Guzmán (2018) - La Pronunciación Como Variable Expresiva en El Canto en Español
Guzmán (2018) - La Pronunciación Como Variable Expresiva en El Canto en Español
Palabras Clave:
Pronunciación, Variable Expresiva, Canto en Español, Articulación Consonántica
Key Words:
Pronunciation, Expressive Variable, Spanish Singing, Consonantal Articulation
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La pronunciación como variable expresiva
Mariano Nicolás Guzmán
Introducción
En la interpretación de música vocal, la pronunciación tiene un lugar des-
tacado, ya que es responsable de la cohesión entre música y texto. Por ello, las
instituciones destinadas a la formación de especialistas en música vocal (can-
tantes, directores, repertoristas, etc.) promueven el desarrollo particularizado
de habilidades fonéticas para el canto (Carranza, 2013). En consonancia, nu-
merosos estudios profundizan el conocimiento de la dicción para el canto (para
una recopilación, véase Mahaney, 2006) y brindan herramientas para compren-
der cómo se representan los sonidos del habla en la escritura de cada lengua.
Comúnmente, este conocimiento se traduce en reglas fonéticas que pueden
ser aplicadas al estudio de las obras vocales para el desarrollo de una buena
ejecución (Guzmán, Shifres y Carranza, en prensa). Por ejemplo, mediante este
procedimiento es posible saber que, en italiano, la c que está seguida de e se
pronuncia /ʧ/ (p. ej., pace /ˈpaʧe/ f. ‘paz’), mientras que delante de h suena /k/
(orchestra /orˈkɛstra/ f. ‘orquesta’).
Comprender la relación entre la pronunciación y la forma escrita de una
lengua resulta sumamente útil para la práctica de la música vocal. Entre los
múltiples beneficios que ofrece, podemos mencionar que:
• Trasciende las limitaciones del aprendizaje por imitación (que habi-
tualmente se circunscribe a los sonidos de las obras estudiadas), brin-
dando, así, una comprensión más amplia del fenómeno de la pronun-
ciación;
• Visibiliza y ‒por ende‒ permite superar ambigüedades en el uso de la
escritura para representar a los sonidos del habla, como pronunciacio-
nes diferentes que se escriben de manera similar (p. ej., en francés, oi
se pronuncia /wa/, pero se vuelve /wɛ/̃ delante de n: loi /lwa/ f. ‘ley’ ~
loin /lwɛ/̃ adv. ‘lejos’) o grafías distintas con una misma pronunciación
(p. ej., en inglés, son m. ‘hijo’ y sun m. ‘sol’ son homófonas /sʌn/);
• Empleado junto con el Alfabeto Fonético Internacional, un sistema de
símbolos creado por lingüistas para facilitar el estudio de la pronun-
ciación (International PhoneticAssociation, 1999; Ladefoged y Disner,
2012), contribuye, además, a identificar sonidos que son compartidos
por dos o más lenguas pero escritas de manera diferente, como la con-
sonante /ʧ/, que adopta grafías muy variadas: c(e, i) (it. voce /ˈvoʧe/
f. ‘voz’), ci(a, e, o, u) (it. bacio /ˈbaʧo/ m. ‘beso’), ch (esp. marchar /
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¿Fonema o alófono?
Si bien el término “fonema” se emplea con frecuencia para designar a los
sonidos del habla, estos no son estrictamente sinónimos. Un fonema es una
representación abstracta de un sonido del habla con valor contrastivo. Así, por
ejemplo, la palabra un se transcribe fonémicamente /un/, ya que, en el Alfabeto
Fonético Internacional, el símbolo /u/ representa al sonido de la vocal cerrada
posterior redondeada, y /n/, al de la consonante nasal alveolar5. En principio,
emplear otros símbolos para esta tarea no sería correcto. Sin embargo, la reali-
zación alveolar no es la única posible para el fonema /n/ en español. En el habla
encadenada, por ejemplo, conserva su punto de articulación delante de /l/, que
también es alveolar (como en un lazo [unláso]), pero se vuelve bilabial delante
de /b/ (un beso [umbéso]) y velar delante de /ɡ/ (un guía [uŋɡía]). De esta ma-
nera, [n], [m] y [ŋ] se presentan como realizaciones posibles del fonema /n/ en
español, recibiendo cada una de éstas el nombre de “alófono” o variedad alo-
fónica. Esta variación ‒que, usualmente, pasa desapercibida a nuestros oídos‒
puede ser contextual, si depende de sonidos adyacentes (como en los ejemplos
dados), o libre, cuando está condicionada por otros factores (como diferencias
dialectales, generacionales, individuales, etc.) (Gil Fernández, 1995; García
Jurado y Arenas, 2005; Hualde, 2013; Prieto, 2014; Muñoz-Basols, Moreno,
Taboada y Lacorte, 2017).
