CAPITULO 15 Tensiones Residuales

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CAPITULO 15

TENSIONES RESIDUALES

15-1. Origen de las tensiones residuales. —Las tensiones residuales o internas constituyen
el sistema de tensiones que puede existir en un cuerpo cuando está libre de la acción de fuerzas
externas. Las tensiones residuales se producen cuando un cuerpo sufre deformación plástica no
uniforme. Así, p. ej., consideremos una chapa de metal que se está laminando, de forma que solo
se produce flujo plástico en las proximidades de las superficies (Fig. 15- 1 a). Las fibras
superficiales

FIG. 15-1. —a)


Deformación heterogénea en
la laminación de la chapa; b)
distribución resultante de
las tensiones longitudinales
residuales a través del
espesor de

de la chapa están
deformadas en frío y
tienden a alargarse,
mientras el centro de la chapa no se ha alterado. Puesto que debe mantenerse la continuidad de la
chapa, es necesario que superficies y centro se acomoden por deformación. Las fibras del centro
tienden a restringir el alargamiento de las fibras superficiales, a la vez que las fibras de la superficie
tratan de estirar las fibras centrales de la chapa. El resultado es un estado de tensiones en la
chapa, el cual origina una tensión elevada de compresión en la superficie y una tensión residual de
tracción en el centro de la chapa (Fig. 15-1 b). En general, el signo de la tensión residual producida
por deformación no homogénea será opuesto al de la deformación plástica que la produjo. Por eso,
en el caso

420
421 TENSIONES RESIDUALES [CAP. 15

de la chapa laminada, las fibras superficiales, que fueron alargadas plas-


ticamente en la dirección de laminación, quedaran en un estado de
compresión.
El sistema de tensiones residuales existente en un cuerpo debe estar en equilibrio estático, por
lo que la fuerza total que actúa sobre cualquier plano que atraviese el cuerpo y el momento total de
las fuerzas en cualquier plano deben ser nulos. Para el estado de tensiones longitudinales de la
figura 15-1 b, esto quiere decir que el área que queda bajo las curvas de tensiones de compresión
debe ser igual a la que queda bajo las tensiones de tracción. La situación no es tan sencilla como se
ha dibujado en la figura 15-1. Realmente, para hacer un análisis completo habríamos de considerar
las tensiones residuales en las direcciones del ancho y del espesor de la chapa, y el estado total de
tensiones en un punto será el resultante de las tensiones existentes en las tres direcciones
principales. A veces, y por razones de simetría, solo es necesario considerar las tensiones residuales
en una dirección. La determinación completa del estado de tensiones en las tres direcciones es un
problema de gran envergadura.
Las tensiones residuales solo pueden ser elásticas. El valor máximo que llega a alcanzar la
tensión residual es el límite elástico del material. Una tensión que sobrepasase este valor, sin fuerza
externa oponente, disminuirá automáticamente hasta alcanzar el valor de dicho límite.
Tiene importancia distinguir entre macrotension.es residuales y microtensiones. Las
macrotensiones, que son de las que trataremos principalmente en este capítulo, varían
continuamente a través del cuerpo y actúan sobre regiones grandes con relación a las dimensiones
atómicas. Las microtensiones, o tensiones de textura, actúan sobre regiones a veces de solo unas
cuantas células unidad, aunque pueden extenderse a la mayor parte de un grano. A causa de la
anisótropa de las constantes elásticas de los cristales, las microtensiones pueden variar mucho de
un grano a otro. Las retrotensiones de un apilamiento de dislocaciones son ejemplo de este tipo de
microtensiones. Otro ejemplo ocurre cuando se precipitan partículas de segunda fase en una
solución sólida. Si las partículas del precipitado ocupan mayor volumen que los componentes de
que se forma, es decir, si las partículas de segunda fase tienen menos densidad que la matriz, cada
partícula tiende a ocupar mayor volumen y queda comprimida por la matriz. Por el contrario, se
desarrollan tensiones de tracción en la matriz, en las direcciones radial y tangencial a las partículas
de segunda fase. Es muy difícil la determinación de estas tensiones localizadas en sistemas de dos
fases, aunque han podido hacerse medidas de su valor medio mediante rayos X1’1 2. Lazio 3 ha
efectuado cálculos de las microtensiones existentes en sistemas de dos fases, a las que ha llamado
“tensiones teseladas”. Es necesaria la determinación de las microtensiones que existen en un
monocristal deformado plásticamente para comprender el mecanismo del endurecimiento por
deformación. Se pueden conseguir estimaciones de estas microtensiones mediante el estudio
detallado del ensancha- miento de las rayas de difracción de rayos X. Sin embargo, es necesario
lograr un perfeccionamiento de las técnicas antes de que tales medidas puedan emplearse sin
ambigüedad.
Las tensiones residuales son el resultado de la deformación plástica no uniforme de un cuerpo,
que puede provenir de un cambio de forma o de volumen no homogéneos. Otra causa de tensiones
residuales puede presentarse en la construcción de un conjunto, p. ej., una estructura soldada.
Aunque la estructura no este sometida a fuerzas externas, sus diferentes miembros pueden quedar

1!J. GURLAND: Trans. ASM, vol. 50, pags. 1063-071, 1958.


2 C. J. NEWTON y H. C. VACHER: J. Research Natl. Bur. Standards, vol. 59. pags. 239-43, 1957.
3Para una vision de conjunto del extenso y detallado trabajo de Lazio,
vease F. R. N. NABARRO: ‘‘Symposium on Internal Stresses”, Pag. 61, Institute of Metals, Londres, 1948.
- 1 W. M. BALDWIN, Jr.: Proc. ASTM, vol. 49, pags. 539-83, 1949.
SEC. 15-1] ORIGEN DE LAS TENSIONES RESIDUALES 422

