dos estrategias para la posible con una reforma cons-
mente depurada de nacionalis- voluntarista de la identidad co- construcción de la polis. Por ciente de la vida interior. Según
mo. Como ha señalado Michael lectiva, es decir, como una cues- una parte, parecía sugerir que la esta estrategia de reforma, las
Walzer, “cuando se trataba de tión de individuos con voluntad unificación europea exigía al fin naciones no podían conservar
los franceses y los alemanes, de convivir y formar un cuerpo y a la postre una amplia renova- nada de su particularidad o sus
nunca era un clérigo desintere- político colectivo. Según Benda, ción de la psicología moral; para “morales nacionales”. El poten-
sado.” Por ejemplo, decía que la anteriores intentos de unificar ser buenos europeos, los ciuda- cial de “fraternización” humana,
reconciliación franco-alemana Europa habían fracasado por la danos tendrían que distanciarse que se manifestaba en el nacio-
–que, sin duda alguna, debía sencilla razón de que “Europa” de lo propio, ser menos egoís- nalismo de modo limitado, de-
producirse primordialmente en no quería constituirse como tal, tas, menos esclavos de sus pa- bía ampliarse sistemáticamente;
el ámbito de lo espiritual– de- o más bien los europeos no que- siones. Por otra parte, en nume- tenía que producirse una supe-
pendía de que Alemania admi- rían ser unificados. La francesa, rosos puntos Benda parecía re- ración general de cualquier
tiera sus errores intelectuales y por otra parte, siempre habían currir a lo que el politólogo “egoisme sacré” y, sobre todo, de
su “pensamiento erróneo”. sido la nación voluntarista por norteamericano Patchen Mar- la voluntad de ser diferentes y
Como tantas veces en los análi- excelencia: los franceses querían kell ha denominado una estra- de enfrentarse a los otros.
sis franceses del universalismo, realmente ser una nación; y la tegia moral de “redirección” o Dado que Benda admitía
los “peligros del particularismo” adhesión a la idea misma de “sustitución”. La construcción que “existir es ser diferente”, se
no quedaban en abstracto sino Francia había permitido repeti- de un sistema político europeo seguía de ello lógicamente que
que se identificaban con algo o damente a los franceses superar exigía que las pasiones fueran “en efecto, Europa será una
alguien en particular; en este la desunión feudal, las invasio- “redirigidas” desde los diversos cierta renuncia de sí mismo por
caso, los alemanes, según Benda nes y las guerras de religión. Estados-nación hacia la “nación parte del hombre, un cierto
inventores del particularismo Pese a todo, Benda no deses- europea”. Los buenos europeos abandono de la existencia en su
como sistema ético. timaba los elementos de la na- podían seguir amando sus ideas modo real por parte del hom-
Más importante aún era que ción, aparte del “plebiscite des políticas; siempre que fueran las bre”. Este es Benda el estricto
el esquema de Benda para la tous les jours”, según la famosa debidas ideas políticas. universalista moral exponiendo
Europa unificada llegara a pare- descripción de Renan. La me- En esta segunda estrategia su plan para una profunda re-
cer más bien un hexágono. moria común –y la amnesia co- era obligada la psicología moral forma de la psicología moral. E
Cuando se preguntaba cuál se- mún– eran, después de todo, y política; los intelectuales, ca- incluso si esta clase de Europa

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pura y universalista no podía “renovación de Europa” firmada vez que entró en escena el po- problema europeo es, en el fon-
lograrse en el futuro inmediato, conjuntamente por Jürgen Ha- tente símbolo –y espacio para do, un problema religioso”. En
todo paso en esa dirección pro- bermas y Jacques Derrida en diversas proyecciones– de “Eu- otras palabras, Europa es –y
duciría, según él, una recom- mayo de 2003. Por una parte, ropa”. No es éste un argumento acaso no pueda ser de otra ma-
pensa moral. En palabras suyas: Habermas y Derrida definían psicológico sino conceptual; el nera– un espacio de proyeccio-
“…hasta una Europa impía será Europa con referencia a valores problema de Benda surge preci- nes múltiples, superpuestas y a
por necesidad menos impía que morales, que supuestamente samente debido a que no trazó menudo inconscientes. La ho-
la nación. Porque exige la devo- iban a permitirle asumir una divisorias entre la pragmática de nestidad intelectual à la Benda
ción de los hombres a un grupo función “civilizadora” compara- la construcción de un sistema no requiere la adopción de una
menos preciso, menos indivi- ble a la de Estados Unidos. Una político y el particularismo mo- u otra estrategia de integración.
dualizado y, consecuentemente, Europa unida sería una nueva ralmente inaceptable. En todo Pero sí exige claridad en la pro-
menos humanamente amado, forma de entidad político-mo- caso, “Europa” sirvió para crear pia posición frente a uno mis-
menos carnalmente abrazado. ral, que podría incluso servir una zona gris sobre la que Ben- mo y frente a los demás.