En resumen, cada sonido del habla tiene un fonema que lo representa (que,
por convención, se transcribe entre barras /◌/) y unifica sus posibles variedades
alofónicas (entre corchetes [◌]). Pensar en el sonido /n/, de hecho, nos remite
inmediatamente a la letra n. Por lo tanto, no sería correcto escribir um beso,
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aunque esta grafía fuera más afín a lo que en verdad pronunciamos. Después de
todo, que la [n] se vuelva [m] en español depende del contexto dado y del en-
cadenamiento al hablar, como una manera de facilitar su articulación, pero no
cambia en el habla lenta o pausada (un... beso). Aunque esta relación fonema-
alófono pueda parecer un tanto ambigua6, su versatilidad la vuelve sumamente
útil a la hora de estudiar la pronunciación de una lengua y las funciones expre-
sivas de ésta en el canto. Por eso nos valdremos de estas categorías para nuestro
análisis, brindando ejemplos, ilustraciones y otras herramientas que faciliten su
comprensión cuando sea necesario (ver Apéndice).
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Hipótesis y Objetivos
Bajo la hipótesis de que la pronunciación es empleada como variable ex-
presiva en el canto, se propone estudiar los usos expresivos de la articulación
de 9 consonantes de gran variabilidad en la ejecución de una obra de música
folklórica argentina en español e indagar motivos musicales, poéticos e identi-
tarios que justifican esos usos. De esa manera, se espera contribuir a una mejor
comprensión del fenómeno de la pronunciación en el canto, en particular del
comportamiento de las consonantes y las formas que éstas adoptan en contex-
tos performáticos.
Materiales y Método
Materiales
Se seleccionaron 5 versiones representativas de la zamba La Tempranera
de Carlos Guastavino (compositor) y León Benarós (letrista), interpretadas
por reconocidos cantantes hispanohablantes que han desarrollado la variedad
argentina: Daniel Altamirano (2008), Lorena Astudillo (2003), Eduardo Falú
(1974/2003), Silvia Lallana (12 de noviembre 2016), y Mercedes Sosa y Silvia
Pacheco (2008). Para facilitar su estudio, las versiones son interpretadas a una
voz8 y las condiciones de registro (calidad de la señal, acústica de la sala, canti-
dad y tipo de instrumentos acompañantes, etc.) no interfieren con el análisis del
canto. En la Tabla 2, se presentan la letra de la obra, como aparece en la edición
de 1963 del ciclo Canciones Populares, y su transcripción fonémica, que fue
realizada mediante símbolos del Alfabeto Fonético Internacional y conforme a
la variedad estándar del español de Argentina. Se señalan, además, añadiduras
y modificaciones efectuadas en algunas de las versiones.
La elección de la obra recae en un interés por profundizar el conocimiento
de la música vocal en español y, en particular, por reconocer y difundir el va-
lor cultural que la música folklórica representa para nuestro país. Asimismo,
siendo La Tempranera una composición que combina elementos de la tradición
folklórica y académica, y que por esta razón es interpretada por especialistas
de ambos repertorios, creemos que indagar los usos expresivos que cantantes
nativos hacen de su pronunciación puede resultar especialmente enriquecedor
para la enseñanza y la práctica de la música vocal. Finalmente, se observa una
relación entre las características del problema descrito y las particularidades
de esta zamba (su contenido, interpretación, tradición, etc.), que la vuelven
especialmente provechosa para este estudio.