bajo tensión por diversas interacciones mutuas. Este tipo de tensiones residuales suelen llamarse
tensiones de reacción. El tema queda dentro del campo de la ingeniería de la construcción y no nos
ocuparemos de el en este capítulo.
La precipitación de partículas de una segunda fase en una matriz metálica es un ejemplo de las
variaciones de volumen no homogéneas que producen microtensiones localizadas. Pero si la
reacción no progresa uniformemente a través del cuerpo, por existir diferencias en la composición o
en la transferencia del calor, se producirán variaciones en la distribución de las microtensiones, las
cuales producirán macrotensiones residuales. La nitruración y la cementación son procesos en los
que se produce una distribución de microtensiones alrededor de cada partícula de nitruro o
carburo, pero como estos procesos, controlados por la difusión, solo afectan a las capas
superficiales, habrá un aumento no uniforme de volumen en esta región. Se produce una
macrotensión residual de compresión en la superficie, equilibrada por tensiones residuales de
tracción en el interior. La transformación de fase de austenita a martensita, que se produce durante
el temple del acero, es un ejemplo sobresaliente de un cambio de volumen no uniforme que
produce tensiones residuales. Por la importancia tecnológica de este caso, se tratará separadamente
en una sección de este capítulo.
Las variaciones de volumen no requieren necesariamente cambios de fase o temples rápidos
para producir tensiones residuales. En el enfriamiento de un lingote grande, caliente, de un metal
que no tiene cambios de fase, bastan las diferencias de temperatura existente entre la superficie y el
centro para que se produzcan tensiones residuales *. La contracción térmica de los bordes, mas
fríos, produce una descompensación de deformación entre ellos y el centro del lingote, que origina
la distribución longitudinal de tensiones de la figura 15-2 b. Puesto que el centro caliente tiene un
límite elástico más bajo, no puede so- portar las tensiones compresivas que le son impuestas y la
deformación plástica puede eliminar una parte de las tensiones (Fig. 15-2 c). Cuando se enfría,
finalmente, el centro del “slab”, puede ser mayor la contracción total en dicho centro que en los
bordes, porque el primero se contrae a la vez por enfriamiento y por deformación plástica (figura
15-2 d). El centro quedara en tracción y los bordes en compresión. Las operaciones de conformación
necesarias para convertir los metales en formas acabadas y semiacabadas es muy raro que
produzcan deformación homogénea. Cada proceso particular de conformación plástica da origen a
una distribución de tensiones residuales que le es característica, y que es más o menos afectada por
la forma de realización. A1 comienzo de esta sección hemos visto que las tensiones

FIG. 15-2. —Desarrollo de tensiones residuales durante el enfriamiento de un lingote caliente. Las porciones
enfriadas se han sombreado. (Segun W. M. BALDWIN, Jr.: Proc. ASTM, vol. 49, pag. 541, 1949.)

residuales en la dirección de laminación de una chapa son el resultado de la deformación


heterogénea a través del espesor.
423 TENSIONES RESIDUALES [CAP. 15

Otras operaciones de trabajo de los metales, que no se clasifican generalmente como


operaciones de conformación, producen tensiones residuales porque implican deformación
heterogénea. La soldadura por puntos y la soldadura a tope producen tensiones residuales de
tracción elevadas en el centro de la región en la que se aplica el calor. El chorreado con granalla, el
martillado de la superficie y el bruñido con rodillos producen tensiones biaxiales compresivas en la
superficie, equilibradas por tensiones biaxiales de tracción en el interior. Como se indicó en el
capítulo 12, el chorreado con granalla es un medio muy eficaz para combatir la fatiga. En los
recubrimientos electrolíticos se producen tensiones residuales. Los recubrimientos blandos, tales
como los de plomo, cadmio y cine, fluyen lentamente a la temperatura ambiente, en la proporción
necesaria para eliminar la mayor parte de estas tensiones de plaqueado.
La superposición de varias operaciones de conformación no produce una distribución final de
tensiones residuales que sea la suma algébrica de las distribuciones correspondientes a las
sucesivas operaciones, sino
424 TENSIONES RESIDUALES [CAP. 15

que, en general, es el proceso final de deformación el que determina el


estado de tensiones residuales resultante. A pesar de ello, la superposición
de distribuciones de tensión es un procedimiento valido cuando
consideramos el efecto de las tensiones residuales en la respuesta de un
cuerpo a un sistema de tensiones externo. Para todos los fines prácticos, se
puede considerar a las tensiones residuales como si fueran tensiones
aplicadas ordinarias. Así, una tensión residual de compresión reducirá la
eficacia de una tensión externa de tracción en la producción de rotura por
fatiga, mientras las tensiones residuales de tracción facilitaran la formación
de la fractura.

15-2. Efectos de las tensiones residuales. —La presencia de ten-


siones residuales puede modificar la reacción de un cuerpo frente a una
tensión aplicada externamente. En el ensayo de tracción fluirá plásticamente,
bajo tensiones más bajas, una probeta que tenga tensiones residuales de
tracción que otra que no las tenga. A la inversa, las tensiones residuales de
compresión aumentaran la tensión necesaria para la fluencia plástica. Este
hecho se emplea para aumentar la resistencia de los tubos de artillería y los
recipientes de presión por medio del autozunchado. En el autozunchado se
deforma, a propósito, mas allá del límite elástico, el material del anima de los
tubos de paredes gruesas, de forma que este material quede sometido a
tensiones de compresión cuando el tubo se descarga. En un material
relativamente frágil, como los aceros de alta resistencia, la presencia de
tensiones residuales de tracción puede aminorar la resistencia a la fractura.
La posibilidad de que existan tensiones residuales desconocidas en el fondo
de una entalla mecanizada representa un problema en los ensayos de
tracción con probetas entalladas. El efecto de las tensiones residuales en la
fatiga es un fenómeno bien reconocido y del que nos hemos ocupado en la
sección 12-9.
Las tensiones residuales son responsables de alteraciones en la forma y
en la inestabilidad dimensional. Si se separa de un cuerpo una parte
sometida a tensiones residuales, como ocurre cuando se mecaniza un
chavetero a lo largo de una barra estirada en frío, se eliminan a la vez las
tensiones residuales existentes en el material separado. Como consecuencia
se rompe el equilibrio estático de fuerzas y momentos, v el cuerpo tiene que
distorsionarse para alcanzar una nueva condición de equilibrio. El alabeo
debido a la redistribución de las tensiones residuales, cuando se eliminan las
capas superficiales, puede ser muy perturbador, especialmente en el caso de
piezas de precisión semejantes a las herramientas y matrices. Hay, en
cambio, un efecto útil de esta naturaleza, del que nos ocuparemos en la
próxima sección, y es que midiendo los cambios de dimensiones que se
producen en un cuerpo cuando se separa material del mismo, se pueden
determinar las tensiones residuales que existan. La inestabilidad de las
dimensiones se refiere a los cambios que se producen en ellas sin necesidad
de separar material alguno. Estas variaciones son el resultado de las
deformaciones necesarias para mantener el equilibrio cuando se relajan las
tensiones en el envejecimiento durante largo tiempo, a la temperatura
425 TENSIONES RESIDUALES [CAP. 15

