De Diego M 2020 Los Psicologos en Formacion en El Quehacer Cientifico Tesis Doctorado
De Diego M 2020 Los Psicologos en Formacion en El Quehacer Cientifico Tesis Doctorado
De Diego M 2020 Los Psicologos en Formacion en El Quehacer Cientifico Tesis Doctorado
SEDE SUR
DEPARTAMENTO DE INVESTIGACIONES EDUCATIVAS
Doctora en Ciencias
En la especialidad de
Investigaciones Educativas
Directora de la Tesis:
Dra. Inés Dussel
El trabajo de tesis está dedicado al Dr. Eduardo Weiss con quien inicié mi formación como
investigadora en el DIE. Tenga por seguro que no le digo adiós, sino hola de nuevo,
esperando que siga acompañándome en mis andanzas en la investigación, en la docencia
y en la vida misma. Su forma de ser conmigo, la relación de confianza que promovía, la
sensación de sentirme colega suya y el cariño estarán siempre. Gracias por todos estos
años de conversaciones interesantes, de señalamientos directos y claros que me sacan
ahora sonrisas, y de todo el cariño que como tutor me brindó.
Agradezco todo el afecto, apoyo y acompañamiento que me dio la Dra. Inés Dussel, la
finalización de este trabajo se la debo a ella. Gracias Inés por impulsarme a escribir y, sobre
todo, por confiar en mí y hacerme ver que podíamos lograrlo. Quiero reconocer también el
apoyo y las enseñanzas que me brindó mi comité asesor: Dra. Ana Luiza Bustamante
Smolka, Dra. Rosalba Ramírez, Dr. Mario Rueda y Dra. Laura Cházaro. Gracias por confiar
en nosotras, leerme con detenimiento y aportar tantas ideas interesantes al trabajo. Me
impulsan a profundizar en los temas abordados y a continuar con mi quehacer como
investigadora. Gracias Doctor Rueda, por todo el cariño que me ha brindado y por abrirme
las puertas de la investigación educativa, gracias por presentarme al Dr. Weiss y buscar
convencerlo de presentarle mi proyecto para la maestría, aunque no abordara el tema de
jóvenes que él esperaba. Gracias Ana Luiza por recibirnos a Manuel, a la pequeña Inés y
a mí en tu grupo de investigación de Pensamento e Linguagem, gracias por acogernos en
tu casa y hacernos sentir en familia contigo y Chico, gracias por ser los abuelos brasileños
de Inés y ahora de Luisa. Gracias Rosalba por sentarte conmigo a revisar mi propuesta de
investigación, por recomendarme lecturas interesantes y por señalar la importancia de una
mirada más amplia para la investigación en instituciones. Y finalmente, gracias, Laura por
brindar conversaciones tan interesantes al trabajo y por compartir tu enriquecedora
experiencia en la investigación sobre ciencia y laboratorios.
iv
Germán Álvarez. Gracias también al Dr. Daniel Hernández-Rosete por leer mis avances y
presentar una mirada crítica y constructiva al trabajo. Por otra parte, quiero también
reconocer todo el apoyo y calidez brindada por parte del personal administrativo del DIE,
especialmente a Rosa María Martínez por guiarme paso a paso y con paciencia en todos
los trámites.
Entre el inicio y fin del programa de doctorado llegaron dos increíbles y fantásticas
pequeñas, Inés y Luisa, mis más grandes alegrías, quienes me hacen pensar día a día que
puedo ser mejor, que tenemos que construir un mundo en el que todas y todos nos sintamos
parte y nos comprometamos para cuidarle. Gracias princesas soñadoras, fuertes y creativas
bailarinas, cantantes y narradoras de historias por acompañarme también en este proceso,
sin ustedes esto no habría sido divertido.
Ser mamá requiere de toda una red de apoyo, ser mamá y cursar un doctorado requiere de
toda una tribu. Gracias a los que encabezan esta tribu y nos guían en nuestro andar: Lilia y
José, los mejores padres y abuelos que se puedan tener. A Lili -mi Ger- y Marco por ser los
tíos más divertidos y cariñosos, gracias por tener siempre ideas geniales para pasarla bien.
A Flor y Nay por llenar de amor a las pequeñas y de sonrisas la casa, gracias por cuidar de
nosotros. A Blanca por apoyarnos siempre, de noche o de día, por ser hermana y tía y
querernos tanto. A Zyanya y Eleonor, a Karla, a Sina, a Kari y a toda la Comunidad de
Acompas por estar ahí aún en la distancia. A Ita, por el amor y por sentirte orgullosa de mí.
A los de Diego, por estar siempre ahí, haciendo de las reuniones encuentros cariñosos.
A Manuel, cómplice en todo este proceso formativo y apoyo invaluable en los momentos
más estresantes. Gracias por las conversaciones, por la aventura en Campinas, por ser mi
compañero de sueños y alegrías y el padre amoroso y juguetón de las peques.
v
Resumen
Abstract
The aim of this dissertation is to present an analysis of the participation processes that seven
Psychology undergrad students at the National Autonomous University of Mexico have in
an experimental research laboratory focused on neurosciences. The laboratory is identified
as a scenario that belongs to the figurative world of experimental research and
psychobiology and neurosciences, and in this sense it is focused on doing basic research
and in training new scientists in Psychology. From the historical-cultural model, the guided
participation of psychologists in training is analyzed, placing special interest not only in the
teaching and learning processes developed in relation to more expert students,
postgraduate students, the head and assistant of the laboratory; but also, in the processes
of appropriation and elaboration of a sense of experience developed by each participant.
Two core activities of the laboratory are analyzed as a research scenario: the experimental
work and the discussion seminar. The gradual process of participation in activities that
promote the appropriation of knowledge, skills and attitudes of the scientific work in the
laboratory are thoroughly described. At the same time, the experiences lived and resignified
vi
by the training psychologists are analyzed by being involved in laboratory activities, in
teamwork and in the construction of a professional projection. Finally, we reflect on the ways
of teaching and learning in relation to the roles assumed by the different members of the
laboratory. The investigation allows to enter the drama that is to say in the contradictions
and dilemmas when participating in the laboratory, in relation to the affections that are built
around these situations and with other members of the laboratory, and place it in relation to
the learning processes and professional development of students.
vii
Índice
Agradecimientos ................................................................................................................ iv
Resumen ........................................................................................................................... vi
Introducción ..................................................................................................................... 12
viii
II.3.2 Observación participante en el laboratorio: dilema en la investigación ............. 63
IV.5.1 Escena 5. Explicación de cómo analizar los videos de las pruebas conductuales
............................................................................................................................... 143
V.3.1 Escena 2. Intervención del Dr. Torres para promover la discusión: ¿Se puede
borrar la memoria? ¿Cómo contestar esta pregunta? ............................................. 166
x
V.4 El seminario como un espacio de apropiación del ser científico ........................... 168
V.5 Afectos y vínculos: el miedo a exponer(se), a las preguntas y a quedar mal ........ 176
VI.1 Resignificando el modelo del aprendiz: entre lo esperado y lo dado ................... 180
VI.2 El jefe del laboratorio: entre el miedo al regaño y el mentor ................................ 187
VI.5 Hacia un modelo solidario del aprendiz: experiencias desde las y los aprendices
................................................................................................................................... 199
VI.6 Las vivencias en las relaciones con los otros al formarse como colega: entre la
solidaridad y la competencia ...................................................................................... 203
xi
Introducción
Esta tesis forma parte de una línea de investigación que he desarrollado desde el 2010 y
que versa sobre la formación profesional de psicólogas y psicólogos en escenarios de
práctica profesional. Desde la perspectiva teórica y metodológica del modelo histórico-
cultural, iniciado y fundamentado por Lev Semiónovich Vygotsky, he buscado comprender
los procesos de enseñanza y aprendizaje en diferentes contextos de formación en la
práctica, centralmente aquellos que he denominado como “co-curriculares”, en el sentido
de que no forman parte del diseño instruccional del plan de estudios de la Licenciatura en
Psicología, pero que sí establecen relación con los contenidos, habilidades y actitudes que
se proponen en la carrera. Las investigaciones las he desarrollado con estudiantes de
diferentes semestres de la Licenciatura en Psicología de la Facultad de Psicología de la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que se incorporan al quehacer
profesional en diferentes escenarios de práctica centrados en la investigación o la
intervención desde los diversos campos de la psicología presentes en la facultad:
Psicobiología y Neurociencias (PyN), Ciencias Cognitivas y del Comportamiento (CCC),
Psicología Clínica y de la Salud (PCS), Psicología de la Educación (PE), Procesos
Psicosociales y Culturales (PSC) y Psicología Organizacional (PO).
12
intercambios dialógicos y entrevistas que realicé a los participantes me di a la tarea de
identificar los significados que los participantes construían sobre la psicología, sobre el
quehacer profesional y sobre la formación profesional; también identifiqué el sentido que
otorgaban a la experiencia de participar en los escenarios formativos.
13
demás miembros de las comunidades de práctica. Así mismo, en aquella investigación
quedó pendiente la identificación y análisis de las tensiones o problemáticas que formaban
parte también de la participación en estos escenarios, que tenían relación con las
actividades mismas, con la dificultad de enfrentar y resolver problemas o el establecimiento
de relaciones de colaboración entre los participantes.
14
Es el cuarto objetivo específico el que representó un reto mayor al requerir de un análisis
centrado en las experiencias personales de los participantes sin dejar de relacionarlas con
el contexto de participación en las que se desarrollaban estas experiencias. En este
aspecto, el concepto de vivencia desarrollado por Vigotski (2018; Veresov, 2017), aunado
con el de situación social de desarrollo (Veresov, 2017) de igual forma propuesto por el
psicólogo bielorruso, resultaron centrales para comprender los caminos formativos de los
participantes. Ambos conceptos parten de criticar la visión dualista que generalmente
impera en las ciencias sociales al separar en su estudio al sujeto de su contexto, o como la
psicología se ha desarrollado, la división entre lo social y lo individual, lo biológico y lo
cultural, lo mental y lo corporal; y de la fragmentación del propio sujeto en su estudio, de
igual forma en psicología, al analizar por una parte lo racional y por otra lo afectivo, o al
subdividir un constructo complejo como el de inteligencia en variables microscópicas que
poco se parecen en lo individual a la inteligencia (del Río & Álvarez, 1994). El concepto de
situación social de desarrollo señala que cada persona tiene una serie de adquisiciones,
capacidades y funciones psíquicas que corresponden al nivel de desarrollo en el que se
encuentran (recordemos muchos de los conceptos vygotskianos surgen de la investigación
del desarrollo en niños), o podemos decir también, que corresponden al grado y cualidad
de apropiación de dichas capacidades. En este sentido, las personas se enfrentarán al
mundo de manera diferenciada; las exigencias del mundo social potenciarán o dificultarán
la participación de las personas. El concepto de vivencia se entiende como la relación que
se establece entre estas características personales y las características sociales del
contexto, en el sentido de que se conforman como una unidad para comprender cómo las
personas se apropian del mundo social en estrecha relación de cómo es que lo significan y
otorgan sentido según sus experiencias, y claro también, del potencial diferencial para
comprenderlo y significarlo. El concepto de vivencia me permite a su vez colocar en relación
lo cognitivo y lo afectivo al establecer que ambos aspectos conforman a la experiencia y
que son fundamentales en la construcción del sentido que otorgamos a lo que nos sucede.
15
su propio camino de formación. Destaca entonces el papel activo que los profesionales en
formación asumen para tomar decisiones (p. ej. con qué profesores inscribirse, qué cursos
optativos tomar, en qué otras actividades participar) y la necesidad de proponer espacios y
actividades que promuevan el acercamiento temprano a la cultura profesional, que
reconozcan las capacidades de los profesionales en formación para responsabilizarse y
tomar decisiones en la práctica profesional. Por otra parte, en el capítulo se colocan en
relación los conceptos teóricos clave que guían el análisis de la participación de los
psicólogos en formación en el laboratorio entre los que se destacan el de aprendizaje por
oficio, participación guiada y vivencia. A su vez se presenta una propuesta para mirar el
contexto en el que se sitúan tanto el escenario como los participantes de la investigación,
reconociendo la relación entre la cultura y contextos más amplios en los que está implicado
el laboratorio y el quehacer científico, hasta los aspectos más locales en los que se
desarrollan los procesos de participación en la práctica del laboratorio.
16
han asumido para analizar las prácticas científicas. Se profundiza en lo que se ha
denominado como los estudios en laboratorios (Knorr-Cetina, 1981/2005) que buscan
describir y comprender la vida de los científicos en estos escenarios (Latour & Woolgar,
1979/1995). Posteriormente se presentan antecedentes relevantes en la investigación
sobre formación de científicos que, si bien no se centran en analizar la formación de
psicólogos en este campo, sí representan un repertorio fundamental para comprender los
procesos de enseñanza y aprendizaje en los laboratorios, eje rector de este trabajo de tesis.
En este capítulo se profundiza más en la descripción del laboratorio de Neurociencias al
mostrar un poco sobre su historia y las trayectorias de formación del jefe de laboratorio y la
auxiliar de investigación, quienes son responsables de las actividades de investigación y de
los procesos de inclusión y formación de los estudiantes que participan en estas.
17
establecidas entre sus participantes. En estos capítulos se reflexiona sobre el tema de la
ética en la investigación y la experimentación con animales, la relación que los participantes
construyen entre sí partiendo de discursos contradictorios que van desde el trabajo en
equipo y la colaboración hasta el establecimiento de jerarquías y la búsqueda del
reconocimiento individual.
18
Capítulo I. La Psicología como disciplina científica y profesión.
Aproximaciones al estudio de la formación profesional del psicólogo
19
han tenido del concepto de profesión. En ese sentido, señala como erróneo seguir
abordando a las profesiones como si se trataran de un concepto genérico, sin contemplar
que se transforma a lo largo de la historia, y cuyo origen está enraizado en el desarrollo
industrial angloamericano. Freidson (1983/2001) describe dos conceptos centrales que han
tenido influencia en el siglo XX; el primero que refiere a las profesiones como aquellas
ocupaciones prestigiadas cuyos miembros han tenido una educación superior y que se
diferencian más por su estrato educativo que por sus habilidades ocupacionales. Y el
segundo, que se centra en definirlas por su forma de organización ocupacional en donde
se identifican rasgos institucionales e ideológicos característicos. La primera definición va
de la mano con los sistemas educativos y la organización del trabajo de Europa de finales
del siglo XIX y principios del XX. En países como Rusia, Francia y Alemania lo fundamental
para emplearse era haberse recibido de una institución educativa de nivel superior: haberse
formado en el Gymnasium en Rusia, ser un Akademiker con título universitario en Alemania
o ser egresado de les grandes écoles en Francia. “La identidad principal no se adquiría por
la ocupación, sino por el estatus obtenido mediante la educación de élite, sin importar la
especialidad en particular” (Freidson, 1983/2001, págs. 33-34). En estos países, las
ocupaciones de larga tradición como la medicina o el derecho, en conjunto con las nuevas
ocupaciones que surgían en la época, eran reguladas por el Estado, procurando tanto los
aspectos de formación de sus estudiantes como los aspectos de empleabilidad. Por el
contrario, en Inglaterra y Estados Unidos, las nuevas ocupaciones tuvieron que abrirse un
espacio en el mercado laboral y, así también, organizar y procurar los espacios de
formación de sus nuevos miembros. En estos países se desarrolla la noción de profesión
ligada estrechamente a la ocupación y a la identidad basadas en las particulares
características de cada una de estas ocupaciones (Freidson, 1983/2001). Es en relación
con esta última definición que se han desarrollado la mayor parte de los estudios sobre
profesiones, mismos en los que la definición sobre el concepto de profesión está
estrechamente relacionada con lo que los miembros de éstas delimitan como tal. Siguen,
además, un modelo ejemplar de lo que es el "ideal de profesión", a partir de la cual se
ordenan las demás ocupaciones, delimitando primero si pueden considerarse como
profesiones (Freidson, 1983/2001). De acuerdo con Schön (1998), para finales del siglo
XIX y principios del XX, la medicina y la ingeniería habían logrado establecerse como el
modelo preferido al incluir en su repertorio de actuación los principios de la ciencia
positivista: una práctica técnica basada en la ciencia empírica que se rige por un sistema
hipotético-deductivo.
20
Ante tales definiciones, Freidson (1983/2001) analiza otra posibilidad para construir
una diferente a las anteriores, la cual sería basarse en lo que tradicionalmente la sociedad
y los miembros de las profesiones definen como profesión. La profesión como concepto
“folk” no resultaría ser un concepto definido de manera absoluta, sino que en su
construcción buscaría conocer cómo los profesionales definen lo que es y lo que no es una
profesión, el proceso mediante el cual se convierten en tal y las características con las que
debería de contar. Lo anterior, de acuerdo con el autor, implicaría necesariamente
reconocer que en gran medida dichas definiciones responden a los intereses de los
miembros de las profesiones. Así, según Dingwall (1976 citado en Freidson, 1983/2001) el
papel de los sociólogos de las profesiones no es definir por decreto a la profesión, sino
buscar comprender las concepciones y actividades de los miembros de estas, así como las
formas en que conciben y se relacionan con otras profesiones. Y, sin embargo, menciona
Freidson (1983/2001) limitarse al concepto folk tampoco es suficiente, por lo que propone
que en el trabajo de la construcción de una definición diferente a la tradicional se involucren
perspectivas teóricas que ayuden a identificar qué características o atributos comparten las
profesiones que las diferencian de las ocupaciones, y cómo es que estas últimas se
desarrollan y mantienen como profesión.
En 1964, Wilensky (1964) propuso ciertos criterios con los que una ocupación
debería de cumplir para ser considerada una profesión: 1) ser ejercida a tiempo completo;
2) contar con espacios universitarios de formación que ofrezcan tanto aspectos teóricos
como prácticos; 3) consolidarse en una asociación profesional, lo cual implica entre otras
cuestiones, la definición de su quehacer, de manera que se diferencie de otras profesiones
u ocupaciones similares; 4) contar con una normativa regulada legalmente en la que se
21
incluyan aspectos de licencia y certificación; y 5) contar con un código ético de regulación
de su quehacer. Por su parte, Hickson y Thomas (1969, citado en Macotela, 2007) reiteran
estos aspectos al hablar de criterios disciplinares, normativos, relacionales y gremiales con
los que deben de contar las profesiones. Cabe resaltar el criterio relacional al proponer
delimitar las actividades e interacciones al prestar servicio a sus clientes como aquellas
implicadas en el trabajo con colegas, por ejemplo, la difusión de su trabajo. En este último
punto pareciera que se hace presente la idea de la investigación y difusión de resultados
dentro de las propias profesiones. Flexner (1985 citado en Macotela, 2007) comparte de
manera similar los anteriores criterios, aunque resalta el hecho de que la aplicación de las
técnicas nunca se trata de una actividad mecánica, sino que responde a una operación
intelectual que se adapta de manera responsable para cada usuario.
De acuerdo con Sinclair, Simon y Petifor (1998, citado en (Becerra, 2008) las
profesiones pueden entenderse como un conjunto de personas que brindan un servicio a la
sociedad y públicos específicos y que comparten conocimientos y habilidades
sistematizados y generalizados, mismos que han sido adquiridos en el ámbito académico y
con la experiencia laboral.
22
I.1 La Psicología como ciencia: breve recorrido histórico
2 Es importante aclara que esta es la historia fundacional que tradicionalmente se enseña en la Facultad de
Psicología de la UNAM, representa una forma de buscar los orígenes y fundamentación de una psicología
experimental, de corte conductista, que buscó prevalecer como campo dominante en la formación de
psicólogos. Representa una historiografía de la psicología, que a diferencia de la historiografía en psicología
que realiza Kurt Danziger (2013; 1994) no aborda las historias de las diferentes subdisciplinas y tradiciones en
psicología.
3 El término fue inicialmente propuesto por Wilhelm von Humboldt a principios del siglo XIX y designaba el
estudio del “espíritu del pueblo.” De acuerdo con von Humboldt, pensamiento y lenguaje estaban íntimamente
relacionados y conformaban modos de actividad en cada grupo cultural (Cole, 1999).
23
fundó a su vez el primer laboratorio de psicología en Estados Unidos. Principalmente se
dedicó al estudio de las funciones de la conciencia mediante la introspección y reporte de
los procesos mentales. El funcionalismo propuesto por James tendría una fuerte influencia
en la psicología aplicada que, durante la primera mitad del siglo XX, cobró especial
relevancia en Estados Unidos a partir de los trabajos de Hugo Münsterberg (1863-1916) en
educación, psicología clínica y en escenarios laborales; y los de James McKeen Catell
(1860-1944) con los test mentales en el estudio de las diferencias individuales (Sáiz, Sáiz,
de la Casa, Ruiz, & Sánchez, 2009).
24
Finalmente, la psicología científica rusa tuvo como figura central al médico y fisiólogo
Ivan Petrovich Pavlov (1849-1936) quien realizó aportaciones relevantes por medio de la
reflexología y la propuesta del reflejo condicionado, que tuvieron una gran influencia en la
psicología experimental de occidente, sobre todo para el posterior desarrollo del
conductismo (Sáiz et al., 2009).
Para finales del siglo XIX, la psicología se encontraba todavía muy relacionada con
las disciplinas que la nutrieron en su conformación, sin embargo, se le buscaba posicionar
como una disciplina científica independiente que a su vez pudiese establecerse ante la
sociedad como una profesión capaz de aplicar el conocimiento científico y así cubrir
necesidades o resolver problemas en distintos escenarios. Justamente la psicología de la
primera mitad del siglo XX, sobre todo la estadounidense, se caracteriza por el marcado
interés en su aplicabilidad en diferentes escenarios sociales como el educativo, laboral,
militar y clínico. La psicología aplicada, inspirada en sus métodos experimental, estadístico
y clínico, permitió no sólo extender sus instrumentos como las pruebas mentales, sino las
habilidades y los conocimientos especializados de la joven disciplina y profesión psicológica
(Danziger, 1994).
25
paradigma conductista que empezaba a cobrar más fuerza tanto en las actividades de
investigación como de formación de los estudiantes de la licenciatura (Landesmann,
Hickman, Parra, & Covarrubias, 2006). A la vez, durante este periodo de transición, la
psicología en la UNAM estaba en búsqueda de una identidad disciplinar (Cueli, 1983) y
pretendía difundir dicha identidad ante la sociedad al profesionalizarse. Como coordinador
del Colegio durante ese periodo, el psicoanalista José Cueli impulsa “el desarrollo de una
psicología nacional para marginados” (Cueli, 1983, pág. 20) para intervenir en los
problemas sociales del país, a partir de la cual se formara a estudiantes en la práctica
situada en escuelas, hospitales e industrias.
El plan curricular de 1971 incluía una formación inicial de seis semestres en los que
en gran medida se estudiaban procesos básicos desde una óptica conductual, sumándose
a ésta una perspectiva psicobiológica de la conducta. Los siguientes cuatro semestres
posibilitaban la especialización en las áreas de experimental y psicofisiología, además de
otras como la clínica, educativa, social y laboral. La corriente psicodinámica era la otra gran
fuerza paradigmática que regía a la facultad. Según (Zanatta & Camarena, 2012) la
tendencia formativa durante los 70 se vio marcada por una oscilación entre el conductismo
y el psicoanálisis, para principios de los 80 se buscó incorporar otras tradiciones en
psicología, aunque la influencia del conductismo prevaleció en la facultad.
Dentro del campo de las profesiones, la psicología tiene un estatuto particular. Tal parece
que la psicología se encuentra en una constante crisis, o por lo menos así se ha señalado
al problema que presenta la disciplina para definir su objeto de estudio y por tanto su
metodología. Ya desde principios del siglo XX el reconocido teórico de la psicología, Lev
26
Semiónovich Vygotsky4, describía la crisis en su escrito “El significado histórico de la crisis
de la psicología. Una investigación metodológica”. En ese entonces- y tal como sucede en
la actualidad-, se presentaban diferentes escuelas o enfoques psicológicos, cada una con
un objeto de estudio propio, con un lenguaje que parecía similar al hablar de memoria,
mente o lenguaje, pero con significados epistemológicos muy diferentes.
4 El apellido del autor se escribe de diferentes formas dependiendo de la región que lo nombre. En el presente
texto se escribirá “Vygotsky”, según la tradición norteamericana, sin embargo, se respetará la forma en que
cada edición de las obras citadas lo presente.
5 Iván Pavlov es considerado como el fundador de la reflexología. Es más recordado por sus experimentos
sobre salivación y reflejos gástricos en perros, del cual surge el concepto de reflejo condicional, mismo que se
volvió más conocido por el uso metodológico que le dio John B. Watson para buscar fundamentar el
Conductismo. Sin embargo, Pavlov tenía la premisa fundamental de mostrar las bases fisiológicas del
comportamiento.
27
fundamentales y de una sistematización de los conceptos psicológicos, Vygotski
(1991/2013) se pregunta si la disciplina requeriría de contar con una psicología general que
buscase relacionar y regular a todas aquellas psicologías particulares al concentrar los
dominios de la psicología.
28
el nivel de análisis (nomotético o ideográfico); d) el papel del psicólogo como científico o
como profesional; e) la clasificación de la psicología en relación con otras ciencias (ciencia
natural, ciencia social, ciencia del comportamiento o humanidades).
Generalmente se asocia a la psicología con el campo de acción más reconocido, sea por
parte de la cultura popular o por acercamientos como usuarios, es la psicoterapia la que se
presenta como significado de la disciplina. Muchos estudiantes ingresan a la carrera con la
idea de formarse como terapeutas en el campo de la psicología clínica (de Diego, 2015;
Macotela, 2007), aunque al mirar los planes de estudio de diferentes Instituciones de
Educación Superior, quizá cambien su orientación al darse cuenta de que la disciplina es
mucho más amplia que eso. Sin embargo, el perfil de egreso y los campos de
especialización que se imparten varían entre las instituciones, así como el énfasis colocado
en los mecanismos de formación dentro del curriculo.
29
Como muestra de estas variaciones vale tan sólo señalar que dentro de las
facultades que imparten psicología en la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM), los planes formativos varían de manera relevante. En la Facultad de Psicología,
espacio en el que se realiza la presente investigación, se cuenta con un Plan Curicular
actualizado en 2008 que integra seis campos de conocimiento: Psicobiología y
Neurociencias (PyN), Ciencias Cognitivas y del Comportamiento (CCC), Psicología Clínica
y de la Salud (PCS), Psicología de la Educación (PE), Procesos Psicosociales y Culturales
(PSC) y Psicología Organizacional (PO). El plan se organiza en tres grandes momentos
formativos: formación general, formación profesional sustantiva y formación profesional
terminal. En la formación general los estudiantes reconocen el campo general de la
disciplina y distinguen las principales tradiciones psicológicas. A partir de la formación
sustantiva pueden trazar su trayectoria y elegir entre las materias optativas pertenecientes
a los seis campos de conocimiento, pudiendo así especializarse en alguno de dichos
campos (Facultad de Psicología, UNAM, 2009). El perfil profesional que se describe en el
plan curricular resalta el carácter de aplicabilidad de la disciplina:
30
aplicabilidad en siete ámbitos de ejercicio profesional: 1) Clínica, 2) Organizacional, 3)
Educación, desarrollo y docencia de la Psicología, 4) Educación especial, 5) Salud, 6)
Social e 7) Investigación (Facultad de Estudios Superiores Iztacala, UNAM, 2015).
31
horas de práctica a la semana durante la mitad de la carrera (Vargas, 2001, citado en
(Moreno, 2013).
32
escenario educativo natural, donde se desarrolla bajo la supervisión
directa de un docente capacitado, un proyecto que puede ser de
docencia-servicio o docencia-servicio-investigación enfocado a la
problemática y necesidades de las personas o grupos atendidos y sus
contextos. (Díaz, Hernández, Rigo, Saad, & Delgado, 2006, pág. 22)
En relación con lo anterior, cabe destacar la diferencia en la carga horaria que los diferentes
campos de conocimiento destinan a la formación en escenarios. El promedio de horas
semanales destinadas para ello en CCC es de 9.4 horas, en Procesos Psicosociales y
Culturales (PSC) 6 horas, en Psicología Clínica y de la Salud 2 horas, en Psicología
Educativa (PE) 7 horas y en Psicobiología y Neurociencias (PyN) 3 horas (Jiménez &
Rivera, 2019).
33
semestre, pueden desarrollar habilidades profesionales en los campos de la salud, la
psicología clínica, educativa, social y organizacional.
Son pocas las investigaciones sobre formación de psicólogos en la práctica, y más aún
aquellas centradas en describir los procesos de formación (Elman, Illfelder-Kaye, & Robiner,
2005), la gran mayoría están centradas en los campos de la psicología educativa y la clínica.
34
Desde la psicología educativa y la pedagogía, se ha indagado sobre el desarrollo de
competencias profesionales (Pinilla, 2011); (González & González, 2008); (Zabalza, 2007)
o del desarrollo, aprendizaje y apropiación de artefactos culturales en la práctica (de Diego,
2015; Erausquin et al., 2006); desde la psicología social y la sociología se han comprendido
los procesos de identificación, afiliación y enculturación de los profesionistas en formación
mediante la socialización en las prácticas disciplinares e institucionales (Rodríguez, 2014)
así mismo, otras investigaciones han abordado el tema de la apropiación y desarrollo de la
ética profesional y de las competencias sociales (Durán & Durán, 2012). Por su parte, desde
la investigación educativa, Moreno (2013; 2018) realiza investigaciones de las prácticas
supervisadas de psicólogos educativos y de psicólogos clínicos en la FES Zaragoza. En su
trabajo, muestra el papel que tiene la orientación psicoeducativa, en términos de prácticas
referenciales verbales y escritas durante las sesiones de supervisión, en la intervención que
realizan las y los estudiantes en las actividades prácticas al brindar atención profesional a
estudiantes y a sus familias. Lo anterior permite visibilizar y analizar la conexión entre el
escenario de la supervisión y el de la intervención, y la relación entre sus prácticas. Ramírez
y Saucedo analizan los sentidos y transiciones identirarias que estudiantes de la FES
Iztacala desarrollaron en Psicología Aplicada, destacando como Moreno, los cruces de
contextos analíticos y sociales, entre la teoría y la práctica y, además, de su condición como
estudiantes y su proyección como profesionistas (Ramírez & Saucedo, 2016)
Las diversas investigaciones brindan elementos clave para pensar lo que ya desde
inicios del milenio Díaz, Hernández, Rigo, Saad y Delgado (2006): la necesidad de
consolidar un modelo de formación de psicólogos en la práctica situada basada en un
aprendizaje reflexivo, puesto que afirman que hay una falta de conexión entre el
conocimiento profesional que se imparte en la escuela con aquellas competencias que se
exigen en el campo laboral.
