Narrativa Hispanoamericana
Narrativa Hispanoamericana
Narrativa Hispanoamericana
NARRATIVA HISPANOAMERICANA.
INTRODUCCIÓN:
Durante los primeros lustros del siglo, el cultivo de la novela es mucho menor que el de
la lírica, y presenta un evidente retraso: cuando el modernismo había renovado la
expresión poética, la narrativa seguía por los cauces heredados del siglo XIX. Pero si la
renovación tarda en llegar, cuando se produce será con tal fuerza creadora que se sitúa en
la primera línea de la narrativa mundial. Hay que tener en cuenta que la narrativa
hispanoamericana no es un movimiento unido, sino un conglomerado de enorme
diversidad (la narrativa hispanoamericana del siglo XX es la escrita en 19 países durante
cien años). Procuraremos centrarnos en los elementos más importantes en los que
coinciden.
OBJETIVO:
Investigar todo lo relacionado al tema “NARRATIVA HISPANOAMERICANA”,
mediante la búsqueda de información en diferentes fuentes y medios de comunicación,
como, por ejemplo: sitios webs, enciclopedias, resúmenes, bibliografía, entre otras, para
así adquirir un mejor conocimiento y comprensión del tema a indagar.
DESARROLLO:
La narrativa hispanoamericana refleja las peculiaridades americanas: la naturaleza, el
paisaje, el indigenismo, los problemas sociales y políticos. Es la narración de los pueblos
de México, Centroamérica, Sudamérica y el Caribe, escrita en lengua española. Estos
países hispanoamericanos forman un conjunto narrativo con características y temas
similares.
En las tres primeras décadas del siglo XX todavía perviven los modos novelescos
decimonónicos. La novela gauchesca (el western sudamericano), de origen romántico, se
reactualiza con Don Segundo Sombra (1926) de Ricardo Güiraldes; la mejor
manifestación del Modernismo en la narrativa son los cuentos de Horacio Quiroga
(Cuentos de amor, de locura y de muerte, 1917); a caballo entre el modernismo y el
realismo florece la llamada novela regionalista, en la que la naturaleza es un personaje
más y que servirá de precedente al Realismo mágico (Dª Bárbara de Rómulo Gallegos o
La vorágine de José Eustasio Rivera); las tendencias realistas de principios del siglo XX
aumentan su componente crítico con la realidad, como podemos comprobar en la novela
de la Revolución mexicana (Los de debajo de Mariano Azuela) y, sobre todo, con la
novela indigenista del ecuatoriano Jorge Icaza (Huasipungo) o el peruano Ciro Alegría
(Los perros hambrientos), entre otros.
II. EL REALISMO MÁGICO
El término Realismo mágico fue acuñado en 1925 por el crítico de arte alemán Franz Roh
para caracterizar la pintura post-expresionista alemana de 1918-1925 (Otto Dix, George
Grosz, etc), aunque el término fue pronto sustituido por el de Nueva Objetividad. El
Realismo Mágico surgió tras la Primera Guerra Mundial, en el periodo álgido de las
Vanguardias de entreguerras, como reacción al cansancio que un grupo de artistas sentía
del exceso de experimentación, de formalismo, de abstracción y, en definitiva, de
deshumanización de las primeras vanguardias (Futurismo, Cubismo, Dadaísmo, etc.).
Parece ser que fue el italiano Massimo Bontempelli el que poco después empezó a
difundir el término de Realismo Mágico, aplicándolo a la literatura.
Se ha discutido sobre si existe diferencia entre los términos “realismo mágico”, “realismo
maravilloso”, “realismo fantástico” y “lo real maravilloso”. Aunque operativamente
podemos considerar estos términos como sinónimos, es conveniente hacer algunas
matizaciones. Como hemos visto, el realismo mágico muestra lo irreal o extraño como
algo cotidiano y común. Para ello se vale de los elementos culturales, folclóricos y míticos
de las culturas nativas o indígenas de América Latina para alterar la realidad a través del
mito. Dos de los principales exponentes del Realismo Mágico son el colombiano Gabriel
García Márquez y el mexicano Juan Rulfo.