ambiente. El esquema de tensiones residuales de un acero se puede alterar


por la transformación de austenita retenida a martensita, durante el tiempo
de envejecimiento.
El agrietamiento por corrosión bajo tensiones es un tipo de fallo que se
presenta cuando ciertos metales están sujetos a tensiones mientras
permanecen en un ambiente corrosivo. Las tensiones residuales son tan
eficaces como las aplicadas externamente para inducir el agrietamiento por
corrosión bajo tensiones. Ejemplos de sustancias químicas que pueden
desencadenar este tipo de corrosión son los compuestos de mercurio o
amonio frente al latón (season cracking) y los cloruros frente a los aceros
inoxidables austeníticos y algunas aleaciones de aluminio endurecibles por
envejecimiento. Hay que procurar hacer mínimas las tensiones residuales
cuando existe la probabilidad de que se encuentren en el servicio situaciones
de este tipo. De hecho, se pueden emplear los ensayos acelerados de
corrosión bajo tensiones para la comprobación cualitativa de la presencia de
tensiones residuales. A continuación, se indican algunas de las soluciones
que se emplean para este tipo de ensayos *:
1. Latón: solución acuosa de nitrato amónico; especificada para
descubrir las tensiones residuales en el latón de cartuche (ASTM B154).
2. Aceros inoxidables austeníticos: solución hirviente con 10% de H 2S04
y 10% de CuS04, o solución hirviente de MgCl2.
3. Acero suave: solución hirviente de NaOH.
4. Aluminio: solution de NaCl.
5. Magnesio: solución de cromato potásico.
15-3. Métodos mecánicos para medir las tensiones residuales. -— Las
tensiones residuales no se pueden determinar directamente por las medidas
de galgas de deformación, como las tensiones debidas a cargas aplicadas
externamente. En general, se calculan teniendo en cuenta la deformación que
se produce cuando se secciona un cuerpo y se relajan las tensiones alojadas
en el.
El método desarrollado por Bauer y Heyn 1 2 para la medición de las
tensiones longitudinales residuales de un cilindro es un buen ejemplo de las
técnicas utilizadas. Las tensiones residuales de un cilindro pueden
compararse a las de un sistema de muelles (Fig. 15-3). En este ejemplo, se
supone que en la superficie de la barra hay tensiones de tracción y en el
centro tensiones de compresión. En el modelo de

1* Vease TODT: “Corrosión y protección”, Aguilar, Madrid, 1959.


2 E. HEYN y O. BAUER: Intern. Z. Meiallog., vol. 1, pags. 16-50, 1911.
SEC. 15-3] METODOS MECANICOS PARA MEDIR LAS TENSIONES RESIDUALES 426
muelles se supondría que los muelles del centro están comprimidos y los
externos estirados (Fig. 15-3 a). Si ahora se rompe el equilibrio estático de las
fuerzas, al eliminar los muelles externos, se alargarán los muelles que
estaban comprimidos (Fig. 15-3 b). El alargamiento experimentado por estos
muelles centrales es directamente proporcional a la fuerza que ejercían sobre
ellos los muelles externos.
La deformación experimentada por
__ el núcleo es de1 — dLl/L, siendo Lx
la longitud que alcanza el elemento que
se • ha alargado. La tensión eliminada
por esta expansión se relaciona con la
deformación por la ley de Hooke
sigma c = E de1

■ APiel

FIG. 15-3.—a) Modelo de muelles, de


Heyn, para las tensiones
longitudinales residuales de un ci-
lindro; b) alargamiento de la porción
central debida a la eliminación de los cr,
piel
impedimentos procedentes de los
muelles externos.

La ecuación anterior es válida cuando las tensiones residuales tienen


la distribución, muy arbitraria, de la figura 15-4 a. Realmente, es de
esperar que la tensión residual longitudinal varíe continuamente desde C15-1J
la superficie al centro, en la forma que indica la figura 15-4 b.
La distribución de tensiones residuales indicada en la figura 15-4 b
se puede determinar por el método de Heyn y Bauer si se van eliminando
capas superficiales delgadas y se miden las deformaciones de la
porción que queda. Si se eliminan capas suficientemente delgadas y se
repite el proceso, el número de veces necesario, la distribución se
aproximará a la esquematizada en la figura 15-4 b. Cuando se determina
427 TENSIONES RESIDUALES [CAP. 15

la distribución de tensiones por


eliminación sucesiva de capas
delgadas, solo se puede utilizar la Ec.
[15-1] para eliminar la primera capa.
No se puede emplear para obtener
una
indicación
verdadera
de la
tensión real que existía en la segunda
capa, porque al eliminar la primera
se ha producido una redistribución
de tensiones en el resto de la barra.
La tensión real que existía en la
segunda capa de la barra, en su estado original, está dada por

FIG. 15-4.—Variación de las tensiones


longitudinales residuales a través del
diámetro de una barra. a) Caso
arbitrario con tensiones residuales
constantes; b) caso, más real, con
en la que A2 es la sección del cilindrovariación
que queda después
continua de lade eliminar
tensión la primera capa dA1. Al
desde
la superficie
determinar la tensión en las capas sucesivas hay que al centro.
introducir una corrección por eliminación de
tensiones al separar de las capas anteriores

En el límite, cuando las


capas se suponen de espesor diferencial, se puede escribir la Ec. [15-3] en la forma

Esta ecuación se puede emplear para determinar la tensión longitudinal residual en cualquier
punto del radio de la barra. La mejor forma de proceder es representar la deformación axial,
después de la eliminación de cada capa, en función del área de la sección de lo que resta de la barra.
Uniendo los puntos correspondientes a las capas sucesivas se obtendrá una curva sin inflexiones.
Para cualquier posición en el radio, dada por el valor de A, la curva dará el valor de e, y la
pendiente de la curva en el punto (e, A) será de/dA.
El método de Heyn y Bauer lo hemos considerado con bastante detalle porque es un ejemplo
sencillo de los procedimientos empleados para transformar medidas de deformación en tensiones
residuales. Sin embargo, es un método que puede introducir graves errores, porque no tiene en
cuenta las tensiones residuales tangenciales o radiales. La
SEC. 15-3J METODOS MECANICOS PARA MEDIR LAS TENSIONES RESIDUALES 428
presencia de tensiones en estas direcciones puede dar lugar a errores por
exceso del 30% en la determinación de las tensiones longitudinales.

