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ASTROLOGÍA, PSICOLOGÍA

y
LOS CUATRO ELEMENTOS
STEPHEN ARROYO

ASTROLOGÍA, PSICOLOGÍA
y
LOS CUATRO ELEMENTOS

ESTUDIO DE LAS ENERGIAS EN LA ASTROLOGlA


Y SU EMPLEO EN LAS ARTES CONSULTIVAS

8kier
fJO años de Sabidurlas
Se hallan reservados todos los derechos. Sin autorización escrita del
editor, queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra por
cualquier medio -mecánico, electrónico y/u otro- y su distribución mediante
alquiler o pré.stamo públicos.

Arroyo, Stephen
Astrología, psicología y los cuatro elementos.- 1ª. ed. 10° reimp. -
Buenos Aires : Kier, 2007. 240 p. ; 20x14 cm.- (Pronóstico)

ISBN 978-950-17-0429-7

1. Astrologia !.Titulo
CDD 133.5

Titulo original en inglés:


Astrology, Psychology and the Four Elements
© 1975 Stephen Arroyo
Traducción:
Héctor V. More/
Diseño de tapa:
Graciela Goldsmidt
LIBRO DE EDICION ARGENTINA
ISBN 978-950-17-0429-7
Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723
© 2007 by Editorial Kier S.A., Buenos Aires
Av. Santa Fe 1260 (C 1059 ABT), Buenos Aires, Argentina.
Tel: (54-11) 4811-0507 Fax: (54-11) 4811-3395
http://www.kier.com.ar - E-mail: [email protected]
Impreso en la Argentina
Printed in Argentina
RECONOCIMIENTOS

Parte del material inserto en este libro apareció en forma


de artículos en la revista HOROSCOPE, de Ed. Dell, en revis­
tas astrológicas de Popular Library (como ZODIAC y AQUA­
RIAN ASTROLOGY), y el diario ASTROLOGY NOW, de Ed.
Llewellyn. En consecuencia, agradecemos el permiso que los
editores nos concedieran para publicar esta entrega entera­
mente revisada y ampliada.
Mi especial gratitud hacia Pauline Hutson, April Fletcher
y Barbara McEnerney, que mecanografiaron el original, co­
rrigieron las pruebas y aportaron constructivas sugerencias.
Si en esta obra subsiste algún error, éste podrá atribuirse a
negligencia del autor.
Estoy también en deuda con Betty Spry por permitirme
que utilizara su bello collage en la tapa de este libro; a Pacia
Reyneal por su talento artístico; y a Kathleen Arroyo por su
ayuda y su paciencia sin fin en la diagramación y ordena­
miento de la obra.
Deseo expresar también mi agradecimiento a: Jim Feil,
Dr. Pierre Pannetier y Dr. Randolph Stone. quienes me ayu­
daron a obtener cierto nivel cognoscitivo del accionar de los
cuatro elementos, y asimismo, a los muchos colegas y estu­
diantes que me estimularon en mis escritos y enseñanzas.
Finalmente, agradezco a los siguientes editores su per­
miso para utilizar material de sus libros cuyos derechos con­
trolan:

ACCENT ON FORM, de L. L. Whyte. Copyright 1954 por Lan­


celot Law White. Usado con permiso de Harper & Row,
Publishers, Inc.
PSYCHIC DISCOVERIES BEHIND THE IRON CURTAIN,
7
de Ostrander y Schroeder. Copyright 1970 por Sheila Os­
trander y Lynn Schroeder. Usado con permiso de Pren­
tice-Hall loe., Englewood Cliffs, N. J.
BORN TO HEAL, de Ruth Montgomery. Copyright 1973 por
Ruth Montgomery y Dena L. Smith. Usado con permiso
de Coward, McCann & Geoghegan, Inc.
THE COLLECTED WORKS OF C. G. JUNG, ed. por Gerhard
Adler, Michael Fordham, Herbert Read y William McGui­
re, traduc. de R. F. C. Hull, Bollingen Series XX, tomo 9i,
Los Arquetipos y el Inconsciente Colectivo, <;:opyright 1959
y 1969 por Bollingen Foundation. Reimpreso con permiso
de Princeton University Press.
THE UNDISCOVERED SELF, de C. G. Jung. Mentor Books.
N. Y., 1958. Usado con permiso de Little, Brown and
Company.
THE STUDY OF ABNORM.AL BEHAVIOR, ed. por M. Zax y
G. Stricker. Copyright 1964 por Macmillan Co. Usado con
permiso de Macmillan Publishing Co., Inc.
CHALLENGES OF HUMANISTIC PSYCHOLOGY, ed. por J.
F. T. Bugenthal. Copyright 1967 por McGraw-Hill Co.
Usado con permiso de McGraw-Hill Book Company.
PSYCHOTHERAPY AND RELIGION, de J. Rudin. Copyright
1968 por Univ. de Notre Dame Press. Copyright alemana
1960 por Walter Verlag, Olten y Friburgo en Breisgau.
Usado con permiso de la University of Notre Dame Press.
PERSON TO PERSON, ed. por Carl Rogers y Barry Stevens.
Copyright 1967 por Real People Press. Usado con permi­
so de Real People Press.
ZEN MINO, BEGINNERS MINO, de Suzuki-roshi. Copyright
en Japón 1970 por John Weatherhill, Inc. Usado con per­
miso de John Weatherhill, Inc.
THE PATTERN OF HEALTH, del Dr. Aubrey Westlake, usa­
do con permiso de Shambhala Publications, Inc., 2045
Francisco Street, Berkeley, CA. 94709, copyright 1961,
1973 Aubrey T. Westlake.
THE WHEEL OF LIFE, de John Blofeld, usado con permiso
de Shambhala Publications, Inc., 2045 Francisco Street,
Berkeley, CA. 94709, copyright 1972 Shambhala Publica­
tions, Inc.

8
A Dane Rudhyar,
en reconocimiento a su estímulo,
inspiración
y visión firme y pura.

La astrología tiene asegurado el reconocimien­


to de la psicología, sin ulteriores restricciones,
porque la astrología representa la suma de todo
el conocimiento psicológico de la antigüedad.
C. G. Jung, Comentario sobre
El Secreto de la Flor de Oro.

La tarea de la ciencia no es meramente iden­


tificar la mutable pauta estructural en todo,
sino verla como simple. La ciencia comienza
con el supuesto que está siempre presente,
aunque sea inconsciente, se lo olvide o, en oca­
siones, hasta se lo niegue: En la naturaleza
existe un orden simple; es posible un modo
simple de representar la experiencia; la tarea
de la ciencia es descubrirlo.

L. L. Whyte, Accent on Form.


9
PROLOGO

En esta época nació un nuevo género de astrología que


más bien carece de forma aún, no está coordinada del todo,
no se adapta plenamente a las necesidades sociales y necesita
mucho estímulo y apoyo de sus padres. Así como un infante
cae muchas veces aprendiendo a caminar, este nuevo género
de astrología tiene altibajos, y en ocasiones se va de bruces.
Igual que todos los niños, esta entidad que crece exige aten­
ción concentrada de parte de sus padres para desarrollar sus
potencialidades en plenitud. Y, aunque un padre no podrá
sentarse satisfecho a contemplar su obra bien consumada
hasta que el hijo sea totalmente sano y se baste a sí mismo,
el proceso mismo de estimular el crecimiento y el des?,rrollo
del nifio es incentivo suficiente para continuar el trabajo.
Este nuevo género de astrología toma teorías y actitudes
tradicionales y las da vuelta, poniendo a veces al descubierto
un espurio montón de contradicciones y vacuas banalidades,
y en otras ocasiones una inspiradora esencia de la verdad
universal. En consecuencia, el nuevo género de astrólogo
erradica las imperfecciones e intenta penetrar en un nivel
de comprensión que ilumine un enfoque enteramente nuevo,
no sólo de la astrología sino también del hombre mismo.
Los grandes adelantos obtenidos en el campo psicológico
en la primera mitad de este siglo empiezan tan sólo ahora a
asimilarse en la consciencia del vulgo, aunque ya comenzaran
a influir sobre la astrología en la década del 30. Sin embar­
go, sólo recientemente el proceso de asimilación cobró im­
pulso suficiente como para que gran cantidad de astrólogos
y estudiantes de astrología sientan la necesidad de reestruc­
turar y redefinir las tradiciones astrológicas y la finalidad
de la astrología misma. Este proceso de reestructuración em-
11
pezó con The Astrology of Personality, de Dane Rudhyar, en
1936, y desde entonces, paulatinamente, fue adquiriendo ra­
pidez y popularidad. La. lentitud en el desarrollo de este nue­
vo género de astrología se debió principalmente a que a la
consciencia del vulgo le insume muchos años superar la vieja
estructura aprendida al estudiar astrología por primera yez.
Pero la consciencia de los tiempos cambió, y los astrólogos
se están dando cuenta poco a poco de que la mayoría de los
métodos de interpretación y práctica adecuados para la gente
de la década del 20 son inconvenientes para quienes viven y
crecen hoy en día.
Los métodos específicos en que esta nueva astrología di­
fiere de los más antiguos se explican muy minuciosamente
en este libro, pero me gustaría recalcar una cuestión. En la
mayoría de las formas tradicionales de práctica astrológica,
en las que el astrólogo servía esencialmente de adivino, se
suponía que el mapa natal revelaba las circunstancias que se
encontrarían en la vida y que estas circunstancias, en el mun­
do externo, eran predecibles e inalterables para la mayoría.
Sin embargo, es evidente que lo predecible de todo varía se­
gún su nivel de complejidad. Por ejemplo, una simple célula
animal o un compuesto químico es habitualmente predecible
puesto que su naturaleza es simple, puesto que allí pocos son
variables, y puesto que no tiene consciencia o capacidad para
modos alternativos de reaccionar. El tiempo es menos pre­
decible primordialmente porque hay muchas variables que
se desconocen, aunque en muchos casos aún se lo pueda pre­
decir sobre la base de que se comprendan variables conoci­
das. Un ser humano es menos predecible porque tiene algún
grado de razón, voluntad e independencia, y porque, en con­
secuencia, es capaz de ilimitadas respuestas variables. Y,
cuando obtiene más consciencia, es aún menos predecible
que antes. Por ende, una persona elevadamente consciente
tal vez sólo necesite que se le insinúe un acontecimiento o
una experiencia posible para que aprenda cierta lección o lo­
gre una intuición particular, mientras que quien es menos
consciente quizá necesite experimentar una circunstancia ex­
terna más clara y concreta a fin de obtener la misma com­
prensión. Me parece que un individuo es predecible precisa­
n1ente en proporción a su falta de conocimiento consciente.
De allí que el nuevo tipo de astrología al que me refiero se

12
oriente primordialmente hacia los que dieron algunos pasos
definidos para lograr un acrecentado conocimiento de sí.
Es verdad que se nace con cierto mapa natal, con cierta
pauta "kármica" o ciertas tendencias emocionales-mentales­
físicas. Sin embargo, las circunstancias a afrontar serán pro­
gramadas, en gran medida, por lo que uno exprese. En otras
palabras, se recupera lo que se invierte; todo retorna a su
origen. Por ejemplo, si se expresa impaciencia o fariseísmo,
se despertarán automáticamente tales respuestas de los de­
más. Es inútil censurar al propio mapa natal por la aflicción
que uno mismo se creó. Recalcar el empleo moderno y cons­
tructivo de la astrología debe consistir en trabajar, modificar
o transmutar la armonización de la energía natal a fin de que
pueda manifestarse la expresión más positiva de las energías.
Por ello, en este libro traté de recalcar una comprensión más
profunda de los factores astrológicos básicos y una aprecia­
ción más honda de la finalidad de las técnicas astrológicas.
Este libro está escrito en dos partes distintas. Los seis
primeros capítulos de la Parte I fueron incluidos original­
mente en una tesis de licenciatura en psicología en la Univer­
sidad Estatal de Sacramento, California. La tesis original,
antes de una extensa revisión, mereció de la Asociación As­
trológica Británica el Premio de la especialidad en 1973, como
la más valiosa contribución a la astrología de ese año. Cuan­
do escribí esa parte, mi objetivo principal fue aclarar varios
enfoques astrológicos y revelar su utilidad práctica, especial­
mente en métodos relacionados de modo directo con el cam­
po de la psicología. Aunque en primera instancia la escribí
para los totalmente profanos en cuanto al punto de vista
astrológico, también pueden beneficiarse con ella los estu­
diantes o profesionales de la astrología, pues no sólo contri­
buye a una síntesis y a una más honda comprensión de las
premisas astrológicas, sino que también es útil como ayuda
para contestar a las interminables preguntas del público en
general atento o a las críticas prejuiciosas de quienes no es­
tán informados.
La Parte II del libro proporciona una base de toda la
teoría astrológica en términos de energía, mediante una expli­
cación sistemática del antiguo concepto de los cuatro elemen­
tos. Puesto que los elementos describen las energías reales
simbolizadas por factores astrológicos, c<;>mprender sus prin-

13
cipios permite sintetizar el significado de un mapa natal de
modo práctico e inmediato. Me parece que el obstáculo más
grande en el aprendizaje astrológico de un estudiante o en la
aptitud de un profesional para usar la astrología de modo
práctico y útil es la falta de métodos sintetizadores que se
presenta en los escritos astrológicos. En la actualidad, hay
muchos libros de texto a disposición de los principiantes, pero
en muy raras ocasiones se descubre en ellos una explicación
sobre cómo penetrar en el significado medular de los factores
astrológicos o cómo ver una simple pauta de orden dentro de
las combinaciones sin fin .representadas en los mapas nata­
les. También debe recalcarse aquí que, puesto que la Parte 11
se ocupa principalmente de los principios básicos de los ele­
mentos, en muchos casos fue necesario generalizar a fin de
presentar el principio esencial que se discute. Sin embargo,
es menester prevenir al lector para que no se identifique so­
lamente con el elemento del signo del Sol (o, en realidad, con
cualquir otro factor único) en sus mapas a medida que avan­
za en este libro. Como procuré aclararlo en la obra, cada
factor del mapa recalca independientemente la pauta de la
totalidad, pero un factor fuerte no domina la pauta íntegra
excluyendo los otros puntos del énfasis. Debe declararse tam­
bién que, aunque el término "energía" parezca a algunos lec­
tores más bien "nebuloso"; simplemente nuestro idioma no
proporciona palabras más precisas. Después de todo, la ener­
gía de la luz, si se la considera como una octava, es sólo de
unas setenta y cinco octavas en las escalas de frecuencia del
reconocido espectro electromagnético. Intentar describir
energías trascendentes con nuestro lenguaje limitado fue una
tarea difícil y exigente, y confío en que el lector disculpe todo
fracaso en comunicar los significados implícitos más sutiles.
El enfoque asumido al estudiar cualquier fenómeno se
basa naturalmente en la finalidad que se tenga en mente, ya
sea consciente o inconscientemente. En otras palabras, lo que
se quiere hacer con las propias conclusiones determina el en­
foque que se tome. En este libro, mi finalidad es suministrar
un antecedente y una estructura para entender la astrología
en términos modernos y aclarar la estructur:;1 y la aplicación
áe esta ciencia en relación con la psicología contemporánea,
la psicoterapia y los conceptos de energía. De allí que, ma­
yormente, yo haya omitido referencias a aspectos más "ocul-

14
tos" o "esotéricos" de la astrología, no porque crea que tal
enfoque carezca de valor sino tan sólo porque está más allá
del alcance de esta obra.
Para que las ideas nuevas prosperen tenemos que estar
libres de las suposiciones "conocidas" a fin de que una sen­
sación de prodigio ilumine nuestra percepción. Tal libertad,
tal apertura es siempre característica de verdadera ciencia.
Es preciso despejar el terreno de prejuicios intelectuales y
emociones para lograr esta libertad, y es por esta razón que
aquí consagré tantas páginas a una crítica sistemática de los
métodos "científicos" y psicológicos corrientes. Actualmente,
muchas personas andan en busca de una visión más unificada
y amplia de la vida que la que está disponible en las discipli­
nas superespecializadas que se enseñan por lo común en los
colegios y las universidades tradicionales. Es cada vez mayor
la demanda de una participación total y satisfactoria con los
ciclos de la vida y la astrología puede proporcionar precisa­
mente eso. Como escribiera el físico y filósofo L. L. Whyte:
"El principio estético y científico más profundo tiene por base
tender a la simplicidad, al orden, a la elegancia, a la forma".
La astrología revela la pauta global de simplicidad, orden, ele­
gancia y forma, que ope�·a en todo el universo y, en particu­
lar, dentro de todo individuo.
En el campo de la psicología, hay docenas de "teorías de
la personalidad" que intentan descubrir y definir algún re­
medo de orden dentro del carácter y del estilo de vida del
individuo. Toda teoría de la personalidad supone que existe
algo así como "naturaleza humana" que el recién nacido trae
consigo a este mundo, principalmente más bien en forma de
predisposiciones y potencialidades generales que de rasgos
específicos. En todas las teorías de la personalidad que se
utilizan hoy comúnmente en psicología, el problema consiste
en que cada uno se inclina inherentemente hacia la clase de
perscna que participa de ciertas características con el inven­
tor de la teoría. En otras palabras, puesto que el teórico su­
pone que todo el mundo se le parece realmente de arriba aba­
jo, y puesto que carece de una estructura cósmica que le per­
mita obtener una perspectiva más vasta de la humanidad, el
uso de semejantes teorías limitadas y parcializadas tiene, en
la práctica real, efectos profundamente destructivos. Sin em­
bargo, si como lo indican las pruebas de este libro, la astro-
15
logía es en realidad un lenguaje que describe las energías mis­
mas que activan a un ser humano, muy bien podría ser el
método más exacto con que contamos para describir lo que
es verdaderamente la "naturaleza humana" de -cada individuo.
Ciertamente, este es mi parecer tras una extensa utilización
de la astrología durante nueve años; y en mis pocos años de
práctica, dejé gradualmente que todas las demás teorías si­
guieran de largo. Según mi criterio, la astrología es induda­
blemente el medio más exacto y amplio para entender la per­
sonalidad, la conducta, el cambio y el crecimiento humanos.
Frecuentemente me preguntaron por qué, en los últimos
años, la astrología fue protagonista de semejante popularidad
renovada. Creo que parte de la respuesta radica en el hecho
de que la cultura occidental no posee más una mitología via­
ble que la sostenga. El mito sirve siempre de fuerza vitaliza­
dora de cualquier cultura, mostrando la relación del hombre
con una realidad más vasta y universal. La gente necesitó
siempre un modelo de orden que guiara sus vidas colectivas
e infundiera significado en su experiencia individual.* En este
sentido, la astrología abarca dentro de sí una estructura mi­
tológica entera. El profesor Joseph Campbell escribe que "El
hombre no puede mantenerse en el universo sin creer en algún
orden de la herencia general del mito. De hecho, hasta la ple­
nitud de su vida parecería no estar en proporción directa con
la profundidad y el alcance de su pensamiento racional, sino
de su mitología local". Campbell declara que hay tres fun­
ciones esenciales del mito: "despertar una sensación de temor
reverencial", "interpretar una cosmología" e "iniciar al indi­
viduo en las realidades de su propia psique". Como actual­
mente lo están descubriendo muchas personas, el uso apro­
piado de la astrología cumple estas tres funciones en total. De
allí que, si coincidimos con la definición del mito pertene­
ciente a Campbell, creo que deberemos convenir en que la
astrología, como lo hiciera en siglos pasados, proporciona
una mitología vital y práctica para nuestros tiempos.

• Cf. Beyond Stonehen¡e, de Gerarld Hawkins, editado por Harper


& Row, · 1973. El· autor es astrónomo de la Universidad de Boston y halló
una "orientación cósmica" en casi todas las grandes civilizaciones a lo largo
de la historia.

16
PARTE 1

ASTROLOGIA Y PSICOLOGIA
1

LA CIENCIA MODERNA Y LA PSICOLOGIA ACTUAL


El fenómeno humano debe medirse en una escala
cósmica.
Tellhard de Cha.rdln

Así como en la actualidad experimentamos una revolución


mundial en comunicaciones, fórmulas sociales y relaciones in­
ternacionales, de igual modo también estamos en medio de
una revolución de nuestras opiniones sobre el hombre y el
universo. Jamás se detiene la rueda giratoria del cambio, pero
hoy en día parecemos estar en el punto crucial donde concluye
un viejo ciclo de la vida y comienzan a aparecer las caracterís­
ticas iniciales del ciclo venidero. La ciencia en conjunto y la
psicología como disciplina independiente deben responder a
estos cambios (y a las cambiantes necesidades de los hom­
bres y mujeres modernos) en los métodos creativos y razo­
nables. Hoy, la mayoría busca a la "ciencia" y a los denomi­
nados "peritos" en procura de respuestas a nuestro dilema
moderno; pero con demasiada frecuencia, los psicólogos, psi­
quiatras y otros especialistas que aparentan saber las respues­
tas tienen realmente poco que ofrecer al hombre común. El
significado y la importancia de la experiencia personal (el
dominio verdadero de toda indagación psicológica centrada en
la persona) sólo raras veces son aclarados por estos especia­
listas. Son pocos los especialistas que han dado pasos signi­
ficativos hacia una síntesis del conocimiento moderno de mo­
do que el ser más profundo del hombre pueda responder; por
ejemplo, el Dr. Carl G. Jung y el Padre Teilhard de Chardin.
Pero, para la mayoría, incluso los que tributan elogios a los
elevados ideales de la búsqueda de la verdad, de la unifica-
19
ción de nuestra moderna visión del muudo y de ayuda a nues­
tro prójimo, con demasiada asiduidad rehusan asumir ries­
gos, prefiriendo permanecer enclaustrados en sus especiali­
dades profesionales. Sólo raras veces, un hombre de gran
creatividad y valentía, dispuesto a soportar las críticas aviesas
de sus contemporáneos y colegas, se impone actuar sobre la
base de estos ideales elevados.
En la actual cultura occidental, descubrimos que el hom­
bre está cada vez más alienado respecto de sí y de su cultura.
Está fuera de contacto con sus fundamentales raíces huma­
nas. Sus tradiciones y valores culturales son demolidos o de­
sechados. Hoy en día, el hombre necesita perentoriamente
restablecer el contacto con la esencia de la tradición humana
y con el centro de su vida psíquica, las cuales trascienden el
lugar y el tiempo. Por lo que yo sé, en el dominio de la psi­
cología ninguna teoría de la ''personalidad" ha logrado en­
tender y describir al Hombre Universal. Por tanto, es hora
de buscar por otro lado, en procura de teorías, ideas y expe­
riencias que sean verdaderas para todo ser humano. Por su­
puesto, este es un gran orden; pero está emergiendo una so­
ciedad global, y mejor haríamos en allanarle el camino para
que nazca en paz, logrando entender lo que el hombre es
realmente. ¿ Cuál es la naturaleza de este nuevo orden mun­
dial en el horizonte? Huston Smith, 1971, Profesor de Filo­
sofía en MIT y autor de The Religions of Man, declara:
Hay ... tres grandes civilizaciones: la oc.cidental, la
asiática del Este (china) y la asiática del Sur (india). His­
tóricamente, en sus períodos principales, cada una de és­
tas se especializa en uno de estos tres ámbitos del pro­
blema: Occidente en la naturaleza, China en las relacio­
nes sociales, e India en las psicológicas. Si la hipótesis
antedicha es cierta, cada civilización tiene que aprender
de las otras dos en los ámbitos que descuidó.
De la China, podemos tomar un respeto hacia la fa­
milia, una actitud hacia la ancianidad, y una actitud hacia
la esfera personal en contraposición al imperio, o sea,
una lealtad superior a la comunidad centrada en el hogar.
De la India, como lo observara Gordon Allport, de las
cuatro metas del hombre que aquélla reconoce, o sea, go­
ce, triunfo mundano, deber y liberación, Occidente se in-
20
teresó casi enteramente por las dos primeras, con ligera
atención sobre el deber y ninguna sobre la liberación.
Está también la relación de los tipos humanos distinti­
vos, de la que, aunque se abusó en el sistema indio de
casta, es no obstante una percepción válida ...
Segundo, la nueva civilización será más ecológica. Co­
mo se observara antes, Occidente se ha preocupado por la
naturaleza. China y la India también se interesaron por
la naturaleza, pero más bien en el espíritu de Wordsworth
que de Galileo. El sentido occidental es de dominio sobre
la naturaleza . . . En la actualidad, hay una busca a tien­
tas de originalidad, pero, ¿qué ocurre con la calidad?...
Creo que volveremos a las glorias de la simplicidad en el
aspecto ecológico de la nueva civilización.
Mi tercera predicción sobre la nueva civilización es
que cuando llegue la hora habrá una orientación más es­
piritual hacia el mundo. Mientras en el siglo XIX veía­
mos al mundo como una máquina, ahora en el siglo XX
vemos a la naturaleza como un organismo, con menos
determinismo y más libertad. ¿Podernos extrapolarnos de
mecánicos en los siglos XVII a XIX, biológicos en el si­
glo XX, a psicológicos en el siglo XXI?
Finalmente, estaremos entrando en 1:-1 nueva civili­
zación mundial al punto de que seamos capaces de lo­
grar una nueva pauta de vida que sea algún género de
síntesis de estos tres énfasis de civilizaciones pasadas
-naturaleza, semejante y yo. (págs. 1 y sigs.).

Hans Stossel (1959) expresa de este modo la necesidad


moderna del hombre:
Hoy en día, lo esencial es acceder a un conocimiento
cósmico y espiritual más profundo, y que esto sólo es
menester en nuestra época y la necesidad de este siglo
debe ser la revelación. Esta debe ser una época en la que
el hombre se alce con un conocimiento mayor (no sólo
una creencia) de cómo estar conforme con el universo.

Esta síntesis, esta unión del hombre con el mundo natu-


ral, y este sentimiento de unidad con el universo es lo que la
astrología puede aportar al bienestar del hombre moderno.

21
Como lo escribe el psicólogo Robert L. Marrone (1971): "Lo
que el hombre pensó sobre la naturaleza y su relación con
ésta, sobre la historia documentada, le disminuyó o le amplió,
le separó del mundo natural o le fundió con un universo cí­
clico". El sentimiento de separación del hombre moderno
respecto del mundo natural y la falta de identidad con el
cosmos explica por qué (puesto que éste es ahora el zeitgeist
cultural) la astrología tiene que ser "demostrada" antes que
muchas personas la acepten como una ciencia o un arte vá­
lidos. Casi todas las culturas que conocemos tuvieron alguna
forma de astrología; y esto no es atribuible a su falta de "ilu­
minación" moderna, sino más bien a su inmediato sentido de
unidad con el medio ambiente cósmico. Más que todo lo de­
más, en el <'amino de una nueva síntesis del conocimiento y
una nueva esperanza para el futuro del hombre se alzan los
seudocientíficos prejuicios populares y la adhesión a teorías
pasadas de moda, entre activos científicos, educadores y pú­
blico en general. Parece que la mayoría de los psicólogos aca­
démicos, en particular, están haciendo exactamente lo que Ro­
bert Oppenheimer (1971) advirtió que no se hiciera: o sea,
empeñarse en moldear una ciencia de la psicología sobre una
física que ya está fuera de moda. Si miramos a la física mo­
derna, vemos una diversidad increíble y nociones como anti­
materia e indeterminancia, cuyas descripciones suenan más
parecidas al relato del éxtasis religioso de un místico que lo
que estamos acostumbrados a esperar de un tratado cientí­
fico. Empero, los que investigan en la psicología, con pocas
excepciones notables, continúan operando como si fueran bio­
químicos o reflexofísicos. Por tanto, aunque los profesionales
de la astrología puedan realmente beneficiarse con una psico­
logía moderna, deben ser cautelosos acerca de subestimar a
la astrología misma o sobreestimar la eficacia de la psicología
actual en sus esfuerzos por lograr un tipo más sofisticado y
respetable de práctica astrológica. Como lo declara C. G.
Jung: "Evidentemente, la astrología le ofrece mucho a la psi­
cología, pero es menos evidente lo que esta última puede
aportar a su hermana mayor".
La ciencia es una herramienta poderosa, como lo es la
astrología. El conocimiento que ganamos a través de estos
métodos puede usarse de dos modos: mediante manipulación
o apreciación. Por desgracia, la ciencia de Occidente hasta

22
ahora se usó primordialmente para lo primero, no sólo en las
ciencias físicas, sino también en la psicología. Como escribe
el físico-filósofo L. L. Whyte (1954): "La ciencia misma podría
beneficiarse con un reconocimiento más pleno de las prefe­
rencias inconscientes que guiaron su desarrollo histórico y
que todavía persisten hoy". Es hora de que la ciencia en con­
junto, y la astrología y la psicología en particular, formulen
un nuevo compromiso de buscar más la verdad y el conoci­
miento que de recoger hechos aislados. Aunque la astrología
también fue y puede ser usada para finalidades manipulati­
vas, su síntesis con los mejores conocimientos de la psicología
puede proporcionarnos un medio penetrante de apreciamos
más profundamente, y de apreciar nuestro universo y a los
demás seres humanos.
Mientras algunos científicos (incluidos psicólogos) vocean
blandamente la idea de que son necesarios enfoques nuevos
y creadores a fin de que la ciencia progrese, por la naturaleza
misma de sus actitudes y la identificación personal con la
"ciencia" impiden el desarrollo de tales enfoques. En otras
palabras, no entienden el proceso verdaderamente creativo (a
diferencia de la mera reunión y correlación de hechos). Mu­
chos no se dan cuenta de que la escisión de sus personali­
dades (profesionalmente "objetivas", mientras que_personal y
privadamente "subjetivas") impide que dentro de ellos ocurra
el acto creativo. Esto es así porque la creatividad es producto
e .e la totalidad y la integración individuales humanas, o del
empeño en procura de tal totalidad. Como lo escribe Rudin
(1968) en su libro Psychotherapy and Relfgion: "Uno no puede
escapar de su propia alma sin mutilar su vida y también con­
denarse a la enfermedad en el reino físico y a una producti­
vidad pérfida y estereotipada en el intelectual" (págs. 29-30).
Parece que los adherentes y discípulos de los verdaderos pio­
neros en cualquier campo, tras asegurarsé de que hallaron la
verdad, pronto se vuelven inflexibles y fanáticos, congelando
las ideas del teórico original. ·Esto tiene el efecto de ahogar
nuevos progresos durante decenios. Este mismo proceso ocu­
rrió también en algunos círculos astrológicos, con el resultado
de ulterior fragmentación y discordia en un campo que nece­
sita con desesperación una unidad razonable.
Los que realizan los importantes adelantos creadores,
aquel19s cuyos nombres son reverenciados en generaciones

23
sucesivas, son siempre quienes están verdaderamente abiertos
hacia lo nuevo. Esta apertura misma es la que naturalmente
introduce a la persona creadora en ámbitos de pensamiento e
investigación que profesionalmente no son ortodoxos y cul­
turalmente no son convencionales. Como lo observara Alfred
North Whitehead, casi todas las ideas realmente nuevas tienen
cierto aspecto de necedad cuando se manifiestan por primera
vez. Sólo tenemos que echar un vistazo a los nombres y bio­
grafías de algu nos de los máximos creadores de la cultura oc­
cidental para darnos cuenta cuántos de ellos se ocupaban de
disciplinas que eran oficialmente tabú en su época. Einstein
hablaba de la experiencia "mística", de la intuición original y
del sentimiento "religioso" de la comprensión verdadera:
La emoción más bella y profunda que podemos ex­
perimentar es la de lo místico. Es la energía de toda
ciencia verdadera. Conocer que lo que para nosotros es
impenetrable existe realmente, manifestándose como la
sabiduría suprema y la belleza más radiante que nuestras
opacas facultades pueden comprender sólo en sus formas
más primitivas --este conocimiento, este sentimiento, es­
tá en el centro de la religiosidad verdadera.

En su práctica, C. G. Jung no sólo usó a la astrología como


una herramienta psicológica sino que también pasó años in­
vestigando los aspectos psicológicos del simbolismo alquími­
co. Sigmund Freud escribió en una carta, al final de su ca­
rrera: "Si tuviera que vivir otra vida, la consagraría más bien
a la investigación psíquica que al psicoanálisis". El astróno­
mo y físico Kepler nos dice que deseaba vigorosamente no
creer en la eficacia de la astrología, pero que "la concurrencia
infalible de configuraciones estelares y acontecimientos sub­
lunares compelió a mi renuente creencia". Otros célebres as­
trólogos-científicos son Francisco Bacon, Benjamín Franklin,
Lord Napier (inventor de los logaritmos) e Isaac Newton.
Efectivamente, fue Newton quien, al preguntársele qué quería
estudiar en Cambridge, replicó al punto: "Matemática, para
poder poner a prueba a la astrología". Además, Newton, al
regañarle Haley (el que descubrió al cometa) por creer en se-­
mejante superstición, hay constancias que dijo: "Es evidente
que usted no estudió astrología; yo sí".
24
Cuanto más descubrimos sobre la vida, más tendemos ·a
arribar a ideas que unifican muchos ámbitos de la vida y
muchas disciplinas intelectuales. Tales ideas unificadoras se
necesitan hoy desesperadamente, en especial en el campo de
la psicología, la ciencia que se ocupa más íntimamente de las
vidas de las personas. Para mí es evidente que la astrología
es precisamente la pauta de orden y unidad de la que hoy
carece la psicología. La unidad, la salud y la integración del
hombre individual son el punto de partida hacia la salud y
la viabilidad de su sociedad. ¿Un individuo creativo y sano
cómo podrá producir una sociedad cuyas instituciones edu­
cativas predican un enfoque fragmentado de la vida y un cri­
terio deformado del mundo? Lo que se necesita más que todo
actualmente, en particular en el sistema educativo, es un
cuestionamiento cabal de nuestras suposiciones sobre la natu­
raleza del hombre y el significado de la existencia. Si somos
honrados con nosotros mismos, entonces, podremos estar
abiertos hacia lo que es. Entonces, a fin de establecer un tipo
de psicología (y astrología) que se centre en la salud y la
realización individuales, podremos empezar a desarrollar una
ciencia verdadera de la vida, que se ocupe del ser psicofísico
íntegro, cuyo punto central es la consciencia misma. Pero an­
tes de que podamos hacer esto, deberemos estar libres de la
tendencia pasada de moda del pensamiento materialista, y
reconocer que diferentes tipos de estudios exigen enfoques
diferentes.

25
2
LAS LIMITACIONES DE LA VIEJA ESTRUCTURA

Para muchas personas es hoy evidente que la ciencia ma­


terial no satisface las necesidades más hondas del hombre.
no importa cuánta comodidad y ocio pueda brindar al cuerpo
ni cuánto orgullo brinde al intelecto. Al construir una mo­
derna ciencia psicológica, no sólo tenemos que satisfacer al
intelecto sino también procurar algo a lo cual puedan res­
ponder el corazón y el alma del hombre. Hoy llegamos al pun­
to universal en el que el hombre parece conocer todo y enten­
der nada. Está bien reunir datos y correlacionar hechos es­
tadísticamente, pero una concentración demasiado grande en
particularidades pone a uno fuera de contacto con el poder
integrador, sinfónico y coherente de la totalidad. Por tanto,
perdemos el poder restaurador de las grandes verdades uni­
versales. La ciencia moderna halla su hondura en las partes
de la materia; y surge un problema del hecho de que estos
hallazgos jamás se vuelven a reunir en una totalidad comple­
ta y viva. Puesto que aparentemente nos inclinamos a estudiar
los fenómenos complejos, olvidamos o ridiculizamos las ver­
dades sencillas que son inmutables. Como dice Goethe en
Fausto:
Quien estudie la existencia orgánica
Saca primero el alma con rigurosa persistencia;
Luego puede mirar y clasificar las partes que tiene en sus
manos,
¡Pero el eslabón espiritual, ay, se perdió!
(Parte I, escena IV, pág. 66, según la versión de B.
Taylor, 1950. )

26
Lo que hoy necesitamos es recalcar más la totalidad que
meramente las partes de ésta; necesitamos mirar una vez más
los principios universales que subyacen en toda vida, antes de
que empecemos a entremetemos en la naturaleza. La crisis
ecológica que hoy afrontamos es sólo resultado evidente del
uso del "conocimiento", por parte del hombre, sin la guía de
la sabiduría, o sea, de un conocimiento de la pauta subyacente
en todo el sistema. En su impaciencia por "resultados" rá­
pidos, los psiquiatras recurren al tratamiento de shock y a
las drogas, y a esto lo llaman "terapia"; los agricultores re­
curren a los pesticidas y a los fertilizantes químicos, justifi­
cando sus acciones como una necesidad económica o como un
valiente intento de impedir que la humanidad muera de ham­
bre. Lo que la astrología puede proporcionar al hombre mo­
derno es la comprensión de los principios universales, la ar­
monía de la totalidad y las pautas subyacentes de la vida. Es
por esta razón que tantas personas de los Estados Unidos se
están interesando por la astrología; porque sienten en ella
alguna energía reveladora del orden y el significado de sus
vidas aparentemente caóticas.
Joseph Goodavage, autor de Astrology: The Space Age
Sclence (1967), expresa el moderno desencanto con la ciencia
materialista:
Parece que con el materialismo hemos llegado al pun­
to de saturación. No generó sino _frustración, odio, gue­
rras y lucha de clases. Su meta es vacua y sin sentido,
un callejón sin salida para la humanidad. Debemos ad­
mitir la existencia de nueva evidencia, que en su totalidad
apunta inequívocamente hacia la sublime unidad e inter­
dependencia de todo en la naturaleza. (pág. 139).

De hecho, causa muchísimo asombro cuántos científicos


y filósofos modernos acuerdan reconocimiento al aspecto men­
tal y espiritual del cosmos. En su libro, Tbe Mysterlous Unl­
verse (1932), Jeans, escribe:
Actualmente, existe amplia coincidencia, que en el
aspecto físico de la ciencia se acerca a la unanimidad, de
que la corriente del conocimiento nos conduce hacia una
realidad no mecánica; el universo empieza a parecerse
más a un gran pensamiento que a ·ma gran máquina. La

27
mente no aparece más como una intrusa accidental en
el reino de la materia; empezamos a sospechar que más
bien debemos saludarla como creadora y gobernadora del
reino de la materia . . . El viejo dualismo de mente y ma­
teria. . . parece probable que desaparecerá; no porque la
materia se tome de modo alguno más oscura o insustan­
cial que antes, o porque la mente se resuelva en una fun.
ción del accionar de la materia, sino porque la materia
sustancial se resuelve en una creación y una manifesta­
ción de la mente. Descubrimos que el universo da pruebas
de una energía delineadora y controladora que tiene algo
en común con nuestras propias mentes individuales
-hasta donde lo hemos descubierto, no con la emoción,
la moralidad o la apreciación estética, sino con la ten­
dencia a pesar del modo que, a falta de un vocablo mejor,
describimos como Matemático...
Muchas personas son hoy atraídas hacia la astrología
porque ésta revela esa "energía delineadora" del universo den­
tro de una estructura matemática.
Irving F. Laucks (1971) explica que la filosofía de los
tiempos modernos de que "Dios ha muerto" surge del hecho
de que ha muerto el Dios material, acontecimiento al que to­
dos debemos dar la bienvenida, puesto que da cabida al naci­
miento de una visión nueva y más completa de la vida y del
uruverso:
Las religiones orientales eran menos materialistas en
sus ideas. A fin de crear el mundo, usaban un concepto
que hoy podría adecuarse fácilmente a todo lo que cono­
cemos acerca de la "energía". Puesto que la ciencia occi­
dental descubrió finalmente que la energía es una fuerza
más básica que la materia a partir de la cual se cons�ruye
un universo, a este respecto la ciencia occidental y las re­
ligiones orientales bien podrían cooperar.
Además, en la existencia más allá de la muerte, las
religiones orientales son no-materialistas. Uno u otro de
sus conceptos de reencarnación o de Nirvana tras la muer­
te podrían bien concordar con la "energía" como un me­
dio futuro de existencia más bien que efe espacio, tiempo
y materia, como lo han enseñado las religiones occiden­
tales.
28
Esta idea de que la "materia" de que· está compuesto
este gran universo . . . no es sino una cosa intangible a la
que llamamos fuerza o "energía" es tal vez el concepto
más importante que jamás formara el joven cerebro del
hombre. Para la ciencia, esta idea tiene menos de un si­
glo, y ni la ciencia ni el público empezaron aún a captar
su pleno significado. (pág. 4).

Este nuevo énfasis sobre la "energía" como una realidad


más fundamental que la materia se considera circunstancia­
damente en la Parte 11 de este libro y en el Apéndice B, par­
ticularmente la relación de los conceptos de las energías con
la astrología.
En la vida diaria, el lado espiritual del hombre es inse­
parable de su vida psicológica. La derivación misma del vo­
cablo "psicología" revela cuán estrechamente se interrelacio­
na la mente del hombre con su naturaleza espiritual. Origi­
nalmente, el vocable griego psique tenía dos significados. El
primer significado se traduce mejor como alma, o sea, la fuen­
te más profunda de la vida dentro del hombre. El segundo
significado era mariposa, que tenía la connotación _del espí­
ritu inmortal que penetra en toda la naturaleza y cada ser
humano individual. Desde entonces, psique se definió en gran
medida como "mente", aunque muchos psicólogos experimen­
tales y fisiológicos gustarían eliminar hasta un término tan
inmaterial como ese. (Sin embargo, según las ciencias psi­
cológicas y espirituales de la India, la mente y el alma, si bien
están estrechamente entrelazadas en el funcionamiento diario
de las vidas de la mayor parte de las personas, en realidad son
totalmente distintas. Uno de los principales postulados de las
formas avanzadas de yoga es la idea de que el alma puede
estar libre solamente cuando no está más esclavizada ante la
mente.)
Afortunadamente para la psicología, algunos psicólogos
humanistas no son tan tímidos como para tomar en cuenta los
aspectos más recónditos de la vida del hombre, aquellas di­
mensiones del hombre que trascienden meramente las activi­
dades intelectuales-mentales. Una psicología basada en la con­
ducta observable, suponiendo que sólo son dignos de tener
en cuenta los datos "objetivos", no es realmente psicología.
Restringir el dominio de la psicología al estudio de labora-

29
torio de los animales y a las pautas patentes de conducta de
los seres humanos no guarda coherencia con la definición
del objeto supuesto de estudio: la psique misma, aquella cua­
lidad de mente-alma-espíritu que impregna todos los empeños
humanos y quizá toda la creación. Como lo señala Jung re­
petidamente en sus escritos, no podemos ser "objetivos"
cuando estudiamos la psique del hombre; pues tenemos que
estudiar la psique a través de la psique del observador. Esto
podrá considerarse una crítica de toda la investigación deno­
minada objetiva; pero con seguridad es muy apropiado para
el estudio del hombre mismo y del accionar de su vida inte­
rior. E.n psicología, la manía de los estudios "objetivos", par­
ticularmente en la escuela conductista, ignora el hecho básico
de la unicidad huma.na: la creatividad. Como lo demostrara
la investigación de Jung y el psicopediatra Jean Piaget, la
mente no opera como un espejo pasivo sino más bien como un
artista activo y con una finalidad. Para citar una vez más
del libro de Rudi.n Psychotherapy and Religlon (1968):
La psicología moderna de hoy en día no puede darse
el lujo, como lo hiciera la del siglo XIX, de eludir las acu­
ciantes preguntas corrientes relativas al alma y encerrar­
se en un laboratorio de aparatos a fin de llevar a cabo
experimentos que emulen a los de la química y la física.
La psicología entra cautelosamente en la vida, en el inin­
terrumpido proceso del alma individual, en sus altibajos,
derramando luz dentro de sus deseos y anhelos secre­
tos... (pág. 21).
Con vena similar, el psicólogo O. Hobart Mowrer (1969)
ha escrito que " ...esta cuestión del ajuste total y de la so­
brevivencia psicosocial del hombre no delata sus secretos
más recónditos a los tipos convencionales de indagación
científica..." (pág. 14). Este hecho expUca por qué la
psicología del siglo XX se estancó para la mayoría y sigue
siendo totalmente inapropiada para las vidas y los anhelos
diarios de cada uno de nosotros. Los únicos psicólogos que
en años recientes dieron grandes pasos hacia una compren­
sión de la vida interior y la experiencia inmediata del hom•
bre son los que se aventuraron fuera del dominio restric­
tivo de la indagación científica convencional. Aquí incluyo a
30
los que empezaron a investigar ámbitos largo tiempo descui­
dados como la meditación, la Percepción Extra-Sensorial, la
psicología y la filosofía orientales, la mitología, las religiones
comparadas, y el uso de la astrología y otras antiguas técnicas
como herramientas psicológicas. Todos estos campos de es­
tudio, que podrían agruparse flojamente como aspectos de
una psicología en verdad humanística, demostraron ser útiles
en nuestra búsqueda de liberación y uso creador de las cuali­
dades y aptitudes que son únicas para el hombre solo. Si
nuestra aspiración en el estudio de la psicología fuera desa­
rrollar técnicas más eficientes de condicionamiento, lavado de
cerebro y manejo de nuestros semejantes, entonces debería­
mos concentramos en el aspecto conductista de la vida del
hombre. Pero si queremos usar la poderosa herramienta de
la ciencia a fin de apreciamos y apreciar a los demás, apren­
der a vivir de modo sano y armónico, y liberar lo que es más
inspirador y creativo dentro del hombre, entonces tenemos
que comprender las limitaciones del enfoque materialista y
empezar a aventuramos en lo desconocido, sostenidos sola­
mente por nuestra fe en la sabiduría de la naturaleza y el ele­
vado destino del hombre.

31
3
DIFERENTES ENFOQUES DEL CONOCIMIENTO
Y LA CUESTION DE LA PRUEBA
Sólo conozco a la verdad cuando en m1 se convierte
en vida.
Soren Klerkegaard

El físico y filósofo L. L. Whyte, en su libro The New


Development in Man (1948), argumenta que la tradición inte­
lectual occidental se caracterizó por lo que él llama una "di­
sociación". Lo que significa con este término es que, desde la
época de Platón y san Pablo hasta el siglo XX, la deliberada
conducta del hombre occidental, cada vez más dirigida por su
mente, se organizó a través del uso de conceptos estáticos de
la naturaleza, mientras que su conducta espontánea, en res­
puesta directa a su experiencia inmediata, continúa inevita­
blemente expresando los procesos formativos que caracterizan
realmente a toda la naturaleza. Esta disociación entre el cuer­
po y la mente, el yo y la naturaleza, el intelecto y el sentido
sentimental-intuitivo, impregnó el enfoque que el hombre oc­
cidental tiene de toda la vida: intelectual, religioso, económi­
co y político. Las raras excepciones a esta tendencia fueron
habitualmente los poetas, místicos y otros en la periferia de la
vida sociocultural. Esta tendencia disociativa condujo al
vuelco de la cultura occidental, como se aprecia en las gran­
des guerras, en la crisis ecológica de la actualidad, y en los
problemas físicos y mentales que aumentan rápidamente.
Whyte (1954) sigue diciendo:
Si la naturaleza toda es un gran sistema en transfor­
mación y desarrollo perpetuos, el intento de aislar alguna

32
parte está obligado a conducir al fracaso. En particular,
la separación del hombre como sujeto respecto del campo
de la naturaleza objetiva le ciega respecto a la forma de
vida apropiada para él. El hombre sólo podrá entenderse
plenamente fundiendo el conocimiento objetivo que ganó
mediante observación de la totalidad de la naturaleza or­
gánica con el conocimiento subjetivo de la experiencia
individual. Esto podrá aportar nueva tranquilidad y auto­
aceptación, inocencia basada en el conocimiento. Los ne­
gativos prejuicios de la moralidad convencional son reem­
plazados por un entusiasmo positivo para desarrollar la
vida ... (pág. 121).

Whyte señala que, desde la época de los griegos, los pen­


sadores han caído dentro de dos campos, que pueden llamarse
la Escuela Atomística y la Escuela Holística; y los adherentes
de cada enfoque sienten disgusto por el otro criterio comple­
mentario. En nuestras vidas cotidianas, usamos ambos enfo­
ques, con variables grados de énfasis, aunque el enfoque ho­
lístico es por demás el más amplio y útil para entender los
vastos sistemas o las totalidades orgánicas; pues como es­
cribe Whyte, el enfoque holístico (o sea, una consciencia de
la forma y el modelo) no puede ser ignorado, puesto que es
un hecho irrefutable que las formas regulares dominan a la
naturaleza y a todo lo que vemos y experimentamos.
Este mismo problema de criterios conflictivos de la vida
lo notan los filósofos y psicólogos existencialistas. El psicó­
logo Rollo May (1958) dice que el existencialismo "procura
entender al hombre cortando la división entre sujeto y objeto,
con la cual la mente occidental se enredó poco después del
Renacimiento". Muchos existencialistas reconocen al menos
dos enfoques diferentes de la comprensión: el del "misterio"
(al que Gabriel Marce! se refiere como todo lo que puede ser
rotulado de personal, tanto humano como divino) y el del "pro­
blema" (que surge del análisis de las partes del todo). Marce}
sigue diciendo que la existencia misma no se "explica" sino
que más bien ha de "iluminarse" a fin de ganar el entendi­
miento real. El filósofo francés Pascal negaba que el mundo,
y especialmente el hombre, pudiera entenderse verdaderamen­
te por medio del análisis racional. Afirmaba que la intui­
ción, o sea, ver a través de la superficie de las cosas dentro de

33
su misterio esencial, era en última instancia la clave para en­
tender al hombre y al mundo. A lo que Marcel y Pascal se
refieren aquí, hoy se llama el enfoque "holístico". Esclarez­
camos aquí las diferencias básicas del enfoque que condujo
a la disociación del hombre occidental y al desubicado énfasis
sobre el funcionamiento puramente intelectual.
Las grandes escuelas antiguas de los misterios Oas pre­
decesoras de las modernas técnicas psicoterapéuticas) ense­
ñaban que la consciencia humana es limitada solamente por
las arbitrarias fronteras intelectuales que ella se impone. Al
estudiar la historia de la civilización occidental, descubrimos
siempre que al énfasis de los griegos sobre la ciencia y la ra­
zón se considera la cuestión crucial del desarrollo intelectual
y cultural del hombre de Occidente. Esta era fue por supuesto
de gran evolución en la comprensión del hombre respecto de
sí mismo y del universo. Sin embargo, la contribución de los
griegos no se limitó al descubrimiento de ciertas leyes natu­
rales activas en el mundo material; también se extendió den­
tro del reino de la vida y la evolución interiores del individuo.
"Conócete a ti mismo" fue la idea clave subyacente en el des­
arrollo de la filosofía griega; y la palabra "filosofía" (philoso­
phia) significa literalmente "amor por la sabiduría". Para los
griegos, la ciencia no era meramente recoger datos con la es­
peranza de que pudieran descubrirse ciertas correlaciones.
Más bien era una busca sistemática de las verdades esenciales
subyacentes en la vida y la naturaleza, y un intento de des­
cubrir no sólo las leyes naturales sino también las leyes me­
tafísicas universales de la vida misma. Y, para los griegos, la
"razón" no se refería meramente a los cálculos como de com­
putadora de la mente lógica, sino más bien a una combinación
inspirada (o "inspirituada") de análisis e intuición fundados
en ideales de elegancia y simetría.
Muchos científicos modernos creen todavía que las teo­
rías más amplias tienen que ser necesariamente las más ele­
gantes, estéticamente satisfactorias y esencialmente simples.
Sin embargo, para muchos científicos, este ideal fue olvidado
o desdeñado; y la busca de verdades amplias se descuidó de­
bido a un énfasis excesivo sobre el análisis crítico. Para ser
verdaderamente científico, uno tiene que abstenerse tanto co­
mo sea posible de imponer sus propias expectativas, sus pro­
pios deseos y lindes intelectuales preconcebidos sobre las men-
34
tes de los hombres, a fin de que el espíritu humano pueda
crecer libremente y florecer. Sin embargo, los científicos, en
su mayoría, incluidos los psicólogos, han limitado innecesa­
riamente· su visión del hombre y sus potencialidades. Cuando
un hombre construye intelectualmente un muro en torno de
sí mismo, no afecta lo que está fuera del muro; meramente,
ese muro impide que el hombre vea lo que está fuera y de­
forma la estructura de la totalidad. Tratamos de entender la
vida limitándola y categorizándola, primordialmente sobre
la base de nuestros prejuicios intelectuales y predisposiciones
emocionales. Pero muy a menudo, tan sólo nos enroscamos
limitándonos; pues lo que es, no importa lo que digamos sobre
ello, es. Las instituciones educativas de nuestra cultura po­
drían aprender una lección provechosa del Maestro zen Shun­
ryu Suzuki-roshi (1970):
"La mente del principiante" es nuestra mente origi­
nal, en realidad una mente vacía y dispuesta. Si nuestra
mente está vacía, está siempre dispuesta para todo; está
abierta para todo. En la mente del principiante hay mu­
chas posibilidades; en la del experto hay pocas. . . En
la mente del principiante no existe el pensamiento: "He
alcanzado algo". Todos los pensamientos centrados en
uno mismo limitan nuestra mente vasta. Cuando no te­
nemos pensamiento del logro, pensamiento del yo, somos
verdaderos principiantes. Entonces, podemos aprender
realmente algo.

