Ejercicios de Comprensión Lectora
Ejercicios de Comprensión Lectora
Cuando uno compra un objeto tecnológico nuevo, compra la ilusión más importante de los
tiempos modernos: la ilusión de la velocidad y de la ubicuidad.
El objeto promete que, gracias a él, uno puede ser más veloz y estará conectado con más
personas en más lugares y en diferentes tiempos. Cada objeto con que contribuya a anular
más tiempos y distancias, es decir, que ofrezca una versión más sintetizada del mundo, va a
prevalecer. En un mundo marcado por la velocidad, solo los objetos portátiles, que se adosan
al cuerpo, que se convierten en parte del cuerpo, tienen derecho a existir. Estos son los
objetos que se cuelgan en nuestros cuerpos como un apéndice y se convierten, en cierto
sentido, en nuestros sirvientes y en nuestros amos. Ya se anuncian dispositivos que se
conectarán a nuestro sistema nervioso y que permitirán acceder directamente, cuando lo
queramos, a una pantalla a través de nuestros ojos. Será entonces cuando llegue la era en la
que no usaremos las máquinas, sino que todos nos habremos convertido en una de ellas.
2. Con respecto a los aparatos tecnológicos nuevos ¿cuál no es una afirmación del autor?
Ejercicio II
Las basuras de una gran ciudad constituyen tema curioso que tan pronto aparecen como
desaparecen de la atención pública, siguiendo ciclos que al parecer no tienen que ver con lo
sucio o lo limpio sino con la política menuda, barata y cotidiana. Más que un tema de estudio y
reflexión para buscar soluciones permanentes, el asunto de los desechos sirve a los políticos
como pretexto para criticar al otro. Mientras tanto las ciudades no están limpias, y el conjunto
de sus habitantes oscila entre considerar que falta alguna fórmula maravillosa que se encargue
de todo y desconfiar de cualquier propuesta que se le ponga al frente. Observar lo que sucede
con los desechos nos coloca en un excelente mirador para reconocer el funcionamiento de una
ciudad. Así sabemos lo que ella produce y consume, apreciamos la multiplicidad de realidades
geográficas. También podemos explorar las costumbres de sus habitantes, su organización, así
como las relaciones entre ellos mismos y con la autoridad. En un país con tantas diferencias
como el nuestro la desigualdad social y económica se expresa de manera clara en las basuras.
"
Por lo que se ha dicho anteriormente, pareciera a primera vista que escritores del periodo
asignaban a la literatura una función similar a la utilitarista noclásica o a la edificante
romántica. Sin embargo, no era así. Por el contrario, existía una marcada diferencia en el uso
que daban los naturalistas al texto escrito con respecto a los escritores anteriores. En efecto
desde el instante que se considera a la obra literaria como un documento revelador de
condiciones sociales, se le está designando directamente una función cognoscitiva. La
literatura sirve para conocer la realidad, es decir, para hace un diagnóstico de ella, y no, como
afirmaban los románticos, para edificar espiritualmente al hombre. La doctrina positivista, en
la cual se fundamenta el naturalismo, no considera al hombre como un ser espiritual, sino
simplemente material. La vida espiritual no existía para los autores naturalistas. El ser humano,
como cualquier animal, era solo un ente fisiológico movido por la fuerza de sus impulsos y su
temperamento. Por tanto la tarea del novelista, decía Zolá, es descubrir mediante la
investigación, las causas del comportamiento de la "bestia humana", tal como se investigan las
causas del comportamiento de los seres irracionales.
La literatura naturalista, pues, ejerce una función cognoscitiva de denuncia social. De este
modo, los naturalistas fueron capaces de descubrir y denunciar públicamente una serie de
injusticias y tropelías cometidas por unos en la persona de otros. Esto es lo que hace Benito
Pérez Galdós en novelas como las que tienen por protagonista al avaro Torquemada o en otras
como Misericordia, donde presenta la vida infrahumana de los mendigos y, en general, de los
marginales sociales.
Lo mismo sucede en la literatura hispanoamericana de fines de siglo XIX y las primeras décadas
del siglo XX. Un autor como Baldomero Litio (1867-1923), por ejemplo, centra su atención en
los mineros del carbón, preferentemente para publicar la injusticia inhumana que se cometía
con ellos, a quienes los patrones consideraban menos que bestias de carga. Algo similar hace
en poesía Carlos Pezoa Veliz (1879-1908), pero proyectando su mirada al ambiente campesino.
Pezoa Veliz descubre; por ejemplo, que en el campo reina una odiosa dominación de los
patrones sobre los siervos. Los dueños de fundos no son solamente propietarios de la tierra,
sino también de los seres que en ella trabajan. En pleno siglo XX, los campesinos todavía viven
y trabajan en condiciones denigrantes, sometidos a las peores humillaciones de su dignidad,
desposeídos incluso de su derecho de elegir y construir su propio futuro".
A. Los escritores.
B. Las obras literarias.
C. Los periodos literarios.
D. La literatura de los naturalistas.
A. Utilitarista C. Cognoscitiva
B. Edificante D. Artística
Ejercicio IV
A. Una leyenda.
B. Un relato mítico.
C. Una historia sobre indios.
D. Una fábula.
TAREA PARA LOS ESTUDIANTES DE LA FILA No. 5
Ejercicio V
El credo religioso difiere de la teoría científica porque pretende encarnar una verdad eterna y
absolutamente cierta, mientras que la ciencia es siempre provisional, esperando que tarde o
temprano haya necesidad de modificar sus teorías presentes, consciente de que su método es
lógicamente incapaz de llegar a una demostración completa y final. Pero en una ciencia
avanzada, los cambios requeridos son generalmente solo aquellos que sirven para
proporcionar mayor exactitud; las viejas teorías conservan su utilidad mientras se trate de
aproximaciones toscas, pero faltan cuando se hacen posibles algunas nuevas observaciones
minuciosas. Además, las invenciones técnicas sugeridas por las viejas teorías quedan como
prueba de que han tenido hasta cierto punto una especie de verdad práctica.
Estas implicaciones del método científico no eran visibles a los pioneros de la ciencia, que,
aunque practicaban un nuevo método de buscar la verdad, aún concebían la verdad misma tan
absoluta como sus oponentes teológicos.
A. Práctico C. Descriptivo
B. Conceptual D. Histórico