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Grupo: E108

Materia: Didáctica y evaluación de la educación superior

Docente asesor: Mtra. Hoyuky Aguilar Torres

Actividad de aprendizaje 1: Mi vida escolar

Puebla, Pue a 22 de abril de 2022

Mi vida escolar en Educación Superior

Introducción.
En primer lugar, para argumentar las experiencias didácticas mas representativas en mi
educación durante la Normal Superior en el área de matemáticas, con su aplicación en la
actualidad quiero empezar por explicar que dependieron de las concepciones del acto de
enseñar de cada uno de los docentes. Arenas define el acto de enseñar como “interacción
intencional y sistemática del docente y del discente en situaciones probabilísticas usando
las estrategias más propias para integrar los contenidos culturales, poniendo en actividad
todas las capacidades de la persona y pensando en la transformación socio-cultural del
contexto” ( 2002, p. 157), esto quiere decir que no todos tomaron el mismo rol, su modelo
de enseñanza y didáctica era diferente, en algunos casos enseñaban como aprendieron
con un método tradicionalista o conductista e incluso constructivista.
En la práctica docente intervienen los significados, las precepciones y las acciones de los
docentes, así como la relación maestro- alumno, los aspectos político- institucionales,
administrativos y normativos de un momento o etapa específica, en consecuencia, rescato
que hace 23 años la educación superior estaba limitada a las propias políticas educativas
y eran funcionales para ese contexto. Al querer compararlas es en el entendido de que el
modelo educativo 2022 está constituido a partir de las necesidades sociales actuales,
aunque, el fin de la educación siempre ha sido el que los alumnos adquieran
conocimientos, pero hoy se habla también de un saber. Un saber no solo son
conocimientos, aunque se contengan mutuamente (Zambrano, 2015).
En suma, en el presente ensayo se plasman tres experiencias significativas que marcaron
mi educación superior desde las dimensiones del acto educativo que describen a cada
docente y su relación con el grupo, algunas de ellas siguen presentes en la educación
actual, ya que la concepción de cada docente depende de sus propios saberes, como
refiere Hert “Los saberes provienen de la experiencia vivida y de la relación establecida
con los otros y con el mundo” (2014).

Desarrollo.
Ante todo, para entender la educación se debe partir por el concepto que se tiene de ella,
para Bloom menciona Suárez (2002) educar consiste en el desarrollo de aquellas
características que permiten al hombre vivir eficazmente en una sociedad compleja, pero
en realidad qué es vivir eficazmente, esto depende de la idea de cada persona, por ello
esta definición es vaga y ambivalente. Por otro lado, Suárez entiende la educación como:
“Una actividad o un proceso permanente, consciente e inconsciente, que involucra todas
las edades, esferas y actividades de la vida, mediante el cual una persona, una
comunidad, un pueblo, dentro de un contexto general y específico, global y situado,
desarrolla sus potencialidades y las de su entorno promoviendo la cultura, en búsqueda
de crecimiento, bienestar y felicidad” (2002, p. 20).
A partir de la definición anterior es que doy sustento a que la educación superior que en
su momento me toco vivir en mi vida escolar fue buena y de calidad, debido a que la
mayoría de los profesores si consideraba el contexto general y específico a su manera,
independientemente del modelo y rol de cada profesor, promovían la cultura y buscaban
que tuvieras un crecimiento en conocimientos, en contraste no recuerdo que nos hablaran
de buscar la felicidad, como ahora esta centrada la educación con enfoque humanista, y
esto sucede porque actualmente a nivel global los conocimientos se adquieren, sin
embargo, hay una perdida de valores. Un conocimiento es lo que permite el equilibrio
entre el sujeto y el medio y un saber, es una construcción social y cultural que habita en
una institución (Margolinas, 2014), es por ello que la educación de antes se centraba más
en solo los conocimientos y la educación de hoy considera ya un saber hacer y un saber
ser.
En lo que se refiere a las dimensiones del acto educativo la dimensión de la praxis
propone a la educación de manera práctica en donde esta tiene efectos sobre la realidad,
la dimensión teórica propone a la educación en función de los conocimientos que trasmite
en el proceso de la enseñanza y la dimensión normativa propone a la educación favorecer
la reflexión acerca de lo que las personas deben ser. De estas dimensiones se clarifica la
naturaleza de la didáctica de cada profesor.