El intelecto es principalmente útil para .utilizar al mundo


material externo. Un claro ejemplo de este hecho lo vemos
cuando notamos cómo la ciencia y la tecnología occidentales
prosperaron poco después que la diosa de la razón fue entro­
nizada en Europa. Pero es igualmente cierto que tal prospe­
ridad no la vimos en nuestra comprensión del hombre mismo
a través de los esfuerzos de la psicología materialista. Fue
sólo recientemente, cuando la razón y el intelecto se equili­
braron con un énfasis sobre la experiencia, el sentimiento y
la intuición, que algunas ramas de la psicología empezaron
a concretar progresos en la comprensión de la naturaleza in­
terior del hombre. Hasta ahora, la aplicación del análisis
puramente intelectual a la comprensión del mundo interior de
35
la experiencia no ha podido comprobar ni refutar nada sobre
las cuestiones filosóficas y religiosas últimas de la vida que
forman la base de la estructura psicológica de cualquiera. El
positivismo lógico es la manifestación extrema (y el resultado
lógico) del enfoque analítico, que puede decirse que apunta a
un máximo de abstracción con un mínimo de significado. Y
es significado lo que el hombre necesita; y toda psicología de
la salud y la totalidad necesita entender la necesidad de sig­
nificado por parte del hombre. El significado se suministra
desde dentro, no desde fuera; de allí que sólo el enfoque ana­
lítico pueda ayudar al hombre a satisfacer sus necesidades
más profundas.
El psicólogo Wilson Van Dusen (1967) expresa básica­
mente la misma idea:
Todo esto se vuelve más razonable si al mundo no se
lo considera más como el mundo abstracto y objetivo
del físico -un yo totalmente impersonal distinto de uno.
Ese mundo es una construcción conceptual conveniente
para la física pero burdamente inexacto en la psicología
de las personas. El mundo personal, el único que cada
uno de nosotros conoce realmente, es el mundo pintado
en los tonos de todos los significados personales propios
de uno. El mundo se cierra cuando duermo. Su tiempo
se vuelve lento cuando estoy aburrido y se acelera cuando
estoy ocupado. . . El mundo de las personas es un mundo
personal.
El relámpago y el trueno son bellos para mí. ¿Para
usted son algo más? ¿Dónde están el relámpago y el true­
no impersonales objetivos? Son parte de los "aconteci­
mientos informados" que no significan mucho para una
persona. ¿El mundo objetivo impersonal es el mundo
del que nadie se ocupa? (pág. 233).
El biólogo y antropólogo francés, Padre Teilhard de Char­
din (1936) cuestiona también la validez del denominado co­
nocimiento "objetivo":
La verdad es simplemente la completa coherencia del
universo en relación con todo punto contenido dentro de
él ¿Por qué deberíamos recelar o subestimar esta cohe­
rencia precisamente porque nosotros mismos somos los
36
observadores? Continuamente nos enteramos de alguna
suerte de realidad objetiva. De hecho, tal distinción no
existe. La verdad del hombre es la verdad del universo
para el hombre; en otras palabras, es simplemente la
verdad.
La totalidad y la coherencia de toda la vida y la unidad
del hombre y del universo a los que se hace referencia en la
cita de Chardin suministran una teoría concisa y elegante que
apoya el enfoque de la tradicional astrología geocéntrica y,
en esencia, conducen a la correlación microcosmos-macrocos­
mos notada por los autores antiguos.
A fin de aclarar cómo se desarrolló este énfasis excesivo
sobre la "objetividad", deberíamos mencionar aquí la teoría
de la personalidad, perteneciente a Jung. Según éste, hay cua­
tro modos de conocer, que Jung llama las cuatro funciones
psíquicas básicas: pensamiento, sentimiento, se11sación e in­
tuición. El pensamiento y la sensación pueden av.ruparse jun­
tos, puesto que el pensamiento analítico se basa primordial­
mente en datos provenientes del mundo exterior recibidos a
través de los sentidos. La intuición y el sentimiento pueden
también agruparse juntos, puesto que estas funciones surgen
desde dentro del individuo y no son totalmente condiciona­
das por el medio sociocultural de la época. Asimismo, el co­
nocimiento ganado a través de la intuición y del sentimiento
es �ubjetivo y personal, en el sentido que no podrá compro­
barse o verificarse objetivamente. (Puesto que estas cuatro
funciones pueden agruparse en dos enfoques distintos del co­
nocimiento, de aquí en adelante hablaré del "pensamiento" y
de la "intuición" para indicar los dos grupos). La facultad de
pensar funciona a través de la clasificación y la discrimina­
ción sistemáticas de los hechos que luego se ordenan en cier­
tas pautas según el tipo de lógica empleada. (No es menester
decir que la "lógica" es marcadamente diferente para perso­
nas diferentes.) La facultad de la intuición, por otro lado, le
revela al individuo un conocimiento y una percepción inme­
diatos del funcionamiento de todo el sistema en consideración.
La intuición es básicamente la facultad del hombre de perci­
bir directamente y conocer inmediatamente lo que circunda,
trasciende o penetra a través del accionar más lento del inte­
lecto ligado a la lógica. La ciencia moderna descuidó por
37
completo la función intuitiva del hombre, quizá suponiendo
que la "intuición" es meramente un pensamiento prejuicio­
samente matizado por los sentimientos personales. Pero, en
realidad, la intuición es un tipo de percepción plenamente
consciente, mientras que el "sentimiento" emana de vagas
raíces inconscientes. La función intuitiva se relaciona estre­
chamente con la función estética del hombre; pues la totali­
dad de la percepción que se ve en el arte mayor surge de la
percepción intuitiva del orden y de la armonía y de un conoci­
miento interior al que se llega por medios que trascienden el
pensamiento racional. Por la naturaleza misma de la intui­
ción, el lenguaje del arte es más adecuado para expresarse que
las teorías abstractas o la matemática. Como escribe L. L.
Whyte en Accent on Form: (1954).
El conocimiento intuitivo, expresado en forma no
verbal, abarca un ámbito de experiencia mayor del que
los símbolos verbales y algebraicos del idioma y la mate­
mática pueden aún transmitir. (pág. 122).

El gran poeta alemán Goethe expresaba de este modo su


preferencia por la comprensividad de la percepción intuitiva:
"Me gustaría hablar como la Naturaleza, totalmente en dibu­
jos". Al construir una psicología que se ocupe principalmente
de personas y experiencia personal, la facultad intuitiva es de
primordial importancia; pues, como escribe el psicólogo Wil­
son Van Dusen (1967): "No reñiría con alguien que afirmara
que el lenguaje del novelista, del poeta o del músico está más
próximo a la calidad de la experiencia humana que el lenguaje
de los psicólogos". Añadiríamos a esta cita el hecho de que
e] lenguaje simbólico de la astrología está también más pró­
ximo a la calidad de la experiencia humana que el lenguaje
habitual de los psicólogos.
Al tratar de entender la facultad de la intuición, debemos
damos cuenta de que las actividades imaginativas e intuiti­
vas de la mente humana no son meros derivados del análisis
y de la lógica dominada por los sentidos. Vemos, pues, que la
gente verdaderamente creativa amenaza con frecuencia al
mismo orden social, a los valores y modos de pensar que dio a
luz. De allí, que si estas personas no obtienen sus intuiciones
instruyéndose en las establecidas instituciones sociales y a

38
través de pautas socioculturales, ¿de dónde proviene esta
creatividad? Debemos responder que la función intuitiva del
hombre es la fuente primordial de todas las nuevas intuiciones
y de la imaginación. El intelecto es condicionado por muchos
factores, pero la intuición (el portal de la inspiración) parece
tener una libertad relativa.
Aclaremos aquí la distinción entre los diferentes enfoques
del conocimiento:

EJ penurnfP11to La Intuición

a) suposición : causalidad no necesariamente casual


(correspondencias dentro
del todo)
b) objeto : discriminación y síntesis y orden
clasificación
c) naturaleza de : estático proceso y cambio
los conceptos ordenado
resultantes
d) modo de proceder : sistemático todo-a-la-vez
(sincronicidad)
e) lenguaje : cuantitativo cualitativa (sentimiento,
(matemátíca o visual, artística)
palabras precisas)
f) orientación : problema misterio
g) campo de estudio : contenido y todo el sistema y la forma
pormenores de todo y pauta del todo
el sistema
h) unidades del : signos símbolos
lenguaje
i) dominio de la : mundo e.xtemo mundo inte.mo (psíquico,
utilidad (material) espiritual)

Por lo antedicho, resulta patente que, mientras el inte­


lecto puede revelar los secretos de la vida externa y el accio­
nar de la materia, es la intuición la que puede revelar los
secretos de la vida interior y el campo de la experiencia per­
sonal. El ideal de una ciencia amplia de la psique sería una
39
función de los dos; pero en una psicología que considera que
su campo principal de estudio es la vida interior del hombre
y el significado de su experiencia, la función intuitiva deberá
tener no sólo un lugar sino también ser aceptada realmente
como el enfoque primordial hacia una comprensión profun­
da y satisfactoria de la persona individual. Esto es así porque
la experiencia subjetiva de las personas es cualitativa por su
naturaleza misma. El enfoque del pensamiento analítico tiene
ya el lenguaje cuantitativo de la matemática para describir
sus hallazgos, pero el enfoque intuitivo hasta ahora no ha
tenido un lenguaje generalmente aceptado y comprensivo para
representar los hallazgos cualitativos en su dominio.
La astrología es precisamente este lenguaje, que es tan
necesario para describir la experiencia y la unicidad humanas
de modo útil y comprensivo. Aunque sólo un pequeño por­
centaje del sistema académico y científico acepta a la astro­
logía como la respuesta a esta necesidad (si es que en realidad
la r-econoce), una gran porción de la población en general
gravitó naturalmente hacia los métodos astrológicos de ver
las cosas y entender su experiencia. En otras palabras, la as­
trología puede ser para las artes curativas (medicina, psico­
logía, psiquiatría, etc.) lo que la tabla periódica es para la quí­
mica. Zipporah Dobyns (1971), psicóloga que trabaja en pro­
cura de la integración de la astrología y la psicología y que
usa a la astrología como la herramienta primordial de su
práctica, llama a la astrología "la máxima vislumbre del hom­
bre respecto del orden unificador del cosmos, traducido posi­
tivamente en la forma conceptual cognoscitiva". Sigue di­
ciendo:
...parece que hay dos lenguajes maestros que tienen
aplicación universal como modos de clasificar y describir
simbólicamente la realidad. El lenguaje de la cantidad
que llamamos matemática puede usarse para describir
todo lo que puede contarse o medirse. Me gustaría suge-
. rir a la astrología como el lenguaje más universalmente
útil de la calidad. . . Estoy segurísimo de que antes de
que pasen muchos más años, desaparecerán tranquila­
mente las miríadas de sistemas de la personalidad que
ahora compiten en la psicología moderna, y serán reem­
plazados por una astrología purificada y unificada. Al fi-

40
nal, esto es inevitable, pues la astrología proporciona el
único sistema en el que hay referentes externos para las
categorías que son visibles, predecibles y capaces de com­
plejidad infinitamente más allá de toda clasificación de
la personalidad ideada por la psicología. (pág. 8).

Los dos diferentes enfoques del conocimiento dan origen


naturalmente a dos distintos géneros de pruebas: estadísticas
(u "objetivas") y experimentales (también llamadas "existen­
ciales"). Examinemos aquí brevemente toda la cuestión de la
"prueba" en relación con la astrología.

Pruebas de la Astrología: ¿Por qué? y ¿Cómo?

Aunque muchos astrólogos (lo mismo que no-astrólogos)


modernos llevan a cabo estudios estadísticos de premisas as­
trológicas, debemos darnos cuenta de que no podemos contar
con un enfoque estadístico para explicarlo todo; pues mu­
chos sectores de la experiencia y cualidades inherentes a la
vida no están sujetos a tal estudio. De hecho, aunque un
estudio estadístico revele correlaciones de gran significación,
con frecuencia no "explican" aún la operación del fenómeno
mismo. Por ejemplo, hay en la ciencia ciertas "leyes empí­
ricas" que se descubre experimentalmente que son ciertas,
pero que hasta lo que se proporcionó hasta ahora no tienen
explicación racional. El mejor ejemplo de semejantes leyes
se conoce en astronomía como la "Ley de Bode". Esta se re­
laciona con las distancias de los planetas respecto del sol.
Si escribimos una serie de números: O, 3, 6, 12, 24, 48, 96 y
si luego a cada término le sumamos 4, tenemos 4, 7, 10, 16, 28,
52, 100. La Ley de Bode declara que las distancias de los pla­
netas están en la proporción de .estos números; o sea, si la
distancia de Mercurio respecto del Sol se toma como cuatro
unidades, la de Venus respecto del sol es siete, la de la Tierra
es diez unidades, Marte dieciséis, Júpiter cincuenta y dos, y
Saturno cien. La cifra veintiocho no tenía referente conocido
hasta que fueron descubiertos los asteroides. Extendiendo la
ley más allá de cien, los astrónomos pudieron predecir la
existencia de Urano, Neptuno y Plutón. La aparición de estos
planetas ti'ans-saturnianos, en el tiempo y el lugar señalados

41
matemáticamente, forma uno de'los más conmovedores capí­
tulos de la historia de los descubrimientos científicos. Y este
logro se debe en gran medida a la percepción intuitiva de
Bode, a la que, hasta hoy no se le dio una base analítiéa. De
allí que debamos ser cautos cuando usemos métodos estadís­
ticos, no sea que nuestras expectativas de tal enfoque superen
su campo de utilidad.
La limitación primordial del método estadístico es que,
si bien es útil para ocuparse de generalizaciones, grupos y
cantidades, casi siempre es más bien impropio en relación con
individuos y cualidades, que son los puntos centrales primor­
diales de una psicología o una astrología centradas en la per­
sona. Como escribe el psicólogo Rollo May (1969):
... si toma a los individuos como unidades de un
grupo con el fin de una predicción estadística �ierta­
mente, un uso legítimo de la ciencia psicológica- usted
está exactamente definiendo fuera del cuadro las carac­
terísticas que hacen de este individuo una persona exis­
tente. O cuando lo toma como un compuesto de impul­
sos y fuerzas deterministas, definió todo para estudiarlo,
salvo aquel a quien estas experiencias le ocurren, todo
salvo la persona misma existente. (pág. 372)
La astrología es única porque incluye el aspecto de la to­
talidad y del arte, o el de los pormenores, la precisión y la
ciencia. Pero, como escribe Dane Rudhyar (1964), el énfasis
es sobre "el arte de interpretar los cíclicos flujos y reflujos
de 'las energías y actividades básicas de la vida para que la
existencia de una persona individual se vea como un proceso
ordenado de cambio, un proceso que tiene significado y fi­
nalidad inherentes". Rudhyar (1968) sigue diciendo que, en
astrología, las mediciones son simbólicas y tienen que tradu­
cirse en cualidades humanas:
Al amor, a la respuesta a la hermosura, al carácter de
una persona no se los puede medir, a menos que de esa
persona se haga una máquina parecida a una computa­
dora; y esto es lo que nuestra ciencia actual trata de hacer
con las personas individuales.
La astrología se ocupa esencialmente, según las palabras
de Rudhyar, de "una cualidad del ser", y es precisamente se-

42
mejante lenguaje cualitativo el que trasciende el dominio de
los estudios estadísticos.
El psicólogo C. G. Jung escribió también sobre las limita­
ciones del punto de vista estadístico. En su libro The Undis­
covered SeH (1958) Jung dice:
El método estadístico muestra los hechos a la luz
del promedio ideal, pero no nos da un cuadro de su reali­
dad empírica. Si bien refleja un aspecto indiscutible de
la realidad, puede falsificar la verdad real de modo muy
engañoso. Esto es particularmente cierto respecto de las
teorías que se basan en las estadísticas. Sin embargo, lo
distintivo de los hechos reales es su individualidad. Para
no sutilizar demasiado la cosa, podría decirse que el cua­
dro real consiste en nada salvo excepciones a la regla, y
que, en consecuencia, la realidad absoluta tiene predo­
minantemente el carácter de la Irregularidad.
La educación científica se basa principalmente en
verdades estadísticas y conocimiento abstracto y, por
tanto, imparte un cuadro irreal y racional del mundo, en
el que el individuo, como un fenómeno meramente mar­
ginal, no representa papel alguno. Sin embargo, el indi­
viduo, como dato irracional, es el vehículo verdadero y
auténtico de la realidad, el hombre concreto en contrapo­
sición al hombre ideal o normal irreal al que se refieren
las declaraciones científicas.
No debemos subestimar el efecto psicológico del cua­
dro estadístico del mundo: desplaza al individuo en favor
de unidades anónimas que se amontonan en formaciones
masivas. {pág. 17 y sigs.)

El hecho de que la astrología nos proporcione formula­


ciones y combinaciones únicas de cualidades arquetípicas ge­
nerales le acuerda su lugar destacado como la herramienta
psicológica ideal. Aunque la astrología se ocupa de los prin­
cipios arquetípicos (véase Capítulo 4), también suministra a
través del mapa natal un símbolo comprensivo de la unicidad
y la individualidad humanas. De hecho, la razón de que la
mayor parte de la astrología use aún una estructura geocén­
trica es que los aspectos de la labor astrológica, que tienen
como centro a la tierra y a la persona, se recalcan mucho más
43
que toda supuesta estructura "objetiva". Aunque a la astro­
logía se la ha criticado por esta mala interpretación aparente,
subsiste el hecho de que, para las personas que viven en el
planeta Tierra; ésta es el centro de su mundo, tal como el in­
dividuo es el centro de su mundo personal.
La validez de la astrología puede demostrarse clarísima­
mente mediante un tipo de prueba que es apropiada para su
carácter intrínseco. La pregunta real a contestar en toda en­
cuesta sobre astrología es si, o hasta qué punto, la astrología
es significativa y de valor esencial para los seres humanos, y
en el dominio de la psicología, si la astrología es útil para el
psicólogo y para el cliente. Toda otra cuestión de "demos­
trar" la astrología es puramente académica. Cuando vemos
un número creciente de psicólogos y psiquiatras, lo mismo que
un gran porcentaje de público en general, que usan a la as­
trología y encuentran en ella algo de gran valor para ellos,
debemos suponer que es realmente "útil". A quienes conocen
el valor de tal técnica, jamás se les suscita la cuestión de pro­
bar o refutar a la astrología. Particularmente en psicología,
los profesionales reales de varios tipos de psicoterapia han
estado siempre, durante los cuarenta años pasados, delante
de los teóricos; de modo que no deberíamos esperar que el
sistema científico y académico aparezca con "pruebas" sobre
la validez de las premisas astrológicas. En orden a abunda­
miento, el Apéndice A enuncia estudios estadísticos y cientí­
ficos en conexión con la astrología. Pero hay aún otro género
de. prueba, que el astrólogo y filósofo Dane Rudhyar llama
"prueba existencial"
Según Rudhyar (1970), sólo una "prueba existencial" po­
drá ser apropiada para situaciones verdaderamente indivi­
duales:
Una pru�ba existencial no puede basarse en catego­
rías generales. Sólo podrá derivar de la experiencia per­
sonal de un individuo en una situación particular que
implique un conjunto complejo, y nunca exactamente du­
plicado, de relaciones. Si la situación produce resultados
significativos para un individuo, entonces deberá conside­
rársela válida para este individuo. Si tras haber estudia­
do astrología y calcular su mapa natal con exactitud, una
persona se da cuenta por primera vez de que sus acon-

44
tecimientos vitales, que hasta entonces le parecieran ca­
balmente caóticos y sin sentido, tienen sentido -si como
resultado de su estudio puede sentir una dirección y un
fin incoherentes a su vida, y cómo ha estado bloqueando
esta comprensión del significado, la orientación y la fina­
lidad ----entonces, la astrología está "existencialmente pro­
bada" de ser efectiva en este caso particuar. (pág. 7)

Para muchos astrólogos modernos, el intento de hacer de


la astrología tan sólo una ciencia más de tipo tradicional, o
sea, establecer correlaciones estadísticas sobre una estructura
puramente causal, significaría sacrificar en la astrología mu­
cho de lo que es único y profundamente significativo. De he­
cho, según este criterio, hacerlo exigiría descuidar la estruc­
tura cósmica holística de la que la astrología deriva su utili­
dad y comprensividad. Quienes procuran crear una moderna
ciencia astrológica (o sea, formularla de modo tal que fuera
aceptable para la crítica mental materialista) descuidan el
hecho de que la fuerza máxima de la astrología proviene de
que es el lenguaje cósmico más comprensivo y aplicable uni­
versalmente que el hombre conoció. El aspecto "científico''
de la astrología existe seguramente con respecto a la preci­
sión de la medida. Pero ése es sólo la materia prima para
el arte de la astrología; y es este arte, esta técnica de aplicar
creadoramente los factores científicos, lo que jamás podrá en­
tenderse en una astrología basada en las estadísticas y veri­
ficable objetivamente. No sólo eliminaría mucha sutileza de
la astrología sino que estarían ausentes los significados más
profundos a los que el alma del hombre responde. Como es­
cribe Arma Crebo (1970), tratar de hacerlo sería "intentar obli­
gar a un lenguaje cósmico a que se exprese dentro de la es­
tructura de los limitados conceptos actuales. Es posible que
este lenguaje sea traducible a nosotros sólo en términos de
'imágenes, relaciones visuales, gestos y cualidades'" (pág: 81).
El físico suizo Alexander Ruperti (1971) expresa una opi­
nión similar:
Lamentablemente, la actitud científica tendió a au­
mentar el caos en el nivel psicológico, porque destruye
el valor del individuo y porque el tipo de existencia ciu­
dadana y controlada por las máquinas que produjo des-
45
truyó también el sentido de participación del hombre en
los ritmos de la vida y la naturaleza. El hombre moderno
tiende a olvidar que el principal interés de la ciencia es
el establecimiento de leyes colectivas sólo para aplicación
general. El medio que la ciencia ofrece al hombre no le
brinda ningún significado o finalidad humanos; meramen­
te fríos hechos intelectuales que se supone que son in­
cambiables pero que, desde toda larga perspectiva, pue­
den
, .
cambiar
cosrmcos.
fácilmente según el ritmo de vastos ciclos

¿De qué vale tratar de adecuar a la astrología dentro


del estrecho chaleco del conocimiento científico, cuando
su técnica y filosofía básica le permiten a uno escapar
de la prisión dentro de la cual la ciencia puso a la mente
del hombre? ¿No nos valdría más construir la astrología
sobre sus propios cimientos, y así presentarla como un
medio para complementar el énfasis científico y reorien­
tar la consciencia y el pensamiento de nuestra civiliza­
ción moderna que perdió contacto con sus raíces vitales
en los ritmos creativos de la vida?. . . La ciencia nos da
conocimiento, nada más. Nada tiene que decir respecto
del por qué del universo, y todo lo que se ocupa del en­
tendimiento y del significado de los valores y metas hu­
manos individuales está fuera de su dominio. . . El regalo
de la astrología a 1a humanidad es su capacidad para re­
solver y explicar lo que la ciencia no puede ni intenta
hacer. Necesitamos más visión, más imaginación cons­
tructiva, si hemos de librarnos de nuestra esclavitud ac­
tual ante los pormenores analíticos y matemáticos, ante
los métodos estadísticos. La totalidad es siempre más
que la suma de sus partes, y ninguna reunión de datos
separados, por completos que sean, sobre la conducta ex­
terna y las características de una persona, la revelarán
jamás como ser humano vivo con una finalidad vital que
le pertenezca (pág. 7).
Antes de que podamos apreciar más profundamente el
papel de la astrología en una psicología recién formulada,
deberemos examinar los factores universales y arquetípicos
subyacentes en toda la vida y que influyen sobre todos los
intentos por entender la experiencia.
46
4

ARQUETIPOS Y PRINCIPIOS UNIVERSALES

A las cosas de la tierra hay que conocerlas para amar­


las; a las cosas divinas se las debe amar para cono­
cerlas.
Pascal

La finalidad verdadera de la filosofía (antes que "filoso­


fía" llegara a ser un estéril juego de palabras usado para per­
petuar la arrogancia intelectual) considerábase otrora la bús­
queda de las esencias y la naturaleza subyacente de las cosas
manifiestas, todo basado sobre amor por la sabiduría. En
términos modernos, esto podría llamarse búsqueda del nivel
arquetípico de la realidad. Hoy en día, por supuesto, toda de­
claración acerca de las "esencias" haría que a uno lo rotularan
de "ocultista". Pero cuando en el mundo. echamos una mi­
rada alrededor de nosotros y tratamos de dar algún sentido
a nuestras vidas y al género de realidad del que se ocupan
los medios masivos de comunicación, tenemos que admitir
que todo lo que tiene significación es oculto, o sea, escondido.
A pesar de todo el conocimiento supuesto que hemos acumu­
lado, en ninguna parte ha de hallarse significado, salvo en
los campos de estudio que apunten a una unidad entre el
hombre y el universo. Esta unidad de (y esta relación entre)
el hombre y el universo es realmente la única suposición so­
bre la que se basa la astrología.
El campo de las religiones comparadas y la mitología es
una disciplina que señala claramente una unidad permanente
en toda la vida. Este no es sitio para examinar circunstancia-

47
<lamente las contribuciones de C. G. Jung en este campo,
pues su colección de obras representa una vida de estudio
erudito y de exigente investigación. Baste decir que, más que
todo lo demás, C. G. Jung demostró, más allá de toda duda,
que los primarios agentes motivadores de vida en la psique
individual y las pautas psicológicas totales de culturas ente•
ras son manifestaciones de factores "arquetípicos" de la psi­
que humana. Estos arquetipos son inherentes al estrato psi­
cológico de la vida. A este substratum psíquico Jung lo llama
el "Inconsciente Colectivo", y describe a los arquetipos como
los principios universales que subyacen y motivan toda la vida
psicológica, individual y colectiva. Tanto en la astrología co­
mo en la mitología, estos principios universales constituyen
el principal campo de estudio, y la diferencia entre ellas es
que, mientras la mitología recalca las manifestaciones cultu­
rales de los arquetipos en varias pautas, la astrología utiliza
los principios arquetípicos esenciales mismos como su lengua­
je para entender las fuerzas y pautas fundamentales de la vida
individual y cultural. Históricamente, existe una fuerte in­
terrelación entre los mitos de una cultura particular y el tipo
de astrología que desarrolló. De hecho, la astrología puede
considerarse como la estructura mitológica más vasta que ja­
más surgió en la cultura humana. Como se menciona en el
prólogo de este libro, el mito sirve idealmente de fuerza vita­
lizadora en toda cultura, mostrando la relación del hombre
con una realidad más vasta y universal. El hecho de que la
cultura occidental ya no tenga una mitología viable que la
dinamice explica en parte por qué la astrología ha visto un
claro renacimiento en los años recientes; pues las personas
necesitaron siempre una pauta de crecimiento y un orden que
guiara sus vidas colectivas y que infundiera significado a su
experiencia individual. Como dice Joseph Campbell (1960):

¿ De dónde proviene la fuerza de estos temas insus­


tanciales, mediante la cual cobran poder para galvanizar
poblaciones, creando de ellas civilizaciones, cada una con
una hermosura y un destino impulsor propio? ¿ Y por
qué debe ser que siempre que los hombres buscaron algo
sólido en qué fundar sus vidas, escogieron, no los hechos
en los que el mundo abunda, sino los mitos de una ima­
ginación inmemorial ... ? (pág. 20).
48
La respuesta más evidente a las preguntas de Campbell
es que los dioses de la mitología (tal como los planetas en
la astrología) representan fuerzas y principios vivos en el uni­
verso y en las vidas de cada uno de nosotros. Las conclusiones
extraídas de la investigación de Jung en las bases arquetípicas
de la mente humana nos llevarían a esta respuesta, como lo
harían recientes estudios en religiones comparadas y en al­
gunos ámbitos de la psicología humanística. Según mi crite­
rio, es la astrología la que nos suministra la clave para enten­
der estas fuerzas y funciones básicas en todos los hombres, en
virtud de que es el lenguaje de la energía más vasto -y al
mismo tiempo más preciso- que el hombre conoce. Como
escribe Campbell (1960):
Pues es un hecho que los mitos de nuestras diversas
culturas trabajan sobre nosotros, consciente o incons­
cientemente, como medios liberadores de energía, moti•
vadores de vida y directores . . . (pág. 20).

Así como las necesidades del hombre experimentan trans­


formaciones periódicas, de igual modo sus mitos deberán cam­
biar para adecuarse a su nueva dimensión del ser. Tal como
la consciencia del hombre evoluciona, de igual modo deberán
evolucionar sus mitos:
Pues, tal como en el mundo visible de los reinos ve­
getal y animal, de igual modo en el mundo visionario de
los dioses ha habido una historia, una evolución, una
serie de mutaciones, gobernadas por leyes (Campbell,
1960, pág. 21).
Tal como cambió lo que el hombre entiende sobre sus
dioses y religiones, aunque continúen aún existiendo de una
forma u otra, de igual modo la astrología todavía existe lo
mismo que la necesidad del hombre respecto a ella, a pesar
de todos los intentos de racionalizarla fuera de la existencia.
Pero deberemos volver a evaluar nuestro enfoque de ella,
viéndola no simplemente como una pauta de claves· celestes
respecto de nuestro destino inmutable, como se la consideró
tradicionalmente, sino utilizándola más bien como un modo
de entender nuestra naturaleza fundamental, descubriendo
nuestro lugar en el universo, y ayudándonos a vivir de modo

49
creador y satisfactorio. En otras palabras, a la astrología se
la puede considerar como una mitología utilizable conscien­
temente. El hombre occidental contemporáneo evolucionó
hasta el punto en que no se contenta más con vivir incons­
cientemente según mitos fuera de moda, dogma inflexible o
tradiciones arcaicas. Pero fue demasiado lejos al tratar de
librarse de limitaciones y tradiciones. Perdió contacto con
las bases arquetípicas de su ser y con la fuente de apoyo y
de sustento espiritual-psicológico que aquéllas proporcionan.
La astrología puede usarse como un modo de volver a unir al
hombre con su yo recóndito, con la naturaleza y con el proceso
evolutivo del universo.

Los principios universales

Multa renascentur, quae jam cecidere


cadentque,
Quae nunc sunt in honore ...
(Renacerán muchas cosas que ya ca­
yeron, y muchas caerán que ahora son
honradas.)
¿ Cuáles son estos "principios universales" a los que nos
hemos referido? Por definición, lindan con lo trascendente,
puesto que dan pábulo a todas las manifestaciones y pautas
observables del universo material. Muchos científicos llega­
ron a creer que dentro de las cosas vivas hay una invisible
pauta organizadora, una suerte de pauta psicológica que guía
y determina la forma que la energía asumirá. Esta tendencia
a pautas que existen en la naturaleza puede verse en todo,
desde la teoría evolutiva hasta las pautas medianamente pre­
decibles del desarrollo humano físico y psicológicos. Otra
palabra que se emplea comúnmente para describir este fenó­
meno estructural es "forma". El físico y filósofo L. L. Whyte
escribió un libro importante, Accent on Form (1954), que se
ocupa de lo que él llama el "principio formativo" en toda la.
vida. De hecho, dice que "la ley natural más vasta expresa
una tendencia formativa" (pág. 137).
La "forma" es una de las más viejas ideas del hombre.
Los griegos tenían numerosas teorías sobre las formas per-
50
fectas, desde las formas eternas de Platón hasta las relacio­
nes cuantitativas del espacio, pertenecientes a Euclides, y el
estudio de Pitágoras sobre el número y la geometría. En la
Edad Media, decíase que cada clase de cosas poseía una esen­
cia (essentia o quidditas); y a esa esencia no se la conside­
raba una cualidad estática sino más bien una fuente de acti­
vidad. A la realidad más profunda se la consideraba compuesta
por innumerables esencias, y la tarea de la filosofía era apre­
hender esas esencias. La esencia de todo era la base del ser
de la cosa, lo que hace que la cosa sea lo que es. Y, para los
filósofos medievales, las formas observables en la naturaleza
no eran entidades estáticas, sino ideas encarnadas, en el sen­
tido de la idea de Platón (Carré, 1949). A la fuente de estas
ideas eternas se la consideraba como la "mente universal", el
dominio y el depósito de las esencias (o "arquetipos") de
todas las formas que pudieron existir y de todas las ideas
que pudieron pensarse. (La mente universal, de paso, es si­
milar de muchos modos al concepto de Jung sobre el "Incons­
ciente Colectivo".) La física moderna, bastante singularmen­
te, está volviendo a semejantes ideas largamente ridiculiza­
das; por lo que vemos, se nos dice, que es sólo la forma externa
(o "forma de onda") de la subyacente realidad de la vibra­
ción y la energía. La "partícula" material se convirtió en un
modelo extendido; al átomo material ahora se lo ve como un
campo de energía. Tal vez ahora se necesite una vez más el
concepto de mente universal, la que modela activamente todas
las formas.
Un estudio de la forma tal vez pueda revelar cómo la
energía sin forrna se organiza en totalidades funcionales; y
quizá pueda derramar luz sobre estas esquivas. esencias exis­
tentes dentro de todas las cosas. L. L. Whyte (1954) declara
que "para entender algo se debe penetrar con bastante pro­
fundidad en este modelo último" (pág. 28). Esto es cierto
porque el modelo formal parece determinar las propiedades
de sus componentes, más bien que el otro camino en derre­
dor, hecho que brinda gran apoyo a un enfoque holístico de
la vida. Como escribe Whyte (1954): "¿Cómo podrán desarro­
llarse formas regulares en un universo atómico? A lo más,
¿no serían muy improbables?" (pág. SO). Según Whyte, una
nueva comprensión de los principios formativos del universo
no sólo nos ayudaría a entender las teorías de la física, la

51
organización biológica y el accionar de la mente; sino que
también podrá proporcionar al hombre una serenidad que
no puede lograrse de ningún modo.
Pues, en esta cuestión, la tradición occidental reco­
noce la validez de una antigua doctrina de Oriente; el
principio universal ha de ·valorizarse por encima de toda
expresión particular, si ha de lograrse la serenidad.
Llegó la hora de una nueva elegancia: un proceso
unitario visto en todas las formas particulares y que re­
concilie sus diferencias.
Deberán recalcarse de nuevo los principios universa­
les a fin de restaurar un apropiado equilibrio (pág. 191).

Es precisamente este proceso unitario visto en todas las


formas particulares el que la astrología proporciona al hom­
bre. En astrología, todo individuo es considerado como ex­
presión total y única de principios, pautas y energías univer­
sales. Los antiguos astrólogos y filósofos consideraban al
Zodíaco como el "alma de la naturaleza", la que da forma y
orden a la vida. La astrología es un lenguaje de principios
universales, un modo de percibir forma y orden en la vida
de una persona individual, un modo de simbolizar la unidad de
cada individuo con factores universales. Un enfoque moderno
de la astrología no puede basarse en el supuesto de que un
ser humano individual es "meramente" la suma total de fuer­
zas universales que constituyen su composición psico-física; el
individuo es más bien una forma única que expresa una rela­
ción única de factores universales.
Como lo declara L. L. Whyte (1954), "en este universo,
todo tiene alguna relación con nuestra propia naturaleza, sus
necesidades y potencialidades. Todo proceso refleja algún pro­
ceso en nosotros mismos y evoca alguna emoción, aunque
no tengamos consciencia de ello" (pág. 31). La iclea de Whyte
expresa lo que los antiguos astrólogos llamaban la relación
entre el microcosmos y el macrocosmos, o sea, el concepto de
que las funciones y los factores dentro del individuo reflejan
-o al menos guardan correspondencia con- procesos y prin­
cipios universales. En términos modernos, diríamos que, pues­
to que el universo es un proceso total ("universo" significa
giro del uno) y consiste en innumerables campos interpene-
52
trantes de energía, el campo energético de todo hombre indi­
vidual se relaciona íntimamente con el campo energético más
vasto de su medio ambiente cósmico. Uno de los máximos
valores de la astrología es que, mediante la comprensión de
los factores universales que operan en cada uno de nosotros,
podremos alcanzar una comprensión mayor de los principios
universales de la vida misma. Hoy, la ciencia acepta las im­
presiones digitales, los electrocardiogramas y los encefalogra­
mas como herramientas útiles, todas las cuales son manifes­
taciones relativamente únicas de energías y ritmos humanos.
El mapa natal astrológico es el gráfico a través del cual el
cosmos (o la totalidad más vasta) nos permite entender sus
energías y ritmos, particularmente cómo operan éstos dentro
de cada individuo.
En psicología, el principal trabajo que se ocupa de los
principios universales y de los formativos es el del doctor
Carl Jung. Los arquetipos de éste no son estructuras físicas,
sino más bien, según Jung (1959),
. : . podrían compararse quizá con el sistema axil de un
cristal, que, por así decirlo, forma de antemano la es­
tructura cristalina en el líquido madre, aunque carezca
de existencia material propia ...
El Arquetipo en sí es vacío y puramente formal, nada
salvo una facultas praefonnandi, una posibilidad de re­
presentación que se da a priori (págs. 79-80).

Jung sigue diciendo que " ... me parece probable que la


naturaleza real del arquetipo no es capaz de hacerse conscien­
te, que es trascendente" (pág. 81). Edward Whitmont (1970),
psiquiatra jungiano, escribió acerca de los arquetipos jungia•
nos como "configuraciones energéticas dinámico-transpsicoló­
gicas, y, por ende, trascendentales". El doctor Whitmont habla
de "campos arquetípicos" relacionados con los símbolos as­
trológicos de los planetas, y define a los arquetipos como
"pautas de forma y dinámica universales y cósmicas". De allí
que sea claro que los arquetipos son idénticos a los princi­
pios formativos mencionados por Whyte, y que los factores
astrológicos representen estas mismas realidades.
Si los arquetipos son la base de toda vida psíquica, y si
en realidad son trascendentes en sí mismos (o sea, demasiado

53
sutiles o inmateriales para una aprehensión consciente inme­
diata), entonces es especialmente importante que tengamos
un lenguaje para describir -o al menos apuntar hacia- su
realidad. Y si no podemos conocer estas realidades en sí mjs­
mas, podremos por lo menos entender cómo funcionan y qué
significan para nosotros estudiando la única ciencia que se
ocupa de tales fuerzas: la astrología. No importa qué rótulo
pueda usarse para designar estos principios universales, ya
sean arquetipos, esencias o principios formativos, el hecho
subsiste de que tales fuerzas existen en el universo e influyen
sobre cada uno de .nosotros desde dentro y desde fuera. Es
por esta razón que algunos psicólogos, psiquiatras y conseje­
ros empezaron recientemente a usar la astrología como herra­
mienta primordial para entender la dinámica interior de sus
clientes. Jung ha dicho que usaba la astrología en muchos de
sus casos, especialmente con aquellas personas con Jas que
tenía dificultad de comprensión:
Como soy psicólogo, me interesa principalmente la
particular luz que arroja el horóscopo sobre ciertas com­
plicaciones del carácter. En casos de diagnóstico psico­
lógico difícil, habitualmente me procuro un horóscopo
para contar con otro punto de vista desde un ángulo en­
teramente diferente. Debo decir que muy a menudo des­
cubrí que los datos astrológicos aclaraban ciertos puntos
que de otro modo yo no habría podido entender. (De
una carta al Prof. B. V. Raman, 6 de setiembre de 1947.)

En una entrevista con el editor de una revista astroló-


gica francesa, Jung (1954) declaró:
Con considerable seguridad puede esperarse que una
situación psicológica dada, bien definida, se acompañe de
análoga configuración astrológica. La astrología consiste
en configuraciones simbólicas del inconsciente colectivo,
que es el tópico principal de la psicología: los "planetas"
son los dioses, símbolos de los poderes del inconsciente.

En la misma entrevista, Jung declaró que la innata pre-


disposición psíquica de un individuo "parece expresarse de
modo reconocible en el horóscopo". En muchos escritos su­
yos, Jung recalcó que la astrología abarca la suma total de

54
todo el conocimiento psicológico antiguo, incluida la predis­
posición innata de los individuos y un modo exacto de regular
las crisis de la vida:
He observado muchos casos en los que una fase psi­
cológica bien definida o un acontecimiento análogo se
acompañaba de un tránsito (particularmente las afliccio­
nes de Saturno y Urano) (Jung, 1954).

El psiquiatra jungiano Edward Whitmont (1970) escribe


en similar sentido:
Aplicadas en este sentido más amplio, las técnicas
astrológicas pueden tornarse tan valiosas para el psico­
analista como la interpretación de los sueños. Le infor­
marían, no sobre acontecimientos futuros o inclusive ras­
gos fijos del carácter, sino sobre la dinámica básica
inconsciente y las pautas formales "contra las que se al­
za" una persona dada y ante las que sigue reaccionando
durante toda su vida, según su propia manera peculiar e
individual, como el modo característico en que su vida
particular se corporiza en la totalidad cósmica.

Zipporah Dobyns (1970), psicóloga a quien mencioné an­


tes, tiene esto que decir acerca del uso de la astrología como
herramienta psicológica:
En primer lugar, ofrece un sistema de la personali­
dad, basado en una externa estructura de referencia que,
en consecuencia, es superior a los sistemas arbitrarios fa­
bricados con tal abundancia dentro del campo del estudio
de la personalidad, y que es casi seguro que es el sistema
universal de la psicología del futuro. Ofrece un mapa
simbólico de una mente y un destino humanos que no po­
drá manejarlos el sujeto deseoso de "amañar Jo bueno"
o "amañar lo malo" como es relativamente fácil de hacer
en muchos cuestionarios psicológicos. Ofrece conocimien­
to de áreas que el sujeto a menudo conoce poco o nada ...
represiones, valores jamás verbalizados conscientemente,
ambivalencias y conflictos proyectados dentro de acon­
tecimientos y relaciones y jamás enfrentados consciente­
mente. Ofrece claves de potenciales irrealizados, talentos,

55
cauces naturales de integración y sublimación, etc. Con
su registro de pautas pasadas y futuras, también ofrece
claves de tempranos acontecimientos traumáticos que el
terapeuta de lo profundo desearía explorar y de períodos
futuros de tensión en los que es probable que el individuo
necesite un apoyo extra ... Permite la "igualación" de los
individuos, de terapeuta a paciente, cónyuges, empleado­
empleador, etc. Es mi firme convicción que la psicotera­
pia o la asesoría del futuro usará el horóscopo tan ruti­
nariamente como ahora usamos la entrevista y los datos
de antecedentes sobre el sujeto.

Otro psicólogo, Ralph Metzner, que publicó un libro que


trata sobre astrología y temas afines, llamado Maps of Cons­
ciousness, también usa la astrología en su práctica:

Como psicólogo y psicoterapeuta me interesé por


otro aspecto de este tema desconcertante y fascinante.
Aquí tenemos una tipología psicológica y un recurso de
evaluación del diagnóstico que, en complejidad y sofis­
ticación analítica supera con exceso a todo sistema exis­
tente. . . la estructura analítica -los tres alfabetos sim­
bólicos entrelazados de "signos", "casas" y "aspectos pla­
netarios" zodiacales- se adapta probablemente mejor a
las complejas variedades de las naturalezas humanas que
los sistemas existentes de tipos, rasgos, motivos, necesi­
dades, factores o escalas.
El sistema tiene la ventaja adicional de ser enteramen­
te independiente de toda conducta de parte del sujeto, por
ende, libre de respuesta parcial de cualquier índole ...
A diferencia de cualquier otro recurso de evaluación de
la personalidad, la pauta astrológica tiene una dinámica
inherente: el horóscopo interpretado por un astrólogo ex­
perto y práctico no sólo provee un cuadro sintético de las
inclinaciones y tendencias de la persona, sino que s�ñala
potenciales latentes, sugiere direcciones de crecimiento
necesario -en suma, da un mapa simbólico del proceso
de auto-realización (Metzner, 1970, págs. 164-165).

En el mismo artículo, Metzner escribe que la astrología


debe usarse como "aditamento de la psicología y la psiquia-

56
tría", y a la astrología la define como "astronomía aplicada
a los fines psicológicos".
Sólo un lenguaje simbólico es bastante universal (espe�
cialmente uno con referencias externas como la astrología)
y bastante acultural para ser útil a todas las personas, jó­
venes y viejas, ricas y pobres, de todos los medios educativos,
culturales y nacionales. El gran problema con las teorías de
la "personalidad" en la psicología general es que aquéllas sólo
son útiles para un pequeño segmento de cualquier población
dada. La astrología, por el otro lado, es la teoría más com­
pleta de la personalidad; y unifica y proporciona una base
para todas las teorías más especializadas. Además, mientras
las técnicas simbólicas que no son astrología pueden ser útiles
para algunas personas en ciertas ocasiones, tienen la desven­
taja de carecer de referencias externas y de una estructura
precisa y medible. La astrología abarca realmente tanto el
lenguaje matemático como el simbólico de la vida, sintetizan­
do ambos en un solo sistema armónico cuyos usos son mucho
más vastos que cualquier otro sistema, matemático o simbó­
lico. La astrología demuestra su vasta unicidad no sólo des­
cribiendo con exactjtud tipos de consciencia, diferencias y
unicidad de individuos, y tipos de energía que operan a tra­
vés de la persona, sino que, además, revela la operación de
leyes universales de armonía, polaridades y energías psicofí­
sicas.

57
5

ENFOQUES DE LA ASTROLOGIA

Jgnotum per lgnotlus, obscurum per obscurius. (Lo des•


conocido a través de lo más desconocido, lo oscuro a
través de lo más oscuro.)
Viejo Adagio Alquímico

El Enfoque Causal
La pregunta "¿cómo funciona la astrología?" puede enfo.
carse dentro de numerosos sistemas. Si a la astrología se la
observa dentro de un sistema causal, hay un cuerpo vasto
y creciente de pruebas para dar apoyo a su validez. (Véase
Apéndice A.) Uno de los intentos más comunes de explicar
la astrología dentro de un sistema causal puede llamarse
"Condicionamiento Cósmico", relativo a campos electromag­
néticos delicadamente equilibrados dentro del sistema solar
y dentro del hombre, los cuales están cambiando constante­
mente como cambian las posiciones de los planetas. Un cien­
tífico, Rex Pay (1967), Jo plantea de este modo:
Sleeper señaló que si la cavidad existente entre la
tierra y la ionósfera se considera como un sistema resa­
nante, tiene un período característico de alrededor de un
octavo de segundo -el tiempo que le insume a la luz
viajar una vez alrededor de la tierra. La frecuencia reso­
nante es así de unos 8 cps., aproximadamente la del ritmo
alfa del cerebro humano. Sleeper sugiere que el campo
geomagnético proporcionaría el delicado mecanismo de
sintonía de esta frecuencia característica. Si los cambios
de esta frecuencia afectaran la conducta, entonces la po­
sición de los planetas desempeñaría un papel más vasto
en los asuntos humanos de lo que antes se suponía (pá­
gina 36).

58
En tal teoría, el sistema nervioso humano se observa como
sensible a los c,ambios del medio ambiente cósmico.
Aunque en la actualidad no hay una teoría vasta y sa­
tisfactoria que explique a la astrología dentro del sistema de
la causalidad, la completísima formulación desarrollada hasta
ahora es la de Glynn (1972). Este, cuya tesis doctoral versó
sobre la teoría de las ondas electromagnéticas, sostiene que
no dista de nuestra captación una explicación causal plena­
mente científica de la astrología. Como solución provisoria
del problema, ideó la siguiente cadena hipotética de causali­
dad que incorpora todos los datos científicos enunciados en
el Apéndice A. Aunque, como lo declara Glynn, ésta es sólo
una cadena posible de causalidad que podría utilizarse para
explicar la astrología, tal teoría no parece responder a gran
parte de los datos científicos ahora reunidos sobre las co­
rrespondencias celestes-terrestres. El que sigue es su diagra­
ma de la teoría:
Posiciones Planetarias
,1, causas
Cambios de Campo Gravitacional (dentro del. Sol)
,1, causas
Efectos de las Ondas de Mareas (dentro del Sol)
,1, causas
Llamaradas Solares (erupciones de gas del Sol)
,1, causas
Viento Solar (partículas del Sol que calienta a la Tierra)

l
causas
Campo Gravitacional de la Luna
./ causas
Cambios Ionosféricos (capa ionizada sobre la Tierra)
causas 1
Ondas Alfa sobre la Superficie de
la Tierra
causas causas

Cambios Emocionales Aceleración Natal de Hijo sen­


en los Individuos sible a particular posición pla•
(Efecto de Tránsito) netaria (Efecto natal)
(Copyright - Federación Norteam.ericana de Astrólogos, 1972)

59
La "Aceleración Natal" antes mencionada se refiere a una
idea propuesta por el doctor Eugen Jonas, de Checoslovaquia.
Como dice Glynn:
Jonas descubrió que, al tiempo de nacer, el infante
está en la cima de su ciclo metabólico y, en realidad, cau­
sa su propio nacimiento liberando adrenalina dentro de
la corriente sanguínea de la madre. Sus experimentos in­
dicaron que esta cima ocurre siempre en el mismo ángulo
solar-lunar para cada individuo. La explicación más ló­
gica de este fenómeno es que el embrión tiene una per­
sonalidad inherente . . . El tiempo de nacimiento es en­
tonces precipitado por las alineaciones planetarias que
influyen más fuertemente sobre el infante. Por tanto, su
mapa natal muestra realmente las alineaciones planeta­
rias a las que usted es más sensible (pág. 30).

El Enfoque Simbólico

Otro enfoque de la astrología podría llamarse el simbó­


lico, el cual considera que los planetas y signos son símbolos
de procesos cósmicos y principios universales. Como ejemplo
de este enfoque de la astrología, el siguiente esbozo procede,
en parte, del intento de Ebertin (1960) de correlacionar el
ritmo anual de las estaciones con los signos del zodíaco.

Signo Estación Correspondencia psicológica

Aries Epoca de germinación, La voluntad, el impulso de ac•


energía de desarrollo tuar, el espíritu de empresa,
responsabilidad, deseo de con­
ducir
Tauro Vigorización y fortaleci­ Perseverancia, consolidación, el
miento, la creación de la poder para modelar, el sentido
forma de la forma
Géminis Vivificación, época de flo­ Vivacidad, versatilidad, superfi•
rac.ión cialidad
Cáncer Fecundación y fertiliza- Riqueza de sentimiento, el sen­
ción timiento de paternidad y mater­
rüdad

60
Leo La madurez y la semilla La voluntad de crear, la confian­
za en uno mismo, todo vástago
Virgo La cosecha, utilización de Diligencia y esmero, aseo, natu­
lo que se desarrolló ral doméstico, la facultad crítica
Libra Equilibrio y ajuste en la Sentido de la justicia, empeño
economía de la naturaleza en procura de la armonía, sen­
tido comunal
Escorpio Procesos limitativos de la Aguante y perseverancia, la lu­
vida de la naturaleza, con­ cha despiadada por la sobrevi­
tinuación de la vida en la vencia
semilla
Sagitario El sueño invernal de la Cultivo del lado interior o espi­
naturaleza ritual de la vida, esperanzada
planificación para el futuro
Capricornio Cristalización de las for­ Infatigable lucha por la auto­
mas en invierno prcservación, paciencia, apego a
formas sociales cristalizadas
Acuario Tiempo de espera, antes Actitud expectante, buenos pode­
de la primavera res de observación, riqueza de
planes
Piscis La hinchazón de la semilla Primeras sacudidas de la nueva
en la tierra vida dentro de los restos de la
vieja

Los signos del zodíaco fueron analizados también simbó­


licamente con respecto a su imagen constelacional (por ejem­
plo, el morueco, el toro, los gemelos, etc.). Todos estos enfo­
ques pueden ser fructíferos; pero sin importar qué enfoque
se tome, ha de admitirse que la astrología debe responder a
una gran necesidad del hombre para haber durado tanto tiem­
po y elevarse a tan alta posición en muchas culturas. El he­
cho de que la astrología es el lenguaje simbólico más com­
pleto lo han notado muchos psicólogos, como se muestra en
las citas de capítulos anteriores. Pero queda sin respuesta la
cuestión de a qué se refieren estos símbolos. Después de
todo, los símbolos son símbolos por la misma razón de que
se refieren a realidades vivas que son inexpresables (al me­
nos, en la actualidad). Tal vez el hombre nunca pueda ex­
presar en palabras las realidades trascendentes del cosmos.

61
Empero, podemos hacer uso de este lenguaje simbólico si
consideramos que representa pautas, principios y fuerzas uni­
versales, por trascendentes que tales factores sean. No obs­
tante, el enfoque simbólico de la astrología sólo es completo
y útil si se lo mira dentro del sistema de un enfoque holístico
de toda la vida.

El Enfoque Holistlco

La filosofía del holismo da por sentado que el universo


entero es un solo sistema total y que, dentro de la gran tota­
lidad, hay totalidades menores cuyas estructuras, pautas y
funciones corresponden por completo a las de la totalidad
mayor. Los astrólogos y filósofos de la época medieval usa­
ban el concepto microcosmos-macrocosmos para expresar es­
ta idea: o sea, todo el universo está, en el microcosmos, dentro
del hombre; y, a su vez, las muestras estrelladas de los cielos
se veían como el Gran Hombre o el Hombre Cósmico. Un
ejemplo de esta suerte de correlación puede verse al compa­
rar un solo átomo con nuestro sistema solar. El átomo es un
microcosmos del sistema solar macrocósmico. A esta misma
noción los poetas metafísicos ingleses la llamaron el "princi­
pio de las correspondencias". Lo importante acerca de este
enfoque es que, estudiando los ciclos y pautas de la totalidad
mayor (los planetas), podremos aprender acerca de los ciclos
y pautas dentro del hombre mismo.
El enfoque holístico no da por sentado que la causalidad
es la ley última del universo; pues, si en realidad el univer­
so es una sola totalidad, ¿cómo podrá algo causar, en última
instancia, algo más? Más bien, la antigua ley de correspon­
dencia entre las partes de una totalidad es un modo más apro­
piado de considerar los fenómenos holísticos. A esta ley de
correspondencias, C. G. Jung la llama "sincronicidad", un prin­
cipio conector acausal; y, con referencia a la astrología, se­
ñala que cuanto nazca o se haga en un momento particular
del tiempo tiene las cualidades de ese momento. Jung usa el
ejemplo de un catador de vinos que puede juzgar, tan sólo
degustando un tipo de uva, la región donde se la produjo, y
el año de añejez. Esta ley de sincronicidad explica por qué el
horóscopo se dibuja para el momento del primer aliento del

62
individuo, pues ésa es la época en que el infante recién na­
cido empieza su ritmo individual a tono con la totalidad ma­
yor de toda la vida que le rodea.
Otra psicóloga, Zipporah Dobyns (1971), explica de este
modo su opinión sobre la sincronicidad:
Creo que los planetas son, primordialmente, parte del
orden del cosmos, y, como tales, sus pautas son claves
enormemente útiles del mismo orden que existe por do­
quier. Creo que el papel de los planetas, al mantener o
crear el orden, es mínimo en comparación con su valor
como mapa o croquis del orden (pág. 8).

