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Apostolado Presbiteral

HORA SANTA EUCARÍSTICA SACERDOTAL


Centro Monterrey
BENVENIDA Sección Señoras
Coordinación:
Buenos Días hermanos, hermanas. Sean bienvenidos a esta Hora Santa de
Exposición y Adoración del Santísimo Sacramento.
Nos reunimos en la presencia de Cristo realmente presente en Cuerpo y Sangre, Alma y Divinidad en
el Santísimo Sacramento, con nuestros hermanos de los diferentes centros que conforman la familia
de la Cruz en esta pastoral presbiteral.
Damos la bienvenida a nuestro Asesor el Padre Luis Alberto Tirado MSpS y con la atención amorosa
que se merece, demos honor y gloria a nuestro Señor Jesucristo, favor de ponerse de rodillas ante la
exposición del Santísimo Sacramento.

Se aproxima al ambón y saluda a la asamblea de los fieles


(Canción de entrada Bendito bendito sea Dios)

En este momento puede hacerse un canto o música de acompañamiento. El p. Luis T removerá el


Santísimo Sacramento de la luna, lo lleva al altar, y lo coloca en la custodia viendo hacia los fieles. Si
el p. Luis se arrodilla frente al altar la Sagrada Eucaristía, la música de acompañamiento deberá
continuar. Si es posible.
Si el P. Luis, va directamente al Saludo y la Oración Inicial.
Saludo OPCIÓN A:
CELEBRANTE: La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo
estén con todos ustedes.
℟: Y con tu espíritu.
OPCION B:
CELEBRANTE: Bendito sea Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que es grande en misericordia,
nos concede una vida nueva llena de esperanza por la resurrección de Jesucristo a través de la
muerte. Bendito sea Dios por siempre.
℟: Bendito sea Dios para siempre.

Oración inicial CELEBRANTE: Oremos (Breve pausa)


Dios todopoderoso y eterno, en Cristo tu Hijo has mostrado tu gloria al mundo. Guía el trabajo de tu
Iglesia: Ayúdanos a proclamar tu nombre, a perseverar en la fe y llevar la salvación a todas las
personas. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
℟: Amen.

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1.- Lector Alabanza. 4 minutos IVONNE
¡Alabado sea Jesucristo en el Santísimo Sacramento del Altar!
Yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por todos los que no creen, no adoran, no esperan
y no te aman.
¡Que reine en los cielos y en la tierra el Corazón amoroso de Jesús Sacramentado!
Alégrate Virgen María porque será adorado el cuerpo y la sangre del Hijo que en tu vientre el Espíritu
Santo ha engendrado. En los cielos y en la tierra será alabado su nombre y al pronunciarlo los
ángeles del cielo y de la tierra que acompañan a los hombres, harán que toda rodilla se doble en los
cielos, en la tierra y en todo lugar. Amén.
De la cuenta de conciencia de nuestra madre Beata Concepción Cabrera:
“Este es el fin, la esencia de las Obras de la Cruz: que todos sus miembros se transformen en
sacerdotes en unión del Sacerdote Eterno, ofreciendo al cielo por la Iglesia y los sacerdotes, sus
hermanos, formando un solo cuerpo con el mío (c.c. 40,289-293)
“Si quieres salvar almas hemos llegado al poderoso y único medio: los sacerdotes santos, serán
santos a medida que te santifiques, serán puros a medida de tu pureza; serán santificados a medida
de tus sacrificios. Todo esto, no por lo que eres, sino por lo que tienes en ti, por tu unión con el
Verbo […] Este es el coronamiento de las Obras de la Cruz; este plan seguirá tus hijos espirituales en
más o menos grados; este será el verdadero consuelo de mi corazón: el de darme sacerdotes santos”
(c.c.53,37-38;29 nov1928)
(pausa breve)