La primera experiencia didáctica que marco mi educación superior fue la del profesor de
matemáticas que me dio aritmética, el cual se centro en la dimensión teórica que propone
a la educación en función de los conocimientos, su práctica estaba basada en la
concepción de estereotipo de aulas con respecto a utilizar los mismos apuntes y
exámenes, el rol del docente era de instructor, en donde tradicionalmente el alumno
aprende y el docente enseña, el aprendizaje que nos brindo se redujo al aula, con
memorizaciones de nociones, conceptos, principios e inclusive procedimientos
mecánicos. La acción del docente se centro en los contenidos, como refiere Pérez escribe
en el pizarrón, dicta, explica, expone, reparte fotocopias, demuestra, etc. (1986). Aquí e
profesor y el alumno, a pesar de ser sujetos diferenciados, se perciben como elementos
complementarios, uno posee el saber y el otro lo necesita, es decir uno entrega y el otro
recibe. Todavía recuerdo como llevaba la libreta de un exalumno y de ahí nos dictaba los
temas por lo que el conocimiento se adquirió a través de un acto mecánico, por lo que
pasado el tiempo tuve que reforzar. Si analizamos en la actualidad todavía existen
muchos catedráticos que su didáctica no es muy flexible y variada y siguen utilizando el
método tradicionalista y conductista, que en su momento o para ciertos aprendizajes son
buenos, sin embargo, requieren de la combinación de nuevos modelos alternativos que
cubran las necesidades y expectativas de la juventud actual.

La segunda experiencia didáctica que marco mi educación superior fue la del profesor de
matemáticas que me dio clases de algebra, el cual se centro en la dimensión método, la
cual se refiere al análisis del proceso educativo como estructura procedimental que con
lleva a una metodología educativa (Pedagogía y Didáctica), por lo que tomaba como base
el modelo constructivista. Este modelo refiere Suárez propicia que el estudiante piense de
manera autónoma y entienda significativamente su mundo. El profesor debe estructurar
experiencias interesantes y significativas que promuevan dicho desarrollo, el fin de la
educación es generar comprensión, autonomía de pensamiento y hombres creativos
(2002). Recuerdo que cada clase era diferente y sorprendente, ya que a veces partía de u
problema significativo, en otras ocasiones proyectaba un ejercicio ya resuelto para
analizarlo y reflexionar sobre los procedimientos para llegar a la solución, en otras
ocasiones pedía que investigáramos y a partir de las explicaciones de los equipos
entendíamos los contenidos, al final realizamos una feria de las matemáticas en donde
únicamente a través de juegos lúdicos explicamos las operaciones algebraicas, las
diferentes ecuaciones y resolver problemas. El rol del profesor German Barrientos fue de
guía, siempre nos decía que se aprende mientras se enseña y viceversa, incluso recuerdo
que nos mencionó que: “cuando no puedan hacer algo, compártanlo con sus estudiantes,
porque seguramente algunos de ellos encontrarán la solución”, el tenía altas expectativas
de sus alumnos una de las características de un docente que maneja un aula diversificada
que es parte de lo que la educación actual solicita. Él convierto su didáctica en un arte,
porque como indica Medina “La didáctica, como arte, es la disciplina comprensivo-
generadora del acto docente-discente caracterizada por la autonomía y el desempeño de
la tarea formativa que lleve al docente a generar una educación integral para su alumno
(2020). Actualmente, hay muchos docentes de educación superior que trabajan como el
pero que ahora incluyen también la tecnología en sus clases, una necesidad de este
mundo global.

Una tercera experiencia que hasta la fecha me sigue impactando es la del profesor que
me dio la clase de calculo diferencial e integral, del cual no aprendí nada. Cuando llego
nos comento que era profesor con la especialidad en matemáticas y que era la primera
vez que impartiría esta asignatura, por lo tanto, el acto educativo de cierta manera no se
estableció, no se si este bien clasificar como modelo existencialista lo que paso en esta
asignatura, hubo flexibilidad, diálogo y nos dio la libertad de compartir nuestras
experiencias con respecto a lo que habíamos aprendido en educación media superior, los
roles de intercambiaron, porque varios compañeros nos convertimos es guías de nuestros
compañeros y el maestro Alejandro tomo el papel de alumno y aprendí junto con el grupo,
de hecho nos dio buenas calificaciones a todos. Una servidora llevo el libro de cálculo que
lleve en el bachillerato y nos repartimos algunos temas, nos preparamos y entre todo el
grupo nos fortalecimos. En este caso rescato lo que menciona Suárez sobre todos somos
educandos y todos somos educadores a los largo de nuestra vida (2002), por lo que la
educación es obra de la interacción de organismos vivos con su entorno, lo fundamental
se aprende implícita, no explícitamente; de ahí que la educación deber ser obra y
responsabilidad de la sociedad en su conjunto, así que a pesar de que el profesor como
tal no tenía una didáctica en la asignatura, tuvo la apertura de que los contenidos los
eligiéramos nosotros, la relación que se estableció fue la de trabajar en equipo, la
didáctica partió de las experiencias de una clase similar, en donde ya no solo habíamos
adquirido conocimientos sino habíamos llegado a un saber didáctico. En la actualidad
quiero creer que no hay situaciones así porque ahora los docentes son evaluados por
varios filtros para verificar que tengan las competencias necesarias y hace 23 años no se
hablaba tanto de evaluaciones docentes en un cambio que considero bueno para la
educación superior actual.

