Síntesis Filosófica - Teología Natural
Síntesis Filosófica - Teología Natural
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I. Teología natural y el problema de Dios
Punto de partida. En toda reflexión metafísica el punto de partida es el ente, es decir, aquello
que es (id quod est). Sabemos, según el principio metafísico, que todo ente es compuesto, a
saber, de acto de ser y esencia.
Ahora bien, existe un principio metafísico que menciona que todo lo que es compuesto es
causado, por lo tanto, el ente es causado. Precisamente, aquí surge la pregunta sobre la causa
última de todo ente. Esta cuestión, es precisamente lo que conocemos como teología natural.
Definición de Teología natural. Es el estudio de la causa primera del ente finito a la luz de la
razón natural. Esta pregunta que se hace el hombre sobre la causa de todo ente finito, no es
algo lejano, pues el hombre vive la relatividad interna, dependencia, limitación y carácter
transitorio de todas las cosas y de la propia vida, y pregunta, a través de ellas, por una razón
absoluta, independiente, ilimitada e imperecedera de su ser y sentido, razón que soporta y
hace posible todo.
La respuesta que se dé a esta cuestión es fundamental, tanto que Cornelio Fabro llegó a
mencionar que es el problema de problemas, pues engloba todo lo que es el hombre: «el
problema esencial del hombre esencial, por el cual cualquier otro problema de la existencia
adquiere la última claridad (la ética, el derecho, economía).»
El nombre que se ha dado, generalmente, a esta causa que es fundamento último de todo ente,
es Dios. En Él, el hombre encuentra el punto final de su búsqueda, de los afanes de su vida,
del sentido y finalidad de su vida y de su inserción en el mundo, de su ser.
Surge el
Se pregunta Encuentra problema de
El hombre por la causa que Dios es Dios. El
experimenta última que el querer
su finitud y sostenga su fundamento conocer
dependencia. ser y el de último de aquella
todo ente todo. causa, aquel
Ser.
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Diversos modos del conocimiento de Dios
Precientífico o
Luz de la fe
espontáneo
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En segundo lugar, por un modo que excede las fuerzas de la razón humana.
De los cuatro modos señalados como vías de acceso al Absoluto, se trata en la teología natural
el segundo de ellos, es decir, la vía de acceso a Dios a través de la filosofía, y más
concretamente de la metafísica. Esta vía es el máximo conocimiento natural o racional que
de Dios puede alcanzar el hombre; no es un conocimiento que agote todo el ser de Dios, pero
sí nos muestra con verdad algo de lo que es Dios.
De este modo, la teología natural o teodicea, puede ser enunciada como el conocimiento
metafísico de Dios, y es el saber máximo que el hombre puede alcanzar mediante su razón.
Así, los puntos en los que versa la teología natural son los siguientes:
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Dios es alcanzado a partir de la ratio entis, causa de las cosas
Dios en cuanto Ser y causa de los entes
Dios como causa totius esse
La teología natural como parte integrante y culmen de la metafísica
a) Para el filósofo: corona todas las demás ramas de la filosofía como son: metafísica,
pues Aristóteles termina su Metafísica hablando del motor inmóvil; epistemología,
estudia el valor del conocimiento humano, el garante de cualquier conocimiento
humano es Dios; ética, estudia el deber ser del hombre y Dios ha grabado el bien en
el hombre; antropología, estudia el ser del hombre y este es imagen de Dios.
b) Para el creyente: porque muestra el garante racional del acto de fe, el cual es
profundamente humano pues tiene soporte racional. La fe supera la razón, pero nunca
la crucifica.
c) Para el que no cree: le da los preambula fidei, es decir, le presenta las verdades que
le disponen al acto de fe, lo preparan.
d) La fe es un don de Dios, es una virtud infusa, no puede venir por lo intelectual.
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1. Entendimiento
2. Alma del mundo “Espíritu”
……
Lo más lejano es la materia
Cristianismo: propone como dogma de fe que Dios es el creador y principio. La
materia es buena, es creada por Dios. El mundo no es eterno, tiene un fin. El hombre
se salva por la gracia.
Fideísmo: el acto de fe no tiene un garante racional.
Tertuliano: tiene un choque entre fe y razón, entre más absurda sea, creo más
San Agustín: hay armonía entre fe y razón, “creo para más entender y trato de
entender para más creer”.
San Anselmo: da pruebas de la existencia de Dios.
San Buenaventura: habla de la relación entre fe y razón.
Santo Tomás de Aquino: propone las cinco vías para llegar a Dios.
Duns Scoto: habla de la relación entre fe y razón.
Guillermo de Ockham: introduce una postura nominalista. Para él las pruebas de la
existencia de Dios no tienen más que una certeza que denomina probable.
Lutero: cae en el fideísmo (acto de fe que carece de un garante racional) que se puede
llevar a un forma de violencia.
Descartes: cree en Dios y da pruebas de su existencia. Sin embargo, en su sistema usa
a Dios como un recurso epistemológico para aceptar la realidad del mundo y así evitar
que su sistema se fraccione.
Hume: niega el valor ontológico del principio de causalidad. La teología natural se
sostiene en este principio, por tanto, el conocimiento de Dios es nulo
Kant: la metafísica no es ciencia, por tanto, la razón pura no puede llegar a Dios. La
razón práctica sí puede demostrar a Dios
Deísmo: Dios sí existe, es causa de todo. Pero no es revelado, ni es providente
Hegel: confunde a Dios con el devenir del mundo. Es un panteísmo dinamicista, es el
Espíritu absoluto que se va desenvolviendo durante la historia.
Ateos: Marx, Feuerbach, Sartre, Nietzsche, Heidegger (agnóstico).
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Concilio Vaticano I (Constitución Dogmática Dei Filius): «Si alguno dijese que el
único y verdadero Dios, Creador y Señor nuestro, mediante las cosas que han sido
hechas, no puede ser conocido con certeza por la luz natural de la razón humana, sea
anatema.»
Una experiencia que no puede ser negada. Cortar con la experiencia, con el sentido común
natural, con el conocimiento espontáneo invalida siempre una filosofía, pues el primero es
regla para la segunda, y no viceversa. Precisamente, la filosofía nunca va a negar esta primera
experiencia que el hombre tiene, sino el cometido de la filosofía es perfeccionar, precisar,
distinguir, hacer explícito ese conocimiento espontáneo.