Esta misma idea se expresa en toda la literatura y filo­


sofía antiguas y modernas. Emerson, por eje .mplo, escribe:
"Las Leyes por las que el Universo se organiza reaparecen
en cada ocasión y la gobernarán". Lincoln Barnett (1951) ex­
presa además: "El objetivo de Einstein, en el sentido más
amplio, es mostrar que todas las formas de la naturaleza --es­
trellas, planetas, luz, electricidad, y posiblemente hasta las
minúsculas partículas dentro del átomo- obedecen a las mis­
mas leyes universales". El uso y el valor primarios de la as­
trología son la apllcaclón de este conocimiento de las leyes
universales en nuestras vidas individuales.
Más que cualquier otro astrólogo o filósofo moderno, Da­
ne Rudhyar expuso clara y comprensivamente un enfoque
holístico de la astrología y, en realidad, de la psicología, la
filosofía y todas las cosas tocantes al hombre como persona
individual. Durante los pasados cincuenta años, Rudhyar pu­
blicó docenas de libros y centenares de artículos que tratan
sobre temas astrológicos, psicológicos, culturales y filosófi­
cos, de los cuales, los que mejor se conocen son The Astrology
of Personallty (1936), The Practice of Astrology (1968), Blrth­
Pattems for a New Humanity (1969), The Planetarlzation of
Consclousness (1970), y An Astrologlcal Study of Psychologl­
cal Comp1exes and Emotional Problems (1966). Además, de­
sarrolló lo que él llama "Astrología Humanística", un enfoque
nuevo y moderno de la astrología, que es enteramente com­
patible con las modernas técnicas psicológicas. Más que cual­
quier otra persona, Rudhyar presentó a la astrología de un
modo reflexivo y sofisticado, que se combina perfectamente

63
con las más útiles intuiciones de la ciencia moderna, la filo­
sofía y la psicología.
La filosofía subyacente en todas las obras de Rudhyar
es la del holismo, cuya premisa básica es que la existencia se
manifiesta en todos los niveles en términos de totalidades, o
sea, campos organizados de actividades interdependientes. Pa­
ra Rudhyar, la astrología es el más completo lenguaje humano
de la forma, la estructura y el ritmo de las totalidades fun.
cionales. En uno de sus primeros libros, The Astrology of
Personality {1936), Rudhyar se refiere a la astrología comp un
"álgebra de la vida", o sea, un modo de entender el orden
inherente a toda la vida, individual y colectiva. Además, tiene
esto que decir sobre la astrología en una de sus obras más
recientes {1969):
Cuando consideramos atentamente lo que la astrolo­
gía es capaz de interpretar y dar significado, aparece como
un lenguaje simbólico en el que la estructura en el es­
pacio, y el tiempo de· totalidades más vastas (como el
sistema solar) se relaciona con el desarrollo estructural
de totalidades menores (como una persona individual, o
la humanidad en conjunto). En realidad, la astrología es
la aplicación práctica de un enfoque filosófico holístico
de la existencia. Según esta filosofía, cada totalidad exis­
tencial está contenida dentro de una totalidad mayor que,
a su vez, es una totalidad menor contenida dentro de una
totalidad aún mayor. Un sistema organizado de activida­
des existenciales es, por tanto, tanto el continente de to­
talidades menores, y uno de los contenidos de un sistema
mayor (pág. 35).
Como yo la veo, la astrología se ocupa esencialmen­
te de los ciclos de movimientos y ritmos cósmicos (o
biocósmicos). Se ocupa de la "forma'' o gestalt -de prin­
cipios estructurales inherentes a todo sistema organizado
de actividades; o sea, de cada totalidad. No es cuestión
de influencia externa, literal y directa, ejercida por algún
cuerpo celeste sobre entidades que viven en esta tierra.
La astrología es un modo de estudiar y entender el orde­
namiento o la organización de unas pocas funciones y
tendencias esenciales en cada totalidad organizada de ac­
tividad. En la antigüedad, este concepto se expresaba co-
64
mo la correspondencia estructural entre el microcosmos
y el macrocosmos; pero, originalmente, la que se veía co­
mo el microcosmos era la tierra entera, análoga en estruc­
tura básica al universo todo. Sólo más tarde, cuando el
proceso de individualización humana avanzó y las perso­
nas individuales emergieron de las matrices omnipene­
trantes y totalmente controladoras de las sociedades tri­
bales, tales personas individuales vinieron a ser conside­
radas como microcosmos -un hecho que Jesús afirmó
potentemente cuando dijo: "El Reino de los cielos está
dentro de vosotros" (pág. 93).

Hasta un científico tan eminente como Teilhard de Char­


din confirma el valor de un enfoque holístico de la vida, como,
por ejemplo, cuando escribe que lo simple sólo podrá enten­
derse en términos de lo más complejo. El psicólogo Rollo
May (1960) dice en gran medida lo mismo:
... es sólo una verdad a medias sostener que al organismo
se lo ha de entender en términos de los elementos más
simples que están debajo de él en la escala de la evolu­
ción; esto es precisamente tan cierto como que toda nue­
va función forma una nueva complejidad que condiciona
a todos los elementos más simples del organismo (pág.
686).

El Enfoque de la Energía

En la actualidad, para muchas personas la filosofía holís­


tica es el enfoque más estética e intelectualmente satisfactorio
de la astrología. Empero, existe otro enfoque de la astrología
que tan sólo ahora empieza a asumir forma clara y que sos­
tiene la posibilidad de resolver muchas de las diferencias
entre los que abogan por otros puntos de vista. Este enfoque
se ocupa de las energías esenciales y de las pautas de energía
que operan a través de los individuos, y estas energías son
simbolizadas por los planetas y signos del horóscopo. La Par­
te II de este libro es un intento de presentar de modo siste­
mático este enfoque de la astrología, punto de vista que se
centra sobre las energías fundamentales que nos vivifican a

65
cada uno de nosotros. El enfoque energético de la astrología
es, en esencia, un enfoque holístico, pues incorpora todas las
dimensiones de la vida del hombre simultáneamente. Sin em­
bargo, a esta altura debe declararse que mucho trabajo está
en la actualidad en camino, que arroja luz sobre las energías
sutiles dentro del hombre y las formas específicas de energía
en toda la naturaleza. El hecho parece más claro toda vez que
una ciega adhesión a un sistema de pensamiento puramente
causal no nos permitirá desarrollar una teoría comprensiva
de la astrología y hasta puede impedirnos entender los usos
apropiados y el fundamento de la astrología. Como escribe el
médico y astrólogo suizo Alexander Ruperti (1971):
Donde Paracelso habla de la identidad del Macrocos­
mos y del Microcosmos, donde Rudhyar habla del princi•
pio de resonancia simpática de todas las partes de la
totalidad universal, donde Jung habla de un principio sin­
cronístico que gobierna las manifestaciones idénticas de
los fenómenos psíquicos en términos de tiempo, la astro­
logía moderna, porque sigue la actitud científica, insiste
en objetivar tales correspondencias en una ley de causa
y efecto. De este modo, la astrología moderna delata su
antigua herencia del fetiche de la respetabilidad científica.
El papel verdadero de la astrología fue y debe con­
tinuar siendo el de demostrar la existencia del orden uni­
versal en el nivel de desarrollo en el que la atención del
hombre se concentra en cualquier tiempo dado. Ya pasó
el tiemp0 de la utilidad de la astrología para aportar
orden a la existencia del plano físico. La ciencia moderna
está mucho mejor dotada ahora que la astrología para
esta tarea. Pero en el nivel pstcológlco, la naturaleza del
hombre está en el caos, y es por esta razón que sugerimos
que la misión suprema de la astrología, en términos de
las necesidades cruciales del hombre moderno, es presen­
tar una prueba de la existencia del orden armónico en
el nivel psicológico (pág. 6).

66
6

PSICOLOGIA Y ASTROLOGIA

Durante el decenio pasado, ha resurgido el interés por


aquellos aspectos de la vida que son claramente humanos y
subjetivos. A este enfoque de la psicología se lo ha denomi­
nado "tercera fuerza" o psicología "humanística", y es clara­
mente diferente de los modelos más mecánicos del hombre,
construidos por generaciones anteriores de psicólogos. Aun­
que la Psicología Humanística crece rápidamente e influye
cada vez más en otros campos de estudio, muchos psicólogos
de la vieja escuela la consideran todavía insuficientemente
precisa y "científica". La Psicología humanística es un enfo­
que más comprensivo y holístico de la vida psíquica y emo­
cional del hombre que la mayoría de los demás enfoques uti­
lizados comúnmente en este campo. Su misma comprensivi­
dad, y su énfasis sobre el holismo y la subjetividad hacen
naturalmente que sea más difícil la inclusión de datos fácil­
mente medibles y objetivamente verificables. Empero, hay
una herramienta psicológica que satisface la necesidad de la
Psicología Humanística en cuanto a un sistema preciso de
tipos y diferencias humanos; y esa herramienta es la astro­
logía.
¿En qué se diferencia la Psicología Humanística de los
otros enfoques para entender la naturaleza del hombre? Pri­
mero de todo, todos los psicólogos humanísticos ejemplifican
una confianza en la totalidad y el potencial de crecimiento de
cada persona individual. Como escribe el psicólogo Carl Ro­
gers (1967):

67
...el ser humano subjetivo tiene una importancia y un
valor que son básicos: que no importa cómo se lo rotule.
o evalúe, él es una persona humana primero de todo, y
muy profundamente. No es sólo una máquina, no es sólo
una colección de vínculos estímulo-respuesta, no es un
objeto, no es una prenda (pág. 2).

Otro psicólogo, Maurice Termerlin (1963), escribe:


A diferencia de las metas científicas, las de una psi­
coterapia humanística no son predictibilidad ni control.
De hecho, cuanto más positiva es la psicoterapia, n1enos
predecible se torna el individuo, porque su rigidez se re­
duce y su espontaneidad y creatividad se acrecientan (pá­
gina 37).

Lo que Termerlin dice sobre la Psicología Humanística


parecería estar en conflicto con el énfasis sobre la predicción
que se encuentra en las ideas del vulgo acerca de la astrolo­
gía y, en realidad, en algunos tipos de práctica astrológica.
Sin embargo, dentro del ámbito de una Astrología Humanís­
tica, el énfasis es más bien sobre la persona que sobre un
"acontecimiento" específico. Como escribiera el primerísimo
vocero de la Astrología Humanística, Dane Rudhyar, "la gen­
te le ocurre a los acontecimientos". Esta es la diferencia cru­
cial en el énfasis entre la Astrología Humanística y otros usos
de la astrología. De modo parecido, el énfasis íntegro en un
enfoque humanístico de los estados ñsicos o psicológicos de
"enfermedad" cambia de conocer qué género de problema
tiene una persona a qué género de persona tiene un problema.
Otro nuevo énfasis importante de la Psicología Humanís­
tica es que el potencial de creatividad y auto-realización del
hombre se considera com.o más esencial que sus limitaciones,
anormalidades y dificultades con el ajuste social. De hecho,
la Psicología Humanística es el único enfoque popular que
tiene en cuenta la unicidad y el tono individual del ser del
hombre, los mismísimos factores de los que la astrología se
ocupa específica y exhaustivamente. El psicólogo humanísti­
co-existencial Rollo May (1969) define al "ser" como la "pauta
de potencialidades" del individuo, y sigue diciendo que "estas
potencialidades serán compartidas con otras personas, pero,
68
en todo caso, formarán una pauta única en cada individuo"
(pág. 371). Esta cita de Rollo May podría fácilmente referirse
al mapa natal (horóscopo) individual, pues el mapa natal as­
trológico simboiiza, de modo holístico, la única "pauta de po­
tencialidades" que vivifica a cada uno de nosotros.
Uno de los promotores más activos de un enfoque hu­
manístico de la psicología es James F. T. Bugenthal, editor
del libro Challenges of Humanistic Psychology. En un artícu­
lo llamado ''El Desafío que es el Hombre" (1967), Bugenthal
escribe:
Efectuar una afirmación sobre una galaxia distante
es hacerla acerca de uno mismo. Proponer una "ley" de
]a acción de la masa y la energía es ofrecer una hipótesis
acerca del propio modo de ser en el mundo. Describir
los microorganismos del portaobjetos de un microscopio
es expresar una explicación de la experiencia humana...
El psicólogo humanístico.. . acepta este subjetivismo bá­
sico de toda la experiencia como su reino del esfuerzo.
Quiero decir, muy literalmente, que toda afirmación
que hagamos acerca del mundo (el "allí") es inevitable e
ineludiblemente una afirmación acerca de nuestra teoría
de nosotros mismos (el "aquí''). . . La última subjetivi­
dad de todas las que llamamos objetivas la expresan mu­
chos escritores, desde variados trasfondos.. . El renaci­
miento de la psicología humanística significa que la aten­
ción científica se dirige una vez más hacia la primacía
de lo subjetivo (págs. 5-7).

En esta cita, Bugenthal esboza su visión de la naturaleza


balística del universo, que es la premisa filosófica básica de
la astrología. Bugenthal describe, además, lo que él ve como
el objetivo primordial de la Psicología Humanística:
La psicología humanística tiene como meta última la
preparación de una descripción completa de lo que sig­
nifica estar vivo como ser humano. Por supuesto, ésta
no es una meta que sea probable que se alcance plena­
mente; empero, es importante reconocer la naturaleza de
la tarea. Tal descripción completa incluiría necesariamen­
te un inventario del don natal del hombre; sus potencia­
lidades de sentimiento, pensamiento y acción; su creci-

69
miento, evolución y declinación; su interacción con varias
condiciones circundantes ... ; el alcance y la variedad de
la experiencia posible para él; y su lugar significativo en
el universo (pág. 7).

A menos que esté familiarizado con los usos y la preci­


sión de la astrología, Bugenthal sin duda no está al tanto de
cuán cercano está el logro de esta meta. Usando la astrología
como una herramienta psicológica, todos los puntos enuncia­
dos en la cita anterior podrán aclararse y sistematizarse de
modo comprensivo, mientras que al mismo tiempo se man­
tiene la apertura y el potencial para el crecimiento individual,
lo cual es tan importante para una psicología humanística.
Bugenthal toca también la cuestión de la predictibilidad:
... La psicología humanística procura describir así a
los hombres y sus experiencias para que estén mejor ca­
pacitados para predecir y controlar sus propias experien­
cias (y así, impücitamente, resistir el control de los demás)
(pág. 11).

Este objetivo es exactamente el de la Astrología Huma­


nística, como lo expresa Dane Rudhyar en sus voluminosos
escritos. Y esta predictibilidad de ningún modo contradice la
premisa de la libertad individual del hombre, pues la libertad
importante y fundamental es escoger la propia actitud hacia
un conjunto dado de circunstancias. Como escribe el psicó­
logo Carl Rogers (1967):
Esta libertad interior, subjetiva y existencial es la que
observé. Es el peso de ser responsable del yo que uno
escoge ser. Es que la persona reconozca que ella es un
proceso que emerge, no un producto estático final ...
Una segunda cuestión al definir esta experiencia de la li­
bertad es que no existe como una contradicción al cua­
dro del universo psicológico como una secuencia de causa
y efecto, sino como complemento de tal universo. La li­
bertad, entendida correctamente, es una realización, por
parte de la persona, de la ordenada secuencia de su vida.
Como lo propone Martín Buber: "El hombre libre ... cree
en el destino, y cree que éste le necesita". Sale volunta­
ria, libre y responsablemente a representar su papel sig-

70
nificativo en un mundo cuyos acontecimientos determina­
dos se mueven a través de él y a través de su elección y
voluntad espontáneas. Nuevamente, para citar a Buber:
"Quien olvida todo lo que es causado y toma decisiones
partiendo de las profundidades. . . es un hombre libre, y
el destino le confronta como la contraparte de su liber­
tad. No es su frontera sino su realización".
Hablamos entonces de libertad, que existe en la per­
sona subjetiva, una libertad en la que el individuo escoge
realizarse representando un papel responsable y volun­
tario en la provocación de los acontecimientos destinados
de su mundo. Esta experiencia de libertad es para mis
clientes un desarrollo muy significativo, que les ayuda a
humanizarse, a relacionarse con los demás, a ser una per­
sona (pág. 52).
Uno de los pocos inconvenientes del enfoque humanístico
de J� psicología es, en la actualidad, que intenta mantener
una actitud abierta y comprensiva hacia la persona individual
sin las determinantes limitaciones de las categorías relativas
y constantemente mutables, las cuales, sin embargo, son ab­
solutamente necesarias a fin de alcanzar la exactitud descrip­
tiva y la certidumbre teórica a las que se aspira como meta
última de la Psicología Humanística. De allí que descubra­
mos que gran parte de la psicología Humanística quede sólo
como un conjunto de actitudes o un enfoque general más
bien que desarrollándose en una teoría precisa y útil de la
. personalidad y el crecimiento humano. Muchos psicólogos
humanísticos vacilan en adoptar cualquier conjunto de nor­
mas o procedimientos para distinguir diferentes tipos huma­
nos porque vieron que tales teorías se usarqn en el pasado
meramente para apoyar la ética social de un particular pe­
ríodo histórico y degeneran eventualmente en graves estorbos
en una situación terapéutica. Asimismo, muchos psicólogos
humanísticos de hoy en día están enfrascados activamente en
la investigación sobre la importancia de las experiencias tras­
cendentes, místicas o "transpersonales". Tal investigación les
lleva a confrontar cuestiones y realidades metafísicas; y una
familiarización con ese nivel de experiencia hace por demás
evidente cuán insuficientes resultaron las más viejas teorías
de la personalidad. De allí que yo crea firmemente que la
71
única norma de referencia y contexto de vida que es bastante
universal para suministrar una base para la moderna psico­
logía humanística sea el universo mismo, con sus pautas, ci­
clos y ritmos inmutables.
Este es el género de astrología humanística que Dane
Rudhyar desarrolló durante los pasados cuarenta años, una
astrología que se centra en la persona, más que en los acon­
tecimientos; una astrología concebida esencialmente como un
lenguaje que usa los movimientos cíclicos de los cuerpos ce­
lestes como símbolos que traducen a los seres humanos una
comprensión directa y prácticamente aplicable de las pautas
básicas que estructuran la existencia individual y colectiva.
Tal astrología, o sea, la que primordialmente se ocupa de la
forma y la estructura de la totalidad, proporciona una base
significativa para una psicología que trata principalmente so­
bre el "contellido" de la experiencia personal. Dentro de taJ
contexto vasto, y vistas en perspectiva contra tal fondo uni­
versal, las experiencias· cotidianas de la vida normal y las cri­
sis ocasionales que modelan nuevas fases de crecimiento se
ven como más entendibles e inherentemente más significati­
vas. Como escribe Rudhyar (1971):
La cuestión es poder ver dónde todo lo que ocurre
en cualquier tiempo se adecua a la pauta total o a la es­
tructura total de su existencia.
Los que miran la vida desde el punto de vista exis­
tencial, viéndola como un absurdo, destruyen la salud y
la vitalidad del hombre, como lo demostraron los expe­
rimentos de Víctor Frankel. Lo que el hombre necesita
más que nada para estar sano es un sentido significativo.
La significación se define como atravesar una cantidad
de fases, que relacionadas una con otra, se convierten en
la estructura de referencia de cuanto ocurra en su vida.
Mostrar al hombre lo significativo de su vida es lo más
hnportante que el astrólogo puede hacer . . . (pág. 4).
La astrología es significativa porque puede demostrar
que la vida se presta a una interpretación significativa
(pág. 5).

Una razón de la atroz reputación que la astrología tuvo


en los círculos científicos y académicos durante las décadas

72
pasadas es que en su mayor parte, la astrología {y casi toda
la astrología popular) todavía se interesa por la vida interior
de la persona individual. El paso más importante que da la
Astrología Humanística de Rudhyar es que traslada el énfasis
desde el mundo externo de los acontecimientos hacia el mun­
do interior (le la experiencia y el crecimiento personales. Va­
rias técnicas "predictivas", como progresiones y tránsitos, tie­
nen lugar aún en una astrología orientada humanísticamente;
pero la significación de lo que tales técnicas indican cambia
de un acto determinista y sin sentido del destino a una opor­
tunidad significativa de experimentar e integrar nuevos as­
pectos del propio modo de ser. En otras palabras, las épocas
que se indican como crucia]es (por el análisis de los ciclos
más vitales para la pauta individual de crecimiento de la
persona) se ven como una parte de una pauta mayor de ere�
cimiento y auto-realización. De allí que hasta experiencias di­
fíciles asuman una significación personal positiva y producto­
ra de crecimiento. Rudhyar (1971) explica así este nuevo
énfasis sobre la persona individual en astrología:
Si usted quiere que la astrología demuestra su genio,
deberá enfocar lo que es único en astrología, en lo cual
tiene la capacidad de dar el más pleno valor. Esa es la
situación individual.
Lo que usted trata de entender es el significado de
esa situación en conjunto. La razón de que la posición
de los planetas sea importante es simplemente ésta: si
usted se da cuenta de que el universo es un organismo
en el sentido más amplio del término, un sistema de
actividades integradas, entonces, todo lo que ocurre den­
tro de ese sistema de actividad integrada tiene Pn lugar
y una función dentro de ese sistema. Si usted quiere
entender una cuestión particuJar en el tiempo-espacio
dentro de ese sistema, tieI'e que verlo en relación con e)
sistema todo. La totalidad del sistema trabaja constan­
temente en armonía polifónica con la vida del individuo
que se separó de la totalidad, convirtiéndose en ella mis­
ma, una pequeña totalidad, un pequeño organismo. Cada
vez que algo se individualiza a partir de la totalidad, si­
gue siendo parte de esa totalidad. . . En astrología, la
idea es relacionar toda la actividad funcional de un ser
73
humano con los diez símbolos o planetas básicos, repre­
sentando cada planeta una cualidad definida de actividad.
Tomados juntos, representan un croquis de una persona
en conjunto (pág. 4).

En su opúsculo Astrology for New Minds, 1969, Rudhy�r


explica esta cuestión:
... toda persona individual es una totalidad orgánica re­
lativamente independiente en la que una multitud de fuer­
zas interactúan dinámicamente según una pauta original
y originadora que establece su finalidad vital y su rela­
ción básica con todas las demás totalidades del univer­
so. Esta totalidad orgánica -la persona individual- no
es esencialmente diferente de la Totalidad organizada in­
finitamente mayor y más vasta, a la que llamamos el
universo. En realidad, la persona individual constituye
un aspecto particular de la Totalidad universal, enfocada
en un punto particular del espacio y en términos de la
particular necesidad que tenga en el momento exacto
de su emerger en la existencia independiente. Este es el
momento del primer aliento, porque es entonces que los
ritmos básicos de la existencia del individuo se estable­
cen dentro de un medio ambiente particular (pág. 27).

Puesto que, como escribe Rudhyar, "los elementos sus-


tanciales o los impulsos básicos de todo sistema existencial
organizado son los mismos", y puesto que los seres humanos
sobre la Tierra son parte de la misma totalidad como los
planetas de nuestro sistema solar, tenemos una base sobre
la cual construir un lenguaje cósmico apropiado para el modo
de ser y la pauta de funcionamiento del hombre. En una
disertación pronunciada en la Federación Norteamericana de
la ConveDción de Astrólogos (1968), Rudhyar resumió lo que
consideraba que era el empleo más importante de la astro­
logía:
Simplemente esto: vivir una vida más consciente y
comprensiva en términos de una realización más objetiva
del carácter y el significado relativo de los factores bási­
cos que estructuran su existencia, y la existencia de las
personas que le rodean. .. es un modo de sabiduría.

74
Hoy en día, los psicólogos humanísticos intentan crear
una psicología que recalque factores positivos como la auto­
realización, la creatividad, el logro de una consciencia supe­
rior, y la realización de modo inmediato de nuestro propio
yo esencial. En astrología, el psicólogo, educador, consejero
o laico orientado humanísticamente puede hallar su herra­
mienta más poderosa y útil; pues la astrología nos regala un
lenguaje que describe con precisión la combinación única
de los factores universales que operan dentro de cada uno de
nosotros.

75
7

LOS USOS DE LA ASTROLOGIA


EN LAS ARTES CONSULTIVAS

Los capítulos anteriores ya delinearon algunos de los pri­


mordiales valores y usos de las intuiciones astrológicas dentro
del dominio de la psicología en general. La astrología es igual­
mente aplicable a otras áreas de las artes consultivas, ya se
trate de consejos relativos a matrimonio, hijos y familia, tipos
específicos de psicqterapia, o meramente la suerte de consejo
que muchos de nosotros damos en nuestras vidas cotidianas,
tengamos o no el título de "psicólogos". Puesto que en capí­
tulos anteriores ya se trataron de modo muy completo las con­
sid,eraciones teóricas más importantes, en este capítulo quiero
simplemente señalar algunas aplicaciones específicas y prác­
ticas de la astrología en todo el área de consejo. Como pro­
bablemente lo sepa la mayoría de los lectores, hay muchos
tipos de astrología, completos con sus particulares correla­
ciones de las leyes astrológicas básicas. Pero es por el área
ºde las artes consultivas que me intereso particularmente, y
por eso creo que compartir algunos conocimientos que obtuve
empleando la astrología todos los días en una práctica con­
sultiva más bien grande podría ser de alguna relevancia para
la experiencia del lector.
Quiero recalcar especialmente que aconsejar es un arte
y que es en la situación consultiva individualizada que los sím­
bolos de la astrología cobran vida más inmediatamente. El
arte de aconsejar es un intercambio de energía con otra per­
sona, un modo de dilucidar las realidades de la situación total
de la vida y del modo individual de ser del cliente. Aunque
76
uno pueda mejorar sus aptitudes en la situación consultiva
mediante experiencia, práctica dedicada y penetrante auto­
examen, el arte mismo no puede enseñarse. Puesto que cada
individuo es diferente, su modo particular de utilizar ]a as­
trología en el consejo diferirá del enfoque de cualquier otra
persona. Yo mismo no estoy particularmente interesado en
hacer de "gurú" o en estructurar mi práctica profesional de
modo tal que la gente venga a mí con la esperanza de que yo
realice todo el trabajo, toda la conversación, y le entregue to­
das las respuestas a sus propios dilemas individuales. Me re­
sulta claro que la apertura del cliente en cada situación de­
termina concretamente cuánta ayuda o qué hondura de acre­
centado autoconocimiento ganará de nuestro intercambio. Esto
es cierto en toda situación de la vida: programamos lo que
recibiremos mediante cuánto queremos dar y cuán abiertos
estamos para enfrentar la verdad acerca de nosotros mismos.
El hecho de que algunos astrólogos sigan representando el
papel del adivino o del canal omnisciente de la sabiduría cós­
mica es mero índice de que tales profesionales tienen dema­
siado envueltos sus egos en ese papel. Los astrólogos, no im­
porta cómo se vean ni cómo los vea el público, son mera­
mente seres humanos parecidos a cualquier otro, con conoci­
miento limitado, entendimiento limitado y experiencia limita­
da. Difieren de los demás sólo en que estudiaron (es de es­
perar que con alguna profundidad) este sistema de símbolos
cósmicos que les proporciona una herramienta que podrá
permitirles penetrar debajo de la superficie del ego, del auto­
engaño y de los roles sociales.
En la práctica cotidiana de la astrología como profesión,
es de suma importancia que carezca de compromisos la hon­
radez intelectual del profesional. En otra palabras, si no co­
noce una respuesta a una pregunta, no entiende algún aspecto
del mapa natal, o realmente no tiene rapport con la persona
en cierto nivel, no debe vacilar en decirlo y, en consecuencia,
pedir ayq,da o aclaración. Me doy cuenta de que la mayoría
de los astrólogos se enfrenta a menudo con el deseo del cliente
de descargar toda la responsabilidad en el regazo del astrólogo
y proyectar en éste la imagen del "gurú". Este es un juego
que el ego ama, y por ello es fácil caer en tal papel, sin darse
cuenta de las reales implicancias de obrar así. Sin embargo,
debe comprenderse que, dar consejo sin dar también un medio

77
de comprensión más profunda, es de poco valor, pues cada
persona debe realizar su propio trabajo y, a través de su pro­
pia experiencia, debe llegar al conocimiento superior que le
permita superar o trascender la dificultad. Al mismo tiempo,
el astrólogo debe darse cuenta del poder de que dispone y de
la asombrosa sensibilidad a la sugestión que los seres huma­
nos tienen, y debe usar ese poder con suma cautela. Es mejor
no decir nada que formular una suposición infundada, basada
en una comprensión insuficiente, meramente debido a la inse­
guridad del ego o a las exigencias del cliente. Como lo señalara
Zipporah Dobyns, detrás de las afirmaciones del astrólogo,
hasta donde el cliente puede percibir, está el poder y la auto­
ridad del cosmos. Esta es una responsabilidad que no debería
tomarse a la ligera. Además, la propia honradez intelectual
ha de extenderse a tal punto que el consejero deba expresar
libremente sus propias creencias filosóficas y ética particu­
lares si interfieren en su aptitud para ocuparse objetivamente
de una persona o situación en particular.
La relación entre el astrólogo y el cliente es tan honda­
mente personal como la existente entre un médico y el pacien­
te. La calidad de esa relación es inevitablemente un factor
determinante en el resultado último de la consulta. Por ello,
ningún astrólogo debe sentirse vacilante acerca de remitir a
una persona a otro astrólogo si cree que alguna tensión o re­
sistencia en una relación particular le imposibilita ocuparse
eficaz y abiertamente del cliente. No se trata de quién es el
"mejor" astrólogo. Sencillamente, hay diferentes tipos de as­
trólogos para distintos tipos de personas. Lo que un astrólogo
no puede entender o tratar puede ser precisamente la fuerza
máxima de otro profesional. Por tanto, no es sólo el sistema
particular de astrología o géneros específicos de técnicas astro­
lógicas empleadas las que determinen la calidad de la prác­
tica astrológica; es más importante la calidad de la relación y
la profundidad del autoconocimiento que iluminan el inter­
cambio de persona a persona. Sin el beneficio del intercambio
de persona a persona en el trabajo astrológico, es imposible
emplear los procedimientos astrológicos, del modo más pro­
fundo y con los máximos beneficios posibles. Aunque levantar
un mapa de alguien a quien no se vio puede realmente ser
de utilidad para esa persona, ese individuo sacará por lo ge­
neral una comprensión más honda del contacto personal con

78
el astrólogo. Pues sin contacto personal inmediato, es imposi­
ble conocer (a menos que uno sea verdaderamente un psíquico
dotado) el nivel de conocimiento con el cual el individuo res­
ponderá a sus circunstancias internas y externas.
En lo que resta de este capítulo, enunciaré simplemente
algunos de los valores con los que la astrología puede contri­
buir a las artes consultivas. Estos son mis valores personales
y se asocian naturalmente con mi experiencia y mi actitud
particulares hacia la vida.
J. El Bhagavad Cita, libro sagrado de los hindúes, ex­
presa que la "mente es la asesina de lo real". Un autor mo­
derno escribió: "La muerte del ego es el nacimiento de todo
lo demás". La utilización de la astrología puede proporcionar
una perspectiva -y un desapego de- nuestra mente y pautas
del ego a fin de que ocasionalmente percibamos lo que es real;
pues, mientras seamos víctimas de estas pautas, estamos en
una oscuridad total. El mapa natal revela estas pautas de un
modo claro que nos permite ocuparnos más eficazmente de
nuestros hábitos y de nosotros mismos.
2. La astrología le ayuda a uno a desarrollar la paciencia;
pues, cuando se observa que los primordiales aspectos estruc­
turales de la propia existencia están sujetos a una periodici­
dad ya establecida y a un ritmo cíclico, es mucho más fácil
permanecer en el presente con aceptación paciente del aquí y
ahora y con el conocimiento de que la fase presente terminará
cuando haya sobrevivido a su finalidad. Al género de pacien­
cia que puede desarrollarse con la ayuda de la astrología un
autor lo definió como "activa alineación con la disposición
de Dios".
3. La astrología proporciona una pauta de crecimiento y
desarrollo que es muy superior a cualquier otra herramienta
psicológica. Indica aquello en lo que debe trabajarse, el sig­
nificado esencial de una experiencia o fase particular de la
vida, a qué pautas interiores habrá que someterse, la dura­
ción aproximada de algun a fase particular de la experiencia,
y un modo exacto de regular los cambios cruciales de la vida.
4. La astrología permite armonizarse con los propios po­
deres y usar el poder del pensamiento, de la voluntad, y de
la vitalidad creadora para moldear un mejor modo de ser.

79
Prestando atención a los ciclos astrológic�s, podremos ver
cuándo tenemos la oportunidad de desarrollar nuevos enfo­
ques de la vida y cuándo seremos puestos a prueba para ver
si nuestros enfoques actuales son verdaderamente satisfacto­
rios y creativos.
5. El estudio astrológico o la familiaridad con la prác­
tica astrológica a través de una experiencia consultiva permite
que uno entienda más profundamente las Leyes Universales
que impregnan toda la vida y ayudan al individuo a confiar en
estas verdades universales de la vida interior de uno. Entre
estas leyes están: el orden, la compensación (o equilibrio),
causa y efecto (karma), vibración, ciclos, polaridad, "sois lo
que pensáis", "lo semejante engendra lo semejante".
6. La astrología, en las artes consultivas, revela cómo
toda experiencia se adecua a la pauta mayor de orden . que
constituye la estructura básica de la vida, o el plan de vida
de uno.
7. La astrología nos da un sentido de perspectiva y un
medio de ganar conocimiento sobre nuestras vidas, de modo
que no quedemos "colgados" de una experiencia, frustración
o bloqueo. Puede ponernos en contacto con el dinamismo y
la naturaleza cíclica de toda la vida.
8. La astrología puede propótcionartios fe en algo ma­
yor que la mera consciencia del ego y. por tanto, fe en el yo
real de uno.
9. La astrología ayuda al consejero o terapeuta a Intro­
ducirse en el cliente, a armonizarse con él según el propio
natural del cliente, más que a proyectar sus presunciones· in­
conscientes sobre el individuo. También le permite escoger
el tratamiento o terapia apropiados para una persona parti­
cular.
10. La astrología puede proporcionarnos la clave de las
iniciaciones (o sea, las épocas cruciales de confrontación y
marcado crecimiento) en la vida de toda persona, una pauta
y una necesidad que la cultura occidental ignora.
11. La astrología suministra un medio por el cual los sen­
timientos más profundos y los anhelos �conscientes del clien­
te pueden ser traídos a la consciencia y dárseles forma. Lo
80
que originalmente era vago, perturbador fastidio, puede en­
tonces transformarse en un depósito de energía creativa re­
cién liberada, dando a menudo al individuo un sentido claro
de dirección y significado nuevos en la vida.
12. La astrología permite que la persona determine el
tipo de actividad en la que sus energías vitales puedan fluir
con la máxima cantidad de comodidad y satisfacción.
13. La astrología puede ayudar a la gente a tener mayor
confianza en sí misma confirmando las insinuaciones, los sen­
timientos y el conocimiento interior que tal vez hayamos te­
mido expresar o confiar. Más que la a menudo voceada crítica
de la astrología que a uno lo vuelve más débil dependiendo de
fuerzas que están fuera del yo, el apropiado uso de la astro­
logía podrá ayudar a un individuo a desarrollar un grado ma­
yor de confianza y esperanza personal. Con frecuencia, una
persona siente profundamente que tiene aptitudes especiales
en cierta área, por ejemplo, pero la falta de confianza y espe­
ranza en sí mismo puede hacer que sea dificil actuar sobre
este sentimiento.
14. La astrología puede ayudamos a conocer que "todo
el mundo es un teatro" y que meramente representamos un
papel en este vasto drama. Tal conocimiento puede damos
un sentido de perspectiva y humor que hace que la vida sea
más fácil de encarar. Y, además, tal conocimiento induce even­
tualmente a considerar la cuestión última de la vida: ¿Quién
es el actor en este drama? ¿Quién es el director? ¿Y quién es
el autor?
15. La astrología nos muestra que dentro de nosotros hay
muchas dinámicas interactuantes, que nuestra estada en el
mundo material abarca muchas fuerzas, necesidades e impul­
sos. La astrología nos ayuda a identificarnos más bien con
la totalidad de este proceso vivo que a identificarnos, como lo
hace la mayoría de las personas, con una o dos dimensiones
limitadas de la experiencia.
16. El uso de la astrología en las artes consultivas per­
mite que el consejero ayude a la persona a alinearse con la
verdad de su naturaleza y su ser, más que a moldearse para
adecuarse a una teoría de humana factura de cómo debería
ser.

81
8

NOTAS SOBRE LA EDUCACION


Y LA INSTRUCCION DE LOS CONSEJEROS
ASTROLOGICOS

Todos los que están relacionados con la educación norte­


americana, ya sea como estudiantes, maestros, tutores o pa­
dres, llegan gradualmente a darse cuenta de que nuestras
instituciones educativas son arcaicas. No sólo la estructura
de los cursos sino también los mismos supuestos sobre los
que se basa el sistema íntegro necesitan una transformación
cabal. Hoy en día, muchos padres están tan disgustados con
la educación de las escuelas públicas que están organizando
sus propias escuelas "libres" -a menudo al precio de grandes
penurias financieras- a fin de que sus hijos puedan aprender
y crecer en una atmósfera sana, libre de medidas abiertamente
competitivas y coercitivas. Algunas de estas personas llega­
ron a la conclusión de que una escuela como tal, divorciada
de la vida cotidiana de una comunidad, está desactualizada.
Y así, en casi todos los estados de la Unión vemos el rápido
crecimiento de comunidades de personas que comparten me­
tas y valores similares y que están empezando a integrar la
educación de sus hijos en la estructura total de sus estilos de
vida.
¿Qué quiere decirse realmente con la palabra "educa­
ción"? La mayoría, y hasta la mayoría de los diccionarios,
limitan su significado al proceso de transmitir información
mediante instrucción, disciplina y práctica. Sin embargo, el
significado más profundo de la palabra, quiere decir etimo­
lógicamente "guiar hacia afuera" o "sacar fuera". Creo que

82
podemos dar por sentado que este proceso se refiere a guiar
a uno fuera de la oscuridad e introducirlo en la luz, o sacar
fuera la esencia de lo que ya está dentro del individuo. De
allí que podamos observar que la educación es realmente un
proceso mucho más sutil de lo que habitualmente suponía­
mos que era. Su finalidad verdadera no es tanto la memori­
zación de datos a fin de que el estudiante pueda llegar a ser
una computadora humana que funcione fácilmente, sino más
bien la abolición del miedo y el crecimiento guiado de! cono­
cimiento. Esto no equivale á decir que en la educación mo­
derna no haya cabida para la enseñanza de conocimientos téc­
nicos; pero lo que aquí recalco es el hecho de que ninguna
cantidad de conocimiento técnico podrá preponderar sobre la
necesidad del crecimiento psicológico y emocional individual.
Si nuestras universidades han de ser escuelas de instrucción
meramente vocacional (como lo están siendo en su mayoría),
entonces debería reconocérselas como tales en vez de mante­
ner la falacia de que sus finalidades son la búsqueda de la
verdad y la modelación del carácter.
Creo que un gran problema de nuestro sistema educativo
es que las escuelas tratan de ser todas las cosas para todas
las personas. Las escuelas primarias procuran servir a los fi­
nes de las niñeras, de los maestros de moral, a las agencias
de socialización y a los sitios en que los niños aprenden la
comunicación básica y las ciencias matemáticas. A todas es­
tas responsabilidades se suma el intento de procurar clases
y guía especiales a los adolescentes emocionalmente pertur­
bados cuyos padres les fracasaron. Las escuelas superiores
-incapaces ya de servir de niñeras a los adolescentes- tie­
nen habitualmente la atmósfera de las prisiones; y, excepto
unas pocas especiales que se orientan hacia el logro de modos
académicamente definidos, las escuelas superiores suministran
poco estímulo e inmensa frustración a sus estudiantes. Las
universidades y facultades, salvo unas pocas facultades pri­
vadas, tratan de realizar tantas cosas que el resultado inevi­
table es el caos sobre el cual leemos en los diarios. Procuran
realizarlo todo, desde instrucción vocacional y trabajo profe­
sional especializado hacia educación de la minoridad y cambio
social en gran escala. Creo que en los programas educativos
de nuestra sociedad podrá lograrse algún remedo de orden
si contamos con bastante amplitud mental como para tomar

83
unas pocas lecciones de la antiquísima pauta de orden y des­
arrollo individual: la astrología.
En el zodíaco están simbolizadas cuatro fases de la edu­
cación individual. Estas son los signos mutables: Géminis,
Virgo, Sagitario y Piscis. (En realidad, si consideramos a la
"educación" en sus ramificaciones más amplias, cada signo
zodiacal representa una fase de la personalidad individual, del
crecimiento y, por ende, de la "educación" personal. Ideal­
mente, todo maestro debería tener en cuenta todas estas fases
de crecimiento, pautas de desarrollo y modos de ser. Pero a
los fines del ordenamiento institucional y social de las fases
de marcado creclmlento mental-esplrltual, los signos muta­
bles son suficientes.) Estas cuatro etapas de la educación in­
dividual pueden definirse así:
GEMINIS representa el nivel de compromiso social pri­
mario y el logro de ciencias intelectuales básicas. Incluida
en esta etapa de desarrollo está la formación de las primeras
relaciones entre compañeros por parte del niño, dentro y fue­
ra de la familia. Esta fase simboliza también los primeros
intentos del niño para pensar por sí mismo, mirar al mundo
a su modo, y "figurarse" (a través de procesos racionales) y
expresar sus percepciones. De allí que la comunicación -la
palabra clave del signo Géminis- opere aquí tanto en el nivel
social como en el intelectual.
VIRGO representa el período de servicio a la sociedad, del
aprendizaje ante un maestro del arte con el que la persona
se ganará la vida, y el contacto inicial con el mundo práctico
cotidiano del trabajo duro, los deberes y las responsabilida­
des. Esta fase del crecimiento personal se descuida casi en­
teramente en nuestra cultura. De allí que tengamos millares
-hasta millones- de jóvenes educados en facultades, que
se diploman y se aterran al darse cuenta de que, en realidad,
no pueden hacer nada. Su educación superior les llenó las ca­
bezas con tomos de ideas sin aplicación y, a menudo, sin prac­
ticidad; y entretanto, no adquirieron la real aptitud para ga­
narse con ésta la vida en el mundo. Puesto que ahora muchos
de ellos son, al menos, eruditos o intelectuales aficionados,
para ellos es difícil y frustrante retroceder de la fase de la
novena casa de la educación superior a la fase de la sexta
casa del trabajo y del servicio. Gran mejora del programa

84
educativo de nuestra nación resultaría del establecimiento de
períodos de aprendizaje que siguieran inmediatamente al tér­
mino de la fase de Géminis (entre los 14 y los 16 años de edad).
Si esta antigua iniciación en el mundo cotidiano se reviviera
en nuestro país, muchos jóvenes se hallarían muy contentos
con un trabajo que disfrutaran. Entonces, podría seguir na­
turalmente la fase de Sagitario.

SAGITARIO simboliza la fase del desarrollo que crece na­


turalmente de la fase del aprendizaje de Virgo. A menudo se
dice que Sagitario y la novena casa representan "la educa­
ción superior"; pero en un sentido más amplio, simboliza el
logro del dominio en el campo que uno escogió, ya sea que se
manifieste como maestro artesano o como profesional de una
de las "profesiones" más ostentosas. Esta es la fase de la
educación individual en la que uno empieza a tener marcado
efecto sobre el mundo en general, ya sea a través de la ense­
ñanza de nuevos aprendizajes, de la edición de los frutos del
propio esfuerzo, o del establecimiento de normas para gene­
raciones futuras. De allí que esta fase del desarrollo incluya
tanto el aprender (en el sentido de perfeccionar la obra, los
ideales y el carácter de uno) y el dispensar lo que uno apren­
dió. En la educación tradicional de los Estados Unidos, ·he­
mos dado por sentado, erróneamente, que todo el que posea
un título de doctor en filosofía, en medicina u otro superior
es un maestro en su campo. Hemos pasado por alto el hecho
de que la maestría verdadera sólo llega tras un período de
rigurosa autodisciplina, de doloroso trabajo, y del desarrollo
gradual de la humildad basada en comprender que uno real­
mente no podría saber nada sin el trabajo de quienes nos
precedieron. Precisamente el hecho de que encaucemos a las
personas tan rápido como sea posible a través de toda suerte
de programas académicos a fin de que "salgan" tantos doc­
tores en filosofía o medicina no significa que hayamos enri­
quecido nuestra cultura con esos muchos maestros verdade­
ros. Sacrificamos la calidad por la cantidad para mantener
simplemente la ilusión de que la excelencia puede tenerse de
modo barato.

PISCIS representa la fase del desarrollo individual que


viene luego que uno completó su trabajo en la sociedad, cum-

85
plió sus obligaciones familiares y sintió la compulsiva nece­
sidad de volverse dentro de sí a fin de experimentar el tipo
más refinado y esencial de educación: la educación del hom­
bre espiritual. En la India, aunque la tradición cambia len­
tamente, existe una pauta básica de vida relacionada estre­
chamente con las cuatro etapas que estamos describiendo. La
última manifiéstase habitualmente en la persona que se ·re­
tira del mundo (incluido de los parientes) y se consagra a las
disciplinas espirituales. Esta fase de Piscis simboliza enton­
ces la devoción y el sacrificio de los apegos mundanos de
uno a fin de convertirse en canal para la manifestación y re­
alización de una verdad mayor, una totalidad más vasta. El
gran psicólogo C. G. Jung escribió un ensayo llamado "Las
Etapas de la Vida" en el que describe una pauta normal de
crecimiento consciente muy similar al que aquí consideramos.
La última etapa, según Jung, es un marcado giro interior ha­
cia las realizaciones espirituales.

La Relación de Maestro y Estudiante

La astrología puede ayudarnos también para que nos tra­


temos recíprocamente como personas individuales distintas,
comprendiendo al mismo tiempo que todos somos parte del
mismo universo, manifestaciones meramente diferentes de la
misma totalidad. Esta misma distintividad de las personas
individuales es un factor apropiado para la educación, que
se descuida casi enteramente en los programas de instrucción
de maestros. El hecho es que la mayoría de los maestros (de
hecho, la mayoría de las personas) jamás aceptaron realmen­
te la verdad de que las personas son realmente diferentes.
Naturalmente, tal aceptación exige cierto grado de autocono­
cimiento de parte del maestro. Sin esta aceptación básica de
las diferencias de los demás, un maestro impondrá incons­
cientemente sus tendencias y expectativas a los discípulos.
De allí que un maestro de Cáncer (o sea, signo del Sol en
Cáncer) pueda detestar absolutamente a un niño de Libra o
ser muy amenazado por un Aries. Esto iría indudablemente
en detrimento del progreso del estudiante en la escuela. Per­
sonalmente fui testigo de numerosos ejemplos de este prejui­
cio en las relaciones entre maestros y estudiantes. Esta es

86
cosa triste de contemplar, pero aún lo es más darse cuenta
de que está absolutamente prohibido un breve curso de astro­
logía en nuestros programas de instrucción para maestros,
aunque eso aliviara muchos de esos problemas.
Puesto que los maestros en su mayoría no tienen cono­
cimiento de la astrología (que, de hecho es un modo exacto
de categorizar a las personas y de ganar una perspectiva en
las relaciones interpersonales), naturalmente caen en otros
modos menos exactos de categorizar y evaluar a los estudian­
tes. El medio principal de evaluación del estudiante, aunque
numerosos estudios revelaron los efectos dañinos de su uso,
sigue siendo el Test de Cociente Intelectual. Así, a los estu­
diantes se los categoriza según cuán bien sean capaces de
cumplir ciertas funciones intelectuales. El Test de Cociente
Intelectual afirma erróneamente que determina la "inteligen­
cia" de los estudiantes, pero pasa por alto el hecho de que
hay diferentes géneros de "inteligencia". "Inteligencia" es una
de esas palabras como "educación"; significa cuanto se define
como significando una finalidad particular. Concretamente,
aunque los tests de cociente intelectual tendieran originalmen­
te a medir la "inteligencia", ahora honrados expertos en el
campo de los tests psicológicos dicen que miden simplemente
lo que los tests de cociente intelectual miden. Esto puede so­
nar absurdo, ¡y lo es! Pero no obstante, muchos maestros
siguen confiando en tales tests para evaluar a los estudiantes.
¡Y las expectativas iniciales del maestro sobre la actuación
de un estudiante se basan a menudo solamente en el resul­
tado numérico de estos tests!
Un estudio astrológico mostrará al maestro que, en re­
alidad, hay diferentes géneros de inteligencia y talentos. La
única funciqn psíquica por la que la mayoría de los "educa­
dores" parece interesarse es el intelecto, simbolizado astroló­
gicamente por Mercurio. La posición y los aspectos de Mer­
curio pueden revelar claramente cuán bien integrada y fácil­
mente funcional es la facultad racional; pero una considera­
ción de Venus puede revelar talentos artísticos; Marte, apti­
tudes mecánicas o de ingeniería; Neptuno, sensibilidad musi­
cal, etc. El hecho es que diferentes personas descuellan en
cosas distintas, y un estudio astrológico puede dar al maestro
paciencia y un modo de enfocar y entender diferentes clases
de estudiantes. Un niño altamente evolucionado puede estar
87
a tono con niveles muy superiores de consciencia e imagina­
ción a los de su maestro. De allí que el maestro necesita
sobre todo reconocer los talentos y armonizaciones de sus
estudiantes, y aprender a dejar al niño en libertad para que
crezca a su modo. La astrología puede ayudarle a realizar
esto.
Evidentemente, ningún maestro podrá ser todas las cosas
para todas las personas; y todo maestro tendrá sus senti­
ntientos, inclinaciones, gustos y disgustos. Lo importante res­
pecto a un maestro que aprenda astrología es, sin embargo,
que pueda entonces obtener una perspectiva sobre sus incli­
naciones, y, en consecuencia, ocuparse más objetivamente de
sus estudiantes. Creo que lo más importante para el maestro
es darse cuenta de su propia falibilidad. Cuando el maestro es
honrado ace:r:ca de sus propios sentimientos y errores, el estu­
diante siente confianza y respeto personal hacia el maestro.
Las palabras de C. G. Jung expresan la esencia crucial del di­
fícil trabajo del maestro:
Pues inevitablemente llegará el día en el que lo que el
educador enseñe mediante palabra oral no funcione más,
sino sólo lo que él es. Todo educador -y uso el término
en su sentido más amplio-- debería preguntarse constan­
temente si en realidad está cump1iendo en su propia per­
sona y en su propia vida lo que ense:fia, con lo mejor de
su conocintiento y con clara conciencia. La psicoterapia
nos ha enseñado que en la cuenta final no hay conoci­
miento ni capacidad técnica que tenga efecto curativo,
salvo la personalidad del doctor. Y lo mismo ocurre con
la educación: presupone la autoeducación. ("La Signifi­
cación del Inconsciente en la Educación Individual.")

La Instrucción de los Consejeros Astrológicos

Todo el que se haya enfrascado en los últimos años en


el campo de la astrología es bien consciente de la dificultad
que se encuentra siempre que cualquier individuo o grupo
intenta fijar normas de educación o instrucción para profe­
sionales de la astrología. El clamor que pronto se oye inevi­
tablemente de aquí en adelante no es totalmente resultado

88
de las características individuales de la personalidad de los
astrólogos; es también el resultado de que muchos compren­
dan, en el campo astrológico, que sus particulares métodos
prácticos no son fácilmente incluidos o definidos por reglas,
reglamentaciones y conveniencias legales. El hecho de que
haya casi tantas clases distintas de práctica astrológica como
astrólogos dificulta idear cualquier programa de instrucción,
un conjunto de exigencias educativas, o una pieza de legisla­
ción reguladora que fuera justa para todos y aún bastante
específica para servir a una finalidad bien definida. No es
aquí mi objetivo ocuparme de la cuestión de extender títulos
a profesionales de la astrología,·· ni quiero dar la impresión
de que la instrucción académica en el sentido tradicional es
una respuesta aceptable a la necesidad corriente de estructu­
ras o directivas específicas que puedan ser útiles para los es­
tudiantes de astrología y mejorar la calidad de la práctica
astrológica para el público general. En lo que resta de este
capítulo, quiero meramente definir algunos resultados espe­
cíficos que deberían tener en cuenta todos los individuos o
grupos que salgan a establecer un cauce por el que los estu­
diantes o los profesionales novatos desarrollen aptitudes de
consultores astrológicos.
Es imperativo efectuar una clara distinción entre astro­
logía y consejo astrológico. Mientras la astrología es en sí
misma simplemente un cuerpo de conocimiento como cual­
quier otra disciplina, que comprende tradiciones, una historia
y ciertas técnicas y relaciones establecidas, el consejo astro­
lógico es la aplicación de este cuerpo de conocimiento a los
fines de ayudar a la gente de modo práctico para que se vuel­
va más consciente de sí, de sus estructuras vitales, de su po­
tencialidad creadora, y de sus relaciones. Mientras la astro­
logía puede enseñarse, investigarse o comprobarse de modos
que son compatibles con los procedimientos académicos ha­
bituales en otros campos, el consejo astrológico es un arte
altamente individualizado que no puede "enseñarse" pasado
cierto punto y que no puede ser regulado o sometido a prue­
bas de modos rigurosamente dogmáticos. Los que están en
actividad en el campo astrológico, primordialmente como in­
vestigadores, programadores de computadoras, especialistas
en estadísticas y técnicos, no necesi lan contar con las aptitu­
des de un consejero o terapeuta a fin de realizar bien su labor.

89
Pero, quienes procuran aplicar el conocimiento astrológico a
una situación humana específica no sólo deben familiarizarse
con la ciencia básica de la astrología, sino que necesitan tam­
bién interesarse por el ámbito psicológico de la experiencia,
la calidad de la capacidad que tienen para las relaciones per­
sonales, y las cuestiones éticas que surgen inevitablemente en
toda labor que se extienda de persona a persona.
Durante el verano de 1975, en una edición del Periódico
de la Asociación Astrológica Británica, apareció un excelente
artículo titulado "La Enseñanza de la Astrología". El autor,
licenciado en artes y profesor universitario, David Hamblin,
enfoca con gran hondura y conocimiento la cuestión íntegra
de cómo se enseña actualmente la astrología y cuál sería la
preparación ideal para los investigadores y consejeros astro­
lógicos. En el artículo, Hamblin efectúa una distinción entre
"astrología" y "astroterapia", similar a la mencionada en el
último párrafo; y advierte que "al existir cursos, se mezclan
las dos, de modo que no se enseña convenientemente ni la
una ni la otra". Señala que, en su mayoría, los cursos de
astrología se basan hoy en día en el supuesto de que el com­
pletarlos le permitirá al estudiante ser un experto "astrote­
rapeuta", falacia análoga al supuesto de que aprobar una prue­
ba de manejo para registro de conductor significa que el in­
dividuo es un conductor acabado y experto. De hecho, habi­
tualmente está sólo empezando a desarrollar las aptitudes que
la experiencia sola podrá enseñar. En consecuencia, el señor
Hamblin sugiere que el curso ideal de astrología consistiría
en dos partes diferentes. La primera sólo se ocuparía de la
astrología "pura" y ella sola sería instrucción suficiente para
investigadores, experimentadores en estadísticas, etc. Este
curso incluiría no sólo instrucción sobre los tradicionales fac­
tores astrológicos y significados interpretativos, sino que tam­
bién daría al estudiante una familiaridad funcional con las
muchas innovaciones modernas de la especialidad, inclusive
las que aún no se desarrollaron con plenitud o no se utiliza­
ron ampliamente: armonías, puntos medios, progresiones de
arco solar, retornos solares, el vértice, ciclos claves, estrellas
fijas, y cuadros planetarios. Asimismo, en este curso se in­
cluiría el desarrollo histórico de la astrología, la relación de
ésta con otros campos de estudio, una �bal familiaridad con
los reconocidos pioneros de la astrología (Rudhyar, Carter,

90
Jones, etc.), y un estudio en profundidad de los mejores co­
nocimientos y métodos de la psicología moderna.
La segunda parte del curso sería lo que Hamblin llama
"astroterapia". Escribe: "Debería ser un curso esencialmente
práctico, y su finalidad debería ser no sólo ayudar al estu­
diante a interpretar mapas natales, sino ayudarle a establecer
relaciones satisfactorias con sus clientes". En esta parte de
su curso modelo se inc1uiría: un ordenamiento a través del
cual el estudiante mismo sería "astroanalizado" por un pre­
ceptor; sesiones prácticas de trabajo con clientes bajo la guía
del preceptor, que luego se discutirían y evaluarían; sesiones
de grupo en las que los estudiantes' comentarían entre sí sus
interpretaciones y habilidades para entrevistar. Hamblin ad­
mite que tal curso lectivo, incluidas ambas partes, llevaría
mucho más tiempo y sería mucho más caro que la mayoría
de los cursos existentes, pero cree que esto sería de desear,
puesto que el resultado final sería que un "diplomado" en
tal programa estaría mucho más calificado y tendría conoci­
miento y experiencia mucho más amplios que muchos astró­
logos profesionales. Como Hamblin lo dice:
En la actualidad es casi tan barato diplomarse en
un curso (de la Facultad Británica de Estudios Astroló­
gicos) como obtener un análisis completo de un astrólogo
de c]ase superior. Pensaríamos que sería ridículo si fuese
tan barato llegar a ser médico como consultar a un mé­
dico; pero, por alguna razón, la misma situación parece
menos ridícula en astrología.
Hice una cita tan larga del artículo de Hamblin porque
creo que definió clarísimamente algunos problemas importan­
tes en el ámbito de la educación astrológica. Aunque en la
actualidad los astrólogos, en su mayoría, son primordialmen­
te autodidactas y no considero que esto sea necesariamente
un perjuicio, es un hecho que una parte de la población de
los Estados Unidos, que crece con rapidez, participa de una
vasta variedad de programas educativos relacionados con la
astrología; y por ello se torna cada vez más necesario idear
programas que se orienten específicamente hacia quienes lle­
guen a ser consejeros astrológicos, ya sea que se clasifiquen
o no de ese modo, y se conviertan o no, en esa especialidad,
en profesionales full-time.

