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Con ideales; del Dr. Arnulfo Arias...

Tributo A La Primera Mujer Istmeña


Orarás igualdad, unión, concordia...
Presidente, por
Seguirás...las huellas de un destino...
Alma Pérez. Canela O... las que Dios, y el hado, hayan trazado.
Mirando un futuro incierto...

Integras justicia a un pueblo Recordarás principios de viejos maestros...


Radiante, enérgica, capaz... Olvidarás soberbia; de quienes te ultimaron.
Eres... la esperanza del istmeño. Darás perdón... y olvido; porque es cosa de sabios.
Y... así derechos al verbo incitas... Renacerá y veremos; Soberanía Nacional...
Al futuro... y próximo milenio. Igual obtendrá; autonomía el canal.

Gracias a prudencia, y al buen pensar...


Eres única en tu gremio... Una vez leyes cumplidas;... conoceremos la paz;
Luz alumbra la ruta;... porque... Es legado -al desvalido, y menos privilegiado.
Irradias... paz... y consuelo; Zozobras cesarán; si se rige con lealtad.
Saludan a tu paso los pequeñuelos

Ancianos te aclaman añorando sueños, y derechos.


Un Ramo de Resedá, por Amelia Denis
Muy eficiente y primerísima de Icaza
Ostentas mujer comando... democracia. Existe en el idioma de las flores

Siempre la bandera... será tu baluarte... un lenguaje tan dulce y seductor,


que los ángeles mismos lo estudiaron que al mirarla proscrita y olvidada

para cantar sus himnos al Señor. el hurtado presente le entregó.

Ellas encierran cuanto el mundo tiene Ella, en recuerdo de su amor soñado

de sublime y grandioso en su extensión, esa flor en su seno colocó,

y en sus pétalos guardan un perfume arrancó una semilla del regalo

que aspira con delicia el corazón. y en tierra americana la sembró.

Y cuentan que en la noche silenciosa Seca la flor en el ardiente seno

las vírgenes del coro celestial un aroma divino conservó

aéreas y vaporosas las visitan ella lo unió de su ventura al ramo

y se van en la aurora matinal. y su existencia con la flor juntó.

Cuentan que Eva en el jardín divino Yo te mando una copia de ese ramo

entre las flores se solía dormir en tus manos Conchita bien está

y que el perfume de sus frescos labios Adán se la robó del paraíso

triste y llorosa les dejó al partir. y le puso por nombre "Resedá".

Y me cuentan que Adán viéndola triste


Saloma, por Ana Isabel Illueca
una flor delicada se robó
Como un lamento lejano abanica con sus sones

resuena entre los peñascos todo el verdor de los pastos;

la voz que se hace sollozo se mece entre los ciruelos

para decir su quebranto. y las ramas del guayabo;

y cuando baja hasta el río,

Como el bramido del toro resuena entre los peñascos.

que ve la muerte a su paso;

como el llanto de los niños Es estímulo en la junta;

que quedaron en el rancho; en el embarre, alborozo;

y como el venado herido clarinada de alegría

que los perros van husmeando; en el tambor bullicioso.

así rasgó la saloma En las siembras de los campos

todos los montes y llanos es lenguaje entre los mozos.

y se fue hacia los confines Y cuando el dolor les hinca

como un lamento lejano. su colmillo doloroso,

se retuerce en su garganta

Se encrespa entre los machetes la voz que se hace sollozo.

que el ejido va limpiando;

hace cabriolas y pasa Saloma . . .Saloma tienes

con el viento por los árboles; Sabor amargo de llanto. . .


Alegría pasajera da al viento el ruiseñor todas las galas

en los momentos gozados; que su garganta mágica atesora;

pero hay una honda tristeza y la luna se vuelve toda escalas

en tu sonido quebrado: de seda y luz... (La luna diz que ignora

el dolor que hay en la vida que su dulce cantor tiene dos alas...)

del campesino olvidado

que saloma adolorido Calla el agua en los claros surtidores,

para decir su quebranto. se aduermen los arroyos cristalinos

y se despiertan a escuchar las flores.

Astro y pájaro, a un tiempo, están divinos...


El Poema Del Ruiseñor, por Ricardo Miró
y ella baja hasta él vuelta fulgores,

y él asciende hasta ella vuelto trinos...


Desde la rama del ciprés dormido

el dulce ruiseñor canta a la luna


Lleno de sombra y de quietud, como una
y la invita a bajar hasta su nido.
pupila abierta al cielo indiferente,
Ya ves qué casto amor tan sin fortuna...,
un retazo perdido de laguna
y eso que el ruiseñor, en un descuido,
sueña en la fronda del jardín... Presiente
puede llegar volando hasta la luna.
la pálida belleza de la luna

aquel espejo claro y transparente.