Nos obstante, por diversas cuestiones esta primera experiencia del conocimiento de Dios no
una cuestión exclusivamente intelectual, pues a él va unido el sentido mismo de la vida: por
eso influyen mucho en su adquisición las disposiciones interiores de la voluntad.
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La existencia de Dios no es evidente por sí misma
De este modo, al no ser la existencia de Dios evidente por sí misma, surgen diversas posturas
filosóficas que negaran el conocimiento de Dios o, de manera total, la existencia de Dios. Por
lo cual, el siguiente momento es presentar a estas posturas y autores que niegan la posibilidad
de una teología natural.
El ontologismo
Conocimiento
humano
Dios • La visión inmediata
de Dios condiciona
• Es la intución a la posibilidad de
priori de nuestro cualquier otro
conocimiento conocimiento
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Uno de los representantes del ontologismo es Malebranche, quien menciona: «si se piensa en
Dios, es necesario que exista.» De este modo, todas las cosas que están presentes a nuestra
mente pueden estarlo precisamente porque Dios lo está, y Él ilumina nuestra mente de
infinitos modos. En conclusión, Dios es la fuente ontológica de las cosas creadas y son las
cosas creadas la fuente cognoscitiva de nuestro conocimiento de Dios.
El agnosticismo
Una frase de Protágoras, nos ilustra lo que es el agnosticismo: «Respecto a los dioses, ignoro
si existen o no existen y qué figura tengan.»
Fenomenismo Criticismo
empírico de especulativo Agnosticismo
Hume de Kant
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Las principales posturas agnósticas las encontramos en la filosofía moderna y
contemporánea. De este modo, podemos encontrar las siguientes posturas:
Agnosticismo kantiano
Existen tres negaciones fundamentales por parte de la epistemología kantiana que serán base
de la modernidad para la posibilidad de la teología natural:
Agnosticismo fideísta
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Agnosticismo modernista
El modernismo admite sin lugar a dudas el agnosticismo kantiano: Dios no puede ser objeto
de ciencia especulativa pura; la razón humana está recluida en el am de los fenómenos y no
tiene poder para traspasar los límites de la apariencia que presentan las cosas y las formas de
esa apariencia.
Agnosticismo neopositivista
Se propone el principio de verificabilidad. Por tanto, hay proposiciones que son verificables,
se pueden decir que son verdaderas o falsas, pero las proposiciones que no sean verificables
no tienen sentido. Así, toda posibilidad de una teología natural queda descartada.
Crítica al agnosticismo
Según Cornelio Fabro, toda postura agnóstica tiene dos causas fundamentales:
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El ateísmo
Niega expresa y
directamente a Dios
Teórico
Intenta aportar
pruebas de la no
Ateismo existencia de Dios
Para analizar las posturas de distintos filósofos que han buscado mostrar argumentos para
negar la existencia de Dios o su imposibilidad, nos serviremos de la siguiente tabla, en donde
se ilustrará, a grandes rasgos, su postura y, por tanto, su imposibilidad o negación.
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existencia de una causa de la
naturaleza que sea distinta
de toda naturaleza, causa
que contenga el fundamento
de esa relación, a saber, de la
coincidencia exacta de la
felicidad con la moralidad.»
Feuerbach La idea de Dios no es más Ateo
que una proyección que hace
el mismo hombre de su
propia esencia. Dios aparece
como el universal humano
proyectado al más allá. Las
propiedades que atribuye se
atribuyen a la esencia divina
(amor, sabiduría, justicia,
etc.) son, en realidad,
propiedades del hombre. No
es Dios quien crea al
hombre, sino el hombre
quien crea a Dios. En
palabras de Feuerbach:
«Niego el fantasma de la
religión para afirmar al
hombre.»
Heidegger Comienza el análisis Agnóstico
existencial del hombre por
su relación fundamental al
mundo; el ser del hombre se
caracteriza esencialmente
como ser en el mundo. El
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hombre es un ser arrojado a
la existencia. La angustia es
la experiencia fundamental
y disposición afecta radical
de todo hombre. Las
estructuras ontológicas del
hombre, según Heidegger,
son:
Ser arrojado
Ser hacia delante de
sí mismo
Ser en el mundo
Ser para la muerte
Además, menciona: «Un
Dios cuya existencia pudiera
ser demostrada, sería un
Dios no divino, un Dios del
que el hombre podría
disponer con su razón, pero
no invocarlo, ni adorarlo
como gracia y misterio.»
Nietzsche Para él, el ateísmo es Ateo
sencillamente el punto de
partida, no es el fruto de
reflexiones filosóficas, sino
el presupuesto instintivo de
las mismas. El nihilismo de
Nietzsche es resultado de la
muerte de Dios. El mundo y
la historia han perdido su
sentido y un gran vacío
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moral se ha apoderado de
ello. Justamente, en el vacío
que deja Dios se instala la
nada como ausencia
absoluta de sentido. Surge
en el hombre una existencia
despojada de toda certeza y
en la que él mismo tendrá
que crear los valores. La
superación del nihilismo se
logra con la exaltación de la
vida. La vida dionisiaca se
transformará en pura
voluntad de poder.
Sartre Este filósofo existencialista Ateo
tiene como lema: como Dios
no existe, todo está
permitido. El hombre es
libertad pura; no hay nada
fuera del hombre al que éste
pueda aferrarse: el hombre
«está condenado a ser libre.»
Dios es un obstáculo. Por
tanto, existe una
contraposición entre Dios y
el hombre. El hombre existe,
luego Dios no existe. Solo
hay hombres y relaciones
entre los hombres. Ser
hombre, según Sartre, es
tender a ser Dios, o si se
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prefiere, el hombre es
fundamentalmente deseo de
ser Dios.
Junto con ello, Fabro menciona tres características del Ateísmo contemporáneo: a)
Inmediatez; b) Universalidad; c) Positividad y constructividad.
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Caracterìsticas
del ateísmo Inmediatez. El ateísmo en la cultura y en la sociedad contemporánea no
contemporáneo es, como en las épocas anteriores hasta el positivismo materialista, un
punto de llegada, sino que se ha convertido en fundamento y punto de
partida, constituyendo el clima y el ambiente de la cultura.
Evidentemente, no se trata de una inmediatez primaria, o sea, de una
evidencia sensible de la ausencia de Dios, como la evidencia de la
oscuridad en las tinieblas, sino de una evidencia secundaria, firmemente
operante en el sentido de que la ausencia de Dios constituye la
plataforma desde la cual se mueve, y en la cual se desarrolla toda
actividad social.
