Shakespeare
Shakespeare
William Shakespeare
Información personal
Residencia Stratford-upon-Avon
Nacionalidad inglesa
Lengua
Inglés moderno temprano
materna
Familia
Educación
Información profesional
Ocupación dramaturgo, poeta y actor
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Escudo
Índice
1Biografía
o 1.1Comienzos
o 1.2Londres y su paso por el teatro
o 1.3Últimos años
o 1.4El debate sobre Shakespeare
1.4.1El problema de la autoría
1.4.2Felicidad matrimonial
1.4.3Religión
1.4.4La cultura de Shakespeare
2Su obra
o
2.1Antecedentes: el teatro isabelino
o
2.2El teatro de Shakespeare
2.2.1El First folio
2.2.2Tragedias
2.2.3Comedias
2.2.4Obras históricas
2.2.5Comedias tardías novelescas o de fantasía
2.2.6Obras perdidas y apócrifas
2.2.7Juicios críticos
o 2.3La poesía de Shakespeare
2.3.1Sonetos
2.3.2Poemas extensos
3Shakespeare a través del tiempo
4Shakespeare en el mundo hispánico
5Shakespeare en la pantalla
6Árbol genealógico
7Obras
o 7.1Tragedia
o 7.2Comedia
o 7.3Drama histórico
o 7.4Otras obras
8Véase también
9Referencias
10Bibliografía
11Enlaces externos
Biografía
Existen muy pocos hechos documentados en la vida de Shakespeare, aunque es probable
que naciera el 23 de abril de 1564. Lo que sí se puede afirmar es que fue bautizado en la
Iglesia de la Santísima Trinidad en Stratford-upon-Avon, Warwickshire, el 26 de abril de ese
mismo año y falleció en ese mismo lugar el 23 de abril de 1616, según el calendario juliano (3
de mayo en el gregoriano), el supuesto día en el que cumplió 52 años.
Comienzos
Últimos años
Shakespeare se retiró a su pueblo natal en 1611, pero se vio metido en diversos pleitos, como
por ejemplo un litigio respecto al cercado de tierras comunales que, si por un lado fomentaba
la existencia de pasto para la cría de ovejas, por otro condenaba a los pobres arrebatándoles
su única fuente de subsistencia. Como el escritor tenía cierto interés económico en tales
propiedades, para disgusto de algunos tomó una posición neutral que solo aseguraba su
propio beneficio. En marzo de 1613 hizo su última adquisición, no en su pueblo, sino en
Londres, comprando por 140 libras una casa con corral cerca del teatro de Blackfriars, de
cuya suma solo pagó en el acto sesenta libras, pues al día siguiente hipotecó la casa por el
resto al vendedor. Por cierto, Shakespeare no inscribió la compra a su solo nombre, sino que
asoció los de William Johnson, John Jackson y John Hemynge, este último uno de los actores
que promovieron la edición del First folio. El efecto legal de este procedimiento, según escribe
el gran biógrafo de Shakespeare Sidney Lee, «era privar a su mujer, en caso de que
sobreviviera, del derecho de percibir sobre esta propiedad el dote de viuda»; pero pocos
meses después aconteció un desastre: se incendió el Teatro del Globo, y con él todos los
manuscritos del dramaturgo, junto con su comedia Cardenio, inspirada en un episodio de Don
Quijote de La Mancha; se sabe de esta obra porque el 9 de septiembre de 1653 el editor
Humphrey Maseley obtuvo licencia para la publicación de una obra que describe
como Historia de Cardenio, por Fletcher y Shakespeare; el citado Sidney Lee dice que ningún
drama de este título ha llegado hasta nuestros días y que probablemente haya que
identificarlo con la perdida comedia llamada Cardenno o Cardenna, que fue representada dos
veces ante la Corte por la compañía de Shakespeare, la primera en febrero de 1613, con
ocasión de las fiestas por el matrimonio de la princesa Isabel, y la segunda en 8 de junio, ante
el embajador del Duque de Saboya, esto es, pocos días antes de incendiarse el teatro de El
Globo.
En las últimas semanas de la vida de Shakespeare, el hombre que iba a casarse con su hija
Judith —un tabernero de nombre Thomas Quiney— fue acusado de promiscuidad ante el
tribunal eclesiástico local. Una mujer llamada Margaret Wheeler había dado a luz a un niño, y
afirmó que Quiney era el padre. Tanto la mujer como su hijo murieron al poco tiempo. Esto
afectó, no obstante, a la reputación del futuro yerno del escritor, y Shakespeare revisó su
testamento para salvaguardar la herencia de su hija de los problemas legales que Quiney
pudiese tener.
Shakespeare falleció el 23 de abril de 1616, según el calendario juliano (3 de mayo en el
gregoriano). Estuvo casado con Anne hasta su muerte, y le sobrevivieron dos hijas, Susannah
y Judith. La primera se casó con el doctor John Hall. Sin embargo, ni los hijos de Susannah ni
los de Judith tuvieron descendencia, por lo que no existe en la actualidad ningún descendiente
vivo del escritor. Se rumoreó, sin embargo, que Shakespeare era el verdadero padre de su
ahijado, el poeta y dramaturgo William Davenant.
Siempre se ha tendido a asociar la muerte de Shakespeare con la bebida —murió, según los
comentarios más difundidos, como resultado de una fuerte fiebre, producto de su estado de
embriaguez—. Al parecer, el dramaturgo se habría reunido con Ben Jonson y Michael
Drayton para festejar con sus colegas algunas nuevas ideas literarias. Investigaciones
recientes llevadas a cabo por científicos alemanes10 afirman que es muy probable que el
escritor inglés padeciera de cáncer.