RUTH
Señor Jesús, que a través de nuestra madre espiritual Beata Concepción Cabrera, nos quisiste
comunicar tu amor y predilección por los tuyos; hoy queremos alabarte, darte gracias, y bendecirte
por el don del sacerdocio entre nosotros los hombres.
A cada invocación responderemos R/Bendito y alabado seas por siempre Señor.
Por el don de la vida y de la fe que nos has concedido. R/ Bendito y alabado seas por siempre Señor.
Por tu infinito amor al enviarnos a tu Hijo Jesucristo, que se hizo hombre como nosotros, murió y
resucitó para salvarnos. R/ Bendito y alabado seas por siempre Señor.
Porque por medio de tu Hijo instituiste la Santa Eucaristía y el Sagrado Mandamiento del Amor. R/
Bendito y alabado seas por siempre Señor.
Porque enviaste a tu Hijo y sigues enviando a tus sacerdotes para que den fruto abundante que
permanezca. R/ Bendito y alabado seas por siempre Señor.
Por haber instituido la Iglesia, fundada en las rocas de los apóstoles. R/ Bendito y alabado seas por
siempre Señor.
Por ofrecer el Don del Sacerdocio a los hombres pecadores, para que sea ofrecido al pueblo de Dios.
R/ Bendito y alabado seas por siempre Señor.
Porque has llamado a los que tú has querido para que sean sacerdotes y los has convertido en
«OTROS CRISTOS». R/ Bendito y alabado seas por siempre Señor.

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Porque el sacerdote es signo del buen pastor que participa de modo especial de tu ser sacerdotal. R/
Bendito y alabado seas por siempre Señor.
Porque el sacerdote prolonga tu obra de salvación con la predicación del Evangelio, con la
celebración de los sacramentos y con sus actitudes de bondad y servicio. R/ Bendito y alabado seas
por siempre Señor.
Por consagrar con tu poder a los sacerdotes el día de la ordenación, cuando el Obispo impone las
manos sobre los ministros. R/ Bendito y alabado seas por siempre Señor.
Porque siempre estás en comunión con el sacerdote cuando celebra la liturgia, sobre todo en la
Eucaristía y en los demás sacramentos. R/ Bendito y alabado seas por siempre Señor.
Señor a todos los sacerdotes transfórmalos en Ti, que el Espíritu Santo los posea y que por ellos se
renueve la faz de la tierra
Al terminar decimos: Resonemos estas palabras en nuestro corazón.
Silencio 3 Minutos con música clásica
Canción/música 4 Minutos aproximadamente (Alabanza)

2.-AGRADECIMIENTO: LECTOR _ 4 Minutos GUDE


“El nacimiento espiritual de las almas es privilegio de los sacerdotes. Ellos las hacen nacer a la vida
de la gracia por medio del Bautismo: por medio de ellos nosotros nos revestimos de con el Hijo de
Dios y nos transformamos en miembros de aquella bendita cabeza. (cfr. Rom 6,1: Gal, 3,27). Por lo
tanto, nosotros debemos no solo respetarlos, sino venerarlos más que a nuestros padres. Estos, en
efecto, nos han engendrado de la sangre y de la voluntad de la carne (cfr. Jn 1,13); aquellos, en vez,
nos han hecho nacer hijos de Dios, ellos son los instrumentos de nuestra feliz regeneración, de
nuestra libertad y de nuestra adopción en el orden de la gracia” (San Juan)

 Gracias, Señor, por el regalo de nuestros sacerdotes.


 Gracias por los sacerdotes ancianos y mayores que se han desgastado en el anonimato y la
fidelidad del día a día.
 Gracias por los sacerdotes enfermos cuyo testimonio de entrega hasta el sufrimiento nos
anima a seguir luchando en la vida.
 Gracias por nuestros párrocos y vicarios que, como pastores responsables, están siempre a
nuestro lado para guiarnos y acompañarnos.
 Gracias por los sacerdotes misioneros, su ejemplo es para nosotros una invitación a dejarlo
todo para anunciar en nuestro ambiente tu Palabra sin complejos.
 Gracias por los sacerdotes que trabajan en los hospitales, donde su presencia es signo de tu
presencia que da vida y salud.
 Gracias por los sacerdotes que trabajan en las escuelas, las universidades y todas las
instituciones educativas; ellos se esfuerzan en mostrar que la fe y la cultura se necesitan
mutuamente.
 Gracias por los sacerdotes que acompañan tantos movimientos y grupos que hay en tu Iglesia
porque hacen lo posible para que el fuego del apostolado esté siempre vivo.

