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PERIÓDICO DE SEÑORAS Y SEÑORITAS

OCE COSTIENE LOS ÚLTIMOS FIGURIKES ILUMINADOS DE LAS MODAS DE PARÍS, PATRONES DE TAMAÑO NATURAL, MODELOS DE THAEAJOS A LA AGUJA, CROCíIBT, TAPICERÍAS EN COLORES.
HOTEZAS. CROmCAS. BBLL&S ARTES. MIJSICA, E T C . , ETC

S I C l » ' L r B X i I C A E N ' X j O S r > I A S 6 , 1 4 , £ 1 3 Y 3 0 r ) : E ] C A r > A M : E : S .

A:ÑO XXXIX. Madrid, 29 de Febrero d e 1880. NÚM. 8.

SUMARIO. tura con una hebilla


grande de azabache.
'• Tiiije de rato y brocjuio. Síangaa cortas, líamo
— 2. Traje de raeo y ter- de ilores encamadas
ciopelo.— 3. Canaca EÍn
fflungnH. — 4 li 8, AJ. en el hombro. Cola
icoliadan —a. C a m i s a cuadrada, ribeteada
tiedormir. — l O y l l . D u a de un tableado y ador-
c a m i s a s de v e s t i r —
12. E a s g i i a do r n e o . — nada de azabache y de
Í3. PejjiQíior. — ]4y un lazo g r a n d e de
15. Bata Carlota- — 13. raso.
Pantalón parascíioras,—
IT y I S . Traje negro do Casaca
fnja y hrocada, — 19 A
23. Trajea para señori- sin mangas.
tUB, nfñoa j nifioa. — ii Núm. 3.
F 27. Vestido lenii-larpo, Las liga. 20 á 33 <\a\aUi>ja-
; - 2 5 y 2(5. VoEtido do Suplemfinto á nuestro n ú -
luto r i g o r o a o . — 2 8 y mero -5 correaponden A
Sil, Tiv-ije de luto.—311 y
31. Trajo para niños de este objeto.
4 años. — 3 2 y 33. Batii Se puede ejecutar
•^e felpa.—34. Trajo jiarH esta casaca de cual-
t e a t r o . — 35. P a n t a l ó n
Vara señoras. quier clase de tela,
por Iiis figs. 20 á 23.
^•^plicacion de loa grabn- Nuestro modelo va
doB —Los hjJBs de Lord
ÍJakbnrn, noTola escrita hecho con lana céfiro
<!n Inglés por iiiiítrts- azul j do una variedad
Wooil, ü-adiicldft por *» * de crochet tunecino,
IcoDtiniincion).-Un idi-
lio, por D . ' B. do C. que se compone de
(contlD unción). — Ilevis- vueltas de dos liileraa
tft de m o d a s , por V. de cada una. En la pri-
Castelfldo,— Esplienclon
^ 1 egiTin ilnmStiüdo — iiterfi hilera de cada
viieltü SG levantan IUR
por D . C. Hernanito, mallaíi; en la 2 . ' se
Profesor do c u r t e — S u e l - las desmonta. El cha-
do-"- — Especialidades — leco va ejecutado con
•Advertencia. — QeroGH-
Qco. lana b l a n c a y lana
azul, formando cor-
doncillos. El contor-
, Ti'aje d e r a s o y no va adornado con
• o r o o a d o . — N ú m . 1. una hilera de ondas
hechas con sedaazu].
Este traje, q u e e a / l El escote y las BÍBas
Pí'opósito para recep- van guarnecidos ade-
^ione.s , es de raso lis- maB con una cénela
iado azul almirante y de presillas. Unos la-
•brocado del niíemo zos de cinta ay.nl y
'^**lor, también niyíi- botones completan la
'if>- Falda de brociuio casaca. Se principia
•^011 doa bullones de ésta por el escote de
"•¡iSD. Paniers de bro- la espalda (fig. "22),
Cttdo y raso. Corpino haciendo una cadene-
'^rgo de brocado, en ta que tenga el largo
Jornia de punta, con requerido.
¡iiaaldetitüplana.So-
'^Pa de raKo, termi- 1." vuelta. Al cro-
«ada en punta. En la chet tunecino ordina-
P?t-te inferior del cor- rio. Cada una de las
P'fio ae ponen unos vueltas siguientes di-
1^208 de cinta ancha, fiere del crochet tu-
•tingas l a r g a s con necino ordinario en
^rteraa plauae y que en la 1.° hilera,
Éiyarnecidas de lui ta- en h i g a r d e tomar las
'^'eado. mallas en el lado per-
pendicular, se las le-'
tJ^raje de r a s o y vanta en oí lado sa-
perior horizontal de
•Este traje es de ra- las. mallas-cadenetas
«0 negro y terciopelo de la vuelta anterior,
^*^'mismo color. Fal- y se aumenta ó se dis-
'•^fruncida y bullo- minuye la labor, se-
,-^ h' atravesada por g ú n el patrón lo exi-
•|°abandas fijadliS con ge. So ejecutan los
; ° ' i hebilla grande de delanteros del mismo
^^'^'ibache. Cada bandii modo por la fig. 21,
j,"' eiittrüecidu de un comenzando desde el
eco ancho. Corpino escote sobre la costu-
^J\ punta, escotado y ra del h o m b r o . El
J ' l o r n a d o con una contorno redondo in-
b u a r n i c i o i i de raso dica o! bordo de de-
y ^ ^nle de] hombro lante del delantero de
•> Ya iijada en In cin-
t .—Traje de raao y bMcaüo. X.—iTraie de raeo y terciopelo.
58 LA MODA ELEGA]SL.TEJ PER^IÓOICO DE LAS PAMILIAS,

lit i z q u i e r d a . 3 y se viielve
SeJiiiceel cue- á principiar
llo principian- h a s t a que se
do por el bor- fonneu 5 hile-
de superior do rua de enreja-
la fig. 23. So dos Á lo largo
juutan las di- y iil t r a v é s .
fereulcB pie- Piu-a los para-
Kiía iicercundo j e s niarcadoiH
los u ú m e r o s con una h se
igiiaieH, y £e cortan 27 Jiilos
laa guitriieee, de tela ( l o s
como indica el ¡lilos rectos de
dibujo, con se- la t r a m a ) , se
da azul. les saca provi-
sionalmente ii
Chaleco. Se
unos G centí-
le ejecuta en
m e t r o s por
doÉ) ] u i t a d e B ÍS.—Pcliuer detalle del nlmohüdoQ, B.—CuBitodotalii! del almoliadon.
{Té'iae ft dibujo i.¡ iVéam el dibujo i.) debajo de la
con laDa blim-
parte recorta-
ca }• con arre-
da, de mane-
glo á la ügu-
ra que quede iutacto el coutoruo, —se dejan de nuevo los 3 hilos
rii 20, princíptamlo desde el medio. Se hace aua cadeneta marcados c, — s e sacan 3 hilos y se vuelve á principiar como que-
que tenga el largo requerido y ee labra yendo y viniendo. da Indicado más arriba, hasta que se tenga la dimensión necesuria
1.* vitcUa. Uun jnalla simple sobre cada mulla. para el almohadón. Cuando ae lian sacado los hilos, te fijan las
"" 2.^ vuel/u. r n a malla a! aire, — ima malla simple detrás hebras y se principia el dibujo de hilus- sacados. Para formar las
de la malla más priisima de la vuelta anterior. Se vuelve á barretas, se rodean con un punto de cordoncillo ios hilos do látela
priücipiar siempre la vuelta anterior, pero ae hacen altorna-

lUjuibiiC^

3,—Casaca ela mongas.

fi.—Segundo dctal.o del eluioliadoti.


lí —Tercer üotalle del Hlmoliadon (Véasf. el dibujo •!-}
(Véa)e el dibujo i.]

lo.—CamUa de vertir. 11,—Cemlsa do vestir.