Los restos de Shakespeare fueron sepultados en el presbiterio de la iglesia de la Santísima
Trinidad (Holy Trinity Church) de Stratford. El honor de ser enterrado en el presbiterio, cerca
del altar mayor de la iglesia, no se debió a su prestigio como dramaturgo, sino a la compra de
un diezmo de la iglesia por 440 libras (una suma considerable en la época). El monumento
funerario de Shakespeare, erigido por su familia sobre la pared cercana a su tumba, lo
muestra en actitud de escribir, y cada año, en la conmemoración de su nacimiento, se le
coloca en la mano una nueva pluma de ave.
Era costumbre en esa época, cuando había necesidad de espacio para nuevas sepulturas,
vaciar las antiguas, y trasladar sus contenidos a un osario cercano. Tal vez temiendo que sus
restos pudieran ser exhumados, según la Enciclopedia Británica, el propio Shakespeare
habría compuesto el siguiente epitafio para su lápida:
Buen amigo, por Jesús, abstente
de cavar el polvo aquí encerrado.
Bendito sea el hombre que respete estas piedras,
y maldito el que remueva mis huesos.11
Una leyenda afirma que las obras inéditas de Shakespeare yacen con él en su tumba.
Nadie se ha atrevido a comprobar la veracidad de la leyenda, tal vez por miedo a la
maldición del citado epitafio. [cita requerida]
Se desconoce cuál entre todos los retratos que existen de Shakespeare es el más fiel a la
imagen del escritor, ya que muchos de ellos son falsos y pintados a posteriori a partir del
grabado del First folio. El llamado Retrato Chandos, que data de entre 1600 y 1610, en la
National Portrait Gallery (en Londres), se considera el más acertado. En él aparece el
autor a los cuarenta años, aproximadamente, con barba y un aro dorado en la oreja
izquierda.12
Resulta curioso que todo el conocimiento que ha llegado a la posteridad sobre uno de los
autores del canon occidental13 no sea más que un constructo formado con las más
diversas especulaciones. Se ha discutido incluso si Shakespeare es el verdadero autor de
sus obras, atribuidas por algunos a Francis Bacon, a Christopher Marlowe (quien, como
espía, habría fingido su propia muerte) o a varios ingenios; la realidad es que todas esas
imaginaciones derivan del simple hecho de que los datos de que se dispone sobre el autor
son muy pocos y contrastan con la desmesura de su obra genial, que fecunda y da pábulo
a las más retorcidas interpretaciones.
El problema de la autoría
Casi ciento cincuenta años después de la muerte de Shakespeare en 1616, comenzaron a
surgir dudas sobre la verdadera autoría de las obras a él atribuidas. Los críticos se
dividieron en «stratfordianos» (partidarios de la tesis de que el William Shakespeare
nacido y fallecido en Stratford fue el verdadero autor de las obras que se le atribuyen) y
«anti-stratfordianos» (defensores de la atribución de estas obras a otro autor). La segunda
posición es, en la actualidad, muy minoritaria.
Los documentos históricos demuestran que entre 1590 y 1620 se publicaron varias obras
teatrales y poemas atribuidos al autor William Shakespeare, y que la compañía que
representaba estas piezas teatrales, Lord Chamberlain's Men (luego King's Men), tenía
entre sus componentes a un actor con este nombre. Se puede identificar a este actor con
el William Shakespeare del que hay constancia que vivió y murió en Stratford, ya que este
último hace en su testamento ciertos dones a miembros de la compañía teatral
londinense.
Los llamados «stratfordianos» opinan que este actor es también el autor de las obras
atribuidas a Shakespeare, apoyándose en el hecho de que tienen el mismo nombre, y en
los poemas encomiásticos incluidos en la edición de 1623 del First Folio, en los que hay
referencias al «Cisne de Avon» y a su «monumento de Stratford». Esto último hace
referencia a su monumento funerario en la iglesia de la Santísima Trinidad, en Stratford,
en el que, por cierto, aparece retratado como escritor, y del que existen descripciones
hechas por visitantes de la localidad desde, al menos, la década de 1630. Según este
punto de vista, las obras de Shakespeare fueron escritas por el mismo William
Shakespeare de Stratford, quien dejó su ciudad natal y triunfó como actor y dramaturgo en
Londres.
Los llamados «anti-stratfordianos» discrepan de lo anteriormente expresado. Según ellos,
el Shakespeare de Stratford no sería más que un hombre de paja que encubriría la
verdadera autoría de otro dramaturgo que habría preferido mantener en secreto su
identidad. Esta teoría tiene diferentes bases: supuestas ambigüedades y lagunas en la
documentación histórica acerca de Shakespeare; el convencimiento de que las obras
requerirían un nivel cultural más elevado del que se cree que tenía Shakespeare;
supuestos mensajes en clave ocultos en las obras; y paralelos entre personajes de las
obras de Shakespeare y la vida de algunos dramaturgos.
Durante el siglo XIX, el candidato alternativo más popular fue sir Francis Bacon. Muchos
«anti-stratfordianos» del momento, sin embargo, se mostraron escépticos hacia esta
hipótesis, aun cuando fueron incapaces de proponer otra alternativa. El poeta
estadounidense Walt Whitman dio fe de este escepticismo cuando le dijo a Horace
Traubel, «Estoy con vosotros, compañeros, cuando decís “no” a Shaksper (sic): es a lo
que puedo llegar. Respecto a Bacon, bueno, veremos, veremos».14 Desde los años 1980,
el candidato más popular ha sido Edward de Vere, decimoséptimo conde de Oxford,
propuesto por John Thomas Looney en 1920, y por Charlton Ogburn en 1984. El poeta y
dramaturgo Christopher Marlowe se ha barajado también como alternativa, aunque su
temprana muerte lo relega a un segundo plano. Otros muchos candidatos han sido
propuestos, si bien no han conseguido demasiados seguidores.
La posición más extendida en medios académicos es que el William Shakespeare de
Stratford fue el autor de las obras que llevan su nombre.[cita requerida]
Sin embargo, recientemente el rumor sobre la autoría de Shakespeare se ha acrecentado
tras las declaraciones de los actores Derek Jacobi y Mark Rylance. Ambos han divulgado
la denominada Declaración de Duda Razonable sobre la identidad del famoso dramaturgo.
