ESCLAVITUD MANUMISION EN ANTIOQUIA Cordoba
ESCLAVITUD MANUMISION EN ANTIOQUIA Cordoba
ESCLAVITUD MANUMISION EN ANTIOQUIA Cordoba
Antioquia, 1780-1830
Resumen
El artículo analiza las dinámicas de manumisión por gracia y por compra de los negros
esclavizados en la Provincia de Antioquia durante los últimos años del periodo colonial y
los primeros del republicano. En primera instancia se hace un breve esbozo del desarrollo
económico de la Provincia y el impacto que generó en el sistema de explotación esclavista
particular de esta región, para luego presentar un análisis de la manumisión por compra y
gracia a partir de las cifras arrojadas por las fuentes primarias. Entre la documentación que
se consideró en este estudio hay cartas de libertad, testamentos, pleitos judiciales, leyes,
decretos, entre otros, emitidos en diferentes poblados de la Provincia durante el periodo
estudiado. Este estudio muestra que a pesar de la gran importancia que tuvo el contexto
particular de la Provincia en el éxito de las estrategias de libertad, la agencia de los esclavos
debe ser considerada como uno de los principales motores que dinamizaron los procesos de
manumisión.
Abstract
This article analyzes the dynamics of the legal manumission of black slaves in the Province
of Antioquia during the late colonial and early republican periods. A brief description of
the effects that economic development had on the slavery in the Province is presented in the
first section. Then, a review of the dynamics of manumission in Antioquia is given with base
on the information extracted from primary sources including letters of freedom by purchase
and by grace, lawsuits, ordinances, laws and decrees. This study shows that in spite of the
influence of the particular conditions of the region on the successfulness of the strategies of
freedom, the agency of the slaves must be regarded as an instrumental part of the dynamics
of manumission during the period of interest.
Introducción
Los estudios sobre la libertad de los negros esclavizados aumentaron a partir de las últimas
décadas del siglo XX y las primeras del XXI. Las fuentes, así como otros factores han
llevado a los historiadores por diferentes caminos que exploran un mismo tema: la libertad.
Este tema ha sido abordado desde diversas perspectivas, incluyendo el cimarronaje, la
formación de palenques (Navarrete 2003; Navarrete 2001a; Navarrete 2001b; Tovar Pinzón
1992), el uso de las herramientas legales que proveyó la legislación española y luego la
republicana (Giolitto 2003; Chaves 1999; Díaz Díaz 2001; Chaves 2010), la manumisión
promovida por las élites a partir de las luchas independentistas (Tovar Mora y Tovar Pinzón
2009; Martínez Pérez 2014) y los espacios de libertad establecidos por los esclavos que no
fueron alcanzados por el control de los amos (Díaz Díaz 2002).
Sin embargo, como lo indica Tovar, no fue a través de insurrecciones que la mayoría de
esclavos buscaron la libertad, sino por los medios legales, tratando de obtener las cartas de
manumisión por la compra o por la gracia (Tovar Pinzón 1992). La compra de la
manumisión fue la estrategia más extendida entre los esclavos de las plantaciones y minas,
según lo indican los estudios realizados en Brasil, Popayán y Santa Marta (De Queirós
Mattoso, Klein, y Engerman 1986; Valencia Villa 2008; Romero Jaramillo 1997;
Rodríguez Jiménez 1981).
No obstante lo anterior, una investigación adelantada por Julieta Cano y Juan Carlos
Gómez (2013) para Medellín, muestra que la cantidad de esclavos que compraron la
manumisión fue de nueve, y los que la recibieron por gracia fueron once.
En términos generales la libertad por gracia ha sido vista como una iniciativa que nació
"espontáneamente" del amo (Tovar Pinzón 1992). Por lo tanto, la mayor o menor
frecuencia de las cartas de libertad otorgadas por gracia ha sido tradicionalmente asociada a
una mentalidad de los propietarios de esclavos más o menos benevolente. Sin embargo,
poco se han estudiado los factores detrás de su motivación y la agencia que tuvieron los
esclavos en la consecución de la libertad por este medio, asumiendo de entrada una actitud
completamente pasiva de los sujetos esclavizados frente a su propio destino. El no
seguimiento a ciegas de esta premisa lleva a pensar que aspectos como las relaciones de
solidaridad, que lograron construir los esclavos con los amos, así como el establecimiento
de diversos tipos de contactos con las autoridades en su entorno para facilitar el camino de
la libertad, son aspectos que todavía requieren ser valorados con más detalle.
