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CUENTOS!NORUEGOS
LOS MEJORES CUENTOS PARA NIÑOS
PUBLICADOS:
I. Cuentos Armenios
II. » Armoricanos
In. » Flamencos
IV. » :Rusos
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XII. » Celtas
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XIV. » Indostánicos
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XVI. » Noruegos
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XIX. » Alemanes
XX. » Griegos
XXI. » Húngaros
XXII. » Italianos
LOS MEJORES CUENTOS PARA NIÑOS
COLECCIÓN FOLKLORICA SELECCIONADA
DE TODAS LAS RAZAS
Y DE TOD0S LOS PUEBLOS
XVI
CUENTOS NORUEGOS
PAga.
Prólogo. 7
Los dos tontos 11
Los Trolls en el bosque de Hedale 19
La testaruda. 27
El gigante que no tenia el corazón en su cuerpo. 33
Las tres tras. 51
La flauta de Osborn. 61
El marido que quiso cuidar de la casa. 77
PROLOGO
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CUENTOS NORUEGOS 17
- j Ah !-exclamó el difunto-o Como ya sa-
béis, amigo Gudrun, nunca consiguieron las
lágrimas sacar a nadie de la tumba y por eso
me no con el deseo de recobrar la vida.
Todos los asistentes al entierro se conven-
cieron de que allí ocurría algo raro. Como es
natural, nadie creyó un momento en la muerte
de maese Olaf y al fin acabaron convenciéndo-
se de que sin duda su mujer 10 había hecho
víctima de una broma pesada. Y, atando ca-
bos, diéronse cuenta de que también maese
Gudrun había sido ohjeto de alguna burla de
su mujer, de modo que los dos se alejaron del
brazo y muy seguros de que sus respectivas
esposas habían querido divertirse a su costa.
Durante el camino pusiéronse de acuerdo
acerca de 10 que deberían hacer y una vez lle-
gados a sus casas respectivas, llevaron a cabo
el acto más juicioso de su vida entera. Y si
alguien desea saber en qué consistió, mejor
hana en preguntárselo a las varas de fresno
que había en cada una de las dos viviendas.
2
LOS TROLLS EN EL
BOSQUE DE HEDALE
En cierta comarca de Vaage, en Gudbran-
dsdale, vivía ~ntiguamente un matrimonio
muy pobre. Tenían muchos hijos y dos de ellos
eran ya lo bastante creciditos para recorrer la
comarca pidiendo limosna. Por esta razón co-
nocían al dedillo todos los caminos y sendas
de la región y también habían recorrido varias
veces el atajo que llevaba a Redale.
En cierta ocasión se les ocurrió ir a ese bos-
que, pero al mismo tiempo se enteraron de que
algunos halconeros habíanse construído una
cabaña en Maela, de modo que se les ofreció
la ocasión de matar dos pájaros de una pedra-
da, pues deseaqan ver los halcones y cómo ca-
zaban los pajarillos. Por consiguiente tomaron
el atajo a lo largo del bosque.
Es preciso añadir que estaba bastante avan-
20 LOS MEJORES CUENTOS
zado el otoño, de modo que las muchachas que
se dedicaban a ordeñar leche habían abando-
nado las chozas para volver a sus casas y,
por lo tanto, los dos muchachos no podían
abrigar la esperanza de obtener albergue ni
comida.
Viéronse, pues, obligados a dirigirse en lí-
nea recta a Hedale, pero la senda apenas era
visible, de modo que, al anochecer, diéronse
cuenta de que se habían extraviado. Y lo peor
fué todavía que tampoco sabían dónde se ha-
llaba la cabaña de los halconeros.
Se encontraban entonces en lo más profundo
del bosque, ignorando en absoluto qué direc-
ción les convenía seguir y, después de hacer
varias tentativas, comprendieron la inutilidad
de seguir adelante. Por lo tanto, empezaron a
romper ramitas y con ellas encendieron una
hoguera y dispusieron una especie de choza de
ramaje, gracias a que uno de ellos llevaba un
hacha, hecho esto recogieron musgo y ramas
de brezos, para hacerse una cama para cada
uno.
Llevaban ya algún tiempo tendidos, cuando
pudieron oír unos extraños resoplidos como si
alguien respirase con gran fuerza por la nariz.
Los dos muchachos aguzaron el oído para ave-
Eran tlln lIllos y f01'llioos ...
rBI~L: Mi ~_I._._,:.._,S_
CUENTOS NORUEGOS 21
4
LAS TRES TIAS