Planeación Educativa-Lectura Obligatoria
Planeación Educativa-Lectura Obligatoria
Planeación Educativa-Lectura Obligatoria
1. PLANEACIÓN
Tipos de Planes
• Por su marco temporal, pueden ser de corto, mediano y largo plazo.
• Por su especificidad y frecuencia de uso, pueden ser específicos, técnicos o
permanentes.
• Por su amplitud, la planeación puede indicar la necesidad de planes:
estratégicos, tácticos, operativos y normativos.
El primero y el último se realizan a largo plazo, el segundo en mediano plazo y el
tercero en el corto plazo
Según la naturaleza de la organización, se deberán aplicar un conjunto de planes
alineados para su actuación.
Objetivos. Son fines a los que se dirige la actividad: son los resultados a lograr.
Representan el fin hacia el que se encamina la organización la integración de personal,
la dirección y el control. Los objetivos de la empresa son el plan básico de la misma,
un departamento puede tener también sus propios objetivos. Naturalmente, sus
metas contribuyen al logro de los objetivos de la empresa, pero los dos grupos de
metas pueden ser diferentes por completo.
Reglas. Explican con claridad las acciones requeridas o las acciones que no se deben
llevar acabo, sin permitir la discreción en esto. Son el tipo de plan más sencillo. Las
reglas se diferencian de los procedimientos en que guían la acción sin especificar un
orden de tiempo. El procedimiento se podría considerar como una serie de reglas. La
regla puede o no formar parte de un procedimiento.
Una vez elegida la acción o las acciones para seguir, llega el momento de implantación,
que es la puesta en marcha del planeamiento educativo. Finalmente, es el turno de
la evaluación, donde se establecen balances para analizar el éxito del proceso y sus
resultados.
Para realizar una correcta organización del trabajo es necesario previamente dedicar un
tiempo para la comprensión de los alumnos, cuáles son sus cualidades, de qué forma se
acercan a la educación, qué actividades podrían favorecer un desempeño eficaz del
aprendizaje, etc.
Fases de la planeación
1. Supuesto epistemológico
2. Supuesto axiológico
3. Supuesto teleológico
4. Supuesto futurológico
Para Taborga (op. cit., pág. 15), la planeación universitaria, por su amplitud e
importancia, abarca las áreas académica, administrativa, física y financiera, y propone
clasificar las concepciones sobre la planeación con el siguiente criterio fundamentado
en la temporalidad:
Además, este autor hace hincapié en la planeación prospectiva a la que define como
"un proceso racional de pensamiento capaz de proyectar cambios cualitativos en la
realidad, acordes con el ideal Universidad" (Ibid., pág. 17).
De acuerdo con Taborga (1980 a, pág. 11), las etapas de la planeación universitaria son:
• Captación de la realidad
• Formulación de valores.
• Diagnóstico de la realidad.
• Futuro deseado de la universidad.
• Medida existente para actuar en la realidad universitaria.
• Futuro factible de la universidad.
• Selección del futuro de la universidad.
• Elaboración de planes y proyectos.
• Ejecución de planes y proyectos.
• Evaluación y seguimiento.
Uno de los aspectos que más ha prosperado en los últimos años en el amplio campo de
la planeación universitaria, es el diseño curricular, el cual ha adquirido cada día mayor
importancia por la creación de nuevas licenciaturas.
Durante la década de los cincuenta, la enseñanza superior recibió el impacto de la
expansión del sistema educativo, trayendo como consecuencia una gran demanda
social en este nivel. Durante la década de los setenta se empezó a cuestionar la
masificación de la enseñanza. El incremento de la matrícula escolar en el nivel de
educación superior ha provocado un aumento considerable de los recursos educativos,
lo cual exige una planeación. Asimismo, las necesidades actuales obligan al estudio de
una planeación realizable que deberá abarcar las dimensiones: social, técnica, política,
cultural y prospectiva.
El diseño curricular forma parte de la planeación educativa, y debe contemplar todas las
dimensiones de la planeación, así como las características específicas del nivel educativo
al que corresponda. En este caso, se trata del diseño curricular en el nivel de educación
superior, y la planeación que se realice al respecto deberá ubicarse en la planeación
universitaria.
Concordamos con Villarreal (1980, pág. 7) en que: tomar decisiones con base en
supuestos y creencias individuales, por autorizados que éstos parezcan, es consecuencia
de la falta de visión, de la carencia de objetivos definidos y de la ausencia de métodos.
1.3. Ámbitos de la Planeación Educativa:
Requiere ser vista en su totalidad por cada una de las dimensiones la económica y
política de la planeación educativa ya que son elementos fundamentales, porque a
partir de ella y en diversas instancias a nivel gubernamental se designan los recursos
y la regla de operación para llevar a cabo una planeación educativa. Es importante
destacar que a nivel macro la toma de decisiones que se desarrolla corresponde a
cuestiones de política educativa, las cuales al ser llevadas a la práctica requieren de
objetivos, metas y estrategias que sean realizadas en una institución educativa, las
cuales son vistas e implementadas a nivel de microplaneación, espacio en donde a
través de la vía del consenso y del dialogo, así como los grupos sociales podrán
establecer líneas de acción, que deberán conducir a la realización de un proyecto
institucional.
Noventa y cinco años después de que Vasconcelos iniciara la construcción del sistema
educativo, se ha cumplido en gran medida el propósito original de garantizar
educación de manera generalizada a los mexicanos. De 1921 a la fecha, la tasa de
analfabetismo se redujo de casi 70% al 5% y la escolaridad promedio de la población
aumentó de uno a 9.2 años, mientras que la cobertura de la educación primaria —
obligatoria desde 1917— y de la secundaria es prácticamente universal. El sistema
educativo mexicano es hoy uno de los más grandes del mundo, con 36.4 millones de
estudiantes escolarizados en los diversos tipos, niveles y servicios que lo conforman,
más de dos millones de docentes, y cerca de 260 mil planteles educativos.
En el siglo XXI, el primer gran desafío del Sistema Educativo Nacional es mejorar la
calidad de la educación, de manera que, como lo establece el Artículo 3°
constitucional, los materiales y métodos educativos, la organización escolar, la
infraestructura educativa, y la idoneidad de los docentes y directivos garanticen el
máximo logro de aprendizaje de los estudiantes. El bajo desempeño de la mayoría de
los estudiantes mexicanos se ha evidenciado de manera reiterada en distintas
pruebas, tanto nacionales (EXCALE/ENLACE/ PLANEA) como internacionales (PISA), lo
que da cuenta de la magnitud del reto.
Los fines de la educación El Modelo Educativo parte de una visión clara de los fines
que debe tener la educación en el siglo XXI, y refrenda los principios que la
Constitución establece en su Artículo 3° y que la Ley General de Educación desarrolla
en sus Artículos 7° y 8°, al igual que los Artículos 57°, 58° y 59° de la Ley General de
los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes. En un mundo cada vez más
interconectado, complejo y desafiante, existen numerosos retos para construir un
México más libre, justo y próspero. En este contexto, la educación presenta una gran
oportunidad para que cada mexicana y mexicano, y por ende nuestra nación, alcancen
su máximo potencial. Para lograrlo, la educación debe buscar la formación integral de
todas las niñas, niños y jóvenes, al mismo tiempo que cultive la convicción y la
capacidad necesarias para contribuir a la construcción de una sociedad más justa e
incluyente. El propósito de la educación básica y la media superior es contribuir a
formar ciudadanos libres, participativos, responsables e informados, capaces de
ejercer y defender sus derechos, que concurran activamente en la vida social,
económica y política de México y el mundo. En otras palabras, el Modelo Educativo
busca educar a personas que tengan la motivación y la capacidad de lograr su
desarrollo personal, laboral y familiar, dispuestas a mejorar su entorno social y
natural, así como continuar con su formación académica y profesional.
De manera más específica, todo egresado de la educación obligatoria debe ser una
persona que:
• Se exprese y comunique correctamente, de forma oral y escrita, con
confianza, eficacia y asertividad, tanto en español como en una lengua indígena, en
caso de hablarla; sepa identificar ideas clave en textos para inferir conclusiones; sea
capaz de comunicarse en inglés; emplee el pensamiento hipotético, lógico y
matemático para formular y resolver problemas cotidianos y complejos; tenga la
capacidad de análisis y síntesis; sepa argumentar de manera crítica, reflexiva, curiosa,
creativa y exigente; se informe de los procesos naturales y sociales, de la ciencia y la
tecnología, para comprender su entorno; sea competente y responsable en el uso de
las Tecnologías de la Información y la Comunicación; y tenga la capacidad y el deseo
de seguir aprendiendo de forma autónoma o en grupo durante el transcurso de su
vida.
• Se conozca y respete a sí misma, asuma y valore su identidad, reflexione
sobre sus propios actos, conozca sus debilidades y fortalezas, confíe en sus
capacidades, sea determinada y perseverante; reconozca como iguales en dignidad y
en derechos a todos los seres humanos, y sea empática al relacionarse con otras
personas y culturas; sepa trabajar en equipo y tenga capacidad de liderazgo; en la
solución de conflictos favorezca el diálogo, la razón y la negociación; cuide de su salud
física y mental; tome decisiones razonadas y responsables que le permitan adaptarse
con rapidez y eficiencia a los cambios de su entorno; y sea capaz de diseñar y llevar a
la práctica un plan para construir una vida plena.
• Se oriente y actúe a partir de valores, se comporte éticamente y conviva de
manera armónica; conozca y respete la ley; defienda el Estado de Derecho, la
democracia y los derechos humanos; promueva la igualdad de género; valore la
diversidad étnica, cultural y lingüística de nuestro país y del mundo; conozca las
historias que nos unen, nos dan identidad y pertenencia a un territorio, en el marco
de un contexto global; sienta amor por México; tenga creatividad y un sentido
estético, aprecie la cultura y las artes; cuide el medio ambiente; participe de manera
responsable en la vida pública y haga aportaciones al desarrollo sostenible de su
comunidad, su país y el mundo.
Estas características deben desarrollarse a lo largo de la educación obligatoria, con
metas específicas para cada nivel educativo que orienten los esfuerzos de maestros,
padres de familia, estudiantes, autoridades educativas y comunidad, así como la
sociedad en general.