Estos dos momentos de auge aurífero tuvieron diferencias significativas entre sí,
principalmente en las formas de explotación esclavista. Mientras que en el primer ciclo los
mineros contaron con cuadrillas de esclavos, en el segundo el empleo de mano de obra
libre, y la extracción del mineral realizada por mazamorreros fueron los dos referentes a
tener en cuenta para entender las dinámicas de manumisión de la Provincia (Patiño Millán
1988; Silvestre 1988; Twinam 1985; Patiño Millán 2011).
Para establecer las tendencias y los patrones de la compra de la libertad y del otorgamiento
de la manumisión graciosa se consultaron cerca de 300 documentos en el Archivo Histórico
de Antioquia, en el servidor del Archivo General de la Nación, en el Archivo Histórico de
Medellín y también aquellos que se conservan en el Archivo Histórico Judicial de Medellín.
En total, la documentación consultada asciende a 189 cartas de libertad, 10 testamentos y
109 expedientes judiciales, que dan cuenta de la manumisión de 406 negros esclavizados en
la Provincia de Antioquia.
Este estudio pretende ser un acercamiento tanto cuantitativo como cualitativo al tema de la
manumisión en Antioquia, mediante la sistematización de la información encontrada en las
fuentes primarias en fichas diseñadas para esta investigación particular. La disposición de
tales fichas obedeció a un método que facilitara una lectura comparada, tanto en similitudes
como en diferencias y en generalidades tanto como particularidades, de la información
encontrada en cada uno de los documentos.
Compra de la manumisión2
En las colonias españolas el acceso a la compra de la libertad estuvo soportado por varios
factores. El primero es la posibilidad que según la legislación tenían de hacerlo3; segundo,
en las colonias españolas los esclavos tuvieron la posibilidad de trabajar para sí mismos un
día a la semana, obtener un importe por su trabajo, administrarlo y usarlo como les
conviniese. En muchos casos los esclavos lograron conseguir el dinero por medio de
préstamos de amigos o vecinos, y en otras ocasiones el importe de la libertad provino de la
misma familia, madres, padres, hermanos e hijos, que procuraron ayudar a sus seres
queridos a salir de la servidumbre.
Precio de la manumisión
El precio de los esclavos estaba determinado por diversos factores incluyendo la edad, el
sexo, habilidades o capacitación para el desempeño de ciertos oficios, las condiciones de
salud del esclavo, tachas en el comportamiento y esto fue variable año tras año según el
contexto específico. Los esclavos en las edades productivas, entre los 12 y los 50 años
tuvieron por lo general precios más elevados que los párvulos o los ancianos, y entre éstos
el precio más alto comparativamente fue el de los hombres (De Queirós Mattoso, Klein, y
Engerman 1986). El establecimiento del precio que debieron pagar los esclavos en la
Provincia de Antioquia para obtener su manumisión se llevó a cabo de dos formas; la
primera fue por acuerdo entre el amo y el esclavo; y la segunda fue por medio de peritos
nombrados por la justicia cuando el amo y el esclavo no lograron llegar a un acuerdo. Los
precios promedio de la manumisión de los esclavos en Antioquia en el período aludido
fueron muy variables como se puede ver en la tabla 1, sin embargo, al comparar el precio
promedio de la manumisión en cada década, en la columna tres, se puede notar que los
precios fueron en descenso. A excepción de la década 1780, el valor promedio de las
mujeres fue inferior al valor promedio de los hombres, como es el caso también de Bahía
(De Queirós Mattoso, Klein, y Engerman 1986) y Santa Marta (Romero Jaramillo 1997).
Las cartas de libertad fueron los documentos notariales protocolarios, en las cuales un amo
declaraba su renuncia a los derechos que tenía sobre su esclavo, haciendo en algunas
ocasiones referencia a las razones, tanto sentimentales como monetarias si era del caso,
para ejecutar dicha renuncia.
Las cartas expresaban el valor concertado con el esclavo y la constancia del pago, y en
muchas de ellas se plasmaron frases de afecto como por haberle servido con toda
lealtad. A pesar de que las cartas aludían explícitamente al pago efectuado por los esclavos,
el otorgamiento de la libertad seguía siendo para algunos un acto de benevolencia de los
amos, tal y como se describe en una de las cartas en la cual una vez el esclavo pagó los 66
pesos fuertes y 6 reales su amo: "[...] por un efecto de benevolencia ha tenido a bien darle
soltura de su esclavitud".9 A pesar de que las fórmulas de escritura en las cartas de libertad
se crearon a partir de un estilo tal que parece que el sujeto activo es el amo que ha
determinado manumitirlo, dio plena libertad a la citada, ha tenido a bien manumitirlas y
darles su libertad, debe leerse que los actos que motivaron la elaboración de las cartas por
compra fueron promovidos por los esclavos, siendo en todo momento ellos los agentes de
su propia libertad.