La declaración cuestiona que William Shakespeare, un plebeyo del siglo XVI criado en un
hogar analfabeto de Stratford-upon-Avon, escribiera las geniales obras que llevan su
nombre. El comunicado argumenta que un hombre que apenas sabía leer y escribir no
pudo poseer los rigurosos conocimientos legales, históricos y matemáticos que salpican
las tragedias, comedias y sonetos atribuidos a Shakespeare.
A lo largo del tiempo han existido teorías que subrayan que William Shakespeare era tan
solo un alias tras los que podían esconderse otros ilustres nombres como Christopher
Marlowe (1564-1593), el filósofo y hombre de letras Francis Bacon (1561-1626) o Edward
de Vere (1550-1604), decimoséptimo conde de Oxford. Jacobi asegura inclinarse por
Edward de Vere, que frecuentó la vida cortesana en el reinado de Isabel I (1533-1603), y
lo califica como su «candidato» preferido, dadas las supuestas similitudes entre la
biografía del conde y numerosos hechos relatados en los libros de Shakespeare.15
¿Cuál es una de las razones principales por la que se cuestionó la autoría de
Shakespeare? El World Book Encyclopedia señala «la negativa a creer que un actor
de Stratford on Avon hubiese podido escribir tales obras. Su origen rural no cuadraba con
la imagen que tenían del genial autor». La citada enciclopedia añade que la mayoría de
los supuestos escritores «pertenecían a la nobleza o a otro estamento privilegiado». Así
pues, muchos de los que ponían en tela de juicio la paternidad literaria de Shakespeare
creen que «solo pudo haber escrito las obras un autor instruido, refinado y de clase alta».
Con todo, muchos especialistas creen que Shakespeare sí las escribió.
Felicidad matrimonial
Se ha opinado mucho sobre la vida personal del autor y sobre su
presunta homosexualidad,16 especulación que encuentra su base principal en una
originalísima colección de sonetos que fue publicada, al parecer, sin su consentimiento.
También se ha sospechado la existencia de alguna o algún amante que hiciera
desgraciado su matrimonio, ya que la que fue su mujer y madre de sus tres hijos era
bastante mayor que él y se encontraba embarazada antes de la boda. Esta sospecha se
asienta en una famosa cita de su testamento: «Le dejo mi segunda mejor cama», pasaje
que ha suscitado las más dispares interpretaciones y no pocas especulaciones. La más
general tiene que ver con que la relación de la pareja no era del todo satisfactoria. Pero
otra apunta en sentido contrario, ya que el dramaturgo le habría dedicado un soneto a su
señora esposa titulado The World's Wife («La esposa del mundo»).
Se ha seguido muy de cerca, además, la crueldad de Shakespeare con respecto a la
figura femenina en sus sonetos y, en consecuencia, de la ingenuidad del hombre que cae
atrapado en sus redes. Los temas de la promiscuidad, lo carnal y la falsedad de la mujer
—descrita y criticada humorísticamente por el dramaturgo— son pruebas suficientes para
los que parten de la base de que tendría cierta predilección por los hombres y un repudio
hacia la coquetería de las damas, en todo caso, siempre mencionadas en alusión a su
superficialidad e intereses materialistas.
Véase parte del siguiente fragmento de su soneto 144:
Dos amores tengo yo de disfrute y desesperación
los cuales como dos espíritus aún me sugieren que
el mejor ángel es un hombre blanco y derecho, y
el peor espectro, una mujer de color enfermizo.
Para ganarme pronto al infierno, mi mal femenino
se llevó al mejor ángel de mi lado,
y corrumpiría a mi santo para ser un demonio,
arruinando su pureza con su fétido orgullo (...)
Se puede apreciar claramente la dura crítica shakesperiana hacia el papel de una
mujer que, a primera vista, parece interponerse entre el romance del dramaturgo y
su mecenas. Quienes desmienten este supuesto, lo hacen objetando que la voz
poética del soneto no tiene por qué coincidir con la personalidad del autor.
Lo cierto es que Shakespeare parodia su perspectiva, como vemos en la cita:
Los ojos de mi señora no son nada como el sol,
el coral es por lejos más rojo que sus rojos labios;
si la nieve es blanca, ¿por qué entonces sus pechos son oscuros?
Si el cabello fuera alambre, negros alambres crecerían de su cabeza (...)
Toda esta problemática se enturbia si nos detenemos por un instante a
analizar algunos de sus más afamados pasajes teatrales. En una de sus
comedias, titulada Como gustéis, Shakespeare pone de manifiesto la
corrupción del mundo masculino y la capacidad de una mujer –Rosalinda –
para restaurar el orden inicial y llegar a la paz. Sin embargo, a pesar de que la
heroína de la trama es una figura femenina, ésta se arma de valor y es capaz
de grandes hazañas recién cuando asume el papel de un hombre,
Ganimedes —personaje de la mitología, amante masculino de Júpiter—.
Adentrándonos en la tragedia, el caso del Rey Lear es también muy
representativo. Aquí el autor destaca la ceguedad de los hombres, sobre todo
de Lear, que destierra a su hija Cordelia por ser la única de las tres hermanas
en expresar su honestidad. Estudios feministas apuntarían a que
Shakespeare atacaba a su sociedad contemporánea, y que utilizaría nombres
y lugares ficticios para huir de persecuciones de la corte.
Defiende a la mujer y le hace ver a los hombres que el silenciarla terminaría
en catástrofe, como así sucede en el desenlace de Lear. Otras opiniones
sobre la obra expresan que la mujer no podía acceder al trono, según el
dramaturgo, porque esto implicaría caos y controversias. Cuando el rey Lear
adjudica el poder a sus dos hijas mayores, Goneril y Regan, éstas cambian su
conducta bruscamente para con su padre y lo someten a una agobiante
tortura que irá consumiendo su vida poco a poco. El gobierno se deteriora y el
séquito real se desmorona hasta que un hombre reasume el mando.