Para comentar las características del Realismo Mágico vamos a poner ejemplos de dos
novelas de esta tendencia: Cien años de soledad (CS) de Gabriel García Márquez y La
casa de los espíritus (LCE) de Isabel Allende:
❖ La principal característica, como hemos visto, es la mezcla de realidad y fantasía de
modo natural. Se produce una invasión en la realidad de una acción fantástica descrita
de un modo realista, ya que se muestra lo irreal y extraño como algo cotidiano y
común (y, a veces, se presenta lo común como algo maravilloso). El realismo se
cuenta en el modo de contarlo: como si el hilo principal fuera realista y lo más
importante, mientras que lo mágico no representara más que un detalle ordinario de
poca importancia. El escritor da lo mágico por sentado. Ejemplos: clarividencia [Clara
en LCE], levitación [CS], telequinesis [LCE], vidas largas al estilo bíblico [CS],
milagros, enfermedades mitad imaginarias que son exageradas hiperbólicamente
[madre de Esteban o Esteban, en LCE]
❖ El RM supone una renovación formal: se incorporan las innovaciones de los grandes
renovadores de la novela de principios s. XX (Faulkner, Kafka, Joyce, Proust, Mann,
Woolf): monólogo interior, infracciones temporales, limitación omnisciencia
narrador, pluriperspectivismo, fragmentarismo, etc. Se observa también una
influencia del lenguaje surrealista para expresar lo maravilloso.
❖ La presencia de la muerte ya no es terrible y horripilante; es una presencia diaria,
forma parte de la vida: a veces es difícil establecer unos límites entre la vida y la
muerte; otras, es posible sobrevivir a la muerte. Encontramos muertos aparecidos,
fantasmas o espíritus [LCE], longevidades imposibles [LCE]o premoniciones de
muertes [LCE]. Quizá el mejor ejemplo de este aspecto es la obra maestra de Juan
Rulfo Pedro Páramo.
❖ Es usual que las obras del RM contengan anomalías o incorrecciones en las
referencias a acontecimientos históricos o geográficos. Muchas veces incluso se
toman prestadas referencias a otros países o se combinan la realidad con la ficción.
[en LCE se hace un repaso a la historia del siglo XX chilena, pero en ningún momento
se menciona el país; se combina la historia real –sobre todo al final– con la historia
personal de la familia de ficción; se mezclan personajes de ficción con reales: Jaime
es amigo de Allende; Neruda visitaba la Casa de la Esquina; etc.]
❖ Se recurre a representaciones de mitos y leyendas, por lo general latinoamericanas.
[En CS se hace alusión al mito de la humanidad, concretamente al momento en que
Adán y Eva se marchan del jardín del Edén. En LCE el viejo Pedro García termina
con la plaga de hormigas, como un héroe bíblico; el perro gigantesco Barrabás parece
un monstruo mitológico]
❖ Contiene multiplicidad de narradores (combina primera, segunda y tercera persona),
con el fin de darle distintos puntos de vista a una misma idea y mayor complejidad al
texto. [en LCE los narradores principales son Alba y Esteban Trueba; se cambia de 3ª
a 1ª persona de forma brusca].
❖ Se producen infracciones temporales en la narración [en LCE hay constantes
prolepsis, flash-forwards o saltos-adelante-en-el-tiempo]. Por otra parte, el tiempo es
percibido como cíclico, no como lineal. [LCE tiene una estructura circular: empieza
y termina con las mismas referencias]. Además, se distorsiona el tiempo, para que el
presente se repita o se parezca al pasado.
❖ Algunos temas recurrentes en las novelas del RM son: la importancia del destino, la
presencia de enfermedades y curaciones inauditas [en LCE se exagera la enfermedad
de la madre de Esteban y Férula; Estaban sufre un curioso empequeñecimiento;
mutismo de Clara; forma de morir de Pancha; fiebres exóticas del tío Marcos;
fisioterapia artesanal de Pedro el viejo para curar los huesos rotos de Esteban tras el
terremoto, etc.], los desastres naturales [diluvio en CS y terremoto en LCE], la soledad
del dictador [en LCE quizá uno de los temas principales es la soledad del “dictador”
Esteban Trueba], la venganza [constante en LCE], la paternidad desconocida [ídem],
loa gemelos diferentes [Jaime y Nicolás en LCE], los personajes con dones y poderes
sobrenaturales o estrafalarios [Clara en LCE], etc.
CONCLUSIÓN:
Para finalizar, La narrativa hispanoamericana refleja las peculiaridades americanas: la
naturaleza, el paisaje, el indigenismo, los problemas sociales y políticos. Es la narración
de los pueblos de México, Centroamérica, Sudamérica y el Caribe, escrita en lengua
española.
BIBLIOGRAFÍA:
BELLINI, Giusseppe, Nueva historia de la literatura hispanoamericana, Barcelona,
Castalia, 1997