Aunque para algunos esclavos comprar la libertad y hacer el importe del valor de la
manumisión fue una tarea difícil, para otros obtener el papel de libertad firmado por los
amos fue la parte más ardua del proceso de manumisión dado que una vez hecho el pago, el
amo dilató la firma de la escritura de libertad, lo que empujó a los esclavos a acudir al
protector de esclavos o de menores para que se les permitiese comprar su libertad e incluso
para legitimar la compra hecha en el pasado.15
En los archivos consultados se encontraron en total 71 pleitos judiciales que se refieren a la
compra de la libertad de 76 personas, de las cuales 44 son mujeres y 32 son hombres.16 6
Para hacer el análisis de los pleitos se crearon cuatro categorías conformadas de la siguiente
manera: solicitudes de avalúo, que se constituyó con los casos en que los esclavos
acudieron al procurador para pedir ser avaluados, en estos casos muchos de ellos no habían
logrado pactar un precio que consideraran justo por la libertad, por lo que requirieron un
mediador para llegar a un acuerdo con los amos; el segundo grupo denominado solicitudes
de compra se formó con los casos en los cuales los esclavos acudieron a las autoridades
para que se aceptara el dinero que estaban ofreciendo por su libertad; en el tercer grupo,
señalado como reconocimiento de la libertad, se encuentran todos los casos en los cuales
los esclavos argumentaban que ya habían pagado por la libertad pero no se había
reconocido y algunos otros casos en los que denunciaron que los amos estaban intentando
esclavizarlos de nuevo; finalmente, en el grupo al cual se le nombró como otros
procesos, se encuentran los casos en los cuales los esclavos solicitaron una prórroga del
tiempo para pagar por su libertad, o la solicitud de venta del esclavo por una promesa que
había hecho su antiguo amo, y se incluyeron los procesos en los cuales se menciona que en
el momento los esclavos se encontraban pagando por la libertad. Estos procesos legales
están compuestos, en unos casos más y en otros menos, por las demandas, avalúos,
testimonios de conocidos y sentencias.
Tal como se muestra en la tabla 3, los procesos tuvieron una tendencia a solucionarse
positivamente para los esclavos.
Las cifras arrojadas por este estudio sugieren una tendencia a favorecer la libertad. Sin
contar los casos inconclusos, la cantidad de resoluciones positivas es considerablemente
más alta que la de las negativas (98% contra 2%). De 44 mujeres que instauraron pleitos
relativos a la compra de la manumisión un 79,5% recibieron sentencias positivas y ninguna
negativa; mientras que en el caso de los hombres las sentencias positivas correspondieron al
40,6%, y las negativas al 3,1%, siendo que los porcentajes restantes representan los casos
inconclusos.17
Los esclavos que intentaban comprar la libertad pero no lograban acordar un precio
adecuado por ésta acudían al procurador o protector de esclavos, quien entonces hacía una
declaración que presentaba a los tribunales para comenzar el proceso de la liberación por
medio de la compra. En estos avalúos eran nombrados dos o tres peritos, los cuales se
reunían en una sesión frente al escribano, analizaban los factores determinantes en el precio
del esclavo y acordaban el precio de éste. En algunos casos los esclavos tuvieron la
posibilidad de apelar al avalúo que se les había impuesto, y si la apelación era aceptada el
proceso volvía a comenzar.