Los principales ejes del Modelo Educativo El antiguo modelo educativo hizo posible la
construcción de un sistema que fue pilar del desarrollo de México en el siglo XX, pero
que por su verticalidad y sentido prescriptivo dejó de ser adecuado para el siglo XXI.
En contraste, el nuevo Modelo Educativo identifica a las niñas, niños y jóvenes como
la razón de ser y el centro de todos los esfuerzos del sistema educativo nacional, de
tal forma que reorganiza todos sus componentes para que los estudiantes puedan
formarse integralmente. El planteamiento pedagógico —las prácticas pedagógicas en
el aula y el currículo— constituye el primer eje. Con base en un enfoque humanista y
los avances en los estudios sobre el aprendizaje, el Modelo plantea un currículo que
reconoce los desafíos de la sociedad del conocimiento, y por ello plantea enfocarse
en los aprendizajes clave. Para materializar la propuesta, se propone una
reorganización que coloca la escuela al centro del sistema educativo, ya que en ella
convergen los recursos y esfuerzos de los distintos actores, y desde ahí impactan en
las aulas y los estudiantes. Este segundo eje del Modelo conlleva que las comunidades
escolares cuenten con mejores condiciones, más apoyo, recursos y acompañamiento
para desarrollar progresivamente las capacidades que requieren en el ejercicio
responsable de una gestión escolar autónoma.
Microplaneación regional
Es un proceso mediante el cual se elaboran estrategias y objetivos con el fin de
cubrir las necesidades de un sistema desde cada una de las partes que lo integran
considerando los aspectos económicos, sociales, educativos, políticos, ecológicos.
La microplaneación en materia educativa habla de la previsión de escenarios futuros
para una institución educativa, a través del logro de metas y objetivos. Ésta depende
de la filosofía y las características de cada institución educativa en donde podemos
llegar al logro de escenarios deseables. Desde la de los sesenta en nuestro país se han
realizado diversos ejercicios de microplaneación educativa. Hay que destacar que son
las instituciones pertenecientes al sector privado quienes han trabajado más en este
sentido. En el sector público y con ayuda del doctor Pablo Latapí: la Universidad
Autónoma de Chihuahua y la Universidad de Sonora fueron quienes comenzaron a
desarrollar líneas de trabajo con tal orientación. En la UNAM, en la S.E.P y la ANUIES
fue hasta después de la década de los setenta donde se comenzó a trabajar en materia
de microplaneación, con la masificación de la educación superior. Podemos decir que
la microplaneación educativa es un nivel de concreción, el cual está vinculado a la
planeación educativa en su nivel macro. Es decir, lo que planteamos en un primer
momento a nivel macro lo vemos realizado de manera concreta a nivel micro. Por
ejemplo: en una institución educativa se hace referencia a un planteamiento que
responde a cuestiones de política educativa y a nivel micro debe corresponder con la
práctica docente que se lleve a cabo en el aula.
Contar con una buena planeación educativa garantizará un correcto desarrollo integral
de estudiantes.
Para ejecutar correctamente las planeaciones hay que apoyarse de técnicas como la
didáctica donde hay un especial énfasis en el cómo de la enseñanza, es decir, en el
contenido que se impartirá para lograr un aprendizaje eficiente.
La planeación educativa (Lallerana, McGinn, Fernández y Álvarez, 1981) es el proceso en
el cual se determinan los fines, objetivos y metas de una actividad educativa a partir de
los cuales se determinarán los recursos y estrategias más apropiadas para su logro.
Johnson (1970) considera en cambio que el currículo establece los fines de las
experiencias de aprendizaje y no los medios.
Arredondo (1981) indica que el currículo incluye:
A) El análisis y reflexión sobre las características del contexto del educando y de los
recursos
B) La definición tanto explícita como implícita de los fines y objetivos educativos
C) La especificación de los medios y los procedimientos propuestos para asignar
racionalmente los recursos humanos, materiales, informativos, financieros temporales y
organizativos de tal manera que se logren los fines propuestos.
Para aquellos que de manera incipiente se interesan por comprender el fenómeno del
rendimiento académico a partir de los factores como el éxito o fracaso escolar, es
recomendable que se aproximen de manera previa al estudio de algunas variables que
están implícitas en el mismo.
Al buscar las causas del fracaso escolar se apunta hacia los programas de estudio, la
masificación de las aulas, la falta de recursos de las instituciones y raras veces al papel
de los padres y su actitud de creer que su responsabilidad acaba donde empieza la de los
maestros.
Pudieran ser muchos los factores que están incidiendo en la actualidad del tema, pero
sin duda alguna, en el fondo de este no podemos desconocer el cuerpo de conocimientos
que aporta la Psicología vigente en relación con el aprendizaje.
Tampoco podemos ignorar lo que dicho cuerpo teórico ha aportado para hacer un
análisis más profundo de nuestra práctica educativa, como una vía esencial para alcanzar
una mayor conceptualización o reconceptualización del proceso de enseñanza-
aprendizaje.
Este proceso ha sido históricamente caracterizado de formas diferentes, que van desde
la identificación como proceso de enseñanza con un marcado énfasis en el papel central
del maestro como transmisor de conocimientos, hasta las concepciones más actuales en
la que se concibe el proceso de enseñanza-aprendizaje como un todo integrado en el
que se pone de relieve el papel protagónico del educando.
2.1.1. Definición
Plan de estudio. Documentos en que se establecen los propósitos de formación
general y, en su caso, la adquisición de conocimientos, habilidades, capacidades y
destrezas que correspondan a cada nivel educativo; contenidos fundamentales de
estudio, organizados en asignaturas u otras unidades de aprendizaje que, como
mínimo, el estudiante debe acreditar para cumplir los propósitos de cada nivel
educativo; secuencias indispensables que deben respetarse entre las asignaturas o
unidades de aprendizaje y que constituyen un nivel educativo; y criterios y
procedimientos de evaluación y acreditación para verificar que el estudiante cumple
los propósitos de cada nivel educativo.
3. FASES DE LA PLANEACIÓN
Resulta imposible cumplir los elevados objetivos del sistema de educación, si se cumplen
formas organizativas y métodos que conduzcan a formalismo, al esquematismo, a la
rutina y con ello al aprendizaje netamente reproductivo. La formación de la personalidad
desarrolladas multilateralmente solo poder lograrse si se seleccionan métodos y formas
organizativas de enseñanza que promuevan al desarrollo de la independencia
cognoscitiva y las capacidades creadoras.
3.3. Planeación de estrategias metodológicas y recursos didácticos
Frente a los desafíos por mejorar los aprendizajes, es necesario que el docente se
encuentre armado de herramientas metodológicas capaces de gestar un genuino
aprovechamiento de cada una de las instancias proclives al desarrollo autónomo del
estudiante, tanto en la esfera personal como colectiva.
Para lograr mayores y mejores aprendizajes debemos privilegiar los caminos, vale decir,
las estrategias metodológicas que revisten las características de un plan, un plan que,
llevado al ámbito de los aprendizajes, se convierte en un conjunto de procedimientos y
recursos cognitivos, afectivos y psicomotores.
La utilización, por parte del sujeto, de determinadas estrategias, genera a su vez, los
estilos de aprendizajes que no son otra cosa que tendencias o disposiciones.
Debemos ver una verdadera colección cambiante y viva de acciones, tanto de carácter
mental como conductual, que utiliza al sujeto que aprende mientras transita por su
propio proceso de adquisición de conocimientos y saberes. Lo metodológico asoma,
entonces, cuando el profesor posesionado de su rol facilitador, y armado de sus propias
estrategias, va pulsando con sabiduría aquellas notas que, a futuro, configurarán las
melodías más relevantes del proceso educativo.
Si las estrategias de aprendizaje, vale decir, aquellas actividades y esfuerzos que realiza
la mente del sujeto que aprende y que tienen por objetivo influir durante el proceso de
codificación de la información, se someten a una clasificación, tendríamos como
estrategias básicas las siguientes:
Según Jordi Díaz Lucea los recursos y materiales didácticos son todo el conjunto de
elementos, útiles o estrategias que el profesor utiliza, o puede utilizar, como soporte,
complemento o ayuda en su tarea docente. Los recursos didácticos deberán
considerarse siempre como un apoyo para el proceso educativo
El término recurso docente tiene dos acepciones distintas. En general, los diferentes
recursos y materiales didácticos pueden referirse a todos los elementos que un centro
educativo debe poseer, desde el propio edificio a todo aquel material de tipo mobiliario,
audiovisual, bibliográfico, etc. Desde una perspectiva diferente, los recursos, son
también aquellas estrategias que el profesor utiliza como facilitadoras de la tarea
docente, referidas tanto a los aspectos organizativos de las sesiones como a la manera
de transmitir los conocimientos o contenidos. Si bien, los recursos y materiales didácticos
no son los elementos más importantes en la educación escolar, pues el papel primordial
corresponde al elemento humano (profesor y alumno), algunos de ellos resultan
imprescindibles para poder realizar la práctica educativa.
El término recurso o material, según San Martín (1991), se puede entender como
aquellos artefactos que, en unos casos utilizando las diferentes formas de
representación simbólica y en otros como referentes directos (objeto), incorporados en
estrategias de enseñanza, contribuyen a la construcción del conocimiento, aportando
significaciones parciales de los conceptos curriculares. Estos recursos, que pretenden
servir para ayudar al proceso de aprendizaje que tiene que construir cada educando o
educanda, utilizan, tal como señala Marqués (2001), un sistema simbólico (textos,
sonidos, imágenes); tienen un contenido material (un software) que se presenta de
determinada manera; que se sustentan en un soporte o plataforma (el hardware) que
actúa como mediación para acceder al contenido; y crean un entorno de comunicación
con el usuario del material, propiciando unos determinados sistemas de mediación en
los procesos de enseñanza aprendizaje. Los recursos para el aprendizaje cumplen una
función mediadora entre la intencionalidad educativa y el proceso de aprendizaje, entre
el educador y el educando. Esta función mediadora general se desglosa en diversas
funciones específicas que pueden cumplir los recursos en el proceso formativo:
estructuradora de la realidad, motivadora, controladora de los contenidos de
aprendizaje, innovadora, etc. En cualquier caso, los recursos desempeñan funciones de
tanta influencia en los procesos educativos que, tal como indica Fullan (citado por
Marcelo, 1994), cualquier innovación comporta inevitablemente el uso de materiales
curriculares distintos a los utilizados habitualmente. Aunque la práctica demuestra que
no resulta fácil, lo cierto es que es posible trabajar en los centros educativos sin libros de
textos (con otros materiales) y también se puede usar el libro de texto (junto con otros
materiales), de manera que éste se encuentre al servicio del proyecto docente que la
instrucción pretende desarrollar, y no al revés.