ALFARO, J., De la cuestión del hombre a la cuestión de Dios, Ediciones Sígueme, 3ª edición,
Salamanca, 1997.
FABRO, C., Drama del hombre y misterio de Dios, Ed. RIALP, Madrid, 1977.
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FABRO, C., Génesis histórica del ateísmo contemporáneo, en VV. AA., El ateísmo
contemporáneo,Madrid 1971, t. II, pp. 19-65.
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II. Las pruebas de la existencia de Dios
Demostraciones de la existencia de Dios
Una crítica que se hace a este tipo de demostraciones es que hay un error lógico, pues hay
una petición de principio. Se quiere demostrar la existencia de Dios partiendo de su esencia.
En segunda instancia, las demostraciones a posteriori parten del efecto para conocer la causa.
Se va de lo ontológico creado a lo ontológico que es causa.
San Anselmo de Canterbury (1033-1109) formuló por primera vez el argumento que se
conoce con el nombre de ontológico, y que tanta fascinación habría de tener a lo largo de la
historia. Fácilmente se subraya esa fascinación con la simple mención de los filósofos que lo
han defendido, matizando la versión anselmiana o reproponiéndolo con algunas variantes.
Así, de un modo u otro, ha sido defendido por S. Buenaventura, Escoto, Descartes, Leibniz
y Hegel. Entre los grandes filósofos que lo han criticado se encuentran Tomás de Aquino y
Kant. El argumento anselmiano se conoce con el nombre de ontológico desde Kant; en la
Crítica de la Razón Pura indica que es prueba ontológica aquella que prescinde de toda
experiencia e infiere, completamente a priori, partiendo de simples conceptos, la existencia
de una causa suprema.
Antes de Kant era denominado prueba a simultáneo, porque no se trata de una demostración
estrictamente a priori (y menos a posteriori) sino que se basa en la propia esencia de Dios,
o mejor, en el concepto de Dios, en el cual aparece su existencia.
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Cabe destacar que la visión de Anselmo, al proponer este argumento, es de un creyente pues
llega a mencionar: «Porque no busco comprender para creer, sino que creo para llegar a
comprender. Creo, en efecto, porque, si no creyere, no llegaría a comprender.»
Anselmo expone este argumento dela existencia de Dios en su obra llamada Proslogion, el
argumento dice de la siguiente manera:
«En la mente de todo hombre existe la idea del ser mayor que el cual no se puede pensar otro.
Pero este ser –Dios– ha de existir también en la realidad. En efecto, existir en la mente y en
la realidad es más que existir sólo en la mente. Pero si el ser mayor que el cual no se puede
pensar otro no existiera en la realidad, entonces no sería el ser mayor que el cual no se puede
pensar otro, pues se podría pensar otro mayor, a saber, el que, existiendo en la mente como
el mayor que se puede pensar, existiese también en la realidad. Luego el ser mayor que el
cual no se puede pensar otro, existe en la mente y en la realidad. Luego existe Dios.»
Existir en la mente
En la mente de todo Por tanto, Dios
y en la realidad es
hombre existe la existe en la mente
más perfecto que
idea de un ser como idea y en la
existir solo en la
perfecto realidad
mente
Lo que muestra san Anselmo en este argumento, es que a partir del análisis de la esencia se
deduce la existencia. El punto de partida de la prueba es la idea de Dios como el máximo
pensable (quo maius cogitare nequit), es decir el ser que reúne en sí todas las perfecciones:
es omniperfecto. Así, aquello mayor que lo cual no puede pensarse nada no puede tener
solamente una existencia mental, porque la existencia real es una perfección, algo que debe
poseer el ser omniperfecto o el ser mayor que el cual no puede pensarse otro.
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Otras formulaciones del argumento
Duns Escoto llega a mencionar: «Nadie, ni siquiera el insensato que niega la existencia de
Dios, puede negar que Dios, aquel ser del cual no se puede pensar otro mayor, sea pensable
y por tanto posible. Pero si Dios es posible, existe. Luego Dios existe.» «Por consiguiente, el
cogitable que existe en realidad es mayor que el que solo existe en el entendimiento.»
(Tratado acerca del Primer Principio, C.4.)
Gaunilón es un monje que en su Liber pro insipiente hace una crítica al argumento, menciona
que la existencia en la mente no se puede deducir la existencia en la realidad; si valiese para
Dios podría valer también para cualquier otra cosa.
Tomás de Aquino critica el argumento, pues menciona que se parte de la idea para llegar al
orden ontológico; sin embrago, en el pensamiento siempre debe ser en un orden contrario,
pues se debe de partir del orden ontológico al lógico.
Según Kant, el juicio ‘Dios existe’ no puede ser analítico, porque ningún juicio existenciales
analítico. ¿Por qué? Porque la existencia no es un predicado, o sea, no consiste en una
determinación de las cosas. (Téngase presente que, para Kant, juicio analítico es aquél cuyo
predicado es solamente explicitación de lo que ya está contenido en el sujeto). La existencia
no pertenece al ámbito lógico.
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Pruebas a posteriori
Las cinco vías de Tomás de Aquino
Santo Tomás, en Summa Theologiae I, q. 2, a. 3, expone cinco argumentos o caminos, que
denomina vías, para demostrar la existencia de Dios. La formulación que realiza es una
elaboración o sistematización a partir de demostraciones de otros autores (principalmente,
Aristóteles, Avicena, Platón y San Juan Damasceno), profundizándolas con su síntesis
filosófica original; en este sentido debe decirse que, aunque haya tomado diversos elementos
de otros autores, son originales suyas, ya que él las dotó de la más grande profundización,
por cuanto son aplicación de los principios de la metafísica del ser.
Las vías son demostraciones a posteriori que parten de diversos aspectos de la criatura en
cuanto tal (efectos), conocidos por la experiencia, y se remontan a Dios como Causa. En las
argumentaciones que propone Tomás de Aquino, aunque pareciera haber cierta sencillez, hay
todo un trasfondo metafísico, principalmente, se tiene como base los siguientes puntos
fundamentales de la metafísica:
La estructura trascendental del ente
La doctrina de la participación
La causalidad predicamental intrínseca y extrínseca
La necesidad de fundamentación de la causalidad predicamental por parte de la
causalidad trascendental
Un punto que es necesario destacar, es que la causalidad de la que se habla en las vías es
causalidad metafísica y no física; causalidad del ser y no causalidad de los fenómenos.