35
que los estudiantes construyen de su experiencia y la relación que tiene con su trayectoria
de formación profesional.
36
1991)—propusimos la metáfora de las escaleras de participación formativa (de Diego &
Weiss, 2017).
37
estudiantes no ingresan en blanco a la carrera, sino que tienen ya conocimientos, intereses
y expectativas respecto a su disciplina. Hablar de una profesionalización temprana significa
asumir que el estudiante es un profesional en formación desde el momento en que ingresa
a la educación superior y que deviene progresivamente en profesional a lo largo de su
educación. Dicha propuesta conlleva a su vez resignificar la relación profesor-alumno en
una relación entre colegas, misma en la que los profesionistas más expertos funjan como
guías y mentores de los profesionales en formación, brindando retroalimentación y apoyo
en la toma de decisiones y en la construcción de sus trayectorias formativas.
Con ello, se invita a proponer que los espacios de formación profesional, como lo son
las aulas y los escenarios de formación en la práctica, promuevan el sentido de pertenencia,
la toma de responsabilidad y la reflexión sobre la práctica y sobre su propia actuación en
éstas. De acuerdo con Labarrere, Ilizástigui y Vargas (2003, p. 55), la acción de la
Profesionalidad Temprana debería de sustentarse en los siguientes puntos:
38
Intervención o participación de los estudiantes en su propio proceso formativo desde
su profesionalidad creciente
El trabajo de investigación que hemos venido realizando en laboratorios de investigación
básica experimental y centros de atención psicoterapéutica en la Facultad de Psicología de
la UNAM, nos ha permitido adentrarnos en los procesos de participación, de aprendizaje y
de apropiación de la disciplina que desarrollan los psicólogos en formación (Rodríguez, de
Diego y Jurado, 2011; de Diego, 2015). Su participación en escenarios de práctica
profesional representa la posibilidad de aproximarse de manera temprana a la cultura
profesional, les brinda la posibilidad de observar y ser partícipes de los objetivos y metas
de dichos espacios, y es una oportunidad para mirarse a ellos mismos como parte
fundamental en las actividades que se emplean para alcanzarlos. La participación gradual
en actividades de mayor complejidad y responsabilidad, que hemos denominado “escaleras
de participación formativa” (de Diego y Weiss, 2017), promueve tanto el desarrollo de la
confianza en sí mismos como psicólogos en formación, como de actitudes y valores propios
de la ética profesional. Asumirse como parte de una meta más grande, sentir pertenencia
a un grupo de trabajo e identificar que su participación tiene implicaciones directas en el
resultado de las actividades son algunos de los aspectos fundamentales para la apropiación
de la responsabilidad que la Psicología requiere.
39
una serie de conceptos y valores consensados en el lenguaje y la sociedad; ese “tercero”
o “gran tiempo” del que nos habla el pensador ruso Mijaíl Bajtín (2000), interviene en nuestra
interacción con las otras personas y con los objetos de nuestra cotidianeidad, siendo esos
otros los que nos otorgan la definición de nosotros mismos.
6 Michael Cole recupera la propuesta de Richard Shweder (1990, cit. en Cole, 1999) acerca de crear una nueva
disciplina llamada “psicología cultural” para lograr colocar a la cultura en el centro y no en la periferia. Acerca
de las formas de llevar a cabo esta psicología, Cole recupera en gran medida las propuestas y líneas de
teorización provenientes de la psicología Histórico-Cultural rusa (Cole, 1999).
40
se pueden separar analíticamente y ordenar temporalmente en variables independientes y
dependientes” (Cole, 1999, pág. 102).
Si bien partimos de que es necesario concebir al sujeto en contexto como una unidad
de análisis completa, al momento de llevar esta propuesta conceptual al análisis de las
prácticas sociales resulta un reto no fragmentarla en su estudio. Para evitar lo anterior,
resulta interesante recuperar la propuesta que hace Barbara Rogoff (1995) para estudiar el
aprendizaje y el desarrollo en la compleja relación entre contextos, prácticas y personas al
identificar tres planos de análisis: el de la comunidad, el interpersonal y el personal. La
autora señala que los planos no se deben de confundir con niveles, sino que se deben de
comprender como focos de atención en la investigación, inseparables y mutuamente
constituyentes (Rogoff, 2012). Es en este sentido que recupero su propuesta para analizar
la participación de las y los psicólogos en formación en un laboratorio de investigación en
neurociencias.
41
A continuación, presentaré los tres focos de análisis referidos y los conceptos clave
que ayudan a comprenderlos y colocarlos en relación con los demás focos analíticos. Sin
embargo, considero importante agregar un foco de análisis más, mismo que permite tener
una comprensión histórica y temporal de las comunidades de práctica en las que se llevan
a cabo los procesos de participación y apropiación de la cultura: los mundos figurados.
42
los discursos, las actuaciones y los artefactos, permitiéndoles cambiar a partir de las
improvisaciones de sus participantes (Holland, Lachicotte Jr., Skinner, & Cain, 1998).
43
experiencias, herramientas y comprensiones sobre la práctica que realizan; y para ello se
relacionan e interactúan entre sí.
De acuerdo con Rogoff (1995) el aprendizaje por oficio (apprenticeship) sirve como
una metáfora para comprender los procesos de participación en la enseñanza y el
aprendizaje en las comunidades de práctica. Este concepto ha sido ampliamente
desarrollado por Jean Lave (2011, Lave y Wenger, 1991); y señala que las personas
aprenden al relacionarse con otros aprendices y al sentirse motivados por implicarse en
actividades de su comunidad. En la investigación que desarrolló con sastres de Liberia
observó cómo los niños y jóvenes aprendices se formaban al participar de manera gradual
en las actividades de la sastrería; primero al observar a sus compañeros más expertos y
posteriormente al realizar tareas sencillas hasta lograr su dominio y hacer otras de mayor
complejidad. Rogoff (1995) advierte que si bien el aprendizaje por oficio puede dar cuenta
de relaciones diádicas entre novatos y expertos, más bien resalta el hecho de que se trata
de un pequeño grupo dentro de la comunidad, con roles especializados y con metas
específicas para relacionar a los miembros de la comunidad con otras comunidades. Estos
miembros pueden ser pares, que están aprendiendo y enfrentando nuevos retos en la
comunidad, quienes se relacionan también con expertos, que a su vez siguen desarrollando
sus habilidades y su comprensión sobre la comunidad y su compromiso en ella. En este
sentido, el aprendizaje por oficio es un concepto que va más allá de las diadas novato-
44
experto, y nos muestra un sistema de acuerdos e implicaciones interpersonales para
participar en las actividades -cultural e históricamente construidas- de la comunidad. “El
aprendiz entra en contacto con los instrumentos socioculturalmente definidos, cuya
utilización exige destrezas específicas que habrá de adquirir el que aprende” (Lacasa, 1993,
pág. 14). De acuerdo con lo anterior, se comprende que mientras va transcurriendo el
tiempo y hay una mayor participación e implicación del que aprende dentro de las
actividades de la comunidad de práctica, mayores son los instrumentos, simbólicos y
físicos, que podrá comprender y utilizar. Esto permitirá a su vez el desarrollo de nuevas y
más complejas destrezas, que de nueva cuenta le posibilitarán tener acceso a otro tipo de
instrumentos, más complejos o elaborados.
Resulta interesante destacar que en este plano o foco de análisis las relaciones
interpersonales no sólo hacen alusión a las interacciones cara a cara, puesto que los
45
aprendices establecen también relación con personas que no están presentes físicamente,
pero que mantienen una relación estrecha con la comunidad o bien que de alguna manera
han dejado una herencia importante. En el caso de las psicólogas y psicólogos en formación
bien podríamos referirnos a aquellos teóricos relevantes que habitan (Holland, Lachicotte
Jr., Skinner, & Cain, 1998) las aulas, las clínicas o los laboratorios, guiando los procesos
de aprendizajes de los estudiantes, y que en muchas ocasiones están físicamente ahí en
forma de retratos o personificados en sus escritos.
46
La observación, demostración, modelamiento e instrucción son actividades
posiblemente más relacionadas con las prácticas formativas del aprendizaje por oficio, pero
que se dejan ver en escenarios de formación en la práctica profesional (de Diego, 2011; de
Diego, 2015; Rodríguez, de Diego, & Jurado, 2011), mismos que se conjugan con
mecanismos formativos cercanos a la academia o vida escolar de la instituciones de
educación superior o vida académica, como los seminarios o sesiones de discusión,
supervisión, evaluación y retroalimentación de las prácticas. Particularmente en los
laboratorios de investigación experimental, las figuras de los pares expertos (estudiantes
de licenciatura y estudiantes de posgrado) se tornan relevantes para el aprendizaje en las
actividades cotidianas (Fortes & Lomnitz , 1991; Thompson, Conaway, & Dolan, 2015, de
Diego, 2015).
47
(Rockwell, 2005) puesto que resalta la naturaleza activa y transformadora de la acción
humana, a la par que lo relaciona con el papel coactivo e instrumentalista de la cultura
(Rockwell, 2005). El término “se refiere a modos de hacer propios, de hacer suyos, también,
tornar adecuados, pertinentes, los valores y las normas socialmente establecidos”
(Bustamante-Smolka, 2010, pág. 43), donde “hacer propio”, de acuerdo con la noción de
Marx y Engels, implica hacer y usar instrumentos, entendiendo así que hay una
transformación recíproca entre objetos y sujetos (Bustamante-Smolka, 2010).
En relación con el carácter activo de las personas que aprenden, resulta de utilidad
recurrir al concepto de sentido, puesto que nos invita a comprender la situación social en la
que ocurre la apropiación y a su vez las características personales del aprendiz. Como se
ha señalado, hacer propios los significados que se comparten en una comunidad no es un
proceso lineal de fuera hacia adentro, sino que se trata de un proceso de comprensión y
uso de estos significados en la práctica, lo cual necesariamente conlleva que los aprendices
elaboren sentidos acerca de aquello de lo que se apropian.
48
propuesta de introducir al sentido dentro de la psicología era el de proponer una nueva
unidad de análisis para la psique humana. Dentro del último capítulo de Pensamiento y
Lenguaje, Vygotsky esclarece aún más la profunda relación existente entre sentido y la
psique al interpretar lo que Frederic Paulhan distingue por significado y sentido:
Si bien el desarrollo del concepto de sentido se vio detenido, entre otras razones por la
muerte de Vygotsky, existen ciertas evidencias de que el psicólogo ruso abría nuevos
caminos de indagación y comprensión, no sólo de la relación entre pensamiento y lenguaje,
sino de la reconceptualización de la propia psique humana:
49
Con el análisis de las afirmaciones de Vygotsky y sus posteriores interpretaciones,
podemos concluir que sentido y significado son procesos diferentes, que se articulan de
diversas formas en el funcionamiento de la psique humana y su actuación dentro de los
entornos. “Los significados, aunque con frecuencia representen sentidos en sí mismos, no
expresan una relación directa, lineal, ni intencional con los sentidos” (González-Rey, 2009
p. 247). Pareciera que al colocar al sentido dentro del aparato psíquico, Vygotsky pretendía
formular una comprensión dinámica del sujeto, entendiendo que no era suficiente contar
con categorías funcionales –como en gran parte han sido interpretadas en occidente- sino
que era necesario desarrollar aún más estas propuestas y articularlas dentro del propio
sistema psíquico. El concepto de sentido pretende realizar una coherente unificación entre
la cognición y los componentes afectivos del pensamiento, a su vez, coloca un énfasis
particular al carácter intencional y volitivo de la actividad humana.
50
Recientemente el concepto de perezhivanie7 o vivencia ha cobrado interés y ha
generado múltiples discusiones entre los estudiosos de la teoría histórico-cultural (Cole &
Gajdamschko, 2016). El interés inicial parece partir de encontrar explicaciones en torno a
un tema que Vygotsky no terminó de desarrollar: las emociones (González-Rey, 2016). Sin
embargo, es necesario precisar que si bien un estudio completo sobre emociones quedó
pendiente, Vygotsky adelantó las bases fundamentales para su análisis. En primer lugar
hay que…señalar la “íntima conexión y dependencia que existe entre el desarrollo de las
emociones y el desarrollo de otros aspectos de la vida mental” (Vygotsky, 1987 citado en
Veresov, 2017, p. 225); y también considerar a las emociones como funciones mentales
superiores y por tanto responden a leyes del desarrollo cultural (Veresov, 2017). A su vez,
como resalta González Rey (2000), las emociones no son conceptualizadas como impulsos
o necesidades de un sistema universal, ni son comprendidas como elementos estáticos y
aislados de otros procesos psicológicos; las emociones son entendidas como un proceso
propio - y no “epifenómeno” de otros procesos- que acompañan el desarrollo psíquico de
las personas. En este sentido se hace comprensible que el estudio de las emociones se
realice a partir del análisis de situaciones sociales de desarrollo, en las que las cualidades
del contexto, de la situación social particular y las características personales –emociones,
cognición, motivación, entre otras- son consideradas como una unidad.
De acuerdo con Veresov (2017) perezhivanie está relacionada con tres aspectos
fundamentales en la teoría histórico-cultural: 1) con la idea del entorno social como fuente
del desarrollo; 2) con la relación que se establece de dicho entorno social y la persona para
el desarrollo de las funciones psicológicas superiores mediante el planteamiento de la Ley
genética del desarrollo; y 3) con el método de análisis centrado en el estudio de unidades
7 Un problema fundamental que ha enfrentado el término es su compleja traducción al inglés, puesto que no
existe una palabra en dicho idioma que logre captar su significado en ruso. Generalmente se traduce como
“experience” (similar a lo que Dewey comprendía por “an experience”, que incluye tanto lo que una persona
hace y vive, lo que ama, soporta y cree, así como lo que hace y cómo actúa, resaltando las diferentes formas
en que vive todo ello) (Blunden, 2016). Así, muchos angloparlantes prefieren utilizar el término en su original en
ruso. Por otra parte, Van der Veer y Valsiner (1994 citados en Veresov, 2017) señalan que perezhivanie se
parece más al verbo alemán “erleben”. En español y portugués se ha traducido como “vivencia”.
51
básicas versus la fragmentación en elementos básicos: vivencia como unidad del conjunto
de características sociales y personales y, a su vez, como unidad de la consciencia.
La propuesta del entorno social como fuente del desarrollo debe entenderse como
una relación, es decir, no se trata de una serie de elementos a ser adquiridos de manera
mecánica como pudiera plantear el ambientalismo ni de una condición de desarrollo, sino
que se trata de establecer una relación entre las formas ideales (una especie de modelo a
seguir o lo que se supone que el niño debe de lograr en su desarrollo) y las formas reales,
presentes en ese momento en el desarrollo del niño o la persona. Dicha relación nos da
cuenta de la “situación social de desarrollo” en la que se pueden analizar las formas y las
vías mediante las cuales la persona entra en contacto con la realidad que le rodea y va
apropiándose de las nombradas formas ideales de desarrollo y va configurando también
así su personalidad (Vygotsky, 1994 citado en Veresov, 2017).
52
el entorno social el que genera el desarrollo del niño, sino que es la relación de dicho
entorno con el niño, con cómo interpreta y se relaciona emocionalmente con las situaciones
sociales. Como se puede notar, en la cita anterior, Vygotsky hace uso de la metáfora del
prisma, resaltando que el niño no es un reflejo de lo social, según la metáfora -presente en
la época- del espejo, sino que la situación social se refracta en la vivencia del niño, la luz
atraviesa el prisma, y en ese sentido, el niño es parte misma de la situación social.
53
carecen de toda una serie de otros elementos que conforman a la conciencia. La vivencia
por su parte, es la “unidad básica de la consciencia o sea el conjunto que incluye la
consciencia” (Vygotsky, 1998 citado en Veresov, 2017, p. 246). En este punto, señalar la
vivencia como unidad básica de la consciencia nos permite comprender que se trata de un
todo en desarrollo en donde los cambios concretos en las vivencias de las personas traen
consigo también cambios concretos en la organización de la conciencia (Veresov & Fleer,
2016). Recordemos que la vivencia incluye elementos tales como las emociones,
motivaciones, pensamientos, construcción de significados, actitudes, entre otros.
Finalmente, hablar de las vivencias como parte misma del desarrollo de las
funciones psicológicas superiores nos permite reflexionar acerca de las cualidades de la
relación entre la persona y el contexto social en la que se promueve la apropiación de la
cultura y el aprendizaje y desarrollo implicado en el proceso. Cuando se habla del entorno
social necesariamente se tiene que hacer referencia a las relaciones sociales que en la
cultura y en los contextos situados se dan entre las personas, y de cómo las otras personas
se presentan ante quien está aprendiendo y las vías mediante las cuales se le presentan
las formas ideales de la cultura. En este sentido, recupero lo que propone Vygotsky en lo
que se ha denominado la Ley genética de desarrollo, la cual nos describe cómo es que
estos encuentros relacionales promueven la apropiación de la cultura:
(…) cada función que interviene en el desarrollo cultural del niño aparece
dos veces en escena, en dos planos; primero, el social; después, el
psicológico; primero entre las personas como una categoría intermental;
luego, dentro del niño como una categoría intramental (…). Desde una
perspectiva genética, las relaciones sociales, las relaciones reales de las
personas, se hallan detrás de todas las funciones superiores y de sus
relaciones. (Vygotsky, 1997a citado en Veresov, 2017, p. 240)
Lo que nos aclara Veresov, en relación con la cita de Vygotsky, es que por plano social no
se refiere a un lugar ni tampoco a un nivel, sino que hace referencia a una relación social
que “se convierte ella misma en función humana individual” (Veresov, 2017, p. 240).
54
es cualquier tipo de relación, sino aquellas que promueven el movimiento aquí descrito, la
colisión, una situación en la que se viva una contradicción, un dilema o incluso un reto en
la comprensión.
El concepto de vivencia, para el caso del estudio del aprendizaje y apropiación del
quehacer científico en el laboratorio, puede apoyar la comprensión de cómo una misma
situación social (la realización de una actividad, un problema o situación crítica en el
desarrollo de un experimento) es experimentada, comprendida y significada de maneras
diversas por los participantes del laboratorio.
55
Capítulo II. El ingreso al laboratorio: observación participante como aprendiz
de investigadora
56
1) identificar y describir las actividades, procedimientos, roles e instrumentos –simbólicos y
físicos- (Wenger, 2001) relevantes en el quehacer de investigación en el laboratorio;
2) comprender los procesos de participación guiada (Rogoff, 1995) que viven los
estudiantes con el acompañamiento de sus pares, pares expertos, estudiantes de posgrado
y del jefe y la auxiliar del laboratorio;
Las preguntas de investigación que han guiado este trabajo se relacionan con el tema
de la formación de profesionales en una disciplina con muy diversos campos de
especialización, en una facultad que ha resaltado la importancia de la formación en
escenarios de práctica, pero que aún no logra consolidarse curricularmente. Se plantea así
el problema de la formación profesional del psicólogo, con múltiples campos y múltiples
escenarios de práctica. A partir de cual se construyen las siguientes preguntas:
57
II.2 Etnografía y hermenéutica en la investigación sobre procesos de
participación en comunidades de práctica
58
menciona en la epistemología cualitativa, con la hermenéutica se busca comprender e
interpretar desde el contexto:
Para Weiss (2017) la noción de una espiral hermenéutica, más allá de la imagen del
círculo, permite ilustrar mejor el camino de la interpretación al dar cuenta de los diferentes
momentos en el que el investigador se enfrenta a los textos: una primera lectura, guiada
con las preguntas iniciales sobre el tema, a partir de la cual surge una comprensión más
sistematizada, en donde las categorías iniciales resultan enriquecedoras. Con ello, se
aborda el estudio de las partes del texto, pero el análisis no termina ahí, pues bien señala
Weiss (2017) que para la hermenéutica el todo no es la suma de las partes, en este caso
la suma de las categorías identificadas. Para otorgar sentido a las categorías se requiere
de colocarlas en relación y percibir a su vez la fuerza descriptiva de cada texto, identificando
que podemos encontrar “eventos significativos” (Weiss, 2017, pág. 647) que si bien no se
repiten constantemente, sí representan aspectos relevantes del hecho investigado. La
identificación de estos eventos significativos y la relación entre las categorías permiten al
59
investigador avanzar en la comprensión y construir “configuraciones de significados”
(Ritsert, 1972 citado en Weiss, 2017) o bien “unidades de sentido” (González-Rey, 2013),
mismos que posiblemente puedan o no coincidir con los que iniciamos la investigación. Es
ahí donde podemos estar inmersos en una vuelta más de la espiral hermenéutica. Este
recorrido de ida y vuelta permite la construcción de unidades de sentido, un entretejido de
significados, que permite al investigador proponer una interpretación de la acción humana.
60
II.3 Técnicas de investigación: la observación participante y la entrevista
61
participación”, “participación pasiva”, “participación moderada” y “participación completa”,
también en función del grado de involucramiento en las actividades que el investigador
realice. Adler y Adler (1987 citados en Kawulich, 2005) por su parte, hablan de grados de
participación según la membresía asignada por la comunidad o el propio investigador:
periférica, activa y completa. Sólo para el caso de la participación completa, la presentación
abierta o encubierta del investigador, se torna relevante al señalar los dilemas éticos que
conlleva el no informar a las personas que en realidad la participación tiene la finalidad de
hacer una investigación. Sin embargo, como señalan Roulet, Gill, Stenger y Gill, (2017) son
pocas las investigaciones que son completamente abiertas o completamente encubiertas,
y más bien se sitúan en algún punto entre estos dos polos. Además, los autores apuntan
que lo abierto y encubierto no sólo está en función de revelar o no la identidad del
investigador (¿quiénes están informados de que se realiza una investigación?), sino
también en la cantidad de información compartida acerca de los propósitos de la
investigación (¿Qué es lo que los participantes saben sobre los objetivos de la
investigación?). En este sentido, podríamos decir que la postura del investigador no es fija,
sino que se asume de acuerdo con las personas y situación observada (Roulet, Gill,
Stenger, & Gill, 2017)
62
derechos que tienen las personas sobre su privacidad e incumple con el principio del
consentimiento informado (Bulmer, 1982; Coser, 1959 citados en Roulet et al., 2017).
Por otra parte, la propuesta de una ética situada brinda la posibilidad de construir
argumentos más allá del binomio correcto-incorrecto y bueno-malo que limita las anteriores
discusiones (Simons y Usher, 2000 citados en Roulet et al., 2017); y apuesta a fomentar la
reflexión crítica continua de los investigadores al diseñar, poner en consideración e
implementar la observación participante con aspectos encubiertos para los participantes.
En este sentido, la ética se torna más como un proceso reflexivo que se relaciona con los
principios y prácticas de cada contexto estudiado, que una serie de normas o reglas
previamente definidas (Nyberg, 2008 citado en Roulet et al., 2017).
8 Con la finalidad de mantener el anonimato del laboratorio y sus miembros, los nombres de todos participantes
fueron cambiados, al igual que el nombre del laboratorio.
63
siguiente es ajustar la logística” dijo el Doctor, invitando ahora a participar
en el diálogo a su auxiliar. El Doctor le resumió la situación: “Ella está
interesada en investigar los procesos de aprendizaje en el laboratorio por
lo que entrará a observar. Le interesaría experimentar lo que los
estudiantes viven al entrar al laboratorio.”
Les pregunté por la forma con la que sería conveniente presentarme con
los estudiantes. El Doctor resaltó que lo mejor sería no generar sesgos
en la investigación (preocupación suya). Yo señalé que desde la
investigación cualitativa eso no representa un inconveniente. Sin
embargo, atendiendo su preocupación, propuse que podría decir que
estaba investigando la vida en los laboratorios, sin dar mayor detalle. Su
auxiliar comentó con seguridad que los estudiantes no son ingenuos y
que se harían preguntas; en su lugar propuso que dijera que estaba en el
Programa de Acercamiento a la Ciencia. El Doctor dijo que podría decir
que estaba de intercambio por parte del Instituto Politécnico Nacional, en
ese programa. Finalmente, la auxiliar dijo que con ello los estudiantes
estarían conformes. [Diario de campo, 08 de febrero 2016]
64
ejemplificar algún contenido de su programa de asignatura. Por ejemplo, en el tema de
estrés, hacer pensar a los estudiantes que realizarán un examen sin previo aviso al actuar
la situación. Sin embargo, el tema de mentir en el sentido de no mostrar las intenciones
reales de mi presencia en el laboratorio ante los estudiantes me generó un dilema ético. Así
se lo presenté al Doctor y a su auxiliar una semana después de la entrevista.
Mi ingreso como aprendiz permitió que siguiera la ruta formativa de los de recién ingreso
al laboratorio, acompañada de dos estudiantes de licenciatura que llevaban ya un año
participando en una investigación experimental acerca de biomarcadores9 del estrés. Mi
9 De acuerdo con Programa Internacional de Seguridad de las Sustancias Químicas, dirigido por la
Organización Mundial de la Salud, un biomarcador se define como “cualquier sustancia, estructura o proceso
que pueda ser medible en el cuerpo, o sus productos, e influir o predecir la incidencia de enfermedades, e
incluso los efectos de algún tratamiento, intervención o exposición ante aspectos del medio” (Strimbu & Tavel,
2010, pág. 453)
65
presentación ante ellas y los demás participantes del laboratorio fue como estudiante de un
posgrado en educación del Instituto Politécnico Nacional que realizaría el servicio social
con ellos, ya que me interesaba conocer cómo se enseña y aprende en un laboratorio.
Después de todo, no estaba mintiendo completamente o al menos eso sentía al buscar
compartir algo sobre mí. Esa misma presentación fue transformándose conforme iba
conversando con los estudiantes, agregaba detalles, compartía intereses verdaderos sobre
la formación en la práctica, hasta que finalmente, cuatro meses después, en una sesión del
seminario semanal del laboratorio, mi rol de investigadora fue revelado. La revelación de mi
presencia en el laboratorio iba a realizarse durante la sesión del seminario en la que
presentaría avances de mi investigación, como todos los participantes hacen en algún
momento, sin embargo una sesión previa a mi presentación el Dr. Torres, después de
conversar sobre el envío de unos abstracts para participar en un congreso se dirigió a mí:
Si bien hubo reacciones de sorpresa por parte de los estudiantes, la relación cordial y
amigable continuó, e incluso, me hicieron saber su interés y gusto por mi investigación,
posibilitándose en otras sesiones de seminario, discusiones interesantes al respecto.
Por ejemplo, dos de ellos, Leonel y Gala mostraron la sorpresa de manera algo negativa,
por una parte Leonel rio de manera nerviosa y afirmó sentir ansiedad pero señaló que desde
su perspectiva el laboratorio permite aprender, a diferencia de otros laboratorios en la
facultad. Por su parte, Gala dijo haber recibido la noticia como “un balde de agua fría”, pero
que “más que traicionadas me sentí mal porque sentí que te explotamos. Vino a una prueba
66
sola”, les comentó a sus compañeros. María me dijo “Lo hiciste muy bien. Porque
estábamos viendo en una clase cómo se hace observación en comunidades, donde tienen
que incorporarse a lo que hacen hasta pasar desapercibido. Y yo pensaba “es lo que hizo
Marisol”. Y es que sí, eras una más”. (Registro de observación, 2016)
¿Oculté mi verdadera identidad? No puedo afirmar que fue completamente así. Por
ello, considerar definiciones cerradas y preestablecidas de posturas o roles del investigador,
en este caso en particular, no aportan mucho para su comprensión. Por su parte, identifico
más un ejercicio de ética situada que acompañó de manera constante las decisiones
asumidas, las relaciones establecidas y los cuidados de proteger en todo momento la
integridad de los participantes del laboratorio.
Sin duda alguna el momento de revelar mi identidad como investigadora fue una
experiencia dominada por el nerviosismo al no saber cómo reaccionarían los participantes,
quienes de alguna forma se habían convertido en compañeros de trabajo y cuya relación
apreciaba.
¿La observación encubierta permitió conocer algo que de otra forma era imposible?
La pregunta me lleva a discutir si hubo diferencias entre lo que pude haber observado y
conversado con los estudiantes desde mis diferentes posiciones, por una parte, como
aprendiz en similar situación que ellos en el laboratorio y como investigadora, con una
posición diferente. ¿Hubieran omitido información en las conversaciones informales?
Posiblemente hubiese tenido que trabajar en desarrollar una relación de confianza, en el
sentido de asegurarles que no sería una portavoz de lo que sucediera en el laboratorio, no
sería “la espía rusa” del Dr. Torres o de la Mtra. Quiroz. Y en ese sentido lograr establecer
conversaciones cercanas que dieran lugar a que los participantes narraran no solo las
experiencias satisfactorias al participar en el laboratorio, sino también aquellas en las que
el desencuentro y el conflicto se hacen presentes. Como podrá verse en el análisis del
contenido de las entrevistas, esta relación de confianza se logró, al llegar a conversar
67
directamente o de manera no tan explícita, sobre las relaciones de poder que se establecen
en el laboratorio, la dificultad para algunos de sentirse parte del equipo, o las
inconformidades que tienen en relación a la forma de trabajo.
Ya hacia la década de los setenta, el sujeto como narrador se convertía para las
ciencias sociales en el eje principal para la indagación del mismo. La narración permite al
investigador identificar y comprender los procesos cognitivos y afectivos, así como las
relaciones sociales que intervienen en su construcción. Además, nos permite entrar al
mundo de los significados y la identidad de los sujetos, comprender las prácticas cotidianas
y su implicación en los procesos de interacción, identificación y reconstrucción personal y
cultural (Aceves, 1994).
68
en la entrevista, de cómo se expresan los sentimientos en el diálogo y de lo que, tanto
entrevistado como entrevistador, creen que se espera de ellos. Un tercer aspecto tiene que
ver justamente con la narración de historias que, en relación con los otros dos aspectos
centrales de la entrevista, se desarrolla de forma más espontánea, estrechamente
relacionada con lo biográfico, la memoria y el testimonio.
De acuerdo con lo anterior, el interés por comprender los procesos formativos desde
la propia voz de los psicólogos que participaron en esta investigación tiene que ver con
conocer desde su experiencia lo que creen que han aprendido, lo que piensan que es la
psicología, el ejercicio profesional y el propio psicólogo; lo que sienten en torno a su
formación y su vida personal, lo que creen que se espera de ellos y lo que ellos mismos
vislumbran como futuro.