Para el profesor Juan Luis Bravo Ramos (2004), la presencia de las Tecnologías de la
Información y de la Comunicación ha producido profundos cambios en los medios de
enseñanza al incorporar algunos nuevos y cambiar muchos de los métodos y técnicas
para la realización de los tradicionales. Estos cambios han influido, además, en la forma
de enseñar con los medios, al proporcionar nuevas técnicas que optimizan la formación
y ofrecer otros métodos que facilitan el acceso a ésta. Desde el punto de vista del
profesorado, para conocer los medios de enseñanza y poder enseñar o apoyar sus
enseñanzas en estos, según Bravo, debemos partir desde una triple perspectiva: Conocer
los medios y ser capaces de interpretar y manejar sus códigos de comunicación.
Entendidos estos como sistemas de símbolos, convenidos previamente, destinados a
representar y transmitir información entre el emisor y el receptor. El profesor debe
conocer los lenguajes de comunicación que permiten interpretar y elaborar los recursos.
Desde las posibilidades del texto escrito y su organización formal sobre determinados
soportes (comenzando con los apuntes, libros de texto o la pizarra y terminando por una
página web, un campo de texto en un multimedia o un mensaje a través de correo
electrónico) hasta la lectura e interpretación de la imagen y el conocimiento del lenguaje
audiovisual en medios de comunicación tan diversos como una fotografía impresa, una
diapositiva, una pantalla de una presentación, un vídeo o un multimedia. Saber
utilizarlos, es decir, conocer su manejo desde el punto de vista puramente técnico
cuando el recurso ya está elaborado o poder dar un paso más y ser capaz de elaborarlos
con el dominio de la técnica específica para su realización. Esto supone, en unos casos,
el manejo de equipos y aparatos con distinto grado de dificultad (desde un rotulador
para hacer una transparencia hasta un sistema de edición en vídeo) y, en otros, el manejo
de un software con toda su potencia en cuanto a la creación y el manejo de una gama de
periféricos que faciliten la elaboración de estos recursos: impresoras, escáneres, tarjetas
de sonido, etc. Es decir, si utiliza un sistema de presentación mediante ordenador ha de
saber necesariamente cómo se maneja el programa en el momento de la presentación y
sería muy conveniente conocer también cuál es el proceso de elaboración en el que
pueden intervenir otros medios de apoyo como la fotografía digital o una tarjeta
capturadora de vídeo. Saber aplicarlos a la situación de aprendizaje concreta que quiere
poner en marcha. Sin una adecuada estrategia de uso sería poco útil el empleo de un
vídeo educativo por bueno que este fuera. Este aspecto es puramente didáctico, es decir,
va a permitir aprovechar las posibilidades expresivas y técnicas de los anteriores para
planificar mejor el aprendizaje de los alumnos. Cualquier medio de comunicación se
puede convertir en un medio de enseñanza si cumple o ayuda a cumplir unos objetivos
de aprendizaje. Pero su eficacia será mayor cuando su empleo sea planificado dentro de
una estrategia o modelo que lo adapte a las necesidades de las materias que a través de
él los alumnos tienen que aprender. Todos los medios, para que sean eficaces, necesitan
una planificación y, en definitiva, un modelo de empleo que estará en función de las
características específicas de la materia que transmiten.
Los recursos materiales y didácticos deben cumplir con las funciones básicas de soporte
de los contenidos curriculares y convertirse en elementos posibilitadores de las
actividades de enseñanza-aprendizaje. Para el desarrollo de las clases, los recursos
didácticos pueden ser muy útiles para facilitar el logro de los objetivos (capacidades
terminales) que estén establecidos.
De manera más concreta y bajo una perspectiva amplia, según Jordi Díaz Lucea, se puede
decir que los diferentes materiales y recursos didácticos deben cumplir principalmente
con las siguientes funciones: Función motivadora: deben ser capaces de captar la
atención de los alumnos mediante un poder de atracción caracterizado por las formas,
colores, tacto, acciones, sensaciones, etc.
Según Abril Ch. de Méndez (2000) los recursos didácticos se pueden agrupar como sigue:
Ayudas proyectables fijas y en movimiento: las fijas son las transparencias, diapositivas,
filminas.
Las ayudas proyectables en movimiento son el cine, la TV, imágenes por ordenador.
Ayudas auditivas: voz, grabaciones, sonidos diversos. Realidad: fenómenos naturales,
espacios, objetos, animales, otros.
Para Mena Marchán (2001), habría dos grandes tipos de recursos didácticos:
Materiales curriculares: cuyo propósito es ayudar al desarrollo del currículo, tanto para
ser usados por el docente, en su tarea de enseñanza, como para los alumnos, en su tarea
de aprendizaje. Según esto se consideran materiales curriculares aquellos libros de texto,
de consulta, de ejercicios y práctica, y otros materiales editados que profesores y
estudiantes utilizan en los centros docentes públicos y privados para el desarrollo y
aplicación del currículo de las enseñanzas.
Los materiales impresos: pueden interpretarse como los materiales de apoyo, mapas,
diccionarios etc. Según Mena Marchán, los materiales impresos son aquellos que no
desarrollan directamente un contenido del currículo en sus tres aspectos de conceptos,
procedimientos y actitudes. Así, un libro que desarrolle un tema de “Las aves”, es un
material curricular, ya que desarrolla objetivos propuestos en términos conceptuales,
procedimentales y actitudinales. Sin embargo, un libro de fotos de aves pertenece a la
categoría de materiales impresos. Igual ocurre con un libro de láminas o un juego de
tarjetas para asociar tipos de aves de distintas épocas, etc. Dentro de este apartado
podemos incluir atlas de todas las clases, libros de láminas, guías de la naturaleza, libros
de divulgación, enciclopedias, juegos, anuarios, diccionarios técnicos (de matemáticas,
de historia, de economía etc.).
Para el profesor Juan Luis Bravo Ramos (2004), el empleo de cada medio de enseñanza
ha de dar respuesta a todos y cada uno de los objetivos planteados. Un acercamiento
riguroso a los diferentes medios exige plantearse la tipología de recursos didácticos que
existen e incluir aquellos que, desde un planteamiento realista, pueden ser utilizados por
los profesores en sus diseños formativos. Para Bravo la tipología que va a permitir
clasificar y seleccionar los recursos que intervienen en el diseño formativo es la siguiente:
Durante mucho tiempo ha sido la única tecnología que ha estado presente en las aulas.
Sus posibilidades expresivas, muy apreciadas por los profesores, no siempre son
adecuadamente canalizadas en beneficio de los alumnos. La elaboración de los
materiales, los objetivos que con ellos se pretende alcanzar y el número que se emplea
en cada clase condicionan la eficacia del recurso.
El Cartel. Es un medio de expresión cuya actividad se ciñe más al ámbito científico, para
la presentación de pósteres y comunicaciones en congresos.
Los sistemas de presentación permiten esta utilización de una manera directa, con la
posibilidad de ordenar los videoclips y dentro de una presentación completa. Sistemas
de presentación con ordenador. Estos programas constituyen, actualmente, el apoyo a
las clases presenciales de carácter teórico más completo. Incluye en un soporte único y
muy fácil de manejar muchas de las posibilidades de los anteriores a las que podemos
unir la interactividad y la relación de estos programas con todo el universo informático.
La pizarra digital. Combina las prestaciones tradicionales de ésta con los sistemas de
presentación y la posibilidad de registrar toda la información que sobre ella se elabore
en un registro permanente.
CUENTOS. relato breve que narra por lo general hechos imaginarios, en el participa un
grupo pequeño de personajes y tiene un argumento central que es fácil de entender.
Encontramos dos tipos de cuentos: el cuento popular y el cuento literario.
Tipos de cuento
El cuento popular: es una narración tradicional que se transmite de persona o persona,
o de generación en generación en forma oral, por ello se pueden presentar múltiples
versiones de este que coincide en su idea central, pero cambia en los detalles. EL
cuento popular tiene tres subtipos: los cuentos de hadas, los cuentos de animales y
los cuentos de costumbres.
PRENSA. Las noticias son una vía para acercar la realidad a los alumnos, impulsando en
ellos unos valores plurales de tolerancia y espíritu crítico.
DIARIO. El diario del docente es un medio que refleja, tanto datos objetivos y
cuantitativos, como subjetivos y cualitativos.
Los blogs son las páginas web que permiten a los usuarios u organizaciones compartir,
fácil y rápidamente, información o reflexiones a través de la red.
PORTAFOLIO. Puede ser físico o virtual (en forma de sitio web). Técnicamente el
portafolio es el medio que recoge: Evidencias sobre el proceso de aprendizaje de una
materia concreta.
JUEGOS DE SIMULACIÓN. Los juegos de simulación son una herramienta que facilita el
aprendizaje, ya que representa un modelo simplificado de la realidad, se fija el objetivo
que se pretende enseñar y luego se busca un mecanismo entretenido que se adapte a
dichas condiciones. Puede ser un tablero, un programa de ordenador.
VÍDEOS. Los vídeos, igual que las películas, son muy utilizados como recurso didáctico
porque aumentan la motivación de los estudiantes al enfrentarlos a situaciones “reales”
que no serían accesibles de otro modo.
TÉCNICAS DE GRUPO. Las técnicas de grupo no deben ser consideradas como fines en sí
mismas, sino como instrumentos al logro de la verdadera finalidad grupal: beneficiar a
los miembros y lograr los objetivos de este.
La evaluación forma parte de la secuencia didáctica como elemento integral del proceso
pedagógico, por lo que no tiene un carácter exclusivamente conclusivo o
sumativo. La evaluación busca conocer cómo los estudiantes organizan, estructuran y
usan sus aprendizajes en contextos determinados para resolver problemas de distintos
niveles de complejidad y de diversa índole.
Cuando el docente retroalimenta al estudiante con argumentos claros, objetivos y
constructivos sobre su desempeño, la evaluación adquiere significado para éste pues
brinda elementos para la autorregulación y la mejora de sus aprendizajes.
