b82b47f4-8116-416b-b1fb-bdd8bd495df0
b82b47f4-8116-416b-b1fb-bdd8bd495df0
Saga No.2
Ana Allende
ÍNDICE
PRÓLOGO
CAPÍTULO I
CAPÍTULO II
CAPÍTULO III
CAPÍTULO IV
CAPÍTULO V
CAPÍTULO VI
CAPÍTULO VII
RECIBE UNA NOVELA ROMÁNTICA GRATIS
Otros Libros Recomendados de Nuestra Producción
PRÓLOGO
Elizabeth Salt, hija del prestigioso abogado Marcos Salt,
descubre con su muerte que su madre Isabella Salt, la cual siempre
anheló por su repentina partida, no es su madre y su amado, pero
sobre protector padre, tampoco lo era, ya que él la ha adoptado en
un momento de tragedia familiar; ahora su supuesta madre la ha
dejado sin nada, reclamando lo que cree que le corresponde por
derecho. Sin más opción, Liz decide comenzar un camino de
descubrimiento personal, en donde las principales preguntas son
¿Quién es?, ¿cuál es su identidad?, y ¿cómo recobrar lo que le ha
sido arrebatado? En compañía de nuevas amistades, que consigue
a lo largo de ese camino, y a su caballero encantado Liam Johnson,
se propone a recoger lo pedazos de su vida, sin darse cuenta de
que todavía la vida le tenía preparada una serie de eventos que la
sorprenderán y llenarán de aún más tristeza y confusión.
CAPÍTULO I
—¿Estás nerviosa?
—Muchísimo.
—Tranquila, todo va a salir bien, tus suegros te adorarán.
—Eso espero, porque no sabría cómo actuar en caso contrario.
— Ella me abraza justo cuando Liam hace sonar la corneta de su
vehículo en señal de que está esperándome, yo miro a María y ella
me sonríe haciéndome saber que todo estará bien.
—Cualquier cosa me llamas ¿sí?
—Claro que lo hare Liz, anda tranquila, suerte. — Tomo mi
maleta rosada y mi bolso de mano que hace juego y salgo de mi
adorado hogar, María y Noah se encuentran en la puerta
despidiéndose y yo me despido con la mano; al llegar frente a mi
caballero, él me abraza y me besa, e inmediatamente me entran
unas ganas de no querer soltarlo.
—¿Estás lista nena?
—Todo lo lista posible.
—Ya verás que te encantará.
—A tu lado todo me encanta. — Sonreímos, él guarda mis
maletas y emprendemos nuestro viaje, nos esperan por delante 16
horas antes de llegar a nuestro destino.
—¿En qué piensas nena?
—En que tenemos muchas horas de viaje por delante amor.
—Tranquila, este tiempo nos servirá para conversar, para
conocernos.
—Sí amor, es cierto, sacaré tus secretos sucios al sol. — Ambos
nos reímos al unísono, en definitiva cuando estoy a su lado soy una
mujer distinta, por lo general, no soy tan sonriente.
—Este viaje estará lleno de momentos inolvidables, te lo
aseguro. — Los dos miramos hacia la carretera, mientras la voz de
mi cantante favorito John Legend, embarga todo el vehículo con las
notas de su canción All Of Me — y, para mi sorpresa, Liam se la
sabe y la canta a todo pulmón, mientras me toma de la mano y besa
mis nudillos, este viaje comenzó excelente. Cuando llevamos un par
de horas de viaje y un par de preguntas básicas respondidas, hago
mano de mi astucia y empiezo a realizarle preguntas serias.
—¿Cuántas novias has tenido? Con tu físico me imagino que las
mujeres han debido de lloverte y alguna de ellas habrá querido
amarrarte.
—Bueno, nunca he sido muy noviero que digamos, pero sí tuve
una novia con la cual fui en serio, pero a la final nada se concretó y
terminamos alejándonos.
—Cuéntame ¿Qué sucedió? — Le digo sin quitarle la vista de
encima y con un gran tono de curiosidad.
—Bueno, Marian fue mi novia desde la secundaria, estudiaba
con mi hermana, era joven, pero en ese momento muy madura para
su edad. Cuando terminé mis estudios, ella cambió, quería andar de
fiesta, bebiendo y esas no eran mis metas, así que a ella le dio
por… experimentar y terminó acostándose con un conocido de mi
familia y yo no lo pude soportar, para mí las mentiras son un límite
intolerable y más de ese tipo, así que la dejé. Al otro día tomé mis
maletas y me fui a Nueva York a estudiar historia del arte y de ahí en
adelante todo es historia, valga la redundancia.