Método de taladrado de Sachs.—Un método exacto para determinar


las tensiones residuales longitudinales, tangenciales y radiales en barras o
tubos fue propuesto por Mesnager 1 y modificado por Sachs1 2. Se conoce
usualmente como el método de taladrado de Sachs. El procedimiento se
limita a cuerpos cilíndricos en los que las tensiones residuales varían a lo
largo del radio, pero son constantes en las direcciones longitudinal y
circunferencial. Esto no supone una condición muy restrictiva, porque las
barras y los tubos fabricados por la mayor parte de los procedimientos de
conformación tienen tensiones residuales que satisfacen a las condiciones de
simetría requeridas.
Para emplear esta técnica con una barra maciza se empieza por taladrar
un agujero axial en el centro de la barra. Luego se emplea un escariador para
eliminar capas del interior del cilindro hueco, poniendo especial cuidado
para evitar el sobrecalentamiento. Entre dos medidas sucesivas de la
deformación se debe extraer, aproximadamente, un 5% de la sección
transversal. Para eliminar los efectos de los extremes se emplearán probetas
cuya longitud sea, por lo menos, tres veces el diámetro. Después de eliminar
cada una de las capas del agujero taladrado, se miden las deformaciones
longitudinales eL y tangencial e1

Las variaciones de la longitud L y el diámetro D pueden medirse con


micrómetros, pero la mejor precisión se obtiene montando galgas SR-4 en las
direcciones longitudinal y circunferencial de la barra.
De acuerdo con el análisis de Sachs, se combinan las deformaciones
longitudinal y tangencial en los dos parámetros 0 y A:

1 M. MESNAGER: Compt. rend., vol. 169, pags. 1391-393, 1919.


2 G. SACHS: Z. Metallic., vol. 19, pags. 352-57, 1927.
429 TENSIONES RESIDUALES [CAP. 15

Las tensiones longitudinal, tangencial y radial pueden luego expresarse


mediante las siguientes ecuaciones:

A1 emplear las ecuaciones anteriores es conveniente representar los


parámetros de deformación © y A en función del área del taladro A. Las
pendientes de estas curvas intervienen en las ecuaciones anteriores. Para
estimar la tensión en el eje de la barra o del tubo es necesario extrapolar las
curvas de 6 en función de A y de A en función de A hasta el límite A = 0. De
la misma manera es necesario extrapolar las curvas hasta A=A 0 para
determinar las tensiones existentes, en la superficie externa. Hay un límite de
aproximación del diámetro del agujero taladrado al diámetro externo de la
barra que no se puede sobrepasar sin que se produzca alabeo. Como las
tensiones varían rápidamente con el radio en las proximidades de la
superficie externa, puede ser errónea la extrapolación en esta región. Un
procedimiento para conseguir mejores estimaciones de las tensiones de las>
capas próximas a la superficie consiste en medir las variaciones del diámetro
del agujero axial mientras se elimina material de la superficie externa de la
barra. Las ecuaciones de Sachs para este caso son

Sachs y
1
Espey han

[15-6]
SEC. 15-3J METODOS MECANICOS PARA MEDIR LAS TENSIONES RESIDUALES 430
descrito un método para determinar exactamente las tensiones longitudinal y
tangencial de tubos de paredes delgadas, Método de Treuting-Read. —Treuting
y Read desarrollaron un método para determinar el estado de tensiones
biaxiales en la superficie de una chapa delgada. El método presupone que el
metal se comporta como elásticamente homogéneo y que las tensiones no
varían en el plano de la chapa, sino solamente a través del espesor. Para
aplicar el método se pega la probeta de chapa a una superficie paralela plana
y se reduce el espesor de la chapa, en una cierta cantidad, por ataque y pulido
cuidadosos.

La probeta de chapa se despega luego de la superficie y se miden los radios


de curvatura longitudinal, Rx, y transversal, Ry, y el espesor t.

La figura 15-5 ilustra sobre la orientación de las tensiones principales y la


curvatura de la chapa.

Los valores medidos de los radios de curvatura se utilizan en los


parámetros

Se toman nuevas medidas de Rx y Ry, después de eliminar diferentes


cantidades de material, y se representan Px y Py en función de t. Las
SEC. 15-4] METODOS DE FLEXION 431
tensiones residuales en las direcciones x e y se determinan, para cualquier
valor de t, mediante las ecuaciones

Los valores dP/dt se obtienen de las pendientes de las curvas de P en función


de t, y las integrales se calculan determinando el área limitada por la curva y
el eje de t entre los límites adecuados.

