0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
1K vistas2 páginas
El documento presenta un análisis del texto "Otoño" de David Trueba, argumentando que el ser humano es vulnerable a la naturaleza. Describe cómo el texto usa argumentos como la analogía de insectos amenazados y evidencia científica para mostrar que el ser humano no es más que un superviviente, a pesar de su percepción de superioridad. Concluye que nuestra ilusión de dominio sobre la naturaleza es un "miserable delirio".
El documento presenta un análisis del texto "Otoño" de David Trueba, argumentando que el ser humano es vulnerable a la naturaleza. Describe cómo el texto usa argumentos como la analogía de insectos amenazados y evidencia científica para mostrar que el ser humano no es más que un superviviente, a pesar de su percepción de superioridad. Concluye que nuestra ilusión de dominio sobre la naturaleza es un "miserable delirio".
El documento presenta un análisis del texto "Otoño" de David Trueba, argumentando que el ser humano es vulnerable a la naturaleza. Describe cómo el texto usa argumentos como la analogía de insectos amenazados y evidencia científica para mostrar que el ser humano no es más que un superviviente, a pesar de su percepción de superioridad. Concluye que nuestra ilusión de dominio sobre la naturaleza es un "miserable delirio".
Tema: La vulnerabilidad del ser humano frente a la naturaleza.
Tipo de texto: Texto de modalidad argumentativa y de género
periodístico. Artículo de opinión.
Recursos lingüísticos y estilísticos:
El texto obedece a una estructura deductiva ya que se parte
de una idea general “el ser humano no pasa de ser un mero superviviente” la cual es desarrollada y justificada por medio de una serie de argumentos entre los que se encuentran el de analogía “los insectos amenazados de extinción”, el argumento empírico-científico “cualidades de resistencia al medio más sólidas” y los argumentos de ejemplo de la vulnerabilidad humana frente a la “enfermedad terminal, la pompa fúnebre y los fenómenos naturales”. Tras la introducción y el desarrollo se llega a una conclusión en la última línea del texto.
En el texto observamos la función expresiva o emotiva del
lenguaje. La abundancia de sustantivos abstractos “ambiciones, infancia, atención, cualidades, resistencia, inmortalidad, rimbombancia…” sitúa al texto en el plano de la idea y de la opinión personal la cual se deriva de datos objetivos a los que se alude por medio de los numerosos adjetivos especificativos “ser humano, especie amenazada, líderes mundiales, raza dominante, inteligencia superior, vértigo tecnológico, fibra telefónica, enfermedad terminal, pompa fúnebre, teléfono móvil, fenómenos naturales, verano caribeño, mentes financieras…” que se entreveran con los adjetivos explicativos con función valorativa “sumisos, asombrosa, tremendo, miserable…” en los que el autor deja constancia de su punto de vista. La oración exclamativa con la que concluye el texto “Qué miserable delirio de superioridad nos invade…” así como la utilización de léxico connotativo “chapuza” son, igualmente, muestras de la subjetividad propia del texto argumentativo.
La función apelativa o conativa del lenguaje con la que se
hace al lector partícipe de lo que acontece en el texto se ve en el plural mayestático presente en verbos ”sabemos, haríamos, persistimos, coleccionábamos, recluíamos, cazábamos, éramos, parecemos, damos, utilizamos, estamos…”, determinantes posesivos “nuestra…compañía, nuestras barbas…” y pronombres personales “nosotros mismos, nos, angustiarnos, olvidándonos”.
El género periodístico del texto justifica un predominio del
presente de indicativo con valor de actualidad y la utilización de un lenguaje divulgativo, neutro y estándar dirigido a un lector común; de ahí la combinación de expresiones coloquiales “poner nuestras barbas a remojar” con términos del registro culto de la lengua como “imbuidos, cadencia, rimbombancia…”.
La coherencia y cohesión del texto es patente en los campos
semánticos como el de los insectos “mariposas, saltamontes, grillos…” y el de los fenómenos naturales “tsunami, huracán, vendaval, terremoto…” así como en la variada casuística de oraciones coordinadas “y, o, sino…” y subordinadas “para, cada vez, cuando, si…”.
Los recursos estilísticos dejan patente la voluntad de estilo
del autor con las metáforas “el hombre se hace hormiga, v é r t i g o t e c n o l ó g i c o , p re s o s d e l e n t u s i a s m o ” , l a s personificaciones “llega puntual la enfermedad terminal, uno de esos fenómenos nos visita” o la antítesis irónica “un buen cataclismo”.