Religión
En 1559, cinco años antes del nacimiento de Shakespeare, durante el reinado
de Isabel I, la Iglesia de Inglaterra se separó definitivamente, tras un período
de incertidumbre, de la Iglesia católica. Por esa razón, los católicos ingleses
fueron presionados para convertirse al anglicanismo, y se establecieron leyes
para perseguir a los que rehusaban convertirse. Algunos historiadores
sostienen que durante la época de Shakespeare existió una oposición
importante y muy extendida a la imposición de la nueva fe.17 Algunos críticos,
apoyándose en evidencias tanto históricas como literarias, han argumentado
que Shakespeare era uno de estos opositores, si bien no han conseguido
demostrarlo fehacientemente. Lo cierto es que Shakespeare se encontró más
cómodo bajo el reinado del filocatólico Jacobo I que bajo el de Isabel I,
anticatólica.
Hay indicios de que algunos miembros de la familia del dramaturgo fueron
católicos. El más importante es un folleto firmado por John Shakespeare,
padre del poeta, en el que, supuestamente, este hacía profesión de fe de su
secreto catolicismo. El texto, hallado en el interior de una de las vigas de la
casa natal de Shakespeare en el siglo XVIII, fue analizado por un destacado
estudioso, Edmond Malone. Sin embargo, se ha perdido, por lo que no puede
demostrarse su autenticidad. John Shakespeare figuraba también entre los
que no asistían a los servicios eclesiásticos, pero supuestamente esto fue
"por temor a ser procesado por deudas", según los comisionados, y no por no
aceptar la religión anglicana.18
La madre de Shakespeare, Mary Arden, pertenecía a una conocida familia
católica de Warwickshire.19 En 1606, su hija Susannah fue una de las pocas
mujeres residentes en Stratford que rehusaron tomar la comunión, lo que
podría sugerir ciertas simpatías por el catolicismo.20 El archidiácono Richard
Davies, un clérigo anglicano del siglo XVIII, escribió supuestamente de
Shakespeare: «Murió como un papista».21 Además, cuatro de cada seis
maestros de la escuela de Stratford a la que se cree que asistió el escritor
durante su juventud, eran simpatizantes católicos,22 y Simon Hunt,
probablemente uno de los profesores de Shakespeare, terminó
haciéndose jesuita.23
Aunque ninguna de estas teorías prueba de modo fehaciente que
Shakespeare fuese católico, la historiadora Clare Asquith es de la opinión de
que las simpatías de Shakespeare por el catolicismo son perceptibles en su
escritura.24 Según Asquith, Shakespeare utiliza términos positivos, como
«alto» (high), «luminoso» (light) o «justo» (fair), para aludir a personajes
católicos; y términos negativos —«bajo» (low), «oscuro» (dark)— para los
protestantes.
La cultura de Shakespeare
Aunque es mucho lo que se desconoce sobre la educación de Shakespeare,
lo cierto es que el artista no accedió a una formación universitaria y su
amigo Ben Jonson, que sí la tenía, lamentó en alguna ocasión «su escaso
latín y aún menos griego», lo que no fue óbice para que le llamara, además,
«dulce cisne del Avon» y añadiera que «no es de un siglo, sino de todos los
tiempos». En cierta manera, su no tan escasa instrucción (en Stratford había
una buena escuela, y Shakespeare pudo conocer en ella a bastantes clásicos
latinos) fue una ventaja, ya que su cultura no se moldeó sobre el patrón
común de su tiempo; como autodidacta, William Shakespeare, según señaló
un experto conocedor y traductor de su obra completa, Luis Astrana Marín,
tuvo acceso a fuentes literarias sumamente raras gracias a la amistad que
sostuvo con un librero. Los análisis de sus escritos revelan que fue un lector
voraz; algunos de ellos son auténticos centones25 de textos extraídos de las
fuentes más diversas. Pero son fundamentalmente cuatro las fuentes de sus
obras.
En primer lugar, los historiadores ingleses, en especial la segunda edición de
las The Chronicles of England, Scotlande, and Irelande, publicada en 1587,
de Raphael Holinshed, como fuente de algunos de sus dramas históricos, de
la trama de Macbeth y de partes de El rey Lear y Cimbelino; las Vidas
paralelas de Plutarco en la retraducción desde la versión francesa de Jacques
Amyot realizada por su amigo Thomas North (1573), de donde sacó su Tito
Andrónico, su Julio César, su Coriolano y su Antonio y Cleopatra, y
los Ensayos de Montaigne en la traducción de John Florio (1603), que
moldearon algunos pasajes de La tempestad.26
En segundo lugar hay que mencionar como fuente de inspiración
los novellieri (de Mateo Bandello proviene la historia de Como gustéis y la
de Romeo y Julieta, que también inspiró Castelvines y Monteses de Lope de
Vega y Los bandos de Verona de Francisco Rojas Zorrilla; de Giambattista
Giraldi Cinthio la de Otelo; de Giovanni Boccaccio A buen fin no hay mal
tiempo y de Giovanni Fiorentino El mercader de Venecia y Las alegres
comadres de Windsor; también Chaucer inspira algunas obras)27
y misceláneas de todo tipo, algunas de ellas españolas, como las Noches de
invierno de Antonio de Eslava o la Silva de varia lección de Pero Mexía.
En tercer lugar, también se inspiró en la producción dramática inglesa anterior
a él, de la que extrajo abundantes argumentos, personajes y principios de
composición. A veces incluso rehízo obras enteras (por ejemplo, hubo
un Hamlet anterior al suyo atribuido a Thomas Kyd, de 1589, que fue un éxito
y no se ha conservado, pero inspiró el posterior de Shakespeare). Citó o
evocó textos de muchas obras, siendo especialmente sensible al modelo
de Christopher Marlowe en sus primeras obras. Este ansia imitativa no pasó
desapercibida por su contemporáneo Robert Greene, quien lo tomó por un
plagiario y escribió en 1592, aludiendo a una conocida fábula citada por
Horacio, lo siguiente:
Es un vulgar y arribista cuervo embellecido con nuestras plumas, de
corazón de tigre bajo piel de actor, y se cree capaz de alentar el verso
blanco como el mejor entre nosotros, no siendo otra cosa que un donnadie
que se cree el único agita-escenas (shake-scene) del país.2829
Su obra
Antecedentes: el teatro isabelino
El teatro de Shakespeare
El First folio
Artículo principal: First Folio
Portada del First Folio, 1623. Retrato de Shakespeare grabado por Martin
Droeshout.