tívamente 2 vueltas con lana aKuI y 2 con mareados con una <l y una e en el segundo
lana blanca, y en el borde inferior y en detalle. Se ejecutan al punto de zurcido,
el escole ne mengua según lo exige la for- dos á dos, las barretas marcadas con una
]na del patrón. Se jimtan las dos mitailes /', tomando para cada una G hilos de la
con un punto por encima, deapues de ha- tala.
berlas guarnecido, como indica el dibu- Estas barretas van liecliaa siempre en los
jo, en su borde inferior, en el escote y en cuadros que tienen 4 hileras de liebras de
el centro de delante con dos vueltas on- la tela (véase el S.*" detalle). He llenan los
deadas. Se une el chaleco al delantero de cuadros que quedan librea cotí puntos de
la izquierda sobro las lineas indicailas. La encaje. Los cuarlros que forman enrejado
parte de la derecha va abrochada con pre- van cubiertos al sesgo, como iudica la he-
sillas y botones, bajo el delantero de'la b r a / Í del tercer detalle. Los hilos de hi
derecha. Se adorna la casacíi como indica tela van rodeados de presillas ,//ry'«a. Cuan-
oí dibujo. do la cenefa se halla fijada por dos lado.^
con puntos de cordoncillo, se borda el con-
Almohadón.—Tíúms. 4 á 8 , torno según las indicaciones del dibujo
mim. 4, al pasado y bordado líenacimien-
Este almohadón va cubierto de un di- to. El centi'D del almohadón va adormido
bujo de hilos sacados. Para ejecutar esta con un bordado de hilos sacados, para el
labor, se toma lienzo crudo, no muy fino, cual, tomando el punto del centro, se sa-
color oscuro, y seda torzal de mediano can É) hilos, se dejan á derecha y á izquier-
grueso. Se principia en el paraje marcado da otros 9, y ae continúa del mismo modo,
a por loa ángulos interiores del almoha- como indica el dibujo mim. S. YA contorno
d o u , para formar la .cenefa, y siguiendo del centro del almohadou va adornado del
las iadicacioues del primer detalle (dibu- mismo modo que el contorno de la cenefa.
jo 5). Re sacan 3 hilos en e! sentido per- Cuando toda la labor se halla terminada,
pendicular de la tmma y otros 3 en el sen- se pone el bordado aohre un ahnohiulon
tido horizontal. Se deben sacar estos hilos, cubierto de raso de color, que se guarnece
no á todo lo largo de la labor, sino súlo con unos cordones y borlas en los án-
en un espacio de 10 c e n t í m e t r o s ; — s e gulos.
dejan 3 hilos de la tela, — se sacan otros
4.—AlmcbfliJoii,—(Ftíífíjf los dibujosfiif B.)
LA MODA E L E G A ^ T E J jpEíí_íÓDico DE LAS FAMILIAS. C1Í

Camisa de dormir.—Núm. 9. dor. Cuello formado coa entredosca y tablítas.


Esta camifüi va mlorniula de im caDCBÚ torio B a t a Carlota.—Núms. 1 4 y 15.
conipueeto de tablitus y rodejido de no entredós
y mía tira bordada. Los tnianios adornos en el Esta elegante bata es de caclienilr blanco, coa
ílelantero, en el escote y en las mitagas. delantal y ficliu de fular Pompadour, guarnecidos
de encaje. El corpino, con akleíaa puntiagudas, es

Dos c a m i s a s d e v e s t i r .
Núms. 10 y 11.
Níiiii. 10. Esta camisa ca escotada en
redondo, y va adornada con tm entre-
dós de ValeDciennea, por debajo del de fular por delante. Por detras va adornado con
cual se pone ua encuje ancho (fe Vu- una guarnición do fular que forma conclias. La
lenciennea, y uno más estrecho por falda va formada en los costados detabhis ancliaa.
eDti]iia. ED la parte inferior lleva un tableado de íuhir y
Niím. ] ] . Esta camisa es de batista. un eociije.
El delantero forma una V , cuyo cen-
tro va ocupado con encajes eiítrechos P a n t a l ó n p a r a s e ñ o r a s . — N ú m . 16,
y apénaa JÍruucidoa, El boixle interior 1 1 y t i . — l í n t a Cnriota. Esjialda y licliintero. Este pantalón va fruncido por abajo de trecho

del escote va guarnecido de ua entredós


de Valenciennea y una tira bordada, que
descansa sobre uu encaje do Valcncienaes
bastante ancbo.

D e n a n .sule,
guarnecido 6. todo
el rededor con ta-
blítas s e p a r a d a s
por eatredoaes de
Brujas. Un encaje
ancho de Brujas
va f r u n c i d o y"
•17.—Trajo negro do faya y brocado. DelaDÍero. p u e s t o al rede- IN,—Traje negro tle fíiya y brccndo. Eapalda.
m |_íA yVloDA ^LEGAIS^TE, ]PEí^IÓDrC0 DE LAS pAMILIAS.

l&.—Tmje para niiloa de 5 á 6 años. 30,—Traje para ntilaa de 10 sfios. Z I,—Piíletó para ñiflas de a á 3 años. í í . — T r a j e para señoritos. ÍJ,—Traje para mfios de i años.

í*,—Yeabldo semi-largo. Espalda.—(FdajsfJííiEiajti 27.) XK ; Stt.—Teit[do do luto rigorosa. EdtJjlda y delantero.


61

on trecho. Eutre cada fruncido se borda un puoto centímetroB, con un bies estrecbo por encima.
inglés, U Q entredós y un volante de batiatu con Chaqueta con aolapas, enteramente abierta por
nn encaje de Valencienoes tennitian el pantalón. delante, sobre un chaleco Luía X V , guaruccido
(le bolBÍllüs grandes puoetos al sesgo, ilacigas
ajustadas, guarnecidas de carteras iguales. Un

:I4.—Traje para teaCio. 39.—Utttii do felpa. Delantero.


a*.—Bftta de íelpa. Espalda.

Traje negro vivo de


de faya azul rodea las
carteras d e los
y brocado. bolsillos y ri-
l í ú m s . 17 betea toda la
y 18. chaqueta. Cor-
El delantíi] bata de fular
va f o r m a d o azul.
por 3 hileras N ú m . 2 0.
de íiecoB de Traje pava
felpilla sepa- niñan de 10
ra d o s c o n años. Vestido
•unos tableadi- funda, de ter-
to5. VJÍ\ el bor- ciopelo negro,
de inferior nn rtbrocliado por
t a b l e a d o an- delante y re-
fclio ribeteado c o r t a d o en
d e brocado ne- p u n t a s que
g r o . Corpino caen sobre
largo )le bro- unafaldafiga-
cado, recorta- rada de pekin,
-do en las ca~ con un volan-
deríis y ribe- te fruncido do
t e a d o (le uu tela lisa. Man-
tabíeadiío d e gas de tercio-
faya n e g r a . pelo, guarne-
Mangas largas c i d a s de pe-
y ajustadas, kin.
iios lados de
ío. falda van Niim. 2 1 .
formados cotí Paleto para
quillaa anchas niíias ííe S (f 9
de brocado. La años. Este
cola, larga, va modelo es rec-
ribeteada con to por dolante
tres hileras de y senti-ajusta-
volanfitos ta- do por detras
bleados y con con laditos. El
tiras de bro- delantero, cru-
cado. zado al sesgo,
lleva dos hile-
Trajes para ras de botones
señoritas, y va abierto en
, niñas el escote y ter-
y niños. minado con
un cuello
H ú m e r o s 19 grande de ter-
á 23. ciopelo m a r -
N ú m . 19. rón. El paleto
Traje 2>í'yO'iii'- es de paño co-
üoH de 5 (t C lor de ave-
«ños. Este tra- llana,
j e , de forma
Luis X V , es N ú m . 2 2.
de popelín Traje -para,
gris claro. El señoritas. Es-
borde inferior te traje es de
de la fahla va cachemir co-
rodeado de un lor v i n o d e
v o l a n t e ta- »8.—Traja de luto. Dnlantetro. 30,- -Traje para nlBoi de 4 años. 3 1 .—Trajo para DÍEÍOB de 4_aaoH. 2 B —Traje do luto. r.siMÜiía. B u r d e o s . La
ei.—TMtldo Bami-largo. Eapiüda. '{Véait ítrfílryoSB,)
bleado de 15 Dolantjro.—;7t!íij( ti dibujo 21.) {Vinie el dibx^}o 30.) Delantero.
62 LA MODA ELEGAKTEJ PEHIÓDICO DS LAS PAMILIAS.