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frágil amor que {yo}10 no supe11 retener. fɾáxil amóɾ ke {ʒo} no súpe r̄ etenéɾ
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Método de análisis
Se llevó a cabo una metodología de corte descriptivo que permite estudiar
los usos expresivos de la articulación de las consonantes /s/, /b/, /d/, /ɡ/, /ʒ/, /r̄ /,
/l/, /m/ y /n/ (que, como se verá,se destacan por la variabilidad en su pronun-
ciación) en las 5 versiones seleccionadas. Para facilitar el estudio, las señales
fueron segmentadas y etiquetadas haciendo uso del programa Praat (versión
6.0.26) de análisis de voz, a través de evaluaciones auditivas y visuales (es-
pectrograma) de su comportamiento y composición acústica. Posteriormente,
los datos obtenidos fueron procesados y analizados con asistencia del mismo
programa. De esta manera, a fin de enriquecer las descripciones ofrecidas, se
combinan tareas de corte cuantitativo en la indagación.
Análisis y Discusión
A continuación, se presenta un análisis de la articulación de las consonantes
seleccionadasen las 5 versiones y sus implicaciones expresivas para la inter-
pretación musical. Para una mejor comprensión de estas descripciones, se re-
comienda atender a lo desarrollado en el punto 2. Conceptos Teóricos de Base,
con relación a la distinción fonema/alófono y a la presentación y descripción
de los modos de articulación de las consonantes del español.
Fonema /s/
Uno de los rasgos más sobresalientes y representativos del español de Ar-
gentina es que el fonema /s/ se realiza como fricativa glotal [h] delante de
otra consonante (listo [líhto]), por lo cual recibe el nombre de “ese aspirada”
(Terrell, 1978; Bybee, 2000; Hualde, 2013). De esta manera, [s] y [h] se pre-
sentan como los principales alófonos de la /s/ en el español de Argentina. No
obstante, un estudio acerca de la pronunciación de la /s/ preconsonántica (/
sC/) en interpretaciones de tango y rock nacional (Coloma y Colantoni, 2012)
reveló que ésta no fue aspirada en todos los casos y que la tasa de aspiración
varió considerablemente entre ambos géneros musicales (83,21% en el tango
y 4,22% en el rock nacional). Estos resultados sugieren que la pronunciación
de la /sC/ en el español cantado de Argentina está condicionada por exigencias
performáticas que son propias de cada género musical, como estilos, modos de
ejecución, requisitos de mercado, etc.
En el presente trabajo, se identifica que sólo Eduardo Falú aspira la /sC/
cuando ambos elementos se hallan encadenados en la ejecución12. Debido a
que esta variedad contextual es característica del español de Argentina, resulta
llamativo que no ocurra en las versiones de los otros cantantes. Si tenemos en
cuenta que éstas fueron publicadas originalmente al menos tres décadas des-
pués que la de Falú, es probable que el reajuste fonético [h → s] (que promueve
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Fonemas /b d ɡ/
Otra particularidad del español es que las consonantes /b d ɡ/ son tensas e
interruptas detrás de pausa o consonante nasal ‒o también lateral, en el caso
de /d/‒ (ambos [ámbos], aldea [aldéa], gris [ɡɾis]), pero se vuelven laxas y
continuas en otros contextos, especialmente detrás de vocal (había [aβ̞ía],
lado [láð̞o], ruego [r̄ u̯éɣ̞o]). Esto provoca la aparición de nuevas variedades
contextuales: [b ~ β̞], [d ~ ð̞] y [ɡ ~ ɣ̞]. Dicha variación es posible gracias a
modificaciones en su grado de constricción: las primeras [b d ɡ] interrumpen
la expulsión de la corriente de aire con un contacto firme de los órganos articu-
latorios y la liberan mediante una separación rápida (oclusivas); las segundas
[β̞ ð̞ ɣ̞], en cambio, mantienen estos mismos órganos separados pero próximos,
permitiendo que la corriente de aire circule a través del ligero estrechamiento
que provocan en el tracto vocal (aproximantes) (Hualde, 2013; Bradley, 2014;
Morales-Front, 2014). De esta manera, una aproximante resulta más abierta
que una oclusiva, pero más cerrada que una vocal, lo suficiente para conservar
su estatus de consonante. Pese a estas diferencias, algunos intercambios entre
oclusivas y aproximantes son posibles en español y no acarrean cambios de
significado (Hualde, 2013).
