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Esta la leyenda de la señora del cinco, una historia que tuvo origen hace muchos años en una

ciudad fronteriza, quizá Mexicali o Tecate. Se dice que en aquella época la ciudad era sólo un
pueblito y la vida era muy dura. En una de las vecindades del centro vivía una señora que
trataba con violencia a sus hijos. Muchas veces la mujer encerraba desnudos a los niños en
cuarto oscuro durante toda la noche. Algunas personas creían que lo hacía como venganza, ya
que su esposo la abandonó con los chamacos. Así pues, fueron pasando los años y lo niños se
volvieron adultos y nunca regresaron al hogar.
Una pena y una maldición
Se cuenta que la señora, ya anciana y olvidada, se arrepintió por todo lo que hizo a las
indefensas criaturas. Por lo tanto fue a visitar un viejo cura de la catedral, para que la
perdonara de una vez por todas. Después de escuchar todas las barbaridades que hizo la mujer
con los infantes le dijo: yo no puedo perdonarte semejantes pecados, tendrás que ir a Roma. A
la anciana respondió que ella no tenía dinero para esas cosas, ni siquiera había salido del
pueblo jamás. –Eso es correcto, parte de tu penitencia es pedir limosna hasta conseguir el
dinero del viaje, pero sólo aceptarás monedas de cinco centavos. La gente comenzó a llamarla,
la señora del cinco.
La penitencia de la señora del cinco fue tan dura que el hecho de mendigar comenzó
deteriorarla. La anciana pasaba los días y las noches, vagando por los alrededores de la iglesia,
vuelta loca. De esta forma, la señora pasó sus últimos días en la miseria y nunca reunió el
dinero. Como no cumplió su penitencia, el alma de la mujer se aparece en las calles del centro
a la media noche. Quienes la han visto dicen que tiene cara de calavera cubierta con el rebozo
y es mejor tener lista la moneda para la señora del cinco.
Entre los habitante de Zacatecas todavía es famosa la leyenda del Cajón de riales, una historia
con casi 200 años de antigüedad. Se dice que a finales del siglo XIX, vivía una vieja solterona en
una casa cercana a la estación. A mucha gente del pueblo no le parecía la actitud hipócrita y
avara de la mujer. Esto se debe a que la señora era prestamista. Se sabe que muchas personas
y familias cayeron la miseria porque empeñaron a la vieja sus propiedades y las perdieron. De
este modo, la riqueza de la mujer aumentó pero ella decía: apenas tengo un “cajón de riales”,
una moneda antigua.
La mujer de los riales

Los que conocen la leyenda del cajón de riales saben que la mujer además de amar el dinero,
adoraba a sus perros. Para muchos vecinos fue una verdadera tortura vivir cerca de la mujer.
Pues sus perros eran salvajes y ladraban aterradoramente toda la noche. Así pues, mientras los
vecinos morían de hambre, ella recibía del municipio una dotación de carne fresca que paga a
buen precio. Sin embargo, esta carne era para dársela a los perros que amaban la sangre.
Además, en una ocasión, fueron robadas las joyas de la virgen de la iglesia. Muchos
sospechaban que ella se las había comprado al ladrón.
A falta de pruebas, no hubo más remedio que olvidar el caso y conformarse con cambiar a los
funcionarios del municipio. Al hacer este cambio, ya no hubo quién se hiciera cargo del pedido
de carne de la prestamista. Así que una noche, los perros ladraron con más bravura que nunca
pues tenían varios días sin comer. Algunos vecinos aseguraron escuchar gritos desgarradores
de personas, creían que la vieja había echado una persona a los perros. No obstante, al entrar
la policía a la casa, encontraron a la mujer de los riales asesinada devorada por los perros.
Desde entonces se conoce a esta historia como la leyenda del cajón de riales.
El Charro negro es una de las leyendas más famosas de México, una historia con muchas
versiones y origen dudoso. Según se cuenta, en Bernal, un poblado de Querétaro vivió un
adinerado hacendado. Este hombre era un amante de la charrería, pero en su vida privada
había cometido todo tipo de atrocidades para hacerse de su enorme fortuna. Por esta razón, al
morir, el hombre vaga por los alrededores del pueblo. Además, se sabe que en una ocasión un
sacerdote le hizo frente. El charro negro aceptó la confesión pero sus pecados son tan grandes
que la absolución no fue suficiente. Por ello, su alma sigue vagando todas las noches.
El jinete fantasma
En otros estados del sur de México, se dice que el charro negro es un espíritu al inofensivo.
Cuando una persona camina por las noches de un poblado a otro en busca de un doctor, corre
riesgo de encontrarlo. Si esto sucede, la persona sentirá que se le enchina el cuero y a su
costado verá al charro montando su caballo. En ese caso, el hombre debe seguir caminando y
no desviar su camino ni hacerle caso a la amena conversación del jinete. Pues corre el riesgo
de aceptar una bolsa de dinero y a cambio morir. Aunque otros dicen que sólo ocuparán su
lugar y serán un alma en pena.