—¿Y ella nunca ha buscado saber más de ti?
—Ahora es amiga de mi hermana Eliza, la veo un par de veces
al año cuando voy a visitar a mis padres y llevamos una relación
muy cordial, hasta se podría decir amistosa, pero más nada de ahí.
—Mmmmmmmmm.
—¿Y tú qué niña rica? ¿Cómo era tu vida romántica antes de
mí?
—Bueno, como ya sabes, mi relación con mi madre fue nula, así
que mi papá siempre fue muy sobre protector, hasta llevar amigos a
mi casa era una odisea, mi padre los trataba mal y me dejaba en
pena, hasta que decidí dejar de recibir visita; logré tener un poco de
normalidad cuando me fui a la universidad y me mudé de la casa a
los dormitorios, allí conocí a un chico, su nombre era Benjamín;
estudiábamos juntos, todo fue muy lindo hasta que mi padre se
enteró y convirtió todo en una pesadilla, hasta llego al extremo de
perseguirme, fue una locura, así que para mi salud mental lo dejé y
antes de que me preguntes más, nunca supe de él, nunca me
perdonó el hecho de que no hubiera luchado por él. — Liam me mira
con cara de incredulidad, me imagino que por el relato, me ve como
una persona fría y sin sentimientos, así que volteo mi rostro y me
pongo a admirar el paisaje por la ventana.
—¿Lo extrañas? — Lo miro y tiene el ceño fruncido y no puedo
evitar reír a carcajadas.
—Eso fue ya hace muchos años atrás Liam, controla tu ataque
de testosterona. — Él sigue con el ceño fruncido y ríe sin gracia, se
ve tan lindo cuando está celoso, me acerco a él y lo beso casta y
rápidamente, no quiero desconcentrarlo del camino, él me mira de
reojo y esta vez sí sonríe con todos sus dientes, me mata esa
sonrisa. El resto del viaje lo pasamos conversando de todo un poco,
hasta el pobre se tuvo que aguantar mi desafinada voz en un par de
canciones, eso sí, no dejó de reír en ningún momento y hasta varias
canciones las cantamos a dueto, todo un espectáculo.
Después de muchas horas transcurridas en el auto, llegamos por
fin a la casa de sus padres y me doy cuenta que mi adorado novio
se quedó corto con lo que me dijo; es una belleza de vivienda,
queda en la cima de una pradera, con mucho pasto y árboles
alrededor, me imagino que también tienen un criadero de animales
porque un poco más alejada de la vivienda se ve como un estilo
granero, todo es hermoso; justo en el cobertizo de la casa, se puede
ver un par de señores a la distancia. Ambos de cabello blanco, con
tez blanca y a medida que nos vamos acercando, me percato que el
señor, que me supongo que es el papá de Liam, es quien le heredó
esos hermosos ojos que tanto amo de mi caballero encantado; Liam
me mira como esperando mi reacción y yo le coloco mi mejor
sonrisa, no quiero que sienta que estoy desencanta, aunque sí no
puedo evitar negar que me siento algo nerviosa; cuando por fin
llegamos al frente de la casa, mi amor tiene una sonrisa que no le
cabe en la cara, se ve relajado y jovial, simplemente perfecto; antes
de bajarnos del vehículo me mira y toma mi mano.
—Ni lo sueñes. — Dice Liam saliendo del baño, con una toalla
atada a su cintura, tan solo verlo es delirante.
—¿Qué?
—Te conozco o por lo menos estoy aprendiendo a hacerlo y sé
que ahí te encuentras evaluando si deberías irte. — Abro y cierro la
boca sin poder creer que en verdad hubiera acertado en mis
pensamientos. Y no nos vamos a ir.
—No es por nada malo Liam, es solo que me siento como una
intrusa, tu papá apenas me dirigió la palabra el día de hoy y tu
hermana… — Hago un silencio y giro mis ojos y él comprende.
—Mi padre es muy reservado nena, apenas conmigo conversa y
es de vez en cuando, no siempre y mi hermana es un caso perdido.