91
Estoy convencido de que, aunque la instrucción de los
consejeros astrológicos no pueda ni deba ser controlada de­
masiado rigurosamente o incorporada necesariamente en es­
tructuras académicas tradicionales completas con graduacio­
nes, inapropiadas exigencias de ingreso, y un sistema abierta­
mente autoritario, la oportunidad de tal instrucción de alguna
forma debería estar fácilmente a disposición de todos los
estudiantes serios. Aunque el consejo astrológico no pueda
"enseñarse" �n el sentido tradicional, la adquisición de tales
aptitudes puede guiarse, y el estudiante beneficiarse con el
apoyo de quienes tienen la experiencia, el conocimiento y la
capacidad para una relación honrada que el estudiante pueda
respetar. En todo arte de persona a persona, nada hay que
sustituya las lecciones diarias que la práctica diUgente apor•
tará al conocimiento; pero, de modo parecido, nada susti­
tuye el conocimiento que podrá obtenerse de hasta un breve
contacto con alguien cuya experiencia y comprensión superen
al nuestro. La finalidad principal de todo programa de con­
sejo astrológico debe estar de acuerdo con el significado ver­
dadero de la palabra "educación": sacar fuera la esencia de
la unicidad individual, la experiencia, el conocimiento inte­
rior y la sensitividad psíquica del estudiante; y conducir al
estudiante fuera de la oscuridad de los juegos del ego, de las
dudas personales y la timidez. A través del estímulo y el
apoyo de pares y "maestros", quien participa en tal programa
podría crecer en el conocimiento de sí mediante un examen
personal sin compromisos y una creciente armonización con
un ideal que le guíe. No es menester decir que este nivel de
autoconocimiento se reflejaría positivamente en el trabajo del
individuo como consejero astrológico.
Tal vez sea evidente para el lector que el género de pro­
grama de instrucción práctica antes delineado se correlaciona
con la fase educativa de Virgo descripta al comienzo de este
capítulo. Esta fase de desarrollo falta casi por completo de
las pautas educativas de nuestra cultura, incluido el modo
habitual de educación astrológica. Muchos astrólogos apren­
den lo básico (Géminis) e irrumpen en la enseñanza y los
escritos (Sagitario) sin· atravesar el refinador progreso de
aprendizaje y prolongada experiencia práctica (Virgo). El re­
sultado de esto es un notable vacío en el conocimiento real
por parte de muchos maestros y escritores dedicados a la
92
astrología, pues a menudo repiten meramente lo que apren­
dieron de otro, sin comprobarlo en la práctica ni acrecentarlo
con nuevos conocimientos. Cuando Géminis y Sagitario no
tienen el apoyo de la experiencia práctica (Virgo), tienden a
ser superficiales y totalmente especulativos. Un maestro o un
escritor en el campo astrológico debe tener idealmente un
profundo depósito de experiencia del cual sacar, más bien que
sólo una multitud de ideas e ideales nunca puestos a prueba
a través de la aplicación práctica. Confío en que todos los
astrólogos y estudiantes de astrología lleguen a aceptar esta
necesidad de honradez intelectual y trabajo diligente en esta
fase de desarrollo de Virgo, ya sea a través de un programa
establecido o simplemente a través de una práctica individual
autodisciplinada y paciente. La virtud de la humildad de
Virgo es un valioso producto final de tal esfuerzo, pues inevi­
tablemente descubrimos cuán poco sabemos en realidad, no
importa cuál sea la extensión de nuestra experiencia. Y esta
humildad nos hace mejores instructores y consejeros más
comprensivos y razonables para los demás.

93
PARTE 11

LOS CUATRO ELEMENTOS:

Enfoque de las Energías


en la Interpretación
de los Mapas Natales
9

LA ASTROLOGIA: UN LENGUAJE DE LA ENERGIA

Aunque a la astrología se la describió en términos de


simbolismo, karma, sincronicidad, funciones psicológicas, "ra­
yos" planetarios, y demás, los astrólogos, en su mayoría, des­
cuidaron lo fundamental en que se basa la astrología: la
energía. En realidad, toda la vida física y mental es una ma­
nifestación de energía. Cuando el gran astrólogo Dane Rud­
hyar escribió "Los planetas de un mapa representan modos
de actividades funcionales dentro de una totalidad organiza­
da", se refería a las energías específicas que operan en cada
uno de nosotros. Probablemente, la razón de que hayamos
descuidado la base energética de todos los fenómenos astro­
lógicos es el hecho de que es demasiado evidente. A veces
parece más fácil desarrollar acabados esquemas y teorías que
abrir nuestros ojos a lo que está directamente frente a nos­
otros.
En el campo de la psicología y la parapsicología modet··
nas, los investigadores empiezan ahora a recalcar In impor­
tancia del flujo energético y de los bloques energéticos al
ocuparse de sus clientes. Las técnicas psicoterapéuticas como
la Terapia del Gestalt, la Integración Estructural y la Bioener­
gética se concentran cada vez más en movilizar las propias
energías del cliente e integrarlas en una totalidad funcional.
De modo parecido, ésta es la finalidad de la astrología cuando
se la aplica a los problemas psicológicos y físicos.
Los que investigan en la Terapia Bioenergética, que se
desarrolló a partir de los trabajos de Wilhelm Reich, ahora
miden y hasta ven los campos energéticos que emanan de los

97
organismos vivos. El doctor Robert O. Becker, cirujano or­
topédico del Upstate Medical Center de Nueva York, logró
notables resultados de su investigación que correlaciona el
campo magnético del cuerpo con los ciclos y cambios bioló­
gicos en el campo geomagnético de la tierra. El doctor Becker
rastreó incluso las corrientes eléctricas negativas emitidas
por los huesos rotos y los cambios en la carga eléctrica del
cerebro y el sistema nervioso, todo lo cual promete para el
futuro una ciencia de la curación basada en la energía. (En
cuanto a más información sobre la obra del doctor Becker,
véase Apéndice A.)
Un osteópata y quiropráctico, el doctor Randolph Stone,
a quien mencionaré de nuevo después, ya desarrolló un enfo­
que de la energía para la curación, llamado "Terapia de la
Polaridad", que armoniza con los principios astrológicos. El
doctor Stone escribió muchos libros sobre el tema, entre los
cuales están: Energy, The Vital Principie in the Healing Art
y The Wireless Anatomy of Man. Hace tiempo que los as­
trólogos saben que el horóscopo natal puede usarse para diag­
nosticar dolencias físicas, pero la obra del doctor Stone pro­
porciona una técnica definida para cambiar los bloqueados
campos y corrientes de energía. (En cuanto a una explicación
completa de la Terapia de Polaridad, véase Apéndice C.)
Otros libros populares que se ocuparon de la cuestión
de la energía en las artes curativas son Psychic Discoveries
Behind the lron Curtaln, Breakthrough to Creatlvity, del doc­
tor Karagulla, y Bom to Heal, de Ruth Montgomery. Toda
esta investigación moderna sobre la importancia de la energía
tanto en la curación como en la astrología no es nada real­
mente nuevo. Hace tiempo que clarividentes como Eileen Ga­
rrett y Edgar Cayce afirmaron ver "auras" que rodeaban a
cada persona, a partir de las cuales podían diagnosticar y
hasta predecir enfermedades o crisis psicológicas. (Véase
Apéndice B en cuanto a más datos sobre la obra de Eileen
Garrett.) Sin embargo, en todos estos intentos de describir
la energía de las personas falta una cosa, y es un lenguaje
apropiado. Los que se dedican a las artes curativas, ya sea
psicológicas o físicas, necesitan un lenguaje a fin de diferen­
ciar con exactitud entre todas las diversas energías que ope­
ran en el organismo humano. La astrología puede suminis­
trarnos ese lenguaje; de hecho, la astrología podría ser para
98
las artes curativas lo que la tabla periódica es para la quí­
mica: el cimiento de una nueva ciencia de curar.
La razón de que el horóscopo natal se dibuje para el
momento exacto del primer aliento es que sólo entonces el
organismo humano recién nacido empieza a intercambiar ener­
gía con el universo de un modo inmediato, sin ser influido
por las energías de la madre. En el momento del primer alien­
to, el infante empieza su propio ritmo de vida; establece su
propia sintonía individual con las energías del universo. La
astrología indica que ciertas energjas específicas y pautas ener­
géticas se establecen al nacer y continúan operando dentro
y a través de una persona individual durante el curso de su
vida entera. Si puede decirse que, en astrología, algo está
"destinado" o predeterminado, es esta armonización inicial
con las energías del cosmos, que tiene lugar al nacer. Pero lo
que cualquier individuo haga con estas energías y cómo las
dirigirá podrá determinarse solamente dentro de los límites
de la experiencia y la sutileza de percepción del astrólogo.

Los Signos Zodiacales como Pautas Energéticas

.Los cuatro elementos de la astrología (fuego, tierra, aire


y agua) son los básicos bloques de construcción de todas las
estructuras materiales y tonalidades orgánicas. Cada elemen­
to representa un género básico de energía y consciencia que
opera dentro de cada uno de nosotros. Tal como la física
moderna demostró que la energía es materia, estos cuatro
elementos se entretejen y combinan para formar toda la ma­
teria. Cuando la chispa de vida abandona un cuerpo humano
al morir, todos los cuatro elementos se disocian y regresan
a su estado prístino. Es sólo la vida misma, que se mani­
fiesta en una totalidad orgánica y viva, la que mantiene juntos
a los cuatro elementos. Esos cuatro están en toda persona,
aunque cada persona esté conscientemente más armonizada
con algunos tipos de energías que otros. Cada uno de los
cuatro elementos se manifiesta en tres modalidades vibra­
cionales: cardinal, fija y mutable. De allí que cuando combi­
namos los cuatro elementos con las tres modalidades, tene­
mos doce pautas primarias de energía que se llaman los sig­
nos zodiacales.

99
Los signos zodiacales se llamaron también "campos de
energía", pautas arquetípicas, principios formativos univer­
sales, etc. (Véase capítulo 4.) Todas éstas son denominacio­
nes de la misma realidad. Estos principios formativos univer­
sales son las realidades vivas que la astrología simboliza, y
son idénticos a los "arquetipos" de Jung. Lo que éste dice
acerca del arquetipo puede aplicarse también a la naturaleza
fundamental de las pautas energéticas zodiacales: "... me pa­
rece probable que la naturaleza real del arquetipo no sea ca­
paz de que se la haga consciente, de que sea trascendente". Si
en realidad, la verdadera naturaleza de las pautas energéticas
representadas por los signos zodiacales es trascendente e in­
cognoscible, lo más que puedo hacer para dar una sugerencia
de la clase de pautas energéticas aquí mencionadas es decirle
que se mire la mano. Las mismas energías que construyeron
las pautas únicas que se ven en la palma y en las puntas de
los dedos continúan vitalizando y sosteniendo no sólo el cuer­
po sino también la psique. Podría preguntarse: "¿ Qué es real­
mente la 'psique'"? No se la puede ver; empero, existe. Ex­
perimentamos el impacto de fuerzas psíquicas cada día que
pasa. La psique es, por tanto, tan real como cualquier objeto
material aunque no podamos verla, tocarla, olerla o gustarla.
Si podemos aceptar la realidad de las fuerzas psíquicas,
con seguridad podremos aceptar la realidad de los invisibles
constructores de toda la vida, material y física. Estos cons­
tructores invisibles son las pautas energéticas primordiales o
los principios formativos del universo. Jung los 1lama los
arquetipos porque estuvieron activos moldeando toda la vida
en este planeta desde el comienzo del tiempo. Los astrólogos
los llaman los signos zodiacales y principalmente se interesan
por ellos en relación con el modo en que se manifiestan en
los seres humanos como tipos de personalidades. Todas las
palabras-claves, cualidades y listas interminables de caracte­
rísticas que por lo común se encuentran en los libros astro­
lógicos de texto crecen a partir de estas raíces _esenciales: las
doce pautas energéticas primarias llamadas comúnmente los
signos del zodíaco. Es necesario entender lo que quiere signi­
ficarse con estas pautas energéticas primarias para un enfo­
que en profundidad de todo género de astrología, pero en el
caso de la Astrología Médica y Psicológica, es especialmente
100
importante que se descubra y formule coherentemente este
significado arquetípico esencial.
Un modo de entender las diversas pautas energéticas re­
presentadas por los signos zodiacales es analizarlas en térmi­
nos de sus modalidades. Los signos cardinales representan
energía centrífuga irradiante y se correlacionan con el prin­
cipio de acción en una dirección definida. Los si gnos cardi­
nales "positivos", Aries y Libra, se interesan por la acción en
el presente, basada en consideraciones futuras. Los signos
cardinales "negativos", Cáncer y Capricornio, se interesan
por el pasado. (Testigo, por éjemplo, el amor de Cáncer por
el hogar y las antigüedades, y el interés de Capricornio por la
tradición y la historia.)
Los signos fijos representan la energía centrípeta; o sea,
la energía que se irradia hacia adentro, rumbo al centro. Es­
tos signos se asocian con el principio de la inercia en sus
manifestaciones mundanas, pero también se conocen por los
grandes poderes de concentración y perseverancia cuando la
energía se usa para una actividad creadora y un desarrollo
espiritual. De las tres cuadruplicidades, los signos fijos es­
tán muy centrados en el aquí y ahora. La conexión de los
signos fijos con las doctrinas esotéricas del renacimiento y
el desarrollo espiritual surge de la gran concentración de
energía en estos signos, la cual se irradia constantemente den­
tro de la persona y, al menos hasta cierto punto, está bajo
control. De allí que las personas nacidas con el Sol en un
signo fijo sientan intuitivamente la profundidad y la poten­
cia del espíritu dador de vida dentro de ellas; y así estos
signos se conocieron como las "puertas del avatar" y como
los símbolos claves de las iniciaciones mayores del alma por­
que la energía concentrada trae también a estas personas el
potencial para la consciencia concentrada.
Los signos mutables se correlacionan con el principio de
la armonía y pueden concebirse como pautas espirales de
energía. Piscis y Virgo simbolizan espirales de energía diri­
gidas hacia abajo; así, estos signos se conectan de algún modo
con el pasado; Piscis con el "karma" pasado y Virgo con las
crisis pasadas en el desarrollo de la personalidad. Géminis
y Sagitario simbolizan espirales de energía dirigidas hacia
arriba; y estos signos se orientan hacia el futuro, dando pá-
101
bulo a las tendencias proféticas de los sagitarianos y las es­
peculaciones interminables de los de Géminis.
El elemento de todo signo particular muestra el tipo es­
pecífico de consciencia y método de percepción más inmedia­
ta con la que el individuo armoniza. Los signos de aire se
correlacionan con la sensación, percepción y expresión de la
mente, relativas especialmente a las formas geométricas de
pensamiento. Los signos de fuego expresan el principio vital
que da calor, radiación y energía, y puede manifestarse como
entusiasmo y amor o como ego. Los signos de agua simboli­
zan el principio sensitivo que enfría, cura y suaviza, y la res­
puesta sensible. Los signos de tierra revelan una sintonía con
el mundo de las formas físicas y la capacidad práctica para
utilizar el mundo material. La naturaleza y la función de es­
tos elementos se describirá muy circunstanciadamente en pos­
teriores capítulos.
Los antiguos consideraban que el zodíaco era el "Alma
de la Naturaleza". Si a los signos zodiacales los consideramos
pautas primarias y arquetípicas de la energía del universo,
entonces podremos entender por qué los antiguos les acor­
daron tanta preeminencia. Concebir al zodíaco de este modo
encuentra también apoyo en las lecturas psíquicas del clari­
vidente Edgar Cayce, quien declaró: "La vida es sostenida en
este ciclo de vibración" (lectura =;6 900-448). ¿Al zodíaco po­
dría mencionárselo como un ciclo de vibración? Creo que
sí. Cayce también lo menciona: "Toda entidad individual
está en cierta vibraciones" (# 1861-12). Todo esto debería ex­
plicar lo que llamamos los signos zodiacales. Ahora bien, ¿ qué
ocurre respecto a los planetas?

Los Planetas como Reguladores de Energia

Hace tiempo que al hombre se lo ha concebido como un


microcosmos del universo íntegro. El yoga antiguo habla de
los chakras (o centros de energía) dentro de cada persona; y
muchas escuelas esotéricas de pensamiento correlacionaron
varios chakras con ciertos planetas. Esto es así porque los
planetas se relacionan con nosotros por las mismas ondas de
energía vibratoria que están latentes dentro de nosotros y a
las cuales respondemos .. Estos chakras, por tanto, son los
102
centros dentro de nosotros que corresponden a ciertos cen­
tros de energía en el sistema solar. El signo en el que está
un planeta particular revela la sintonía de esa onda o fuerza
de energía dentro de nosotros. Los planetas simbolizan ge­
neralmente fuerzas básicas o centros activos en nuestro siste­
ma solar que se manifiestan como fundamentales funciones
psicológicas, impulsos, necesidades y motivadores. Los pla­
netas en los signos sirven, por así decirlo, como estímulos
primarios en los campos de �nergía de los signos. Simbolizan
los principios universales que regulan todas las funciones
energéticas en cualquier ,totalidad orgánica. Representan los
principios activos mayores que forman el carácter y motivan
todos los tipos de autoexpresión simultáneamente en cada ni­
vel: mental, emocional y físico.
En términos antiguos, los planetas simbolizan a los dioses
que deben ser adorados. Esto significa que estas fuerzas fun­
damentales de la vida no pueden ser ignoradas, salvo con
peligro del individuo. Deben ser reconocidas, se les debe pres­
tar atención, y aceptar; entonces, la energía inherente a ellas
podrá ser dirigida conscientemente. Si no somos conscientes
de estas fuerzas en nuestras vidas, entonces estamos a mer­
ced de ellas. El gran pecado de los griegos fue hybris, lo
cual indicaba que un individuo tenía la audacia y el necio
orgullo de ignorar a los dioses de algún modo. Naturalmen­
te, la némesis de los dioses (o sea, la explosión de fuerzas en­
cerradas a las que se rehusaba un cauce apropiado) sobre­
venía de modo inevitable.

La Teoría Astrológica de la Personalidad

En la astrología psicológica, los planetas pueden dividir­


se en tres grupos. El primer grupo consiste en los factores
personales básicos: Sol, Luna, Mercurio, Venus y Marte. Estos
planetas muestran qué fuerzas podremos dirigir o modificar
conscientemente, hasta cierto punto. Estos planetas caracte­
rizan los rasgos más evidentes de la personalidad y los im­
pulsos más fuertes del individuo. Cada cual experimenta un
sentido de la individualidad y la autoidentidad (Sol), un modo
de reaccionar espontáneamente, basado en respuestas condi­
cionadas (Luna), una aptitud para razonar e intercambiar pen-

103
samientos con los demás (Mercurio), una necesidad y una
capacidad de amor y estrecha relación (Venus), y una ten­
dencia hacia la acción, la fe en sí mismo y la experiencia
sexual (Marte).
Subyacentes en estos factores personales básicos están los
más profundos factores motlvacionales y colectivos, simboli­
zados por Júpiter y Saturno. Aunque estos dos planetas pue­
de decirse que representan impulsos específicos, también indi­
can profundos estados del ser, experimentados como necesi­
dades superconscientes (Júpiter) o subconscientes (Saturno).
Su significación colectiva se refiere a su impacto sobre cómo
uno quiere participar del mundo en general y en relación con
las actividades sociales. Estos planetas representan las co­
rrientes más profundas de la estabilidad, la tradición y la
seguridad (Saturno), y las aspiraciones futuras, ·sentido de
la aventura, osadía y crecimiento personal (Júpiter).
El tercer grupo es comprendido por Urano, Neptuno y
Plutón. Este grupo simboliza las fuentes más profundas del
cambio en la vida, las dimensiones trascendentes de la expe­
riencia y las energías más sutiles con las que estamos armo­
nizados. Estas fuerzas afectan nuestras facultades más cons­
cientes a través de la inspiración, destellos perceptivos, intui­
ción, conocimiento innato no aprendido a través del intelecto,
un impulso a fundirse en una totalidad mayor, y un fuerte
impulso hacia un refinamiento de nuestra naturaleza más pro­
funda. Cuando estas energías entran en juego, se rompen las
viejas pautas de vida y cambian rápidamente. Estos tres pla­
netas juntos puede decirse que se refieren a factores trans­
personales y a las energías transformativas dentro de la vida
de cada uno de nosotros.
Considerados como los componentes de un solo sistema
total de energía, estos tres grupos de planetas suministran al
profesional una teoría completa y vasta de la personalidad
humana y del funcionamiento psicológico, una estructura de
referencia fundada tanto en la necesidad de seguridad, amor
y creatividad como en los constantes impulsos hacia la auto­
realización, el cambio, el crecimiento y la trascendencia. Cuan­
do enfocamos al individuo y a la vida en general en el mismo
nivel en que operan las energías esenciales de la vida, pode­
mos empezar a ver la mente y el cuerpo como campos ener­
géticos interactuantes y vivos más que como rígidos ingenios
104
mecánicos. Tal comprensión del hombre total puede abrir la
puerta hacia el desarrollo de un nuevo género de astrología,
una ciencia que se basa en las leyes de la vida.

Conceptos Claves y Definiciones


Una clave para comprender toda la astrología está al a_l­
cance de quienquiera que entienda verdaderamente el signi­
ficado de las sigu ientes definiciones:
Los PLANETAS indican específicas dimensiones de la
experiencia.
Los SIGNOS indican específicas cualidades de la ex­
periencia.
Las CASAS indican específicos campos de la expe­
riencia en los que operan las energías de los planetas y
signos.
Los ASPECTOS (o relaciones angulares entre los pla­
netas) revelan cómo se integran dentro del individuo las
dimensiones de experiencia.
Estos cuatro factores comprenden el alfabeto a�trológi­
co, y el arte de combinar las letras de este alfabeto da por
resultado el lenguaje de la energía que se llama astrología.
Estos factores se combinan del modo siguiente: Una di­
mensión particular de experiencia (indicada por cierto pla­
neta) será matizada invariablemente por la cualidad del signo
en el que esté situado en el mapa del individuo. Esta com­
binación da por resultado un impulso específico hacia la auto­
expresión y se define una necesidad de cumplimiento. El
individuo confrontará más inmediatamente esa dimensión de
vida en el campo de la experiencia indicado por la posición
de la casa del planeta. Y, aunque el impulso para expresar
o cumplir esa dimensión de experiencia estará presente en
cualquiera que tenga cierta combinación de planeta y signo,
los aspectos específicos de ese planeta revelan cuán fácil y
armoniosamente la persona podrá expresar ese impúlso o sa­
tisfacer esa necesidad.
En las páginas que si guen se presentan al gunos concep­
tos claves que se relacionan con cada signo y cada planeta.
El capítulo sobre los "Elementos de las Casas" explica los
conceptos claves de las casas. (Véase Capítulo 16.)

105
Impulsos Necesidades
Principio
Representados Simbolizadas

SOL: Vitalidad; sentido de Impulso de ser y crear Necesidad de ser reco­


la individualidad; en.er­ nocido y expresarse
gía creadora; yo interior
irradiante (armonización
del alma); valores esen­
ciales
LUNA: Reacción; predis­ Impulso de sentir apo­ Necesidad de tranqui­
posición subconsciente; yo interior; impulso de lidad emotiva y senti­
sentimiento acerca de sí seguridad doméstica y do de pertenencia; ne­
(imagen personal); res­ emotiva cesidad de sentirse
puestas condicionadas bien uno mismo
MERCURIO: Comunica- Impulso de expresar Necesidad de estable­
ción; mente consciente las propias percepcio­ cer conexiones con
(o sea, mente lógica o nes y experiencia a otros; necesidad de a­
racional) través del arte o la pa­ prender
labra
VENUS: Gustos matiza­ Impulsos social y amo­ Necesidad de sentirse
dos emotivamente; valo­ roso; impulso de ex­ cerca de otro; necesi­
res; intercambio de presar afectos; impul­ dad de sentir comodi­
energía con los demás, so de goce dad y armonía; necesi­
dando de sí y recibiendo dad de dar las propias
• de los demás; compartir emociones
MARTE: Deseo; voluntad Impulso dogmático y Necesidad de lograr
hacia la acción; inicia­ agresivo; impulso se­ deseos; necesidad de
tiva; energía física; ten­ xual; impulso de ac­ excitación física y se­
dencia tuar decisivamente xual

JUPITER: Expansión; gra­ Impulso hacia un or­ Necesidad de fe, con­


cia den más vasto o a co­ fianza en la vida y en
nectarse con algo ma­ uno; necesidad de me­
yor que uno jorarse
SATURNO: Contracción; Impulso de defender Necesidad de aproba­
esfuerzo la estructura y la inte­ ción social; necesidad
gridad personales; im­ de confiar en los pro­
pulso de protección y pios recursos y tra­
seguridad mediante lo­ bajo
gro tangible
URANO: Libertad indivi­ Impulso de diferencia­ Necesidad de cambio,
dualista; . libertad del ción, originalidad e in­ excitación y expresión
ego-yo dependencia respecto sin represión
de la tradición

106
Principio Impulsos Necesidades
Representados Simbolizadas

NEPTUNO: Libertad tras­ Impulso de huida de Necesidad de experi­


cendente; libertad del las limitaciones del mentar unidad con la
ego-yo. propio yo y del mundo vida, fusión completa
material con la totalidad

P LUTO N: Transforma­ Impulso hacia un re­ Necesidad de purificar­


ción; transmutación; eli­ nacimiento total; irn• se; necesidad de dejar
minación pulso de penetrar en pasar lo viejo median­
el meollo de la expe­ te dolor
riencia

La Expresión Positiva-Negativa de loa Principios Planetarios

Cada principio planetario puede expresarse positiva y


creadoramente o negativa y autodestructivamente. En otras
palabras, la armonización personal con cada dimensión de ex­
periencia puede estar en armonía con la ley superior o en un
estado de desarmonía y discordia. Esto da por resultado el uso
creador o el mal uso de estas diversas energías, fuerzas y ar­
monizaciones. Los aspectos de cada planeta deben analizarse
a fin de entender el grado de armonía o discordia presentes
dentro del individuo.

Expresión Positiva Expresión Negativa

SOL: Radiación del espíritu; eflu­ Orgullo; arrogancia; anhelo excesi­


vio personal creador y amoroso. vo de ser especial.
LUNA: Sensibilidad; contento inte­ Supersensibilidad; inseguridad; sen­
rior; sentido personal fluido y tido personal impreciso e inhibito­
adaptable. rio.
MERCURIO: Uso creador de arte o Mal uso de arte o inteligencia; amo­
inteligencia; razón y facultad dis­ ralidad por racionalización de algo;
criminativa usadas para servir a comunicación terca y unilateral.
ideales superiores; aptitud para
llegar a un acuerdo mediante ob­
jetiva comprensión y clara expre-
sión verbal.

107
Expresión Positiva Expresión Negativa

VENUS: Amor; dar y recibir con Autocomplacencia; codicia; exigen­


los demás; compartir; generosidad cias emotivas; inhibición de los
de espíritu. afectos.
MARTE: Valor; iniciativa; poder de Impaciencia; terquedad; violencia;
voluntad dirigido conscientemen• uso inapropiado de fuerza o ame­
te hacia un objetivo legítimo. nazas.
JUPITER: Fe; confianza en Poder Confianza excesiva; pereza; disper­
superior o plano mayor; apertura sión de energía; dejar el trabajo a
a la gracia; optimismo; apertura a los demás; irresponsabilidad; exten­
la necesidad personal de mejora• sión personal excesiva o demasia­
miento. das promesas.
SATURNO: Esfuerzo disciplinado; Auto-restricción a través de dema­
aceptación de deberes y respon• siada confianza en uno y falta de
sabilidades; paciencia; organiza• fe; inflexibilidad; frialdad; defensi­
ción; confiabilidad. vidad; inhibición invalidante, me­
drosidad y negatividad.
URANO: Sintonía con la verdad; Terquedad; inquieta impaciencia;
originalidad; inventiva; experi­ necesidad constante de excitación y
mentación dirigida; respeto por la cambio sin finalidad; rebelión; ex­
libertad. tremismo.
NEPTUNO: Armonización con la Escapismo autodestructivo; evasión
totalidad; realización de la dimen• de las responsabilidades y más pro­
sión espiritual de la experiencia; fundas necesidades personales; re­
compasión omniabarcante; vivir chazo a enfrentar las propias mo­
un ideal. tivaciones y a comprometerse en
algo.
PLUTON: Aceptación de la necesi­ Expresión compulsiva de anhelos
dad de concentrar la propia men• subconscientes; terco manejo de los
te y la propia facultad volitiva en demás para que sirvan a los fines
la transformación personal; tener de uno; uso cruel de cualquier me­
el valor de enfrentar los más pro­ dio para evitar el dolor de enfrentar
fundos deseos y compulsiones al propio yo; infatuación con Poder.
personales y transmutarlos a tra­
vés de esfuerzo e intensidad de
experiencia.

108
LOS ELEMENTOS DE LOS SIGNOS ZODIACALES
Y SUS CONCEPTOS CLAVES
SIGNOS DE FUEGO CONCEPTO CLAVE Un planeta que esté en
este signo será matizado
por estas cualidades
CARDINAL: ARIES Liberación directa de e­ Terco impulso hacia la ac­
nergía hacia nueva expe­ ción; hacia la autoafirma­
riencia. ción.
FIJO: LEO Sostenida calidez de leal­ Orgullo e impulso hacia
tad y vitalización radiante. el reconocimiento, sentido
dramático.
MUTABLE: Inquieta aspiración que Creencias, generalizacio­
SAGITARIO impulsa hacia un ideal. nes, ideales.
SIGNOS DE TIERRA
CARDINAL: Determinación personal Control personal, cautela,
CAPRICORNIO de que las cosas se ha­ reserva y ambición.
gan.
FIJO: TAURO Hondura de apreciación Posesividad, retentividad,
en relación con sensacio­ firmeza.
nes físicas inmediatas.
MUTABLE: VIRGO Auxilio espontáneo, humil­ Perfeccionismo, análisis,
dad y necesidad de servir. fina dis.;riminación.
SIGNOS DE AIRE
CARDINAL: LmRA Armonización de todas las Equilibrio, imparcialidad,
polaridades en pos de la tacto.
plenitud personal.
FDO: ACUARIO Desapegada coordinación Libertad individualista,
de toda persona y todo extremismo.
concepto.
MUTABLE: Percepción inmediata y Curiosidad mutable, ga­
GEMINIS verbalización de todas las rrulería, amistosidad.
conexiones.
SIGNOS DE AGUA
CARDINAL: Nutrición instintiva y e.m- Sentimiento, reserva, mal
CANCER palía protectora. humor, sensitividad, auto­
protección.
FIJO: ESCORPIO Penetración a través de Deseos compulsivos, pro­
intenso poder emotivo. fundidad, pasión controla­
da, secreto.
MUTABLE: PISCIS Compasión curativa hacia Anhelos del alma, idealis­
todo lo que sufre. mo, unidad, inspiración,
vulnerabilidad.

109
FUNCIONES DE LOS PLANETAS EN LOS SIGNOS

La posición del signo de este planeta muestra:

F ac t o r e s Personales SOL: cómo es uno (el tono del ser) y cómo uno
Básicos: acción dirigi• percibe la vida.
da conscientemente. LUNA: cómo uno reacciona basado en la predis­
posición subconsciente.
MERCURIO: cómo uno se comunica y piensa.
VENUS: cómo uno expresa afecto, se siente apre­
ciado y da de s(.
MARTE: cómo uno se afirma y expresa deseos.

Factores Colectivos: JUPITER: cómo uno procura crecer y experimen­


Estados del ser. tar confianza en la vida.
SATURNO: cómo uno procura establecerse y pre­
servarse a través del esfuerzo.

Factore.s Transperso­ Las posiciones de signos de URANO, NEPTUNO


nales: energías trans­ y PLUTON son indicaciones de actitudes genera­
formativas. cionales, pero en el mapa individual son de im­
portancia mucho menor que la posición de casa
y aspectos de estos planetas. Los aspectos de es­
tos planetas trans-saturnianos respecto de los
planetas personales revelan cómo uno se armoni­
za con las fuerzas del cambio dentro de su ge­
neración y cómo se armoniza con las fuerzas del
cambio dentro de sí mismo.

Según los términos de la psicología jungiana los planetas


trans-saturnianos representan las modalidades funcionales del
Inconsciente Colectivo, mientras que la Luna y Saturno re­
presentan las pautas estructurales y las necesidades subcons­
cientes del Inconsciente Personal. La Luna simboliza las tan­
gibles necesidades emotivas de seguridad, asociadas con la
madre (apoyo interior), y Saturno simboliza las tangibles ne­
cesidades materiales de seguridad asociadas con el padre (apo­
yo exterior).

110
10

LOS CUATRO ELEMENTOS: LAS ENERGIAS BASICAS


DE LA ASTROLOGIA

En un esfuerzo por modernizar la astrología según l:.1


orientación de la ciencia material, muchos de los que escriben
sobre astrología han descuidado o ignorado casi por completo
el antiguo concepto de los cuatro elementos. Algunos autorc�
expresan cosas como éstas: "Ahora que la ciencia nos ha dadu
la tabla periódica de la química, sabemos que hay muchos más
que cuatro elementos". Otros escritores y maestros que hasta
cierto punto usan aún los elementos, no explican suficiente­
mente qué son estos "elementos" o cómo funcionan, ni parecen
comprender que los elementos son en realidad la base misma
del zodíaco y, en consecuencia, de toda la astrología.
Una de las mejores exposiciones sobre los cuatro elen1en•
tos que pueden hallar está en la introducción a la Enciclo­
pedia de Astrología Psicológica, de C. E. O. Carter, a quien
luego me referiré en detalle. Tras describir lo que él llama
"los principios raíces" de la astrología, Carter declara que los
elementos "pueden ser descriptos desde muchos puntos de
vista y con grandes pormenores, pero necesariamente dista de
ser fácil de entender, explicar y ejemplificar qué son, de he­
cho, no menos que las leyes fundamentales de nuestro sistema
solar, si no del universo". Carter escribe luego que la astro­
logía es cierto medio para l0grar entender algo cómo operan
estos principios de la vida, aunque "comprenderlos plenamente
exigiría una captación intelectual como la que Je atribuiría­
mos al Arquitecto del Sistema solo".
Concuerdo por completo con Carter en que los cuatro
111
elementos no son meramente "símbolos" o conceptos abstrac­
tos, sino que más bien �e refieren a las fuerzas vitales que
constituyen la creación entera que los sentidos físicos pueden
percibir. (Es por esta razón que, en la antigüedad, al zodíaco
se lo mencionaba como "el alma de la naturaleza".) Por ello,
los elementos son no sólo la base de la astrología y de todas
las ciencias ocultas, sino que abarcan todo lo que normal­
mente percibimos y experimentamos. Es cierto que los ele­
mentos, si se los considera como factores puramente mate­
riales, simbolizan los cuatro estados de la materia descriptos
en l\a física moderno: la tierra es sólida; el agua es líquida;
el aire es gaseoso; y el fuego, plasma o energía ionizada ra­
diante. También puede decirse que representan las cuátro
necesidades primarias de todo organismo avanzado: aire, agua,
tierra (o alimento) y fuego (calor). Pero esto solo no empieza
a revelar el verdadero significado de los elementos.
Como lo dice Manley P. Hall en su opúsculo Unseen For­
ces, "Los cuatro elementos son la base (lo mismo que la vida
que está detrás) de los cuatro elementos materiales físicos:
tierra, fuego, aire y agua". Si gue expresando que "Todas las
cosas superiores a esas cuatro esenciales pueden conocerse
sólo mediante la visión espiritual". En otras palabras, los
cuatro elementos de los que la astrología se ocupa trascien­
den la mera química material. Como lo declara el doctor en
medicina William Davidson, en su Medica) Astrology Lectores,
"detrás de la química está la fuerza". En nuestro intento por
entender el significado real de los elementos, debemos tener
cuidado de no confundír los resultados externos de estas fuer­
zas vitales con los factores dinamizadores últimos.
Aunque a primera vista parezca una generalización más
bien osada aseverar que los cuatro elementos tienen tal ámbito
de acción completo y abarcante, en el curso de esta obra será
patente que la prueba de muchas culturas y muchos campos
diferentes apuntan a este hecho. En el campo de la astrología
sola, ¿ por qué es que los factores astrológicos se emplearon
positivamente para entender la naturaleza de los ciclos, acon­
tecimientos, experiencias personales y cambios de los asuntos
mundanos en todos los niveles: físico, social, económico, psi­
cológico, emotivo, político y demás? Evidentemen.te, la as­
trología no sería tan útil en tan vastas y variadas actividades
de ]a vida si en realidad no nos proveyera de un lenguaje de

112
las fuerzas dináJnicas esenciales de la vida. Para entender
aquello con lo que realmente trabajamos en la práctica de la
astrología, debemos enfocar a la astrología misma en el nivel
en el cual ella opera; y ese es el nivel de las pautas de ener­
gía, del flujo energético y de la transmutación energética. A
fin de captar la esencia de la ciencia astrológica, ha de enten­
derse plenamente a los elementos; y a fin de hacer eso, se
necesita contemplar no sólo la significación física y psicoló­
gica de los elementos sino también considerar a los elementos
desde la ventajosa posición de un elevado estado de conoci­
miento espiritual.

Reconocimiento Mundial de los Cuatro Elementos


En el mundo, muchas culturas incluyen a los cuatro ele­
mentos en sus tradiciones filosóficas, religiosas y mitológicas.
La mayoría de estas tradiciones post1:1la una energía prima­
ria que luego se manifiesta como corrientes energéticas "re­
ducidas" que se conocen como los elementos, proceso que
se parece al funcionamiento de un transformador eléctrico.
A esta energía primaria se le aplicaron muchas denominacio­
nes: prana, fuerza vital, Ci, y otras. Las características esen­
ciales de esta energía fueron idénticas para todas las culturas,
aunque hayan variado los nombres dados a la fuerza primaria
y a los elementos mismos.
En el Tibet, construyéronse enormes estructuras llamadas
"stupas" como símbolos gigantescos de la estructura de Ja
creación. La base del- stupa era un gran cubo (que represen­
taba a la tierra), sobre el que descansaba una esfera (el agua),
y en la parte superior de esa esfera había una estructura espi­
raloide (el fuego). Luego, en la cúspide misma había una me­
dia luna (el aire), en la que descansaba una esferita (el "éter",
vocablo que los tibetanos aplicaban a la fuerza primordial de
la que fluyen las demás). El stupa representaba la base de la
cosmología tibetana, y, en consecuen�ia, a los elementos se los
consideraba como las energías fundamentales del cosmos.
Un concepto similar de los elementos se halla en las sa­
gradas escrituras de la India (como el Bhagavad Gita), y tam­
bién en la base filosófica de la Medicina Ayurvédica india. La
filosofía y la acupuntura chinas se fundan en el concepto de
los elementos. Como las expresiones tibetana e india de su
113
naturaleza, los chinos hablan de los cinco elementos: "Los cin­
co elementos: madera, fuego, tierra, metal, agua, abarcan to­
dos los fenómenos de la naturaleza. Es un simbolismo que
igualmente se aplica al hombre" (Su Wen). Estos cinco ele­
mentos se correlacionan con los cuatro que se usan común­
mente en el mundo occidental, con el agregado del éter. La
tradición occidental no menciona habitualmente el quinto ele­
mento, puesto que en realidad es distinto de los otros y, de
hecho, el origen de los otros cuatro.
La antigua filosofía griega se basaba también en la doc­
trina de los elementos, que se equiparaban con las cuatro fa­
cultades del hombre: moral (fuego), estética y alma (agua),
intelectual (aire), y física (tierra). La Europa medieval y del
renacimiento importó la idea de los elementos principalmente
de los escritos de Galeno y los correlacionó con los cuatro "hu­
mores" que, a su vez, dieron origen a los cuatro tempera­
mentos humanos específicos. Estos se hallan en todos los pri­
mitivos escritos medievales de medicina de Europa, lo mismo
que en las otras de Shakespeare y otros literatos. En el Ja­
pón, encontramos muchos ejemplos de la importancia que se
daba a los elementos. Por ejemplo, en un tratado budista zen
sobre Bodhidharma, escrito en el año 1004 d. C., nuestros cua­
tro elementos tradicionales son representados por las cuatro
cualidades que constituyen la creación: luz (fuego), levedad,
fluidez y solidez.
Los elementos están intrincadamente entretejidos con la
mitología. En el antiguo Sumer, donde la religión abarca to­
dos los aspectos y actividades de la vida, las deidades más im­
portantes guardaban correspondencia con los elementos: Anu,
los cielos (aire); Enlil, la tormenta (fuego); Ninhursaga, la
'tierra; y Enki, las aguas. Los ejemplos anteriores revelan có•
mo a los elementos mismos, como el zodíaco, se los conside­
raba no sólo como una realidad vital de la que los pueblos
antiguos tenían que ocuparse, sino también, en realidad, como
el-fundamento de la realidad misma.

Las Descripciones Modernas


Para la mayoría de nosotros, que carecemos de la visión
espiritual suprema, lo más cerca que podemos llegar a una
aprehensión y apreciación inmediatas de los elementos es

114
experimentar su accionar en las artes curativas. De este en­
foque de los elementos nos ocuparemos más circunstanciada­
mente después, pero sería útil mencionar aquí cómo algunos
autores modernos contemplan a los elementos. El doctor
Randolph Stone, originador de un sistema de curación lla­
mado Terapia de Polaridad que se basa en la teoría de equi­
librar los elementos, llama a éstos "los constructores invi­
sibles de las estructuras de la vida". Dice que los elementos
son los "engranajes de la vida" que deben encajarse armóni­
camente para que haya salud mental y corporal. En sus es­
critos expresa que los elementos son como las placas de una
batería, a través de las cuales fluye la energía vital (o "pra­
na") para dinamizarlas. A los elementos, el doctor Stone los
llama "los campos más finos de energía" cuyo accionar causa
estados de bienestar o enfermedad mental o corporal.
El doctor Stone, quien para el tiempo de estos escritos
cuenta con 85 años de edad y está retirado de la práctica, está
graduado en osteopatía, quiropraxia y naturopatía. Sin em­
bargo, declara que sus discernimientos sobre el accionar de
los elementos no provinieron p.e ninguna disciplina ortodoxa
en las artes curativas sino más bien de la intuición personal,
en más de sesenta años de experiencia con casos diversos y
exigentes, y -más que todo- de la instrucción personal pro­
veniente de varios maestros espirituales y médicos indios. Es
notable que intuiciones que guardan estrecho paralelismo con
las del doctor Stone son expresadas también por un hombre
que no tuvo contacto con ninguna de las fuentes del doctor
Stone. "El señor A.", nombre con que lo llama Ruth Montgo­
mery en su biografía Born to Heal, tuvo una educación que
no fue más allá de la escuela primaria y recibió instrucción
sobre los elementos a través de sus sentidos psíquicos. Lo
que el señor A. entendió sobre el accionar de fuerzas más su­
tiles de la vida le permitió ser canal para millares de nota­
bles recuperaciones de dolencias aparentemente incurables.
La descripción del señor A., suena muy parecida a la re­
ferencia que el doctor Stone efectúa en el sentido de que los
elementos seme_ian las placas de una batería:
"Este mundo en que vivimos está compuesto de ga­
ses y energía. Toda sustancia -planta, animal y vida hu­
mana- es resultado de la combinación ilimitada de fre-

115
cuencias energéticas que actúan sobre estos gases. Toda
planta, todo animal y humano, tienen su propia frecuen­
cia energética individual para establecer y mantener la
vida, el crecimiento y el desarrollo. Al nacer, el primer
hálito de vida es nuestro suministro directo, nuestra línea
vital cor. la Energía Universal ... Mientras esta energía se
establezca y fluya sin obstrucción, estamos armonizados
con el suministro Universal de energía."
Por supuesto, el mapa natal astrológico se traza para el
momento del primer aliento, ese instante en el que estable­
cemos inmediatamente nuestra armonización de toda una vida
con las fuentes energéticas cósmicas. Por tanto, el mapa na­
tal revela su pauta energética o armonización cósmica res­
pecto de los cuatro elementos. En otras palabras, el mapa
muestra las varias manifestaciones vibratorias que compren­
den la expresión del individuo en este plano de la creación,
todas las cuales siguen una específica pauta de orden que el
mapa simboliza. En términos científicos, el mapa muestra su
"campo energético" o lo que los clarividentes llaman el "aura".

Una Perspectiva Espiritual


A fin de tener la suprema perspectiva posible en nuestros
esfuerzos por entender los elementos, sería útil remitirse a
los escritos de dos de los máximos maestros espirituales de la
India, con quienes el doctor Stone tornó contacto personal­
mente y que escribieron extensamente sobre los elementos.
Maharaj Charan Singh escribe:
Todo lo que vemos con los oj'os físicos constituido
por uno o más de los cinco elementos, a saber, tierra,
agua, aire, fuego y éter; y todos estos cinco elementos son
enemigos entre sí. Pero con la ayuda del alma, o debido
a ésta,. . . los cinco elementos están contenidos y activos
�n el cuerpo humano, manifestándolos cada uno según
sus propios karmas -en esa proporción, pero todos los
cinco elementos están activos, en un grado mayor o me­
nor, en cada cuerpo humano.
Sigue diciendo que, cuando el alma abandona al cuerpo
y a esta creación, los elementos se separan y regresan a sus

116
fuentes. Puede deducirse que, en astrología, el signo del Sol
es tan importante puesto que revela la sintonía más funda­
mental del alma como se manifiesta en este plano de la crea­
ción. Es similar a lo que el clarividente Edgar Cayce llamó
"la personalidad del alma".
Maharaj Sawan Singh escribe que no sólo el cuerpo, sino
también la mente "nace de la más fina esencia de los cinco
elementos". En sus escritos, correlaciona a los elementos con
los chakras inferiores (o los centros de energía) del cuerpo y
con varias cualidades que han de vencerse para progresar es­
piritualmente: el aire con la codicia; el agua con la pasión;
el fuego con la ira; y la tierra con el apego. Una escritora y
clarividente británica, Joan Cooke escribió un libro llamado
Wisdom in the Stars, en el que, de modo parecido, expresa las
lecciones de los elementos que el alma debe aprender para
evolucionar: las personas de fuego necesitan aprender a amar;
las de agua, paz; las de aire, hermandad; y las de tierra,
servicio.
Los cuatro elementos son también la explicación de mu­
cha doctrina oculta tradicional, como puede apreciarse clara­
mente cuando los elementos se correlacionan con los diversos
"cuerpos sutiles" o los interpenetrantes campos de energía a
los que tan a menudo se hace referencia en este ámbito. El
doctor Raynor Johnson, autor de muchos libros excelentes en
el quehacer de la parapsicología, como The lmprisoned Splen­
dor y Spiritual Patb, lo mismo que científico de reputación
internacional, describe sucintamente la naturaleza de estos
campos más sutiles: "Rodeando la realidad central hay mu­
chos vehículos o instrumentos o cuerpos --capas de la cons­
ciencia que permiten que. el individuo tenga relaciones con
muchos mundos o reinos del ser con los que estos vehículos
se relacionan". Los elementos son las fuerzas vitalizadoras de
cada uno de estos cuerpos. El agua se correlaciona con el
cuerpo emocional o "astral", un tipo de consciencia domina­
da por intensos anhelos, reacciones sentimentales y deseos
compulsivos. El élemento aire se conecta con el cuerpo men­
tal o ''.causal" y representa un tipo de consciencia sintonizado
con las pautas del pensamiento abstracto de la mente uni­
versal. · El elemento tierra simboliza el cuerpo físico y la ar•
monización del mundo de los sentidos físicos y las formas
materiales. El elemento fuego se correlaciona con el cuerpo

117
etérico · o vital, que actúa co1no un transformador de las ener­
gías del aire y del agua para ayudar a sostener las funciones
del cuerpo físico. El cuerpo "vital" se relaciona estrecha­
mente con el cuerpo físico y es el mismo que el campo de
energía del "doble etérico" al que se hace referencia tan co­
múnmente en las investigaciones de los parapsicólogos.
El hecho de que los elementos representen tipos especí­
ficos de consciencia y percepción, y, como la cita del doctor
Raynor Johnson lo indica, que revelen la aptitud para expe­
rimentar ciertos reinos del ser y armonizarse con campos es­
pecíficos de experiencia vital, tiene importantes ramificacio­
nes de las que nos ocuparemos más adelante, circunstancial­
mente, en este libro. Sin embargo, primero examinaremos los
elementos minuciosamente, a fin de obtener una apreciación
más profunda de lo que representan.

Clasificación de los Elementos

Tradicionalmente, a los· elementos se los dividió en dos


grupos, considerándose al fuego activo y autoexpresivo, y al
agua y a la tierra pasivos, receptivos y auto-represivos. Es­
tos dos grupos son los mismos que las divisiones básicas de
la filosofía china: yin {agua y tierra) y yang (aire y fuego).
Son también idénticos al concepto griego de las dos expresio­
nes de la energía: apoloniana (fuego y aire, que activa y cons­
cientemente forman la vi<la) y dionisiana (agua y tierra, que
representan las fuerzas que se manifiestan más inconsciente
e instintivamente). Esta diferenciación es de gran importan­
cia en un enfoque holístico de los mapas natales, como vere­
mos en e] capítulo sobre interpretación. Debo recalcar aquí
que ahora nos ocupamos de los principios básicos solamente
y que una referencia a agua y tierra, por ejemplo, como "auto­
represivo" o "inconsciente" de ningún modo indica que las
personas cuyos mapas tengan muy acentuados estos elemen­
tos sean necesariamente limitadas en conocimiento o particu­
larmente más "reprimidas" que cualesquiera otras. Estos
términos se refieren más al modo de operar de estas energías
y al método de auto-realización que a una generalización es­
pecífica que pueda aplicarse al azar a todas las personas de
cierta categoría. Por ejemplo, los signos de agua y tierra son
118
más auto-represivos que los de fuego y ·aire en el sentido de
que viven más dentro de sí mismos y no se permiten proyec­
tar su energía esencial hacia afuera sin buena cantidad de
cautela y previsión. Los signos de fuego y aire son más auto.
expresivos, puesto que siempre "están haciendo salir", derra­
mando sus energías y sustancia vital sin reservas: los signos
de fuego mediante acción directa, y los de aire mediante in­
teracción social y expresión verbal.
Marc Edmund Jones, en un esfuerzo por clasificar los
elementos de modo moderno, que no se entendiera mal como
los términos más viejos de "positivo" y "negativo", escribió
que el aire y el fuego son expresiones "manipulativas y exten­
sionales" de la energía, mientras que la tierra y el agua son
"sustentadoras y extensivas". Las definiciones de Jones serían
explicaciones muy apropiadas de los términos griegos Apo­
loniano y Dlonlsiano. Los elementos fuego y aire también se
correlacionaron con actividad y con "levedad", puesto que el
aire y el fuego tienden a esparcirse y elevarse, extendiéndose
hacia un perímetro del espacio. A la tierra y al agua se los
asoció con la "gravedad" y la inercia puesto que estos elemen­
tos tienden a esta bajo la influencia de la gravedad y por tanto
se concentran y reunen en el nivel más bajo. Esta clasifica­
ción de los elementos y el hecho de que los si gnos del mismo
elemento y de los elementos del mismo grupo se consideren
generalmente "compatibles", es de máxima importancia no
sólo en la interpretación de los mapas individuales sino tam­
bién en el arte de la comparación de mapas, de lo que nos
ocuparemos después. También debe señalarse que estos prin­
cipios de "levedad", "gravedad", etc., describen un fluir real
de la energía que pueden percibirlo los psíquicamente sensi­
tivos, o por lo menos sentirlo de modo inmediato cualquiera
que se relacione estrechamente con una persona de armoni­
zación diferente.