Tito Andrónico (1594)
Romeo y Julieta (1595)
Julio César (1599)
Hamlet (1601)
Troilo y Crésida (1602)
Otelo (1603-1604)
El rey Lear (1605-1606)
Macbeth (1606)
Antonio y Cleopatra (1606)
Coriolano (1608)
Timón de Atenas (1608)
Comedias
Entre las características esenciales de la comedia shakesperiana
encontramos la vis cómica, la dialéctica de un lenguaje lleno de juegos de
palabras, el contraste entre caracteres opuestos por clase social, sexo,
género o poder (un ejemplo representativo sería La fierecilla domada, también
traducida a veces como La doma de la bravía); las alusiones y connotaciones
eróticas, los disfraces y la tendencia a la dispersión caótica y la confusión
hasta que el argumento de la historia desemboca en la recuperación de lo
perdido y la correspondiente restauración en el marco de lo natural. El
panorama de la comedia supone además la exploración de una sociedad
donde todos sus integrantes son estudiados por igual de forma muy distinta a
como es vista la sociedad en sus obras históricas, montadas sobre la
persecución maquiavélica del poder («una escalera de arena», a causa de su
vaciedad de contenido) y el trastorno del orden cósmico divino que el rey
representa en la tierra. Como galería de tipos sociales la comedia es, pues,
un espacio más amplio en Shakespeare que el trágico y el histórico y refleja
mejor la sociedad de su tiempo, si bien también resalta en este campo el
talento del autor para crear personajes especialmente individualizados, como
en el caso de Falstaff.
Si bien el tono de la trama es con frecuencia burlesco, otras veces se
encuentra latente un inquietante elemento trágico, como en El mercader de
Venecia. Cuando trata temas que pueden desencadenar un trágico
desenlace, Shakespeare trata de enseñar, a su modo habitual, sin tomar
partido, proponer remedios ni moralizar o predicar en absoluto, los riesgos del
vicio, la maldad y la irracionalidad del ser humano, sin necesidad de caer en
la destrucción que aparece en sus tragedias y deja a la Naturaleza el orden
restaurador y reparador.
Los finales de las comedias son, por lo general, festivos y placenteros. Debe
tenerse en cuenta que el lenguaje vulgar y de doble sentido, así como la
magnitud de diversos puntos de vista, los cambios de suerte y el trastorno de
las identidades, aportan un ingrediente infaltable que suele estar acompañado
de sorprendentes coincidencias. La parodia del sexo, el papel del disfraz y el
poder mágico de la naturaleza para reparar los daños y heridas ocasionados
por una sociedad corrupta y sedienta de codicia son elementos trascendentes
en la comedia shakespeariana.
El hombre cambia totalmente su forma de pensar y de actuar al refugiarse en
lo salvaje y huir de la civilización, prestándose al juego de oposiciones. Cabe
destacar, por último, que la esfera social que Shakespeare utiliza en sus
obras es quizás algo más reducida que la que encontramos en la mayor parte
de las comedias.
Tal como se ha dicho antes, el bufón —que era un personaje muy popular en
la corte de la época— es el elemento inquebrantable sobre el cual
el dramaturgo se siente más libre de expresar lo que piensa, teniendo en
cuenta que las opiniones de una persona con estas características nunca
eran consideradas como válidas —excusa perfecta para explayarse—.
Se estima que la fecha de composición de las comedias de Shakespeare ha
de girar en torno a los años 1590 y 1612, como punto de partida y
culminación de su labor como escritor. La primera y menos elaborada fue Los
dos hidalgos de Verona, seguida de El mercader de Venecia, Mucho ruido y
pocas nueces, Como gustéis,Cuento de invierno, La tempestad, y otras tantas
que se enumeran a continuación:
Cimbelino (1610)
Cuento de invierno (1609-1611)
La tempestad (1610-1611)
Se considera que La tempestad es el testamento dramático de Shakespeare.
Al parecer inspirada en una de las Noches de invierno de Antonio de Eslava,
el príncipe Próspero náufrago en una isla, semihumano y semidivino por sus
poderes mágicos, rompe al final su varita al reflexionar sobre su limitado
poder, y resulta casi imposible no poner sus palabras en boca del mismo
Shakespeare:
Nuestras diversiones han dado fin. Estos actores, como había prevenido,
eran todos espíritus y se han disipado en el aire, en el interior del aire
impalpable; y, a semejanza del edificio sin cimientos de esta visión, las
altas torres cuyas crestas tocan las nubes, los suntuosos palacios, los
solemnes templos, hasta el inmenso Globo, sí, y cuanto en él posa, se
disolverán y, lo mismo que la diversión insustancial que termina por
desaparecer, no quedará rastro de ello. Estamos tejidos con idéntica tela
que los sueños, y nuestra corta vida se cierra con un sueño.