De los 171 esclavos que obtuvieron la libertad en la provincia de Antioquia entre 1780 y
1830 por compra, el 28 % lo lograron por medio de pleitos ante la justicia ordinaria, es
decir que un alto porcentaje de esclavos se vieron obligados a acudir a la justicia para que
se practicaran las diligencias de avalúo, reconocimiento y solicitudes de libertad, lo que
indica que la venta de la manumisión no fue para los amos un "acto de benevolencia" como
lo querían proyectar en las cartas de la compra, sino que por el contrario fue un negocio del
que trataron de sacar el mejor provecho y obtener la mayor cantidad de ganancia posible,
como lo ejemplifica el caso de Joaquín de Uribe, en el cual el amo intentó aumentar el
precio luego de haber negociado y haber recibido el valor convenido.18
Las leyes, según los requerimientos de los diferentes protectores de esclavos, favorecían
que los esclavos compraran la libertad, como lo asegura José Pardo, protector de esclavos
de la Ciudad de Antioquia, quien en septiembre de 1812, en el caso que adelantó en favor
de Manuela, esclava de Francisco González de Acuña, argumentó que
[...] bien sabido es señores que por leyes, por derecho natural y positivo y por la práctica
inconcusa y bien recibida tienen los siervos un impugnable derecho a que se les favorezca
en su libertad admitiéndoles a ellos con preferencia a otros las ofertas que hagan relativas a
su manumisión constituyendo y obligando a sus señores el que a justas tasaciones les sean
admitidas sus propuestas y les otorguen sus correspondientes documentos que acrediten su
manumisión.19
[...] interviniendo un verdadero contrato de compra y venta entre el señor que vende la
libertad del esclavo, y este que la compra, se debía exigir la alcabala al vendedor, sin que
hubiese que alegar en contrario, a menos que precediese un pacto expreso para que la
pagase el comprador y que esta ha sido la práctica en muchas partes de aquel reino. Pero sin
embargo se había reducido este punto a un problema de difícil resolución tanto porque se
trata de la libertad tan favorecida por las leyes, como porque se pretende establecer regla
general en una materia bastante delicada, y siéndolo sin duda en aquellos países, y más
habiéndose subsistido ya esta cuestión que producirían tantos cuantos casos ocurriesen, de
igual naturaleza, o bien se añadiría un nuevo estorbo al logro de la libertad porque los amos
recargarían a sus siervos sobre su precio el importe de la alcabala [... ] o pactarían
expresamente no ser de su cargo el satisfacerla, y de uno y otro modo lo padecería el
esclavo y le sería más difícil el salir de servidumbre [...] Se haya expresamente declarado
que cuando los esclavos entregan a sus señores el importe de su valor adquirido lícitamente
y por este medio, o por pura liberalidad de su dueño, adquieren la libertad, no se haya de
contribuir cosa alguna por razón de alcabala [...].21
En algunos casos se puede decir que esta manumisión fue bastante ventajosa para los amos,
principalmente cuando quienes compraban la libertad eran esclavos que ya estaban
llegando o habían sobrepasado la edad en la que su capacidad de trabajo se veía muy
reducida, pues esto les garantizaba a los amos no cargar con el sustento de los esclavos que
ya no generaban ganancia suficiente, y quienes además estaban prácticamente pagando por
quitarles una carga económica.
En los documentos consultados para este estudio se encontraron nueve casos de esclavos
que se identifican como ancianos, o de avanzada edad, de los cuales seis fueron mujeres y
tres hombres. El precio de las esclavas ancianas osciló entre 6 y 125 pesos, mientras que el
de los esclavos ancianos estuvo entre 40 y 65 pesos. Estas compras tuvieron dos
implicaciones para los esclavistas, ventajosas para ellos por supuesto: por un lado,
recibieron un importe económico por personas que ya no eran negociables con otro
esclavista debido a su avanzada edad y por ende su baja productividad, y por otro lado se
descargaron de la responsabilidad económica que implicaba gastos alimenticios, médicos y
de vestir por una persona que ya no generaba ingresos que pudieran compensar esos gastos.
Es decir, al venderles la libertad a los esclavos ancianos los esclavistas no solo ganaron el
importe económico, sino que ahorraron los gastos proyectados de esas personas en los
últimos años de vida. Para los libertos ancianos haber consumado la transacción de compra
probablemente significó alcanzar un estado ideal de libertad, a pesar de que la vida
cotidiana podía haber seguido invariable.
En total este estudio muestra que en los años comprendidos entre 1780 y 1830, en
Antioquia, 171 esclavos compraron la libertad, 1 esclavo lo intentó y no lo logró,22 mientras
que otros 24 quisieron probar que la compraron pero sus casos no se resolvieron. De los
171 esclavos que lograron obtener su libertad por compra 98 fueron mujeres (57,3%) y 73
fueron hombres (42,7%), divididos como se muestra en la tabla 4.
Manumisión graciosa en Antioquia
Misericordia y merced y gracia, aunque algunos hombres piensan que son una cosa, sin
embargo diferencias hay entre ellas, pues misericordia es propiamente cuando el rey se
mueve por piedad de sí mismo a perdonar a alguno la pena que debía tener doliéndose de él
[...], merced es perdón que el rey hace a otro por merecimiento de servicio que le hizo aquel
a quien perdona o aquellos de quienes descendió, y es como manera de galardón. Y gracia
no es perdón, más es don que hace el rey a alguno que con derecho se podría excusar de
hacerlo si quisiese [...] (Alfonso El Sabio 2009, Partida séptima, Título 32, Ley 1).