Si bien la pronunciación de las tres consonantes se ajusta mayormente a
la norma en las versiones estudiadas (p. ej., “zam[b]a” ~ “sua[β̞]e”; “cuan[d]
o” ~ “amaneci[ð̞]a”; (no se identifican casos de [ɡ] normativa detrás de pausa
o consonante nasal)~ “pre[ɣ̞]onera”), se identifican algunos intercambios. Por
ejemplo, en las ejecuciones de Lorena Astudillo, Silvia Lallana y Silvia Pache-
co, la /ɡ/ de la palabra “negros” (estrofa 2) es articulada con una gran constric-
ción, lo que la vuelve oclusiva [ɣ̞ → ɡ]. Este tipo de intercambios, que pueden
ser percibidos como pronunciaciones un tanto extrañas (véase Hualde, 2013),
parecen ser efectuados a modo de refuerzos articulatorios y expresivos a la vez,
destacando las palabras que los contienen en su contexto. Asimismo, si bien
la oposición tradicional es binaria (oclusiva-aproximante), existe una tercera
variedad que es característica de hablas enfáticas y estilos de pronunciación
en el canto: fricativas [β ð ɣ]13, realizaciones que provocan fricción cuando la
corriente de aire atraviesa una constricción articulatoria estrecha, situándose su
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Figura 1. Grados de constricción de las consonantes /b d ɡ/ en español. Comparación relativa del grado
de constricción entre vocales, aproximantes, fricativas y oclusivas.
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Fonema /ʒ/
Si bien las grafías y y ll se diferenciaban fonéticamente en español, mu-
chos dialectos han perdido esta distinción (Penny, 2000; Hualde, 2013). Este
fenómeno de igualación, conocido como yeísmo, ha dado lugar a realizaciones
variadas en la vastedad del territorio hispanohablante. Por ejemplo, en Latino-
américa, las palabras haya y halla pueden ser oídas como [ája], en países como
Guatemala y Nicaragua; [áʝa], en Costa Rica y Venezuela; y [áʤa], en Puerto
Rico y zonas de México, por mencionar sólo algunos casos (véase Peña Arce,
2015). Con respecto a su pronunciación en Argentina, Hualde (2013) señala
que la fricativa [ʒ] ‒la misma que emplea el francés en palabras como je /ʒə/
y gent /ʒɑ̃/‒ es representativa de la pronunciación estándar por “su prestigio
social y su extensa distribución en este país (aunque no afecta a la totalidad del
mismo)” (p. 162). De esta manera, las distintas manifestaciones de la pronun-
ciación yeísta en español se presentan como un elemento diferenciador entre
dialectos, un rasgo con fuertes implicaciones identitarias.
Las versiones estudiadas son prueba de esta variabilidad: Mercedes Sosa y
Silvia Pacheco hacen uso de la aproximante [j]15, mientras que los otros cuatro
cantantes pronuncian la fricativa [ʒ] estándar. Entre estos últimos, tres resul-
tan de especial interés. Por un lado, la cantante cordobesa Silvia Lallana, que
también utiliza la consonante [ʒ] al hablar (véase Gaido, 6 de octubre de 2011),
la vuelve africada en posición inicial de palabra para la ejecución (p. ej., “ya”
[ʒa → ʤa], “lloro” [ʒóɾo → ʤóɾo]). Por la presencia de un elemento oclusivo
en su interior [d-], esta realización contribuye con la ejecución de ataques más
firmes y precisos. Por otro lado, Daniel Altamirano también modifica la pro-
nunciación de [ʒ] en el comienzo de palabra, pero volviéndola aproximante
[j]. Ambas pueden ser oídas tanto en su habla (véase Moreschi, 19 de junio de
2015) como en el de Mendoza (Fontanella de Weinberg, 2000), su provincia
natal. Pero, en su versión, se observa que la [j] se fricatiza antes de dar paso a la
vocal contigua (p. ej., “ya” [j(ʝ)a]), dotándola de ruido y resaltándola, así, en la
ejecución (ver Figura 3). Los refuerzos articulatorios en las pronunciaciones de
Lallana y Altamirano aportan no sólo inteligibilidad al discurso, sino también
intensidad expresiva a la palabra pronunciada.