—Ella quiere que vuelvas con su amiga, tu ex.
—Sí lo es y lo siento, debí decírtelo, por esa razón había dejado
de venir, la última vez que vine en febrero mi hermana y Mariam
organizaron un plan, Eliza se llevó a mis padres al cine mientras yo
tomaba una ducha, y cuando bajé, me encontré a Mariam semi
vestida con comida y cervezas en el refrigerador y, pues, como es
obvio, la rechacé, no estoy interesado en tener nada con ella.
—Pues ellas no piensan igual.
—Me vale un comino lo que piensen, ¿qué te hace creer que si
no tuve nada con ella cuando estaba solo, ahora que estás tú en mi
vida lo voy hacer? —Dice dirigiéndose a mí con calentura en la
mirada.
—Pues no sé, como dicen por ahí, quien persevera alcanza.
—Pues ese dicho no va conmigo. — Me mira y lentamente se
quita la toalla. ¿Te he dicho cuánto te deseo?
—Creo que hoy no. — Le digo sonriendo con picardía.
—Pues, te deseo y quiero que seas mía, ya. — Hala de mis
tobillos y se mete entre mis piernas, me da un beso, pero no un
beso casto y puro como los que me da enfrente de su familia, esta
vez era un beso cargado de puro deseo y pasión y, a pesar de que
me siento muy cansada, me dejo llevar por él, es inevitable, nos
perdemos en un profundo beso, él presionándome con su cuerpo y
yo tomándolo del cuello, por un momento él se levanta y rompemos
ese lazo íntimo que nos une, me mira como idolatrándome y yo no
poder apartar mis ojos de él.
—Quítate la ropa para mí. — Dice con esa peculiar voz ronca
cargada de promesas, yo me pongo de cuclillas en la cama y
empiezo por deshacerme de mi blusa y quedo en un pequeño
bralette de encaje negro, él se relame los labios y yo continúo el
proceso, tanteo el botón de mi pantalón y lo suelto bajando el cierre
poco a poco, me levanto sobre la cama y empiezo a bajar
lentamente mi pantalón por mis largas piernas, Liam solo me mira y
eso extrañamente me excita, cuando logro quitarme mis jeans y
paso mi mano por la comisura de ropa interior, Liam se acerca y
toma mis manos.
—Detente, eso quiero hacerlo yo, bájate de la cama. —
Lentamente me bajo de la cama, no por postergar el momento, sino
por miedo a perder el equilibrio y caer de trasero sobre el suelo,
cuando por fin estoy abajo, Liam me besa nuevamente y esta vez
eriza cada polo de mi piel y sin mediar ninguna palabra, se separa
de mí, me da la vuelta y me coloca pegada a la pared, donde reposa
uno de sus posters de Johnny Cash, comienza a darme pequeños
besos en el cuello y va bajando lentamente por mi columna, cada
beso hace temblar más y más mi cuerpo, luego siento sus manos
desabrochando los ganchos de mi bralette y al intentar quitármelo,
pasa por mis pechos y presiona mis pezones en su camino con su
dedos, yo gimo fuerte.
—Ssshhhhh nena, las paredes de acá son muy delgadas y no
queremos que todo el mundo se entere de nuestro momento, así
que no emitas ni un sonido o dejaré de tocarte ¿ok? — Susurra en
mi oído, mientras yo asiento con la cabeza, sus manos continúan su
camino hasta mis pantis y no puedo negar que deseo que me toque
ahí, justo en mi botón del placer, así que comienzo a moverme
buscando que de alguna manera sus manos traspasen la tela que lo
cubren y por fin sentir su tacto, pero en cambio a eso, Liam deja de
tocarme y continúa su camino de besos por mi columna.
—Eres perfecta, deliciosa. —Susurra mientras planta un
pequeño beso en mi trasero y luego sin esperarlo, me da una
nalgada, yo ahogo un grito no de dolor si no de deseo, vuelve hacer
lo mismo, aunque esta vez acaricia suavemente mi trasero y luego
me vuelve a dar una nalgada, yo arqueo mi espalda, mientras él
continúa ese tortuoso proceso un par de veces más.
—Liam, por favor, necesito sentirte.
—Sssshhhhh recuerda, callada o no te tocare más. — Vuelvo
asentir con la cabeza, esto parece una tortura, esta vez se deshace
de mi ropa interior y le doy gracias silenciosamente por el alivio.