Más tarde, en 1611 Sebastián de Covarrubias definió la "gracia" como un término que
denotaba "el beneficio que hacemos, el que recibimos, y así decimos yo os hago gracia de
tal y tal cosa y el que recibe la gracia acepta por tal", y gracioso fue descrito por él mismo
como "lo que se da de balde y sin deberle" (Covarrubias Orozco 1873, 74-75). De acuerdo
a esto, la manumisión graciosa consistió en la liberación de los esclavos sin ninguna
transacción económica de por medio. La manumisión graciosa se dividió en dos categorías,
la condicionada y la no condicionada, siendo la primera la que se otorgaba con algunas
condiciones de por medio, como por ejemplo servir hasta la muerte del amo, pagar su
funeral o mandar a decir cierta cantidad de misas por el alma del amo, solamente por
mencionar algunas.
La manumisión graciosa fue otorgada por medio de cartas de libertad y de testamentos,
aunque también accedieron los esclavos a ella por medio de pleitos interpuestos ante las
autoridades por promesas de libertad incumplidas. En estos casos, cuando los esclavos
sintieron que tenían derecho a la libertad, pero ésta no se hizo real, acudieron al protector
de esclavos para que los representase ante un juez, y de esta manera se hiciera justicia.
El presente estudio evaluó cartas de libertad, testamentos y pleitos que reposan en el AHA
y en el AHJM, además de los que están alojados en el servidor del AGN. Tales documentos
muestran que en la Provincia de Antioquia 235 esclavos fueron liberados graciosamente en
los años comprendidos entre 1780 y 1830, repartidos como se muestra en la tabla 5.
Durante los últimos años de las luchas independentistas había dos bandos bien
diferenciados, por un lado, se encontraban los patriotas, que fueron aquellos afectos a la
independencia, y por otro lado estaban los realistas, cuya postura era la restauración del
gobierno monárquico de España. Ambas partes tomaron medidas que les permitieran
sobreponer sus intereses a los del bando contrario, incluyendo el reclutamiento de esclavos
para el servicio de las armas. En Antioquia, los patriotas publicaron en 1820 que "[...] se
pone presente que los esclavos servirán a la patria durante tres años y luego de esto se les
dará la libertad, en caso de que desertasen en este tiempo deberán volver al servicio de sus
amos [...]".23 Sin embargo, los opositores de la causa patriota prefirieron darle la libertad a
sus esclavos por lo que el gobierno tomó medidas tales como "[...] son de ningún efecto las
manumisiones de esclavos otorgadas del 1° del mes a la fecha [...]",24 y además se dispone
poner "[...] presos a los que han dado las libertades que me indican en su oficio para
escarmentar su desafección al servicio de la patria [...]".25 Así mismo, ordenaron que los
esclavos casados después de publicada la disposición también serían reclutados, dado que
este matrimonio se constituyó como una forma de evasión del servicio de las armas.26 La
disposición aclara a los propietarios de esclavos que deben dar cuenta de "[...] todos los
solteros de 16, hasta 50 y los casados para su apunte como está determinado, deben
verificarla [...] incluyendo en dicha presentación todos los esclavos que hayan sido
libertados del día primero en adelante, y los que se hayan casados del expresado día 1° a la
fecha de su presentación, según se ha determinado últimamente por el Gobierno [...]".27
Las liberaciones graciosas fueron gestionadas por los esclavos y favorecidas por diversas
razones como dificultades económicas, posiciones políticas, relaciones de parentesco, solo
por mencionar algunas, aunque en los documentos que se conservan, los motivos
referenciados fueron principalmente el amor que los amos le profesaban a los esclavos y el
agradecimiento que le pagaban por los buenos servicios, como se mostrará más adelante.
Por medio de cartas se manumitieron 161 esclavos, de los cuales 83 fueron mujeres y 78
hombres. Estas cifras son superiores a las reportadas por Romero en su estudio para Santa
Marta, en donde 80 esclavos se manumitieron graciosamente, divididos en 52 mujeres, 19
hombres y 9 niños (Romero Jaramillo 1997, Anexo 8); y que las encontradas por Rodríguez
en Popayán, en donde se manumitieron por gracia 90 esclavos (Rodríguez Jiménez 1981,
85).