El europeo amará menos a Eu- como modelo para otros puntos da debió haber arrojado la luz–o
ropa que el francés a Francia o del planeta. Por otra parte, Eu- quizá el láser–de unas distincio- Bibliografía
el alemán a Alemania. Se sentirá ropa aparecía como una nación nes nítidas. Benda, Julien. Discours à la nation
mucho menos definido por el cívica de facto, potencialmente Los defensores de “Europa” européenne (1933, Gallimad, París,
suelo, menos fiel a la tierra. In- sostenida por el “poder de los no están, desde luego, necesa- 1993).
cluso si hicierais una Europa sentimientos” manifestado en riamente cometiendo traición – La Trahison des Clercs (1927; Grasset,
Paris, 2003).
soberana, el dios del inmateria- las calles de Madrid, París y intelectual, pese a las reservas de
lismo os sonreirá”. Londres cuando cientos de mi- los euroescépticos británicos. Derrida, Jacques and Habermas, Jür-
gen ‘Nach dem Krieg: Die Wiederge-
Cabría decir que es la funda- les de personas desfilaron contra Pero deberían tener claro qué
burt Europas’, in: Frankfurter Allgemei-
mental tensión en el pensa- la guerra de Irak en febrero de estrategia es la que prefieren, y ne Zeitung, 31st May 2003.
miento de Benda entre reforma 2003. Las estrategias de redirec- qué esperanzas depositan en un
Finkielkraut, Alain. Cita de Bour-
y sustitución lo que aún late en ción, por un lado, y de reconfi- continente unido. Y en grado dieu. In the Name of Humanity: Reflec-
muchas posturas actuales sobre guración por el otro, parecían no menor tendrían que pregun- tions on the Twentieth Century (Pimlico,
las bondades de integrar el con- irremediablemente fundidas. tarse si comparten el supuesto London, 2001), 98
tinente europeo. Por una parte, de Benda de que la nacionali- Lévy, Bernard-Henri. ‘A Passage To
no ha desparecido la creencia de 4. Como se ha dicho muchas dad como tal es en cierto senti- Europe; The Continent isn’t just on a
que cualquier trascendencia de veces, el estricto dualismo de do éticamente reprobable. Des- journey; it is a journey’, in: Time Inter-
la nación como hecho particu- Benda entre dedicación desinte- pués, podrían también pregun- national, 18th August 2003
lar es deseable. Por ejemplo, Be- resada a los valores eternos y tarse si Europa podría conver- Markell, Patchen “Making Affect
ranard-Henry Lévy afirma que universales, por una parte, y el tirse en un “reino clerical” como Safe for Democracy? On ‘Constitutio-
nal Patriotism”’, in: Political Theory,
nacionalismo particularista y contemplaba inicialmente Ben- Vol. 28, No. 1 (2000), 38-53
“…lo que llamo Europa es lo que apasionado, por la otra, es pro- da; o quizá simplemente en un
me hace sentirme un poco menos fran- Walzer, Michael. The Company of
fundamente problemático. Ex- espacio político de pasiones na-
cés hoy de lo que me sentía ayer. El Critics: Social Criticism and Political
mérito sumo de Europa, en mi opi-
presándolo de modo sencillo, la cionales atenuadas –que equiva- Commitment in the Twentieth Century
nión, sería permitir que un número oposición de razón frente a pa- lía a la frase de Benda “razón (Peter Halban, London, 1989)
cada vez mayor de franceses –aunque la sión y parcialidad no se traduce para los clérigos; pasiones razo-
regla sea aplicable, por supuesto, a los automáticamente en diferencia nables para los laicos”–. Y po- Traducción: Eva Rodríguez Halffter.
alemanes, los italianos, los españoles– entre justicia e injusticia; no di- drían preguntarse asimismo por
pueda decir: “ya no soy francés sino
gamos ya entre moralidad e in- qué se sienten tentados a com-
europeo de origen francés”.
moralidad. partir el supuesto de Benda de
Sin embargo, el llamamiento que Europa es más o menos por
Con este mismo talante, Pie- de Benda en pro de una auto- definición el lugar privilegiado
rre Bordieu, en una conferencia clarificación intelectual y de un para la creación de un universa-
titulada “La internacional cien- sentido honrado del propio po- lismo puro. ¿No es una “Europa
tífica y artística”, había ya apela- sicionamiento en el espectro del universalista” tal, en cierto sen-
do a los intelectuales europeos compromiso intelectual ha con- tido una contradicción en los
en 1991: servado su fuerza moral. Pese a términos? ¿No es la tarea de
su pathos (y sus desafortunadas adscribir valores a la geografía
“…yo quisiera que nos convirtiéra- confusiones filosóficas), Benda también éticamente comprome-
mos en una suerte de Parlamento Eu- formuló una ética del compro- tida –o comprometedora– cuan-
ropeo de Cultura. Europeo en el senti-
do de que éste sería un paso hacia un
miso que puso límites claros a do no francamente contrapro-
nivel más alto de universalización, que una comunitarismo irreflexivo. ducente?
para mí sería ya mejor que ser fran- Pero su propio caso revela tam- Debemos recordar que “Eu-
cés”. bién los límites de un universa- ropa” ha tendido a lo largo de
lismo irreflexivo; o, mejor dicho, los siglos a ser depositaria de
Pero la oscilación más paten- de la tendencia a desplazarse enormes esperanzas morales (y, Jan-Werner Müller es profesor de
te entre estrategias de redirec- desde aspiraciones universalistas en realidad, también religiosas); Teoría Política y de Historia de las
ción y sustitución es la conteni- al tipo de “realismo” y “pragma- después de todo, el propio Ben- Ideas en la Universidad de Princeton.
da en un llamamiento para una tismo” que Benda aborrecía, una da ya afirmó en 1933 que “el Autor de Patriotismo constitucional.

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