En un ambiente de aprendizaje, la evaluación debe concebirse como un proceso para la
mejora de los alumnos. Debe ser un factor que impulse la transformación de la práctica
pedagógica y el seguimiento de los aprendizajes durante la trayectoria educativa de los
estudiantes. En el modelo 2016, la evaluación se consolidó como un proceso que
contribuía a la autorregulación cognitiva a través de la retroalimentación y al aprendizaje
significativo en lugar de memorístico. La evaluación tiene que ser resultado de una
diversidad de metodologías e instrumentos y, al ser parte de una secuencia didáctica, no
debe tener un carácter exclusivamente conclusivo o sumativo.
En ese sentido, es preciso que los docentes observen algunos principios metodológicos
esenciales. En primer lugar, deben concebir el aprendizaje como un proceso que se
puede aprender. Deben fomentar la autorregulación haciendo explícitas las actividades
y los criterios de calidad que se esperan, y ofrecer una retroalimentación positiva a los
estudiantes para que puedan entender sus éxitos y fracasos, y con ello ganar
autoconocimiento y control.
Asimismo, los maestros deben modelar las estrategias de aprendizaje, es decir,
ejecutarlas identificando en voz alta los procedimientos, y propiciar la interrogación
meta–cognitiva del alumno para que conozca y reflexione sobre las estrategias utilizadas
a fin de mejorar en su uso. Por otra parte, los docentes deben implementar el trabajo
colaborativo como una vía adicional para que sus estudiantes tomen conciencia de sus
propios procesos cognitivos y emocionales.
Finalmente, el desarrollo de ambientes adecuados y pertinentes de aprendizaje deberá
considerar las relaciones que se establecen en el aula entre los docentes y sus alumnos,
la comunicación y el ambiente positivo de convivencia en clase y en el plantel. En
consecuencia, el ambiente de aprendizaje requiere superar la visión de la disciplina
acotada al cumplimiento de normas, para dar cabida a la autorregulación cognitiva y
moral.
Una Institución Educativa es una organización social compleja con implicaciones sociales,
políticas, educativas y culturales que une la vida individual a la vida social constituyendo
nuevos ambientes de vida con el objetivo de formar, de manera global o específica, a las
personas de distintas edades que acuden a él. Puede ser promovida por las autoridades
o por particulares con la finalidad de transmitir saberes, valores y diálogos en pos del
desarrollo humano. Entre ellas podemos mencionar escuelas, institutos de bachillerato,
centros de formación profesional, centros especiales, universidades.
Dentro de esta complejidad conceptual tenemos un abanico de posturas sobre sus fines.
El pedagógico didáctico, está dado por su ideario, por el perfil de sus directivos, docentes
y no docentes y por las formas y métodos que ellos utilizan para cumplir uno de sus
principales objetivos manifiestos, como lo es el de enseñar, y por último se encuentra la
dimensión administrativa, entendiendo por ella el tipo de organización y administración
o gerenciamiento que adopta la Institución, a los efectos de lograr su cometido,
caracterizándose en ello su mayor o menor apertura, flexibilidad, relación y
participación, como ya lo sostuvimos anteriormente, el concepto de Institución
Educativa ha variado significativamente y, en cuanto a su especificidad como institución
social aún es poco lo que se ha explorado sobre ella, pero independientemente de ello
en su tratamiento no se puede soslayar las tres dimensiones enunciadas para acercarse
a su concepto.
• Descripción de la unidad
• Objetivos
• Contenidos
• Actividades de aprendizaje
• Evaluación
• Bibliografía
Estos programas se redactarán para ser entregados a los alumnos al inicio de un curso,
para su análisis y discusión, para aclarar dudas y realizar algunos ajustes basados en
sus necesidades y expectativas.
En el nuevo modelo educativo, el programa de estudios busca que los alumnos logren
aprendizajes valiosos y duraderos. El ejercicio para balancear la cantidad de temas
que es posible tratar adecuadamente en el tiempo lectivo es una tarea crítica del
desarrollo curricular a la que se denomina ejercicio de suma cero. Esto quiere decir
que la integración de contenidos a un programa de estudio debe considerar el número
de temas que se pueden abarcar correctamente, sin prisa y dedicando el tiempo
necesario a su comprensión. Puesto que la incorporación de un contenido importante
puede requerir el descarte de otro, no necesariamente menos importante, de poco
sirve incluir muchos temas en un programa de estudio si con ello se compromete la
calidad de los aprendizajes, pero es una realidad que, una vez que un tema se
incorpora al currículo, es muy difícil que salga de él, siempre habrá quién lo defienda
y pugne para que no se retire. Para identificar los contenidos que se incluyen en este
Plan se siguió el principio de privilegiar los temas fundamentales que propicien la
mejor calidad del conocimiento y el entendimiento. Los aprendizajes que se logran de
forma significativa y que se tornan en saberes valiosos posibilitan ampliar y
profundizar en otros conocimientos porque permiten movilizar prácticas hacia nuevas
tareas y contextos, por ello son fundamentales para consolidar aprendizajes
relevantes y duraderos.
4. LA PLANEACIÓN EN LA EDUCACIÓN ESPECIAL
El ideal es que todos los niños y las niñas compartan los mismos espacios educativos
y el mismo tipo de educación. Lo que puede y debe variar es el tipo de apoyos que se
ofrezcan a los niños, niñas y jóvenes con necesidades educativas especiales, ya que
su integración depende fundamentalmente de los apoyos y recursos que les ofrezca
la escuela y el entorno. Por ello, la elaboración y seguimiento de la propuesta
curricular adaptada a las necesidades del alumno es un medio indispensable. Tal
propuesta debe partir de la información obtenida en la evaluación psicopedagógica y
de la planeación que el maestro o la maestra de grupo tiene para todo el grupo. Debe
incluir la información sobre las fortalezas y debilidades del alumno o la alumna en las
distintas áreas, las principales necesidades detectadas, los propósitos educativos
(sobre todo aquellos que serán distintos al del resto de los compañeros del salón), las
adecuaciones que será necesario realizar en la metodología, en la evaluación y en los
contenidos, el tipo de ayudas personales o técnicas que requerirá el alumno en su
proceso educativo, el apoyo que el alumno recibirá del personal de educación
especial, los compromisos que asumen los distintos involucrados, las fechas en que
se revisarán los avances del alumno y se realizarán los ajustes que sean necesarios.
En la elaboración y seguimiento de esta propuesta curricular adaptada deben
participar los maestros de grupo, los padres de familia y el personal de educación
especial.
Generalmente los alumnos y las alumnas con necesidades educativas especiales que
presentan discapacidad requieren apoyos personales específicos: técnicos,
materiales o de otro tipo, como los siguientes:
Es fundamental que los alumnos y las alumnas con discapacidad cuenten con los
apoyos personales que requieren para que puedan acceder a los propósitos
educativos. En ocasiones se piensa que es suficiente con que el niño, la niña o el joven
asista a una escuela de educación regular y trabaje con sus compañeros de grupo.
Aunque éste es un aspecto importante, no se debe perder de vista que la niña, el niño
o el joven tienen necesidades específicas que deben atenderse para estar en mejores
condiciones para el aprendizaje. Tales apoyos deben obtenerse con los recursos de
distintas instancias: los sistemas educativos estatales; los servicios de educación
especial; las instituciones como el DIF, los Centros de Rehabilitación de Educación
Especial y el Centro Nacional de Rehabilitación; las instituciones del sector salud
como, el IMSS, el ISSSTE y los centros de salud. Asimismo, tanto los padres y madres
de familia como el personal de la escuela y de los servicios de educación especial
deberán realizar las gestiones necesarias para contar con estos recursos.
Considerando la situación actual del proceso de integración educativa en el país, una
estrategia que puede emprenderse para que los niños, las niñas y los jóvenes con
discapacidad integrados en escuelas de educación regular cuenten con los apoyos
técnicos y materiales que requieren consiste en conformar escuelas integradoras,
preferentemente de alumnos con determinada discapacidad. Por ejemplo, una
escuela de educación primaria puede definir que integrará sobre todo alumnos con
discapacidad visual; para ello, solicitará no sólo el personal de educación especial que
trabaje con alumnos con debilidad visual y con ceguera, sino también el material
específico, como máquinas Perkins, regletas y punzones, etcétera; capacitará al
personal de la escuela en el uso del sistema Braille y en las estrategias de enseñanza
para los niños y las niñas con discapacidad visual, y realizará las adecuaciones
necesarias en las instalaciones de la escuela, entre otras tareas. La escuela tendrá que
definir el número de alumnos con debilidad visual o con ceguera que aceptará,
considerando que las recomendaciones internacionales señalan que el número de
alumnos con discapacidad en un grupo no debe ser mayor del 2%. Para fortalecer el
proceso de integración educativa, se requiere, además, el apoyo permanente de los
responsables, supervisores, asesores y directores de cada nivel y modalidad
educativa, así como realizar un seguimiento que permita identificar oportunamente
las necesidades y dificultades para ofrecer una respuesta adecuada. La integración
educativa es de gran beneficio para los niños, las niñas y los jóvenes con necesidades
educativas especiales, ya que constituye una experiencia educativa y social valiosa
que les permitirá desarrollarse en mejores condiciones. Sin embargo, también es una
oportunidad para la comunidad educativa de crecer como personas y de fortalecerse
como equipo de trabajo, además de generar cambios en la organización de la escuela
y en las prácticas del personal docente que, sin duda, impactarán favorablemente al
resto de los alumnos y las alunas.
Para hablar del término "Propuesta Curricular Adaptada" es necesario conocer primero
a qué nos referimos con individualización de la enseñanza (IE) pues de acuerdo con
Perrenoud (1998), quien también lo llama pedagogía diferenciada, nos permite
reconocer que la enseñanza debe ser significativa y productiva para el alumno.
Se debe romper la idea que cuando se habla de la IE., no se entiende como una
enseñanza de corte directo y tutorial hacia el alumno, sino que es una enseñanza
centrada en el aprendizaje del alumno-persona, junto con otros alumnos personas que
forman un grupo escolar. Un ejemplo fundamental se encuentra en la teoría planteada
en el libro de Carol Ann Tomlinson (2003), "El aula diversificada". plantea la necesidad
de retomar una pedagogía diferenciada; este autor da forma a su teoría a partir del
rechazo de una pedagogía de la exclusión utilizada en las aulas. Su propuesta se enfoca
en que el maestro diversifique su enseñanza, elabore una individualización del
currículum o de las adecuaciones curriculares.