primern falda va guarnecida de un volantito y un bullón, -Jane bajó para hablarle. Al verla, sfi levantó, muy sor- gas; he oído gritos de mujer, y me figuré que alguien hahia
cortado por tiras de terciopelo de 10 eu 10 centímetros. Tú- prendido de encontraida en su casa. muerto en la casa.
nica fommodo piiniers. Unas correas de terciopelo guarne- — Mr. Carlton,—le preguntó Jane con calma, dominando Al pié de la escalera estaban juntas J a n e y Laura, y pre-
cen loa piiniers y reproducen en las caderíis loa iidornos de la'cólera que interiormente sentía,—he venido para v e r á Lu- guntiiban á Carlton qué era lo que había sucedido.
la primera falda. Ccii-pífio plano, entreabierto en la cintura cy y trasladarla á casa. Me parece que no habrA en ello — Yo creía haber percibido ima voz extraña. Estoy
y levemente recortado en las caderaR, ningún peligro. cierto de que alguien ha entrado. — Y miraba por todos
Núm. 23. Traje para niños de 4 aüon. — Rste veatido — Señora, es imposible : le va en ello !a vida, lados para descubrirlo,
es recto por delante y termina en iin tableado. La espaldn, — Me parece, caballero, que antes de decidirse á que so — ¿Quiere V. venir, Sr. Carlton, para ver á mi hijo?
abierta por abajo, cae formando aldeta sobre un paño ple- quedara en au casa, debían haberme preguntado si lo con- — b í , s í , Wilker; le prometo ir antes de acoatanne.
gado y montado por debajo ile la ciota ds cintura. Cuello sentía. Empezaba entonces la calentura y podían haberla El barbero se fué, y al salir se encontró c o n ' J o h n Grey,
grande de la raiama tela, rodeado de ?i ruütoa al sesgo. llevado. Esta iriañcma cataba bien, y creo que por la tarde que entraba.
no estaría tan nial como para no poder ser trasportada á. Federico había subido al principal y había encontrado sin
Vestido aemi-Iargo. —Núms. 2 4 y 27, mi casa. dificultad el cu.arto de Lucy.
Falda ele cachemir color nutria, guarnecida de un delan- — La enfermedad ha hecho en poco tiempo rápidos pro- La pobre niña, al verle, no pudo menos de quejarse y se
tal plegado y ribeteada de un tableado do la misma tela. gresos y será, me parece, cosa gravo. tapó la cara con las manos.
Sobrefalda del misino cat^hemir, recogida con lazoa sobre — Deseo que Liicy regrese á mi casa ; he mandado llamar — Lucy, querida Lucy , ¿ conque está V. enferma ?
el delantal. Paniers con pliegues, formando un paEo largo 6, Mr. G-rej'. Va á venir y nos dará su dictamen. El obrar — ¡ Federico! ¿ qué hace V. aquí ? ¿ dónde está Jane ? No
y plegado por detras. Corpifio-paletó corto , adoroado con asi no es por hacer á V. ningún desairo, sino porque mis- está bien que peneti'e V, solo en mi habitación.
una clion'era de encaje blanco y correas do pasamanería ter Grey es mi médico y eu él tengo plena confianza. Ade- Federico cogió las manos do Lucy, la tomó el pulso y
con botones. Mangas largas, mas , no estará prevenido sobre la cuestión del traslado, co- tocó su frente.
Veatido d e luto rigoroso, — Tíúms, 25 y 26, mo lo estamos V, y yo. — He venido como médico, Lucj'. ¿Podría y o confiará
Este vestido es do lana inate. l'alda larga, adornada de —Ko comprendo lo que quiere V. decirme. otras manos el cuidado de una salud que ea tan preciosa
una tira ancha de ereapon inglés. Corpino princesa, guar- —Cada «no tiene sus ideas. Yo abrigo la de llevármela, para mí ?
necido de una tira ancha y de 3 bieses más pequeños ríe y Y. la de que se quede, Pues bien , Mr. Grey noa dirá fran- Habia sumo cariño en aquellas palabras.
crespón inglés. Delantal formado de plieguea encontrados camente lo que le parece, pues no tendrá motivo alguno — i Qué mala me siento 1
de crespón inglés. Chaleco largo de la misma tela. El cor- para inclinarse mita á un lado que á otro, Los temores de Federico iban en aumento contemplando
pino princesa forma loa lados y cae sobro la falda. Mangas — Perdone V.; lady Lucy será pai-a él una enferma lu- á Lucy. ¿Seria víctima de aquella terrible epidemia? Se
largas con carteras de crespón inglés. crativa. preguDtjiba á si propio si no había sido él mismo (luicn en
—Siempre será su médico,—contestó con dignidad J a n e ; flus visitas había traído el génnen de la enfermedad. Bien
Traje d e luto. — N ú m s , 2 8 y 39, —mi médico será el de lady Lucy en cualquier sitio que se podía pensarlo Ól, que pasaba la vída al lado de los conta-
Falda corta, guarnecida <le 3 tableados y de una tira an- encuentre. giados.
cha de crespón inglés. Sobrefalda de crespón ingk's, puesta El modo con que Jane pronunció aquel ladj/ Lucy chocó Lágrimas ardientes corrían por sus mejillas, Lucy, al le-
.•í plano en un costado. En el otro, la sobrefalda es de lana á Carlton, Saliendo de su calma habitual, preguntó si no sa- vantar la cabeza, noto la tristeza de Federico.
mate y va recogida en medio. Delantal de lana fruncida. bría tan bien como Mr. Grey asistir á la enferma. — ¿ E s que estoy enferma de peligro?
CorpiBo de lana, recogido por detras formando dos plie- Jane contestó sin Ínmutai-se : — No, n o , Lucy, no ea e s o ; me parece que m i impru-
gues dobles. Esclavina-capucha, puesta con un hizo en el — Es cierto, caballero, que mi hermana es su mujer de dencia es la causa de eu mal. No debía haber hecho á usted
cuello. Mangas largas, con adornos de crespón inglés. «sted; pero no olvide que yo soy lady Jane Chesney y que visitas durante la epidemia.
me debe ciertas consideraciones aun en su propia casa. Le John Grey y Jane entraron en aquel momento. El médi-
T r a j e p a r a niños d e 4 años. — N ú m s . 3 0 y 3 1 . creo á V. tan hábil como á otro cualquiera, pero la cues- co empezó por decir á BU sobi'ioo cpie no era necesaria su
Vestido-blusa de lana heitje, guarnecido de vivos de faya tión no es ésa. Mr. Grey es mi médico y deseo que sea presencia al lado de Lucy. Después de un detenido examen,
más oscura. Esta blusa va abrochada do arriba abajo, ple- también el de Lucy. BU opinión fué que no se debía trasladar á la enferma. N o
gada por abajo , con bolsillos grandes dobles y un cinturon — Lady Lucy, — dijo Judith interviniendo, — está acos- comprendía por qué no ae la habia trasladado al principio;
ancho de tela igual, abrochado con una hebilla. Mangas tumbrada á casa, y todos sabemos que en ninguna parte se pero en el estado en que se encontraba, hubiera sido una
largas y ajustadas. está mejor que en la de uno mismo. imprudencia.
B a t a de felpa.—Núms. 32 y 33. Antes que Carlton pudiese contestar se había oído mido Jane no tuvo más remedio que someterse.
Esta elegante bata es de felpa color de amaranto, y va en la antesala; fué á ver lo que era, y Jane le siguió. — ¡ Cuánto siento,—exclamaba,—riue Lucy esté enferma
guarnecióla de UQ encaje antiguo de Alenxon, En la parte Federico Grey, en siuno grado de exaltación, acababa de fuera de mí casa! No ge olvide V., Mr, Grey, de que está
inferior lleva un tableado de encaje forrado de un tableado entrar. confiada á su asistencia.
de mirah azul celeste. Por dehmte , una chon-era de encaje — Mi tío está fuera y vengo en lugar suyo. — ¡Bajo mi asistencia! ¿ Y qué dirá Mr. Carlton?
y siirah. Los bolsillos van formados con iin pañuelo de La emoción ahogaba sus palabras. — Me es completamente indiferente. No dudo de su cien-
surah azul, guarnecido de encaje, y que parece salir del — ¿Dónde está? ¿EstágraveV — decía fuera de sí. cia, ya se lo he díclio, y si gusta, podrá cuidar de Lucy
Carlton , muy enojado, se adelantó hacia Federico para juntíimontc con V.; pero la vida de raí hermana es preciosa
bolsillo. para m í , y hace ya tiempo que en V. tengo puesta toda mi
que no subiese las escaleras.
Traje para teatro.—Núm, 34. — No permito á V., Mr. Federico Grey, que se introduzca confianza,
Chaqueta de terciopelo color rubí, abrochada á un lado en mi casa. Si fuera su tío de V., lo recibiría como la corte- Federico fué excluido. Sus cuidados como médico eran