15-4. Métodos de flexión—El análisis completo de las tensiones


residuales existentes en el cuerpo en las direcciones principales, y su
variación con el espesor, por los métodos descritos anteriormente, son muy
laboriosos. Generalmente se emplean más de 40 h en el análisis completo de
una sola probeta. Por esta razón se han desarrollado métodos más sencillos,
aunque menos precisos. Los procedimientos consisten en dar un corte a la
probeta y medir la flexión del elemento cortado; de ahí que usualmente se
llamen métodos de flexión. Se pueden aplicar estos métodos cuando se
supone que las lesiones varían linealmente a través del espesor de una plancha
o tubo, pero son constantes a lo largo de la longitud, ancho o circunferencia.
Realmente, la distribución de tensiones a través del espesor rara vez son
lineales. Las fórmulas que se indican a continuación dan las tensiones
residuales solo en la superficie del cuerpo y consideran la tensión en una
dirección particular. Aunque esta es normalmente la dirección de la tensión
máxima, hay que tener en cuenta que la presencia de tensiones en las otras
direcciones principales puede afectar a los valores medidos.
Chapa laminada. —La tensión residual en la superficie de una chapa
laminada se puede determinar cortando la chapa en dos mitades, por su
piano central, para eliminar el momento de flexión que existe en el cuerpo
(Fig. 15-6a). El momento de flexión en la chapa se puede expresar por

siendo:
E' = E / ( l - v2),

l= momento de inercia de la sección hendida,


R = radio de curvatura.
SEC. 15-5] DETERM INACION DE LAS TENSIONES RESIDUALES POR RAYOS X 432
Aunque se desconoce la distribución de tensiones residuales que producía
este momento de flexión, se supone para el análisis que la tensión variaba
linealmente con el espesor. Basándose en esta relación lineal, la tensión
longitudinal máxima está dada por la ecuación familiar de la resistencia de
materiales:

en la que c es la distancia desde el eje neutro a la fibra externa, en

FIG. 15-6.—Determination de la tensión longitudinal residual por el metodo de


medicion de la flexion, a) Chapa laminada; b) varilla estirada.

este caso t/4. Sustituyendo en la


Ec. [15-9] el valor de M/I
deducido de la [9-8] y sustituyendo c por su valor, se obtiene

Cuando la deflexión es pequeña comparada con el radio de curvatura., este


puede expresarse en función de la flecha 8 y la longitud de la porción
curvada L, utilizando la
433 TENSIONES RESIDUALES [CAP. 15

ecuación siguiente:
SEC. 15-5] DETERM INACION DE LAS TENSIONES RESIDUALES POR RAYOS X 434
En consecuencia, la tensión longitudinal residual en la superficie está dada
por

Barras redondas. — Se puede emplear el mismo procedimiento para


estimar la tensión superficial longitudinal en una barra redonda 1. Utilizando
la notación de la figura 15-6 b, se llega a la ecuación siguiente:

Tubos de paredes delgadas. —La tensión longitudinal en la superficie de un


tubo se puede determinar cortando una lengüeta longitudinal en la pared del
tubo (Fig. 15-7 a). Empleando la notación de la figura 15-7 a, la tensión
longitudinal está dada por la ecuación

La Ec. [15-14] es la misma que la [15-12] para una barra laminada, salvo que
en el caso de la chapa se emplea t/2, ya que solo flexiona la mitad del espesor.
Las experiencias con este método han demostrado que la flecha observada es
función del ancho de la lengüeta. El valor máximo de la flecha se obtiene
cuando el ancho de la lengüeta es 0,1 a 0,2 veces el diámetro del tubo.
Para determinar la tensión circunferencial (tangencial) en un tubo se hace
un corte longitudinal a lo largo de todo el tubo y se mide la variación del
diámetro (Fig. 15-7 b). Con la notación de la figura, la tensión residual
circunferencial es

15-5. Determinacion de las tensiones residuales mediante raves X.—En


la medición de tensiones con rayos X se emplea como galga para la medida
de la deformación el espaciado interatómico de ciertos planos reticulares. En
esencia, todo consiste en medir el espaciado interatómico de ciertos planos en
la condición de ausencia de tensiones y para el mismo material con tensiones
residuales. La variación del espaciado reticular se puede relacionar con las
tensiones residuales. Como los rayos X penetran bajo la superficie del metal
menos de 0,1 mm, solo se pueden medir deformaciones superficiales y las co
435 TENSIONES RESIDUALES [CAP. 15

FIG. 15-7.—Determinación de tensiones residuales en tubos de pared delgada por


medida de la flexión, a) Tensión longitudinal; b)' tensión
tangencial.

rrespondientes tensiones residuales. A1 no existir tensiones normales a la


superficie libre, el método se limita a estados de tensión uniaxial y biaxial. En
muchos casos, especialmente en relación con las roturas por fatiga, esta
circunstancia no supone ningún grave inconveniente Los métodos de rayos X
tienen la ventaja importante de no ser destructivos y no implicar cortes o
hendidos del objeto en que se van a medir las tensiones. No siempre es
necesario hacer medidas en la muestra libre de tensiones, lo que es una
ventaja al hacer “autopsias” de piezas que fallaron en el servicio. Los
métodos de rayos X miden
SEC. 15-5J DETERM IN AC ION DE LAS TENSIONES RESIDUALES POR RAYOS X 436

las tensiones en áreas muy pequeñas \ porque el haz de rayos cubre un área
de aproximadamente 3 mm de diámetro, lo que hace que estas técnicas sean
de utilidad para medir gradientes de tensión muy acusados, pero es una
desventaja cuando lo que se pretende es caracterizar el estado general de
tensión en una superficie. Como el método de rayos X se basa esencialmente
en medir el desplazamiento de la posición de la reflexión procedente de un
juego determinado de pianos reticulares, causado por la presencia de una
tensión elástica, es necesario que se puedan localizar con exactitud las rayas
de difracción. En los materiales fuertemente deformados en frío y los aceros
templados y revenidos se obtienen rayas de difracción anchas, por lo que no
pueden medirse exactamente las tensiones por medio de los rayos X. Esto es
particularmente valido cuando se emplean técnicas de película fotográfica,
pues, para localizar las rayas en ella, es necesario que sean muy nítidas. Con
la introducción de los equipos goniométricos, que emplean contadores de
Geiger, ha sido posible determinar con más exactitud el perfil de las rayas de
difracción y se han desarrollado métodos de precisión considerable para la
medida de las tensiones residuales en los aceros tratados térmicamente .
La ley de Bragg expresa la relación entre la distancia d existente entre los
planos reticulares de un juego dado y la longitud de onda de los rayos A., el
orden de la difracción n y el ángulo de difracción medido teta

n\ = 2dsen0 [15-16]

Además de la ya indicada dificultad de medir con precisión los valores


de los espaciados interatómicos en metales intensamente deformados, existe
cierta incertidumbre en cuanto a los valores del módulo elástico E y la
relación de Poisson v que deben emplearse en la Ec. [15-26]. Se sabe que, para
la mayoría de los metales, estas constantes elásticas varían mucho con la
dirección cristalográfica. Puesto que las tensiones calculadas con la Ec. [15-26]
se basan en medidas, efectuadas con rayos X, de la deformación de la red
cristalina en ciertas direcciones prefijadas de la misma, es discutible que se
puedan aplicar los valores medios de E y v determinados por ensayos de
tracción. Los datos experimentales existentes sobre este punto son algo
contradictories. La mayoría de los investigadores que han empleado los
métodos de rayos X para la determinación de tensiones, han entendido que el
empleo de los valores medios de E y v no introduce errores serios sobre los
debidos a otros factores incontrolables. Para mayor precisión, se pueden
determinar estas constantes para cada material y condiciones experimentales,
haciendo medidas con rayos X en probetas en las que se han eliminado las
tensiones y luego se so- meten a cargas conocidas.