El Elemento Fuego

El elemento fuego se refiere a una energía radiante uni­


versal, una energía que es excitable, entusiasta y que, a tra­
vés _de su luz, aporta color al mundo. A este elemento C. G.
Jung lo correlacionó con la esencia dinámica de la energía
119
psíquica, la energía que fluye espontáneamente de modo ins­
pirado, automotivado. Marc Edmund Jones equipara al fuego
con "la experiencia centrada en la identidad personal", y esto
explica por qué las personas con los signos de fuego dominan•
tes en sus mapas son tan autoconcentradas y habitualmente
más bien impersonales. Se creen canales de "vida" y no pue­
den ocultar fácilmente su orgullo acerca de este hecho.
Los signos de fuego son ejemplo de espíritus elevados,
gran fe en sí mismos, entusiasmo, fuerza sin fin y honradez
directa. Necesitan mucha libertad a fin de expresarse natu­
ralmente, y por lo común se aseguran ese espacio mediante
tenaz insistencia en su punto de vista. Los signos de fuego
pueden también dirigir su energía conscientemente (aunque
no siempre con coherencia) mejor que otros signos. Su vo­
luntad de ser y de expresarse libremente es más bien infan­
tiloide en su simplicidad, cualidad que a veces parece cautivar
a los demás, pero que en otras ocasiones parece ofensiva para
los más cautos y sensibles. Los defectos de los signos de fue­
go se manifiestan raras veces como resultado de malas inten­
ciones, sino más a menudo simplemente a través de falta de
control personal y sensibilidad hacia los demás. Aparecen
más bien como tozudos, hasta abrumadores en ocasiones,
abalanzándose sobre las cosas con tal apresuramiento que
sin intención causan destrucción o hieren sentimientos de los
demás.
Los signos de fuego tienden a ser impacientes con las
personas más sensibles o amables, especialmente las que son
dominantemente agua y tierra. Los signos de fuego creen
que el agua lo extinguirá y la tierra lo ahogará, y a menudo
se resienten por ello de la pesadez y el emocionalismo de es­
tos signos. Los signos de aire, por el otro lado, apantallan
las llamas del fuego suministrando nuevas ideas que la per­
sona del signo de fuego pueda activar. Por esta razón al fuego
generalmente se lo considera compatible con el aire, pero debe
señalarse que los signos de fuego son con frecuencia dema­
siado ardientes e impacientes para que el delicado sistema
nervioso de los signos de aire los tolere largo tiempo. De
hecho, aunque los signos de fuego a menudo sean estimulados
por los signos de aire, se cansan y aburren fácilmente con
observaciones intelectuales que puedan representarse más
bien rápidamente.
120
El Elemento Aire

El elemento aire es la energía vital que se asoció con la


respiración y con lo que los yogis denominan "prana". El
reino del aire es el mundo de las ideas arquetípicas detrás del
velo del mundo físico, la energía cósmica concretada dentro
de las pautas específicas del pensamiento. Se asocia con lí­
neas geométricas de .fuerza, que funcionan a través de la
mente, la energía que modela las pautas de las cosas veni­
deras. Mientras los signos de fuego se interesan por querer
que algo sea, los signos de aire enfocan su energía en ideas
específicas que aún no se materializaron, y --concentrándose
en estas ideas- aseguran que a su tiempo se materialicen.
De alli que, aunque a los signos de aire a menudo se los acuse
de soñadores sin practicidad, representan un papel en la
concreción de la creación en el más amplio nivel social, pues
sus ideas pueden a su tiempo entrar en contacto con las vidas
de millones de personas.
Marc E. Jones escribe que los signos de aire se ocupan
de "la experiencia en su interés por las relaciones teóricas".
El énfasis sobre la teoría y sobre los conceptos de la vida por
parte de las personas de signo de aire conduce a que encuen­
tren el modo más compatible de expresión en el aire, en las
palabras y el pensamiento abstracto. Los signos de aire tienen
la aptitud de desapegarse de la experiencia inmediata de la
vida diaria, permitiéndose así obtener objetividad, perspec­
tiva y un enfoque racional de todo lo que hacen. Este desa­
pego también les permite trabajar con eficacia con toda clase
de personas, pues no creen necesario comprometerse mucho
con las preocupaciones o emociones de las demás personas.
Los signos de aire son, de hecho, los más sociables de todos
en el sentido de que pueden apreciar objetivamente los pen­
samientos de otras personas sin entrar a considerar si están
de acuerdo con ellas.
Naturalmente, si los signos de aire se ocupan en demasía
de sus ideales abstractos y teorías, pueden desequilibrarse
mentalmente y entregarse a toda clase de excentricidad y fa­
natismo. A menudo carecen de emoción profunda y de acep­
tación de las limitaciones del cuerpo físico. Pueden sobreva­
lorar la competencia intelectual y rehusar enfrentar el hecho
de que las ideas deben ser puestas a prueba para determinar

121
si funcionan, antes de que pueda atribuírseles gran valor. El
pensamiento es una fuerza tan dominante en las vidas de los
signos 'de aire que son más fácilmente amenazados si se ig­
nora sus opiniones o desacredita la calidad de su intelecto.
Y por supuesto, los signos de agua y tierra son los que más
probablemente desvalorizan las ideas de los signos de aire,
pues esas ideas por lo común no resisten la prueba de hon­
dura emocional y practicidad sobre las que agua y tierra in­
sisten. Por su parte, los signos de aire no quieren ser confi­
nados por las limitaciones de la tierra, ni desean que su leve
libertad se sature de sentimientos y reservas de los signos de
agua. Los signos de fuego, por el otro lado, estimulan a los
de aire hacia más libertad de expresión y dan a los de aire
un sentido de confianza y fuerza que no pueden hallar en
nadie más. Aunque los signos de aire admiran a los de fuego
de muchos modos, insisten aún en su derecho a pensar las
cosas antes de comprometerse, hábito que puede tornarse ca­
da vez más fastidioso para los signos de fuego.

El Elemento Agua

Los que tienen el elemento agua fuertemente activado en


sus mapas advierten desde el nacimiento que varios factores
intangibles representan un papel mayor en la vida de lo que
comúnmente se cree. Los signos de agua están en contacto
con sus sentimientos, armonizados con los matices y las suti­
lezas que muchos otros ni siquiera advierten. El elemento
agua representa el reino de la emoción profunda y de las res­
puestas sentimentales, abarcando desde pasiones compulsi­
vas· hasta miedos abrumadores, y una aceptación y un amor
omniabarcantes de la creación. Puesto que los sentimientos,
por su naturaleza misma, son parcialmente inconscientes, los
signos de agua están simultáneamente al tanto del poder de
la mente inconsciente y ellos mismos son inconscientes de
mucho de lo que realmente los motiva. Cuando están armo­
nizadas con las dimensiones más profundas de la vida con
plena consciencia, son los signos más intuitivos y psíquica­
mente sensitivos. En ese caso, los signos de agua están en con•
tacto con la unidad de toda la creación y son capaces de ayu­
dar a los demás por medio de una sensibilidad empática hacia

122
los sentimientos de los semejantes. Sin embargo, cuando, no
están plenamente al tanto de sus propios sentimientos, se
encuentran acuciados por deseos compulsivos, miedos irra­
cionales y gran supersensibilidad ante la más leve amenaza.
Los signos de agua, como la naturaleza del agua misma,
no tienen solidez o forma propia. Por ello son más felices
cuando su fluidez se encauza y recibe forma de otro, particu­
larmente de los signos de tierra que tienen la solidez en la
que el agua puede confiar y apoyarse. Los signos de agua
tienden a no gustar de los jactanciosos o de las personalida­
des fuertes, como los signos de aire y fuego. Se sienten muy
cómodos con quienes sean más bien reservados "f reprimidos,
lo cual les brinda una mayor sensación de protección y se­
guridad. Esta cualidad reservada de los signos de agua, de
paso, es más bien engañosa; pues, aunque estén calmos por
fuera, constantemente hay tormentas que se preparan en ni­
veles más hondos y ocultas napas que pueden arrastrarlos ha­
cia abajo. De hecho, los signos de agua pueden ser a veces
sensacionalistas, pues inconscientemente cultivan tormentas
y agitaciones emocionales si sus vidas se vuelven demasiado
monótonas.
La sensibilidad de los signos de agua es tan grande y tan
pronunciada su vulnerabiJidad que, si las reacciones emocio­
nales no se controlan y encauzan apropiadamente, eso puede
llegar a un estado de inestabilidad emocional y una predispo­
sición a ser demasiado fácilmente influidos por el más leve
viento que sople. La sensibilidad de los signos de agua no de­
be considerarse debilidad sin embargo, pues el agua tiene
gran fuerza y poder penetrante durante un largo período, es­
pecialmente cuando se encauza de modo concentrado. Un her­
moso ejemplo de la potencia de este elemento lo expresa
un erudito chino del siglo XI:
"De todos los elementos, el Sabio debe considerar al
agua como su preceptor. El Agua cede pero lo vence todo.
El Agua extingue al Fuego o, hallándose a punto de ser
derrotada, huye como vapor y se reforma. El Agua lava
a la Tierra blanda o, al enfrentar a las rocas, procura dar
un giro ... Satura la atmósfera para que el Viento muera.
El Agua cede ante los obstáculos con engañosa humil­
dad, pues ningún poder puede impedirle que siga el des-

123
tino que se propuso hacia el mar. E1 Agua vence cedien­
do; nunca ataca, pero gana siempre la última batalla."
(de Tbe Wbeel of Life, pág. 78, de John Blofeld).

Por último, el elemento agua corresponde al proceso de


ganar consciencia a través de una comprensión lenta pero se­
gura de los más hondos anhelos del alma. Los signos de agua
conocen instintivamente que deben protegerse de influencias
externas a fin de asegurarse la calma interior necesaria para
la reflexión profunda y la sutileza de la percepción. La com­
prensión de la naturaleza verdadera de sus emociones y an­
helos es un proceso lento y a menudo doloroso, pero en la
medida en que quieran enfrentar sus verdaderas motivacio­
nes, tienen la seguridad de acrecentar el contento interior con
el curso de los años.

El Elemento Tierra

Una armonización de este elemento indica que el indivi­


duo está en contacto con los sentidos físicos y la realidad de
aquí y ahora del mundo material. Los signos de tierra tien­
den a confiar más en sus sentidos y su razón práctica que en
las inspiraciones, consideraciones teóricas o intuiciones de los
demás signos. Están armonizados con el mundo de las "for­
mas" que los sentidos y la mente práctica consideran como
reales, y su comprensión innata de cómo el mundo material
funciona da a los signos de tierra más paciencia y autodisci­
plina que los demás signos. Raras veces hay que decirles cómo
adecuarse al mundo de ganarse la vida, proveer a las necesi­
dades básicas y persistir hasta alcanzar una meta. Todas es­
tas cualidades le llegan naturalmente a los del elemento tierra.
Aunque el elemento tierra es uno de los elementos pasi­
vos o "receptivos", este elemento, como el agua, tiene fuerza
de resistencia y persistencia que permite que los signos de
tierra siempre tengan cuidado de _sí mismos. Aunque no sean
particularmente afirmativos, se manifiestan cuando "lo de
ellos" está en peligro o está amenazada su seguridad. Y debi­
do a su eficiencia, son aptos no sólo para manifestarse sino
también para actuar de modos más bien concretos para ase­
gurarse de que aquello por lo cual trabajaron no se los qui-
124
ten. El elemento tierra tiende a ser cauto, premeditado, más
bien convencional, e insólitamente confiable. Por lo general,
son recelosos o dubitativos respecto de personas más vivaces
o mentalmente ágiles, y reaccionan ante los signos de aire con
algún grado de reserva, aunque éstos algo los fascinen. No
obstante, creen que los signos de aire se van por las nubes,
jugando infantilmente con esquemas que no son prácticos ni
funcionales. Creen que los signos de fuego quemarán la tie­
rra, alborotando la vida con demasiada prisa y violencia corno
para confiar en ellos. Los signos de agua, por el otro lado,
comparten sus cualidades de adquisitividad, retentividad y
autoprotectividad. Por ello la tierra cree que el agua la re­
frescará y le permitirá dar a luz más productividad aún.
La armonización misma que a los signos de tierra les su­
ministra su poder y sus aptitudes especiales puede ser tam­
bién la fuente de sus máximos defectos. El comprometerse
con el mundo práctico puede limitar a menudo su imagina­
ción si confían demasiado en las cosas como son o parecen
ser. Esto puede llevar a una perspectiva estrecha, a una afi­
ción a la rutina y al orden, y a una falta total de aptitud para
ocuparse de los reinos abstractos y teóricos de la actividad.
Más que nada más, los signos de tierra necesitan franquearse
a la realidad del mundo invisible y comprometerse en idea­
le� específicos como guías de su actividad.

125
11

LA PSICOLOGIA DEL INDIVIDUO

Los cuatro elementos son particularmente útiles para en­


tender la naturaleza esencial de la característica psicológica
de cualquier individuo. A fin de enfocar este tópico, limité­
monos aquí a considerar el elemento del signo del Sol sola­
mente, pues éste es habitualmente el dominante al tratar la
psicología total de la persona, y ello de tal manera porque re­
vela la armonización. de nuestra vitalidad y nuestro poder de
autoprotección básicos, lo mismo que el reino de la experien­
cia que la persona vive cada día y la calidad fundamental de
su consciencia. (Sin embargo, cómo lo discutiremos en un
capítulo posterior, en un mapa particular puede considerarse
más de un elemento como potencialmente activo).
El elemento del signo del Sol muestra muchas cosas: re­
vela "de dónde proviene usted". En otras palabras, revela
dónde está arraigada su consciencia, con qué reino de la ex­
periencia está armonizado, y de qué campo de actividad y ser
deriva su poder. El elemento del signo del Sol muestra tam­
bién qué es "real" para el individuo, pues la suposición in­
consciente de lo que es particularmente real y lo que no lo es
es la que determina cómo la persona concentrará su energía.
Como ejemplo, los signos de aire viven en el reino abstracto
del pensamiento, y para ellos un pensamiento es tan real (en
realidad, más real, como lo evidencia su conducta) como cual­
quier objeto material. Los signos de agua viven en sus senti­
mientos, y es su estado emocional el que determina su con­
ducta más que todo lo demás. Los signos de fuego viven en
un estado de actividad muy excitada e inspirada; y mantener

126
ese estado del ser es crucial para que los signos de fuego es­
tén sanos y felices. Los signos de tierra se afirman en el mun­
do material. El mundo material y sus consideraciones de so­
brevivencia y producción se consideran mucho más reales que
cualquier otro aspecto de la vida.
Otro modo de expresar esta misma diferenciación es decir
que el elemento de nuestro signo del Sol revela la fuerza in­
terior básica que motiva todo lo que hacemos. Los signos de
aire son motivados por sus conceptos intelectuales, los signos
de agua por sus anhelos emocionales más profundos, los sig­
nos de fuego por sus inspiraciones y aspiraciones, y los signos
de tierra por sus necesidades materiales. Si los psicólogos,
psiquiatras y consejeros de varias clases tan sólo aprendieran
esta clasificación básica de tipos de personalidades, darían
un gran paso hacia adelante en sus esfuerzos por desentrañar
las interminables fuerzas complejas en funcionamiento en la
motivación y la conducta humanas.
El elemento del signo del Sol nos da también una intui­
ción de cómo todo individuo ve la vida (o sea, la calidad de
su percepción total) y qué expectativas tiene de la experiencia
de la vida. En su Enciclopedia de Astrología Psicológica, C.
E. O. Carter expresó concisamente la tendencia psicológica
de cada elemento en palabras que son dignas de repetir aquí.
Respecto de los signos de fuego, dice que el yo se siente como
una "proyección del Principio de la Vida dentro de la Natu­
raleza y· que actúa sobre ella" y que estos signos procuran
"experiencias de índole positiva en el campo de la acción".
Respecto de los signos de agua, el yo, proyectado dentro de
la naturaleza, se concibe como "probable de sufrir y necesitar
protección". Señala que los signos de agua ayudan a preser­
var la vida "entrando en los sentimientos de los demás" y que
esta aptitud para armonizarse con los sentimientos de los de­
más puede ser un " guardián útil" o un "enemigo artero".
Los signos de tierra, según Carter, ven la naturaleza como
"un campo para la manifestación de la vida" y, a través de su
armonización instintiva con el mundo material, pueden ayu­
dar a sostener la vida a través de la utilización y el dominio
de los procesos materiales. Respecto de los signos de aire,
la naturaleza se percibe como "algo que ha de entenderse, lo
mismo que utilizarse, siendo la comprensión la condición para
la utilización completa y correcta". El principio mental aéreo

127
se usa, por tanto, para mejorar la vida, dándole a uno una
perspectiva sobre los procesos naturales espontáneos. La na­
turaleza complementaria de los principios del aire y de la tie­
rra es simbolizada claramente por la regencia conjunta de
Venus, Mercurio y Saturno sobre los signos de estos dos ele­
mentos.
Cuando la armonización sólo se enfoca en el nivel de la
energía, nos encontramos con algunas intuiciones más bien so­
brecogedoras de la naturaleza del elemento del signo del Sol.
A lo largo de su biografía Bom to Heal, el llamado señor A., a
quien mencioné reiteradas veces, se refiex:e a la necesidad de
que cada uno de nosotros tenga que "a1imentar"' su campo
de energía. Si descuidamos recargar nuestra energía básica
del signo del Sol (lo mismo que las energías indicadas por la
ubicación elemental de los otros planetas y ascendente), nos
encontramos agotados, irritables y más vulnerables a los tras­
tornos físicos y psicológicos. Podemos realizar esta alimen­
tación en una cantidad de modos: a través de una relación
intensa (de la que nos ocuparemos después), a través de una
armonización consciente con las energías requeridas, o a tra­
vés de tipos específicos de actividades y compromisos de la
vida cotidiana. El elemento del signo del Sol representa el
requisito más importante para una recarga, puesto que es
la energía primordial la que constantemente agotamos. En
Born to Hea1, el señor A. es citado repetidas veces en relación
con las graves consecuencias de permitir desvitalizarnos de
nuestro necesario elemento combustible.
Todos hemos oído hablar de una persona que está "fuera
de su elemento", en otras palabras, alguien que se ocupa de
un reino de actividad que es ajeno a su verdadera naturaleza.
Por ejemplo, una persona de aire que trata de negar sus ne­
cesidades intelectuales y se gana la vida como obrero es pro­
bable que esté fuera de su elemento. Si esta persona no com­
pensara comprometiéndose en actividades sociales o intelec­
tuales cuando tiene tiempo libre, gradualmente se agotará
porque su elemento aire no se recargaría. En otras palabras,
¡el elemento del signo del Sol es el combustible que usted ne­
cesita para sentirse vivo! Es la fuente de nuestra vitalidad
básica y la energía que nos permite revitalizamos a fin de im­
ponernos a las tensiones y exigencias de la vida diaria. Aun­
que teóricamente uno pudiera compensar por gastar la mayor

128
. parte del tien1po en un tipo de trabajo que estuviera "fuera
de su elemento", todo individuo debe hallar un tipo de tra­
bajo que sea verdaderamente de su elemento si esa vocación
se va a cumplir durante un largo período de años.
De modo genérico, podemos recargar nuestras baterías
comprometiéndonos en actividades que nos suministren el
combustible necesario. Por ello, los signos de agua necesitan
tratos con otras personas de agua o intenso compromiso emo­
cional con cuanto estén haciendo. Estas personas no pueden
apartarse de su experiencia, ésta es tan importante que esco­
gen actividades y trabajo que les permitan expresarse emo­
cionalmente con plenitud. Los signos de fuego requieren com­
promiso con otras personas de fuego, con metas y aspiraciones
de promoción e inspiración, o con un tipo de trabajo que sea
físicamente exigente y activo. Los signos de tierra necesitan
asumir deberes y obligaciones materiales, pues los desafíos
para imponerse al mundo estimulan a la larga sus mejores
energías y alimentan su necesidad de expresarse a través de
la realización práctica. También pueden recargarse tratando
íntimamente a otros tipos de personas de tierra. Los signos
de aire sienten la necesidad de una relación regular con otras
personas de mentalidad afín, de compromisos sociales que les
permitan canalizar la expresión de sus ideas, o un tipo de
trabajo que les dé libertad y estímulo intelectuales.
Uno puede también armonizarse conscientemente con la
energía necesaria cultivando íntimo contacto físico con ese ele­
mento; pues, de un modo real, los signos de tierra toman
energía de la tierra, los de aire toman su energía del aire, los
de agua del fluir de los sentimientos de agua y del contacto
con el agua misma, y los de fuego del Sol y de la actividad
física. Quienquiera que ponga en duda la verdad de esta de­
claración, no experimentó evidentemente su realidad en su
propia vida. Clarividentes de percepción especialmente refi­
nada me dijeron que podían ver la raigambre en la tierra de
Tauro, la terrenalidad corno de roca de Capricornio, un suave
fluir de sensitividad sentimental como cascada en Cáncer, el
repentino cambio de polaridad semejante a tormentas eléc­
tricas en Acuario, y así sucesivamente. Por tanto, uno puede
aprovechar el contacto con el propio elemento del signo del
Sol con el fin de rejuvenecer y recuperarse del impacto desvi­
talizador de las exigencias de la vida.

129
A fin de hacer esto, los signos de tierra necesitan natu­
ralmente poner los pies en el barro una vez cada tanto, estar
cerca de la natui-aleza y sintonizarse con el poder de creci­
miento de árboles y plantas. Para dar un ejemplo de esto,
conocí una vez a una persona doble Tauro que nada sabía de
astrología pero que había descubierto que obtenía la mayor
paz y tranquilidad yendo cerca del río a jugar en el barro
durante horas. Los signos de aire necesitan aire limpio, sutil
y muy eléctrico para recuperarse, una cualidad de la atmós­
fera que nunca se encuentra en nuestras ciudades o llanuras
húmedas o valles agrícolas. Este tipo de aire está disponible
particularmente en las montañas, donde no sólo es limpio
sino también .más bien seco y refrescante. Un amigo médico,
de Acuario, me dice que cree que la mejor altitud para los
signos de aire es por lo menos de una milla y media sobre
el nivel del mar y él mismo vive en tal altitud por esa razón.
Los signos de agua sienten habitualmente que vivir de­
masiado lejos de un río, lago u océano es como vivir en un
desierto yermo. Están a sus anchas psíquica y emocionalmen­
te cuando tienen la oportunidad de sumergirse regularmente
en agua que corre, o al menos estar en presencia de agua.
Algunos lectores tal vez recuerden que Edgar Cayce, el gran
clarividente norteamericano, descubrió que sus facultades psí­
quicas funcionaban más eficazmente cuando vivía cerca del
agua, hecho que le indujo a mudarse cerca del océano a Vir­
ginia Beach. El Sol de Cayce estaba en Piscis, y sus lecturas
psíquicas rebosan referencias a los efectos beneficiosos de
estar cerca del agua para el trabajo psíquico o metafísico.
Los signos de fuego necesitan estar al aire libre, bajo el
sol, impregnándose del fuego radiante del sol. Necesitan
también permanecer físicamente activos a fin de conectarse
con su energía ardiente. Un signo de fuego que tenga que
permanecer enjaulado durante mucho tiempo o que no tenga
la oportunidad de movimiento físico vigoroso empieza pronto
a sentir como si muriera. Esta es la razón de que una enfer-,
medad debilitante o un accidente tenga tan a menudo graves
consecuencias psicológicas para los signos de fuego. Muchos
lectores han notado probablemente que todos los signos de fue­
go parecen tener su energía máxima cuando el sol está en lo
alto, mientras que no saben qué hacer de sí tras el ocaso. Esta
energía del fuego puede también almacenarse durante los me-
130
ses estivales, para usarla después, durante el tiempo más frío.
Recuerdo a una mujer de Leo que me contó que nunca se en­
ferrnaba en invierno si el verano anterior había estado al sol
mucho tiempo. Sin embargo, durante un verano tuvo que que­
darse dentro virtualmente todo el tiempo debido a su traba­
jo; y en el invierno siguiente estuvo enferma constantemente.
El psicólogo Ralph Metzner es uno de los pocos en su
especialidad que estudió los elementos en su relación con
los tipos de personalidades. Estando en la Universidad de
Stanford, Metzner ideó pequeñas sesiones en las que se re­
unían personas de varias combinaciones de elementos. Tras
algunas pruebas con estos experimentos y luego de estudiar
las correlaciones astrológicas con los elementos en alguna pro­
fundidad, Metzner concluyó que los cuatro elementos simbo­
lizan tipos de personas que "n1etabolizan la experiencia en
diferentes proporciones" y de distintos modos. Estos dife­
rentes enfoques de experiencia inducen a estos cuatro tipos
de personas a que en sus vidas traten los conflictos y obstácu­
los de modos diferentes. Los signos de aire tienden a elevarse
sobre el conflicto y a flotar alrededor de él. Aunque después
se ofendan con la persona que les puso el problema en el
camino, raras veces dejan luego de encararlo airosamente. Los
signos de agua también detestan toda forma de conflicto (con
excepción de algunos Escorpios). Tienden a fluir alrededor
del conflicto, debajo o sobre él, o -si falla todo lo demás- a
desgastar lentamente a la persona o cosa que está en su ca­
mino. Sin embargo, Escorpio busca a menudo desafíos y pro­
blemas, comprendiendo subliminalmente que tales desafíos
ponen de manifiesto su fuerza y recursos más grandes. Em­
pero, Escorpio mantendrá la mayor parte del tiempo un silen­
cio total, sin querer causar un conflicto innecesario.
Los signos de tierra, más bien sólidos por naturaleza,
tienden a desdeñar el conflicto, prefiriendo absorber el más
fuerte embate del problema. Sin embargo, si los ponen contra
la pared, son capaces de golpear duramente al obstáculo con
todas sus fuerzas. Esto es particularmente cierto de Tauro,
la tierra fija, que nunca buscará conflictos pero que es capaz
de una potencia y una ira sorprendentes si lo acosan dema­
siado. Los signos de fuego tienden a superar los obstáculos,
a incendiarlos o amedrentarlos mediante despliegue de .fuerza.
Raras veces evidencian una conducta que pudiera denominar-
131
se discreta. Lois H. Sargent, en su excelente libro sobre
comparaciones de mapas How to Handle Your Human Rela­
tions, da gran importancia a los elementos como medio para
entender cómo diferentes personas enfocan la solución de un
problema. Escribe que los signos de fuego responden a las
situaciones con intensidad, "deseando una acción directa en
la solución de los problemas, y tendiendo más al impulso que
a la deliberación. Los tipos de tierra son motivados por el
deseo de resultados prácticos y útiles. Habitualmente, tienen
un sano sentido común, ya sea que lo empleen o no. Las
personas del signo de aire gustan razonar las cosas y, por lo
general, piensan antes de actuar. Los tipos del signo de agua
son impresionables, sensibles e intuitivos. Se inclinan a aguar­
dar las circunstancias en procura de guía en la solución de
los problemas".
Corno vimos, comprender los elementos podrá contribuir
de muchos modos a autoconocernos, mostrándonos cómo po­
dremos vivir mejor con nosotros mismos, satisfacer nuestras
necesidades y revitalizar nuestro campo de energía. Los ele­
mentos nos dan también un índice de cómo podremos contro­
lar y encauzar ventajosamente nuestras energías. Paracelso,
el médico y astrólogo medieval, a quien Jung consideró un
precursor de los psicólogos modernos, atribuía un específico
espíritu de la naturaleza a cada uno de los elementos. Es­
tos espíritus, o sus variaciones, se encuentran en todas las
mitologías del mundo y simbolizan gráficamente cómo operan
los elementos. No es este sitio para detenernos sobre la cues­
tión de cuán "reales" son esos espíritus, pero hacer aquí una
breve referencia a los escritos de Paracelso derrama luz sobre
cómo podemos trabajar con estas fuerzas. A las ondinas se
las consideraba los espíritus del agua, y Paracelso expresaba
que se ]as debía controlar con firmeza. De allí que podamos
aprender que las personas de agua necesitan ser firmes con­
sigo mismas y, asimismo, que esa firmeza es con frecuencia el
mejor modo de tratar a este tipo de persona, especialmente
cuando sus emociones están fuera de control. Decíase que los
espíritus de aire eran los silfos, y que se los podía controlar
mediante constancia. Está claro que un enfoque definido y
coherente de la vida es algo que los signos de aire bien po­
drían cultivar. Para los signos de aire es difícil concretar un

132
compromiso con una resolución determinada, pero es un paso
importante en su evolución.
Los espíritus del fuego son las salamandras, y se las pue­
de controlar principalmente mediante la placidez. En otras
palabras, los signos de fuego pueden domeñar los usos extre­
mos de su energía, cultivando conscientemente un estado tran­
quilo y plácido de contento. Si los signos de fuego pueden
aprender este arte de aceptar con calma la vida aquí y ahora,
evitarían muchas tensiones y derroche de energía. Los espí­
ritus de la tierra son los gnomos, a los que se los ha de con­
trolar mediante jovial generosidad. Evidentemente, la jovial
generosidad no es una cualidad que se encuentre por lo co­
mún en los signos de tierra, y es por ello que todos pueden
beneficiarse algo aprendiéndolo. Y, yo podría añadir, la fuer­
za y la radiación máximas de los signos de tierra resplan­
decen cuando asimilaron esta cualidad en su naturaleza.

Los Elementos en las Artes Curativas

No hay aquí cabida para entrar en mayores pormenores


sobre la función de los elementos en las diversas artes cura­
tivas, pero esto merece mencionarse a fin de dar una pers­
pectiva diferente sobre la realidad viva de estas fuerzas. De
hecho, es por experiencia directa con el fluir de los elemen­
tos, como la que puede hallarse a través del uso de las artes
curativas, que podremos percibir muy evidentemente su po­
tencia y su impacto en cada nivel de la vida. Ya mencioné
cómo el señor A. empleaba las fuerzas básicas de la vida en
su labor de curación, y los lectores deberían remitirse a Bom
to Heal en cuanto a una consideración más amplia de sus
ideas. Al trabajo del doctor Stone también se hizo referen­
cia, y tratar en plenitud su sistema terapéutico, llamado "Te­
rapia de la Polaridad", insumiría muchos tomos. Más que
cualquier otro médico occidental, el doctor Stone delineó una
ciencia completa de los cuatro elementos de un modo que
hace que estas fuerzas sean accesibles al tratamiento cuando
se desequilibran. Aunque el doctor Stone escribió una canti­
dad de libros, en su mayoría son demasiado técnicos para el
lego. Sin embargo, tiene un par de tomos que son mediana­
mente fáciles para que cualquiera los entienda: Energy: The

133
Vital Principie in the Healing Art es la explicación más cabal
de los elementos. (Véase Apéndice C en procura de una ex­
plicación más completa de la Terapia de la Polaridad y su
relación con la astrología.)
Muchas ideas del doctor Stone provinieron de la Medi­
cina Ayurvédica de la India, un sistema antiquísimo de cura­
ción, basado enteramente en la relación de los elementos con
los alimentos, el tiempo, el ejercicio, las medicinas y varios
tipos de actividades. La acupuntura china es otro tipo de arte
curativo, basado en la teoría de los elementos, y todo el que
reciba un tratamiento de este tipo podrá experimentar la re•
alidad de un flujo energético extremadamente potente, cuando
se estimulan los puntos específicos a fin de liberar la corrien­
te energética específica (o "meridiano") que estaba bloqueado
o desequilibrado. Quienes estudien el Ratha Yoga encontrarán
también la teoría de los elementos y sus correlaciones con
centros específicos de energía (o "chakras") que se hallan a
lo largo de la columna vertebral, y quienes practiquen este
yoga podrán experimentar concretamente la realidad de los
elementos en su propia vida con gran inmediatez. El doctor
William Davidson, cuyas Lectures on Medical Astrology son
dignas de leer, fue un médico homeopático que dio muchas
conferencias sobre la importancia de los elementos. En las
disertaciones que se publicaron se puede hallar mención de
varios problemas fisiológicos que se producen debido a un
énfasis sobre un elemento particular del mapa natal.
Todos estos sistemas terapéuticos se basan en una idea
similar: que los elementos son las fuerzas vitales que nos vi­
talizan en cada nivel. Como escribiera Samuel Thomson, el
herbolario norteamericano del siglo XIX:
Todos los cuerpos se componen de cuatro elemen­
tos: Tierra, Aire, Fuego y Agua. El estado sano consiste
en el equilibrio y la distribución apropiados de estos
cuatro elementos, y la enfermedad es su desarreglo.

La teoría Medieval-Renacentista de los cuatro humores


(cólera o bilis amarilla, sangre, flema y bilis negra) se basa
en una noción similar y se relaciona con los elementos de la
astrología. La teoría era que cuando estos cuatro humores se
mezclaban exactamente en las proporciones correctas en un
134
individuo, éste estaría sano y tendría una personalidad bien
equilibrada. Considerábase que un leve predominio de un
humor o elemento (que todos tenemos, según nuestros mapas
natales) afectaba no sólo las características físicas de un hom­
bre sino también su complexión y temperamento. Los restos
de estas viejas creell.cias hállanse aún en nuestro lenguaje,
pues la palabra misma complexión significa "entrelezado jun­
to" y el vocablo temperamento deriva del latín, temperamen­
tum, que significa "una mezcla' en proporciones".
A estos antiguos conceptos los ridiculizaron los científi­
cos y médicos en su mayoría, hasta recientemente, cuando el
renacimiento de los métodos herbales y homeopáticos obli­
garon a los que en estos grupos tenían criterio amplio a mi­
rar de otro modo ideas desdeñadas pacía tiempo. Si real­
mente estamos compuestos por estas cuatro energías básicas,
tiene sentido relacionar el tratamiento de dolencias específi­
cas con la sintonía del elemento del individuo. Un médico
moderno que empezó a sondear este tema es el doctor en me­
dicina Aubrey T. Westlake, autor de The Pattem of Health.
En su libro, el doctor Westlake declara que "la enfermedad
en su origen no es material", sino más bien resultado de una
interferencia en el fluir libre e inimpedido de las energías
básicas de la vida, con un consiguiente "represamiento, aisla­
miento, alteración y distorsión" de las energías. Sólo enton­
ces -escribe- surgen ciertas condiciones de deficiencia, dese­
quilibrio, crecimiento excesivo, etc., y las llamamos enferme­
dád. A los elementos, el doctor Westlake los llama los "éteres·
formativos" y dice que "el libre fluir y la interacción armó­
nica y equilibrada de todas estas fuerzas constituyen lo que'
llamamos el estado de salud o totalidad". Con palabras que
guardan estrecho paralelismo con lo:.; escritós del doctor Sto-
ne, el doctor Westlake continúa:
Nunca conocimos tanto sobre la enfermedad y las
condiciones ·patológicas, y tan poco sobre la enfermedad
y la totalidad. La Medicina moderna está realmente en
círculo vicioso, y no hay escape mientras continuemos
pensando en términos puramente materialistas. Para es­
captar de la Impasse es esencial empezar a reconocer que
de hecho hay fuerzas que están detrás de las manifesta­
ciones de la materia.

135
¿ Qué tiene que ver todo esto con la astrología? Simple­
mente que, mediante el uso de ésta con conocimiento apro­
piado· de las funciones de las energías básicas (o de los ele­
mentos), podemos evaluar qué elementos son excesivos, fal­
tantes o desequilibrados, o cuáles es probable que sean la
fuente de problemas, física y mentalmente. Como escribe el
doctor Westlake:
Tenemos aquí, por primera vez, la posibilidad de una
verdadera medicina preventiva, pues ahora podemos de­
tectar estas desviaciones normaln1ente antes de que se
manifiesten físicamente, en cuya primera etapa son emi­
nentemente tratables, o se fijan en una pauta que cono­
cemos como enfermedad patológica, cuando no lo son.

136
12

LOS ELEMENTOS EN LA INTERPRETACION

La interpretación de los mapas astrológicos inviste un


significado nuevo y más profundo cuando el énfasis se pone
sobre los elementos; pues ·de este modo tratamos las ener­
gías específicas de la vida en funcionamiento en vez de con­
centrarnos sólo en las manifestaciones de estas energías en
la conducta externa y las características de la personalidad.
Como ya lo expresáramos, todo individuo está compuesto, por
decirlo así, de los cuatro elementos. Un ser humano no puede
existir si le falta siquiera uno de los elementos, pues entonces
carecería totalmente de la función de esa energía tanto psico­
lógica como físicamente. Sin embargo, los elementos que más
recalcan en un mapa natal la ubicación planetaria y el ele­
mento del Ascendente indican las energías y cualidades prin­
cipales con la que uno está armonizado conscientemente. Ta­
les elementos dominantes muestran que usted está "en con­
tacto con" y, por ello, qué energías es capaz de utilizar más
bien fácilmente en su vida cotidiana, lo mismo que en qué
reinos de la experiencia podrá participar natural y espontá­
neamente. Los elementos que carecen de énfasis en el mapa
indican reinos específicos de la actividad vital con los que
uno no está conscientemente en contacto, y de allí que estos
elementos revelen una armonización que deberá cultivarse y
desarrollarse conscientemente a fin de procurar al individuo
la participación mínima en ese campo de la experiencia exi­
gida para una vida plena y cabal.
Se puede aprender mucho de una persona analizando
simplemente todo desequilibrio marcado de los e�ementos en

137
el mapa de ese individuo. Es muy común hallar de este modo
un particular problema de la vida que confundió a esa per­
sona (ya sea consciente o inconscientemente) a lo largo de su
vida, y la incrementada consciencia de su desequilibrio in­
nato podrá ayudarle apreciablemente a cultivar un contacto
más significativo con áreas de ex-periencia que antes le fueran
ajenas. Naturalmente, uno no podrá cambiar su propia ar­
monización simplemente a través del análisis y la discusión
del problema, pero podrá empezar a darse cuenta más ple­
namente del hecho de que hay campos de actividad y tipos
de personas que pueden enseñar al individuo algo que éste
necesita vitalmente. De modo parecido, quienes tienen un én­
fasis excesivo sobre un elemento particular del mapa natal
tienden a sobrevalorar ese reino de la experiencia, en detri­
mento de su potencialidad respecto a la totalidad.
Al analizar un mapa en términos del equilibrio de los ele­
mentos, el elemento más dominante es habitualmente -pero
no siempre- el del signo del Sol. Segundos en importancia
están los elementos de la Luna, Ascendente y Marte. Y por
último, los elementos de Venus y Mercurio, seguidos en or­
den de importancia por Júpiter y Saturno. Los elementos
de Urano, Neptuno y Plutón tienen poquísimo en común con
la armonización constante del individuo, aunque indican cier­
tamente factores inconscientes que motivan la generación to­
tal de las personas a las que ese individuo pertenece. Sin em­
·bargo, respecto a todos los fines prácticos, los elementos
indicados por la ubicación de los planetas trans-saturnianos
deben desecliarse en tal evaluación. Debo añadir que el ele­
mento del planeta que rige al Ascendente, lo mismo que el
elemento del regente del signo del Sol, recibe énfasis com­
plementario, a menos que el planeta regente sea Urano, Nep­
tuno o Plutón. Si uno tiene, por ejemplo, a Escorpio ascen­
dente, el elemento de Marte recibiría más énfasis, pero no
el de Plutón, co-regente de Escorpio. La ubicación elemental
del regente del Ascendente en particular es de importancia tal
y tiene tal poder de armonización en la vida del individuo que
uno· debe siempre considerar a ese elemento como fuerte­
mente acentuado. Por ejemplo, alguien con Libra ascendente
y con Venus en Cáncer, pero sin otros planetas en los signos
de agua, seria fuertemente influido por -y expresaría abier­
tamente muchas cualidades de- las cualidades asociadas con

138
el elemento agua. En otras palabras, tal persona sería vigo­
rosamente motivada por necesidades emocionales, por el im­
pulso de expresar sentimientos y afectos sentimentales, y por
la naturaleza simpática de Cáncer. Esto sería cierto aún si
el Sol y la Luna, lo mismo que el Ascendente, están en los
signos de aire.
La concentración sobre el elemento del regente del As­
cendente hace que el profesional tenga conocimiento de uno
de los primordiales impulsos motivadores del individuo, cono­
cimiento que fácilmente podría perderse si uno meramente
suma la cantidad de planetas de cada elemento y les da igual
peso al determinar la armonización dominante de los elemen­
tos. La práctica que se acaba de mencionar la usan al azar
muchos astrólogos, y la inexactitud resultante de sus juicios
basados en esta práctica les impulsa a buscar toda clase de
razones "esotéricas" para explicar las características observa­
das de la persona de la que se ocupan. Como siempre en la
práctica de la astrología, si uno aprende de verdad lo· básico
y entiende su función dinámica en el nivel de la expresión
de la energía, raras veces tendrá que apoyarse en al guna de
las incontables técnicas secundarias comúnmente ensalzadas
por quienes las proponen.
Un ejemplo de la fuerza de la ubicación de los elementos
del regente del signo del Sol podrá aclarar más este método
de procedimiento. Hace poco preparé un mapa para una mu­
jer con el Sol, la Luna, Venus, Urano, Júpiter y Mercurio,
todos en el signo . de Aries. Naturalmente, uno supondría
.correctamente que tal persona ejemplificaría características
ígneas. Sin embargo, a menos que se prestara atención al he­
cho de que el regente de Aries, Marte, está en Piscis (y éste
es el único planeta en un signo de agua), sería fácil describir
a esta persona como autocentrada insensiblemente en el modo
típico de Aire. El hecho de que el "dispositor" de todos los
planetas de Aries esté en un signo de agu a, sin embargo, mo­
dera la expresión del ígneo impulso ariano y matiza la auto­
expresión de esa persona con una sensibilidad que no se en­
cuentra habitualmente en al guien con todos estos planetas
en Aries.
Al analizar el equilibrio o el desequilibrio de los elemen­
tos en el mapa de un individuo, por tanto, no se debe ser
.demasiado apresurado al formular generalizaciones. Un fac-

139
tor del mapa puede alterar la expresión de todo el campo de
energía, y yo abogo vigorosamente por esta razón para que
los astrólogos que meramente suman la cantidad de planetas
en cada elemento echen otra mirada a esta práctica y enfren­
ten honradamente sus limitaciones y proclividad a conclusio­
nes injustificables. Lo ideal que ha de procurarse al evaluar
el énfasis de los elementos en un mapa es, por lo menos, al­
guna armonización con ese elemento. Esto da por resultado
la aptitud para lograr un enfoque equilibrado de la vida y la
capacidad para participar de inmediato en todos los reinos
de la experiencia. Naturalmente, poquísimas personas tienen
este equilibrio ideal, y su falta no debe juzgarse como un ras­
go necesariamente negativo del enfoque de la vida por parte
de esa persona. Las personas son capaces de compensar sus
carencias y debilidades, y pueden cultivar conscientemente las
cualidades y armonizaciones de las que carecen al nacer. Por
tanto, el equilibrio de los elementos debe considerarse más
como una pauta de ulterior crecimiento que como un factor
que necesariamente limite su autoexpresión de toda la vida.

El Desequilibrio del Fuego

Si uno tiene demasiado poco énfasis en los signos del fue­


go, falta energía ígnea y es probable que la digestión sea débil.
Una carencia de fuego se manifiesta habitualmente como falta
de energía, tendencia a no confiar en la vida misma. La ale­
gría de vivir está a menudo marcadamente ausente, y con
frecuencia la persona está carente de fe y optimismo. La
confianza en sí mismo puede ser también pobre, y hay asi­
duamente tendencia al desaliento y a la falta de entusiasmo
para afrontar las exigencias de la vida. A menudo, los desa­
fíos asustan a estas personas, y cualquier problema mayor de
la vida les lleva largo tiempo para que lo venzan, puesto que
los efectos psicológicos residuales tienden a demorarse mu­
cho tiempo después que la experiencia llegó a su cima. Una
falta de fuego es casi siempre índice de un problema mayor
en el modo con que Ja persona enfoca la vida. El ejercicio
físico vigoroso tiende a estimular la energía ígnea y está muy
recomendado para este tipo de persona. También debe vigi­
larse esmeradamente la dieta, en especial si la persona carece

140
también de tierra, pues entonces no tiene la fuerza digestiva
para quemar a los alimentos pesados y concentrados. Todo,
incluidos el ejercicio y los hábitos dietéticos, debe hacerse con
moderación para que la persona no agote la energía que ten­
ga. Sin embargo, estas personas tienen a menudo gran pacien­
cia, y el fuerte énfasis de Marte o del Sol puede compensar
algo.
El individuo raras veces juzga que demasiado énfasis so­
bre el fuego sea un problema, hasta que es demasiado tarde
para hacer algo al respecto. Esto podría manifestarse como
"quemarse uno mismo", dejando de esa persona una cáscara
vacía, especialmente si se abusa del alcohol o las drogas. Tien­
den a ser demasiado activos, inquietos y muy interesados en
hacer que en el mundo ocurra algo. Demasiado fuego puede
llevar también a problemas en el trato con los de1nás, pues
la impulsividad, el egocentrismo y un deseo irrestricto de
actuar directamente a toda costa, puede suscitar un modo ex­
tremadamente insensible y tosco de acercarse a los demás.
(Esto podría repetirse si hay mucha agua o mucho aire en el
mapa.) Carter evalúa este desequilibrio en los siguientes tér­
minos:
Bajo aflicción, esta fuerza se vuelve incontrolada .y
hace que quienes estén bajo su influencia sean salvajes,
turbulentos, entregados a la extravagancia y la exagera­
ción, apasionados y atolondrados, excesivamente confia­
dos y autocomplacientes. Tenemos rasgos primitivos, y
marcada tendencia a la exaltación del ego, importancia
personal, vanidad y amor por la pompa y la grandiosidad.
En el mejor de los casos, los que armonizan fuertemente
con el fuego son buscavidas que se motivan solos, y a menudo
se ponen en marcha con buen éxito y promueven nuevas em­
presas, proyectos y aventuras idealistas que exigen tremenda
dedicación, valentía y energía.

El desequilibrio de la Tierra

Los que tienen demasiado poco énfasis sohre el elemento


tierra no están naturalmente armonizados coll el mundo fí­
sico, el cuerpo físico o ]as limitaciones y e:x igencias de la

141
sobrevivencia en el plano material. En consecuencia, pueden
estar en las nubes, puesto que no se afirman en la concreción
de aquí y ahora de sú dependencia de cosas materiales como
los alimentos, el dinero, el techo y otras consideraciones prác­
ticas. Tal persona puede a menudo ignorar lo que exige el
sobrevivir en el mundo material y tiende a combatir ''desa­
rrollarse" y acomodarse a las arduas necesidades hasta que
se vea obligada a hacerlo por las contundentes demandas de
la realidad que ella prefiriera ignorar. Esta falta de contacto
con el mundo material y con la dimensión física de la realidad
puede inducir a esa persona a que se sienta totalmente fuera
de lugar en este mundo, sin base ni raigambre que le provea
sostén y solidez en sus esfuerzos por expresarse. Con fre­
cuencia, siente como si no tuviera sitio donde pararse, no se
adecua a ningún hueco dentro de la estructura social, y con
asiduidad tiene problemas en encontrar un trabajo para ga­
narse la vida que le satisfaga. Esta sensación de estar fuera
de lugar en el mundo induce con frecuencia a estas personas
a buscar la experiencia directa con alguna dimensión de la
vida que les parezca más real, como estar activas en el mundo
de la imaginación o perseguir una búsqueda espiritual a fin
de trascender las limitaciones de]· mundo material de una vez
por todas. En otras palabras, esta falta de tierra puede tener
algunos efectos muy beneficiosos, pues la persona no acepta
limitaciones a lo que es posible, espiritualmente o en sus es­
fuerzos creadores. La imaginación podrá desbocarse, y en
ocasiones esto puede llevar a resultados fructíferos, pero sólo
si el individuo aprendió por lo menos a aceptar las exigencias
fundamentales de la vida terrena.
Una falta -de tierra puede también inducir a ignorar las
exigencias del cuerpo físico. Sus necesidades físicas les pare­
cen más bien secundarias, si es que en realidad se las conside­
ra; y de allí que a menudo se olviden de comer, hacer ejerci­
cios y descansar en intervalos regulares. A menudo descú­
brese una pobre tonalidad de la piel, índice de que la energía
vital no vitaliza vigorosamente al vehículo físico, mientras que
los que tienen un gran énfasis sobre la tierra tienen a menu­
do y en especial, piel aceitosa y activa, con buena tonalidad
y color. Los que tienen carencia de tierra pueden beneficiarse
sin medida cultivando conscientemente en sus vidas un pro­
grama regular, separando períodos definidos para comer de
142
modo descansado, hacer ejercicios moderados y tener reposo
suficiente. En otras palabras, aceptando conscientemente las
limitaciones del mundo físico, podrán dominarlo y hacer uso
de la energía sustentadora de la tierra. Tal vez sea de utilidad
mencionar aquí que, aunque uno carezca en su mapa del énfa­
sis sobre el signo tierra, fuertes aspectos con Saturno podrán
compensar de muchos modos el lado problemático de este
desequilibrio.
Los de demasiado énfasis sobre el elemento tierra tien­
den a confiar en demasía en las cosas como son o parecen
ser. Puede haber visión estrecha, interés obsesivo más por
las "obras" que por los ideales a los que se debe apuntar, y a
menudo una marcada falta de imaginación. El ex Presidente
Nixon es buen ejemplo (con Virgo ascendente y Sol en Capri­
cornio) de alguien que recalcó en exceso la eficacia práctica
y los intereses materiales en detrimento de los principios teó­
ricos y éticos. Para estas personas es fácil que pierdan la pers­
pectiva en sus acciones (a menos que tengan énfasis en el aire
para equilibrar esto) y en las implicancias últimas de sus mé­
todos operativos. Naturalmente, los que tienen mucha armo­
nización con la tierra ejemplificarán una fuerza y una eficacia
notables en la mayoría de los casos, y necesitan encauzar su
energía dentro de un trabajo específico que los exija. Sin
embargo, el mundo laboral y de los asuntos prácticos tiende
a menudo a dominar íntegramente sus vidas, con el eventual
resultado de que todo su sentido de valor personal es amena­
zado cuando hay un cambio imprevisto en sus actividades vo­
cacionales. Hay con frecuencia un cinismo y un escepticismo
particulares, presentes en estas personas, cualidades de la
mente que surgen inevitablemente si uno no tiene ideal o ins­
piración para infundirle significación a la vida. Un fuerte
énfasis sobre Neptuno o, en alguna medida, sobre Júpiter po­
drá ayudar a que la persona encauce su practicidad de modo
que le permita trascender las cualidades más negativas de
este desequilibrio.

El desequilibrio del Aire

Los que tienen en sus mapas demasiado poco énfasis so­


bre el elemento aire percib�n raras veces que esto sea un

143
problema, pues están inmersos en la acción. los sentimientos
y los intereses materiales como para que presten atención a
las implicancias de sus compromisos. Sin embargo, son pre­
cisamente esta falta de percepción, esta ineptitud para refle­
xionar sobre la vida y sobre uno mismo las que crean pro­
blemas a estas personas. Les es difícil lograr separarse de
sus acciones personales, y de allí que a menudo se hallen car•
gadas de compromisos no tenidos suficientemente en cuenta
de antemano o de falta de satisfacción en relaciones estrechas
que brotan de su ineptitud para cooperar efectivamente. El
elemento aire es una cualidad unificadora y a uno le permite
ajustarse fácil y rápidamente a nuevas ideas y diferentes cla­
ses de personas. Los que carecen de esta armonización tienen
naturalmente dificultad para ajustarse a ideas nuevas, y, en
consecuencia, a personas nuevas. Esto puede inducir descon­
fianza hacia cualquiera que parezca demasiado "intelectual".
lTn buen ejemplo de este tipo es el Gobernador Wallace, cuyo
1napa recalca principalmente al fuego y a la tierra. Sus cam­
pañas pasadas tuvieron el se11o de una crítica constante de
los "bonetes intelectuales". En otras palabras, estas personas
desconfían con frecuencia de los que les parezcan pensar de­
masiado. Un fuerte énfasis sobre Mercurio podrá, hasta cier­
to punto, compensar este desequilibrio.
Una armonización con aire indica que uno podrá ver fá­
cilmente las cosas en cierta perspectiva, pero quienes carecen
de esta armonización tienen dificultad para obtener una pers­
pectiva de sí mismos y no pueden reflexionar con facilidad
desde un punto de vista objetivo. Por regla general no se
analizan (a menos que Virgo esté enfatizado para compensar
esto) y raras veces se los conoce por su facultad racional y
su modo articulado de expresarse. A veces el sistema nervioso
es débil y la falta de aptitud para ajustarse con facilidad a las
ideas nuevas podrá, en algunos casos, causar problemas psi­
cosomáticos. Estas personas pueden tener reacciones violen­
tas si oyen una idea que no puedan asimilar mental y en1ocio­
nalmente. Su reacción fís.ica a las ideas inasimilables o a los
nuevos tipos de personas las sacude hasta tal punto que se
enferman físicamente o se desatan irracionalmente en un es-
. fuerzo por eliminar la fuente de este pensamiento amenazante.
Los que tienen demasiado énfasis sobre el elemento aire
tienen una mente superactiva que deberá ser guiada y con-

144
trolada. Esta es la clase de persona que "vive de cabeza" y,
si hay un poco de tierra o de fuego para que se motive y actúe
sobre esas ideas, podrá llegar a ser un aficionado en toda
clase de curiosidades sin mucha efectividad o sin desarrollar
mucha profundidad dentro de sí mismo. Estas personas pue­
den hacerlo todo sin-pensar primero en ello, lo cual podrá, en
casos extremos, inducir una parálisis de la voluntad y gran­
des trastornos psicológicos. La mente puede desbocarse con
ellas, introduciéndolas en ocasiones en un mundo imaginario
y un brillo conceptual, pero otras veces en un sentido de la
"realidad" totalmente fuera de contacto con lo que es posible.
Con disciplina mental apropiada, este tipo de persona podrá
ser innovadora en el mundo del pensamit:!nto. (Testimonia
este hecho el que la mayoría de los ganadores del Premio No­
bel tuvieron al Sol en signos de aire en vez de en cualquier
otro elemento.) A menudo tiene aptitudes especiales para la
coordinación de actividades con diversas clases de personas.
Físicamente, este tipo de persona puede estar tan fuera
de contacto con su cuerpo que permita que su mente se des­
boque con él hasta que esté cabalmente agotado. El sistema
nervioso está muy activado y es extremadamente sensible,
pero estas personas agotan su energía. nerviosa más rápida­
mente que otras, puesto que la usan más. Un descansado pe­
rí.odo de recuperación o meditación es necesario para permitir
que el sistema nervioso se recargue e impedir que la mente
las conduzca a un estado de agotamiento psíquico. Para estas
personas es necesario que tengan un cambio periódico de es­
cenario fuera de su trabajo habitual y de sus obligaciones
domésticas para permitir que la mente salga de su:. profun­
das preocupaciones rutinarias, pensamientos secundarios y
planes sin fin.