con dos hileras de botones puestos en forma de V. El cor- sía exige ; pero V, ¿ qué derecho, tiene para venir á mi innecesarios, John Grey y Jane opinaban que au presencia
piño, muy puntiagudo por delante, se completa con una al- casa? haría demasiada ¡(npreaion en Lucy, Inútil fué cuanto pudo
deta añadida desde las caderas, bajo la cual se ve la extre- — Bien á pesar mío entro en ella. Vengo á ver á lady decir contra aquelhi resolución.
midad de un chaleco de tela brochada, de colores vivos so- Lucy Chesney. — j Debe ser mi esposa!—alegaba como razón suprema.
bre fondo blanco, género antigao. La parte superior del — No puede V. verla. No dará un paso más, — No lo ea todavía,—contestó su tío,— Si llegase á po-
corpino forma solapas anchas de tela brochada, por debajo — ¡ N o verla! ¿Sabe V. lo que dice?—Y Federico le mi- nerse peor, yo sería el primero en decírtelo,
de las cuales pasa un ñchú de encaje, sujeto sobre el pe- raba atentamente para ver si no hahia perdido el sentido. — ¿Se me permitirá verla al menos?
cho, con im ramo de llores. Un cuello cuadrado, de tercio- — ¡Es mi prometida, caballero I Federico tuvo que contentai-ae con esto, se inclinó sobre
pelo color de rubí, cae sobre las solapas. Gola de encaje con Lucy y estampó un beso en su casta frente.
un collar de capricho. Unas carteras muy altos, de tela bro- Y diciendo esto, hizo ademan de pasar á la alcoba. Carl-
ton intentó detenerle. Carlton debió inclinar la cabeza ante la decisión de Jane,
chada, adornan la parte inferior de las mangas, que van y aceptó con aparente conformidad asiatír á Lucy junta-
guarnecidas de encaje. En aquel momento, sin saber cómo, se apagó el gas; era
posible que alguien, por descuido, hubiera cerrado las lla- mente con !Mr. Grey.
Sombrero licnacimiento, de terciopelo color rubí, forra- ves ; los criailos, que habían oído las voces, no tardaron en La verdad era que Carlton quería catar solo y curarla,
do de raso blanco bullonado. Inñnidad de plumas color ru- acudir, y lady Laura, á pesar de su pié malo, había bajado según lo esperaba. Era una mortificación para él que no es-
bí, puestas en diferentes direcciones. también. tuviera bajo au responsabilidad. Comprendía también que
Sigiiióse una escena de desorden. Log mujeres gritaban, el disfavor que le hacía lady Jane no quedaría sin comen-
Pantalón para señoras,-Núm. 35. tarios en la ciudad.
viéndose á oscuras. Loa criados querían defender á su amo,
Este pantalón es de batista y va guarnecido de un entre- sin saber contra quién, y Federico, empujando á todos, — Yn que se han encargado VV. de L u c y , — dijo Jane á
dos y de una tira bordada. L a guarnición nube por los la- consiguió subir las escaleras sin que Carlton, cogido por su hermana, — será menester que yo me quede también y
dos, como índica el dibujo. unos y por oti'os, pudiera estorbarlo. que Judith me acompañe. No tiene igual para cuidar enfer-
El patrón cortado que acompaña al presente número cor- Carlton se quedó sin movimiento ; le parecía que una voz mos. No me marcharé hasta que Lucy esté bien restableci-
responde a este panialon. extraña le decía al oído : a ¿Por qué quiere V. que se quede da, para llevármela entonces á casa.
en BU casa? ¿Quiere V. envenenarla también?» — Bueno, nada más justo,— dijo Laura muy contenta.—
Al mismo tiempo se sentía ruido también en la puerta, Habías prometido. Jane, no poner los pies en esta casa. Ya
como ai alguno quisiera entrar, Federico no la había cerra- eres razonable. ¡Qué lección para tu orgullo 1
LAS HIJAS DE LORD OAKBURN, do, y el criado de Jane esperaba en ella. ~ N o es orgullo,—dijo Jane.
NOVELA ESCniTA EN INSLÉS POR MISTREBS WOOD, Garitón , exánime, se apoyaba en la pared. Un sudor frío — ¿Qué era pues? ¿Prevenciones?
inundaba su rostro. — N o ae trata ahora de eso, sino de la enfermedad de
TJIADUCIDA POU * • " . Lucy. Mi'. Grey cree que es grave.
Si no hubiese oído á Federico subir fas escaleras, hubiera
pensado que él era el autor de aquellas palabras. —Lo mismo opina Mr, Carlton. Estoy segura de que te tra-
( ContiDimcion.} En fin, una persona encendió un fósforo y Carlton vol- tará muy bien mientras quieras estar con nosotros. Sa deseo
La noticia fué fatal para la joven lady : aparte de su in- vió á ser dueño de sí mismo. ha sido siempre vivir contigo en buenas relaciones; t u no
quietud por el estado de su h e n n a a a , había la repugaancia Distinguió entonces que allí había alguien de fuera; era lo has querido. El lo ha lamentado, pero no tiene preven-
extrema que sentía de dejarla en casa de Mr. Carlton y que un hombre pequeño, que estaba arrimado á la pared. Se echó ciones contra tí. No sucede lo miamo con Judith.
éste la asistiera, sobre él, y cogiéndole por el cuello, — ¡Cóuio!¿Mr. Carlton está prevenido contra Judith V
Después de alguu tiempo de reflexión se fué con Judith — ¿ Q u i é n e s V., miserable?—le dijo Heno do ira,—Su ¿Qué le ha hecho? — prorumpió Jane con sorpresa.
á casa de Mr. Carlton, y ennargó al criado que fuese cor- voz estaba tan cambiada, que era imposible de reconocer. — Nada; que no le ea simpática. No le gusta su fisono-
riendo á casa do !Mr. Cirey y le hiciera venir en seguida. — Vamos, que es buen modo de recibir á los enfermos,— mía. A mi me guata mucho, y la tengo por una criada muy
Laura había mandado disponer para Luey su mejor apo- replicó aquel hombre, que procuraba librarse de las manos fiel.
sento ; una bonita pieza cuadrada, contigua á su gabinete. de Carlton.— ¿ Qué .le he hecho á V. para que me trate de No obstante sua pesquisas, nada pudo descubrir Carlton
Allí fué donde la encontró J a n e , acostada ya y presa de esta manera ? sobre quién habia murmurado á su oído aquellas terribles
fuertes dolores en la garganta y cabeza. Era el inofensivo Wilker, el barbero de al lado. palabras. No le quedaba la menor duda de que alguno ha-
Se encendió el gas, y la luz daba de lleno en au insignifi- bía entrado ó salido de la casa sin ser visto.
— Debías haberte vuelto al instante. Laura, ¿por qué no
la has hecho acompañar? ¿Dónde estaba tu carruaje? cante fisonomía. Preguntó al criado de J a n e , que contestó no haber visto
— No ea culpa suya ni mía. Mr. Carlton la administró esta —Perdone V . , Wílher, — dijo Carlton.—¿ Quién habia de a n a d i e después de la llegada de Federico. No habia estado
mañana un medicamento y deseaba ver el resultado. Ha di- pensar que era V.? Pero ¿ quién ha entrado ó salido? en la puerta más que un minuto ó doa; después había ido
cho esta noche que no podia hacerla llevar á tu casa. SÍ Los criados no habían visto á nadie. por la escalera de servicio hacia el cuarto de las consultas.
quieres que te maráfieste mi opinión, te diré que eu nin- — H e venido á buscar áV.,—continuó AVilker, que era Nadie podía comprender por qué razón se empeñaba
guna parte eatarii mejor qne encasa de un módico : puedes el barbero de Carlton,—porque mí segundo hijo no está bue- Carlton en que un extraño había entrado en la antesala.
estar tranquila; la cuidaremos nmclio. no : tememos que sea la fiebre. No quería venir basta ma- [Se continuard.)
— N o olvides, Laura, que aquí e s t i bajo mi responsabi- ñana, pero mi mujer se ha incomodado y dice que ea mejor
lidad. ¿Podría llevármela ahora? cuidar las enfermedades desde el principio. He cerrado la
tienda y venía á rogar á V. que viniera, Pero ¿qué tenía
— Sería una locura. usted? ¿ Ha creído V. que era yo alguna fiera fuera de la
— He dicho á Mr. (Jarlton que me sentía con fuerzas para jaula?
ir á casa,—interrumpió Lucy :—me ha contestado que yo
(COKTIKUAOIOy,)
nd sabía en qué peligro estaba. Quisiera irme, -fane.. — ¿ H a visto V. á alguien salir ó entrar?—Je preguntó
• Carlton estaba en iqiieL momento en el comedor ; tomaba Carlton, siempre inqnjeto. ^ uTeníamoB en casa un pastorcito de mi edad, gusto, é in-
algún alimento, después de un dia de mucho trabajo. — A nadie he visto. Iba yo á entrar cuando se apagó el clinaciones, en el que me complacía enseñándole á mi vez
JLíA yVloDA ^L£GA]SCTE, jpEfí^IÓDICO DE LAS PAmiLIAS. 63