—Has sido una chica muy buena ¿verdad? — Asiento con la
cabeza. Pues te daré lo que deseas. — Y sin mediar más palabras
coloca su excitación en mi camino del placer y empuja con fuerza,
yo gimo mientras él susurra en silencio en mi oído, así que tapo mi
boca con mi mano y sigo disfrutando del momento, entra y sale
repetidamente de mí, sin perder fuerza.
—¿Te gusta nena? — Asiento, no puedo destapar mi boca para
responderle porque creo que si lo hago, me van a escuchar hasta
los vecinos más lejanos, así que solo asiento y me pierdo en la
sensación de sus movimientos y cuando a ambos nos embarga el
placer, nos perdemos en una espiral de satisfacción completa. Los
dos nos encontramos ya acostados en la cama, he tomado un baño
y el agotamiento de todo el viaje y la situación ha vuelto a mí con
fuerza, todavía no estoy muy convencida de quererme quedar,
aunque por Liam estoy dispuesta a intentarlo, así que dejaré
transcurrir un par de días para tomar una decisión, la idea tampoco
es quedarme en un lugar en donde me sienta incómoda. Necesito
estar donde pueda meditar de mi situación y determinar cuál es el
siguiente paso en mi vida y bajo esos pensamientos caigo
profundamente dormida sobre el pecho de mi amado, pensando que
no hay mejor lugar que estar a su lado.
CAPÍTULO IV
—¿Estas disfrutándolo?
—Muchísimo, todo es muy hermoso acá, yo siempre quise un
lugar así, hasta una vez le rogué a mi padre que me comprara un
caballo pero nunca quiso.
—¿Te gustan los caballos nena?
—Me fascinan, me parecen un animal muy majestuoso, sencillo
y hermoso.
—Como tú.
—Bueno, yo no soy un animal, pero gracias por lo que me toca.
— Los dos reímos mientras él también se lanza al suelo pastoso
conmigo, permanecemos callados un rato uno al lado del otro,
unidos solo por nuestras manos entrelazadas.
—¿Qué piensas hacer con tu madre? No es justo que ella se
quede con todo cuando eso lo trabajó arduamente tu papá.
—No lo sé, si tan solo supiera dónde guardó la otra copia del
testamento, todo sería más fácil, pero la verdad no tengo ni idea, mi
papá podía ser tan misterioso a veces.
—¿Nunca te lo dijo?
—No, cuando me entregó mi copia me dijo que era para mí
seguridad y solo dijo que la otra copia la guardaría cerca de su
corazón.
—Mmmmmm sí, era muy raro ese suegro mío. — Y yo río a
carcajadas, si mi padre hubiera conocido a Liam, definitivamente
creo que se muere más rápido, es un chiste cruel, aunque algo
cierto. Algo se te debe ocurrir amor.
—Algo ocurrirá, lo sé, tengo un presentimiento, lo que debo
descubrir es qué será y estar atenta a cuando suceda.
—¿Aceptó?
—Ay qué felicidad, ahora tendrán que venir más seguido a casa,
su casa. — Miro a Liam y ambos desbordamos de felicidad.
CAPÍTULO V
—Tranquila, no lo haré.
Ha llegado la noche y me encuentro sola en mi cama, miro mi
reloj de mesa y veo que son las 2:00 de la mañana y no he podido
pegar un ojo; cada vez que los cierro, la imagen de Liam y Mariam
se cierne sobre mí y empiezo a sentirme un poco claustrofóbica, no
he dejado de llorar tampoco y bocado no me pasa; toda esta
situación es demasiado dolorosa para mí; obviamente, en mi celular
tengo llamadas perdidas de Beth y Eliza, pero todavía no me siento
preparada para responderles, primero debo organizarme ¿Qué hare
ahora sin Liam? Es una pregunta más que se suma a la ahora larga
lista y mientras mi mente maquina qué debo hacer, el cansancio
vence a mi cuerpo y caigo en un profundo sueño lleno de pesadillas.
María trata de levantarme a las 8:00 de la mañana para que
desayune con ellos, pero no deseo ni abrir los ojos ni levantarme de
la cama, así que la despacho con la mano, a la una de la tarde trata
de darme mi almuerzo, pero no tengo hambre, solo quiero dormir,
así que la vuelvo a despachar, a las 7:00 de la noche se acerca a mi
cama.
