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AA1-EdA0

ACTIVIDAD 1

Elabora el siguiente Esquema Temático, en tu cuaderno, sobre el cuento “El


traje nuevo del Emperador”.
Recuerda escribir ideas relevantes.

ESQUEMA TEMÁTICO
TÍTULO El traje nuevo del emperador

TEMA Un Emperador que fue estafado al comprar unas telas, pero


CENTRAL nadie se atrevía a decirle la verdad, hasta que al fin un niño
consiguió que 'abriera los ojos'.

INICIO Hace muchos años había un Emperador tan aficionado a los


A

trajes nuevos, que gastaba todas sus rentas, en vestir con la


U

U
máxima elegancia.
R

La ciudad en la que vivía el Emperador era muy alegre y


T

bulliciosa. Todos los días llegaban a ella muchísimos


E

extranjeros, y una vez se presentaron dos trúhanes que se


hacían pasar por tejedores, asegurando que sabía tejer las
más maravillosas telas.
-¡Deben hacer vestidos magníficos!-pensó el Emperador-.Si
los tuviese, podría averiguar que funcionarios del reino son
ineptos para el cargo que ocupan. Podría distinguir entre los
más inteligentes y los tontos. Y mando a abonar a los dos
picaros un buen adelanto en metálico, para que se pusieran
manos a la obra cuanto antes.
NUDO Los estafadores montaron un telar y simularon que
trabajaban; pero no tenían nada en la máquina. A pesar de
ello, se hicieron suministrar las sedas más finas y el oro de
mejor calidad, que se embolsaron bonitamente.
-Me gustaría saber si avanzan con la tela-, pensó el
Emperador. Pero había una cuestión que lo tenía un tanto
cohibido, a saber que un hombre fuera estúpido o inepto para
su cargo no podría ver lo que estaba tejiendo. -Enviare a mi
viejo ministro a que visite a los tejedores- pensó el
Emperador-.es un hombre honrado y el más indicado para
juzgar de las cualidades de las telas, pues tiene talento, y no
hay quien desempeñe el cargo como él.

El viejo y digno ministro se presentó, pues en la sala ocupada


por los dos embaucadores, los cuales seguían trabajando en
los celares vacíos.¡-Dios nos ampare!-pensó el ministro para
sus adentros, abriendo unos ojos como naranjas-.¡Pero si no
veo nada!-.sin embargo, no soltó palabra

-¡Oh, precioso, maravilla!-respondió el viejo ministro mirando


a través de los lentes-.¡Que dibujo y que colores! Desde
luego, diré al Emperador que me ha gustado
extraordinariamente.

Poco después el Emperador envió a otro funcionario de su


confianza a inspeccionar el estado de la tela e informarse de
si quedaría pronto lista. Al segundo le ocurrió lo que al
primero.
-¿verdad que es bonita la tela?-preguntaron los dos
tramposos, señalando y explicando el precioso dibujo que no
existía
Se deshizo en alabanzas de la tela que no veía, y pondero su
entusiasmo por aquellos hermosos colores y aquel soberbio
dibujo.
-¡Es digno de admiración!-dijo al Emperador

Tanto, qué el Emperador quiso verla con sus propios ojos


antes de que sacasen del telar.
-¿verdad que es admirable?-preguntaron los dos honrados
dignatarios-.fíjese vuestra majestad en estos colores y en
estos dibujos-y señalaban el telar vacío, creyendo que los
demás veían la tela.

DESENLACE Durante toda la noche que precedió el día de la fiesta, los dos
embaucadores estuvieron levantados, con dieciséis lámparas
encendidas, para que la gente viese como trabajaba
activamente en la confección de los nuevos vestidos del
soberano.

-Estos son los pantalones. Ahí está la casaca. –Aquí está el


mantón… las prendas son ligeras como si fuesen de telaraña;
uno creería no llevar nada sobre su cuerpo, más
precisamente esto es lo bueno de la tela.
-¿quiere dignarse vuestra majestad a quitarse el traje que
lleva-dijeron los dos bribones-para que podamos vestirle el
nuevo delante del espejo

Se quitó el Emperador sus prendas, y los dos simularon


ponerle las diversas piezas del vestido nuevo. Y cogiendo al
emperador por la cintura, hicieron si le atasen algo, la cola
seguramente; y el monarca todo era dar vueltas por el espejo
-¡Dios que bien le sienta, le va estupendamente!-exclaman
todos-.¡Valla dibujo y valla colores!¡Es un traje precioso!

-¿verdad que me asienta bien?-y volviese unas ves más cara


al espejo, para que todos creyeran que veía el vestido.

-¡Que preciosos son los vestidos nuevos del Emperador!¡que


magnifica cola!¡que hermoso es todo!

Nadie permitía que los demás se diesen cuenta de que nada


veía, para no ser tenido por incapaz o por estúpido.

-¡Pero si no lleva nada!-exclamo de pronto un niño.

-¡No lleva nada; es un chiquillo el que dice que no lleva nada!

-¡Pero si no lleva nada!-grito al fin, el pueblo entero.

Aquello inquieto el Emperador, pues barruntaba que el pueblo


tenía razón; más pensó:-hay que aguantar hasta el fin-y
siguió más altivo que antes; y las ayudas de cámara
continuaron sosteniendo la inexistente cola.

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