El camino que sigue Tomás, en las cinco vías y en toda su investigación, es primero la
cuestión sobre la existencia, y después la que se refiere a la esencia: quaestio “quid est”
sequitur ad quaestionem an est.
De manera muy sencilla, podríamos mencionar las siguientes consideraciones generales que
hay que tener para la comprensión de las vías tomistas:
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Existe una causalidad
Parten de los efectos para metafísica a nivel del
llegar a la causa esse, no solo física a
nivel de los fenómenos
Parten de la experiencia
humana, experiencia
sensible e inteligible
Las cincos vías tienen elementos integrantes, pasos que van siguiendo, los cuales son:
Imposibilidad de ir al infinito en la
serie de causas actual y esencialmente Término de la vía
subordinadas
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Imposibilidad de ir al infinito en la serie de causas actual y esencialmente
subordinadas: no poder ir al infinito en la causalidad trascendental, no es cuestión de
tiempo, pues se tiene que ir a principio de la ser, a algo que está arriba de la serie y
sostiene en el ser.
Término de la vía: el término de la vía no es otro, sino Dios, pero considerado bajo
un aspecto distinto dependiendo del punto de partida.
«La primera y más clara es la que se deduce del movimiento. Pues es cierto, y lo perciben
los sentidos, que en este mundo hay movimiento. Y todo lo que se mueve es movido por otro.
De hecho nada se mueve a no ser que en cuanto potencia esté orientado a aquello para lo que
se mueve. Por su parte, quien mueve está en acto. Pues mover no es más que pasar de la
potencia al acto. La potencia no puede pasar a acto más que por quien está en acto. Ejemplo:
el fuego, en acto caliente, hace que la madera, en potencia caliente, pase a caliente en acto.
De este modo la mueve y cambia. Pero no es posible que una cosa sea lo mismo
simultáneamente en potencia y en acto; sólo lo puede ser respecto a algo distinto. Ejemplo:
Lo que es caliente en acto, no puede ser al mismo tiempo caliente en potencia, pero sí puede
ser en potencia frío. Igualmente, es imposible que algo mueva y sea movido al mismo tiempo,
o que se mueva a sí mismo. Todo lo que se mueve necesita ser movido por otro. Pero si lo
que es movido por otro se mueve, necesita ser movido por otro, y éste por otro. Este proceder
no se puede llevar indefinidamente, porque no se llegaría al primero que mueve, y así no
habría motor alguno pues los motores intermedios no mueven más que por ser movidos por
el primer motor. Ejemplo: Un bastón no mueve nada si no es movido por la mano. Por lo
tanto, es necesario llegar a aquel primer motor al que nadie mueve. En éste, todos reconocen
a Dios.»
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Prueba por el movimiento siguiendo los cuatro elementos integrantes:
Principio de causalidad
Punto de partida -Todo lo que se mueve es movido por
-El movimiento metafísicamente otro, porque no se puede mover por sí
considerado mismo (nada puede estar al mismo
teimpo en potencia y en acto).
« La segunda es la que se deduce de la causa eficiente. Pues nos encontramos que en el mundo
sensible hay un orden de causas eficientes. Sin embargo, no encontramos, ni es posible, que
algo sea causa eficiente de sí mismo, pues sería anterior a sí mismo, cosa imposible. En las
causas eficientes no es posible proceder indefinidamente porque en todas las causas eficientes
hay orden: la primera es causa de la intermedia; y ésta, sea una o múltiple, lo es de la última.
Puesto que, si se quita la causa, desaparece el efecto, si en el orden de las causas eficientes
no existiera la primera, no se daría tampoco ni la última ni la intermedia. Si en las causas
eficientes llevásemos hasta el infinito este proceder, no existiría la primera causa eficiente;
en consecuencia no habría efecto último ni causa intermedia; y esto es absolutamente falso.
Por lo tanto, es necesario admitir una causa eficiente primera. Todos la llaman Dios.»
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Prueba por las causas eficientes siguiendo los cuatro elementos integrantes:
Principio de causalidad
Punto de partida -Todo lo que es causado, es causado
-El ejercicio de la causalidad eficiente. por otro porque nada es causa eficiente
de sí mismo.
Imposibilidad de ir al infinito en la
serie de causas actual y esencialmente
subordinadas
Término de la via
-Es imposible ir al infinito en la serie
de causas eficientes actual y - Dios como causa incausada de la
esencialmnete subordinados. Es causalidad subordinada que hay en el
necesario llegar a un primer motor que universo.
sostiene a toda la serie en el ser.
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eficientes (núm. 2). Por lo tanto, es preciso admitir algo que sea absolutamente necesario,
cuya causa de su necesidad no esté en otro, sino que él sea causa de la necesidad de los demás.
Todos le dicen Dios.»
Prueba por las causas eficientes siguiendo los cuatro elementos integrantes:
Punto de partida
Principio de causalidad
-Vemos seres contingentes, seres que
-Si todo fuera contingente nada sería,
se corrompen y generan. Todo lo que
por tanto, tiene que haber un ser
es contingente en algún momento no
necesario.
existió.
Imposibilidad de ir al infinito en la
serie de causas actual y
Término de la via
esencialmente subordinadas
- Dios reconocido como el ser
-Es imposible iral infinito en la serie
necesario a nadie subordinado.
de seres necesarios actual y
esencialmnete subordinados
« La cuarta se deduce de la jerarquía de valores que encontramos en las cosas. Pues nos
encontramos que la bondad, la veracidad, la nobleza y otros valores se dan en las cosas. En
unas más y en otras menos. Pero este más y este menos se dice de las cosas en cuanto que se
aproximan más o menos a lo máximo. Así, caliente se dice de aquello que se aproxima más
al máximo calor. Hay algo, por tanto, que es muy veraz, muy bueno, muy noble; y, en
consecuencia, es el máximo ser; pues las cosas que son sumamente verdaderas, son seres
máximos, como se dice en II Metaphys. Como quiera que en cualquier género algo sea lo
máximo, se convierte en causa de lo que pertenece a tal género -así el fuego, que es el máximo
calor, es causa de todos los calores, como se explica en el mismo libro —, del mismo modo
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hay algo que en todos los seres es causa de su existir, de su bondad, de cualquier otra
perfección. Le llamamos Dios.»
Prueba por las causas eficientes siguiendo los cuatro elementos integrantes:
Principio de causalidad
Punto de partida
-Cuando una perfección se encuntra
-En los seres percibimos diferentes
en diversos grados, ni un ente que la
grados de perfección (perfecciones
posee puede dar razón de esa
puras).
perfección.