—Liz por dios, tienes que comer algo, creo que a nadie nos sirve
que te mueras de hambre.
—Es que no tengo hambre.
—Por favor, un pequeño bocado, Noah y yo estamos
preocupados por ti, hazlo por — nosotros. Miro sus ojos de
preocupación y soy incapaz de dejarla así, por lo tanto me siento en
la cama y le pregunto si puede traerme la comida a la cama y ella
con una sonrisa asiente con la cabeza, la escucho correr por las
escaleras y luego de un par de minutos subir con la bandeja.
—Te he hecho pollo a la plancha y puré de patatas y en el vaso
está tu gaseosa favorita, espero que te guste.
—Gracias María, no sé qué haría sin ti. Liam no ha…
—No Liz, no lo ha hecho.
—Gracias María. — Como de a poco solo por complacer a María
y en verdad todo está delicioso, dejo la mitad del puré y la mitad del
pollo, pero María se ve complacida, así que me quedo un poco
calmada en ese aspecto.
—La señora Edna volvió a llamar ¿quieres que le diga algo para
la próxima ocasión?
—Ya la llamo, no te preocupes por eso, ¿todo bien con Noah?
—Excelente, pero como que se quiere convertir en pescado
porque no quiere salir de la piscina. — Ella ríe mientras yo la
acompaño con una tenue sonrisa.
—Bueno Liz, si quieres seguir durmiendo hazlo, pero recuerda,
todo saldrá bien ¿sí?
—Está bien María, que pases una feliz noche.
—Igual tu Liz. — Dice mientras cierra la puerta, llamo a Edna,
algo extraño está sucediendo y quiero saber qué es, no es normal
en ella con tanta insistencia.
—Hola Edna, es Liz ¿Cómo estás?
—No muy bien señorita. — Susurran del otro lado.
—¿Qué sucede Edna? Creo que te debo el mes pasado, pero es
que he estado ocupada con algunos problemas… personales y por
eso se me ha pasado, pero mañana a primera hora lo hago ¿sí?
—No me he tratado de comunicar con usted por eso señorita.
—¿Y qué sucede? ¿Necesitas ayuda con algo?
—No señorita, necesito encontrarme con usted en persona, es
realmente grave lo que le tengo que decir.
— Pero dime Edna ¿Qué pasa? Me asustas. — Hacen un breve
silencio del otro lado del teléfono y luego dicen.
—Tu padre fue envenenado.
—¿Cómo?
Continuará…
RECIBE UNA NOVELA ROMÁNTICA GRATIS
Si quieres recibir una novela romántica gratis por nuestra cuenta,
visita:
http://www.librosnovelasromanticas.com/gratis
Registra ahí tu correo electrónico y te la enviaremos cuanto
antes.
Otros Libros Recomendados de
Nuestra Producción:
Secretos y Sombras de un Amor Intenso. Saga No. 1
Autora: Mercedes Franco
Secretos y Sombras de un Amor Intenso. (La Propuesta) Saga No. 2
Autora: Mercedes Franco
Secretos y Sombras de un Amor Intenso. (Juego Inesperado) Saga No. 3
Autora: Mercedes Franco
Rehén De Un Otoño Intenso. Saga No. 1
Autora: Mercedes Franco
Rehén De Un Otoño Intenso. Saga No. 2
Autora: Mercedes Franco
Rehén De Un Otoño Intenso. Saga No. 3
Autora: Mercedes Franco
El Secreto Oscuro de la Carta (Intrigas Inesperadas) Autor: Ariel Omer
Atracción Inesperada
Autora: Teresa Castillo Mendoza
Una Herejía Contigo. Más Allá De La Lujuria.
Autor: Ariel Omer
Contigo Aunque No Deba. Adicción a Primera Vista Autora: Teresa Castillo Mendoza
Juntos ¿Para Siempre?
Autora: Isabel Danon
Pasiones Peligrosas.
Autora: Isabel Guirado
Mentiras Adictivas. Una Historia Llena De Engaños Ardientes Autora: Isabel Guirado
Las Intrigas de la Fama Autora: Mercedes Franco
Intrigas de Alta Sociedad. Pasiones y Secretos Prohibidos Autora: Ana Allende