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Desarrollo Infantil Temprano

El desarrollo infantil temprano (proceso en el que las niñas y los niños aprenden a moverse, pensar,
hablar, sentir y relacionarse con los demás) constituye una etapa crucial en términos de vulnerabilidad,
bienestar, determinantes de la salud y oportunidades a largo plazo, que sucede entre los primeros 3 a
4 años de vida, periodo durante el cual los infantes de familias en situación de pobreza y desventaja
socio-económica suelen recibir menor estimulación y recursos para su desarrollo.

Los Lineamientos “Primero la Infancia” definen el Desarrollo Infantil Temprano (DIT), como “un
proceso progresivo, multidimensional, integral y oportuno que se traduce en la construcción de
capacidades cada vez más complejas, que permiten a la niña y el niño ser competentes a partir de sus
potencialidades para lograr una mayor autonomía en interacción con su entorno en pleno ejercicio de
sus derechos” (DS Nº 010-2016-MIDIS).

Los Lineamientos “Primero la Infancia” definen la importancia de 7 resultados, a lograr en las niñas
y los niños, desde la gestación hasta los 5 años de edad. El marco conceptual del DIT presenta, además
de los resultados priorizados, los factores de riesgo que mediante efectos acumulativos modifican
estos resultados. En este sentido, se requiere la observación y análisis de estos resultados con una
visión holística de la niña o el niño; es decir, todos los resultados se articulan entre sí y requieren la
atención concurrente del Estado

En las últimas dos décadas se ha generado abundante evidencia internacional y nacional sobre la
importancia de la intervención temprana, oportuna y de calidad durante los primeros años de vida y
sus efectos en el desarrollo humano e incluso, social y económico para la sociedad.

La primera infancia es la mejor inversión


El estado y la sociedad están bastante ligados con la primera infancia, ya que son los responsables de
proteger e invertir en esta para que se desarrolle adecuadamente y lograr que se envuelvan
adecuadamente en los distintos entornos.

De acuerdo a la inversión netamente se ha podido demostrar que la inversión en intervenciones


orientadas a la infancia genera mayores ingresos a las familias. Es por ello que, un país que invierta
en los primeros cinco años de vida de sus ciudadanas y ciudadanos, tendrá un mayor ahorro debido
al menor gasto futuro en intervenciones de recuperación.

Se tiene que tener en cuenta y poner siempre por delante que la intervención temprana en cuanto a la
primera infancia, reduce riesgos de enfermedades, deserción escolar, criminalidad y de ayuda estatal
a través de programas sociales por ende al cuidar de los niños aseguramos el futuro de nuestra
sociedad.
Resultado 1: Nacimiento saludable
El nacimiento saludable, implica tener cuidados desde la etapa de gestación, incluyendo los controles médicos
prenatales y condiciones apropiadas para el parto. El objetivo es que, al nacer, las niñas y los niños tengan un
peso mayor a 2 500 gramos (2,5 kg.) y su edad gestacional fluctúe entre las 37 y 41 semanas con el fin de
evitar nacimientos prematuros (MIDIS). Las niñas y niños con bajo peso al nacer, es decir menor o igual a 2
500 gramos y prematuros (nacen antes de las 37 semanas) tienen mayor riesgo de sufrir infecciones y muerte
en los primeros días de nacimiento, además tienen mayor probabilidad de tener desnutrición crónica antes de
los 12 meses de edad. Según los lineamientos de “Primero la Infancia”, el carácter prematuro incrementa en
70,0% el riesgo de déficit de atención; en 20,0% el riesgo de presentar problemas de conducta; en dos a cuatro
veces el riesgo de parálisis cerebral; en dos veces más el riesgo de un cociente intelectual menor a 85 y mayor
riesgo de retraso en el desarrollo motor y del lenguaje e induce menores puntajes en las pruebas de comprensión
lectora y matemáticas. El volumen de la corteza cerebral antes de las 35 semanas equivale al 53,0% respecto
de la niña o el niño al término

Las niñas y los niños con bajo peso al nacer (menos de 2,5 kg.) y prematuros tienen mayor riesgo de sufrir
infecciones y muerte en los primeros días de nacimiento, además tienen mayor probabilidad de adolecer
desnutrición crónica antes de los 12 meses de edad.

Resultado 2: Apego seguro


El apego seguro es el vínculo de confianza y afecto entre la niña o el niño y su madre, padre o un adulto
significativo, que se establece a partir del reconocimiento por ellos de las señales de la niña o niño, y lo atiende
de manera adecuada y oportuna. Se inicia desde el nacimiento y se consolida entre los 18 a 24 meses de edad,
siendo el primer año de vida un momento clave para su desarrollo. Para ello es necesario el vínculo con un adulto
sensible, disponible y emocionalmente estable.