Finalmente, aunque las tres experiencias didácticas surgen de una misma institución, todo
profesor posee un saber institucionalizado que en sus manos se convierte en un
instrumento de coerción o apertura de aprendizaje, dependiendo de la propia experiencia,
de los conceptos que tengan sobre los conceptos paralelos y complementarios sobre la
enseñanza y el aprendizaje. En donde la enseñanza es entendida en lo que tiene de
aplicación del conocimientos, principio o idea y el aprendizaje la forma en la que cada uno
pasa ese conocimiento lo convertimos en un saber.

Conclusión
Desde mi experiencia como estudiante y ahora como docente, retomo la concepción de
Gajardo:

“El acto educativo está relacionado con el ser mismo, con su existencia y su estar, en un
momento temporal y un espacio determinado, se crea cuando el ser humano se expone y
se expresa con creatividad a sí mismo y con los otros, moviéndose en el continuum,
incorporándose y cambiando las cosas según su tiempo y su espacio; creando y
recreando la memoria humana” (2019, p.1).

Las experiencias didácticas que viven los alumnos serán diferentes, porque no todos los
docentes tienen las mismas experiencias vividas, se rigen en las políticas educativas
establecidas por cada gobierno; sin embargo, la creatividad, las concepciones de los
diferentes problemas que enfrentan van marcando sus propias estrategias de enseñanza,
algunos convertirán la enseñanza como indagación artística o investigación metodológica
etnográfica, en una acción reflexiva y creadora, habrá docentes que se basen en el
modelo tradicionalista aún en esta época. Lo que no ha cambiado es que siempre el acto
de enseñar está integrado por dos sujetos (el que enseña y el que aprende). Lo más
importante es que la educación superior considere lo que García (1993) menciona sobre
las condiciones que debe tener un acto para que tenga valor educativo: ser significativo
(tener sentido individual y social para el docente y alumno), ser consciente (el docente y
alumno se dan cuenta de lo que hacen y porque lo hacen) y ser libre (el docente y alumno
tiene iniciativa propia). El reto de la educación superior del ayer y el hoy siempre a sido
que el acto educativo impacte l sujeto que se educa, a su familia y la sociedad en la que
está inmerso, buscando la transformación cultural en general y del desarrollo de los
alumnos en lo particular, haciendo a que los jóvenes aprendan a aprender
cuestionándose para qué se aprende. Lo que hace diferente la educación superior de
hace más de 20 años a la de ahora es que los docentes han convertido el manejo de la
tecnología en un arte didáctico, porque forma parte de una competencia global y social.

Referencias bibliográficas.
Gajardo Espinoza, J. M. y Rivera Morales, M. T. (2019) Delimitación y desafíos del acto
educativo. CienciAcierta,15 (58), pp. 26-32. Recuperado de:
http://www.cienciacierta.uadec.mx/articulos/CC58/DelimitacionyDesafios.pdf

Hert, P. (2014). Le corp du savoir qualifier le savoir incarné du terrain. Études et


communication, 42, 29-45.

Pérez, J. E. C. (1986). Problema general de la didáctica. En Fundamentación de la


didáctica. Tomo 1 (pp. 73-134). México: Ediciones Gernika.

Margolinas, C. (2014). Connaissance et savoir: concept didactiques et perspectivas


sociologiqes? Revue française de pédagogie, 118, 13-22.
Suárez, D. R. (2002). Las dimensiones del acto educativo. En La Educación. Estrategias
de Enseñanza-Aprendizaje. Teorías educativas (pp. 13-21). México: Trillas.

Zambrano, A. (2019) Naturaleza y diferenciación del saber pedagógico y didáctico.


Pedagogía y saberes, 50, pp. 75-84. Recuperado de:
hhtp://revistas.pedagogica.edu.com/indez.php/PYS/article/view/9500/7037

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