La Luna Deseada de Calígula o La Sublimación Inversa Del Mal
La Luna Deseada de Calígula o La Sublimación Inversa Del Mal
Calígula.
Como un tótem sígnico del padecimiento universal del hombre y su relación con el
poder o esa maniquea forma en que los sistemas totalitarios asimilan a sus ciudadanos,
Calígula de Albert Camus, se inscribe dentro de esas necesarias cartografías del sujeto que
padece su desconcierto. En una oda al disfrute y al goce del mal en el individuo que nos
posmodernista y su sapiente nada entre las piernas nos develan cínicos y desnudos ante el
espejo. De esos padecimientos que han cambiado de lugar y forma en cada época donde el
Julio-Claudia, del año 37 al 41) que le sirve de pretexto a Camus para pergeñar una de las
sentencias más notables da la poesía dramática y sacudirnos esa vieja idea que la
hombres y mujeres se diferencian cada vez más los unos a los otros en diversas
Sobre la obra artística escribe Camus en su Mito de Sísifo que, nada es más
complejo que valorar una obra simbólica. Que un símbolo desborda inobjetablemente a
quien lo emplea y le confiere más de lo que en realidad pensó expresar (Camus, 1985,
p.62). Así las cosas, en Calígula, el dramaturgo tiene el deber de significar en cada
palabra, en cada texto se asoma una cualidad que impera en el esteta una denuncia que
no se pierda en los prolegómenos del teatro griego, sino que destape el alma del
La obra comienza con el estupor de los patricios ante el extravío del inefable
emperador que ha decidido dejarse llevar por una nada, por un sin sentido ante la muerte
de Drusila, su hermana, con quien mantenía relaciones incestuosas. Ese sin sentido hará
que se pronuncie ante el horror que “los hombres mueren y no son felices”. Insisto en la
nada como objeto inverso al deseo planteado como objeto de malicia y satisfacción
mártir asume para sí los dolores, aunque, la verdad, esto le cause placer,
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CALÍGULA O LA SUBLIMACIÓN INVERSA DEL MAL.
deseos; esa plenitud total de los sentidos porque “todo a mi alrededor es mentira y yo
quiero que vivamos en la verdad y justamente tengo los medios para hacerlos vivir en la
propone ser consecuente al extremo con el dominio de los valores de cambio sobre la
vida de los ciudadanos. En efecto, en el primer acto, luego de obtener de los presentes el
Calígula dispone que todos los patricios deshereden a sus hijos a favor del Estado.
Dictamina, además, que se hará morir aún si no hubiere un orden establecido a cuantas
personas convenga para mantener las gollorías so pretexto la economía del imperio. A
partir de allí, no se trata de otra cosa que ser absolutamente coherente, avanzando sin
reparos hasta las últimas consecuencias. Había descubierto que "las cosas no se
consiguen porque nunca se las sostiene hasta el fin". Asistimos entonces los
poder se manifiesta como una autoculpa adquirida por la temprana muerte de su padre
cambiar el orden de las cosas, si no puedo hacer que el sol se ponga por el este, que el
sufrimiento decrezca y que los que nacen no mueran?”. Ante ese derrotero inverosímil
actos al caos y la miseria. El imperio del cinismo en su más recóndita cepa cunde ante
ese hecho inexorable que el mismo Camus denuncia en su Hombre Rebelde cuando
señala que toda insurrección contra el mal es una rebelión de índole metafísica y que es
significativa al inconsciente del hombre, pues no es el sufrimiento del niño lo que nos
debe indignar, sino que ese padecimiento no esté justificado. (Camus, 2003, p.97).
notable el diálogo con Escipión cuando le infiere que todo consiste en la diversión de un
una filosofía sin objeciones". En este sentido al dramaturgo argelino no le queda otra
que suprimir a su personaje icónico de toda sublimación moral o ética que lo condene a
pedir la luna.
posición de Calígula ante la cobardía y la falsedad, que para él son peores que la
traición, tanto así que evitará matar a Quereas a pesar de tener en las manos la prueba de
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engañan: valientes porque dicen las cosas por su nombre. En efecto, tanto la valentía y
la cobardía son definidas aquí en relación a cierta lógica y una inteligencia utilitaria. De
esta manera, esa lógica puede avanzar hasta las últimas consecuencias, fiel a una verdad
que se supone intangible: "Cada uno se gana la pureza como puede, yo, persiguiendo lo
esencial". Los demás personajes, tanto o más que Cesonia, son meras marionetas de las
pasiones del emperador, se satisfacen en tanto sus funciones psíquicas, como señala
Freud, como egos que tienen que ver con la particular forma en sumo grado con la
relación del individuo y su medio social: deseo de gratificación, hábito, presión social,
sino que es una fábula total sobre la decadencia y el triunfo de la razón sobre lo
todo" También dice: "para mí ya nadie tendrá razón”, palabras donde podemos
reconocer la queja del sujeto que recrea y espera en cada época la cuestión ética sin