15-6. Tensiones de temple. —En la introducción al tema de las tensiones


residuales hecha en la sección 15-1, se indicó que al enfriarse un lingote de un
metal que no tiene cambios de fase, pueden producirse tensiones internas
como consecuencia de la deformación discordante que resulta de las
diferencias de contracción entre las partes más frías y más calientes del
cuerpo. La figura 15-2 es un esquema del des
SEC. 15-6J TENSIONES DE TEMPLE 437
arrollo de las tensiones residuales longitudinales. Al templar un cuerpo desde
una temperatura elevada, es decir, al enfriarlo bruscamente, se acentúa el
desarrollo de las tensiones internas, porque la mayor diferencia de
temperatura entre la superficie y el centro, creada por el enfriamiento rápido,
intensifica la discordancia de la deformación. Este caso es de especial interés
porque incluye el tratamiento de temple a que se somete el acero con la
finalidad de endurecerlo. Sin embargo, en el temple del acero se suman las
variaciones de volumen de

radial radial
a) b) c)
FIG. 15-9. —Esquemas de tensiones residuales en barras templadas, debidas a
las deformaciones térmicas. a) Metal que se contrae en el enfriamiento; b)
orientaciones y direcciones; c) metal que se dilata
al enfriarse.
origen térmico a las debidas a la transformación de la austenita en martensita.
Consideraremos primero el caso más sencillo, de tensiones debidas
únicamente a las variaciones de volumen de origen térmico. Es el caso que se
encontraría al templar un metal que no sufre cambios de fase durante el
enfriamiento, que también se produce en el acero cuando se enfría
bruscamente desde una temperatura de revenido inferior a la temperatura
crítica A1.

La distribución de las tensiones residuales a lo largo del diámetro de una


barra templada, en las direcciones longitudinal, tangencial y radial, se indica
en la figura 15-9 a para el caso usual de un metal que se contrae al enfriarse.
La figura 15-9 c muestra la distribución que se producirá si el metal se
dilatase al enfriarse. El desarrollo del estado de tensiones de la figura 15-9 a
puede describirse de la manera siguiente. La superficie, relativamente fría,
tiende a contraerse a una zona
SEC. 15-6 j TENSIONES DE TEMPLE 438
anular que es a la vez más corta y de menor diámetro que
la inicial Este efecto tiende a extrusor el centro, más caliente
y más plástico, para formar un cilindro más largo y de menor
diámetro que el inicial. Si este cilindro interno pudiese
cambiar libremente de dimensiones al enfriarse, tendera a
hacerse más corto y de menor diámetro. Como consecuencia
de las restricciones impuestas por la necesidad de
conservación de la continuidad a través de la barra, la zona
anular externa es forzada a comprimirse en las direcciones
longitudinal, tangencial y radial, mientras el cilindro central se
encuentra distendido en las mismas direcciones. Así resulta
el diagrama de tensiones de la figura 15-9 a.
La magnitud de las tensiones residuales producidas por el temple
depende de las relaciones tensión- deformación características del metal y del
grado de discordancia de las deformaciones producidas por la operación de
temple. Como, además, las tensiones residuales no pueden sobrepasar al
límite elástico, estas serán tanto más altas cuanto más elevado sea dicho
límite. Es también de importancia la curva límite elástico-temperatura
correspondiente al metal. Si el límite elástico disminuye rápidamente al
aumentar la temperatura, la discordancia de deformación será despreciable a
las temperaturas elevadas, porque el metal se puede acomodar a las
variaciones de volumen de origen térmico por deformación plástica. En
cambio, cuando el límite elástico se mantiene elevado a las temperaturas
altas, que es lo que ocurre en las superaleaciones, se desarrollan en el temple
tensiones residuales grandes.
La combinación de las siguientes propiedades físicas conduce a fuertes
discordancias de deformación durante el temple:
1. Una conductividad térmica, k, baja.
2. Un calor específico, c, elevado.
3. Un coeficiente de dilatación, a, elevado.
4. Una dens dad, p, elevada.
Estos factores pueden agruparse en un parámetro, la llamada difusividad
térmica, Dt = k/pc. Si la difusividad térmica es pequeña, se producen grandes
discordancias en la deformación. Otros factores que acentúan la diferencia de
temperatura entre la superficie y el centro provocan tensiones elevadas de
temple. Estos factores son: 1) un diámetro del cilindro grande; 2) fuertes
diferencias entre la temperatura inicial y la del baño de temple, y 3) elevada
severidad de temple.
En el temple de los aceros empieza a transformarse la austenita en
martensita cuando la temperatura local alcanza, en el enfriamiento, la
temperatura Ms. Como esta transformación va acompañada de un aumento
de volumen, el metal se expande mientras se produce la reacción martensítica
durante el enfriamiento entre Ms y Mf. Esto da lugar a una distribución radial
de tensiones del tipo de la figura 15-9 c. La distribución de tensiones
residuales en una barra de acero templado es la resultante del efecto de los
dos procesos contrarios: contracción de origen térmico y expansión debida a
la transformación. La transformación de austenita a bainita o perlita también
439 TENSIONES RESIDUALES [CAP. 15
va acompañada de un aumento de volumen, pero este es menor que en la
formación de martensita. Los esquemas de tensión resultantes dependen de
las características de transformación del acero, especialmente de su
composición química y su templabilidad, y de las características de
transferencia de calor del sistema, función esencialmente del diámetro de la
barra, temperatura de austenización y velocidad de temple.
La figura 15-10 muestra algunos de los estados de tensión que pueden
originarse en el temple de barras de acero. La parte izquierda de la figura es
un diagrama típico de descomposición isotérmica de la austenita. Las
velocidades de enfriamiento en la superficie, en la mitad del radio y en el
centro de la barra están indicadas en el diagrama por las curvas acotadas con
o, m y c. En la figura 15-10 a es suficientemente grande la velocidad de
enfriamiento y toda la barra se convierte en martensita. En el momento en
que el centro alcanza la temperatura Ms, se ha completado la transformación
en la superficie. Las capas superficiales tienden a contraerse contra el núcleo
central que esta expandiéndose y el resultado son tensiones de tracción en la
superficie y de compresión en el centro de la barra (Fig. 15-10 b). Sin embargo,
si el diámetro de la barra es más pequeño y se ha templado enérgicamente en
salmuera, de forma que la superficie y el centro se transforman casi al mismo
tiempo, la superficie llega a la temperatura ambiente con tensiones residuales
de compresión. Si el temple de la barra es incompleto, de manera que el
exterior se transforma en martensita mientras que el interior se transforma en
perlita (Fig. 15-10 c), es escasa la oposición que el núcleo, caliente y blando
durante la transformación de la martensita de las capas externas, puede
ofrecer y se acomoda fácilmente a la expansión de las capas superficiales. Las
regiones perlíticas medias y centrales se contraen durante el enfriamiento de
la forma usual y se produce una distribución de tensiones, con compresión en
la superficie y tracción en el centro (Fig. 15-10 d). Son posibles otros tipos de
distribución de tensiones. que dependen de la velocidad de enfriamiento y de
las características de transformación del acero. Así, p. ej., se puede producir
una distribución con tensiones de tracción en la superficie y centro de la barra
y de compresión en la región intermedia.
Cuando los materiales son relativamente frágiles, como los aceros de
herramientas, el límite elástico no está muy lejano de la resistencia a la rotura.
Las tensiones de tracción, producidas en la superficie por el temple, pueden
ser iguales al límite elástico. Si hay concentradores de tensiones se puede
sobrepasar la tensión de fractura. Las grietas producidas por las tensiones de
tracción originadas en el temple se llaman grietas de temple. Para aminorar el
peligro de formación de grietas de temple se emplea algunas veces un
proceso de temple in-
TENSIONES RESIDUALES 44;
LCAP. 15