69
psicólogos en formación para la realización de una entrevista. Entrevisté a los siete
estudiantes de licenciatura que en ese momento participaban en el laboratorio (cuatro
mujeres y tres hombres). En ese momento una de ellas, Rocío, se encontraba ya en proceso
de ingresar a la maestría, cuatro de ellos cursaban el 6º semestre (Nicolás, Daniela, María
y Gala) y dos el 8º y último de la carrera (Leonel y Carlos). Durante esta entrevista se
abordaron temas como el de elección de carrera, ingreso a la Facultad de Psicología e
ingreso al laboratorio, actividades realizadas en el laboratorio, experiencias relevantes
vividas en su participación y ejemplos de cómo habían aprendido y enseñado (si fuese el
caso) a realizar ciertas actividades, procedimientos y/o contenidos del laboratorio (Ver
cuadro 2.3 para una mayor descripción de los participantes).
Después de una primera lectura y análisis, tanto de las entrevistas como del Diario
de campo, producto de la observación participante, identifiqué, en conjunto con mi asesor
de tesis, que había temas en los que la conversación con los estudiantes debería de
profundizar más y abordar otros que no se habían considerado en esa primera entrevista.
Así, dos años después realicé una segunda entrevista a los mismos estudiantes, quienes
para entonces (junio a agosto de 2018) o se encontraban próximos a titularse de la
licenciatura o bien ya lo habían hecho y estaban estudiando un posgrado o trabajando. En
esta entrevista se abordó el papel del jefe y de la auxiliar de investigación como
acompañantes y guías en el proceso de participación de las y los estudiantes. Pregunté a
su vez sobre las actividades que en ese momento desarrollaban en el laboratorio o bien, de
ser el caso, sobre su proceso de titulación de la licenciatura y las proyecciones académicas
y laborales que tenían o bien iban desarrollando. Finalmente, la conversación durante la
entrevista derivó también en una reflexión acerca de su participación, resaltando
experiencias significativas, aprendizajes y recomendaciones para el laboratorio como un
escenario de formación. Las entrevistas, tanto la inicial como la segunda, tuvieron una
duración de entre 50 a 70 minutos cada una y, con previa autorización de los participantes,
fueron grabadas en audio para su posterior transcripción.
70
abordaron los temas de su formación e incorporación al laboratorio, las funciones que
desempeña, destacando y profundizando en los aspectos de formación de los estudiantes.
Por otra parte, con la transcripción de las entrevistas pude acceder a información
que no se presentó en la observación, profundizar en temas que identifiqué en la
observación y aproximarme con mayor claridad a los pensamientos y afectos de los
psicólogos en formación desde su propia voz.
71
Un primer análisis temático se realizó con base en las actividades que observé
durante mi participación como aprendiz, lo cual permitió identificar categorías clave que
guían la investigación.
Explicaciones in situ
Objetividad en la ciencia
Análisis en triada
72
Clases impartidas a Clase Apropiación del papel docente del
estudiantes de 4º académico/investigador
semestre del curso Evaluación/planeación de las
“Prácticas de sesiones
Psicobiología”
Asesorías por parte de
miembros del laboratorio a
estudiantes del curso
A su vez, realicé la identificación de temas clave relacionados con los procesos formativos
que se desarrollan en el laboratorio.
Cuadro 2.2 Temas y contenido del Diario de Campo por procesos formativos
Revisión de bibliografía
73
teorías y conceptos de las
neurociencias.
En este caso, utilicé una matriz que relacionaba la participación de cada miembro
del laboratorio con el tipo de contenido que expresaba durante sus intervenciones en el
seminario semanal que mantienen y en el que se dejan ver temas interesantes como el de
74
significados sobre la ciencia y metodología, las formas de interlocución entre los científicos
y los procesos de apropiación de éstos.
Si bien la Facultad de Psicología, como figura institucional, tiene como principal objetivo la
formación de profesionales, tiene a su vez la misión de fomentar las labores de investigación
como parte de su función en la generación y transmisión del conocimiento. Por ello, los
profesores desarrollan diversas líneas de investigación en los diferentes campos de
conocimiento que se imparten en la facultad. Los laboratorios de investigación son unos de
los espacios en los que se desarrolla investigación, generalmente investigación básica y
aplicada. A la par, los laboratorios resultan ser espacios de formación de los psicólogos al
incorporar a estudiantes como parte de su equipo de trabajo.
II.5.1 Historia.
El laboratorio está a cargo del Dr. Ismael Torres investigador y docente de la Facultad de
Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México. Realizó sus estudios de
doctorado en Neurociencias en la misma universidad, y en 2011, después de una estancia
posdoctoral en Estados Unidos, se incorpora como docente en la Facultad de Psicología
de la UNAM, año en el que comienza también la solicitud institucional para contar con un
espacio para la fundación de su laboratorio. En este sentido es preciso resaltar que se trata
75
de un investigador joven, de 45 años, y de un laboratorio con una trayectoria en crecimiento
al contar con cinco años de antigüedad al momento de iniciar el trabajo de la presente
investigación (2016). Por su parte, la auxiliar de investigación, la Mtra. Elena Quiroz es una
psicóloga formada en la propia facultad, de alrededor de 33 años, que ha realizado una
Maestría en Docencia en Educación Superior y actualmente (2018) cursa una Maestría en
Ciencias especializada en Neurobiología.
II.5.2 Miembros.
Al momento de realizar la investigación el laboratorio se conformaba por el Dr. Torres, jefe
del laboratorio, la Mtra. Elena Quiroz, auxiliar de investigación, dos estudiantes de
doctorado, Jimena y Román, y siete estudiantes de licenciatura, Carlos, Daniela, Gala,
Leonel, María, Nicolás y Rocío, esta última se tituló durante el periodo en el que realicé la
observación (2016) y entró a estudiar una maestría en Neurobiología, realizando su
investigación en el propio laboratorio.
En la figura 2.1 se muestra una línea del tiempo que presenta los años de ingreso de los
siente estudiantes al laboratorio, así como el semestre que se encontraban cursando al
momento de realizar el trabajo de campo (primer semestre de 2016). Por otra parte, el
cuadro 2.4 profundiza en describir las funciones que tenían en el laboratorio durante dicho
periodo y también durante el 2018, año en que los volví a entrevistar.
76
Figura 2.1 Año de ingreso al laboratorio y semestre cursado (1º a 8º) en 2016 al momento
de realizar el trabajo de campo
2016 2018
77
Carlos 8º semestre Docencia Titulado Sin participación.
Trabaja en la Dirección
Desarrolló su General de Divulgación
proyecto de tesis de la Ciencia y en el
recuperando Centro Nacional de
aspectos del Evaluación para la
proyecto del Educación Superior
biomarcador
78
II.5.3 Espacio.
El laboratorio está ubicado en un edificio de la facultad en un área en la que trabajan dos
investigadores más. Para entrar se abre una puerta con llave que permite el acceso a los
tres laboratorios, al bioterio10 y a un área compartida para la realización de experimentos.
10 Se trata de un espacio físico destinado a alojar y mantener a los animales de laboratorio. El mismo requiere
de cumplir ciertas características para poder brindar un adecuado ambiente en función del tipo de especie
animal que está albergando.
79
del laboratorio; 2) Elena Quiroz, auxiliar del laboratorio; 3) Jimena y Román, estudiantes de
doctorado y Rocío, pasante de la licenciatura a punto de titularse e ingresar a la maestría;
y 4) los estudiantes de licenciatura (María, Gala, Nicolás, Daniela y Carlos). El recuadro del
Jefe del laboratorio no tiene descripción de funciones, de este recuadro sale una línea recta
hacia abajo que se conecta directamente con el recuadro de la Auxiliar de laboratorio, en
donde se leen las siguientes funciones: Docencia; Formación de recursos humanos;
Asesoría metodológica; Diseño experimental; Generación, análisis e interpretación de
bases de datos; Diseño, elaboración y seguimiento de proyectos de investigación; Escritura
de artículos; Organización de eventos de difusión y divulgación; Presentación en foros
especializados; Manipulación de roedores en protocolos experimentales, conductuales y
quirúrgicos. Debajo del nombre de cada estudiante se podían leer las funciones que
desempeñan en el laboratorio y, para el caso de los estudiantes, el tema central de la
investigación en la que participan o de la que son responsables (estrés en 7 de 9 proyectos,
esquizofrenia y uno sobre investigación traslacional centrado en el estudio de un
biomarcador para el estrés). En los recuadros donde están los estudiantes de licenciatura
se podían leer las siguientes funciones: ejecución experimental; recolección y análisis de
datos. Con otro color se marcan funciones relacionadas con la administración y limpieza en
el laboratorio, señalando que son los responsables de ciertas actividades como: elaboración
de presupuestos, elaboración de pases para ingreso en periodo vacacional, material de
cirugía, limpieza de cajas, supervisión del bioterio y de batas.
80
Fig. 2.2 Carteles en el área de computadoras sobre animales de laboratorio
Cartel superior a la izquierda: Best Supporting role in a Medical Drama. Perhaps you didn’t
know that rats and mice are the foundation for all medical research and that they have played
a vital role in virtually every medical discovery in history. Learn more about the essential
need for animal research. FOUNDATION FOR BIOMEDICAL RESEARCH
www.fbresearch.org. Cartel inferior a la izquierda: Discover your next masterpiece with The
Jackson Laboratory. Cartel a la derecha: DSI Data Science International. Global leader.
Implantable telemetric phisyologic monitors. 25 years of DSI Better data better science.
Tres de ellos muestran imágenes de ratas de laboratorio; el primero presenta una frase que
hace alusión a la entrega de premios por actuación en filmes “Mejor actor de reparto en
programas médicos de televisión”, con este juego invita a la posterior reflexión sobre el
importante papel que tienen las ratas y ratones en la investigación médica. El segundo
cartel promociona a un centro de investigación, que entre sus funciones está la de
proporcionar ratones a laboratorios de investigación, y juega a la ciencia como arte al hablar
81
de un proyecto de investigación como una “obra maestra”. El último cartel que se presenta
en la figura 5 podría titularse “lo que hacen sus ratas cuando usted no está ahí” y que ilustra
lo que parece ser una fiesta de roedores.
82
Es como si se dijera “si lo primero no funciona, pruebe lo siguiente” hasta terminar con el
absurdo del espectáculo de marionetas o la danza interpretativa. Los anteriores carteles, y
sobre todo éste, parecen mostrar algo sobre las formas de ver y vivir la investigación
científica: algo con lo que comprometerse, y también disfrutar y divertirse.
Al fondo del área de computadoras está un pequeño cubículo separado por una
puerta en el que trabajan el Dr. Torres y su auxiliar, la Mtra. Elena Quiroz. Ahí hay dos
mesas-escritorios colocadas en “L” contra las paredes con una computadora cada una, y
una repisa con libros y documentos.
En este espacio hay también algunos carteles pegados en las paredes, resalta una
caricatura que hicieron del Dr. Torres en la que aparece impartiendo clases, una conexión
de neuronas lo rodean y cuatro ratas de laboratorio lo observan.
II.5.4 El bioterio.
Este espacio está destinado para el alojamiento de las ratas de laboratorio durante todo su
ciclo de vida a partir de su llegada al bioterio. Se trata de un espacio cerrado por dos
puertas, la primera lleva del interior del espacio que comunica los tres laboratorios a un
pequeño cuarto tipo pasillo en donde se encuentran dos tarjas y dos botes de basura
grandes, uno de ellos destinado al aserrín que se utiliza como cama para los roedores.
Mediante una puerta corrediza se tiene acceso a un espacio cerrado sin ventanas que es
iluminado con luz artificial controlada (para simular el ciclo día/noche) y ventilado a través
de un extractor y un ventilador. Contra dos de sus paredes se encuentran cuatro racks o
estanterías en los que se colocan las cajas contenedoras de las ratas en cinco o seis
niveles. Frente a la línea más larga de racks hay una mesa de trabajo y al fondo dos mesas
más sobre las cuales hay cajas de plástico transparente más grandes, con dos pisos que
sirven como “ambiente enriquecido” para ratas de laboratorio cuyo protocolo de
investigación lo requiriera (pertenecían a otros laboratorios).
83
Figura 2.4. Bioterio
84
II. 5.5 Otros espacios del laboratorio.
El laboratorio no resulta ser un solo espacio físico de trabajo, sino que se constituye a partir
de una serie de actividades y por tanto de escenarios físicos acorde a éstas. Si bien gran
parte del día los estudiantes están trabajando desde las computadoras del área descrita
con anterioridad, también llevan un seminario semanal de discusión de artículos científicos
y de avances de los proyectos de investigación. Para el seminario se recurre a los salones
de la facultad, generalmente los asignados para las clases prácticas del plan curricular que
se encuentran en la misma planta del edificio en el que está el laboratorio. Se trata de
salones pequeños, algunos de ellos con mesas y bancos altos del tipo de laboratorios
escolares y con tarjas. Por otra parte, las cirugías se realizan en el laboratorio de otro
investigador, en el edificio D de la facultad que se encuentra cruzando la explanada de la
misma. Esto porque se requiere un área especial para las cirugías, donde se garantice
sobre todo la higiene del lugar. Así mismo, se recurre también a otros investigadores para
que los estudiantes aprendan ciertas técnicas o se especialicen en el uso de diferentes
instrumentos.
85
científicos, particularmente en los llamados estudios en laboratorios que desde una mirada
antropológica analizan las prácticas culturales de los laboratorios y la participación que
tienen los científicos en la construcción de hechos científicos. Esta aproximación ayuda en
la comprensión de las propias prácticas, relaciones y significados que se construyen en el
laboratorio estudiado. Por otra parte, los estudios sobre formación de científicos ayudan a
comprender actividades fundamentales observadas en este laboratorio, como la realización
de experimentos y la participación en seminarios de discusión.
86
Capítulo III. Ciencia y científicos. La formación de psicólogos-científicos en
el laboratorio de Neurociencias
De acuerdo con Bourdieu (2003) se identifican cuatro grandes tradiciones o, mejor dicho,
momentos en la sociología de la ciencia, cada una con sus enfoques y estilos de abordar
el estudio de la ciencia, los científicos y sus prácticas: 1) La tradición estructural-
funcionalista liderada por Robert K. Merton; 2) La ciencia normal y las revoluciones
científicas propuesta por Thomas Kuhn; 3) El Programa fuerte integrado por Barry Barnes,
David Bloor, Harry Collins y Trevor Pinch; y 4) Los estudios de laboratorio, como los de
Karin Knorr-Cetina, Bruno Latour y Steve Woolgar, G. Nigel Gilbert, y Michael Mulkay. En
el primer apartado de este capítulo se abordarán dichos momentos en la sociología de la
ciencia a través de la mirada de Bourdieu y a su vez se recupera la voz de los propios
autores a quienes el sociólogo francés hace referencia.
87
conjunto complejo de valores, creencias, presuposiciones, reglas, prescripciones y
costumbres, sostenidos por sentimientos y afectos que distinguen y mantienen unidos a los
científicos” (Orozco & Chavarro, 2010, pág. 146). Como parte del ethos de la ciencia se
encuentran cuatro conjuntos de imperativos institucionales: el universalismo, el comunismo,
el desinterés y el escepticismo organizado. El universalismo refiere a que la afirmación de
que algo es verdadero necesariamente responde a criterios impersonales y no depende de
los atributos personales o sociales de quienes defienden el valor científico de dicha verdad.
El comunismo, en el sentido de la propiedad común de bienes, señala que los productos de
la ciencia son resultado de la colaboración social y a su vez propiedad colectiva. La
colaboración tiene también un sentido de herencia, en el reconocimiento de la cualidad
cooperativa y acumulativa de los desarrollos científicos. El desinterés es similar al que debe
de regir en toda profesión, en el sentido de que la actividad científica debe de ser imparcial.
La descripción que hace Merton de este conjunto da pauta para hablar de los motivos que
guían a los científicos en su quehacer, pues señala que, si bien se ha construido una figura
del científico como altruista, apasionado por los descubrimientos y con una curiosidad
ociosa, ésta refiere más a los aspectos motivacionales y no institucionales. Estos últimos
hacen referencia a las condiciones y normas institucionales que van marcando las pautas
de actuación de los científicos, mismas que son vigiladas por el propio sistema académico
y científico en el que se encuentran inmersos. Finalmente, el escepticismo organizado
aparece como un mandato institucional y metodológico que centralmente indica que el
científico debe de suspender sus juicios y creencias, y en su lugar dar opiniones basadas
en criterios empíricos y lógicos, sustentados a su vez de datos (Merton, 1980).
88
III.1.2 La ciencia normal y las revoluciones científicas
La gran contribución del historiador de las ciencias, Thomas Kuhn, es puntualizar que el
desarrollo de la ciencia no es lineal y que en su lugar se trata de un proceso en el que hay
rupturas entre la “ciencia normal” predominante en su momento y las “revoluciones” que
conllevan cambios en dicho paradigma científico dominante. Así mismo, es importante
señalar que Kuhn (1971/1997) concibe a los científicos como miembros de comunidades
que se agrupan entre sí a partir de su coincidencia en un “paradigma” o “matriz disciplinar”
afín, es decir, comparten teorías, prácticas y comprensiones de la realidad.
Kuhn (1971/1997) utiliza el término paradigma en dos sentidos: uno más vinculado
con lo sociológico y el otro relacionado con lo filosófico. En el sentido sociológico, el término
de paradigma hace referencia a “toda la construcción de creencias, valores, técnicas, etc.
que comparten los miembros de una comunidad dada” (Kuhn, 1971/1997, p. 269). El otro
sentido del término, el filosófico, “denota una especie de elemento de tal constelación, las
concretas soluciones de problemas, que, empleadas como modelos o ejemplos, pueden
reemplazar reglas explícitas como base de la solución de los restantes problemas de la
ciencia normal” (Kuhn, 1971/1997, p. 269). Sin embargo, después de una revisión a la
primera edición de “La estructura de las revoluciones científicas” Kuhn (1971/1997)
identifica los múltiples usos que le da al concepto y, para lograr una mejor descripción,
propone en la “Posdata: 1962” de la segunda edición del libro, el concepto de “matriz
disciplinar” dado que expresa una serie de elementos ordenados de los que se vale un
grupo de científicos en la práctica de su disciplina.
89
las “generaciones simbólicas” (leyes, definiciones, enunciados descriptivos) que son
los componentes formales de la matriz disciplinar utilizadas por los miembros de la
comunidad sin cuestionamiento;
“los valores”11, que a diferencia de los otros componentes son más fácilmente
compartidos entre miembros de diferentes comunidades, y son los que favorecen la
construcción de un sentido de comunidad científica entre los diferentes grupos. El
término valor es utilizado para dar cuenta de aquellas formas compatibles para guiar
la práctica científica en términos de lo que es más pertinente o preferible. Por
ejemplo, la necesidad de contar con predicciones exactas y dar preferencia por las
cuantitativas sobre las cualitativas. O bien el juicio que se hace sobre las teorías
según ciertos requisitos: sencilla, coherente y probable (Kuhn, 1971/1997, p. 283)
11 Nótese que los valores no aparecen como componente explícito en el texto de “Algo más sobre
los paradigmas” de su libro “La Tensión esencial” de 1982.
90
mediante la resolución de más y más problemas. Encontrar los mecanismos para solucionar
un problema frecuentemente se logra al realizar una analogía con un problema solucionado
previamente de manera efectiva. Además, aplica esta misma reflexión al ejercicio científico
en el que “el científico modela la solución a un problema basándose en otro, a menudo
recurriendo mínimamente a generalizaciones simbólicas” (Kuhn, 1982, pág. 329) afirmando
que “el contenido empírico debe de ingresar en las teorías formalizadas desde arriba y
también desde abajo” (Kuhn, 1982, pág. 324) y no solamente como componente inferior al
teórico.
Aunque en algún momento Bourdieu (2003) enfatiza que las comunidades de las
que habla Kunh parecen ser cerradas, la descripción que hace deja ver que las concebía
relacionándose con comunidades más amplias de científicos. Kuhn (1971/1997) identifica
una comunidad “global” de científicos naturalistas que en niveles inferiores se divide según
los grupos científicos profesionales (médicos, químicos, astrónomos), y posteriormente
éstos se organizan en subgrupos de acuerdo con las técnicas que emplean, o bien las
subespecialidades que desarrollen. Kuhn (1971/1997, p. 274) señala también que los
científicos “los más capaces” pueden pertenecer a diferentes subgrupos, sea
simultáneamente o bien a lo largo de su trayectoria, lo cual lleva a suponer que “la empresa
científica está distribuida entre comunidades de esta índole” (Kuhn, 1982, pág. 321). Por
otra parte, desde una mirada histórica, Kuhn (1971/1997) nos deja en claro que es mediante
la relación de dos o más comunidades que una nueva puede surgir, colocando como
ejemplo a la comunidad de físicos anteriores a la primera mitad del siglo XIX que estaba
conformada por miembros de comunidades que antes estaban separadas: las matemáticas
y la filosofía natural. Es en este sentido en el que se debería de analizar y comparar con
91
otras posturas, el hecho de identificar o no a las comunidades científicas de Kuhn como
“cerradas”.
Una de las grandes aportaciones de Kuhn en los estudios sobre ciencia es la manera
en que explicita cómo es que se dan los cambios de un paradigma asumido por la ciencia
normal a otro que en inicio era rechazado por los miembros de una comunidad científica, y
que posteriormente es asumido como guía para la comprensión de la realidad. Lo realmente
sorprendente en su momento de las descripciones del cambio residen en resaltar la
importancia de aquellos componentes no formales del paradigma y de sus teorías sobre los
componentes formales o aquellos provenientes de pruebas experimentales (Pozo, 1999).
Los criterios subjetivos que responden al científico como individuo se tornan relevantes y
se conjugan y fundamentan con los modelos y valores característicos de la matriz disciplinar
en la elaboración de críticas hacia el paradigma dominante y en la argumentación ante otros
científicos.
92
mismos, es decir, investigar en las propias prácticas de la construcción del conocimiento
científico. Las figuras centrales en este desarrollo son Barry Barnes y David Bloor también
se asocian a esta postura autores como Donald MacKenzie, Steve Shapin, Bruno Latour,
Steve Woolgar, Karen Knorr-Cetina y Michael Mulkay.
Otras investigaciones dentro del denominado Programa fuerte, como las de Collins
(1981, 1985 citadas en Bourdieu, 2003) se relacionan con los procesos de interacción entre
los científicos. Collins se concentra en identificar los procesos mediante los cuales los
investigadores resuelven las controversias que se presentan en relación con los datos, sin
embargo, se detiene a identificar aquellos componentes implicados en las negociaciones
para resolverlas, tales como la nacionalidad y la institución de pertenencia de los
investigadores, las competencias exhibidas y hasta sus estilos de presentación. Una
investigación interesante y que se relaciona con el campo de investigación experimental
que se presentará en este trabajo, es la realizada por Collins y Pinch (Bourdieu, 2003)
acerca de una práctica común en este campo: la replicación de investigaciones. Los autores
discuten que, si bien la replicación consiste en desarrollar el protocolo de la misma forma
93
en que lo hicieron los investigadores, esto muchas veces no ocurre así. En primer lugar,
indican que los experimentos a replicar sufren ajustes en los procedimientos o instrumentos
utilizados; y que por otra parte, en los propios artículos de investigación, los científicos
omiten ciertos eventos que se suscitaron durante su realización. Bourdieu (2003) concuerda
con ellos y afirma:
94
2003). Para aprender el oficio, los científicos en formación no sólo deberán aprender los
aspectos del método y la teoría, sino también los aspectos de su práctica: “[el] dominio
práctico es una especie de “connaisseurship” (un arte de experto) que puede ser
comunicado mediante el ejemplo, y no a través de unos preceptos” (Bourdieu, 2003, p. 73)
En el siguiente apartado se profundizará en las investigaciones realizadas por sociólogos y
antropólogos que se identifican como parte de los estudios de laboratorio, destacando los
trabajos de Karin Knorr-Cetina y los de Bruno Latour y Steve Woolgar.
95
formas de producción del conocimiento (Knorr-Cetina, 2007). El objetivo no es analizar al
conocimiento como un producto, sino como un proceso, o mejor dicho, como una práctica.
Los símbolos, los significados y la maquinaria epistémica son elementos que acompañan
la comprensión de la práctica, en el sentido de que lo simbólico y la acción son aspectos
inseparables de la misma.
96
resultados o datos científicos. Recordemos que ya Collin y Pinch (citados en Bourdieu,
2003) habían señalado las limitantes en la replicación de experimentos al identificar que en
los reportes o artículos de investigación se omite mucho de los pasos o procedimientos
realizados, sobre todo cuando éstos han arrojado resultados no significativos en la
validación de una teoría o hipótesis. Knorr-Cetina va más allá e identifica que muchos otros
componentes del proceso de investigación del laboratorio quedan excluidos de la discusión
y no se relacionan con el conocimiento científico que se desarrolla. Más allá de
descripciones paso a paso del método adoptado, poco se discute sobre las decisiones que
llevaron a los científicos a seleccionar cierto instrumento, aplicar una prueba en particular o
seguir un diseño temporal específico. Lo anterior se ilustra claramente con lo que narra
Knorr-Cetina en relación con las entrevistas que ha realizado a científicos:
97
el estudio de la ciencia y de los científicos en los aspectos sociales por un lado y por el otro
los componentes técnicos de su quehacer. Critican los estudios mertonianos al situarse
justamente sólo en aquellos componentes sociales, como las recompensas y la posición
jerárquica. En ese sentido, los autores proponen realizar investigaciones de tipo etnográfico
que les permitan ver en acción la relación entre los componentes sociales, técnicos e
intelectuales en situaciones específicas dentro del laboratorio. Desde esta postura “las
experiencias de observación de un laboratorio in situ: al estar cerca de prácticas científicas
localizadas, el observador está en situación preferente para entender cómo los propios
científicos ponen orden” (Latour y Woolgar, 1979/1995, p. 48) y analizar “la construcción
social del conocimiento científico en la medida en que ésta presta atención a los procesos
mediante los que los científicos dan sentido a sus observaciones” (Latour y Woolgar,
1979/1995, p. 41). A lo largo de su libro, Latour y Woolgar (1979/1995) caracterizan su
investigación mediante tres miradas: la antropológica, la histórica y la sociológica. De la
primera rescatan la postura de extrañeza total asumida por algunos antropólogos que
pareciera pueden colocar en suspenso sus preconcepciones y así desarrollar descripciones
detalladas de prácticas, procesos e interacciones a la manera de las observaciones de
tribus extrañas y ajenas para los antropólogos. Con la segunda mirada buscan resaltar la
importancia de identificar los procesos mediante los cuales se construye un hecho científico;
y en la tercera dan cuenta de aquellos microprocesos de interacción, diálogo y negociación
por medio de los cuales se desarrolla el cotidiano quehacer científico del laboratorio.
98
Además de la minuciosa descripción de las actividades que los investigadores y
técnicos realizan en el laboratorio, Latour y Woolgar (1979/1995) colocan especial atención
en las conversaciones mantenidas por los participantes y su relación con la construcción
de un hecho científico, mismo que llegan a considerar como un tipo de enunciado. Este
enunciado puede ser considerado como una “inscripción gráfica” producto de múltiples
pruebas experimentales, múltiples discusiones entre científicos y el posterior consenso
entre ellos que “pierde todas las calificaciones temporales y se incorpora a un gran cuerpo
de conocimiento utilizado por otros” (Latour y Woolgar, 1979/1995, p. 120). Los autores
proponen cinco tipos de enunciados, que podrían caracterizarse como un gradiente que va
de lo más especulativo hasta lo más cercano a un hecho científico. Un enunciado tipo 1
daría cuenta, por ejemplo, de las conjeturas o especulaciones respecto a un tema
específico; uno tipo 2, al contar con evidencias provenientes de otras investigaciones,
brindaría argumentos para indagar sobre un tema; un enunciado tipo 3 sería más
frecuentemente observado en textos y no tanto en conversaciones como los dos anteriores,
y estaría hablando de las relaciones entre las variables que intervienen en un tema pero sin
apresurarse a generalizar o señalar los factores que explican dicha relación; un enunciado
tipo 4 estaría ya detallando ese tipo de relaciones en términos descriptivos e identificando
consecuencias; finalmente, un enunciado tipo 5, similar a un hecho científico, brinda
definiciones y descripciones detalladas que se dan por sentado y difícilmente se cuestionan
(Latour y Woolgar, 1979/1995).
99
y Woolgar, 1979/1995, p. 179). Así, la tipología responde al tipo de argumentaciones
utilizadas, desde un primer tipo de intercambio que hace referencia a hechos conocidos y
al estado del conocimiento de un tema específico; hasta el cuarto tipo identificado cuyo
argumento está en torno a la aprobación o no de las características personales de los
investigadores o bien a no dudar de las palabras de un científico dada su trayectoria y
posición en el campo. El segundo y tercer tipo de intercambio conversacional se relacionan
más con el primero al hacer referencia de aspectos teóricos, sin embargo el segundo se
concentra más en aspectos metodológicos o del “modo correcto de hacer las cosas” (p.180)
que se presentan al momento realizar algún procedimiento en particular; mientras que el
tercer tipo de conversación relaciona los argumentos teóricos con la situación social (sea
institucional o bien en la comunidad científica más amplia) del tema que se esté
investigando (posibilidad de investigarlo, relevancia, aplicabilidad) (Latour y Woolgar,
1979/1995).
Tanto la investigación de Latour y Woolgar, como los trabajos realizados por Knorr-
Cetina relacionan el análisis semiótico con el práctico para comprender la cultura científica
y las prácticas sociales y cognitivas presentes en los laboratorios. La perspectiva del
antropólogo ingenuo que describe todo lo que observa (Latour & Woolgar, 1979/1995) tiene
limitaciones en cuanto a la búsqueda de la comprensión de las intenciones de los científicos
y los significados que atribuyen a sus prácticas, procesos y productos. En ese sentido,
recurrir a entrevistas con los científicos, tal como hace Knorr-Cetina (1981/2005) puede
potenciar la comprensión del mundo de la ciencia y los laboratorios, puesto que permite
entender mejor lo directamente observable y relacionarlo con formas de pensamiento y
decisiones que se nos escapan en la observación.