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 Gracias por los sacerdotes que nos acompañan en nuestro camino espiritual; gracias por su
escucha, su silencio, su respeto y sus palabras de consejo, de ánimo y de consuelo.
 Gracias por los sacerdotes que trabajan en la formación de los seminaristas, dándolo todo
para formales según tu corazón y al ejemplo de tu Hijo el Buen Pastor.
 Gracias por los sacerdotes que trabajan con los más desfavorecidos de nuestro mundo
injusto; porque intentan construir con gestos proféticos el reino de las bienaventuranzas.
 Gracias por los sacerdotes que nos han dado el sacramento del bautismo, el don de la fe y la
gracia de ser hijos de tu Iglesia.
 Gracias por los sacerdotes que nos alimentan en la Eucaristía con la Palabra y el Pan de la
Vida que nos permiten seguir caminando como hermanos.
 Gracias por los sacerdotes que en tu nombre perdonan nuestros pecados y enjugan nuestras
lágrimas con palabras de misericordia.
 Gracias por los sacerdotes que bendicen nuestros matrimonios para que sean signo de tu
amor hacia todos nosotros.
 Gracias por los sacerdotes que nos visitan cuando estamos enfermos y nos dan fuerzas para
soportar el sufrimiento y el dolor. Infinitas gracias Señor
Al terminar decimos: Reflexionemos estas Palabras

Silencio 3 Minutos con música clásica


Canción/música 4 Minutos aproximadamente (Agradecer)
3.-PERDÓN: LECTOR 4 Minutos

(ALE Y ROSY)
" -ALMAS DE SACERDOTES, TERNURAS DE MADRE, CONSUELO EN LAS OBRAS DE LA CRUZ.
-QUIERO AMOR, EN ALMAS SACERDOTALES; QUIERO DESTRUIR LA INDIFERENCIA QUE ME HIELA EN
ELLAS; QUIERO VIDA INTERIOR, INTIMIDAD CONMIGO EN ESAS ALMAS CONSAGRADAS.
-QUIERO DESTERRAR LA APATÍA DE SU CORAZONES, Y HACERLOS ARDER EN CELO DE MI GLORIA.
-QUIERO ACTIVAR LA VIDA DIVINA EN TANTAS ALMAS DE LOS MÍOS, QUE DESFALLECEN.
-QUIERO DESTRUIR LA INDIFERENCIA QUE PARALIZA LA ACCIÓN DE DIOS Y ALEJA DE LOS
SACERDOTES MIS GRACIAS.
-QUIERO BARRER DE MI IGLESIA, Y ARRASAR TODO LO QUE NO SEA PURO..." (C.C. 49,15-20)

 "Todos mis Sacramentos purifican, porque llevan algo divino; llevan mi Sangre... Los Sacerdotes que
apliquen estos sacramentos, deben estar sin mancha, porque... ponen mi sello divino en los
corazones; lavan con mi Sangre" (CC. 49, 171). (pausa)
"Pues mi primer amor, después de mi Padre, es María, y después mis Sacerdotes, mi Iglesia, y en ella
las almas. Esos son mis amores, y en estos inmensos amores, están también mis dolores" (CC. 49,92)
(pausa)…
Del amor de Cristo al Padre en el Espíritu Santo, y de su amor a María y a la Iglesia, nace, pues, el
amor especial para con los sacerdotes. "Yo amo a los ministros de mi Iglesia, como a las niñas de mis
ojos, y por lo mismo, más me duelen las ofensas hechas por ellos a lo que más amo y ellos debieran
amar" (CC. 35, 106- 107, febrero 26, 1911). "Mis sacerdotes en la tierra, después de María, son la
obra perfecta del Padre, por ser reflejo de su Hijo único... El padre sólo ve un Sacerdote en la

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multitud de sacerdotes; sólo me ve a Mí en los sacerdotes simplificados en Mí (CC 50, 388, febrero
15, 1927). (pausa)

(ALE Y ROSY)
Haciendo eco de nuestra madre espiritual, que nos enseñó a amar, pedir y sacrificarnos por
los sacerdotes, oremos confiados al Padre pidiendo perdón por los agravios con que El mismo es
ofendido.
¡Padre Eterno! Mira los padecimientos de Jesucristo tu Divino Hijo, mírale delante de Ti como
Victoria, recibe Padre Santo nuestra petición y que unidas a Él, con El, y por El, nos concedas ser Su
consuelo y la santificación de sus sacerdotes, por manos de María.
A cada invocación respondemos:
R/ ¡Jesús Salvador de los hombres, Sálvalos, Sálvalos!

