El Teatro de 1939 A Finales Del Siglo XX
El Teatro de 1939 A Finales Del Siglo XX
La Guerra Civil (1936 – 1939) marcará la vida de los españoles. El régimen de Franco impone una dictadura caracterizada por
la represión política y la censura. Además, hay aislamiento internacional hasta que ingresa en la ONU. Los años 60 hay un
desarrollo económico. El teatro también se vio afectado. Valle-Inclán y García Lorca, habían muerto. Alberti, Alejandro Casona
y Max Aub se encontraban exiliados.
AÑOS 40
Las obras de irregular calidad, que eran aplaudidas por un público. Además, estaban condicionadas por la censura, se retomaron
obras clásicas, pertenecientes al Siglo de Oro y se adaptaron obras de autores extranjeros. Arniches, Marquina y Benavente
siguen escribiendo. Es un teatro de evasión, dominan la comedia burguesa y el teatro de humor.
La comedia burguesa, trata de entretener al público y de educar mediante el elogio de la virtud. Una perfecta construcción e
intrascendencia. Tema del amor, empleado para exaltar la familia, el matrimonio y el hogar: El testamento de la mariposa de
José María Pemán. Otros: Edgar Neville, Alfonso Paso, Juan Ignacio Luca de Tena. El teatro de humor, surge en torno a un
grupo de humoristas de la revista "La Codorniz", fundada por Mihura. Los representantes fueron Jardiel Poncela y Mihura, con
facetas precedentes del teatro del absurdo, introducen un humor disparatado y poético: el humor es un instrumento para dar
una visión crítica expresada por situaciones inverosímiles y diálogos absurdos. Jardiel Poncela incorpora lo inverosímil, con la
locura y el misterio. Los personajes pertenecen a la burguesía y el esquema criado/amo, representan una sociedad que busca el
amor y el dinero. Eloísa está debajo de un almendro. El teatro renovador de Mihura que rompe con el teatro cómico anterior en
Tres sombreros de copa. En la obra, Dionisio, representante de lo formal, serio y respetable, a punto de contraer matrimonio, se
enfrenta al mundo libre. Se enamora de Paula, perteneciente a este mundo, finalmente renuncia a la libertad para reintegrarse
en el orden establecido a través del matrimonio con su antigua novia. Mihura muestra así su pesimismo y desencanto.
Situaciones en apariencia absurdas, unos diálogos inconcebibles, ocultaban un fondo en verdad serio y trascendente. Y nuevos
títulos a un nivel mucho menos mordaz y crítico: Maribel y la extraña familia, Ninette y un señor de Murcia...