100
III.3 Estudios sobre la formación de científicos en la práctica
Formarse como psicólogo científico implica para los estudiantes relacionar los
aspectos técnicos de las investigaciones con teorías y conceptos que explican los
fenómenos y además significa aprender una serie de rutinas, normas y valores que les
permitan desarrollar el quehacer científico con ética profesional, creatividad e innovación
(de Diego, La participación de psicólogos en formación en comunidades de práctica
profesional: apropiación, formación e identidad profesional, 2015).
101
enseñan técnicas específicas o ayudan si están presentes. La interacción entre pares se
identifica como recíproca, colaborativa y de confianza, llegando a formarse fuertes
relaciones de trabajo y en algunos casos de amistad. Resaltan también la transmisión de
saberes entre pares y cómo los que saben más y tienen más tiempo en el programa
enseñan a los recién llegados las habilidades cotidianas, el conocimiento y las técnicas
necesarias para volverse competente en el laboratorio. Estos mismos autores apuntan que
en gran medida las investigaciones que se hacen sobre este tipo de experiencias
documentan los resultados de aprendizaje o los beneficios obtenidos por parte de los
estudiantes, pero que no dan cuenta de cómo es que los estudiantes tienen acceso a este
tipo de programas ni cómo la participación en la investigación puede llevar a los estudiantes
a desarrollar resultados deseados (Thompson, Conaway, & Dolan, 2015).
102
propone, en su quehacer en el laboratorio y en la forma de realizar su proyecto de
investigación. La forma de guiar a los estudiantes dependía del estilo personal de cada
profesor; también, dependiendo de las situaciones, podían encontrar a profesores guiando
directamente a los estudiantes al indicarles qué hacer o al discutir su trabajo, o bien guiando
de forma más sutil mediante preguntas que permitían al estudiante tomar decisiones. En
algunos casos encontraban también que los profesores estaban al pendiente del estado
emocional de los estudiantes y procuraban, cuando identificaban necesario, compartir sus
propios sentimientos encaminados a empatizar con ellos y motivarlos a seguir adelante
(Fortes y Lomnitz, 1991)
103
básicos a los animales de laboratorio y la escucha en seminarios, hasta lograr diseñar y
llevar a cabo una investigación propia). Así mismo señalé que si bien el laboratorio propone
dichos caminos para la participación, cada estudiante desarrolla su propia espiral de
aprendizaje, recorriéndola mediante el ensayo y error, la resignificación de la actividad y
sus propósitos y al reflexionar sobre su propia participación en ésta (e.g., al identificar que
los datos obtenidos en un experimento significan algo al revisarlos nuevamente y ver su
“comportamiento” y relacionarlos con los objetivos y teoría que sustentan la investigación).
104
extranjero, que permitieron que empezara a crecer el laboratorio. (Dr.
Torres, entrevista, 27 de junio de 2018)
Lo que nos hace ver el Dr. Torres es que no es cosa fácil montar un laboratorio, puesto que
se requieren de numerosas gestiones institucionales, contar con o hacerse de una red de
apoyo con otros docentes-investigadores de la facultad que puedan apoyar, y claro, hacerse
de miembros activos para desarrollar los proyectos. Para el caso de la facultad, son los
estudiantes de licenciatura y de posgrado quienes conforman buena parte del laboratorio,
y son ellos quienes llevan a cabo los proyectos de investigación propuestos por el jefe de
laboratorio, quienes aprenden y enseñan cómo realizar pruebas experimentales, realizar
ciertas técnicas, analizar datos o redactar informes de investigación. Tales
responsabilidades implican procesos de formación, que para esta “primera camada”, fueron
llevados directamente por el Dr. Torres, para que posteriormente ellos pudiesen enseñar a
otras generaciones que se incorporaran al laboratorio.
105
temática en la facultad. Empezamos a trabajar con factores pro-
cognitivos, con esquizofrenia, con percepción del tiempo, posteriormente
lo llevamos a otro tipo de trastornos como depresión, ansiedad y
actualmente estamos trabajando con estrés, bajo esta perspectiva. (Dr.
Torres, entrevista, 27 de junio de 2018)
La compleja conciliación entre investigar lo que apasiona e investigar lo que tiene más
posibilidades de ser aprobado y financiado requiere de un razonamiento práctico, como lo
llama Knorr-Cetina (1981/2005), de un cálculo estratégico y táctico y de una proyección
acerca del “cómo hacer”. Las negociaciones internas y la toma de decisiones derivaron en
proyectar una perspectiva de investigación que permitiera al laboratorio contar con recursos
económicos, tan necesarios sobre todo si recordamos que en su inicio no contaban con
equipo, material ni animales de laboratorio, y a la par mantener la pasión por lo que se
investiga, cuestión que considero moviliza fuertemente el quehacer en la investigación, y
que en particular en este laboratorio se comparte como un valor relevante en la formación
como psicólogo e investigador. Esta pasión se explica, desde la voz del Dr. Torres, como
una motivación que da claridad a la trayectoria profesional que se va trazando desde que
se cursa la licenciatura, tal y como narra aquel momento revelador en el que tuvo la certeza
de que se dedicaría a la investigación en neurociencias. El Doctor estaba cursando el primer
semestre de la carrera en Psicología y en una materia tuvo la oportunidad de realizar una
investigación experimental centrada en la corteza motora primaria y rehabilitación en
animales.
106
premios otorgados por organizaciones y fundaciones internacionales especializadas en las
neurociencias. El Doctor señala que algo que ha aprendido al participar en diferentes
laboratorios, tanto nacionales como extranjeros, es “la constancia y el amor por la ciencia”,
así como el compromiso por guiar las investigaciones de manera ética a partir de:
107
ciertas condiciones, con presupuesto limitado, con características distintas, con personal
que no está capacitado o a hacerlo tú mismo” (Dr. Torres, entrevista, 27 de junio de 2018).
La capacidad de adaptarse, de ser activo y buscar alternativas es algo que los psicólogos
en formación desarrollan al entrar a los laboratorios. En esta investigación pude observar
el ingenio de los estudiantes en actividades que iban desde montar una serie de objetos
pegados que pudieran sostener una Webcam que filmaba pruebas experimentales desde
arriba hacia abajo, hasta la adaptación de un tornillo pequeño de computadora para
sostener una cánula intracraneal en una rata.
Pues una tradición científica, que debería de ser tener mayor interés por
el conocimiento, que se vaya formando esta capacidad de curiosidad que
todos tenemos, pero hay que llevarla a una cuestión de curiosidad
científica, que entiendan esta parte de la honestidad en la ciencia, que
108
sean claros en la forma en la cual deben de comportarse en términos de
comunicación. Creo que más bien es empaparlos de todo lo que sería el
trabajo científico. Poco a poco, pero siempre teniendo este eje principal
del conocimiento, la técnica y la aplicación de éstos en la búsqueda de la
respuesta de un fenómeno científico, o un fenómeno natural. (Dr. Torres,
entrevista, 27 de junio de 2018)
En este fragmento, el Dr. Torres resalta en primer lugar los aspectos vinculados con la
personalidad del científico como el desarrollo de la curiosidad, el interés por el
conocimiento, la honestidad al llevar a cabo una investigación y las formas de relacionarse
con otros científicos. Por otro lado, se enfatiza la apropiación de una forma de pensar y de
hacer investigación, centrada sobre todo en la formulación de preguntas y de estrategias
de indagación empírica para responderlas.
109
De cierta forma, se busca identificar que los estudiantes tengan nociones clave sobre lo
que la investigación básica implica, que manifiesten interés y compromiso con dicha
actividad y que esté siendo considerada como una opción para su especialización. Durante
la entrevista que como aprendiz debí de haber tenido con Elena, quien es la que se encarga
de realizarlas, mantuve en su lugar una conversación acerca de los propósitos de las
entrevistas, así como de los temas que se abordan. Señaló que durante la entrevista se les
pregunta por sus intereses en la Psicología (gustos, temas, poblaciones, objetos de
estudio), sobre las proyecciones profesionales que tienen al salir de la carrera, y una
perspectiva acerca de cómo se miran profesionalmente en cinco y diez años.
Específicamente se pregunta por el tipo de investigación que les gustaría realizar. Explica
a los estudiantes que la investigación que se realiza en el laboratorio es básica y centrada
en el trabajo con animales, aunque también hay proyectos de investigación en asociación
con organismos fuera de la facultad, que realizan investigación aplicada con pacientes, pero
cuya participación requiere mayor experiencia. Posterior a esta primera entrevista, los
alumnos cuyos intereses se relacionan con el trabajo del laboratorio, realizan una segunda
entrevista en la que les preguntan por los conocimientos que tienen en temas específicos
del campo de las neurociencias, y se les aclara que “no es para evaluarlos sino para saber
cómo guiarlos en el laboratorio” (Elena, Registro de observación, 2016). Se pregunta
también si podrían tener el apoyo de sus familias, pues puede generar problemas dada la
cantidad de tiempo que pasan en la facultad; asimismo se les pregunta por el lugar en
donde viven, por cuestiones de tiempo al desplazarse y la asistencia y puntualidad
requerida (Registro de observación, 2016).
110
Figura 3.1 Ruta para el ingreso al laboratorio
Hay diferentes historias detrás del ingreso de las psicólogas y psicólogos en formación que
entrevisté; sin embargo, casi todas coinciden en que supieron de la existencia del
laboratorio y de la posibilidad de integrarse a éste al cursar alguna materia impartida por el
jefe del laboratorio. En algunos casos como el de Leonel, María, Gala y Carlos, la solicitud
de ingreso respondió a una convocatoria lanzada por el propio Dr. Torres en los grupos
donde imparte clases. Otra vía de ingreso es solicitar expresamente el interés por trabajar
en el laboratorio, como en el caso de Nicolás y Daniela, y esperar a que hubiera un espacio
y proyecto al cual incorporarse. Y finalmente, otra posibilidad es la invitación directa que
realiza el Dr. Torres a formar parte del laboratorio, como ocurrió con Rocío, quien en una
materia desarrolló un proyecto de investigación que resultó de mucho interés para el Doctor,
invitándola a continuar el proyecto como parte del laboratorio, aunque también tuvo que
seguir el proceso de ingreso que todos hacen: las entrevistas.
111
Posterior a las entrevistas, los participantes entran a un periodo de prueba de tres
meses, durante los cuales serán evaluados en términos del compromiso, asistencia y
puntualidad en las actividades. De acuerdo con Elena (Registro de observación, 2016), se
espera que los estudiantes permanezcan mínimamente seis meses en el laboratorio, con
la oportunidad de ampliar ese periodo a un año, de manera que puedan desarrollar un
proyecto de investigación.
En una materia del Dr. Ismael tengo este proyecto de investigación y ahí
fue como el antes y el después de quedarme en psicología y, además de
eso, seguir con el área de neurociencias y dedicarme a la investigación.
En ese momento digo esto me gusta, me gusta cómo responder las
preguntas y lo puedo hacer. Al final del semestre nuestra asesora
(estudiante que forma parte del laboratorio y que asesora los proyectos
del curso) nos dice que el Dr. Ismael estaba súper encantado con ese
proyecto y que quería saber si nosotras aceptaríamos continuarlo como
parte del laboratorio (Rocío, Entrevista 1, 2016)
Otros estudiantes señalan que se acercaron al conocer las líneas de investigación y
opciones que el laboratorio podría ofrecerles:
112
Así también, a lo largo de su trabajo en el laboratorio, las psicólogas y psicólogos en
formación irán reafirmando sus intereses o construyendo otros, definiendo si la
investigación básica es a lo que quieren dedicarse una vez terminada su carrera o si
consideran otras posibilidades. En los capítulos IV y V desarrollaré las experiencias de
participación que tienen los participantes del laboratorio a quienes entrevisté, para
finalmente, en el capítulo VI dar cuenta del sentido que elaboraron de su experiencia
formativa en el laboratorio y las decisiones que tomaron en su carrera profesional una vez
finalizada, o próxima a finalizar, su participación en el laboratorio.
113
Capítulo IV. El quehacer experimental
Por otra parte, el seminario del laboratorio es una actividad que reúne a todos
los participantes una vez a la semana y en la que se presentan y discuten artículos de
investigación relacionados con los proyectos del laboratorio, se exponen los avances en
los protocolos de investigación a cargo de los estudiantes y en general se conversa
acerca de los aspectos teóricos y metodológicos que atañen a los anteriores.
[114]
colaborativo permanente entre pares generado en las necesidades que surgen en las
actividades experimentales.
[115]
diaria, de las responsabilidades asumidas y las a veces complejas condiciones de
trabajo.
[116]
La investigación de la vida cotidiana en el laboratorio, donde se forman
aprendices del conocimiento, donde se construyen saberes de lo moral, donde la toma
de decisiones se convierte en la herramienta de lo emergente es nodal para aportar
reflexiones del hacer ciencia tanto a los investigadores educativos como a los propios
participantes dentro de este tipo de escenarios. Investigar en el laboratorio implica
observar, escuchar y buscar comprender las actividades que ahí se realizan, así como
las prácticas cotidianas que se desarrollan para lograr alcanzar las diferentes metas de
trabajo que se fijan los científicos, científicos en formación y técnicos en estos
escenarios. “Lo que está detrás del glamour de la ciencia” como señala el jefe del
laboratorio de esta investigación (Dr. Torres, entrevista, 27 de junio de 2018) son todas
aquellas horas dedicadas a aspectos básicos como el cuidado de los animales de
laboratorio, en aspectos más técnicos como la aplicación de los protocolos de
investigación, y en cuestiones de análisis de datos y su relación con otras
investigaciones y teorías.
[117]
Como ya se ha mencionado, en el laboratorio se desarrollan diferentes
investigaciones a cargo de estudiantes de posgrado que están realizando su tesis de
licenciatura, o bien bajo la responsabilidad del propio Dr. Torres. Cuando los estudiantes
ingresan por primera vez al laboratorio, se incorporan en alguna investigación en curso
para apoyar principalmente en el desarrollo de los experimentos. Las líneas de
investigación con las que trabajan se relacionan con el estudio de diferentes trastornos
como el estrés, la esquizofrenia y la depresión, desde una perspectiva que relaciona la
farmacología, la psicología y las neurociencias.
El rol que desempeñé al inicio del trabajo de campo fue de aprendiz, por lo que
me incorporé a las actividades de una investigación a cargo de Ramón, estudiante de
doctorado, enfocado en relacionar la investigación básica con la aplicada al vincularla
con la intervención terapéutica que desarrolla en una clínica con pacientes. De manera
general, lo que se buscaba con el trabajo de investigación básica con ratas de
laboratorio era identificar si un biomarcador específico podría predecir el fenotipo del
estrés postraumático (PTSD) (María, Registro de observación, 2015).
[118]
manejo de diferentes instrumentos y herramientas está en función de los protocolos de
investigación que se van desarrollando en el laboratorio y de las fases específicas en
las que se encuentren. Por ejemplo, como aprendiz, me incorporé después de la fase
de piloteo, por lo que me integré a apoyar la realización de diferentes pruebas
experimentales que ya se habían identificado como idóneas para la investigación. Mis
acompañantes y guías en el laboratorio, María y Gala se integraron desde la fase de
piloteo, por lo que ellas tuvieron que ir aplicando ciertas pruebas y evaluaciones para
finalmente determinar cuáles serían las que se utilizarían en la fase de experimentación.
[119]
Cuadro IV.1. Escalera de participación formativa en el trabajo experimental. Participación guiada en los procesos técnicos y en la
comprensión teórica de las investigaciones
Responsable de
Desarrollo de la investigación
proyecto
Participación guiada en la
Construcción de
Aplicación sin ayuda…
bases de datos …de sesiones experimentales de
Análisis de las sesiones Aplicación con supervisión protocolos: pruebas conductuales,
experimentales y ayuda… estresores
instrumentos
Fuente: elaboración propia a partir del registro de información en entrevistas y diario de campo.
[120]
*Las cirugías son realizadas por los estudiantes después de haber observado y
practicado junto con el jefe del laboratorio. Implica: a) tener conocimiento del Atlas
estereotáxico para la correcta ubicación de la zona del cerebro que se busca
lesionar o bien en donde se colocará una cánula para la administración dirigida de
fármacos; b) utilizar el equipo estereotáxico que permite fijar sin lastimar al roedor,
previamente anestesiado, y medir las coordenadas señaladas por el atlas; c) hacer
corte y perforación para la colocación de la cánula y fijar la misma con material
especializado; d) limpiar el área y aplicar cuidados post-quirúrgicos. [Para una
descripción detallada ver (Fornari, y otros, 2012)].
**La perfusión es una técnica que, mediante la incorporación de formaldehído en
el sistema vascular, permite la conservación de los tejidos. En este caso interesa
el cerebro de los roedores para su posterior análisis.
[121]
Una forma de enseñar que caracteriza al laboratorio es la del aprendiz de oficio, que
en general implica que el novato observe al experto realizar las tareas. Luego se le permite
realizar esas tareas con supervisión y retroalimentación para posteriormente dejar que las
haga por sí solo. Este mecanismo puede verse en el comentario de Leonel sobre cómo fue
que aprendió a aplicar un protocolo que generaba una situación de estrés en las ratas de
laboratorio por medio de la restricción de movimiento. Esta tarea formaba parte del proyecto
de investigación de Jimena, estudiante de posgrado, a quien apoyó a lo largo de un año en
la realización de pruebas y tareas experimentales.
En esta narración se dejan ver algunos de los apoyos que se utilizan para guiar a los
participantes. Inicialmente, en este ejemplo, podemos ver la demostración o modelación
(Wood, Bruner, & Ross, 1976) que se acompañan con descripciones verbales del paso a
paso; posteriormente se espera que el aprendiz imite las formas ideales de realización de
la tarea presentadas por el experto. Sin embargo, se esperaría, como ocurre aquí, que se
acompañe al aprendiz en la realización de la tarea, se le proporcione ayuda y
retroalimentación, lo que a su vez puede reducir el estrés de enfrentarse a realizar por sí
mismo la tarea y la frustración ante el error (Wood, Bruner, & Ross, 1976).
[122]
en la comprensión conceptual y de los objetivos de los proyectos de investigación en los
cuales se participa. Si bien los seminarios semanales que organiza el laboratorio
representan un espacio para promover la apropiación de conceptos, teorías y aspectos
metodológicos generales relacionados con los proyectos, éstos no agotan las
particularidades de cada proyecto de investigación, ni permiten dar un seguimiento
individual de los participantes. Siguiendo el caso de Leonel, él tuvo orientación también en
este aspecto por parte de Jimena, quien le solicitaba que realizara búsquedas bibliográficas
sobre un tema particular, por ejemplo, información sobre ciertos fármacos. Además, le
enseñó a organizar y sistematizar dicha información en tablas de revisión. También puede
verse este proceso en el caso de María y Gala, quienes participaron en un seminario
especializado sobre el tema de la investigación, y que además recibían apoyo de la Mtra.
Elena, la auxiliar de investigación:
Por ejemplo, cuando les dijimos que éramos pésimas con el inglés y se
dejaba un artículo en inglés para el seminario, nosotras lo leíamos con
Elena, ella nos ayudaba y lo leíamos párrafo por párrafo, identificábamos
qué decía, qué implicaba. (Gala, Entrevista 1, 2016)
[123]
tiene. Las explicaciones las dio mientras me enseñaba el bioterio y me
indicaba las reglas que hay que seguir para entrar y las actividades que
diariamente se tienen que hacer con las ratas. Me mostró una bitácora en
la que anotaban diariamente el peso de los animales y donde llevaban
también registro de las pruebas conductuales que se les aplicaban, si se
sometían a cirugía o si se les aplicaba alguna otra situación experimental.
Me enseñó algunas anotaciones y me dijo que posteriormente me
enseñaría a aplicar las pruebas, pero que primero me tendría que
enseñar a tomar a las ratas. Fue por una de las cajas de acrílico en donde
se alojan a las ratas, quitó la reja que la tapa y sacó a una rata tomándola
primero de la cola, para luego colocarla en su brazo. María me dijo que
se tiene que estar tranquilo para ello, pues las ratas sienten el
nerviosismo de las personas. Mientras tomaba y dejaba ratas me iba
explicando cómo se hace: se pueden tomar de la base de la cola o bien
del tronco. Se hace eso con seguridad, sin titubear. Inmediatamente se
debe de colocar a la rata sobre el antebrazo y sostener siempre la cola
entre nuestros dedos. Lo complicado, además de animarse a tomar a la
rata, es controlar que no se muevan o salten.
En este ejemplo destaca también otro elemento interesante en el andamiaje para enseñar
a manipular ratas al cual recurre Rocío, el de simplificar la tarea (Wood, Bruner, & Ross,
1976), que en este caso consiste en que Leonel practique primero con ratas menos
agresivas y por tanto más fáciles de controlar.
Aprender a sostener una rata representa un paso fundamental para poder iniciar la
participación en un laboratorio. El trabajo se basa en los animales de laboratorio por lo que
la relación que se establezca con éstos es de gran importancia para el adecuado desarrollo
del protocolo de experimentación. María resalta la seguridad como un aspecto de gran
importancia en el manejo de los animales, pues es de esperarse que en el primer contacto
se sienta miedo, inseguridad o incluso desagrado. Gala da cuenta del miedo que sintió al
hacerlo por primera vez, pero que finalmente, quizá en este caso por la presión de hacerlo
bien, no pensó demasiado en la inseguridad o miedo a tomar a las ratas:
Este primer momento puede definir incluso si se desea seguir o no el camino de la formación
en el área experimental con animales:
Nosotras entramos [al laboratorio] por Lola. Ella era súper fan del Doctor
y entrábamos a todas sus clases y conferencias, lo amaba de verdad.
Entonces cuando el Doctor nos propone esto [entrar al laboratorio] ella es
la que nos convence de entrar. Fue muy chistoso porque a la semana ella
se salió. Dijo que no era lo suyo, le daban pavor las ratas, no podía
agarrarlas, sacó volando a una [Risas]. (Gala, Entrevista 1, 2016)
[125]
Las diferentes reacciones emotivas que genera el contacto con los animales de laboratorio
se vuelven a encontrar en la reflexión que se hace al momento de someterlas a protocolos
de experimentación o a otros procedimientos invasivos como las cirugías. Este tema será
abordado posteriormente al problematizar la cuestión de la ética en el trabajo experimental
con animales y las formas particulares que han desarrollado los psicólogos en formación
de esta investigación para hacer frente a sentimientos de culpa. Sin embargo, desde este
momento podemos comenzar a comprender que el quehacer experimental se vive también
como un drama, en el sentido que le da Vygotsky a las situaciones en las que se presentan
contradicciones, dilemas o retos (en Veresov, 2017), que serán vividos de manera particular
por cada aprendiz, tendrán un sentido propio para cada uno de ellos y los irán conformando
en su propia trayectoria de aprendizaje, es decir, representarán vivencias (perezhivania)
particulares.
Entre las dos montamos todo para las pruebas, lo cual implicó preparar
el espacio para colocar la caja de acrílico en la que se corre la prueba de
Campo Abierto (CA), colocar la cámara con la que se graba el video de
la prueba para su posterior análisis e ir al bioterio por el grupo de ratas
que entrarían a la prueba.
Ayudé a María a bajar la caja de CA, que por sus dimensiones de 120
cm2 requiere de ser transportada entre dos personas. Sus paredes de
[126]
acrílico transparente están forradas con celofán de color rojo de manera
que impida que la rata pueda ver hacia el exterior (según me explicó
María, las ratas son dicromáticas y no son sensibles al color rojo, lo ven
como gris). La base de la caja no lleva celofán y queda translúcida.
Debajo de la caja se coloca un pliego de papel blanco del tamaño de la
base de la caja dividido en cuadrantes que se logran hacer con tiras de
color rojo. Los cuadrantes son clave para poder identificar y registrar el
movimiento de las ratas dentro de la caja. (Registro de observación,
2016)
La figura 4.1 ilustra lo videograbado por la webcam y presenta una imagen de lo que se
observa hacer a las ratas durante la prueba conductual de Campo Abierto con la que se
evalúa motricidad y conducta.
Figura 4.1. Prueba conductual de Campo Abierto. Se observan los cuadrantes que dividen
a la caja. La posición inicial de la rata es en el centro, como se deja ver en esta imagen. Lo
que se observa y registra en esta prueba es el desplazamiento de la rata dentro de la caja
y su conducta (inmóvil, acicalamiento, erguida en dos patas, defecación)
La figura 4.2 permite ver cómo se realiza la prueba de Laberinto en Cero, que mide la
preferencia del roedor de estar en un brazo cerrado (más seguro) o en uno abierto (más
expuesto).
[127]
Figura 4.2. Prueba conductual de Laberinto en Cero. Descripción de la prueba. El área en
la que el animal puede desplazarse se encuentra sobre el nivel del suelo y tiene “brazos”,
dos abiertos y dos cerrados, es decir con paredes laterales. Se observa y registra la
preferencia del roedor por estar en alguno de los brazos, el desplazamiento que hace en el
circuito y su conducta (inmóvil, acicalamiento, erguida en dos patas, defecación).
[128]
cómo identificar y nombrar cada conducta del animal. Los protocolos están pegados con
tachuelas en un pizarrón de corcho en el pasillo, justo antes de entrar al espacio compartido
en el que se desarrollan las pruebas experimentales. Sin embargo, este protocolo no señala
nada acerca de cómo debe de estar el ambiente en el que se aplica la prueba. Lo que
nosotras hicimos fue permanecer inmóviles y en silencio mientras corrían los cinco minutos
de cada prueba. Hay aspectos que no están del todo claros o bien que no se han acordado
claramente. Por ejemplo, al aplicar estar pruebas nos manteníamos dentro dos personas.
Sin embargo, en una segunda sesión de aplicación de estas pruebas, Nicolás, quien lleva
dos años participando en el laboratorio, nos dijo mientras preparábamos los materiales que
para correr LZ y CA teníamos que salir del cubículo, porque “sí interfiere que estemos ahí
dentro”. Justo el día anterior habíamos corrido las pruebas sin salirnos del cubículo. Le
pregunté a María, ya que se había ido Nicolás, si habría influido y me dijo que no nos
movíamos para nada. Me dijo “vi el video y sale parte de tu cuerpo y no se mueve nada ¡No
sé cómo le haces!”. Aun así, cuando llegó Gala para apoyar a María, como habían
acordado, decidí salirme y Gala comentó que sí cabíamos las tres. A lo que María le explicó
que Nicolás nos había dicho que de hecho no podíamos estar dentro, que las ratas “nos
miraban”. Entonces me dirigí a la puerta para salir. Justo en ese momento se acercó Nicolás
y dijo “No es necesario que estén tres dentro”; yo ya estaba cruzando la puerta y le dije que
iba a salir. “Ah muy bien”, contestó (Registro de observación, 2015).
Relacionado con esta escena está un fragmento de la entrevista realizada con Gala,
quien me comentó que fue hasta que Elena, la auxiliar del laboratorio, se percató de que
estaban realizando mal una prueba que ellas pudieron aprender cómo efectivamente se
debía de realizar:
[129]
Gala: Cuando hicimos el laberinto en “Y”, las primeras veces lo corrimos
mal. Ro (estudiante próxima a titularse) nos explicó que en la fase de
entrenamiento de las ratitas tienes que esperar a que realmente lleguen
al reforzador. Y había ratas que no se movían. Entonces nosotras nos
quedábamos hasta que salieran y encontraran el reforzador. Pero en lo
que una rata se tardaba 30 segundos, esas ratas llevábamos 15 minutos
y no se movían o veías que se estaban durmiendo. Entonces Elena nos
regañó un día al ver que nos tardábamos tanto en correr laberinto.
Entonces le explicamos que las ratas no se movían. Nos dijo: “¿Cómo
que no se mueven? ¿Están en fase de entrenamiento? Es que ustedes
les deben enseñar a las ratas a llegar al reforzador, si ves que no se
mueve como que empujas a la rata o le cierras el otro camino para que
sólo tenga un camino y que vaya al reforzador. Sólo están llegando
azarosamente al reforzador”.
Gala: No, porque por ejemplo tú lees [el protocolo] y dice “en la fase de
entrenamiento se entrena a la rata a llegar al reforzador” Pero no te dicen
cómo la entrenaron o cómo le hicieron para que llegara al reforzador.
Bueno, yo nunca he encontrado un artículo en específico
Marisol: Pero en el material del laboratorio, como los que están pegados
en el corcho…
Gala: No incluyen todo eso. Eso era como más empírico, súper, súper
empírico. Era como 100% riégala, te regaño y luego ya ves cómo hacerlo.
Yo creo que aprendimos a hacer muchas cosas por lo que nos
equivocamos. En base a eso nos decían “esto no se hace así. Puedes
hacerlo así”. O sea todo lo extra que no estaba en las indicaciones
formales, yo creo que todo fue por ensayo y error. (Gala, Entrevista 1,
2016)
Estas particularidades parecen responder más al arte de experto o connaisseurship del que
nos habla Bourdieu (2003), que no corresponden a los lineamientos teóricos o
metodológicos de la ciencia, sino a aquellos aspectos que se enseñan con el ejemplo y,
podemos agregar, mediante el carácter situado de las actividades en la práctica.
[130]
IV.3.3 Escena 3. Prueba de preferencia de Sacarosa: días y noches en el laboratorio
[131]
Figura 4.3. Instrucciones para realizar la última medición de consumo de agua y agua con
sacarosa. En la imagen de la izquierda se ve un recado en el pizarrón con instrucciones
generales sobre cómo dejar el espacio, cajas y botellas. Las instrucciones de la imagen de
la derecha están escritas en un Post-it y estaban pegadas en la Bitácora. Brindan
indicaciones específicas para obtener la medición de consumo de agua y presentan un
ejemplo sobre cómo hacerlo.
Figura 4.4. Botellas utilizadas en la prueba de sacarosa, numeradas según el sujeto (rata)
S1, S2, S3… A la derecha se encuentra la probeta para medir la cantidad de líquidos en
ml.
En este ejemplo resulta importante destacar las formas que elaboró María para
acompañarme y guiarme aún sin estar presente al recurrir a las instrucciones escritas e
incluso al uso de ejemplos, como en el caso de las indicaciones del Pos-it.
[132]
Nicolás estuvo a cargo de la realización de diez cirugías, Daniela lo asistió
durante el proceso, María y yo los apoyamos en los preparativos durante
la mañana, mientras que Carlos y Gala les ayudaron por la tarde. A las
9:00 me encontré con María en el bioterio. Ahí me comentó que lo que
teníamos que hacer era manipular a las ratas para que se relajaran antes
de entrar a cirugía. Me dijo que el jueves el Dr. Torres había operado a
cinco ratas en sólo dos horas, pero que Nicolás seguro se iba a tardar
más, por lo que seguramente terminaría hasta en la noche.