En las cartas de libertad otorgadas tanto por gracia como por testamento quedaron
plasmadas las palabras de aprecio que no se hubieran podido expresar por otro medio, por
ejemplo: en remuneración de sus buenos servicios y fidelidad, por haberme servido con
toda fidelidad, por sus buenos servicios y fidelidad, por haberle servido con toda lealtad y
otros justos motivos, fueron algunas de las expresiones de agradecimiento que los amos
tuvieron para con los esclavos. Algunas fórmulas usadas en los testamentos también
sugieren sentimientos afectivos de los amos por los esclavos y era una oportunidad para
manifestar, frases como por el amor y voluntad que le profeso, a quien tanto su dicho
difunto marido, como la otorgante, criaron con extremo amor, sin causarme sentimientos
sino por el contrario motivos de buena correspondencia, son solamente algunas.
Aunque el nombre de libertad por gracia y las fórmulas empleadas en las cartas de
manumisión y los testamentos indican que esta medida partió de una intención de los amos
cuando expresaban que otorgaban la manumisión "de mi libre y espontánea voluntad", en
este estudio se pone en consideración la hipótesis de que la decisión de los amos de libertar
e incluso de prometer la manumisión estuvo, en la práctica, impulsada por alguna
circunstancia creada, y a veces incluso hasta promovida, por los esclavos que a la postre
lograrían la libertad.
En este sentido, las relaciones afectivas que se establecieron entre amos y esclavos, fueron
muy probablemente uno de los motores que impulsaron las liberaciones graciosas, como lo
evidencian numerosas cartas y testamentos (Jiménez Meneses 1998). Un arduo y constante
trabajo físico, diplomático y político llevado a cabo por esclavos también se evidencia en
las cartas, aunque en menor medida. Muchas de las cartas que expresan una "libre y
espontánea voluntad" de los amos de liberar a los esclavos, también reconocen que lo hacen
como una remuneración por el servicio prestado por años y por la lealtad y fidelidad con
que les sirvieron,28 de manera que las cartas que aluden los buenos servicios que prestaron
los esclavos, reconocen que la voluntad del amo para otorgar la libertad fue propiciada por
los trabajos físicos realizados durante años por los esclavos.
Según James Scott (2000), la actitud sumisa y obediente de los esclavos podría interpretarse
como la adaptación a "jugar según las reglas" de los amos para obtener un beneficio. Este
autor afirma que esta forma de actuar de los subordinados encaja en lo que él denomina el
"discurso público", en el cual los esclavos debían mostrar deferencia, entendida como una
muestra de respeto hacia sus amos, de manera que cuando el amo impartía una orden, el
esclavo la recibía sumisamente con la cabeza agachada, incluso aunque no tuviera la menor
intención de cumplir con la orden ni hacerla cumplir. Según él, la "parafernalia" externa lo
era todo en la mayoría de las relaciones amo - esclavizados (Scott 2000, 17).
Aunque es imposible discernir si todos los esclavos que obtuvieron la libertad por gracia
actuaron según los deseos de sus amos con el propósito de obtener la libertad en algún
momento, es evidente que en muchas de las cartas que se otorgaron por gracia en Antioquia
los amos reconocieron el "buen comportamiento" y la lealtad como razones motivadoras
del impulso "espontáneo" para otorgarles la libertad. Para los esclavos, comportarse según
los parámetros establecidos por los blancos requirió esfuerzo, trabajo, inteligencia y
probablemente muchos sacrificios. Para algunos de ellos esto pudo haber sido determinante
en la consecución de la libertad, y para otros fue como mínimo una medida que significó
menos posibilidades de ser socialmente rechazados o físicamente castigados.
Dos casos particulares en Antioquia muestran la agencia de los esclavos en una esfera que
en pocas ocasiones fue tan explícita. El 4 de junio de 1820 José María Isaza y Robledo
acudió ante un funcionario competente de Medellín para darle la carta de libertad a su
esclavo Juan Lorenzo, un "negro atesado" de aproximadamente 40 años de edad. En la carta
Isaza expresa que debido a que Juan Lorenzo le había servido con lealtad él le había
"ofrecido su libertad y ahora exigiéndole su resguardo ha venido en otorgarle la libertad
por la presente escritura".29
El análisis de los documentos indica, por tanto, que las razones para liberar
"voluntariamente" a un esclavo, según los amos que dieron las cartas, incluyeron el
agradecimiento y el amor, así como la recompensa al trabajo de los esclavos por años.
Probablemente subyacentes a éstas hubo muchas otras razones que quedan ocultas en la
frase por otros justos motivos que le impelen, relaciones de parentesco y afectivas, pago de
favores, entre otras, cuyo entendimiento merece estudios más profundos.
En los testamentos, al igual que en las cartas de libertad, los amos tuvieron la oportunidad
de expresar algunos de los sentimientos que les profesaban a los esclavos. En muchos de
ellos expresaron los amos que otorgaban la libertad a los esclavos por sus buenos servicios,
fidelidad y amor.
