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Por gracia somos perdonados/as: Justificando la gracia

• Texto: Romanos 5:1-5

• ¨Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de
nuestro Señor Jesucristo; 2 por quien también tenemos entrada por la
fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la
esperanza de la gloria de Dios. 3 Y no solo esto, sino que también nos
gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce
paciencia; 4 y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; 5 y la
esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado
en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado¨.

Introducción:

1. Hay un himno que dice: “Sublime Gracia del Señor, Que salvó a un
infeliz como yo.” Este es un himno de la tradición que se conocen tan
bien la letra escrita por John Newton, que pueden cantar de memoria
más de una estrofa de este gran himno. Sin embargo, podemos tener
un poco borroso el concepto de gracia.
2. Esta letra se basa en varios pasajes como el de Efesios 2:8 “Porque
por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede
de ustedes, sino que es el regalo de Dios.” Tanto el apóstol Pablo
como el compositor del himno nos indican que nuestra salvación no
es algo que ganamos o merecemos; la recibimos por el gran amor que
Dios nos tiene.
3. John Wesley el fundador del movimiento metodista predicó y escribió
frecuentemente acerca de la sublime gracia de Dios, que nos lleva a
una relación renovada con Él.
4. Me gustaría hablar hoy de la gracia y que es la justificación por la
gracia. Cuando hablamos de la gracia de Dios, no estamos hablando
acerca de la sustancia externa o distante de un Dios impersonal, sino
que describimos el trabajo de Dios en nuestras vidas individuales.
5. ¿Qué es la gracia de Dios? ¿Qué es la justificación por la fe?

Vemos algo de esto hoy para tener esa claridad de lo que es la gracia,
mi propia justificación basada en la escritura en que consiste. Y como
puedo asegurarme de tener esta certeza de mi justificación por la fe para
que me haga mantenerme en fuego, en trasformación contante y firme
huyendo de la ira venidera.

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I. Desarrollo.

A. ¿Qué es la gracia de Dios?

1. El don de la gracia está disponible para todas las personas. Nuestro Padre
Celestial no quiere que ninguno se pierda (Mateo 18:14), sino que todos
lleguen al “conocimiento de la verdad” (1 Timoteo 2:4). Con San Pablo,
afirmamos la proclamación que se encuentra en Romanos 10:9: “Que si
confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que
Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvo”.

2. La gracia es la manifestación del amor de Dios hacia la creación caída,


para ser recibida o rechazada y es dada gratuitamente. Este don inmerecido
trabaja para liberar a la humanidad tanto de la culpa como del poder del
pecado, y vivir como hijos de Dios, libres para la obediencia gozosa.

“La gracia es principalmente acerca de cómo Dios se relaciona


universalmente e individualmente de forma dinámica y transformadora con
nosotros (Hechos 17:28a), no basado en nuestros méritos sino en el amor
de Dios por las criaturas hechas a su imagen y semejanza”. En otras
palabras “El esfuerzo humano no juega ningún papel” “Todo lo que se
requiere del ser humano es el estar dispuesto a recibir, por fe, todo de Dios.”

Wesley nos enseñó que nuestra vida espiritual en su totalidad es un acto de


la gracia de Dios. Porque es la que nos permite a las personas caminar en
los caminos de Dios. La gracia no es estática; es inherentemente activa.
Wesley describió la gracia como el ¨poder del Espíritu Santo¨.

El menciona por lo menos tres formas o períodos en nuestro desarrollo


espiritual en que la gracia de Dios trabaja durante esos tiempos: gracia
previniente, la gracia justificadora y gracia santificante. Pareciera que está
hablando de tres diferentes gracias, pero este no es el caso.

“El problema es la sincronización, pues no es mucha la diferencia entre


ellas”. La primera ¨previniente¨ que nos asiste antes de conocer y
acercarnos a Cristo (convicción y arrepentimiento), la que nos asiste en el
momento de la conexión inicial con Cristo ¨justificadora¨ y la que nos asiste
en el camino del discipulado siguiendo a Cristo ¨la santificadora¨.

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Esta es la clásica expresión wesleyana, ¨la gracia obra de muchas maneras
a lo largo de nuestra vida¨, comenzando con la providencia general de Dios
hacia todos. Veámoslas de forma separada con un poco más de atención.