Imposibilidad de ir al infinito en la
serie de causas actual y
esencialmente subordinadas Término de la via
-Dado que ningún ente puede dar - Dios reconocido como ser perfecto,
razón de esa perfección, esa donde cada perfección pura se
perfección es causada. identifica con su esencia.
« La quinta se deduce a partir del ordenamiento de las cosas. Pues vemos que hay cosas que
no tienen conocimiento, como son los cuerpos naturales, y que obran por un fin. Esto se
puede comprobar observando cómo siempre o a menudo obran igual para conseguir lo mejor.
De donde se deduce que, para alcanzar su objetivo, no obran al azar, sino intencionadamente.
Las cosas que no tienen conocimiento no tienden al fin sin ser dirigidas por alguien con
conocimiento e inteligencia, como la flecha por el arquero. Por lo tanto, hay alguien
inteligente por el que todas las cosas son dirigidas al fin. Le llamamos Dios.»
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Prueba por las causas eficientes siguiendo los cuatro elementos integrantes:
Imposibilidad de ir al infinito en la
serie de causas actual y
esencialmente subordinadas Término de la via
-Sin embargo, los cuerpos naturales - Dios como el ser inteligente,
no conocen, por tanto, existe un ser inteligencia suprema, que causa el
inteligente que pone el fin a los obrar intencionado de los cuerpos
cuerpos naturales. naturales.
1. Per auctoritatem Dei: Vemos que en las cosas naturales hay un fin, pues por Él van
actuando. Por tanto, debe haber un ser que dirige y mueve, que gobierna todo y mueve
hacia el fin. Dios es quien gobierna y mueve a todas las cosas hacia el fin.
2. Dei ex eius aeternitate: Podemos ver que las cosas materiales son mutables y hay
diversos grados entre ellas. Debe haber un primer principio que sea de todas las cosas,
que sea supremo y nobilísimo. Además, debe ser inmóvil y eterno. Por tanto, podemos
decir que Dios existe y es eterno.
3. Dei ex dignitate ipsuis Dei: Para que todas las cosas se conserve, debemos hablar de
una participación, en grados, a nivel del ese. El Ser que da esta participación, tiene
el ser por su misma esencia. Así, Dios es el ser que nos participa.
4. Ex incomprehensibilitate veritatis: Las verdades que conocemos y que se buscan
son determinadas y particularizadas. Estas ideas, necesitan una primera y suma
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verdad, que supera todo intelecto. Así, eso incomprensible e infinito en su ser, eso
es Dios.
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Prueba por el consentimiento universal
La humanidad en su conjunto simple ha afirmado la existencia de un ser trascendente, seria
ininteligible que la humanidad a lo largo de siglos se haya equivocado.
FABRO, C., Dios. Introducción al problema teológico, Ed. RIALP, Madrid, 1961.
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III. Sobre la esencia de Dios
Existen algunas posturas que llegan a tener características especiales al momento de referirse
al conocimiento de la esencia divina. Se encuentran algunos reduccionismos al momento de
hablar de la esencia divina, precisamente, aquí encontramos el antropomorfismo.
Por otro lado, encontramos una postura en donde se acepta la existencia de Dios, pero de la
esencia divina no se puede decir nada. Este es un agnosticismo, pero no de la existencia, sino
de la esencia de Dios. Esta postura, no respeta la inmanencia de Dios (Dios presente en la
creación). Rehúsa atribuir a Dios cualquier término o concepto positivo (Dios es bueno, justo,
etc.), solamente me atribuye a Dios conceptos negativos (Dios no es finito, no es hombre,
etc.) o, a lo sumo, relativos.
Encontramos a dos autores filosóficos que, precisamente, presentan una postura agnostica al
hablar de la esencia del Absoluto:
Plotino, filósofo neo-platónico, menciona que del Uno no se dice nada (recordando
que el uno es la idea absoluta de la cual emana todo).
Moisés Maimónides, filósofo judío, menciona que a Dios no se le puede atribuir
ningún concepto positivo, sino solo negativos y relativos.
Primer punto, hay que distinguir la perfección del modo en que la perfección se realiza. Pues
de Dios, sí podemos conocer sus perfecciones, pero no el modo en que Él las realiza. Esto se
debe a que, para ver el modo en que Dios realiza sus perfecciones, se necesita un don, algo
que perfeccione al entendimiento, lo que Tomás denomina como Lumen gloriae.
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Segundo punto, de la esencia de Dios podemos conocer, tanto cuanto, nos lo revelen las
perfecciones de las creaturas. El camino que hay que seguir, para atribuir estás perfecciones
a Dios, es la vía de la excelencia y remoción.
Este camino para la atribución de las perfecciones, tiene una triple vía para el conocimiento
de la esencia de Dios, estos tres momentos son:
Afirmación
Negación
(remoción)
Eminencia
(excelencia)
Afirmación: cuando se va a atribuir nunca nombre a Dios (una perfección), lo primero que
se tiene que hacer es afirmarlo.
1. Vemos que la creaturas son buenas, por tanto Dios también es bueno.
2. Dios no es bueno como son las creaturas.
3. Dios es la bondad.
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Así, según está triple vía que propone Tomás de Aquino, sí se puede nombrar a Dios desde
las creaturas, pero no lo significan según lo que es, sino según lo representa las creaturas.
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Los atributos divinos
Un atributo divino puede ser definido como aquel nombre con el cual se significa una
perfección divina. Los atributos divinos se dividen en dos grandes grupos: atributos
entitativos y atributos operativos.
Esencia
de Dios
Atributos
divinos
Entitativos Operativos
(Ser de (Obrar de
Dios) Dios)
Atributos entitativos
La simplicidad. Dios carece de todo tipo de composición metafísica (acto y potencia). Dios
es acto puro.
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Inmensidad. A Dios nadie lo mide, sino Él mide a todas las cosas. A esto se le denomina
como omnipresencia divina, la cual se da en tres tipos:
Omnipresencia por potencia: las cosas son conservadas en su acto de ser por Dios.
Omnipresencia por esencia: las cosas son conservadas en su esencia por Dios.
Omnipresencia por presencia: todas las cosas están presentes a la mira (conocimiento
y amor) de Dios.
La unidad. Dios, al ser simple, tiene unidad, pues en Él no hay ningún tipo de composición
metafísica. Dios es uno y único, metafísicamente necesario.