Juicios críticos
Shakespeare posee, al igual que todos los grandes poetas, un gran poder de
síntesis; escribía con todo el idioma y contaba con un léxico matizado y
extensísimo. Cuidó la estilización retórica de su verso blanco, con frecuencia
algo inserto en la tradición conceptista barroca del Eufuismo, por lo que en la
actualidad es bastante difícil de entender y descifrar incluso para los mismos
ingleses; rehuyó sin embargo conscientemente las simetrías retóricas, las
oposiciones demasiado evidentes de términos; el idioma era entonces una
lengua proteica y los significados de las palabras no estaban todavía fijados
con claridad por repertorios léxicos. Si su trabajadísimo lenguaje es y solía
ser (y lo era incluso cuando Voltaire atacó en sus Cartas inglesas las
hinchazones anticlásicas de su estilo) un impedimento para apreciar la obra
del autor, también es cierto que es el asiento sobre el que reposa su fama y
prestigio como pulidor de metáforas e inventor de neologismos comparables a
los de otros dramaturgos y poetas de su época de renombrada trayectoria,
como los españoles Miguel de Cervantes, Lope de Vega, Francisco de
Quevedo, Luis de Góngora y Calderón de la Barca.
En líneas generales, la crítica ha destacado sobre todo dos aspectos de la
obra dramática de William Shakespeare.
En primer lugar, una indiferencia y distanciamiento casi inhumanos del autor
respecto a la realidad de sus personajes, que comparte asimismo con la
mayor introspección y profundización en la creación de su psicología.
Shakespeare no moraliza, no predica, no propone fe, creencia, ética ni
solución alguna a los problemas humanos: plantea, y lo hace mejor que
nadie, algunas de las angustias fundamentales de la condición humana (ser o
no ser, la ingratitud, sea filial (El rey Lear) o no, la ambición vacía), pero
nunca da respuestas: no sabemos qué pensaba Shakespeare, al que el
espectáculo del mundo le trae al fresco, por más que su visión de fondo
sea pesimista y sombría ante la posición miserable y mínima que ocupa un
hombre hecho de la misma materia que los sueños en un universo misterioso,
profundo, inabarcable y sin sentido. Mientras que el teatro barroco español
privilegia lo divino sobre lo humano, Shakespeare reparte por igual su temor
(o, más exactamente, su maravilla) ante lo celeste y ante lo terrenal:
Hay más cosas en el cielo y en la tierra, Horacio, que todas las que pueda
soñar [en otras ediciones, "imaginar"] tu filosofía
Shakespeare; en Hamlet, 1.° acto, escena V
O bien:
Naturaleza erguida dirá: "Ese fue un hombre... ¿Cuándo viene otro?".
La poesía de Shakespeare
Sonetos
Artículo principal: Sonetos (Shakespeare)
Poco después, en 1599, algunos de sus sonetos, el 138 y el 144, más tres
incluidos en su comedia Trabajos de amor perdidos, salieron impresos (con
numerosas variantes respecto a las ediciones posteriores) en una colección
de poesías líricas intitulada El peregrino apasionado, una miscelánea de
varios autores falsamente atribuida en su integridad al Cisne del Avon y que
incluye entre sus otros sonetos otros ocho que le han sido asignados con
bastante fundamento por razones de estilo y contenido.35 Solamente en 1609
apareció una misteriosa edición completa, seguramente sin el permiso de su
autor, por parte de un tal T. T. (Thomas Thorpe, un editor amigo de escritores
y escritor él mismo). La dedicatoria es a un tal Sr. W. H.
No hay forma de establecer con justeza la identidad oculta tras esas iniciales
y se han barajado distintas teorías sobre el personaje que se esconde tras
ellas; lo más probable es que fuese cualquiera de los habituales mecenas del
poeta y la gran mayoría de los críticos se inclina por pensar que las siglas
están invertidas y se trata de Henry Wriothesley (1573), conde
de Southampton, ya que Shakespeare ya le había expresado públicamente su
aprecio con dedicatorias de otros poemas: Venus y Adonis y La violación de
Lucrecia. Pero otro posible candidato y tan verosímil como el anterior
es William Herbert, conde de Pembroke e hijo de Mary Herbert, hermana
de sir Philip Sidney, el famoso poeta que compuso La Arcadia; en favor de
este último cuenta también que le poseía una intensa devoción por el teatro y
fue patrón de los King’s Men, la compañía teatral de Shakespeare. Ambos
eran nobles apuestos y dedicados al mecenato del arte y las letras, y bastante
más jóvenes que el poeta, requisitos que debe cumplir cualquier verdadero
destinatario de los poemas.
El orden establecido por la edición de Thorpe ha consagrado una peculiar
estructura muy diferente a la habitual del italianizante cancionero petrarquista;
en efecto, no hay composiciones en otros metros que rompan la monotonía,
la métrica es muy diferente a la del soneto clásico (se trata de
tres serventesios y un pareado, el llamado soneto shakespeariano) y está
consagrada en su mayor parte a la amistad (o amor) de un hombre, al que
interpela frecuentemente para que cree su propia imagen y semejanza:
Crea un otro tú, por afecto a mí, para que la belleza sobreviva por ti o por
los tuyos
(X)
Puede dividirse en dos series sucesivas de sonetos: una de 126, que celebra
a un amigo rubio y bien parecido de alta alcurnia, mecenas del poeta, al que
propone que deje la soledad, el narcisismo y los placeres y engendre
herederos, y los 28 últimos, que conciernen a una mujer morena, que se
hallaba casada, como se infiere de una alusión del soneto 152, y
seguramente era un amujer instruida, ya que sabía tocar
la espineta o clavecín. Dos de los sonetos se consideran aparte, pues son
versiones de un mismo epigrama de la Antología griega.
Por otra parte, aparece también y ocasionalmente, en el trío formado por
Shakespeare, el enigmático destinatario y la dama morena, un poeta rival,
hecho que complica todavía más la historia de un amor que en la lengua de la
época podía entenderse también como amistad o como ese tipo especial de
dilección que se establece entre un poeta y su mecenas. Los expertos
(William Minto, seguido después por Edward Dowden, Tylor y Frederick
Furnivall) sostienen en su mayoría que este poeta era el helenista George
Chapman, ya que se le identifica como autor de alejandrinos, versos entonces
bastante raros en la métrica inglesa y que solo utilizaba por entonces tal
autor.