Envuelto entre la luz embrujadora
El ruiseñor solloza dolorido

envuelto entre la luz embrujadora Ante el dulce deliquio que le miente

cuando calla, de pronto sorprendido, la luna, riendo en el cristal del lago,

porque desde la rama en donde llora loco de amor el ruiseñor se siente,

advierte que la luna se ha caído y respondiendo al amoroso halago,

y flota sobre el agua onduladora. hunde el pico en el agua transparente

y se bebe la luna trago a trago.

Calla el agua en los claros surtidores,

se aduermen los arroyos cristalinos


Patria, por Ricardo Miró
y se despiertan a escuchar las flores.
¡Oh patria tan pequeña, tendida sobre un istmo
Luna y pájaro, a un tiempo, están divinos...
Donde es más claro el cielo y es más vibrante el sol, (1)
y ella asciende hasta él vuelta fulgores,
En mí resuena toda tu música, lo mismo
y él desciende hasta ella vuelto trinos.
que el mar en la pequeña celda del caracol!

El pájaro suplica, impreca y canta,


Revuelvo la mirada y a veces siento espanto
mientras se multiplica a maravilla
cuando no veo el camino que a ti me ha de tornar...
la flauta de su eclógica garganta...
¡Quizá nunca supiese que te quería tanto,
y salta alegre al ver cómo se humilla
si el Hado no dispone que atravesara el mar!...
la luna, que corriendo tras su planta

se viene sobre el agua hasta la orilla...


La patria es el recuerdo... Pedazos de la vida

envueltos en jirones de amor o de dolor; La patria es el recuerdo... Pedazos de la vida

la palma rumorosa, la música sabida, envueltos en jirones de amor o de dolor;

el huerto ya sin flores, sin hojas, sin verdor. la palma rumorosa, la música sabida,

el huerto ya sin flores, sin hojas, sin verdor.

La patria son los viejos senderos retorcidos

que el pie, desde la infancia, sin tregua recorrió, ¡Oh patria tan pequeña que cabes toda entera

en donde son los árboles antiguos conocidos debajo de la sombra de nuestro pabellón:

que al alma le conversan de un tiempo que pasó. (2) quizás fuiste tan chica para que yo pudiera

llevarte por doquiera dentro del corazón! (3)

En vez de estas soberbias torres con áurea flecha,


El Gallo y el Pato, por Rodolfo Caicedo
en donde un sol cansado se viene a desmayar,
El Cerdo con el Chivo
dejadme el viejo tronco donde escribí una fecha,
un diálogo muy vivo
donde he robado un beso, donde aprendí a soñar.
tuvieron cierto día,

y en la dura porfía
¡Oh mis vetustas torres, queridas y lejanas,
con sus graves insultos
yo siento las nostalgias de vuestro repicar!
provocaron tumultos.
He visto muchas torres, oí muchas campanas,
Se arman los partidarios,
pero ninguna supo, ¡torres mías lejanas!,
de los dos adversarios,
cantar como vosotras, cantar y sollozar.
y animoso y contento, un seguro escondite,

hacia el campo sangriento y ya que soy más viejo

armado hasta los ojos, voy a darle un consejo:

va el Gallo, nada cuerdo, no busque la pendencia,

a probar sus enojos no vaya, no sea bruto,

en defensa del Cerdo. que su misma indolencia

le dará rico fruto. . . .

Hallóse en el camino

con un Pato mohíno, -- Ese consejo guarde

que con mil movimientos, para usted, gran cobarde!

en difícil carrera, Grita el Gallo furioso,

iba de tal manera y entró en el horroroso

que se bebía los vientos. campo, pero la fiesta

Le dice el gallo:--Amigo, donde su ardor desata

¿va usted a ser testigo casi, casi le cuesta

del sanguinoso duelo? la Vida ¡suerte ingrata!!

-- No lo permita el cielo Quebráronle una pata;

(contesta el Pato) corro pero él por sus servicios

porque no soy tan porro espera beneficios,

que ahora me solicite solicita regalos.


¿Qué recibió? -- cien palos, que el marrano ignorante

y con ojos rojizos le dio el botín de guerra. . . .

el caudillo grosero

al valiente guerrero

manda a freír chorizos.

Las Citadelas
Al mismo tiempo el Pato,

con semblante muy grato

sale de su covacha

y ante el Cerdo se agacha,

le encuentra muy buen mozo,

muy lindo, muy gracioso,

celebra su victoria

que le llena de gloria,

y tanto habló el tunante

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