tuanto de mi matire ftprendí. Juntos llcvábamoe ó. pastar nuisculoB contraídos, y en la fiera actitud de la fuerte enci- conociendo llegada su hora de desgracia, iVli padre se le acer-
Jyscabras, dejándolas escoger los iniÍBlinclaa senderos, entre na resistiendo loa sacudimientos de la tempestad. El clio- có y le dijo :—Descansa un rato, Pedro, y vente conmigo
prados de liierba igual y fina, que descendían deade Ins ro- que de las barcas sucedía con ht celeridad <lel relámpago; bajo aquellos nogales, pues tengo mucho que decirte.—Co-
í^iis; pequeñas corrientes de agua brillante y trasparente co- no se veía de pronto más que al vencido ganando á nado nociendo el carácter de Pedro, no le habló mí padre con
lijo el cristal corrían de acá para nUA; grandea y frondosos la orilla, mientras que el vencedor volvía al punto de par- severidad ; se valió de cariñosas reflexiones y logró conven-
cnstafioa daban sombra á estos prados, verdes hasta en la tida al aón de marchas triunfales. Todos apostaban por un cerlo , haciéndole comprender que su amor por mí era una
•luáa ardiente estación. Mientras Pedro cuidaba el ganado, joven de mi pueblo cuya resistencia tenia bien probada; locura que le críticaríau por ser él tan pobre como yo ríca:
yo trabajaba con mi rueca ; después se sentaba cerca He mi como con él habia de luchar Pedro, noté que todos sus ami- — En cuimto á m í , hijo mió, continuó diciéudole, no te
aobrtí alguna gran roca negra, que de treclio en trecUo in- gos le miraban con inquietud, considerándole ya vencido juzgo tan villanamente ; conozco que tu amor por María es
ten'unipia la verde siembra. Nunca pensamos pudiera cesar por su intrépido antagonista. Todo mi ser se conmovió, y profundo : pero también -seque tienes un noble corazón, y
2i turbarse la dicba de tan inocectes dias; nuestra ventura cuando el tambor marcaba secamente el acelerado compás, que no serias feliz con tu dicha, sabiendo que la poseías á
lii cifrábamos en su eterna (biracion. Comulgamos por pri- y laa dos barcas volaban á ílor de agua, semejantes á dos costa de la mía y de la de mi hija; yo moriría de pena si la
mera v e z ; esto hizo aun más ñrrae el laxo de nuestra amis- águilas devoradoras que se arrojan sobre la misma presa, viera pobremente casada; en cuauto á ella, queriéndola
tad : no nos separábamos cagi nunca, y como esto acontecía tuve quG cerrar los ojos para no verlos, sin atreverme á como la quieres, debes evitarle los trabajos y disgustos;
61 el invierno, juntos pasábamos niuclias horas leyenHo li- abrirlos, temiendo apercibir á mi pobre Pedro nadando ver- hoy, como una niña que es, uada pensaría, y escuchando
bros que nos prestaba el señor cura, y tomilndonoa mutua- gonzosamente remolcado por su glorioso vencedor. Los sólo la voz de su corazón , se unirla á t i ; pero algún líia la
jnonte las lecciones del dia siguiente. Como la iglesia esta- gritos de <( ¡ Bravo, Pedro I» me sacaron felizuionte de este faltaría resistencia y echaría de ménoa las comodidades á
ua léjoa de la granja, y los caminos eran malos, mi amigo penoso eatado y recobré todas mía facultades. Como S3 ha- que está acostumbrada : esto, lujo mío, es lo que me ha mo-
procuraba evitarme los obstáculos que á nuestro paso so bía convenido, tres veces más luchó Pedro con su contrario vido á, liablarto á solas. Tengo confianza en que tu talento
oponían I colocando piedras, que marcando la vereda borra- y en las tres venció igualmente, arrollando a.sÍuiísmo á to- y conciencia te ordenará este sacrificio , penoso, s í , pero al
""• por las aguas, me evitaban los grandes charcos, y con dos los que se presentaron, y al fin lo prochunaron rey de que no puedes dejar de atender siu faltará tu honradez.Tú
brazo ya fuerte me sostenía para que no resbalase. Asi fui- la contienda. no serás ingrato conmigo, que tanto he Iiecho por tí y por
1I10.S creciendo j u o í o s : él prestándome su fuerte apoyo, y tu familia Ko te lo digo por echártelo en cara; ai te re-
yo animándole con mi cariñosa amistad á soportar los rigo- nTcrminado el combate, izaron al vencedor sobro el pa- cuerdo este afecto que tanto me has merecido, es sólo para
ree de la vida, que desde muy temprano pesaban sobre au vés, y á son de las músicas lo paseai-on en triunfo por todo decirte cuánto sentiría perdértelo. Quiero, como basta aquí,
*!5ÍBtencia. Su padre, famoso marinero del Rhúne, pereció el pueblo. seguir siempre siendo amigos; hoy puedo darte una nueva
iQuy jóveu abogado en la tan peligrosa travesía de Pont- »Después volvió el cortejo á la plaza, en la que espera- prueba de mí aprecio confiándote , antes que anadie, quo he
Saint-Esprit. Dejó ul morir á su mujer sin recursos y á cua- ba el premio B1 valiente Pedro. Todos se reunieron en este prometido mí hija al hijo de un amigo mío, por aer éste el
tro liijoa : la desgraciada viuda estaba consumida de pena, lugar, que era el destinado al baile. En el sitio de honor es- yerno que me conviene, pues es muy rico y k quiere.
y sin el socorro de las buenas y caritativas almas del lugar, peraba yo la vuelta del festejado vencedor, para ecliarle al Cuento contigo, Pedro ; y si es cierto, como me has dicho,
^lucbaa veces hubiera faltado el pan en esta pobre casa. Pe- cuello el hermoso reloj lie plata, que era el premio concedi- que nunca has hablado á María de amor, no te será difícil
"fo, que era el mayor, se impuso el deber de aer el padre do por la Sociedad. aparecer indiferente ; la pobre niña, que casi no se ha aper-
"^ au pequeña familia; los jornales, loa gajes que le produ- i>Yo me reía pensando el gesto que pondría mi Pedro cibido, creerá sueño de au imaginación el haberte visto
cía la esquila de hia ovejas, todo, en ñ a , era para su madre cuando le cumplimentase muy formalmente y le diera el como ayer apareciste á los ojos do torios. — Cuando mí padre
y hermanos. Desde el dia de ia primera comunión se hizo beso de gracia en la frente, como era costumbre. Pero mi concluyó de hablar, viendo que Pedro permanecía abiB^na-
J^náB juicioso y trabajador, y Dios favoreció su buen deseo, risa cesó bien pronto al ver ante mis ojos un Poilro que no do en eu dolor, se iiespidi(j de él, estrechando fuerte y ca-
concediéndole fuerza y resistencia superior á sus pocos parecía el mismo, que no era el que yo estaba acostumbra- riñosamente su mano, lo quo le hizo volver en si, como
'ifioa. Mi padre, en vista de ello, le aumentó el salario ; yo da á ver; el que se adelantaba á recibir de mis manos el quien so despierta de un penoso sueño : miró el pobre á to-
Sülo oia alabanzas al buen corazón y bravura de este niño: premio no parecia ya aquel joven de sencillas maneras y dos ladoa con asombro, y pasándose lentamente una mano
^i es que mi amistad y cariño me parecía tan justa y natu- de miradas trauquibis ; éste tenía loa ojos cliispeantes, y su por la frente, como para desechar una idea martirizadora,
fal, qtie abri á ella toda mi alma. Asi fueron traseurriendo frente, que de costumbre tenía cubierta de rizados cabellos, con la otra apretó la de au amo, dieiéndole con voz clara y fir-
'OB dias, y cumplimos dieciocho años sin comprender que aparecía ahora majestuosa y fiera, puea en la lucha el vien- me :—Señor Fargeau, quedará V. contento de mí. — Nues-
D^uestra amistad se había trocado en amor inaensiblemente. to se la descubrió, y esto parecía comunicar nueva vida á su tra cabrera, quo estaba por casualidad oculta por unas ra-
^iigreido mi padre en sus ideas de ambición, no se aperci- semblante : susrojoa labios palidecieron temblando, é hicie- maa cerca de donde hablaban , todo lo oyó, y como me que-
"'n de ello, y sólo pensaba en las riquezas y ventajas que ron vanos esfuerzos para decir algo. Avergonzada y conmo- ría mucho y estaba agradecida á lo que yo la socorría para
Qoa porpocionaria encontrarme un luarido rico : jamas so de- v i d a , quedé inmóvil bajo esta mirada ardiente, nueva para sus padrea, un dia que me vio muy triste me contó lo quo
tuvo á reflexionar si yo seria de su opinión, puea no podía mí, y asi hubiera continuado mucho tiempo si no me hu- iicabo de referiros.
^i"eer en mi otras ideas que las suyas ; pero y o , muy al con- biera sacado de mí éxtasis la voz de mi padre, que con acri-
"J^ño t[ue mi padre , apreciaba mi riqueza sólo porque con tud me dijo ; «Vamos, María, acaba; que tienes que abrir el
^'ía j ustamente era con lo que yo creia ser libre para esco • baile.» Eata reprensión recordó mi situación , y eché viva- (Se contiimarii, ) E. DE C.
&cr marido á mi ¿rusto, pues siendo yo rica y queriendo, mente al cuello del veneo<lor el reloj : él me abrazó como
^0 exigiría de él más que honradez y valentía. Como aun era au derecho pero la miradíi de mi padre, fija severa-
^0 se había decidido nada de mi casamiento, yo callaba, y mente sobre no.sotros, me tenia tan acobardada y triste, que
^Q este estado de cosas llegaron las fiestas deí santo patrón ya no míré á mi buen amigo : desde aquel instante la ale-
'l^ mi pueblo, y en ellas es donde quedó resuelto desgracía- gría huyó do mi corazón, cual nidada de novelea pajarillos
^liinente para mí y para todos. Cada pueblo tiene sus cos- que remontan el vuelo para no voh'cr jamas. Como nosotros
tumbres y diversiones; en el mió adiestran desde muy n i ' debíamos abrir el bulle j u n t o s , Pedro tomó mi mano para,