Sacamos una caja en la que estaban cinco de las ratas que iban a entrar
a cirugía, remarcamos con plumón el número que tienen pintado en la
cola las ratas y veíamos cómo estaban, si se movían mucho, si estaban
nerviosas, para identificar cuál podía entrar primero a cirugía y cuáles
necesitarían más tiempo de manipulación para que se relajaran.
Yo estaba algo nerviosa, pero pensé en que debía de estar tranquila para
que la rata hiciera lo mismo. Entró María con la jeringa lista y me dijo que
ya la pusiera en la posición. Lo hice. Ella me iba corrigiendo: “agarra
mejor las patas para que no se muevan”. “¿Lista?”. Dije sí e inyectó a la
rata, que no se movió para nada. Cuando sacó la jeringa me relajé y
respiré profundamente. “¡Muy bien! Lo hiciste muy bien” Me dijo María
emocionada.
[133]
Esta primera escena de la sesión de cirugías deja ver de nueva cuenta el proceso de
acompañamiento y guía que realiza María para indicarme, como aprendiz, los pasos
necesarios a realizar durante la inyección a las ratas. Es de resaltar que María confía ya en
mis habilidades para sostener a los animales de tal suerte que ella pueda inyectarlas;
incluso recurre a las preguntas de evaluación para saber si estoy comprendiendo bien las
explicaciones que hace, como cuando me pregunta por el área en el que se debe de
inyectar. Sin embargo, es de destacar que miembros del laboratorio más experimentados
no requieren que alguien más sostenga a la rata para inyectarlas y lo hacen sosteniéndola
con una sola mano para con la otra administrar la inyección.
Una complicación que se presentó ese día fue que la anestesia no estaba
haciendo efecto en los animales. Una de las ratas murió a causa de una
sobredosis por lo que Nicolás señaló que lo mejor sería anestesiarlas con
éter. Dicha instrucción, pues finalmente Nicolás se asumía como el
responsable de las cirugías, generó dudas en María: “¿Éter?” preguntó
dudando de la decisión.
María: Pues busca, pero yo digo que mejor no. Yo digo que le
preguntemos a Ismael [el Doctor]. Porque si algo pasa nos van a regañar.
12Es un instrumento que funciona mediante coordenadas basadas en un sistema de ejes que permiten, en este
caso, inmovilizar al roedor y fijar las coordenadas precisas para intervenir en un área específica del cerebro,
sea para una inyección intracerebral o para colocar cánulas intracerebrales de manera fija para una posterior
administración de fármacos.
[134]
Regresamos al área de computadoras. Daniela llegó un momento
después.
Daniela: Pero ayer Ismael le dijo a Nicolás que comprara éter, el jueves
lo utilizó él en cirugía. Nos dejó el dinero y todo.
Daniela: No sé.
En esta segunda parte de la escena busco resaltar las complejas formas en que los
psicólogos en formación deben de construir acuerdos para realizar una tarea que en sí
misma puede generar estrés dada su complejidad y los efectos que puede tener en los
animales. En este ejemplo es claro que el más experimentado, Nicolás, recurre a su
posición –que muchas veces se vive como jerárquica- para hacer lo que él considera más
conveniente. María, si bien reconoce que Nicolás está a cargo de realizar las cirugías, duda
de su propuesta al no haber desarrollado antes la técnica que se propone. Es hasta que
Daniela le afirma que el propio Dr. Torres ha realizado esa técnica antes que María cede,
pero ahora quiere asegurarse de que efectivamente saben cómo llevarla a cabo, pues ella
lo desconoce.
Durante las conversaciones mantenidas en las entrevistas con los psicólogos en formación,
se abordó el tema de las dificultades, problemas o dilemas presentados durante su
participación en el laboratorio. Un tema recurrente fue el de la experimentación con
animales y el dilema ético y moral que para ellos representa. En este apartado pretendo
mostrar las diferentes formas que tienen los estudiantes para comprender el dilema de la
[135]
experimentación con animales, dar cuenta de qué manera se apropian de los significados
compartidos en el laboratorio, y en la tradición científica en general, en relación con el tema,
qué sentido otorgan a la situación y cómo viven y actúan a partir del sentido elaborado.
Si bien la facultad cuenta con un Comité de Ética que supervisa que los protocolos
de investigación se apeguen a las normas oficiales y al Código de Ética, y que dentro del
laboratorio se hacen explícitas las responsabilidades que el cuidado y manejo de los
roedores implica, el hecho de observar y realizar experimentos representa una vivencia
significativa y contradictoria para los estudiantes, es decir, se vive como un drama (Veresov,
2017).
Además, como señala Nicolás en el siguiente fragmento, hay procedimientos que son aún
más impactantes, como las cirugías.
[136]
En estos casos, las situaciones particulares de trabajo con los animales y las formas de
experimentarlas por parte de los psicólogos en formación nos dejan ver en un primer
momento las emociones que se les presentan: la ansiedad, la empatía por el animal que
sufre y también la culpa de ser quien produce dicho sufrimiento. Es en este sentido que la
experimentación se vuelve en una actividad contradictoria, puesto que por una parte se
comprende y asume que es necesaria según los lineamientos del tipo de investigación que
realizan, pero por otra parte están experimentando emociones de angustia y culpa al
momento de correr las pruebas experimentales o realizar cirugías. En algunos casos la
resolución a este dilema se da al dejar el laboratorio y dedicarse a otros campos de la
psicología, pero para quienes la investigación básica es algo que les interesa y desean
especializarse en ésta, la situación contradictoria debe de resolverse por otra vía. Un
discurso presente en el laboratorio es el de la ética en la investigación y el de los cuidados
de los animales, destacando que es responsabilidad de los participantes del laboratorio la
salud y bienestar de los animales. Además, se tiene el discurso de la investigación básica
en relación con brindar conocimientos que promuevan el desarrollo de investigaciones
aplicadas y protocolos de intervención. Los dos anteriores puntos son elementos clave para
lograr resolver el dilema:
La tradición, las frases presentes en los mundos figurados (Holland et al, 1998) de la
investigación experimental parecen dirigirnos hacia ese mantra que se repite Leonel “es por
la investigación”, “esto va a ayudar a los seres humanos”, “no hay otra forma de hacerlo”.
Son comprensiones de la realidad que se van compartiendo entre las diferentes
generaciones y que parecen servir para identificar una razón válida por la cual la
experimentación con animales es necesaria. Y como nos deja ver María en el siguiente
fragmento, son las acciones también lo que permite que los sentimientos de culpa sean
[137]
menores, es decir, tener la responsabilidad y con ésta la posibilidad de generar el menor
de los daños al animal.
La culpa sigue, a veces sientes un poco de culpa por lo que se les hace
a las ratas pero como dice Elena (auxiliar del laboratorio) sabemos que
no las estamos exponiendo a cosas agradables para ellas, pero nos han
enseñado mucho a mantener siempre las mejores condiciones del animal
y a respetar los protocolos para intentar hacer el mínimo daño al animal.”
(María, Entrevista 1, 2016)
En este sentido, los participantes destacan la importancia que tiene para ellos poder estar
en un laboratorio que les enseñe a seguir los cuidados de los animales y “conocer las
implicaciones de ética que corresponde”, como señala Rocío (Entrevista 1, 2016). El énfasis
en la responsabilidad –y posible sentido de culpa- son un aspecto fundamental para tomar
en consideración al momento de diseñar un protocolo de investigación. La apropiación del
discurso de los beneficios de la investigación experimental para la humanidad se conjuga
también con el compromiso y responsabilidad que el ser profesional e investigador implican,
y que se van relacionando con otras características personales de los estudiantes.
Finalmente, aún con los cuidados, se presentan situaciones difíciles para los
estudiantes. La carga de la responsabilidad y la culpa crecen cuando ocurre una situación
crítica y algo sale mal. Para el caso de Nicolás, no hay una resolución clara en el dilema. Él
se sigue cuestionando el para qué de la experimentación, y sin embargo la realiza y
actualmente (2018) cursa un doctorado en Biomédicas.
[138]
Una opción es ignorar, y la otra es absorber todo ese sufrimiento. Eso es
algo que no se habla en el laboratorio, el cómo sufre también el
investigador. Y lo más absurdo es pensar ¿Por qué estamos haciendo
esto? En el sentido de que sí, es posible que tenga un beneficio para la
humanidad, y se justifique, ¿y qué? ¿Qué importa si ayuda a los
humanos? Sigue siendo egoísta. Para el beneficio propio de la especie
de humana, no para la rata. Entonces esconderte en las ideas de la
ciencia, de “estamos haciendo ciencia”, de “es justo porque es ciencia”,
no sirve tampoco. No sirve escondernos en eso, es una interacción muy
personal entre el investigador y la rata que es conflictiva. Lo que hace el
procedimiento de cirugía, es cuestionarte lo que crees, cuestionarte
justamente desde un nivel extremo. Mi respuesta sería irracional. Lo hago
porque tengo una curiosidad irracional para hacerlo, no es por beneficio
de la humanidad, no es por beneficio de la rata, a pesar de su sufrimiento,
es egoísta. (Nicolás, Entrevista 1, 2016)
[139]
diferentes actividades, pero para fines del análisis se propone abordar de manera
diferenciada.
Como señalé antes en este capítulo, una parte sustancial en la formación de los psicólogos
en formación en un laboratorio experimental consiste en apropiarse de los instrumentos y
técnicas necesarias para la realización de pruebas conductuales y otros procedimientos
experimentales. Estos procesos de enseñanza y aprendizaje se pueden observar más
claramente que los referidos a la formación en los contenidos teóricos y metodológicos que
demanda también la investigación y el laboratorio. Pareciera que hay un desfase entre los
procedimientos que se van aprendiendo y la comprensión del para qué se realizan de cierta
forma y del qué se pretende lograr con éstos. En las explicaciones sobre el proyecto notaba
cómo resultaba más sencillo explicar las fases, las pruebas y otros procedimientos que se
aplicarían en la investigación que el objetivo e hipótesis de la misma. Algunos participantes
me comentaron la dificultad para comprender los objetivos de la investigación:
En este caso, María fue solicitando apoyo para comprender la bibliografía que se revisaba
en el seminario especializado del proyecto de investigación (un seminario adicional al que
se realiza semanalmente con todos los miembros del laboratorio), y fue Elena, la auxiliar de
investigación, quien la acompañaba a leer los artículos que se revisaban.
Leonel también señaló la dificultad para comprender el para qué del trabajo que
realizaba con Jimena:
Leonel: esa es una buena pregunta porque yo no sabía qué es lo que iba
a hacer Jimena. Me explicaba las formas de hacer un protocolo y cómo
[140]
medir las pruebas conductuales, pero yo no sabía lo que quería hacer.
Me sentía mal. Sentía que solo estaba haciendo las cosas para ayudar
pero que no estaba aprendiendo. Me decía “ya sé hacer las cosas, pero
¿para qué?”. Entonces en una ocasión el Doctor y ella me comentaron
que el sentido de no platicarme tanto era para que las evaluaciones
tuvieran un doble ciego, yo no debía conocer cuál era el objetivo porque
pudiera ser que durante las evaluaciones comportamentales me tendiera
a que sí hubiera efectos o ver cosas de más. Entonces me mantuvieron
como ignorante (risas cortas) en ese aspecto para que no tuviera efectos
en los resultados, pero ya en futuras ocasiones me iba revelando pocas
cosas. En los primeros grupos me decía “Ah, pues esto se hacía porque
íbamos a buscar fenotipos de estrés y luego aplicar un fármaco”. Pero
también esos comentarios salían en la medida en que yo platicaba con
ella. Ella no se acercaba y me decía “esto se hizo por esto”, sino que yo,
bajita la mano, le preguntaba “oye, ¿y qué vas a hacer después?” y ya
ella “ah, bueno, pues vamos a buscar fármacos de serotonina…” y así.
Yo lo iba descubriendo poco a poco y ella me iba dando resultados y
como metas, a corto plazo, y entonces así me fui enterando. Y a la fecha,
si me preguntas qué va a hacer te diría someramente lo que va a hacer,
pero así que yo te pueda explicar el protocolo, etcétera, no lo conozco
muy bien. (Leonel, Entrevista 1, 2016)
Lo que nos deja ver Leonel se relaciona con un aspecto señalado por Wood, Bruner, y Ross
(1976) referido a la importancia de promover la comprensión de la tarea a realizar al mostrar
una relación entre el fin y los medios. Si analizamos la situación desde la investigación
misma y el quehacer experimental dicha relación parece significarse como algo poco
relevante para quien ejecuta las pruebas conductuales y otros protocolos experimentales;
incluso, como en este caso, se resalta la importancia de desconocer el fin, de nueva cuenta
apelando a un discurso sobre objetividad en la investigación. Sin embargo, si analizamos
esta situación desde la perspectiva formativa de quien ejecuta las pruebas, la relación entre
medios y fin se vuelve significativa en tanto posibilita la comprensión de la tarea que se está
realizando y también permite la construcción de un sentido sobre la actividad por parte del
aprendiz. Es preciso resaltar que si bien se han identificado en el laboratorio procesos
formativos relacionados con el aprendizaje por oficio, en algunos casos, como este que se
presenta, se carece de la totalidad o la finalidad de la actividad, un aspecto que Lave (2011)
caracteriza como fundamental para comprender y participar en las prácticas de una
comunidad.
[141]
realizan y también para tener otros aprendizajes que quizá sus pares o guías en el
laboratorio no les estén facilitando de manera directa. En este caso se identifican las
preguntas directas y situadas como una estrategia para buscar dicha comprensión. A su
vez, pude identificar otro tipo de estrategias como la búsqueda de bibliografía adicional o el
aproximarse a otros compañeros participantes en diferentes proyectos de investigación.
Un aspecto que me parece relevante resaltar es que, si bien cada estudiante o grupo de
estudiantes se encuentran a cargo de una investigación, todos los miembros del laboratorio
participan en actividades para colaborar con sus compañeros. Por ejemplo, en el caso de
la investigación sobre el biomarcador, a cargo de María y Gala, los demás compañeros
apoyaron con el análisis de videos, con la realización de cirugías (puesto que María y Gala
aún no habían aprendido a hacerlas).
[142]
conductas, como los cruces de una zona a otra, acicalamiento, defecación o erguirse en
dos patas. Daniela me comentó que para poder analizar los videos de las pruebas se
organizó un seminario en el que se daba cuenta de cómo contabilizar las conductas, pues
todos debían de seguir las mismas normas, de lo contrario se podría interpretar un
movimiento de la rata como una conducta diferente. En la siguiente escena doy cuenta de
la explicación que me dio Rocío, quien en ese momento estaba próxima a realizar su
examen de titulación por tesis y a su vez había sido aceptada ya en el programa de Maestría
en Ciencias enfocada en Neurobiología.
En las siguientes figuras (Fig. 4.5 y 4.6) se describen los movimientos que Rocío me
describió.
[143]
Figura 4.5. Prueba conductual de Campo Abierto. Descripción de la prueba: cruces. Se
obtiene la frecuencia del número de veces que la rata cruza los cuadrantes. Se obtiene el
total de cruces y también se diferencian aquellos realizados en el centro y en la periferia del
campo. Con ello pueden ver si la rata está ansiosa o no, por ejemplo, si se desplaza más
por la periferia que por el centro, o si se arrincona en una esquina. Fuente: Laboratorio NPF.
Imagen proveniente del video de las pruebas.
[144]
con fines de explicación) se presentan diferentes escenas de la misma rata realizando las
anteriores conductas en diferentes momentos. Además, se deben de contar el número de
micciones y defecaciones que tiene la rata durante el tiempo que permanece en la prueba,
puesto que es indicador de estrés. Fuente: Laboratorio NPF. Imagen proveniente del video
de las pruebas.
Las pruebas experimentales, los videos y el análisis de estos corresponden a lo que Latour
y Woolgar (1979/1995) denominan como “instrumentos de inscripción”, es decir, que como
señalé en el capítulo III, representan las observaciones empíricas que han de ser traducidas
en datos analizables mediante pruebas estadísticas y ,este análisis a su vez, es interpretado
y convertido en información. En este caso el análisis de los videos, mide la frecuencia y
duración de las conductas que dan cuenta de los niveles de estrés de los animales, lo que
permite a los estudiantes ir desarrollando algunas conjeturas o supuestos sobre lo que está
sucediendo en las pruebas que, siguiendo con Latour y Woolgar (1979/1995), son un tipo
[145]
de enunciado que precede a la “inscripción gráfica” de un hecho científico, es decir, un
enunciado que se vuelve parte del cuerpo de conocimiento de una disciplina.
Pues dado que el proyecto al que nos metimos era traslacional nosotros
solo íbamos a estar en la parte de investigación y Román (estudiante de
doctorado) iba a llevar la parte traslacional. Cuando terminamos el
proyecto fue así de pues ya nos vamos de aquí ¿no? ya no tenemos nada
que hacer. Le comentamos a Elena (auxiliar de investigación) que a
nosotras también nos interesaba mucho aplicarlo en humanos. Elena
tenía este proyecto ya planeado y nos invita para integrarnos a este otro
proyecto, que es con humanos. Era relacionado a lo que se estuvo
investigando con el TEPT (Trastorno de estrés postraumático). (María,
Entrevista 1, 2016)
[146]
La realización de este tipo de enunciados, a manera de pregunta o de supuestos,
representa una forma también de apropiarse y desarrollar un pensamiento científico por
parte de los psicólogos en formación. De hecho, para Nicolás la capacidad de hacer
preguntas resultó para él un pilar fundamental para su formación como psicólogo e
investigador, aspecto que le acompaña ahora que está cursando un Doctorado en
Biomédicas:
[147]
Nosotros los dejábamos 20 minutos. Pero hay laboratorios que los dejan
6 horas, una hora, y a mí me parecía exagerado. Son tres puntos por los
cuales yo quería investigar respecto a eso porque se dice que si el animal
está mucho tiempo en el aparato se puede dormir, se puede habituar, ya
no le interesa entonces ya no causa los efectos. Y el otro punto era que
si estás teniendo los mismos resultados a los 20 minutos ¿para qué lo
expones más tiempo? ¿para qué lo haces sufrir más tiempo? Ese fue mi
interés al principio y una de las motivaciones para que yo pudiera plantear
mi anteproyecto.
[148]
tema, pero en ese sentido quisiera ver qué encuentro, qué hay. (Leonel,
Entrevista 1, 2016)
He querido mostrar la descripción que hace Leonel sobre el proceso que reconoce le llevó
a la redacción de su anteproyecto de investigación puesto que deja ver el proceso de
construcción o fabricación del conocimiento científico como lo llama Knorr-Cetina
(1981/2005). Tal y como afirma esta misma autora, la propuesta de investigación de Leonel
lleva “las marcas de la contingencia situacional y de la estructura de intereses del proceso
por el cual son generados” (Knorr-Cetina, 1981/2005, pág. 61); aspectos que dan cuenta
de la justificación del tema, pero posiblemente más apegados a las preocupaciones y
dilemas más personales que puede experimentar un investigador y por tanto poco o nada
expresadas en los productos escritos de la academia científica. Por otra parte, la narración
de Leonel expone las estructuras fundamentales que acompañan la apropiación de los
aspectos teóricos y metodológicos de la investigación: el seminario y la asesoría cercana
por parte de la auxiliar o bien del jefe del laboratorio. Ambos aspectos se desarrollarán en
otros capítulos, pero cabe ir resaltando su papel en la formación de los participantes.
Finalmente, me gustaría destacar también la transformación que “una pregunta ingenua”
tiene al momento de compartirse, de problematizarse y de colocarse en diálogo con otros
científicos a partir de la revisión de artículos de investigación especializados en el tema. Al
respecto, es importante recuperar y repensar la noción de participación guiada que propone
Rogoff (1995), al sugerir que la guía no necesariamente ocurre cara a cara, sino que
también se desarrolla por medio de personajes que no se encuentran en la comunidad y
cuyos trabajos pueden representar “ejemplares” (Kuhn, La estructura de las revoluciones
científicas, 1971/1997) o investigaciones representativas que sirven como guía a los
psicólogos en formación.
[149]
alteraciones cognitivas. O se recuperan, o ¿qué es lo que está pasando?
Me quedé con esa duda y fue uno de los puntos para ya iniciar el proyecto
de posgrado. (Leonel, Entrevista 2, 2018)
[150]
Capítulo V. El Seminario
El seminario es una actividad que semanalmente reúne a todos los miembros del
laboratorio, es decir al jefe y la auxiliar de laboratorio y a los estudiantes de licenciatura (los
estudiantes de posgrado parece que no participan regularmente). Durante
aproximadamente dos horas dos o tres estudiantes realizan exposiciones de artículos de
investigación cuyos temas se relacionan con el proyecto en el que estén trabajando.
Asimismo, pueden presentar avances de sus investigaciones, o bien ensayar la exposición
de alguna ponencia o cartel que presentarán en algún congreso. La actividad de exposición
se acompaña de preguntas y retroalimentación por parte de los participantes, y así también,
los temas abordados desatan el diálogo y la discusión de aspectos teóricos y metodológicos
analizados en los artículos. Por otra parte, el seminario busca a su vez invitar a especialistas
en algún tópico que pueda impartir sesiones especializadas en su campo. Durante el tiempo
que participé en el seminario observé dos sesiones en las que una joven investigadora
impartió el seminario.
[151]
medida de la iniciativa de los participantes, solicitud a la que generalmente responde Elena,
la auxiliar de investigación.
Además, Fortes y Lomnitz (1991) describen “las funciones del pensamiento” que se
promueven y desarrollan durante las discusiones del seminario:
Los anteriores aprendizajes descritos por las autoras se promueven también en lo cotidiano
de los seminarios del laboratorio que observé. Por ejemplo, Gala afirma que no es suficiente
[152]
exponer el contenido de los diferentes apartados de un artículo, sino que se requiere
relacionarlo con otros conocimientos y ser capaz de buscar las respuestas ante las dudas
que el artículo provoque. En el siguiente fragmento Gala da cuenta de la retroalimentación
que recibió por parte del Dr. Ismael Torres al presentar su primer artículo:
El doctor nos hacía preguntas. El artículo era muy específico, sobre los
rasgos biológicos y genéticos, del impacto en la conducta, experimentos
con ratas, el impacto con animales, con diferentes tipos de modelos de
estresor. Después de que expuse vino el bombardeo de preguntas. Yo
me quedaba “no sé, así venía en el artículo”. Cuando acabé de presentar
el artículo Ismael me dijo que si ibas a presentar algo no podías centrarte
sólo en lo que leíste, sino que tenías que investigar más allá. Que para
crearte ese bagaje de conocimiento no podías sólo reducirte al artículo
de donde sólo vas a sacar el protocolo, que de verdad tienes que
extenderlo, y que, si te surgen dudas, que tú misma intentes
responderlas. (Gala, Entrevista 1, 2016)
En este sentido, el Doctor Torres no solo está dando guía a una alumna, sino que está
modelando lo que deberían de hacer todos en la presentación de los artículos, y en un
segundo momento, mostrar la necesidad de cuestionar, reflexionar, investigar y volver a
cuestionar para sacar conclusiones propias y formarse como investigadora.
En relación con la apropiación de las formas ser y actuar como científicos, Fortes y
Lomnitz (1991) destacan aquellos aprendizajes desarrollados en torno a las formas de
participación e intervención en ambientes académicos y científicos. La participación no sólo
incluye la comunicación de una idea o una crítica, sino que representa también una forma
de posicionarse ante los demás al defender una idea, al fundamentar y argumentar una
crítica y hacerlo de manera que sea socialmente aceptable y que “siga las reglas del juego
del debate académico”, lo cual conlleva también aprender a recibir las críticas de los demás
(Fortes y Lomnitz, 1991, p. 116). Las autoras resaltan que “las discusiones presentan la
unidad básica de la vida social en la comunidad científica” por medio de las cuales se
presentan los elementos “intelectuales, emocionales y sociales” que se pretenden formar
(Fortes y Lomnitz, 1991, p. 114 y p. 116). Al respecto, Nicolás señala que el seminario le
ha sido de utilidad para aprender a posicionarse como investigador:
[153]
que no sabes. Porque ahí estás (en el seminario) justamente siendo
criticado por lo que sabés y lo que no sabés. Hay ambas, aparte el cómo
lo interpretas porque hay gente que no le gusta eso y cae. Y hay gente
que lo puede superar, que tiene resiliencia y eso los ayuda. (Nicolás,
Entrevista 1, 2016)
Como deja ver Nicolás, además de aprender estas reglas de interacción en el debate
académico, hay que hacer frente a las emociones que la crítica genera, a la ansiedad de
sentir que no se sabe y tener que responder preguntas del jefe del laboratorio u otros más
expertos, preguntas que posiblemente no se comprenden del todo. Este tema será
desarrollado con mayor profundidad en el presente capítulo, pero quisiera adelantar que el
control de la ansiedad se vive a su vez como un aprendizaje. Así lo resalta también Leonel,
cuando habla de la necesidad de que sus compañeras –quienes resalta, más sienten este
nerviosismo- presenten artículos y que de manera gradual pierdan ese miedo:
En este fragmento es interesante resaltar, además del tema del control de la ansiedad, el
proceso gradual que identifica Leonel que se debería de seguir para participar en el
seminario, como el hecho de elegir artículos más sencillos y la posibilidad de practicar la
presentación antes de ir al seminario. Las primeras exposiciones en este espacio parecen
vivirse más como un examen o una situación de evaluación por parte del jefe del laboratorio
y su auxiliar, en el que se valora la comprensión de lectura, la capacidad para explicar el
contenido y las formas de elaborar respuestas claras ante las preguntas que surjan.
Posteriormente, con mayor confianza y seguridad, la presentación del artículo se vive más
como una oportunidad de compartir contenidos, de discutirlos y de generar nuevas ideas
que nutran las investigaciones en las que se participa.
Otro aspecto que hay que resaltar sobre la participación de estudiantes en los
seminarios de discusión es el de las relaciones interpersonales que se construyen en dicha
interacción. Por una parte, se encuentran los profesores-científicos que fungen como
[154]
modelo en este tipo de actividades, quienes no sólo demuestran cómo intervenir o cómo
analizar un problema, sino que también corrigen y guían a los estudiantes en su propia
actuación (Fortes y Lomnitz, 1991). Por otra, se aprende también a establecer relaciones
de trabajo con los otros estudiantes y promover:
El doctor tiene muchas cosas que hacer, todos tenemos muchas cosas
que hacer, pero ese es el momento en que todos podemos juntarnos y
debatir las preocupaciones de todos, incluso desde dudas pequeñas.
Cosas muy básicas que a lo mejor damos por sentado pero que vienen
con una gran problematización. Entonces los seminarios para mí, a
diferencia del otro laboratorio (uno en el que participó con anterioridad y
en el que no llevaban un seminario), creo que lo hacen a este levantarse
mucho porque todos combinamos ideas, nos retroalimentamos y nos
llevamos hacia delante con otras perspectivas. (Leonel, Entrevista 1,
2016)
Finalmente, otro aspecto que apoya el presente análisis es el trabajo de Latour & Woolgar
(1979/1995). Si bien los autores no hacen un análisis puntual del seminario como actividad
del laboratorio que investigaron, sí presentan un análisis interesante sobre el tipo de
intercambios conversacionales que tienen los científicos en el laboratorio. Algunos de estos
[155]
tipos se encuentran estrechamente relacionados con una actividad práctica (como el
desarrollo de algún protocolo o prueba), pero hay otros que se relacionan también con la
presentación y discusión de aspectos teóricos y metodológicos de la investigación y que es
de esperarse que puedan encontrarse en los seminarios de discusión. Por ejemplo, el tipo
1 que son los intercambios que tienen la función de difundir información sobre hechos
conocidos, experiencias y conocimiento proveniente de otros investigadores que dan
cuenta del estado de conocimiento de algún tema (p.ej. ¿Ha hecho eso alguien ya? // Hay
un artículo que habla del uso de ese protocolo) (Latour y Woolgar, 1979/1995, pág, 179); el
tipo 2 que se concentra en las discusiones sobre los aspectos metodológicos o del “modo
correcto de hacer las cosas” (p.180); y el tipo 3 que integra los intercambios sobre
cuestiones teóricas de la investigación, pero relacionándolas con otros temas más amplios:
por ejemplo con el objeto de investigación del laboratorio, con las opiniones que se
desarrollan a nivel internacional sobre el tema, los protocolos de investigación y las
implicaciones que pudiera tener en la investigación aplicada (Latour y Woolgar, 1979/1995).
Tanto los tipos de conversaciones entre científicos que proponen Latour y Woolgar
(1979/1995) como los hallazgos de Fortes y Lomnitz (1991) apoyarán en el análisis de la
participación que tienen los estudiantes en el seminario del laboratorio.
[156]
Como describe el Dr. Torres, el laboratorio es un “microambiente” (Entrevista, 27 de
junio, 2018) en el que conviven sus participantes una gran parte del día, y sin embargo es
en el seminario en el que se encuentran todos, se miran y se escuchan como colegas en
formación en el sentido de que se deja ver el uso que tiene cada uno del repertorio cultural
del laboratorio: lenguaje científico, uso de conceptos, exposición de contenido, construcción
de preguntas y supuestos. En la presentación de artículos se hace visible con qué soltura
o con qué dificultad se incorporan en el discurso el lenguaje científico, la actitud del
investigador ante la discusión y la posible presión ante las críticas, en donde se juega a ser,
y en ese sentido poder volverse experto. En cierto modo, se puede ver el seminario con
una metáfora teatral, como un escenario en el que se desarrollan historias, se desenvuelven
actuaciones y en donde el público aplaude o abuchea las interpretaciones. Y también un
escenario en el que los espectadores se sienten identificados con quien se presenta al
frente, porque han vivido la experiencia de exponer por primera vez, o quizá porque les
gustaría presentar con igual soltura y confianza. Las miradas, de ida y vuelta, entre quien
presenta y quienes escuchan se acompaña de un diálogo también, de preguntas,
respuestas, preguntas abiertas e inquietudes a resolver. Ocurre como señala Damasio
(2000): no es sólo que se observe, se comprenda, sino que también se “siente lo que
sucede”, se tiene consciencia de lo que la escena del seminario significa, se entiende la
emoción al exponer, llena de angustia y nerviosismo las primeras veces, de alegría y pasión
al compartir artículos e ideas interesantes cuando se va ganando confianza. En cierto
sentido, el sentir lo que le sucede al otro implica imaginarse a uno mismo en el lugar del
otro, un aspecto de gran relevancia al momento de guiar a quienes son menos expertos, al
comprender la diversidad de formas de participación y actuación en las formas ideales de
aprendizaje y desarrollo que se tienen contempladas en el laboratorio, y también, para el
caso del seminario.