Además de otorgar la libertad a los esclavos, los amos tuvieron, por medio de los
testamentos la oportunidad de darles algunos bienes. En el testamento del Dr. Manuel
Londoño, dado en Medellín en 1808, se declara que otorga la libertad a Agustina y a su hija
Catarina, esclavas ambas de Londoño. Para Agustina, Londoño dictó que "[...] se le dé una
vaca parida y un caballo de servicio [...]", y para Catarina
[...] suplico a mis albaceas estén a la mira para que se crie en el temor de Dios y si a mí
fallecimiento ya estuviere casada y tuviese hijos es mi voluntad todos sean libres.
Igualmente es mi voluntad que se le dé una fanega de tierra útil que será donde siembra
Carlos Zuleta y aunque sean dos o tres almudes más, que se le den pues debe ser esta
donación de quince almudes, ítem se le darán dos vacas mansas y paridas de terneras
hembras y una cama de las buenas y aviadas que tengo en este ato, y es de advertir que las
alhajitas personales y las resenias (sic) de ella y que el Baquero las conoce se le dejen sin
perjuicio de las que le nombro. También se le dará un caballo de servicio bueno de los que
tengo en el potrero."31
Los amos consideraban que dejando algunos bienes para los esclavos, éstos iban a tener una
forma de sobrevivir luego de ser liberados sin tener que acudir a la mendicidad. De todas
formas, no en todos los casos los esclavos heredaron algo de los amos por medio de sus
testamentos y no siempre que los esclavos fueron liberados se tuvieron que dedicar a la
mendicidad como temían muchos dueños de esclavos.
Los argumentos usados por ambas partes de los pleitos en los diferentes procesos para el
reconocimiento de la libertad variaron mucho según la persona que ocupara el cargo de
procurador de esclavos en el momento del pleito y de los abogados defensores, y así mismo
las sentencias estuvieron sujetas a la interpretación de quién las profería.
La tendencia a una resolución positiva en favor de los esclavos, más que por razones de
benevolencia o compasión, puede estar ligada a una visión de un sistema esclavista muy
poco rentable, que se fue consolidando desde la crisis temprana en la minería en la
Provincia de Antioquia. Los casos estudiados indican que el 87,7% de los pleitos en los que
se conoce la sentencia se resolvió positivamente para los esclavos, mientras que el 12,3%
restante tuvo una resolución negativa. La diferencia en las resoluciones positivas y
negativas entre mujeres y hombres es muy poco significativa como se puede ver en la tabla
6.
De los 235 esclavos que obtuvieron la libertad por gracia en Antioquia entre 1780 y 1830,
el 18,2%, equivalente a 43 casos, se vieron obligados a acudir a la justicia para que se les
reconociera efectivamente. Esta cantidad no es despreciable, lo que indica que aún en casos
en que los esclavos contaron con la "gracia" de los amos tuvieron que pelear para lograr la
libertad.
La decisión de otorgar la carta de manumisión por gracia pudo haber estado impulsada por
diversas circunstancias personales, entre ellas el reconocimiento del trabajo del esclavo, el
cariño construido desde la cotidianidad, las relaciones de parentesco o amorosas y razones
económicas y políticas. En lo que se refiere a las económicas, otorgar la libertad a los
esclavos, tanto por gracia como por compra, significó para los propietarios ventajas en la
medida en que se descargaron de la obligación que el Estado les imponía de hacerse
responsables de los esclavos que superaban la edad productiva. Ya en lo que respecta a la
situación política de la época, el reclutamiento de esclavos durante las luchas
independentistas, también pudo favorecer a estos últimos para obtener la manumisión por
gracia.
Consolidados
En este estudio se encontró que en total 406 esclavos obtuvieron la libertad en la Provincia
de Antioquia entre 1780 y 1830, tanto por gracia como por la compra de la manumisión,
siendo la manumisión graciosa la que se encontró con más frecuencia. Tanto en los casos
en que los esclavos obtuvieron la libertad por compra como por gracia la cantidad de
mujeres fue superior a la de hombres, siendo la diferencia menos significativa en el caso de
la gracia (ver tabla 7).
En contraste con los datos expuestos por Romero para la Provincia de Santa Marta en
donde el porcentaje de las manumisiones compradas fue de 77,27% y las graciosas de
22,73%, y las de Popayán que fueron de 79,5% y 20,5% respectivamente (Rodríguez
Jiménez 1981, 85), en Antioquia el total de esclavos que lograron obtener la libertad por
compra equivale a un 42,1% del total de manumisiones, mientras que la manumisión
graciosa corresponde al 57,9% restante.