Finalmente, Lorena Astudillo, quien también emplea el sonido [ʒ] para el
canto, hace uso de su contraparte sorda [ʃ] ‒el sonido de la grafía sh en in-
glés‒ en el habla cotidiana, como se puede oír en una entrevista realizada a la
cantante por FolkloreCLUB (Nanni, 13 de noviembre de 2013). Este ensor-
decimiento, que se impone como la forma dominante en el habla de Buenos
Aires (Chang, 2008), de donde Astudillo es natural, parece contraponerse con
el “color habitual” de la pronunciación de la zamba, que es típica del noroeste
argentino. Se infiere, así, un reajuste de la pronunciación en favor de una ejecu-
ción vocal más representativa de la tradición musical y cultural [ʃ → ʒ].
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Figura 3. Variedades alofónicas del fonema /ʒ/. Se comparan dos realizaciones de la /ʒ/ en la versión
de Daniel Altamirano mediante espectrogramas: a la izquierda, “ya” (aproximante palatal fricatizada),
y a la derecha, “oye” (fricativa postalveolar).
Fonema /r̄/
La composición del fonema /r̄ / es variable en español. En su forma vibrante
(p. ej., “rosa” [r̄ ósa]), el ápice de la lengua efectúa dos o más contactos rápidos
con la cresta alveolar, provocando interrupciones y liberaciones breves enca-
denadas que ocasionan valles y picos de intensidad, respectivamente (véase
Blecua Falgueras, Poch y Palmada Félez, 2001). En las versiones de Silvia
Lallana y Lorena Astudillo, en particular, se aprecia un uso de este sonido de
manera diferenciada. Por ejemplo, la producción de la [r̄ ] que enlaza las pala-
bras “que rendido” va desde cuatro interrupciones, en el primer estribillo de
Lallana, a seis, en el segundo de Astudillo (ver Figura 4). Si tenemos en cuenta
que la media en el habla es de tres interrupciones (Blecua Falgueras, Poch y
Palmada Félez, 2001), las pronunciaciones de Lallana y Astudillo sugieren un
aprovechamiento de la “vibración” de esta consonante con fines expresivos,
pudiendo variar su duración para adecuarse a las características de la perfor-
mance (p. ej., pronunciaciones enfáticas o exageradas).
En las versiones de Daniel Altamirano, Eduardo Falú, y Mercedes Sosa
y Silvia Pacheco, en cambio, este fonema adopta la forma de una fricativa
retrofleja ([→ ʐósa]), esto es, con el ápice de la lengua elevado y curvado ha-
cia el paladar. De una articulación más blanda que la vibrante múltiple, la [ʐ]
es especialmente característica de la región cuyana y del noroeste argentino
(Fontanella de Weinberg, 2000), de donde dichos cantantes proceden. Debido
a su distribución geográfica, se presenta comúnmente como una variedad más
representativa de la pronunciación de la zamba que la vibrante múltiple (que,
contrariamente, demuestra su predominio en otros géneros locales como el tan-
go, el rock nacional, el cuarteto, etc.).