El Desequilibrio del Agua


Demasiado poco énfasis sobre el elemento agua puede ma­
nifestarse como una vasta gama de problemas psicológicos,
emocionales y físicos. La mayor parte de la gente con falta
de armonización de agua tiene gran dificultad para introdu­
cirse en los sentimientos de los demás con empatfa y compa­
sión, lo mismo que para entrar en contacto con sus propios
sentimientos y necesidades emocionales. Esto no significa que

145
en todos los casos carezcan de sensibilidad, sino que inevita­
blemente tienen problemas al ocuparse de sus propios senti­
mientos; el n1undo de las emociones les parece tierra extraña
con grandes peligros que es probable que sean más molestos
que beneficiosos. En casos extremos, uno encuentra con este
desequilibrio a personas frías, reservadas e insensibles. Tales
personas se destacan por su falta de simpatía y raras veces
tienen buenas relaciones emocionales con los demás. Tienden
a desdeñar los sentimientos de los demás como carentes de
importancia, incapaces de ver en los demás lo que no pueden
aceptar en ellas mismas. En su intento por ser emocionalmen­
te autosuficientes, niegan a menudo y por completo su natu­
raleza emocional, lo cual podrá inducir una dependencia par­
ticularmente inconsciente de los demás que expresen sus
sentimientos.
Una falta del elemento agua se manifiesta también como
desconfianza innata hacia el conocimiento intuitivo. De he­
cho, en algunos casos, el principal problema emocional de
estas personas es que no confían en sí mismas, puesto que
desechan con facilidad sus sentimientos como fastidios sin
importancia. Sin embargo, como lo señalara Jung en todos
sus escritos, aquello a lo que se le niegue acceso consciente
sigue influyendo sobre el individuo de algún modo, pero a
través •de procesos inconscientes. Las personas que carecen
de agua resistirán muy a menudo todos los esfuerzos de los
demás por sacarlas de su vacío emocional, mientras que, al
mismo tiempo, harán gestos semiconscientes, como a tientas,
en procura de los demás, lo cual revelará su aislamiento, su
miedo y su aflicción interior. Los que tienen este desequili­
brio en sus mapas podrán lograr una medida de estabilidad
emociona.! dejando que, con lentitud, el aparentemente inter­
minable estanque de los sentimientos salga a la superficie,
liberando así el dolor y el sufrimiento acumulados que nega­
ran durante tan largo tiempo. Estas personas parecen temer
fanáticamente el dolor, y el resultado es que su desdén hacia
las necesidades emotivas les ase�ra que experimentarán más
dolor.
En el nivel físico, una falta de agua se manifiesta casi
siempre como una perturbación física más bien grave, habi­
tua.lmente debida, en gran parte, a excesiva toxicidad. El ele­
mento agua es la energía que limpia, cura y purifica, y los

146
que carecen de él permiten envenenarse lentamente por la
acumulación simultánea de productos de desecho emocionales
y físicos. Tal estado tóxico podrá expresarse a través de una
va1iedad interminable de síntomas, pero la terapia que se ne­
cesita es, por lo general, la misma para todos: una completa
purificación física y emocional. El doctor Stone, a quien ya
mencioné, expresó en una disertación que, del 90 al 95 por
ciento de los problemas físicos, abarcan al elemento agua y,
en consecuencia, el lado emocional de la naturaleza. Aquellos
en los que el elemento agua no opera eficientemente son par­
ticularmente proclives a los síntomas físicos de la enfermedad.
El hecho de que la energía del agua sea la fuerza que limpia
y cura es evidente en la gran preponderancia de los signos
de agua en los mapas de la mayoría de los sanadores natura­
les. La dieta de los que carecen de agua debe vigilarse con
esmero, y podrán beneficiarse grandemente con periódicas
dietas purificadoras o ayunos moderados. En otras palabras,
cuando estas personas trabajan conscientemente en el incre�
mento de la función purificadora sobre los niveles emocional
y físico, pueden vencer muchos de estos problemas y evitar la
mayoría de los graves trastornos a los que eventualmente
conduciría tal estado tóxico.
Los que tienen un énfasis excesivo sobre el elemento agua
pueden sentirse como lanzados a la deriva en mar abierto
en un botecito sin timón, vela, remo ni brújula. Por lo común,
influye sobre ellos con facilidad cualquier viento que sople,
volviéndolos muy impresionables y, a menudo, a merced de
pautas emotivas sobre las que no tiene control. La mayoría
de la gente con este desequilibrio es extremadamente sensible
a cualquier experiencia, lo cual podrá inducir una· intuición pro­
fundamente penetrante o una sobre-reacción al más ligero
estímulo. Si las emociones están totalmente fuera de control
y si la persona funciona habitualmente en un estado de apren­
siva autoprotección, los miedos, las negativas pautas de reac­
ción y la timidez podrán desvitalizarla con facilidad. El ser
abrumado por las emociones como una experiencia de la vida
diaria desgasta en última instancia a cualquiera, y el hecho
de que estas personas se sientan a menudo incapaces de im­
ponerse a las tensiones en su trato con el mundo externo
puede acuciarlas a recogerse en su vida interior o a escapar
de los desafíos de la vida.

147
Estas personas puedén, de hecho, "anegarse con agua"
de emociones y sentimientos contradictorios, estado de cosas
que es muy probable que se produzca si no emplean su sen­
sibilidad y empatía en un interés activo por los demás. En
el mejor de los casos, una vez vencida la autoabsorción, estas
personas son capaces de desarrollar una autosuficiencia emo­
cional basada en una más rica vida interior de dedicación total
a un ideal. Con frecuencia, tienen pronunciadas aptitudes
imaginativas y una armonización natural con las realidades
espirituales y ocultas. Su dedicación aparentemente absoluta
a una vida de autosacrificio es a menudo genuina, pero en
otras ocasiones esto es simplemente un disfraz que oculta un
egoísmo absoluto y una pauta compulsiva de exigir que los
demás les llenen su vacío interior. No hay modo de entender
a este tipo de personas, a menos que uno comprenda que
principalmente las motivan profundos anhelos e insegurida­
des que ellas tienen dificultad en identificar. Hasta que estos
anhelos se aclaren bajo la plena luz de la consciencia, estas
personas no podrán ayudar sino ser más bien compulsivas
en su conducta. Y hasta que los anhelos se identifiquen como
un deseo del alma en procura de liberación y serenidad últi­
ma, el individuo no podrá hacer uso efectivamente de su má­
xima fuerza.
Más que con cualquier otro elemento, los que tienen de­
masiado énfasis sobre el agua tienden a irse a los extremos
de conducta, y por ello es difícil efectuar generalizaciones que
sean ciertas para todas las personas de esta categoría. Sin
embargo, es evidente que los que tienen esta combinación en
sus mapas tienen la potencialidad para expresar con plenitud
las supremas cualidades espirituales: amor, compasión, devo­
ción y simpático auxilio. Los que alcanzaron este nivel de
autoe:xpresión pertenecen decididamente a la minoría. En el
nivel físico, un gran énfasis sobre el elemento del agua indica
que el cuerpo está eliminando siempre venenos, tanto toxinas
físicas como residuos emocionales. La eficiencia de este pro­
ceso de purificación depende, sin embargo, de cuán consciente
esté la persona de sus necesidades emocionales.

148
El Enfasis Auto-expresivo o Auto-represivo

Como se menciona en la parte relativa a la clasificación


de los elementos, los activos o autoexpresivos (aire y fuego)
y los pasivos o auto-represivos (a gua y tierra) forman dos
tipos distintos de armonización de energías. En un mapa in­
dividual, uno encuentra a menudo que uno de estos tipos está
superenfatizado y que el otro es considerablemente carente.
Esto da pábulo a específicos desequilibrios psicológicos, par­
ticularmente evidentes cuando los elementos se clasifican co­
mo conscientes (aire y fuego) e inconscientes (a gua y tierra).
En consecuencia, aquí sería útil analizar brevemente cómo
se expresan tales desequilibrios y qué particulares caracterís­
ticas psicológicas se indican en consecuencia.

El Enfasis Excesivo sobre el Agua y la Tierra


La Falta de Aire y Fuego

Las características más fuertes de este tipo son gran


profundidad, seriedad y autoprotección en todas las activi­
dades. Por lo común, son muy trabajadores y, de hecho, no
se sienten cómodos si no llevan alguna carga, en lo emocional
o en su trabajo cotidiano. Son muy conscientes de las ne­
cesidades de sobrevivencia, de las necesidades de seguridad,
y de la confianza de los demás en su solidez y recursos. De
allí que gran parte de su energía se utilice en un esfuerzo
por mantener sus recursos y el resultado sea un gran apego
al dinero, los bienes, el trabajo, los hijos y otros factores de
seguridad. Tienen fuerte resistencia y aptitud para sobrevivir
a toda calamidad. Su apego a la seguridad y a valores más
bien tradicionales se manifiesta a menudo en una fuerte adhe­
sión a la familia, el hogar y los deberes comunitarios.
El lado problemático de este tipo puede entenderse cuan­
do se ve que estas personas son motivadas principalmente
por sentimientos, miedos, hábitos, condicionamientos pasa­
dos, necesidades de seguridad, y otros factores inconscientes.
Esto a menudo suscita una tendencia a manejar a los demás
a fin de satisfacer las propias necesidades de segu ridad y ser
demasiado apegado al pasado y más bien temeroso del pre­
sente y del futuro. A menudo hay una falta vital de ideales,

149
fe y pensamiento positivo, y sus facultades intelectuales y
comunicativas están habitualmente sin desarrollar. En el me­
jor de los casos, este tipo se afirma en la realidad actual de
la experiencia cotidiana y enfrenta las cosas con gran fuerza
y .determinación interior. En el peor de los casos, pueden ser
avaros, manejadores, codiciosos y en última instancia profun­
damente frustrados en su necesidad de asumir algunos riesgos
para promover su crecimiento.

El Enfasis Excesivo sobre el Aire y el Fuego


La Falta de Agua y Tierra

En el mejor de los casos, este tipo representa a una per­


sona idealista, de aspiraciones y de pensamientos positivos,
cuyas intenciones y motivaciones están por encima de todo
reproche. Sin embargo, su enfoque de la vida no es particu­
larmente realista, y a menudo descubren que deben aprender
sobre el lado más oscuro de la vida a través de dura expe­
riencia y desilusión. A menudo descuidan las necesidades y
sentimientos mismos que les podrán dar más estabilidad y
fuerza interior. Los que tienen este énfasis, sin embargo, se
inclinan a menudo (a modo de compensación) a estudiar los
problemas inconscientes y emotivos, y a cómo cuidar de las
necesidades físicas. Este es un paso marcado en su crecimien­
to hacia un modo m.ás amplio de vida. Este tipo de persona
tiene la aptitud de poner sus ideas en acción y la capacidad
para ganar una perspectiva sobre el significado y la impli­
cancia de sus acciones. El peligro de este énfasis es que la
persona vivirá en su cabeza y en sus aspiraciones y de ese
modo descuidará el sendero emocional y las necesidades físi­
cas de las que podría extrae1 recursos interiores.
A este tipo se lo conoce por un agudo sentido del humor,
un enfoque optimista de la vida y a menudo una marcada
aptitud verbal. En el mejor de los casos, esta es una combi­
nación excepcionalmente creadora, ideas armonizadoras, ins­
piraciones y planes con la aptitud y el impulso para ejecu­
tarlos. Sin embargo, el problema de que las cosas se hagan
realmente proviene del hecho de que esta persona no está
afirmada; más bien está en lo alto, elevándose sobre las nece­
sidades más mundanas de ocuparse de deberes, necesidades

150
emocionales y trabajo persistente. En consecuencia, pueden
esparcir su energía y extenderse en exceso hasta quemarse y
agotarse. La falta de profundidad y potencia sustentadora les
dificulta el que recarguen sus baterías en un esfuerzo por
recuperarse de las tensiones cotidianas. En esta persona fal­
tan las cualidades rejuvenecedoras y curativas de la tierra y
el agua; por ello, necesitan darse cuenta de que no pueden
hacer afluir sus energías libremente sin armonizar al mismo
tiempo sus recursos más profundos si han de evitar un estado
de agotamiento constante.

Las Combinaciones de Otros Elementos

Las otras combinaciones de dos elementos dentro de una


persona son compuestos de energías "incompatibles". Evi­
dentemente, esto puede contribuir a ciertos problemas de in­
tegración, pues tales tipos diferentes de energías representan
dos dimensiones de la vida diferentes y ajenas, que pueden
concentrarse simultáneamente sólo con máximo esfuerzo, dis­
ciplina y práctica. En casos extremos, el individuo se sentirá
traccionado hacia dos modalidades de autoexpresión radical­
mente diferentes, con una sensación de agotamiento si una
u otra es descuidada. El hecho de que el aspecto en cuadra­
tura (90 º ) se halle habitualmente en astrología entre dos pla­
netas en tales elementos incompatibles y el hecho de que este
aspecto represente invariablemente áreas de la vida en las que
la persona tendrá que empeñarse más arduamente para expre­
sarse e integrarse indica con claridad la naturaleza de este
dilema.
Sin embargo, lo que por lo común no se tiene en cuenta
en la interpretación de tales aspectos o tales incompatibili­
dades en la astrología tradicional es que estas combinaciones
representan una interacción de tendencias conscientes e in­
conscientes. Esta interacción dentro de una persona, si bien
a menudo produce graves frustraciones y conflictos, podrá
manifestarse también como especializaciones de orden eleva­
do. A través del esfuerzo para integrar estas energías, uno
tendrá que desarrollar un alto grado de concentración y do­
minio en las áreas indicadas; y esto podrá dar por resultado
el desarrollo de una ampliada perspectiva, una comprensión

151
más honda, y aptitudes insólitamente creadoras. Los ejemplos
que siguen deben aclarar lo que esto significa.

Las Combinaciones de Aire y Agua

Aunque este individuo se sienta a menudo traccionado


entre orientaciones intelectuales y emotivas hacia la vida, esta
combinación, en el mejor de los casos, podrá producir indi­
viduos que estén armonizados en ambos reinos de la experien­
cia. Ni el mundo abstracto ni el sentimental-intuitivo es ajeno
a esta persona, y así es capaz de desarrollar una modalidad
operativa que abarque ambos tipos de percepción. Esto da
por resultado que la persona puede dar profundidad a sus
ideas y a su aptitud para obtener desapego y perspectiva so­
bre sus sentimientos y anhelos más profundos. Aunque ésta
es la más sensible de todas las combinaciones (tanto física
como psicológicamente) y aunque esta sensibilidad puede im­
pulsar a que uno sea un soñador, un escapista, o un descon­
tento inclinado a fantasear, esa sensibilidad no es menester
que obtenga lo mejor de esa persona. En el mejor de los
casos, tiene imaginaciones asombrosamente fértiles, aptitudes
genuinamente creadoras con las personas en todas las artes
consultivas o curativas. La aptitud que se emplea en estos
campos es la de armonizarse con las percepciones más sutiles
del inconsciente y poder verbalizar esto concisamente.

Las Combinaciones de Aire y Tierra

En esta combinación, aunque puede haber una tracción


alternada entre las orientaciones abstractas-conceptuales y de
eficiencia práctica, no hay tanto conflicto como podría pare­
cer. Esto es así puesto que los signos de aire y tierra son
regidos por los mismos planetas, matizándolos así con algunos
de los mismos valores, cualidades y modalidades operativas.
Sin embargo, uno debe comprender que su compatibilidad es
más evidente cuando se halla dentro de un individuo que cuan­
do se halla en los mapas de dos personas distintas en las
comparaciones de mapas. Estos elementos son energías in­
compatibles en su modalidad real de expresión, pero sus ar-
152
monizaciones particulares pueden considerarse como comple­
mentarias. Cuando estas energías se concentran en algún
grado de armonía dentro de un individuo, éste puede com­
binar el conocimiento intelectual y conceptual con una ar­
monización práctica con objetivos concretos. En consecuen­
cia, podrá tener una base práctica sobre la que se fundamenten
sus ideas y una perspectiva particularmente innovadora con­
cretando cosas en el mundo material. Este tipo de personas
es dada a la premecUtación, el desapego, la inteligencia prác­
tica y una lógica medianamente fría. El impulso y el emo­
cionalismo no son su modo de obrar, y a menudo desconfía
de quienes son ejemplo de tales cualidades. Es una combina­
ción excelente para los ejecutivos comerciales, los organiza­
dores, o para otros tipos de trabajo que sean intelectualmente
exigentes. Muchas personas que se sienten cómodas en lo
burocrático tienen esta combinación, pues pueden ocuparse
de ricos detalles concretos sin que esas exigencias abn1n1en
su sistema nervioso.

Las Combinaciones de Agua y Fuego

Esta combinación es precisamente la opuesta de la ante­


rior, pues este tipo expresa todo de manera emocional, exci­
tada y más bien impulsiva. Hay a menudo falta de pensa­
miento y procedimiento lógicos y sistemáticos, con inquietud
resultante y tendencia subjetiva. Esta es una combinación de
intensidad, extremos emocionales y sorprendente sensibilidad
hacia lo que los demás piensan de ellas. Estas personas tien­
den a ser las que llegan hasta el límite, teniendo una marcada
falta de auto-represión. Esta falta de control o disciplina
(¡que se manifiesta hasta en personas con combinaciones de
Escorpio-Leo en que finalmente dejan pasar!) lleva en muchos
casos a cambios de humor excepcionalmente graves. Estas
personas funcionan en un estado de alta presión y. por regla
general, lo hacen mejor cuando las circunstancias los exigen.
Aunque puede haber un conflicto entre la libertad y el apego,
entre las aspiraciones futuras y las necesidades de seguridad,
entre el ego y el desinterés, esta combinación les permite
moderar su entusiasmo con sensibilidad v expresar a los de­
más sus sentimientos directamente. Habitualmente, en estas

153
personas hay modales sencillos y cualidad renovadoramente
estimulante. En el peor de los casos, este tipo es explosiva­
mente impredecible, dado alternadamente a inspiraciones y
frustraciones profundas. En el mejor de los casos, son cáli­
dos, y dan apoyo y protección en sus tratos con los demás. A
menudo es una buena combinación para asuntos comerciales
y profesiones del espectáculo, pues pueden moderar sus acti­
vidades promocionales con prudencia y proyectar sus senti­
mientos con convincente compromiso.

Las Combinaciones de Tierra y Fuego

Zipporah Dobyns llamó "apisonadora" a esta combinación.


La llama "la más creadora y productiva de las combinaciones
con la iniciativa y la creatividad del fuego y la practicidad
de la tierra con su impulso para producir en forma tangible".
En su libro Finding the Person in the Horoscope, la doctora
Dobyns expresa, además, que esta combinación "tiene impacto
sobre el mundo y todavía marcha cuando todo lo demás se
deja de lado". Esta es una descripción exacta de las interac­
ciones de estos dos elementos, pues la tierra da poder sus­
tentador al impulso de autoexpresión representado por el fue­
go. Dentro de estas personas hay también una fundamenta­
ción práctica que usan para poner a prueba sus inspiraciones,
a fin de ver si su gasto de energía es potencialmente produc­
tivo. Por tanto, estas personas tienen aptitud para conservar
y dirigir su vitalidad más bien formidable y encauzar sus en­
tusiasmos hacia ambiciones específicas. La armonización de
la tierra da más paciencia y disciplina al fuego, mientras que
el fuego suministra la confianza y la fe espontánea de la que la
tierra carece. Habitualmente, estas personas aman el trabajo
y obtienen gran satisfacción viendo manifestados en el mun­
do los efectos de sus energías. Los mapas de muchos empre­
sarios que se automotivan tienen esta combinación, y ponen
en marcha pequeños negocios que, a su tiempo, llegan a ser
grandes empresas.
En la combinación de tierra y fuego, a menudo hay un
delicado equilibrio entre egotismo y humildad, generosidad
y mezquindad. Por lo general, estas personas son muy felices
más bien cuando por sí mismas afrontan los desafíos del

154
mundo que apoyándose en roles sociales establecidos o en pau­
tas educativas para alcanzar el triunfo. El primordial proble­
ma de esta combinación es cierta tosquedad e insensibilidad.
Las personas "apisonadoras" no son reflexivas acerca de sí
mismas ni particularmente cuidadosas acerca de a quién aplas­
tan en sus esfuerzos de llegar a donde se dirigen. De allí que
harían bien en cultivar mayor atención a los aspectos más
sutiles de la vida, incluida su propia vida, ideales y valores.
Una vez que esta energía se derrama en servicio de los demás
y se dirige con plena consideración de ]as implicancias de
sus acciones, la persona podrá manifestar activamente un amor
poderoso a través de firmeza, confiabilidad y productividad.

155
13

POTENCIAL DE INTEGRACION:
ASPECTOS Y RELACIONES PLANETA.RIAS

El uso destacado de los elementos en la interpretación


del mapa permite al astrólogo profesional entender y explicar
numerosos factores importantes que bien podrían ignorarse si
sólo usa los aspectos principales. Como hecho concreto, me
parece que los elementos constituyen la aplicación primaria
de los aspectos, aunque de ningún modo subestimo la impor­
tancia de la teoría armónica a la que actualmente se le presta
mucha atención. Como ejemplo, los astrólogos, en su mayo­
ría, consideran al quincunce (o aspecto "inconjunto" de 150 º )
como un aspecto menor que indica alguna tensión implícita
en la expresión de los dos principios planetarios indicados.
Este aspecto se relaciona también con pautas de conducta
compulsiva y motivada por la culpa. Si consideramos a este
aspecto según los elementos, hal1amos que todos los quincun­
ces que abarcan elem�ntos inarmónicos pueden considerarse
realmente como índices de problemas principales de la vida,
puesto que está presente una irritación constante y una fas­
tidiosa compulsividad que interfieren con la fácil expresión de
los principios planetarios. (Nota: pueden formarse ángulos
de 150 º entre planetas en elementos armónicos -por ejem­
plo, Aries 1 º y Leo 29 º -, pero el poder del aspecto se debilita
con ello.)
De modo parecido, tenemos que considerar dos tipos de
semisextiles y semicuadraturas respectivamente, si hemos
de delinear con precisión los denominados aspectos menores.
Los semisextiles y las semicuadraturas son particularmente

156
fuertes cuando abarcan planetas en elementos inarmónicos.
Cuando estos aspectos están presentes entre dos planetas en
elementos armónicos, hay poquísima fuerza y en realidad el
potencial de gran productividad con relativa facilidad. Estos
mismos principios de interpretación deben aplicarse al análi­
sis de cuadrados, trinos, lo mismo que de los demás aspectos.
Por ejemplo, un trino entre dos planetas en elementos inar­
mónicos no significará la misma facilidad de autoexpresión
que trinos en el mismo elemento, aunque aún haya habitual­
mente algún talento definido. Podría decirse que las posicio­
nes de los planetas según los elementos (sin considerar los
aspectos) revelan la armonización general y el tono de la
liberación de energía en el individuo, mientras que cada as­
pecto próximo indica un específico intercambio dinámico de
energía dentro de la persona.
Podrán obtenerse muchas revelaciones importantes acer­
ca de un mapa contrastando simplemente las diferentes ex­
presiones de energías planetarias según los elementos, aunque
no está involucrado aspecto alguno. Este principio es más
importante todavía en la comparación de los mapas, donde
en efecto se analiza cómo interactuarán las energías de dos
personas. Según el doctor Stone, los elementos son como en­
granajes que se engranan o muelen. Engranarse con plena
armonía podría inducir facilidad de expresión y buena salud,
pero no necesariamente nuevas intuiciones o ulterior creci­
miento acuciado por exigencia. Esa molienda y fricción que
puede desarrollarse dentro de una persona desde la interac­
ción de los elementos inarmónicos conduce inevítablemente
a esfuerzo físico y tensión psíquica, pero esta tensión puede
ser productiva si se la expresa creadoramente. La integración
personal puede ser más difícil en este caso, pero también pue­
de ser más probable un crecimiento que surja de la necesidad
de ampliar la dimensión de la experiencia representada a
fin de abarcar ambos factores involucrados en cierto conflicto.
En otras palabras, la integración de cualidades aparentemente
incompatibles de uno es posible v, en realidad, t'S potencial­
m.ente creativa, pues tal tensión interna fuerza a uno a actuar
y producir, lo mismo que a crecer en el conocimiento de la
ccmplejidad de la vida. La necesidad de juntar dos elementos
incompatibles en un concentrado afluir de la autoexpresión
podrá llevar al desarrollo de un conocimiento más complejo

157
y, en realidad, de una clase muy especial de habilidad, como
se mencionó en el último capítulo.
Es cierto que los aspectos "fuertes", especialmente la cua­
dratura (90 º ), entre los planetas muestran inevitablemente mo­
tivos o impulsos conflictivos o contradictorios, procurando
ambos simultáneamente la expresión o interfiriéndose ambos
entre sí. Sin embargo, el énfasis de la astrología tradicional
sobre las posibilidades destructivas o autodestructivas de es­
tos aspectos impulsó a muchos estudiantes de astrología a
ignorar la finalidad existente detrás de tales aspectos y los
resultados extremadamente positivos que podrán aportar. En
cuanto a una presentación bien equilibrada y reflexiva de los
diversos aspectos, remito al lector a Los Aspectos Astrológi­
cos, de C. E. O. Carter. Este libro muestra claramente que
ciertos trinos indican, por lo común, un enfoque autosatisf�
cho y apático de la vida, y que se descubrió que muchos as­
pectos "fuertes" indican potencial de mayor creatividad y
conocimiento superior que el que se encuentra en el trino
entre los dos mismos planetas.
Para resumir lo que dije en relación con los aspectos y
los cuatro elementos: aunque los aspectos indican específica­
mente siempre una especial dinámica de energía con la que
la persona tendrá que contender o de la que podrá extraer,
sólo la esmerada comparación de la relativa armonía de los
elementos en que están ubicados el Sol, la Luna, el Ascendente
y otros planetas "personales" podrá suministrar una cabal
comprensión de cómo la persona enfoca la vida y qué combi­
nación de fuerzas trata de expresar.
Como ejemplo, un aspecto en cuadratura entre el Sol y
la Luna en elementos inarmónicos indica que uno tiende a
"mudar de engranajes" en la mitad de expresarse o recibir
de otro. Este aspecto indica específicamente que las necesi­
dades subconscientes (la Luna) inhiben la expresión de los
deseos conscientes más esenciales (el Sol). Cuando uno en­
cuentra este aspecto en cuadratura en elementos inarmónicos,
como es habitualmente el caso, hay una lucha interior evi­
dente, que se manifiesta como dos prominentes pautas de per­
sonalidad que rivalizan por el dominio, un conflicto interior
que hace que los demás que traten a esta persona se pregun­
ten: ¿qué quiere realmente ese individuo expresar? Cuando
esta cuadratura está entre las "luces" en elementos armónicos,
158
la lucha casi no es tan intensa o evidente, aunque la persona
experimentará aún algunas manifestaciones comunes de ese
aspecto, como dificultad en el trato con el sexo opuesto en
estrecha asociación y la interferencia de pautas de hábitos in­
conscientes con un fácil fluir de la autoexpresión.
Para explorar más el empleo de los elementos en un ma­
pa, tomemos ahora el caso de un hombre con el Sol en Virgo
y la Luna en Leo, sin tener entre ellos aspecto mayor o menor.
El Sol y la Luna de este ejemplo están en elementos incom­
patibles; y, aunque no haya conflicto o inhibición del alcance
indicado por el aspecto en cuadratura mencionado antes, ha­
brá aún discordia interior e intento de expresar dos modali­
dades incompatibles del ser simultáneamente. La manera ver­
dadera de la autoexpresión esencial del hombre sería simbo­
lizada por Virgo, su signo del Sol, y estaría en sus mejores
condiciones e irradiando su energía más dinámica cuando se
comprometiera en actividades de Virgo y servicio útil a los
demás. La humildad les sentaría bien y su radiación brillaría
con máximo esplendor para los demás concentrando sus ener­
gías al modo de Virgo. Sin embargo, su luna de Leo muestra
que tiene necesidad subconsciente de causar gran impresión
a los demás, de enseñorearse sobre los demás, y lanzarse a
tomar la delantera en toda actividad. Podría decirse que la
personalidad esencial de su alma la muestra Virgo, mientras
su condicionamiento pasado le impulsa a expresarse en una
modalidad de Leo, aunque inhiba el fluir energético solar. La
humildad y las cualidades de modestia de Virgo no armoni­
zan con el orgullo y los hábitos de autoagrandamiento de Leo,
y por ello esta combinación refleja un mayor callejón sin sa­
lida en el sendero hacia la integración personal aunque no
esté presente aspecto alguno.
Mi propia experiencia me induce a creer que uno de los
primeros pasos en la interpretación de cualquier mapa debería
ser evaluar la compatibilidad relativa del Sol y la Luna, las
dos polaridades primarias de la personalidad lo mismo que los
primeros índices cuyos elementos más elevadamente se dina­
mizan en el individuo. Un análisis de esta profundidad induce
a menudo conocimientos no accesibles a los métodos más co­
munes de interpretación astrológica. Luego, como otro paso,
uno podrá examinar la compatibilidad relativa de otros pares
de planetas: Sol y Mercurio; Venus y Marte; Mercurio y Jú-
159
piter; Júpiter y Saturno; Sol y Venus; Luna y Venus; y así
sucesivamente, a fin de definir más específicamente varios mo­
dos de autoexpresión y modos posibles de resolver conflictos
interiores.
Unos pocos ejemplos de tal comparación de pares plane­
tarios debe aclarar lo que quiero decir. Por ejemplo, tómese
un hombre cuyo Sol está en Sagitario y Mercurio está en Ca­
pricornio. Su naturaleza esencial puede describirse como sa­
gitariana: buscador de la verdad, mentalidad abierta, idealis­
ta, etc. Mercurio representa el modo en que enfoca las nue­
vas ideas, con lógica y reflexión. Puesto que Mercurio en Ca­
pricornio se conoce por un modo particularmente escéptico,
cauto y tradicional de pensar, podría revelar que el modo de
pensar de este hombre podría inhibir su aceptación intelec­
tual de los ideales y las verdades mismas que busca con tanta
desesperación. En ese caso, aunque respondiera a las prome­
tedoras ideas nuevas con una mente abierta al oírlas por pri­
mera vez, a su tie1npo tendría que decidir qué valoró más: la
seguridad intelectual y la comodidad, o las necesidades más
esenciales y más profundas.
Una persona cuyo Venus es un elemento incompatible con
el del Sol podría experimentar, de modo parecido, una similar
discordia interior. Pero en este caso, sus gustos condiciona­
dos emocionalmente (Venus) estarían en contraste con sus ne­
cesidades y valores más esenciales. Esto podrá manifestarse
de muchos modos, por ejemplo, tendiendo a atraer a las per­
sonas hacia relaciones íntimas que no satisfagan con plenitud
las verdaderas necesidades de uno, o tratar de expresar los
propios afectos de un modo que no armonice con los valores
superiores de uno.
Una situación similar podrá desarrollarse con el Sol y
Marte en elementos incompatibles. Por ejemplo, tómese el
caso de una mujer cuyo Sol está en Acuario y cuyo Marte está
en Tauro. Ella atraería automáticamente en un nivel físico a
hombres que encuadren en la imagen de Tauro, pero esos
mismos hombres expresaríanse simultáneamente con fines in­
tersectados con las necesidades acuarianas más esenciales de
ella en cuanto a libertad y autoexpresión. ¿Qué va a dar?
¿Valorizará ella la atracción física sobre el nivel más esen­
cial de la compatibilidad, o llegará a darse cuenta de que ella
160
no podrá tenerlo todo en una sola relación? (Adviértase que
un planeta de Tauro está por signo en cuadratura con Acuario.)
Un ejemplo más debería bastar para explicar el procedi­
miento al que apunto. Si un hombre tiene la Luna en Libra y
Venus en Cáncer, hay dos conjuntos de respuestas y armo­
nizaciones emocionales que no están en armonía. En oca­
siones, él sería atraído hacia personas (especialmente muje­
res) que ejemplificaran la sensibilidad y simpatía emocional
de Cáncer. Con estas personas, él se sentirá apreciado y emo­
cionalmente libre para expresar sus afectos y pasiones, y ex­
perimentaría mucho goce sensual. Sin embargo, la Luna re­
presenta una necesidad más profunda aún que la que repre­
senta Venus, y por ello él a su tiempo podría hallar que esta
necesidad no se satisfizo con la persona del tipo de Cáncer.
Digamos, pues, que encuentra un tipo de mujer de Libra con la
que se siente profundamente cómodo y con la que se identifica
muy fuertemente. Al final, cree haber encontrado su compañe­
ra, su "otra mitad", y se casan. Sin embargo, suponiendo que
ella no tenga mucho énfasis sobre los signos de agua para po­
der armonizar con lás necesidades de Venuus de él, él descubre
lentamente que gran parte de su vida emocional está insatis­
fecha. Y lo molesto que descubre es que lentamente empieza
a ser atraído hacia las mismas situaciones románticas con ti­
pos de Cáncer (o al menos con tipos de agua), como antes. En
consecuencia, está atrapado en un lado (en este caso, Venus
en cuadratura con la Luna), pues sus más profundas necesi­
dades de seguridad y sentido del yo e imagen pública (Luna)
están todos satisfechos por su esposa, pero sus impulsos más
románticos, sensuales y emocionales (Venus) están frustrados
con ella. ¿Cómo podrá trabajar con estas dos necesidades?
¿Cómo podrá satisfacer ambas orientaciones sin arruinar su
matrimonio? Ese es el dilema, y ese es el desafío con el que
tendrá que trabajar ·para evolucionar hacia un mayor autoco­
nocimiento y refinamiento emocional.
En este ejemplo, los planetas están en un aspecto tradi­
cional (la cuadratura), que tiende a causar un problema más
grave. Pero los principios básicos son igualmente aplicables
en casos en los que la Luna y Venus están meram.ente en ele­
mentos incompatibles, sin ningún aspecto próximo. En este
procedimiento de comparar pares de planetas, uno analiza, en
efecto, dos armonizaciones específicas que pueden inhibir la

161
expresión de cada uno de los princ1p1os fundamentales del
otro. Es como si los dos planetas se introdujeran mutuamen­
te en su camino, pero sin embargo, el individuo tendrá inva­
riablemente que satisfacer ambas necesidades y expresar am­
bos impulsos si ha de sentir que está viviendo una vida plena.
Esto no tdgnifica que el individuo triunfará en sus intentos de
resolver el dilema, sino meramente que el intento de hacerlo
es un principal desafío de la vida a través del cual podrá en­
sanchar su comprensión de sí mismo y de la vida en general.
Como lo expresa Jung, un verdadero conflicto nunca es capaz
de ser resuelto en el mismo nivel de la consciencia en que se
lo experimenta. Sólo podrá superárselo con el tiempo. Cuando
el individuo creció en conocimiento al punto que ambos lados
del conflicto se ven y aceptan, la experiencia del conflicto po­
drá empezar a disolverse.

162
14

LOS PLANETAS EN LOS ELEMENTOS

A fin de alcanzar un nivel profundo en la interpretación


del mapa como acabamos de describirlo, naturalmente hay
que tener un modo de expresar la armonización de cada pla­
neta en el mapa de modo conciso y práctico. La interpreta­
ción de todos los planetas se hace más útil y más específica­
mente precisa entendiendo los elementos involucrados, pues
los planetas en los elementos no sólo muestran cómo estamos
armonizados con diferentes dimensiones de la experiencia sino
también cómo podemos sintonizamos conscientemente con
estas dimensiones y con qué energías nos ponemos de modo
inmediato en contacto con estos campos de la actividad vital.
Los planetas representan principios específicos de intercam­
bio de energía entre el individuo y el suministro universal de
toda la energía. En consecuencia, cada planeta no sólo r�vela
un tipo de energía que egresa y un impulso hacia una expre­
sión de cierto género, sino que también revela una necesidad
específica de actividad y satisfacción que deberá alimentarse
a lo largo de un particular largo de onda que Ingresa. (Véase
los Conceptos Claves para los Planetas, al final del Capítu­
lo 9.)

Mercurio

Como ejemplo, Mercurio representa no sólo un impulso


para expresar los propios pensamientos a los demás y esta­
blecer los propios pensamientos específicamente a través de
163
la expresión verbal o la habilidad manual, sino que también
muestra la necesidad d� ser entendido por otra persona que
esté armonizada con las ideas de modo similar y la necesidad
de aprender recibiendo ideas e información del mundo externo.
En otras palabras, Mercurio simboliza el impulso para esta­
blecer contacto y verdadera comunicación de dar y recibir
con los demás; y el modo de intercambio de energía es re­
presentado por el influjo (a través de la percepción) y el afluir
(a través de la habilidad, el habla y la destreza manual) de
la inteligencia. El elemento en el que Mercurio se halla en un
mapa particular indica qué energía y cualidad específica in­
fluyen sobre la propia "lógica" y cómo uno piensa y expresa
los pensamientos a través de cierto largo de onda vibratoria.
Mercurio, en los signos de agua, por ejemplo, indica un modo
de comunicación influido fuertemente por los propios anhelos
más profundos y predisposiciones subconscientes. Mercurio
en los signos de tierra muestra que los propios pensamientos
son influidos por necesidades prácticas y por la preferencia
del individuo para aceptar ideas que sean aplicables de modo
práctico. Mercurio en los signos de aire revela que los propios
pensamientos son relativamente libres y no encadenados por
necesidades emocionales y prácticas y que, en consecuencia,
pueden ser tan abstractos como la persona quiera. En otras
palabras, puesto que la palabra clav� para el elemento aire
es conceptos, Mercurio está muy a sus anchas en los signos de
aire, pues la mente intelectual puede funcionar con un grado
de. libertad y levedad relativas. Mercurio en los signos de
fuego indica que los propios pensamientos son influidos por
las propias aspiraciones, creencias, esperanzas y planes per­
sonales. Mercurio en los signos de fuego no representa, por
tanto, la misma objetividad de pensamiento que se encuentra
en los signos de aire, pero a menudo significa un uso claro y
adrede del pensamiento positivo.
Esta armonización de Mercurio acerca de lo que hemos
estado hablando es especialmente evidente cuando uno estudia
comparaciones de mapas y se da cuenta de que las palabras
específicas que se pronuncian en todo intento de comunica­
ción no son casi tan importantes com.o la energía que está de­
trás de esas palabras. Por ejemplo, si usted está armonizado
con otra persona a través de aspectos armoniosos entre el
Mercurio de cada persona, usted podrá sintonizarse con los

164
pensamientos de esa persona aunque se expresen pobremente.
Por otro lado, si su Mercurio está en conflicto o, por lo menos,
no está armonizado con el de otra persona, es muy probable
que tenga dificultad en "oir" lo que esa persona dice aunque
ese individuo sea muy claro. Esta vibración de Mercurio es
evidente hasta cierto punto, incluso en la comunicación es­
crita, pero es especialmente evidente en los contactos de per­
sona a persona.
Como ejemplo, una mujer de una de mis clases de astro­
logía {que estaba sentada al fondo del aula, a unas· veinte filas
del frente), formuló una noche una pregunta acerca de un tó­
pico que se estaba discutiendo. Antes de que terminara de
verbalizar la pregunta, advertí que yo le había entendido ya
por completo, con un grado insólito de claridad. Le pregunté
en qué signo era su Mercurio, ¡y me replicó que estaba en el
mismo signo que el mío y casi en el mismo grado! Eso me
explicó de inmediato por qué yo había entendido tan completa
y rápidamente su pregunta; pues no sólo había yo compren­
dido las palabras que estaba empleando para plantear la pre­
gunta, sino que también me había sintonizado automática­
mente con su consciencia y así había entendido simultánea­
mente todos los matices que motivan su indagación. En otros
casos, durante el curso de las clases que yo dictaba, advertí
que a veces ocurría lo contrario: una persona con la que yo
no estaba armonizado tratando más bien desesperadamente de
expresar una pregunta de un modo que yo pudiera enten­
derla. En tales casos, yo tengo que emplear energía mental
extra para cambiar efectivamente mi armonización natural
con la de la otra persona a fin de ser capaz de entender los
pensamientos expresados en una vibración más bien extraña.
Esta rearmonizacíón o cambio consciente de fase -a ve­
ces necesario para armonizar con otra persona- es algo que
uno también podrá hacer hasta cierto punto con las energías
de otros planetas. Por ejemplo, si usted descubre que el modo
en que usted expresa el afecto (Venus) desplaza a la otra
persona a la que quiere complacer, es posible moderar la
expresión de su propia energía de Venus y sintonizarse en
lo que exactamente será placentero para la otra persona. Sin
embargo, hay una reticencia inmediata y automática a cam­
biar los niveles de expresión, pues hacerlo exige el empleo
de energía extra a fin de trabajar en un reino extraño de la ex-

165
periencia. Uno puede obrar así a través del esfuerzo cons­
ciente y la concentración, pero es inevitablemente fatigoso
en la persona si intenta expresarse durante un lapso de modo
qué no fluya naturalmente. Este hecho es específicamente
apropiado para considerar ciertos géneros de incompatibilidad
en las comparaciones de mapas, lo cual lo exploraremos en el
capítulo siguiente.
Antes de considerar los otros planetas, debemos aclarar
a esta altura que la importancia y la intensidad relativas de
los elementos de los diversos planetas ha de estudiarse en
profundidad antes de que uno formule declaración alguna
acerca de la fuerza de los elementos en cierto mapa o acerca
de un tipo específico de incompatibilidad en una compara­
ción de mapas. Es mucho más fácil modificar periódicamente
la armonización o expresión de Mercurio, Venus, Marte o
Júpiter, que intentar hacerlo con el Sol, la Luna o el Ascen­
dente. De hecho, puesto que la polaridad Sol-Luna y el As­
cendente se combinan para vitalizar el propio ser íntegro,
estas energías no pueden en realidad modificarse sustancial­
mente ·de ningún modo sal�dable; sólo podrán bloquearse o
reprimirse. Esto es así porque el Sol, la Luna y el Ascendente
muestran qué energías (según sus elementos) dominan su
atención coherentemente, mientras los elementos de Mercu­
rio, Venus, Marte y Júpiter funcionan más periódicamente y
en situaciones más bien específicas.

Venus
Como Mercurio, el planeta Venus representa un influjo
y un afluir de energía, y su ubicación en los diversos elemen­
tos se expresa cómo dar y recibir amor, afecto, goce sensual
y cuidado con los demás. El elemento de Venus de uno re­
presenta cómo se expresa aprecio y cuidado, en otras pala­
bras cómo uno da sus propios sentimientos. Esa es la fase
afluyente del principio de Venus en acción, pero la fase del
influjo es igualmente importante. Según el elemento de su
posición del signo, representa qué clases de experiencia y ti­
pos de expresión alimentan la propia necesidad de proximi­
dad con otro y ayuda a uno a sentirse amado y apreciado. Si
el Venus de uno está en un signo de agua, por ejemplo, existe
la necesidad de constante alimentación emocional y cuidado

166
simpático, y de sensibilidad coherente y firme hacia la propia
sensibilidad y vulnerabilidad. Esta clase de participación no
necesita palabras (uno de los principales medios de expresión
de Venus en los signos de aire), ni grandes gestos (como Ve­
nus en los signos de Tierra) . Venus en los signos de agua ne.
cesita solamente un intercambio de sensibilidad y sentimien­
tos amorosos que tal vez pasen inadvertidos para los demás
que no estén armonizados de modo parecido.

Marte

El elemento de Marte muestra qué tipos de experiencias


y modos de actividad estimulan la propia energía física y con
qué energía uno procura afirmarse. Por ejemplo, los de Mar­
te en signos de aire tratan de afirmarse a través de la expre­
sión de las ideas, mientras que Marte en signos de fuego opera
a través de una acción física más directa. Marte en signos
de agua funciona más sutilmente, represando el poder emo­
cional en algunos casos y afirmándose en pos de deseos que
no son plenamente conscientes en otros casos. Marte en los
signos de tierra indica que la persona necesita expresar su
voluntad y poder de afirmación a través de un logro concreto
que exige paciencia y persistencia.
Otro modo de expresar el tipo de intercambio de energía
que Marte representa es que el elemento del propio Marte es la
energía que alimenta �u propia necesidad de excitación física
y el modo a través del cual usted podrá expresar sus poderes
agresivos para demostrar su fuerza. Describe el método espe­
cífico que usted usa para obtener lo que quiere: Marte en aire
usa la persuasión. Marte en fuego usa el poder y la iniciativa,
Marte en tierra usa la paciencia y la eficiencia, Marte en agua
usa la astucia, la intuición y una persistencia más bien inven­
cible. Un hermano mío, por ejemplo, pone su máxima energía
en el cultivo de plantas desde la semilla, alguna de las cuales
exigen varios años de crecimiento antes de que estén listas
para el mercado. La paciencia y la calidad de los cuidados
que se necesitan para este tipo de trabajo está bien represen­
tado por su Marte en Tauro, y es un ejemplo de la energía de
Marte que se utiliza de modo que armonice con su armoni­
zación verdadera.

167
El Sol, la Luna y el Ascendente

El elemento del signo del Sol se discutió enteramente en


los capítulos anteriores, y en consecuencia no hay necesidad
de que aquí nos ocupemos de ello con más pormenores. Sen­
cillamente, puede decirse que el elemento del Sol es la ener­
gía que alimenta nuestro sentido básico de finalidad y la sen­
sación de bienestar. El elemento del Ascendente es algo pa­
recido, aunque denota un modo de enfocar la vida que es
más específico y menos omniabarcante que el elemento del
Sol. El elemento del Ascendente revela el modo de expresión
de todo nuestro yo en acción en el mundo, un modo natural
y espontáneo de enfrentar de inmediato la vida fuera de nues­
tro yo. 'Revela qué clase de enfoque de la vida exterior uno
preferiría adoptar a fin de sentirse libre e inimpedido por
otros intereses, pero a menudo hay otros factores del mapa
que pueden inhibir tal enfoque intensamente personalizado
(en especial aspectos afines del Ascendente). Sin embargo,
puede decirse que el elemento del Ascendente representa un
tipo de autoproyección que es físicamente dinamizador y que
tiene fuerte impacto sobre la confianza en uno mismo y el
sentido de libertad individual y unicidad.
El elemento de la posición de la Luna representa una ar­
monización desde el pasado que se manifiesta automática­
mente, un modo de sentir y ser al que uno necesita prestar
atención para sentirse interiormente seguro y cómodo con uno
mismo. Este elemento y las experiencias que se le relacionan
alimentan su necesidad de sentirse bien acerca de usted mis­
mo; pues, mediante tales modos de autoexpresión, usted sa­
tisface una profunda necesidad interior que podrá dar esta­
bilidad a su personalidad entera. El elemento de la Luna
muestra también cómo usted reacciona instintivamente a to­
das las experiencias, con qué energía se ajusta espontánea­
mente al fluir de la vida.
Por ejemplo, si la Luna está en un signo de aire, uno ten­
drá que expresar sus propios pensamientos a los demás a fin
de sentirse bien respecto de uno mismo y a fin de sentir paz
y tranquilidad interiores que provienen de la satisfacción de
esa necesidad subconsciente. De modo parecido, uno se ajus­
tará a la vida obteniendo primero el desapego de toda expe­
riencia en un esfuerzo por evaluar objetivamente cuanto esté

168
a mano. En otras palabras, uno con la Luna en un signo de
aire reacciona primero pensando, y luego actuando según los
dictados de su evaluación. Esta cualidad de previsión está
por lo común enteramente ausente en las personas que tienen
a la Luna en signos de agua o fuego, aunque está presente en
aquellas cuya Luna está en los signos de tierra.
La Luna en signos de agua indica un modo de reaccionar
matizado por la intensidad emotiva. Esto puede manifestarse
como temor o sentirse vulnerable, o puede sencillamente in­
dicar un compromiso inmediato y profundo con toda exigencia
que la vida imponga a esa persona. La persona tendrá que
competir inevitablemente con el condicionamiento del pasado
y las pautas de los viejos hábitos como una exigencia diaria
en sus esfuerzos por ajustarse a las mutables circunstancias
de dentro y de fuera.
La Luna en los signos de fuego se halla en los mapas de
personas que reaccionan ante las condiciones cambiantes o
las circunstancias inmediatas con entusiamo y acción directa.
Tienden a dar un salto antes de mirar, y nunca se las conoce
como carentes de decisión. Sin embargo, la impaciencia es
con frecuencia un problema, especialmente cuando la Luna
está en Aries o Sagitario.
La Luna .en los signos de tierra indica a uno que tiende
a reaccionar de modo muy fundado, firme y concreto.. De he­
cho, en los de la Luna en Tauro o Capricornio la reacción es
tan autocontenida que los demás piensan a menudo que no
hay reacción alguna. Sin embargo, a los de Luna en Virgo o
Capricornio les cuesta sentirse bien acerca de sí mismos;
para estas personas, la autoaceptación se basa en la cantidad
y la calidad del trabajo práctico realizado, y su aptitud para
ajustarse positivamente a la vida depende, por lo·común, de su
papel en el mundo laboral. Es en este ámbito de la vida donde
los de Luna en los signos de "trabajo" se sienten cómodos.

Júpiter y Saturno

El elemento de Júpiter muestra qué clases de experiencias


y modalidades de actividad generan fe interior y confianza
en uno mismo. Para expresar esto de otro modo, uno puede
experimentar un sentimiento protector de unidad con una

169
energía o un plan mayor cuando uno opera en el nivel indi­
cado por el elemento de Júpiter. El elemento de Saturno,
por otro lado, indica en qué nivel de expresión uno tiende a
estar inhibido y dónde la propia energía se bloquea o res­
tringe. · Este bloqueo interior surge porque ese nivel de ex•
periencia es muy importante para el individuo. En conse­
cuencia, tiende a atarse con nudos en este ámbito de la vida
y a constreñir el fluir de esta energía tratando demasiado ar­
duamente de expresarlo o reprimiéndolo. A menudo, este én­
fasis excesivo lleva a un estado de temor y ansiedad relacio­
nado con la clase de experiencia indicada, hasta que uno apren­
dió a relajarse, dejar pasar y armonizarse en la confianza y
la fe simbolizadas por Júpiter. Saturno y Júpiter pueden in­
terpretarse útilmente como un par de principios complemen­
tarios: Saturno representa el esfuerzo, Júpiter representa la
gracia. El esfuerzo sin gracia no nos deja alegría ni sereni­
dad, y entonces ni siquiera podemos aceptar los beneficios
del esfuerzo. La gracia sin esfuerzo no es generalmente un
modo constructivo de marchar por la vida; pues, aunque se
tenga gran fe y optimismo, por lo común se consigue muy
poco, y confiar sólo en la gracia puede convertirse en una
huida superficial de las responsabilidades inmediatas.
El elemento de Saturno en el mapa de uno indica por lo
general (especialmente si los aspectos de Saturno son fuer­
tes) un problema específico con plena aceptación, sin miedo,
de ese nivel de experiencia representada por el elemento par­
ticular. A menudo, este miedo es resultado de una vieja pauta
de vida que se tomó intolerablemente inflexible y opresiva,
aunque en un tiempo (como en vidas pasadas) esta precau­
ción y autodisciplina pudiera haber servido a un fin útil. En
realidad, la precaución y la disciplina pueden servir aún a una
finalidad muy útil en el propio crecimiento, pero sólo si esto
se acepta como un desafío que a uno lo motiva para que reali­
ce un esfuerzo más coherente para expresarse concretamente
en ese ámbito de la vida. El esfuerzo es necesario para abrir
el cauce de modo que esa energía pueda fluir naturalmente;
pero forzarla rígidamente es tan autofrustrante como blo­
quearla por completo.
Por ejemplo, Saturno en signo de agua indica a menudo
temor de expresión emocional. Algunos autores expresaron
que tal posición de Saturno hace que uno sea frío e insensi-
170
ble, pero la realidad es precisamente lo contrario. Los de Sa­
turno en signo de agua son emocionalmente muy sensibles,
pues se comprometen demasiado rigurosamente a defender
sus susceptibilidades de las amenazas del mundo externo. Por
tanto, naturalmente tienden a ser cautelosos en extremos acer­
ca de expresar sus sentimientos abiertamente, pues eso los
haría vulnerables. Saturno en signos de agua puede indicar
un grave grado de represión emocional, ¡pero eso no significa
que esa persona no sienta nada! Las personas con esta posi­
ción de Saturno en sus mapas necesitan efectuar un concen­
trado esfuerzo para expresar sus sentimientos con disciplina,
enfoque y autoaceptación. Mientras uno esté anudado, se­
guirá reaccionando con exceso ante todo, tal como una per­
sona nerviosa y timorata saltará ante el más leve ruido. Pero
cuando el individuo aprendió a desatarse, a dejar pasar y
aceptarse, entonces puede dirigir conscientemente toda la
la energía que los miedos y las actitudes negativas antes blo­
quearan.
A menudo, se descubre que las personas expresarán en su
trabajo el elemento de la posición de Saturno, pues este es un
modo de dar concretamente un enfoque definido a· estas ener­
gías. En consecuencia, los de Saturno en signos de agua son
atraídos frecuentemente hacia tipos de trabajo en los que
puedan expresar sus emociones y sensibilidad hacia los de­
más: por ejemplo, en las artes curativas o en el trato con los
que sufren de otros modos. A través de su trabajo, pueden
establecer firme fuerza emocional y eso podrá luego ser un
capital real del carácter de esa persona en vez de seguir sien­
do un pasivo invalidante. De modo parecido, podemos men­
cionar brevemente a Saturno en los demás elementos. Satur­
no en los signos de aire indica la necesidad de estabilizar la
propia comprensión, y estas personas expresarán a menudo su
sensibilidad hacia los demás, lo mismo que su conocimiento
en su trabajo cotidiano. Saturno en los signos de fuego mues­
tra la necesidad de estabilizar la propia Identidad, y las per­
sonas con esta ubicación de Saturno descubren a menudo
que su trabajo real es crear nuevas formas para su autoex­
pres'ión, ya sea en las artes como en el comercio. Los de Sa­
turno en signos de tierra necesitan estabilizar su eficiencia y
para ellos es importante expresar confianza y precisión en su
trabajo diario.

171
Si bien el elemento de Saturno en todo mapa natal indica
un tipo de energía que naturalmente es más bien restringida
(al menos en los jóvenes), el elemento de Júpiter simboliza un
depósito de vitalidad que es abundante y fluye naturalmente.
Como ejemplo de la diferencia entre las funciones de estos
dos planetas, consideremos cada uno de ellos en el signo de
Leo. Júpiter en Leo indica que sería menester una modalidad
dramática, ardiente y más bien llameante para darle a uno
una sensación de fe y confianza interiores. De modo parecido,
Saturno en Leo indica también a quien al menos subconscien­
temente quiere expresarse de este modo; pero el deseo es, por
lo común, centrado demasiado rigurosamente en uno mismo,
demasiado comprometido con la propia identidad del ego,
creando así miedo al fracaso o vulnerabilidad que podrá li­
siar la confianza en uno mismo. Debido a este miedo, uno
tiende a restringirse o disciplinarse en exceso en este ámbito,
esfuerzo que agrava un círculo ya vicioso de frustración inte­
rior. Por otro lado, si el individuo aceptara el hecho de que
necesita desesperadamente expresar esa energía, sin importar
qué esfuerzo exija, se habrá dado el primer paso hacia la ob­
tención de ese fluir energético. Pero este paso es imposible
sin comprender que la necesidad que se siente con tanta fuer­
za es una manifestación de la necesidad de la vida para ex­
presarse más que simplemente una imprevista parada perso­
nal. El elemento de Saturno demuestra dónde uno necesita
desarrollar confianza en una energía mayor que el mero ego.
Tanto Júpiter como Saturno en un elemento particular indi­
can gran necesidad de expresión en esa particular modali­
dad, pero la calidad de energía liberada es muy diferente. El
elemento de Júpiter tiende a fluir más bien espontáneamente
(¡si es que no lo bloquea Saturno!) y hasta con exceso, mien­
tras que el elemento de Saturno se expresa a través del es­
fuerzo consciente y el trabajo consciente en acción autodis­
ciplinada.