[157]
La siguiente escena, comprendida como una situación social formativa, es parte del
diario de campo redactado durante la investigación y muestra un ejemplo de cómo se
desarrollan las sesiones, que describe una de las actividades fundamentales del seminario:
la presentación de artículos de investigación por parte de los estudiantes.
Leonel inició a las 11:20 hrs. la presentación del artículo “An efficient
chronic unpredictable stress protocol to induce stress-related responses
in C57BL/6 mice”. Presentó el resumen del artículo e hizo énfasis en que
la adaptación del protocolo se realiza para dicha cepa de ratones porque
son resistentes al estrés.
El Dr. Torres intervino para aclarar el punto diciendo que esa cepa de
ratones en general presenta poca motivación ante cualquier cosa “son
holgazanes”, por lo tanto, tienen una baja reactividad al estrés. Señaló
que se usan para experimentos rápidos y sencillos puesto que son muy
difíciles de entrenar. Para ejemplificar lo señalado indicó que para que
aprendan a palanquear (en una caja operante o caja de Skinner) tienen
que darles una mezcla de miel para que se sientan motivados por el
reforzador, mientras que hay ratas que con sólo agua trabajan.
Como podrá verse a lo largo de la escena, las intervenciones del jefe del laboratorio son
continuas y con finalidades distintas. En este caso pretende brindar información adicional a
la que presenta Leonel (información que posiblemente tampoco se encuentre contenida en
el artículo) y que responde más a la experiencia que tiene el Doctor.
[158]
importancia que tiene el estrés en la vida cotidiana y cómo el sistema se
recupera fácilmente a este tipo de estrés, el que no llega a ser patológico.
Elena pareció cuestionar lo señalado por el Dr. Torres y dijo que dependía
de la situación, pues si ese estrés se mantenía por mucho tiempo no
implicaría una mejora, al contrario.
El Dr. Torres aclaró lo comentado por Elena al decir: “Ahí es crónico. Por
ello es importante tener espacios de recuperación”.
En este intercambio se introduce la relación del modelo animal de estrés con el modelo
humano, recordando que, si bien se trabaja con animales de laboratorio, siempre la meta
será buscar comprender los diferentes fenómenos estudiados en el ser humano. Por ello
una estrategia que utiliza el Dr. Torres es realizar ejemplificaciones con temas de la vida
cotidiana, cercanos a experiencias de los propios estudiantes. Sin embargo, lo que
posiblemente realiza Elena es situar el ejemplo dentro de la discusión teórica, en este caso,
situando al estrés como un concepto y fenómeno que debe de especificarse según su tipo.
Si bien se entiende que la diferenciación entre el estrés agudo y el crónico es un
conocimiento que todos comparten en el laboratorio, lo que parece resaltar Elena es que
no se quede como “sobrentendido” o posiblemente buscar reafirmar dicho conocimiento.
No corrige al Doctor, sino que le “invita” de cierta forma a completar la explicación. Este tipo
de intervenciones se ven de manera recurrente durante los seminarios; podemos
visualizarlos como una orquesta, en la que el jefe de laboratorio es el director en la dirección
de los diálogos, de las discusiones, pero que en ocasiones omite aspectos relevantes para
la comprensión, o tan sólo para la aclaración y asegurar que todos comprendan alguna
idea. Es entonces cuando Elena participa a manera de una codirectora, invitando a Ismael
a completar la idea, puntualizar o aclarar algo que quizá quedó en el aire.
[159]
de presentarlos por un tiempo y luego volverlos a exponer. Carlos señala
que lo primero genera depresión, y que lo segundo genera ansiedad.
El Dr. Torres explicó que esas son dos conductas engarzadas. Que el
análisis debe ser muy molecular para poder ver depresión y ansiedad
pues es difícil separarla de manera confiable. (Registro de observación,
2016)
Esta intervención es ahora realizada por Carlos, quien lanza una pregunta que viene
acompañada de un conocimiento previo acerca del estrés, de los estresores y de sus
efectos. La pregunta, parece surgir más de sus propias dudas que del contenido del artículo
que presenta Leonel. En ese sentido es respondida por el Doctor. La escena continúa:
En este punto se puede ver que la presentación del artículo pretende ir más allá de hacer
una síntesis de su contenido, y comenzar a identificar su relevancia, como en este caso, u
otros aspectos que puedan discutirse. También es importante que se identifique la
relevancia en relación con el tema de investigación que desarrollan, puesto que permite ir
construyendo un marco de referencia con el cual guiar su proyecto.
[160]
crónico. Mencionó que es interesante plantearse la hipótesis sobre “¿Qué
tanto el estrés es agudo y lo hacemos crónico? Se deben analizar
también cuestiones de continuidad y contingencia, cuestión que depende
de la ventana temporal del estresor y la fuerza asociativa”, concluyó.
[161]
van apropiando los estudiantes, no es suficiente mostrar una síntesis, sino que se busca
preguntarse más allá de lo que está escrito, preguntarse el porqué de la elección de esta
prueba, por ejemplo. A su vez, hay una incorporación de nueva información, la referida a
las características de la cepa de ratón que proporcionó el Doctor al inicio de la exposición,
para buscar explicarse los resultados de la investigación.
El Dr. Torres contestó que es otra forma más de medir, que sigue la
misma correlación que si se midieran los glucocorticoides.
Elena intervino con una pregunta centrada en los protocolos que tienen
ellos dentro de su laboratorio, relacionada con la cantidad de estresores
y el tiempo de exposición: “El número de estresores por día ¿En el
laboratorio son dos?”.
Elena encaminó su pregunta puntual hacia una reflexión sobre los efectos
del estrés y comentó: “Ok. Por ejemplo, dividir la cantidad. Tener la misma
cantidad de estresores, pero dividirlos por ejemplo uno por día. ¿Será el
mismo efecto?”.
El Dr. Torres respondió a Elena diciendo: “No lo sé. No lo sé. Pero es muy
interesante. Porque si hacemos eso nuestro protocolo se iría a dos o tres
semanas. ¿Cuántos días son de restrictor? (la restricción de movimiento
como estresor)”, le preguntó a Leonel.
[162]
El Dr. Torres hizo cuentas en voz alta. “Entonces serían 28 días”.
Esta serie de intercambios dialógicos deja ver que en cierto punto la discusión va más allá
del contenido del artículo y entran en la conversación inquietudes personales que los
participantes logran relacionar con el tema central que aborda el artículo expuesto.
Posiblemente a esto es lo que se refiere Leonel cuando me comenta “Elena siempre va a
encontrar una manera de problematizar los temas” (Entrevista 1, 2016), quien en este caso
resalta los aspectos metodológicos y los coloca en relación con las propias prácticas del
laboratorio. Con este tipo de intervenciones y diálogos entre Elena y el Doctor, se entetejen
las preguntas que denomino genuinas, es decir, las que se proponen a partir de dudas y
supuestos que van construyendo como investigadores, desde su propia experiencia y
desde sus inquietudes. En este sentido, las reflexiones que hacen como parte de estos
diálogos pueden interpretarse también como un modelo de interacción y de reflexión para
los participantes.
Por otra parte, Nicolás, comienza a plantear un tema a discutir relacionado con la
forma de comprender y diferenciar al estrés crónico del agudo e introduce un concepto que
no se aborda en el artículo presentado por Leonel: la resiliencia.
[163]
Este fragmento es interesante en el sentido de que presenta un tipo de participación que el
propio Dr. Torres realiza: el de buscar relacionar el modelo animal de los trastornos que
estudian con los modelos humanos. Sin embargo, el ejemplo que coloca Nicolás se aleja
demasiado del marco conceptual con el que están trabajando el tema de estrés. El doctor
así lo señala; sin embargo, no hay una explicación de si la tortura pudiera ser analizada
desde un modelo animal, aunque pareciera que la intervención de Elena deja en evidencia
lo absurdo y poco ético que sería hacerlo.
Esta escena del seminario pretende mostrar tanto la dinámica de participación que
se sigue en las intervenciones como el contenido de éstas. El análisis de esta y otras seis
sesiones que observé del seminario me permitieron identificar y diferenciar el tipo de
participación y temas que abordan los diferentes miembros del laboratorio. Dicha
diferenciación es guiada en primer lugar por la función que cada miembro asume dentro del
seminario. En este sentido, el jefe de laboratorio está encargado de dirigir la discusión hacia
temas relevantes, evaluar si los estudiantes están comprendiendo los temas y buscar hacer
una síntesis de lo más importante. Por ejemplo, en la escena antes descrita resalta su
intervención para hacer un cierre de la exposición a cargo de Leonel. Por su parte, la auxiliar
de investigación representa también una figura guía o de acompañamiento en la formación
dentro del laboratorio, sin embargo, en el seminario resaltan las intervenciones que hace al
relacionar los artículos con otros temas, como por ejemplo, en esta escena, la relación
establecida entre los protocolos de investigación llevados a cabo en el artículo con los
protocolos que se utilizan en las investigaciones del laboratorio.
[164]
Tipo B. Preguntas Investigación estudiante se apropie y
genuinas científica desarrolle intercambios y
Tipo C. Criticar, discusiones según las normas
provocar la Modelo animal de actuación en el quehacer
respuesta del al modelo científico. Los recursos
estudiante humano utilizados pueden ser de corte
escolar, como los géneros
Evaluación de las Vida cotidiana discursivos que se identifican
participaciones en el aula: IRE (intervención-
respuesta-evaluación),
Explicaciones narración, argumentación
(Candela, 2001).
Ejemplos
Metáforas y
analogías (narración)
Mtra. Diana Preguntas: Conceptos Hay preguntas y comentarios
Quiroz Tipo A. Guiar a la que guían a la reflexión que a
Auxiliar del reflexión Metodología primera vista se dirigen hacia el
Laboratorio Tipo B. Preguntas Protocolos Dr. Torres como
genuinas cuestionamientos, pero cuya
Tipo C. Criticar, Ética intención más parece invitar a
provocar la profesional dar más información o hacer
respuesta del aclaraciones sobre un tema.
estudiante
La intención de las preguntas
Comentarios sobre sobre metodología se relaciona
método, protocolos, con el tipo de conversación 1
instrumentos y identificado por Latour &
sujetos en la Woolgar, (1979/1995); difundir
experimentación información e inspirarse en la
experiencia y conocimientos de
otros para mejorar el propio,
sobre el modo correcto de
hacer las cosas (Latour y
Woolgar, 1979/1995)13 y sobre
su pertinencia tanto en la
investigación presentada en
seminario como en los
protocolos seguidos en el
laboratorio.
13En el caso de Latour y Woolgar ( 1979/1995) este tipo de intercambio conversacional se observa
en el curso de alguna actividad. Yo lo encuentro también en conversaciones sobre el método, no
exclusivamente al estar realizando alguna prueba experimental.
[165]
Rocío Preguntas: Contenido La intención en las
Próxima a críticas teórico intervenciones se identifica
titularse de reflexivas como la posibilidad de generar
licenciatura sobre el Contenido discusiones, reflexiones y
(en 2016) contenido metodológico conocimiento nuevo.
Como puede leerse en la matriz anterior, las intervenciones que realiza el Dr. Torres se
concentran con mayor fuerza en buscar la comprensión de los temas analizados y buscar
generar pequeñas discusiones que generen procesos de reflexión en las y los estudiantes.
La siguiente escena resalta sobre todo la función que tiene el Dr. Torres para generar la
reflexión y discusión sobre un tema.
V.3.1 Escena 2. Intervención del Dr. Torres para promover la discusión: ¿Se puede
borrar la memoria? ¿Cómo contestar esta pregunta?
[166]
El tema hizo recordar al Doctor una pregunta que le hicieron en una de
las clases que imparte en la licenciatura en Psicología “¿Es posible borrar
la memoria?”. Contextualizó la pregunta al comentarnos que un grupo de
estudiantes dijo que unos autores presentaron un estudio en el que
afirmaban que era posible borrar la memoria. Esto generó preguntas y
debates en la clase, pero contó en el seminario que en el momento no
dio una respuesta y que más bien lo estuvo pensando durante la noche y
que quería saber cuál era nuestra opinión. Y así, fue preguntando a cada
uno de nosotros “¿Es posible borrar la memoria?”
Nicolás: No.
La intervención que hace Elena nuevamente nos hace identificar su papel como codirectora
en la orquestación de la discusión en el seminario, en este caso aportando información
adicional para situar el tema a discutir.
[167]
funciones psicológicas, más que buscar la relación e interacción entre las
estructuras.
El Dr. Torres cierra, una vez que todos han participado, y dice que la
memoria tiene múltiples implicaciones, puesto que se trata de una red
que está conectada y que se hace evidente en el aprendizaje, en el
Alzheimer, en el reaprendizaje, explica, “dar nuevo significado”.
Nicolás agrega que se trata de una cuestión “funcional más que modular”.
La organización que realizó el Doctor para hablar sobre la memoria sigue la estructura del
género IRE (interrogación-respuesta-evaluación), muy presente en las aulas de clase
(Candela, 2001). Sin embargo, insiste en que todos los participantes den su respuesta
argumentativa antes de dar una evaluación a las mismas y una retroalimentación. No es
suficiente una respuesta dicotómica de sí o no. Así, el género IRE en esta interacción
incorpora la argumentación como parte importante en la respuesta, misma que dará pie
también a la reflexión. Por otra parte, escuchar a los demás compañeros permite a los que
aún no responden a elaborar su respuesta, agregando información, utilizando ejemplos o
recurriendo a bibliografía que han revisado. Así mismo, la breve evaluación que hace el
Doctor, al decir “muy bien” o al no hacer correcciones, invita también a los participantes a
seguir la línea argumentativa en las respuestas.
[168]
La presentación del artículo involucra una serie de habilidades que se aprenden
conforme van participando en el seminario. En primer lugar, está la búsqueda en bases de
datos especializadas y el ejercicio de identificar qué artículo puede resultar de utilidad para
el proyecto de investigación que se esté realizando. Por otra parte, y éste sí fue un tema de
conversación con María y Gala, está la comprensión de textos en inglés, pues la gran
mayoría de bibliografía revisada, sobre todo artículos, están escritos en este idioma. El
análisis de un artículo para su presentación y discusión requiere no sólo realizar una síntesis
de los apartados, sino realizar una crítica a la investigación misma en términos que pueden
ir desde su pertinencia, innovación o relevancia metodológica, implicación de los resultados
obtenidos, entre otros. Y también supone realizar un ejercicio de comparación con los
propias investigaciones, procedimientos, protocolos y resultados que se desarrollan en el
laboratorio.
[169]
tal concepto?, mismas que, realizadas por los estudiantes, son generalmente formuladas
como preguntas genuinas que les surgen. En caso de realizarlas el Dr. Torres, puede
identificarse también una intención de hacer reflexionar al expositor, como por ejemplo
“¿por qué cree que hicieron eso?”.
[170]
Cuadro 5.2. Escalera de participación formativa en el seminario: presentación de artículos y tipos de participación
Inicio
Fuente: elaboración propia a partir del registro de información en entrevistas y diario de campo.
[171]
Como destaqué también en el capítulo anterior al presentar la escalera de participación
formativa en el quehaer experimental, los pasos a dar en la escalera representan aquellas
formas ideales de presentarse, de reflexionar y de dialogar en un espacio académico como
lo es el seminario. En cierta forma, lo que parece esperarse de los estudiantes es que
desarrollen un pensamiento crítico, que sean capaces de hacer preguntas novedosas, que
puedan mantener una discusión argumentada, y que mantengan una postura ecuánime
ante las críticas y que no lo tomen como una cuestión pesonal. Es en este sentido que
identifico que se construye una idea de aprendizaje en esta dirección. Sin embargo la
experiencia de participar en el seminario es diferente para cada estudiante, a algunos
parece facilitarse tomar la palabra y exponer frente a los asistentes, hacer preguntas y
también proponer discusiones; para otros es posible que la observación y la escucha atenta
sean actividades reflexivas que no necesariamente sientan que deban de externar. Por otra
parte, algunos podrán ser más hábiles en el pensamiento teórico de las investigaciones y
otros más, más hábiles en el desarrollo de técnicas y procedimientos experimentales.
Recuperando la noción de vivencia (Vygotsky, 2018; Veresov, 2017), comprendo que los
estudiantes participan a partir de las propias habilidades y conocimientos que tienen, pero
también a partir de las motivaciones e intenciones que tienen en relación con el seminario
y con sus propios caminos formativos. Esto se relaciona con las características que tiene el
seminario como un espacio para aprender y poner en práctica las formas ideales de ser y
actuar como científico, mismas que en ocasiones parece que no son sensibles a la
diversidad de los participantes. Está una cuestión de las formas personales de interactuar
y relacionarse con los demás. En el seminario destacan más aquellos que tienen facilidad
para hablar y mayor seguridad al participar. Nicolás reflexionó al respecto en la segunda
entrevista que mantuve con él:
Los jefes de laboratorio, quieren eso, quieren gente creativa, gente con
iniciativa, que pregunte, quieren todo eso, pero hay gente que puede ser
que las tenga, pero se enmascara con la timidez, con ciertas conductas
sociales. Yo, por otras referencias, se de un profesor que parece que da
un nivel de confianza y gentileza y eso anima a la gente a hacer
preguntas, a interactuar. (Nicolás, Entrevista 2, 2018)
En el anterior fragmento, Nicolás nos lleva también a cuestionarnos acerca de las formas
de acompañamiento que se presentan al participar en el seminario. En el capítulo anterior
destaqué que la apropiación del uso de instrumentos, procedimientos y de técnicas
resultaba menos complejo que el de la apropiación de los objetivos y conceptos teóricos
[172]
presentes en las investigaciones. El proceso de acompañamiento en el primer tipo de
actividad sigue el modelo del aprendiz que se ha desarrollado en el laboratorio, pero el
segundo tipo de actividad parece más una actividad individual, sobre todo más a cargo de
quien es responsable de la investigación, no involucrando completamente a quienes
realizan el trabajo experimental. Aún así, identifiqué que se espera que haya una
comprensión de lo que se realiza en los proyectos de investigación del laboratorio, para lo
cual se organizan seminarios alternos al que reúne semanalmente a todos los miembros
del laboratorio, estos sí, con la presencia de los estudiantes de doctorado responsables de
los proyectos. Si bien se cuenta con los seminarios alternos, e incluso con el seminario
semanal, es difícil para los estudiantes de reciente ingreso comprender los objetivos,
conceptos y protocolos de las investigaciones en las que colaboran. Por ejemplo, para
María y para Gala resultó difícil llegar a saber bien a bien qué estaban haciendo en las
pruebas experimentales, para qué las hacían y qué se esperaba investigar, como
anteriormente había destacado.
[173]
transitar al ingresar al laboratorio. Y si bien de manera general se evalúa la responsabilidad
con la que asumen las tareas encomendadas (según lo narrado por Elena al hablar del
proceso de ingreso de los estudiantes en 2018) los participantes viven la presentación como
una evaluación de sus capacidades y de sus conocimientos. Gala me describió cómo fue
la primera presentación que hizo en el seminario:
Elena me dijo “Muy bien. Prepara estos dos artículos para el siguiente
seminario que es el miércoles”. Yo me quedé sorprendida. No sabía leer
en inglés, soy pésima en inglés. Y era un artículo como de 20 páginas.
Ahí sí sentí mucha presión. Llegué al seminario, me presentaron y luego
luego me pusieron a exponer. Aparte, cuando yo entré tenía una clase
que no me permitía quedarme todo el tiempo, entonces sólo podía entrar
una hora del seminario y tenía que irme. Entonces la agonía de presentar
ese artículo me duró como tres semanas y yo no podía acabar de
presentarlo porque era gigante. (Gala, Entrevista 1, 2016)
[174]
Al principio recuerdo que me retaba más en los seminarios, apenas
íbamos empezando a exponer, y así hasta que me puse a estudiar y
estudiar, y fue que así no me iba tan mal en los seminarios. (Carlos,
Entrevista 2, 2018)
Y posteriormente parece que el reto en el laboratorio se deja de ver como tal, como en el
caso de Nicolás, quien actualmente (2018) estudia un doctorado en la Facultad de Medicina
y participa en un seminario en el que identifica hay mayor rigurosidad al momento de
presentar los artículos:
Posiblemente Nicolás viva su experiencia dentro del laboratorio como un periodo inicial
dentro de su formación como científico, identificando que se ha apropiado ya de los recursos
que el laboratorio del Dr. Torres cuenta para promover la formación, y posiblemente el reto
de exponer, de explicar y discutir con compañeros de la licenciatura no representaba mayor
dificultad. Así lo expresa en este fragmento de entrevista:
[175]
V.5 Afectos y vínculos: el miedo a exponer(se), a las preguntas y a quedar
mal
La misma sensación de bloqueo ante las preguntas es experimentada por Daniela, quien
relata haberse sentido realmente mal en su primera exposición:
14 El tema de género se me presentó sin necesariamente considerarlo al inicar la investigación. Pero como se
habrá advertido en este capítulo, resaltan más las narraciones acerca del nerviosismo, la ansiedad y el miedo
a presentar y participar en el seminario en el caso de las mujeres, no tanto así por parte de los hombres, tema
que menciona de manera distante Nicolás, y que Leonel, comprende, pero no narran experiencias similares a
las de Daniela, Rocío, María y Gala. Es preciso mencionar algo al respecto, no dejarlo como una simple
diferencia individual, sino como producto de las prácticas y significados compartidos y fosilizados de una ciencia
que se rige bajo las directrices patriarcales. Una ciencia que invisibiliza a la mujer científica, que la deja ver
como colaboradora y no como protagonista. El que las chicas se sientan inseguras al participar y tengan miedo
a fracasar no es una particularidad de las formas de ser, sino expresión de lo que ya he mencionado.
[176]
preguntando. Ya no pude hablar y yo nada más volteaba y veía cómo
todos me veían y estaba helada. Jamás en mi vida me había pasado eso.
De repente me dijeron que nada más me sentara. Yo estaba pálida, ida,
no podía hablar, no podía respirar. Me dijeron que continuara con la
exposición, pero no pude. No tenía sentido para mí lo que decía Ismael,
me dijo que estaba muy mal, luego de repente las críticas individuales de
cada uno de los integrantes del laboratorio sobre cómo podía mejorar.
Creo que los asusté, porque todos me decían que no me pusiera
nerviosa, que era el primer artículo que presentaba y que había
empezado muy bien. (Daniela, Entrevista 1, 2016)
Lo que siguió a la exposición fue la salida de Daniela y la plática que sostuvo después con
Elena:
Leonel también habló de la dificultad que tienen algunas compañeras para hablar en el
seminario:
En ese sentido las diferencias [entre las formas de ser de cada uno de
los estudiantes] pegaban mucho porque por ejemplo sé que María es un
poco tímida y a Gala también le cuesta trabajo, Daniela se pone muy
[177]
ansiosa. En ese sentido creo que le tenían un poco de miedo al seminario
y como a mí me gusta pues ya, yo lo hacía y me encariñaba. Siempre
trataba de llevar un artículo, siempre algo en la medida de lo posible.
(Leonel, Entrevista 1, 2016)
Leonel propone que para que las estudiantes que participan poco se sientan más seguras
se debería de promover que expusieran más.
Recordando a Fortes y Lomnitz (1991) el control de las emociones es algo que también se
vislumbra como un aprendizaje en el laboratorio, algo más a “entrenar” como
frecuentemente los estudiantes hablan del aprendizaje y la enseñanza. En este sentido del
entrenamiento, la repetición de la actividad de menor a mayor complejidad representa una
forma de lograr que la ansiedad no domine sus exposiciones.
Entonces creo que con la docencia (imparte algunos temas de las clases
del Dr. Torres y asesora los proyectos de investigación de los
estudiantes) y el estar interactuando con los chicos, me ha facilitado esa
parte, ya no me da tanta pena hablar y ya es como de “A ver, relájate
respira, tú sabes lo que te están preguntando entonces contesta”.
Entonces esta parte del entrenamiento no solo es tener una función de
enseñar sino también de aprender de ellos. Con los chicos nuevos en
realidad creo que soy esa figura porque nosotros la empezamos a
construir ¿no? (Rocío, Entrevista 1, 2016)]
[178]
puede promover que los estudiantes transiten por las formas ideales de participación,
detalladas en las escaleras de participación formativa descritas en este capítulo. Sin
embargo, las situaciones sociales formativas que se co-construyen en la interacción de los
participantes con dichas formas ideales nos muestran que la participación guiada debe de
integrar el acompañamiento y apoyo necesario para cada situación.
[179]
Capítulo VI. Aprender y enseñar en el laboratorio: funciones, roles y afectos
en el acompañamiento
En los dos capítulos anteriores describí cómo el laboratorio promueve la formación de los
recién llegados mediante un modelo de aprendizaje centrado en la figura del aprendiz por
oficio al establecer relaciones de enseñanza-aprendizaje entre los estudiantes más
expertos y los novatos. Identifiqué que la relación se hacía más evidente en las actividades
del quehacer experimental, y no así en la apropiación del conocimiento teórico-
metodológico de las investigaciones o en el análisis de datos. En este capítulo se busca
analizar con mayor profundidad las formas de significar y poner en marcha dicho modelo,
destacando las particulares formas de enseñanza y acompañamiento que los diferentes
miembros del laboratorio brindan a los de recién ingreso. Así mismo, nos aproximaremos a
dos figuras clave para el laboratorio: el jefe y la auxiliar de investigación; al identificar los
roles asumidos al momento de enseñar, el tipo de apoyo que pueden brindar y las
peculiares formas que tienen los participantes de significarlos. El capítulo concluye con una
mirada dirigida hacia las vivencias de los psicólogos en formación, con el significado que
otorgan a su experiencia como participantes del laboratorio y las proyecciones que tienen
en su formación como psicólogos.
De acuerdo con Sadler, Burgin, McKinney y Ponjuan (2010) la formación de los estudiantes
de posgrados en ciencias ocurre a manera de research apprenticeships o aprendizaje en la
investigación al trabajar de manera cercana con sus tutores-investigadores, y señalan que
el proceso mediante el cual los estudiantes se convierten en científicos no es muy diferente
al proceso que describen Lave y Wenger (1991) sobre las parteras y los sastres. Los
autores señalan que el modelo de research apprenticeship ha sido adoptado por numerosos
programas de pregrado para la formación de científicos en Estados Unidos, y en el estado
de conocimiento que hacen sobre el tema (hasta el 2008) destacan que las investigaciones
consultadas muestran los efectos positivos que la implementación de este tipo de
programas tiene para los estudiantes (Sadler, Burgin, McKinney, & Ponjuan, 2010). Entre
los temas que identificaron están: el de las proyecciones académicas (se promueve que los
estudiantes elijan formarse como científicos); aprendizajes relacionados con la naturaleza
de la ciencia (conocimiento científico y cómo se hace la ciencia); apredizaje de contenido
especializado en ciencia (ideas, principios, conceptos); confianza y autoeficacia, desarrollo
[180]
intelectual (centrado en habilidades de pensamiento crítico y razonamiento lógico);
desarrollo de habilidades (técnicas, de trabajo en equipo, de lectura, escritura y
comunicación académica, de análisis estadístico y sobre ética en la investigación);
apropiación de prácticas discursivas de la ciencia; y satisfacción de la experiencia. Sin
embargo, no se describen investigaciones en las que se profundice en comprender los
procesos mediante los cuales se desarrollan estas experiencias de participación y
aprendizaje. De manera general, se entiende que el modelo de aprendizaje por oficio
(apprenticeship) en ciencias parte de integrar a los aprendices en las prácticas de una
comunidad, trabajando “codo a codo” de pares más competentes, expertos y “veteranos”
(Barab & Hay, 2001). Esto puede deberse a que parece ser que el modelo del aprendiz se
piensa como dado, en el sentido de que se plantea como el establecimiento de la relación
novato-experto y a partir de ello se espera que la diada trabaje en la enseñanza y el
aprendizaje de las normas, las formas de trabajo y actividades específicas del laboratorio.
Es decir, un desarrollo natural del aprendizaje a partir de designar responsables del
acompañamiento de los participantes que se integran. Esto puede vincularse con las
propias formas de comprender el desarrollo de los aprendizajes por parte del jefe de
laboratorio:
Pues creo que no se dan cuenta de que aprenden. Más bien evolucionan.
Porque si fuera un rollo muy lineal de aprendizaje, pues les daría un
cuestionario. “Tienes que aprender A, B y C y táchale al final”. Lo que yo
creo que es una evolución. Ellos mismos van creciendo, van tomando
decisiones diferentes, se van percatando que tienen que asumir
responsabilidades y creo que los cambios se ven hasta que hay gente
como usted que hace estos trabajos. Y se da cuenta “¡Mira, yo era así de
inútil cuando era chiquito y mira, ahora estoy haciendo esto!” No es algo
que les vayamos dando un registro, es algo que solamente en ocasiones
se puede retroalimentar pero que creo que ese es un poco el trabajo del
jefe del laboratorio. Tienes que írselos fomentando, permitiendo que
avancen. (Dr. Torres, 29 de junio, 2018)
[181]
una especie de aprendizaje en cadena, donde el que aprende luego enseñará a los recién
llegados, sin embargo, no se reflexiona mucho sobre el proceso.
En esta reflexión que hace Nicolás podemos observar nuevamente cómo el proceso de
acompañamiento para la comprensión teórica y conceptual se encuentra dentro de un
imaginario dado, una construcción social donde el aprendizaje se da por los mecanismos
propios del escenario donde cada participante deberá pasar por “la escalera formativa” de
manera “natural”, generando con ello pocos espacios de intencionalidad y potencialidad
para promover el aprendizaje. La cuestión de la trayectoria individual aparece como un
elemento diferenciado en las formas de participación y de aprendizaje que identifican los
participantes. Leonel resalta que en la participación en los seminarios es sobre todo en
donde se identifican las diferencias:
Este fragmento deja ver que la diferencia se puede significar a partir de los niveles de
responsabilidad y de cumplimento con los acuerdos que se tienen para la participación en
el seminario, y en general en el laboratorio. Pero, además, está el hecho de que Leonel
identifica que participar, cumpliendo con lo que se les solicita, conlleva aprendizajes, por lo
que quienes no participan se van “rezagando”. Otro punto importante que remarca Leonel
es que, en ese sentido, el laboratorio enriquece más a quienes cumplen conforme a lo
esperado, pero que pareciera que no hay formas claras de acompañar a quienes no lo están
haciendo. Como señalé en el capítulo anterior, la participación en el seminario puede
tornase una experiencia colmada de ansiedad, de miedo a hacer visible lo que no se sabe,
o de no poder cumplir con las expectativas que se tiene de ellos.