4.3.1. Unidad.
La persona es realidad compleja y múltiple, pero al mismo tiempo es unitaria e integral.
Es la persona por entero la que recuerda, proyecta, piensa, desea, siente, ama y vive. La
consecuencia de esta propiedad es que la educación ha de ser necesariamente integral
(Martínez, 2003. p.58)
Victor García nos aclara: La noción de persona lleva implícita la idea de dignidad, por
significar lo más perfecto de la naturaleza. Y junto con la idea de dignidad la de
concreción (unidad) y singularidad. La noción de persona humana incluye en sí la
naturaleza del hombre, pero no en abstracto, sino en la realidad concreta, de cada
hombre y mujer individual.
4.3.2. Flexibilidad.
En las aulas diversificadas, los profesores parten del punto en el que se hallan los
alumnos, no de la portada de una guía sobre el currículum general; se deja de lado un
currículo cerrado, dando paso a un currículo flexible.
Se acepta la idea y se reconoce a la vez que cada alumno es diferente, y por tal motivo,
tiene diferentes estilos y capacidades para aprender o acceder al currículo de la escuela
regular.
En las clases diversificadas, los profesores hacen posible que el estudiante, a medida que
crece y se desarrolla, compita consigo mismo, en mayor medida que lo hace con el resto
de los estudiantes.
4.3.3. Formativo
El enfoque de este campo es formativo, con una perspectiva de explorar y entender el
entorno mediante el acercamiento sistemático y gradual a los procesos sociales y
fenómenos naturales; así como al desarrollo de habilidades prácticas para la convivencia
e interacción en ellos y el cuidado de sí mismos; teniendo como punto de partida, las
situaciones y entornos más cercanos, para irlos ampliando conforme se avanza en los
grados escolares.
Las adaptaciones curriculares podríamos definirlas como las modificaciones que son
necesarias realizar en los diversos elementos del currículo básico para adecuarlos a
las diferentes situaciones, grupos y personas para las que se aplica.
Las adecuaciones curriculares se pueden definir como la respuesta específica y
adaptada a las necesidades educativas especiales de un alumno que no quedan
cubiertas por el currículo común. Constituyen lo que podría llamarse propuesta
curricular individualizada, y su objetivo debe ser tratar de garantizar que se dé
respuesta a las necesidades educativas que el alumno no comparte con el grupo.
Desarrollo psicomotor.
Como primera característica del desarrollo físico del niño o niña en esta primera infancia,
podemos decir que el mismo sigue o se rige por tres leyes universales:
La ley general especifico, se controlan antes los movimientos globales y amplios que los
específicos. Así, por ejemplo, según el primer principio será anterior el desarrollo de los
órganos de la cabeza que, de los pies según el segundo, por ejemplo, el desarrollo de los
movimientos de los hombros será anterior a los de la muñeca.
Erikson sostiene que el niño/a desde el nacimiento hasta el primer año y medio de vida
experimenta la primera de una serie de ocho crisis que influyen en el desarrollo
psicosocial a través de la vida. La primera a que hacemos referencia sería la de la
confianza o desconfianza básica, seguida por otra crisis entre el año y medio y los tres
años en que desarrolla un sentido de autonomía o sentimiento de vergüenza y duda.
Desarrollo psicomotor.
Resulta una etapa en que tiene gran importancia las destrezas motoras y hay un evidente
avance en la coordinación de los músculos mayores y menores y en la coordinación
óculo-manual. De aquí la importancia que dentro del currículo se otorga al contacto del
niño/a con materiales de naturaleza diferente y experiencias diversas que posibiliten
ejercitar las habilidades motora y manipulativas esenciales para el posterior desarrollo
de aprendizajes instrumentales escolares.
Otra de las características típicas de este período es el juego. A través del juego los
niños/as ejercitan una actividad física fundamental, aprenden acerca del mundo y hacen
frente a sus sentimientos en conflicto al escenificar situaciones de la vida real. La
evolución pasa desde el juego solo, al juego con otros, pero sin compartir, y finalmente
al juego compartido con otros niños/as en colaboración.
Desarrollo social.
Hay que destacar que el conocimiento de estas características, junto con las necesidades
derivadas de los ritmos biológicos propios de esta edad, no solo permiten avanzar en el
desarrollo armónico e integral de nuestros alumnos, sino que también justifica el trabajo
por rutinas y gran parte de la organización de un centro de Educación Infantil.
La llegada de una cierta tranquilidad…así se podría definir esta nueva etapa que va desde
los seis hasta los diez años. Como dice Gesell, se produce una especie de aquietamiento.
Sobre todo, si tenemos en cuenta que se han superado ya muchos de los conflictos de
las etapas anteriores y que el niño/a aún no está inmerso en las alteraciones biológicas
y psicológicas de la pubertad. A partir de esta edad el niño va a atravesar prolongados
periodos de calma y concentración. Será una etapa de asimilación. Todo esto hace que
el niño/a se encuentre en disposición de realizar nuevos progresos y nuevas
adquisiciones en lo que respecta al aprendizaje. Aún con conatos de entrar en contacto
con la realidad y todo lo que esto significa, en su mayoría la infancia estaba caracterizada
por la subjetividad, tanto de las funciones intelectuales como de las afectivas. Sin
embargo, ahora en esta etapa el niño tendrá que enfrentarse definitivamente con la
realidad externa y adaptar su comportamiento a las condiciones que este mundo real le
impone. Este vendría a ser un periodo en el cual “toca” adaptarse a la realidad. Los
aprendizajes que se producen en esta etapa son más importantes y decisivos. En la etapa
anterior, de tres a seis años, el niño/a había comenzado a desplazar su interés desde la
familia hacia los compañeros. El ingreso en la escuela será el detonante para que sea en
esta etapa en la que se produzca una autentica socialización por los iguales. Es en este
periodo los compañeros y los amigos adquieren protagonismo. Independientemente de
que haya asistido con anterioridad a la guardería, es en esta fase cuando el niño pasa a
tener numerosas experiencias fuera del entorno familiar. Como afirman algunos autores,
se produce el verdadero “desapego afectivo”.
El juego ofrece la posibilidad de ampliar tanto las capacidades físicas como las
intelectuales. Tanto su actividad con el cuerpo como los juegos van variando según la
edad. Entre los 6 y 7 años predominan las actividades con las piernas: correr, jugar a la
pelota, patinar, saltar…donde lo más importante es la fuerza. Alrededor de los 8 años
empiezan a coordinar movimientos armónicos, de ingenio y habilidad, aunque aún
cuenta la fuerza. Si bien niños y niñas comparten juegos, existen diferencias en cuanto a
la forma y el hacer que los caracteriza. Las niñas son más proclives a disfrutar con el
movimiento, los niños con la velocidad y la fuerza. Los juegos sirven no únicamente como
descarga de energía, sino también como enseñanza del funcionamiento grupal, con los
desafíos que implica, aprender a soportar la rivalidad, aprender el dominio y la
integración corporal y la tolerancia entre unos y otros. Es importante, siguiendo el
proverbio que dice “todo lo que se aprende de forma divertida…nunca se olvida”
permitir a los niños y niñas disfrutar de su infancia mediante el juego. De lo contrario, se
corre el riesgo de que se conviertan en “adultos prematuros”. Conforme avanza esta
etapa, el niño y la niña van siendo capaces de controlar su impulsividad, pueden detener
la acción y esto hace que aumente la capacidad de pensar y de descubrirse a sí mismos.
Se potencia la reflexión y la imaginación. Dejarán de ser tan egocéntricos y
progresivamente abandonan la subjetividad que caracterizaba la etapa anterior. Esto
provoca en el niño/a momentos de cierta ambivalencia y confusión. En algunos
momentos quiere ser mayor y en otros su comportamiento correspondería más al de un
bebé. Presenta labilidad emocional, y el paso del amor al odio se produce en cuestión de
segundos. Conforme avanza la etapa el niño/a se abre a un mundo de obligaciones y
deberes que tendrá que aprender a cumplir y a respetar. Intentará lograr un equilibrio
entre sus deseos y las prohibiciones. Como preámbulo de la adolescencia que está por
llegar, en la última fase de esta etapa, aparece un fuerte deseo de preservar su intimidad.
El niño/a siente la necesidad de estar solo y puede mostrarse tímido. En estos momentos,
el niño/a se deleita con la escucha y la lectura de cuentos, historias y leyendas que le
proporcionaran a la vez modelos e imágenes para su yo interior. Será en esta etapa
cuando el niño/a aprenda a expresar con palabras lo que desea y siente, esto le facilita
la comunicación verbal y emocional y los vínculos con los otros. Sin embargo, en la última
parte de este periodo, se acentúa el control de sus sentimientos y emociones, no siente
la necesidad de exteriorizarlos para vivirlos. Ya no expresa espontánea e ingenuamente
todo lo que le sucede. Evita dar libre curso a sus emociones, sintiendo que estas solo le
conciernen a él. Se enriquece la capacidad de fantasear y soñar despierto. Este control
emocional culmina aproximadamente en el décimo primer año. Pueden apreciarse,
además, pruebas de inesperada sensibilidad, de tacto o de pudor que revelan una
notable toma de conciencia respecto de los sentimientos de los demás. El interés por los
temas sexuales sigue presente, aunque en estos momentos se trata de una curiosidad
más intelectual más que de una búsqueda de placer.
DESARROLLO SOCIAL. En la escuela el niño tiene que aprender a relacionarse con otras
figuras adultas que no son sus padres (los maestros), tiene que hacer amigos y
relacionarse con ellos. Y, sobre todo, lo más importante, es que tendrá que enfrentarse
a un ambiente que es menos protector que el de su casa. En la guardería, aún en el caso
de haber acudido, las relaciones eran diferentes. Allí la disciplina era individualizada y las
iniciativas y creatividad estimuladas. Sin embargo, en la escuela, pasa a ser un más entre
sus iguales y tendrá que esforzarse por conseguir su hueco. Ya no tendrá los privilegios
con los que pudiera contar en casa. La relación en el aula pasará a ser con un maestro/a
que impone normas y restricciones. Para los más pequeños es un cambio importante
tener que adaptarse a participar de grupos más amplios, en forma más organizada y por
periodos más largos. En los casos en los que los niños han estado muy apegados a sus
padres/madres, puede resultar excesivamente doloroso el momento de la separación.