Los temas de los Sonetos son el amor y el tiempo, de alguna forma
contrapuestos; en este último tema se profundiza en lo que se refiere a la
fugacidad, llegándose a veces a lo metafísico. Cada soneto contiene también
un movimiento dramático; se aprecia además en su lectura, sobre todo, el
valor moral y espiritual del mensaje y la filosofía que nos deja: aprovechar el
escaso tiempo que la vida nos depara para entregarse de fondo a
ella. Claudio Guillén, además señala que "Shakespeare se atreve a decir
cosas nuevas, completamente nuevas, como la no diferencia entre la amistad
y el amor y, también, la no diferencia esencial entre el amor a la mujer y al
hombre".36 37
La cronología de los sonetos es difícil de establecer, pero se conjetura que
fueron compuestos entre 1592 y 1597.
Poemas extensos
Venus y Adonis
La violación de Lucrecia
Sonetos
Lamento de una amante
Shakespeare en la pantalla
Entre las versiones cinematográficas de la biografía shakesperiana
destaca Shakespeare in Love (1998) dirigida por John Madden, Miguel y
William, 2007, de la directora y guionista Inés París sobre Miguel de
Cervantes y Shakespeare y Anonymous (2011) dirigida por Roland
Emmerich que plantea una posible respuesta sobre la autoría de sus obras en
el seno de un complot político.
Se han producido unas 250 películas basadas en textos de Shakespeare, lo
cual demuestra la enorme influencia de la obra de este escritor. La obra más
veces llevada a la pantalla es Hamlet, con 61 adaptaciones al cine y 21 series
de televisión entre 1907 y 2000.[cita requerida] Algunas películas basadas en obras
de Shakespeare son las siguientes:
Árbol genealógico
Robert
Richard Shakespeare
Arden
John
Mary Arden
Shakespeare
William Anne
Thomas Nash
Obras
Tragedia
Se hallan en orden alfabético. Ver la lista en orden cronológico más arriba.
Antonio y Cleopatra
Coriolano
El rey Lear
Hamlet
Julio César
Macbeth
Otelo
Romeo y Julieta
Tito Andrónico
Troilo y Crésida
Comedia
Se hallan en orden alfabético. Ver la lista en orden cronológico más arriba.
King John
Ricardo II
Enrique IV, parte 1
Enrique IV, parte 2
Enrique V
Enrique VI, Parte 1
Enrique VI, Parte 2
Enrique VI, Parte 3
Ricardo III
Enrique VIII
Otras obras
Sonetos
Venus y Adonis
La violación de Lucrecia
Véase también
Autoría de las obras de Shakespeare
Personajes de Shakespeare
Teatro isabelino
Época isabelina
Editores de Shakespeare
Referencias
1. ↑ La muerte de Shakespeare coincidió con la fecha, 23 de abril,
tenida popularmente por la de la muerte de Miguel de Cervantes. Sin
embargo, en realidad Cervantes, aunque fue sepultado el 23 de
abril, había fallecido el día anterior. Por otro lado, tampoco la muerte
de Shakespeare y el entierro de Cervantes tuvieron lugar el mismo
día. El motivo es la diferencia de calendarios usados: la fecha de la
muerte de Shakespeare se refiere al calendario juliano, vigente por
entonces en Inglaterra, en tanto que en los países católicos,
como España, ya había entrado en vigor el calendario gregoriano.
En realidad, la muerte de Shakespeare tuvo lugar varios días
después de la de Cervantes (dependiendo de los autores, se fecha
en el 3 o en el 4 de mayo del calendario gregoriano). Son muchos,
sin embargo, los autores que han creído erróneamente que ambos
fallecimientos se produjeron el mismo día, entre ellos el gran poeta
francés Victor Hugo, quien anotaría al principio de su obra William
Shmiz: "Murió el 23 de abril, tenía 52 años justos, pues había nacido
el 23 de abril de 1564. Ese mismo día, 23 de abril de 1616, murió
Cervantes, genio de la misma altura".
2. ↑ «Shakespeare como canon de la literatura de occidente.»
3. ↑ Traducción libre: «Widely regarded as the greatest writer of all
time, William Shakespeare (or Shakspere) occupies a position
unique in world literature. Other poets, such as Homer and Dante,
and novelists, such as Tolstoy and Dickens, have transcended
national barriers; but no writer's living reputation can compare with
that of Shakespeare, whose plays [...] are now performed and read
more often and in more countries than ever before. The prophecy of
his great contemporary, the poet and dramatist Ben Jonson, that
Shakespeare "was not of an age, but for all time," has been fulfilled».
Artículo en Britannica CD '97. Single-user version. Sección
"Introduction", Art. "William Shakespeare".
4. ↑ Bloom, Harold (2005). El canon occidental. Barcelona:
Anagrama. ISBN 84-339-6684-7, p. 57.
5. ↑ Borges, Jorge Luis (2005). Obras completas. Barcelona:
RBA. ISBN 84-473-4505-X (O.C.), vol. II, p. 624.
6. ↑ Bertolini, John Anthony (1993), Shaw and Other Playwrights,
Pennsylvania: Pennsylvania State University Press, ISBN 0-271-
00908-X, p. 119.
7. ↑ En el registro parroquial de la iglesia de la Santísima Trinidad,
donde fue bautizado, figura como Gulielmus filius Johannes
Shakspere.
8. ↑ Para una discusión más completa, véase este artículo de la
Enciclopedia Católica «La religión de Shakespeare.»
9. ↑ El texto en cursivas parodia la frase «Ah, el corazón de tigre
envuelto por el atuendo de una mujer», escrita por Shakespeare
en Enrique VI, parte III
10. ↑ La hipótesis se basa en el análisis de una escultura del
dramaturgo que se encuentra en el Club Garrick de Londres, en la
que puede percibirse la existencia de un tumor sobre su ojo
izquierdo, y de su máscara fúnebre, conservada en la ciudad
alemana de Darmstadt. Hay diferencias sobre la autenticidad de
ambos objetos. «Expertos alemanes aseguran que Shakespeare
murió víctima de un cáncer.» 23 de febrero de 2006. Clarín.