^06 á los jóvenes á los grandes peligros del agua, jugando conducirme. Todos nos seguían con la vista, y muchos que
^on las rápidas y profundas corrientes, y celebran regatas, el carifto les hacia ver claro deseaban bondadosamente ó,
í^uya Sociedad premia al vencedor por medio de una de k a nú acompañante toda la dicha que parecía ambicionar.
Jóvenes más consideradas de la población. París, 24 de Febrero de 1880.
B—¡Mirad, mirad á Pedro! decían; ¿quién le hubieracreido Voy á ocuparme en esta Revista de satisfacer algunas
tan gentil en el baile? ¿cómo ocultaba su belleza, que no la preguatíis de las Sras. Suscritoras, referentes á tapicería y
i>Este año me correspondió á mí serlo. Pedro, cuidadoso hemos notado? Es guapo, fuerte y hábil, y todo esto lo ha mobiliario.
*'e si mismo porque se debía al sostenimiento de su familia, dejado ver de pronto ; ha sacucliilo su aíro abatido, apare- Para dormitorio, las telas más de moda aon loa terciope-
^o Se mezcló nunca en estos juegos; pero a! saber que era ciendo hoy el mejor mozo de todos sus compañeros. » Otroa, los de Araiene estampados, las persas de diferentes géne-
yo la que recompensaba, sintió esceso de agilidad y fuerza dándose con el codo, ae suponían enterados de cuál era la ros, los satínetea estampados y laa cretonas iluminadas ó
y no pudo contener los deseos tan propios de sus dieci- hada que hacia este milagro, diciendo: Que se lleven de género camafeo. Una pintura gris y un papel del mismo
Oclio años ; poseia el convencimiento de s e r i a n hábil y vi- aquí á María y verán VV'. cómo se extingue esta llamarada color <lo la tela de laa cortinas y de la sillería completarán
poroso como sus camaradas, y determinado á disputarles el de juventud que ahora le enardece, apareciendo el Pedro de el revestimiento de un dormitorio. Sí se prefiere la tela lis-
premio, corrió á inscribirse entre los mantenedoren. Cuando costumbre. — ¿Quién sabe, decia'uü.maligno murmurador, tada, será preciso cubrir las paredes con un papel liso del
Sus amigos supieron au resolución, procuraron hacerle ver sí son los encantos de María los que hacen tan maravilloso color de la lístii más clara. Me parece inútil describir ol
'^oa discreción que no estando acostumbrado á estas luchas, efecto, ó ai será el brillo de sus hermosas onzaa de oro? nmeblaje clásico do un dormitorio, al cual se añaden, sogun
^Ofria el riesgo de verse arrollado y en ridículo, pues juga- En el pobre ]nucbacho sólo sus ojea son los que brillan, y el gusto de cada cual, algunos muebles, como meeita de
oiín en ellas, no sólo loa más listos y malignos del pueblo, no se contentará con moneda tan mezquina por todo caudal escrítoño, mesa de centro, canastilla de lal)or montada, ote.
^mo hasta los más renombrados de las cercanías. A estas ra- el viejo Fargeau.» Pedro, coma yo, oia decir todo esto, pues
i^^ones Pedro sólo contestaba enseñándoles con tranquilidad La moda actual da la preferencia á las paredes tapizadas
lo vi pálido como el que se siente morir, y el pobrecillo de tela ígual al cortinaje y á la Bíllería : lujo y conmdídad
au brazo vigoroso y su flexible talle, que cual el junco de apretaba mi mano de tal modo, que me hacía daño sin él para el invierno, pero que ofrece gravea inconvenientes eu
íiuestraa riberas se dobla y levanta sin romperse jamas ; apercibirse. Por nuestra desgracia, mi padre, que iba de un la estación de los calores.
j;^'ffo más pensaba, que no decía, pero sus ojos brillaban cíe grupo á otro, no perdía una palabra; é l , que ya lo había H a y , sin embargo, un medio de evitar hoata cierto pun-
•?f modo que sin saber por qué se tenía en él !a mayor con- notado demasiado, no pudiéndose contener á pesar de su to esos inconvenientes. Supongamos quo las paredes están
banza. buen deseo, estando la tiesta eu au mayor apogeo, me hizo tapizadas de raso de lana y seda ó de cualquier otra tela
seña y me llevó precipitadamente á casa, ¡ Ay, señora, gruesa ; si la capacidad de la habitación lo permite, so colo-
li Llegó el gran dia; desde muy temprano, por montañas y qué distinta volví de cuando salí aquella mísuta mañana,
"•ileg g¿]Q ^Q Q¡^ QI g|5QÍ[io de las gaitas y tamborea. Laa cará la cama en medio, es decir, que sólo la cabecera toca-
tan confiada y alegre! Iba yo al lado de mi padre, sin ver rá á la pared. Un baldaquín guarnecido de pabellones for-
8rcas colocadas en la playa estaban empavesadas de ale- ni dónde ponía los pies ; me parecia catar en un sueño : mi
p e s y encarnadas banderolas, que jugueteaban con el viento, rados de la misma tela que las cortinas forman el dosel de
padre murcbaba en ailenííio; pero yo, C|ue leia en su pensa- la cama. De este modo ae aiala casi por completo la cama
"imitando un baile de fuegos fatuos. Altas y bonitas tiendas miento, me sentía desEallecer, presintiendo las ilesgracias
-^ Campaña esperaban á las autoridades y personas de cate- de los tapices, estableciendo una corriente de aire á todo el
que me esperaban. ¡Mi querido amigo, mi Peilro, estaba rededor.
sOría, pttj-a que todos disfrutaran bien del espectáculo, se perdido para m í ! Entonces, por la agonía de mi alma fué
P'SüD á loa músicos alineados en gi'adas, y la multitud desdo cuando comprendí cuánto y cómo lo amaba. Me acuerdo que Describiré un precioBO modelo de dormitorio que parece-
'^^ primeras lioras guarnecía ia orilla. aquel dia adornó mi talle con un ramo de ulmarias campes- rá quizás un poco severo á las personaa aficionadas á los
* i-ae jóvenes so ponían lo más bonitas posible, colocando tres, cuyo perfume prefería yo á todos, Pedro me lo había colores claros, pero es un modelo elegante y distinguido.
*,^ íorina de corona sus hermosas trenzas, sujetas congran- dado aquella mañana, cogido por él mismo entre laa plantas La tela es un raso de lana y seda líao, de un color habano
^ ^ peinas de plata á uso de nuestro país. Los sostenedores acuáticas y la profusa hierba de la orilla, que es donde esta un poco dorado. Las paredes van divididas en entrepaños
y^stian todos de blanco, distinguiéndose cada partido por llor prospera mejo]'. Las pobres flores, ya marchitas y olvi- por medio de una cenefa de tapicería género Aubusson,
J^MistintoB colores dedaa baudas que con este objeto lle- dadas, despedían un olor aun más fuerte que frescas : sus cuyo dibujo Luis XVI es de seda color de oro antiguo so-
"•bau ^] ¡ji-iixo. Pedro habia dicho que vencería, y yo, con emanaciones se unieron de tal modo á mis penas, que siem- bre fondo negro. Un cordón grueso sigue las líoeaü de la
'Itera fe en su palabra, gozaba de antemano con su triunfo. pre creia aspirarlas ; así es que de.íde entóocea no me he de- comisa y lleva por encima otra cenefa.
^. '^ hora conveuida, y acompañada de mi padre, me diri- terminado á oler ni tocar una de estas queridas flores, pues Loa -partiera y las cortinas del dormitorio que voy dea-
ja , ? | sitio que me estaba destinado ; no podía contener los mi deber era olvidar á Pedro, y laa pobres inocentes fiores cribiendo van rodeados d é l a misma tira, así como el pa-
^ " d o a fie mi corazón víijudome presidenta de tan gran siempre rae hubieran hablado de él. bellón cruzado del dosel.
' fiiTiblea : á no detenerme la consideración del disgusto do La cama va toda cubierta ó üipizada de la miama tela,
¿ / ^migo, hubiera de buena gana cedido mi pueato ; pero »A1 dia siguiente encontré á mí padre tan natural como con un ribete de terciopelo negro.
• ^'^lo por mí lidiaba, y esto me contuvo. La música dio la siempre ; ni me hizo observaciones, ni me ordenó nada, ní Dos aíllones y una silla baja, que reproducen los adornos
, "il líe partida con un aire tan guerrero, que animaba á siquiera habló de la fiesta; podría creerse que este día no de la cama, y una silla larga de terciopelo negro, rodearla
,^^ á la lucha ; luego cesó aquélla, y sólo el tambor ai- de un ribete de felpa color nutria con fieco de seda, consti-
^ 1 0 marcando vivamente el compás de una marcha rápida habia existido, si yo desgraciadamente no tuviera certeza
de é l ; así la tranquilidad de mí padre me inspiraba serios tuyen la aiUeria del dormitorio.
^ "itíoaadora.
temores, y comprendiendo que esto olvido era aparente, mi Alfombra persa.
' Log remos seguían esto compás, enterrándose y vol- ansiedad crecía. Cómoda-c/íí^oníiíer de marquetería; reloj .'íobre la chi-
^ Q d o íi aparecer en laa brillantes olas. Dos barcas aola- íiYa verá V . , señora, cómo ]iiispreaentimientos se reali- menea y candelabros de estilo Luis XVI.
Uw'^í^.^^ adelantaron ; parecían volar sobre e! agua para zaron, pues en aquel diu el porvenir de toda mi vida se Eu las ventanas, cortinas dobles de guípur.
L^^í^''!'pitarae la una aobro la otra. En la proa de cada barca decidió sin coiiauUarrae, Salió mí padre á buscar á Pedro, El armario de luna queda suprimido, relegándolo al ga-
tubn un regatero con su gran lanza en ristre, el cuello ex- que estaba hacinando gavillas bajo un aol abrasador : el binete de tocador ó al dormitorio de los ñiños. Se le reem-
'^dido, el cuerpo encorvado, como el soldado cuando car- recio trabajador sudaba á mares ; mas cuando oí pobre mu- plaza con el espejo do cuerpo entero, llamado psycMj que
fii al enemigo, sin perder de vista á au contrario, conloa chacho vio á su amo á lo lejos, quedó frío como ol mármol, debe ocupar un ángulo del dormitorio. Véase á continuación
u LA MODA ELEGAISÍTEJ PERIÓDICO DS LAS FAMILIAS.