Pueden negarse a ir e incluso presentar diferentes comportamientos como llantos,
vómitos matinales o simulaciones de enfermedades de todo tipo. Es importante la
interpretación y el manejo que los padres hagan en estos casos. La incorporación a la
escuela supone entrar, por primera vez, a formar parte de un grupo. Un grupo de iguales
tanto en edad como en habilidades motoras e intelectuales. Ahora en lugar de
compararse siempre con adultos que lo sobrepasan y de los que depende, se medirá con
sus iguales. Pasará a ser prioritaria su vida social, caracterizada por la importancia
primordial de los iguales. El niño/a por una parte necesita independizarse de los adultos
y por otra llama la atención de sus iguales. Para ello se hace el interesante e intenta
llamar su atención, pero también va a tratar de imponerse. Va a existir una relación de
amigos-rivales. La autoestima del niño se pone en juego. La relación con los compañeros
varía conforme el niño/a va creciendo. Hasta los nueve o diez años la relación no es
individual, sino que la necesidad del grupo está puesta en función de realizar sus
actividades y su propia afirmación. Es hacía los nueve o diez años cuando el grupo toma
otras características; se vuelve más homogéneo y estable. A esta edad también se va a
tener en cuenta la selección según el sexo. A finales de esta etapa aparece el respeto por
el otro y la honestidad. El niño se empieza a iniciar en la cooperación y es solidario con
el resto de los componentes del grupo. Esta es la edad en la que los niños empiezan por
primera vez a tener tareas que realizar en casa. Es importante el posicionamiento que
ante esto tomen los padres/madres. Los padres deben colaborar con ellos en la
planificación u organización de las tareas o deberes. Así mismo tienen que servirles de
apoyo en las dificultades que los pequeños encuentren, enseñándoles a pensar. Lo que
nunca deben hacer es hacer ellos las tareas de los hijos porque dificultaría enormemente
que los niños puedan hacerse responsables de sus cosas. La relación del niño con el
maestro como figura referente dentro del aula, también varía según la edad que tenga.
Al principio el maestro, al igual que ocurre con los padres/madres, está idealizado y es
percibida por el niño como una figura omnipotente. Al niño a esta edad le preocupa más
la relación con el “profe” que con el resto de los compañeros. Conforme se acercan los
ocho años la situación varía. La aceptación del grupo toma más importancia. Es entonces
cuando el niño empieza a descubrir la justicia y la igualdad. Descubre el acuerdo entre
iguales. Cobra importancia la lealtad al grupo de pertenecía y no tanto la relación con el
maestro. Al niño lo que más le preocupa es que el resto de iguales le acepte, por encima
de la aprobación incluso de los padres o del resultado escolar. Según afirma Piaget el
niño/a pasa a oscilar de una moral de respeto y de sumisión al adulto a otra moral de
respeto mutua, que alcanzará su desarrollo a medida que se vaya consolidando el grupo.
En el grupo irá aprendiendo poco a poco a defender sus derechos. Es muy importante en
esta nueva etapa lo que se denomina «el apoyo mutuo», la complicidad y la
compenetración con los demás para conseguir alcanzar los mismos objetivos. La escuela,
posterior a la familia, viene a representar el espacio donde el niño aprende e incorpora
las reglas fundamentales de convivencia. Es importante que el maestro esté pendiente y
contribuya a esta adquisición. El juego es una actividad para el niño, además de
placentera, necesaria para su desarrollo intelectual, afectivo, emocional y relacional. El
juego espontáneo favorece la maduración y el pensamiento creativo. Después de los diez
u once años, tras haber estado en grupos unisexuales, los niños por un lado y las niñas
por otro tenderán de nuevo a reunirse; las experiencias amorosas sustituirán
paulatinamente a sus juegos con juguetes. Desprenderse de los juguetes supone para el
niño una situación de duelo, de pérdida de algo que ha dado significado a toda su
evolución y a su vida anterior. Con la entrada en el colegio, las letras y los números vienen
a ser nuevos juguetes; el aprendizaje escolar permite también utilizar juguetes que
combinan las capacidades intelectuales con el azar; la lotería, el dominó... son juegos en
los que se incluye o admite el posible triunfo entre dos con iguales valores. También son
típicos los juegos con barajas de cartas, en los que la suerte y la astucia decidirán
conjuntamente el éxito o la derrota. Entre los seis y ocho años la bicicleta, los patines,
coches, muñecas, canicas, una comba, rompecabezas, puzles, juegos de sociedad, una
pizarra y tizas, etc., son juguetes predilectos. A través de los cuentos el niño amplía su
mundo, aprende a convivir y desarrolla la imaginación y el conocimiento. Los niños, a
edades muy tempranas empiezan a entretenerse con cuentos troquelados o
impermeables al agua. Conforme crecen son los juegos interactivos los que más llaman
la atención de los niños en esta sociedad actual. Los cuentos abren la dimensión
imaginaria en la que cada niño, a posteriori, enlazará con sus propias vivencias y
fantasías. Es el tiempo de soñar, imaginar, aprender, sufrir y gozar. Entre los ocho y los
doce años se generan muchos hábitos y aficiones; los niños están abriéndose al mundo,
conociendo posibilidades y adquiriendo autonomía de movimientos. Es pues una edad
muy adecuada para desarrollar un hábito lector que pueda consolidarse después en la
adolescencia. Los padres/madres tienen un papel crucial en la creación y consolidación
de este hábito. Dándoles a conocer el nuevo vocabulario, explicándoles el significado de
las palabras desconocidas y enseñándoles el correcto uso del diccionario pueden ser
algunas de las formas para que el niño/a se acerque a la lectura. Va a ser a partir de los
siete u ocho años y desde ahí hasta la pubertad, que el cuerpo vuelve a tener un rol
fundamental. Se intensifica el gusto por la lucha, las carreras, el fútbol, el baloncesto, el
escondite, los juegos de manos... Suele aparece la preferencia por ciertos juegos en el
cuarto oscuro. Esto viene motivado porque hay una mayor definición de las capacidades
genitales y se hace posible la utilización de dichos órganos. En la etapa de desarrollo
anterior, el niño había pasado de jugar con el cuerpo al juego con los objetos. Sin
embargo, ahora irá abandonando progresivamente estos objetos para orientarse
nuevamente y, de un modo definitivo hacia su cuerpo y el del género opuesto. La
televisión y los videojuegos son unas de las diversiones preferidas por muchos de ello.
Todo ello puede ser realmente útil siempre que no se convierta en una permanente
fuente de conflictos (por abuso y sustitución de las tareas escolares por crear conflictos
con la hora de acostarse, la selección de programas, los contenidos apropiados, etc.),
sino que sirva como medio de comunicación, de aprendizaje y desarrollo de sus
capacidades y de su espirito crítico. El juego, el deporte, la pintura, la música, las
aficiones, la lectura, etc. permiten y estimulan el desarrollo físico y el equilibrio psíquico,
así como la posibilidad de expresar variados sentimientos y fortalecer la voluntad y el
espíritu de sacrificio. El papel del adulto será importante a la hora de organizar el tiempo
libre del niño. Consistiría en ayudarle a canalizar sus intereses y que descubra cuáles son
sus preferencias. No todos los niño/as se expresan de igual forma y por los mismos
medios: unos pueden preferir la actividad física, mientras otros disfrutan más con los
trabajos intelectuales o manuales.
4.4.2. Objetivos
Objetivo de aprendizaje
El diseño de objetivos es la etapa más difícil del proceso de planeación didáctica, pero si
se lleva a cabo de manera correcta, brinda al profesor certeza y dirección y lo apoya para
situar correctamente el programa educativo.
Un objetivo educativo es el comportamiento esperado en el alumno como consecuencia
de determinadas actividades didácticas y docentes, comportamiento que debe ser
susceptible de observación y evaluación.
Las metas de la educación son cambios en la manera como se relacionan los individuos
con el medio y en la forma como se perciben a sí mismos y a los demás. Los objetivos
señalan estos cambios a promover y son descritos como:
• Adquisición y desarrollo de habilidades y aptitudes.
• Adquisición de información, desarrollo de nuevas relaciones conceptuales.
• Cambios de puntos de vista, hábitos, actitudes relacionadas con los valores (objetivos
formativos).
Estos cambios ocurren a los alumnos a partir de las actividades que se realizan en el
proceso educativo, así los objetivos indican cómo se van a manifestar estos cambios y
qué pautas buscar para saber si se han logrado.
Clasificación
Los objetivos educativos se pueden clasificar en tres categorías:
• Generales: abarcan todo un nivel educativo o señalan las metas generales de un
curso, son las líneas generales que orientan el trabajo del docente y la brújula que guía
el trabajo de los alumnos.
• Específicos: concretan las características de los cambios que se espera obtener. Es
importante tener presente que los objetivos específicos deben ser compatibles con los
objetivos generales y que se desglosan de estos.
• Operativos o de conducta: indican con precisión lo que se espera que los alumnos
aprendan. Estos se establecen para cada parte o tema que componen la asignatura y
deben comunicarse a los alumnos desde el comienzo del curso y recordados conforme
éste avanza.
Características
• Explícitos. Los objetivos deben ser puestos por escrito de forma explícita para poder
ser analizados y comunicados a los alumnos.
• Precisos. El grado de precisión difiere en función del tema y de la actividad a
desarrollar.
• Significativos. Deben ser significativos para el alumno –-no para el docente-- y ser
relevantes para el proceso de enseñanza-aprendizaje.
• Definidos en el tiempo
• Alcanzables
• Observables
• Evaluables
4.4.3. Contenidos
Cuando se habla de contenidos por lo general se tiene en mente sólo a uno de ellos: lo
conceptuales, sin embargo, podemos distinguir tres tipos:
conceptuales o declarativos, procedimentales o habilidades y actitudinales.
Otro constructo para considerar es el contenido factual que trata de los conocimientos
previos de los alumnos acerca de la asignatura. Un diagnóstico inicial puede establecer
con gran certeza el grado de conocimientos de los contenidos factuales.