Entre los años estudiados se manumitieron en Antioquia por gracia y por compra 216
mujeres, lo que equivale al 53,2% del total de esclavos manumitidos, y 190 hombres,
correspondiente al 46,8%. La diferencia entre mujeres y hombres manumitidos es poco
significativa, lo que podría ser un indicador de que las labores domésticas y agrícolas en
pequeña escala, en las cuales fueron empleados la mayoría de los esclavos, generaban
aportes económicos similares, por lo cual probablemente no hubo un factor económico de
diferenciación para manumitir esclavos de uno u otro sexo en la Provincia de Antioquia en
los años estudiados.
Década tras década, desde 1790 hasta 1820, la cantidad de esclavos manumitidos fue en
aumento, como se evidencia en la figura 4. Esta tendencia probablemente no fue impulsada
por un único factor determinante sino por una variedad de aspectos tanto globales como
locales. Las ideas ilustradas que estaban circulando en los sectores dominantes y que
cuestionaban la legitimidad de la institución esclavista, las luchas independentistas, la
disminución en los precios de los esclavos, y la constante agencia de los esclavos para
conseguir la libertad se cuentan entre las variables que moldearon esta tendencia.
Conclusiones
En la provincia de Antioquia, los esclavos emplearon los medios provistos por la justicia y
por el sistema que los oprimía para obtener su manumisión por medio de la compra y de la
gracia. Trabajar tiempo extra para cultivar, manufacturar de más o dedicarse en los días de
descanso al mazamorreo significó para ellos la posibilidad de acumular un peculio para
comprar la libertad. Al mismo tiempo, el control de su comportamiento y los lazos de
solidaridad que lograron establecer con los amos y con las autoridades, les abrieron la
posibilidad de exigir la libertad por medio de la carta por "gracia" que otorgaban los amos.
La esclavitud en Antioquia tuvo unas características particulares definidas por
circunstancias económicas, sociales y políticas de la Provincia. Por un lado, la temprana
crisis minera que desestabilizó la institución esclavista tuvo como consecuencia que el
trabajo de las minas se apoyara principalmente en libres y mazamorreros. Debido a esto el
precio de los esclavos se mantuvo en descenso entre los años de 1780 y 1830, y esto
contribuyó a que el número de esclavos que compraron su libertad fuera en aumento.
Además, la decisión de muchos amos de favorecer de la libertad para eximirse de cargas
económicas en momentos de crisis también brindó a los esclavos una herramienta para
gestionar la libertad por gracia o por compra, e incluso, para establecerse fuera de los
límites del control de los amos por medio de la negociación del pago del jornal.
La compra de la libertad requirió grandes sacrificios para ahorrar el importe que costaba la
libertad, en muchos casos los esclavos aún tenían la obligación de cumplir con el trabajo o
el jornal con el amo, y el ahorro al mismo tiempo, lo que implicaba doble trabajo.32 De
igual forma la solidaridad entre los miembros de la familia para obtener la libertad fue
también muy significativa para lograr acumular el valor total del costo. Hermanos, padres,
cónyuges y en algunas ocasiones allegados a la familia o almas caritativas facilitaron el
importe que costaba la libertad para los esclavos.
En la Provincia de Antioquia se otorgaron más manumisiones por gracia que por compra, lo
cual probablemente se derivó a partir de varios factores que condujeron a que esta
estrategia fuera más exitosa para los esclavos. Debido a que los ciclos auríferos influyeron
profundamente en las dinámicas socio-económicas de la Provincia, para los emprendedores
mineros antioqueños contratar el trabajo en las minas con mazamorreros y trabajadores
libres se constituyó como la mejor perspectiva económica, ya que durante ciclos menos
productivos este tipo de trabajadores no representarían carga alguna, de manera que las
liberaciones graciosas aliviaron las pesadas cargas económicas que representaban las
cuadrillas de esclavos en los tiempos improductivos.
Por otro lado, la conformación híbrida de la Provincia entre rural y urbana también
favoreció la cercanía física de los esclavos con los amos y con las autoridades, lo que
permitió el desarrollo de lazos afectivos y redes de solidaridad, lo cual derivó en mejores
probabilidades para los esclavos de obtener la libertad por gracia. La agencia de los
esclavos para obtener la libertad por medio de la compra de la manumisión ha sido
reconocida en términos generales y es relativamente fácil de identificar; pero por otro lado
se ha desconocido el trabajo sagaz, sutil, inteligente y constante de los esclavos en el
establecimiento de relaciones de solidaridad con los demás individuos de la sociedad para
favorecer su libertad.
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