3. La gracia previniente o preventiva de Dios se refiere a “la primera


aurora de la gracia en el alma”, mitigando los efectos del pecado original,
incluso antes de que seamos conscientes de nuestra necesidad de Dios.
Previene las consecuencias plenas de la alienación de Dios de la humanidad
y despierta la conciencia, dando un sentido inicial de Dios y las primeras
inclinaciones hacia la vida. Recibida antes de nuestra capacidad de
responder, la gracia preventiva o preventiva permite una respuesta genuina
a la obra continua de la gracia de Dios.

4. La gracia convincente de Dios nos lleva a lo que la Biblia llama


“arrepentimiento”, despertando en nosotros el deseo de “huir de la ira
venidera” y permitiéndonos comenzar a “temer a Dios y obrar justicia”.

5. La gracia justificadora de Dios obra por la fe para traer la reconciliación


con Dios a través del sacrificio expiatorio de Jesucristo, lo que Dios hace por
nosotros. Es el perdón de los pecados y por lo general da como resultado la
seguridad de que “el Espíritu de Dios da testimonio a nuestro espíritu de que
somos hijos de Dios”.

6. Y este tercer momento o forma de la gracia santificadora de Dios es


donde comienza la obra de regeneración de Dios, a la que a veces se hace
referencia como “nacer de nuevo”. Es la obra de Dios en nosotros a medida
que continuamente nos volvemos a Él y buscamos ser perfeccionados en
Su amor. La santificación es el proceso por el cual el Espíritu Santo obra
para reemplazar el pecado con el fruto del Espíritu inclinándonos más al bien
cada día.

La gracia santificadora la vemos cuando nuestra vida comienza a mostrar


los componentes del fruto del Espíritu Santo. Gálatas 5:22-23

1. Esto se produce cuando los cristianos le permiten al Espíritu Santo dirigir


sus vidas y ejercer la influencia santificadora de su gracia en sus vidas
para destruir el poder del pecado.
2. El fruto del Espíritu es:
(1) Amor: Buscar el bien de los demás por encima del nuestro.
3
(2) Gozo: Alegría que tiene como fundamento las bendiciones y
promesas de Dios.
(3) Paz: Equilibrio de la mente y el corazón que tiene como fundamento
la armonía entre Dios y el cristiano.
(4) “Paciencia”: Constancia, perseverancia. Ser lento para el enojo o la
desesperación.
(5) “Benignidad”: No desear ofender ni causarle dolor a nadir.
(6) “Bondad”: Celo por la verdad y la justicia y aborrecimiento del mal. Se
expresa en actos de amabilidad y en la corrección del mal.
(7) “Fe”: Lealtad firme y constante a alguien a quien estamos unidos por
promesa, compromiso o integridad.
(8) “Mansedumbre”: Moderación acompañada de fortaleza y valor. Es
alguien que se enoja cuando hay que enojarse, pero que muestra
humilde y sumisa cuando esta es necesaria.
(9) “Templanza”: Dominio propio, dominio sobre las pasiones y deseos.

6. Nuestra máxima esperanza y promesa en Cristo es la glorificación,


donde nuestras almas y cuerpos son perfectamente restaurados a
través de esta gracia. Pero, regresemos a la gracia Justificadora

B. ¿Qué cosa es ser justificado? ¿Qué cosa es la


santificación?

Un monumento en la calle Aldersgate en Londres, recuerda las palabras de


John Wesley: “Él se llevó mis pecados y me salvó de la ley del pecado y la
muerte.”

a. Ser justificado no significa ser justo o recto literalmente; eso sería


santificación, que indudablemente es, hasta cierto grado, el fruto
inmediato por consecuencia de la justificación, pero, no obstante, un
don de Dios distinto y de diferente naturaleza.
b. La diferencia entre la justificación y santificación es que la primera
significa lo que por medio de su Hijo, Dios ha hecho por nosotros. La
santificación es la obra que lleva a cabo en nosotros por medio de su
Espíritu Santo. De manera es que, si bien el sentido lato en que
algunas veces se usan las palabras justificado o justificación, implica
la santificación, por lo general Pablo y los demás escritores inspirados
la distinguen una de la otra en el uso general.