[183]
de pregrado con estudiantes de posgrado y con los investigadores en un laboratorio en
relación con el capital cultural que la participación y la interacción con estos miembros
puede promover. Sin embargo, destacan un aspecto central, son los estudiantes con un
mayor capital cultural los que se acercan a participar en este tipo de experiencias
formativas, son quienes tienen mayor conocimiento de lo que significa la investigación
científica y quienes también tienen mayores posibilidades de cumplir con el perfil de
científico en formación con capacidades ya desarrolladas en periodos de escolarización
previos y promovidas en el ambiente familiar; quienes no requieren de mucho apoyo para
el aprendizaje y la apropiación de los conocimientos, habilidades y actitudes que el mundo
científico exige.
¿Cómo diseñar un modelo del aprendiz sensible a las diferencias? ¿Cómo generar un
laboratorio en el que la ciencia no sea excluyente? No pretendo responder a esta pregunta,
pero sí considero que es una interrogante para plantearse al proponer experiencias de
formación en los laboratorios. Como he resaltado, las escaleras de participación formativa
descritas en el capítulo cuatro y cinco son formas ideales del aprendizaje que se espera
desarrollen los estudiantes. Sin embargo, si retomamos la noción vygotskiana de situación
social de desarrollo (Veresov, 2017), comprenderemos que no es suficiente analizar las
características contextuales de los espacios de formación, sino que es necesario
entenderlas en relación con las características personales de quien aprende, y en este
sentido poder proponer estrategias que acompañen, en armonía con sus capacidades
actuales o reales, en la apropiación de los conocimientos, habilidades y actitudes propias
del psicólogo e investigador.
[184]
uno quisiera que el investigador fuera bueno en todo, pues eso también
es un sueño guajiro, entonces mejor habrá que ser sensibles para saber
en qué momento el estudiante empieza a brillar e impulsarlo en ese
sentido y dejar que se siga formando. (Dr. Torres, 29 de junio, 2018)
Al respecto, el laboratorio ha tomado medidas que permiten identificar en primer lugar, los
intereses de los estudiantes al conversar con ellos en la entrevista inicial antes de ingresar
al laboratorio. Y posterior a esto el tipo de acompañamiento que cada estudiante requiere
se desarrollará en relación con lo emergente, es decir, con la solicitud de apoyo generada
por parte de cada estudiante, en las asesorías que los estudiantes soliciten para redactar
un proyecto de investigación y la revisión de documentos escritos (resúmenes para
participar en congresos, artículos o la propia tesis). Sin embargo, estos apoyos se
presentan según las características y condiciones personales, tanto de estudiantes como
de los asesores. Para el caso de los pares más expertos el apoyo y acompañamiento se
orienta según las formas de ser de cada uno de ellos:
Gala, quien se formó junto con María, narra también cómo se sintió con las formas de
enseñar de Rocío y Nicolás, aunque es interesante que busca comprender también lo que
vivía Rocío al enseñarles:
Aunque también comparte su sentir en relación con los estilos adoptados por Rocío:
[185]
Ro se quedaba con nosotras y nos decía “Miren, el laberinto se coloca
así, yo les recomiendo que hagan esto” pero sí era súper ruda. Era de
“una bitácora se llena así, tienen que poner estos datos” y “debes de
marcar a las ratas así [en la cola con plumón indeleble con número y
líneas de color] y debes indicarlo en tu bitácora”. Y le preguntábamos
“¿Entonces cómo las marcamos?” y nos decía “No sé, es su proyecto”. E
insistíamos, “Pero dinos cómo hacerlo”, y nos respondía “Yo ya les dije
varias estrategias o formas que pueden hacerlo, ustedes decidan cómo”.
Era pensar que alguien más experimentado que dijera cómo ponerlo.
(Gala, Entrevista 1, 2016)
Este último fragmento de la entrevista con Gala nos invita también a reflexionar acerca de
las situaciones sociales de formación. Si bien el contexto de aprendizaje invita a que los
aprendices se hagan responsables y tomen iniciativas, es posible que algunos participantes
experimenten dicha iniciativa con dificultad, lo cual se hace comprensible también al
reconocer una larga historia de escolarización y de formación, muchas veces marcada por
la asignación de tareas en las que el estudiante espera instrucciones específicas de cómo
realizarlas, dejando fuera las decisiones propias. En este sentido, la construcción de la
confianza en sí mismo es fundamental para lo que posteriormente el jefe de laboratorio
espera que desarrollen los investigadores en formación: iniciativa y creatividad.
Para el caso de Elena, el apoyo que otorga está en función también del tiempo que
pueda brindarles a los estudiantes, siendo éste diferenciado en relación con otras
actividades en las que fue incorporándose, como la docencia y el cursar una maestría:
Elena fue de mucha ayuda para mí, pero después se diluyó, ella entró a
su maestría y demás, evidentemente tenía otras cosas que hacer y ya no
tuve el apoyo de ella en ese sentido, y tampoco lo pedí porque sabía que
ya tenía muchas cosas que hacer (Leonel, Entrevista 2, 2018)
En este primer apartado del capítulo he buscado visibilizar que la propuesta de formación
de científicos en laboratorios mediante el modelo del aprendizaje por oficio (apprenticeship),
el modelo del aprendiz o las pasantías de investigación, como generalmente se encuentran
en la bibliografía, involucra un entramado de relaciones, afectos y circunstancias que se
entretejen con las características que ofrece el contexto, en este caso la propuesta del
modelo del aprendiz.
A continuación, detallaré las formas que tienen tanto el jefe de laboratorio como su
auxiliar de investigación para acompañar la formación de los participantes del laboratorio.
[186]
En general, el Dr. Torres representa más una figura de autoridad para los participantes, en
ocasiones lejana y en otros casos más cercana, cuestión que se relaciona con las formas
que desarrollan las y los psicólogos en formación de relacionarse y vincularse con él. Por
otro lado, Elena, representa generalmente una figura más cercana a quien recurrir para
resolver dudas y para buscar consejos, y también parece fungir como una mediadora entre
los estudiantes y el Doctor al momento de tomar decisiones, de presentar propuestas de
investigación o incluso al mostrar y afrontar errores cometidos.
Dr. Torres: ¿Sabe qué? Creo que ser yo mismo. No me ha gustado ser
pretensioso, ni demás. Ser lo que me gusta ser y que los estudiantes
entiendan que el privilegio de las personas que nos gusta la ciencia y que
nos podemos dedicar a ciencia, hace que la universidad nos pague por
algo que la gente dista mucho de hacer. De hecho, parte de lo que ha
impulsado la universidad es ese sentimiento, de que la gente sienta que
esta es su casa. Eso es lo primero que entiendan los estudiantes. Hacer
ciencia en este país es por gusto. Hacer ciencia es estar aquí en un
[187]
laboratorio, a veces no te ve nadie, pasas desapercibido, pero es un gusto
hacer ciencia. (Dr. Torres, 29 de junio, 2018)
Y si bien ser ejemplo puede guiar las propias trayectorias de los estudiantes e inspirar un
sentido de compromiso y amor por la ciencia, el Doctor identifica que no es suficiente, y que
es necesario un acompañamiento cercano en la formación cotidiana de los participantes:
Es en relación con esto que se propone el modelo del aprendiz en el proceso de enseñanza
y aprendizaje en el laboratorio, resaltando que no sólo se trata de los contenidos a aprender
o las técnicas a dominar, sino también del establecimiento de relaciones de confianza que
promuevan el aprendizaje. Construir una relación más cercana con el jefe de laboratorio
resulta más difícil, inicialmente porque para los estudiantes de recién ingreso prevalece el
temor a ser regañados y no cubrir con las expectativas: “Ismael es accesible, pero creo que
siempre hay un miedo a llegar hasta él en algunas situaciones” (María, Entrevista 2, 2018).
En segundo lugar, el jefe de laboratorio cumple con otras actividades académicas por lo
que no siempre tiene el tiempo suficiente para dialogar con los estudiantes: “se la lleva más
en cosas administrativas y de docencia” (Carlos, Entrevista 2, 2018). Finalmente, parece
que entre los estudiantes se construye la idea de que son los estudiantes que resalten más,
o lo que mayor potencial tienen, los que son “mirados” por parte del Dr. Torres:
[188]
En cuestiones más académicas sí acudo con Ismael, o luego Elena nos
ayuda a cómo llegar hasta él, cómo plantearle las cosas para que, en
caso de que sea grave, pues no se enoje tanto, o que sepamos justificar
lo que queremos. Es en cierta parte un mediador entre nosotras e Ismael.
(María, Entrevista 2, 2018).
Con Ismael era más si ocurría algún problema, o sea, si ya al correr los
experimentos algo salía mal era como tienes que ir con Ismael. “Dr., la
regamos en esto, ¿cómo le hacemos?” Nos regañaba y nos decía que no
debíamos hacer, y nos daba la solución, “bueno ya la regaron, ahora
tienen que hacer esto y esto para solucionarlo”. (Gala, Entrevista 2, 2018)
Por otra parte, Nicolás y Leonel parecen tener una mayor afinidad con el Dr. Torres, sobre
todo Nicolás, quien afirma haber desarrollado una relación más cercana con él:
Ismael fue guía, su función es ser guía. La relación Ismael y yo, desde mi
experiencia haciendo la tesis, fue una persona que te marcaba límites,
pero sin limitarme a un estudio particular. Pero también la parte
interpersonal, entre aprender a cómo lidiar con las conductas sociales del
otro Me di cuenta de que yo tenía deficiencias en la interacción social.
Tuvimos varias conversaciones personales [en] que él me daba consejos
de su vida personal y cómo yo debería de incorporar ese consejo a mis
cuestiones cotidianas. Porque terminé también aprendiendo que es muy
importante saber cómo modularte, cómo saber expresarte con los demás,
y más cuando estás trabajando en equipo. Eso fue algo muy importante
que aprendí de Ismael. (Nicolás. Entrevista 2, 2018)
[189]
para formarse en una técnica específica fue enviado a aprenderla al laboratorio del Dr.
Efraín, en donde tanto el Dr. Torres y Elena se formaron:
Los hice aquí (el trabajo experimental), en el laboratorio del Dr. Efraín
(quien fuera maestro del Dr. Torres y la Mtra. Elena Quiroz), ahí hice las
cirugías, y en ese tiempo había una chica en su laboratorio que estaba
interesada en el mismo tema y que estaba en clase con Ismael, entonces
ahí hubo un acercamiento y con ella colaboré, ella me ayudó mucho a la
parte de mi tesis, a hacer las cirugías, y también de vuelta yo le estaba
ayudando con su tesis. Ahí más o menos la fuimos llevando. Así se
empezó a manejar con Ismael, te decía la técnica una o dos veces y ya.
Si tienes dudas te acercas y lo buscas, o si no, ya deja que tú te hagas
cargo. De vez en cuando te pide datos, te pregunta cómo vas con tus
experimentos, te dice tráeme avances y ya lo revisamos y lo discutimos,
pero si no, es tu responsabilidad. (Carlos. Entrevista 2, 2018)
En cierta forma la libertad que se deja para realizar el trabajo puede vivirse como el asignar
un voto de confianza al trabajo, pero pareciera que dicha confianza puede vivirse también
como una cierta soledad, misma que busca ser interrumpida a través del trabajo y
acompañamiento entre los pares, aunque como señala Carlos, la incertidumbre de si se
realiza correctamente permanece “más o menos la fuimos llevando”. Resalta también el
hecho de que las formas de guiar y acompañar “en la lejanía” son formas que parece se
aprenden y se trasmiten entre laboratorios, como posteriormente profundizaré al presentar
las formas de acompañamiento que Elena identifica se han establecido en el laboratorio en
relación con lo que aprendieron en el laboratorio del Dr. Efraín.
Centralmente identifico que Elena funge como apoyo para el jefe del laboratorio, en gran
medida en las actividades de formación de sus miembros al estar más cercana a los
estudiantes, supervisar su participación y darles retroalimentación. En este sentido, cuando
le pregunto por su función en el laboratorio como auxiliar de investigación, Elena describe
así su participación:
[190]
todo lo demás que se tiene que hacer, pues no acabaría. No quiero decir
que encontramos la fórmula perfecta para trabajar, pero algo que he
observado en muchos lugares en donde realmente sólo se dedican a la
investigación, que generalmente son institutos, es que hay un técnico en
el laboratorio, y puede ayudar también a que el trabajo conjunto del
laboratorio sea más eficiente. Retomando un poco este aspecto de los
laboratorios de instituto, pues fue que Ismael y yo nos fuimos acoplando
a esta forma con la cual él puede ser el jefe del laboratorio. Y la parte que
me gusta es estar junto con los estudiantes, enseñándoles las cosas que
podamos hacer, pues sí, también como la parte de mediación, como la
parte de Ismael y la parte de los estudiantes. (Mtra. Elena Quiroz, 30 de
julio de 2018)
Elena puede presentarse como alguien más cercana a los estudiantes, en primer lugar,
debido a la identificación generacional al tener alrededor de 34 años y los estudiantes entre
los 21 y 24 años, además de haber transitado por la formación en la licenciatura en
psicología de manera más reciente que el Dr. Torres. Por otra parte, ella misma se
encontraba también realizando sus estudios de maestría o en diplomados, por lo que puede
ser que estos elementos coadyuven a que algunos participantes se sintieran más
identificados con ella. Es importante resaltar que el vínculo que se establece con Elena está
en relación con las características personales de cada participante, como se pudo observar
con las interacciones con el Dr. Ismael, estudiantes como Nicolás y Carlos, y en ocasiones
Leonel y Daniela, son quienes más buscaban establecer conversaciones con el Dr. Ismael,
centralmente para dialogar acerca de sus proyectos de investigación. Por otra parte, Gala
y María desarrollaron una relación muy cercana con Elena, puesto que además, después
de concluir su trabajo en la investigación de doctorado de Ramón, se incorporaron a trabajar
directamente con ella en un proyecto de investigación e intervención centrado en dar
psicoterapia en la clínica con la que tienen contacto y trabajo conjunto.
En primer lugar, los estudiantes reconocen el papel mediador que tiene Elena en la
relación entre ellos y el Dr. Torres, sobre todo entre quienes tienen mayores dificultades
para aproximarse a él, como en el caso de María y Gala.
Ella nos ayuda a cómo llegar hasta Ismael, cómo plantearle las cosas
para que en caso de que sea grave, pues no se enoje tanto, o que
sepamos justificar lo que queremos, porque a veces uno no le quiere decir
porque pensamos que nos va a regañar. Y entonces Elena nos ayuda y
prepara para llegar con él y no sólo llegar así de “pasó esto”, sino llegar
[191]
así de “Mire, pasó esto, pero podemos hacer esto”. (María, Entrevista 2,
2018)
Pero a su vez, se considera y valora la relación que pueden establecer con Elena,
destacando la cercanía, la confianza e incluso la identificación que pueden sentir con ella.
En cuanto al tipo de ayuda y apoyos brindados por Elena, destacan también las
relacionadas con el acompañamiento directo en la redacción de textos académicos y su
revisión previa a presentárselo al Dr. Torres. En un primer momento destaca el diálogo
mantenido con ella para la construcción de temas de investigación, como en el caso de la
redacción de un proyecto de investigación, o para el análisis y discusión de resultados. En
un segundo momento, la función de Elena versa en la revisión del texto al procurar que
cumpla con los requisitos que se solicitan en diferentes espacios académicos. Esta
actividad puede comprenderse no sólo como un apoyo, sino también como un
modelamiento de las formas de escritura académica y de comunicación científica que los
estudiantes se apropian.
[192]
acompañando en el proceso de escritura de la tesis, al no saber qué más
poner, o cómo integrar lo que leía. (Rocío, Entrevista 2, 2018)
Y ciertamente en las vivencias de los participantes están presentes los errores, sea en el
uso de ciertos instrumentos del laboratorio o en la realización de algún procedimiento.
[193]
La otra vez rompimos una jeringa nueva, muy cara, primero nos dijo (el
Dr. Torres) que era nuestra responsabilidad que debíamos cuidar el
material, que era nuestro, y después nos dijo que pues ni modo que un
error se comete una vez, que la siguiente que volviera a pasar sí iba a
tener consecuencias. (Carlos, Entrevista 2, 2018)
Hay una construcción interesante acerca del error: por una parte se significa como parte
inherente del trabajo del investigador y como tal, se espera que en la formación de los
científicos se presente también; sin embargo, el error se acompaña de consecuencias
negativas, sea con una llamada de atención a manera de “regaño” o con la advertencia de
que dicho error no puede suceder nuevamente. Pareciera que la función de aprendizaje del
error se presenta por única ocasión, esperando que en próximas situaciones la tarea se
realice sin fallas.
En este sentido aprender del error nos lleva a reflexionar sobre el proceso mismo
de aprendizaje: ¿cómo ocurre el error?, ¿Qué hay detrás de las decisiones que se toman?,
¿A quién se le atribuye el error, al estudiante, al procedimiento, a la instrucción recibida, a
quien enseñó? Si buscamos responder estas preguntas desde la noción de vivencia,
podremos evitar señalar “culpables” y centrarnos en comprender la situación social en la
que se presenta el error. Podemos partir de la noción de las cogniciones distribuidas
(Salomon, 2001) para aproximarnos a una comprensión de lo que sucede al proponer ir
más allá del individuo que aprende- o que se equivoca- , dejar de lado un modelo solitario
del aprendizaje y apostar por uno que tome en consideración el entorno, el contexto social,
los artefactos y las otras personas. Siguiendo esta propuesta podemos observar que el
error puede comprenderse también como falta de información, falta de comprensión y muy
posiblemente a una falta de práctica, sobre todo en el caso de aquellos procedimientos en
los que se requiere de un dominio del cuerpo para utilizar ciertos instrumentos o realizar
técnicas especializadas (recordemos el caso de la jeringa, señalado arriba o el de las
cirugías, descrito en el capítulo cuatro). El siguiente fragmento de entrevista con Gala fue
expuesto ya en el capítulo IV al hablar sobre los protocolos para realizar las diferentes
pruebas conductuales que se utilizan en el laboratorio y la ambigüedad que se presenta al
no compartir indicaciones específicas en algunos pasos a seguir. En este capítulo retomo
dicho fragmento para resaltar el tema del error como una vía para el aprendizaje.
[194]
se movían. Entonces nosotras nos quedábamos hasta que salieran y
encontrara el reforzador. Pero en lo que una rata se tardaba 30 segundos,
esas ratas llevábamos 15 minutos y no se movían, o veías que se estaban
durmiendo. Entonces Elena no regañó un día al ver que nos tardábamos
tanto en correr laberinto. Entonces le explicamos que las ratas no se
movían. “¿Cómo que no se mueven? ¿Están en fase de entrenamiento?
Es que ustedes les deben enseñar a las ratas a llegar al reforzador, si ves
que no se mueve como que empujas a la rata o le cierras el otro camino
para que sólo tenga un camino y que vaya al reforzador”. Nos dijo que
teníamos que guiar a las ratas y era así como iban a aprender.
“¿Entonces que han hecho estas cuatro sesiones?” Nos dijo que esas no
las podíamos tomar en cuenta como entrenamiento, sólo están llegando
azarosamente al reforzador. Nos dijo que teníamos que empezar de cero.
Sí nos regañó, sí nos llamó la atención, pero nos dijo cómo resolverlo.
(Gala, Entrevista 1, 2016)
Y si bien se resalta la cuestión del aprendizaje ante el error, también aparece el “miedo al
regaño” por parte del Dr. Torres o de la Mtra. Elena:
Sí, creo que en ese punto es más fácil hablar con Elena que con el Doctor.
Todos les tienen miedo. Más que nada Daniela, María y Gala y los
compañeros nuevos, tienen mucho miedo de hablar con ellos. Porque es
“cómo les voy a mostrar que cojeo de esta pata” por decirlo así. (Leonel,
Entrevista 1, 2018).
Elena siempre nos apoyó mucho pero era muy, muy, muy ruda al
regañarnos. A mí siempre me ha dado mucho miedo (risas nerviosas).
No sé, conmigo siempre ha sido bien ruda. (Gala, Entrevista 1, 2016)
En cierta forma parece también que las propuestas de formación se desarrollan con base
en esta experiencia del ensayo y el error con propuestas de estrategias de enseñanza y
aprendizaje que se ponen a prueba o que “se van dando” sin necesariamente implicar un
[195]
diseño explícito de formación. Por otra parte, tanto el jefe de laboratorio como su auxiliar
reconocen que la experiencia que tuvieron dentro del laboratorio del Dr. Efraín, en el que
se formaron, ha influido en las formas que han establecido para el trabajo en su propio
laboratorio.
En su momento dije pues que era una cuestión de cómo se enseñaba, de cómo
estaban estructurado los programas formativos para neurociencias y fue que nos
empezamos a meter en al área de educación, me di cuenta que no sabíamos nada
de educación. Por ese momento había un convenio en la UNAM de posgrados en
educación superior, y pues fue que me metí a hacer la maestría en educación, en
docencia en educación superior. Pero me ayudó mucho como a estructurar varias
cosas, sobre todo en los proyectos que se tienen aquí. (Mtra. Elena Quiroz, 30 de
julio de 2018)
Entre las acciones que se han implementado en el laboratorio están el modelo del aprendiz,
al establecer díadas de trabajo entre los nuevos integrantes y estudiantes de posgrado o
estudiantes de licenciatura más expertos; las actividades de docencia al incorporar a los
estudiantes de licenciatura en los cursos que imparte el Dr. Torres; y actividades de difusión,
divulgación y discusión sobre las neurociencias y también sobre su relación con otros
campos de la psicología, tanto en espacios académicos como a través de una asociación
civil con la que colaboran. Sin embargo, para fines de este trabajo, me centraré en analizar
el modelo del aprendiz.
Tal como parece señalar Elena, el modelo del aprendiz se dio de manera natural,
pues el establecimiento de díadas entre expertos y novatos no estaba presente cuando ella
se formaba en el laboratorio del Dr. Efraín:
[196]
cargo de la parte de un proyecto, y entonces comenzaron a trabajar sobre
eso, pero a veces se desmotivaban muy rápido, es que es mucho trabajo
también.
[197]
entrevista y les damos ese ejercicio, casi no regresan. Y eso para
nosotros es buena señal, porque así significa que están en los lugares
que realmente les interesan, porque igual les explicamos qué se hace
aquí y ya tienen una noción más real de qué es lo que se hace en el
laboratorio. Eso para mí es por ensayo y error el hallazgo más importante
que hemos tenido. (Mtra. Elena Quiroz, 30 de julio de 2018)
De la mano de este tipo de decisiones está la cuestión de cómo establecer las normas de
trabajo en el laboratorio en relación con el nivel de exigencia solicitado a los estudiantes y
también el tiempo que consideren necesario deben de estar presentes en el laboratorio.
Como señalé en el capítulo III, la gran mayoría de los participantes del laboratorio están ahí
durante todo el día, saliendo fundamentalmente para asistir a sus cursos de licenciatura y
a comer. Elena señala que este estilo de trabajo forma parte de “la escuela que traen” tanto
ella como el Dr. Torres al formarse en un laboratorio en el que el ritmo de trabajo implicaba
estar desde las 6:30 de la mañana hasta las 10:00 de la noche. Sin embargo la experiencia
con una estudiante de la segunda generación que se formó en el laboratorio de
Neurociencias, lograba cumplir con todas las tareas del laboratorio y además realizar otras
actividades, era para Elena el “lifestyle” ejemplo puesto que “era una estudiante destacada,
muy inteligente, muy estudiosa, pero también tenía una vida social muy activa, e incluso
cuando no había oportunidades económicas para entrar al laboratorio, pues ella también
trabajaba, ella podía organizarse muy bien” (30 de julio de 2018). Considero que de alguna
forma el jefe de laboratorio y su auxiliar se guiaron a partir de una premisa basada en que
si alguien podría hacerlo, los demás también. Y en ese sentido, fueron más permisivos al
“dejar” que los estudiantes participaran en otro tipo de actividades:
Ahí fue para mí de no debemos como exigirles que estén todo el tiempo,
digo, también ellos pueden tener vida social y también dedicarse de lleno
al laboratorio. Entonces giramos un poco en ese sentido pero creo que
giramos mucho hacia ese lado, porque ya no trabajaban de repente,
tenían muchas otras actividades no académicas, actividades no de
fiestas, sino otras dentro de la UNAM, como recreativas, que ya no les
permitía desempeñarse tan bien como en otros tiempos. (Mtra. Elena
Quiroz, 30 de julio de 2018)
El tema del compromiso con el laboratorio y el tiempo que se le dedica es algo que dos de
los participantes resaltaron al señalar su inconformidad ante la negativa del jefe del
laboratorio para que participaran en otras actividades formativas; en el caso de Carlos
implicaba formarse también como divulgador de la ciencia al participar en algunas
[198]
actividades en un museo universitario de ciencias como parte de su servicio social; y en el
caso de Leonel, trabajar en un proyecto con otra investigadora y docente del área de
neurociencias implicado también en la difusión de la ciencia, aspecto que él consideraba
importante para formarse como académico e investigador.
Eso no me ha gustado del doctor, que de alguna manera busca que las
personas que trabajamos ahí, con él, seamos de él por así decirlo, que
no crezcas en otro lado. Eso no está bien, porque el formar
investigadores, formar personas, formar alumnos, creo que no solamente
tienes que ser contigo, puede crecer en muchos otros lugares, creo que
eso le falta, de tener más apertura a poder estar en otros lados. (Leonel,
Entrevista 2, 2018)
Carlos narra este mismo sentir, aunque me narró que al “confesarle” que participaba en
Universum, se llevó una sorpresa con la respuesta que obtuvo del Doctor:
Podría pensar que los cambios con que el jefe de laboratorio parece estar enfrentando que
sus estudiantes participen en otros espacios de trabajo forma parte de lo que menciona
Elena, que aún están trabajando en ello, y posiblemente la toma de decisiones se de en
función de los resultados que Carlos y Leonel tengan en el laboratorio, si logran cumplir con
lo que se les exige y a la par colaborar con otras personas. En ese sentido, identifico que
también de cierta forma estos mecanismos de toma de decisión se consolidan en relación
con el “ensayo y error” del que habla Elena.
VI.5 Hacia un modelo solidario del aprendiz: experiencias desde las y los
aprendices
Como he destacado en el apartado anterior, las formas de enseñar y guiar a los recién
llegados al laboratorio dependen en gran medida de la experiencia que se ha tenido en la
[199]
propia formación, al compartir y apropiarse de ciertos mecanismos, formas de ser y
acompañar, mismos que van co-construyendo un estilo y una postura hacia cómo enseñar
y aprender. Considero que al no tener un modelo otorgado por el Dr. Torres o Elena en
relación a cómo se debe de enseñar, los pares más expertos se basan en su experiencia
personal como aprendiz, recordando quizá también a las propias estrategias que siguieron
el jefe de laboratorio y su auxiliar: el identificar qué les ayudó en su propia formación y
aquello que no desearían repetir.
En general, más que centrarse en estrategias puntuales de cómo enseñar, los ajustes se
relacionan en gran medida con los estilos utilizados y las posturas asumidas en su papel
como enseñantes. En este sentido es que se puede destacar el potencial que tiene el
aprendizaje situado, no sólo en cuanto al contexto o la actividad, sino en cuanto a su
complejidad como una situación social de formación, integrando las características
personales de quien enseña y de quien aprende, en relación con la tarea, los instrumentos
y las intenciones de aprendizaje. María destaca la importancia de construir una relación con
el aprendiz basada en la confianza mutua, cuestión que permite que los de recién ingreso
puedan hacer preguntas, solicitar ayuda y compartir sus errores para la búsqueda de
soluciones. Leonel recupera estas bases de las que habla María, pero además, su
experiencia al enseñar a un compañero que se incorporó a su proyecto de investigación,
introduce en la reflexión sobre la diada novato-experto un aspecto afectivo interesante: la
empatía.
[200]
inglés y a después que aprendiera inglés pues yo le empecé a pasar
algunos artículos de lo que se sabe de manera general del estrés, para
que supiera.
Yo siempre traté con él, la manera en que se me hacía más justa porque
era mi proyecto, él me estaba apoyando, eventualmente era yo hacer el
80% y él hacer un 20% y darle como…, enseñarle como recompensa, no
sé cómo decirlo, siempre traté eso y le pregunté cuando él podía, yo sabía
lo que tenía que hacer, sus necesidades económicas. Él estaba muy
motivado conmigo, y algunas ocasiones también se acercó y me dijo que
estaba muy contento trabajando conmigo, porque le daba yo esa
facilidad, incluso él me decía “yo me aviento todo el fin de semana” y yo
de “seguro”, él “que sí”.
Pero cuando se pasa con Rocío y con Nadia pues, debido a la demanda
y a que entró nuevamente a clases, ya no era primer semestre, ya era
segundo, le exigían más y estuvo trabajando fines de semana, él me dijo
cuando entré. Realmente es poco lo que se le ve en el laboratorio, a
veces de verdad tiene una cara muy cansada y a veces se acercaba a
mí, y me decía “es que tengo problemas a veces con el horario o demás,
no sé si pueda continuar”. A mí de verdad me dolía mucho, porque yo
pensaba pues, de dónde lo están apoyando, yo considero que debería
ser el mismo trato que yo le di, tú eres el que debe hacer la mayor
cantidad, y pues no se veía así reflejado, yo me enojaba mucho y
evidentemente nunca les reclamé, ni decirles nada, ni mucho menos.
[201]
Ya al final lo convencí de que se quedara, de que continuara, de que
había otras maneras. Se quedó en el laboratorio, afortunadamente sigue
ahí, y ahorita ha estado platicando con Ismael sobre su proyecto que él
quiere hacer. (Leonel, Entrevista 2, 2018)
[202]
VI.6 Las vivencias en las relaciones con los otros al formarse como colega:
entre la solidaridad y la competencia
Una reflexión central que hace el Dr. Torres y de la que los estudiantes se han apropiado
es que la ciencia no es lo que se deja ver en primera instancia, es decir, la participación en
congresos, la publicación de artículos y todo el “glamour” que ello puede representar para
las personas.