Otras consideraciones

Al interpretar los diversos planetas en los elementos, hay


que tener un conocimiento más bien profundo del principio
funcional específico representado por un p!aneta a fin de uti-

172
lizar estas intuiciones en su alcance más pleno. Una vez que
se logró este conocimiento a través de afios de estudio y prác­
tica paciente sobre centenares de mapas, muchas de las anti­
guas ideas astrológicas llegan vivas con elevada significación.
Por ejemplo, los conceptos de exaltación, dignidad, caída y
detrimento, más que ser meramente restos pasados de moda
de un sistema arcaico, como expresaran al gunos autores mo­
dernos, se aprecia entonces que tienen un significado muy
práctico. Aunque tal clasificación de las posiciones planeta­
rias se base esencialmente en la armonía entre la naturaleza
de un planeta particular y la calidad de cierto elemento, y
aunque todo planeta en cierto elemento indique ciertas cuali­
dades generales de expresión, es necesario considerar la ubi­
cación de cada signo de un planeta individualmente a fin de
entender en plenitud el significado de tales conceptos.
Por ejemplo, si un planeta está en un signo que es algo
incompatible con su propia naturaleza, es como si la calidad
de ese signo "interfiriera" la expresión pura de ese principio.
Si una persona tiene, por ejemplo, a Mercurio en Sagitario,
hay una tendencia a que sus creencias y aspiraciones (Sagita­
rio) interfieran en la expresión de su pensamiento lógico y
racional (Mercurio). Esto no significa que el individuo carezca
necesariamente de inteligencia o percepción clara, sino más
bien que sus ideas están invariablemente matizadas por inte­
reses distintos de la razón pura y el análisis de los hechos.
Tal persona, cuando se le pregunta por qué formuló cierta
declaración, lo más probable es que se remita a la creencia, al
ideal o a la esperanza de que motivó su declaración en vez de
dar a su oyente hechos específicos para apoyar su idea. Puede
observarse que el "detrimento" de Mercurio en Sagitario no
indica, por tanto, algo "malo" acerca de la persona o algo que
sea necesariamente un pasivo (como a menudo se interpretan
los detrimentos), sino que más bien indica una específica di­
ficultad personal en expresar la naturaleza verdadera del prin­
cipio funcional de ese planeta. El grado de dificultad que se
experimente dependerá de los aspectos de ese planeta y del
nivel de c9nocimiento del individuo.
Otro ejemplo bastará para orientar al lector en el empleo
constructivo de estos antiguos principios. Suponiendo que uno
tenga a Saturno en Escorpio (otro "detrimento"), las exigen­
cias, insaciables necesidades emocionales e intensos deseos de

173
Escorpio tienden a interferir la expresión del afecto y el libre
intercambio de los sentimientos amorosos con otra persona.
Esto no equivale a decir que tal individuo no pueda expresar
afecto o amor; apunta meramente al hecho de que tal persona
experimentará dentro de sí cierto grado de agitación emotiva
que es resultado de comprender que los verdaderos sentimien­
tos amorosos son matizados continuamente por pasión, deseos
sexuales y exigencias emocionales. En el mapa natal no se
indica qué hará esa persona acerca de este estado de cosas,
pues la misma energía podrá manifestarse de muchos modos.
(Véase la Expresión Positiva-Negativa de los Principios Pla­
netarios al final del capítulo 9). La ubicación de los planetas
en ciertos signos revela inevitablemente ciertos impulsos y
necesidades, aunque el mapa no podrá solamente determinar
cuán consciente esté esa persona de esta dinámica interior.
Los aspectos de ese planeta indican con qué facilidad podrá
expresarse o satisfacerse el particular impulso o necesidad, y
los aspectos más fuertes son los que generalmente indican
cierta obstrucción o bloqueo de la expresión de cierto ele­
mento.

174
15

LOS ELEMENTOS EN LA COMPARACION


DE LOS MAPAS

Los elementos son la clave para comprender en plenitud


el arte de la sinastría, llamado comúnmente "comparaciones
de los mapas". Al comparar dos mapas cualesquiera, más aún
que en el trabajo con mapas individuales, deberá tenerse en
cuenta la armonía relativa de las posiciones de los planetas
según los elementos., lo mismo que el análisis de aspectos espe­
cíficos existentes entre los planetas de una persona y los de
otra. Como se mencionó anteriormente, los aspectos más pró­
ximos indican un intercambio más dinámico de energía que
el indicado por los elementos solos, pero un análisis cabal de
la armonía de los planetas de dos personas según los elemen­
tos permitirá al astrólogo práctico descubrir muchas intui­
ciones importantes y diferenciaciones sutiles que los aspectos
más próximos mismos no dilucidan plenamente.
En el nivel de la experiencia normal, toda relación puede
verse como una interacción de dos campos de energía. Aun­
que puedan ponerse en juego muchas sutilezas, el arte de com­
parar mapas es esencialmente un análisis de cómo las ener­
gías de las personas se intercambian entre sí. Esto no equi­
vale a decir que no haya un significado más profundo detrás
de este aparente juego de energías, como el karma de la vida
pasada. Pero, en la medida en que la mayoría de los astró­
logos son confiablemente capaces de percibirla, esta compati­
bilidad relativa de las energías es el hecho a mano del que
tenemos que ocuparnos. Un análisis de la armonía de los ele­
mentos en la comparación de los mapas revela cómo y dónde

175
las dos personas son capaces de alimentar el campo de energía
mutuamente, lo mismo de cóm9 las dos bloquean entre sí el
fluir de la energía y, por tanto, se frustran mutuamente. Cuan­
do existe el bloqueo, hay una experiencia de gran frustración
o grave agotamiento de energía, o a veces ambas cosas.
Cuando hay un armonioso intercambio mutuo de energía, hay
una experiencia de satisfacción, vitalización y plenitud. Na­
turalmente, en la mayoría de las relaciones, existirán ambos
tipos de interca1nbio de energía; pero por lo común predomi­
nará el énfasis total. Los intercambios armoniosos entre dos
personas proporcionarán recursos que ambas pueden extraer
para suministrar la energía necesaria, exigida para ocuparse
de otros ámbitos de relación que sean más problemáticos. Sin
embargo, si hay un predominio de intercambio de energías
fuertes y discordantes entre dos personas, es sólo cuestión de
tiempo hasta que una o ambas desean poner fin a la relación
por puro agotamiento, si es que por nada más.
Estuve mencionando cómo las personas "alimentan" en­
tre sí sus campos de energías, y -a fin de aclarar lo que
quiero decir con esto- refirámonos aquí a una cita del libro
Born to Heal. El sanador señor A., a quien ya mencioné, sub­
raya al elemento del signo del Sol como uno de los rasgos
más importantes de toda relación que haya de estudiarse:
"Hay tipos compatibles, neutros y negativos de ener­
gías compatibles, o que se equiparan, generan juntas una
energía revitalizadora del combustible magnético."

El señor A. considera que son energías compatibles las


del mismo elemento pero de signos diferentes. Las energías
"negativas" son los elementos incompatibles, como el agua y
el fuego. Su acción "combinada" causa un agotamiento del
campo magnético en niveles diferentes, perdiendo de ese mo­
do la potencia de succión de la energía humana "tomada por
los pulmones". El señor A. considera que las energías neutras
son las del mismo signo del Sol, que no tienen otras energías
compatibles para recargarlas. Por lo común, no se recargan
entre sí eficazmente, y tienden a fundirse y "actuar como un
sólo elemento". De allí que los del Sol en el mismo signo que
no tengan otras compatibles armonizaciones energéticas des­
cubran a menudo que podrá resultar una lenta extenuación

176
del sistema nervioso. No es necesario que estén en conflicto
entre sí, sino simplemente que ni una ni otra persona se "ali­
mente" con facilidad de una vibración levemente diferente y
vivificadora de ese mismo elemento. La combinación de otros
elementos armónicos como el aire y el fuego, o agua y tierra,
se considera que es menos compatible que los diferentes sig­
nos del mismo elemento, pero mucho más compatible que las
energías "negativas" del señor A.
El señor A. sigue diciendo que nuestro sistema nervioso,
a través de nue�tro campo magnético, es influido por toda
persona con la que entramos en contacto: "Si nuestra genera­
ción de energías es fuerte, estas energías cruzadas de los demás
tienen poco o ningún efecto sobre nuestros nervios. Sin em­
bargo, si estamos debilitados o vaciados, la reacción es pro­
bable". También señala que un hijo gravitará automática­
mente en el padre que alimenta su campo magnético. Si las
energías de ambos padres no concuerdan con la pauta ener­
gética del hijo, el resultado es a menudo un hijo delicado y
sobreexcitado, siendo su natural un misterio para los padres.
Muchas veces advertí este fenómeno en mi práctica. Un re­
cuerdo que viene a mi mente es u.na muchacha cuyos padres
son los signos de Sol en Cáncer y Tauro. Ella es Leo con Luna
en Aries. Particularmente durante su adolescencia, sus padres
la consideraron una hija problematizada, y era en extremo
nerviosa e insegura para alguien con demasiada energía de
fuego. Tuvo lugar un gran cambio en ella a los dos años de
abandonar su casa luego de sus estudios superiores, y -huel­
ga decirlo-- que lo hizo tan pronto como pudq, luego de di­
plomarse. Una vez que estuvo en lo suyo y sin tener que com­
petir más diariamente con las corrientes cruzadas de las ener­
gías de sus padres, desarrolló rápidamente el equilibrio y la
confianza que normalmente uno asociaría con una persona de
su armonización. En otras palabras, ella no era el problema;
el problema era la relación entre ella y los padres. ¿Y qué
psicólogo sin la ayuda de la astrología podría haberse fi gu­
rado este dilema?
Aunque el elemento del Sol es el combustible primario
del individuo, los elementos de la Luna y del Ascendente están
inevitablemente muy dinamizados en toda persona. Y como
se explicó extensamente, los elementos de los otros planetas
personales y particularmente los "regentes" del Sol y del As-
17·
cendente deberán tenerse en cuenta. e.n toda comparación de
mapas. rodos están ;armonizados, hasta cierto punto, con todos
los elementos, pero la armonización más dinámica y cons­
ciente la indican los factores principales del mapa natal que
acabamos de mencionar. En particular, son muy dinamizados
los elementos de la polaridad Sol-Luna, y, en consecuencia, el
individuo será muy armónico y sensible con otra persona que
comparta algo de esa misma armonización. Aunque hay mu­
chos casos de matrimonio, por ejemplo, en los que los ele­
mentos del Sol y la Luna del hombre son incompatibles con
los elementos del Sol y la Luna de la mujer, la vasta mayoría
de esos matrimonios no duran mucho o, a pesar de uno o de
ambos, soportan una frustración constante. No estoy propo­
niendo que todo tipo de relación haya de tener necesariamente
una relación armónica entre los elementos del Sol y la Luna
de cada persona (pues, como se expresó, hay otros factores a
considerar), sino que estoy r-ecalcando que es imposible la
compatibilidad má� armónica y omniabarcante sin algún si­
milar intercambio suave de energías. Esto es así porque la
armonía entre el Sol, por ejemplo, y el Sol o la l:.una de otra
persona es índice de la expresión más pura y la fusión más in­
mediata de las energías vitales de las dos personas.
La importancia relativa de tal aspecto depende, por su­
puesto, del tipo de relación que se analice, del grado de inti­
midad implícito, de la proximidad de la asociación, y de la
cantidad de tiempo que los dos pasan en mutua compañ.fa.
Una relación comercial distante no pondría a prueba la com­
patibilidad tan hondamente como una relación que implicase
a los cónyuges o a padre e hijo. La armonía entre los Soles
y las Lunas es índice de una identificación mutua con el otro,
un conocimiento inmediato de la unidad de las dos personas.
En tales casos hay una fusión de la identidad, una vitalización
mutua, y un estímulo de la autoexpresión esencial de cada
persona. En otras palabras, este tipo de relación es índice de
una de las formas más elevadas del amor, un tipo de acepta­
ción y sensibilidad mutuas que es mucho más duradero y más
profundamente satisfactorio que las relaciones que se basan
en aspectos armoniosos de Venus-Venus, Venus-Marte, Ve­
nus-Sol o Venus-Luna.
Como ejemplo de lo que aquí recalco, examinemos el caso
de una pareja casada. La mujer tiene al Sol en Leo y a la Luna

178
en Aries, a Venus en Virgo, a Marte en Tauro, y a Cáncer
Ascendente. (Esta es una mujer diferente que la de Leo con
la Luna en Aries, mencionada anteriormente en este capítulo.)
Su ex-esposo tiene al Sol en Capricornio, a la Luna en Virgo,
a Marte en Géminis, a Venus en Sagitario, y a Cáncer ascen­
dente. Puesto que este no es un libro dedicado primordial­
mente a comparaciones de mapas, no voy a analizar todos
los aspectos de la comparación. Pero quiero señalar unos po­
cos factores críticos para aclarar la importancia de los ele­
mentos en las comparaciones. Ambas personas tienen a Cán­
cer ascendente, y ambas participaron de la crianza de dos hi­
jos durante doce años. El énfasis sobre el hogar y la familia
fue naturalmente un factor importante de energía para cada
uno de ellos, y en realidad esta orientación similar les ayudó
a que el matrimonio siguiera marchando como lo hicieran
(doce años). Por tanto, ambas personas son regidas por la
Luna, pero sus Lunas están en elementos incompatibles. Ni
uno ni otro de sus Soles o Lunas está en armonía con el Sol
o la Luna del otro. El primer elemento de la mujer es el fue­
go, y el del hombre es la tierra. Viven en mundos diferentes;
funcionan de modos totalmente diferentes e inarmónicos, para
ellos son importantes cosas diferentes; lo que para uno es
real, para el otro no es importante. Ni Venus ni Marte de la
mujer es armonioso con Venus y Marte del hombre, y -como
ella lo admitió-- ella cesó de responder sexualmente por com­
pleto a su esposo años atrás.
Ahora bien, hablando astrológica.mente, ¿qué fue lo que
unió a estas personas? ¿ Qué les hizo creer que eran compa­
tibles, que en realidad_podían hacerse felices mutuamente?
Venus en Virgo de la mujer está en estrecha conjunción con
la Luna de él y en trígono con el Sol de él. Marte de ella está
en trígono con el Sol y la Luna de él. De allí que la energía
esencial de Sol-Luna de él activara en el primer encuentro las
energías románticas, sexuales y amorosas de ella. Lo terreno
de él es muy compatible con lo terreno de ella y en particular
con la atracción de ella hacia los hombres de tierra en un ni­
vel físico (Marte en Tauro). ¡Pero lo terreno de él no es com­
patible con la naturaleza esencial de fuego de ella! De modo
parecido, su Venus en Sagitario está en trígono con el Sol y
la Luna de ella, y el Marte de él está en sextil a cada lumina­
ria. Asimismo, la vitalidad esencial de Sol-Luna de ella acti-

179
vaha las energías emocionales y sexuales de él. La energía de
fuego de ella es muy compatible con Venus signo de fuego
de .él (atracción hacia mujeres ardientes) y armonioso con
Marte, su signo de aire. Pero, como un tipo esencialmente te­
rreno de persona puede sacarlo de un puntapié del fuego de
ella, pero él puede realmente armonizarse con el modo de ser
de ella. Durante la confección de com¡:araciones de mapas de
muchas personas casadas Q amantes, este parece ser el más
común de todos los factores que contribuyen a una lenta diso­
lución de la relación: si bien las personas se gustan mutua­
mente de muchos modos y en realidad se estimulan a menudo
en lo emocional y sexual entre ellas, una o ambas se dan cuen­
ta de a poco de que simplemente no pueden ser ellas mismas
en plenitud en la relación, que -no importa cuánto se es­
fuercen para ello- no pueden compartir con el otro su yo
más íntimo.
Esto es así porque, si uno no está fuertemente armonizado
con cierto elemento, es virtualmente imposible participar ple­
namente de ese reino del ser y de esa cualidad de consciencia.
En consecuencia, esas dos personas se hallarán cada vez más
distantes entre sí, a medida que ambas crecen, evolucionan y
se individualizan en sus modalidades diferentes. Cuanto más
crecen en el conocimiento de su individualidad esencial, más
se resignarán ante el hecho de que nunca podrán compartir el
nivel de profundidad que querrían. El grado de insatisfac­
ción depende, por supuesto, de las expectativas que cada per­
sona tenga en la relación, de cuánto dependa cada uno de la
relación en cuanto a la auto-realización, y qué grado de inten­
sidad personal se busque a través de esa implicancia. Por
ejemplo, un Capricornio muy impersonal puede satisfacerse
con un matrimonio (simplemente porque su estructura básica
es segura y cómoda) que en última instancia sería frustrante
para una persona de Libra.
Me parece que una de las razones de las crecientes esta­
dísticas de divorcio del mundo occidental es que las personas
toman cada vez más consciencia de su individualidad e insis­
ten cada vez más en expresarla. Esta tendencia sencillamente
la aceleró el tránsito de Urano a través de Libra. La marcha
de la vida, el derrumbe de los valores tradicionales, el desa­
rraigo de la mayoría de las familias norteamericanas contri­
buyeron todos a esta pauta; pero en esta tendencia social hay

180
un lado positivo que a menudo se ignora: más personas se
concentran en la importancia de una relación consciente y sa­
tisfactoria con los demás que en decenios anteriores. El én­
fasis nuevo y creciente sobre la libertad personal y la indivi­
dualidad se manifestó naturalmente de .algunos modos extre­
mos puesto que las personas tienden siempre a irse a los ex­
tremos cuando se sueltan de las tradiciones o los estilos res­
trictivos de la vida. Sin embargo, una vez que esta nueva li­
bertad (grandemente exaltada cuando la era de Acuario entre
plenamente en juego) sea aceptada e integrada con valores es­
pirituales, estoy convencido de que los trastornos que ahora
se experimentan en las estructuras de las relaciones se apa­
ciguarán. De hecho, Plutón transitando a través de Libra bien
podría dar los toques finales a la revolución que Urano acti­
vó, y antes de muchos años podríamos encontramos con que
la estructura íntegra del matrimonio y de las relaciones afines
renacieron en un nivel nuevo y más consciente.
Al efectuar comparaciones de mapas, debe notarse con
particular énfasis que no deben considerarse los datos astro­
lógicos como índice absolutamente determinante de la "aflic­
ción" o la "felicidad" a experimentar en cierta relación. El uso
apropiado de la información astrológica es para promover
una comprensión profunda a fin de que los individuos vivan
más conscientemente, no para que den excusas para eludir
los deberes o patrocinar ilusiones de felicidad última. El ni­
vel de consciencia de las dos personas implícitas es siempre
el factor- más importante, y el modo en que deciden ocuparse
de las que pueden ser tendencias o pautas conflictivas de la
personalidad sólo es predecible en el grado que las personas
funcionen inconscientemente. Si los individuos son personas
muy conscientes y/ o tienen ciertos ideales. espirituales o éticos
que ambos procuran incorporar en sus vidas, pueden ser ca­
paces de ocuparse constructivamente de los obstáculos que
destruirian una relación entre personas menos conscientes.
Las personas son atraídas con frecuencia hacia otras que
están armonizadas con un elemento del que ellas mismas ca­
recen. Una cantidad de autores sobre el tema de las compa­
raciones de mapas declararon que tal situación es ideal puesto
que las personas se "complementan" entre sí, proporcionando
cada una algo que la otra necesita. Esta es una de las muchas
declaraciones astrológicas que suena grande en el papel pero

181
que a menudo no funciona en la práctica. Es un hecho que
con frecuencia nos intrigan y atraen los que son ejemplo de
cualidades o aptitudes de las que no estamos dotados. Sin
embargo, mi experiencia indica que sólo raras veces podemos
ocupamos ínthnamente de tal persona durante largo tiempo
con algún grado de contento. Lo más probable es que este tipo
de relación sea satisfactoria si se la ve más bien como un
arreglo de corto plazo y orientada hacia el crecimiento que
como un contrato matrimonial o comercial de largo plazo.
Algunos autores fueron tan lejos como para afirmar que la re­
lación ideal es un ejemplo de equilibrio perfecto de los ele­
mentos entre las dos personas, con una proveyendo por ejem­
plo el fuego y la tierra, mientras que la armonización de la
otra es agua y aire. Asimismo, esto suena en la teoría mejor
que en la experiencia, pues tales personas serán a menudo tan
diferentes que la brecha entre su consciencia y su experiencia
se ensanchará cada año. Por lo común, descubren que son
cada vez más incapaces de participar en los mundos del otro.
Naturalmente, hay excepciones a la mayoría de las reglas,
y el astrólogo profesional se encontrará en ocasiones con una
relación que parece positiva aunque las dos personas no sean
armonizadas muy fuertemente entre sí por los elementos. Pe­
ro en estos casos, inevitablemente hay algún contacto pode­
roso entre los dos mapas que motivó a ambas personas a efec­
tuarlo. Pues, aunque la armonización de los elementos es de
mayor importancia en las comparaciones, los aspectos especí­
ficos entre los mapas deberán considerarse sistemáticamente
y con gran detalle en todo examen cabal de una relación espe­
cífica. Algunos métodos dé comparación de mapas propuestos
en varios artículos y libros son supersimplificaciones radicales
de este complejísimo arte y el astrólogo que confía en tales
métodos parciales no puede esperar entender las relaciones
en profundidad alguna. No n.::calco la importancia de los ele-
-mentos con exclusión de los métodos más tradicionales de
análisis de los aspectos entre los mapas, sino que procuro
aclarar simplemente las bases más profundas de lo que sucede
en toda relación en el nivel de las energías. Por ejemplo, aun­
que los aspectos próximos en la comparación de mapas indi­
carán siempre un tipo específico de fluido o bloqueo energé­
tico, dos personas que estén sintonizadas armoniosamente se-
182
gún los elementos tienen mucha mejor ocasión de afrontar
constructivamente los desafíos de sus aspectos fuertes.
Aunque estemos involucrados en una relación con alguien
cuyo elemento dominante es uno del cual carecemos, podemos
aprender muchísimo de esa persona. Una vez que hayamos
tomado consciencia de nuestras ineptitudes y necesidades de
crecimiento futuro, al menos podremos apreciar con más ple­
nitud las cualidades de tales personas y admirarlas por su ha­
bilidad para expresarse en un ámbito que no es extraño. Esto
tal vez exija cierto desapego en la relación, pero de ningún
modo indica siempre que esa relación carece de realización y
satisfacción profunda.
De lo anterior podemos sacar en conclusión que tener al
Sol, por ejemplo, en el msimo signo (o incluso en el mismo
elemento) que la Luna de otra persona es un contacto impor­
tante y armónico entre dos personas cualesquiera, sin impor­
tar si existe un aspecto próximo entre las dos luminarias. De
modo parecido, aunque los trígonos de Marte-Venus se consi­
deran por tradición como aspectos particularmente armónicos
de amor y sexualidad, teniendo a Marte en trígono a Venus
de otro no es índice de una particular compatibilidad si los
planetas están en elementos incompatibles. Para una inter­
pretación penetrante y exacta de los aspectos específicos de
las comparaciones de mapas, insto al lector a que estudie How
to Handle Your Human Relations (editado por la Federación
Norteamericana de Astrólogos).
Puesto que la mayoría de los principios implícitos en la
comparación de la interaccion y la combinación de los ele­
mentos ya fue tratada en este libro, no es menester que aquí
los repitamos. (El capítulo 10 contiene algún material sobre
cómo las personas de cada elemento tienden a reaccionar ha­
cia los de armonización diferente.) Sería de utilidad, sin em­
bargo, a fin de llegar a percibir cómo se combinan estas ener­
gías, que el lector visualizara las manifestaciones ñsicas de los
elementos como éstos interactúan entre sí. ¿Qué hace el agua
cuando se encuentra con la tierra? ¿ Qué hace el aire cuando
se encuentra con el agua? ¿ Cuál es la interacción entre estos
elementos? Una vez que uno ha asimilado la naturaleza esen­
cial de un elemento, es un asunto relativamente sencillo en­
tender su interacción con los demás. Tal visualización no sólo
contribuye a entender más profundamente la dinámica psi-

183
cológica implícita sino que es también útil para lograr per­
cibir cómo las personas afectan su salud entre ellas simple­
mente estando juntas.
En la práctica, es muy común encontrarse con casos en
los que un hombre y una mujer, aunque se gusten muchísimo
mutuamente, hallen que se desvitalizan concretamente pasan­
do mucho tiempo juntos. En otros casos, la interacción de
los campos de energía de dos personas es tan intensamente
vitalizadora que una persona o ambas descubren que no pue•
den tolerar ese nivel de intensidad. Es como si eléctricamente
tuvieran excesivo amperaje, produciendo así un corto circuito
en sus sistemas nerviosos, haciendo saltar reiteradamente los
fusibles. Ambos tipos de relaciones sólo pueden entenderse en
términos de los elementos. Por ejemplo, si una persona de
Cáncer vive con una de Géminis, la de Cáncer podría sentirse
"seca", evaporada, sin vida. La de Géminis puede sentirse
ahogada, resultarle dificil abandonar la cama por la mafiana,
e incluso desarrollar dificultades respiratorias. Es como si la
de Géminis procurara vivir "bajo el agua" y la de Cáncer tra­
tara de vivir varada en el aire. Los campos de energía de am­
bas personas podrían desvitalizarse por entero, y tal vez se
asombren de cuán aliviadas y dinamizadas se sienten al se­
pararse.
En el otro tipo de caso, suponga que una persona de Sa­
gitario con Luna en Leo vive con una de Géminis con Luna en
Acuario. Ahora bien, esta podría ser una relación positiva y
armónica si ambas personas pudieran soportar el nivel de in­
tensidad. El resto de la comparación diría eso. Pero, puesto
que el Sol y la Luna de cada persona son contrarios a los del
otr.o (y muchas oposiciones, más bien que ser frustrantes o
bloqueantes en las comparaciones de mapas, indican tremenda
estimulaclón de fluido energético), el nivel de intensidad po­
dría ser tan grande que ni una ni otra persona podrá operar
eficazmente cuando esté dentro del alcance de la energía mag­
nética de la otra persona. Se sentirían atraídas (absolutamen­
te polarizadas en los largos de onda del Sol y la Luna), pero
también quizá sientan la necesidad de separarse con violencia
a fin de mantener su integridad energética y su capacidad
funcional.
Muchas de las situaciones que son producto del vivir jun­
tos se mejoran y la salud de una persona o de ambas da un
184
vuelco si las dos personas duermen en dormitorios diferentes.
Este es un cambio a efectuar especialmente útil si los dos son
de armonización radicalmente distinta. No es cosa muy ro­
mántica de hacer, pero es beneficiosa en muchas relaciones.
La razón de esto es que, si las dos personas duermen en la
misma habitación (y especialmente si están en el mismo le­
cho}, sus campos de energía interactúan constantemente du­
rante toda la noche, vitalizándose uno al otro o vaciando el
depósito de energía del otro. La fusión de la propia energía
con la del otro durante ocho horas consecutivas tiene. una in­
fluencia dramáticamente poderosa sobre el estado de salud de
cada persona, para bien o para mal; y más bien parece una
necedad persistir en tal hábito simplemente para satisfacer
imágenes románticas de la mente si su efecto es la disipación
de la propia vitalidad. Personalmente, conozco a muchas per­
sonas que se quejaban de los efectos desvitalizantes de dormir
con su cónyuge y cuya energía aumentaba cuando dormían en
cuartos diferentes. Por otro lado, también conocí casos en
los que las personas se vitalizan entre sí tanto durante la no­
che que cada una no necesita más de seis horas de sueño y
tienen siempre una salud espléndida.
El efecto sobre la salud de un individuo de estar en estre­
cha proximidad con otro fue subestimado y habitualmente ig­
norado por las profesiones médicas y psicológica. Pero sub­
siste el hecho de que, en presencia de otro que tenga un campo
energético particularmente fuerte, somos af-ectados más de lo
que tal vez nos demos cuenta aunque la otra persona no esté
en el mismo cuarto sino que viva meramente en la misma
casa. A un amigo mío cuyo Sol está en Piscis y cuyo ascen­
dente es Escorpio (¡ambos son signos de agua muy sensibles!}
le asignaron una vez una oficina con un hombre de Sol en
Escorpio. Todo estudiante de astrología sabe que el campo
magnético de una persona de Escorpio es habitualmente de
fuerza superpotente y que la presencia de tal persona no puede
ser ignorada. Mi amigo descubrió que no podía realizar nin­
guna labor mientras esa persona de Escorpio estuviera en la
habitaci6n. Finalmente, dispuso trabajar por la tarde y los
fines de semana en que sería la única persona en esa oficina.
Este tipo de experiencia no puede "explicarse" como paranoia,
supersensibilidad o proyección, como muchos psicólogos in­
tentarían hacerlo. Esta es una experiencia que se basa en una

185
real interacción de los, campos de energía de dos personas, el
nivel de actividad en la base de todas las manifestaciones psi­
cológicas y físicas.
A fin de estar verdaderamente sano (las palabras "sano"
(healthy) y "curar (heal) derivan de un vocablo inglés arcaico
que significa "todo" (whole)), uno debe nutrirse en todos los
niveles. Uno debe alimentar los cuatro elementos o cuerpos en
total: el emocional, el mental, el físico y el espiritual. Todo
aspecto de la propia naturaleza que no se alimente lo suficien­
te empieza pronto a atrofiarse. Tal como una persona ham­
brienta se desespera pronto y hará casi cualquier cosa para
conseguir comida, así todo aspecto de la naturaleza cuádruple
del hombre empieza a rebelarse y exigir alimentación y aten­
ción si se lo descuida. Vida bien equilibrada es aquella en la
que el individuo presta atención debida a todas sus necesi­
dades primordiales; y la armonización representada en el mapa
natal revela cuán desequilibrado está uno, qué necesidades se
descuidan (falta de un elemento), qué dimensiones de la vida
son recalcadas en demasía (demasiado de un solo elemento),
y qué aspectos de la naturaleza tienen necesidad de sutilizarse
o transformarse (particularmente los planetas fuertemente as­
pectados en cierto elemento).
No es mi propósito dar la impresión de que una insis­
tencia irreflexiva sobre la satisfacción de todos los impulsos
es la respuesta a todos los problemas y la clave de la buena
salud. El grado de refinamiento de nutrimos de energía es
importante. A medida que crecemos en consciencia, podemos
satisfacemos con un tipo más refinado y sutil de alim.enta­
ción. A través de la experiencia, uno puede aprender a sinto­
nizar sus exigencias energéticas esenciales y satisfacerlas de
modos simples y directos, . con plena consciencia de lo que
está haciendo y por qué. Por ejemplo, todos necesitan alguna
cantidad de alimento material, pero la mayoría come mucho
más de lo que necesita, alimento de calidad mucho más pobre
de la que el cuerpo necesita para nutrirse apropiaJamente, y
con frecuencia se come en un estado de prisa y excitación ta­
les que el alimento no se asimila convenientemente. El pres­
tar alguna atención a las necesidades reales de nutrición del
cuerpo y cómo opera el proceso de digestión y asimilación po­
drá permitirnos sostener saludablemente al cuerpo físico en
base a una dieta sencilla, pura y económica.
186
De modo parecido, todos necesitan regularmente absorber
alguna energía emocional. ¿ Pero, cómo se satisfacen realmente
estas necesidades emocionales? Cuanto más refinada y con­
centrada sea la experiencia emocional, más profundamente
nutritiva es para el ser interior. Permitir simplemente que las
necesidades emocionales dicten compulsivamente nuestra con­
ducta es un modo seguro de derrochar energía, de hacer pe­
dazos nuestra estructura vital, y en última instancia de ex­
perimentar inanición emocional. La civilización moderna está
estructurada de modo tal que asegura una completa inanición
de las necesidades más esenciales del hombre, y ese estado
constante de carencia de energías es, sin duda, causa primor­
dial de la conducta desesperada e histérica que con tanta fre­
cuencia presenciamos. En la civilización urbana, si uno par­
ticipa plenamente de las pautas culturales del estilo de vida,
trabajo y hábitos dietéticos, se encuentra cabalmente sin sus­
tancia física, emocional, mental y espiritual para mantenerse
en un estado de totalidad. Hoy en día, los tiempos mandan
que cada persona asuma la responsabilidad de sus propias ne­
cesidades, y un conocimiento de los cuatro elementos y sus
funciones es una educación personal de los principios opera­
tivos de las fuerzas esenciales de la vida.

NOTA: Explicaciones más pormenorizadas sobre los demás factores a


considerar en las comparaciones de mapas podrán hallarse en las siguientes
ooras del autor: capítulo 7 (''Karma y Relaciones") en Astrology, Karma and
Tramformatlon; las dos primeras partes de ReJattonshlps and Ufe Cycles;
y P�rson-to-Person Astrology: Cosmlc Factors In Love, Sex and Compatlblllty.
Este último libro presenta un análisis más minucioso del empleo de los
elementos en las comparaciones de mapas, lo mismo que muchos otros fac­
tores implícitos en la realización de una labor completa para comprender
las relaciones.

187
16

LOS ELEMENTOS Y LAS CASAS:


UN SISTEMA DE PALABRAS-CLAVES

En este capítulo, supongo que el lector ya está algo fa­


miliarizado con los significados tradicionales de las casas, que
se encuentran en cualquier texto elemental sobre ·astrología.
Tal vez el estudiante novato de astrología no capte de inme­
diato el significado pleno de este sistema de palabras-claves,
puesto que todavía carecería de la experiencia nece�a para
mostrar la necesidad .de tal pauta ordenadora de los princi­
pios de las casas. Sin embargo, insto a todo estudiante prin­
cipiante a que tenga presente este sistema de palabras-claves
como base de una más profunda comprensión de los concep­
to_s tradicionales que encuentra en el transcurso de sus es­
tudios y mientras efectúe sus primeros intentos con la inter­
pretación de mapas.
Puesto que este es un libro que se centra primordialmente
en los cuatro elementos como las energías vivas representadas
en cualquier mapa natal, debo explicar aquí que las correla­
ciones entre los elementos y los tipos específicos de casas de
este capítulo son puramente simbólicas. Puesto que las casas,
por definición, representan los campos de la experiencia en
las que operan las energías reales (o las armoniz.aciones de los
elementos) de los signos y los planetas, a .las casas no debe
vérselas de modo alguno como una manifestación de los cuatro
elementos. Las energías primarias del mapa son indicadas
siempre por la ubicación de los signos y los planetas. Sin
embargo, puesto que hay una correlación regular y válida en­
tre los doce signos y las doce casas como dos secuencias dife-

188
rentes pero paralelas de principios evolutivos, aquí -de ma­
nera tradicional- correlacioné a Aries con la primera casa, a
Tauro con la segunda casa, y así sucesivamente. No obstante,
a los signos y casas ha de vérselos siempre como factores se­
parados y distintos en el alfabeto astrológico cuando uno se
dedica a interpretar los mapas.
En el transcurso de mis muchas clases en todos los ni­
veles de la astrología en los últimos años, observé que los es­
tudiantes tienen más dificultad en entender la naturaleza de
las casas que cualquier otro aspecto del simbolismo astrológi­
co. En su mayoría, los estudiantes lograban entender adecua­
damente los signos y planetas; pero, tan pronto traía a cola­
ción el tópico de las casas, me enfrentaba con numerosas pre­
guntas confusas y expresiones de perplejidad. Hasta los que,
en apariencia, pasaban airosamente la clase sobre los funda­
mentos, a menudo me escribían seis meses después para pre­
guntarme si podía recomendarles un buen libro sobre las ca­
sas, puesto que se encontraban con muchos obstáculos al in­
tentar entender esta porción importante del lenguaje astro­
lógico.
Me parece que el principal problema para llegar a captar
el significado de las casas estriba en el hecho de que la ma­
yoría de los textos astrológicos no procuran explicar el prin­
cipio fundamental de cada casa y el significado interior esen­
cial de los que derivan todas las asociaciones y ramificaciones
interminables asignadas a esa casa. Los libros recalcan, en su
mayoría, los significados tradicionales de las casas con exclu­
sión de los principios más sutiles y comprensivos implícitos.
Hacen esto porque la mayor parte de los astrólogos se inte­
resa aún más por el medio ambiente y la situación externa
que por la experiencia interior del individuo. (El reciente libro
de Dane Rudhyar Tbe Astrological Houses es una excepción
extraordinaria y grata). Lo que la mayoría de los autores no
declara es que las casas -y, en realidad, el mapa en conjun­
to- muestran siempre el estado interior y la experiencia per­
sonal mucho más claramente que las circunstancias ambien­
tales. Esta es la razón de que no lleguen a producirse tantas
predicciones astrológicas, simplemente porque se basan en
el supuesto de que el mapa muestra "lo que va a ocurrir". La
verdad es que el mapa muestra inevitablemente "lo que uno va
a experimentar". Hay una distinción importante entre estos
189
Íos enfoques de la astrología,· .distinció11· esclarecí� amplbr­
meilte en las obras de Rud:hyar y otros· astrólogos que se cen-
tran en la persona.
. Es•difícil tarea interpretar un lenguaje cósmico simbólico
como la astrología a través del uso de nuestro lenguaje verbal
torpe y limitado. Esta tarea se toma cabalmente imposible
si a las casas les asignamos significados rígidos; y, al hacer­
lo, establecemos una situación en la que a menudo tendremos
que "estirar" nuestras interpretaciones para que se adecuen
a la situación específica de la persona. Tal método de prác­
tica astrológica es una justificación más de la ·actitud ceñuda
que muchas personas tienen para con todos los profesionales
de la astrología. Como ejemplo de lo que quiero decir, su­
pongamos que una persona tiene a Saturno en su quinta casa
natal. Esta ubicación de Saturno puede indicar e indica una
total variedad de actitudes y experiencia. En consecuencia,
¿qué le decimos a una persona que tiene este factor en el
mapa natal? ¿Ayudaría a esa persona decirle que tendrá "un
disgusto con los hijos"? Y yo añadiría: ¿quién no tiene algún
disgusto con los hijos? Tal interpretación carece totalmente
de sentido. ¿Sería útil decir que la persona no podrá ser tan
creadora como quiere serlo? Esta interpretación también ca­
rece de sentido y, de hecho, es falsa; pues algunos de los ar­
tistas y escritores más grandes de nuestros días tienen esta
ubicación de Saturno. Podrían darse muchos otros ejemplos
para mostrar cuán totalmente engañosa puede llegar a ser la
labor astrológica si no logramos penetrar el significado esen­
cial de factores particulares del mapa. Por otro lado, si po­
demos sintetizar, en este caso, el principio �sencial de la quinta
casa como el campo de experiencia en el que uno "busca se­
guridad para su propia identidad", entonces podremos llegar
al meollo de lo que esa persona está experimentando, ya sea
que esto se manifieste como ocuparse de un hijo, de un aman­
te, de una labor creadora, del juego, o de lo que fuere. Una
vez que se identifica el principio-clave, entonces es asunto re­
lativamente fácil delinear y entender los modos específicos en
que esto se expresa.
Esta necesidad de esclarecer el significado psicológico
esencial de las casas es la que me indujo a construir el siste­
ma de palabras-claves que esbozo en este capítulo. Otros
autores han usado muchas de estas palabr:as, pero en un con-

190
texto diferente. Trabajé con este sistema durante los últimos
tres años y, a esta altura, estoy satisfecho de que sirva de
método extremadamente útil no sólo para interpretar el mapa
natal y los ciclos de tránsitos sino también para llegar a en­
tender más profundamente la estructura íntegra de la astro­
logía. Aunque al principio algunas palabras-claves parezcan
torpes o desconcertantes, estoy convencido de que quienes se
tomen el tiempo para sondear el sistema y usarlo con cohe­
rencia serán recompensados por su paciencia.

Clasificación de las Casas

El modo más familiar de definir los diferentes tipos de


casas es separarlas en las clasificaciones de angulares, suce­
dentes y cadentes. Las casas angulares están asociadas con
una cualidad autoactivadora y tienen impacto inmediato so­
bre la estructura de la propia vida. La palabra-clave para las
casas angulares es ACCION. Las casas sucedentes están aso­
ciadas con los deseos individuales y las cosas que queremos
controlar y manejar. Este impulso en procura del control es
motivado por nuestra necesidad de SEGURIDAD, que es la pa­
labra-clave para este tipo de casa. Las casas cadentes son las
secciones del mapa donde hay ingreso, intercambio y distri­
bución de pensamientos y observaciones. Y, por ende, la pa­
labra-clave para estas casas es APRENDIZAJE. La progresión
de las casas de angulares a través de las sucedentes y cadentes
y de vuelta a angulares simboliza además el fluir de la expe­
riencia vital: actuamos, consolidamos los resultados de nues­
tras acciones a fin de alcanzar la seguridad; aprendemos de
lo que hicimos y también tomamos consciencia de lo que que­
da por hacer; y, por tanto, actuamos de nuevo. Todos parti­
cipan de este ciclo de la vida, pero nuestros mapas natales
individuales revelan qué fases del ciclo son dominantes en
esta vida.
Las casas también se dividen según grupos de tres, de­
pendiendo del elemento de los signos asociados con esas casas.
Por ejemplo, las tres casas asociadas con los signos de agua
(4, 8, 12) constituyen lo que se llamó la "trinidad ps;quica" o
la "trinidad del alma". En razón de brevedad y simplicidad,
a estas casas las llamaré sencillamente "las casas de agua".

191
Todas estas casas se ocupan del pasado, de las respuestas
condicionadas que ahora son instintivas y operan a través de
las emociones. En estas casas, los planetas muestran lo que
está ocurriendo en los nivelés subconscientes e indican el pro­
ceso de lograr la consciencia a través de la aslmllaclón de la
esencia del pasado, mientras que simultáneamente dejamos que
se marchen los recuerdos y miedos inútiles que nos retienen.
Estas casas de "agua" se relacionan con el logro de la paz
emocional, liberándonos del pasado que nos aferra. En el ni­
vel más j>rofunclo, estas casas simbolizan los más profundos
anhelos del alma; pues indican el proceso por el cual el re­
siduo emocional del pasado se purifica antes de que el alma
pueda expresarse clara y activamente.
En consecuencia, las palabras-claves para las casas de
agua son EMOCIONAL y ALMA.
Las casas de tierra (2, 6, 10,-que a menudo se llaman la
"trinidad de la fortuna", están asociadas con el nivel de la
experiencia, en el que tratamos de satisfacer nuestras
necesidades básicas en el mundo práctico: bienes materiales,
dinero, trabajo, salud, reputación, etc. La palabra-clave para
estas casas es, por lo tanto, MATERIAL, pues las casas de
tierra tratan principalmente sobre los intereses del mundo
material.
Las casas de fuego (1, 5, 9 -que a menudo se llaman
la "trinidad de la vida") están asociadas con las propias acti­
tudes hacia la vida misma, hacia la experiencia de estar vivo.
Representan el afluir de la energía en el mundo y las aspira­
ciones e inspiraciones que nos motivan para hacerlo. La pala­
bra-clave que sintetiza el significado esencial de las casas de
fuego es IDENTIDAD; pues nuestro sentido de la identidad,
nuestro sentido del ser, determina nuestra actitud hacia la vida
en general. En otras palabras, si nos sentimos bien respecto
de nosotros mismos, nos sentimos bien respecto a estar vi­
vos; y, en consecuencia, desarrollamos la fe de que esta vida
será una experiencia esencialmente positiva.
Las casas de aire (3, .7, 11 -que se llaman la "trinidad
de la relación"-) están asociadas no solamente con los con­
tactos y las relaciones sociales de todos los tipos, sino tam­
bién con los conceptos. Los reinos sociales e intelectuales
de la actividad son inseparables, pues son nuestros conceptos

192
los que nos motivan a buscar otras personas de mentalidad
similar, y esos mismos conceptos constituyen gran parte de
lo que se comparte entre dos personas cualesquiera. Las pa­
labras-claves para las casas de aire son, en consecuencia, SO­
CIAL e INTELECTUAL.
Lo siguiente presenta una formulación concisa de estas
palabras-claves:

Modo de Expresión Nivel de Experiencia


Angular: Acción Agua: Alma y Emocional
Sucedente: Seguridad Tierra: Material
Cadente: Aprendizaje Fuego: Identidad
Aire: Social e Intelectual

Las Casas de Agua

Corno se observó, todas las casas de agu a tienen ciertas


cosas en común, en que todas representan la experiencia en
el nivel emocional y del alma. Sin embargo, el análisis de los
tres modos de expresión indicados por las palabras-claves nos
da una clave de la interrelación de estas casas.

La Cuarta Casa
La cuarta casa es e] ámbito de la ACCION directa sobre
el nivel EMOCIONAL y DEL ALMA. Toda acción en este ni­
vel de la experiencia está condicionada necesariamente por
factores que están más a1lá de nuestro control. Tradicional­
mente, la cuarta casa se relaciona, entre otras cosas, con el
hogar y la familia. ¿En qué ámbito de la vida actuamos tanto
basándonos en el hábito y la emoción como en el trato con
los miembros de nuestra familia?
La cuarta casa r�presenta también nuestra necesidad de
intimidad, de un medio ambiente en el que nos sintamos có­
modos, a fin de que podamos recogernos y distendernos, recu­
perarnos y reflexionar sin sentir presión al gu na del mundo
exterior. Las personas que tienen a] Sol en la cuarta casa

193
pasan, por lo general, muchos años procurando (consciente
o inconscientemente) lograr liberarse del condicionamiento
asociado con la experiencia de los primeros años de vida. En
otros términos, podríamos decir que los de fuerte énfasis so­
bre la cuarta casa tienen necesidad de actuar en el nivel emo­
cional más profundo a fin de asimilar la esencia de su expe­
riencia de la niñez y la juventud. Anhelan paz para el yo
individual, lo que a menudo requiere distancia física de los
padres para que puedan desapegarse de las emociones que la
presencia de éstos suscita.

La Octava Casa

La casa sucedente de agua, la octava, representa la nece­


sidad de hallar SEGURIDAD EMOCIONAL y SEGURIDAD
DEL ALMA. Los de énfasis sobre esta casa en sus mapas
nata]es se comprometen inevitablemente en actividades que
creen que les proporcionarán esta clase de profunda estabi­
lidad interior. La sexualidad asociada con la octava casa es
inducida no sólo por el instinto sino también por una necesi­
dad de experimentar una seguridad emocional última fundién­
dose con la otra persona. Muchas personas intentan lograr
esta sensación de seguridad alcanzando poder e influencia
sobre los demás. Este poder lo procura en ocasiones la ri­
queza o la participación en grandes aventuras corporativas, y
a veces brota del conocimiento que tienen de las leyes ocul­
tas o de una penetrante sensibilidad psíquica. Otros asuntos
de ]a octava casa, como seguro y finanzas conjuntas, podrá
también relacionarse claramente con la seguridad emocional.
El hecho de que a la octava casa se la llame también la "casa
de la muerte" señala por qué las personas con énfasis de la
octava casa se preocupan a menudo con pensamientos de
muerte, más allá, fenómenos espiritistas y legados. Estas per­
sonas se interesan por tales asuntos porqué, aunque no lo
reconozcan como tal, sienten dentro de st un anhelo de segu­
ridad del alma, un seguro de que su alma se "salvará".
Aunque las personas con énfasis en la octava casa bus­
quen la seguridad en los valores materiales, el poder, el sexo
o el conocimiento psíquico, un sentimiento real de seguridad
emocional y del alma sólo podrá existir cuando los tumul-

194
tuosos conflictos emocionales que esta casa siempre muestra
empiecen a apaciguarse. Y tal turbulencia emocional da paso
a una sensación profunda de paz interior sólo cuando se re­
conoce la naturaleza verdadera de los anhelos de ese indi­
viduo. Los estudios ocultos asociados con esta casa son pri­
mordialmente útiles como medio para alcanzar esta paz in­
terior a través del conocimiento de las leyes más profundas
de la vida. La sexualidad de la octava casa es una expresión
del impulso a renacer a través de la unión con un poder mayor
que el yo. En suma, esta casa simboliza un anhelo de estado
de paz emocional al que sólo podrá llegarse desarrollándose
libre de deseos y compulsiva obstinación.

La Duodécima Casa

La casa cadente de agua, la duodécima, es el ámbito del


APRENDIZAJE en el nivel EMOCIONAL y DEL ALMA. Este
aprendizaje tiene lugar a través del crecimiento gradual de
la consciencia que acompaña a la soledad y el sufrimiento
profundo, a través del servicio desinteresado, y a través de
la devoción a un ideal superior. La duodécima casa repre­
senta influencias y experiencias que están total y evidente­
mente más allá de nuestro control, pero que podrán trascen­
derse dirigiendo nuestras energías hacia el conocimiento de
uno mismo y los valores espirituales. Esto revela la fase de
la evolución en la que uno deberá asimilar los resultados
de todas las experiencias y responsabilidades de la vida pa­
sada. Y, en el nivel más profundo, esta casa indica el impulso
de buscar la paz del alma mediante sumisión a una unidad
superior, a través de devoción a un ideal trascendente, y a tra­
vés de libertad respecto de los fantasmas de los pensamientos
y acciones del pasado.

Las Casas de Tierra

La Décima Casa

La casa angular de tierra se ocupa de la ACCION en el


nivel MATERIAL; y, tradicionalmente, se dice que esta casa

195
representa la propia reputación, la posición en el mundo y
la vocación. La acción que cualquiera cumple en el mundo
material es la base sobre la que descansa su reputación, y el
público categoriza al individuo según qué acción cumpla: pa­
nadero, comerciante, médico, etc. Las palabras-claves aclaran
también la asociación de la décima casa con la ambición es­
pecífica que uno espera realizar en el mundo.

La Segunda Casa

La casa sucedente de tierra, la segunda, tiene como pala­


bra-clave SEGURIDAD MATERIAL. Esto explica por qué la
segunda casa se relacionó con dinero, ganancias, bienes y el
deseo de controlar cosas y personas. Sin embargo, la palabra­
clave aclara también el principio más amplio que subyace en
tales inclinaciones, pues muchas personas con fuerte énfasis
en la segunda casa no se interesan tanto por el dinero mismo
como por una seguridad de que estarán siempre a resguardo
en el mundo material teniendo abundancia de recursos a ex­
traer. Así, muchas de esas personas coleccionan monedas,
compran tierras, invierten en los bancos y en bienes raíces
intentando consolidar su seguridad. También advertí que las
personas con el Sol en la segunda casa son, por lo general,
avaras con su tiempo (especialmente si el Sol está en un signo
fijo), pues creen que todos sus esfuerzos deberán producir
específicamente un ingreso de una forma u otra.

La Sexta Casa

La casa cadente de tierra es la sexta, y se la asoció con


el trabajo, la salud y los deberes. Cuando observamos que el
principio subyacente de la sexta casa es el del APRENDIZAJE
a través de la experiencia inmediata con asuntos MATERIA­
LES, podremos entender con facilidad la motivación que está
detrás de estas actividades. Aprendemos sobre las necesida­
des y limitaciones de nuestro cuerpo material, principalmente
a través de problemas de salud (que a menudo son producto
de malos hábitos, demasiada presión de parte del trabajo o

196
las resportsabilidades, o excesiva autocrítica o pensamientos
negativos -todos éstos son asuntos de la sexta casa). Tam­
bién logramos un conocimiento práctico de nosotros mismos
a través del diario cumplimiento de nuestro trabajo y nues­
tros deberes. Todos estos ámbitos de la experiencia nos ayu­
dan a aprender la humildad, a aceptar nuestras limitaciones, a
asumir la responsabilidad de nuestro estado de salud, tanto
físico como psicológico. Cuando se entienda que la sexta casa
representa una fase de purificación a través del contacto in­
mediato con el nivel material de la experiencia, podremos
empezar a interpretar a esta casa de modo verdadero y po­
sitivo.

Las Casas de Fuego


La Primera Casa
La casa angular de fuego es la primera casa y representa
la propia IDENTIDAD en ACCION, la fase de la vida en la
que uno se identifica con la acción específica autodirigida.
Las personas con fuerte énfasis sobre su primera casa son im­
pacientes para la acción, puesto que su sentido del yo empie­
za a desvanecerse si se abstienen de comprometerse activa e
individualmente con el mundo exterior. Tradicionalmente,
esta casa está también asociada con la energía y la apariencia
del cuerpo físico; y, usando las palabras-claves, uno podrá ver
que el cuerpo es la propia identidad en acción. Las personas
nos reconocen y son influidas por nuestra manera más carac­
terística de movimiento y expresión físicos; y cualquiera em­
pieza a sentirse desvitalizado si se suprimen o desbaratan las
cualidades que muestran los planetas y el ascendente de la
primera casa.

La Quinta Casa

La casa sucedente de fuego, la quinta, represénta la bús­


queda de la SEGURIDAD DE LA IDENTIDAD. Los que tienen
un énfasis en esta casa buscan un seguro sentido del yo, iden­
tificándose con cosas o personas en quienes se ven reflejados.

197
Estas personas quieren ser significativas de algún modo, no
simplemente ser como en la fase de la primera casa. Un én­
fasis sobre esta casa puede indicar una actitud autocentrada
hacia la vida, pero más profundamente revela la actitud emo­
cional del individuo y los sentimientos religiosos acerca de
toda la vida. El impulso hacia la significación y el intento de
ganar un seguro sentido de identidad se reflejan en cada
asunto asociado comúnmente con esta casa. Por ejemplo, los
hijos son a menudo foco de los propios deseos de segura iden­
tidad. Muchos hijos llevan no sólo los nombres de sus padres
(especialmente los varones, que llevan el del padre), sino que
también todos hemos visto cuántos padres introducen subrep­
ticiamente en sus hijos los deseos que aquéllos tienen de re­
conocimiento y realización. Una persona con fuerte inclinación
creadora (quinta casa) descubre que tiene que producir algo
a fin de sentirse bien consigo misma.
Uno de los máximos atractivos de los asuntos amorosos
(otro asunto de la quinta casa) es que tal relación, aunque
sea totalmente impráctica y a menudo extremadamente des­
tructi:va, nos da una breve experiencia del valor personal sim­
plemente porque otra persona nos encontró dignos de ser ama­
dos. En un enamoramiento intenso, nuestro sentido de la
identidad se confirma; nos vemos en la otra persona; y, por­
que nos sentimos mejor con nosotros mismos, cobra brillo
considerable nuestra propia perspectiva de la vida. En suma,
un fuerte énfasis sobre la quinta casa del mapa natal indica
que el individuo deberá proyectarse en el mundo, que deberá
ejercitar sus poderes creadores responsable y coherentemente
a fin de alcanzar el sentido de la alegría y la seguridad que
necesita.

La Novena Casa

La casa cadente de fuego, la novena, representa el APREN­


DIZAJE en el nivel de la IDENTIDAD, en otras palabras,
aprender lo que uno es realmente. Partiendo de este principio
esencial fluyen todas las actitudes religiosas y filosóficas, ac­
tividades y búsquedas, con las que está asociada habitualmente
esta casa. La motivación existente detrás de toda especula-

198
ción religiosa y filosófica es la necesidad de conocer la propia
identidad verdadera. La pregunta "¿Quién soy yo?" es el re­
sorte del que fluye toda búsqueda religiosa. En consecuencia,
las personas con énfasis en esta casa son atraídas hacia acti­
vidades que amplían sus horizontes de autoconocimiento, les
permiten mejorarse, y las ayudan a lograr una perspectiva de
la naturaleza humana. Los viajes por el exterior y los estudios
mentales superiores son las etapas iniciales de esta búsque­
da. En la próxima etapa la persona se identifica con una reli­
gión, una filosofía o una doctrina metafísica; y de allí en
adelante, a menudo se consagra a aprender directamente de
un maestro o de una organización que cree que encarna la
verdad.

Las Casas de Aire

El ámbito integral de la relación personal es representado


por estas casas, que abarcan no sólo el modo en que uno enca­
re varias clases de relaciones sino también los impulsos so­
ciales y las necesidades intelectuales que motivan tipos espe­
cíficos de conducta en estas áreas.

La Séptima Casa

La casa angular de aire, la séptima, simboliza la ACCION


�n el nivel SOCIAL e INTELECTUAL. Puesto que la relación
de uno con otro es el significado básico de la séptima casa, y
puesto que todas las estructuras y actividades sociales depen­
den de la calidad de tal relación, es apropiado que la casa an­
gular de aire enfoque este campo de la experiencia. Más es­
pecíficamente, todas las sociedades avanzadas se fundan en
la unidad del "matrimonio", y la estabilidad y la eficiencia
de esa unidad social determina, en gran medida, la viabili­
dad del orden social. En el nivel individual, la calidad del
principal compañerismo de una persona tiene tal impacto que
su influencia penetra en todas las demás áreas de la vida: sa­
lud, finanzas, hijos, sexo, triunfo profesional. etc. (Existe in­
vestigación sociológica q�e indica que la carrera de un indivi­
duo sufre a menudo cuando se rompe su matrimonio.)