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C. ¿Qué es la justificación por la gracia de Dios?

a. La forma de gracia con la cual estamos más familiarizados y quiero


poner más énfasis hoy es la que Wesley llama la gracia justificadora.
b. La Biblia nos dice en Romanos 3:23 “pues todos han pecado y están
privados de la gloria de Dios”. Por más que tratemos, no podemos ser
suficientemente buenos. Necesitamos que Dios haga las cosas bien
entre nosotros, para justificarnos.
c. En su sermón titulado La Escritura, Camino de Salvación, John
Wesley escribió que “Justificación es otra palabra para perdón”; “Es el
perdón de todos nuestros pecados y con todo lo que ello implica,
nuestra aceptación por Dios.”
d. En su sermón Justificación por Fe, Wesley escribió lo siguiente:
“Justificación por la fe implica, no sólo la divina evidencia o convicción
de que ‘Dios fue Cristo, reconciliando el mundo en él mismo’, sino la
certeza y confianza de que Cristo murió por mis pecados; que me amó
tanto que dio su vida por mí. Así es que siempre un pecador que
cree...Dios justifica al impío.”
e. Wesley asocia este momento de nuestro desarrollo espiritual con una
puerta. En el momento de la justificación, cruzamos el umbral de la
incredulidad a la creencia, lo cual, sin embargo, no es por nuestro
propio esfuerzo.
f. La enseñanza simple y clara de las Sagradas Escrituras respecto a la
justificación, es el perdón, la remisión de los pecados. Es ese acto de
Dios el Padre quien, por medio de la propiciación hecha por la sangre
de su Hijo, manifestó su justicia, “atento a haber pasado por alto los
pecados pasados.”
g. Esta es la sencilla relación que Pablo da de la justificación en toda la
epístola, y de esta manera la explica él mismo con más particularidad
en éste y el capítulo siguiente. Uno de los versos que siguen al texto
dice: “Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son
perdonadas, y cuyos pecados son cubiertos. Bienaventurado el
varón al cual el Señor no imputó pecado.”
h. Al que esté justificado o perdonado, Dios no le imputará pecado para
condenación. No lo condenará con tal motivo ni en este mundo ni en
el venidero. Todos sus pecados pasados de palabra, obra y
pensamiento están borrados y no serán traídos a la memoria, ni
mencionados; son como si jamás hubieran sido.
i. Dios no aplicará al pecador el castigo que merece, porque su amado
Hijo ha sufrido por él; y desde el momento en que se nos acepta por
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medio del Amado, y quedamos “reconciliados por su sangre,” nos
ama, nos bendice, cuida y guía como si jamás hubiésemos pecado.

Conclusión:

1. Amados hermanos y hermanas, tenemos que afirmarnos en las


doctrinas que nos identifican con Cristo firmemente.
2. Cuando tipeamos un texto en la computadora, o programas de
redactar documentos, tenemos la opción de justificar (dar forma de
estilo) el texto a la derecha, a la izquierda a al centro. Quiero utilizar
esto como ilustración en nuestro procesador de textos, para
ayudarnos a entender lo que significa ser justificados.
3. Algunas veces parece que nuestras vidas están en piezas o bloques
de texto, y necesitamos el sentido del ordenamiento, vamos en el
camino de la vida atravesando un crecimiento. Y esto es lo que Dios
hace por la gracia en estos periodos o momentos en que está obrando
en nosotros.
4. Cuando somos justificados, estamos haciendo las pases, la entrega y
haciendo las cosas bien con Dios; nuestros pecados son perdonados
y Dios comienza el proceso de alinear nuestras vidas con su diseño
original.
5. Fuimos creados a la imagen de Dios, pero esa imagen se distorsiona
por el pecado original, donde ya no hay inocentes por heredar esa
naturaleza caída en maldad, muerte y maldición.
6. Entonces, por la gracia de Dios, a través de la fe salvadora en Cristo,
nos acercamos por la gracia a Dios y recibimos perdón. Todo ello es
un regalo de Dios por medio de la muerte y resurrección de Jesucristo.

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