1.- Tu mi Jesús le dijiste a Conchita:” Es necesario volverá encender el fuego, y esto solo se hará por
medio del Espíritu Santo, por el divino medio del Verbo, ofreciéndolo al Padre, clamando
misericordia” Te pedimos por los sacerdotes desalentados, para que se renueve en ellos su primer
amor. R/¡Jesús Salvador de los hombres, Sálvalos, Sálvalos!
2.- Señor Jesús, Tú que le dijiste a nuestra madre Conchita: “Por la falta de transformación en Mí de
los sacerdotes hay tanto apostolado estéril en mi Iglesia” te pedimos por los sacerdotes atados a los
vicios terrenos; para que reconozcan el valor de su ministerio sacerdotal y busquen en su corazón el
deseo de su primer amor que eres Tú. R/ ¡Jesús Salvador de los hombres, Sálvalos, Sálvalos!
3.- Tú que dijiste: “Mi voluntad es transformar al mundo por la transformación perfecta de los
sacerdotes en Gran Sacerdote, en el único Sacerdote de donde todos proceden” Te Pedimos por los
sacerdotes que atrapados en los vicios de este mundo han perdido fidelidad a su vocación sacerdotal,
para que su corazón y alma retornen a su primer amor: Tú. R/¡Jesús Salvador de los hombres,
Sálvalos, Sálvalos!
4.- Tú que le confiaste a nuestra madre Conchita: “Para el ministerio de la predicación, necesita el
sacerdote ser hombre de oración; porque para dar a las almas, es preciso recibir de lo alto; y no se
recibe, si no se ora, si no se es mortificado" (CC. 49, 221).. Te pedimos Señor por los sacerdotes que
no han sabido edificar con su conducta para que retomen la práctica de las virtudes que en ellos Tu
has puesto. R/ ¡Jesús Salvador de los hombres, Sálvalos, ¡Sálvalos!
6.-  "Todos mis Sacramentos purifican, porque llevan algo divino; llevan mi Sangre... Los Sacerdotes
que apliquen estos sacramentos, deben estar sin mancha, porque... ponen mi sello divino en los
corazones; lavan con mi Sangre" (CC. 49, 171)… Te pedimos perdón Señor por los sacerdotes que
cayendo en pecado han lastimado tu Sagrado Corazón para que con humildad sepan reconocer la
grandeza de tu Misericordia en sacramento de la reconciliación. R/ ¡Jesús Salvador de los hombres,
Sálvalos, Sálvalos!
Al terminar decimo: Reflexionemos estas Palabras

Silencio 3 Minutos con música clásica


Canción/música 4 Minutos aproximadamente (perdón)
4.- PETICIÓN: LECTOR 4 Minutos

5
GUDE
"Es preciso a toda costa, que los Sacerdotes se acerquen a Mí en la intimidad de sus corazones. Diles
que no teman, que... en Mí tienen un hermano... una madre, un Padre, un Dios-hombre, que los ama
con las entrañas más tiernas... que quiere estrecharlos contra un Corazón que se dejó romper par
que en él cupieran todos los Sacerdotes, para transformarlos en Mí, su Jesús, todo misericordia y
bondad" (CC. 50, 315). (pausa)
"Yo en ellos quiero obrar, hablar, vivir y hacerme sensible a las almas... transformar el mundo por la
transformación perfecta de los sacerdotes en el gran Sacerdote, en el único Sacerdote de donde
todos proceden" (A mis sacerdotes 51). (pausa)

"Sólo un Sacerdote, transformado en Mí, puede transformar a las almas; y a la medida de su


transformación en Mí, será la que reciban las almas" (CC. 50, 182). (pausa)
Señor regálanos más sacerdotes para guiar a tu pueblo, sacerdotes fieles y santos para guiar a tu
pueblo sabios para que nos enseñen tus divinos misterios

IVONNE
Confiados en que por tu Bondad y Misericordia infinita escuchas nuestras plegarias te invocamos
diciendo R/ ¡Te rogamos, óyenos!
Virgen María, Madre del Sumo y Eterno Sacerdote. Hoy te consagramos a todos los sacerdotes a tu
Inmaculado Corazón y te pido que se los presentes a Jesús, para que vivan siempre contigo en su
divino Corazón R/ ¡Te rogamos, óyenos!

