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El Abanico de Artuca Capitulo de Unas Memorias Que No Llevan Camino de Publicarse 973408
El Abanico de Artuca Capitulo de Unas Memorias Que No Llevan Camino de Publicarse 973408
OE LA
EL ABANICO DE ARTUCA
CAPÍTULO DE UNAS MEMORIAS QUE NO LLEVAN CAMINO
DE PUBLICARSE
que fué de Madrid; con doña Fernanda, antes mentada, señora vir
tuosísima y de trato exquisito, hija del Marqués de Gaviria, dueño
de la acreditada ganadería de toros de plaza, que se corrieron du
rante muy poco tiempo. A las primeras, y únicas, banderillas de fuego
que se pusieron a un bicho de la torada, el Marqués mandó al ma
tadero todas las vacas bravas y se acabó la ganadería.
Muy pronto se vió precisada Artemisa—con su guitarra—a re
nunciar muchos convites; a no poder servir, sino la tercera parte, ex
casa, de los pedidos que le hacían de canteflamenco, principiando por
Palacio. Don Antonio Cánovas del Castillo, se pirraba por oiría: como
que era el derroche de la gracia. Por eso el más íntimo de mis amigos
le escribió:
«Cuando Camacho estudiaba
el presupuesto de ingresos
la sal estancó, chiquilla,
para cobrarte el impuesto.»
Ni que decir tiene; al mes de su llegada a Madrid, Artuca era una
gran influencia y pedía versos autógrafos e inéditos, para su abanico,
a los inmortales, como hubiera podido solicitar destinos del Presidente
del Consejode Ministros,directamente, y conseguir los nombramientos.
Se había criado en una atmósfera saturada de arte. Los salones del
Marqués de Gaviria, su padre,—jefe en Sevilla, del partido Conser
vador, antes Alfonsino, caballero a carta cabal, que gastó mucha parte
de su hacienda trabajando por la restauración de la dinastía—esta
ban siempre alumbrados y servidos para que luciesen en ellos, poetas,
músicos y toda clase de artistas. Aquella gran casa, tan sevillana,
do la calle de O’Doncll, podía compararse, por lo que tuvo de Asilo de
la Cultura, con la de los Duques de Fernán Núñez en Madrid.
Estos antecedentes explican por qué la cantaora reunió en su
abanico, tantas y tales firmas, autógrafas; en el país y en el varillaje.
En la notabilísima «Exposición de El Abanico en España», que,
preparada, abierta y catalogada por la Sociedad Española di Amigos
del Arte, certamen del que fué alma D. Joaquín Ezquerra dil Bayo (i)
constituyó el más completo y aplaudido éxito; faltaban ejemplares,
por arriba del abanico-florilegio; por abajo del abanico de Calañas.
La observación no constituye ni el menor asomo de crítica ad
versa. Una y otra clase de abanicos están distanciados, por sus con-
8 Mayo de 1921.