Atributos operativos
Ad intra: aquellas operaciones que inician en Dios y permanecen en Él, por ejemplo,
Dios se entiende a sí mismo, Dios se ama a sí mismo.
Ad extra: aquellas operaciones que inician en Dios, pero producen un efecto fuera de
Él, por ejemplo, la creación, la providencia, etc.
El entender divino. En Dios solo hay un acto de entender, este acto es eterno.
La ciencia divina. Qué es lo que conoce Dios: la ciencia divina, se divide en dos, a saber,
ciencia de visión y ciencia de simple inteligencia. La primera, se refiere a los seres realmente
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existentes en algún momento del tiempo. La segunda, se refiere a lo que meramente posible,
que ni ha existido, ni existe y ni existirá.
La inmaterialidad es lo que hace que un ser pueda conocer más y más. Dios es totalmente
inmaterial. Por tanto, Dios es el máximamente cognoscente, es el omnisapiente. Dios conoce
todas las cosas en su causa, es decir, en Él mismo.
Dios se conoce desde la eternidad a sí mismo. De igual modo, al conocerse, conoce los modos
en que puede participar sus perfecciones, es a lo que se denomina como ideas ejemplares.
Así, la idea ejemplar de Dios es causa ejemplar de las cosas.
El querer divino. Donde hay entendimiento hay voluntad. Dios tiene entendimiento por lo
que la voluntad divina se identifica con la misma esencia. Dios tiene un solo querer eterno,
no muchos quereres, pues sería multiplicidad en Dios. La voluntad divina no es una tendencia
al bien, sino una posesión amorosa y gozosa del bien que Él mismo es.
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Por tanto, no debe argüirse que Dios no puede hacer algo, sino hay que decir que ese algo no
puede ser hecho (unde convenientius dicitur quod non possunt fieri, quam quod Deus non
potest ea facere).
Dentro del tema de Dios y el mundo, encontramos que a lo largo de la historia han existido
errores al observar la relación entre estos dos. Entre estos errores, encontramos al panteísmo,
que es la doctrina filosófica que identifica el ser de Dios con el ser del mundo.
Igualmente, dentro de estos errores, encontramos al deísmo, que es la doctrina filosófica que
sí reconoce la existencia de un Dios distinto al mundo, pero niega totalmente la providencia;
sin embrago, la quinta vía tomista demostró que Dios es providente, pues quien pone sin
también pone medios para alcanzarlo.
Por último, dentro de estos errores, encontramos al ateísmo como doctrina filosófica que
niega la existencia de Dios, sin embrago, al negarlo hace imposible la explicación del mundo.
La creación
Crear es una acción exclusivamente divina, pues el crear es la novedad radical del ser. No es
pasar de un estado a otro (transformar), sino es la producción del ente en cuanto ente.
Dios, en la creación, infunde el acto de ser de la creatura y, también, produce (crea) la esencia
que recibirá el acto de ser. Así, Dios es el fundamento de los co-principios del ente finito,
pues infunde el acto de sr y produce la esencia que recibirá ese acto.
En muchas, ocasiones el movimiento es confundido con el crear, de ahí que sea necesario
mostrar lo implica cada uno:
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Respecto a si la creación es libre o no, se han planteado varios puntos. Dios crea el mundo
libremente, no por necesidad. Que Dios ha producido sus efectos libremente, que la creación
es fruto no de una necesidad natural, sino de la libertad divina, es una idea que Tomás de
Aquino insiste. No obstante, Leibniz se contrapone a esta idea, pues para él Dios debe de
crear el mejor de los mundos posible, por tanto, Dios no es libre absolutamente.
Así, aunque Leibniz afirme que Dios es libre al crear (como señala en su De rerum
originatione radicali) no salva la absoluta libertad de Dios en la creación, pues según él Dios
deberá escoger lo mejor: éste es el mejor de los mundos posibles.
Conservación
En la creación se da la novedad del ser participado, pero no solo Dios crea, sino que, además,
conserva el acto de ser en las creaturas. Metafísicamente, sería posible un aniquilación (que
Dios quite el ser).
El concurso divino
En cualquier acción de la creatura, Dios pone el ser y la creatura pone el modo de ser de la
acción. Respecto a este punto, Malebranche, comenta que Dios, en toda acción, es la causa y
la creatura es solo ocasión para que Él cause. No obstante, Tomás de Aquino, resuelve esta
cuestión, mencionando quiénes son los que pueden llegar a influir en el intelecto o en la
voluntad del hombre. Así, según Tomás, nadie puede mover la voluntad y el intelecto del
hombre, sino solo el mismo hombre y Dios, pero nunca alguien más, pues Dios siempre
salvaguarda la libertad.
Modo
Ser de de ser Acción
Dios del libre
hombre
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La providencia divina
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IV. Dios y el hombre
En la siguiente tabla, podemos encontrar que algunos se han puesto a favor, o en contra de
una relación armónica entre la Divinidad y la libertad humana.
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salvaguardar la gracia sin violentar la tanto, relativa y no
divina. Dios te da la libertad. absoluta.
gracia para la obra La libertad está
meritoria. Así, Bañez relacionada y
salva la omnisciencia dependiente de la
divina, pero deja muy verdad.
comprometida la
libertad del hombre.
Molina (jesuita): Dios
tiene una ciencia media
con respecto al actuar
libre del hombre. Dios
conjetura como el
hombre actuaría, da la
gracia, pero solo tiene
una ciencia media
respecto a ese actuar.
Papa Paulo V:
menciona que hay que
aceptar, ante esta
antinomia, do cosas: 1)
Dios quiere que todos
los hombres se salven y
lleguen al conocimiento
de la verdad. 2) El que
se salva, se salva por la
gracia de Dios. El que
se condena, se condena
por su culpa.
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El problema del mal
El problema del mal ha estado presente a lo largo de la historia. Las repuestas que se dan a
este problema son múltiples, inclusive, al aceptar su existencia se ha llegado a negar la
existencia de Dios.
En qué consiste la contrariedad. El problema consiste en cómo la existencia del mal no atenta
contra la existencia de Dios y su providencia universal. Las respuestas han sido diversas;
pero la contestación que tiene como fundamento una visión metafísica, de una teología
natural, es que el mal es una privación de bien. Precisamente, fue S. Agustín quien afirmó
que el mal no es una sustancia, sino la privación de un bien. Tomás de Aquino señaló,
además, que es privación de un bien debido; por tanto donde no haya bien, no puede haber
mal. El mal no tiene realidad sustancial: está en el bien como en un sujeto; de ahí que la
negatividad del mal supone siempre la positividad del ente en el que se inserta.