Este fragmento ilustra de manera significativa cómo las propias vivencias del Dr. Torres en
el mundo científico y también en el mundo académico de la facultad se van entrelazando
con lo que observa en las nuevas generaciones. Considero que el Dr. Torres puede estar
haciendo referencia a aquellos investigadores que juegan con los significados idealizados
que se pueden construir en torno al científico, y en comparación se mira a sí mismo,
utilizando el “único saco que se tiene” puesto que la vida del científico, desde su postura,
es mucho más que la vida pública, concentrándose en las horas de trabajo y esfuerzo
colocado en el quehacer experimental, en el análisis y en el trabajo conjunto con los
estudiantes. Los participantes comienzan a vivir el esfuerzo y la entrega que significa el
trabajar dentro de un laboratorio, reorganizando sus horarios de clase en función de los
horarios de trabajo en el laboratorio, llegando temprano por la mañana y saliendo tarde o
por la noche, asistiendo los fines de semana, y claro, también como he mostrado, sintiendo
ansiedad ante los retos que el trabajo significa.
[203]
Tratamos de inculcarles también es que somos un equipo de trabajo, no
un conjunto de personas que trabajan juntas, sino que nos apoyemos
todos en lo que podamos. (Mtra. Elena Quiroz, 30 de julio de 2018)
Y como tal, los estudiantes promueven entre sí acciones que les permitan esta división del
trabajo, por ejemplo, cuando se tiene un mayor dominio en las pruebas a aplicar y en las
que no se requiera la participación de dos personas, pueden optar por turnarse los días de
aplicación, o también por ejemplo organizarse y hacer turnos para revisar y pesar a las ratas
de los diferentes proyectos de investigación los fines de semana. Por otra parte, la solicitud
puede venir también por parte del jefe de laboratorio y la auxiliar, al solicitar explícitamente
que los estudiantes apoyen en alguna actividad de un proyecto que demande mucho
trabajo, por ejemplo el análisis de las pruebas conductuales que mencioné en el capítulo
VI.
Más allá de esta particular relación, pude identificar que había un trato cordial ente los
participantes en las convivencias cotidianas en el área de computadoras y en los
seminarios. Sin embargo, hubo situaciones que dejaban ver también las dificultades en el
trabajo en equipo, algunas vinculadas a la asunción de responsabilidades cuando ocurría
algún error o falla, y también al momento de definir la autoría de los textos académicos en
los congresos en los que participaron.
[204]
La experiencia de María en relación con el proyecto de investigación del que fue
responsable, en su fase de experimentación15, señala un tema que desarrollé en el capítulo
V, la separación de la formación en el quehacer experimental y la formación analítica al
comenzar a participar en el laboratorio. Y por otro lado introduce el tema de la autoría en
las producciones del laboratorio:
La autoría en los artículos científicos supone que el primer autor es quien más contribuyó
en la realización del trabajo, además de incluir a quienes redactaron el escrito, se colocan
como autores a los que participaron directamente en algunas de las fases de la
investigación; en algunas publicaciones se detalla el tipo de contribución que hicieron
(conceptualización, análisis de datos) o el nivel de implicación que tuvieron en el proyecto
(Sauermann & Haeussler, 2017). Sin embargo, parece ser que el trabajo “más técnico” no
suele ser tan reconocido como el de la conceptualización y el análisis. Las reglas del juego
en las publicaciones se han configurado así, resaltando un sistema de producción científico
jerárquico y patriarcal, en el que la gran mayoría de quienes publican y/o que aparecen
como primeros autores son hombres. Pero esto no es sólo el orden de aparición en la
autoría, sino que se refleja en el trabajo del quehacer experimental, del proceso mismo del
análisis de los resultados y la redacción del escrito. Identifico que María lo menciona desde
15 Recordar que en el capítulo IV describo que María y Gala se encargaron de organizar, llevar a cabo y analizar
las pruebas experimentales del proyecto de investigación de Román, estudiante de doctorado.
16 Una publicación científica que presenta una revisión bibliográfica sobre cómo se ha investigado acerca de un
tema en particular.
[205]
la vivencia de haber participado en ese proyecto, de haber dedicado gran cantidad de
tiempo y esfuerzo en un trabajo del que no pudo ser partícipe en su conclusión.
Finalmente, otro elemento que dificulta la relación entre los participantes es la toma
del espacio por aquellos estudiantes que llevan más tiempo participando, siendo
experimentado por aquellos que recién ingresan como una marcada diferenciación
jerárquica en las formas de participación y usos del espacio. Posiblemente de manera
similar a como toman el espacio de la publicación, en tanto que está ahí y no es reclamado
por otros, los estudiantes pueden aprovechar lo que el laboratorio ofrece para su formación,
pero en ocasiones sin detenerse a pensar en quienes tienen formas diferentes de
apropiarse del laboratorio y de sus recursos.
En el siguiente fragmento, Gala agrega la cuestión de cómo hacerse de un lugar dentro del
laboratorio y sentirse parte de éste fue algo difícil para ella y sus compañeras:
Hasta nos decían “Ustedes son las niñas del sillón”17 porque ni siquiera
entrábamos, aunque hubiera sillas, nos quedábamos ahí. Él nos fue
anexando, me saludaba y saludaba a todas. Todas nos empezamos a
llevar con César y todo le preguntábamos a él. Al haber una mayor
confianza con él y que ya platicábamos más los demás se fueron
integrando, se hacía la plática. Porque antes ni nos saludaban, era de
“hola” y no recibías contestación y todos seguían trabajando. Era también
por eso que mejor nos quedábamos afuera. (Gala, Entrevista 1, 2016)
Otro elemento problemático en la relación con los demás se dio una vez que se encontraban
incorporadas al laboratorio, pero ahora debían de asumir su papel como responsables de
un proyecto de investigación, en el que, si bien el titular era Román, estudiante de
17Hay que recordar que el laboratorio cuenta con un área de trabajo con computadoras, al cual se llega por un
pasillo en el que se encuentra dicho sillón.
[206]
doctorado, ellas eran quienes en el laboratorio se responsabilizaban del desarrollo
experimental, por lo que el espacio de trabajo estaba también a su cargo.
En primera instancia se señala que todos los estudiantes tienen la misma responsabilidad,
sin importar cuánto tiempo lleven en el laboratorio, y de hecho, en el organigrama del
laboratorio los estudiantes de licenciatura se encuentran en el mismo nivel; sin embargo,
en lo cotidiano, las jerarquías se han construido, en función del conocimiento que tienen,
de la seguridad con la que se posicionan ante los demás, o por el reconocimiento de sus
capacidades ante la mirada del Dr. Torres. Leonel resaltó el tema de la jerarquización y la
búsqueda de la equidad en el laboratorio al comentarme las razones por las cuales se había
decidido instaurar un sistema de uso de las computadoras, que se basaba en anotarse para
solicitar el uso de alguna computadora por un horario definido:
[207]
Lo cotidiano y emergente en el laboratorio se hace visible también en las formas de
interacción que tienen los participantes, los roles que van asumiendo y en función de esto,
las decisiones que se van tomando para lograr una mejor convivencia entre los
participantes. Posiblemente el cambio en el uso de las computadoras o la formulación de
un organigrama18 responda a esta emergencia y a la apuesta de una intervención que
enriquezca las formas de organización del laboratorio.
18 Ver la descripción del organigrama en el capítulo II. En éste resaltan cuatro líneas jerárquicas: 1) El Dr. Torres,
jefe del laboratorio; 2) Elena Quiroz, auxiliar del laboratorio; 3) Jimena y Román, estudiantes de doctorado y
Rocío, pasante de la licenciatura a punto de titularse e ingresar a la maestría; y 4) los estudiantes de licenciatura
(María, Gala, Nicolás, Daniela y Carlos).
[208]
No somos un laboratorio muy grande, aunque tenemos equipo no
tenemos muchas cosas, pero los impulsamos, es empujarlos “mira, ve
aquí, aprende esto, haz esto”, entonces eso les va dando mucha
presencia a ellos. Entonces, sí es un escenario formativo en ese sentido
para que ellos alcancen sus objetivos, y también para que a final de
cuentas ellos puedan volar solos, porque no esperamos que se queden
por siempre. (Mtra. Elena Quiroz, 30 de julio de 2018)
Podría considerar que para Elena un eje rector del laboratorio es lo formativo,
independientemente de la continuidad o no que sigan los participantes en la carrera
científica. En este sentido, las psicólogas y psicólogos en formación reconocen haber
desarrollado aprendizajes clave que consideran les serán de utilidad para sus próximos
estudios o en el ámbito laboral. Además, significan su participación en el laboratorio como
una etapa de crecimiento y de aprendizaje que valoran fuertemente.
[209]
Por otra parte, Leonel habla también de su experiencia en términos de una oportunidad que
el laboratorio le ha dado para formarse y aprender, más allá de lo que el plan curricular
pueda ofrecer, reconociendo que su experiencia, y los conocimientos desarrollados, le
hacen destacar de los estudiantes que no cuentan con la participación en escenarios de
formación en la práctica. Y a su vez, resalta los afectos que se construyen en relación con
lo que el laboratorio representa para él, en cuanto a las oportunidades brindadas,
destacándolo como una vía para alcanzar “su sueño” de ser investigador. Podemos
identificar también un sentido de pertenencia hacia el laboratorio cuando habla del respeto
que le tiene a “su” laboratorio, y en ese sentido buscar ser parte también del trabajo de sus
compañeros al apoyarlos y, como describí antes, en la formación de nuevos integrantes.
Y a su vez, identifica que el posgrado que realiza en la UNAM lo podrá impulsar a formarse
en el extranjero:
[210]
Pero bueno, ahora tengo que lidiar con el doctorado, y sí lo estoy
disfrutando bastante. (Nicolás, Entrevista 2, 2018)
Para Daniela la trayectoria como investigadora sigue siendo parte de su perspectiva, sin
embargo, aún no tiene muy claro dónde realizar un posgrado, puesto que a ella le interesa
más dedicarse a la investigación aplicada, centrada en diferentes especies animales, más
desde una perspectiva etológica.
Por su parte, Rocío tampoco ingresó a la facultad con la idea de formarse como
investigadora; si bien entró con intereses claros para buscar comprender al cerebro y
responder preguntas sobre el comportamiento de las personas, las neurociencias fueron un
descubrimiento que realizó durante los cursos de la licenciatura. El desarrollo de una
[211]
investigación en un curso del Dr. Torres y la invitación a que formara parte del laboratorio
influyó mucho en que tomara la decisión de realizar una trayectoria como investigadora:
Las cuatro proyecciones anteriores se relacionan más con el interés central del laboratorio,
formar investigadores; sin embargo, los proyectos de investigación traslacional, propuestos
desde el laboratorio, han permitido ampliar los horizontes de especialización de los
estudiantes, en primer lugar, proponiendo a la investigación aplicada como un eje central
en el trabajo, y por otro la propuesta de trazar una relación más cercana entre conocimiento
científico y sociedad, al tener una mayor relación con los profesionistas que trabajan con
personas. Es en este segundo punto que la posibilidad de formarse también en el área de
la psicología clínica como parte de un área de trabajo del laboratorio en relación con una
asociación civil encargada de brindar atención psicoterapéutica a pacientes. En este
sentido, pude observar durante mi participación estas dos vertientes formativas en el
laboratorio, la primera tradicionalmente ya trazada, y la segunda, en proceso de
desarrollarse. La propuesta de la formación en clínica surge de la Mtra. Elena, quien tiene
experiencia y podía formar a los estudiantes:
[212]
cómo poder desarrollar una investigación aplicada desde el laboratorio de Neurociencias.
Es en este sentido que María y Gala desearían orientar su formación, especializarse en el
campo clínico, realizar una maestría que les permita relacionar la investigación con la
intervención clínica.
Pero finalmente, en una intervención que procuró reflexionar sobre esta situación, se
reconoció el trabajo desarrollado por ambas, destacando también la riqueza que este tipo
de trabajo representa al no ser frecuente en la facultad.
[213]
investigación básica y lo que están intentando hacer es llevar este
conocimiento de las Neurociencias a la clínica, cosa que acá en la
Facultad muy pocas personas lo hacen. Por eso la importancia de sus
compañeras. Y la importancia de sus compañeras es la misma, es la
misma que ustedes en investigación”. (María, Entrevista 2, 2018)
Y de manera similar a María y Gala, Carlos resalta la importancia que tiene la experiencia
obtenida en el laboratorio al realizar investigación básica, pues le permite tener una postura
y conocimientos enriquecedores que no todos los comunicadores de ciencia tienen.
Además, la visión desde dentro de la ciencia le permite ser más crítico ante las noticias
sobre ciencia que se divulga, sobre todo ahora con el incremento en la divulgación de temas
sobre neurociencia:
[214]
Por ejemplo, recientemente se decía que sí hay neurogénesis en las
personas adultas. Pero hace poco publicaron un artículo que tenía
bastantes datos que indicaban que en realidad sí hay neurogénesis en la
adultez, pero es mínima, y que todavía no se sabe si es funcional o no.
Las noticias que se dan acerca de la ciencia tienden a ser más
sensacionalistas. Además de leer la ciencia es ver cómo opera la ciencia
y tener la cautela. (Carlos, Entrevista 2, 2018)
[215]
Discusión y conclusiones
Entre los hallazgos centrales que la investigación condujo están los referidos a la
descripción y análisis del laboratorio como un espacio de tradiciones situadas en un mundo
figurado y narrado de la investigación experimental, de la ciencia objetiva y de la psicología
como ciencia del comportamiento. Los significados, prácticas y formas relacionales de dicho
mundo figurado se visibilizan al describir las formas de participación de los estudiantes que
se insertan en un espacio con jerarquías preestablecidas marcadas en gran medida por los
grados académicos alcanzados y por el dominio conceptual de los temas de los proyectos
desarrollados en el laboratorio y la capacidad de vincularlos con problemas y preguntas de
investigación novedosas. Los procesos de enseñanza y aprendizaje promovidos dentro del
laboratorio responden también a las tradiciones de los mundos figurados de los laboratorios
de ciencias experimentales, en los que se destaca un modelo de aprendizaje por oficio
basado centralmente en la enseñanza por medio de la demostración y supervisión directa
de otros estudiantes más expertos o bien de estudiantes de posgrado. Sin embargo, como
[216]
se deja ver en este laboratorio, el acompañamiento a manera de enseñantes y aprendices
del laboratorio se produce de manera más clara en las actividades técnicas del laboratorio,
como lo son correr pruebas experimentales, y no tanto así en las actividades de corte más
conceptual y reflexivo, como puede ser el análisis de artículos de investigación o el
desarrollo de proyectos de investigación. En este punto se hacen más visibles las
estrategias de los estudiantes, de manera individual, para buscar responder a sus
preguntas, sea mediante la búsqueda de información, recurrir a artículos de investigación
diversos o solicitar explícitamente el apoyo de la auxiliar de investigación o del jefe de
laboratorio, estos últimos apoyos caracterizados por las formas personales y particulares
de ser de cada uno de ellos.
Desde sus inicios, la psicología se ha caracterizado por ser una ciencia conformada por
tradiciones de pensamiento heterogéneas, con disímiles perspectivas ontológicas y
epistemológicas en el estudio de lo psicológico. La heterogeneidad ha devenido también en
la fragmentación entre los campos de especialización de la disciplina y en un
distanciamiento para el diálogo entre perspectivas. Lo anterior se convierte en un reto al
momento de proponer programas curriculares de formación de psicólogos, sobre todo si se
tiene el objetivo de formarlos desde una perspectiva de la psicología general, como en el
caso de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México. Si bien
el título otorgado no incluye la especialización en algún campo de la disciplina, como lo es
[217]
la psicología educativa, la social o la clínica, por mencionar algunos, los estudiantes tienden
a dirigir su formación hacia uno de dichos campos.
[218]
Lo arriba señalado podría promover el diálogo entre diferentes perspectivas de la
ciencia en psicología y sobre las diversas aproximaciones metodológicas para realizar
investigación en la disciplina. A partir de la investigación realizada en el laboratorio de
Neurociencias, puedo identificar que desde el laboratorio se construyen nociones acerca
de la ciencia y de lo científico que son particulares, que se ligan a lo que sucede en otros
laboratorios y que construyen una identidad profesional con marcas distintas a la práctica
clínica o terapéutica.
Me permito recuperar los constructos clave que guiaron el análisis en los capítulos IV, V y
VI en relación con los procesos de participación guiada, acompañamiento y apropiación del
quehacer experimental en el laboratorio. Una premisa central que busqué explicitar en los
mencionados capítulos, y que se nutren de las discusiones teóricas planteadas en el
capítulo I, es la necesidad de relacionar las características sociales del laboratorio con las
características personales de los participantes. En ese sentido es que se lograría
comprender los procesos de aprendizaje, participación guiada y apropiación de la cultura
disciplinar, del quehacer científico y de conocimientos, habilidades y actitudes vinculadas
con la psicología experimental. El concepto de escaleras de participación formativa
representa la posibilidad de construir una mirada global de los procesos graduales de
participación en un escenario de práctica en el que el aprendizaje es un eje fundamental
para formar parte de éste. La noción de escalones ayuda a organizar las actividades en
función de la complejidad de su ejecución, referida tanto en el dominio técnico como
conceptual de la tarea (aunque no necesariamente la apropiación de dichos dominios sea
a la par), y también, en relación con el reconocimiento del dominio, ilustra el otorgamiento
de mayores responsabilidades por parte de los expertos. Por otra parte, el proceso gradual
de participación, al resaltar su carácter guiado, muestra el papel que juegan los pares y
pares expertos (personas en similar situación de participación, aunque con diferentes
conocimientos y habilidades) para enseñar, supervisar y retroalimentar las acciones de los
que aprenden.
[219]
estructuras y prácticas compartidas para incorporar a los participantes en un espacio de
trabajo, y a su vez los significados que se construyen en relación con las nociones de
aprendizaje, dominio y experiencia (este último concepto referido a la “adquisición” de
conocimiento y habilidades). Sin embargo, el análisis resultaría parcial al no contemplar las
trayectorias particulares que los estudiantes desarrollan al transitar por estas escaleras de
participación. Para esto se requiere de reconocer que el aprendizaje y el desarrollo no son
procesos lineales ni ascendentes, sino que pueden representarse mejor como caminos en
espiral (Vygotsky, 1930 citado en Wertsch, 1988), desde esta óptica se puede proponer
una comprensión de la escalera de participación a manea de una escalera en “caracol”
que pudiese ilustrar mejor ese andar en espiral. Así, el dominio del uso de
conocimientos y otros artefactos culturales sólo es posible mediante la resignificación
de lo ya realizado, -sea en acompañamiento por pares expertos, pares iguales o por su
cuenta-. Este “giro” hacia atrás permite repasar y reaprender partiendo de las propias
necesidades y potencialidades de cada uno de los estudiantes, quienes experimentan
ritmos diferenciados de comprensión y apropiación del repertorio cultural de los
escenarios o comunidades de participación (de Diego, 2015).
Por otra parte, la relación entre las características contextuales y las personales
nos lleva necesariamente a buscar comprender las experiencias vividas por los
participantes, conocer los significados que construyen acerca de lo que aprenden y el
sentido que elaboran de su presencia e implicación en un escenario de formación como
lo es, en este caso, un laboratorio de investigación experimental enfocado en las
[220]
neurociencias. Para tal reflexión en el capítulo I busqué describir y profundizar en
conceptos propios del modelo histórico-cultural desarrollado por L.S. Vygotsky que
aportan una mirada holística de los procesos psicológicos, de la participación de las
personas en el mundo en miras de comprender el desarrollo de la conciencia, y el objeto
de estudio de la psicología de acuerdo con el nombrado Mozart de la psicología. En el
siguiente apartado resaltaré la importancia de los conceptos clave que guiaron el
análisis de la participación de los psicólogos en formación en el laboratorio de
Neurociencias.
El marcado interés por buscar una mirada comprensiva y holística de los procesos
psicológicos que desde el modelo histórico-cultural se plantea, nos lleva a buscar
comprender las relaciones entre nociones que generalmente se habían venido
desarrollando y, por tanto, investigando de manera separada: las emociones y la cognición,
lo social y lo individual. Partir de esta perspectiva significa dejar de lado la premisa de la
búsqueda de la influencia de una noción sobre de otra y en su lugar centrarse en la noción
de unidad para comprender el carácter relacional e indivisible en su comprensión de cada
una de estos binomios.
[221]
movilizadas y comprendidas de manera particular en relación con las características
personales de cada participante.
En este apartado me centraré en abordar los tres temas señalados bajo la idea de buscar
relacionar las diferentes vivencias que los participantes experimentan al integrarse en las
prácticas del laboratorio. Centralmente discutiré las prácticas relacionales que van
permeando las formas de interacción entre los estudiantes, las formas de mirarse y ser
mirado en el laboratorio y las implicaciones que esto tiene en la comprensión del escenario
como parte de un mundo figurado más amplio: la investigación experimental.
[222]
establecen en el laboratorio. En primer lugar, podemos señalar aquellas jerarquías que son
visibles, compartidas y asumidas entre los participantes, es decir, las diferencias en relación
con el nombramiento o grado académico (cuestión que se hace explícita en el organigrama
pegado en la pared del área de computadoras descrito en el capítulo II). En este sentido, la
máxima autoridad está representada por el jefe del laboratorio, el Dr. Torres, quien tiene la
última palabra en la toma de decisiones, tanto en los proyectos de investigación como en
la organización de actividades en el laboratorio y la asignación de responsabilidades entre
los estudiantes. En segundo lugar aparece la Mtra. Quiroz como auxiliar de investigación y
con una amplia lista de responsabilidades a su cargo, y quien es identificada como una
mediadora entre el Dr. Torres y los estudiantes que no han establecido una relación directa
con él, o bien que manifiesten cierto temor a no saber cómo plantear sus problemas con el
doctor, o incluso por temor al regaño. Los estudiantes de posgrado se sitúan en el tercer
nivel jerárquico, y si bien en el organigrama no se hace explícita la diferencia, al momento
de tomar decisiones importantes la distinción en la posición se visibiliza, como cuando
Leonel me comentó que el único equipo Mac que había para los estudiantes estaba
asignado a Rocío en reconocimiento por su esfuerzo y me recomendó que mejor buscara
otro equipo para trabajar (Registro de observación, 2016); o cuando Gala me dijo en una
entrevista que no pudo realizar la investigación que propuso para titularse puesto que el
presupuesto para comprar las pruebas que utilizaría para medir cortisol no era suficiente,
pues se iban a pedir algunas de estas pruebas para el proyecto de Rocío “y como ella ya
está en la maestría, se le iba a dar la prioridad, me dijeron ‘si quieres, si sobra material,
pues haces tu investigación’ ” (Gala, Entrevista 2, 2018). Finalmente, en el cuarto nivel
están los estudiantes de licenciatura quienes, si bien tienen distintas funciones asignadas,
como ser el responsable de revisar periódicamente la limpieza de las batas de laboratorio
o de establecer una organización para las etiquetas de las cajas contenedoras de los
animales, no se explicita una posición jerárquica distinta en el organigrama. Sin embargo,
en el quehacer cotidiano del laboratorio, en las relaciones que establecen los estudiantes y
las posturas que asumen se hace visible la construcción de jerarquías implícitas.
Si bien como parte del discurso en el laboratorio se destaca que todos los
estudiantes de licenciatura son iguales y por tanto no debe haber privilegios para algunos,
en la práctica dicho discurso se diluye y entran en acción otras lógicas de operación. La
antigüedad en el laboratorio es un factor que va marcando una diferenciación con respecto
a los estudiantes de recién ingreso. En un sentido implica que tienen mayor dominio de
[223]
ciertas actividades, mayor conocimiento del funcionamiento del laboratorio y también un
reconocimiento por dichas habilidades por parte del Dr. Torres. El mayor dominio de alguna
técnica y su relación con una posición diferenciada con los demás se hace evidente en el
caso de Nicolás y su papel como responsable de las cirugías. Retomando el tema descrito
en el capítulo IV, se puede problematizar cómo en este ejemplo se visibiliza la jerarquía que
posiciona a Nicolás como la persona a cargo en esta actividad que, pese a que ésta formaba
parte del trabajo experimental del proyecto de biomarcadores del que María y Gala eran
responsables, cuya posición como tal se diluía ante la postura ejercida por Nicolás.
[224]
vez que les había mostrado mi identidad como investigadora, me dijeron que había un lema
en el laboratorio “Neuro una vez, Neuro por siempre” (Registro de observación, 2016), en
el sentido de que se busca hacer una red para seguir en contacto, colaborando y también
participando en las actividades que se tienen fuera de la academia, como las reuniones y
fiestas. Pero nuevamente dicho discurso parece no verse reflejado en las interacciones
cotidianas en el laboratorio, o posiblemente no para todos los participantes. Recordemos lo
descrito en el capítulo VI por Gala al mencionar que ella y María eran nombradas como “las
niñas del sillón” (Gala, Entrevista 2, 2018), quienes permanecían fuera del área de
computadoras al no sentirse incluidas o recibidas por parte de los demás compañeros. Al
respecto, parece que las jerarquías en relación con la antigüedad en el laboratorio marcan
diferencias que dificultan la integración de los más jóvenes o de los menos experimentados.
Por otra parte, las jerarquías establecidas en cuanto al dominio de actividades y nivel de
conocimientos de contenido con mayor valía dentro del laboratorio representan otra forma
de exclusión. De igual forma hay un discurso en el laboratorio que señala las diferentes
capacidades de los estudiantes y su relación con las posibilidades de especialización;
recordemos que el Dr. Torres señala que no todos pueden ser investigadores y que en el
quehacer de la ciencia no todos serán buenos en las diferentes actividades que se realizan,
destacando que algunos serán excelentes divulgadores de la ciencia, y otros más
destacarán en la técnica o en el análisis de datos (29 de junio, 2018). Sin embargo, como
he descrito arriba, se visibiliza una preferencia por la formación en la investigación
experimental, y sobre todo, en perfiles que se destaquen en la producción de conocimiento
científico. Recordemos la impresión que estas prácticas han generado en Nicolás, quien
tras cuatro años de participar en el laboratorio, y su posterior ingreso a un laboratorio de la
Facultad de Medicina como parte de su doctorado, resalta el perfil de estudiante que es
más reconocido por los jefes de laboratorio: el creativo, el que realiza preguntas
interesantes y es analítico.
Ingresar a los escenarios de formación profesional nunca ha sido una situación sencilla, ya
que son celosos de sus prácticas y actividades cotidianas. Regularmente la participación
de un externo se identifica como una situación “molesta”, que puede “interrumpir” el curso
natural de las actividades cotidianas. El investigador y sobre todo el “investigador
[225]
estudiante”, cuando logra ingresar al escenario para realizar su trabajo de campo, debe
ajustarse a las situaciones, tiempos y espacios que los “nativos” le asignen.
Ya el célebre Geertz (2003) nos ilustra de las dificultades que implica el trabajo de
campo, en su clásico texto “Juego profundo: notas sobre la riña de gallos en Bali”, donde
narra cómo él y su esposa salieron corriendo ante la incursión policial en una pelea
clandestina de gallos en Bali, y de cómo ese acontecimiento le permitió “entrar al escenario”
y comprender la vida de los balinenses y su relación con los gallos. Ahora pienso: ¿qué
hubiera pasado si mi ingreso al laboratorio hubiese sido de manera diferente?
En mi papel de aprendiz –para todo el equipo menos para el Dr. Torres y la Mtra.
Elena Quiroz, yo era una estudiante que iba a aprender, y para los responsables del
laboratorio yo era “la espía rusa”- ingresé al laboratorio con todos los derechos y
obligaciones de los demás estudiantes, y así lo asumí, aprendí a tomar a las ratas y a correr
experimentos, lavé tarjas, cubrí guardias nocturnas o en fines de semana para hacer
registros conductuales, me involucré y me angustié cuando las cosas no salían del todo
bien, y me conmocioné al ver morir a una rata por complicaciones en una cirugía.
Ciertamente el dilema moral se cernía en los primeros días, pero conforme avancé en las
actividades y compromiso, y fui transparentando mi estancia en el laboratorio, el dilema
mismo decreció, sentí que no engañaba, y la constancia de ello fue la actitud amable y
cálida con la que recibieron la noticia, después de asimilarla, de la “espía rusa”.
Sin lugar a dudas la experiencia que esta investigación trae para la investigación de temas
tan interesantes como la formación de psicólogos, la psicología como disciplina, los
[226]
laboratorios de investigación, la ciencia y los científicos, entre algunos otros abordados en
el trabajo tienen múltiples formas más de ser abordados y explicados. Por ejemplo, para el
caso del análisis de la ciencia y la investigación quedó en el tintero un análisis más puntual
de las nociones de ciencia, de objetividad y de investigación que se construye desde los
laboratorios de investigación experimental en psicología. Aspecto no sólo relevante en la
comprensión de los significados y prácticas que se entretejen alrededor de estas nociones,
sino necesario para comprender y reflexionar acerca de las líneas formativas que se
promueven en estos espacios. Comprender la premisa de objetividad, que parece
impregnar los laboratorios, va más allá de la traducción fácil de lo objetivo, sino que
representa todo un ejercicio histórico, epistemológico y conceptual como el que nos ofrecen
Daston y Galison (2007) en su libro “Objectivity”.
Por otro lado, y de manera urgente dada la relevancia del tema y la necesidad de
lograr transformaciones profundas, está el tema de las jerarquías y del poder en relación
con un espacio históricamente dominado por hombres como lo es la ciencia, y en relación
con una disciplina, históricamente también dominada por hombres, pero impartida en una
facultad en la que la mayoría de estudiantes son mujeres (71% para el ciclo escolar 2017-
2018) (DGPL, 2018) y así mismo con sus profesoras, quienes representan el 63% de la
planta docente (DGAPA, 2018). Es importante profundizar más en las formas de
participación de las psicólogas en formación en espacios como los laboratorios de
investigación en los que la angustia por presentar en público, la dificultad para tomar el
espacio como propio y participar para compartir ideas, no son simples diferencias
individuales, sino que son parte misma de las formas con las que hemos crecido, hemos
sido escolarizadas y aún, desde muchas voces invalidadas.
Estos son temas que habrá que seguir profundizando en próximas investigaciones
puesto que posibilitarán mirar la participación de los psicólogos y las psicólogas en
formación desde otros prismas enriquecedores que ampliarán nuestra comprensión de los
procesos de aprendizaje, de participación y de formación.
[227]
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