otro tipo más corriünte qiie el que acabiimOB de describir : rán las Señoras Abonadas á la primera edición con el pre- tivo incontestable, que ea por sí aoloun medicamento exce-
Como tola, \mn itiíLgaífiaL cretomi con flores .grandes so- sente número, á una prenda interior de uso general, y de la lente, í í o puede sorprender, pues, que las pildoras y el ja-
bre UD fondo color de maíz. Eata tela se emplea en el cor- que, como de toiío lo que constituye la vestidura femenil, rabo al ioduro d e hicrio de M, Blancard se tengan en úm
tinaje y en la BÍllería. Las paredes víin revestidas de im pa- no está excluida la elegancia, alta estima por los más ilustres doctores.
pel liso del mismo color del fondo de la cretona,- es decir, Laa dimensiones que liemos dado al patrón de que nos
color do maíz. Un rizado de satiiieto azul pálido rodea las ocupamos bao sido tratadas con detenimiento, á Jin de
cortinas y cubre el dosel de madera. Un rimado igual ador- adaptarle ;l la generalidad de las estructuras y evitar en La superioridad y condiciones higiénicas de la antigua
na la chimenea, en cuyos costados se disponen iinaa corti- todo lo posible la neceaidad de introducir confecciones. fábrica de perfumería de la caaa E. Coudray (liaría, ll-i, ruó
oitas de la raiama tela. Las dos cortinas ^íoríífjrcíf se dispo- Dicho pantalón consta de una sola pieza, es decir, que d'Eoghicu) son tan notorias, que en la Exposición Uni-
nen ú, la italiana, es decir, que una de ellas cae recta, y la carece de costura en el costado, pudiendo cortarse al ancho versal de 1878 obtuvieron , no sólo la medalla de oro, sino
otra va levantada COQ UQ rizado, que reemplaza la abraza- de la tela ; por delante lleva una cintura de peto, sobre la la alta recompensa de la Cruz de Caballero de la Legión
dera y forma un pabellón fijo. La eilleria ya cubierta de cual se encoge la hoja delantera. A !a parte opuesta se co- ¡rUonneur.
cretona. loca una tira al hilo entre la abertura del costado y la parte (Justoaos, pues, las recomendamos á nuestras lectoras,
Como muebles, un armario de l u n a , un escritorio y una superior de la hoja de detriis. Los piquetes dados en la par- citando, entre otros productos, su perfumería especial con
mesa de palo santo encerado ó de nogal. Alfombra de mo- te inferior y superior del modelo sirven para doblarle por lavieina, preconiiíada por laa celebridades medicas de París
queta azul liso. • • su mitad, estando marcado por otros el sitio desdo donde como la más higiénica y bienhechora para todos loa cuida-
Para dormitorio de señoritas se emplea mucbo la cretona ha de cerrarse la cintura. El pantalón confeccionado, que dos del tocador.
y la muselina blanca forrada de Siitinete ; pero es preferible se halla representado por el grabado que acompaña, consta
la combinación siguiente, que ea de im gusto y de una no-
vedad completa. He visto el dormitorio amueblado' como Las nidoras BLANCARD (40, rué Bonaparte, París), al
voy á describirlo, y me ha parecido tan elegante, que no ioduro de hierro inalterable, son empleadas por las celebri-
vacilo en aconsejar á mis lectoras este nuevo género de ta- dades medicales del mundo entero en todaa las afecciones
picería. del bello seso (colores páiidos, etc., etc.) en que hay nece-
Trátase de una simple tela de algodón ó de bilo, como la sidad de proceder contra la aangre. (Rehusar todo frasco que
que se emplea para cauíisaB, para sábanas y para serville- no lleve la firma del inventor.)
tas caseras. Se guarnecen las cortinas de la cama y las de
loa ventanas, la colcha y los^(/j'/íéres con una tira de ca-
chemir azul ; el efecto es preciosísiuio. La sillería va cu- Llamamos la atención de nuestras lectoras sobre la Per-
bierta de reps azul, y los muebles son de bambú ó de pino fumeria á la Lacicina, E. Coudray, y su Agua divina.
del Norte. Véase en la cubierta el anuncio respectivo.
Para el dormitorio de los niños he visto emplear el dril
blanco con listas grises y de color de rosa. Como mueble
muy cómodo, el armario inglés de pino del Norte, cuya *f¿>.fel E d i t o r d e l a i n t e r e s a n t e n o v e l a El Mcdüv de las-
parte inferior forma cómoda con cajones, y la parte supe- Locas^ t r a d u c i d a p o r l a S r t a . !)."• J o a q u i n a B a l m a s e -
rior ea un armario de luna de dos puertas. d a , ofrece á, l a s s e ñ o r a s q u e s e a n a u s c r i t o r a s á. L A
Los muebles de comedor eran antiguamente los que más MODA ELEGAÍJTE ILUSTRADA s e r v i r l e s loa doa to-
se descuidaban en u n a casa; actualmente sucede todo lo moa de q u e c o n s t a , p o r el r e d u c i d o precio d e 2 p e s e -
contrario ; la comodidad y el hijo se han entronizado en el t a s 5 0 c é n t i m o s , h a c i e n d o d e en c u e n t a e l p o r t e d e
comedor como en la sala principal. Tapices antiguos, por-
lieres y cortinas peraas 6 indias, nada es demasiado rico; correos.
de este modo se halaga con manjares exquisitos el paladar E n las principales librerías de Madrid y de provin-
de los convidados, halagando al mismo tiempo la vista con cias s e h a l l a d e v e n t a d i c h a n o v e l a ; p e r o p a r a p o d e r -
un mueblaje lujoso y de buen guato. El terciopelo labrado l a o b t e n e r p o r el i n d i c a d o precio de 1 0 r s . e s i n d i s -
ea la teía más fuerte y más de moda para revestir las.sillas pensable ser auscritora á. L A M O D A E L E G A N T E , y
de comedor, á no aer que se posean tapicerías antiguas. El d i r i g i r s e al E d i t o r D . Alfredo d e C. H i e r r o , Gueva, 12,
paño y el tafilete, de los colores habano y granate, se eui-
plean mucho. Tanto sobre el uno como sobre el otro se bor- Madrid.
dan las iniciales del dueño eu el ángulo del respaldo, ai L a s Sras. Suscritoraa en América podrán adquirir-
éste es bajo, y en el caso contrario, en medio. El roble y el la c a s a de los S r e s . A g e n t e s d e l p e r i ó d i c o , p o r sólo
nogal son las maderas más de moda, 3S.—PftDtalaa para señoras. u n pego fuerte.