En el análisis que realiza Tomás, sobre la cuestión del mal, divide el mal en tres tipos:
1) Mal de naturaleza
2) Mal de pena o sufrimiento
3) Mal moral o pecado
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Algunas conclusiones sobre el tema del mal:
Dios creó un mundo imperfecto porque un perfecto es imposible, pues al ser creado
ya es imperfecto.
No debemos minimizar el mal, porque sí nos afecta, pero la última palabra la tiene el
misterio pascual de Cristo.
No debemos negarlo, pero sí hacer ver su relatividad, se puede relacionar a un bien
mayor.
El dolor tiene una función indicativa, le señala al hombre su fin último.
El mal de pena o sufrimiento solo puede afectar a un ser espiritual.
Dios no quiere directamente el sufrimiento, lo que sí quiera e el bien mayor hacia el
cual se orienta o se puede orientar el sufrimiento.
Dios permite el mal moral o pecado para salvaguardar dos bienes: el libre arbitrio y
el mérito.
El mal moral afecta en el hombre sus dos relaciones principales:
1) Relación con Dios, pues hace que se convierta en una relación de sospecha,
inclusive, se llega a ver a Dios como un enemigo.
2) Relación con el prójimo, pues una relación de donación se hace una relación
de acusación.
La solución al problema del mal no la tenemos.
CARDONA, C., Introducción a la quaest. disp. de malo. Scripta Theologica. 1974, Vol 6 (1),
p: 111-143.
LEIBNIZ, G. W., Ensayos de teodicea. Sobre la bondad de Dios, la libertad del hombre y el
origen del mal, Ediciones Sígueme, Salamanca, 2013.
SAN AGUSTÍN, Las confesiones, en Obras completas II, BAC, Madrid, 1979.
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Glosario de nociones de filosofía (énfasis en teología natural)
Agnosticismo: doctrina filosófica que afirma que la razón humana es limitada, que la
verdadera naturaleza de las cosas es inasequible al conocimiento humano.
Aposteriori: desde Kant se llama aposteriori todo conocimiento basado en la
experiencia.
Ateísmo: postura filosófica que afirma la no existencia de Dios.
Dualismo: doctrina según la cual la realidad está constituida por dos sectores
contrapuestos del ser.
Eclecticismo: dícese de la actitud del filósofo que, con frecuencia por falta de
originalidad propia, asocia en su producción elementos escogidos de doctrinas ajenas.
Empiriocriticismo: sistema “crítico empírico” de la teoría del conocimiento que solo
considera como real el ámbito de la experiencia sensible reduciendo toda objetividad
a estados psicofísicos de las sensaciones del sujeto.
Esencialismo: doctrina que estableciendo la más marcada separación entre lo
“sensible” y lo “suprasensible” subraya la invariabilidad y autosuficiencia del orden
de las esencias. Solo a este orden reconoce verdadero ser mientras que lo meramente
fáctico (sujeto al devenir y perecedero) lo considera como algo que no es ser con toda
propiedad.
Ética de situación: es toda doctrina moral según la cual la “situación” del momento,
interna y externa, del sujeto operante con su singularidad única e irrepetible es
considerada como la norma que decide sobre el significado moral del
comportamiento.
Eudemonismo: doctrina ética filosófica que ve el último fin y el bien supremo del
hombre en la felicidad, estado que se alcanza por el desenvolvimiento de todas las
fuerzas esenciales de la especie humana y del individuo.
Existencialismo: concepto global bajo el que se comprenden corrientes filosóficas
que convienen en el hecho de entender por “existencia” no el existir en general, sino
el modo de actuarse la existencia humana. En este sentido es el modo de desarrollo
de la existencia la que va conformando la esencia del hombre.
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Experiencia: forma especial de conocimiento que no procede de conocimiento
discursivo, sino de la aprehensión inmediata de algo dado.
Fenomenismo empírico de Hume: se resume en la tesis, cuando percibimos, lo que
verdaderamente percibimos no es algo exterior a nuestra mente sino nuestras propias
sensaciones.
Fenomenología: se trata de un método que, ateniéndose rigurosamente a eso que se
muestra a la conciencia describe la esencia, el sentido y el ser del ente mismo.
Fideísmo: postura que no admite las pruebas racionales de la existencia de Dios, pues
a la existencia de Dios solo se llega por la fe.
Fundamento: aquello de que depende algo (lo fundamentado, la consecuencia), que
no puede por tanto existir o comprenderse sin él.
Gnosticismo: conocimiento o saber salvífico.
Hedonismo: postura referente al fin del hombre que enseña que el placer es el
supremo bien y meta del obrar moral.
Heteronomía: sujeción a leyes ajenas.
Historicismo: un modo de pensar que significa la historización de todo nuestro saber
del mundo espiritual, tal como tuvo lugar en el transcurso del siglo XIX. Cualquier
realidad (el Estado, el derecho, la moral, la religión, el arte) solo es comprensible en
cuanto está disuelta en el flujo del devenir histórico y solo con comprensibles como
partes integrantes de un proceso histórico. En suma, no podemos hablar del ser sino
en cuanto ser histórico.
Humanismo: este concepto filosófico, creado por Panecio de Rodas, designa todas las
tentativas hechas desde la antigüedad en orden a derivar de un concepto del ser del
hombre reglas éticas para la vida de los individuos y de la comunidad, mediante las
cuales pueda cada uno lograr la plena realización de sus disposiciones específicas e
individuales. En el renacimiento se trata de una ideal de formación del hombre
mediante la recuperación de los autores de la antigüedad clásica (Cicerón etc...).
Ideología: se trata de una convicción de una verdad referida a grupos, concebida
institucionalmente, que no debe su fuerza a razones de verdad, sino a intereses
prácticos.
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Ilustración: en general se entiende por ilustración el intento de someter los valores
tradicionales a una prueba crítica, que apela a la autonomía de la razón.
Inmediatez y mediación: en general la inmediatez se entiende como nota
característica de toda experiencia directa (no causada por medio alguno interpuesto
entre la cosa experimentada y el sujeto experimentante). La mediación, en cambio,
designa en primer lugar precisamente la acción de tal medio o mediador: la de reunir
dos extremos separados, ajenos el uno al otro o contrapuestos.