Que sean otro Cristo en el mundo, una pequeña copia de Jesús, el buen Pastor. Que su vida sea una
ofrenda permanente al Padre, una misa continua. Que cada día te ofrezcan en la patena de su
corazón, el peso de las almas, sus gozos y esperanzas, sus miserias, sus luchas y sus penas…
R/ ¡Te rogamos, óyenos!

Madre mía, llénalos de tu pureza Inmaculada, ayúdales a vivir su sacerdocio con un renovado
espíritu de oración y penitencia, con la máxima fidelidad a Cristo y a la Iglesia. Que el momento
culminante de su día sea la Santa Misa diaria…. R/ ¡Te rogamos, óyenos!

Intercede por ellos para que el Espíritu Santo los inunde con su poder y los transforme cada día en la
imagen perfecta de Jesús, para Gloria del Padre. Bendice, oh Madre, con Jesús a todos los sacerdotes
del mundo... R/ ¡Te rogamos, óyenos!
Que su conducta edifique.   R/ ¡Te rogamos, óyenos!
Que su trato atraiga las almas a Dios.  R/ ¡Te rogamos, óyenos!
Que no haya en ellos nada mundano. R/ ¡Te rogamos, óyenos!
Que siempre estén practicando alguna virtud. R/ ¡Te rogamos, óyenos!
Que sean modelos para todo el mundo. R/ ¡Te rogamos, óyenos!
Que comuniquen pureza. R/ ¡Te rogamos, óyenos!
Que sean hombres de oración. R/ ¡Te rogamos, óyenos!

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Que procuren el decoro de tus templos. R/ ¡Te rogamos, óyenos!
Que irradie en ellos la fe. R/ ¡Te rogamos, óyenos!
Que no les preocupe sino la salvación de las almas. R/ ¡Te rogamos, óyenos!
Que siempre señalen al cielo. R/ ¡Te rogamos, óyenos!
Que sean fieles a su vocación sacerdotal. R/ ¡Te rogamos, óyenos!
Que nunca claven espinas a tu Corazón. R/ ¡Te rogamos, óyenos
Que en el Sacramento de la reconciliación sean otros Jesús. R/ ¡Te rogamos, óyenos
Al terminar decimos Reflexionemos estas Palabras

Silencio 3 Minutos con música clásica


Canción/música 4 Minutos aproximadamente (Petición)

RUTH DESPEDIDA LECTOR:


Señor Jesús, presente en el Santísimo Sacramento, que quisiste perpetuarte entre nosotros por
medio de tus Sacerdotes, haz que sus palabras sean sólo las tuyas, que sus gestos sean los tuyos, que
su vida sea fiel reflejo de la tuya.
Que ellos sean los hombres que hablen a Dios de los hombres y hablen a los hombres de Dios.
Que no tengan miedo al servicio, sirviendo a la Iglesia como Ella quiere ser servida.
Que sean hombres, testigos del eterno en nuestro tiempo, caminando por las sendas de la historia
con tu mismo paso y haciendo el bien a todos. Que sean fieles a sus compromisos, celosos de su
vocación y de su entrega, claros espejos de la propia identidad y que vivan con la alegría del don
recibido.
Te lo pido por tu Madre Santa María:
Ella que estuvo presente en tu vida estará siempre presente en la vida de tus sacerdotes.
Renueva en tus sacerdotes, en los fervorosos y en los abatidos, en los que luchan, en los que te
aman con ardor, en los que han perdido la esperanza, el amor a Ti y a tu Iglesia.
Que resplandezcan en sus vidas las virtudes de la pureza y la obediencia, la paciencia y la caridad, la
dulzura y la comprensión, el celo ardiente por la salvación de las almas, la humildad y la sencillez.
Danos sacerdotes según tu corazón.
Inspira y ayuda, Señor, a los sacerdotes que trabajan en los seminarios y casas de formación para
que den a tu Iglesia santos, doctores, mártires, apóstoles, una nueva generación de testigos de Cristo
inspirados de un nuevo ardor misionero para la nueva evangelización. Envíanos, Señor, sacerdotes
santos.
Te pedimos, Señor, por todos aquellos que consagran sus vidas al ministerio sacerdotal para que en
nombre de Cristo no dejen de lanzar las redes para dar a la Iglesia las vocaciones que necesita para
cumplir con su misión. Necesitamos tus sacerdotes. Envíalos, Señor. (pausa)