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Fonemas /l m n/
Un rasgo que comparten laterales y nasales es que pueden ser prolongadas
a alturas puntuales16. Sin embargo, el abordaje académico del canto habitual-
mente reserva esta cualidad para las vocales, puesto que son consideradas las
responsables de conducir la línea melódica (véase Miller, 1996). Por ello, se
espera que, en el canto académico, las notas estén compuestas fundamental-
mente por vocales, y que las consonantes en su interior ‒que deben contribuir
con ataques y codas más precisos‒ ocupen una pequeña porción, lo que limita
las potencialidades expresivas de su prolongación. A fin de indagar el uso ex-
presivo de la prolongación de las consonantes /l m n/ en las versiones estudia-
das, que no se rigen por los principios del canto académico, se ha medido su
duración en todas las sílabas de tipo consonante-vocal (CV). Esta estructura
silábica, además de ser una de las más frecuentes en español, permite verificar
si las consonantes empleadas en el ataque dan paso inmediato a la vocal con-
tigua (como se prevé en el canto académico) o si, por el contrario, adquieren
mayor relevancia en la ejecución.
Los datos muestran que las consonantes /l m n/ en sílabas CV son realiza-
das de maneras muy variadas. Las medias de duración relativa (o sea, del por-
centaje de duración con relación al de la vocal) indican que la /m/ tiende a ser
cantada con una duración mayor que la /n/, y la /l/, aún mayor que éstas, lo que
sugiere que ‒pese a las similitudes en su articulación‒ reciben un tratamiento
diferenciado (ver gráfico en la figura 5).
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Todas las duraciones mínimas se encuentran por debajo del 10%, y las
máximas, por encima del 50%, lo que evidencia una gran variabilidad de este
parámetro en la ejecución. Asimismo, su uso diferenciado entre cantantes (ver
el gráfico de la Figura 6) revela una adaptación en función de las decisiones in-
terpretativas individuales. Por ejemplo, la consonante /n/, que no resulta espe-
cialmente relevante en la versión de Eduardo Falú, adquiere más presencia en
la ejecución de Mercedes Sosa, como se puede oír en la palabra “niña” (estrofa
1), y un protagonismo aún mayor en la de Silvia Pacheco, como en las palabras
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Notas
1
En español, ‘el sonido debe parecer un eco al sentido’.
2
En español, ‘Cristianos, Graben este Día’. Lleva por número de catálogo BWV 63.
3
Esta dicotomía, que se emplea aquí como paradigma de la enseñanza musical tradicio-
nal, se aborda con más detalle en el punto siguiente.
4
Esta palabra, que puede traducirse con cierta imprecisión como ‘regulación temporal’,
hace referencia al conjunto de variaciones efectuadas sobre el orden de la temporalidad.
Así, las aceleraciones, detenciones, agrupaciones, etc. pueden ser entendidas como ac-
ciones de timing (véase Gabrielsson, 2003).
5
Son alveolares las consonantes que se articulan mediante un contacto o acercamiento
del ápice de la lengua y la zona donde los incisivos superiores se insertan.
6
De hecho, puede variar entre lenguas. Por ejemplo, los sonidos [n] y [ŋ], que en español
son alófonos, tienen estatus de fonemas en inglés (obsérvese, p. ej., el contraste fonético
que permite distinguir las palabras sin m. ‘pecado’ y sing vt. ‘cantar’: /sɪn ~ sɪŋ/).
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Los labios, los dientes (en particular, los incisivos superiores), los alveolos, el paladar
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Agradecimientos
Quiero agradecer a Silvana Spirito, Mariano Moruja y Raúl Carranza por
sus valiosas enseñanzas sobre la interpretación de la música vocal y a Favio
Shifres por su acompañamiento en mis primeros pasos por la investigación y
en el desarrollo de este estudio.
Dedico este trabajo a mi gran amigo y colega Ronnal Mariano Bello Torres
por su calidez, apoyo y generosidad durante los años de amistad compartidos
que guardaré siempre con mucho aprecio.
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Entrevista a Lorena Astudillo, que se despide del disco “Un mar de flores”
59
Epistemus - volumen 6 - número 2 (Diciembre de 2018)
DOI: 10.21832/epistemus.6.6100.2
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La pronunciación como variable expresiva
Mariano Nicolás Guzmán
Apéndice A
Se muestran los alófonos empleados en este trabajo mediante ejemplos que,
adicionalmente, fueron grabados para facilitar su identificación (Audios 1‒7).
61