FIG. 15-10. —Características de transformación de un acero (a y c) y


distribuciones resultantes de tensiones residuales (b y d).

terrumpido, el llamado martempering. El acero se templa desde la temperatura


de austenización, en un baño mantenido a una temperatura superior a Ms; se
mantiene a esta temperatura el tiempo suficiente para conseguir el equilibrio
térmico a través de la sección, y a continuación vuelve a templarse hasta una
temperatura más baja para que se forme la martensita.
Las razones que justifican el revenido del acero son la aminoración de las
elevadas microtensiones de la martensita y el alivio del nivel de
macrotensiones residuales. Aunque el revenido, en general, hace disminuir
las tensiones residuales, hay excepciones a este tipo de com-
SEC. 15-7J TENSIONES RESIDUALES SUPERFICIALES 443
portamiento *. En barras de acero, templadas por completo a martensita,
decrecerá uniformemente el nivel de tensiones al aumentar la temperatura de
revenido. En una barra que tenga en la superficie tensiones de compresión
debidas a un temple incompleto, disminuirán progresivamente las tensiones
residuales al aumentar la temperatura
de revenido. Si la barra esta casi
completamente templada en la sección
transversal, la mayor contracción
debida al revenido de la martensita, que
puede producirse en la superficie,
originara tensiones superficiales de
tracción que aumentaran con la
temperatura de revenido.

15-7. Tensiones residuales


superficiales. —Hay un numero de
procesos tecnológicos importantes que
producen tensiones residuales elevadas
con su valor máximo en la superficie o
inmediatamente bajo ella y que
disminuyen con rapidez al aumentar la
distancia a la superficie. El gradiente FIG. 15-11. —Distribución típica de
brusco producido por estos procesos tensiones residuales producida por
un tratamiento superficial semejan-
contrasta con el más suave debido a las tensiones residuales
te al temple por ocasionadas
inducción, a por
la
el temple y la mayor parte de las operaciones de conformación
cementación mecánica. con
o al chorreado
Estos procesos, normalmente, producen elevadasgranalla. tensiones residuales de
compresión en la superficie, que coadyuvan en la prevención de las roturas
por fatiga. La figura 15-11 es un ejemplo de la índole de las distribuciones de
tensiones residuales que consideraremos en esta sección.
El proceso de temple por inducción consiste en calentar por inducción una
capa superficial delgada de una pieza de acero, a temperaturas por encima de
la de transformación, y luego provocar un enfriamiento casi instantáneo de
esta región, mediante un chorro de agua, para producir la transformación a
martensita. La expansión localizada de la capa superficial martensítica
produce una distribución de tensiones residuales de compresión en la
superficie y de tracción en el interior. El temple a la llama origina los mismos
cambios metalúrgicos y da lugar a las mismas tensiones que el temple por
inducción, pero el calentamiento local se produce mediante una llama de gas.
Ambos procesos producen una distribución satisfactoria de tensiones
residuales y, además, originan una superficie dura que mejora la resistencia
al desgaste.

'A. L. B OEGEHOLD : Metal Progr.. vol. 57. pags. 183-88, 1950.