Finalmente, una tercera versión de la leyenda del charro negro dice que nunca hay que subir a
su caballo. Quienes lo hagan desparecerán para siempre, ya son muchas las almas que ha
arrebatado el charro negro. En cambio, quienes logren ignorarlo no volverán a verlo. De hecho,
algunos ancianos que lo vivieron el encuentro fantasmagórico dicen que al llegar a una iglesia,
el charro negro se despide cortésmente y desaparece. Sea como sea, en las rancherías de
México nadie quiere salir en una noche sin estrellas y encontrar al charro negro.

i viajas a Santiago de Querétaro, en el centro de la ciudad encontrarás la casa de la Zacatecana.


Este nombre hacer referencia a una mujer que originaria de Zacatecas que vivió en ese lugar
durante los años 1800. Según se cuenta, el matrimonio se instaló en la ciudad debido al auge
de la minería. Además, se sabe que el marido de la Zacatecana era un rico minero. Debido a su
trabajo, el caballero pasaba varios días fuera de casa. Mientras tanto, la gente rumoraba que la
mujer cometía infidelidades con los criados. Aunque nadie lo pudo comprobar, todos lo daban
por hecho.
La terrible verdad de la Zacatecana

La misma leyenda de la Zacatecana nos dice que una ocasión el marido de la mujer
desapareció. Había pasado más de un mes y nadie tenía noticia del esposo. Por su parte, la
señora justificaba aquella ausencia diciendo que él había regresado a Zacatecas para
encargarse de unos negocios. Sin embargo, lo que realmente había sucedido fue la esposa lo
asesinó para poder continuar un amorío con uno de los criados. Por si fuera poco, enterró el
cadáver el patio de su propia casa. A pesar de la discreción todos lo rumoraban en el pueblo.
Cuando la Zacatecana no soportó más el desprestigio social asesinó a su propio amante.
Debido a que la opinión de la gente la consumía, no tuvo más remido que librarse del criado.
Del mismo modo que su marido, la del Norte mató al sirviente. Sin conocer los límites del
pecado, la mujer enterró el cadáver en el mismo sitio donde sepultó al marido. Al igual que
antes la gente continuó hablando de estas atrocidades. De hecho, a principios de los años 1900
encontraron dos cadáveres masculinos en el patio de aquella casona. Hoy en día la leyenda de
la Zacatecana es tan famosa que la casa fue convertida en museo.
Inauguración de plazas y parques como: Parque de la Reserva, la plaza Sucre, plaza San Martín,
plaza Sucre, plaza Dos de Mayo, parque Universitario y el pasaje del Correo.

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- Construcción de avenidas como: avenida Arequipa, avenida el Progreso, avenida Unión,
avenida Brasil, avenida Francisco Pizarro y la avenida central.
· Construcciones arquitectónicas como: la reconstrucción del Palacio de Gobierno (debido al
incendio), el hotel Bolívar (inaugurado por el centenario de 1924), el Panteón de los Próceres,
el Ministerio de Fomento, la Sociedad de Fundadores de la Independencia, la Escuela Nacional
de Agricultura y Veterinaria (trasladada a la Molina), Teatro Forero (actual Teatro Municipal) y
el local del Banco de Reserva del Perú.
- Realizó también obras de irrigación en Cañete, Lambayeque, Chancay y Olmos.
- Obras viales tendidas de norte a sur a través de la costa y de la sierra caminos de penetración
con carreteras troncales y carretera central.
- Construcción de ferrocarriles como: Ascope – Simbrón, Tablones – Recuay, Chuquicara –
Cajabamba, Huacho – Paramonga, Tambo del Sol – Pachitea, Huancavelica – Castrovirreyna,
Cuzco – Santa Ana y Pisco – Castrovirreyna.
- Modernización de los servicios portuarios del Callao con el establecimiento de muelles,
almacenes y plataformas
- Creación de la Escuela de Aviación Militar, el Ministerio de Marina y la Escuela de Policía.

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