Intelectualismo: un modo de pensar que da la primacía al espíritu como intelecto,
inteligencia, razón, frente a la voluntad.
Irracionalismo: corriente filosófica que desconfía por principio del pensar conceptual
o admite facultades cognoscitivas que van más allá de la razón (como los actos
emocionales o el sentimiento) y califica de no racional el fundamento y la estructura
de la realidad.
Logicismo: tendencia a subrayar el pensar orientado conforme a la lógica formal y a
sus leyes, del que se ha de derivar todo contenido cognoscitivo.
Materialismo: doctrina según la cual todo lo que existe está determinado en su ser
sólo por algo material y en su comportamiento sólo por la causalidad eficiente.
Mecanicismo: la concepción según la cual el acontecer de la naturaleza en general o
en parte es puramente mecánico, es decir, se produce conforme a la relación de causa
y efecto, mediante mero movimiento local de partes en sí invariables.
Método: se trata del procedimiento que muestra un camino determinado para el logro
de un fin que nos hemos propuesto.
Mito: es un relato transmitido desde antiguo, que en un lenguaje gráfico intuitivo hace
presente un acontecimiento de los tiempos originarios.
Monismo: doctrina que niega la diversidad de los sectores del ser reduciendo todo lo
que existe a uno solo principio.
Naturalismo: en sentido muy amplio se refiere a toda dirección de pensamiento que
ve en la naturaleza la realidad total y se caracteriza por la negación de la entidad y
consistencia propia de todo lo espiritual, libre, histórico por su reducción a una mera
forma de acción de las cosas naturales.
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Neopositivismo: teniendo su origen en el Círculo de Viena asigna a la filosofía como
únicos quehaceres la elaboración de la lógica y el análisis lógico del lenguaje, es
decir, la preparación del instrumental para los enunciados científicos.
Nihilismo: significa en general que no hay que pensar en normatividad y estabilidad,
que el ente, lo real, lo verdadero, lo valioso o bien no había sido nunca nada, o bien,
por lo menos actualmente, se resuelve en algo intranscendente.
Objeto: todo lo que es, no precisamente en cuanto que es, sin más, sino en cuanto que
“está enfrente”, es decir, frente al yo (sujeto) cognoscente en sus actos.
Ontologismo: doctrina según la cual Dios, en cuanto lo primero ontológico (primum
ontologicum) es también lo primero conocido (primum notum).
Panlogismo: concepción según la cual la “razón” es el verdadero principio del mundo,
y el mundo es su representación desarrollada (realizada) en el proceso dialéctico.
Panteísmo: doctrina filosófica que niega la trascendencia de Dios, o si se prefiere,
rechaza la distinción absoluta entre Dios y el mundo.
Paradoja: lo que aparece como contradictorio o lo que va contra la idea y opinión
corriente.
Perspectivismo: filosóficamente, la doctrina según la cual el hombre (como limitado
que es) no puede tener nunca presente el todo (mundo, ser, Dios) como un todo, sino
siempre, únicamente desde un determinado punto de referencia.
Petición de principio: falacia que se comete cuando nos quieren demostrar algo
metiendo ese algo en la misma demostración.
Pluralismo: doctrina según la cual la realidad está constituida por diversos elementos
fundamentales, estructurada en diversos “estratos del ser” no derivables unos de
otros, y procede de diversos principios de ser no reducibles unos a otros.
Positivismo: afirma que la filosofía, descartada toda metafísica y su presunto
conocimiento de principios normativos, no tiene otro quehacer que el de ordenar “lo
dado” inmediatamente en la experiencia sensible (positivo), lo efectivo, de hecho,
fáctico, mediante el establecimiento de relaciones últimas, generales y constantes de
la realidad (leyes).
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Pragmatismo: designa la actitud filosófica fundamental que afirma que toda teoría y
toda verdad carecen de relevancia propia y sólo reciben validez de su utilidad para la
realización de quehaceres prácticos.
Principio de verificabilidad: Criterio utilizado por el neopositivismo para valorar la
verdad de las proposiciones. Como corresponde al punto de vista empirista de esta
corriente, sostiene que la única forma de comprobar la verdad de una proposición no
tautológica es la experiencia, la observación empírica. El neopositivismo identifica el
criterio de verificación con el criterio de significado indicando que una proposición
es significativa si de ella es posible la verificación empírica.
Principio: comienzo, enunciado fundamental, fundamento, regla.
Realismo: Teoría filosófica según la cual el objeto conocido tiene una realidad
independiente de la mente que lo conoce y puede existir aunque nadie lo piense o se
lo represente.
Relativismo: la idea de que no existe una verdad absoluta, universal, ni una moral con
vigencia universal para el hombre, sino que todo conocimiento (relativismo
gnoseológico) es sólo relativo y dependiente de condiciones mudables y que también
el obrar moral (relativismo ético) se rige en cada caso por pautas o ideas cambiantes.
Sensualismo: corriente filosófica nacida del empirismo de la ilustración que considera
todo comportamiento del hombre (incluso el espiritual y moral) como función y
resultado de estímulos fisiológicos, de modo que la subjetividad queda reducida a
“sensualidad” o sensibilidad.
Sistema: reunión de elementos múltiples en un todo organizado internamente.
Solipsismo: se trata de un punto de vista epistemológico del idealismo subjetivista
extrema, a saber, que sólo el propio yo y sus estados anímicos tienen existencia real
y que todo lo demás sólo existe en su representación.
Subjetivismo: en general, la reducción de toda verdad y moralidad a la individualidad
psíquica del sujeto particular, siempre variable e imposible de transcender.
Teodicea: justificación racional de Dios.
Teoría: en general, toda idea científica sintetizante; también la exposición puramente
especulativa de una ciencia.
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Transcendental (en Kant): designa no algo que se sitúa más allá de lo cognoscible
sino lo que en el “regreso” reflexivo a la conciencia (sujeto) se descubre en punto a
principios constitutivos y juntamente con ello como condición de posibilidad de
objetos, experiencia, conocimiento en general.
Vitalismo: doctrina según la cual la vida no se puede reducir exhaustivamente a la
causalidad de factores fisicoquímicos, sino que acusa leyes propias, en cuanto que
está determinada por un principio especial no accesible a la investigación de las
ciencias naturales.
Voluntarismo: designación de las corrientes de pensamiento que, por oposición al
intelectualismo, dan en alguna manera la primacía a la voluntad frente al pensamiento
racional.
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