SEC. 15-8] ELIMINACION DE TENSIONES 444
La cementación consiste en modificar el contenido de carbono de las capas
superficiales de una pieza de acero, por difusión de átomos de carbono a
través de la superficie. El proceso se diferencia del temple por inducción en
que toda la pieza se calienta a la temperatura de la región de la austenita
durante el proceso de difusión, por lo que, al templar la pieza, se producen
variaciones de volumen a través de la mayor parte de la sección transversal.
En general, las superficies cementadas contienen tensiones residuales de
compresión, pero la distribución de estas puede modificarse mucho variando
las condiciones del proceso \ Lo normal es que la tensión residual de
compresión máxima aparezca a una distancia bajo la superficie que
corresponde precisamente al límite entre las capas superficiales cementadas y
el núcleo, de más bajo contenido de carbono. La nitruración consiste en la
difusión de nitrógeno a través de una superficie de acero, a una temperatura
inferior a la de transformación A1. El único aumento de volumen se debe a la
formación de nitruros en las capas superficiales. La distribución de las
tensiones residuales consiste en una compresión en la superficie y una
tracción en el interior. Como en el núcleo no se produce variación de
volumen, a diferencia de lo que puede suceder en la cementación, la
distribución de las tensiones residuales es más fácil de controlar en la
nitruración.
El chorreado con granalla consiste en someter la superficie del metal al
impacto de un chorro de partículas finas (granalla). El impacto de la granalla
produce deformación plástica de las fibras superficiales, localizada en una
multitud de pequeñas regiones. Cuando este flujo plástico se relaja, queda la
superficie en un estado de tensiones residuales de compresión. Al chorrear
con granalla el acero tratado térmicamente, se alcanza una tensión residual de
compresión máxima de magnitud aproximadamente igual al 60% del límite
elástico del acero. El máximo de tensión se produce bajo la superficie, a una
profundidad aproximada de 0,05 a 0,25 mm. Se obtienen valores más
elevados de la tensión residual compresiva mediante el chorreado con
deformación. Así, p. ej., si una hoja de muelle plana se precarga en flexión, y
luego se chorrea con granalla, se obtiene en la superficie una tensión resi dual
de compresión más elevada que si se chorrease el acero en un estado inicial
sin tensión aplicada. Las variables que modifican la magnitud y la
distribución de las tensiones residuales en esta clase de proceso s o n : 1 ) el
tamaño de la granalla; 2) la dureza de la misma; 3) la velocidad, y 4) el tiempo
de aplicación del chorro.
También pueden conseguirse altas. tensiones residuales en la superficie
mediante los procesos de bruñido con rodillos, que suponen una laminación
superficial y un efecto análogo al indicado en la figura 15-1. Las cargas
necesarias para laminar hasta cierta profundidad se determinan mediante la
teoría de Hertz de las tensiones de contacto1.
Este tipo de tratamiento es conveniente para la protección de regiones
críticas, tales como filetes y roscas de piezas grandes, mientras que el
chorreado con granalla se presta, por su naturaleza, a volúmenes grandes de
producción de piezas, cuando hay que tratar superficies irregulares o muy
amplias. Son muy numerosos los ejemplos que se encuentran en la
bibliógrafa de la aplicación satisfactoria de las tensiones residuales
445 TENSIONES RESXDUALES [CAP. 15
compresivas, logradas por temple a la llama, cementación, nitruración,
chorreado con granalla 1 y bruñido con rodillos, para mejorar el
comportamiento en la fatiga. Las operaciones de trabajo superficial, como el
chorreado con granalla o el bruñido, se han utilizado con éxito para combatir
el agrietamiento por corrosión con tensiones.

15-8. Eliminación de tensiones —La eliminación o aminoración


(alivio) de las tensiones residuales se conoce como eliminación de tensiones. Las
tensiones residuales pueden desaparecer lentamente a la temperatura
ambiente, pero el proceso se acelera mucho calentando a una temperatura
elevada. La eliminación de tensiones en un recocido es debida a dos causas.
La primera es la disminución del límite elástico con la temperatura. Como las
tensiones no pueden exceder de este límite, porque el flujo plástico las hará
disminuir, al calentar a una temperatura determinada haremos bajar el nivel
de tensiones al valor que a dicha temperatura conserve dicho límite elástico.
Esta eliminación de las tensiones superiores al límite elástico se producirá con
mucha rapidez. La segunda causa de eliminación de tensiones es la relajación
de estas a lo largo del tiempo de permanencia a esta temperatura. Las curvas
de relajación, del tipo de las representadas en la figura 13-15, son de utilidad
para hacer estimaciones sobre los tratamientos de eliminación de tensiones.
Como este proceso depende grandemente de la temperatura, es posible
abreviar la duración del tratamiento aumentando la temperatura. Con mucha
frecuencia hay que operar en condiciones de compromiso, empleando una
temperatura

1 O. J. HORGER y H. R. NEIFERT : Proc. Soc. Exptl. Stress Analysis, vol. 2, num. 1,


pags. 178-89, 1944.
suficientemente alta para eliminar las tensiones en un tiempo razonable y
lograr el recocido deseado del material trabajado en frío.
Las diferencias de deformación, que producen elevadas tensiones
residuales, pueden eliminarse también por deformación plástica a la
temperatura ambiente. Así, p. ej., los productos, tales como la chapa,
planchas y formas extrusadas, se estiran algunos tantos por ciento por
encima del límite elástico para eliminar por fluencia las diferencias de
deformación. En otros casos se superpone la distribución de tensiones
residuales características de una operación de trabajo en frío a la distribución
inicialmente existente en el material. Una superficie que contiene tensiones
residuales de tracción se puede llevar a un estado satisfactorio, con tensiones
de compresión, mediante un proceso de trabajo superficial, como el
chorreado con granalla o el bruñido. Al emplear este método de eliminación
de tensiones es importante seleccionar el procedimiento de trabajo que anule
completamente la distribución inicial de tensiones. Si, p. ej., se da un bruñido
con rodillos excesivamente ligero para eliminar las tensiones de tracción, solo
se tendrán tensiones compresivas en una capa superficial muy delgada,
debajo de la cual puede quedar todavía un estado de tensiones de tracción
muy peligroso.
Un concepto muy interesante es el aprovechamiento de las tensiones de
origen térmico para eliminar tensiones de temple. Cuando una pieza se enfría
bruscamente se producen gradientes térmicos que dan origen a tensiones de
temple, por lo que, lógicamente, se podrán introducir tensiones de signo
contrario calentando muy rápidamente una pieza fría. Este concepto del
“temple inverso” se ha aplicado 1 para eliminar el 80% de las tensiones de
temple en aleaciones de aluminio a temperaturas suficientemente bajas para
que no se produzca ablandamiento.

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