El Módulo DIT indaga sobre la respuesta de la madre, o persona cuidadora de la niña o niño, a una
señal de estrés de su hija/o, como es el llanto. Si esta persona (cuidador) sabe identificar, interpretar
y responder adecuada y prontamente a las señales sociales y de estrés de su hija o hijo, favorecerá que
la niña o el niño forme un vínculo de seguridad con ella o él (MIDIS).
Resultado 3: Adecuado estado nutricional
La prioridad de este resultado es evitar la desnutrición y anemia, dos de las principales enemigas para
el desarrollo integral de la niñez. Para lograrlo, es esencial el consumo de micronutrientes y alimentos
ricos en hierro (MIDIS). El adecuado estado nutricional se refleja en un crecimiento físico (talla)
esperado para su edad, así como un adecuado nivel de hierro y hemoglobina.

La presencia de anemia o desnutrición crónica, implica la coexistencia de muchos factores que


mejorar, como la salud de la gestante, prioritariamente en el primer trimestre del embarazo, las
prácticas saludables para el cuidado de la niña o niño, asegurando la lactancia materna exclusiva hasta
los seis meses y luego la alimentación complementaria rica en proteínas y micronutrientes (hierro y
zinc) mientras se mantiene la lactancia hasta los 24 meses, así como el lavado de manos (práctica
simple que reduce el riesgo a enfermar de la niña y el niño), ya que, evitando que se enfermen con
diarreas e infecciones respiratorias, se favorecerá que absorban los micronutrientes de manera
adecuada. Asimismo, es necesario asegurar un entorno libre de contaminación y la disponibilidad de
agua segura para el consumo humano.

Resultado 4: Comunicación verbal efectiva


La comunicación verbal es la capacidad que desarrollan las niñas y los niños para entender y decir lo
que sienten y piensan. Es una habilidad compleja que se inicia con los gestos y sonidos con intención
que emite la niña o niño, la discriminación de la voz del adulto significativo, hasta sus primeras
palabras, frases y oraciones.

Debe lograrse a los tres años de edad e involucra un adecuado proceso de comunicación y
estimulación desde los primeros meses (MIDIS).

Resultado 5: Camina solo


Camina solo, es la habilidad que desarrollan las niñas o los niños para desplazarse caminando
libremente, sin necesidad de detenerse a cada paso para regular el equilibrio, por propia iniciativa, sin
ayuda ni incitación. El desarrollo motor autónomo se inicia desde que la niña o niño es colocado en
posición supina (boca arriba), logra descubrir sus manos, luego mueve sus piernas y poco a poco, y a
su propio ritmo, adopta diferentes posiciones hasta lograr andar por sí solo12.

El desarrollo motor es esencial para garantizar un adecuado crecimiento. Lo ideal es que, al año y
medio, niños y niñas sean capaces de caminar solos, esto les permitirá descubrir y aprender más
(MIDIS).
Resultado 6: Regulación de emociones y de comportamientos
La regulación de emociones y de comportamientos, es la capacidad que adquieren las niñas y niños
para reconocer, expresar y comunicar sus emociones, manejando (poco a poco) sus reacciones ante
diversas situaciones. Su aprendizaje se inicia cuando el adulto significativo es capaz de reconocer y
nombrar lo que está sintiendo el bebé, le forma rutinas, coloca límites y es capaz de comprender el
comportamiento de la niña y niño sin reprimirlo o castigarlo.

El desarrollo emocional involucra un ambiente seguro y libre de violencia. Hacia los dos años debe
iniciar el aprendizaje de la regulación de emociones y comportamiento y, a los cinco años, deben ser
capaces de relacionarse satisfactoriamente con los demás (MIDIS).

Resultado 7: Función simbólica


La función simbólica implica el desarrollo cognitivo y se refiere a los símbolos que van usando para

representar cosas o ideas. A los 8 meses de edad, las niñas y niños deben comprender que los objetos
no desaparecen si no están en su campo visual. A los 2 años de edad, inicia la función simbólica y a
los 5 años ya estarán capacitados para realizar juegos de representación más elaborados y utilizarán
signos no convencionales para expresar gráficamente sus experiencias. Así, las niñas y niños en sus
primeros 5 años de edad desarrollan la capacidad para representar sus vivencias y evocar en su mente
un objeto o acontecimiento que no estén presentes; por ejemplo, una niña o niño que puede decir
cómo es un perro sin tenerlo a la vista es porque ya tiene la “imagen mental” del animal y pueden
incluso dibujarlo.

Estas imágenes mentales se logran en la medida que la niña o niño juega libremente, se relacionan de
manera activa con su entorno, descubriendo cómo son los objetos y cómo funcionan (MIDIS)
Importancia de la evaluación del desarrollo infantil temprano
El desarrollo en los primeros años de vida, especialmente entre los 0 y 5 años, es fundamental para el
ser humano; durante esta etapa se adquieren y consolidan una serie de capacidades físicas, cognitivas,
psicológicas y socioemocionales indispensables para el funcionamiento y desempeño de la persona
en la vida adulta.

Referencias Bibliográficas
https://cdn.www.gob.pe/uploads/document/file/320706/modulo-DIT-A5-DES-INFANTIL.pdf
https://proyectos.inei.gob.pe/endes/2020/DESARRROLLO_INFANTIL/Desarrollo_Infantil_Tempr
ano_ENDES_2020.pdf

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