199
conociendo que hay otras personas qué póctráil ent�nderlos y
.aceptarlos como son. Estas personas se unen a menudo a gru­
pos o se alinean con amigos que comparten su inclinación
intelectual, aunque no concuerden para nada en lo específico.
Su búsqueda de seguridad intelectual las introduce también
en vastos sistemas c!_e pensamiento, ya sean políticos, metafí­
sicos o cientificos. Estas personas tienen marcada aptitud pa­
ra facilitar las actividades grupales, las cambiantes aventuras
sociale.s, y el "manejo" de grandes masas de personas.
La rigidez mental tan común en estas ptrrsonas brota del
hecho de que están intelectuálmente inseguras y, en consecuen­
cia, e�tremadamente vacilantes para cambiar sus ideas una
vez que descubren conceptos que las satisfacen. (Es un de­
talle interesante que un presidente acuariano, Franklin Delano
Roosevelt, ideó el sistema conocido como "Seguridad Social";
y la undécima casa se correlaciona naturalmente con Acua­
rio.) El modo más efectivo con que. una persona con fuerte
casa undécima podrá lograr la seguridad que bu�ca es esta­
blece:r,: un fuerte sentido de finalidad individual que no sólo
satisfaga sus necesidades personales sino que también armo­
nice con las necesidades de la sociedad en conjµnto. A fin
de evitar la rigidez y las características obstinadas de esta
casa, bien haría en concentrarse más en la finalidad que en
conceptos. supersimplificados que se propongan expresar una
verdad absoluta. De ese modo, podrá aplicar concretamente
sus ideas en procura del mejoramiento de la sociedad.

La Tercera Casa

La casa cadente de aire, la tercera, es el campo del APREN­


DIZAJE en el nivel INTELECTUAL y SOCIAL. Por tanto,
representa todas las formas de intercambio de información,
como aptitudes básicas de comunicación, trabajo con los "me­
dios", trabajos de mercado, ventas, etc. Los que tienen énfasis
en una tercera casa tienen necesidad insaciable de comunicar­
se con los demás y aptitud para tratar de modo fácil y ami­
gable a· personas de cualidades e intereses de los más diver­
sos. Su curiosidad sobre personas e ideas no tiene fin; y esta
inquisitividad las induce a hacerse de nWiierosas amistades
casuales y a hacer evolucionar un trasfondo intelectual am-

200
La Tercera Casa

La casa cadente de aire, la tercera, es el campo del APREN­


DIZAJE en el nivel INTELECTUAL y SOCIAL. Por tanto,
representa todas las formas de intercambio de información,
como aptitudes básicas de comunicación, trabajo con los "me­
dios", trabajos de mercado, ventas, etc. Los que tienen énfasis
en una tercera casa tienen necesidad insaciable de comunicar­
se con los demás y aptitud para tratar de modo fácil y ami­
gable a personas de cualidades e intereses de los más diver­
sos. Su curiosidad sobre per�onas e ideas no tiene fin; y esta
inquisitividad las induce a hacerse de numerosas amistades
casuales y a hacer evolucionar un trasfondo intelectual am­
plio y dúctil. Para estas personas son importantes los hechos
básicos y las ideas abstractas, aunque tal información esté
aislada de todo contexto "significativo". Si bien el aprendizaje
representado por la novena casa se produce a través del uso
de la mente intuitiva inspirada, el aprendizaje de la tercera
casa ocurre a través de la aplicación de la razón y la lógica
de uno.

Astrología: Herramienta del Autoconocimiento

Tras haber usado durante un tiempo este sistema de pala­


bras-claves resultará evidente que es valioso no sólo para en­
tender las pautas de la vida en general del mapa natal, sino
también que hace que el significado de tendencias y ciclos
corrientes y futuros sea más preciso y psicológicamente sig­
nificativo. Por ejemplo, si un mapa natal en particular ca­
rece del elemento de aire como lo indica la ubicación plane­
taria, ¿por qué es que esta persona se interesa tanto por la
gente y se compromete continuamente en actividades sociales?
Un énfasis sobre las casas de aire revelará que, aunque no
tenga armonización de energía con ese elemento, esa persona
puede concentrar aún algo de su energía de agua, fuego o
tierra hacia actividades sociales, intelectuales y de relación.
O si una persona no tiene armonización con el elemento de
fuego, ¿por qué es que parece ser ejemplo de las cualidades
de elevada espiritualidad y optimismo de las que supuesta-

201
mente carece? Un énfasis en las casas de fuego de su mapa
indica que, aunque no tiene armonización de energías con el
elemento de fuego, no obstante derrama sus energías de aire,
agua y tierra dentro de los campos inspirados, creativos e
idealistas de la experiencia.
En casos como los antes mencionados, el individuo care­
cerá aún de armonización con cierto elemento y, por lo co-
1mún, manifestará todavía algunos de los problemas asociados
con esa carencia. Sin embargo, puesto que las clases de acti­
vidades que les interesan compensan en alguna medida su
desequilibrio de elementos, tales personas experimentarán a
menudo una forma más moderada de la dificultad esperada.
Sólo mediante un examen paciente y minucioso del mapa na­
tal íntegro el astrólogo podrá evaluar el grado en que un
factor astrológico compensa o desequilibra a otro. Sin em­
bargo, si una persona en particular carece de énfasis en los
signos de agua y las casas de agua, uno podrá estar casi se­
guro de que el problema indicado llegó a un grave estado de
desequilibrio.
En el ámbito de la comprensión de tránsitos, progresio­
nes, Ciclos Claves y similares técnicas proyectivas, el astró­
logo que use este sistema ya no tendrá que escoger uno de los
muchos significados posibles, por ejemplo, del tránsito de
Júpiter o Saturno en cierta casa, dejando la clara posibilidad
de que se yerre por entero en la cuestión principal. Podrá
saber con confianza que el consejo y las indicaciones que dé
ayudarán a los clientes para que miren dentro de sí mismos
en procura del significado real de un particular lapso, antes
que animarlos a que enfoquen algún acontecimiento trivial
o inexistente. Esclareciendo el principio básico implícito en
una fase particular de la experiencia vital, principio que inva­
riablemente pertenece a la situación, sin atender a las condi­
ciones superficiales de las que el cliente puede hablar, el as­
trólogo profesional podrá eliminar muchas conjeturas habi­
tuales y evitar que la falta de perspectiva o el autoengaño del
cliente lo induzcan en error. En suma, la utilización de este
sistema de palabras-claves podrá ser, en la práctica real, un
paso más para hacer de la astrología lo que debería ser: una
herramienta para promover el autoconocimiento.

202
Apéndices, Referencias
y Lecturas Sugeridas
APENDICE A

DATOS CIENTIFICOS

Lo que sigue es una enunciación de los numerosos infor­


mes de investigaciones y experimentos que tratan directa o
indirectamente sobre premisas astrológicas. Aunque ninguno
de los experimentos puede considerarse prueba concluyente de
la validez de la astrología, los resultados que a continuación
se enuncian indican creciente apoyo de los círculos científicos
a las tradicionales correspondencias astrológicas entre las es­
feras terrestre y celeste.
1. Según el pensamiento moderno en física, la materia
existe en cuatro estados: sólido, líquido, gas y plas­
ma, que corresponden precisamente a los elementos
astrológicos: tierra, agua, aire y fuego.
2. El doctor Eugenio Jonas, psiquiatra y ginecólogo che­
coslovaco, ha estado trabajando desde 1956 en pro
del establecimiento de claras relaciones entre el pe­
ríodo óptimo de la mujer para la concepción y la
fase de la luna que ocurrió al nacer aquélla. Tam­
bién descubrió que un hijo concebido cuando hay
oposición del sol y cualquier planeta mayor (o sea,
cuando el sol y el planeta estaban a 180 º de longi­
tud entre sí) tiene posibilidades mucho mayores de
sufrir defectos de nacimiento, aborto, retardo men­
tal y otros factores que afecten negativamente su sa­
lud. Hay un informe completo del trabajo del doc­
tor Jonas en el libro Astrological Birth Control, de
Sheila Ostrander y Lynn Schroeder (Englewood
Cliffs, Nueva Jersey: Prentice-Hall, 1972).
205
3. Científicos de los Laboratorios Sandia de Albuquer­
que, Nueva México, lanzaron una publicación llamada
"Intrigantes Pautas Accidentológicas Trazadas con­
tra un Trasfondo de Características Ambientales Na­
turales", en la que expresan que las tasas de accidentes
-y presumiblemente otras manifestaciones de la con­
ducta humana- son influidas por las fases de la
luna, los ciclos solares y otros fenómenos naturales.
Otra investigación reveló que las variaciones del cam­
po magnético en tomo del área de Albuquerque pa­
recían corresponder estrechamente a las subas y bajas
de la tasa de accidentes. (Informe de Time, 10 de
enero de 1972.)
4. La circular bimestral de la Compañía Farmacéutica
Knoll, Hospital Focus, informa:
...los cuerpos celestes son efectos distinguibles
en los materiales biológicos. En el actual estado del
conocimiento, esta tesis llegó a ser comparable, y
aparentemente fue verificada, al menos a grandes
rasgos.
El caso de la influencia celeste se apoya en varias
columnas: puede demostrarse que los fenómenos
electromagnéticos están de algunos modos asociados
con procesos biológicos; el medio terrestre electro­
magnético está sujeto a variaciones inducidas por
otros acontecimientos electromagnéticos del sistema
solar
. . . Nunca estuvo completamente claro qué es lo
que causa variaciones geomagnéticas, pero, además
de la actividad solar, la investigación reciente rela­
ciona esto con las fases lunares.
Dudas y perplejidades estadísticas a un lado, sin
embargo, es conclusión casi ineludible que, a su tiem­
po, se demostrará con exactitud de qué modos pue­
den interactuar los campos magnéticos de la materia
biológica con los campos magnéticos de su medio
ambiente.
Todavía no se sabe qué es lo que causa los cam­
bios solares, pero una posibilidad comprende pertur­
baciones causadas por los planetas. El ángulo de
Júpiter-Sol-Saturno es de aproximadamente O º a 180 º
206
cada 11 años, en tiempo, a grandes ragos, con un ci­
clo solar mayor. (Informe de Hospital Focus, 15 de
febrero de 1965.)
5. Frank A. Brown, profesor de Biología en la Universi•
dad del Noroeste, ha demostrado concluyentemente
que las plantas y los animales son capaces de res­
ponder a los cambios de la atmósfera magnética de
la tierra, cuando aquéllos son causados por el sol, la
luna y posiblemente los planetas. Átmque la ciencia
no puede hallar el "mecanismo" usado para aceptar
e interpretar las señales geomagnéticas, Brown seña­
la que la ciencia nunca identificó tampoco el meca­
nismo correspondiente al sentido del olfato. Brown
expresa que la respuesta a los "relojes cósmicos" in­
teriores o a los relojes cósmicos es producto "de una
respuesta continua del organismo vivo al medio geo­
físico rítmico". ("Relojes Vivientes", Sctence, CXXX,
1959, 1535.) De hecho, Brown declara que "las cosas
vivas no pueden vivir sin relojes procedentes del es­
pacio" (ibíd.). Brown descubrió también que las os­
tras y las ratas eran sensibles al medio celeste, aunque
estuvieran aisladas de todo contacto directo con aquél.
Por ejemplo, descubrió que las ratas mantenidas en
un cuarto a oscuras estaban siempre más activas
cuando la luna estaba debajo del horizonte y menos
activas cuando la luna estaba encima del horizonte.
Por la obra de Brown, podemos observar que es im­
posible tener condiciones "controladas" de laborato­
rio. (Informado en Today's Health, octubre de 1971;
"Cómo los Cielos Influyen en Nuestras Vidas", de
Martin Cohen.)
6. Los científicos rusos correlacionaron la extensión de
las epidemias de gripe en todo el mundo con el ciclo
de 11 años de manchas solares mencionado en # 4.
Informado en London Sunday Times, 18 de julio de
1971.)
7. En la edición de enero de 1971 de Kosmoblologie,
H. E. Parker informa que investigadores del Instituto
de Investigaciones de Rayos Cósmicos de India des­
cubrieron que no sólo las n1anchas solares sino tam­
bién ciertas condiciones de la energía cósmica y sus

207
rayos cósmicos pueden influir sobre la vida y la sa­
lud, la muerte y la enfermedad. Además, cada mes
tiene sus propios ritmos que, se sugiere, deben indi­
carse en cada calendario para que todos los apro­
vechen. El profesor Dylhusen, científico danés resi·
dente en los Estados Unidos, y especialista en la
investigación de los rayos cósmicos, confirmó que
factores hasta ahora desconocidos representan un pa•
pel en la capacidad del cuerpo ¡para recargarse! Por
ejemplo, en casos en los que la propia salud se pierde
por exceso de fatiga, aparentemente entran en juego
ciertos rayos cósmicos para asegurar descanso y sue­
ño suficientes.
8. Los doctores Bureau y Craine afirman haber estable­
cido una clara correlación entre las armonías del ciclo
de manchas solares y las complejas combinaciones de
los períodos de Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno,
los cuatro planetas más grandes. Señálase que mu­
chos acontecimientos terrestres diferentes han sido
correlacionados con los ciclos de manchas solares, por
ejemplo, buenas cosechas de trigo, epidemias de gri•
pe, ciclos comerciales, etc. (Informado en Nature, 12
de mayo de 1970, pág. 984.)
9. Edgar R. Wagner, doctor en filosofía, investigador
químico que estudió astrología durante cincuenta
años, escribe:
De manera que la tierra aparece en el espa­
cio no sólo como un planeta aislado de núcleo
sólido, sino también como un complicado com­
puesto vivo de todas las acciones de (y las reac•
ciones a) estas influencias, rodeada por un aura
de cortezas invisibles, pero exactamente delimi­
tadas, de naturaleza eléctrica, magnética y cor­
puscular. Por tanto, no sólo no es sorprendente,
sino que tampoco puede esperarse de otro mo•
do, que esta estructura cósmica sensible que
palpita en todas las formas de la energía, reac­
cione directa o indirectamente ante las fuerzas
planetarias. (Kosmos, tomo 1, # 9 (agosto de
1970, pág. 15.)

208
10. El profesor Rudolph Tomaschek, el internacional­
mente conocido geofísico de la Universidad de Mu­
nich, escribe :
Recalco el adjetivo "moderno" en conexión
con "científico" a fin de evitar la idea de que
éste es meramente quien está preparado para
observar los procesos de la naturaleza de mane­
ra imparcial, sino más bien quien también ven­
ció el punto de vista materialista y reconoció que
la estructura de la Naturaleza, en la parte de
ésta que la ciencia natural puede investigar, es
una estructura compuesta de campos de fuerza
cuya energía, en el análisis final, es probable­
mente una red dinámica de frecuencias cuya on­
da de transmisión sigue siendo desconocida e in­
definible ... El resultado es que la superficie de
la tierra está envuelta continuamente en un fluir
constantemente cambiante de campos gravitacio­
nales, eléctricos y magnéticos, externos (del sol,
la luna y los planetas), y del propio campo elec­
tromagnético de la tierra. (De la monografía
"Campos Cósmicos de Fuerza e Influencia As­
tral".)

11. El psicólogo clínico Vem.on Clark ideó algunas prue­


bas interesantes y exigentes para la astrología y los
astrólogos en 1959 y principios de la década del 60.
Un grupo de 20 astrólogos y un grupo de control de
20 psicólogos y asistentes sociales fueron los parti­
cipantes de la serie de pruebas. La primera prueba
exigía a los participantes djscriminar entre un ho­
róscopo verdadero y uno espurio. Los astrólogos lo­
graron resultados que ocurrirían por casualidad me­
nos de una vez en mil veces. Tres astrólogos tuvieron
un puntaje perfecto, dieciocho sobre la casualidad,
dos a nivel de casualidad, y ninguno debajo de éste.
El grupo de control obtuvo un puntaje casi exacta­
mente en el nivel de casualidad. (Informado en Aqua­
rian Agent, tomo 1, N<.> 9 [agosto de 1970], pág. 22:)
12. La predicción de las llamaradas solares fue vitalmente

209
importante para el programa espacial. De allí que el
doctor Richard Head, del Centro de Investigaciones
Electrónicas de la NASA, según informe de la edi­
ción del 15 de mayo de 1967 de "Tecbnology Weekly",
desarrolló una técnica electrónica por computadoras
para predecir las llamaradas solares usando los vec­
tores gravitacionales de Mercurio, Venus, Júpiter y
Saturno. Estas llamaradas solares afectan nuestro
tiempo y tal vez también otras cosas.
13. John H. Nelson, meteorólogo radial empleado por
RCA Communications Inc., anunció en marzo de 1951
que, tras cinco años de investigación, había desarro­
llado una técnica usando las configuraciones angu­
lares de los planetas para predecir perturbaciones
en las radiocomunicaciones. Aunque Nelson admite
que no sabe qué fuerzas de los planetas afectan la
atmósfera terrestre, sus pronósticos, con meses de
antelación, son exactos en más del 85 por ciento de
las veces. Su uso práctico de los ángulos planetarios
proporciona la más convincente prueba disponible
del importante concepto astrológico de los "aspectos"
entre los planetas. (Véase el libro de Nelson, Cosmic
Pattems en cuanto a pormenores. Lo publicó la Fe­
deración Norteamericana de Astrólogos, en 1974.)
14. El Instituto Norteamericano de Climatología Médica
de Filadelfia, que trabaja con la policía y los bom•
beros, los principales hospitales, varias grandes cor­
poraciones industriales y la Universidad de la Facul­
tad de Medicina de Pensilvania, llevó a cabo un
estudio de tres años (1959-1961) sobre las reacciones
humanas a las fases de la luna. Sus conclusiones son
que los casos de homicidio, violación, atracos con
agravantes e incendio intencional son más comunes
durante los períodos de luna llena. Sus descubrimien­
tos referían que acontecimientos celestes como luna
llena, eclipses o simplemente conjunciones de plane­
tas se relacionan directamente con el cómputo de
iones de la atmósfera, la presión barométrica, la can­
tidad de humedad en el aire y otros factores terres­
tres, al gunos de los cuales no se entienden clara­
mente. (Descubrimientos similares se mencionan en
210
"Fases de la Luna, Suicidio y Homicidio", de A. D.
Pokorny, en American Journal of Psychlatry, 121;
julio de 1964, páginas 66-67; y "Efectos Lunares so­
bre la Enfermedad Mental: La Relación de la Fase
de la Luna con las Emergencias Psiquiátricas", de S.
F. Bauer, en American Journal of Psychlatry, 125; no­
viembre de 1968, págs. 696-97.)
15. Los cirujanos doctores Carl S. McLemore y Edson
Andrews reunieron los gráficos de quienes sufrieron
hemorragias excesivas en un período de ocho años.
Informaron en The Joumal of the Florida MedJcal
Association que ]as hemorragias disminuyeron al ni­
vel mensual más bajo en luna nueva y llegaron al
nivel más alto cada mes en que la luna se oponía al
sol (luna llena).
16. Muchas fueron las importantes investigaciones reali­
zadas por el doctor Robert O. Becker, cirujano or­
topédico de la Universidad Estatal del Upstate Me­
dical Center de Nueva York, en Syracuse. Primero
de todo, descubrió que la frecuencia de las admisio­
nes psiquiátricas en hospitales se correlaciona eleva­
damente con la intensidad del campo geomagnético.
Su investigación apareció en el semanario científico
británico Nature, tras estudiar más de 28.000 inter­
naciones. En este caso, la correlación fue tan fuerte
que la probabilidad de su ocurrencia por casualidad
solamente fue menos del 1 en 10.000. En otra inves­
tigación, demostró que, en varios aspectos, el tejido
biológico (y especialmente el sistema nervioso) actúa
como un sistema compacto de semiconductores. Bec­
ker escribe:
Todo organismo, incluido el humano, de­
muestra ciclos de actividad biológica y mental­
emocional estrechamente vinculada con pautas
geomagnéticas de campos de fuerza e interre­
laciones más complejas de campos de fuerza,
tanto en el ámbito planetario como en el solar­
terrestre. La conducta humana es influida a
través del sistema central de corriente directa
del cerebro por el campo magnético terrestre,
211
las condiciones -solares y ,Rlané�as, y la 'J;'adiá:
ción cósmica de energía alta y baja.
En la -actualidad, sólo �podemos so�pechar
una relación general de alguna índole entre la
totalidad de la especie humana y la totalidad
del fenómeno electromagnético que compromete
al sol, a los otros astros y a las. galaxias.

Los informes del trabajo del doctor -Becker se


hallan e� los siguiente:.
1.
, Becker, Bachman y Friedman: "Relación En•
tre la Intensidad del Campo Magnético Na-
tural y la Incidencia de las Perturbaciones
Psiquiátricas en la Población Humana", pre­
sentado en la Conferencia Internacional so­
bre Campos Magnéticos Altos; Cambridge,
Mass., 16 de junio de 1961.
2. Becker, R.. O.: "La Relación del Medio Geo­
magnético con la Biología Humana", New
York State Joumal of Medicine, 63; 2215 (1�
de agosto de 1963).
3. Becker, R. O.: "El Mecanismo Fisiológico de
la Acción de los Campos Magnéticos sobre las
Estructuras Nerviosas", presentado en la Aca­
demia de Ciencias de Nueva York, el· 12 de
noviembre de 1962.

17. En un estudio estadístico de los_índices astrológicos


de compatibilidad entre parejas �asadas, el psicólo- ·
go-astrólogo Leslie Furze-Morrish (In Search, otoño de
1959), demostró una clara relación entre los planetas
º
en sus dos mapas. La relaciór( angular de 120 º y 60
entre dos planetas se conocía entre los astrólogos co­
mo índice de armonía mutua de energías y cualidades
desde antes de Ptolomeo. Además, se descubrió que los
planetas Venus y Júpiter Oos tradicionales planetas
"benéficos" de la astrología antigua) se destacan más
que otros planetas en las comparaciones de mapas.
De modo parecido, Furze-Morrish informó sobre una
relación correspondiente entre parejas incompatibles

212
º
y un predominio de aspectos mutuos de 180 º y 90
entre los planetas de los dos mapas, las cuales re­
laciones angulares son las dos tradicionalmente más
fuertes o discordantes. Además, se descubrió que el
planeta Marte es el que más se destaca en estos ma­
pas, dando base al supuesto astrológico de que Marte
(el antiguo dios de la guerra) genera o se correlaciona
con riñas, conflictos y pendencias. Esta investiga­
ción, más la de Nelson en la RCA, más la de Jonas
en Checoslovaquia (demostrando las no-viables con­
cepciones que ocurren en los ángulos de 180º de los
planetas), revelan todas una base convincente para
la teoría astrológica de los "aspectos" entre plane­
tas, la cual teoría es base para la interpretación de la
"fuerza" o la "debilidad" de los planetas en un mapa
individual.
18. El lector también debe remitirse a The Case for As­
trology, de West y Tooner (que enuncia otros datos
apropiados) y los libros de Michel Gauquelin: Cosmic
Clocks, The Sclentific Oasis of Astrology y Cosmic In­
fluences on Human Behavior.

213
APENDICE B

LA ASTROLOGIA Y LA INVESTIGACION MODERNA


EN LOS CAMPOS ENERGETICOS

En muchos campos (especialmente la física, la psicología


y la medicina) la investigación se interesa cada. vez más por
el aspecto "energético" de la vida y del ser humano individual.
Aunque podemos optar por ver a la astrología como "mera­
mente" un lenguaje simbólico, debemos admitir que los sím­
bolos son símbolos precisamente porque se refieren a alguna
realidad que de otro modo es inexpresable o incomprensible
para la consciencia humana. La realidad más bien trascen­
dente a que hacen referencia los símbolos astrológicos es la
"energía", un término que es difícil de definir aunque todos
hablen de él y lo experimenten. No sólo los físicos, sino tam­
bién los miembros más progresistas de las profesiones médicas
se refieren cada vez más a la energía como la realidad funda­
mental que subyace en todas las manifestaciones particulares.
La razón de por qué la astrología es el lenguaje simbólico más
completo y exacto, lo mismo que la herramienta de diagnós­
tico más útil en las artes curativas y consultivas, es porque
la astrología es esencialmente un lenguaje de energía, que per­
mite de esa manera que los profesionales de estos campos
diferencien con precisión entre todas las diversas energías que
operan en el organismo psicofísico humano. La astrología,
como el lenguaje más completo de la energía que el hombre
conoce, puede ser para las artes curativas lo que la tabla pe­
riódica es para la química. Y, en el campo de la investigación
parapsicológica, puede ayudar a unificar nuestra comprensión
de fenómenos diversos como auras, ESP y estados alterados
de consciencia.
214
La lista siguiente incluye varios aspectos de investigación
corriente en la dimensión "energética" �e la vida, y creo que
todo intento por unificar los hallazgos en esos campos diver­
sos necesitaría el uso de un lenguaje comprensivo y preciso
de la energía, como la astrología.

l. Citado de la edición de ARE News, de abril de 1971:


El nuevo enfoque de la ciencia médica es so­
bre la electrofisiología. La Case Western Reserve
University utiliza actualmente los impulsos nervio­
sos para tratar los dolores de espaldas, la escle­
rosis, y minimizar el dolor del cáncer termi:ial.
El movimiento de los músculos genera elec­
tricidad en el cuerpo. ¡En la sangre humana hay
tanta electricidad que podemos represarla y usarla
para hacer marchar un motor! Los científicos
aprendieron que pueden sumergir dos pequeños
electrodos en un vaso de sangre humana y que de
allí fluye electricidad.

2. Escribe el doctor Lloy Graham de Grants Pass, Ore­


gon, quien usa el magnetismo en el tratamiento de
enfermedad y lesión:
El cuerpo humano es un ordenamiento pro­
digioso y esmerado de pautas vibracionales de
leves ondas electromagnéticas en movimiento gra­
vitacional y de irradiación. Goodavage, J.: Astro­
logy: The space age science. New York: Signet,
1967, pág. 137.)
3. Wolf (en La enfermedad como un modo de vida: In­
tegración nerviosa en la patología sistemática. Pers­
pectives in hlological medicine, 1961, 4, 288-305) expre­
sa que tanto la salud como la enfermedad son aspectos
del modo de vida del hombre. Así, la enfermedad no
es un estado especial o un desarreglo temporario sino
más bien una parte del estado del. ser del hombre. Es­
te enfoque considera a los síntomas como explosiones
o intensificaciones temporarias de continuos procesos
energéticos dentro del individuo, del mismo modo que

215
los tránsitos astrológicos producen (o guardan corres­
pondencia con) intensificaciones de experiencias, flui­
do energético o discordia indicados como potenciales
en el horóscopo natal. De hecho, numerosos estudios
demostraron que la "enfermedad" física se manifiesta
particularmente durante épocas de tensión mental o
emocional.
4. Reciente investigación en la Unión Soviétiéa señala la
existencia de un "factor energético desconocido" dis­
tinto de la energía electromagnética. Varios experi­
mentos en la Unión Soviética, que tratan sobre ESP
y clarividencia (rotulada "radiocomunicación biológi­
ca") señala "la hipótesis. . . de que la transmisión te­
lepática la realiza algún género de energía o factor
hasta ahora desconocido para nosotros pero que per­
tenece al estadio más elevado de] desarrollo de la ma­
teria ... " (Informado en R. Schaffranke: Telepatía:
Una ciencia del futuro. ARE Journal, 1970, 5 (6), pá­
ginas 215-220.) La investigación soviética descubre que
esta energía es: 1) independiente de la distancia, 2) se
logra sin el uso de los sentidos, 3) no tiene relación
aparente con las ondas electromagnéticas, y 4) con­
tradice la "ley" de causalidad.
Otro informe (Jackson, J. H., Pictorlal Gulde to
the Planets. Nueva York: Crowell, en prensa) señala
que el Mariner 11 que pasó por Venus reveló que el
planeta tiene escaso o ningún campo magnético, sugi­
riendo que _si se establece la causa planetaria de la
actividad de las manchas solares, el efecto probable­
mente no es totalmente gravitacional ni magnético.
Ambos informes señalan un factor energético que po­
dría explicar la "influencia" astrológica, y una dimen­
sión de la actividad que trasciende las leyes conocidas
de gravedad, magnetismo, electricidad y causalidad en
tiempo y espacio.
5. Dos libros de Sheila Ostrander y Lynn Schroeder (Psy­
chlc Discoverles Behlnd the lron Curtaln y Astrolo­
gical Blrth Control) incluyen muchos informes de in­
vestigación de la dimensión energética de los fenóme­
nos físicos, psicológicos y parapsicológicos. Aunque
sean demasiado numerosos como para mencionarlos
216
todos aquí, lo que sigue da alguna idea de cuánta di­
fusión tiene este nuevo ámbito de la investigación.
(Ambos libros contienen también extensas bibliogra­
fías de la investigación de los campos energéticos
humanos.)
a) El doctor Harold Burr, profesor de Neuroanatomía
en la Universidad del Noroeste, "estableció en 1935
que toda la materia viva, desde una minúscula se­
milla hasta un ser humano, está rodeada y contro­
lada por campos electrodinámicos que, a su vez, son
afectados por la luna y el sol . . . Los hallazgos de
Burr parecen implicar que los campos electrodiná­
micos del cuerpo entero están involucrados en la
ovulación". Durante milenios, los acupuntores chi­
nos afirmaron que los factores del medio ambiente,
incluidos el sol y la luna, tienen efectos profundos
sobre los campos de energía (pág. 70, ABC).
b) En el Instituto de Fisiología Clínica de Kiev, Ru­
sia, se demostró que las "bioenergías que circulan
a lo largo de estos puntos de la acupuntura en la
piel reaccionan instantáneamente a las actividades
sobre el sol, como las explosiones solares. En el
instante en que se produce una explosión solar, se
eleva el potencial eléctrico de los puntos de la acu­
puntura. La piel reacciona virtualmente de modo
simultáneo con lo que ocurra en el sol antes de
que las partículas cósmicas liberadas por la explo­
sión lleguen a la tierra un día después" (pág. 71,
ABC).
c) Burr y sus colegas, particularmente el doctor Leo­
nard Ravitz, aparecieron con un nuevo modelo de
cosas vivas como "sistemas eléctricos fijos". Ha­
blan de "mareas eléctricas" de la atmósfera desde
el sol y la luna y su influencia sobre el estado fijo
de los organismos. En un artículo llamado "Cam­
bios periódicos en los campos electromagnéticos"
(Annals of the New York Academy of Sctence,
LCVIII [1960], 1181), Ravitz escribe que descubrió
que la acción del sol y la luna afecta al campo
energético que rodea a cada uno de nosotros. Ha-

217
llazgos similares informa el doctor Becker (véase
Apéndice A), a los efectos de que cambios sutiles
en los campos magnéticos de la tierra ("causados"
por el sol, la luna y los planetas) afectan realmente
el campo de fuerza del cuerpo humano, que a su
vez afecta al sistema nervioso.
En la edición de abril de 1959 del American
Joumal of CIJnical Hypnosis, Ravitz escribe: " ... el
organismo vivo late con variaciones rítmicas cro­
nometradas individualmente, cuyas intensidades,
elasticidades y direcciones se amplifican, conden­
san, aceleran, desaceleran e invierten de acuerdo
con otras frecuencias. Más allá de todos estos fre­
néticos flujos y reflujos de energía, la luna perma­
nece silenciosamente apartada, impulsada. . . por
huellas invisibles. . . por las mismas fuerzas que
operan sobre y dentro de la materia viva" (pág. 72,
ABC).
d) Una parte de Psychic Dlscoveries se ocupa del des­
cubrimiento y la fotografía de específicas "formas
de energía" o "pautas de energía" que de hecho
constituyen la vida real de 1a totalidad orgánica.
El hecho de que esta pauta energética esencial de
todas las cosas vivas determine la forma material
que captaremos con los sentidos señala el hecho
de que algún género de invisible pauta organizadora
es inherente a todas las cosas, como lo dice L. L.
Whyte en su libro Accent on Form (véase capítulo
4). Esto es lo que Dane Rudhyar llamó durante
años la "pauta-simiente" que aparece en el mapa
natal. Simplemente. esta pauta organizadora den­
tro de cada ser humano es la que la astrología
revela y grafica simbólicamente.
e) "El extinto doctor Gustaf Stromberg, astrónomo
norteamericano de renombre mundial, fue uno de
los primeros en introducirse en esta idea de los
ritmos y las frecuencias. Postuló la idea de que la
estructura de los organismos vivos es determinada
por 'sistemas de ondas' o 'campos electromagnéti­
cos vivos' que laten. Estos campos parecen ser la
matriz que da a la materia viva su forma y figura,
218
organizando las moléculas en formas complejas de
plantas, animales y humanos. Las heridas se curan
y los órganos dañados se reconstruyen en su sime­
tría original. Esto implica una pauta energética es­
tabilizadora, responsable de modelar el tejido vivo"
(pág. 125, ABC).
" 'Podemos comparar un campo vivo con una
melodía', dice Stromberg. Una melodía es una se­
cuencia temporal de frecuencias. La melodía es la
misma, ya sea que se la toque lenta o rápidamente,
fuerte o suavemente. Del mismo modo, los campos
vivos de un embrión en crecimiento retienen la
misma pauta de frecuencias a medida que experi­
menta grandes cambios de tamaño y a su tiempo
crece hasta llegar a ser un ser humano maduro.
Stromberg postulaba que en la célula del huevo
humano, los campos podrían imaginarse existiendo
de forma extremadamente contraída y durmiente,
casi como una potencialidad prefísica." Según el
punto de vista de Stromberg, el cuerpo físico de
las cosas vivas no es la causa de los campos de
energía, sino el resultado (págs. 125-126, ABC).
f) El doctor Eugen Jonas, de Checoslovaquia, expresa
que "un individuo, en el momento de la creación,
acepta un impulso básico del universo, una suerte
de alcance vibratorio que será más o menos per­
manente respecto de su organismo. En otras pa­
labras, cuando el esperma y el óvulo se unen para
crear una nueva vida, los campos organizadores de
fuerza del huevo fecundado son puestos en ciclaje
por las frecuencias de las pautas de ondas energé­
ticas del universo en ese instante en particular. Si
las pautas son insólitamente favorables, el indivi­
duo será extremadamente vital. . . Jonas sugiere
que las configuraciones del cosmos son parte de
la impresión que forma la pauta de frecuencia de un
humano al comienzo de su vida" (pág. 127, ABC).
g) "Los acupuntores creen que la Energía Vital del
cuerpo vincula al hombre con el cosmos. Si hay
un cambio en el universo y el medio ambiente, se
produce una resonancia en la Energía Vital del

219
cuerpo humano que a su vez afecta al cuerpo físi­
co" (pág. 229, Psychlc Dlscoverles).
h) El efecto total de la investigación soviética moder­
na en parapsicología lleva a suponer que el campo
energético humano "reacciona ante el pensamiento,
la emoción, el sonido, la luz, el color, los campos
magnéticos, todo cambio sutil del medio ambiente,
desde el césped que pisamos hasta los planetas de
los que raras veces nos damos cuenta" (pág. 234,
PD).
6. El interés corriente por los campos de energía no se
interesa realmente por un nuevo fenómeno. No sólo
los sistemas yóguicos indios se referían durante mile­
nios a la kundallni (un género de libido que abarca la
energía física, psíquica y potencialmente espiritual)
y a los chakras (centros de atorbellinada energía den­
tro del hombre), sino que muchos clarividentes dieron
cuenta de haber visto el "aura" de los individuos, de
la cual pueden deducir el estado de salud psicológica
y física de esa persona. La clarividente Eileen Garrett
escribe:
Estoy convencida de que todo organismo vivo
tiene su propio tipo de ser externo mediante el
cual toma contacto con otras energías. . . Esta red
"magnética" es, pues, un mapa a través del cual
puede captarse y estudiarse la enfermedad del cuer­
po y la mente por parte de quienes entienden sus
principios y funciones. (Adventures in the Super•
normal. Nueva York: Creative Age Press, 1949,
pág. 173.)
Puesto que el campo magnético interpenetra
al cuerpo físico y se extiende también para rela­
cionarse con otras energías del universo, el hombre
se vincula estrechamente con todas las fuerzas cós­
micas que juegan sobre nuestro planeta a través
de su campo magnético (tbíd., pág. 174).
Esta última cita parece referirse a la misma reali­
dad que la investigación soviética encontró reciente­
mente. (Véase parte 5-h de este apéndice.)
220
Por esta última idea podría concluirse que el mapa
natal astrológico simboliza las armonizaciones especí­
ficas del individuo con las fuerzas cósmicas, estable­
ciendo así, al nacer, la frecuencia, el ritmo y la reso­
nancia básicos de su particular campo de energía. Como
escribe Garrett: "La 'natividad' de toda sustancia mar­
ca su naturaleza y su destino natural, y, en el caso
de cosas manufacturadas, su fabricación y la finalidad
para la cual fueron hechas" (ibíd., pág. 175).
7. Muchísimos sistemas de curación no utilizan otras
herramientas que las energías reales del paciente y el
sanador. (La diferencia entre "medicina" y "curación"
se aclara cuando comprendemos que las palabras "cu­
rar" y "todo" ["heal" y "whole", en inglés] se rela­
cionan etimológicamente. De allí que un verdadero
sistema de curación se interese por ]a restauración del
paciente en el estado de totalidad, mientras que gran
parte de la práctica médica moderna ignora la cues­
tión de la totalidad y se concentra en los síntomas su­
perficiales.) La cita siguiente de Arthur Ford da una
clave de cómo funcionan ciertos sistemas de c•..1ración:
Desde 1923, se conocía científicamente que el
cuerpo humano emite radiación, cuando la midió
en Leningrado el científico Alexander Gurwitsch.
George W. Crile demostró en 1934 que el tejido
cerebral emite radiación de gamas visibles, infra­
rrojas y ultravioletas. Las radiaciones humanas
más fuertes -informó el investigador de Cornell,
Dr. O. H. Rahn- emana de las puntas de los de­
dos de la mano derecha. . . (Unknown but Known,
1974, pág. 61.)

Este hecho podría explicar por qué la "imposición


de manos" fue un respetado método curativo en mu­
chas culturas y religiones, lo .mismo que por qué a la
mano derecha se la considera habitualmente la mano
"positiva". Escribe el doctor Randolph Stone, cuyo
sistema de curación llamado "Terapia de Polaridades"
usa nada más que las dos manos y las energías de dos
personas:

221
Nuestra investigación en psiquiatría se benefi­
ciaría grandemente si pudiéramos reducir esta
confusión de impulsos mentales-emocionales del
hombre a una ciencia exacta de la anatomía men­
tal-emocional, coordinada con la física. Entonces
podría establecerse una sana psicofisiología y has­
ta una patología de estos campos energéticos más
sutiles. Este sería un gran paso adelante en la
ciencia del conocimiento del misterio del comple­
jo ser del hombre, que desafía todas las reglas y
hallazgos de factura humana. (Polarity Therapy,
edición del autor, 1954, pág. 14.)

222
APENDICE C

LA ASTROLOGIA Y LA TERAPIA DE LAS POLARIDADES

En todo hay intercambio de energía, rítmico latido de


contracción y expansión que nos permite reconocer que una
planta, un animal o una persona están "vivos". Hasta los dien­
tes y los huesos participan de este intercambio vital de ener•
gía con el suministro universal. Toda sustancia resulta de la
combinación ilimitada de frecuencias energéticas, y las ener•
gías básicas en funcionamiento se denominaron los cuatro
humores, los cuatro elementos, o se las designó juntas como
Qi, Prana, Mana, Fuerza Vital y otras denominaciones que
dependen de la cultura correspondiente. Toda planta viva,
todo animal vivo y todo ser humano vivo es un campo ener­
gético complejo que opera simultáneamente en muchos nive­
les, y cada uno deberá mantener su frecuencia individual a
fin de asegurar su crecimiento y desarrollo. Al nacer, el pri­
mer aliento inicia nuestro directo suministro de energía, nues­
tra línea vital con la Energía Universal, nuestra armonización
inmediata con el cosmos. Mientras nuestra particular pauta
energética esté bien establecida y fluya sin obstrucción, es­
tamos a tono con el suministro Universal de la fuerza vital, y
experimentamos este estado del ser como de salud perfecta
y bienestar emocional. Sin embargo, debido a choques físi­
cos, mentales y emocionales, dieta inapropiada, o pautas emo­
cionales-mentales negativas, la mayoría. de nosotros vive en
un estado de tensión constante y excita un sentimiento "fuera
de tono". En otras palabras, se bloquean, desequilibran o
salen de fase las corrientes de energía que nos avivan y, en
consecuencia, sentimos dolor, enfermedad, fatiga o depresión.

223
Naturalmente, no hay vida sin tensión; nadie puede tra•
tar al mundo material sin experimentar tensión. La Terapia
de las Polaridades no se basa en la ilusión de que se podrá
alcanzar un estado de relajación constante y poner fin a todos
los conflictos. Se basa más bien en el hecho de que la mayo,
ría es capaz de utilizar eficazmente sus energías, derrochar
muchas energías meramente en su esfuerzo por bloquear la
expresión de al gunas energías, y puede moverse a través de
sus experiencias conflictivas con más conocimiento y concen­
tración del que se tuviera en el pasado. La Terapia de las
Polaridades se basa en el hecho de que la mente, las emocio­
nes y el cuerpo físico trabajan juntos y tienen una interacción
mutua. Por ejemplo, no sólo las emociones y los pensamientos
afectan al cuerpo, sino también la dieta, el medio ambiente
físico y el estado general de salud tienen un impacto profundo
sobre el estado interior del ser. Durante el tratamiento con
un calificado terapeuta en polaridades, se toma en considera­
ción, en su totalidad, a las emociones, los pensamientos, la
dieta, el ejercicio, los hábitos de vida y las inclinaciones espi.
rituales: el tratamiento es total, y, por supuesto, el mapa na­
tal es valiosísimo para entender la totalidad del cliente, sus
necesidades particulares, anhelos, conflictos, debilidades físi­
cas y demás.
El campo energético humano es actualmente un hecho
científico que la acupuntura, la fotografía Kirlian, y otras in­
vestigaciones obligaron a la ciencia ortodoxa a que lo reco­
nociera. Por supuesto, este concepto del campo energético
vivo del hombre no es nada nuevo. Durante milenios los fí.
sicos estuvieron viendo "auras" y usando al aura para diag­
nosticar problemas físicos, mentales y emocionales. Lamen­
tablemente, hoy en día recibimos tanta "educación" que a tem­
prana edad olvidamos lo que es real. Nuestras mentes se con­
funden con tanta información inútil y tantos conceptos men­
tales muertos que lleva años restablecer nuestra sensibilidad
original a las energías que se manifiestan a través de toda la
vida. La Terapia de las Polaridades es un modo de trabajar
inmediatamente con las energías vitales, una educación sobre
cómo operan las fuerzas de la vida, lo mismo que una herra­
mienta terapéutica de poder asombroso. La esencia de la Te­
rapia de las Polaridades es elegante en su sencillez, aunque en
la superficie parezca al novato una ciencia disparatada a la
224
que nunca se podrá dominar. De este modo, es como la astro­
logía: un sistema tan sencillo y unificado en su esencia que
insume muchos años de práctica percibir su sencillez.
La Terapia de las Polaridades es un modo de trabajar con
las energías fundamentales de la vida, un modo de poner estas
corrientes (aire, fuego, tierra y agua) en estado de equilibrio, y
de quitar los obstáculos para que fluyan libremente por el
campo total de energías. La Terapia de Polaridades es uno de
los poquísimos sistemas de las artes curativas que al profe­
sional le permite trabajar inmediatamente con las energías
simbolizadas por el mapa natal individual. Permitir que este
estado de fluir equilibrado se establezca permite que las ener­
gías mismas produzcan cuanto la curación necesita que se ha­
ga. El terapeuta de ningún modo es un sanador; sencillamente
estimula las fuerzas curativas del paciente para que se afir•
men. El estado de equilibrio resultante de un tratamiento de
Terapia de Polaridades puede esperar experimentar un mar•
cado grado de profundísima relajación, lo mismo que un ele­
vado conocimiento de sus necesidades fundamentales, ener­
gías y posibilidades de crecimiento.
La clarividente Eileen Garrett, en su libro Awareness, des­
cribió los centros de energía del cuerpo humano idénticos a
los chakras de las tradiciones yóguicas y los conceptos expre­
sados en los libros del doctor Stone. Expresa: "Aunque hay
muchas terapias, hay un solo género de curación. Ya sea que
a un hombre se lo trate en su organismo físico en sus estados
psicológicos, se apunta a la reintegración de las fuerzas de su
vida". El doctor Stone considera que estas fuerzas vitales son
los cuatro fundamentos mismos que comprenden la base de
toda la teoría astrológica. Los elementos se correlacio11an fí.
sica y psicológicamente con las funciones específicas, y tam­
bién con ciert<;>s centros de energía (chakras) en el campo ener­
gético total. Según el doctor Stone los cuatro elementos (lla­
mados en sánscrito los "tattwas'') "son el campo y los tejidos
estructurales de la anatomía. Sostienen los vientos vitales del
'prana' que fluyen a través de nuestro cuerpo." Son los cons­
tructores invisibles de todas las estructuras de la vida y deben
operar en armonía entre sí, si la persona ha de tener buena
salud.

225
Los Cuatro Elementos

En la Terapia de las Polaridades (y también en la Medi­


cina Ayurvédica), el elemento aire está asociado con el sistema
nervioso, con la sensación mental, la percepción y la expre­
sión. El fuego es el principio calórico y dinamizador del sis­
tema circulatorio. La corriente ígnea se manifiesta como la luz
de los ojos y el calor del cerebro (Aries), el fuego de la diges­
tión eh el sector del plexo solar (Leo), y la energía motora de
los muslos (Sagitario). La corriente de aire es especialmente
activa en los pulmones y como inteligencia se expresa a través
de las manos (Géminis), en el sector renal (Libra), y carga eléc­
tricamente al cuerpo en el sector de los tobillos (Acuario).
Agua es el principio que suaviza, enfría, calienta y nutre, que
se expresa a través de todas las glándulas secretoras y las mem­
branas mucosas (por ejemplo, Cáncer rige tradicionalmente
los pechos, Escorpio los genitales y la nariz, y Piscis el siste­
ma linfático.) El elemento tierra se refiere a la materia burda
del cuerpo, a la forma física del individuo, y a la asimilación
y la eliminación de la materia terrestre necesaria para soste­
ner al cuerpo físico. Tradicionalmente, Capricornio rige los
huesos, los dientes y la piel; Tauro está armonizado inmedia­
tamente con las formas tangibles de todas las cosas terrenas;
y Virgo está asociado con los intestinos.
El doctor Stone dice que entender estas energías funda­
mentales "es la base del misterio del vínculo entre la Conscien­
cia y la Materia". Sefiala que hoy en día la práctica médica
general es más bien burdamente física que atómica en sus
principios y aplicación. Empero, como la astrología lo aclara,
el ciclo real de vida de toda criatura viva empieza como un
proceso de líneas específicas de fuerza, armonizaciones espe­
cíficas de energías que se liberan según una pauta específica
seminal. La crítica del doctor Stone a la moderna medicina
mecanicista podría igualmente aplicarse a la práctica general
de la Astrología Médica, pues la mayoría de los profesionales
que se ocupa de este campo tiende a aislar órganos especí­
cos, regiones corporales y nombres de "enfermedades", lo cual
en realidad hace muy poco bien. Un enfoque más constructivo
de la astrología médica y de la práctica de las artes curativas
mismas sería concentrarse en la función y el proceso que está
perturbado.

226
Como ejemplo, saber que Libra "rige" los rifiones no nos
proporciona mucho conocimiento ni medio alguno de impedir
trastornos renales. Pero comprender que el signo de Libra y
los riñones están asociados con el fluido energético de la co­
rriente de aire, y saber que esta energía puede estimularse,
alterarse y redirigirse puede abrir nuestros ojos a un enfoque
enteramente nuevo de la curación, enfoque que se interesa
por las energías fundamentales que vivifican a toda la crea­
ción. Tal enfoque podrá proporcionarnos una teoría unificada
y totalizada de la salud, la "enfermedad" y la curación. La
enfermedad no es un estado especial sino más bien parte del
modo de ser del hombre; se· la puede considerar como una
explosión temporaria o una intensificación de procesos en
avance. Un enfoque de la astrología médica en el nivel de la
energía puede darnos una clave del continuo proceso que ani­
ma a cada uno de nosotros; y la astrología nos da un lenguaje
con el que podemos describir tipos de energía, al par que una
dinámica específica de las energías.

227
REFERENCIAS A LA PARTE 1

Capítulo l
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230
LECTURAS SUGERIDAS

Arroyo, Stephen
Astrology, Karma and Transfonnation
Relationshlps and Llfe Cycles
Carter, Charles E. O.
Los Aspectos Astrológicos, Ed. Kier S.A.
An Encyclopedfa of Psychological Astrology
Davidson, Dr. William
Lectures on Medlcal Astrology
Ebertin, Rinehold
The Comblnation of Stellar Influences
Greene, Liz
Saturo: A New Look
Relation
Guggenbuhl-Craig, Adolf
Power in the Helping Professions
Hall, Manly P.
Secret Teacblngs of AD Ages (mucho material sobre los elementos)
Hone, Margaret
Modern Textbook of Astrology
Applied Astrology
Huber, Bruno and Louise
Man and Hls World - Astrological Psychology
Jung, Carl G.
Essays on A Sclence of Mythology
Four Arcbetypes
Man and Bis Symbols
Memorles, Dreams, Reflections
Modem Man in Search of a Soul
On tbe Nature of the Psyche
Psychological Reflections
PsychologfcaI Types
Ur11scovered Self
Layman, Dr. Marvin
1.ntervlewing and Counseling Techniques for Astrologers

231
Mayo, Jeff
Tbe Planets and Human Bebavior
Astrologers Astronomlcal Handbook
Montgomery, Ruta
Bom to Heal
Pagan, Isabelle
From Ploneer to Poet (Análisi� de los signos del Zodíaco)
Rudhyar, Dane
Astrología y la Psique Moderna, Ed. Kier S.A.
Tbe Practice of Astrology
Tbe Pulse of Life
The Astrology of Penonallty
Trlptycb
Person-Centered Astrology
Tbe Astrologlcal Houses: The Spectrum of Individual Experience
Tbe Lirnatton Cycle
An AstrologlcaI Study of Psychologlcal Cornplexes and Emotional
Problems
Sargent, Lois H.
How to Handie Your Human Relatlons (Sinastria)
Tyl, Noel
Astrology and Personallty

232
INDICE
Reconoc1m1en tos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

PARTE l. ASTROLOGIA Y PSICOLOGIA


Cap. 1. La ciencia moderna y la psicología actual 19
2. Las limitaciones de la vieja estructura . . . . . . . . 26
3. Diferentes enfoques del conocimiento y la cues-
tión de la prueba . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32
4. Arquetipos y principios u .niversales . . . . . . . . . . 47
5. Enfoques de la astrología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58
6. Psicología y astrología humanísticas . . . . . . . . . 67
7. Los usos de la astrología en las artes consul-
tivas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76
8. Notas sobre la educación y la instrucción de los
consejeros astrológicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82

PARTE II. LOS CUATRO ELEMENTOS: ENFOQUE


DE LAS ENERGIAS EN LA
INTERPRETACION DE LOS MAPAS
NATALES
Cap. 9. La astrología: un lenguaje de la energia . . . . . . 97
Los signos zodiacales como pautas energéticas 99
Los planetas como reguladores de energía . . . 102

235
La teoría astrológica de la personalidad . . . . . 10.3
Conceptos claves y definiciones . .. ... . . ... ... l.Q5
lit Los cuatro elementos: las energías básicas de
la astrología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111
Reconocimiento mundial de los elementos ... lli
Las descripciones modernas .. . . . .. . .. .. . .. . . 114
Una perspectiva espiritual .... .... . . . ... .... 116
Clasificación de los elementos ..... . . .. . . .. . . 118
El elemento Fuego .. .. . . .. . ......... .. . ... . 1.12.
El elemento Aire .. . ... ... . . .. .. .......... .. 121
El elemento Agua . .. .. . . . . ..... . . .. ... . . . .. 122
El elemento Tierra . . ... . . . .. . . . . .. . . . .. . . . . 124
11. La psicología del individuo . . .. . .... . . ... . ... 126.
Los elementos en las artes curativas . . . ...... . lli
U.. Los elementos en la interpretación . . . . . . .... . 137
El desequilibrio de Fuego ...... ... . ... . .. .. 140
El desequilibrio de Tierra . . . . . .. . . . ... . . ... 141
El desequilibrio de Aire . ... .. . .. . . . . ... .... 143
El desequilibrio de Agua . . .. .... . ... ... .... 145
Enfasis auto-expresivo o auto-represivo . . .. ... 149
El énfasis excesivo sobre el Agua y la Tierra.
La falta de Aire y Fuego ... . .. . . .... . . . . . 149
El énfasis excesivo sobre el Aire y el Fuego.
La falta de Agua y Tierra . .. .. ...... .... . l SO
Las combinaciones de otros elementos . . .. . . 151
Las combinaciones de Aire y Agua ... .... . .. 152
Las combinaciones de Aire y Tierra . ... .. . . . 152
Las combinaciones de Agua y Fuego . .. . .. . . . 15.3.
Las combinaciones de Tierra y Fuego .. . .. . . . 15.4
1.3.. Potencial de integración: aspectos y relaciones
planetarias ... ... . .. .. .. . .. . ...... . .... . .. . . 15.6
H, Los planetas en los elementos . .... .. . ..... . . 163
Mercurio .... . . .. .. . . . . . . ... ...... . ... . . .... 163
Venus . . . . .... ...... . . ... ....... .... . . .. . .. 166

236
Mute . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 167
El Sol, la Luna y el Ascendente ... ... ....... 168
Júpiter y Saturno ......... . . .......... . .... 169
Otras consideraciones ....... ... . . . .. ...... . . 172
15. Los elementos en la compara.ción de los mapas 175
16. Los elementos y las casas: sistema de palabras-
claves ........... .... . ..... .. .............. 188
Clasificación de las casas ................'... 191
Las casas de Agua ......................... 193
Las casas de Tierra ........................ 195
Las casas de Fuego ................. ·....... 197
Las casas de Aire . ..... ........... ......... 199
Astrología: herramienta del autoconocimiento 201

Apéndice A: Datos científicos . .................... .. . 205


Apéndice B: La astrología y la investigación moderna en
los campos energéticos ....... ............. . ..... 214
Apéndice C: La astrología y la Terapia de las polaridades 223
Referencias a la Parte I . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 228
Lecturas sugeridas .................................. 231

237
Este libro se terminó de imprimir
en Julio de 2007 en M Libros
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Argentina - Tel.: (O 11) 4204-9013

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