Si bien se advierte que en la práctica educativa no hay una clara diferencia en su
adquisición, ya que para lograr el dominio de uno se precisa del concurso de los otros:
es importante distinguirlos porque cada uno de ellos requiere de didácticas particulares.
Hay tres formas para relacionar los contenidos: jerárquica, vertical, horizontal.
• Ir de lo simple a lo complejo
• De lo concreto a lo abstracto
• Del todo a las partes y de nuevo al todo
En la enseñanza implicaría comenzar con los conceptos, principios, hechos más generales
y fundamentales del contenido, pasando a detallar a cada uno de ellos mediante la
introducción de detalles y del nivel de profundidad deseado en cada caso. Una vez
revisado el tema inicial se vuelve al punto de partida para enriquecerlo y así
sucesivamente. Un resumen y una síntesis son introducidas al final de cada nivel de
elaboración. Por medio de esta técnica son revisados de manera sucesiva tanto lo
general como lo particular.
4.4.4. Metodología
Segundo paso: el aprendizaje de las actividades prácticas (de 120 a 150 minutos). La
mayor parte de las actividades de los cursos es asíncrona y realizado en parejas de
alumnos que siguen el ritmo de las actividades propuestas en el soporte de la escritura
del libro. Instructor y el monitor que circula entre el doble para resolver preguntas y
proporcionar más explicaciones.
Tercer paso: la discusión de las actividades (30 minutos). El instructor dirige cada
actividad, con una de las posibles soluciones para resolverlo y debe apegarse a las que
generan mayor dificultad y controversia. Los estudiantes son invitados a comentar sobre
las soluciones y el instructor tocará temas que han generado preguntas, fomentando la
participación de los estudiantes. El maestro siempre anima a los estudiantes para
encontrar soluciones alternativas a las propuestas por él y sus colegas y, en su caso, para
comentar sobre ellos.
4.4.5. El profesor
La función docente es aquella de carácter profesional que implica la realización directa
de los procesos sistemáticos de enseñanza - aprendizaje, lo cual incluye el diagnóstico,
la planificación, la ejecución y la evaluación de los mismos procesos y sus resultados, y
de otras actividades educativas dentro del marco del proyecto educativo institucional de
los establecimientos educativos.
Acciones docentes:
• Impulsar una cultura del trabajo para movilizar a la comunidad educativa hacia la
mejora y reestructuración de las prácticas, las políticas y la cultura del servicio.
• Implantar los componentes de la gestión educativa estratégica, como condiciones
necesarias para transformar la gestión escolar y pedagógica.
• Proporcionar orientación y asesoría a profesionales que apoyan la inclusión educativa
de alumnos y alumnas con discapacidad sobre los diferentes recursos, estrategias y
metodologías de atención.
La sociedad ha sufrido una evolución en los últimos tiempos que ha repercutido de forma
directa en la familia y la escuela. Tanto es así que uno de los temas más destacados
respecto a la educación en estos días es la colaboración entre ambas.
El papel de la familia ha ido evolucionando con la incorporación de la mujer al mundo
laboral y con otros cambios de diversa índole, sobre todo política y económica. Esta ha
pasado de ser la encargada única y exclusiva de la formación de los hijos e hijas, a delegar
en la escuela parte de esta tarea.
Estos cambios de la sociedad actual son rápidos y profundos. La complejidad, cada vez
mayor, demanda una nueva visión educadora de la familia y la escuela, lo que exige su
compromiso para trabajar unidas en un proyecto común.
La familia como primer ámbito educativo necesita reflexionar sobre sus pautas
educativas y tomar conciencia de su papel en la educación de sus hijos e hijas. La realidad
actual se le escapa, y esto repercute en la vida del niño y la niña, lo cual conlleva a su vez
problemas escolares y familiares que surgen a diario: desinterés, falta de motivación,
dependencia, bajo rendimiento, fracaso escolar, violencia, etc., y no se pueden achacar
a la sociedad en abstracto, a la familia, a la escuela o al alumnado, de manera
independiente, sino que la interacción de todos ellos es la que propicia esta situación.
Son los padres y las madres quienes gozan de una relación de intimidad única que
exclusivamente se da en el seno de la familia y que permite todo tipo de interrelaciones
personales: de afecto, ayuda, orientación, soporte, etc, que influyen y modifican los
comportamientos de todos sus miembros. Suele decirse que en una familia todos educan
y son educados.
Son, asimismo, los padres y madres quienes están en mejores condiciones, a causa de su
cariño desinteresado, de conseguir el aumento en autonomía de sus hijos e hijas y, por
tanto, la madurez: un crecimiento en libertad y responsabilidad que solamente es
posible, de manera armónica, cuando la familia soporta las decisiones personales, con
su mezcla de aciertos y errores.
La participación de los padres en la vida escolar parece tener repercusiones tales como:
• Una mayor autoestima de los niños y niñas.
• Un mejor rendimiento escolar.
• Mejores relaciones padres/madres e hijos/hijas.
• Actitudes más positivas de los padres y madres hacia la escuela.
Los efectos repercuten incluso en el profesorado, ya que los padres y madres consideran
que los más competentes son aquellos que trabajan con la familia (Pineault, 2001).
¿Cómo llevarlo a la práctica?
Es necesaria una nueva forma de enfocar la educación en la familia, que ha de tomar
conciencia de la necesidad de su participación en ámbitos sociales más amplios. Esto
exige una formación de padres y madres a través de programas.
Las propuestas han de ir enfocadas hacia intervenciones globales en las que se impliquen
las instituciones sociales, escolares y familiares, desde una perspectiva interactiva,
ecológica y comunitaria.
La escuela
La escuela se sitúa en el segundo espacio, de vital importancia, en la vida de los niños y
niñas.
Entre sus objetivos se encuentra:
• Fomentar la participación.
• Cooperación.
• Colaboración entre el alumnado.
En consecuencia, la puesta en práctica de los valores comunitarios y democráticos que
se proponen en la familia y la escuela formarían parte de las experiencias y vivencias del
alumnado, desde los dos ámbitos en los que interactúa cada día, configurando su
identidad y autoconcepto.
La educación no se puede fragmentar, y la familia y escuela son entidades paralelas y
complementarias en este proceso, por ello la educación no tendrá éxito si no hay
coherencia y comunicación en los dos ámbitos.
¿Qué tipo de escuelas pueden responder a estas demandas?
Las escuelas pueden enfrentar esta función social y educativa de diferentes formas, tan
válidas unas como otras según los recursos y características de la comunidad.
• Escuelas que convocan a los profesionales de su comunidad educativa y forman un
equipo de voluntariado para cumplir con esta función.
• Escuelas que se agrupan con otras en una suma cualitativa de sus recursos humanos.
• Escuelas que contratan un sistema intermedio (centros de formación para padres y
docentes) que con un equipo de profesionales idóneos cumpla esta tarea.
¿Qué escuelas promueven esta formación?
No todas las escuelas tienen el estilo institucional para iniciar esta tarea. Adhieren a esta
propuesta aquellos centros educativos que:
• Están convencidas de la necesidad de la relación familia-escuela.
• Buscan la participación de la familia en las aulas.
• Tienen muy en cuenta la opinión de la familia frente a sus cambios y
transformaciones.
Establecen diálogos cálidos, organizados, en donde la escuela se comunica con la familia
de forma integral y con la intención de compartir un trabajo en común.
Concluiré con este pensamiento: se han de unificar esfuerzos para superar las
dificultades. Las características de una nueva sociedad traen consigo la formación y el
estilo de un profesorado diferente. La familia debe aportar su granito de arena y asumir
el compromiso de participar en una tarea común para poder atender positivamente a las
necesidades afectivas, cognitivas de los niños y niñas, así como de toda la comunidad
educativa.
Acciones
• Fortalecer la participación de las familias en el proceso educativo de sus hijos.
• Trabajar de manera relacionada con las familias:
• Elaboración de estrategias de “apoyo en casa”
• Fortalecer la independencia y la inclusión social y laboral.
• Reconocimiento de la participación de las familias como un derecho.
• Valorar las culturas de las familias.
• Ofrecer apoyo emocional e informar a las familias sobre temas relacionados con la
discapacidad, el desarrollo humano y la sexualidad, entre otros.
• Proporcionar asesoría y orientación sobre las diferentes alternativas de formación
para el trabajo y la inclusión educativa y laboral.
Establecer compromisos de corresponsabilidad entre el sector educativo, el producto, la
familia y el alumnado.
La evaluación abarca muchos aspectos en el ámbito educativo, pues cuando nos referimos al
currículum o plan de estudios de una escuela, todo puede ser evaluado: sus objetivos, alcances,
táctica docente, metodología, importancia relativa a la atención de las NEE, el grado en que se
cumplen los objetivos, recursos de enseñanza, etc.
Los conocimientos previos: Saber que tanto ha avanzado cada alumno siendo el punto
importante para orientar las actividades didácticas.
Propósito de enseñanza: Considerar que se quiere alcanzar dentro de los propósitos generales
de cada programa o asignatura
Al saber en qué momento aparecen dificultades o al detectar que situaciones favorecen los
aprendizajes, se está en mejores condiciones de tener actuaciones más ajustadas a lo que el
alumno requiere para lograr los objetivos educativos. Esto es particularmente importante en
referencia a los alumnos con necesidades educativas especiales.
Supone una regulación entre enseñar y aprender. Aquí se plantea un ajuste de la acción
educativa a las características del alumnado.
Evaluación psicopedagógica.
Evaluación procesual.
Objeto de la evaluación.
Es fundamental centrar la evaluación en dos grandes aspectos: el alumno y el contexto de
aprendizaje.
Metodología de la evaluación.
El proceso de evaluación centrado en los procesos de enseñanza y aprendizaje nos ofrece una
vía adecuada para la evaluación de los alumnos sen general, así como de aquellos con
necesidades educativas especiales.
Esta evaluación supone un carácter interactivo el mismo que se relaciona claramente con la
concepción de necesidades educativas especiales difundidas en términos de las características
y necesidades de los alumnos, en relación con las respuestas que el medio escolar tiene ante
ellas.
• PROCESO DE EVALUACIÓN
• OBJETIVOS
• SELECCION
• EVALUACION * Objetivos
• INICIAL
La evaluación inicial acerca de los conocimientos de los alumnos, con respecto a los contenidos,
nos permite conocer las características del grupo general y saber si hay educandos que
presentan necesidades educativas diferentes a las del grupo.