7
Gracias, Jesús mío, por la bondad con que me habéis recibido y permitido gozar de vuestra
presencia y compañía amorosas. Me vuelvo a mis ocupaciones. Mi corazón queda contigo. En mi
trabajo y en mis descansos me acordaré de Ti, y procuraré vivir con la dignidad que merece vuestra
amistad divina. Dadme vuestra bendición y concededme todas las gracias, que necesito, para
amaros y serviros con la mayor fidelidad.
Bendice, Señor, a nuestro Santísimo Padre el Papa, en la tierra; ilumínale, santifícale y líbrale de
todos sus enemigos.
Bendice a vuestra Iglesia Santa y haced que su luz brille en todas las naciones; adoren al único
verdadero Dios y a su Hijo Jesucristo.
Bendice a todos los sacerdotes, santifícalos y multiplícalos.
Bendice a todos los sacerdotes bienhechores y concédeles la bienaventuranza eterna.
Bendice a todos nuestros sacerdotes y sus familiares y haz que vivan con tu gracia y amistad y que
un día nos reunamos en la Gloria.
Da el descanso eterno a todas las sacerdotes que han partido
Da la salud a los sacerdotes enfermos
Danos a todos vuestro divino amor, para que con la fe podamos ver algún día tu santísimo
rostro se convierta un día en luz esplendorosa en la Gloria, donde en unidad con el Padre y el Espíritu
Santo te alabemos y bendigamos por los siglos de los siglos. Amén.

Oración Final. Padre Luis Tirado


CELEBRANTE: Padre Santo, que diste fuerza a María para permanecer junto a la Cruz y la llenaste de
alegría con la resurrección de tu Hijo, por su intercesión conforta a todos los sacerdotes, y en
especial al Papa y los Obispos para que, encendidos en santo celo, en unión de tu Hijo Jesús
colaboren en la salvación de toda la humanidad. Amén
Bendición con el Santísimo
Que contiene en sí todo deleite.
Celebrante: Oremos.
Señor nuestro Jesucristo, que en este sacramento admirable nos dejaste
el memorial de tu pasión, concédenos venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de
tu Sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu redención. Tú, que vives
y reinas con Dios Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos. Amén.

El celebrante da la bendición con el Santísimo mientras se hacen sonar las campanas.

Jaculatorias
Celebrante: Bendito sea Dios.
Bendito sea Dios.
Celebrante: Bendito sea su santo nombre.
Bendito sea su santo nombre.
Celebrante: Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre.
Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre.
Celebrante: Bendito sea el nombre de Jesús.

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Bendito sea el nombre de Jesús.
Celebrante: Bendito sea su sacratísimo corazón.
Bendito sea su sacratísimo corazón.
Celebrante: Bendita sea su preciosísima Sangre.
Bendita sea su preciosísima Sangre.
Celebrante: Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del altar.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del altar.
Celebrante: Bendito sea Jesús en el Espíritu Santo consolador.
Bendito sea Jesús en el Espíritu Santo consolador.
Celebrante: Bendita sea la gran Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea la gran Madre de Dios, María Santísima.
Celebrante: Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Celebrante: Bendita su gloriosa Asunción.
Bendita su gloriosa Asunción.
Celebrante: Bendita sea María, Madre de la Iglesia.
Bendita sea María, Madre de la Iglesia.
Celebrante: Bendito sea el nombre de María, virgen y madre.
Bendito sea el nombre de María, virgen y madre.
Celebrante: Bendito sea san José, su castísimo esposo.
Bendito sea san José, su castísimo esposo.
Celebrante: Bendito sea Dios en sus ángeles y en sus santos.
Bendito sea Dios en sus ángeles y en sus santos.

El celebrante retira el Santísimo y se inicia el traslado al sagrario


Canto de salida
Mensaje: Gracias por su presencia a esta hora Santa sacerdotal, como familia de la Cruz seguimos
unidos orando por nuestros sacerdotes.

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