[El jinfro'i coi-laáo cot-respon^e d esfe paitlalúti.)
Ün rico aparador de doa cuerpos, u n a mesa de aervir y
una mesa de centro son los muebles admitidos en un co-
medor. La mesa más de moda actualmente es de forma de tres piezas , que son pernera, ¿lefo y cintura, las miamafj ADVERTENCIA.
cuadrada, más ú menos cuadrilone^a, según el número de con que ha sido hecho, y que le completan hasta en sua
tableros que se le añaden. Como aspecto es tal vez preferi- más pequeños detidles. Respecto de las pequeñas reformas
ble il la mesa redonda ú ovalada; pero los cuatro ángulos L a a Sraa. S u s c r i t o r a s á. la 1," edición d e lujo r e c i -
que pudiémmoa anotar, sólo diri-iuos que el pantalón de
suprimen otros tantos puestos; y como loa comedores de señora hasufiddo insignificantes retoques, pues no entran- b i r á n con el p r e a e n t e n ú m e r o el p a t r ó n c o r t a d o , r e s -
nuestras casas no brillan por la capacidad, aconsejamos á do en el dominio de los caprichos de la moda más que sus
las que tengan necesidad de amueblar un comedor que re- pectivo a l pantalón para señoras, que repreaenta la
adornos, dicho se está que nos limitamos á.dar la dispoai-
flexionen bien antes de decidirse, y si la pieza ea suHciente- cion general de su corte, partiendo de unas niedidaa deter- figura s e ñ a l a d a con el n ú m . 3 5 , q u e d a m o s e n esta
raente grande, no h a y ningún inconveniente en que elijan minadas.
la mesa cuadrilonga, fcusceptible de prolongarse añadiendo misma página.
tableros postizos. En e! comedor moderno la clásica estufa El pantalón no puede tener en su cintura una medida
se halla reemplazada por una chimenea con capejo. Pueden precisa, pues al colocarle el jaretón lo hemos hecho justa-
colocarse un reloj de pared con zócalo aplicado á uno de mente con el objeto de que sirva para todas laa demaa, dán-
loa entrepaños, y consolas para colocar jarrones y otros ob- dole entrada cómoda entre el tiro y el peto de delante, GEROGLÍFICO.
jetos de loza antigua. C. HEHNANDO,
Se adornan también las paredes de los comedores con
platos y fuentes de loza antigua. Una tapicería artística
sobre el entrepaño principal hace buen efecto. L a s sillas ESPECIALIDADES.
Luis X i n con respaldo cuadrado se revisten de tapicerías
modernas con dibujos antiguos. Finalmente, los cuadros al ¿Queréis tener el rostro fresco, perfumado, sonriente?
óleo no están proscritos en los comedores. Haced nao, pero uso constante, del Agua Ferríüre. Cuan-
do la fieonomia ae altera por consecuencia de un raaleatar
V. DK CASTELFIDO. cualquiera, cuando se experimente en la cabeza una fatiga
^ SQO ^ ó un calor embarazosos, una simple loción de esta agua oa
libra instantáneameute de tales molestias. Posee propieda-
EXPLICACIÓN DEL^GURIN ILUMINADO. des tónicas admirables, y un aroma que no puede deíinirse,
perqué no se parece á nada : tejos de incomodar, reposa y
refresca.
ITúm, 1.634.
Por lo demás, todos loa productos de la perfumeria L A -
Vestido de brocado coloí' de, púrpura, guarnecido en su FEíiiiiÉiiE (2ó, rué d'Enghien, París) gozan de iina repu-
borde inferior con un volante tableado y un ruló grueso por tación merecida. Kl uso de sus cosméticos, cualesquiera
encima. Volante y ruló van á unirse con loa paños de detrás, que sean , no ofrece el menor riesgo para la salud.—G. D ' E .
que forman la cola. Delantal de terciopelo pekinado color
de púrpura y negro, sobre e! cual caen unos paños punti-
agudos de brocado color de púrpura. Corpino abierto en for-
ma de corazón, hecho de brocado, con ahletas muy largas, Los amigos de la humanidad siguen con simpatía loa es-
rodeadas de un bies ancho de terciopelo pekinado. Mangas fuerzos de los filáutropos por mejorar las condiciones mora-
que llegan mucho más arriba del codo. El escote del corpi- les y físicas de las familias. Pero se ha dicho muy á menu-
no va guarnecido de unas solapas de terciopelo pekinado. do : de todos los bienes, el mayor ea la salud ; sin ella, la
Por la parte interior, una gola de encaje blanco. energía decae y las inteligencias más notables se esterilizan.
Así es que todo médico que ama verdaderamente su arte
Falda de raso gris perla ^ con aplicaciones de palmas es al itñsmo tiempo un filántropo.
bordadas con seda de varios colores. Sobre esta falda, una
túnica doble abierta por delante, hecha lie tela adamascada Puscar los remedios más iiptoa para combatir las enfer-
gris perla, guarnecida de encaje blanco. Corpino casi esco- medades que agobian á la infancia, á la mujer, es decir, á
tado de tela adamascada, abierto por delante sobre im peto • la familia, éste es el punto más digno de la atención de los
compuesto de varias hileras de encaje blanco. La manga médicos. A esto debe atribuirse el número considerable de
corta es de raso color perla. uiedicamentos destinados (>, combatir la anemia, es decir, la
incapacidad del organismo en volver á crear los glóbulos
de la sangre, que tan considerable papel desempeñan en la
eeonoraia animal. Si el fin que debe alcanzarse es conocido,
PATRÓN CORTADO restituir á la sangre el hierro que necesita, la práctica ea di-
fícil, el hierro empleado solo tiene un gusto detestable,
N ú m . 2, turba las digestiones y produce la constipación. H a y , pues,
PANTALÓN BE S E S O H A , que combinarlo con otro cuerpo, y á menudo éste, asociado
del hierro, tiene calidades del todo opuestas. Debemos fe-
ÍTo ofreciendo la moda, en estas seraanaa de transición, licitar, por lo tanto, á >I. lilancard , que'ha tenido la mano
ninguna novedad bastante interesante para poder hacerla particularmente feliz uniendo al hierro el iodo, ese depura-
objeto de nuestro patrón cori:ado, dedicamos el que recibi- L a s o l u c i ó n e n u n o d e los p r ó x i m o s n ú m e r o s .

HcBcrvadoB íodM los CeroclioB de propiedad artlBÜca j Jíteniria, MAniLID. —Imprenta, estereotipia 7 ealvanoplnstia de Ariban y C , succforoE do Kiradenei-rn.
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