11. ↑ Texto original del epitafio: Good friend, for Jesus' sake forbear,/ To
dig the dust enclosed here./Blest be the man that spares these
stones,/But cursed be he that moves my bones.
12. ↑ El retrato Chandos de Shakespeare. Archivado el 14 de octubre de
2008 en Wayback Machine. Sitio web en inglés que hace referencia
a la pintura más verosímil del dramaturgo británico
13. ↑ Shakespeare y los otros.
14. ↑ Traubel, H.: Con Walt Whitman en Camden, cit. en Anon, 'Walt
Whitman sobre Shakespeare'. La camaradería de
Shakespeare (sitio web de Oxford). Consultado el 16 de abril de
2006.
15. ↑ «La verdadera identidad de Shakespeare, una polémica que
resurge». El Mundo. 2007. Consultado el 10 de septiembre de 2007.
16. ↑ Debate en torno a la presunta homosexualidad de Shakespeare
17. ↑ John Henry de Groot: The Shakespeares and ‘the Old
Faith’ (1946); Hildegard Hammerschmidt-Hummel: Die Verborgene
Existenz Des William Shakespeare: Dichter Und Rebell Im
Katholischen Untergrund (2001); Clare Asquith: Shadowplay: The
Hidden Beliefs and Coded Politics of William Shakespeare (2005).
18. ↑ Mutschmann, H. y Wentersdorf, K., Shakespeare and Catholicism.
Nueva York, Sheed and Ward, 1952, p. 401.
19. ↑ Ackroyd, Peter. Shakespeare: The Biography. Doubleday, 2005. p.
29.
20. ↑ Ackroyd, op. cit., p. 451.
21. ↑ «La religión de Shakespeare.» Enciclopedia católica en CD-ROM
(Ingresado 23 dic., 2005.)
22. ↑ Ackroyd, op.cit., pp. 63-64.
23. ↑ Hammmerschmidt-Hummel, H., "The most important subject that
can possibly be": réplica a E. A. J. Honigmann, Connotations, 2002-
3.
24. ↑ Asquith, Clare. Shadowplay: The Hidden Beliefs and Coded
Politics of William Shakespeare (2005).
25. ↑ Centón, según diccionario Real Academia: 1. Obra literaria
compuesta con fragmentos de otras obras.
26. ↑ Greenblatt, Stephen. «Stephen Greenblatt on Shakespeare's debt
to Montaigne.» 7 de junio de 2014. The Telegraph.
27. ↑ [1]
28. ↑ ...For there is an upstart Crow, beautified with our feathers, that
with his Tygers hart wrapt in a Players hyde, supposes he is as well
able to bombast out a blanke verse as the best of you: and being an
absolute Johannes fac totum, is in his owne conceit the onely
Shake-scene in a countrey".
29. ↑ Greene, Robert. Greene's Groats-worth of Wit bought with a Million
of Repentance (1592).
30. ↑ Oliva, Salvador: Introducción a Shakespeare. Barcelona,
Península, 2001; p. 33.
31. ↑ Oliva, Salvador, op. cit., p. 31.
32. ↑ Las fechas de composición y de la primera publicación de las
obras están tomadas de Salvador Oliva, op. cit., p. 61.
Especialmente las primeras, sin embargo, son objeto de discusión
en la mayoría de los casos.
33. ↑ «The Age of Kings.» Le Monde diplomatique. Consultado el 28 de
julio de 2014.
34. ↑ Pitágoras creía que su alma había animado antes a Euforbio, hijo
de Pantoo, muerto por Menelao en el sitio de Troya, y en prueba de
ello reconoció el broquel de este héroe troyano.
35. ↑ [2]
36. ↑ Guillén, Claudio. «Prólogo» a W. Shakespeare, Sonetos y
Lamento de una amante, Barcelona: Galaxia Gutenberg / Círculo de
Lectores, 2009, pp. 11-12.
37. ↑ Sitio en inglés sobre los sonetos de Shakespeare.
38. ↑ Schönberger, A. y H. Soehnner, El rococó y su época. Barcelona:
Salvat S. A. - Alianza Editorial S. A, 1971, p. 84.
39. ↑ [3]
40. ↑ «Valle-Inclán y Shakespeare: El teatro bárbaro y el esperpento.»
41. ↑ [4]
42. ↑
Romeo-Juliet en Internet Movie Database (en inglés).
Bibliografía
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preliminar, traducción y notas por Luis Astrana Marín. Madrid:
Aguilar, 2003.
Auden, W. H., Trabajos de amor dispersos. Conferencias sobre
Shakespeare. Barcelona, Crítica, 2003. ISBN 84-8432-423-0.
Belsey, Catherine The Subject of Tragedy. Identity and difference
in Renaissance Drama. Londres: Methuen, 1985. Londres:
Routledge, 1991.
Bloom, Harold: Shakespeare. La invención de lo humano.
Barcelona, Anagrama, 2002. ISBN 84-339-6166-7.
Concha, Á. de la, Elices, F. y Zamorano, A., Literatura inglesa
hasta el siglo XVII. Madrid, UNED, 2002. ISBN 84-362-4695-0
Greenblatt, Stephen: Will in the World: How Shakespeare Became
Shakespeare. ISBN 0-393-05057-2.
Kermode, Frank, El tiempo de Shakespeare. Traducción de Juan
Manuel Ibeas. Madrid, Debate, 2005. ISBN 84-8306-612-2.
Oliva, Salvador, Introducción a Shakespeare. Barcelona,
Península, 2001. ISBN 84-8307-363-3.
Massimo Colella, «Fu già in Venezia un moro molto valoroso».
Giraldi Cinzio e Shakespeare, in I novellieri italiani e la loro
presenza nella cultura europea: rizomi e palinsesti rinascimentali,
a cura di Guillermo Carrascón e Chiara Simbolotti, Torino,
Accademia University Press, 2015, pp. 158-172.