Luego de identificado que factores pueden relacionarse con las dificultades de aprendizaje se
pueden ajustar las intervenciones, pero si a pesar de ello no hay progreso se va a requerir la
intervención de otros profesionales.
Los principios de evaluación de los aprendizajes de los alumnos con necesidades educativas
especiales deben ajustarse a los que, con carácter general, se llevan a cabo con el resto de la
población escolar.
Que evaluar
La respuesta al qué evaluar viene determinada por los criterios de evaluación establecidos por
la Administración educativa con carácter prescriptivo.
Cómo evaluar. Determinar los procedimientos e instrumentos más idóneos, y las posibles
adaptaciones en los de uso común para los Alumnos con necesidades educativas especiales.
Necesidad de utilizar otro tipo de medios: La observación, los cuestionarios, las entrevistas, el
análisis de los trabajos de los alumnos, etc.
Cuando evaluar. El cuándo evaluar implica considerar los distintos momentos claves en el
desarrollo de un proceso de enseñanza/aprendizaje determinado.
Evaluación inicial
Evaluación continua o formativa
Evaluación final o sumativa
La persona ciega, o con baja visión es aquella en la que los estímulos visuales no los llega a
percibir o, los percibe de forma difusa, pero con ayuda y apoyo especializado puede acceder a
los aprendizajes.
Son ciegos legales, si la agudeza visual central del ojo más sano es menor que 20/200 con
lentes correctivos o, si el campo visual es menor que un ángulo de 20° (la agudeza visual
normal es de 20/20.
Son ciegos, los que carecen de visión y requieren de material alternativo, que puede ser
impreso, pero en alto relieve, concreto, tridimensional.
El alumno con deficiencia auditiva tiene necesidades compartidas con el resto de sus
compañeros, relativas a su desarrollo cognitivo, motriz, afectivo y social, a las que se debe dar
respuesta, esto significa que la propuesta educativa para los sordos siempre ha de tener como
marco el currículo ordinario, con los mismos objetivos generales que para el resto de los
alumnos, y no un currículo paralelo basado sólo en el aprendizaje de la lengua oral.
Si consideramos que el alumno sordo recibe la información fundamentalmente por la vía visual,
es evidente que éste es un aspecto relevante a la hora de evaluar al alumnado con deficiencia
auditiva sin olvidar por supuesto que todos los sordos no son iguales y que entre éstos la
variabilidad es alta.
Los alumnos sordos pueden acceder a los mismos aprendizajes que el resto de sus compañeros
de su edad, siempre y cuando facilitemos el acceso a dichos aprendizajes mediante materiales
específicos creados para tal fin.
También es necesario que el profesor dentro del aula modifique su metodología, actitud,
expectativas hacia los alumnos sordos. Una educación satisfactoria para la mayoría de los
sordos debe prepararlos para convivir y desarrollarse en dos realidades sociales que para ellos
son complementarias la realidad de la sociedad de los oyentes y la realidad de la
comunidad de sordos.
En la evaluación con educandos son necesidades especiales no se debe limitar a realizar una
evaluación sumativa de entrada y salida, es básico dar más importancia a las evaluaciones de
proceso, que nos va a permitir reajustar la respuesta educativa as las necesidades del alumno,
en el momento oportuno (cuándo).
Con relación a cómo debemos flexibilizar los criterios respecto a los procedimientos e
instrumentos de evaluación: puede ser necesaria una evaluación individualizada. Es necesario
introducir nuevas formas de evaluar además de las ya tradicionales (oral y escrita), tales como
la observación del trabajo de los alumnos, su participación en los juegos, actividades, diálogos,
siendo estas dos últimas, también útiles en la evaluación del contexto.
Las necesidades educativas que les atribuimos a los educandos con dificultades en el
aprendizaje van a determinar qué objetivos priorizar, que secuencias seguir, como evaluar, que
aspectos metodológicos potenciar, con qué recursos humanos y materiales contar, como
organizar nuestra práctica para que todo lo demás sea una realidad.
Adaptaciones de acceso. Es necesario tener en cuenta que los educandos sordos requieren de
ciertas adecuaciones de acceso como de comunicación, en el desarrollo cotidiano del trabajo
del aula como de evaluación. Entre dichas adaptaciones se encuentran los ambientes en las
que se debe tener en cuenta.
Ubicación preferencial en el aula (a fin de facilitar la lectura – labio – facial del alumno sordo).
Los medios para recopilar información son prioritariamente en caso de educandos ciegos o con
visión subnormal el diálogo y en el caso de educandos sordos la observación.
El maestro registra sus observaciones por escrito y así tener más información para la
evaluación y determinar calificaciones.
Evaluaciones orales escritas, de ejecución y cada una de ellas puede construirse adaptada a la
necesidad generada por el déficit del educando.
Pruebas de respuesta abierta o de opción múltiple, son de mayor accesibilidad para los
educandos con necesidades especiales.
Características:
Renzulli concede más importancia a los factores ambientales familia y escuela principalmente,
para el desarrollo de las características ligadas a la superdotación. Monks destaca el papel de
los factores sicosociales representados en la familia, compañeros y la escuela como
condicionantes de cada uno de los tres factores.
Asimismo, estos educandos talentosos plantean necesidades educativas especiales, que a veces
no resulta fácil identificar, y con las dificultades que ofrece su integración en la escuela regular,
tiene que hacer frente a algunas desventajas. Estos educandos tienden a mostrar
autoconceptos más bajos cuando presentan problemas de aprendizaje. Aquí va a resultar útil
fortalecer su autoestima valorando sus fortalezas y sus oportunidades personales.
Otra área de trabajo con estos educandos puede ser el apoyo que estos chicos con talento
pueden brindar a los demás, haciendo de monitores.
Por tanto, la evaluación tiene que considerar los procedimientos educativos estimados
esenciales en los diseñados para todos los alumnos. Cada estudiante tendrá la oportunidad de
recibir ayuda especial en aquellas ocasiones donde se demuestre dicha necesidad.
Indicadores. Alcanzamos algunos elementos sugerentes que deben ser enriquecidos y
dosificados, en lenguaje, desarrollo sicomotor y personal social.
Instrumentos. En el trabajo educativo integrado hay que estimar todos los instrumentos de la
escuela regular, los diferentes tipos de pruebas, testimonios, fichas y cuestionarios escritos.
Para la identificación de los educandos con talento y/o sobredotación las pruebas objetivas o
formales se agrupan en las siguientes categorías:
Test de inteligencia general tanto colectivas como individuales, test de aptitudes diferenciales,
test de aptitudes específicas, y test de creatividad.
METAS: Determinar los elementos que componen el seguimiento individual, que permite
su adecuado proceso entre los miembros del equipo de trabajo. Diseñar la estrategia que
permita el adecuado alcance de objetivos en los alumnos y su seguimiento individual de
forma sistemática y efectiva.
6. Los perfiles se realizarán en dos momentos del ciclo escolar (la última semana de octubre y
la segunda de junio).
¿Cuáles son las necesidades de los ¿Qué tipo de orientación y apoyo se brindó a
padres y las madres de familia en cuanto los padres y las madres de familia para que
a orientación y apoyo? pudieran apoyar de mejor manera el trabajo
que se realizó con su hijo o hija?
Seguimiento de la PCA
El seguimiento debe hacerse en dos momentos: A medio ciclo escolar para valorar el
cumplimiento de las acciones y tomar las medidas necesarias en caso de no realizarse las
acciones planeadas.
Considerar los elementos físicos con los que el alumno se enfrenta y representan una
dificultad a sus actividades diarias, así como considerar elementos que podría requerir
para su pleno desarrollo.
ADECUACIONES CURRICULARES
Describe el trabajo conjunto que se llevará a cabo con aquellos sujetos que interactúan con el
alumno, de tal manera que se lleve a cabo un trabajo integral.
ACOMPAÑAMIENTO
FICHA EXPLORATORIA
Documento en el que se registra la situación actual del alumno, así como la información más
relevante de la evolución que ha presentado en relación con los aspectos cognitivo, curricular,
afectivo, socio adaptativo y lingüístico comunicativo, como producto de la intervención
psicopedagógica.
ASPECTOS:
Sustantivos
Periodicidad
Responsables
Instrumentos de apoyo
Documentos de apoyo
CONTEXTO EN EL AULA
IDENTIFICACION DE BARRERAS DE LA PRACTICA EDUCATIVA QUE INTERFIEREN EN EL
PARENDIZAJE Y LA PARTRICIPACION:
Es un instrumento en el que se registra información respecto a las dinámicas y
condiciones en las que se da el proceso de enseñanza aprendizaje, o permitiendo
identificara analizar e interpretar las barreras que se dan en la práctica educativa al
interior de las aulas.
ASPECTO SUSTANTIVO El análisis de los resultados de este instrumento permite
identificar barreras en la práctica educativa, las cuales se
deben registrar en el plan de intervención en el aula, con
el objeto de que este sea modificado.
Este documento da la oportunidad de conocer las
estrategias metodológicas, organizativas u evaluativas
que emplea el maestro, así como las aptitudes que
presentan los alumnos y maestros dentro del aula.
Permite identificar a los alumnos que demandan mayor
atención y requiere mayor apoyo, es decir, la
identificación de NEE.
Así mismo enriquece el perfil grupal que ya ha sido
creado por el maestro en caso de no existir ofrece
información sustancial para poder ser creado.
En conclusión, este documento permite el trabajo
colaborativo entre las profesiones de educación especial
y maestros de aula regular.
DOCUMENTOS DE APOYO Pautas para la identificación de barraras de la práctica
educativa que interfieren el aprendizaje y la
participación.
PERIODICIDAD Agosto-septiembre
RESPONSABLES Profesores especialistas de apoyo (psicología y trabajo
social)
Maestro de aula regular.
PREVIOS Y MOTIVACION
PROBLEMATIZACION
CONSTRUCCION
EVALUACION Y CIERRE
ASPECTOS SUSTANTIVOS Se fundamentan en aquellos alumnos que se identifican dentro del aula
a los cuales se les crean estrategias metodológicas y/o apoyos
específicos para su NEE, de modo que estas condiciones puedan
favorecer su proceso de aprendizaje tratando de eliminar las barreras
de la práctica educativa.
Perfil grupal
OTROS FORMATOS